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Publicado por primera vez en 1995, y eecitado sucesivamente desde tentances, este libro sigue siendo un referente imprescindible para pensar los fendmenos de violencia y abuso sexual centro ce la familia, En esta ocasién los autores han corregico y aumentado la edicion original, Incorporando experiencias de trabajo, refiexiones © imestigaciones ‘actualzadas Desde una perspectiva sistémica, le violencia es concebida como un fenémeno relacional, como una forma de interaccién que se puede modificar mediante intervenclones acertadas. En esta linea, los autores sostienen que es preciso evitar el riesgo ce estigmatizar el abusader, ‘se convertiro en un “monstruc” que actde arrastrada por una naturaleza violenta, como si ésta fuera una fatalidad ireversibie. Ante todo, porque ete tipo de enfogue bloquea la disposicisn de ios svjetos involuerados a iniciar un tratamiento, y ademas porque impice que el profesional pueda ‘comprender los complejos fendmenos comunicacionales que actuan €en los escenarios repetitives de la violencia y el abuso sexual El objetivo mayor de este libro es formuler propuestes ¢s intervenci6n pertinentes. En este sentido, los autores ofrecen grilas de vectura de las interacciones violentas 0 abusivas y protocolos que arlentan ei trebejo ae los profesionales con las parejas y las familiag, de modo que tedos puedan tomar distancia del conflicto y encauzar los vinaulos hacia formes mas Saludables, Reynaldo Perrone es psiquiatra y terepeuta familar. Tanto en Francia como en el extranjero, ensefta terapia faniliarestrategica y torapla Dieve. Es docente de Ia Universidad de Sevoie en Chambéry y crector det Instituto {de Formacién y Aplicacion de Terapias ce la Comunicacion en Lyon, Ex profesor asociada de la Facultad de Psicologia de la Univeridad Pierre Mendes-France de Grenoble y ex médico consultor en 'a Salvaguardia de la Infancia de Lyon. Actualmente es psicoterapeuts en este misme ciudad. Martine Nannini es licenciada en Filosofia y educadora, Ha trabajado fen ol Centro de Terapia Familiar del CHU de Nimes y actuaimente ejerce ‘como terapeuta. Asimismo, es docente en Nimes, Fats, Lyon, Ginebra y Lausanne, especializada en el enfeque sistémica. Reali super'siones institucionales @ individuales en diversos contextos. il | il 25 muuey ouiey / evoxieg opjeusoy emuns e| uo sayenxas sosnqe A croUajOKA swoww,paidos.com Paidés Terapia Familiar srw paldosargentina.com.ar Violencia Neel ietisy ea ALGUNAS PRECISIONES A MODO DE PREAMBULO. RELACION COMPLEMENTARIA ¥ ABUSO SEXUAL ‘Como se explicé en la primera parte de este libro, se puede con- siderar que la violencia puede adoptar tres formas interactivas esen- ciales: — La violencia agresi6n, que se manifiesta entre dos personas que participan en una relacién simétrica, ~ Laviolencia castigo, que surge entre dos personas que participan en una relacién complementaria, ~ Laviolencia castigo con simetria latente, que se manifiesta entre tuna persona que fue obligada a adoptar la posicién baja y quien la puso en esa posicién, En la violencia castigo/penitencia, Ia violencia configura una sancién infligida por uno de los actores, que desde el punto de vista fenomenolégico adopta la posicién superior con respecto al otro, definido como inferior. La relacién se organiza apoydndose en la evidencia de que ambos pertenecen a clases diferentes, lo que hace que uno pueda atribuirse prerrogativas sobre el otro. Se puede asociar el tipo de relacién en la que aparecen los abu- sos sexuales con la forma més extrema de la violencia castigo, y en- contrar en las relaciones incestuosas las caracteristicas de la complementariedad morbosa. En las observaciones clinicas hemos visto que, en el marco de 130) VIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA una relacién complementaria rigida, las personas sometidas acep- saban, contrariamente a lo que cabia esperarse, los rituales de vio- Iencia impuestos por el agresor, y asimismo cémo mujeres maltratadas retornaban “voluntariamente” con ss conyuges, para sorpresa de todos, comportindose como si sus espinituts hubieran sido colonizados. En los casos extremos de violencia, se observa una relacién de dominacién en la que el espiritu de uno es “captado” por el otro. La vietima presenta una modificacién de su estado de conciencia, ca- racterizado por la pérdida de la capacidad critica y por una focalizaci6n restrictiva de Ia atencién, es decir que se encuentra bajo la influencia y e! dominio abusivo de quien controla la relacién. Dicho de otro modo, la persona entra en un estado de trance pro- longado, de hipnosis no convencional, que puede perdurar aun después de haberse interrumpido la relacién. La relacién psicol6gica en la que uno ejerce un dominio abusivo sobre otro sera denominada hechizo. La relacién de hechizo puede crearse por efecto del terror, la amenaza, a violencia, la confusién, etcétera. Los abusos sexuales intrafamiliares suelen producirse en un cli- ma de terror y de violencia, pero también pueden ocurrit en interacciones donde resulta dificil identificar y descubrir las presi ines que se ejercen sobre la victima. A veces se habla de “seduccié: para tratar de designar la relacién particular que liga al abusador y su victima, pero este término no contempla el estado de falta total de libertad descrito por las victimas. Para caracterizar la relaci6n entre el abusadory la victima es pre- ferible utilizar el término hechizo,y asi sera conceptualizado a fin de que se pueda comprender la dindmica interactiva del abuso sexual. Incestos aNTIGUOS F INCESTOS ACTUALES Tan pronto como se revelan los abusos sexuales cae la ciudadela familiar y se desencadena una crisis que involucra a todos los indivi- duos pertenecientes a la familia. El temor a las sanciones judiciales, a las condenas, a las separaciones, a los reproches ya la vergtienza ALGUNAS PRECISIONES A MODO DE PREAMBULO ba puede atentar contra el sistema de defensa habitual de cada miem- bro del grupo. Desaparece el sistema de defensa comtin, de modo que cada uno lo sustituye por un sistema de detensa individual, con el que trata de protegerse lo mejor posible de las consecuencias de la revelacién. Se ven entonces madres que no pueden creer a sus hhijos, padres que niegan toda responsabilidad, ¢ hijos que se acu- san de todo 0 se desdicen stibitamente. Ademds, en la realidad, es muy frecuente que la crisis coincida con el encarcelamiento del padre, con la internacién provisional de Ja victima en una instivucisn y con dificultades de todo tipo para la madre y la familia La experiencia ha mostrado que para proponer intervenciones terapéuticas en estas situaciones de crisis se requieren ciertas con- diciones: -la terazia no puede tener lugar en un contexto “al margen de la ley”, La denuncia a la instancia judicial es, entonces, un requisito preliminar, aunque no suficiente; es preciso tener la certeza de que la victima se halla protegida cen la realidad: constatar que los abusos sexuales han cesado efecti- vamente y que la victima esté a cubierto de toda presi6n por parte del abusador o su familia; ~independientemente de que la intervenci6n se sitiie en el mar- co de una prescripcién terapéutica judicial o que responda a un pedido voruntario de la familia, se corre el riesgo de que ésta con- funda al terapeuta con la instancia judicial, y que tenga dudas so- bre el destino de las informaciones que le ofrece. En ese caso, €s importante informar a la familia acerca de las diferencias y complementariedades entre el sistema judicial y el terapéutico, En el tratamiento del incesto, el hecho de aplicar Ia ley, aunque no baste en si mismo, es ineludible. ‘Muchas personas para quienes los abusos sextales y los procesos |judiciales en los que se hizo justicia conchiyeron ya hace mucho ‘tiempo siguen sufriendo las secuelas del abuso sexual y padecen una a ‘VIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA desorganizacién psicolégica profunda, consecuencia de la relacion de hechizo. Ya se wate de un incesto reciente, actual o de vieja data, el fenémeno de hechizo constituye el problema terapéutico central. En esta segunda parte del libro se intentaré aportar un nuevo anilisis al introducir el concepto de hechizo (explicado en el capt tulo 4), y describir las practicas que utiliza el abusador con miras a dominar ala vietima, La terapia del hechizo desde esta perspectiva particular se expo- ne en el capitulo 6. Previamente se describen el perfil de los prota- gonistas (capitulo 1), las caracteristicas