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SARAH GARCIA SILBERMAN LUCIANA RAMOS LIRA MEDIOS DE COMUNICACION Y VIOLENCIA INSTITUTO MEXICANO DE PSIQUIATRIA FONDO DE CULTURA ECONOMICA, MEXICO Primers ein, 198 ‘Se probe lareproduccién oto parcial deem obra includ cl dieo ipogréfieoy de portada—, ‘en cual fre el medio, cleetréneo.o mech, tin el consentimiento por escrito del editor .R© 1998, nsmruTo MnacaNo ox PaguATA ‘Antigvo amin + Roches, 101; Manto, De D.R.© 1998, Foxoo ox CucruRA Feowonca (Catetera PieachorAjuco, 27, 14200 México, D.F ISBN 968-16:56539 Inmpreso en México AGRADECIMIENTOS, Las autoras expresan su agradecimiento ALInstituto Mexicano de Psiquiatrfa, especialmen- (wal doctor Ramén de la Fuente, Director General, yt la doctora Marfa Elena Medina-Mora, jefa de la Divisién de Estudios Epidemiolégicos y Sociales, por Ia oportunidad y confianza otorgadas, asi como el spoyo recibido para desarrollar este trabajo. A Miguel Angel Caballero Gutiérrez y Alberto Jiménez Tapia, investigadores de la Division de In- vestigaciones Epidemiolégicas y Sociales, por su spoyo en la recopilaci6n y andlisis del material do- cumental revisado para esta obra, asf como a Mario \randa Marqués, por sus valiosos comentatios y sugerencias ‘SaRaH Garcia SILBERMAN LUCIANA RAMOS LiRa, ‘0s, lestaca la importancia de considerar el 10 de otros multiples factores que contri ‘na desarrollar agresividad y conductas violen: tas en los dmbitos individual y social. Sobre esta , se plantea que el problema de la violencia en los medios es complejo y precisa anilisis profundos y propuestas de accion amplias e integradoras. La violencia en la televisién parece ser cada vez mis atractiva y, antes que disminuir, ha tendido a aumentaralo largo de los afios. Es de suponer que la tendencia continuar’ a menos que se tomen me- das formales contra ello. Por tanto, el problema, atin no resuelto, de sus efectos sobre el auditorio. contintia vigente y ha aumentado en importancia. Esnecesario tener cuidado de no minimizar o mag- nificar el problema. No podemos culpar ala ligera a la television de los males sociales. Un problema multicausal como la violencia social debe ser abor- dado por miltiples vias. Ante tal panorama, se pre- sentan alternativas de accibn propuestas por los di ferentes sectores sociales interesads en la proble- matica en cuestidn, 20 I. VIOLENCIA, DEFINICIONES YTEORIAS Conformeaprendo mis sobrela vida de otras personas, descubro que en todas ls historias de familia hay siempre al miembro que se ha visto en- ma situaci6n de violencia fa tao de riety para Ia vile oom Cony perpetradoro victim; sea que la violen- vuelto en lio, como muerte en combate, como brio o descuidado, o como cualqu ourade rales. Jaws GILLIGAN, Violence, Reflections on a national epidemic decir que hay ciedad. nas formas de viol Garand Isr, Losscenavias dela valencia La violencia ¢s una categoria sustantiva yuncompone ¢ por culpa de un conductor casi se podria nas dle relaciomarse ex la s0- sociales conocidas hasta la fecha. Cons- tituye, asimismo, los diferentes smbitos de lavida eolectivay se ejerce, con moda- lidades peculiares, en cada relacién de poder que se establece en los intercam- bios sociales, Habria pues, una historic dad delaviolencianvisque unaerecenta- ‘miento desusmanifestaciones-lasformas de su ejercicio cambian con las edades histéricas, peronocrecenoseextinguen como los organismos vivos. Manet Picci, Notas sabre violencia yeu ‘UNA INTRODUCCION NECESARIA La violencia es un tema cotidiano. No sélo se vive, sino que se observa, se habla de ellayse debate sobre los efectos que pueden tener sus representaciones ‘enlos medios. Nos preguntamos sobre sus origenes, motivaciones y consecuencias. Asimismo, queremos saber si siempre ha estado presente, si ha aumenta- do 0 si ha adquirido nuevas manifestaciones. Por qué la ejercen unos y otros no? éEs posible erradi- carla prevenitla? Fa fin, Zacaca es posible vivir en pazy sin violencia? Ante semejante ctimulo de interrogantes, nada ‘mejor que empezar este capitulo siendo honestos: existen muy pocas respuestas para tales preguntas, 22 Sin embargo, es precisamente Ia biisqueda de res- ppuestas la que nos motiva a revisar este dificil tema. \unque se ha escrito mucho sobre violencia huma- el presente trabajo es sélo un modesto esfuerzo por plantear, sistematizar y, de ser posible, repensat slyunas de las visiones, las aportaciones y los inte ‘os por explicarla y comprenderla, Asi, en esta re iin analizaremos explicaciones biolégicas, otras ‘oldgicas, y algunas de corte mas sociolégico y n exhaustive. Aun cuando se considera que los tnvedios masivos de comunicacion ejercen na in- {lucncia importante en la violencia, por Io pronto lejaremos de lado este aspecto, ya que se abordaré cn los capitulos