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+ Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria* Jacques-Alain Miller Desearfa, en primer lugar, felicitar a Marie-Héléne Brousse por haber organizado este seminario angléfono en Parfs. Estoy verdaderamente sor- prendido de ver aqui a casi cien per- sonas de diferentes paises. Deseaba que se retomara este seminario anglé- fono. Hubo hace ya unos afios una serie en Parfs, luego lo interrumpi- mos. Como eso me preocupaba, le pedf a Marie-Héléne Brousse de relanzarlo. Es una ocasién importante para mi constatar que la audiencia del Campo freudiano en los pajses angl6- fonos, lejos de haber disminuido, aumenté en ntimero y en importancia desde hace diez afios. El Campo freu- diano no est4, a mi parecer, suficien- temente representado en el mundo angléfono, algo que tenemos la inten- sién de cambiar. El Campo freudiano desea promoverse con vigor en el mundo anglosajén -en Gran Bretafia, en los Estados Unidos, en Australia— y en otros paises donde el inglés es habitual para transmitir la ensefianza de Lacan y nuestra accién. Como titulo de este seminario elegi: “Psicosis_ordinaria”. Aunque esta no sea und categoria de Lacan, me parece, una categoria lacanian, Es una creacién que concibo cong _extrafda de lo que nosotros Tamamos “la Giltima ensefianza de Lacan’, gue és en sf misma como un efecto ret. SSN St MISTS COMO UN ECO rela no del lesarrolo pragmtica de sy ensefianza a lo largo de treinta ak de seminario. Tengo la intencién de darles, en esta exposicién inform sobre el concepto de psicosis ordina. ria, un mayor eco del uso. prdctico hacemos de este_término desde Me muchos afios con mis colegas, entre los cuales muchos han contribuidoa darle un sentido més preciso. América dividida Freud se planted la famosa pregur- ta: “ZQué quiere una mujer?”. Else planteé en tanto que hombre. Quizt en tanto que mujer también. A pest de tener atras treinta afios de ensefa za de Lacan, nosotros no tenemos i respuesta. Sin embargo, la hemosbus cado. No se trata por lo tanto de uti cuestién de discriminacién. “Conferencia pronunciada en el seminario angléfono “Psicosis ordinaria” realizadoen| Path en julio de 2008 y publicada en la revista Quarto 94-95, enero de 2009, en Bruselas (ECA) en Freudiana N° 58 en abril de 2010, cuya traduccién realizaron Sandra Aris y Catherit Galaman. Agradecemos a la responsable de Freudiana, Gabriela Galarraga, y a las tradue” ras de la ELP, su colaboracién para esta publicacién. La traduccién que aqui publican® corresponde a Damasia Amadeo de Freda. El Caldero dela Escuela = Tengo otra pregunta que me ha perturbado durante ajfios: “;Qué quieren los americanos?”. ;Tengo la respuesta! Una respuesta parcial. Quieren a Slavoj Zizek. Quieren al Lacan de Slavoj Zizek. Lo prefieren por sobre el Lacan del Campo freu- diano. Quizd, por el momento. La pregunta es la siguiente. jEllos quieren conceptos bien definidos? {Quieren un espacio para discutir? Un espacio de disputa?, lo que es el caso con los conceptos de psicoandlisis. Otto Kernberg, por ejemplo, decia estar muy perturbado por el hecho de que no podfa atrapar la definicién exacta de los conceptos lacanianos. “Cambian todo el tiempo”, decfa. Pueden imaginarse bien al querido Otto —que lee francés- buscando y queriendo encontrar en Lacan la defi- nicién del Nombre del Padre, del sig- nificante... y no encontrar una, sino una pluralidad de definiciones. El encuentra definiciones contradictorias y se encuentra siempre perdido en la ensefianza de Lacan. Es que es muy dificil dar sentido a esos cambios cons- tantes en las significaciones de los con- ceptos de Lacan. Quiz4 sea porque Otto es de descendencia alemana. Los prusianos, se sabe, quieren significa- ciones muy rigidas, pero a decir ver- dad, esto incluye también al espiritu americano. Recuerdo que Kernberg, mientras yo daba una conferencia en New York en 1985 —la unica que di en la IPA-, cuando terminé, en una de las preguntas que me plante6 me decia: “Pero, el cincuenta por ciento de la vida psiquica son los afectos”. ;C6mo hacfa él para medir el cincuenta por ciento de la vida psfquica? Sin embar- go, jera Otto Kernberg! El queria defi- niciones precisas. Y es, en parte, lo que los americanos quieren: un saber bien definido, utilizable, con ntimeros. Por otra parte, tengo la sensacién de que los americanos reclaman un espacio para transmitir sus opiniones, para poder decir: “Td piensas asf, yo pienso de otra manera. Yo tengo mi propia idea”, sin por eso faltarle el respeto al prestigio y al saber. Es una forma muy democratica de cuestio- nar el saber del Otro. Tengo la impresi6n de que el alma americana 0 el espfritu americano, si me lo permiten, se encuentra desga- rrado entre, por un lado, un deseo por la extrema precisién y los nime- ros y, por otro, el deseo de ser capaz de expresar el propio pensamiento y de seguir las propias ideas. La psicosis ordinaria definida a posteriori La psicosis ordinaria se sitta mds bien'sobre esta segunda vertiente. Es Ja raz6n por la cual la elegi para reno- var este seminario, porque la psicosis ordinaria no tiene una definicién rigi- da. Todo el mundo es bienvenido para dar su impresién y su definicién de la psicosis ordinaria. Yo no inven- té un concepto con la psicosis ordina- ria. Inventé una palabra, una expre- sin, un significante, dando un esbo- zo de definicién para atraer los dife- rentes sentidos, los diferentes reflejos de sentidos alrededor de ese signifi- cante. No di un saber-hacer sobre la utilizacién de ese significante. Hice la apuesta de que ese significante podia provocar un eco en el clinico, en el profesional. Querfa que tomara am- plitud y ver hasta dénde podfa llegar esta expresi6n. EPISTEME 14 Estaba inspirado por lo que Lacan habfa hecho con el pase. Saben que é1 Namaba al verdadero fin del andlisis, “Bl pase”. Pero no dio més que una definicién esbozada, porque no que- rfa que la gente lo imitara. Si ustedes dicen que pueden reconocer el fin del anélisis