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RECURSOSPROCESALESCIVILES.

DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 201

berá hacerse de oficio, sin pe1juicio del derecho de las partes a requerir el
cumplimiento de esta norma. Así lo dispone el artículo 66 del COT.
Así, de acuerdo con la disposición legal citada, en caso de que ante una
misma Corte de Apelaciones existan distintas apelaciones que inciden en
una misma causa, se puede ordenar la acumulación de los recursos para
que se vean de manera conjunta y simultánea en una misma sala, ya sea de
oficio o a petición de parte. Es una aplicación del principio de economía
procesal.
Se aplica también en materia de recurso de protección, si respecto de un
mismo acto u omisión se interpusieren dos o más recursos, en cuyo caso,
deben acumularse todos ellos, al que hubiera ingresado primero (véase el
Auto Acordado de 24 de junio de 1992 de la Excma. Corte Suprema Nº 13).
Sin embargo, en el caso de que, además de haberse interpuesto recursos
jurisdiccionales, se haya deducido recurso de queja, este se acumulará a
los recursos jurisdiccionales y deberá resolverse conjuntamente con ellos
(art. 66 inc. 3º del COT).
Cada sala representa a la Corte de Apelaciones en los asuntos de que co-
noce y si bien podrá fallar el recurso de queja y acogerlo dejando sin efecto
o "invalidando" una resolución judicial (según la tem1inología del artículo
82 de la CPR); pero, en dicho supuesto, la competencia en la aplicación
de medidas disciplinarias está entregada de modo exclusivo al tribunal
pleno y no a la Sala, por corresponderle el ejercicio de las facultades dis-
ciplinarias, lo cual requiere, como quórum, la concurrencia de la mayoría
absoluta de los miembros de que se componga la Corte (art. 67 del COT).

15. DE LA TRAMITACIÓN DEL RECURSO DE APELACIÓN

Se debe distinguir en la tramitación del recurso de apelación la que se


lleva a cabo tanto en primera como en segunda instancia.

15.1. Tramitación del recllJ;§.oen primera instancia

El recurso de apelación se interpone ante el mismo tribunal que dictó la


resolución recurrida y "para ante" el tribunal superior jerárquico (art. 110
del COT).

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Así, pues, dicho tribunal debe conceder el recurso en los siguientes


casos: a) si la resolución es susceptible de ser recurrida de apelación·
b) si el recurso se interpuso dentro del término legal; c) si la apelación'
es fundada o no, y d) si contiene peticiones concretas (art. 201 del CPC).
Por el contrario, si en el recurso de apelación no concurren los requi-
sitos señalados el tribunal lo declarará inadmisible de oficio.
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Tanto la resolución que concede el recurso como la que lo deniegue se
dictan de plano por el tribunal, es decir, sin tramitación previa, y, mien-
tras ellas no sean dictadas, el tribunal de alzada no tendrá competencia
para conocer del proceso.
De conformidad con lo establecido en el artículo 50 del CPC, la re-
solución que concede, deniega o declara inadmisible el recurso debe ser
notificada por el estado diario electrónico, desde la entrada en vigencia
de la Ley Nº 20.886, de 2015, disponible en la página web del Po-
der Judicial durante tres días. De las notificaciones realizadas se dejará
constancia en la carpeta electrónica el mismo día en que se publique el
estado.
El tribunal remitirá electrónicamente a la Corte de Apelaciones respec-
tiva "copia fiel de la resolución apelada, del recurso y de todos los ante-
cedentes que fueren pertinentes para un acabado pronunciamiento sobre
éste" (art. 197 inc. 1° del CPC).
Atento lo anterior, como es evidente, desaparecen las compulsas regu-
ladas en la nori11ativaanteriormente vigente, ya que no se usa el soporte
papel, sino solo el soporte electrónico, y existe una carpeta electrónica de
• todos los ·antecedentes del proceso.
En dicho contexto, se derogó el artículo 198 del CPC que regulaba la
remisión de las compulsas o del expediente, en su caso, en soporte papel
al tribunal superior, al día siguiente al de la última notificación, que puede
o podía ser aumentado por todos los días que, atendida la extensión de las
copias que habían de sacarse, estimaba necesario el tribunal.

15.2. Tramitación del recurso en segunda instancia

La tramitación en segunda instancia será analizada a continuación.

CAPÍTULO JV: EL RECURSO DE ..\PEL.-ICIÓN

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RECCRSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JCRISPRUDENCL\ 203

A) Ingreso del expediente y certificado del secretario del tribu-


nal superior

Recibidos los antecedentes por el tribunal de alzada, se le asignará un


número de ingreso, y formará un cuaderno electrónico separado para el
conocimiento y fallo del recurso cuando él haya sido concedido en el solo
efecto devolutivo.
En el caso que la apelación hubiere sido concedida en ambos efectos,
el tribunal de alzada continuará la tramitación en la carpeta electrónica, la
que estará disponible en el sistema de tramitación electrónica del tribunal
de alzada correspondiente (art. 197 del CPC).
Por otra parte, la Corte de Apelaciones deberá certificar en la carpeta
electrónica la recepción de la comunicación a que se refiere el artículo 197
y su fecha (art. 200 del CPC).
La fecha de la citada certificación es de mucha imp01iancia, por cuanto
a partir de ella comienza a contarse el dies a qua o fecha de inicio del tér-
mino para solicitar alegatos cuando se haya apelado de alguna resolución
judicial que no sea sentencia definitiva; da inicio al término para que el
apelado adhiera a la apelación principal en segunda instancia, y, por úl-
timo, permite la interposición del denominado falso recurso de hecho, es
decir, se trata del mismo plazo o término que tienen las partes para compa-
recer ante el tribunal ad quem.

B) Examen de admisibilidad por el tribunal de apelación

El tribunal superior examinará en cuenta su admisibilidad (arts. 201 y


213 del CPC). Se examinan los mismos aspectos formales que se hicie-
ron por parte del tribunal inferior. La declaración de admisibilidad es un
trámite o diligencia que ordena la ley, y en aquellas cortes que constan de
más de una sala corresponderá a la primera sala (art. 70 del COT), también
denominada sala "tramitadora".
Al efecto, se deberá examini¡l¡.si la apelación se interpuso dentro de
plazo; si la resolución es susceptible del recurso o no; si el recurso contiene
fundamentos de hecho y de derecho, y, por último, si contiene peticiones
concretas que se sometan a la decisión del tribunal (art. 201 inc. 1° del
CPC).

C.~PÍTLLO [V: EL RECURSO DE -\Pfl..-\CIÓN

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204 IVÁN HUNTERAMPUERO-EDINSON LARAAGUAYo

Si no se reúnen los requisitos señalados, el tribunal de apelación decla-


rará inadmisible de oficio el recurso, desde luego, en cuyo caso, ejecutoria-
da dicha resolución, "lo comunicará al inferior" (art. 205 del CPC).
Esta resolución es susceptible del recurso de reposición dentro de terce-
ro día (art. 201, infine, del CPC).
En todo caso, la parte apelada puede solicitar la declaración pertinente,
esto es, que se declare inadmisible la apelación interpuesta por el apelante.
Si se tienen dudas acerca de la admisibilidad del recurso, se traerán los
autos en relación sobre dicho aspecto (art. 213, infine, del CPC).
Si se declara admisible el recurso de apelación, se ordenará traer los
"autos en relación", en el caso de que la resolución impugnada sea una
sentencia definitiva; respecto de otras resoluciones, la apelación se verá
"en cuenta", es decir, con el solo relato privado del relator, a menos que se
haya solicitado alegatos, dentro del plazo de cinco días contados desde la
certificación a que se refiere el artículo 200 del CPC, en cuyo caso se traerá
los autos en relación (mi. 199 inc. 2º del CPC).

15.3. Notificaciones en segunda instancia


Para poner en conocimiento todas las resoluciones judiciales que se
dicten por una Corte de Apelaciones la ley establece, con carácter general,
la notificación por el estado diario que deberá formarse electrónicamente,
el cual deberá estar disponible diariamente en la página web del Poder
Judicial, al menos tres días. De las notificaciones realizadas se dejará cons-
tancia en la carpeta electrónica el mismo día en que se publique el estado.
En efecto, conforme al artículo 221 del CPC, la notificación de las reso-
luciones que se dicten por el tribunal de alzada se practicará por el estado
diario, en la forma que se establece en el artículo 50 del mismo Código,
con excepción de la primera, que debe ser personal.
Podrá, sin embargo, ordenarse que se haga por otro de los medios esta-
blecidos en la ley, cuando el tribunal lo estime conveniente.
En este sentido, se ha resuelto que la resolución que cita a absolver
posiciones en segunda instancia debe notificarse por cédula 266 . Lo mismo

266 SCS de 24 de octubre de 1910, en Gaceta de los Ti'ibunales Nº 3, de 1910, segundo


semestre, p. 541.

C.~PÍTUI.O IV: E1.RECURSO DE APELACIÓN

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RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINA.
Y JURISPRUDENCIA 205

vale, mutatis mutandis, para una audiencia de conciliación a la vista del ar-
tículo 48 del CPC, notificación que debe realizarse por un receptor judicial
en un plazo razonable de anticipación 267 .
En definitiva, en la segunda instancia, la regla general consiste en que
todas las resoluciones dictadas por el tribunal de alzada se deben notificar
por el estado diario, incluso la sentencia definitiva que, en primera instan-
cia, se notifica por cédula (art. 48 del CPC). Hace excepción a esta regla
de notificación por el estado diario, la primera resolución dictada en el
proceso por el tribunal de alzada que debe ser notificada personalmente
(art. 221 del CPC).

16. FORMA EN QUE LAS CORTES DE APELACIONES


CONOCEN DEL RECURSO DE APELACIÓN

Según el artículo 199 del CPC existen dos formas de conocer el recurso
de apelación, según la naturaleza de la resolución recunida: en cuenta o en
relación (véase, al respecto, el artículo 68 del COT en el mismo sentido),
esto es, dependiendo de si se trata de una sentencia definitiva de primera
instancia o de las "demás resoluciones judiciales" (art. 158 del CPC): sen-
tencias interlocutorias, autos o decretos, providencias o proveídos.

16.1. La tramitación del recurso en cuenta


La apelación de toda resolución que no sea sentencia definitiva se verá
"en cuenta" (arts. 199 inc. 1º del CPC y 68 del COT), es decir, con la sola
cuenta oral privada del relator o secretario de la Corte, que informará a la
sala correspondiente del recurso, fuera de la audiencia ordinaria; esto es,
cuando se apela de decretos, autos y sentencias interlocutorias. Ello suce-
derá, además, si las partes no solicitan alegatos.
De ello se infiere que la regla general acerca de cómo conocen los asun-
tos las Cortes de Apelaciones es a través del trámite de la cuenta.
En efecto, los tribunales colegiados tomarán conocimiento del proceso
por medio del relator, por regla ~eral, o del secretario, de manera excep-
cional sobre materias acotadas, sin pe1juicio del examen que los miembros
del tribunal crean necesario hacer por sí mismos, en su caso, sobre todo si

267 SCS Rol Nº 14617-1990, de 24 de septiembre de 1990.

C.-\PÍTULO ]V: fa RECURSO DE APELACIÓN

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206 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

de la relación quedan dudas o interrogantes que son necesarias de resolver


para una acertada resolución (art. 161 inc. 2° del CPC).
En efecto, si las partes apelan de un decreto, auto o sentencia interlocu-
toria, una vez ingresada la causa al tribunal de alzada, se verán "en cuenta",
a menos que las partes soliciten alegatos dentro del término d.e cinco días
contados desde la certificación en la carpeta electrónica de la comunica-
ción de la remisión de la resolución apelada, del recurso y de todos los an-
tecedentes que fueren pertinentes para un acabado pronunciamiento sobre
este, en cuyo caso la causa se verá en relación o previa vista de la causa
(art. 199 inc. 2º del CPC), lo cual aparece como algo excepcional.
En caso contrario, es decir, si no se solicitan de manera oportuna los
alegatos, la causa se verá en cuenta, para lo cual el presidente de la Corte
procederá a distribuir, mediante sorteo, la causa entre las distintas salas
en que funcione el tribunal, pudiendo establecer horas de funcionamiento
adicional para su conocimiento y fallo (art. 199, in fine). Aquí la providen-
cia o decreto que dictará la Corte de Apelaciones será: "dése cuenta", que
requiere solo de la firma de un ministro de la primera sala o sala de cuentas.
Los abogados que hubieren solicitado alegatos o se hubieren anunciado
para alegar y no concurrieren a la audiencia respectiva para oír la relación
ni hacer el alegato podrán ser sancionados con una multa no inferior a
una ni superior a cinco unidades tributarias mensuales, la que se duplicará
en caso de reiteración de la falta dentro de un mismo año calendario. El
sancionado no podrá alegar ante esa misma C01ie mientras no certifique,
el secretario de ella, en el correspondiente expediente, que se ha pagado la
multa impuesta (ati. 223, infine, del CPC). Sobre este extremo me referiré
de manera más circunstanciada en el epígrafe correspondiente (véase infra,
capítulo IV, 16.4).
La regla general es que la cuenta por paiie del relator se vea fuera de
audiencia.
' Con todo, cuando la Corte de Apelaciones está dividida en varias salas,
las causas de cuenta, según lo dispuesto en el inciso 2° del atiículo 199 del
CPC, el presidente ordenará dar cuenta y procederá a distribuir, mediante
sorteo, la causa entre las distintas salas en que funcione el tribunal.
El inciso final del artículo 199 CPC dispone:
"Las Co1ies deberán establecer horas de funcionamiento adicional para el co-
nocimiento y fallo de las apelaciones que se vean en cuenta".