siguientes. Segtin Gilligan (1997), la violencia humana es compleja, mis ambigua y, sobre todo, mas tré- ea de lo que comtinmente estamos dispuestos a ‘conocer. El suftimiento que conlleva suele serin- tcnso y devastador. De ello son testimonio los me- nnores maltratados, las personas torturadas, las mu- jeves violadas y los millones de seres humanos que han padecido por guerras, crimenes por odio, incuencia comtin, violencia doméstica y crimen onganizada De mis esté decir que a muchos les ha costado a vida. Por otto lado, es innegable reconocer que gran parte de lo que se escribe sobre violenciaes produe- o del punto de vista de expertos en diferentes dis- 23 ciplinas, lo que muchas veces provoca que se soslaye su dimensin tragica. Sin embargo, quienes hemos tenido contacto con ella de alguna forma —porque la hemos padecido en carne propia o porque mues- tras profesiones nos acercan a ella—conocemos bien el dolor con que se asoc La reflexion ant sit para abordar las definiciones mismas de violencia. fe de punto de partida ZA qué nos referimos cuando hablamos de ella? Si es posible establecer la distincién, éen qué se dife- rencia de la agresividad y de la agresion? AGRESIVIDAD, AGRESIONY VIOLENCIA Para iniciar esta breve rev \,analizaremos prime. ro varias definiciones y mis adelante haremos una integraciény una conceptualizacién de cariicter pro- Agresividad En el Diccionario de Psicologia, Warren (1948) consi- era la agresi .d como “tipo de condueta que se caracteriza ms por una disposicién aataear que por una tendencia a eludir peligros o dificultades”. Se- gtin el Diccionario Larousse (El Pequetio Larousse Mustraco, 1996), la ageesividad implica “acometivi 4 dad; eardcteragresivo; tendenciaa realizaractos ya proferir palabras hostiles con respecto a otro”. En forma similar, el Diccionario Grijatbo (1986) la define como “disposicién a actuar de una forma agresiva, que puede aparecer ligada ala satisfaccién de una necesidad primaria o alas pulsiones destruc- ‘ivas del impulso de muerte (psicoanslisis) y puede ser consciente oinconsciente, patolégica (epilepsia, algunas formas de psicosis, ete.) 0 normal”, Laplanche y Pontalis (1988) definen In agresi dad en forma més amplia: “tendencia o conjunto de tendencias que se actualizan en conductas reales © fantasmaticas, dirigidasa dafara otro, adestruirlo, acontrariatlo, a humillarlo, etcétera”, Corsi (1994) considera que la agresividad es un término que alude a “la capacidad humana pai ‘oponer resistencia’ a las influencias del medio, y que ticne vertientes fisiolégicas, conductuales y vi- veneiales; porcesto, stele ser un concepto deseripti- yo mis que valorativo” (p. 18). Agresién Segrin su sentido ctimolégico, GémezdeSilva (1988) define agresidn como un “ataque © asalto, enten: diendo por agresivo a aquel que es propenso a ac- twar de manera hostil”, Por su lado, Warren la con. sidera como un “aspecto de la voluntad de poder 25 que implica el tratara otros individuos como si fue- ran simplemente objetos que deben utilizarse para conseguir una meta”. Segiin el Larousse y el Grijatbo, agresin es “la ac- ign y cl efecto de agrediir”. El primero especifica que agredir implica acometer a uno para hacerle dafio; paracl segundo, implica atacar a alguien fisica overbalmente. Laplanche y Pontalis consideran que la agresién puede adoptar modalidades distintas de la accién motriz violenta y destructiva, De modo que, segin ellos, no hay conducta tanto negativa (como recha- 20 de ayuda) como positiva, tanto simbética (como Ia ironfa) como efectivamente realizada, que:no pueda funcionar como agresién. Gorsi (pp. 19-20) define agresién como ‘conducta mediante la cual la potencialidad agresiva se one en acto, Las formas que adopta son disfmiles: ‘motoras, verbales, gestuales, posturales, ete. (..] Un golpe, un insulto, una mirada amenazante, un porta Zo, un silencio profongado, una sonrisa ir6nica, la r0- ‘tura de un objeto, para que puedan ser definidas como condluctas agresivas deben cumplir con otro requisit: laintencionalidad, es decir, laintencién, por parte det agresor, de ocasionar un dao, Porsu parte, Barony Richardson (1994) plantean que es muy dificil definir laagresién, por lo que s6lo tentativamente la consideran como “ewalquier tipo 26 de conducta que tiene la meta de lesionar o dafiara otro ser viviente, quien se ve motivado a evitar tal tratamiento” (p. 7). Asi, pues, para todos ellos hablar de agresién im- plica aludir a conduectas especificas y no a emocio- motivos o actitudes; a una intencionalidad; al dajio que se produce en la vietima, que no es nece- jamente fisico; a la implicacién de un ser viviente como receptor de estas conductas, y al deseo del receptor de ln agresién de evitar ese tratamiento, Dela revisidn anterior podriamos coneluir que