cuando el sujeto hace esto 0 aquello 0 dice esto 0 aquello, todo el mundo va a hacerlo inmediatamente. Es el caso de la Universidad. Si tienen necesidad de una nota, deben decir Jas cosas de una cierta manera yen un cierto estilo. Y entonces la gente se conforma con eso y vive en un mun- do de sombras, una “Ciudad de fan- tasmas”, como en el articulo de Jean- Louis Gault, Debo confesarles que la Universidad es una ciudad de fantas- ‘mas con gente que imita lo que son supuestos ser. Lacan dio solo un esbo- 20 de definicién del pase y propuso que se experimente para ver, una vez definido el momento, lo que surgia, aquello a lo que la gente contribuiria. Quisiera hacer algo de ese tipo con la psicosis ordinaria. Y creo que eso atrajo el sentido en potencia. Mucha gente se acercé luego para decir: “Yo conozco un caso de psicosis ordina- rial” Si nos vemos tentados de darle una definicién, es pues una definicion 4 posteriori La clinica binaria y el tercero excluido Ahora puedo reflexionar sobre la raz6n por la cual habfa sentido en su momento la necesidad, la urgencia y la utilidad de inventar ese sintagma, psicosis ordinaria. Dirfa que era para * Gault, J-L,, Quarto 94-95, pags. 66-71, cat + esquivar Ja rigidez de una binaria, neurosis o psicosis, slg nlp Saben que cada significante es iy, damentalmente definido, en la teos, de Roman Jackobson que es una ey. ria antigua en la actualidad-, por posicién en relacién a otro signifcan. te oa una falta de significante. La idea de Jackobson es una definicién bina. ria del significante. Durante afos mig que tenfamos esencialmente tina c- nica binaria, neurosis o psicosis. Un “o bien o bien” absoluto. Tenfamos también Ia perversion, pero ella no pesaba de la misma forma en balanza, por la sencilla razén de que las verdaderas perversiones no se analizan verdaderamente y, por lo tanto, aquellos que entran en andliss son sujetos que presentan rasgos de perversién. La perversi6n es un mino discutible que desband6 al movimiento gay. Es una categoria ie tiende a ser abandonada. Asi, nuestra clinica tenia un canst: {| ter esencialmente bari. Resliads durante afios vefamos a los clinicos,a os analistas, a los psicoterapeutas, yreguntarse si su paciente era neurt- en paicttico, Coando wtedere fan a esos analistas en control, po dian verlos retomar, afio tras ao, paciente x, y si le hubiesen pregunle do: “zYa decidi6 si es neurético 0 Fs cético?”, ellos habrian dicho: “No, 70 lo he decidido por el momento". ¥ eso continué asf durante afios, Clare mente, no era una manera satisfac” ria de considerar las cosas. dero Era claramente una _dificultad en los_casos_de_histeri casos teria. Cuando en la histeria no hay un: fificaci6n nar- nite buena” uf mente sienia” @s tir término winnicottiano que me gusta mucho-, porque en la histeria tienen a_menudo algunas marcas de una certa ausencia del -Suerpo_un cierto abandono del cuer- "po, entonces podian preguntarse si este abandono llegaba hasta el punto de no concernir ya a la histeria sino a Ja psicosis. Vefan asf gente que inten- taba, durante afios, decidir de qué lado estaba su paciente.O bien, cuan- do tienen sujetos que testimonian de un vac que expesimentan on s's— mos, Pueden preguntarse si ese vacfo “es también histérico. Es el_sujeto barrado que reenvia ila nad@ era PEs VO es el vac pales Tosis? 70 es el vacio psicdtico, el agujero psicético? Aunque, afio tras afio, a pesar de la diferenciacion supuestamente absoluta entre la neu- rosis y la psicosis, sobre la base de la forclasién del Nombre del Padre verdadero credo lacaniano: “yo te bautizo neurético si hay Nombre del | Padre, yo te bautizo psicstico sino lo hay"-, ciertos casos tenfan el aspecto_ l-etar ques dos, eta frontera terminé, a To largo del tiempo -en-el control y en a prética, por sna charse. {Un ensanchamiento creciente como el que ustedes encuentyén alre- dedor de su cintura! Entonces, habia algo que no iba bien porque, si era una neurosis, no era una psicosis y, si era una psicosis, no era una neurosis. La fsicosis ordinaria era una forma de introducir el tercero exclui- do por la construccion binaria, unién- dose al mismo tiempo a la posicién del lado derecho del binario. ty Era una manera de decir, por ejem- plo, que si tuvieron durante afios razones para dudar de la neurosis del _sujeto, pueden apostar a que se trata bien de un psicético ordinario. Cuando se trata de la neurosis, iUstedes lo deben saber! La contribu- Gién de ese concepto permitia decir que la neurosis no es un fondo de pantalla (wallpaper). La ngurosis es una estructura mu wrecisa. Si no reconocen la estructura muy precisa de la neurosis del paciente, pueden apostar 0 deben intentar apostar a que es una psicosis disimulada, una psicosis voad, 'No es, pues, seguro que Ta psicosis ordinaria sea una categoria objetiva. Se tienen que preguntar si es una cate- goria de la cosa-en-si. ;Pueden decir que la psicosis ordinaria existe objeti- vamente en la clinica? No es seguro. La psicosis ordinaria interesa al saber de ustedes, a la posibilidad que tienen de conocer algo del paciente. Ustedes dicen: “psicosis ordinaria”, cuando no reconocen signos evidentes de neuro- sis, y asi son conducidos a decir que es una psicosis disimulada, una psicosis velada. Una psicosis dificil de recono- cer tal cual, pero que deduzco de pequefios indices variados. Se trata més de una categoria epistémica que objetiva, Esta tiltima concierne a nues- tra manera de conocerla. EPISTEME 5 La construccién lacaniana de la psicosis en los Escritos 1, El mundo imaginario movedizo En si texto clasico cobre a psfcosis, “La_cuestién_preliminar...”