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arte..., esa cosa tan antigua _ Sabemos, nos lo recuerdan todas las enciclopedias, que en década del cincuenta, algunos artistas del Instituto de Artes Contemporaneas de Londres se convirticron en abogados de la itura popular de'su tiempo: los cémics, las peliculas, la pur Jlamarse por Jo general la Estética; simplemente, eran produc- tos de la cultura de masas y no formaban parte del arte en ‘modo alguno; s6lo que algunos artistes, arquitectos y escritores fe interesaban por ellos. En ¢l otro lado del Atléntico, xductos forzaron las puertas del arte; en manos de srtcamericanos, se convirtieron en obras de arte, en las que cultura no constitufa ya el ser, sino la referencia: el origen faba en beneficio de la cita. El pop art, tal como lo co- ‘nocemos, es el teatro permanente de esta tensién; por una par- ‘te, la cultura popular de su época se muestra presente en este ‘arte como una fuerza revolucionaria que discute al arte; por ‘otra parte, el arte también esta presente como una forma muy ‘antigua que retorna, de modo irresistible, en 1a economia de ‘las sociedades. Como en una fuga, hay dos voces, Una dice: a otra, al mismo tiempo, dice: «Yo soy LA ESCRITURA DE LO VISIBLE 204 LECTURAS: EL ARTE mas de lo que se cree, a la época barroca). También él ite, y de manera espectacular; Warhol propone se- El arte es algo que debe destruirse (proposicién que ¢s comin de imagenes idénticas (White burning Car Twice), que se @ muchas experiencias de la Modernidad). El pop art invierte los valores. «Lo que caracteriza al pop es, ante todo, el uso que hace de lo despreciado» (Lichtenstein). Las imégenes de masa, consideradas vulgares, indigas de com sagracion estética, revierten en la actividad artistic: lo de Me gustaria Hamar a esta inversién al igual que san Remigio cuando se dirige al caudillo de los francos, el dios del pop dice al artista: #Quema Io gue has adorado, adora lo que has quemado». Por ejemplo; durante largo tiempo, la fotografia estuvo fascinada Por la pintura, y ain hoy da pasa por ser su pariente pobre; el pop art hace que este prejuicio se tambalee: a menudo, fotografia se vuelve el origen de las imagenes que presenta: Pintura de arte, ni fotografia artistica, sino un compuesto sii nombre, Otro ejemplo de inversién: nada hay més contrario all arte que la idea de ser un simple reflejo de las cosas represen- tadas; ni siquiera Ja fotografia soporta tal destino; el pop art, por el contrario, acepta coleccién de reflejos constituidos por Ia uniforme reverberacién entorno norteamericano: la copia, rechatada por el arte se- vuelve, No se trata de una inversién captichosa, no pro- ma-de valores, de un simple rechazo del pasado; obedece a un impulso histérico de cardcter regular; como ya observé Paul Valéry (en las Piéces sur Yart), la apari cion de medios técnicos nuevos (en este caso, la fotografia, la serigraffa) no modifica s6lo las formas, sino hasta el propio concepto del arte, 12) ponen en juego no es tan sélo la 10 también (son cosas que suelen ir juntas) otra con. ingrato de un mundo en el que lo Nuevo —es decir, la Aventura, a fin de cuentas— ha quedado xcluido, el sujeto warholiano (ya que Warhol es un habitual de ales repeticiones) elimina en s{ mismo el patetismo del tiem- ‘Po, Ya que este patetismo siempre resulta relacionado con Ia ensacidn de que algo aparecié, que ese algo moriré, y que s6lo combatiremos su muerte transforméndolo en un segundo algo ue no se parezca al primero, Para el pop lo importante es que las cosas estén «acabadas» (delimitadas: nada de evanescencias), pop reencuentra el 1a mitico (la Som- lado, no detrés: es un Doble plano, : | significante y, por tanto, irreligioso. La repeticién es un rasgo de cultura. Con eso quiero decir que podemos basarnos en la repeticién para proponer en cier- to modo una tipologia de las culturas, Las culturas populares © extra-curopeas (que manifiestan una etnografia) la admiten y extraen sentido y placer de la repeticién (pensemos, sin ir més lejos, en la musica repetitiva y en la misica «disco»); Ia sabia cultura de Oceidente no Ia adimite (2 pesar de haber recurrido moral, psicolégica y, por su- | pop art, como se ha dicho, funciona como LA BSCRITURA DE LO VISIBLE 206 ple status apropiadamente imaginario, ya que el ser de Ia ve- es el icono. El mismo objeto al que, en nuestra moderna lizacién, no cesamos de personalizar, incorpordndolo a nues- tro mundo individual, el