CWiTULO IV: EL RECURSO DE .\PEL.KIÓN


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RECURSOSPROCES.-\LESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCL.\ 207

16.2. Tramitación del recurso de apelación

La apelación de una sentencia definitiva, una vez considerada admisi-


ble, se ordenará traer los autos en relación, previa vista de la causa 268 . La
declaración de admisibilidad, en caso de que no se decrete, a mi parecer,
va implícita en la dictación del decreto de autos en relación, cuando no se
hace de modo expreso dicha declaración (como se lleva a cabo en la C01ie
de Apelaciones de Valdivia), a diferencia de la sala tramitadora de la Corte
de Apelaciones de Santiago, en donde se realiza un pronunciamiento ex-
preso al respecto, al igual que en otras cortes.
Con todo, como se ha indicado con anterioridad, sería más preciso
dictar la resolución de admisibilidad correspondiente, o, si la apelación no
es admisible, de acuerdo con el artículo 201 del CPC, el tribunal ad quem
declarará inadmisible el recurso de oficio, o bien a petición de la parte
apelada, en su caso, "verbalmente o por escrito".
En todo caso, dictado el decreto de "autos en relación", la Corte de
Apelaciones carece de facultades o de competencia para rechazar por in-
admisible un recurso de apelación si ya se había emitido un pronuncia-
miento anteriormente; es decir, ya había pasado el control de admisibi-
lidad del recurso de apelación y solo cabría hacer, por consiguiente, el
pronunciamiento de fondo en la sentencia por dicho órgano jurisdiccional.
De lo contrario, ello significaría ir en contra de sus propios actos pro-
cesales anteriores (venire contra factum proprium non valet); aparte que
se afectaría la cosa juzgada e inmodificabilidad o desasimiento de la re-
ferida resolución cuya naturaleza es la de una sentencia interlocutoria de
segundo grado en cuanto resuelve sobre un trámite que sirve de base para
el pronunciamiento de la sentencia definitiva 269 .
Y, en cualquier caso, de admitirse que en la sentencia definitiva se
pudiera declarar, a posteriori, inadmisible el recurso de apelación, se
afectaría el principio de preclusión que, como señala de forma autorizada

268 La apelación de una sentencia definitiva de un juicio de cobro de pesos tramitado de


conformidad con el artículo 680 der'°El'>c,esto es, conforme al procedimiento sumario,
no se le aplica el artículo 199 del mismo Código, y, por tanto, deben traerse los autos
en relación fijándose un día para su vista y alegatos. Al respecto, véase SCS de 29 de
julio de 1999, RDJ, t. 96, sec. 1", p. 87.
269 Véase SCS Rol Nº 2121-2009, de 28 de abril de 2011.

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO OE .-\PEl..·\CICJ:-S


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208 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

CournRE27 º, "está representado por el hecho de que las diversas etapas


del proceso se desarrollan en forma sucesiva, mediante la clausura defi.
nitiva de ellas, impidiéndose el regreso a etapas y momentos procesales
ya extinguidos y consumados. Preclusión es, aquí, lo contrario a desen-
volvimiento libre o discrecional". Todo ello, en concordancia con el prin-
cipio del desasimiento o de invariabilidad de las resoluciones judiciales
una vez notificada a una de las partes (ex inc. 1º del art. 182 del CPC).
En suma, en la tramitación del recurso de apelación en segunda instan-
cia debe distinguirse: a) se apela de una sentencia definitiva, y b) de otras
resoluciones judiciales.
La primera se verá en relación, "previa vista de la causa", con todos los
trámites procesales que la conforman (entre otros, con la resolución que
ordena traer los autos en relación y su notificación, colocación de la causa
en tabla, la relación y alegatos); en cambio, la apelación de las "otras re-
soluciones" se verán en cuenta, es decir, con la sola exposición del relator,
sin mayores, formalidades, fuera de audiencia y sin la posibilidad de que
intervengan las partes. A menos, claro está, que se pida por alguna de las
partes alegatos, en cuyo caso se verá en "en relación" al igual o del mismo
modo que la apelación de las sentencias definitivas.

16.3. La vista de la causa y los diversos trámites que la cons-


tituyen

Se revisarán a continuación los trámites de la vista de la causa.

A) Concepto

Es un trámite complejo conformado por diversas actuaciones destina-


das a conocer el recurso de apelación interpuesto, de tal modo que quede
en estado de fallarse. Tales trámites necesarios para proceder a la vista de
la causa son los siguientes: la dictación del decreto de autos en relación,
notificación por el estado, la colocación o fijación de la causa en tabla,

270 CouTURE(2010), p,. 159. Y añade que "en un proceso de desenvolvimiento discrecio-
nal, siempre sería posible retroceder a etapas ya cumplidas; en un proceso dominado
por el principio de preclusión, extinguida la oportunidad procesal para realizar un acto,
ese acto ya no podrá realizarse más".

C.-\PÍTULO !V: EL RECURSO DE APELACIÓN

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RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 209

instalación del tribunal de apelación, anuncio de la causa, la relación y los


alegatos. También los autores, y la jurisprudencia, hacen referencia a la vis-
ta de la causa propiamente tal que contempla únicamente dos actuaciones:
la relación y los alegatos.
En el mismo sentido, la Corte Suprema ha dicho que la vista de la causa
"constituye un conjunto de actuaciones ordenadas por la ley para habili-
tar al tribunal ad quem para conocer del asunto sometido a su decisión y
fallarlo, trámites que son esenciales y que constituyen la citación para oír
sentencia de la segunda instancia" 271 . Por c9nsiguiente, la omisión de un
trámite esencial en la segunda instancia es suficiente para anular la senten-
cia de alzada que se dicte, ya que se podrá interponer el recurso de casación
en la forma, de acuerdo a lo que dispone el numeral 9° del artículo 768 en
relación con el artículo 800, números 3°, 4° o 5º, en su caso, del Código de
Procedimiento Civil.
Así, pues, la citación para oír sentencia en segunda instancia, a dife-
rencia de la primera instancia, que es una simple resolución o decreto,
por ejemplo: "cítese a las partes a oír sentencia", y comprende todos los
trámites o actuaciones necesarias para la vista de la causa, hasta el cierre
del debate, de manera que la causa quede en estado de fallarse, que estu-
diaremos a continuación.

B) Primera resolución: decreto de "autos en relación" y su no-


tificación

En efecto, la vista de la causa comienza con la dictación de la primera


resolución (que tiene la naturaleza judicial de un decreto) y que ordena
traer los "autos en relación", o, simplemente, "en relación", por parte de
la sala tramitadora, con la firma de un ministro, por ser una providencia
de mero trámite que tiene por objeto darle curso progresivo a los autos,
sin decidir ni prejuzgar ninguna cuestión debatida entre las partes (art. 70
inc. 2º del COT en relación con el artículo 168 del CPC).
En Santiago, de acuerdo con el artículo 70 del COT, es la primera sala
o sala tramitadora; en las C01iests_ Apelaciones del país con más de una
sala se sigue la misma regla. En caso contrario, si existe una sala, lo firma
cualquier ministro; n01malmente el que preside la sala o la Corte.

271 SCS Rol Nº 10934-1988, de 27 de junio de 1988.

C,\PÍTULO IV: EL RECURSO DE .-\PEL.\CIÓN

Págs. ll 7 - 300
210 JVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

Se consideran expedientes en estado de relación aquellos que hayan


sido previamente revisados y certificados al efecto por el relator que co-
nesponda (aii. 69 inc. 1º del COT); es decir, corresponde al relator revisar
el expediente, ahora, en concreto, la carpeta digital.
Así, por ejemplo, si se trata de un juicio ejecutivo el relator debe ve-
rificar si se remitió el título fundante de la ejecución (que puede ser elec-
trónico si se trata de una factura electrónica, o bien en soporte papel, si no
está en dicho formato), o, en cualquier juicio, verificar que se remitieron
todos los documentos acompañados a la causa, si están notificadas todas
las partes de la causa, si existe un expediente traído a la vista, verificar que
se haya remitido en la carpeta, etc.
Pues bien, en caso de comprobarse la omisión de algunos de los aspec-
tos indicados el relator certificará que la causa no se encuentra en estado
de relación y la Corte deberá dictar el decreto correspondiente para que el
tribunal de primer grado subsane o complete los antecedentes enviados o,
en su caso, se ordene la notificación de la sentencia a la parte que no ha
sido notificada, etc.
Si no se advierte por error u omisión en esta etapa por parte del relator
y no obstante ello se declara admisible el recurso y se dicta el decreto de
autos en relación, puede acontecer que antes de la vista de la causa el re-
lator advie1ia, con un mejor estudio, el error y, en ese caso, deberá hacerlo
ver y proponer a la sala el trámite, y, en caso afirmativo, la causa saldrá
en trámite, suspendiéndose entretanto el decreto de autos en relación. En
caso contrario, si la causa no presenta ningún defecto o problema, el relator
certificará que la causa se encuentra en estado de relación, lo cual pe1mite
darle impulso procesal a la causa.

C) Notificación decreto autos en relación

Luego de dictado el decreto de "autos en relación", es necesario notificar


al recurrente y a todas las partes que hayan comparecido. Desde luego, se
notifica por el estado diario (electrónico) que es la regla general en segunda
instancia (ati. 221 del CPC) 272 , con excepción de la primera, resolución que

272 Se ha resuelto por la Corte Suprema que las notificaciones en segunda instancia no
forman parte del término de emplazamiento. En consecuencia, no es procedente el
recurso de casación en la forma porque el vicio denunciado no constituye causal ele

CAPÍTULO IV: EL RlCURSO DE .\!'ELACIÓN

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RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRIN..\ Y JURISPRUDENCU 211

debe ser personal. Podrá, sin embargo, el tribunal ordenar que se haga por
otro de los medios establecidos en la ley, cuando lo estime conveniente.
Si por etTor la apelación de una sentencia definitiva se ve "en cuenta",
es decir, sin alegatos y sin ponerse la causa en tabla, no obstante que debió
ordenarse traer los "autos en relación", por ejemplo, el caso de una apela-
ción de una sentencia definitiva que recayó sobre una demanda de cobro de
honorarios, en que debió incluirse la causa en tabla, en la forma establecida
en el artículo 163 del CPC, entonces la sentencia que se dicte por la Corte
de Apelaciones será susceptible del recurso de casación en la forma con-
forme al artículo 768 Nº 9 del CPC 273 ; esto es, en haberse faltado a algún
trámite o diligencia declarado esencial por la ley.
En caso contrario, es decir, si se ve en relación, no obstante que debía
verse en cuenta, no causa agravio a la parte, dado que contará con mayores
garantías procesales al poder alegar la causa y reiterar sus argumentacio-
nes, aportar prueba documental hasta antes de la vista de la causa, entre
otras, etc.

D) Fijación o colocación de la causa en tabla

Una vez notificado el decreto de autos en relación y certificada la causa


por el relator, en el sentido de que se encuentra en estado de relación, se
fija o coloca la causa en tabla. ¿En qué consiste colocar la causa en tabla?
La tabla -ordinaria- es un listado de todas las causas que se verán en
la semana siguiente de su confección, según el orden de conclusión de su
tramitación, con expresión del nombre de las partes, en la forma en que
aparezca en la carátula del respectivo expediente, del día en que cada uno
deba tratarse y del número del orden que le corresponda (mi. 163 del CPC).
Si los errores en que se pudiera incurrir en la tabla fueran sustanciales, no
se podrá ver por la sala de la Corte de Apelaciones y saldrá de la tabla por
estar "mal anunciada".
Existen las tablas ordinarias donde se ven procesos civiles, de policía
local, Ley del Consumidor, etc.; existen las tablas ordinarias de la reforma
•·
casación. Por ello, dicho recurso se declaró inadmisible. ses Rol Nº 4785-2003, de 13
de octubre de 2004.
273 ses ·de 21 eleenero ele 1999, en RDJ, t. 96, sec. l ª, p. 8.

C.1PÍTULO [V: Et. RECURSO DE .·\PLL ICIÓN

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212 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

procesal penal (por ejemplo, los recursos de nulidad), y, por último, las
tablas extraordinarias en las cuales los casos deben ser vistos con pre-
ferencia, al día siguiente hábil a su ingreso, tales como los recursos de
amparo, las apelaciones de prisión preventiva de los imputados u otras
medidas cautelares en su contra, así como las causas que d~terminen las
leyes (art. 69 del COT).

a. ¿Quién debe hacer las tablas según la ley?


Los presidentes de las Cortes de Apelaciones formarán el último día
hábil de cada semana una tabla con los asuntos que verá el tribunal en la
semana siguiente, que se encuentren en estado de relación (arts. 69 inc. 1º
y 90 Nº 3 del COT y aii. 163 del CPC).
Se trata, en efecto, de una tabla semanal u ordinaria, sin perjuicio que
día a día se pueden ir colocando las "agregadas"; esto es, se conforma una
tabla extraordinaria de causas que, por su propia importancia o naturale-
za, han de ser vistas con preferencias a las causas ordinarias,' como sucede
con las causas de la reforma procesal penal, donde está en juego la libertad
personal, así como los recursos de amparo, etc. (art. 69 del COT).

b. Publicación de la o las tablas


Las tablas ordinarias o extraordinarias (art. 69 del COT) deben ser
publicadas "en un lugar visible" (art. 163 inc. 2º del CPC). Actualmente,
confeccionadas las tablas, estas son ingresadas digitalmente al sistema in-
formático para que los abogados puedan verlas a través de internet, de la
página web, como una medida de publicidad.
Adicionalmente, en tiempos de normalidad sanitaria, igualmente se co-
locaban, en soporte de papel, en lugares visibles, en una caja de madera
cubierta de vidrio que existe en la entrada de cada sala de la corte, así como
por medio de televisores establecido,s al efecto.
En las cortes que estén conformadas por más de una sala, deben formar-
se tantas tablas como salas existan, de lunes a viernes, sin perjuicio de las
tablas que puedan formarse de causas agregadas de la Reforma Procesal
Penal para los días sábados, domingos o feriados, cuando la situación lo
requiera, generalmente, por apelaciones de medidas cautelares realizadas
por el Ministerio Público o por la Defensoría.

C.~PÍTL;LO ]V: EL RECURSO DE APEUCIÓN

Págs. JI 7 - 300
RECURSOSPROCES..\LES CIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCI..\ 213

Por último, si existen varias salas en una Corte de Apelaciones, debe


ponerse atención con las causas que estuvieren "radicadas" con anterio-
ridad, las cuales deben colocarse únicamente, en lo sucesivo, en las salas
donde se produjo su radicación (art. 69 del COT). Por ejemplo, la sala que
conoció y resolvió por primera vez una orden de no innovar en una acción
de protección radica dicha causa en dicha sala y solo esta será competente
y, por ello, deberá seguir conociendo de su tramitación hasta la dictación
de la sentencia (art. 192 del CPC).