? de los Escritos, de todos modos, Lacan debu- ta con la neurosis. El piensa la psicosis. _en la perspectiva de fr neurosis. Hace. ~Gderiuar Tavestractira de Ta psicosis de la de la neurosis, como una variacién de la estructura fundamental de la neurosis o de la normalidad. Hay una conexién entre neurosis y normalidad: el complejo de Edipo. En Lacan -y en Freud igualmente-, el complejo de Edipo —que Lacan traduce como meté- fora paterna— es tanto el fundamento de la realidad comtin como de la neu- rosis. El complejo de Edipo es el lazo entre normalidad y neurosis. Podemos decir que la neurosis es trngrmalidad. Ur supuestamey e5_un neu su neurosis o que no sufre demasiado de Su Neurosis, 0 més todavia, que no cura su neurosis por el andlisis, que cura su neurosis viviendo. jEs menos inferesante! Es més interesante curar la neurosis por el andlisis, pero la gente no piensa siempre asf y sigue vivien- do. ¥ entonces, me siento como el doc- tor Knock, en la famosa obra de teatro francesa de principio de siglo, que decidfa que todo el mundo estaba enfermo sin saberlo. zCudl es la base comin entre neu- rosis y psicosis desde el punto de vista de Lacan? ;Cudl es el inicio de la rida psiquica? ET ida psi- = guica en el Lacan clésico es lo que 16 se Hama lo imaginario. Consider, todo el at _ginario. Es el Lacan clésico. Ey puede poner en tela de juicio px ® esté la incidencia del lenguye'®* efecto, desde el inicio el sujety ¢® inmerso en el lenguaje. Pero es texto clasico sobre la psicosis, cy en casi todos sus textos de los Ese =a excepcién de los ultimos-, Lise construyé la dimensi6n fundamen, del sujeto como perteneciendo 3 |, dimensién imaginaria. Es, pues, ¢ nacimiento supuesto comin, que sq un futuro neurético, un futuro no, mal, un futuro perverso, un futur psicotico, depende de cémo habits, podriamos decir, el Elestadio del espejo es la prinen estructura_del ario_de sujeto, lo que indica que es un mundo Tinuy jnestable-ELmunda sae do por el estadio del espejo es in indo_de_transitivismo. Transi- ae asters deck que no sha, J son_ustedes 0 el jue Toh ia Es cuando el nifio le da un golpe al compajiero y dice: “El me pegé”. Tienen ahf una confusiéa: “Soy yo o es él?”. Este es un buen ejemplo para entender que se trata de un mundo de arenas movedizas. Es un mundo inestable, un mundo.sin consistencia, Es un de son yas. En el primer seminario de Lacan, esa es la forma en que describe el mundo primario 0, mas bien, lt manera en que se construye. Digo “construye” porque hay que comet zar por hacer abstraccién del lenguz- je que esta presente desde el inicio. Es a partir de ahf que estructura la ps- Lacan, J, “De una cuestin preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” (19578 Escritos 2, Siglo Veintiuno editores, Bs. As, 1989, pags. 513-564. El, Caldero ‘Selaescuale cosis. Es también para él el mundo de la madre. Es supuestamente un mundo cuya fuerza pulsional es la del Deseo de la Madre, el deseo desorde- nado de la madre con respecto al nifio-sujeto. De una cierta manera, esto equivale a decir que la locura es el mundo primario. Es un mundo de Jocura. Aste El orden simbélico viene en un segundo tiempo de esta construccién. Es a nivel simbélico que se debe insis- tir sobre la palabra “orden”. Estarfa- mos tentados de decir “el orden ima- ginario”, “el orden real”, pero es ine- xacto. En efecto, esto quiere decir que 2. El orden simbélico el orden vi con lo simbélico. La estructura laca-— niana introduce lo simbélico -el len- guaje, la metdfora_paterna— como la jotencia Gae-impone el orden, que “Gnpone Ta azarquia estructura la _constancia, que-estabiliza el mundo el mundo imaginario movedizo. Lacan conden-_ sa esta potencia, esta potencia orde- _natriz de lo simbélico, con el Nombre “del Padre —utilizo la P_maytscula ‘para representar la palabra francesa “Pere”— que es un elemento en més. Es un plus (+) que tiene como.conse- s_(-), un goce en menos. El goce imaginario, que vuel- ve posible el mundo imaginario, es expulsado, sustrafdo. Y encuentran, en todo el texto de Lacan, 3 idea losis . (orr dé diferentes hablar de, extracciqn, de sustraccién, ‘isma idea. pero es siempre] la obtiene una sustracci6n a nivel de la libido, del goce y de las pulsiones. En términos del falo tenemos € Talo ima- A partir de ese momento, como bien saben, Lacan construye la psico- sis como una falta_del_Nor lel adre, P, ta de ese falo castra- do que escribe ®p. Tenemos agu: s correlativos sobre el esquema I se ebemos escribirlo asi, con tres fle- chas- a nivel del goce, que es de hecho un “demasiado”. Si el goce imaginario ¢ que est4 “en demasiado” continta e ndo, tonces el Nombre del Padre no es _operatorio. Esto quiere decir que; menos phi no_es operatorio. De hecho, es menos-phi cero. de nuevo esta construccién de la psi- cosis en Lacan, pero lo que introduce al mismo tiempo, mientras que lee el caso Schreber, es la idea de la metdfo- ra delirante. No tiene la metdfora paterna normal en el caso Schreber pero, en un momento preciso, se nos revela el hecho de que no esta unido al significante del Nombre del Padre, desencadenando su psicosis extraor- EPISTEME lo voy a explicar : | 7 war om Presis an @) al TU) Suhoasb gees gees dinaria. Luego de un primer tiempo de perplejidad del mundo -un mundo que antes estaba estabilizado, habfa llegado a obtener una posicién muy elevada como magistrado, su mundo tenfa su orden, pero cuando fue solicitado para responder desde el punto de vista del Nombre del Padre, noalcanz6 y se desencadené entonces su psicosis extraordinaria~ observa- mos una suerte de mundo ordenado que se reorganiza a s{ mismo. Schreber logré armar progresivamen- te un mundo vivible. Lacan dice que Ino tiene una metéfora paterna, sino més bien una metéfora delirante. De todos modos, un delirio es simbélico. Un delirio es_un_cuento simbélico. Un delirio es también paz de ordenar un mundo. Pregiin- tense silo que ordena nuestro mundo no es, en gran parte, delirante. Si lo trasladan al saber cientifico, esas his- torias de Dios-todo-poderoso, de madre, padre, ete,, los conducen a decir que es un delirio. No dirfa esto =no osaria-, pero la gente del siglo xvint osaban decir que, en efecto, en parte es un delirio. El Campo freu- iano es un delirio, no tiene una exis- tencia bien delimitada. Es algo para tunas miles de personas en el mundo que hablan del Campo freudiano, pero eso no tiene