de la relaci6n (capitulo 2) y las caracteristicas de la comunicacién abusiva (capitulo 4). La proposicién bisica de este trabajo es que los abusos sexuales corresponden a un cierto tipo de relacién abusiva, cuyas caracteris- ticas pueden describirse de manera precisa. Aunque no se pueda ‘observar sistematicamente, el hechizo forma parte de esta relacion abusiva, Si bien la situacién més ilustrativa ¢s la del abuso sexual, la rela- ci6n de hechizo también existe, con formas diferentes, en situacio- nes en las que un individuo ejerce intencionalmente una influencia abusiva sobre otro, sin que éste sea consciente de ello. 1, PERFIL DE LOS PROTAGONISTAS Deseamos destacar los elementos que se encuentran presentes en el contexto familiar cuando se ha producido un abuso sexual. Tales elementos, estadisticamente comunes a estas sitaciones, describen el terreno donde pueden desarrollarse problemiticas de incesto. Se to- man en cueatalos aspectos psicolgicos, materiales ysociales que par cen constituir el fondo comtin de los sistemas familiares afectados, asi como el peril psicolgico de los protagonistas (padre, madre e hijos) En las descripciones referidas al estilo de las familias oa la mane- ra como se juegan los roles y se ocupan los puestos familiares, he- mos encontrado numerosos puntos comunes. Estos son, entonces, signos indicadores de la posibilidad, y la probabilidad, de que en tuna familia haya interacciones transgeneracionales disfuncionales y transgresivas. Las informaciones recogidas no nos ofrecen la “explicacién” de Jos pasajesal actoy de los abusos sexuales en el sistema familiar, sino més bien un panorama de los contextos familiares donde pueden producirse abusos sexuales, asi como la posibilidad de identificar las, onfiguraciones relacionales que suelen aparecer en las familias con tansacciones incestuosas. PERpIL DE LA FAMILIA YE LA PAREIA Puesto que se trata de un trabajo de tipo comunicacional y sistémico, serdn presentados el estilo y la estructura de las familias, 1s \VIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN L FAMILIA vale decir, los pardmetros generales sobre el modo de organizacién de las relaciones familiares. En las familias multiparentales, la separacién de los cényuges, €l divorcio y el nuevo matrimonio se realizan a veces a costa de un re- lajamiento de los lazos de filiacién. Quien ocupa el lugar de padre no es el padre, o quien ocupa el lugar de madre no es la madre: los, azos padres /hijos ya no tienen un fundamento de legitimidad tural”, y siempre pueden ser objeto de cuestionamientos. El nuevo padre o la nueva madre, con el acuerdo de su pareja, debe negociar su lugar en relacién con los nifios de! otro. En cier- tos casos, esta negociaci6n no puede realizarse por el rechazo o las dificultades de unos y otros. El sentimiento de responsabilidad del adulto con respecto al nifio puede entonces volverse difuso, al igual que ciertas fronteras intergeneracionales: los abusos sexuales come- tidos por el padrastro son extremadamente frecuentes (en las fami- lias reconstituidas el riesgo de incesto es dos veces mas alto). En el contexto interno de estas familias, la interdiccién del in- cesto no se impone con igual fuerza, ylos sentimientos ambivalentes son menos reprimidos. Asi, pues, pueden observarse conflictos relacionales madre/hija por celos con respecto al compafiero de la madre. Se advierte también una alta incidencia de abusos sexuales en. Jas familias monoparentales debido a una ausencia real de la ma- dre motivada por causas laborales, abandono, relaciones extra- conyugales, enfermedad, alcoholismo, depresién, hospitalizacién, etcetera. A menudo, el padre abandonado tende a hacerle ocu- para la hija el lugar de la compara ausente y la nifia se esfuerza por reemplazarla para evitar mayores sufrimientos de ambos pa- ares. Por otro lado, se registra un alto indice de abusos sexuales en las familias monoparentales en las que la madre esta realmente au- sente 0 es como si lo estuviera a causa de alguna enfermedad, de- presién u hospitalizacién. En los dos tipos de familia que se acaban de mencionar, la des- truccién de los lazos filiales 0 las dificultades propias de la reestruc- turaci6n son bien evidentes y pronto muestran las disfunciones que pueden surgir. PERFIL DE 108 PROTAGONISTAS 138 En las familias aparentemente bien estructuradas, que exhiben un perfil “normal”, la revelaci6n del incesto 0 el abuso sexual pone de manifiesto una disfuncién preexistente. La particularidad de es- tas familias es la discrepancia entre la imagen que muestran al en- torno y lo que ocurre en su interior. Destaquemos que ofrecer al exterior una imagen de bienestar tiene caracter de verdadera obli- gacién. En este sentido, los nifios deben colaborar activamente y participar en la mistificaci6n montada por los padres 0 los adultos. En este tipo de familias reina una verdadera tirania, que a veces, es ejercida muy directamente por el padre y que se basa en la ley del silencio compartida por todos los miembros. A las revelaciones siem- pre se les atribuye un fuerte matiz de peligro, porque pueden hacer suftir a uno 0 a otro, o hacer que estalle la estructura familiar. El padre, ensu actitud de dominacién, puede llegar a creer que en el territorio familiar se aplica su propia ley y que puede sustraerse a las, leyes de lasociedad. Hay que “proteger” prioritariamente a la fami- lia, Se considera una traicién el solo hecho de que el adolescente intente vincularse con personas de su edad exteriores a la familia. En este modelo, el predominio del padre se acompaiia del borra- miento de la madre, quien no puede brindar ningtin tipo de pro- teccién al nifio. Después de la revelacién, algunas madres siguen siendo leales a sus maridos. Por otro lado, en la mayor parte de los testimonios recogidos se puede observar cudn fantasmales llegan a ser estas madres: no ven, no oyen, niegan lo evidente, como si se tratara de hechos que ocurren en otro mundo. Si no estin bajo in- fluencia, estén cuanto menos replegadas distantes. Esto hace posi- ble que la hija ocupe su lugar como pareja del padre, y cumpla al mismo tiempo las funciones de hija, esposa y amante. El padre se convierte entonces en marido, amante e hijo. Padre e hija compar- ten todos los papeles. Paradgjicamente, la indiferenciacién de los papeles y de las fun- ciones familiares puede dejar intacta una aparente pareja parental yconyugal. A veces ésta es el tinico “superviviente” tras la revelacién del incesto 0 el abuso sexual. En todas las familias con transaccién incestuosa la interdiccién, del incesto se desplaza a la de la palabra: esté prohibido hablar. El secreto se guarda celosamente, tanto mas cuanto que a menudo lo 6 \VIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILLA refuerzan las amenazas verbales o la violencia fisica. Mas alld de su. confusidn y sus dudas, el nifio no puede imaginar fécilmente como escapar de un sistema del que es tan dependiente. Los objetivos prioritarios son la solidaridad y la cohesi6n familiares. ‘Muchos nifios callan para evitarle una pena asu madre o atemo- rizados por las amenazas (muy directas) del padre. Paralelamente a estas posiciones “de sacrificio”, encontramos otras que resultan igualmente dificiles de comprender. Es el caso, por ejemplo, de una madre que toma somniferos para huir de la tirania sexual de su. marido, pero no se alarma al saber que éste pasa noches enteras en- cerrado en el escritorio con la hija. Verdad es que para algunas ma- dres semejante situacién esté mas alld de lo imaginable, pero en otras funciona como una ceguera autoprotectora. La Parga cONUGAL Poco se ha dicho sobre el lazo conyugal en las familias con tran- sacciones incestuosas. Este no puede sino perder su carga afectiva a partir del momento en que padre e hija comparten todos los espa- ios, puesto que la hija ocupa el lugar de la madre y se vuelve pareja del padre. Una unién conyugal sélida constituye un obstaculo natu- ral con respecto al incesto y es coherente deducir que tal unién re- sulta incompatible con una interaccién incestuosa. Luego, cabe suponer que la problematica incestuosa es correlativa a una proble- matica de pareja. En algunos casos, la pareja se caracteriza por una pobre actividad sexual, consecuencia de un consenso implicito, un arreglo tacito con- veniente para los dos miembros. En otros casos, el marido tiene una actividad sexual extraconyugal explicita. Habiéndose perdido la inti- midad y los limites, el incesto se inscribe como una continuidad en esta