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ycolectiva y, en consecuencia, aceptacion cie- ga de sumisidn, Los fenémenos de fandtica cexaltacién de eampeones deportivos o de per sonajes del mundo del espectaculo, aun cuan- ddonos condueen al campo de la identificacién con el éxito del divo, ponen en movimiento ‘mecanismos sustancialmente similares a los que presiden Ia relacion lider-masa. De tal ‘modo es posible hoy hablar de d. modema en ‘contraposicion a la d. eldsica no sélo come posible momento de inicio de un proceso revolucionario, y por lo tanto de un necesa- rio elemento constitutive de una fase prerre- volucionarin (v, revoluctén), sino tambien ‘como comportamiento de un lider politico ‘que no necesariamente condiuce las masas a Ja revolucién sino que las instrumentaliza para sus propios fines personales para pro- ceder, una vez obtenido un amplio consenso, nna ya a un praceen de domocratizacién ade subversion del sistema sociopolitico sino a la ter ate oe ow pooner que e! sea um indiscutido y despo- tico jefe (Fidler), oal acuerdo con las autor dades y las instituciones existentes con tal ‘que estas le reconozean una funeién carismé: tica insustituible, De esta manera los meca: nnismos represivos acentdan, en lugar de dis minutr, las caracteristicas autoritarias del gobierno y de la sociedad e impiden la toma de conciencia libertaria de la masa. isLiogRArl: G. Fasso, La democra (1959), Bolonia, 11 Mulino, 1967 Grecia [oussesovo zecemt) democracia [LEN LA TEORIA DE LA DEMOCRACIA CONFLUYEN TRES ‘TaApIcionts nisroricas. En a teoria contempo- rinea de Ia d. confluyen tres grandes tradi ciones de pensamiento politico: a) la teoria lisiva, tasinitida conn teusia ar istoteli de las tres formas de gobierno, segun Ia cual lad., como gobierno del pueblo, de todos los ‘ciudadanos o bien de todos aquellos que gazan de lac derechos de cineadani, xe die- tingue de la monarquia, como gobierno de tuno solo, ¥ dela aristocracia, como gobierno de pocos: b] la teoria medieval, de derivacion romana, de la soberanfa popular con base en la cual se contrapone una coneepeidn ascen- dente a una concepeion deseendente de la Soberanta segun que el poder supremo deri- vedel pueblo y sea representative oderive del principe y sea trasmitido por delegacion del Superior al inferior: c1 Ia teoria moderna. ‘conocida como teoria maquiavéliea, nacida ‘con el surgimiento del estado moderno en Ia forma de las grandes monarqulas, segun la ‘cual las formas historicas de gobierno son sencialmente dos, la monargula y la republi a, siendo la antigua d. una forma de repu- blica (la otraes la aristocracta) donde tiene ‘origen el cambio caracteristco del periodo prerrevolicionario entre ideales democrs 0s € ideales republicanos, y el pobieno genuinamente popular es llamado, antes que 4, republica TE prohleren de a a etn caracterictions y de Su prestigio 0 de la falta de prestigi) €, como se ve, tan antiguo como la propia reilexion sobre las cosas de la politica, y ha sido repropuesto y reformulado en todas las épocas. As un examen de la diseusfon con temporanea en torno al concepto ¥ al valor de lad. no puede prescindir de una referen cia aungue sea ripida a la tradicién, 1A TRADICION ARISTOTELICA DE LASTRESFORMIASOE ‘cowexxo, Una de las primeras disputas de que se tenga noticia en torno a las tres for- ‘mus de gobierno es narrada por Herodoto (i, 80-83). Otanes, Megabizo y Dario discuten en torno a la futura forma de gobierno de Per- sia, Mientras que Megabizo defiende la aris- tocracia v Dario la monarauia, Otanes toma Ia'defensa del gobierno popuiar que Hama segiin el antiguo uso griego “isonomia'" (0 igualdad de las leyes, o igualdad frente a In ley), con el argumento que todavia entonces Jos partidarios de lad. consideran fundamen- tal: “eémo cabe en realidad que la monargui, ‘a cuyo capricho es dado hacer impunemente cuanto se le antoje, pueda ser un gobierno jus- toy arveglada”. Igualmente elinicu es el ate ‘mento con el que el partidario de la oligar- guia (y, apoyndolo, el partidarto de la monar: quia) condena al gobierno democritico: Nada hay Imisinsalenteen el querer que elvil y soez populacho.” Como puede gober nar bien aquel que “ni aprendio de otro lo que cs util y laudable ni de suyo es capaz de enten- derlo"? “A manera de un impetuoso torren- te lo abate y arrastra todo.” De las cinco formas de gobiemo descritas por Platon en la Republica: aristocracia, timo- cracia, olizarquia,d, tiranis, una sola, la