la agresividad se distingue conceptualmente de la agre- sién por set una tendencia, disposicién o capacidad, {que puede concretarse 0 no en actos especfficos (por lo que incluye, aqui si, motivos, deseos, emo- iones o actitudes), y que surge como forma de re- sistencia o ataque ante situaciones dificiles o proble- ‘iticas del entorno. Por su parte, Ia agresién alude siempre a todo acto que concreta dicha capacidad agresiva, por lo que suele definirse principalmente por acciones ¢s- pecificas (como una cachetada, un empujén o un. insulto). A menudo, los términos “asalto” 0 “ata: que’ se emplean para hablar de ella y, seguin las definiciones revisatas, la catacteristica pau ticular de laagresién es que no constituye un acto accidental, sino que busca generar un daiio o refleja una falta de interés en los otros como personas. En psicologia se ha diferenciado la denominada 27 agresién instrumental de la agresién hostil para cle sificar la intencionalidad de un acto agresivo. Ast, ewando la meta primera del agresor es causar sufi mientoala victima, se habla de agtesi6n hosti; cuan- do el agresor ataca no por un deseo de hacer suftir ‘al victima,sinocomo un medio para obtener metas, se trata deagresidn instrumental (Baron y Richard son, 1994). Violencia Ahora bien, den qué se distinguen los conceptos anteriores de la violencia? Por su sentido etimolégi co, Gémez de Silva define violencia como la “acci6n, ‘0 efecto de aplicar medios violentos o brutales; una fuerza fisica que se tsa con el propésito de hacer daiio” En el Diccionario de Filasofia, Abbagnano (1974) establece dos acepeiones: “accién contraria al or- den o ala disposicién de la naturaleza”, y “accién contrariaal orden moral juridico o politico”. En este {iltimo sentido sefiala que se habla de “cometer” 0 “sufrir violencia”. Estas dos definiciones permiten vishimbrar dos aspectos importantes que sobresalen en mayor 0 menor medida al hablar de violencia: la cualidad de la accidn violenta y/o los efectos de dicha accién. Entre las caracteristicas de Ia accién violenta empie- ahora que la violencia es contraria al orden (por tanto, valorada en un sentido moral), «que es intencional, y que se considera, de alguna forma, brutal El Diccionario Larousse sefiala que la violencia se telaciona con la “accidn o efecto de violentarse; a tuna manera de actuar contra el natural modo de proceder”. Y la define en términos de fuerza e inter ‘ionalidad, pues considera a esta forma de actuar como un uso excesivo de la primera y como una accién injusta con la que se ofende o perjudica a Aiguien. An corcer lenci sbre alguien np caobligatle, por medio de a fuerza fisica o moral, a hacer algo en contra de su voluntad. Esta acepcién 3 similar a la del Diccionario Grijalbo, que define violencia como ‘la accidn y el efecto de obligar © forzar” ‘Como sc observa, en las definiciones de violencia se destaca el uso excesivo ¢ injusto de una fuerza, ‘que puede ser de diferentes tipos (como fisiea, mo- ral o psicoldgica) y que se eerce en formaintencio- nal para ocasionar un efecto, no exclusiva o necesa- riamente fisico, sino también moral o psicol6gico (como obligara alguien a hacer algo en contrade su vohuntad). i bien Ia violencia puede definirae como un abuso de la fuerza, no toda fuerza ejercida es nece- sariamente violenta, pues el ser humano puede wt liza la fuerza fsica, por ejemplo, como recurso de sobrevivencia (para eazar, buscar comic, ete.)-Sin 29 ‘embargo, los humanos ejercemos a fuerza més alld de los limites necesarios para sobrevivir: “solamente los seres humanos cazan por el placer de cazar y destruyen animales que no los atacan” (Chiland, 1994, p. 5) Corsi (pp. 23-24) sefiala que la violencia cs siempre una forma de ejercicio del po- der mediante el empleo de la fuerza (ya sea fisica, sicoldgica, econémica, politica) [..] eimplica la exis- nicia de un “arriba” y un abajo", realeso simbéticos Lu Laviolencia implies una bilequeda de climinar los obsticulos que se oponen al propio ejercicio del po- der, mediante el control de la relacién obtenida a del uso de la fuerza [...] En el Ambito de las Felaciones interpersonales, la condueta violenta es si- nénimo de abuso de poder, en tanto y en cuanto el poder es utlizado para ocasionar dafio aotra persona. El autor agrega entonces que dos conceptos son esenciales para comprender la violencia: el daiio y cel poder. El primero se refiere a cualquier tipo y gra- do de menoscabo parala integridad del otro, y puede set fisico, psicolégico, econdmico, ete. Por su parte, elpoder implica el desequilibrio sefialado. ‘fin decomprender las diferentes formas en que se ejetce, Litke (1992) plantea la necesidad de abor dar la violencia como un violentamiento de otra persona, Para esto, propone desplazar el punto de vista desde el cual