E) Instalación del tribunal

Antes de la vista de la causa, el presidente de la Corte de Apelaciones


debe instalar las salas. Para ello es necesaria la dictación de un acta de
"instalación del tribunal", es decir, una resolución judicial, decreto, pro-
videncia o proveído en la que se indican, de forma nominativa, los minis-
tros que conformarán las salas respectivas o, en su caso, con los fiscales
judiciales o abogados integrantes. En la actualidad solo puede integrar un
abogado integrante por sala, como máximo.
Así, el presidente de la Corte, de acuerdo con lo establecido en el atiícu-
lo 90 Nº 2 del COT, debe levantar todos los días un acta de instalación de
todas las salas que la conforman, y se deja una copia de la misma en ellas.
Si falta alguno de los ministros de las salas que se encuentre impedido por
cualquier motivo, licencia, permiso, comisión de servicios, etc., se debe
indicar el motivo de la ausencia en el acta.
El acta la firma el presidente de la Corte y es autorizada por el secretario
del tribunal, y una copia de ella queda en la sala respectiva y en una caja de
madera cubierta con vidrio, como medida de publicidad. Las salas comien-
zan a funcionar tan pronto como quedan instaladas.
En la actualidad, en caso de ausencia de un ministro se debe llamar, en
primer lugar, a los fiscales judiciales; luego, a los abogados integrantes.
Ello tiene importancia para diversos motivos. En la práctica, los abogados,
al conocer la integración, podrán, por ejemplo, recusar sin expresión de
causa a algún abogado integrante, entregando el impuesto en estampillas
fiscales que corresponda al relatorá.i.1tesdel inicio de la audiencia respecti-
va o bien ingresando electrónicamente el escrito correspondiente.
Las salas, para comenzar a trabajar en el examen o revisión de las cau-
sas, deben estar previamente instaladas.

C.,PÍTULO ]V: EL RECURSO DE .-\PEL.\CIÓN

Págs. 117 - 300


214 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

16.4. La vista de la causa propiamente tal: anuncio, relación y


alegatos

Para el conocimiento de las causas colocadas en la tabla, en el orden de


prelación establecido, y una vez realizada el acta de instalación del tribu-
nal, es necesario la realización de algunos trámites previos. A saber: a) el
anuncio, b) la relación y c) los alegatos.

A) Anuncio

El anuncio de los alegatos es un ce1iificado, filmado y completado por


el relator, que indica las causas que se van a ver o no el día de la audiencia,
por ejemplo, por encontrarse suspendidas, y las que por cualquier motivo
no hayan de verse (por ejemplo, en el caso de que sea necesaria la reali-
zación de un trámite que sea manifiestamente necesario para la resolución
del fondo o mérito de la causa, como traer documentos o expedientes a la
vista, que no fueron remitidos por el tribunal de origen, ya sea en soporte
papel o, en su caso, en formato electrónico o digital). La causa, en el len-
guaje forense, sale "en trámite", aunque conserva su número de orden. En
este caso, se suspenden los efectos del decreto de autos en relación. Una
vez cumplido el trámite, la causa se vuelve a poner en tabla para su vista.
La causa puede quedar "sin tribunal" si a algún ministro o integrante
le afecta alguna causal de inhabilidad (implicancia o recusación declarada
con antelación), lo cual deberá ce1iificarse por el relator. Si la recusación
afecta a un abogado integrante, el presidente de la respectiva corte proce-
derá de inmediato a formar sala, salvo que ello no fuera posible por causa
justificada (art. 113, infine, del CPC). De todo ello se debe dejar constancia
en el anuncio por el relator. Si después del anuncio se integra la sala con
otro abogado integrante, sin poner el hecho en conocimiento de los aboga-
dos de las partes, porque no se modificó, ni indicó en el anuncio la sustitu-
ción de un abogado por otro, la vista de la causa adolecerá de un vicio de
nulidad que incide en la citación para oír sentencia, que, como se sabe, es
un trámite esencial en la segunda instancia (al respecto, véase sentencia de
la Corte Suprema, Rol Nº 10934, de 27 de julio de 1988).
Si la inhabilidad le afecta al relator, saldrá la "causa sin relator", en
cuyo caso se ordenará que la carpeta digital sea puesta a la tabla de otro
relator para la semana siguiente.

C-1PÍTULO IV: EL RECURSO DE .-\!'ELACIÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOSPROCES..\LES CIVILES.DOCTRlN..\ Y JURlSPRUDENCI..\ 215

La causa, asimismo, puede no verse por estar "mal anunciada", es decir,


si no fue correctamente individualizado en la tabla siempre que se trate de
un vicio sustancial que afecte la individualización del proceso.
El anuncio se coloca en un lugar visible para informar a los abogados
de las partes (art. 163 inc. 2° del CPC), antes de iniciar la relación de las
demás (arts. 373 inc. 2° del COT y 222 inc. 2º del CPC), normalmente, a
la entrada de la sala. Hoy en día, además, se coloca la misma indicación en
unas pantallas colocadas en los pasillos de la corte donde se indica la causa
que se está viendo o si están alegando, etc.
Los abogados, antes de alegar, y para poder hacerlo, deben anotarse en
un libro o cuaderno de anotaciones de alegatos de los seP'zoresabogados,
que pertenece a la sala respectiva, en forma previa al inicio de la audiencia,
ante el relator de la causa, donde deben anotar su nombre, cédula de iden-
tidad, el tiempo de duración de los alegatos, si vienen confinnando pura
o simplemente, confim1ando con declaración revocando, tratándose de un
recurso de apelación; en las causas de familia, además, se puede indicar el
tiempo de réplica a lo alegado por el contendor. Así, se pueden anotar con
quince minutos revocando y diez minutos de réplica. Todo ello se certifica
en el expediente para constancia por el relator con su füma. También se
pueden indicar en un escrito ingresado al expediente digital los minutos
que se utilizarán para alegar sin necesidad de concurrir a la corte, que es la
única forma que se utiliza actualmente debido a la pandemia 274 .

274 El proyecto de ley que perfecciona el sistema de justicia e institucionaliza las audien-
cias remotas en los tribunales, aprobado por el Congreso el 9 de noviembre de 2021,
introduce el artículo 223 bis al CPC, que viene a regular la forma de anunciarse y de
realizar los alegatos en la modalidad telemática. Dicha disposición es del siguiente
tenor: "En los casos en que se decreten alegatos vía remota por videoconferencia, los
abogados deberán anunciar sus alegatos, indicando el tiempo estimado de duración
y los medios necesarios para su contacto oportuno, tales como número de teléfono o
correo electrónico.
Los abogados podrán alegar desde cualquier lugar con auxilio de algún medio tecnoló-
gico compatible con los utilizados por el Poder Judicial e informados por su Corpora-
ción Administrativa. Aclicionalmerili;, para el caso en que se encontrare en una región
distinta a la ele la Corte respectiva, ra•comparecencia remota también podrá realizarse
en un edificio de una Corte eleApelaciones o ele cualquier otro tribunal que contare con
disponibilidad ele medios electrónicos y dependencias habilitadas.
En estos casos, la constatación de la identidad de los abogados se hará inmediatamente
antes del inicio de la audiencia ante el ministro ele fe ele la Corte o ante el funcionario

C.-\PÍTULO IV: EL RECURSO DE .-\PEL.-\CIÓN

Págs. 117 - 300


216 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

Tratándose de recursos de protección o amparo, de casación, forma 0


fondo, se debe indicar por el abogado si alega "por el recurso", si lo hace
el apoderado del recurrente o "contra el recurso" o si se trata del abogado
del recurrido.
El anuncio tiene mucha importancia por cuanto constituye un trámite
o diligencia esencial en la segunda instancia de los juicios de mayor o de
menor cuantía y de los juicios especiales, conforme al artículo 800 Nº 4
del CPC. Así, la sentencia que se dicte sin que se haya cumplido con dicha
diligencia es susceptible del recurso de casación en la forma (art. 768 Nº 9
del CPC), esto es, por haberse omitido un trámite o diligencia esencial.
Anuncio que puede darse en cualquier momento, pero antes del inicio
de la audiencia. Ello se da en el caso en que es necesario indicar aquellas
causas que no se verán durante la audiencia por falta de tiempo. La audien-
cia se prorrogará, si fuere necesario, hasta ver la última de las causas que
resten en la tabla (art. 222, in.fine, del CPC).
Si después del anuncio se integrara la sala con otro abogado integrante,
de otra sala, por ejemplo, por estar inhabilitado el fiscal judicial que esté
integrando la anterior, u otro abogado integrante, que lo cambian de sala,
y dicha circunstancia no se notifica a los abogados de las partes (lo que se
debe concretar mediante una resolución complementaria del acta de insta-
lación del tribunal), entonces la vista de la causa adolecerá de un vicio de
nulidad que incide en la citación para oír sentencia, trámite esencial de la se-
gunda instancia 275 . Ello, porque, en principio, una vez colocado el anuncio,
no pueden hacerse variaciones de ninguna especie a esa situación procesal.

que ésta designe, mediante la exhibición de su cédula de identidad o pasaporte, de lo


que se dejará registro.
Si no fuere posible contactar a los abogados que hayan solicitado alegatos vía remota a
través de los medios ofrecidos tras tres intentos, de lo cual se deberá dejar constancia,
se entenderá que no han comparecido a la audiencia.
La disponibilidad y correcto funcionamiento de los medios tecnológicos de las partes
que comparezcan remotamente en dependencias ajenas al Poder Judicial será de su res-
ponsabilidad. Con todo, la parte podrá alegar entorpecimiento si el mal funcionamiento
de los medios tecnológicos no fuera atribuible a ella. En caso de acoger dicho incidente,
la Corte fijará un nuevo día y hora para la continuación de la vista de la causa.
La Corte Suprema regulará mediante auto acordado la forma en que se coordinará y se
hará uso de las dependencias a qLiehace referencia el inciso segundo".
275 Así se ha resuelto en SCS Rol Nº 10953-1998, de 27 de julio de 1998.

CAPÍTULO !V: fa. RECURSO DE .\PEL\CIÓN

Púgs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCL\ 217

B) La relación

Es una exposición ordenada y resumida, expresada en forma oral, al


tribunal, por parte del relator, con el objeto de que quede completamente
instruid9 del contenido esencial del proceso, sometido a su conocimiento,
en estado de resolver.
Los tribunales colegiados, como las Cortes de Apelaciones, a diferen-
cia de los tribunales unipersonales que deben examinar por sí mismos el
proceso, conocen de las causas por intermedio de la relación o resumen
abreviado, mediante una exposición oral, de que dan cuenta los relatores a
los integrantes de la sala respectiva.
El inciso 1º del artículo 223 del CPC dispone:
"La vista de la causa se iniciará con la relación, la que se efectuará en presencia
de los abogados de las partes que hayan asistido y se hubieran anunciado para
alegar. No se permitirá el ingreso a la sala de los abogados una vez comenzada
la relación. Los ministros podrán, durante la relación, formular preguntas o
hacer observaciones al relator, las que en caso alguno podrán ser consideradas
como causal de inhabilidad".
Por eso, el artículo 374 del COT dispone:
"Las relaciones deberán hacerse de manera que la Corte quede enteramente
instruida del asunto actualmente sometida a su conocimiento dando fielmente
la razón todos los documentos y de las circunstancias que pvedan contribuir a
aquel objeto".
Les corresponde a los relatores anunciar, en un formulario ad hoc (de-
nominado "anuncio") las causas que saldrán en trámite, las suspendidas,
las mal anunciadas y las que por cualquier motivo no hayan de verse, antes
de comenzar la relación. Asimismo, en esta oportunidad deberán señalarse
aquellas causas que no se verán durante la audiencia por falta de tiempo.
Con todo, la audiencia se prorrogará, si fuera necesario, hasta ver las úl-
timas de las causas que resten en la tabla (art. 222, in fine, del CPC, en
relación con el art. 373 del COT).
El anuncio es un trámite esencial en la segunda instancia en los proce-
dimientos de mayor y de menor ~ntía y en los procedimientos especiales
(numeral 4º del artículo 800 del CPC).
Así, por ejemplo, se ha fallado que si el anuncio contiene omisiones
o errores en la individualización de las partes consignadas en la tabla, y

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE ,PEL.-\CIÓN

Págs. 117 - 300


218 IVÁN HUNTERAMPUERO-EDINSON LARAAGUAYO

que no correspondía al de la parte demandada, la sentencia que se dicte,


aun cuando no haya sido reclamada, es nula por falta de citación de la
parte cuyo nombre ha sido alterado y la sentencia puede ser invalidada de
oficio 276. Con todo, a mi parecer, si, por error, se ve una causa que estaba
suspendida o en trámite, según el anuncio, igualmente se incurriría en el
vicio indicado y habría que anular, de oficio, la vista de la causa. Lo mismo
vale, mutatis mutandis, si un ministro estaba implicado o recusado.
En suma, la sentencia dictada sin que se haya cumplido, en fonna riguro-
sa, con el anuncio de las causas, la hace pasible del recurso de casación en la
forma de acuerdo con el numeral 9° del artículo 768 en relación con el artícu-
lo 800 Nº 4, ambos del CPC, respecto de las sentencias dictadas en segunda
instancia en juicios de mayor o de menor cuantía y en juicios especiales.
Los relatores tienen prohibición de revelar las sentencias y acuerdos
del tribunal antes de estar firmados y publicados (art. 375 del COT). Los
relatores precederán a los secretarios en las ceremonias públicas (mi. 376
del COT). Si el relator estuviere implicado, recusado o de cualquier otra
manera se imposibilitare para el ejercicio de sus funciones, será reempla-
zado por otro relator, si lo hubiere, y, en caso contrario, por un abogado
designado por la respectiva corte (art. 3 77 del COT). En la práctieq, se hace
una terna con los interesados en la suplencia o reemplazo, normalmente
con funcionarios del escalafón primario, secretarios de otros tribunales,
con carácter general.
En la actualidad, las relaciones -a diferencia de lo que acontecía en el
pasado, que eran realizadas en privado- son públicas, y en ellas pueden
ingresar no solo los abogados de las partes, sino también otras personas que
tengan interés en ello: las pmies, sus familiares, estudiantes de derecho, etc.
El inciso 2° del aiiículo 161 del CPC dispone:
"Los tribunales colegiados tomarán conocimiento del proceso por medio del
relator o del secretario, sin pe1juiciodel examen que los miembros del tribunal
crean necesario hacer por sí mismos".
Esto acontece cuando se está en presencia de un proceso complejo o
bien cuando existen dudas. Esta regla tenía mucho sentido cuando el pro-
ceso constaba en soporte papel; ahora se vislumbra más difícil, por cuanto
supondría examinar el expediente virtual o digital en el computador.