aris- tocracia, es buena, mientras que “nace, pues, Ind. creo yo, cuando los pobres, victoriosos de'sus contrarios, matan a unos, destierran ‘otros, y comparten igualitariamente con los que quedan el gobierno y las magistraturas, que en este regimen, adems, suelen cubri ‘© por sorieo" (357 a}, yesiécaracterizada por ia". El propio Platon por otra parte reproduce en el Politico Ia triparticion tradi cional tanto de las formas puras como de las formas degeneradas,y lad. es definida como “gobierno del mimero” (291 d)y “gobierno de Jos muchos” (302 ¢) 0 "de la multitud” (303 4), Distinguidas las formas de gobierno bue- nas de las malas con base en el eriterio de la lepalidad o de la ilezalidad, la d.es conside- rada la menos buena de las formas buenas y Ja menos mala de las formas malas: "Bajo cualquier consideracion es cansani combina mucho de bueno ni de dani ‘comparacién con las otras formas, porque en ella estin desmenuzados los poderes en ‘equeias fracciones, entre muchos. Por eso de todas las diverans formas legales, co éata Ja mas infeliz, mientras que de todas las que estin contrala ley,esla mejor, y si todas son desenfrenadas, es en lad. dande se vive mejor; fen cambio si son bien ordenadas, es en ella donde es menos agradable vivir” (303 a y 6). En las Leyes, en la triparticion clasica se incluye la biparticion (que después de ‘Maguiavelo Hamamos a menudo moderna) entre las dos madres delas formas de gobier- 10", que son Is monarquia, cuyo prototipa es y la d., cuyo prototipo es la ambas son, aunque por Fazones opuestas, malas, una por exceso de autoridad, la otra de libertad. También en la variedad de las elasificaciones una ver mis la d. es bautizada como el régimen “de la Mhertad demariado davenfrenada” (701 5). En Ia tipologia aristotélica, que distingue tres formas puras y tres formas corruptas, segtin que aguel que detenta el poder zobier- ne de scuerdo con el interés seneral o con el interés propio, el “zobierno de la mayoria “de ls multitud’”, distinguido del gobierno de uno solo o de pcos, es Hamada “politia”, mientras que el nombre de d. es asignado a Ia forma corrupta, que es definida como el gobierno "con ventaja de los pobres” y con- trapuesta al gobiemo con ventaja del monar- a (tania) y al gobierno con ventaja de los cos (oligarquia). La forma de gobierno que ‘en la tradicicn posaristotelica se convierte en dl gobierno del pueblo o de todos Tos ciuda- danos, o de la mayoria de ellos, es aguella que ‘en el tratado aristotlico se considera como fobierno de mayoria solamente en cuanto g0- Bere om pore, ska, prio emo, ote no de una parte contra la otra, aunque de la parte gencralmente mis numcrosa. De la d entendida en el sentido mas amplio. Aris: toteles subdistingue cinco formas: 1 ricos y pobres participan en el gobierno.en condicio- nes de paridad (la mayoria es popular tnica- mente porque la clase populares mas nume- rosal: 21 os cargos publicos son asisnados Sobre la base de tn eenso muy bajo; 3) son ‘admitidos en los cargos publicas todos los iudadanos excepto los privados de los dere- hos civiles luego de un procedimiento judi- ‘al: 4] son admitides en los earzos publicos todos los ciudadanos sin distineién; 5) sean cuales fueren los derechos politicos, es la masa y no la ley la que se considera sobera- a ate ultima caso-es cl del dominio de Tos demagogos, © sea es la verdadera forma ‘corrupta del gobierno popular). ‘Salvo. pocas excepciones, In triparticién aristotélica fue acogida en toda la tradicién del pensamicnto oceidental, al menos hasta Hegel, al que llega ya debilitada, y se hizo uno de os Iugarescomunes del tratadisno pol tico, Para senalar alguna etapa de este larzo Tecorrido, recordamos a Marsilio de Padua (Defensor pacis, , 8), Santo Tomds (Summa theologica, 1, a. 105, ar. 1), Bodino (De la république, 1,1), Hobbes (De cive, eap. vt, etal aa waeee ane gobierno civil, ep. x), Rousseau (El conira- to social, , 4, 5, 6), Kant (Metafisica de las costumbres, Dactrina del derecho, 8 51), Hegel (Brincipios de la filosofia del derecho, 5273) No han faltado algunas variaciones entre las ‘cuales se cuentan: a la distincién entre for- mas de estado y formas de gobierno, elabo- rada For Bodino, basindose en la distincion ‘entre la ttularidad y el ejercieio de la sobe- Fania, donde se puede tener una monarquts, ces decir un estado en el que el poder sobera: no pertenece al rey, gobernada democrat ‘mente, por el hecho de que las magisiraturas son attibuidss por el rey indiscriminadamen- tea