se analiza la violencia: de la con- 30 sideraci6n de la naturaleza de la fuerza wtilizada y delagente que la ejerce al estudio de los efectos que causa sobre el receptor. Esta perspectiva propone que es posible violentar a una persona en su anato- infa (mediante fuerza fisica) o respecto de su capa cidad paraadoptar decisiones (por medio de fuerza psicolégica) y que tales expresiones de violencia se pueden ejercer en forma personal (por ejemplo, la violacién) 0 institucional (como la discriminacién \le género o racial). Por tanto, Litke subraya que el elemento central de la violencia es “Ia negacion de la capacidad de la persona” (p. 164), por lo que el uso del término violencia debe condenar el hecho de que alguien reduzca 0 anule total o parcialmente Ia capacidad ‘le una persona para actuar ¢ interactuar, tanto en lo que respecta a su integridad fisica como en sit ‘apacidad para adoptar decisiones. Cauchy (1992) sigue la misma linea de reflexién, ues considera que la violencia significa agresién y ‘ransgresi6n; irracionalidad y exceso. La violencia perpetrada por un ser humano en contra de otro consiste en un tipo de fuerza utilizada para producie cfectos fisicos o psicolbyicos en otras personas, que van en contra de sus propias inclinaciones, preferen- ias o necesidades. Es, por tanto, una fuente de con- flicto y contradiceién que tiende a destruir, disminuir ‘0 negar la humanidad de la persona contra la que se dirige (pp. 200-210). 31 Por lo anterior, la violencia genera desintegr cién o dispersién, ya que actia con nes de la persona sujeta a ella. Asimismo, puede generar un patrén (fisico o psicolégico), es decir, un orden producto de la fuerza, que puede persistir aun después de que ésta deja de ejercerse. De todo lo anterior podemos proponer que lt agresividad es una disposicién o tendencia hos- til que puede verificarse ono en hechos concretos y que es mas descriptiva que evaluativa, Por otra par- te, aun cuando existen diversas coincidencias en sus definictones, la violencia se distingue de Ia agresi6n por el exceso de fuerza que se ejerce en el acto en. cuestién, asf como por el papel que cumple el dafio infligido. Para Archer (1994), la agresién se relaciona mas con elacto la violencia, con sus consecuencias. En concordancia con este autor, consideramos que all hablar de violencia no s6lo nos referimos a actos cespecificos (como patear, eachetear o herir con un armaaalguien), es decir, no s6lo damos una defini- cin conductual, sino que inchiimos las posibles consecuencias daiiinas de tales actos, sean éstas fisi- cas, psicoldgicas, econémicas, sociales, etc. Asimis- ‘mo, al hablar de violencia damos cuenta de actos en, que se ejerce una fuerza excesiva y en que se lleva a cabo un ejercicio de poder sobre otra persona, 0) personas, en un intento por dafiarla, controlarla y/o humillarla. 32. las inten Asi, pues, al hablar de violencia aludimos a un. acto intrinsecamente humano: a un acto “social”, Laviolencia—o las vole sno pueden ser tomadas aisladamente. La violencia no es un hecho puntual, aislado [..|, La violencia, estamos tentados a decir, retomando la férmnla de Marcel Mauss, es un hecho socialglobal(“ p. 12). Imbert (1992) considera que existen vasias for nas de violencia: “reales”, representadas y forma. les, Paralos fines de este capitulo, vale la pena reto- mar las formas de violencia “reales” vitor. Segrin él, éstas pueden ser «as, de diversas indoles (politica, social, comporta- ental, ete.) y pueden presentar grads variables de syravedad: violencias corporal, sexual y mortal. Las grandes tipologias distinguen tambi Jencia criminal contra tereeros y viok (suicidio), violencia accidental (ebidaal xzar al error numano y tecnolégico: “catéstrofes")y violencias his (rica, individual ycolectiva (conflictos sociales, aten- tados terroristas, guerras, dictaduras, et.) (p. 13). ‘Tipologias mas concretas, como la de Santa Bar- (1994), distinguen tipos deviolencia como la do- éstica, la escolar, la callejera, la d \illeri, Santa Barbara destaca, de violencia sancionadas por el Estado (policiaca, militar, carcelaria); as{ como las guerras intranacio- nales, internacionales y nucleares. Como se obser- va, la violencia se manifiesta en formas que van de las desorganizadas a las preparadas de manera inte- ectual y/o mediadas tecnolégicamente. Asimismo, aunque se puede verificar en actos concretos,ficiles de identificar, también se puede ejercer de maneras ‘mis sutiles. ‘Van Socst (1997) propone que la violencia se con- figura en una especie de pirdmide en tres niveles interrelacionados. Segtin este esquema, en Ia base se ubica una violencia estructural y cultural, que incluye “acciones dafinas resultantes de la forma en gue piensa la sociedad, de los valores convenciona- les y de las pricticas