276 SCS de 9 de julio de 1919, RDJ, t. 17, sec. l ª, p. 336.

C.\PÍTULO [V: EL RcCL'RSO DE .IPEL-ICIÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRIN..\ Y JURISPRUDENCL.\ 219

El artículo 383 del COT establece:


"En las Cortes de Apelaciones que consten de una sala, los secretarios estarán
obligados a hacer la relación de la tabla ordinaria durante los días de la semana
que acuerde el tribunal".
En consecuencia, los funcionarios del Poder Judicial que realizan las
relaciones son el relator, de manera principal, y el secretario de la Corte
de Apelaciones, aunque respecto de materias más delimitadas relacionadas
con los asuntos que se ven en cuenta, sin perjuicio de "las solicitudes que
presentaren las partes" (numeral 1º del aii. 380 del COT); sin pe1juicio de
que si el tribunal de alzada tiene más de una sala "estarán obligados a hacer
la relación de la tabla ordinaria durante los días de semana que acuerde el
tribunal" (art. 383 del COT).
En las causas de la reforma procesal penal, sin embargo, según el in-
ciso 3° del artículo 358 del CPP, las causas no se relatan y el relator actúa
como ministro de fe propiamente tal. La audiencia pública se iniciará con
el anuncio de ella.
La falta de comparecencia del recurrente da origen a la resolución que
dictará la sala de la Corte de Apelaciones respectiva de "abandono del re-
curso", previa certificación del relator de la referida incomparecencia. En
cambio, la ausencia de uno o más de los recurridos no impide que se vea
la causa en su ausencia.

C) Alegatos

Los alegatos son exposiciones orales que realizan los abogados habi-
litados para el ejercicio de la profesión ante los tribunales colegiados en
la vista de la causa, en audiencia pública. Para ello, como se dijo antes,
es necesario que se haya anotado para alegar antes de la iniciación de la
audiencia ante el relator respectivo (art. 223 del CPC). Si no se anota o
anuncia, el abogado no puede alegar. Además de lo anterior se puede tam-
bién presentar un escrito haciendo presente que se alegará en la causa in-
dicando los minutos de que hará uso en la vista de la causa, a lo cual se le
proveerá: "Téngase presente", y~n ello queda cumplido el requisito de
anunciarse 277 .

277 Cabe mencionar que en el proyecto de ley que perfecciona el sistema de justicia e
institucionaliza las audiencias remotas en los tribunales, aprobado por el Congreso

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE .-\PEUCIÓN

Págs. 117 • 300


220 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

a. Procedimiento
Concluida la relación, como lo señala el artículo 223 del CPC:
"[ ...] se procederá a escuchar, en audiencia pública, los alegatos de los aboga-
dos que se hubieren anunciado. Alegará primero el abogado del apelante y en-
seguida el del apelado. Si son varios los apelantes, hablarán los abogados en el
orden en que se hayan interpuesto las apelaciones. Si son varios los apelados,
los abogados intervendrán en el orden alfabético de aquéllos".

Los abogados tendrán derecho a rectificar errores de hecho que ob-


servaren en el alegato de la contraria, al término de este, sin que les sea
permitido replicar en lo concerniente a puntos de derecho.
La duración de los alegatos de cada abogado se limitará a media hora.
El tribunal, a petición del interesado, podrá prorrogar el plazo por el tiem-
po que estime conveniente. Durante los alegatos el presidente de la sala
puede invitar a los abogados a que aleguen sobre un determinado punto de
hecho o de derecho, lo que no afectará al desarrollo de la exposición y a su
libertad para el desarrollo de su exposición.
En la vista de la causa solo podrá alegar un abogado por cada parte
(art. 225 del CPC), y se prohíbe presentar defensas escritas y leer en di-
cho acto tales defensas (ait. 226 del CPC). Sin embargo, al término de
la audiencia, los abogados podrán dejar minutas escritas de sus alegatos
(art. 223 inc. 6° del CPC).
El relator tiene como función, de acuerdo con el artículo 372 Nº 5 del
COT, anotar el día de la vista de cada causa los nombres de los jueces
que hubieren concurrido a ella, si no fuese despachada inmediatamente.
Además, una vez concluida la vista, el relator debe dejar constancia si el

el 9 de noviembre de 2021, se establece una modificación en el artículo 223 CPC del


siguiente tenor: "a) Agrégase, en el inciso primero, a continuación del punto y seguido
con que termina la primera oración, la siguiente: ,Con todo, cualquiera de las partes
podrá solicitar alegatos por vía remota mediante videoconferencia hasta dos días antes
de la vista de la causa, lo que no afectará el derecho de la contraria de alegar presen-
cialmente'. b) Agrégase, en el inciso sexto, a continuación del punto y aparte que pasa
a ser seguido, la siguiente oración: 'En el caso de los abogados que aleguen por vía
'remota, podrán presentar dicha minuta a través del sistema ele tramitación electrónica
del Poder Judicial tan pronto finalice la audiencia"'. Esta norma establece la posibili-
dad ele formular alegatos vía telemática.

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE APELACIÓN

Págs. JI 7 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 221

abogado que se anunció para alegar efectivamente lo hizo y si además


asistió a escuchar la respectiva relación, así como el tiempo de duración de
los alegatos. Hará constar, asimismo, si se acompañó minuta de alegatos.
Para los efectos de presenciar la relación, se considerará a los postulantes
de la Corporación de Asistencia Judicial en la misma situación que los
abogados.

b. Sanción a la falta de alegatos anunciados


Como se dijo antes, si el abogado se anunció para alegar ante el relator,
lo que consta en el libro respectivo, o bien por intermedio de un escrito in-
gresado electrónicamente a la carpeta digital, y, en definitiva, no concurrió
a la audiencia, ni alegó, entonces, como indica el artículo 223, in fine, el
presidente de la sala oirá previamente al abogado y si encontrare mérito
para sancionarlo, y no existiere justificación plausible. Para este efecto,
con el mérito de las constancias estampadas por el relator, el presidente
de la sala procederá a pedir informe al respectivo abogado, señalándole
para evacuarlo un plazo perentorio no superior a cinco días. Notificada
que sea esta resolución, se compulsarán de inmediato estas actuaciones,
formándose un cuaderno especial, y una vez evacuado el infonne o sin él,
y vencido el plazo otorgado, resolverá sin más trámite sobre la imposición
de la multa, si ello aparece justificado, la que no podrá ser inferior a una
ni superior a 5 UTM, la que se duplicará en caso de reiteración de la falta
dentro de un mismo año calendario. La resolución que la imponga solo
será susceptible del recurso de reposición ante el mismo presidente que
la dictó. El secretario del tribunal velará por la oportuna cancelación de la
multa y dejará constancia de su pago, además debe mantener una nómina
al día con los abogados sancionados y, a disposición del tribunal, de los
abogados sancionados que no hayan pagado la multa que se les hubiere
impuesto, para los efectos de lo dispuesto en el inciso final del artículo 223
del CPC278 . El sancionado no podrá alegar ante esa misma corte mientras
no certifique el secretario de ella, en el correspondiente expediente, que se
haya pagado la multa impuesta.

278 Véase, al respecto, Auto Acordado de la Corte Suprema sobre vista de la causa, publi-
cado en el Diario Oficial de 16 de septiembre de 1994, modificado por el Auto Acor-
dado ele 15 de septiembre de 2006, publicado en el Diario Oficial ele 29 de septiembre
de 2006.

C..\PÍTULO IV: EL RECURSO DE .\PEL ..\C!ÓN

Págs. 117 - 300


222 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

En definitiva, vista la causa y una vez escuchados los alegatos, queda


cerrado el debate y el juicio queda en estado de dictarse resolución (ait. 227
inc. 1º del CPC). Y, si vista la causa, se decreta medida para mejor resolver,
algunas de las diligencias del artículo 159, no por esto dejarán de intervenir
en la decisión del asunto los mismos miembros del tribunal que asistieron a
la vista en que se ordenó la diligencia (art. 227 inc. 2º del CPC).

16.5. Término de la vista de la causa. Dictación de la sentencia


definitiva de segunda instancia: resolución inmediata o
bien la causa queda en acuerdo

La vista de la causa es un trámite relevante para el conocimiento del


recurso de apelación, pero ahí no se agota la instancia. Existen trámites
posteriores que se analizarán a continuación.

A) Planteamiento

Terminada la vista de la causa, una vez concluidos los alegatos, que-


da cerrado el debate y el juicio queda en estado de dictar la resolución
(art. 227 inc. 1º del CPC). Así, el tribunal puede: a) resolver de inmediato,
por ejemplo, confirmando la resolución apelada, cuando se está en pre-
sencia de una causa sencilla o de fácil resolución, y b) en casos de mayor
complejidad, después del transcurso de un cierto lapso de tiempo. En este
último caso se dice que la causa quedó "en acuerdo" ante los mismos mi-
nistros que patticiparon de la vista de la causa.
Por último, conviene hacer presente que la vista de las causas, que,
excepcionah'nente, dadas su extensión y complejidad no hayan podido ser
concluidas en la audiencia respectiva y queden con relación o alegatos
pendientes, deberá proseguirse en la audiencia más próxima que señale el
presidente de la sala.

B) Medidas para mejor resolver

Si, vista la causa, se decreta una medida para mejor resolver, alguna de
las mencionadas en el artículo 159 del CPC, no por eso dejarán de interve-
nir en la decisión del asunto los miembros del tribunal que asistieron a la
vista en que se ordenó la diligencia (art. 227 inc. 2º del CPC).

C.,riTLLO !V: EL RECURSO DE .-\PLLACIÓ)';

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRIN.-\Y JURISPRUDENCIA 223

C) Oportunidad

En segunda instancia, las medidas para mejor resolver, de las que con-
templa el artículo 159 del CPC, solo pueden decretarse por el tribunal ad
quem una vez que la causa queda en estado de fallo después de la vista
de la causa y cerrado el debate, y el juicio en estado de dictar resolución.
Debe ser firmada la resolución por todos los integrantes de la sala de la
Corte de Apelaciones que concurrieron a la vista, ya que no es un decreto
o simple proveído de mero trámite en que bastaría la firma de un solo
ministro, lo cual sería contrario a lo dispuesto en el artículo 227 del CPC.
Así, los mismos ministros de la Corte de Apelaciones que entraron a la
vista de la causa deben, por regla general, tomar parte en el acuerdo y en el
fallo de esta. Esta regla no se altera por la circunstancia de que el tribunal
haya dictado una medida para mejor resolver; como dispone el inciso 2º
del artículo 227 CPC, "no por esto dejarán de intervenir en la decisión del
asunto los mismos miembros del tribunal que asistieron a la vista en que
se ordenó la diligencia". Ello está en concordancia con las reglas sobre los
acuerdos de las Cortes de Apelaciones que se regulan en los artículos 72
y siguientes del COT.
Así, por ejemplo, el artículo 76 del mismo cuerpo legal establece:
"Ningún acuerdo podrá efectuarse sin que tomen parte todos los jueces que
hubieren concurrido a la vista, salvo los casos de los artículos siguientes".

Desde luego, una vez cumplida la medida para mejor resolver o bien
vencido el término de veinte días, contados desde la fecha de notificación
de la resolución que las decrete, se tienen por no cumplidas (art. 159 del
CPC), no es procedente que se lleve a cabo una nueva vista de la causa,
ni, como es evidente, que se coloque la causa en tabla para su vista y
fallo por los mismos ministros, desde que la causa debe fallarse sin más
trámite por los mismos ministros que decretaron la medida para mejor
resolver.

