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CARLOS ALTAMIRANO BEATRIZ SARLO ENSAYOS ARGENTINOS De Sarmiento a la vanguardia Arid cuerdos. Ua anti desarolad de ete miso episodio use leer en Altamirano y Srl, Tentdad, linge ménto de Sar Iie’, en Puno de Visa, ao 8, nimaro 10, now. de 198. 46. Sermlento tiene 24 afoeexiado en Cul, trabaje como ma- yordomo de minas en Copapé. "Por economia, pasatiempo y ‘avenure” Yeti on el ogupo completa de miner y lo conser ‘abo une ver terminado ln area dni, cuando lee argentinas ‘sereunian en leona de Mardone, es de mina, y artauban ‘su tertulia. "Ua noche encontramos horpedado a on sae Co eco, paleo sbartacndadane que se quaaba de las inco- ‘modidadesy privacones de ln jorada. Saludaronlo todos con ‘ance, oguime yo el gorro.con encogimientny faa clocar ‘me en un rinota, por sostrasrne alas mirades en ago traje (que me era habia, dendle ver, sn embarg, al pasa, mi tirador alehgnd, que os le piea pineal del equipo... La conversion ro sobre varioa punta, distreparon en una co- ‘ae hecho que 10 refrfa a le historia oderon europen y ‘ombres googrfces,«instintivamente Carr, Chenauty Tot ‘demas ne ovieon hair para saber Yo que habia de verdad Provocado ast a tomar parte en I eanveraaca de ioe cable 106 die lo que habia en el eas, pero en tarmines tan dogmt ‘oe, xn tan minucioste detalles, que Coded aba cai fax fen plmo doc, vendo la paginas do un ie ds labios fal que habia tomado por api" Rec, p. 168 49.fec, 9.182. 50. Ree, p. 182 5 Ree, p10 152. Nadle ha plantendo con més porpicacia que Tuto Halperin Dongil sgnifced ambiqua de esta revindicaién genalgien, ssnqe sitaando el contested vlores en le diferencia qoe me: Sn entre Mf densa y Recuardos de provincia 300 an el neror de eta timo tera, Vea: “Sarmlnta lugar ea le sociedad argent pst-revoluinava" en Su, pumera 341,197. 58.fee, p14, 54. Hlalperin Donghi, art. eit. 15. Rec, pp. 148-8. 156. Ree, p87, S57. p64, 58. Ree, p- 176 59.Re, p12. 80-Ree, p 152 ree ee La Argentina del Centenario: campo intelectual, vida literaria y temas ideolégicos* Cantos ALtANORANO "Bram SARLO ¢Somos NACION? Es un hecho reiteradamente sefialado —por la critica {y por aus propios protagonistas— que la generacién del 900 desarrollé una actividad literaria y propagandistica en tarno a los temas del nacionalismo cultural. También parece ser una comprobacién undnimemente aceptada que, en un proceso que comienza con el modernismo y tiene su primera condensacién en los afios del Centena- rio, la funeién del escritor adquiere perfiles profesiona- les, Ictentaremos colocar ambos fenémenos en relacién, de autoimplicacién, describiendo los nexos que en nues- tra opinién se establecen entre un conjunto de tomas ‘deol6gicos, el ascenso de una nueva figura social —la del eseritor‘profesional’— y la prosperidad correlative de Sdeologias de artista’. La emergencia de un campo intelectual! socialmente diferenciado formaba parte del proveso més vasto de rmodernizacién que afectaba a la sociedad argentina y + Publlesdo en Higpamério, N? 2526, 1980. (que habfa recibido su impulso mds resuelto desde Ia dé- cada de 1880. El ciclo politico y econémico iniciado bajo Ja primera presidencia del general Roca habia compar tado una modificacién profunda de las relaciones econd- ‘micas y do la estructura social, as{ como un acelerado ‘proceso de urbanizacién en Buenos Aires y el érea lito ral. Bl régimen politico que habia cristalizado bajo la gestién de la llamada generacién del ochenta —liberal en sus formas institucionales y oligarquico en su funcio ‘namiento efectivo— fue el requisito de ese proceso y el custodio de sus componentes bésicos: la gran propiedad terrateniente y au aliado, el imperialismo briténico. Hacia los primeros afios del nuevo siglo ese movi iento arrojaba todes aus resultados y consecuencias. Si, como se verd enseguida, la progresiva constitucién del campo intelectual debe ser situada dentro de esta transformacién més inelusiva, que generaba una mayor complejidad de las relaciones sociales y el surgimiento de categorfas con funciones més especifieadas, hay que observar a su vez que ese mismo proceso de transforma- cidn del cuerpo social habria de suscitar reacciones ¥ respuestas diversas en Ins filas de las eapas intelectus- les en formacién. Categoria social en proceso de defini cin, ala busqueda todavia de la legitimacisn ideologi- ca de sus funciones dentro de la divisién del trabajo, se Geearrolla fuertemente condicionada por el control oli- igérquico del aparato cultural. En su interior hallarfan eco y problematizacién aspectos bsicos del cielo hist6ri- co comenzado en el ultimo cuarto del siglo precedente. ‘La més significativa de estas reacciones —por la larga repercusiGn de algunos de sus planteos, por el peso cul- ‘tural de las figuras empéfiadas en su difusion— fue la sussitada en torno al tema de In ‘identidad nacional’. La primera historia de Ia literatura argentina, el debate sobre el signifieada del Martin Fierro, que inaugur6 el capitulo de la critica culta del pooma de Herndndez, y algunos libros claves del proceso intelectual argentina, tienen au rafe en exe fermentoideolégico que ha sido de- ‘nominado también “primer nacionalismo” o “nacionalis- mo cultural”? ‘La inquietud por la identidad nacional no era nueva en las élites politicointelectuales de la Argentina Ya fen 1883, Sarmiento Ia habfa proclamado: "{Somos na- én? {Necién sin amalgama de materiales acumulados, sin ajuste ni cimiento? Argentinos? Hasta dénde y des- e cadndo, bueno es darse cuenta de ello”. Pero la rea- ‘nudacién de la cuestién en el perfodo del Centenario dio lugar a un nuevo tipo de eristalizaciones ideol6gicas, al ‘gunas de las cuales prefigurarfan el tono de la impug- hhacién a que serian sometides, veinte afios después, los, valores politicos y eulturales del liberalismo.