cotidianas; con frecuencia es maligna, dificil de discernir; en general se acepta como normal” (p. 18). Algunas de sus manifestacio- nes son la discriminacién de grupos por su género, raza, ctia, religion, orientacién sexual, ete, y la aceptacién misma de desigualdades como la pobre- 2a, el sexismo y el racismo, Enel segundo nivel se encuentra la violencia ins- titucional. De eardcter easi por completo invisible, incluye acciones daftinas que se presentan dentro de las instituciones sociales y que pueden obstruir el desarrollo del potencial humano. Se manifiesta en ‘burocracias como las oficinas gubernamentales, el Ambito de los negocios, las prisiones, los sistemas de 34 bienestar social, los hospitales psiquidtricos y el ejér- «ito, Ejemplos de violencia institucional son las gue- tas, la falta de ayuda econémica para el desarrollo le paises y comunidades pobres, y la mutilacién genital femenina, Se ejerce en forma mas indirecta, no se reconoce como delito y sus consecuencias se resienten a més largo plazo. Por iltimo, en la punta de la piramide se ubica la violencia individual, que es facil de identificar y que en general se considera como un delito que se debe castigar. A la luz de tal cantidad de clasifieaciones y puntos de vista, resulta dificil explicar Ia violencia ‘con teorfas tinieas, pues cada manifestacién puede contener especificidades que otorguen un mayor peso a ciertos elementos. Tomando en cuenta lo unterior, ahora revisaremos algunas de las teorfas nds importantes utilizadas para explicar la agresivi- ad, la agresién y la violencia. ePoR QUE LA VIOLENGIA? Para iniciar esta revisién debemos tomar en cuenta los diferentes puntos de vista que existen a la fecha en Ia polémica en torno al tema: dla violencia es ynata al ser humano y la cultura se encarga de “do- mesticarla"? O bien, la violencia se aprende en la cultura? Por otto lado, Zes posible que la violencia .ca producto de instintos, herencias, funciones hor- monales o disfunciones cerebrales? 35 En nuestra opinién, la violencia es ante todo un producto social, sin negar por eso que otros factores ‘cumplan un papel muy importante en ella, Gabe aclarar, sin embargo, que no contamos con una teo- fa oun factor tinicos que por si mismos sirvan para cexplicarla en su totalidad, Entre otras cosas, lo ante- rior obedece a que, como vimos en la revisién, la violencia se manifiesta en formas muy diversas. Ast mismo, las diferentes teorfas se suelen referir a los distintos conceptos que vimos antes —agresividad, agresién y violencia, y no siempre queda clara su definicién. Se ha encontrado que algunos clementos sc as0- cian empfricamente con la conducta agresiva, sin haberse desarrollado explicacién te: Otras propuestas son principalmente es decir, propuestas conceptuales coneretas basa- das en datos empiricos (sobre todo las derivadas de la biologia, la neurologéa y la psicologia). Si bien éstas se suclen referira situaciones de agresividad 0 agresién individual o interpersonal, muestran una gran diversidad de metodologias y definiciones ope racionales, que van de los pensamientos hostiles ca- Iificados en una escala tipo Likert, pasando por el Use de dispositivs experimentales come la quina construida por Arnold Buss (1961)=, actos concretos observados o recolectados por medio de autorreportes. Del mismo modo existen teorias mucho mas am- 36 plias ~como la psicoanalitiea, las sociol6gieas, las politicasy las antropoldgicas—, que pueden aludira hiveles individuales e interpersonales o macrosocia les, y que no necesariamente tienen referentes em- pirieos coneretos. Una ver establecidas las aclaraciones anteriores, revisaremos a continuacién algunos aportes de la hiologia y después veremos ejemplos de explicacio- nies de corte psicol6gico y psicosocial, para concluir con algunos comentarios sobre lo que se ha escrito tras disciplinas sociales. Antes de proseguir, ca ilarar que esta parte tampoco pretende ser ex- istivay que, por desconocimiento de lasautoras © falta de espacio, al vez queden fucra enfoques que podrian ser fundamentales. MECANISMOS BIOLOGICOS ASOCIADOS CON LA AGRESION HUMANA La herencia de ta conducta agresiva ‘Como sefialan Baron y Richardson (1994), tuna forma de demostrar que una conducta esti biolé- gicamente motivada es demostranco que es similar fentve personas que comparten caracteristicas biol6gi- cas, Es es, s ls personas que comparten genes tam- bién comparten conductas particulares, entonces esas conductas pueden ser consideradas heredadas(p. 246). 