todos, ouna d. aristocratica, como lo fue Roma por un cierto periodo de su historia, o una aristocracia democriitica y asf sucesi ‘mente: 6] la supresion de la distincién entre formas puras y corruptas, hecha por Hobbes, sobre la base de que pars un poder como el soberano, que es absoluto 0 no es soberano, no se puede establecer ningin criterio para istinguir el uso del abuso de poder, ¥ por 1o tanto, el gobierno bueno del malo; ¢] la degra dacién, introducida por Rousseau, de las tres formas de gobierno a tres modos de ejereicio del poder ejecutivo, permanceiendo constante cl principio segun el cual el poder legisla vo, es decir el poder que caracteriza ala sobe- rania, pertenece al pueblo, cuya reunion en tun encrpa palitiee a tewwis dal contrat social Rousseau llama no d. (que es solamente una de las formas en las que se puede organizar ce! poder ejecutivo) sino republica {UL LATRADICION ROMANO SIEDIEVAL DELA SOBERANIA rorviak. Los juristas medievales elaboraron Ja teoria de ia soberania popular partiendo de algunos pasajes del Digesio, del cual los piles won el de Ulplano (D4, 1 en el ‘que, después de la celebérrima afirmacion de ‘que " quod principi placuit, legis habem vigo- rem’, se dice que el principe tiene tal autori- dad porque el pueblo se la ha conferido (Cutpote cum lege regia, quae de imperio eius Tata est, populus ei et in eum omne suum imperium et potestatem conferat”), y el de Juliano (D.1. 3. 32),en el aue. a proposito de Ja costumbre como fuente del derecho, se dice que el pueblo crea el derecho no sélo con el yoto (dando asi vida a las leyes) sino también “rebus ipsis et factis” (dando vida a las cos- ‘tumbres) El primer pasaje sirvio para demos- trar que, sea cual fuere el efectivo detentor del poder soberano, Ia fuente originaria de ‘este poder era siempre el pueblo, y abrié el ‘camino a la distineion entre titularided y ejer- cicio del poder, que habria de permitir en el ‘curso de la larga historia del estado democra- tico salvar el principio democratico no obs- ante ot cormipcidn priction Bl segunda per ‘iti sostener que también alli donde el pue- blo habia trasferido a otros el poder origina. rio de hacer las leyes habia conservado siem: pre el poder de crear derecho a través de la costumbre. Respecto de este segundo tema, la tesis sobre Ia que chocaron los partidarios ¥y los adversarios de la soberania popular era Ia de si la costumbre tenia o no la fuerza de abolir la ley (como es sabido, los textos justi- nanos sobre este punto son contradictorios) en otras palabras: si el derecho derivado directamente del pueblo tena mayor o menor fuerza que el derecho emanado del empera dor. Respecto del primer tema la disputa ‘entre detensores y opositores de la soberania popular se concentré en el significado que debia darse al paso del poder del pueblo al ‘emperador: se trataba, en otras palabras, de establecer si este paso era considerado una trasferencia definitiva, y por lo tanto, no solo del ejercicio sino también de la titularidad (una verdadera rranslario imperii),o bien una poder habria permanecido en el pueblo y al Principe se le habria confiado solamente el éjercicio del mismo (una pura y simple con ‘essio imperi). Entre los antiguos glosadores Jos més eonocidos partidiarios de la tesis de la concessio son Azzone, sezin el cual el pue- blo jamais ha abdicado totalmente de su pro plo poder ya que despues de haberio trasfe- rido en algunas ocasiones lo ha revocado, y Upolino que afirma claramente que el pueblo Jamas ha trasferido el poder al emperador de manera tal que no conservara algun vestigio suyo consigo, porque también instituyé al ‘emperador como un procurator suyo. En una de las obras fundamentales del pen- samiento politico medieval. ciertamente la iis rica en esbozos destinados a ser desarro- lads por el pensamiento politico moderno, el Defensor pacis de Marsilio de Padus, se afir- ‘ma abiertamente, ¥ se demuestra con diver- sos argumentos,el principio segiin el cual el poder de hacer las leyes, en el cual consiste ‘el poder soberano, concierne unicamente al pucblo,o su parte predominante (valentior urs) el cual auribuye a uirys neda ind que cel poder ejecutivo, es decir el poder de gober- narenel ambito de las leyes. Por un lado, por tanto, “el poder efectivo de instituir o elesir tun gobierno concierne a legislador o a todo el cuerpo de los ciudadanos, asi como le con- ‘cierne el poder de hacer las leyes ...] ¥ de tun modo similar concierne tambien al legis