+ ‘EL HORIZONTE IDEOLOGICO ‘Abt tenemos, por una parte, la repereusién local de ese proceso de “revisién de las cartidumbres democrat cas, racionalistas y progresistas"® que se rospira en las principales capitales europeas desde fines del siglo XIX. En aquelles paises donde Ia burguesfa ha conquistado su dominio con la implantacién del constitucionalismolibe ral, sus efreulos dirigentas se dividen entre los que pro ponen proseguir el movimiento de democratizacién de la ‘ida politi y cultural y los que se muestras escépticos ‘ante el porvenir, atemorizados ante Ia escala creciente del movimiento obrero y el desafio de socialists y anar~ auistas. Por otra parte, mientras fracciones de la bur- {gues(a liberal giran hacia posiciones conservadoras, en, log medics politicos y literarios del conservadurismo tradicional, de inspiracién més 0 menos mondrquica, se {forjan nuevos mitos para oponer a la cultura laiea y po- sitivista y enfrentar Ia era de la politica de masas, Por Ja sugestién que ejerceria en algunos de los propulsores de la reaccién nacionalista del Centenario, hay que ha- 160 cer aquf mencién especial del surgimiento del naciona- smo francés, catélico ¥ mondrquice. Movimfenta si [gravitacién police, #U iradiadiGn en los circulos inte- Jectuales no era ajena a la eficaca literaria de sus prin- pales exponentes: Barrds, Maurras, Laén Daudet. En un nivel menos inmediatamente politico, seia- lemos el éxito mundano ereiente de las floss epritualistasy da lo que ee ha Unmada “reason, Sdelista contra la cencia’, Nietzsche, con su re chazo dl fiistetomo moral dela sociedad barge fay el llamado. edifear una civizacin superior ‘undada sobre una éica de efiores, hacia fortuna en las diveroasbahires iteraring a ropatonse entre ella. CNo recuerdo quién dereubrié un to- ‘mo de Nieizache en la biblioteen del Municipio. Nos volvimos tofos nietzscheance. Neceaitdbasnas reformer urgentemente la ssciedad"®. Otro componente del clima ideol6gico del diez, signi- Sieativo para el abjeto que estamos eonsiderando, fue el hhispanismo. Fl espiritu de coneiliacién hacia Espaia y “Ta reconsideracion de la “herencia espafola", que tom6 ‘auge en toda Hispancamérica particularmente después de la guerra hispano-norteamericana, comportaban tn viraje respecto de la tradicién liberal decimonénica y abririan paso a una nueva visién del pasado, alimentan- do uno de los mitos de Ia hora: el mito de la raza.” Bajo 1 inffujo de esta nueva actitud, algunos intalectuales argentinos de la generacién del 900 loerda en los escri tos de Unamuno o de Ganivet su propia inguietud por la tradiciGn y el reelam@ d'un renacimiento del “alma na- ional". En Ricardo Rojas y en Manuel Galvez esto serd transparente y explicte.’Mencionemos, finalmente, a Ariel y el “arielismo”, una suerte de condensacin de ve ‘os de Tos temas enumerados, El libro de Rodé —men- saje “a le juventud de Amériea”— fue acogido con entu- siasmo en los cireulos literarios del continente y ello obedecis al hecho de que mas que difundir el conjunto, de tépicos después identicados con el “arieism twvo Ja virtud de recogerlos y coificarios en una visin de conjunto. Como es sabido, el centro de la obra de Rods constit- ye waa impugnacin de lacvlizacién trunfante en los (Cestadas Unidos utitaria y voleada a la bisqueda det rogreso material Ante ella, Ariel propone un ideal de vi da desinteresada, donde oe conjugan el mensaje moral del eristianimo con el eapirtu armonioso de la cultura eviga, Pero este programa ético y estétio ala vez, que Seria recibido con complacencia también en los ciruloa de las cligarquiashispanoamericanas, iba acompanado de otros topics no menos cnrrentes hacia el 900 Sin re nogar del Iiberalismo y asumiendo sus principice, Rods Jhace alarmadas advertencia contr ls peligros de la in yelcosmopoitisme: “El presuroso crecimiento de nuestras demoeracis por Ia incosante agregacién de ‘una enorme mtited eosmopoit, por a efvenciainmi- ‘atria que se incorpora an mileo debi para vriiear tun activo trabajo de asimilacién y encauzar el torrente hhumano con los mesos queofrece la solidea secular dela ‘estructura sociale orden politico segue y los elementos de una cultura que heya arraigado intimamente, nos ex- ‘pone en el porvenr alos peligros de la degeneracién de- Iocritca, que ahogs bajo la fuerza ciega del nimero to da nocién de calidad, que desvanece en la conciencia de las sociedades todo justo sentimiento dl orden, y que li- brando eu ordenactn jerruica ala torpeza del senso, conduc forzssmente a hacer trunfar las més injustifi cada e innobes aspiraiones Fi \LA MEDIACION DE LA HISTORIA ‘Todos esos elementos formaban parte del horizonte {deolégico del Centenario, Tenerlos presentes puede ayu- dar a identificer de dénde se tomaron en préstamo cier- tas nociones y ciertas eatagorias, pero no nos puede ex: plicar por qué se tornaron activas y operantes en deter- ‘minado segmento del campo intelectual. Fue necesaria la mediacién de un conjunto de circunstancias histéricas para que un grapo de escritores argenitiios buseara, ha- cia es0s aos, en es0s elementos del horizonte ideolégic, log medios para elaborar una respuesta a una realidad ‘que percibfan como problematica, Veamos esto breve- ‘mente. En primer término, el dato més ostensible: la inmj- _gracién, que habia lenado de extranjeros y de hijos de ‘extranjeros las ciudades. Esta presencia, que era obser- ‘vada con aprensién creciente dentro de la élite de “viejos criollos’, formaba parte, en realidad, de la politica pues- ‘a en prictica por las clases dominantes locales desde el ‘timo tereio del siglo XIX. Traduefa el programa conce- bido ya por los hombres de la organizacién nacional, que ‘nclufa la inmigracién como medio no sélo de poblar el desierto, sino también de borrar los habites que se iden: tificaban con el caudillismo y la barbarie rural. Se trata ba de crear “desde arriba" la sociedad civil que deberfa converlirse en el soporte 26 un Estado nacional moderno e tipo capitalista, Pero la inmigracién Negaria a a campafia en escasa ‘medida. El monopolio de la tierra en manos de grandes propietarios locales obstruiria el proceso de colonizacién, | rural y transformatia Ia radicacién del inmigrante en lun dato predominantemente urbano, Durante décadas los extranjeros sobrepasardn en mimero a los habitan- tes nativos en la ciudad de Buenos Aires y tendrén un ‘peso decisivo en la composicién demografica de las prin- cipales ciudades del litoral. Hacia 1910 el fenémeno es- ‘4 en su apogeo. La dimensién euantitativa de la inmi- sgraci6n, sin embargo, no nos revelaria todos sus efectos si no la insertéramos en el conjunto de transformacio- nes que estaban modificando la articulacién misma del ‘mundo social y politic desde 1880: urbanizacién acele- 168 7 eo ed rreda, modifcacién de la estructura productiva y emer~ ‘gencia de clases y categorias eociales nuevas que susti- ‘tufan Ia estratificacién precapitalista precedente.10 En. tado ello Ta inmigracién fue un