37 La evidencia de un efecto de variacién genética ena agresién humana y la condueta violenta (ante todo masculinas) proviene de lineas de investiga- cién como los estudios de familia, los estudios con emelos, los estudios con hijos adoptados ylos estu- dios de la conducta de varones con anormalidades genéticas (Turner, 1994). Estudios de familia Renfrew (1997) menciona que situaciones como el hecho de que varios miembros de una misma fami- lia sean agresivos permiten sospechar la existencia de influencias genéticas en esta conducta. Aunque ‘studios realizados desde hace muchos afios pare- cieron confirmar el peso de tales influencias (Dug- dale, 1977; Goddard, 1912, en Renfrew, 1997), és- tos fueron blanco de muchas eriticas por su dificul- tad para controlar otras variables, Es decir, cen qué medida es posible asignar responsabilidad a los ge- nes en tna familia en que varios de sus miembros son agresivos, si estos miembros han estado expues- tos ~al mismo tiempo— a las mismas, © al menos similares, practicas de socializacién y comparten en xgencral un mismo medio ambiente? Por lo anterior, los investigadores se han dedica- do a estudiar el tema en condiciones més controla- das, en que un factor genético permanece constante aun cuando cambien las variables ambientales. 38 Estudios con gemelos Se han realizado estucios para evaluar el grado en «que se asemejan los gemelos monorigéticos y dizigé- ‘icos en términos de niveles de agresién. Sin embar- Ko, los resultados son poco consistentes. Aunque \lguinas investigaciones reportan poca evidencia de heredabilidad, otras conceden un peso més impor- {ante a los genes que al medio ambiente (véase Bax sony Richardson, 1994). ‘Mednick (1981) emprendié una revisién de los es uchios al respecto e indica que en los gemelos idén- ‘ios se da 60% de concordancia en cuanto alos pro- lemas derivados de su agresién, en tanto que para los gemelos fraternos se ha encontrado una concor- dancia de 30 por ciento. No obstante, este tipo de investigaciones también hasido objeto de discusién, Por un lado, los estudios parecen presentar serios problemas de sesgo en la se- leccién de las muestras. Por otro, en estudios con ge- melos criadosjuntos, se ha sefialado que, siéstos com- parten ciertas conductas agresivas, la contribucién. unbiental puede ser igualmente considerable (Ren- Trew, 1997) Estudios con hijos adoptados Para evitar las criticas formuladas a los estudios con sgemelos, este tipo de investigaciones trata de esta- 39 bleceren qué grado comparten los hijos rasgos con sus padres tanto biol6gicos como adoptivos. Estudios como los de Mednick y cols, (1983, 1987, portia extrapolar acertadamente datos. jologla del comzén o del higado, 0 aun de mecanismos cerebrales elementales, porque el ser hu mano no puede ser reducidlo de ninguna forma a su identidad y funcionamiento bioldgicos, En el rans- ‘curso de la vida de un ser humano, emergen progresi- vamente y cocxisten e interactian en forma cercana las tres facetas de Ia “trinidad” humana: el hombre es un individuo biolégico, un actor social y un sujeto reflexivo y pensante (p. 1), Estas facctas que dialogan entre si comparten el mismo cerebro, mediador en tal dilogo. Baron y Richardson (1994) consicleran que exis- ten dos dreas particulares que se han asociado con Ia agresién. La primera es el siatema Iiimbico que contiene varias estructuras—como la amigdala y el hipotalamo-, que influyen en los impulsos biisicos ylas emociones, pues se conectan con partes supe- riores ¢ inferiores del Sistema Nervioso Central. La 46 egunda es la corteza cerebral, que se asocia con el, funcionamiento cognitivo complejo, necesario pa- ‘a el aprendizaje, el juicio y la toma de decisiones, En cuanto al sistema limbico, las evidencias que ssocian su funcionamiento ¥ la conducta agresiva an derivado de dos fuentes: las lesiones de Ia amfg- ‘lala en pacientes con epilepsia, que pueden condu- ira una disminucién de los estallidos violentos; y la investigacién en neurotransmisores (responsables, de transmitir informacién entre la corteza y varias cstructuras limbieas) (Baron y Richardson, 1994). Aunque en general no se ha encontrado que los {rastornos epilépticos se asocien comiinmente con, sumentos de la agresién, en algunos casos las perso- has con epilepsias del I6bulo temporal exhiben in- crementos en la agresién, tipicamente en los inter- valos entre los que ocurren los ataques (Renfrew, 1997). Renfrew (1997) sefiala, por su parte, que la investigacién en neurotransmisores ha mostrado que los que més intervienen en la agresi6n son Ia acetil- colina (Ach), la norepinefrina (Ne) y Ia serotonina (5111). Por lo regular, los dos primeros se han aso- ciado con elincremento dea agresién, en tanto que la serotonina se ha vinculado con su decremento. Algunoy teportes haan encontiady efectos de ie teraccién entre varias drogas y otros neurotransmi- sores asociados con el control de Ia agresién. Sin embargo, este control de la agresién con drogas se presenta sélo en situaciones limitadas: en uma sola 47 especie animal, o en