D) Características de las ,~didas para mejor resolver en segun-


da instancia

Algunas de las notas más características de las medidas para mejor re-
solver son las siguientes:

C .\PÍTUI.O JV: Et. RECURSO DE .·IPFI..-\CIÓN

Págs. 117 - 300


224 IVÁN 1-IUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

1) A diferencia de las medidas para mejor resolver que decrete un


tribunal de primera instancia disponiendo un informe1de peritos o
abriendo un término probatorio a fin de dar la posibilidad de acredi-
tar hechos nuevos indispensables para dictar sentencia son apelables
(art. 159, infine, del CPC); en cambio, si fueran dictadas por la Cor-
te de Apelaciones, son inapelables, lo cual está en plena concordan-
cia con lo dispuesto por el artículo 21O del CPC en cuanto dispone
que son inapelables las resoluciones que recaigan en los incidentes
que se promuevan en segunda instancia 279 .
2) La resolución que dispone una medida para mejor resolver debe ser
notificada a las partes por el estado diario electrónico, salvo que el
tribunal disponga una notificación diferente (art. 221 del CPC).
3) Su dictación es privativa o facultativa para el tribunal, desde que
el inciso 1º del artículo 159 del CPC dispone que "[!]os tribunales,
sólo dentro del plazo para dictar· sentencia, podrán dictar de oficio
medidas para mejor resolver", y lo dispuesto por el artículo 207 del
mismo cuerpo legal, y, por tanto, no puede ser obligado a dictarlas.
No procede a su respecto el recurso de casación en la forma.
El rechazo de una petición de medida para mejor resolver podría ha-
cer pensar en la omisión de un trámite esencial en segunda instancia
y que daría lugar a un recurso de casación en la forma en contra de
la sentencia que se dicte (art. 800 Nº 5 en relación con el artículo 795
Nº 4 del CPC); es decir, la práctica de diligencias probatorias cuya
omisión podría producir indefensión; sin embargo, a mi parecer, ello
no sería posible 280 por constituir una facultad privativa y exclusiva

279 SCA de Santiago, Rol Nº 42-1998, de 31 de marzo de 1999. En el mismo sentido,


véase PIEDR.·\BUENA
( 1960), p. 117.
280 Así se ha resuelto por sentencia de la Corte Suprema, Rol Nº 24555-20 l 4, de 2 de di-
ciembre de 2014, aun cuando se trataba de un juicio ordinario de mayor cuantía, en que
el recurso de casación en la forma interpuesto se invocó la causal contemplada en el
artículo 768 Nº 9 del Código de Procedimiento Civil, en relación con los artículos 800
Nº 5 y 795 Nº 4 del mismo cuerpo legal, es decir, por haberse omitido decidir acerca
de la práctica de una diligencia probatoria cuya omisión podría producir indefensión.
En el considerando quinto, en lo petiinente, se razona así:"[ ... ] Y como se desprende
del propio tenor del artículo 159 del Código ele Procedimiento Civil, que regula las
medidas para mejor resolver, ellas son facultativas para los tribunales, pues éstos, al
tenor de la citada disposición, podrán dictar de oficio tales diligencias, redacción que

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE APELACIÓN

Págs. ll 7 - 300
RECURSOSPROCESALESClVlLES.DOCTRlNAY JURlSPRUDENCL-1. 225

del tribunal ad quem; no puede ser forzado a decretarla, atendida su


discrecionalidad ("podrá" según la dicción legal) en los términos del
artículo 159 del CPC 281 .
4) Las medidas para mejor resolver no están orientadas a suplir los
medios de prueba y las defensas de las partes, de modo que el no
uso de esta prerrogativa discrecional y exclusiva del tribunal no sig-
nifica haber faltado a un trámite o diligencia declarada esencial por
la ley, como se dijo con precedencia 282 •
Las medidas para mejor resolver están orientadas a obtener un mejor
acierto del fallo sin que puedan romper el principio de igualdad de
los litigantes dentro del proceso, y en ese orden de ideas su fin será
complementar, adicionar o clarificar la prueba ya aportada por las
partes o esclarecer sus derechos con el designio de perfeccionar lo
ya existente.
Así, el juez civil, en el contexto de sus facultades probatorias, si
tiene dudas acerca de la eficacia de la prueba para determinar la exis-
tencia de un hecho, puede decretar las medidas para mejor resolver
con la finalidad de disipar esa duda, pudiendo valerse -prácticamen-
te- de toda clase de medios de prueba (art. 159 del CPC) 283 .
Conviene poner de manifiesto que la tardanza en la realización o cum-
plimiento de la o las medidas para mejor resolver no obsta a que la causa
vuelva a quedar "en estado de acuerdo".
En efecto, dichas medidas no se contraponen al estado de acuerdo ni a
este mismo, sino que, a la inversa, están normalmente destinadas a refor-

pone de relieve la intención del legislador de entregar a la prudencia y conocimiento


del sentenciador la decisión de disponer su realización. Así las cosas, resulta evidente
que la negativa de los falladores de segunda instancia a ordenar la práctica de aquella
que fuera solicitada por el actor corresponde al ejercicio de una facultad que les es
propia y en cuya realización son soberanos para decidir, de modo que no se advietie de
qué manera la medida para mejor resolver tantas veces mencionada puede configurar
un trámite esencial cuya ausencia habría de generar indefensión, pues su carácter fa-
cultativo descarta de plano la plauswj!idad de semejante tesis [... ].
281 Véase SCS Rol Nº 5912-2008, de 6 de abril de 201 O.
282 Así lo ha resuelto, por lo demás, la Corte Suprema en sentencia Rol Nº 3504-2004, de
8 de junio de 2004.
283 Así lo señala BoRDALi (2016), p. 113.

C~PÍTULO IV: EL RECURSO DE APELACIÓN

Págs. !17 - 300


226 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

zar, complementar o aclarar los términos del análisis y debate previamente


producidos para anibar a la decisión final284 .
En consecuencia, una vez cumplidas las medidas decretadas, no pro-
cede nueva vista de la causa, ni que se coloque nuevamente en tabla para
ser fallada por los mismos ministros. La causa se mantiene en estado de
sentencia 285 .
El artículo 227 inciso 2º del CPC citado debe entenderse en directa
concordancia con los artículos 75, 76 y 79 del COT.
Por otra parte, el atiículo 82 del COT dispone:
"Cuando alguno de los miembros del tribunal necesite estudiar con más dete-
nimiento el asunto que va a fallarse, se suspenderá el debate y se señalará un
plazo que no exceda de treinta días, si varios ministros hicieren la petición, y
de quince días cuando la hiciere uno· solo".

En definitiva, el acuerdo es la decisión a la cual arriba el tribunal de


apelación después de escuchar los alegatos, sea en el momento de la vista
de la causa, concluidos los alegatos, o después de un período de estudio
que no puede exceder de quince o treinta días.
En el acuerdo de los tribunales colegiados dará primero su voto el mi-
nistro con menos antigüedad en el cargo, y continuarán los demás en orden
inverso de antigüedad. El último voto será el del presidente (art. 84 del
COT).
Se entenderá terminado el acuerdo cuando se obtenga mayoría legal
sobre la parte resolutiva del fallo (acerca de si se acoge o rechaza el recur-
so) y sobre un fundamento o considerando, a lo menos, en apoyo de cada
uno de los puntos que el fallo comprenda. Basta con dos votos a favor, de
tres, ya que, como se sabe, por lo general las salas están integradas por tres
ministros.
Obtenido este resultado, se redactará la resolución por el ministro que
el tribunal señalare, normalmente, el que se encuentre de turno, el cual se
ceñirá estrictamente a lo aceptado por la mayoría (ati. 85 inc. 1º del CPC);
en la práctica, le corresponde al ministro que tenga su turno semanal. Así,

284 SCS de 26 de abril de 1995, en RDJ, t. 92, sec. l", p. 31.


285 En el sentido del texto, PrEDR.-\BUE?\.~ (1960), p. 116.

(.\PÍTLLO ]V: EL RECURSO DE .IPEL.\C!Óes


Págs. I I 7 300
RECURSOSPROCESALES CIVILES. DOCTRIN.-'.Y JURISPRUDENCL\ 227

aprobada la redacción del fallo, se firmará la sentencia por todos los miem-
bros del tribunal colegiado que hayan concurrido al acuerdo, a más tardar,
en el término de tercero día. De la designación del ministro que deba redac-
tar el fallo acordadó se dejará constancia en el expediente. Normalmente,
le corresponderá al ministro que esté de turno, el cual es semanal. Cada
semana un ministro está de turno y debe redactar las sentencias que hayan
quedado en acuerdo; esto es, las que no se resolvieron de inmediato una
vez terminado los alegatos.
Todo lo relativo a los acuerdos de las Cortes de Apelaciones se encuen-
tra regulado en los artículos 72 y siguientes del COT. El relator debe cer-
tificar en el expediente el nombre de los ministros o abogados integrantes
o, en su caso, de un fiscal judicial que entraron a la vista de la causa. Así,
esos mismos ministros son los que deben fallar la cuestión sometida a su
conocimiento y firmar la sentencia que se dictare por todos los miembros
del tribunal que concurrieron al acuerdo. Se indica al final de la sentencia
el nombre del redactor.
Si por error en la sentencia que se dicte no figure uno de los miembros
que integró la vista de la causa y del acuerdo, entonces se entenderá que la
sentencia fue dictada por un juez que no asistió a la vista de la causa, y la
hará pasible del recurso de casación en la forma por la causal del numeral
tercero del artículo 768 del CPC en relación con los artículos 75 y 79 del
COT2s6_

Con todo, el acuerdo del tribunal de alzada no exige que todos los jue-
ces o abogados integrantes que participaron de la vista de la causa estén
en el ejercicio de sus funciones al momento de emitirse la sentencia. Así
las cosas, corresponde rechazar el recurso de casación en la forma contem-
plada en el numeral tercero del artículo 768 del CPC. Así lo ha resuelto la
Corte Suprema 287 .
En la práctica, pueden firmar, por ejemplo, dos de los tres ministros
que concurrieron a la vista de la causa, y se deja constancia que no firmó
el ministro ausente por encontrarse con permiso, vacaciones, licencia,
etc. No es necesario que firmen todos los ministros la sentencia, si exis-
•~
286 Así se ha resuelto por ses de 10 de agosto de 1995, en RDJ, t. 92, sec. 1",p. 65.
287 ses de 26 de abril de 1995, en RDJ, t. 92, sec. l ª, p. 31; ses de 13 de enero de 2000,
en RDJ, t. 97, sec. lª, p. 23.

C.,PÍTULO !V: EL RECURSO DE .-\PEL.\CIÓN

Págs. /17-300
228 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

te motivo justificado para ello (vacaciones, permisos, licencias, jubila-


ción).

16.6. Motivos que autorizan la suspensión de la vista de la


causa

A continuación se revisarán las causales de suspensión de la vista de


causa.

A) Causales del artículo 165 del CPC

Las razones que autorizan la suspensión de la vista de la causa el día


designado en la tabla, al efecto, las establece de manera tasada la ley.
Al efecto, el artículo 165 del CPC dispone las siguientes:
"Sólo podrán suspenderse en el día designado al efecto la vista de la causa, o
retardarse dentro del mismo día:
1º. Por impedirlo el examen de causas colocadas en lugar preferente, o la con-
tinuación de la vista de otro pleito pendiente del día anterior; esto es, por
falta de tiempo, y las que no se ven mejoran su posición en la tabla de la
semana siguiente.
2°. Por falta de miembros del tribunal en número suficiente para pronunciar
sentencia;
~º. Por muerte del abogado patrocinante, del procurador o del litigante que
gestione por sí mismo en el pleito;

En estos casos, la vista de la causa se suspenderá por quince días contados


desde la notificación al patrocinado o mandante de la muerte del abogado
o del procurador, o desde la muerte del litigante que obraba por sí mismo,
en su caso;
4°. Por muerte del cónyuge o de alguno de los descendientes o ascendientes
del abogado defensor, ocurrida dentro de los ocho días anteriores al desig-
nado para la vista:
5°. Por solicitarlo alguna de las partes o pedirlo de común acuerdo los procu-
radores o los abogados de ellas.

Cada parte podrá hacer uso de este derecho por una sola vez. En todo caso,
sólo podrá ejercitarse este derecho hasta por dos veces, cualquiera que sea

C.\PÍTULO IV: EL RECURSO DE APELACIÓN


Págs. 117-300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURJSPRUDENClA 229

el número de partes litigantes, obren o no por una sola cuerda. La suspen-


sión de común acuerdo procederá por una sola vez.

La sola presentación del escrito extingue el derecho de suspensión aun


si la causa no se ve por cualquier otro motivo. Este escrito pagará en la
Corte Suprema un impuesto especial de media unidad tributaria mensual
y en las Cortes de Apelaciones, de un cuarto de unidad tributaria mensual.
Este pago se hará electrónicamente a través de un sistema infonnático
dispuesto al efecto y se asociará a la causa respectiva mediante el com-
probante de pago o código de validación o, en caso de que lo anterior
no fuere posible por cualquier motivo, a través de estampillas de im-
puesto fiscal que se pegarán en el escrito respectivo que se presentará
materialmente 288 .
Para los efectos del artículo 198 del Código Orgánico de Tribunales, el
pago de impuestos para la recusación de abogados integrantes se hará de la
misma forma dispuesta en el párrafo anterior.
El derecho a suspender no procederá respecto del amparo.
6º. Por tener alguno de los abogados otra vista o comparecencia a que asistir
en el mismo día ante otro tribunal.
El presidente respectivo podrá conceder la suspensión por una sola vez o
simplemente retardar la vista, atendidas las circunstancias. En caso de que
un abogado tenga dos o más vistas en el mismo día y ante el mismo tribu-
nal, en salas distintas, preferirá el amparo, luego la protección y en seguida
la causa que se anuncie primero, retardándose o suspendiéndose las demás,
según las circunstancias; y
7º. Por ordenarlo así el tribunal, por resolución fundada, al disponer la práctica
de algún trámite que sea estrictamente indispensable cumplir en fonna pre-
via a la vista de la causa. La orden de traer algún expediente o documento
a la vista, no suspenderá la vista de la causa y la resolución se cumplirá
terminada ésta.
Las causas que salgan de tabla por cualquier motivo volverán a ella al lugar
que tenían.

288 En otras palabras, no será necesario acompañar en sopotie papel ni el escrito, ni las
estampillas. En cambio, deberán ser escaneados y remitidos en formato digital o elec-
trónico. Así, se hará innecesario acompañarlo materialmente, ni el escrito, ni los im-
puestos de la Ley de Timbres a la Corte de Apelaciones respectiva.

C-\PÍTULO IV: E1.RECURSO DE .-\PEl..·ICIÓN

Págs. /17 - 300


230 IVÁN HUNTERAMPUERO -EDINSON LARAAGUAYO

Los errores, cambios de letras o alteraciones no substanciales de los nom-


bres o apellidos de las partes no impiden la vista de la causa.

Los relatores, en cada tabla, deberán dejar constancia de las suspensiones


ejercidas de conformidad a la causal del Nº 5º. y de la circunstancia de
haberse agotado o no el ejercicio de tal derecho".

Como se dijo con precedencia, el relator tiene obligación de hacer pre-


sente al tribunal los eventuales trámites que sean necesarios realizar y co-
rresponde a la sala de la Corte decidir su procedencia, así, por ejemplo,
la necesidad de traer otro expediente a la vista o de algún documento o
custodia que no fue remitida por el tribunal a qua, etc. Si la sala lo admite,
se dice que la causa salió en trámite de lo cual se deja constancia en el
anuncio. Dicha propuesta se realiza por el relator en el llamado "despeje
de la tabla", cuando está a solas con los ministros de la sala, antes de sacar
el anuncio para conocimiento de los abogados.
Por el contrario, si son sustanciales, la causa no se verá por estar "mal
anunciada" en la tabla. Si se ve una causa mal anunciada por no haberse
percatado el relator o la sala, la sentencia será susceptible del recurso de
casación en la forma.