ingrediente basico. Dicho fen otros términos: no sélo se Henaba de extranjeros el espacio social, sino que la amplitud y la configuracién, ( raisma de ese espacio cambiaba, “Aunque como pais perifério y dependiente, la Argen- tina erecia, Aumentaban las cifras de sus exportaciones ‘como la extensié de sus vias férreas; as instituciones de a sociedad civil y el capital extranjero, después de la crisis de 1890, volvia a tmostrarse eonfiado en el orden de la repsbliea cligérqui- ‘ea. El Centenario dela Revelucién de Mayo celebraria es ts triunfos, Pero los eamabios habian introducido tam- ign las tensiones, los confictos y el tipo de lucha de clases del mando capitalista. La protesta obrera, el anar- ‘quisme, el socilismo, También las demandas y presiones {elas clases medias por democratizar el régimen politico xy los canales de acceso a las instituciones culturales. Ha- tia 1910, la cuestién de la identidad nacional se hallaré entretajida con el eco de esta nueva realidad. ‘PROFESION: ARTISTA Estos datos —modemnizacién, secularizacin, inmigra ‘Gén—extendieron su impulso transformador hasta Ia es- fera de las actividades intelectuales. Rasgos de lo que Jo- st Luis Romero lamé el “espritu del Centenario"! el ‘spiritualism, el esteticismo, el nacionalismo literazio— informan, por su artculacién sistemdtica, sobre un fen6= reno nuevo: la constitueién de ideologias de artista. De tse horizonte sobre el que se definen elecciones y tenden- clas, un grupo de eseritares del 900 potencia un elenco de jdeas que se vineulan con la sociedad mediante un doble ‘exo: por un Tado, el inmigrantey la “ciudad fenicia” des- er | Biertan ta inguietud por la tradicién cultural y los valo- es del espiritu; por el otro, léFuneiin proplamente inte. lectual que se ha ido diferenciando impone la creaciGn 2. Cleonsumo de ideologias especificas al nuevs grupo. Se. uF este proceso obliga a eonsiderar éon algiin detent. tmiento la emergencia de un campo intelectual en la Ar ‘gentina.12 David Visas'? ha sefialado las diferencias entre los “goniTemigh escrtores", tipicos del ochenta, y el nuevo ‘modelo de eseritor que emergerd en el 900, demostran. do en sus relaciones con los grandes diarios, con el tea. tro y su public, con nuevas formas de consazracién, la ad argentina. Sin embargo, el mismo Vitas se preoca. 6 por enfatizar més el control efectivamente ejereido Por la oligarqufa sobre el rudimentario aparato eultu- ral, que la novedad de este curso, ‘Hacia la primera década de este sigo, os escritores se “profesionslizan”. Gélver fue el primero, en temati zar extensamente el fenémeno en sus memorias." Pero, unque proporciona un buen registro de los cambios operados en la actividad y Ia fancin social del eseritor, ¥ sua descripciones sobre las nuevas circunstancias de la préctice literaria son extoriormente adecuadas a lo ue sucedié entonces, sus explicaciones plantean mas problemas de los que resuelven. Sujeto él mismo de ese proceso de transicién de las formas tradicionales a las ‘modernas, no siempre puede separar las razones que la ‘deologfa literaria o poltica tejié para explicarlo, de las Condiciones objetivas en que éste deearrollé su curso. “La de escribir no ha sido profesién oficial entre no- ‘otros hasta ahora, por mis que hubiese y haya un pu- Sado de profesionales de la pluma. Auin hay quien sos. tanga que se debe escribir ablo en los ‘ratoe de oti’ ‘como se fuma wi eigarro, Lo sostienen y lo practican y, last sale ello”, eseribe Payré.! La figura que esta men tada en el texto es la que Vitlas denominaria el “gentle. ee ereene de oci. Le que oe disefia como en un espejo es, aunque sélo on calidad de proyecto, de expectaiva de carrera /- profesional, la del esritor para quien eseribir es si (_ pre ocupacién contra te ver despues si trabajo rem ‘BaFado): Con la conciencia socal que plantea exigeacias propias, aparece nitidamente en Payré el programa de reivindicacones corporativas: defenaa de les eitorales Argentinas, de los derechos de autar, de los derechos del Periodista profesional, fundacién de una sociedad de es- éritores, de una casa del eserior, ete. Briste una especie de unanimidad en el registro de ‘ste proceso de especificacin de las fonciones sociales. Si asta entances las facltades de Derecho y Medicina ran tambien los canales por execlencia de acceso ala v- di intelectual y cultural hacia el 900 ae comienza a per. ctbir ou inadecuaciéne ineufctencin lo entoncespare- ce posible comenzar a pensar un acces diferente, propio el estatuto de esritor. A propésito de Bmulio Becher, [Rojas escribe: “Se matricul en le Facultad de Derecho, por sugestién y sin voeacién, porque en 1898, ls bach eres ignordbamos que existia en Buenos Aires una F cultad de Plosofia y Letras, la que, recién nacida, era mirada cai desdén hasta por los dems doctores. Acas, por este otro camino, eu primer choque con la realidad hhabria sido menos duro, y tal vex su vocacin habria bi ado crcunstancias més favorables para aubsistr Af nes del siglo pasado, la labor literaria iba dejando de ser 1m esparcimiento de generale y doctores para converti- sen una profesién libre, 0 mejor dicho en isin exfor zaida Para ella nose abrian entonces sno los talleres del periodismo”¢ El pasaje planes (etrepectivamente ya que fue es- crito en 1996) varias cuestiones: cémo ae ingresa en el campo intelectut, qué fancion cumple a “voeaién® en la eleecin libre de una actividad; ofmo se separa la prét- ‘en cultural de las demés pricticas sociales para conver- tirse en una profesin (si las circunstancias econémicas lo ppermiten) o, que es lo que sucede més generalmente en el ‘900, en la actividad que le proporeiona al escritor su iden- ‘dad social, aunque no siempre sus medios de vida. Asi considerada, la profesionalizacién desborda @l enfoque estrechamerte economicista, De lo que aqui ee trata no es de afirmar que, hacia un momento situado a comien- | 208 del siglo XX, surge un grupo de hombres que vive de | Js Meratura 0 que bace de su pluma el medio de ida Drincipal. Formulada la euestién en estos términes, su respuesta serfa no séloincierta, sino que informaria me- nos acerea de la nueva figura de éscritor que sobre la ex- pansiva profesién de periadista. Es cierto: @ comienzos de siglo varios escritores so ganan la vida como periodistas Pero si este fenémeno no hubiera sido acompatiado de un movimiento vasto de reflexién acerea de la propia activi- dad