existencia precisa a decir verdad. Cuando leen a propési- to de Mohammed -Dios no permita que yo diga lo que sea contra ‘Mohammed- que se fue solo, que lle- vaba un mensaje divino y que escri- bia, ese discurso ordené a un millén de personas en el mundo. Era un delitio divino. En efecto, la hipotesis segtin la cual un delirio puede orde- nar el mundo no es completamente tirada de los pelos. Schreber tenfa un delitio privag 41 no pudo lograr hacer de su de? un delitio para todos en la Prisia? finales del siglo xx. Lo tuvo que pa vatizar. Mont6 una empresa delizy para él solo. Entonces, pueden ten un orden simbélico delirante, Del nombre propio al predicado Debo decir que en su tiltim, fanza, Lacan esté proximo adecir que todo el orden simbélico es-un deliro, incluida su propia construccién del orden simbélico, La xida-n0 ts i sea pte Es una conviceiGn Yrs iRte Inculcada en Lacan, En la préctica, cuando comprenden lo que el paciente dice, estén capturados por su delirio, por su manera de produc sentido-ELirabajo de ustedes, en tanto que clinicos,, el paciente dice. De esa manera, uste- des no participan de su delirio. Et bajo _de ustedes es tuto para el Nombre del Padre. En los textos cldsicos de Lacan, se utiliza e Nombre del Padre en tanto que n bre propio. Cuando preguntamos: “El sujeto, ztiene Nombre del Padre 0 n0 tiene Nombre del Padre?”, utilizamos légicamente el Nombre del Padre como nombre propio, el nombre pro pio de un elemento particular que se llama el Nombre del Padre. Siguiendo la idea del orden simbélico detirante, podemos decir que el Nombre del Padre no es més un nombre propio, Caldero Solsescise sino un predicado definido en la légi- ca simblica. NP (x) Un elemento tal funciona como Nombre del Padre para el sujeto. Este elemento es el principio que ordena su mundo. Eso no es el Nombre del Padre, pero tiene la cualidad, la pro- piedad. Es igualmente muy ttil cuando pensamos en el hecho de que Schreber llev6 una vida aparente- mente normal durante cincuenta afios. Su psicosis se desencadendé recién cuando tenia cincuenta y un afios, durante lo que se llama en medicina el climaterio de la vida masculina. La idea nos ayuda a com- prender cémo podfa funcionar su mundo. ;Qué habria pasado si Schreber hubiese venido al andlisis antes del desencadenamiento de su psicosis? No habfa todavia psicoand- lisis en esa época, pero imaginense si él hubiera sido tratado por Freud. Quizé antes de los cincuenta y un afios ustedes podrian ya haber obser- vado particularidades en la construc- cién de su mundo que les habria hecho decir que era un psicético ordi- nario. Freud no conocia la psicosis ordinaria -es evidente que él conocfa muchas otras cosas mucho més importantes-, pero quizé lo que nosotros llamamos psicosis ordinaria es una psicosis que no se manifiesta hasta su desencadenamiento. Es, por ejemplo, una de las maneras de cap- tar el concepto sobre el cual ustedes debatieron. Entonces, la cuestién se centra sobre el Nombre del Padre en tanto *Ibidem, pag. 540 que predicado. Eso quiere decir que es un sustituto sustituido. El Nombre del Padre se sustituye él mismo al Deseo de la Madre, impone su orden al Deseo de la Madre. Y lo que Ilama- mos el predicado del Nombre del Padre es un elemento que es una suerte de make-believe del Nombre del Padre, un compensatory make-believe (un hacer creer compensatorio) del Nombre-del-Padre, una_CMB en la psicosis. ;Vamos a hacer creer —make- believe- que estamos haciendo un estudio altamente cientifico! ;Y debe- rfamos decir que tenemos la intencién de observar y de hacer una lista com- pleta de todas las formas posibles de CMB en la psicosis! De hecho, es mas dificil que eso. Es mas dificil que este tipo de bromas. “Un de: =}emajuntura “Un desorden-f-..} 1 mas inti imiento de la vida en el sujeto.2> suo {Qué intentamos captar hablando de la psicosis ordinaria? Es decir, cuando la psicosis no va de suyo, cuando no tiene el aspecto de ser una neurosis, cuando no tiene la firma de la neurosis ni la estabilidad ni la cons- tancia ni la repeticién de la neurosis. Una neurosis es algo estable, una for- macién estable. Cuando ustedes no comprueban -es también una prueba para el clinico- que tienen los ele- mentos bien definidos, bien recorta- dos de la neurosis, la repeticin cons- tante y regular de lo mismo-, y cuan- do no tienen claros fenémenos de psi- cosis extraordinaria, entonces llegan a decir que es una psicosis, aunque no EPISTEME, 7 Oth B sea manifiesta sino, por el contraric disimulada. ie nica muy delicada. A menudo es un} Guestion de intensidad. Una cuestié ‘de més 0 menos. Eso los orienta hacia\ Jo que Lacan llama “un desorden pro- vocado en la juntura més intima del sentimiento-de la vida en el sujeto”.* Es la frase sobre la cual insisto desde hace afios en mis cursos y en las discu- siones con mis colegas, en la pagina 224 del tomo II de los Escritos. En la excelente edicién angléfona de Bruce Fink, en la pagina 466, est traducido por “a disturbance”. Esa es una muy buena traduccién de desorden. £1 no pone trastorno, que habria sido un tér- mino del DSM, sino “disturbance”: “a disturbance that accuredat the inmost juncture of the subject’s sens of life’. ¥ \ cons Sane Beste laf \ cosis ordinaria. en@n la jun- tura més fntima del sentimiento de la vida en el sujeto. “Sens of life” se tra duce por “sentimiento de la vida”. Es un término muy sincrético, “el senti- "0 “et (tas fc javida”. ES muy dificil ‘de aralizar ese termino. Los psiquia- tras intentaron delinear ese “senti- miento de la vida”, Ellos hablan de sintesis, de sentimiento general del sujeto, de A EI desorden se sittia ef la-manera en que sie los sodea, en la manera en la.que-sienten |su_cuerpo y en la manera de referirse | sus puopias Te ideas. Pero, jquéhay de ese desorden, dado que los neuréticos también lo sienten? Un sujeto histéri- 4 Ibidem. can, J, Ecrits, W.W. Norton & Company, 2007, pag, 466. * Caildero aod. le PAC Oren Za lamdantatio, 4 Qeyrden Alfie ckatncamee co siente ese desorden en relacin su cuerpo, un sujeto obsesivo sient jun desorden en relacién a sus dest Qué es entonces ese desorden qs ega a “Ia juntura més fntima del timiento de la vida en un sues algo muy dificil de formulas a Una triple externali irs Voy a intentar organizar €56 desor. den en el sentimiento de Ta vida e “Felacién_a_una triple externalidad lana exiernalidad See, ona xem lidad corporal y una externalidad ‘subjetiva. | Los indicios hay que localizaros en los tres registros. 