B) Recusación sin expresión de causa a los abogados integran-


tes como causal de suspensión de la vista de la causa. Impli-
cancias y recusaciones júndadas

Otra posibilidad de suspender la vista de la causa, y que se usa mucho


en la práctica, es la recusación sin expresión de causa, respecto de los
abogados integrantes en las Cortes de Apelaciones, conforme al artículo
198 del COT, y de lo cual se informa en el acta de instalación de las salas
de las Cortes de Apelaciones. Esta recusación se debe hacer valer antes de
comenzar la audiencia, y para recusar se debe acompañar en estampillas
un impuesto cuyo valor depende si se recusa a un abogado que integre la
Corte Suprema o la Corte de Apelaciones.
Las estampillas de impuestos se le entregan al relator de la causa, antes
de la vista de la causa o del inicio de las audiencias.
Todo lo anterior es sin perjuicio de las implicancias o recusaciones que
puedan ser declaradas respecto de los ministros (arts. 194 y ss. del COT).

C-\PÍTULO JV: EL RECURSO DE .>PEL-\CIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCES."'.LES
CIVILES.DOCTRJN.·\Y JURJSPRUDENCU 231

En consecuencia, otro motivo legal que autoriza la suspensión de la vis-


ta de la causa, expressis verbis, es el reclam.o de la integración del tribunal
o recusación del abogado integrante.

17. DEL RECURSO DE


APELACIÓN EN OTRAS NORMAS LEGALES

He creído conveniente revisar la apelación en algunos procedimientos


especiales.

17.1. El recurso de apelación en los juicios de arrendamiento


de predios urbanos

La Ley Nº 18.1O1, publicada en el Diario Oficial de 29 de enero de 1982,


que fija nmmas especiales sobre arrendamiento de predios urbanos, en el
Título III, relativo a la competencia y del procedimiento, regula en concreto,
en su artículo 8º numeral noveno, el recurso de apelación y dispone:
"Sólo serán apelables la sentencia definitiva de primera instancia y las resolu-
ciones que pongan término al juicio o hagan imposible su continuación. Todas
las apelaciones se concederán en el solo efecto devolutivo; tendrán preferencia
para su vista y fallo y durante su tramitación, no se podrá conceder orden de
no innovar.
En segunda instancia, podrá el tribunal de alzada, a solicitud de parte, pronun-
ciarse por vía de apelación sobre todas las cuestiones que se hayan debatido
en primera para ser falladas en definitiva, aun cuando no hayan sido resueltas
por el fallo apelado".

La norma citada es producto de una reforma introducida a la Ley


Nº 18.101 por la Ley Nº 19.866, publicada en el Diario Oficial de 11 de
abril de 2003.
Con la legislación anteriormente vigente se facultaba al tribunal supe-
rior para decretar una orden de no innovar, que ahora no se puede conce-
der, con lo cual se evita la susp~sión del cumplimiento de la sentencia.
Por otra parte, se amplía la competencia del tribunal ad quem que puede
fallar cuestiones que hayan sido debatidas en primera instancia, pero no
falladas.

C-1PiTULO ]V: EL RECURSO DE .-IPEUCIÓN

Págs. 117 - 300


232 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

17.2. El recurso de apelación en las causas laborales

De acuerdo con el artículo 474 del CdT, los recursos se regirán por las
normas establecidas en el Párrafo 5°, y supletoriamente por las normas
establecidas en el Libro Primero del CPC (rectificación, aclaración o en-
mienda, reposición y apelación), lo cual debe hacerse con las limitaciones
propias que se infieren de los principios laborales (ex art. 432 del CdT).
Tratándose de la sentencia definitiva, solo es procedente el recurso de
nulidad (art. 477 del CdT).
Respecto de la apelación, el artículo 476 del mismo Código dispone:
"Sólo serán susceptibles de apelación las sentencias interlocutorias que pongan
término al juicio o hagan imposible su continuación, las que se pronuncien
sobre;medidas cautelares y las que fijen monto de las liquidaciones o reliqui-
daciones de beneficios de seguridad social. Tratándose de medidas cautelares,
la apelación de la resolución que la otorgue o que rechace su alzamiento, se
concederá en el solo efecto devolutivo.
De la misma manera se concederá la apelación de las resoluciones que fijen
liquidaciones o reliquidaciones de beneficios de seguridad social".
En consecuencia, según la disposición legal citada, son resoluciones
apelables:
1) Las sentencias interlocutorias que ponen término al juicio o hacen
imposible su continuación;
289
2) Las que se pronuncien sobre medidas cautelares ;

3) Las resoluciones que fijen monto de liquidaciones o reliquidaciones


de beneficios de seguridad social.
Este último numeral se vincula con los conflictos a que puede dar lugar
lo expresado en la letra c) del artículo 420 del CdT, en cuanto dispone que
son de competencia de los juzgados del trabajo:
"Las cuestiones derivadas de las normas de previsión o de seguridad social,
planteadas por pensionados, trabajadores activos o empleadores, salvo en lo
referido a la revisión de las resoluciones sobre declaración de invalidez o del
pronunciamiento sobre licencias médicas".

289 Los numerales citados con precedencia se relacionan con los artículos 475 y 476 del
mismo Código.

C.-\PÍTULO ]V: EL RECURSO DE .-\PEL-\CIÓN

Págs. 117 • 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRIN.-\.
Y JURISPRUDENCIA. 233

Sin duda, en este extremo se discutirá normalmente el importe de la


pensión de invalidez o de vejez, por errores de hecho, así como los proble-
mas indemnizatorios por accidentes del trabajo. Estimo que en este tercer
caso se estará en presencia de una sentencia definitiva (aii. 420 letra c) del
CdT), y no de una sentencia interlocutoria, dado que se trata de pronuncia-
mientos de fondo, sustantivos y no meramente procesales.
El recurso de apelación que se interponga en estos casos deberá cumplir
con todos los requisitos del artículo 189 del CPC. A saber: se interpondrá
en el plazo de cinco días, deberá contener fundamentos de hecho y de de-
recho y las correspondientes peticiones concretas.
En segunda instancia no es necesario hacerse parte y la causa se verá en
cuenta por tratarse de sentencias interlocutorias (art. 199 del CPC). Surge
la siguiente duda: ¿qué tratamiento se le dará al juicio laboral promovido
por darse algunos de los presupuestos contenidos en la letra c) del artíc,ulo
420 del CdT?
A mi parecer, por tener la naturaleza de sentencia definitiva, ya que no
falla un incidente de juicio, debería verse en relación y no en cuenta. Exis-
tiría una antinomia entre la disposición legal citada (letra c) del artículo
420) y el artículo 477, ambos, del CdT, en cuanto este último declara que la
sentencia definitiva solo es susceptible de ser recurrida mediante el recurso
de nulidad.
Por el contrario, conforme al artículo 472 del CdT, no son apelables las
resoluciones que se dicten en la etapa de ejecución o cumplimiento, salvo
la sentencia que resuelva la oposición según el artículo 470 del mismo 1

Código en que sí procede a su respecto el recurso de apelación que se con-


cederá en el solo efecto devolutivo.
Por su parte, el artículo 453 Nº 1 del mismo Código establece el recurso
de apelación que puede plantearse en la audiencia preparatoria, respecto
de la resolución que acoge la excepción de incompetencia, caducidad o
prescripción.
En efecto, esta norma dispone:
"La resolución que se pronunci~bre las excepciones de incompetencia del
tribunal, caducidad y prescripción, deberá ser fundada y sólo será susceptible
de apelación aquella que las acoja. Dicho recurso deberá interponerse en la
audiencia. De concederse el recurso, se hará en ambos efectos y será conocido
en cuenta por la Corte".

C-\PÍTULO IV: EL RECURSO DE APEL\CIÓN


Págs. JI 7 • 300
234 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYo

17.3. Recurso de apelación en las causas de policía local

El inciso 1º del artículo 33 de la Ley Nº 18.287, publicada el 7 de fe-


brero de 1984, que establece el procedimiento ante los juzgados de policía
local, dispone:
"En los asuntos de que conocen en primera instancia los Jueces de Policía
Local, procederá el recurso de apelación sólo en contra de las sentencias defi-
nitivas o de aquellas resoluciones que hagan imposible la continuación del jui-
cio. El recurso deberá ser fundado y se interpondrá en el término fatal e indivi-
dual de cinco días, contados desde la notificación de la resolución respectiva".
En suma, las resoluciones en contra de las cuales procede el recurso de
apelación son dos: a) las sentencias definitivas, y b) las resoluciones que
hagan imposible la continuación del juicio.
Sin embargo, son inapelables las sentencias definitivas dictadas en pro-
cesos por simples infracciones a la Ley de Tránsito que solo impongan
multas (art. 33 de la Ley Nº 18.287).
Como es evidente, tampoco será apelable la sentencia dictada en única
instancia, es decir, en aquellos asuntos que son de competencia de dicho
tribunal en los cuales no se contemple el recurso de apelación.
Por el contrario, procederá el recurso de apelación en contra de la sen-
tencia dictada por el juez de policía local si impone una condena de sus-
pensión de la licencia de conducir o bien una sanción distinta a la de la
aplicación de una multa.
Por último, son inapelables las sentencias definitivas que solo impon-
gan la sanción de amonestación o multa, dictadas en procesos po.r contra-
vención a los aiiículos 113 inciso 1º y 114 inciso 1ºdela Ley de Alcoholes,
Bebidas Alcohólicas y Vinagres.
El plazo fatal e individual para interponer el recurso es de cinco días
hábiles contados desde la notificación de la respectiva resolución.
La apelación se debe interponer por escrito y debe ser fundada, esto es,
contener fundamentos de hecho y de derecho, así como las correspondien-
tes peticiones concretas. Se interpone ante el mismo tribunal de policía
local para ante la Corte de Apelaciones respectiva.
El tribunal a qua, esto es, el de policía local, concederá la apelación en
ambos efectos, esto es, con los efectos devolutivos y suspensivos, y debe-

CAPÍTULO IV: Er. RECURSO DE .WEI.ACIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCES.·\LESCIVILES.DOCTRIN.·\Y JURISPRUDENCJ..\. 235

rá remitir los antecedentes al tribunal de apelación (Corte de Apelaciones


respectiva) dentro de tercero día, contado desde la última notificación de la
resolución que concede el recurso (art. 34 de la Ley Nº 18.287).
Conocerá de él la Corte de Apelaciones respectiva y se tramitará con-
forme a las reglas establecidas para los incidentes o "artículos" (en la jerga
judicial); es decir, en principio, el recurso se verá en cuenta, esto es, sin
esperar la comparecencia de las partes, a menos que los abogados de las
partes, dentro del plazo de cinco días contados desde la certificación que
establece el ai1ículo 200 del CPC, hubieren solicitado alegatos, en cuyo
caso se dictará el decreto de autos en relación. Si no se piden alegatos, la
causa se ve en cuenta, esto es, únicamente con la relación del relator.
Se aumentará el término de cinco días en tres días más, cuando los autos
se remitan desde un tribunal de primera instancia que funcione fuera de la
comuna en que resida el de alzada (art. 32 inc. 4º de la Ley Nº 18.287).
En la apelación podrán hacerse parte el representante legal de la respec-
tiva municipalidad el jefe del servicio que corresponda y el infractor.
La prueba y los antecedentes de la causa se apreciarán de acuerdo con
las reglas de la sana critica (art. 14 de la Ley Nº 18.287).
En consecuencia, "sensu stricto", no cabe aplicar las reglas de la prue-
ba legal o tasada regulada en el Libro II, "Del juicio ordinario", Título XI
["De los medios de prueba en particular"], del CPC, salvo, desde luego,
la prueba pericial, cuyo valor probatorio no se encuentra establecido en
la ley, y su estimación corresponde a los jueces del fondo, respetando las
máximas de la experiencia, de la lógica y de los principios científicamente
afianzados. En todos los demás medios de prueba el juez está obligado a
respetar las normas sobre valoración legal de la prueba contenida en los
artículos 341 y siguientes del CPC, preceptos a los que se debe atender
para resolver con arreglo a derecho acerca de las pretensiones planteadas
por las pai1es y decidir, en consecuencia, el fondo del asunto. En definitiva,
la valoración de la prueba la realiza la ley.
En cambio, en la aplicación de las reglas de la sana crítica, la valoración
de la prueba es una función priv~a del juez de la instancia, conforme a la
lógica, las máximas de la experiencia, etc., a cuyo criterio debe estarse. La
valoración de la prueba, a diferencia del sistema anterior, se confía al juez
de policía local. La valoración debe ser razonada o motivada, ajustada a las
directrices de la lógica y de la racionalidad.