literaria, del surgimionto de nuevas formas de socia- bilidad entre intelectuales, de laimposicién de instancias de consagracisn y eooptacién, de polémicas sobre la legi- timidad cultural, no podria afirmarse que el cambio hu- biera afectado tan profundamente como lo hizo las cos- tumbres culturales de Ia Argentina. Payr6, Rojas, Galvez, Becher, Ingenieros experimen- tan la novedad de su posicién y fucién social, integra das en una estructura donde atin se conservan rasgos arcaicos y tradicionales. En su “Introduccién’” a la Hs toria de la literatura argentina, Rojas registra la dife- rrenciaciGn de Ins actividades y la ‘emancipacién de Ia (( sctividad literarja como funcién distinta de la politi- ‘ea° Concebida por Rojas como un progreso, la diferen- ‘icin de la literatura y la politica ee, en eu opinién, el requltado de las tltimas décadas. La diferenciacién de la funcién genera conjuntamente la *conciencia del of cio" y la tonsién con el medio social, considerado adver. 80, donde ese oficio (0 misién) debe practicarse. Esta tensiGn se traduce por varioe aintomas. Existe, por una parte, Ia protesta sobre Ia desproteccion del escritor y m0 oe aS atte emi ment Fr n Ln ied ope oe oe 1 en lee ror’ Sir ge ea cate en re eae ete er eee a concen mia toeaseeen a siete i Bs tee ee a ec eet ereieeerieenaed sireesree mane Se ag tn pay ee i or a cece ie seven chance reams ee eee es ct eet te eres Zang See re ae ihe ee ea ee Ee ee cea Se ee eg Ce ean oe See an a ™ caracteristico del proceso de diferenciacién. Raymond ee eee Wa Sac ee 1 ee oe Sacer ae mee te aa calor. ce neta a m \ : 2 ks inportan- “as con, en primer hoger el acento colocado sabe ana Soin pec de iad art en ln con une verdad de Ie neginaion’ yen segundo logan Tnconsideracin dl artista como po eepecal de pers nat Comestando en I revista Idec na confoensa de Manual Ugare sree socialism, Becher tra los extremos de ina oposiconcaracerigtes: frente ia “nediccidadimperante en ln bes” el artista ear sens “speriontad socal” “Soma de risa reg or oa ied para entenddee qu, incu, pods opoerse la patias sin alioy obo conierado eclamente, ve eonoce Yparareconcerae ono diferencia, realize gst dela possi aunque ese sen stn) aa sod ap ‘Ben. Fl tema romantion dun pablo incapas de cm render qus el arta produc se expand generalea Frei condo novia reel vial ed eh con os ors esrtoreey slo de manera meade
  • Enon deoplavamientos ve pueden verfcer también en los sents, a ves coiicivos, que fueron sedi- trentando eatrates de significaién en algunas palabras laren, Como aucede con el término "rile", queen el Sv de la eitenintlectaales de ln Sogunde meted del Siglo XIX se habia cangado de connotaciones negativas ‘denaadns on torn dos ej: el dl trabajo y el del Drogreso® La generacion del ochentahered de In orgs racién nacional In connotacin despeciva de Ja pal ‘re eillo "Lo creo eral primitivo, lo elemental, y 1 poco, coment ane lo pintoreso para estos hoinfes ‘que empezaron a tratar de hacer de las ciudades activos Rhus de europeizacion del psa" =? Y aungue se puc- Gen haar eases com el de José ern énder, quien ha Gevuna defenan de los habits, inclaso de trabaio, del Grillo frente al trabajador extranjero la connoiacin + Véase al respecto“Le fondacion de In teratara argentina, en ‘ninmo volumes 10 mnie pan tere Seagate eet scl le eet Sete ge sisi ena et ree ante see oe ei en sagas elem: Bel ce seh ert | evar neces, ie contraponian a la imagen de une ig ‘uuindad, La titeratura y el teatro driinitiza®e este aoe sot pan na ha ce Siesta ane om ‘Perezca del todo la tradicién nacional. Se transforma ‘Selo Se nde de Castro, e pe" El gaucho, ol desiota la carves va no son los representantes de una realidad "bésbare” gee hay que dejar atrés en la marcha hacia a “civiosci sino los ambolos con los que so tram tuna tad ne, _Simal que roe amenaca dave, Rocién misma de ‘progreso’, que asociada a la ‘rnb sid ona dn genracss hel chen ‘deja poco a poco de designar un valor univoco y autosi fciente. Una constelacion semintice de reticensas perplejdades comienzan a rodear esta palabras Bs ik Catta-prslogo a Mis montaas de Joaquin V. Gonzdies, Rafael Qbligado escribfa: “He ensalzado algune ver el ‘rogrest)a esa evolucién mas o menos répida que va layendo con el pasado y arrestréndonos aun porve- rir que seré grande y prspero, asi lo deseo, pero manea tan interesante como aqué, ni tan reo para el arte, ni tan caracteritico y genuino para la personalidad naco- Bal, Desgraciadamente la electricidady el vapor, aunque ‘émodoey ities, llevan en san cosiop ible, una potencia igualatoria de pueblos, razas y cas- fumbres, que después de cerrar toda fuente de bel concluiré por abrir eaves a fo monsiono y vulgar" "Ahora bien, .quiénes, dentro del campo intelectual, podian ser més senaibles a eae logado de significaio, bes? Aguelloscayo origen social y familiar predisponta a ‘ivi del modo mas espontaneo y “natural” el eojunto de valores depositados en la herencia.! Tipica en este sen- tido es la situacin de dos representantes conspicuos de Ja “reaceién nacionalista": Ricardo Rojas y Manuel Gal- (vee: Hijos de familias “decentes" del interior —do ‘Talgos de provincia", como los denomina David Vifas—, el apogeo del respectiv linaje perteneea al pasado mas menos inmediato y el presante ocesocbedeta a a légi- en de las coalicionespoliticas controladas desde el poder central, residente en la capital eosmopolita. También Lagonest era un “eriollo viejo" y “decente” que, abano- “Fado definitivamente el socialiamo roméntico de juven- {td, se aplic a la reivindieacién de la nacionalidad. Los tres podian repetir los versos de este ltimo’ “Feliz quien como yo ha bebido patria, En la miel de sa {desu ral” Mas Tare 0 mis temprano, era entre es- {ts miembros del eampo intelectual donde podia suscitar audhesiones una exhortacin como la enunciada en 1906 por Becher: “Todo debe, pues, inelinarnos a defender el grupo nacional contra las invasiones disolventas, afi { tmando nuestra improvisada sociedad sobre el cimiento ‘Mito ¥ TRADICION or afimar una “lida tra” inl i ms A de we gn te roca ee eae tron nang de tn pss cee ee: tae ireminente Laue ae aaa al ee dann a cro eee lence conc: Bloat ey ae the nce svg Taare se a at es sn na rein en dase neha raid piri no nare e Sate oe ee eligiosas, anhelos morales, sumisiones: tl, rine ¢ nda oneaione ma csrisines Th ver nada epee sor ee expt ue ena lara ue aos