actividad sexual conquistadora y sin “objeto diferenciado”. ‘Los factores de miedo o de dependencia material pueden ser ‘buenas razones para que la esposa acepte la situacién, pero a veces el padre encuentra en su hija lo que su mujer le niega. El hecho de que no pocas parejas prosigan su vida conyugal des pus de revelado el incesto muestra, paradéjicamente, la fuerza del PERFIL DE LOS PROTAGONISTAS sr vineulo, Puede decirse que de alguna manera el incesto est inscri- to en el contrato conyugal En ciertos casos, la pareja conyugal esta construida segiin una configuracién en la que la mujer protege al marido como lo haria una madre tolerante y protectora con un adolescente. En estas condiciones, el padre puede persistir en su “incontinencia” y sus transgresiones, a las que la mujer define como desviaciones “perdonables” 0 comprensibles. La mujer asume una tarea altruista de salvamento: se muestra resignada frente a los desbordes abusivos de su cényuge y se aleja progresivamnente de su papel de madre de sus hijos. Sea como fuere, ‘como padres, ambos comparten inmadurez e irresponsabilidad. PERFIL DEL FADRE/PADRASTRO © TERCERO ABUSADOR, Aun corriendo el riesgo de una simplificaci6n reduccionista, con el material provisto por numerosos relatos y observaciones es posi- ble trazar ‘os rasgos més significativos de la personalidad de los abusadores, La descripcién tipolégica nos servird para dibuyjar un perfil reconocible. E] hombre abusador esta en un momento de su vida en el que ya haalcanzado completamente el desarrollo sexual, asf como la capa- cidad de discernimiento, de alerta, de discriminacién con respecto alla ley, la sociedad y la responsabilidad. ‘A diferencia de los otros delincuentes sexuales, se trata de hom- bres integrados en una unidad social estable, y sus delitos se ins- criben en una cronologia, un marco espacial y tematico bien determinado. Esto significa que los acosos sestales forman parte de una constraccién yoluntaria y consciente, conforme a una légica de referencia explicita o implicita Los abusadores se dividen en dos categorias que corresponden a otras tantas posiciones existenciales: 1. Una es reservada, inocua, suave, poco viril, ni expansiva ni intrusiva, y fuera de la familia se muestra en actitud de repliegue social. Aparentemente ptidico y moralista, ¢ incluso religioso, el 138 VIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA abusador envia un mensaje de fragilidad asexuada. A la hora de definir la relaci6n se muestra sumiso, acepta el predominio de su mujer, ya priori puede inspirar ternura, simpatia y deseo de proteccién. La unién abusadorvictima se caracteriza por un es- trecho repertorio de intercambios focalizados en la ternura y la buisquedia de gratificaciones bipersonales. Esinteresante destacar el aspecto gentil y consagrado de este per- sonaje, capaz de obtener el reconocimiento y la confianza sin I mites de quienes lo rodean. Es la persona con quien los padres dejan a sus hijos durante las vacaciones, en las colonias 0 en los establecimientos culturales 0 deportivos. Es un abusador que, ob- |jetivamente, no hace suftir al nifio, quien a su vez se apega ino- centemente, durante un periodo, a esta relacién. Como ya dijimos, este tipo de abusador tiene una sexualiciad re- primida y selectiva, pero también puede cometer abusos sexta- les en serie. En el terreno de Ja psicopatologia este perfil corresponde a la paidofilia, Por lo demas, en la misma posici6n existencial se encuentran las mujeres abusadoras sexuales y las madres abusadoras, quienes se caracterizan por mostrar una apariencia de sacrificio “sin limites” respecto del nifio 0 del adolescente del cual se ocupan. . La otra posicién de los abusadores es Ia agresiva y violenta. La actitud de este tipo de abusador tiende ala expansién, la conquis tay el desprecio por el entorno social. Muestra su voluntad de colonizar, controlar, someter a los otros, reivindicando la arbi- trariedad, el despotismo y la tirania. La violencia verbal, fisica y psicolégica aparece en forma de injurias y humillaciones, de des- dén con respecto a sus victimas. Estos abusadores hacen alarde de sus fuerzas y su virilidad de un modo caricaturesco. Se ha observado que el abusador se complace en su poder yen la impunidad; hay una mitificacién y una mitomania; el individuo desprecia la ley y alos débiles y se advierte que no siente culpa ni remordimientos. En el nivel psicopatolégico, en ocasiones pue- de diagnosticarse una personalidad de tipo psicopatica, una per versi6n 0 una paidofilia, pero hablar de abuso sexual no necesariamente implica hablar de psicopatologia. PERFIL DE LOS PROTAGONISTAS 130 Acestas dos posiciones existenciales les corresponden formas de sexualidad diferentes: en la primera, es reprimida, pero selectiva; en la segunda es normato intensa, pero indiscriminada. El primer tipo de abusador se une fuertemente a su victima, sin frecuentar a otras personas. Las relaciones sexuales, conyugales © extraconyugales son escasas o inexistentes. E] objeto de deseo es el nifio, claramente aistado de la red relacional ¢ inmovilizado en esta funcién. El segundo tipo de abusador busca ampliar su coto de caza y co- dicia a todas las personas que puedan servirle de pareja sexual, La relacién conyugal es un epifenémeno en medio de multiples rela- ones sexuales ocasionales o estables, cuyas presas bien pueden ser parientes cercanos. Lo sexual se expone sin pudor y piiblicamente, a modo de vitrina de la sexualidad triunfante del abusador. Este tipo de abusador se caracteriza por su comportamiento osa- do, temerario y sin escriipulos. Filma fotografia a los nifios con fines pornograficos, exige que participen y gocen sexualmente, les hace regalos, les da dinero. Este tipo de comportamiento puede conducir a los nifios hacia la prostitucién y la marginalidad. Los ‘medios suelen informar regularmente hechos de esta indole, cuyas caracteristicas corresponden al modo de operar de este tipo de abusadores PERFIL DE LA MADRE En el terreno social, muchas de estas mujeres aparecen como madres extenuadas, agotadas y muy ocupadas por un trabajo exte- rior, a menos que no las ocupe st “interior”, en cuyo caso estaran deprimidas o fragiles. Pero no se las podria colocar a todas en una misma categoria. Las hay que reaccionan con firmeza tan pronto ‘como conocen o sospechan el abuso sexual. Sin embargo, la mayo- ria permanece en una actitud ambivalente, como sila revelacién en si mo cambiara gran cosa 0 no bastara para romper el vinculo que las une a sus compafieros o maridos. Hay enellas tres caracteristicas dignas de atencién: 10 \VIOLENCIA V ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA -La madre del nifio victima defiende a cualquier precio la idea de la familia normal y la cohesién familiar, sin duda porque suele tener una historia cadtica, con fracasos sentimentales, rupturas, abandonos y, a veces, violencia, Se trata frecuentemente de una his- toria de secreta rivalidad entre ella y su propia madre. Habiendo partido en confficto con sus padres, la joven mujer busca un hombre para formar su propio hogar, que es presentado ‘como modelo de “verdadera” familia, Cuando advienen las anoma- lias de comportamiento del hombre exhibido como salvador, la madre, atrapada en una situacién contradictoria (si denuncia debe admitir el fracaso ante su madre), se vuelve ciega a la evidencia y sacrifica a su nifio para salvar a la familia idealizada. Ademis, la dependencia material de algunas de estas mujeres con respecto a su cOnyuge puede impedir la emergencia del mas minimo cuestionamiento de las relaciones padre-hija a fin de pre- servar la estabilidad aparente de la familia, La ley del secreto sirve para proteger esta imagen con respecto al exterior, e implica que la madre no perciba lo que ocurre dentro de Ia familia. Sus percepciones de los acontecimientos familiares son objeto de una selecci6n automtica, que marcha la par de un pensamien- to reduccionista. Por ejemplo, la madre puede negar, olvidar y qui- tarle valor informativo 2 un hecho digno de preocupacién, como ser que el padre se encierre con su hija en el baiio. De este modo, respeta el objetivo prioritario: mantener el slatu quo, Se comprende entonces por qué algunas muchachas dicen que cuando hablaban de lo que les estaba ocurriendo, sus madres no las escuchaban, -El discurso de la madre es de tipo omnijustificativo, Es un dis- curso de defensa y de supervivencia, destinado a detener todos los ataques: “Estaba demasiado ocupada..., no podia imagindrmelo..., sin embargo, mi