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Fee: Marco Scheck No. 37 ENERO-MARZO 19: La monarca E,soosis sere os exiten mece niamon que es pemien morte | de los sitios en donde se originaron, del vuelo ROBERTO G. DE LA MAZA ELV RA con el fin de alimentarse, reproducir- se, protegerse 0 dispersarse. Los mo- vimientos de dispersi6n levan a las especies a ampliar su rango de distri- bucién y a evitar la competencia entre los individuos que las componen; sue- | len incrementarse cuando las pobla- ciones saturan las posibilidades de so- brevivencia que existen en un lugar dado™, La mariposa monarca presenta una | capacidad de dispersion muy grande, pudiendo desplazarse hasta 120 kilé- metros en un dia®§, Ademés, su larga vida, su amplio indice de tolerancia a muy diversos ambientes abiertos y su capacidad para vivir entre el nivel del mar y 2 700 metros de altitud, Ia con- vierten en una especie exitosa que, a partir de una amplia distribucién —ori- ginalmente cubria casi toda América, desde Canada hasta Argentina— ha conquistado otros territorios con el tiempo. Quizés el ejemplo mis itustrativo de la capacidad dispersora de Danaus ple sxippus sean las observaciones realiza- das en Inglaterra” —pafs de afieja tradicién en lo que al estudio y moni- toreo de las mariposas se refiere—, en donde la especie no existia natural- ‘mente. El primer registro de la monarca del que los ingleses tienen memoria corresponde al afio de 1876. Para 1944 ya existian evidencias acumuladas de la observacion de 157 ejemplares, 62 de los cuales habfan sido capturados. Ya que las condiciones ambientales de las Islas Britinicas no permiten el esta blecimiento de este insecto, durante ‘muchos afios se especulé si la maripo- sa podrfa dispersarse activamente y atravesar el Atlantico norte hasta al- canzar Europa. Esta hipétesis perdi6 gran parte de su valor debido a que existen poblaciones de monarca esta- Dlecidas en las islas Canarias y Azores, ya pesar de ello no se coniacen regis tros de Africa; s6lo ha sido encontrada seis veces en Europa continental, dos en Francia y cuatro en la Peninsula Tbérica. Si el mecanismo de ingreso fuera simplemente por dispersién ac- tiva, deberia haber més monarcas en las tierras templadas del sur, hacia el Mediterraneo, que en la fria Inglate- rma, a presencia de tan alto niimero de monarcas inglesas fue un misterio hhasta que se descubrié que Danaus ple sippus podia atravesar el océano en barco, Esto se comprobé gracias a un capitin de navio (aficionado al estu- dio de las mariposas) quien present6 evidencias de que las monarcas son atraidas por los barcos que transpor- tan papas, o incluso por las pequeiias cantidades almacenadas para alimento durante las travesias®?, De esta mane- ra, muchas monarcas legan a Ingla- terra y abandonan el barco cuando la carga ¢s bajada en los muelles. Refor- zando lo anterior, existen registros de captura de algunos ejemplares sobre Ja cubierta de un vapor que se ditigia de Estados Unidos a Glasgow, Escocia, cuando se encontraba a s6lo 300 mi- lias nduticas de las costas briténicas. Ademés, en el afio de 1941 se registr6 de una monarca en el Atlintico, a 800 millas néuticas de la costa mas cercana, sobrevolando en Circulos el navio de guerra HM. Abe- lia, En México se conoce un caso simi Jar65 ocurrido en 1981 en Tampico, Tamaulipas, cuando una mariposa monarca empez6 a volar ciclicamente sobre el mastil anaranjado de un barco-draga de la Secretaria de Comu- nicaciones y Transportes que era transportado a Ciudad del Carmen, Campeche. Cuando el tiempo estaba calmo, la monarca rodeaba al barco en circulos de mis de cien metros de radio y ocasionalmente se detenia en el mastil; cuando el viento arreciaba trazaba circulos muy cortos alrededor del mismo y permanecia perchada en las rachas més fuertes; y cuando el viento era decididamente fuerte, o por las noches, permanecia perchada en el méstil. Después