1. Una externalidad social En lo que concierne a una extems- lidad social, en lo que concieme alt externalidad social en la psicosis on naria, la cuestiGn es la siguiente: jeu ¢s la identificaci6n del sujeto con una funcién social, con una profesién, con sur Tugar bajo el sol, como se dice en inglés? ro se ence: tra en la relaci6n negativa que els “to {fene Cona ete in $003 ‘Cuan mir que el sujeto es incapaz_de_conquistar i lugar bajo el sol, asumir su ocial. o.observan ur des) a funcién. Cuando el sta, no en el sentido de Don tapedina ole Lies pPaaperen cocky a propre po ourle Gr teddies A Shon (Gone fet. ie At fon shen cay poge podnrpetone tn by . x ms Podvic ae tuye_misteriosimente—una_ba dlsicas. Tuve la impresi6n de que mi invisible. Cuando observan e que colega tenfa razén, que en ese caso se Tamo un d che, nate trataba de una paranoia sensitiva de . Ven a veces sujeto que—van-de— Kretschmer. El_término_de psicosis una, desconexi lesco- nectarse del mundo de los negocios, desconectarse de la familia, etc. Ese es un trayecto frecuente en los esquizo- frénicos. Dije esquizofrenia. Esa puede ser la realidad del sujeto, aunque pueda parecer una psicosis ordinaria, por- que no va de suyo. Pero la psicosis ordinaria es, entonces, desde el punto de vista de ustedes. Una vez que dije- ron que es una psicosis ordinaria, tra- ten de clasificarla de un modo psi- quidtrico. No deben decir simplemen- te que es una psicosis ordinaria, deben ir més lejos y encontrar la clini- ca psiquidtrica y psicoanalitica clasi- ca. Sino hacen eso -y ese es el peligro del concepto de psicosis ordinaria— es lo que se llama un “asilo de la igno- rancia”. Eso se transforma en un refu- gio para no saber. Si hablamos de psi- cosis ordinaria, ;de qué psicosis ha- blamos? Pudimos, por ejemplo, constatar esto en el ultimo coloquio de las Secciones Clinicas franc6fonas [el cir- culo UFORCA, la conversacién sobre situaciones subjetivas de desinsercién social en la Maison de la Mutualité el 28 y 29 de junio de 2008] cuando, en el caso de una psicosis ordinaria, un colega —un psicoanalista y psiquiatra— dijo: “es una paranoia sensitiva, en el sentido de Kretschmer”. Se trataba de una psicosis ordinaria porque no era manifiesta, pero una vez que ustedes dicen que es una psicosis ordinaria, So quiere decir que es una psicosis. Y “st es una psicosis, entonces puede ser “frasladada a las categorias nosol6gicas EPISTEME ordinaria no debe darnos el permiso _de ignorar la clinica. Es como una invi- ‘taci6n a pasarse de ella. Esto por la jdentificacién_ social egativa, pero dbven tain perce > chest, pen hn se sities en_ld psic snare: posicién social, cuando tienen una aa “identificacién_demasi: a-en su _posiciéi ial Pueden ver enton- &s, y se ve a menudo, psicsticos ordi- narios cuya pérdida del trabajo desen- cadena la psicosis porque su trabajo querfa decir més que un trabajo o una manera de vivir. Tener ese trabajo era su Nombre del Padre. Lacan dice que en nuestros dias el Nombre-del-Padre es el hecho de ser nombrado, de ser asignado a una funcién, de ser nom- brado para. El Nombre del Padre hoy es acceder a una posicién social. Constatamos, en efecto, que_ser_ nie de una organizacién, de una_ administracién, de un club, puede ser el Sicdtico or: Por ejemplo, hoy tener un trabajo tiene un valor simbé- lico extremo. Las personas estan dis- puestas a Ilenarse de trabajos mal! pagos solo para tener el valor simbéli- co de estar en el trabajo. Los gobiernos son suficientemente inteligentes para entender esto claramente y para ofre- cerles trabajos miserablemente remu- nerados. El gobierno francés quiere en. este caso extenderlo a los psicélogos y / a los psicoterapeutas. Es de esto de lo} que hablamos en estos dfas. Ellos quieren crear una nueva profesién de a psicoterapeutas que estaria peor pa- Bada que la kinesioterapia, Esto por la externalidad social, con Ia vertiente positiva y negativa de la identificacion seg pod dtr (eps Labial 2 Una externalidad corporal La segunda externalidad concierne Tost we de que “no se es un cuerpo, sino que se tie ierpo”, como dice Lacan. (gsEnla “ey antojo: el pene, es bien conocido. kw En la psicosis ordinar ber A ¢ i dais El-desor—_ mara decirlo en los térmi- nos de la mecénica, tiene necesidad de una prensa para unirse ASU propio ‘cuerpo. Ta dificultad reside en el hecho de que todos esos medios artificiales que parecfananormales hace aftos, hoy son_analizados. Hoy Ios estén de moda. Los tatuajes también, La moda estd claramente inspirada en ag psieosis ordinaria. Ciertos usos de fos tatuajeS)SOrr Un criterio de la psi- O88 cosis ordiffaria cuando perciben que ys paral sujeto es una manera del o ESE Te supa icia de Nombre del Un tatuaje puede ser un ~ Nombre del Padre en la relacién que el sujeto tiene con su cuerpo. ;Cémo 2 Caldero - ‘Sela escucle Vy (tes ica ttle surosis, est porel menps.uti. A pesar de m4 lion y del al Otro al, al cuerpo como Otzo paeeteabe, parsendo dal pasate O cotranierad del caerpel pe ace.a su antojo. En el cuerpo ma chy) we “J ambien Genes af mma papers del cuerpo que hace igualmente a su Ee Jo_comparamas_con_la histeria? yy, podemos hablar de tee 2gdemos hablar de otro modo qi términos_de_tonalidad —no tiene, mismo tono- y en términos de ex ace limites de go, la hist Pete le fo 3. Una externalidad subjetiva No voy a discutir la vida sexual Luego de la realidad social -el Om del Qtr subiativo. Lo mas Katrin localfSaren la cxperiencia Grdinario. Pueden encontrarlos en diversos casos de neurosis, pero enla