hija me decfa todo..., mi marido no me requeria sexualmente..., los nifios tenfan todo lo que necesitaban..., mi marido los mimaba mucho...” En resumen, puede decirse que las madres que forman parte de los sistemas familiares con interacciones incestuosas se caracterizan PERFIL DE LOS PROTAGONISEAS 11 por estar ausentes, disminuir sus percepciones, escudarse en la autojustificaci6n y darle prioridad a la cohesi6n familiar formal, PeRrut DEL NINO VieTIMA Las caracteristicas de estos nifios estén referidas a su edad, su. relacién con el mundo exterior y su lugar en la familia. La edad promedio de las victimas de incesto es variable, pero la mayor parte se sittia alrededor de los 12 0 13 afios, Aunque los casos de caricias y tocamientos se dan a edades mucho mds tempranas (a menudo en nifios de 7 1 8 afos), la realizacién completa del acto sexual casi siempre tene lugar en el momento de la pubertad. Obviamente, en el caso de las nifias, durante la pubertad el cuer po de la pequetia cambia y toma cada vez més el aspecto de una ‘mujer. Para el abusador, la feminizacién del cuerpo de la nitia es la sefial de cue puede pasar a la fase de realizaci6n, y luego instalarse en la relacién abusiva. Con todo, las estadisticas muestran que el abuso se produce cada ver mas precozmente. Esta experiencia particular, secreta e imposible de compartir, hace que, en el mundo exterior, la victima no pueda crear relacio- nes profundas y de confianza con sus camaradas. Algunas adolescen- tes imaginan que se les ve “la vergiienza inscrita en el rostro”, que se adivina elsecreto por el solo hecho de ser miradas y que nadie pue- de comprenderlas ni ayudarlas. Al igual que la familia, la vietima suele vivir aislada, y tiene una red social poco desarrollada. Dentro de la familia, la victima tiene una posicién doble: es a la ver la sacrificada y la que goza de un lugar de privilegio con respec- toal padre, cara y cruz de una misma situacién. Como se le ha atri- buido el papel de salvadora de la familia, mediante su silencio y su aceptacién ("Si hablas, tu madre se va a suicidar, la familia se va a desintegrar y no me veras mas") puede creerse que de ella depen- den en verdad la cohesi6n yla estabilidad familiares, Ia felicidad de algunos y el sufrimiento de otros. Las vietimas quedan privadas de su infancia, aceptan el sacrificio porque se sienten culpables con respecto a la familia y crecen con luna madurez forzada. Son portadoras del secreto, la vergienza y la we \VIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA culpabilidad. Por lo general, la hija mayor es Ia primera que sufre el abuso, y la posibitidad de que el abusador haga lo mismo con las, otras hermanas a veces la induce a no aceptar mds la situacién ya revelar el incesto. El sacrificio de la mayor también sirve para prote- ger a sus hermanas y hermanos de los acosos sexuales. Se podria creer que este lugar de privilegio al lado del padre (padrastro 0 concubino) constituye un beneficio secundario para la victima, cuando en realidad es otro de los cerrojos de la relacidn de abuso, que refuerza atin més el secreto. Por diltimo, aunque a veces los aprendizajes escolares 0 profe- sionales estan relativamente preservados, a menudo la angustia se manifiesta en forma de sintomas psicosomaticos: miedo al fraca- so, claustrofobia, terrores nocturnos, enuresis, amenorrea, y tam- bién intentos de suicidio y anorexia. En la observacién clinica aparece todo el repertorio de sintomas psicolégicos: fatiga, falta de concentracién, comportamientos no convencionales (Fugas, crisis de c6lera, insolencia, provocaciones, stibitos reproches ¥ re chazo), repliegue, bloqueo, desinterés, pérdida de la curiosidad, trastornos mnésicos. Fugas repetidas, crisis de ira, insolencia, pro- vocacién, rechazo, son comportamientos frecuentemente criticados en el seno de la familia Asimismo, un extenso repertorio de conductas erotizadas puede ser detectado en el contexto familiar o escolar: btisqueda imposible de un compaiiero sexual, seduccién caricaturesca 0 provocacién frente al adulto, exhibicionismo, mimetizacién y adultomorfismo constituyen la fase oculta del abuso, que siempre es vivido de una ‘manera confusa y traumatica, Estos sintomas sefialan al exterior el dafio causado a la victima en su integridad fisica y en su autoimagen del cuerpo. En resumen, los nitios y los adolescentes victimas de abusos sexuales se hallan aislados con respecto al medio exterior, y dentro de la familia ocupan una posicién doble: sacrificados y seudopri- vilegiados, 2, CARACTERISTICAS DE LA RELACION Lareladén entre el abusador y la victima presenta algunas carac- teristicas singulares. El hecho de haberlas identificado permiti6 categorizar esa relaci6n. En este capitulo se empezaré por describir los aspectos feno- menolégicos de la interaccién abusador,victima y, seguidamente, Ja estructura de tal interaccién, [RELACION COMPLEMENTARIA ‘Como se explicé antes, la relacién complementaria se caracteri- za por la desigualdad y por mantener las diferencias entre las perso- nas involucradas. A diferencia de la relacién simétrica, cuya mayor movilidad permite que las personas estén Constannteusente a la base ‘queda de un equilibrio, en la relacién complementaria toda la ener- ‘gia se utiliza para mantener el estatus relacional, con la consiguiente tendenciaa la inmovilidad. Justamente, en la relacién incestuosa o de abuso sexual, esta ten- dencia a la inmovilidad paraliza la relacién, excluye las escapatorias y cierra las salidas: las victimas tienen gran dificultad para imaginar alternatives y perciben su situacién como una fatalidad, Por su par- te, quien ocupa la posicién alta esta seguro de conservar el poder, ya que su puesto es inatacable. De esta manera, abusadory victima viven encerrados en un mun- do aparte: sus estatus de adulto/nifio y de padre/hija los sitvian en Ma \VIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA, tuna relacién complementaria “natural”, que luego sirve de disfraza la deriva perversa. Una vez instalada esta complementariedad extre- ma, el nitio no es sino lo que su padre quiere que sea. La RELACION DESIGUAL ‘Normalmente, la relacién adulto/nifios, aunque complementa- ria, es al mismo tiempo igualitaria. Respetar los derechos y los luga- res de cada uno es una condicién imprescindible para que todos puedan crecer en el espacio familiar. Para poder cumplir con su tarea, los padres, en su condicién de adultos, disponen de poderes, pero se supone que s6lo pueden hacer uso de tales prerrogativas para beneficiar al nifio. En los casos de abuso sexual, el poder se vuelve un medio para dominar y controlar al nifio. El adulto lo utiliza en provecho pro- pio, su posici6n le sirve para sus fines sexuales. La relacién desigual se convierte asi en una relacién abusiva, RELAGIGN apusmNA, Cuando un adulto abusa sexualmente de un nifio, considera que puede utilizar el cuerpo de éste a su antojo. Se vale de su ventaja intelectual y fisica, de su posicién, de su autoridad y de su poder social para desariollar una dominacién tendiente a la satistaccion sextal EI nifio esta “programado” para el beneficio sexual del adulto, Cuando el abuso sextial se prolonga durante afios, lo que es frecuen- te, la victima queda atrapada en una telarafia relacional que de a poco carcome su resistencia y sus posibilidades de oposicién. Sin ‘embargo, esto no equivale aun consentimiento. Por lo general, al descubrir el sexo mediante intercambios igualitarios y experiencias compartidas con otros pares de su edad, el nifio accede gradualmente a las percepciones corporales, incor. ora poco a poco las experiencias y mas adelante aprovecha todos estos aprendizajes. De tal modo, mientras crece, adquiere un poten- ‘CARACTERISTICAS DE LA RELACION 13 cial de vivencias y conocimientos que luego, ya adulto, podré utili- zar en la rslacién sexual con sus pares. Enel encuentro sexual entre un adulto y un nifio, éste es despo- jado del beneficio de ta experiencia. Puesto que el adulto es el tin co beneficiario, se trata de una relacién abusiva Eladuko explota la inexperiencia, la inmadurez corporal y pst- quica, la disponibilidad, la credulidad y el temor del nitio para satis: facer su sextalidad, Por todas esas razones, este tipo de relacién es abusiva RELACION De mMPosTURA, Lo caracteristico de la impostura esla voluntad de apropiarse de una cualidad o un valor perteneciente a otro, mediante la mentira. Hay impostura cuando alguien se aprovecha de la confianza del ozo, Io engafia a sabiendas y lo induce a error