lador el poder de corregir al gobernante, 0 ‘aun de deponerlo cuando esto sea conveniente para el bien comin’ (i, 15, 2); por el otro, mientras que la “causa primera” del estado sel legislador, el gobernante (la pars princi. pans) es la “causa secundaria” 0, con otras. expresiones aun més denominativas, es la “causa instrumental y ejecutiva’ en cuanto cel que gobierna acta “por la autoridad buida para tal fin por el legislador, y segin Ja forma que éste le ha dado” (, 15, 4). Esta teoria, ya ast perfectamente elaborada por ‘Marsilio —segun el cual de los dos poderes fundamentales del estado, el legislativo y el ¢ejecutivo, el primero en cuanto pertenecien: te exclusivamente al pueblo es el poder prin- cipal, mientras que el segundo, que el pueblo delega a otros bajo forma de mandato revo- cable, es el poder derivado—, es uno de los, duioe dereference de ls teoriaspolitieas de los eseritores de los siglos xvi y x ‘son con razon con: los padres de ln democracia moderna: Locke y Rousseau, aun ‘cuando luego entre Locke y Rousseau hay una Aiferencia esencial respecto del modo de con- cebir el poder legislative (que para Locke es clercido por representantes y pars Rousseau directamente por los ciudadanos). La doctrinade la sobcrania popular ne debe ser confundida con la doctrina contractualis- ta 6. contractuallsmo), tanto porque la doc- trina contractualista no siempre ha tenido resultados democriticos(piénsese en Hobbes, a manera de ejemplo, pero no se olvide a Kant, que es contractualista, pero no demo- eritico), como porque muchas teorias demo- ‘eraticas (sobre todo a medida que se avanza hacia la edad contemporinea) prescinden completamente de la hipdtesis contractualis- ta. Del mismo modo que no todo el contrac tualismo.es demoeritico, asi también no todo el democraticismo es contractualista. Por cierto, en la medida en que el contractualis- ‘mo representa en algunas de sus mis cono- cidas expresiones uno de los grandes filones lel pensamianto democratic moderna, teo ria de la soberanfa popular y teoria del con- trato social estin estrechamente conectadas, al menos por dos razones: el populus, conce- bido como universitas cviton, es en su orizen el producto és un acuerdo (el ilamado pactum societatis una vee constituide el pueblo, li institucidn del gobierno, sean cuales fueren las modalidades de la trasmision del poder, total o parcial, defintiva o temporal, revo: cable. revocable, se produce en la forma pro- Pia del contrato (el llamado puctwm subiee- Tionis). través de la teoria de la soberania popular la teoria del contractualismo entra on pleno derecho en la tradicion del pensar ‘mento democratico moderno y se convierte cen uno de los momentos decisivos para la fun ddacn dela teoria moderna de la democracia. "tATMADN EFURLEASA MODERN A ba de que el \samiento griego habia dado prefe- teoria de las tres distintas formas 10 en el Platén de las Leyes, la con lad yy | monarquia. El desarrollo de la historia romana propuso al pensamiento politico mis ‘que el tema de la trinarticion (que fue por Clerto representado en Ia teorizacion de la repiblica romana como gobierno mixto) el tema de la contraposicion entre reino y repi- blica, o entre repiblica y principado. En los eescritores medievales la triparticion aristo- télica y ls biparticion entre reino y repibli- cea corren a menudo paralelas: Santo Tomas recoge junto a la triparticin clisica la dis- Aincion entre regimen politicum y regimen regale, fundads en la distineion entre gobier- no basado en las leyes y gobierno no limita: do por éstas. Ciertamente fue la meditacién sobre ls his toria de la republica romana, aunada a las consideraciones sobre las cosas de su propio ‘tiempo, lo que hizo escribir a Maquisvelo, al principio de la obra que dedicé al principa- flo, que “tedos los estados, todos los dominios que han tenido y tienen imperio sobre los hombres, son estados y son 0 republicus o principados”. Aunque la repiblica en su con- ‘raposicion a la monarqula no se identifica con la d,, con el "gobierno popular”, incluso porque junto a las repiiblicas democriticas existen las repablicas aristocraticas (para no hablar del gobierno minto del eual el propio ‘Maquiavelo ve un elemplo perfecto en la repi- blies, romans}, en Ia nocién idealizada de ‘xvtt hasta la revolucion francesa, entendida precisumenteen su contrapasicién al no regio, como aquelli forma de gobierno en DEMOCRACIA as la que el poder no esti concentrado en las ‘manos de tno solo sino que