psicosis ordinaria busquen un indicio de vacfo 0 de vaguedad de una natu- raleza no dialéctica. Hay unagfijacién Saeed tense uisiera también desarrollar la relaci6n a las ideas, pero lo dejaré para la préxima vez. Tambien deben investiga sabe eal sujeto.v va ela Sune oO 5 a er ‘inalmente, puede defenderse de ss0 orun extreme manent ‘un extremo manierismo. Ss caietane Posen [ener entonces dos ertemos, Pus referirme acé a la exposicion de Piew™ ip ame Erk de ee oes Soe taps Pg Tong baile Sima Che POD Gilles Guégen® sobre Genet. Recuer- dan que Pierre-Gilles Guégen hablé de jaléctica de Genet identificacié una referencia a la exposicién de Jean- Louis Gault’ concerniente al partenaire de su sujeto. El dice que el verdadero partenaire de la vida de ese sujeto no era, de hecho, una persona, sino més bien el lenguaje mismo, y pueden ver en ese sujeto un eco especial de la pala- bra del Otro. En la neurosis, encuen- tran también eso, pero en el caso de Jean-Louis Gault tienen algo as{ como un estigma producido por cada enun- ciado de esos otros. Y, en efecto, es algo asf como una relacién fundamental, no a una persona, sino al lenguaje. Podrfa ya referirme al caso de Julia Richards que van a escuchar este vier- nes: “Un dialecto capitalista en el caso de una psicosis ordinaria”®. Es un caso donde el sujeto se presenta con una demanda de “encontrar el diez por ciento que le falta siempre para estar sano de nuevo”. Ya en esta manera de presentarse pueden ver de entrada que él tiene el sentimiento de no estar sano. El se dice eso en un pri- mer tiempo, luego se le pregunta con una precisién kernbergiana, jKern- berg sabe que los afectos representan el cincuenta por ciento! Y bien, jeste sujeto sabe que tiene necesidad de un diez por ciento més! De hecho, jsupongo que es americano! El nos da una precisién con ntimeros. En esta primera frase con la que se presenta pueden ver su delirio. El diez por ciento de delirio. “jMe falta el diez por ciento!” Hay algo que no marcha y él © Guéguen, P-G., Quarto 94-95, pags. 29-33. 7 Gault, J. L., Quarto 94-95, pags. 66-71. ® Richards, J., Quarto 94-95, pags. 104-107. jokin Afea WoaCo. defor le atribuye un numero. “Me falta el diez por ciento de castracién.” [risas]. No es divertido, pero en las conferen- cias clinicas la gente se rie mucho de cosas que no son divertidas. Este suje- to dice también: “;Por qué habria un Dios bondadoso? Soy afortunado, esto explica esta mortaja funesta, esta paranoia... no deberfa quejarme tanto”, conectado a la referencia a Dios. Es también una pequefia clave, una “mortaja funesta” -esto puede ser dicho por un neurético roméntico-, pero clinicamente, eso se inclina mas bien hacia la psicosis. Cuando dice més adelante que “el centro no se sos- tiene mds, todo se divide, es cientifi- co”, todos esos laberintos de frases parecen tener la misma ausencia en su centro. Julia Richards agrega que “su punto de identificacién mas sélido, aunque imaginario, est4 construido con cada fragmento de identificacién paterna a lsposicion”. Esto_es completamente caracteristico_de la psicosis ordinaria, Tas identificaciones Tegunté como traducir popurri en inglés antes de la exposicién. No conocia esta traduccién: “flotsam and jetsam”. Me gusta mucho. ;Mr. Flotsam and Dr. Jetsam! Las consecuencias tedricas de la psicosis ordinaria Tengo la impresién de que las con- secuencias tedricas de la psicosis ordi- naria van en direcciones opuestas. Una direccién nos conduce hacia [ serfrilicy 23 Vor (esr ) aN mu una afinacién del concepto de neuro- sis. Como ya lo he dicho, la neurosis es una estructura particular, no es un fondo de pantalla (wallpaper). Ustedes necesitan ciertos criterios para decir “es una neurosis’: una relaci6n al Nombre del Padre -no un Nombre del Padre-; deben encontrar algunas pruebas de la existencia del (-) menos phi, de la relacién a la cas- traci6n, a la impotencia y a la imposi- bilidad; tiene que haber -para utili- zar los términos freudianos de la segunda t6pica- una diferenciacién tajante entre el yo y el ello, entre los significantes y las pulsiones; un supery6 claramente trazado. Sino hay todo esto y otros signos, entonces es0 no es una neurosis, es otra cosa. En una direccién somos conduci- dos a afinar el concepto de neurosis, pero por otra parte, y es la conse- cuencia opuesta, somos conducidos hacia una generalizacién del concep- to de psicosis. Lacan sigue esta direc- cién. Esta generalizaciGn de la psico- sis significa que no hay un verdadero Nombre del Padre. Este no existe. El Nombre del Padre es un predicado. Es siempre un predicado. Es siempre un elemento especffico entre otros que, para un sujeto especifico, fun- ciona como un Nombre del Padre. Entonces, si dicen esto borran la dife- rencia de la neurosis y la psicosis. Es una perspectiva que acuerda con “todo el mundo esté loco”, con “todo el mundo delira a su modo”. Lacan lo escribié en 1978. Comenté esta frase en las tiltimas lecciones de mi curso de este afio: “Todo el mundo esta loco, es decir, es delirante”. Ese no es el tinico punto de vista, pero en un cierto nivel la clinica es asf. Ustedes no pueden funcionar como psicoana- -e listas si no son concientes que lo. saben, que el mundo de ustedes a delirante -fantasmético, podemo, decir-, pero, justamente, fantasmés, co quiere decir delirante. Ser analis, es saber que el propio mundo, el pro pio fantasma, la propia manera & dar sentido, es delirante. Es la razgy por la cual intentan abandonatlo, para poder percibir el delitio propig del paciente, su manera de dar sen. do. Bien, soy conciente de haber sidy sensato durante una hora y media Entonces, jtengan cuidado con lo que digo! Preguntas del publico Roger Litten: ~Segus con gran ints rés lo que usted dijo, particularmente su advertencia sobre el “dar sentido’, Hay, sin embargo, algo que no hae sentido para mi. Hay casi una conte- diccién entre dos ejes diferentes que usted sigui6. Comenzando con lac- nica binaria inicial —la distincin entre neurosis y psicosis- y