voluntariamente. En los casos clinicos se ve con claridad que el abusador se vale de falsos argumentos con el fin de obtener una satisfaccién perso- nal. El adulto le hace creer al nifio que es normal que la relacién se organice de ese modo, puesto que en todas las familias los pa- dres tienen relaciones semejantes con sus hijos. Los argumentos apuntan aque la victima se crea que es la tinica beneficiaria o la Xinica sacrificada del grupo. Paulatinamente, el abusador se apro- pia del descubrimiento que el nifio hubiera hecho de su sexualidad, del encuentro con su primer amor, de las emociones que procuran Ja sensualidad y el afecto inocente. Elabusador esgrime una amplia gama de argumentos, pero siem- pre con una tinica meta: hacerse, mediante Ia astucia, del objeto deseado. De ahi que la impostura sea una de las caracteristicas de la relacién abusiva, y que se la pueda asimilar a una estafa Liémase “estafa” a la acci6n de apropiarse de un bien con argu- mentos falaces, a diferencia del robo, que consiste en hacerse de un bien ajeno por la fuerza o a escondidas. Asi, pues, cabe asimilar el abuso sexval y el incesto a la estafa, y la violacién al robo. Esta relacién de impostura afecta todas las interacciones de los miembros de la familia. Sumergidos en un mar de mentiras, todos 16 \VIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FANILLA viven la experiencia de haber sido engafiados y haber compartido tuna mistificacién colectiva. ‘PERVERSION DE LA DIALECTICA AUTORIDAD/RESPONSABILIDAD En la relaci6n de abuso sexual el poder es fluctuante, incierto € invertido, La dialéctica entre el poder y la responsabilidad sufre un desplazamiento, ya que el nifio se ha vuelto responsable de Ia segue ridad del adulto. De su silencio con respecto al abuso sexual depen- de la suerte de quienes en principio deberian protegerlo, asi como Ja estabilidad de la familia y la suya propia, Para estos nifios el poder cobra un caracter magico, ilusorio, ca- racterizado por el hecho paraddjico de tener en sus manos el desti- no de los adultos. El abusador manipula el poder y carga la victima con la responsabilidad del secreto. El silencio del nifio protege no s6lo al abusador, sino a s{ mismo y a su familia. ‘Jay Haley sostiene que no se puede tener responsabilidad sin po der. Segiin él, la responsabilidad sin poder es una alienacién. Pero también es cierto que el poder supone en si una responsabilidad. Asi ‘como la responsabilidad sin poder lleva a la culpabilidad y la impo- tencia, el poder sin responsabilidad Hleva al delirio y al absurdo. En la relacién incestuosa, el nifio carga con la responsabilidad, pero no tiene el poder, mientras que el adulto silo tiene, pero no asume la responsabilidad, RELAGION AL NARGEN DE LA LEY En las relaciones de abusos sextales ¢ incesto, la transgresién no ya acompafiada de culpabilidad por parte del agresor, si bien algunas veces éste puede tener conciencia de la falta. Por su parte, la victima suele estar atrapada en sentimientos confitsos de culpabilidad. Puesto que durante el proceso de socializacién el abusador no ha interiorizado la prohibicién, no surge en é! el sentimiento de transgresidn ni de culpabilidad. El adulto abusador queda a salvo de la angustia y el suftimiento que podrian ocasionarle sus actos, La (CARACTERISTICAS DE LA RELACION ur ley, que sélo rige para los otros, es para él una especie de moral extraiia y sin significacién. Mediante trdgicas acomodaciones, lo arbitrario se vuelve legitimo y las reglas intrinsecas facultativas co- bran poder y fuerza de ley, En la intimidad del sistema familiar, la ley privada se opone a la ley general e igualitaria, dejando al nifio sin puntos de referencia ni proteccién. Esto explica las reacciones de perplejidad que se observan cuan- do la justicia golpea a la puerta de la familia y rompe la relacién incestuosa en detrimento de la “privacidad” que la protegia. Casi siempre hay manifestaciones de negacién y autovictimizacion, y muy pocas veces de culpa y de arrepentimiento sincero. El abusador ac- ‘tia como sila ley no estuviese hecha para él ‘RELACION FUERA DE CONTEXTO La “negaci6n en los hechos” de los papeles familiares y de la je- rarquia en el interior de la familia revela y confirma tna negacion de la familia como contexto. Esta ya no es un lugar de protecci6n, sino un grupo cerrado y rigido que se mantiene gracias al secreto. Como consecuencia, se produce un borramiento del marco de re- ferencia, la frontera intergeneracional queda desdibujada y se alte- ra la significaci6n del tiempo y el Iugar de cada uno dentro del sistema familiar Alnifiole han dado jerarquia de adulto, y queda alienado de su _grupo de pares. Sin haberlo elegido, vive la problematica del adulto no como espectador sino como protagonista, pero sin posibilidad de compartirla, El adulto renuncia a su funcién y empuja a todo el grupo fami- liar hacia una paracultura que lo ststrae del contexto y lo aisla en una ciega autorreferencia RELACION FUERA DE CONTROL, Una de las caracteristicas de estas relaciones es su opacidad con respecto a los observadores exteriores: el secreto esté bien guarda- us YIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA do, no hay palabra que pueda revelarlo. Los trabajadores sociales refieren las dificultades con que chocan cuando tratan de abordar este tipo de problemas en una familia, Por la capacidad que tienen para cerrarse, estas familias a menudo escapan al “control” de tipo social. Cabria asociar la dificultad del control social con la dificultad que tiene cada uno de los protagonistas para gobernar sus propios com- portamientos: el padre abusador desea a su hijasin poder resistirse, y la victima refiere que le resulta imposible intentar cualquier resisten- cia. En estas relaciones, lo prioritario es la satisfaccién del deseo. Es indudable que para interiorizar las reglas y modelos restrict yos en los comportamientos y las relaciones hay que interactuar con el medio social, el cual sirve de instancia normalizadora y normati- va. La permeabilidad y la apertura de la célula familiar y los inter- cambios del sistema con el exterior limitan el predominio de modelos disfuncionales y garantizan la integracién en la comuni- dad. Cuando la familia se vuelve opaca aumentan los riesgos de disfuncionalidad, sin posibilidad de correccién. ‘Aunque resulte obvio, es de destacar que un sistema familiar ce- rrado resulta terriblemente patégeno, y que sus eventuales conse- cuencias pueden tener un enorme alcance. Los protagonistas se creen, se ven y se definen fuera del control social. Por st parte, los operadores, representantes de la sociedad, viven la experiencia de no poder controlar tales sistemas. Con frecuencia refieren que, aun teniendo la certeza de que las relaciones intrafamiliares son anor- males, les resulta imposible intervenir. ‘Las vivencias inconfesables de los protagonistas excluyen a todo observador de su campo al encapsular herméticamente la experien- cia, Por otra parte, el malestar que provoca la intensidad de las rela- ciones y la natural repulsi6n ante lo inaceptable pueden hacer que tos operadores se autocensuren y desvien su mirada critica. RELACION DE HECHIZO Lagran mayoria de los incestos padire/nifio y de los abusos sexua- les en general ocurren sin violencia “objetiva’ de tipo agresi6n. Aun CARACTERISTICAS DE Ls RELACION us siel primer acto sexual abusivo puede definirse como una violacién, Ja vietima lo vive en una especie de estado segundo, de conciencia reducida. E] abusador no seduce al nifio, sino que lo confunde y le hace perder el sentido critico, de suerte que a éste le resulta impo sible cualquier rebeli6n. Por parte del infante, hay una falta de consentimiento a la vez {que una aceptaci6n. Es importante tener bien presente este matiz, desigual de la relacién: el adulto se vale de su poder para establecer una relacién de influencia en beneficio propio y en detrimento de los intereses del nifo. ‘ Elabusador descubre que su accién provoca estupor y confusion en los miembros de la familia, y observa que cada vez puede llevar mas lejos su practica de predominio psicolégico sobre los otros, y en particular sobre la victima. La experiencia es semejante a un ‘embrujamiento: lo cotidiano se convierte en una ceremonia y un ritual de hechizo. _ En los siguientes capitulos se desarrollardn mds extensamente las técnicas del “brujo”, sts métodos y los efectos que st acci6n ejerce a largo plazo en la victima del abuso. 