una situacién de estimulo espe- cffica o con un tipo de agresién, existiendo ademis problemas en cuanto al tipo y frecuencia de las dosis: ‘que provocan dichos efectos. Las drogas en las que mis se han observado efec tosen la agresién, aun cuando no se hayan desarro- lado con ese fin, son los tranquilizantes mayores, que incluyena los antipsiedticos o neurolépticos, los tranquilizantes menores, incluyendo alas benzodia- zepinas, los psicoestimulantes, como las anfetami- nas y el Ritalin, las sales de litio y los anticonvulsivos. Por otro lado, aunque los resultados son incon sistentes, se ha reportado que ciertas drogas de uso no médico influyen en laagresién. Algunas pueden disminuirla, en tanto que otras pueden aumentarla © reducitla, si bien la mayoria presenta, al parecer, probabilidades de incrementarla. Entre llas se cuen- tan elalcohol, las anfetaminas, la cocaina, la cafefna, Janicotina, la mariguana, los esteroides anabslicos, cl acido isérgico (tsb), la feniciclidina (rcr) y diversos inhalables (Renfrew, 1997). En cuanto a la corteza —asociada con el aprendi- zaje social, las consecuencias anticipadas y la elec- Gién de respuestas-, se ha encontrado que es pro- bable que lie leciones dela neocorteza frontal ~par te asociada con Ia recepcién ¢ interpretacién de informacién sensorial externa—se relacionen con la agresién impulsiva y la irritabilidad. La evidencia deriva principalmente de mediciones indirectas de 48. ln clisfunci6n o el daiio cerebral por medio de pruc- Ins neuropsicolégicas, que han reportado pro- bblemas de control de agresidn en personas con dis- unciones 0 dafios cerebrales (Baron y Richardson, 1994), Sin embargo en otros estudios, como elide Volkow ‘redi (1987), se han examinado las caracte- ticas cerebrales de individuos con historias de ex: ema violencia mediante la Tomografia por Emi: ion de Positrones. Aunque no se encontraron lesio- hes espeeificas, sf se detectaron ciertos defectos ge- hicvales en las funciones eerebrales. En vista de lo anterior, aun cuando es necesario ‘econocer el papel fundamental que cumplen los vspectos biolégicos en las conductas agresivas, se- n Young, Brasic, Sheitman y Studnick (1994) no posible aplicar conceptos biol6gicos simples. “No hay un centro cerebral, hormona o sustancia quimi- «a tinica que controle las actividades del cerebro «lurante la condueta agresiva” (p. 14). Tan es asf que, por ejemplo, la buisqueda de una regién cerebral ‘que influya en la agresién ha revelado que la agre- i6n humana se asocia con lesiones en el hipotila- mo, el complejo amigdaloide, otras porciones del sistema limbico, la corteza prefrontal y otras partes del cerebro. Asimismo, otros estudios, realizados en anima- les, muestran posibles influencias en Ia conducta agresiva de un amplio abanico de neurotransmiso- 49 y Ta res y hormonas. Si bien la investigacién sugiere que algunas drogas pueden mediatizar las conduc- tas agresivas, en un sentido psicofarmacolégico, los medicamentos titiles se caracterizan por su diversi- dad, que va de los antipsicéticos a los sedantes. Lo anterior vuelve a confirmar las dificultades cexistentes para hablar de una teoria tinica sobre Ia agresién y Ia violencia humanas. A continuacién abordaremos las teorfas que tratan la violencia ¢o- mo resultado de tendencias instintivas, las que la consideran més bien como producto de una exci- tacién externa o de vicilus procesos enmocionales ‘0s, y las que se centran en las condicio- nes sociales y el aprendizaje. Cabe aclarar que no se revisardn todas las teorias, sino s6lo algunas de las mds representativas para aportar un panorama general LA AGRESION COMO CONDUCTA INSTINTIVA, Existe una serie de teorias que han planteado quela agresién es una manifestaci6n innata al ser huma- no, es decir, que estamos de alguna forma “determi- nados” para ser agresivos. Seprin Baron y Richard. son (1994), este tipo de teorias se puede dividir en dos grandes grupos: el enfoque psicoanalitico y las perspectivas evolu 50 Elpsicoandtisis Sevfa absurdo retomar en unos cuantos pérrafos la viqueza de la aportacién psicoanalitica para la com- prensién dela violencia, tanto en lo que se refierea \0 escrito por el propio Freud en diferentes obras, ‘como a sus seguidores. De modo que, a riesgo de pecar de sobresimplificacién, mencionaremos nada ‘uxis algunos elementos bisicos del enfoque psico- litico. Montagne (1994) seftala que Freud ofrecié una «splicaci6n reactwva y otra innata o instintiva sobre lus raices de la agresién, Laagresién reactiva implica la respuesta del suje- ‘oa una sensacién de frustracién; sin embargo, «hiaagresién tiende a fusionarse con impulsos amo- ‘os0s y libidinales. “La libido, en cuanto energia psiquica "gas tanniticas y destructivas” (Montagne, p. 156). Vsta “agresi6n reactiva” es