cris ne peopel nen oe dactrn oi homenye i ccldsoole eee Tor oa pate ha bseade caper nar ‘ara encpto daice teenie ee ports, ‘que, come los libros herdldicos, reavivase, por la leyenda o por la historia, el orgullo y la fe de la cas- {a La voluntad de constrir un mito nacional snes Side dl roses cedar ee ene auela dotntts de ose nts emeenga een {Sede sa ivestinisesNatsce ee ants dnt a anise ence {it al epntanisoe anges eet nae inure alum gas dente ey eee tune seins £0 ces cn ae cos alae exe ean ie Pan Sovieadns pare tars ls egentnoniein ian Sinden! font siamese aa las tendenia alaran va ritalin cree tein (deg inact cris an tnelimovnionta de evdmasnda as een) * ber tuvo ou punto de ondensacén en el afo ‘electra del pooma de Hernéndesno slo fae cca paral transfiguracin mitelpia dl gaucho —ennver- {doen arguetipo dela rara-, sino también para ext , blot a texto fundador” dela nacionalided:Sintatinn ( etegpirta de Ia raza americana, en lo que éste tiene de \ hondo y permanente”. El movimiento tuvo sus episo- die claves en las conferencasditadas por Lagone tre el Martin Ferro, que verianeditadas pocos aos dexpoés bajo el titulo de BI payador; en el disarso con que Ricardo Rojas se hizo cargo de Ia reign fundada ef tera de Literatura Argentina y, Finalmente, en la con- \Ctroversinpromovida pr In encuesta de Nosotros a pro Déeto del poema de Hernander, La encvesta de la vista oa, on realidad, un eco de os otros dos epiodios ln larga polémicn quo recorié vari mimeros tenia Xn jo de dacoria: era el Martin Fierro un poema ép- fe? Lugonesiohebia afirmado y Rojas tambien, aunque Je asignaran una filiacién hist6rico-literaria diferente. Para cl primero, el Martin Fiervo tenia sus antepasados en ls poomas homéricos, mientras que para Rojas se tmparentaba con la épica medieval: I obra de Hernén- der epresentaba para le argeatins lo que la Chanson tte Roland para los francenes 3 el Contar del Mio Cid para los espaol "Todos loo argumentos de flologsa ¥ preceptiva, de aque hicieron alarde inloso los que se oponfan Inca: Siicaion “pica del poems, eran tibutaros de wn pre- _Supucsto:laelacén entre la pie (primitive o popu) ( con la nacionalidad. Lugones formulé con cleridad este to en el préiogo de 1916 a sus conferencias: “El ab- jeto de eat libro es, pus, defini bajo el mencionado ecto In poesin épiea, demostrar que nuestro Martin Fierro pertenece a ella, estudiarlo como tal, determinar Simulténearnonte, por la nataralcza de sus elementos Ja formacin de I raza, y eon ello formula, por slim, ft secreto-do su destino” © Ya en su Histora de Sar- ‘miento, de 1911, haba adelantado el principio que guis- via su lectura del Martin Fierro: El pats, dice a props. sito de Sarmiento y Hernénder, ha empezado a ser esp ritualmente con esos dos hombres. Ellos presentan el proceso fundamental de laa civilizaciones, que semejan- tes a la ‘Tebas de Anfién, estén cimentadas en cantos Spicos. Ast es una verdad histérica que los péerias ho- ‘Were formaron el ntcleo de la nacionalidad heléniea, Saber decirlos era ol rasgo caracteristico del griego, Barbaro significaba revesado, tartamudo: nuestro grin. 40" Y Ricardo Rojas, al retomar Ia cuestidn en la is. toria de ta literatura argentina, ratificarfa cudl era la clave que estaba en juego en el asunto del género del ooma: “El Martin Fierro es tan diverso del Cantar del Cid, como lo son el ambiente y los tipos de cultura que cada uno describe. Demostrar que nuestro poema ocapa esa posieién ‘épica' dentro de la nacionalidad argentina, es plantear en términos definitivos el problema de su clasificacion genérica’ Sil texto de Hernéindez contenta el secreto de le ne- ‘ionalidad, volver sobre él significaba resucitar esa ver dad primordial, pero ya no tinieamente para evitar que ‘Let “gaucho simbélico* se eclipsara frente a los cambios ‘que el progreso introducta. También para afirmar, a tra ‘és de! mito del origen, el derecho tutelar de la élite de Jo “erollos viejos” sobre el pals. DeFecho que los recién egados aparecran ieapagristido, 4Y quién mejor que el eseritar para ejercer, por del gacién, este derecho? La misién especial del artista, un tema mediante el cual el escrito legitimabe simbélica. ‘mente su nuevo Iugar en In estructura social, se carga. ‘ba de cometidos concretos! decir la verdad de los orige- nes, fondar la tradicién, espiritualiear el pais, “Son los escritores, y especialmente los jévenes, quienes realizan cesta obra de evangelisacién,” oa 2 © ae [NACIONALISMO CULTURAL: DOS PROGRAMAS Do este conjunto de temas ostensiblemente ideoligi- oe, nora erréneo deriva la presencia dena ideclogia Fomopénea y compacta que oniBcara los textos donde tls aparecan. Estos temas no ngolaan la perepcin mi, ‘ence an la elacin con In clara ye mondo socal de ada uno de ls esertoresinvoluerados en la “resocin ‘conalita’.Alamalgamarse yrefundise con otras sig ‘idcaconee ce producian diferencias contrates que no pueden ser educicos a varantesndividuales de un mis- fo sister, ‘Bao es important, sbre todo, aise ationde no ya excusivamente alas diferencias que se establecen ene) plano de lan manifestaciones discursvas sno en espe- al alos enunciados programaticos. Desde este punto fe viet, uo s mero indice de diversidad excasivamen- te porecal el que Rojas consider aloe valores Liberal Gemocraticos como Tahérentes a su progr @ -Gioracén nacinabnta"#® ni que concia a la escuela ‘iblfc como instrumento por excelensia de o36 progr Ina. Lo misno puede deciee del rasgofuertomente his- toriita de x naconalismo, de marca romdntica, qu lo Teva e pensar la“erisisespritual” desencadenada por lninmigrecon y la moderizatisn, come momente de un tmovimento que dar Tugar a una nueva sintesis hist Foe que inciiré aloe racién legos, Pese as prepea- pacion por el present, la historia dels empos moder- Tos no ora pare Rajes, como veremos que fucede en en aide y degradacin. : A tans darael cas de goes No os ndifrente el mode on que defini, erin tia de lls, a“funeion s- Sal” de ous eonfereneas del Oden: “elcome po haber Sido el agents do una intima comunicaién nacional entre In poesia dl pueblo y la mente clta dela clase superior, {Qu Gat cao ov forma el eapsrita dl ptes- Ale po- eye con ou genuin sabor 9 8 calidad exelent; al ax- 89 Poet: “La oh / mordial de los "Se ditorio con su sensibilidad, ben6vola, sin dud; pero tam- bien ut hata ver ene, corenponde lable el poctdcul. Mi palabra no fe sino la abeja cosechera