3. CARACTERISTICAS DE LA COMUNICACION ABUSIVA, En as familias donde existe una problematica de abuso, la comu- nicacién presenta algunos aspectos especificos. En este capitulo se expondran las caracteristicas de tal comunicacin, que serviran tam- bien para detallar las maneras de practicar el hechizo, El estilo comunicacional y el tipo de lenguaje que inmediatamente sera des- tito predisponen a la relacién abusiva al paralizar las capacidades de respuesta. Se verd cémo las rupturas y las confusiones de los re- gistros comunicacionales, el lenguaje de conminacién y represalia, estan casi siempre presentes en el discurso de los abusadores. ‘RUPTURA DE LOS REGISTROS COMUNICACIONALES Un pacre le pide a su hija que salude a sus compafieros. Con actitud de proteccién paterna la toma por los hombros y, a la vez que sonrie, proclama que seguramente ella terminara siendo pros- tituta. La niiia experimenta un profundo malestar debido a su difi- cultad para descodificar si lo mas importante es el gesto del padre 0 sus palabras Como ocurre en este caso, los mensajes se transmiten en regis- tros contradictorios, lo que provoca sorpresa y perplejidad. El cam- bio de tonoy de calidad emocional impide la anticipacién necesaria para descodificar los mensajes de manera coherente. La autoridad yla brutalidad se mezclan con la suavidad y la compasién, la orden terminante con la siplica, la amenaza con el pedido, la gratificacion ae MOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA con la privacién, etcétera. Es uno de los aspectos que aparecen con ms claridad cuando el observador aguza la mirada. El abusador nunca es el mismo, carece de continuidad, y por ende la anticipa- Gin resulta imposible. Al escuchar los relatos de nifios sometidos a semejantes variaciones de registro, se advierte su profundo agota- miento y el progresivo abandono de todo deseo de comprender. Estos nitios se automatizan en el nivel corporal yse bloquean en el cognitivo, sin dejar de experimentar profundas perturbaciones en. el nivel emocional. Las rupturas frecuentes en la légica de la comunicacién desorga- nizan y desestabilizan a la victima. Tal tipo de comunicacién es co- herente, pero no congruente. Lo que se dice esté claro, pero al mismo tiempo esta en ruptura con el contexto. Al quebrantarse las referencias que el nifio utiliza normalmente, se perturba su capaci- dad para descodificar los mensajes del entorno. EL LENGUSE DE CONMINACION Este lenguaje hace que se modele el sistema de creencias del nifio o que éste se encierre en la culpa. Lenguaje de “conminacién” quiere decir que la comunicaci6n va en un solo sentido, que no hay escucha del otro, sino vohuntad de obtener un resultado predeter- minado, pero al margen del didlogo, al margen de los intercambios de puntos de vista. En la conminacidn, quien emite el mensaje omi- te el acuerdo voluntario y libre de quien lo recibe. La conminacién no deja ninguna posibilidad de elegir, aunque el destinatario pueda quedar con alguna duda sobre la pertinencia de la accién que se le indica realizar. Se diferencia de la orden por el hecho de que ésta da a entender muy bien ta jerarquia de los ac- tores y deja lugar para que eventualmente el receptor la rechace o se rebele. Pueden observarse dos tipos de conminacién: de conformidad y de culpabilidad. En el primer aso, el nifio debe aceptarla situacién que el adulto presenta como “normal”, y conformarse al sistema de creencias del abusador: “Todos los padres hacen asi”, “Esto no te hace dafo...”. Debe abandonar cualquier pretensién de singulari- CARACTERISTICAS DE Ls COMUNICACION ABUSIV 133 dad yaceptar la situacion que se le impone. Se reduce abusivamente a gama de opciones, y se traba cualquier iniciativa del nifio. Se le hace saber imperativamente que debe acomodarse a esa realidad. La conviccién del nitio de que nadia podra cambiares reforzada con comentarios sobre sti anormalidad, incapacidad o enfermedad. Una vez mds, en ese contexto, la conviccién del abusador domina la re- sistencia critica del abusado. “Si tdi hablas, la familia se va a desintegrar por tu culpa” es la fra- se tipica de la conminaci6n de culpabilidad. Estas conminaciones, muy dafiinas, quedan registradas a fuego en la conciencia del nitio, mais atin cuando éste observa la vida feliz de la familia Ocurre que los dems miembros, ciegos 0 extraiios ala situacién, ofrecen un aspecto despreocupado y desresponsabilizado. Al nifio no le queca otra posibilidad que apuntar la critica contra si mismo, abstenerse de toda condena y permanecer paralizado en su posicién de victima La REPRESALLA OCULTA La represalia oculta hace que al nifio le resulte evidente que cual quier intento por cambiar el statu guolo perjudicara a él ya su fami- lia, Torturan el espfritu de estos nifios ideas de destruccién, vergiienza, separaci6n, suicidio y muerte. Hay uma diferencia entre la represalia oculta y Ia amenaza, La primera provoca una perturbacién mas intensa, porque conlleva la idea de que el mal y sus consecuencias se originan en la accién de- fensiva de la victima, Vale decir que esta accién se volveria contra aquel que tratase de defenderse. Las cosas estin presentadas de tal modo, que el suftimiento de la victima aparece como si fuese el re- sultado de su propia reaccién defensiva. El abusador no participa, La situacién se asemeja a la de alguien que estuviera atado y corrie- ra el riesgo de asfixiarse al tratar de moverse. En cambio, en la amenaza se anuncia de manera explicita que habré acciones de punicién contra quien actie o realice una accién prohibida, y también se define quién ejercerd el castigo. 154 \IOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA El abusador utiliza ambos mensajes, pero el que mayores trastor nos psicoldgicos ocasiona a la victima es el de la amenaza velada. Estos elementos componen putes, la comunicacién abusiva Se ha podido establecer que las organizaciones totalitarias, las sectas, por ejemplo, utilizan: ‘© Ia ruptura de los registros de comunicacién; «© el lenguaje de conminacién y de amenaza velada como herra- inientas especificas para manipular a sus adeptos y ponerlos al servicio del maestro. Provocar experiencias contradictorias y simulténeas, como sent inientos de proteccidn y de destruccién, de consuelo y de abando- no, de privilegio y de indiferencia, de inclusién y de exclusion, de amor y de desprecio, crea un estado de perplejidad, de agotamien- toy de abandono que facilita el adoctrinamiento. En este sentido, Ja imposibilidad de establecer una coherencia semantica y de anti- ciparse al comportamiento del otro contribuye a aumentar la con- fusion. Por otra parte: «© laconminacién se realiza a través de las reglas de obediencia: uno no debe pensar por si mismo, no debe criticar, debe aceptar los principios establecidos por el maestro, hacer atin més para me- Tecer su aprecio, aceptar las criticas sin dudar, formar parte de la tlite, aceptar que el maestro es quien mas sabe lo que le convie- ne a cada uno.. © Jaamenaza velada se efectia a través de Ia “invitaci6n” a colabo- rar, evitar lo peor,a no complicar la propia situacién, a evitarel sufrimiento,a no hacer sufrir a los demas... Las promesas de des- arraigo, de exclusién de la comunidad y de castigo ulterior for man parte del mismo repertorio ce mensajes, Es importante seftalar que la principal caracterfstica de Ia commu. nicacién abusiva es la intencionatidad de quienes emiten los men- sajes. Independientemente de las razones que tenga el abusador CARACTERISTICAS DE L4 COMUNIGACION ABUSIV 18 para obrar de esta manera, el hecho destacable es su voluntad de aprovechase del efecto de embrajamiento que provocaen sinter En efecto, como se ha explicado precedentemeni i simultincamente varios egieroncomunteacionaten, qlee balla irapdicnio\en nigel de detiamiarie dee eres ee rege petplejo, ex un estado de fascinacion, de contemplaciOn, por at Gecirlo, ante el extrafio. A sus ojos, el emisor se transforma en un totem de ares rosuos, cada uno dels canes da un mensije de send inereabe, pues cad uno hace referencia a semantics rentes. El efecto que produce esta confusin es un cambio del estado de conciencia del destinatario. En los capitulos siguientes este fenémeno seré explicado, _ A diferencia de la conminacién paradéjica y del doble vinculo, ese ipo de mensije no produce confusn pei, sno un es e uate y de vlnerabildad psguiaespectico ded saul ttemzacin resume perfecament lesa def nacién y de embrajo en que ea el estnataro frente al ext, estado proscado por elempleointencional por parte dl abuso ee y ineas de hablar, de expresarse 0 4, LA RELACION DE HECHIZO ALGUNOS ELEMENTOS DE COMPRENSION Rituales En el relato de las victimas, se observa a menudo que la escena de abuso sexual tiene lugar después de una “preparacién” destinada a paralizarlas psicolégicamente. Cuando no es una amenaza o violen- ia directa, es una especie de ceremonia que anuncia el abuso. Se tra- taa veces de un simple cambio en la mirada, otras veces de palabras pronunciaclas, de actitudes o incluso del montaje de un escenario que la vietima conoce y el abusador utiliza cada vez, ritualmente, a modo de prélogo. Sirven para fortalecer el poder del abusador y debilitar la capacidad de resistencia de la victima. El matiz ritual ha aparecido como un componente especialmente importante de la dinémica del abuso sexual. En este capitulo se explora el concepto de ritual, la ritualizacién y us implicaciones sobre el estado de conciencia. El uso de las palabras “ritual” y “rito”' obedece mas a su campo de aplica- i6n que auna verdadera diferencia de significaci6n. “Rito” se utiliza ms bien en un contexto religioso, mientras que “ritual” se utiliza en contextos és amplios. Por lo tanto, “ritual” tiene la misma significa- én que “sito”, pero sin connotacién religiosa. 