con emergencia, podemos decit, de ls nocién de psicosis ordinaria, parle gar a la ampliacién o al oscured: miento de la distinciGn entre neuross y psicosis, pero enseguida, del ott lado, pone mucho cuidado en res- tuar el concepto de psicosis ordiarit en la clinica psiquidtrica y binat. Jacques-Alain Miller: -Lo hice a Dije Neurosis /Psicosis con el espes* miento de la frontera. NIP -— > Iejorqueel de ustedes esméssido. en-la.juntura-més-intima de Suponemos que cuando reciben a un miemtorde la vida en ef sijrgr®® suet | paranoicoen su consultorio nolovan quiere deci quepodemos cq, dill? = a clasificar como un psicéico ordina- todos los pequetios detalles ques” pie io, porque percibirén la psicosis. fantes los ube: de eso, “ Pero, hay algunas, como el tipo para- Se tape “on noia_sensitiva que mencioné antes, caso.Eae Sos ‘que no son claras desde el inicio. Fue dice borderline, eso ny sent recién luego de tres afios de andlisis “parece ser ni una psicosisniunane, ce J que la analista percibié que algo no Ags: Nosotros ne ceemee esd.Ly del andaba, que el sujeto construia cada categoria de la psicosis ordinarg cidt dia su paranoia. Estén también las tiene su origen en la préctica, en dig. tiem yuizofrenias socialmente ccultades practicas. Si_no reconon Lac Thientras“queé loS_Qarangjcos, una neurosis, sino vensignoseviden. sa nis s de psicosis, busquen las pequefos ees ‘iertas grafides organizaciones indices: Esta-es-una clinica de peque. de \ qa dirigidas frecuentemente por fessealeerael farsi F irejem- und ppotentes psicéticos cuya identifica- plo, &n la ‘breve lista de pequefos } cin es stiper socal. El campo de las indices que les he dado, vemos que | ! 3icosis es por lo tani. tuna identificacin social al trabajo es ™e Localize eI desenenteramiento normal. Pero puede haber ahi una cl sirve cuando se trata de ese tipo de 1d de la identificacion con el PS psicosis, compensado con trabajo que indica otra direccién, Es _ Har Lega un omerito en que el make una clinica dela tonalidad, Ese es su 8" balbne, “hacer creer”, cae, serompe. uso, Pero debe ser reducible a um 4 ~El-mundo-del-sujeto se deshace en forma clisica de psicosis 0 a una ruinas, el desencadenamiento se forma original de psicoss. ee ‘vuelve entonces manifesto. Luego, el ee sujeto puede reorganizarse, sea tan Un participante de Israel: -Esta con- 5°" ‘bien como antes, sea con un déficit cepcién nos conduce hacia el concep: T° del orden de un “no suficentemente to del sujto como defensa. Todas las A" bueno” que desconecta progresiva- estructuras son de defensa, Pero, mente al sujeto de la realidad social. zdefensa de qué? ,Cudl es el estat PF Schreber tenia claramente eso. Tenia de eso de lo que nos defendemos? tuna identificacién compensatoria, y du lego de ser ascendigo su mundo easier Aln Mil -No mendoné ' disper, Despute loge ser un buen palabra “defers” mas que une paciente, segdn los informes médicos. sola vez. jUsted es el que eligié hacer Pudo continua sus conversaciones un Nombre del Padre'de ests exposi- & con su mujer y escribir su libro. Se cidn! La idea general es que nos PS ee cert Sie eal one ramiento logré restablecerse en una podemos volver sensatooquevvolve. & buerte de acivided cempensstota. fostocemente stn Selmer en | es eer sees Baeoree ieee nee od on ESS a ery np Go = CBldere aa $ 1 a a suefios tienen sentido, pero las pesa- dillas que nos despiertan, nos des- piertan generalmente sobre un ele- mento de no-sentido. Es ahf que toca- ‘mos quiz de més cerca la verdad. Es dlaro que los delirios estén construi- dos alrededor de ese real que no tiene sentido, y ese fuera de sentido apare- ce y produce agujeros en el discurso del paciente. Incluso en la presenta- cién de enfermos, en una hora de tiempo, pueden ver esas flechas que Lacan dibujé en el esquema I traspa- sarel discurso del paciente. El discur- so del paciente esté tejido alrededor de lo real. Pueden incluso Mamarlo una defensa. Vyacheslav Ysapkin: | —Personal mente, partiendo de mi experiencia clinica, encontré que el concepto de psicosis ordinaria era una-idea bri- llante, muy inventiva, pero quisiera justamente informarle de la existencia de algunos antecedentes poco agra- dables al respecto. Esto atafie al lugar comiin del que los psiquiatras habfan abusado seriamente en la Unién Soviética. Hay un segundo plano ted- rico al respecto. Estaba la teorfa de Andrei Snezhnevsky de base, que comportaba la idea de psicosis con progresidn lenta. Esta idea tuvo dos consecuencias sociales. Por un lado, durante esos afios soviéticos los psi- quiatras buscaban indices menores. Preguntaban: “Cul es su autor pre~ ferido?”, sila respuesta era: “Bien, me gusta mucho Kafka’, no habia para el Psiquiatra mds dudas posibles sobre €l diagnéstico. Asi, los disidentes eran considerados como psicéticos por razones evidentes. Como segun- da consecuencia, atin hoy, -es especi- fico de la Escuela de psiquiatria de Moscd, una clinica psiquidtrica en la que trabajé durante afios— ellos tratan a los pacientes neuréticos como psi- céticos, dandoles grandes dosis de neurolépticos, aunque sean neuréti- cos, porque el diagnéstico preferido de la Escuela de Snezhnevsky, la Escuela de psiquiatria de Mosc, era la esquizofrenia con aspecto de neu- rosis 0 una psicopatia con aspecto de esquizofrenia. Jacques-Alain Miller: Bien, Du- ante afios, yo estuve en contra de la idea de una psicosis no desencadena- da, porque me asustaba el abuso de la nocién de psicosis durmiente. Pero los heechos clinicos estén ahi. Cuando tie- nen una psicosis que se desencadena, el periodo que precede es un perfodo de psicosis no desencadenada. Yo estaba entonces a favor de Ia localiza- cin de la psicosis durmiente que podfa desencadenarse. Esto era clini- camente necesario. Pero el paso siguiente es el de comprender que “una desviaci6n o una desconexiGn que. a. Serio gue Onder Peguiawta soviética que hacia su diagndstico sobre la lectura de Kafka, de hecho, lo que se revel6 en 1992 si recuerdo bien, jera que la Unién