de varios dias de trave- sia, la mariposa abandon6 su transpor- te en los muelles de Ciudad el Car- men, a 1 150 kilometros de distancia del punto donde lo tomé. ‘Amén de tener una alta capacidad de dispersién activa, Danaus plexippus puede combinar factores que, con ayuda de las actividades del hombre, c ewe as Mo. 37 ENERO-MARZ{ han eficientizado sus posibilidades de distribuci6n natural en forma pasiva. Asi, a partir de una introducci6n origi- nada por ejemplares procedentes de Norteamérica y propiciada por el mo- vimiento néutico, esta especie alcanz6 Australia en el afio de 187012, y de alli hha iniciado la conquista de Nueva Gui- nea, Sulawesi, las islas Molucas, el ar- chipiélago de las Filipinas y Ia isla Cocos. Podemos suponer que las colo- nas establecidas en las islas Canarias y ‘Azores tienen un origen similar. Formas de migracion Se considera un fenémeno migratorio. cuando una especie de mariposa reali- za movimientos periédicos y mas 0 menos exactos, que pueden ser verifi- cados afio con afio en una época de- terminada. Los movimientos migratorios ‘estan promovidos por factores climéti- cos muy especificos, como el inicio de la temporada de sequia, o bien el des censo de la temperatura invernal. Otra caracteristica diferencial de estas espe- cies contra las que simplemente se dis persan, €5 que el movimiento est en- caminado a buscar un sitio propicio en donde pasar y sobrevivir la tempo- rada de condiciones adversas. De esta forma, existen patrones perfectamente definidos de ocupacién, de acuerdo con los que las mariposas migratorias buscan especialmente regiones, cafta- das o laderas protegidas de los vientos dominantes y prefieren ubicarse en la vertiente opuesta a la direccién de in- greso de las masas de aire polar‘?, La migraci6n puede finalizar en forma difusa. Esto ocurre cuando las mariposas simplemente se mueven hacia territorios con caracteristicas liméticas mas benignas y después se dispersan en ellos, como lo hacen Aph- rissa statira, Eunica monima, Marpesia betreus y Marpesia chiron, especies que pasan sobrevolando el altiplano entre los meses de julio y agosto con direc- i6n hacia el este, y cuyo destino, posi- et Plio Bear No. 37 EWERO-WARZO 1995 Dlemente, sean las costas del golfo de México. Quizés la més importante de las ex pecies migratorias con destino difuso sea la Ninfélino Cynthia ‘cardui, deno- minada en inglés dama pintada, Esta es- pecie hiberna en las sierras de México y Guatemala y en los Montes Atlas del norte de Africa. A partir de estos dos centros difusos de hibernacin se dis- tribuye en primavera y verano hacia Canada y Alaska, en América; hacia Is- landia, Escandinavia y Rusia, en Euro- pa; hacia el norte del Caucaso y los Hi- malaya en Asia, y hacia Africa del sur®®, La otra forma de culminar una mi- gracién es Ia congregativa. En este caso, los individuos de las especies in- volucradas forman densas colonias de hibernacién que les otorgan medios de defensa comin ante las caracteristi- cas especiales del clima, depredacién y otros factores existentes en los refu- gos invernales. Este segundo tipo de migracién, que ocurre en el caso de la monarca, se ha registrado con otras especies de mariposas mexicanas. Asi, el Licénido Bunaeus debora se congrega en algunas cafiadas de la Sierra Madre Oriental a pasar el invierno. El coloburino ‘Smyma karwinski, que tiene un fuerte movimiento migratorio en el mes de septiembre, se congrega en cuevas y sgrietas de los cantiles de las montafias, entre México y El Salvador5. Tam- bién se han observado congregaciones invernales en las poblaciones de Heli- cénidos, como las de Heliconius charito- ‘nia en las inmediaciones de San Nico- las Tolentino y en otras areas de a cutenca del Rio Balsas, en el estado de México. La monarea y sus rutas El impresionante mecanismo de des- plazamiento y congregacién que pre~ senta la poblacién norteamericana de la mariposa monarca, Danaus