1, "Riwel” es el conjunto de reglas, actos y costumbres ejecutados de manera precisa, repetitiva y habitual, conforme a los ros, "Rito" es una forma de ceremo- nia fijada por convencién social, religiosa o cultural 158 VIOLENCIAY ABUISOS SEXUALES EN LA FAMILIA Todas las civilizaciones han utilizado rituales. Sin duda, éstos cumplen una funcién social y favorecen el desarrollo cultural. Sir- ven principalmente para disminuir la angustia, facilitar los pasajes de un estado a otro, limitar los conflictos sociales o intrapsfquicos, crear puentes entre lo visible y lo invisible o entre lo explicable y lo inexplicable, mimetizar los cambios para dominarlos. Los ritos co- nectan el nivel individual con el nivel social; organizan las relacio- nes sociales. Las ritualizaciones no sdlo son evocaciones o repeticiones, sino también reactualizaciones y reiteraciones de mensajes ancestrales y ‘comunitarios. El ritual se refiere a una memoria de tipo analégico, que se expresa a través de metaforas, simbolos, etcétera. Apunta multineamente al contenido del mensaje y al contexto, y confirma varios niveles légicos coexistentes:el contenido del mensaje, la rela- ‘ign entre los protagonistas y el contexto en el cual estan incluidos (‘Esto es un ritual”). El hecho de reiterar un acto confirma nuestro acuerdo con respecto a su sentido intrinseco, tal como los bautis: ‘mos inicidticos, que marcan la entrada o confirman la pertenencia aun grupo. El ritual hace referencia a una memoria compartida (entre dos) 0 colectiva (social, cultural, mitica, etcétera). Modela al in- dividuo seguin los valores y las costumbres de cada cultura; como mediador organiza las relaciones interindividuales. Por ejemplo, los rituales que rigen las relaciones entre los hombres y las muje- res son diferentes segiin los pueblos y las culturas. De este modo, el ritual crea un pasaje entre lo funcional y lo cultural. Represen- taun intento de evitar el enfrentamiento destructivo con las emo- ciones del otro y con las propias emociones, ¢ instaura un nivel de regulacién supraindividual (“lo que se hace y lo que no se hace”). ‘Los rituales tienen como funcién marcar la pertenencia (a un gmipo, a una secta), permitirla separaci6n (ritos de partida, de cre- cimiento, etcétera), acceder a una triangulaci6n o llegar a un nivel “meta” que permita alcanzar un sentido (rituales de meditacién, de regulacion, ritos de cortesia, de encuentro, etcétera). ‘Mas alld de los aspectos culturales compartidos por la comuni- dad existen, entre ciertas personas, relaciones ritualizadas que pro- LARELACION DE HECHIZO 159 vocan fendmenos psiquicos singulares, como por ejemplo modifi cacién de la conciencia, pérdida del sentido critico, eteétera. Las relaciones ritualizadas mis reconocibles son la hipnasis y el hechizo, resultados, ambos, de un fenémeno particular: el estado de trance. La ritualizacién se observa en varios sistemas relacionales: exis- ten ritos colectivos, bipersonales e individuales. Los rituales colectivos son los més frecuentes (ceremonias, ritos religiosos), Instituyen momentos en los que las personas, en conjun- to, armonizan sus vivencias, confirman su organizacién colectiva, su sentimiento de pertenencia, y refuerzan el encuentro del tiempo individual con el de la comunidad, asi como el del instante presen- te con el pasado y el futuro. Toman diferentes conformaciones del microgrupo al macrogrupo, segtin la cultura, la época, la religién, etcétera. Los ritutles bipersonalesse inscriben en una relacién significativa y estable a Io largo del tiempo. Sistemas relacionales tan diversos como el mundo del trabajo, la terapia, la relacién amorosa ya fami- lia utilizan los rituales bipersonales, rituales privados o puiblicos, “pacificadores” o *violentos”. Suministran un marco a la relacién, economizen tiempo y espacio, y facilitan los cambios de registro relacionales (por ejemplo, los gestos o los comportamientos que emplea cada miembro de la pareja para proponerle al otro una re- lacién sexual). Los ritualesindividuales observan la misma légica, aunque se re- fieren més bien a las emociones y las resoluciones de los conflictos internos. Se los utiliza a fin de modelar los comportamientos y ejer~ cer un control. Son, por ejemplo, los rituales alimentarios o los es- Pirituales (meditacién, plegaria, estados de éxtasis) Rituales consensuales y no consensuales. Este aspecto merece par ticular ateacién porque establece una diferencia entre los distin- tos rituales, diferencia que resulta esencial para comprender el hechizo, 1 \VIOLENCIA Y ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA, Lejos de ser producto del consentimiento, la participacién en un ritual puede ser plena aunque no voluntaria; la no adhesién no invalida el ritual. La finalidad y la eficacia del ritual no dependen del consentimiento, y puede ocurrir que la participacién, por lo ‘menos al principio, sea incluso impuesta por la fuerza, como en el caso de algunas sectas y grupos perversos 0 diabélicos. Ta validacién del ritual puede apoyarse justamente en la parti- cipacién sin alternativa, sin necesidad de consentimiento. En este sentido, se puede hablar de rifuales consensuales cuando los protago- nistas expresan o muestran su voluntad de participar en Ios actos incluidos en el ritual, y de ritwales no consensuales cuando uno de los protagonistas participa bajo presién fisica 0 psicol6gica, pero sin estar de acuerdo con el sentido del ritual y su finalidad. Se trataré ahora de comprender qué efectos ejerce Ia ritua- lizacién sobre el espiritu, lo que equivale a interrogarse sobre la eficacia del ritual. Se estima que éste es una forma de comunica- Gién, que transmite mensajes, que deja improntas dificiles de ol- vidar, La fuerza del ritual proviene del particular estado de conciencia de los participantes, que puede asimilarse a lo que se denomina “trance” Trance Después de haber permanecido mucho tiempo relegado al im- bito de los ritos tradicionales o de la hipnosis directiva, este fend- meno psiquico aparece hoy en el campo de la neurobiologia con el nombre de “trance habitual” (Rossi, 1994). Llamase asi a los esta- dos de conciencia modificados, que se caracterizan por una dismi nuci6n del umbral critico y una focalizacién de la atenci6n, El trance se expresa dle manera psicosomatica: modifica las acti- tudes corporales, las percepciones y las sensaciones tanto como la conciencia. En las sociedades tradicionales, forma parte de un sistema de creencias y mitos, donde aparece como mediador privilegiado en- tre el mundo de lo visible, lo cotidiano, y el mundo de lo invisible, lo sagrado y lo divino. En las practicas terapéuticas (como la hipno- LARELACION DE HECHIZO ot sis), el trance aparece igualmente como vector, vinculo o pasaje en- wwe diversas instancias intrapsiquicas, Actualmente se lo conoce como un fenémeno neuropsiquico comtin y banal, que cualquiera puede experimentar durante su vida cotidiana (estados espontneos de exaltacién o inhibicién, concen- tracién, monélogo, actividades automaticas, éxtasis...). Enel plano descriptivo, el trance tiene las mismas caracteristicas, tanto se dé en el marco de la brujeria, como en la hipnosis 0 el tran- ce comtin, Lo que diferencia un caso de otro es el tipo de “ofician- te”: bryjo en el primer caso, hipnoterapeuta, en el segundo. Las caracteristicas del trance