objeto, para el pop art, no es sino el resultado de una resta: todo lo que queda de una lata de con- setva cuando, mentalmente, ya la hemos amputado de todos sus temas y de todos sus usos pe EI pop sabe perfecta- mente que la expresién fundamental de la persona es el estilo. Dice Buffon (en una frase conocida hasta hace poco por todos los colegiales frances: estilo es el hombres. Quitemos el estilo y el hombre parti . estado unida histéricamente, en todas las artes, a un humanis- na. Tomemos un ejemplo insélito: el del grafis- esctitura manual, impersonal durante mucho tiempo (en la Antigtiedad rante el Rena ‘0, aurora de la época moderna; pero, hoy en dia, en un momento en que la persona es una idea ag6nica, 0 amenazada de muerte al menos, bajo la presién de las fuerzas gregari la escritura se desvanece. En mi opinidn, existe una cierta rela- cidn entre el pop art y 1o que lamamos el script, esa escritura anénima que se ensefia a los nifios disgréficos, en cuanto est4 inspirada en Jos rasgos neutros y como elementales de Ia tipo- graffa. Por lo demés, entendémonos: el pop art despersonaliza, ve anénimo: nada més identificable que Marylin, la "a, un neumético o un vestido vistos por el pop ar es més, no son mds que es tificables, y por este procedimiento nos ensefian que la identi- dad no es la persona: el mundo futuro corre el riesgo de ser un mundo de identi de los Ficheros de la pol pero no de personas. 10 rasgo liga el pop art a los experimentos de la Mo- dernidad: la trivial conformidad entre representacién y cosa re- presentada. «No quiero —dice Rauschenberg— que una tela se parezca a lo que no es. Quiero que se parezca a lo que es.» Es tuna proposicin agresiva en la medida en que el arte se ha com siderado siempre como un inevitable rodeo que hay que dar | que animan la cultura de masas, Ia personalidad de | inmediata y exhaustivamente iden- ides (gracias a Ia generalizacién mecénica 207 LECTURAS: FL ARTE ‘para legar a la verdad de Ia cosa. El pop art desea desimboli- Zar ol objeto, darle la opacidad y el obtuso empecinamiento de tun hecho (John Cage: «El objeto es hecho, no simbolo»). Decir que el objeto es asimbélico es negar que di de profundidad 0 de vecindad a través d pueda propagar vibraciones de sentido; el objeto del pop art es una auténtica revolucién del lenguaje) no es nit me- ; se entroga escindido de su parte trasera y de su entorno; de forma particular, el artista ya no permane- ce detrds de su obra y hasta él mismo esté desprow sas, ya no es un elemento del mundo natural; lo que aparece como hecho es el estereotipo: lo que ve y consume todo el mun- do. El pop art halla la unidad de sus representaciones en la conjunctén radical de dos formas, llevadas ambas al extremo: y Ja imagen. Tahiti es un hecho, en Ia medida en esigna tal \agenes radicales: a fuerza de ser imagen, 1 cosa se desem- indan de todo simboto. Se da agi un auéaz movimiento del espiritu (0 de la sociedad): ya no es el hecho el que se transfor- ma en imagen (lo que seria, hablando en propiedad, el movi miento de la metéfora, con la que Ia humanidad ha hecho poe- sia durante siglos), es la imagen la que se convierte en hecho. De ese modo el pop art pone de relieve una cualidad filoséfica de las cosas, 10 que se llama la facticidad: es facticio lo que en la medida en que aparece desprovisto de cualquier Tos objetos que el pop art representa no solo son Juso Megan a encarnar el concepto mismo de facticidad, y es en este aspecto en cl que, muy a su pesar, ‘vuelve a empezar a significar: en definitiva, significan que no mifican nada, El sentido sucle ser miay picaro: se lo espanta, pero regresa al galope. El pop art quiere destruir el arte (0, al menos prescin- LA ESCRITURA DE LO VISIBLE 208 dir de é1), pero el arte sale a su encuentro: es el contracanto de nuestra fuga, Hemos querido abolir el significado y, por tanto, el signo; pero el significante subsiste, persiste, mite, aparentemente, a nada. Y el si ieante, zqué es? Para decirlo en. pocas palabras: es la cosa percil afiade un determinado pensamiento, Ahora bien, en el pop art, como en todas las artes del mundo— ese suplemento existe. En primer lugar, el pop art cambia con frecuencia e! nivel de percepcién: empequefiece, agranda, aleja, aproxima, extiende i ado hasta las dimensiones de un panel o 10 se viera con lupa, Ahora bien, en cuanto cam- ies, surge el arte (piénsese en la arquitectura, que es un arte del zamafio de las cosas): no es un