Soviética era en sf ‘un delirio! En efecto, jes0 desaparecié completamente! Era una realidad delirante. [Fue el suefio de Lenin durante setenta afios! Thomas Svoles: ~En la clinica freu- diana, con el apego de Freud al Padre y al complejo de Edipo, la neurosis y EPISTEME ae Tignes a las psicosis extraordinarias estaban en el centro de la clinica, por lo tanto, no se podia hacer otra cosa que errar. Me parece que con la clinica de la psicosis ordinaria tenemos una verdadera con- cepcién lacaniana de la psicosis que la extraemos del trabajo de Lacan, Io que produjo claridad sobre la psicosis. Las antiguas formulas que habfamos adoptado -esquizofrenia, mania, para- noia~ podemos observarlas en el pre- sente como una suerte de variantes de la psicosis 0 como un tipo de psicosis, peto la psicosis ordinaria elucid6 algo ‘mds bésico sobre la psicosis. Digo esto a partir del trabajo clinico. Si elegi- ‘mos una categoria como la esquizofre- nia, debemos entender los momentos entre los episodios como signos de una esquizofrenia durmiente, silencio- sao latente, 0 debemos tomarlo como una psicosis ordinaria? En otra pala- bras, segiin mi ctiterio, pienso que puede haber una noci6n restrictiva y especifica de la psicosis ordinaria a la que Marie-Hélene Brousse? hizo alu- sin -la psicosis ordinaria banal, muy estable y bien delimitada-; pero la nocién de psicosis ordinaria abre a ‘una teorfa més general sobre la psico- sis, a partir de la cual podemos articu- lar la estructura especifica de la esqui- zofrenia o de la paranoia. La utilidad del concepto se sittia en la manera por a cual se amplia nuestra capacidad para conceptualizar la psicosis y hace reflexionar en las vias de estabiliza- cin de una manera que no existfa en laliteratura anteriormente. Leyendo la Brousse, MH: Quarto 94.95, pégs. 10-15. 3° Mack Brunswick, R,, Suplemento del “Extrait de Ihistoire d'une néoyo, (1928). L'Homme auc loups par ses psychanalystes et par Iui-méme, textog literatura de los afios sesenta o de lo, afios setenta sobre la psicosis, pares, que fuera una literatura muy diferente de la literatura de los tltimos die, afios. Pienso que el proyecto de inves. tigacién desembocé en una nocién is general de las psicosis. Jacques-Alain Miller: Estoy de acuerdo. En lo que concierne a Freud, €1no era, evidentemente, psiquiatra Estudié a Schreber a través de sus obras. Pero hubo un caso de psicosis ordinaria, el Hore de tos lobes. Eis eiestioo y cra tae peTeeeee cele Porque estaba Teno de FasBos de la neurosis. EI Hombre -de los Tobos ~ayud6 a Freud a esclarecer las neuro- sis. Cuando leen a Freud, pueden dudar de su psicosis, pero cuando lo siguen en runswick, es dificil dudar. Hace mucho tiempo comenté con mis colegas el caso del Hombre de los lobos durante un afio. Algunos decfan que era un neurotico, otros decfan que era psicético, y mi placer consistfa en dejar eso en sus- enso porque estimulaba asf un gran interés en muchos comentarios inte- esantes de mis colegas. Pero de todos modos, el punto de capitén de esta cuestiOn no estd en el libro de Freud, sino en el libro de Ruth Mack Bruswick?®, Penny Georgiou: Mi én c regunta se relaciona con la eventualidad de Poder esclarecer 0 no algo alrededor del desencadenamiento, Hubo una 5 infantile” Freud dos por M. Gardiner, NRF, Gallimard, Connaissances de ncons los y presentar 268-313. Sent Parts, 1981, pags EI Caldero Bisesaiee discusién este lunes a propésito de esas psicosis sobre las cuales uno se preguntaba si estaban desencadena- das o no. Habfa una pregunta alrede- dor de la diferencia entre los episo- dios de descompensacién, que son la irrupcién del fenémeno, y el desenca- denamiento estructural de la psicosis. Jacques-Alain Miller: Creo que res- pondi a la pregunta diciendo que desde el momento que ustedes van por primera vez de una situacién de CMB hacia una abertura tal del aguje- To, y eso contintia sin cesar, tienen ahi un desencadenamiento. Hay “des- compensaciones multiples” cuando se tiene un pattern repetitivo que es compensado sin cesar. Por lo tanto, ah{ no hablamos de desencadena- miento. Decimos “desencadené” cuando eso se produce una vez. Por otra parte, tenemos lo que podemos lamar en términos desarrollistas una “psicosis evolutiva”. Tienen psicosis con una ruptura y tienen psicosis con una decadencia cuando es un proceso continuo, una psicosis evolutiva. Manya Steinkoler: -Usted evocé la sexualidad para no hablar de ella. Habl6 del Otro corporal y del Otro social. ;Cudl es la sexualidad de una psicosis no desencadenada? Jacques-Alain ler: no es tipico. No tienen (vida sexual tipica. Ustedes podrfan ha sta de ciertas experiencias extrafias en la vida sexual. Hemos publicado un 2006. EPISTEME _dad_A veces er libro sobre diversos casos clfnicos bajo el tftulo El amor en Ia psicosis", en el que tienen diferentes percepciones sobre la_manera de vivir la sexuali- ay_un- empuje_a_la mujer a través del acto sexual. A veces tienen_lo_contrario, una sexualidad_que permite reapro- iarse de su cuerpo. A veces el cuerpo se. fragmenta.No tienen por lo tanto nada especifico. Busquen simplemen- Nma defacto sexual y generalmente To encontraran. —_—=—_ Un participante: -Tengo una pre- gunta sobre el desencadenamiento como encuentro con Un-Padre y la generalizacién de este encuentro en la psicosis ordinaria como siendo cual- quier cosa que viene a interrumpir el CMB. Jacques-Alain~Miller: -Cuando ha- blamos de CMB,£e trata de una co! pensaci6én de_la_forclusién del Nombre del Padre. Entonces, supues- ‘tamente, para desencadenar esta psi- cosis tienen que tener un elemento que venga en tercer lugar bajo la modalidad de Un-Padre. Si supone- mos que hay una forclusién del Nombre del Padre, no tienen que tener necesariamente Un-Padre, pero sf algo que venga a ese lugar tercero en relacién al sujeto. Traduccién: Damasia Amadeo de Freda 1 El amor en las psicosis, J.-A. Miller y otros, bajo la direccién de J.-A. Miller, Paidés, Bs. As.,

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