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE APEL.·ICIÓ;s;

Págs. //7. J00


236 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

Por consiguiente, no rigen en la valoración de la prueba conforme a las


reglas de la sana crítica, en puridad de conceptos, las tachas de los testi-
gos; tampoco proceden las objeciones documentales 290 ; en cambio, sí se
podrían hacer "observaciones" a la prueba documental aportada, a la cre-
dibilidad del testigo, dado que, como se dijo anteriormente, la apreciación
y valoración de las pruebas es una función privativa del juez de la instancia
o del fondo.
El tribunal de segunda instancia podrá admitir a las partes presentar
las pruebas que no hayan producido en primera. Sin embargo, solamente
podrá recibirse la prneba testifical que, ofrecida en primera instancia, no se
hubiere rendido por fuerza mayor u otro impedimento grave.
Las resoluciones que se dicten en la segunda instancia se notificarán
por el estado diario y exclusivamente a las partes que hayan comparecido
(art. 36 inc. 2º de la Ley Nº 18.287).
La causa se ve en cuenta, sin esperar la comparecencia de las partes,
a menos que se haya pedido alegatos, dentro del plazo para hacerse parte
en segunda instancia, en cuyo caso se dispone traer lo~ autos en relación.
1 '

El plazo para fallar el recurso será de seis días, el que se contará desde
que la causa quede en estado de fallo.
Conviene poner de manifiesto que, de acuerdo con el artículo 35 de la
citada ley, el tribunal de alzada ostenta una mayor competencia para pro-
nunciarse sobre el recurso de apelación, a diferencia de lo que sucede, con
carácter general, en la materia civil.
La disposición legal citada dispone:
"El tribunal de alzada podrá pronunciarse sobre cualquier decisión de la sen-
tencia de primera instancia, aunque en el recurso no se hubiere solicitado su
revisión".
Contra las resoluciones del juzgado de policía local no procederá el re-
curso de casación (art. 38 de la Ley Nº 18.287), ni en la forma, ni el fondo,
atendido que la ley no distingue.
Nos parece acertada la técnica de política legislativa empleada en la
referida ley. En efecto, la privación de la revisión casacional está en con-
cordancia con el sistema de valoración de la prueba conforme a las reglas

290 En el sentí.do del texto, véase BENAVIDES (2004), p. 52.

CAPÍTULO !V: fa RECURSO DE -IPELACIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 237

de la sana crítica establecido en la ley citada, desde que ello es privativo


de los jueces de la instancia, como se ha dicho precedentemente, ya que
no está sujeto a normas legales preestablecidas, en el proceso valorativo,
como ocurre en el sistema legal o tasado.
Así se impone la consecuencia lógica que la sentencia que se dicte no
puede ser sometido a revisión por la vía de la casación, sino, únicamente,
al recurso de apelación del fallo de primera instancia, donde se podrá im-
pugnar, por ejemplo, la falta de lógica o de irracionalidad en la valoración
de las pruebas efectuada en la sentencia impugnada, explicando en forma
clara y precisa cómo se ha incurrido en aquellos supuestos que llevaron a
una conclusión errónea en lo dispositivo de la sentencia que causa agravio.
Es esencial la fundamentación o motivación de las sentencias, en donde se
ha de expresar los fundamentos fácticos y jurídicos que conducen a la apre-
ciación e interpretación y valoración de las pruebas, así como la aplicación
del derecho. En España, la motivación de las sentencias es, además de un
imperativo legal (arts. 209 y 218 de la Ley de Enjuiciamiento Civil) y un
deber constitucional contemplado en el artículo 120.3 de la Carta Funda-
mental española, que se entiende incluido en la denominada "tutela judicial
efectiva" y del derecho a recurrir y controlar, por la vía de la revisión del
tribunal superior, sobre todo, decisiones arbitrarias.
La improcedencia del recurso de casación, por otra parte, no infringe el
principio del derecho al recurso, ni a la garantía del debido procedimiento
legal (art. 19 Nº 3 de la CPR), pues la sentencia puede ser revisada por la
vía del recurso de apelación en el cual se pueden impugnar sus aspectos
de forma y de fondo, además, el mismo inciso 2º del artículo 766 del CPC
limita o excluye el recurso de casación -en la forma- en determinados
juicios especiales.

17.4. El recurso de apelación en el Código Tributario

El recurso de apelación en materia tributaria también tiene algunas par-


ticularidades. Hay que hacer aquí, sin embargo, algo de historia.
El originario artículo 139 del h disponía:
"Contra la sentencia que falle un reclamo o lo declare improcedente o que haga
imposible su continuación, sólo podrá interponerse los recursos de reposición
y apelación, dentro del plazo de diez días, contados desde la notificación. Si se

C.~PÍTULO !V: EL RECLRSO DE -\PEL\CIÓN


Págs. 117 .. 300
238 IVÁN HUNTERAMPUERO -EDINSON LARAAGUAYü

interpusieron ambos, deberán serlo conjuntamente, entendiéndose la apelación


en subsidio de la reposición".

Sin embargo, con la modificación del texto del DL Nº 830, sobre Códi-
go Tributario, mediante la Ley Nº 20.322, publicada en el Diario Oficial de
27 de enero de 20 l O, que fortalece y pe1fecciona la jurisdicción tributaria
y aduanera (y crea tribunales tributarios y aduaneros), establece:
"Contra la sentencia que falle un reclamo sólo podrá interponerse el recurso
de apelación, dentro del plazo de quince días contados desde la fecha de su
notificación.
Respecto de la resolución que declare inadmisible un reclamo o haga imposi-
ble su continuación, podrán interponerse los recursos de reposición y de apela-
ción, en el plazo de quince días contados desde la respectiva notificación. De
interponerse apelación, deberá hacerse siempre en subsidio de la reposición y
procederá en el sólo efecto devolutivo. El recurso de apelación se tramitará en
cuenta y en forma preferente".

El artículo 142 del mismo Código dispone:


"El Tribunal Tributario y Aduanero deberá elevar los autos para el conoci-
miento de la apelación dentro de los quince días siguientes a aquél en que se
notifique la concesión del recurso".

A su turno, el artículo 143 establece:


"El recurso de apelación contra la sentencia definitiva se tramitará ·en cuenta,
a menos que cualquiera de las paiies, dentro del plazo de cinco días contados
desde el ingreso de los autos en la secretaría de la Corte de Apelaciones, soli-
cite alegatos.
Vencido ese plazo, el tribunal de alzada ordenará traer los autos en relación, si
se hubieren solicitado oportunamente alegatos. De lo, contrario, el presidente
de la Corte ordenará dar cuenta.
En las apelaciones a que se refiere este Libro no será necesaria la comparecen-
cia de las paties en segunda instancia".

Por último, el artículo 147, in.fine, del CT, señala:


"Ejecutoriado un fallo, el expediente deberá ser devuelto en el plazo máximo
de diez días al Tribunal de primera instancia".

Por ofra parte, el atiículo 148 señala que "en todas aquellas materias
no sujetas a disposiciones especiales del presente Libro, se aplicarán, en

C.,PÍTULO JV: EL RECURSO DE .\PEL.-\CIÓN

Págs. /17 - 300


RECURSOSPROCES.'.LESCIVILES.DOCTRIN.-\Y JURISPRUDENCIA 239

cuanto fueren compatibles con la naturaleza de las reclamaciones, las nor-


mas establecidas en el Libro Primero del Código de Procedimiento Civil".

17.5. El recurso de apelación en el nuevo procedimiento pro-


cesal penal

Con la reforma procesal penal el recurso de apelación perdió virtuali-


dad desde que la impugnación de la sentencia definitiva del procedimiento
ordinario dictada por el tribunal de juicio oral en lo penal solo es posible
a través de la interposición del recurso de nulidad. Y al tenor literal del
artículo 399 del CPP, la sentencia definitiva dictada en un procedimiento
simplificado dictada por el juez de garantía "sólo podrá interponerse el
recurso de nulidad previsto en el Título IV del Libro Tercero". Lo mismo
vale, mutatis mutandis, para la sentencia definitiva dictada en un procedi-
miento por delito de acción privada.
Las únicas excepciones en las cuales procede el recurso de apelación
es la que se prevé para las sentencias definitivas dictadas por el tribunal de
garantía en un procedimiento abreviado (art. 414 del CPP) o en un proce-
dimiento de extradición pasiva (art. 450 del CPP) ante un ministro de la
Corte Sµprema, como tribunal unipersonal.
Con todo, se observa un mayor ámbito de recursividad por la vía del
recurso de apelación respecto de un amplio elenco de resoluciones judicia-
les, distintos de la sentencia definitiva, que pueden ser impugnadas durante
todo el iter del proceso penal, de modo tal que recobra protagonismo en
cuanto a su aplicación práctica.

A) Resoluciones apelables

De acuerdo con el artículo 370 del CPP, son apelables las resoluciones
dictadas por el juez de garantía en los siguientes cargos:
1) Cuando pusieren término al procedimiento, hicieren imposible su
prosecución o la suspendiewen por más de treinta días, y
2) Cuando la ley lo señalare expresamente.
Como sucede en los casos, a modo de ejemplo, entre otros, en los artícu-
los 115 (resolución que declara inadmisible la querella); 120 (resolución

C..\PÍTULO ]V: EL RECURSO DE .\PELACIÓ~


Págs. 117. 300
240 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYo

que declara el abandono de la querella); 129 (la resolución que denegare la


orden de detención es apelable por el Ministerio Público); 149 (la resolu-
ción que ordena, mantiene, niega lugar o revoca la prisión preventiva cuan-
do ha sido dictada en audiencia); 155 (la resolución que ordena, mantiene,
niega lugar o revoca una medida cautelar general); 158 (las resoluciones
que niegan o dan lugar a medidas cautelares reales); 237 (resolución que
se pronuncia acerca de la suspensión condicional del procedimiento); 23 9
(resolución que revoca la suspensión condicional del procedimiento); 24 7
(resolución que decreta el sobreseimiento definitivo por no haber compare-
cido el fiscal a la audiencia de cierre de la investigación o haberse negado
en esta a declararla cerrada, encontrándose vencido el plazo legal para ha-
cerlo); 253 (resolución que decreta sobreseimiento temporal o definitivo);
271 (resolución que recae en las excepciones de incompetencia del juez de
garantía, litis pendencia y falta de autorización para proceder criminalmen-
te); 276 y 277 (auto de apertura de juicio oral, solo cuando la apelación la
interponga el Ministerio Público por exclusión de pruebas en el caso del
inciso tercero del artículo 276), y 414 (la sentencia definitiva dictada por el
juzgado de garantía en un procedimiento abreviado).
También es apelable por el fiscal o asistente de fiscal la resolución que
declare la ilegalidad de la detención (artículo 132 bis del CPP), en el solo
efecto devolutivo, respecto de los delitos de sustracción de menores, vio-
lación, pan-icidio, homicidio, robo con violencia o intimidación califica-
do, robo con violencia o intimidación simple y robo por sorpresa, robo
con fuerza en lugar habitado o destinado a la habitación, y los de la Ley
Nº 20.000 que tengan pena de crimen o simple delito, y respecto de los
delitos de castración, mutilaciones y lesiones contra miembros de Carabi-
neros, de la Policía de Investigaciones y de Gendarmería de Chile, en el
ejercicio de sus funciones. En los demás casos no será apelable.
1
En todos estos casos, como puede apreciarse, la ley declara que dichas
resoluciones son apelables por establecerlo de manera expresa. De ellas,
la que más se utiliza en la práctica es la del artículo 149, que dice relación
con la apelación vinculada a la medida cautelar de prisión preventiva, en
cuanto la resolución del juez de garantía, dictada en audiencia, que orde-
nare, mantuviere, negare lugar o revocare la prisión preventiva, ella será
apelable.
También son apelables las resoluciones dictadas por una Corte de Ape-
laciones en cuanto se pronuncie sobre la petición de desafuero (art. 418

C.-\PÍTl.11.0 [V: El. RECURSO DE ·\PELACIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA. 241

del CPP); la resolución relativa a la decisión sobre una querella de ca-


pítulos (art. 427 del CPP); o incluso las dictadas por un ministro de la
Corte Suprema como tribunal unipersonal a propósito de la resolución que
mantenga la detención previa dictada en audiencia (art. 442 del CPP); la
relativa a medidas cautelares (446 y 44 7 del CPP), o en el caso ele caute-
lares reales.
Como se puede apreciar, la procedencia del recurso de apelación se ha
circunscrito a determinadas resoluciones, en atención a la importancia res-
pecto de la cual recaen; no existe una causal genérica como el agravio en
los asuntos civiles que lo haga admisible ante cualquier tipo de resolución
dictada por el juez ele garantía; sin perjuicio de los casos en que es posible
apelar en los casos en que la ley lo dispone de manera expresa; se trata, por
tanto, de un numerus clausus.

B) Facultad de recurrir

La legitimación activa la poseen los intervinientes en tanto hayan sido


agraviados con la resolución que se pretende recurrir. Por eso, el artículo
352 del CPP establece:
"Podrán recurrir en contra de las resoluciones judiciales el ministerio público
y los demás intervinientes agraviados por ellas, sólo por los medios y en los
casos expresamente establecidos por la ley".

La apelación se entabla ante el mismo tribunal que la dictó y este lo


concederá o denegará (ati. 365 del CPP).

C) Formalidades del escrito de apelación

Cuando es posible apelar fi1era de audiencia, se debe hacer por escrito.


El escrito de apelación debe contener la indicación de sus fundamentos y
de las peticiones concretas que se formularen.

D) Plazo para apelar -...

El término para interponer el recurso de apelación es de cinco días si-


guientes a la notificación de la resolución impugnada (arts. 366 y 367 del
CPP).

C.-\PÍTULO !V: EL RECURSO DE APEl.ACIÓ"

Págs. 117 - 300


242 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARA AGUAYo

E) Características del plazo para apelar

El plazo para apelar tiene las siguientes características:


1) Es un plazo individual, esto es, el término se cuenta desde la no-
tificación a cada interviniente de la resolución susceptible de ser
impugnada.
2) Es un plazo fatal e improrrogable (art. 16 del CPP).
3) Es un plazo que no se suspende por la interposición de días feriados
(art. 14 inc. 1º del CPP); no obstante, si el plazo de días concedido
a los intervinientes venciere en día feriado, se considerará ampliado
hasta las veinticuatro horas del día siguiente que no fuere feriado
(art. 14 inc. 2º del CPP). '
4) Si se interpone el recurso de apelación en subsidio del recurso de
reposición, debe interponerse dentro de tercero día.
5) El recurso de apelación se interpone ante el mismo juez que ha dic-
tado la resolución y este lo concederá o denegará (art. 365 del CPP).
Así, corresponde al tribunal a qua el examen de admisibilidad del
recurso.