son las siguientes: ~ amnesias mas o menos profundas; ~ alucinaciones, visualizaciones; = fen6menos de desdoblamiento y disociacién; = fenémenos de reasociacién y reorganizacién. Esto no significa que quien crea el trance es el “oficiante”: el esta- do de trance es potencial; algunos terapeutas lo utilizan en “estado natural”. Por ejemplo, Milton Erickson solia esperar que su paciente estuviera “naturalmente” en trance para realizar en ese momento inducciones terapéuticas. Tal momento de trance corresponde a lo {que en neurobiologia se denomina “ciclos ultradianos” (Rossi, 1994) ‘Asi pues, el trance es un proceso psiquico natural de transicién, que desdibuja los limites de la identidad y el tiempo. Por lo tanto, se o puede produit eu: una relacién consensual o ne consensual. ‘En el primer caso, ambos protagonistas participan de una accién en la que el trance sirve para alcanzar un objetivo previamente deter- minado (hipnosis clinica, hipnosis espectaculo, médium, ceremonia tradicional). La hifmosises un proceso relacional voluntario yconsen- sual en el que se comprometen los dos protagonistas. La relacién que los vincula esta definida a priori como complementaria (uno admite el predominio del otro) y hay una meta clara (terapia, experimenta- Gién, espectaculo, etcétera). La manifestaci6n psiquiica que se crea en el paciente es el estado de trance, leve o profundo. El hipnoterapeuta utiliza técnicas de tipo directo indirecto para llevarlo al estado de trance (hipnosis directiva 0 hipnosis ericksoniana) 162 \VIOLENCIA ¥ ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILLA En el segundo caso, cuando se trata de una relacién no consen- sual, uno de los participantes utiliza el trance con un objetivo no definido ni aprobado por la otra persona, que no es consciente de Ja experiencia, Se trata del hechizo o el embrujamiento. En las pi- ginas siguientes se desarrollara este concept. Cuatro conceptos clave Es titl analizar de qué modo se vinculan entre si los conceptos ‘mencionados: ritual, trance, hipnosis y hechizo. Segiin se habré comprendido, los rituales son soportes que organi- zan las relaciones y mediatizan los contactos personales. Sirven para ele- var, modelar y crear estados de conciencia particulares y modificados. El trance es la consecuencia del ritual. La hipnosis es el resulta- do de un ritual altamente formalizado, donde el trance manifiesta Ja modificacién del estado de conciencia inherente a esta prictica Pero el trance es asimismo una manifestacién de otras pricticas empiricas de orden individual, bipersonal o colectivo, espontdneas © provocadas. De modo que dicho estado es comin a la hipnosis, al hechizo y a otras practicas culturales o twadicionales. En el cuadro 3 se observan cuatro areas definidas por dos ejes. Uno de ellos representa el cardcter consensual o no consensual de Ja relacién, mientras que el otro define el caracter bipersonal o co- lectivo del encuentro. Se observa lo siguiente: ~ los rituales bipersonales y consensuales se utilizan en una rela- isn de tipo hipnético; ~ Jos rituales bipersonales y no consensuales se utilizan en una re- laci6n de hechizo; — los rituales colectivos y no consensuales se utilizan en una rela- cién de hechizo y de trance colectivo; ~ losrituales colectivos y consensuales producen un estado de tran- ce socializado en el que los aspectos relacionales quedan susti- ‘uidos por el sistema de creencias y la pertenencia al grupo. LA RELACION DE HECHIZO| 153 Cuadro 3, Rituales Ritual amoroso Droga Tradicién Disputas cuales Rito religoss o sociales Sadomasoqismo Ritaestracicionales Perversion Cceremonis de paifiecion 0 Dominacién guemess Hipnoss /autohipnosis Grandes esas conmemoratins 0 Palcoterapas comurnitaras “Terapias de grupo Unipersonal Coletivo _ _ — Movimiensoa de tase extrema " Sectas Abuso sexual Adoctrinaaiente Incesto Persecuciones Dominacén o influencia ‘Genocidio Hechizo Crimenescolectivos Stavado te cerebro" *Reeducacin dotrnara ‘No consensual Vale decir que las experiencias consensuales se velacionan muy directa- ‘mente con la hipmasis, en tanto que las no consensuales se hallan vincula- das con el hechizo, Por otra parte, y paralelamente, la hipnosis es mas bien el resul- tado de una técnica formalizada y “modelizada”, mientras que el he- chizo remise a aprendizajes empiricos y no formalizados. 168 ‘VIOLENCIA ABUSOS SEXUALES EN LA FAMILIA Elresto de este capitulo esta dedicado a explicar los rituales que utiliza el protagonista que predomina sobre el otro en la relacion de hechizo. El hechizo Como forma extrema de la relacién no igualitaria, el hechizo se caracteriza por la influencia que una persona ejerce sobre la otra, sin gue ésta lo sepa; este aspecto es esencial y especifico. En otros casos, la persona sometida percibe una sensacién de malestar, opone resistencia y su sentido critico permanece activo. Vive una experiencia de injusticia, a la cual supuestamente debe someterse, Aun cuando la situacin parezca no tener salida, el sen- tido critico contintia estando activo. La persona sometida reconoce el comportamiento del otro, pero el contexto o los medios de que dispone no le permiten escapar de esta relaci6n. Existen dos seres diferenciados que ocupan explicitamente posiciones diferentes en la relacién. En el caso del hechizo, en cambio, la relacién de dominio no esta anunciada asi, tan claramente. Se observa una colonizacién del espiritu de uno por el otro. Se trata de una suerte de invasion de territorio, una negaci6n de la existencia, del deseo, de la alteridad y de la subjetividad de la vietima. La diferenciacién se vuelve incierta, las fronteras interindividuales se esfuman y la vie ma queda atrapada en una relacién de alicnacién. Por cierto, lav tima ignora las condiciones que la Ilevaron al hechizo, desconoce el sentido de las intenciones y 1os comportamientos dé la persona dominante y no puede detectar con nitidez sus efectos, porque esta tiltima le envia una imagen especular engafosa: “Aunque di- gas lo contrario, estoy seguro de que esto te gusta..." Esta imagen reenviada irreconocible perturba ala victima, quien pierde el sentimiento de su identidad y de su lugar. Esta tiene con- ciencia de participar en la relacién, pero su naturaleza le resulta profundamente extrafa e incomprensible. El abusador no conside- ra en absoluto la realidad de la victima como sujeto. Ella es lo que él quiere que sea, con la tinica meta de su beneficio personal. La per LA RELACION DE HECHIZO 165 sona dominada tiene una imagen ilusoria del otro, imposible de conocer y de definir, ya que la naturaleza misma de la relacién alte- rasus funciones cognitivasy criticas. Tal mecanismo nada tiene que ver con un simple abuso de poder; en el hechizo es la fascinacién Io que predomina como fenémeno esencial y la violencia, sila hay, s6lo constituye un epifenémeno, os formas de embrujamienta Para penetrar en la especificidad de este fenémeno es tiil distin guir dos conceptos: dominacidn e influencia. En la dominacién se ejerce una autoridad sin posibilidad de ser cuestionada, existe una dialéctica de dominacién y de sumisi6n que se ejercita con o sin el acuerdo del sujeto subordinado; existe una supremacia basada en la fuerza psiquica y fisica y en la impunidad resultante. La injlumcia esta basada en un flujo inefable que algo o alguien jerce sobre otro, sea éste una persona o un objeto, Se trata de una ascendencia, de un poder sutil que provoca un efecto cierto sin que se pueda establecer, sin embargo, una relacién inmediata entre cau- say efecto. Cuando existe influencia, uno hace actuar al otro, produ- ce un efec:o sobre él sin antoridad aparente, sin coacci6n tampoco. Mientras que en los dos estados explicados existe conciencia y percepcién de la situacién; en el hechizo existe una influencia que luna persona ejerce sobre la otra sin que ésta lu sepa. Es posiale ahora proponer dos tipos de hechizo, uno con predo- minio de dominacién y otro con predominio de influencia. En el primero, la persona hechizada percibe un sentimiento de coaccién, una vaga amenaza sobre su persona; se da cuenta de que no ¢s libre, pero no puede determinar las causas. La re- presalia oculta forma parte de sus vivencias permanentes, asi como la sensacién de que su voluntad esté desviada. Se pueden ver conductas de doble juego afirmando cosas diferentes con unos y con otros, y de manipulaci6n, asf como comportamientos excesivos e incongruentes en el contexto de referencia y desbor- damiento de limites

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