indispensable para la so- Inveviveneia. ¥ es precisamente la fusién y, por tanto, la sublimacién de la agresién lo que da origen ala cura y ala civilizacion. Sin embargo, la fusién también puede ser defi- siente, de modo que los impulsos agresives pueden ronvertirse en una tendencia destructiva hacia los ‘otros o hacia uno mismo, Después de vivirlaprimeraGuerraMundial, Freud, clevé el constructo de agresi6na un impulso instin- 51 tivo bisico. Es decir, planted que no toda agresién €s producto de la frustracién, sino que existe una agresién innata. El ser humano posee entre sus ins- tintos una gran cantidad de agresividad que, si bien se puede canalizar ereativamente, es motor también de la tendencia destructiva hacia los demas y, en particular, hacia uno mismo en forma de un deseo de muerte. Como se sabe, Freud denominé Tanatos al instinto agresivo y Erosa los impulsos libidinales. Sin embargo, es dificil definir y separar a la pul- siénagresiva de la pulsion de muerte yde la destruc: tiva. Para Freud, la pulsién agresiva designa a las pulsiones de muerte dirigidas hacia el exterior. El fin de la pulsi6n agresiva es la destruccién del obje- to, La pulsién destructiva por su parte, designa alas pulsiones de muerte desde una perspectiva mas cer- cana a la experiencia bioldgica y psicolégica. Las: pulsiones de muerte en la teorfa freudiana, desig- nan una categoria fundamental de pulsiones, quese contraponen a las pulsiones de vida, y que tienden’ alareduccién completa delas tensiones, es decir, a devolver al ser vivo al estado inorgénico. Las pulsio- nes de muerte se dirigen primeramente hacia el interiory tienden ala autodestruccién; secundaria mente se dirigirfan hacia el exterior manifestindose entonces en forma de pulsidn agresivao destructiva, (Laplanche y Pontalis, 1983). Losinstintos de viday de muerte y sus derivados, pueden fusionarse entre sf, neutralizarse o alternar- 52 « reciprocamente. La combinacién de impulsos :resivos y ibidinales ha permitido al psicoanslisis. «-xplicar muchos fenémenos “que van desde los con- Ilictos edipicos, al humor, la paranoia y la guerra” (Feshbach, 1997, p. 215). De modo que, a pesar de Ins muchas crticas que ha recibido, los psicoanalis- \asy una gran cantidad de cientificos sociales se han valide del psicoanslisis para comprender o explicar \nanifestaciones de violencia interpersonal y colec- Las perspectivas evotucionistas Entre las perspectivas evolucionistas destacan el en- foque etolégico de Lorenz y las teorfas de corte sociobiolégico. Lacologia Conta etologia, Lorenz (1966) plantea que las espe- cies animales y humana sobreviven gracias a un ins- ‘into agresivo que les sirve para proteger sus tervito- rios ya sus crias, y que asegura que sélo sobrevivan losindividuos més fuertes. sf, elinstinto innato de ataque, desarrollado du- rante el curso de la evolucién, cumple tres funcio- nes: dispersar a los miembros de la especie sobre ‘éreas geograficas més amplias para asegurar la utili- zacién maxima de los recursos alimenticios disponi- 53. bles; fortalecer genéticamente ala especie, pues sb lo sobreviven los més fuertes, y proteger mejor y asegurarla sobrevivencia de la prole. Como Freud, Lorenz considera que la agresién, es inevitable, pero establece que se puede disminuir © controlar por medio de la realizacién de una se- rie de agresiones pequefias, que eviten In acumu- lacién de energfa en un nivel peligroso. ‘Como se observa, en este tipo de perspectivas se presupone que Ia cnergta agresiva debe ser iberada 0, de otra mane +a, la persona que contiene esa energia explotarin co- mo un tanque, Cuando una persona manifiesta vn ‘comportamiento agresivo, se siente alivinda, proceso al que se ha denominaclo *catarsis”. Debido a que muy frecuentemente no se permite la conducta agresiva, la gente “desplazara” su energia agresiva o la sublimard (DeRidder, 1991, p. 81), LA AGRESION COMO IMPULSO PROVOCADO Hipétesis de frustracién-agresién Fata teoria, propuesta originalmente por Dollard (1989), sugiere que condiciones como la frustracién genetan un fuerte deseo de dafiar a otros, lo que puede levar a ejecutar actos agresivos. Segtin esta teorfa, la frustracién se define como 54 el bloqueo de una actividad dirigida hacia alguna meta [..] Cuando la frustracién es ms ntensa, mas frecuen- te, octiando elindividuo esté cerca de su meta,aumen- tala probabilidad de a ocurrencia del comportamicn- to agresivo (DeRidder, 1991, p. 82). Sin embargo, el supuesto de que la instigacién a In agresién es consecuencia inevitable de la frustra- cién ha recibido muchas eriticas. Feshbach (1997) comentaal respecto que la frustracién puede llevar ‘otras conductas diferentes a una respuesta 4 cout la evitacion, Ia depresion o la evita-

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