esta distribuide diversamente en diferentes cuerpos coe sa veces en contraste entre sl se vuelven ® encontrar constantemente algunos rasgos que contribuyeron a formar la imagen, 0 por IG tnenos une de lee imagenes, come vereseot dentro de poco , de la d. moderna, la eual es definida hoy cada vex mas a menudo como régimen_policratico, opuesto al régimen monorriticn. En esta linea, un exeritor, que ha sido considerade justamente como un anti cipador del democraticismo moderno, Johan. nes Althusius, exponiend en el ultimo capi- tulo de su Poitiea methodice digesta (1603) diferencia entre las diversas formas de gobierno, la distingue segtin que el "summus ‘gistratus” sea "monarchicus” 0 “polyar- chicus”, utilizando una terminologia que seguir slendo Gamat la cieweie pol norteamericana desde Robert Dahl, quien en A preface to democratic theory (1956) elabo- ra contea las teorias tradicionales (a que él considera tradicionales) de la d. madisonia- ‘nay popilista ka teoria dela polyarchal demo. crac. Una vee mas, si por d. se entiende la forma aristotélica, la republica no esd; pero en su caracter peculiar de "sobierno lib Ge regimen antiautocratico, encierra, sin ‘embargo, tn elemento fundamental de la d. ‘moderna en la medid en que por d se entien. de toda forma de gobierno opuests a toda for- ‘ma de despotismo. No obstante la diferencia conceptual, las ddos imagenes de Ia d.y de la republica aca. bban por superponerse y por confundirse en tidlados reclentemente por ‘que exaltan junto con las republicas antiguas las pequctas y libres republicas de su tiempo, desde Holanda o Genova, Venecia y Lucea, hasta la Ginebra del “citoyen vertueux” Jean-Jacques. La Oceana de Harrinzton, que es uno de los puntos de referencia del republicanism inglés del siglo {wit es exaltada por el mayor sustentador de la idea republicans en Inglaterra, John Toland, como “la mis perfects forma de gobierno popular que jamas haya existido"’ Moldeada sobre el ejemplo de las repuiblicas antiguas y moderna, ev en realidad una d igualitaria, no sélo formalmente, basada como lo esia en la rotacion de las magistra- turas que se produce mediante libres eleccio- nes de los ciudadanos, sino también sustan- Clalmente, porque eth regida por una ferves feyagraria que preve la disribucion ccuant fev les erras de mancra que nade ven tan ppoderowo como para oprimit a los otros. De Fes tres formas de gobierno descrtas por Montesquicu: republica, monarquia, despotis mo, la forma de gobierno republicana com- prende tantoa la replica democratica como Slaaristoritica, as quc casi siempre son ts tach separmdamente: Pern canal der So habla acerea de fos “prinipios” de todo fablerno el principio propia dela repblics, TE virtod’ excl privciploclsico del d. y no de la aristocracia, y hasta tal punto es cierto, aque respecto de la arstocracia Montenguiew ‘se ve obligado a afirmar que si “la virtud es. igualmente necesaria en el gobierno ariste- critico" noes requrida “de ranera igual Steme sbwotsts™ 3, No oe vile oc para Saint-Just y Robespierre la nueva d., que barreré definitivamente al despotismo, es. decir el reino del error, sers "el reino de i Nirtud"."Stel motor del gobierno popular en ere le weil rte coli trlabras pronunciadas por Robespierre ene Discours sur les principe de morate poi ‘que—, el motor del pobierno popular en la fiolicierceal mito ternpoevinudy fervor la virtd sna eual el terror es fues- tojel terror sin el cual la virtud ex impoten- te Pero sobre tad en Rousseas cl gran eo fico dels dteodernay cl deal repay tl democratio coiniden perfectamente; en Etcontrato social confhayen hast funds i doctrina clisica de la soberanta popular, Sun caapictouncnieemem acien Soluntad general inalienable indivisible © infalble, el peder de hacer as eye, yl ideal, Iai proce lees pene peannly cs ies raclin por las insttaciones de Ginebra, del ‘public, a eovtrinacontrectuslista del esta do basado en el consenso y en la participa- ‘on de todos en la producclon de las lees fel ideal igualitario que ha acompanado en {teesun ene onto Sedans contra del desigualitarismo de los regimenes mondrquicos y despoticos. El estado que él Construve es una democracia, peo preficre Hamar, sigaonde In doctrina ms oder na de las formas de gobierno, “republica"; mas exactamente, reomando la dstincion fecha por Bodino entre forma de estado fr. 6 DEMOCRACTA ma de gobierno, Rousseau, mientras que I ‘ma republica ala forma del estado o del cuer- po politico, considera a lad, como