que Hlevé el mensaje de la Nor silvestre a la acble rosa del ar- din"s9 El paaje es elceuente y no reqalere demiasiades fuentaroe. Ahi estén lo destinataros del mensaje, e] sito gnucho el poota-medium, al recite la verdad pri- Teroios" Ia trasmite asus verda= dros ttulares: la clase superior. El eseritr “forma el es- ‘rt do a patria” Tojo tos de legitimacion para fo que gobiernan. ¥ la apelacion de Lugones no es solo ‘erica us conferencias fueron seguidas por el entonces presidente de la replica y sus ministros, Finalmente, no es menos signifietiva la forma en «qu, tres afioa mas tarde, Lugones enmarca la situacién fn que ss conforencias fueron enunciadas. La ombi- siedad que puede leerse en el pasaje siguiente (7a. fru6n" es la cudad-puerto, pero también la calle frenta al teatro Odeén) preyecta el turmultobarbaro del inmi- frante como peligro a la vex para Ia patria y para sa “in plabeltramarin, que 2 semejanca de ls "undigos Ingato, nos armaba escndala ene gut, desaté contra mi al instante sus cémplices mulatos y fu setarion mest. Solemne,tremebundoe nmi con Ia representacién paramentara, asi se vinie- ron. La ralea mayortariapaladeé un instante equim. ‘on prgusto de manchara un esritr a quien nunca habia tntado las Iria del sftagounivera” El baie etd carguto de referencias emerelam Ese mi tne ato, 1916, la aligarguia alr dl ito por ell titular “natural! dol poder, era desplacada del gobiorno Por n“rln ayaa, por mata dl sing ‘Sera dil tradusirentermins de ages lararmen- te defines, In distancia que ents diferencias intodus Gian enon repertoria de temas idedlins cay denen nador emiin era la afiracin del derecho Ge foela 190 ( aque, sobre In direcin del pai, poeian la élites de Restos wea, Hay que toner presente que estas ites wrikitaban divdidasy qu uma faccién de ells estaba sr neigen del poder, glanteando el principal deaf al Sena rio, a Union Civica Radical. La refer ‘ee ptelectuel 9 moral propuesta por Ras content el TENS Sinton de una noeva sintess, Pero 2 agenie Te nadie aor ena ligaran que habia sid cmplice de Te Ffconacinalization”y eayo dominio sobre et poder vigtatn el eerie de In democraca; ni tampoeo ague- The julancecbe Rojas, cuyas banderas internacinalis- Ua an Tn manifstacin patente del cosmopolitismo (ay Seenana la identidnd de la nacié Bn el espacio de 2 ble nagocién oe abr Ia expectativa por un ov ‘Stents que pormitiors cojugar la demanda de demo- easteclon dea vida pliten con la nacinalizcin cul {Goat del pai: refornasosalytradicin rill * EL, RETRATO DE ARTISTA Convenida ta nocesdad de une tel clara le rion ew demubize entre ou fants, por derecho ca or deegecin, Eas rsgo eso de una Ses ae ra tiene una maniertacign Iteara sintons- Be aloo de Gebrie! Qurogo, de Mansel Galve. ie Essa ntlecual de detant, dn tempe ana asta, roporciona un elonco do caidas ‘inculadas a la nueva figura social: Gabriel Quiroga va a ec fo ns cons sn doanerse on sus ras exo ea annidad delays sient no ante un vir Nee sore por su escepicmo ¥Taguen 9 ¥O- funtad, detesta el lugar comin y las ideas hechas, es com- ‘plicado pero modesto, irénico con los ‘vulgares y los ‘bar- Prete ey aplnus desde, ete. Bn este ‘Tetra del ae sara! Gave dio fortn's wna woert de compen Ses goubided nacional, ljadaon ux siti a cultivado y de buena familia $i las referencias autabio- grdficas son transparentes, si algunas ‘poses’ de Gabriel reeuerdan también a Emilio Becher, lo que tiene valor temblematico es el modelo de eapiritualidad refinada que, luego de un perfodo de “exiravio", redeseubre la verdad de un estoicismo sencilloy a la ver aristocrético que sabe percibir la belleza de lo ristic, lo prsntivo, lo pobre. Gabriel Quiroga desciende de una familia tradicional ¥ sus “antepasades le transmitieron, sin saberlo, ese itan eriollo!rencor atévico al extranjero".® Una curiosi- dad diletante lo lev6 « explorat las doctrinas literarias y filosoficas de moda, pero en Europa “le asalté el re- cuerdo de la tierra lejana’ y de esa experiencia “nacie- ‘ron sus ideas de patria”. Por eso, las reflexiones del Dia- rio con qiie se propone rendir homenaje al aniversario de la Revolucién de Mayo, no quieren ser complacientes: dird la verdad De todo puede hallarse en exe juicio “duro y cruel" so- * bre la pat spiritualism arelista, hap nalimo alo Bares, odo ell rfundido en una senibil- dad ‘istinguiday, imagen de un mito ¥ den modelo, el | del ‘ala de artista. Espiritu superior, Gabriel Quiroga no puede sino rechazar el expectdclo de esa “iudad f nici’, Buenos Aires, donde el progres y la riqueza me ~Tatial han ahuyentado tod idealismo, Eat rechazo noes slo moral, bidnestéticn, “Buenos Aires produce {una impresidn pens. a fealdad de su eliiacionsono- ray multiforme la earencia de perspective y la monato fade sus elles rctaseiguales, revelan en nuestro ee pita eolctvo una falta de sentimiento estétion” ¥ es el Inmigrante el agente fandamontal de esta decadencia es {etit-mora que corre el exptit dela patra. ‘Pero no todo esté perdido, sin embargo: Frente a es- ta sociedad de mercaderes, sin charme y sin etilo, Ga- briel Quiroga descubre el efugio del alma nacional alt donde “no ha penetrado la eivlizacion eantempors. gg provineian del & a a oe ae éapero, eonservan la tradiciGn colonial y resguardan Roose ioe avances del cosmapaliismo dso, ls fens, los sentimientos y la moral de nuestro pasado” Perovel habitante de esta regién incontaminada no puede descubrir la verdad de la que es portador in- fansciente. Ello requiere la mediacin del alma culti- ‘vada que convierte al ristico y al miserable en objeto de contemplacién esiética. “ Fealdad del progrso, blleza de las ruinas y Ta po- bead, Ia historia do loa tiempos modernos como caida y dogradacion que el artista tiene el poder de redimires- {éticament: los tépicos son bied ebioeidos. Hay algo fads, sn embargo, en algunos juicios sobre la formacion Histrica de la Argentina en el libro de Galver que hace de él un anticipador. Aungue rinde su homenaje a los padres fundadores dela Argentina iberal (Mitre y Sar- Iniento), el Diario est recorrido por aseveraciones como fata: “Los cuarenta afos, de nuestra barbarie no son ~) ftra cose que la rebelién del espiritu americano eontra tlexpiritu europeo. Zl primero estaba represéntado por {os faderales y era esponténeo, democrético, popular ¥ | “Watharo; el sogundo estaba representado pot los wnita- | ios y era afrancesado, artificial, retrco,aristocraticay ‘Gvilisads": No o6lo ef invierten aqui los valores de la | {rmula famosa "civlizacién 0 barbarie”, sino que el ui- “Go contiene in nuce el programa com que veinte afos ‘is tarde el revisionism hitrico nacionalista impug- Dard la tradigion liberal: puentes tendidos entre él pri- mer y el segundo naciosialismo argentino. ‘Gabriel Quiroen, personaje Sto y mascara de Gal ‘vee procesa asi lo topics de moda (y anuncia algunos de los futures) del nacionalismo, la xenofebiay el ant- Iiberalismo, en el molde de una ideologia esteticista. ) 1 Postula que el eseritor tiene une tapacidad y una fun- cién, para eaptar verdades estéticas, pero también s0- tiles y morales, hacerlas accesibles al pensamiientoyla Sensibilidad de los demas hombres y devolveras,reve- 88 ladas, a Ia conciencia de aquellos que, incluso, pueden ser sus portadores jgnorantes. Notas “LAL seapecto de esta nacido, véase:Piere Bourdien, “Campo “nuelectualy proyecto ereador, en: Poullony otros, Probl ‘mac del extracturalis, Mizic, Siga XX, 1967. Dice Boer dieu:"A medide que lo campos de I actividad humana ve d- ‘erenclaben, un orden proplamente intelectrl, dominado por ‘un tipo particular de legtimidad, se definte por oposiién al ‘oder econdmizn al poder pelle yal poder roligos, ex de- {r, todas Ins instanciaa que podien pretendorlegislar en ‘materia de culture en nombre del poder ode una eutoridad (que no fatrapropiamente intelectual” (. 198) 2. Asi lo denominan Cares Payé y Eduardo Cardanas en Bt pri ‘mer naconaliomo argentino en Manual Galvez y Ricardo Ro- Jas, Bsenea Aire, Pea Lil Edita, 1978 Ni ne revtringe tampre, eno periado que estamos conside- ‘rando, al gropa de escritores que darn el tone dele reeeién ‘ecionalisa. Véanse, por qempl, e) capitalo tercero de It ‘Stptime edieéa de Sociologia argentina Buenos Aires, Roto, 1918) tivlndo “Nacionalidady nacional y Ie pblis- ade Manel Ugare, 4.La fragmentaredad de la siguiente enumeracién de compo- ‘nentes ideligicon no debe ocaltar Ia hegemonia del erat ‘Ron el horizon del Centenario 5.Carloe Real de Ania, “El modersisme Iiteraro la ieolo- is" en Becrtura, N* 8, Caroce, enero junio de 1977 6. Roberto F Git, Visto oni, Buenos Ares, Lose v.84, 2."Bero ha lead ya ol momento de sentimos argentino, de sentrace amerizanosy sentrnat en tlt término epafcles [odhlo que I rasa perteneceme” eserbe Manvel Gaver en ‘Elsolar de a raza, Buenos Aires, Agencia General de Liver Publicaciones, 1916, da. eign, p63. La primera edision de 1918 fue premiads por el gobierno nacional 44 Nose puede atrbuir un sentido entimperialite al dacorso de Rodé nil sentimiento antinerteamericanocorient en aque- 1975, 14 PS eS a a ae tos aon dentro dels eresln dirigents de le oligurguin ar. fenne, Sélidamenteintaleda ox ln alianza con el capital Ernsoieo le otigerqaia argentine restr durante sf as Dretensiones hegeméneas de los Estados Union ‘9.Jond Bare Rodd, Ail, Valencia, romeo, sin feche, . 62. 10:Vease “Estadio sobre la Argontinn en trassicéo, en: Gino ‘Germani, Polficay sociedad en una epoca de transicién, Bue tno Are, aide, 1979, 4a icin. 1. Veese el capital segundo de: José Luis Romero, Et deserello delay ides en la Argentina del eglo XX, México, FCE, 1905. 12.Trabajemon esta texutin con ln guia de las nugestones pro- ‘oestan por Pierre Bourdieu, op. cis; Levin Schocking, £1 [uso lucreri, Mexico, FCE, 1950; y Reymond Wiliams, Cul fare and Society, Penguin, A Pelican Book, 971. 13. Vense Literatura argentine y realidad politica, Buenos Aes, Jonge Avarer 1964. 1M. Bopocialmento thes tomes: Amigos y maestros demi jven- tidy Enel mundo de los sere fticios, Buenos Aire, Hathet- te, Bt paaada argentine, 1961 s6.Hoterto J. Payrs Cranicos argentina, publieedes durante 1809 ene daro La Nac 16.Ricerdo Rajan, “Broceién de Billo Becher” en: Emilio Be- ‘er, Didlogo de laa sombrasy otras paginas, Buenos Aires ‘Faculiad de Fuoetn y Letras, Institute de Literatura Argen- tina, 1098, p, XXOCVL 17. Misloria de teratira argentina, Buenos Are, Kraft, 1960, wh Tp ae 18 Emilio Becher, op. cit, p. 284. 18. Raymood Williams, Culture and Society op. cit, 58. 20. Veene les muy interesnnien cbservacioes de Angel Rama, ‘eapecta de un fendeno similar, en Los potos moderisos Intl merendo ccondmico, Montevideo, Universidad de la Re ‘in, 1068 121 Respecto dele perduracién de aagosarceicos en a figura mo- Garnet ecrion eu tye ladenripeién que, de wat am ‘cones acnbigonsrerpecto de wa rtebuion nimble y de ‘ omeidereci socal, diseBia Cvlos Reel de Aza en 0 c {do esto sobre el ioderoiame:“Sntetirando: ve podria ‘deci que Ia nuova conctencia de integrar un grupo social de ‘apeciicidad mas pereada que Ia que tenfa nites —esto es: tine intelligentsia’ inspite ale vex difuncional a os in- {areoea dominantes Gon sociedad a voce, inelooo, sn que fervarl, re tradae en talestar, Pero en maletar también, 195 tn prep de xtare hain an tc, ns pets ye titre, no yor actividad entries sno for etria ‘chrpvo ol fv a protce do un asborsona Tae fiancee vrsdes operon ol, a diplomas In nega nt recency as psn apse, ee Cea ane eerbie acl diplmni, enw rerd Strabo eave Setiendntanbin no parece ener db vane que ape pore ms enna era tas ne fw taser oe ora end hacsuna sewn Fence eva cendore donee ua paid de en teilny tnt Ben y rcpt, concn de tae {Grins materi oe pros tfamnie eso ene ‘rec del vj incl tre polio del ergy de encase ras dinero No to, efnce, npr Senos par a mayors nu expose de freenia enpiual aoe levers dba coms suai dela no en ra sc Economie rr ea ul ur opens hematin op cer? 6 12 Slicer ps8, amu Cen Amber) mare, oe 24. Ibid, p. 77 y sig. 2 mast gp nS 25 Nie Rejti, Mi paso por I potin, De Ros Yin ‘Buenot Aen, Sentige Reda itr 1986 p00, 28 Ve ne Shri api ra ‘= Manual Caves, mamta, Bac Ave, hos 1962, 3a. edicién, p. 40. “= Are Ace 1 Rebero 3 Pers, Busaione de un porte vic, Buenos Ae "es, Gusta, 1992 Gada por BtoanioGonesis Lamar, Ce ay gure de Roberto J. Per, Borns Avs, BUDEBA, 28."Un ato de vide", Nosotros, N? 19-14, 1908 Ctamos de acwer do con la untologie de le revista realizda y prologada por Noemt Ula: La Revista "Nosotros", Buenos Alves, Galera, 1869, p18. 