azar lo que leva a Lichtenstein a reproducir una lupa junto con el objeto aumentado: Magnifying glass es algo as{ como el emblema del Pop art. Ademés, en muchas de sus obras, el fondo sobre el que el ‘objeto se destaca, 0 incluso que lo constituye, tiene una vi rosa existencia (algo as{ como las nubes en la la trama tiene sti importancia, Quizés esto procede dé ras experiencias de Warhol: las serigrafias ponen de relieve el (tejido y trama es lo mismo); podria decirse que a la wl- ia modernidad le gusta esta manifestacién de la trama, que es, a la vez, consagracién del material simple (el grano de pa- pel en la obra de Twombly) y mecanizacién de la reproduccién (ineas y microcuadri los retratos con ordenador). La trama es como (una temética, habria dicho no hhace mucho el critica); se juega con ella de muchas maneras: se invierte su papel perceptivo (en el acuario de Lichtenstein, cl agua esté hecha a base de enormes puntos); se agranda de Iuatariamente infantil (Ia ja det mismo Lichtenstein esté hecha de agujeros, como si fuera un queso a remeda de manera ejemplar el cruzamiento de los hhilos (Large spool, también de Lichtenstein). El arte aparece en el énfasis sobre 1 que deberia ser 7 Hay otro énfasis (por consi un nuevo retorno del ar- te): el color, Claro que todas las cosas, tanto si proceden de la naturaleza como si proceden del mundo social —y entonces con més razn—, estén coloreadas; pero si estas cosas fuicran sim- 209 LECTURAS: EL ARTE 6, tal como Jo querria una auténtica , seria necesario que sus colores fueran cua- colores del pop art plemente obj: destruccién del a lesquiera. Ahora bien, no es ése el caso estan pensados, y hasta se podria decir (verdadera negacién): sujetos a un estilo; estan pensados, primero, porque son siem- pre los mismos y tienen por lo tanto un valor temético; adem4s, porque ese tema tiene el valor de un sentido: el color del pop es declaradamente quimico; remite con agresividad al artificio de Ia quimica, oponiéndose a la Naturaleza. Y si admitimos que en cl campo plistico el color es por lo comin el dominio de la pulsién, es0s acrilicos, esos tonos lisos, esas Incas, en definitiva, esos colores que no son nunca tonalidades, ya que el matiz ha sido eb yretenden mantener a raya al deseo, a la emo- cién: ext indonos, podriamos decir que tienen un sentido moral, 0 al menos que juegan sistemiticamente con la frustra- cién. Fl color, incluso la sustancia (laca, yeso), otorgan un sen- tido al pop art y en consecuencia lo convierten en un arte; po- demos confirmar esta idea constatando que los artistas pop de- finen con facilidad sus telas acudiendo al color de los objetos representados: Black girl, blue wall, red door (Segal), Two black- ish robes (Dine). El pop es un arte porque, justamente en el momento en que parece renunciar a todo sentido, no aceptando sino la repre- sentacién de las cosas en toda su trivialidad, hace salir a esce- na, por medio de procedimientos que le son propios y que constituyen un estilo, a un objeto que no es ni la cosa ni su snificante 0, mejor dicho, el Significante. El arte, cualquier arte, desde la poesia al cémic 0 el erotismo, el arte existe a partl jomento en que una mirada encuen- tra su objeto en el Significante. Es verdad que en las produc- ciones del arte normalment significado (en este caso, la cultura de masas), pero ese significado, a fin de cuentas, s ‘en una posicién indirecta: cogido de refilén, por ast di nada més cierto que tanto el s ‘como los juegos cor sentido, su abolicién, su retorno, no son nunca otra cosa sino una cuestidn de lugar. Ademés, no s6lo es arte la obra del ar- tista pop por llevar a escena al Significante; lo es también por- LA ESCRITURA DE LO VISIBLE 210 lice el mundo, aplane los las imagenes, reemplace Ja artesania tradi i tuna maquinaria, sigue habiendo «sujeto», ¢Qué sujeto? El que mira, y2 que no el que hace. Por més que nos esforcemos en fabricar una méquina, el que la contemple no lo es: desea, teme, goza, se aburre, cteétera. Y esto es lo que sucede con el pop art. liré: el pop es un arte de la esencia de las cosas, es un j6gico». Observemos cémo Ieva a cabo Warhol sus repeticiones (que en un principio estén concebidas como un procedimiento para destruir el arte): repite Ia imagen de ma- ir el efecto de que vacila ante el objetivo que vacila porque se busca a si misma: ‘ita presentar esa esencia ante nosotros; hablando con un

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