una de i tres posibles formas de gobierno de n cuer- po politico que, en cuanto tal, 0 es una repd- blica © no es ni siquiera un estado sino el ‘dominio privado de ste o aquel poderoso que se ha apoderado de él y lo gobierna con la fuerza. uemocnaciayinesatism Au tangy de tunly 1 siglo xix la discusion en torno de la d. se desarrolla principalmente a través de un enfrentamiento con las doctrinas politicas ppredaminantes de la época: el liberalisma por tun lado y el socialismo por el otro. Por lo que se refiere a la relacion con la con: cepcién liberal del estado, el punto de parti da fue el edlebre discurso de Benjamin Cons- tant sobre La libertad de los antiguas compa- rada con ta de los modemos. Para Constant la libertad de los modernos, que debe ser pro- movida y acrecentada, es ia libertad indivi- dual respecto del estado, aquella libertad de Ja que son manifestacion conereta las liber- tades necesariamente extendida a todos los ciuds- ddanoc), mientras que la sguos, que la expansion vuelto impracticable, también danina, es Ia libertad entendida como participacion directa cen Ia formacion de as leyes a través del cuer- po politico del cual la asamblea de los eiuda- ddanos es la méxima expresion. Identificada lad. propiamente dicha, sin otra especifica- cidn, con la d. directa, que fue luego el ideal Tousseauniano, se va alirmando 8 través de Jos escritores liberales, de Constant a Tooque- ville y a John Stuart Mill, la idea de que I Ainica forma de d. compatible con el estado liberal, es decir con el estado que reconoce ¥y garantiza alzunos derechos fundamentales, ‘como los derechos de libertad de pensamien- to, de religién, de imprenta, de reunién, ete cerala d repretentativao parlamentaria, dan. de la tarea de hacer las leyes concierne no 2 todo el pueblo reunido en asamblea sinoa un ‘cuerpo restringido de representantes elegidos por aquellos ciudadanos a quienes se les reco- nozcan los derechos politicos. En esta concep- ‘cin, que se puede Hamar liberal, de la d., participacion en el poder politico, que siem- pre ha sido considerada el elemento caracte- Fizante del régimen democritico, también es resuelta en una de las libertades individua- les que el ciudadano ha reivindicado y con- quistado frente al estado absoluto, y redefi- rida como la manifestacién de aquella parti- cular libertad que, yendo mis alld del dere- cho de expresar su propia opinion, de reunir- seo de asociarse para influir sobre la politica del pais, comprende también el derecho de elegir representantes en el parlamento y de ser cleyidin. Aus cua ent liber tal es cone ceptuaimente diferente de las libertades civi Jes, en cuanto que éstas son meras faculiades de'haver 0 no hacer mientras que aqui implica la atribucion de una eapacidad jur dica especifica, donde las primeras son I ‘madas tambien libertades negativas mientras que la segunda es llamada libertad positiv el mismo hecho de que el derecho de partick par aunque indirectamente en la formacion del gobierno esté comprendido en la catego- ria de las libertades demuestra que en la con- ccepeidn liberal de la d. se pone el acento mas ue sobre e! mero hecho de la participacién, ‘como sucede en la concepcién pura de la d. (que también es llamada "partic resultado de todas las otras libertades. Des- deeste puntode vista, sies cierto que no pue- de llamarse propiamente liberal a un estado ue no reconozca el principio democrético de Ta soberania popular— aunque sea limitada- ‘mente al derecho de una parte, tambien res- tringida, de los ciudadanos, de dar vida a un ‘cuerpo representativo—, es atin mas cierto {que segun la concepcton liberal del estado no puede haber d. sino en donde se revonozcan algunos derechos fundamentales de liberta- des que posibiliten una participacion politi- a guiada por una determinacién auténoma de la voluntad de cada individuo. En general, la linea de desarrollo de Ia d. en los regimenes representativos debe ser bnsenda ecencialmente en dos direcetones: al en la gradual ampliscién del derecho de voto, ue, en un principio restringido a una exigua parte de los ciudadanos con criterios basados en la renta, en la cultura y en el sexo, se ha Ido extendiendo segin una evobucion constan- te, gradual y general a todos los ciudadanos de ambos sexos que hayan alcanzado un cier- to limite de edad (sufragio universal) b) en DEMOCRACTA la multiplicacién de los Greanos representa- tivos (es decir de los érganos compuestos por representantes elegidos), que en un