7 29h Vato yap. 92 vez est recordando el epicndo vaviasdécndas despuse. El hecho do que ie ambigeded ee mantengs lusten Ie foerea ‘im que acuabe a comienzoe de eete siglo 1. Algunos datos tbre ediciones proporcionades por Gives en ‘Amigos y maestro. y Bn el mundo de las seres tio: de Le guerra auch de Lope Lagaes se iraron xe my ‘uinientos jemplaes, que fueron comprados por el Mi nistrio de Gueren, el de Tostracign Pliny la Camiién de 196 ‘itiotcas Poplare, La eicién de BI dari de Gabriel Qui ogo de Gaver, fs de guinientos ejermplares, solar defo Tase, en eauio, fave ua tirada de cuatro rail ejerplares, {gu parecen haberse vendido con mucha rapide. De unt no- ‘tela que luego gouaria de éxito de pablcesstenio, como Za Imacsira normal ae Sraron dos mal ejemaplare, de oe cuales {os primero ochoientos tardaron mas de sels meses en ver~ tere, powe oa reouancia poco menoe que eeandalaes que compen al slide del bro. La primera eicin de Cuero ‘deamor, de Incuray de muerte, de Horacio Quirog, pubicn- fn por la Cooperativ Bdtorial Buenos Aires en 1936, se ven- {ise inmate sntegraments, pero oto era de qunientos ‘Gemplare en est cau, sin embargoes preci tener en x0- ‘Sitrncgn que lee relate de Quiroga habianegndo a un pé ‘code vero niles eavés de ws aparcign previa en Caras 1 Cretan) Las tira de Tagenioros endaban, csi sempre, Jos der a Gjemplares y de slgunas de sua obras we biceron disnoes pra ena Argentin yen Espana. En! perodo que ‘Stamos desrbendo, el teatro nein de manera francs y Sbieamente comercial, era no nos ocparemos aqut de sie {nteresante aspect da la vide cltual argentina 2. Sobre el fendmeno dal patronaxgoexttal, véase Ins consid ‘aclnes de Antonio Cdndide en: Litera evocledade eta do de tora « stra iterdria, Sen Pablo, Compania BA tora Nacional, 1976, 6a. edicin,p. 83 sa. Serpo Bag, Vida etmplar de José Ingenio, Buenos Are, El ‘Acie, 1868, een. “Aularerato™ aparece Gado en us. 54 Mansel Galves, Brel mundo dele srs fticio, op. tp. 0. 835, un exslenta edo sabre el impacto del inmigresin ea Ia Titerture argentina, Giadys Onoge sig los pasos de esta transformacion, ciyo sgifeado Deredarian Galver, Rei 3 tenrbié, Lagoses cuando ae aplique a la elaboreién del mio (aucho. Véaae a bumigrcion en a literatura argentina (180- oto), Rovere, Pacalnd de Pooley Letras, Universidad No onal del Litoral, Cuadernos del Instituto de Letras, 1965. 36."Durante lego XIK en los textos tanta de vigor exranje- os como de ensayisas argetines a palabra crolo we on ‘ete en sindamo de incapacidad y haragsneria, James K. ‘Besble, Buenos Aires Del contro aoe barrios: 1870-1810, Bue- ‘os Ate, Sola/Hachete, 1977, p. 281 37. Jond Lute Romero, El desorrola de las ideas. op ct B18. £38 Vena le Inetrucion del Eetoncer, publica en 1881. 39, V. Manila, Mie memeriae Infancla-Adolescenca), Buenoe Aire, Hackett, 1855, . 6 40.Mis montaias, Bueton Aires, 1005, 2a, ediién pp. XVI y xvi 41, Praca de ello es que Gut, hijo de In iamigracion y uno de os res Uegedos al eum Satleetnl, que habta ecedido orl vin expen y novedos dele Fecaltad de Ponti y Tetras, polemiza explictamsente con el programe de ssteis nacinalita pare In cultura popuesto por Rajes. A poco de sparecda La restaurociin naionalieta, Gist ima ln nota Ubliageiien extensn que Te doin In evita Nosotros (a TV, febrero de 1910). Coa un eaptrite diapuesto« eomprender ol rentaje de Rajas, Glustlevanta, sin embargo, objeciones fentrales. La primera eonsate en ia defonsa de es! amado ‘onopalitemo que, de elamento que debe dsnverse en una ‘ntersnaciona, pare jan, se convert, para eu eso, 0 ‘rnlidad esenciel del perl argentino, La segunda gra en tr ‘orl valor aignado an redin cltural del siglo XIK or ‘gle cslonioles. Gust! penaa aa cultura argentina en fon ‘Sin de fro y desecha, come insignifinntes Cun punto fl ado de ios sgl de gloria” que vendrn) los aos transe ‘idor a eae sentido, Chua propone I adopséa de Ta tra {in humantsten deroerdea universal, nde nin #4 juco ‘con Argentina del des que wa vluteraticareivindlencién {el in 6 el grucho,leidan en ol texto de Rojas, Si “nuetra [imtoria esta todavia por hacerse" In cuestion él programa caltral es para Gust una trea excusvameate de futuro y fn dot le inmigraciin conetituye el elemento primordial ‘Nueterahstrin no hard sobre la enorme masa de etranjeros aque plasmard aqu! Ia nueva necionalidad, la cual, es de expe- Tarlo inspira on eso ideales de justi, fraternidad © igualdad econdaiea que hoy dia soeban los meaos.Yacase v0 ti, cunndo la profea rea de Andrade wes un hocho,yaqut tevven relizada'Al inno colosal dels desiertas La eteran omnia de las nacioney, Buenos Aires tongn el orgullo de ontemplar en run plazas no alo « Moreno, « Rivadavi, & ‘Sen Martin, adalides reopetables de un Ideal ye natiguo, no fia aleimbalico Dante qhe Raja adaite, no elo = Gaibld Y Maazini que él nos propone arojar a un deavn, sino tam than, cpor qué no, a Carlos Mars, a Emilio Zalé, a Lan Tol tal, campeones dels nuovo ideal 42.Dara lot datas familiares de Rojas y Gélver,wéase: Pays ¥ (Cérdenes, EI primer nacional... op. ct 198 SS a eee a vw aaa ae 42. Las constants de Langone, través de sus socesvas peripe- as pitas, ron eins por Not snk = pao agoncs mit nacional, Buenos Are, Paste, 1960. 4. "Oln's lon pomades y « lan mens", on Leopoldo Lugone, ‘Obras postion corpletas, Madr, Aguilar, 1959, p. 48. 45, Gade pr Manuel Gdlvexen Arsigoey maestro.» oP P sr 146, Bronialawe Melinova, “Elmo en la pslcoogin primitive’ en Magi, cenia,religign, Barcelona, Ariel, 1974, . 124 Gi Blown de plate, Buenos Aires, Losada, 1946, 22. edicién nln tect Costempordnen, p. 1 “Ge itanael Calves, respuesta a enewesta sbre Martin Fiero, Sea Nosotros, N50, unio de 1918, 49. payodor, Buenos Aes, Century 2961, p26. S0-Lagines, Historia de Sarmiento, Buenos Airs, EUDEBA, 1060, p. 181 ‘1. Rajan, Historia dela ltarature argentina, op. et, vol Tp 52 52, hiv queen pot con Raj, ngocron oS las Se Staarbe Ber oj repeat "-que of mainallme © Ase cna y monsasio por adiaen ancens,y 6 Pollo Algnani. Bo la Argentina por tai neo Faoapera, hn de on posit por soderida american JLIEED Rajan rstaroeidnnasonalia, Boon Aires Li Tera "a Ped, 192, 20 etn 6 5 Gaia deLa Ni, que rong lv dela confrensan de Pr orate prin eB payer op a Es 4d, p17 Teeentas uattcer una correspondence de homolog etre Seep secon us je viva pesabe a través Ge Sr can de vestaracn maint, yas us 9 conser Pree radcliomo ena n pograme “ep manera trees dl stag universal yin moder ‘Son do as prtesns pata. se. enol Glos, B dere de Gabriel Quiroga. Opiniones sobre mea argeatin, Buenos Aires, Aroldo Moen & Ho, Eat teas igto Bata obra Se Gaver no foe mane eens 199
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