plexippus plexippus, es quizés uno de los factores que més han contribuido para la ad- miracién y popularidad de que goza en los tres paises que conforman su rea de distribucién. Aparentemente este mecanismo es una caracteristica primitiva dentro del grupo de los danainos pues se ha re- gistrado, aunque en proporciones mas modestas, en Anetia briarea en la isla de Haiti#7, yen 9 de las 18 especies perte- necientes a los géneros Euploea, Paran- tica, Radena, Ideopsis, Danaus, Tirumala y Salatura que habitan en Taiwén®2, co ene as Entre los factores que parecen de- sencadenar este movimiento en Da- aus plexippus plexippus podemos men- cionar: La reduccién del periodo de duraci6n de la luz solar en las latitudes septentrionales, situacién que se em- pieza a hacer patente a partir del mes de septiembre, y la progresiva presen- ia de las masas de aire polar que aba- ten drésticamente la temperatura en su rango de distribucién al este de las ‘montafias Rocallosas, en Canada y Es. tados Unidos, impidiendo el creci- miento de la planta de alimentaci6n larval. Aparentemente, las condiciones de temperatura, 25° G, y la duracién del dia en el verano de la América Septen- trional, entre 15 y 16 horas, optimizan Ja maduracién de los Srganos sexuales de la mariposa monarca™. Al decaer estas condiciones, los adultos eclosio- nados en los meses de agosto y sep- tiembre sufren un retraso en su capa- cidad_reproductiva, aunado al decremento de la temperatura que, de permanecer en su habitat estival, aba- tiria su capacidad vital, toda vez que no poseen control interno de su tem- peratura corporal. Ademés, los recur- sos alimenticios del drea sufren un pe- iodo de crisis total, pues las plantas de cuyas flores dependen las monar- cas, empiezan a entrar en letargo in- ‘vernal, por lo que no hay néctar dispo- nible por seis o siete meses. En la medida que se acerca el invierno, las poblaciones de Ia mariposa monarca empiezan a retirarse hacia el sur y a definir tres rutas migratorias. Las que ocupan el oeste de las montafias Rocallosas realizan un viaje relativamente corto, ubicando sus con- sgregaciones en el estado de California, como en Pacific Grove, en la peninsu- Ja de Monterrey®® y Natural Bridges, cerca de Santa Cruz, con su limite sur en el condado de Marin, cerca de San Diego?®. Las monarcas en Pacific Grove son recibidas con un festival que organiza todo el pueblo y estan protegidas por las leyes locales. Ade- | ‘ms, la Universidad de California y la (Cimara de Comercio de Ventura orga- nizan excursiones ecoturisticas a los si- tios de hibernacién. La segunda ruta se origina entre el este de las Rocallosas y los Grandes Lagos. Los ejemplares se mueven hacia el suroeste a partir de fines de septiembre, ingresando a México por €l norte de Tamaulipas, Nuevo Leén y este de Coahuila® . La corriente mas importante penetra la Sierra Madre Oriental a la altura de Ciudad Victoria y busca el hiato de montafias bajas que existe entre la Sierra de Alvarez, cn San Luis Potosy San Luis de la Pazen Querétaro, por donde ingresan hacia el Altiplano a partir de la segunda quincena de octubre. Una vez sobre el altiplano, la ruta fluye hacia el suroes- te, acercindose hacia Amealco, Queré- taro; en los primeros dias de noviem- bre se les puede ver bebiendo agua, en cantidades enormes, en Puente Anda- 16, cerca de Temascaleingo. Entre la primera y la tercera semanas de no- viembre, las monarcas empiezan a agruparse en mintisculas colonias alre- dedor de los sitios de hibernaci6n, acercéndose paulatinamente desde Bosencheve, el Oro, Atlacomulco, San Felipe del Progreso y otras localidades que se encuentran en el estado de Mr choacan. La tercera ruta, que el doctor Urqu- hart ha denominado “aberrante”®, es utilizada por las poblaciones que viven entre los Grandes Lagos y la costa del Aulantico, y cuyo destino de hiberna-

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