primer tiempo estan limitados 2 una de las dos asam- bleas levislativas,y luego se extienden poco 8 poco a Ia otra asamblea, a los entes del poder local 0, en e! paso de la monarguia a la repoblica, también al jee de estado, En una yen otra direccidn el proceso de democratic , que consiste en un cumplimiento cada ‘Yeeméa plene del principierlimite de la obe- Fania popular, se inseria en la estructura del estado liberal entendido como estado in pri- ‘mis garantista. En otras palabras, a lo largo. de todo el curso de un desarrollo que llega hasta nuestros dias, el proceso de democra- tizacién, como se esta desarrollando en los estados que hoy son llamados de d, libersl, consiste en una transformacién mas cuanti- tativa que cualitativa del regimen represen {ativo, En este contexte historico la d. no se Presents como una alternativa (como lo habria hecho en el proyecto rousseauniano rechazado por Constant) al regimen represen- tativo sino como un complemento del mismo; zo es su transformacion sino su correceién. vr nmuocescns ¥ socratieme No es distinta Ia relacian entre d. y socialismo. También res pecto del socialismo, en sus diferentes versio- nes, el ideal democratico representa un ele- mento integramte y necesario, pero no cons- titutivo, Integrante, porque una de las metas «que siempre se han propuesto los tedricos del socialismo ha sido el refuerzo de la base popu- lar del estado; necesario, porque sin este refuerzo nunca se aleanzaria quella profun- da transformacion de la sociedad que los socialistas de las diversas corrientes siempre: han vislumbrado. Pero también no constitu- tivo, porque la esencia del socialismo siem: pre ha sido la idea del revolucionamiento de las relaciones econdmicas y no sélo de las relaciones politicas: de la -emancipacién social. coma dijo Mars. y no sélo de la eman- cipacion politica del hombre. Lo que cambia respect de la doc- de entender el pro- cceso de democratizacién del estado. En la teo- ia marxengelsiana (pero no solo en ésta) el ssufragio universal, que para el liberalismo en su desenvolvimiento historico es el punto de Negada del proceso de democratizacion del " ‘estado, constituye solamente el punto de par- tida, Ademas del sufragio universal, la pro- fundizacion del proceso de democratizacion por parte de las doctrinas socialistas se pro: duce de dos modes: a través de la eritica de lad, solamente representativa y la consiguien- te continuacion de algunos temas de lad. directa, y a través de la demanda de que la participacién popular, y por lo tanto el con- trol del poder desde lo bajo, se extienda de los érganos de decisign politica alos de dec in economia, de algunos centros del apa la forma de los nuevos éreanos de control (los Hamados ‘‘consejos obreros”), consiliar y de paso del autogobierno a la autogestion. En las efimeras instituciones creadas por cel pueblo parisiense insurgente en la Comu nna de Paris, Marx, como es sabido, creyo poder identificar algunos elementos de una nueva forma de d. que llama “autogobierno de los productores”. Las caracteristicas dis- tintivas de esta nueva forma de estado respec- to del regimen representative son principal- mente cuatro: 4] mientras que el regimen reprosentativo esta barado en Ia distincién cenire el poder legislativo y el ejecutivo, el nue- ‘voestado de la Comuna debe ser no un orgo- iempo’ tras que el régimen parlamentario injertado 1 el tronco de los vicjos estados absolutos hha dejado sobrevivir junto a si érganos no representativos y relativamente autonomos, {que desarrollados con anterioridad a 1a ins: in de los parlamentos contintian cons- tituyendo una parte esencial del sparato esta- tal, como el ejército, la magistratura y Ia bburocracia, la Comuna exticnde el sistema electoral a todas las ramas del estado; mien- tras que la representacién nacional caracte- ristica del sistema representativo se distin- tue del veto de mandato i en. cuvacon- secuencia es la irrevocabilidad del cargo por todo el tiempo de la legislatura, la Comur esta" compuesta por concejales municipales clegidos por sufrazio universal en los distin- tos distritos de Paris, responsables y revoca- bles en cualquier momento”; d} mientras que el sistema parlamentario no ha logrado des- truir la centralizacion politica v administra #8 DEMOCRACIA tiva de los viejos estados sino que mas bien Inha confirmadoa través de la institucién de tun parlamento nacional, el nuevo estado ten- dria que descentralizar al maximo sus pro- pias funciones en “comunas rurale, que brian de enviar sus representantes a una asamblea nacional, a la que dejarian "pocas, pero importantes funciones ( por funcionarios comunales’ Inspirdndose en las reflexiones de Marx sobre Ia Comuna, Lenin, en Bl estado y a revo lucid y en los eseritos y discursos del perio: do revolucionario, enuncié las lineas directri- ces y ech las bases de esa nueva d. de los con- sejos, que estuvo.en el centro del debate entre los principales tedricos del socialismo en los afios de 1920, desde Gramsci hasta Rosa Luxemburg, desde Max Adler hasta Korsch, para acabar con Anton Pannekock, cuva obra Onganizacion revolucionaria y consejos obre- ros es de 1940. Lo que caracteriza a la d. de los consejos respecto de la d. parlamentaria, 5 el reconocimiento de que en la sociedad capitalista se ha producido un traslado de los centros de poder de los drganos tradiciona- les del estado a la gran empresa, y que, por tanto, el control que el ciudadano puede ejer cr mediante los canales tradicionales de la d. solamente politica no es suficiente para impedir los abusos de poder cuya abolicién esel objetivo final de la democracia. El nue- vo tipo de control no puede producirse mis que sobre los propios lugares de la produc cién, ¥ es ejercide no por el abstracto ciuda- dano de lad. formal sino par el ciudadano en ‘cuanto trabajador a través de los consejos de Fabrica. El consejo de fabrica se hace ast el sgermen de un nuevo tipo de estado, que es el estado 0 comunidad de los trabajadores en contraposicién al estado de los ciudadanos, através de una expansién de este tipo de orga rnismo a todos los lugares de la sociedad en los que existen decisiones importantes a tomar. El sistema estatal en su conjunto seri, una Federseién de mediante una ascendente agrupacion de los mismos a diversos niveles territoriales v de empress. VIL DeMocRNCH Y ELTSWo. La eritica que, por un lado, elliberalismo dirige ala d. y lacritica que, porel otro, els: ge a ld. representativa, estan inspiradas ‘conscientemente en ciertos supuestos ideolé- ‘lcos que conducen a diversas orientaciones respecto de los valores iltimos. A fines del siglo pasado, contra Ia d., entendida justa- mente en su sentido tradicional de doctrina de la soberania popular, se fue formalando una erites, que pretendio por el contrario ‘estar basada exclusivamente en la observ cién de los hechos, no idcoldgica, sino, al menos en el asunto, cientifica, por parte de fos teoricos de las minorias poberniantes 0, seran llamadas luego con un nombre a tener suerte, de las elites, como ‘Ludwig Gumplowice, Gactano Mosca y Vile. do Pareto, Seguin esios escritores la sobera- nia popular es un ideallimive y jams ha ‘i puede corresponder de nin- ‘una manera a una realidad de hecho, por- ‘que en todo résimen politico, cualaulera sea {a “formula politica” bajo Ta que los gober- nantes y sus ideslogos lo representan, es siempre una minoria de personas, que Mos ca llama “clase politica”, la que detenta el poder efectivo. ‘Con esta teoria se coneluye la larga y afor- tunada historia de las tres formas de gobier- no que, como se a visto, estden los origenes de In historia del coneepto de dh: desde el ‘momento en que en toda sociedad, de todos los tiempos, y en todos los niveles de civili- zacién, el poder esti en manos de uns mino- ia, no existe otra forma de gobierno que la ‘ligdrquica. Lo cual no implica que todos los repimenes sean iguales sino simplemente que, sis puede destacar una diferencia ents no fe depender de un criterio extrinseco Eomo ef de mimero de los gobermantes (uno, pocos, muchas) sino de los diversos modos on que una clase polities se forma, se repro- duce, se renveva, organiza y eerce el poder. EI propio Moses distinguié, respecto del ‘modo con que se forman las ciases poiticas, Jas que se trasmiten el poder her Yas que se alimentan de las lores) repeota dal moda wim poder, las que lo ejereen sin control y las que estén controladas desde abajo: de tal modo contrapuso en el primer caso d, a aristocrar cia. en el seeundo da autocracia, esp=cifican- 40 por lo mens dos tipos de regimenes que aun teniendo una clase polities deminante pueden considerarse segim el derecho demo- ératicos. En este camino la teoria de las éli DbeMockActA tes recupera lo que de realista, yno meramen- ‘te ideolosico, contiene la docttina tradicional de la d.,y tiene come consecuencia no tanto la negacion de la existencia de regimenes

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