F) Efectos en que se concede el recurso de apelación

La apelación se concederá en el solo efecto devolutivo, a menos que la


ley señale expresamente lo contrario (art. 368 del CPP); es decir, en ambos
efectos, como en el caso de 'la apelación del Ministerio Público del auto
de ape1iura de juicio oral por exclusión de pruebas nulas u obtenidas con
infracción de garantías fundamentales (art. 277 inc. 2° del CPP), y la ape-
lación de la sentencia definitiva en el procedimiento abreviado (aii. 414 del
CPP). En estos casos, la apelación se ha de conceder por el tribunal a qua
(juzgado de garantía) en ambos efectos.
Concedido el recurso, el juez remitirá al tribunal de alzada copia fiel de
la resolución y de todos los antecedentes que fueren pertinentes para un
acabado pronunciamiento sobre el recurso (aii. 371 del CPP).
Se ingresan al sistema y se remiten los audios al tribunal superior para
que puedan ser escuchados por el relator que debe informarse de los ante-
cedentes de que debe dar cuenta al tribunal superior, de manera privada,

C\PÍTULO IV: EL RECURSO DE .·\PEL.-\CIÓN

Págs. 1I 7 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCL\. 243

sin pe1juicio que si el recurso queda en acuerdo, lo puedan escuchar los


ministros, en su daso. En el caso de las cautelares que se relacionan con
la libertad del imputado, sea por su prisión preventiva o de algunas de las
cautelares del artículo 155 del CPP apeladas, la causa se agrega de manera
extraordinaria a fin de que se conozca de manera rápida por el tribunal su-
perior. Según la ley, el relator actúa de ministro de fe, en consecuencia, en
puridad de conceptos, la causa no se relata, además la audiencia es pública
en la cual se ofrece la palabra, en primer lugar, al recurrente, el cual debe
esgrimir los argumentos de hecho y de derecho que justifican su recurso, y
luego se ofrece la palabra al recmTido (art. 358 del CPP).
La falta de comparecencia del recurrente ante el tribunal superior, pre-
via certificación, origina que se declare el abandono del recurso respecto
del ausente. Por otra parte, la incomparecencia del recurrido permite pro-
ceder en su ausencia (aii. 358 inc. 2º del CPP). La sanción del abandono
del recurso se produce en la práctica por la incomparecencia del defensor
a la vista de la causa en la Corte de Apelaciones respectiva. Es un incum-
plimiento de una carga procesal lo que no pugna con el debido proceso en
los ténninos del artículo 19 Nº 3 de la Carta Fundamental. Se trata de una
falta de diligencia o cuidado del defensor penal en el cumplimiento de sus
obligaciones profesionales 291 .

G) Resoluciones inapelables

Son inapelables las resoluciones dictadas por un tribunal de juicio oral


en lo penal (art. 364 del CPP), y, por otra parte, se impide al Ministerio Pú-
blico, con carácter general, recurrir de apelación respecto del auto de aper-
tura del juicio oral, cuando se ha producido exclusión de prueba, a excep-
ción del caso del inciso 3º del artículo 276 (aii. 277, in.fine, del CPP); esto
es, cuando el juez de garantía excluye pruebas que provienen de diligencias
o actuaciones declaradas nulas y de aquellas obtenidas con inobservancia
de garantías fundamentales, en que sí es procedente el recurso de apelación,
únicamente, por el órgano persecutor, como único legitimado.
_...
291 Así lo ha resuelto, por voto de mayoría, el Tribunal Constitucional, en causa
Rol Nº 3171-2016, a propósito del rechazo de un requerimiento de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad del artículo 358 del CPP, esto es, de una declaración de abandono
del recurso, dado que no se afecta el derecho de defensa como integrante del debido
proceso.

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE APLL-\CIÓN

Pcígs. 117 - 300


244 IV ÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARA AGUA YO

Con todo, la jurisprudencia ha ido haciendo extensiva la apelación de]


auto de apertura del juicio oral cuando se excluye prueba por motivos de
impertinencia o sobreabundancia en tanto se vinculen o reconduzcan a los
supuestos del inciso tercero del artículo 276 del CPP, si bien la jurispru-
dencia no es uniforme 292.
Existen, además, otras resoluciones inapelables, entre otras, se pueden
mencionar las siguientes:
1) La que admite a trámite una querella (art. 115 del CPP).
2) La que niega lugar al abandono de una querella (mi. 120 del CPP).
3) La que niega lugar a que el querellante pueda ejercer los derechos
del fiscal, cuando este decide no perseverar en el procedimiento
(ati. 258, in.fine, del CPP).

4) Las que fallen incidentes promovidos en el transcurso de la audien-


cia de juicio oral (art 290 del CPP).
5) Las resoluciones dictadas fuera de audiencia que ordenen, manten-
gan, nieguen lugar o revoquen una prisión preventiva (ex art. 149
del CPP).
6) La postergación de la decisión (en la audiencia de preparación del
juicio oral) para la audiencia de juicio oral respecto de las excepcio-
nes de previo y especial pronunciamiento: de cosa juzgada y extin-
ción de la responsabilidad penal (art. 271 inciso final del CPP).

17.6.. El recurso de apelación en las reclamaciones de la Ley


Nº 19.039 sobre Propiedad Industrial, modificada por la
Ley Nº 19.996, de 11 de marzo de 2005

El inciso 1º del artículo 17 de la Ley Nº 19.039 establece que los juicios


de oposición, los de nulidad de registro o de transferencias, los de caduci-
dad, así como cualquiera reclamación relativa a su validez o efectos, o a
los derechos de propiedad industrial en general, se sustanciarán ante el jefe
del departamento de propiedad industrial, ajustándose a las formalidades
que se establecen en esta ley.

292 Al respecte, véase Ríos (2020), pp. 109-128.

CAPÍTULO IV: fa. RLCURSO DE .·IPEUCIÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOSPROCES.\LESCIVILES.DOCTRJNAY JURJSPRUDENCU 245

El fallo que se dicte será fundado y, en su forma, deberá atenerse a lo


dispuesto en el artículo 170 del CPC, en lo que sea pertinente.
Pues bien,
¡,
el atiículo 17 bis A dispone:
"En contra de las resoluciones dictadas en primera instancia por el Jefe del
Departamento, haya o no mediado oposición, procederá el recurso de apela-
ción. Deberá interponerse en el plazo de quince días, contado desde la notifica-
ción de la resolución, para ser conocido por el Tribunal de Propiedad Industrial.
El recurso de apelación se concederá en ambos efectos y procederá en contra
de las resoluciones que tengan el carácter de definitivas o interlocutorias.
En contra de las sentencias definitivas de segunda instancia procederá el recur-
so de casación en el fondo, ante la Corte Suprema.
Los recursos se interpondrán y tramitarán de acuerdo con lo establecido en las
disposiciones pertinentes del Código Orgánico de Tribunales y del Código de
Procedimiento Civil".
En consecuencia, se corrige así la imperfecta legislación anterior, desde
un punto de vista técnico, en cuanto disponía que eran apelables "las re-
soluciones definitivas dictadas por el Jefe del Departamento", dado que se
discutía en doctrina cuáles eran. Así, por una parte, y más acertadamente,
se sostenía que solo eran apelables las sentencias definitivas y las interlo-
cutorias; otros, en cambio, incluían, además, a los autos 293 .

A) Composición del Tribunal Arbitral de Propiedad Industrial

El tribunal de alzada está integrado por seis miembros titulares y cua-


tro suplentes (art. 17 bis C), y funcionará ordinariamente en dos salas y
extraordinariamente en tres. Cada sala debe estar integrada, a lo menos,
por dos miembros titulares. Para la resolución de las causas sometidas a
su conocimiento, cada sala deberá sesionar, a los menos, tres días a la se-
mana. Las resoluciones se adoptan por simple mayoría, dirimiendo el voto
de quien presida, en caso de empate. En lo demás, se seguirán la.snormas
contenidas en el COT.
En casos complejos, el tribun~odrá ordenar informe pericial, deter-
minando quién debe asumir los costos del mismo, sin pe1juicio de lo que en

293 Véase PJEDRABUENc\ (1999), pp. 347-350; en sentido contrarío, G.-\RCL\-HurnoBRO


(1992), p. 132; L.\RR.\GUIBEL (1998), pp. 50-51.

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE ·\PEL.-ICIÓN


Págs. 117 • 300
246 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

definitiva se resuelva en materia de costas. En los asuntos de que conozca


el tribunal, salvo los relativos a marcas comerciales, si lo solicita alguna
de las partes, el tribunal deberá ordenar el informe de uno o más peritos,
caso en el cual estos participarán en sus deliberaciones, con derecho a voz.
El presidente del tribunal, como asimismo el de cada sala, será elegido
por sus respectivos miembros titulares.
'
Conforme al artículo 17 bis F, los miembros del tribunal estarán afectos
a las causales de implicancia y recusación establecidas en los artículos 195
y 196 del COT.
Se establece que será causal de implicancia para el respectivo miembro
del tribunal el que, en la causa que se someta a su conocimiento, tenga
interés su cónyuge o sus parientes hasta el tercer grado de consanguinidad
o segundo de afinidad, o personas que estén ligadas a él por vínculos de
adopción, o empresas en las cuales estas mismas personas sean sus re-
presentantes legales, mandatarios, directores, gerentes o desempeñen otros
cargos directivos, o posean directamente, o a través de otras personas na-
turales o jurídicas, un porcentaje de la sociedad que les permi'ta participar
en la administración de la misma, o elegir o hacer elegir uno o rnás de sus
administradores.
La causal invocada podrá ser aceptada por el integrante afectado. En
caso contrario, será fallada de plano por el tribunal, con exclusión de aquel.
Se aplicará multa a beneficio fiscal de hasta veinte UTM mensuales a la
parte que la hubiera deducido si, la implicancia o la recusación fueran des-
estimadas por unanimidad.

17.7. El recurso de apelación en la Ley Nº 20.600, de 18 de ju-


nio de 2012, publicada el 28 de junio de 2012, y que creó
los tribunales ambientales

La Ley Nº 20.600, en su artículo 26, dispone que en estos procedimien-


tos solo serán apelables "las resoluciones que declaren la inadmisibilidad
de la demanda, las que reciban la causa a prueba y las que pongan término
al proceso o hagan imposible su continuación". Se excluyen, por tanto, las
sentencias definitivas.
El plazo para la interposición del recurso de apelación será de diez días
contado desde la notificación de la resolución respectiva.

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE clPEL.ICIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.?OCTRIN..\ Y JURISPRUDENCI..\ 247

El recurso de apelación será conocido y resuelto por la Corte de Apela-


ciones enicuyo territorio jurisdiccional tenga asiento el Tribunal Ambiental
que haya dictado la resolución apelada.
La ley crea tres tribunales ambientales: el primero, con asiento en An-
tofagasta, con competencia desde Arica hasta la Región de Atacama y Co-
quimbo; el segundo, con asiento en la ciudad de Santiago y con compe-
tencia territorial en las Regiones de Valparaíso, Región Metropolitana de
Santiago, del Libertador Bernardo O'Higgins y del Maule; por último, el
tercero, con asiento en la comuna de Valdivia y con competencia territorial
desde las Regiones del Biobío hasta la de Magallanes y de la Antártica
Chilena (mi. 5° de la Nº 20.600).
Los tribunales ambientales son órganos jurisdiccionales especiales, su-
jetos a la superintendencia directiva, correccional y económica de la Corte
Suprema, cuya función es resolver las controversias medioambientales de
su competencia y ocuparse de los demás asuntos que la ley somete a su
conocimiento (art. 1ºdela misma ley).
Con todo, la ley contempla un recurso de apelación respecto de la ac-
ción civil derivada del daño ambiental, presentada ante un tribunal civil.
En efecto, es el caso de la sentencia definitiva que se dictare de una
demanda de indemnización de perjuicios por la producción de daño am-
biental establecida en la sentencia de un tribunal ambiental y que se tramita
ante el juzgado civil correspondiente al lugar en que se produjo el daño.
Pues bien, la sentencia definitiva de primera instancia es apelable en el
solo efecto devolutivo. Las demás resoluciones son inapelables. La ape-
lación gozará de preferencia para su vista y fallo, y contra la sentencia de
la Corte de Apelaciones no procederá recurso alguno (art. 46 de la Ley
Nº 20.600).

17.8. El recurso de apelación en la Ley de Insolvencia y Re-


emprendimiento (Ley Nº 20. 720)

A diferencia del sistema de r~rsos previsto en la regulación anterior,


el actual régimen recursivo concursa! es bastante restrictivo 294 , lo cual se

294 Véase SCS Rol Nº 40722-2017, de 22 de noviembre de 2017.

C.-IPÍTULO JV: EL RECURSO DE .-IPLL.-ICIÓN

Pcígs. 1J7 - 300


248 IV ÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

puede predicar en general para todos los recursos previstos, y, por tanto,
se aplica al recurso de apelación, en particular, desde que, con carácter
general, este solo procede en contra de las resoluciones judiciales que la
ley expresamente establece. Ello supone, en consecuencia, realizar por el
juez concursal, y las partes, una interpretación restrictiva (numerus clau-
sus) acerca de su procedencia.
Se ha dicho de manera autorizada que la seria restricción de la aplica-
ción de las normas generales en materia de recursos habría sjdo resultado
"de una falsa necesidad de concentrar y acortar los procesos" 295 .
En dicho contexto, atendida la restricción legal recursiva,, con ocasión
del recurso de apelación, se ha requerido al Tribunal Constitucional decla-
rar inaplicable por inconstitucional el artículo 4° de la Ley Concursal, por
afectar el debido proceso (art. 19 Nº 3 de la CPR), respecto de una resolu-
ción judicial adversa a los intereses del recurrente, dictada por un tribunal
civil en un procedimiento de liquidación voluntaria 296 .
En la práctica, no son apelables muchas sentencias interlocutorias rele-
vantes no previstas por el legislador concursal, como acontece, por ejemplo,
con la resolución de reorganización (aii. 2º Nº 37 de la Ley Concursal) que
participa de la naturaleza de una sentencia interlocutoria de segundo grado
(art. 158 inc. 3º del CPC), o bien la que resuelve la incidencia de exclusión
de bienes (arts. 5° y 131 de la Ley Concursa!); en concreto, si se alega por
un tercero su derecho de dominio de algunos de los bienes incautados por
el liquidador. La resolución que de dicte, en la audiencia de resolución de
controversias, determinará el derecho de dominio, y, sin embargo, no es
apelable. La incidencia y la resolución subsecuente son análogas a la de
una tercería del proceso civil, las cuales, como se sabe, son todas apelables,
según las reglas generales.

295 Pum (2016), p. 284.


296 Rol Nº 4985-2018, del Tribunal Constitucional. Con todo, no hubo pronunciamiento
.de fondo porque se tuvo por no presentado el requerimiento por no haberse subsanado
los defectos de que adolecía dentro de plazo. Se recurrió debido a que la resolución
que rechazó una oposición incidental a la entrega material de un predio no es apelable.
El tribunal civil de primer grado rechazó la apelación interpuesta fundada en el artícu-
lo 4º Nº 2 de la Ley Concursa!, y la declaró improcedente por inadmisible. Resolución
que, a mi parecer, fue correcta, atento el claro tenor del artículo 4° de la Ley Nº 20.720,
en orden a que solo la ley determina, de modo taxativo y expreso, los casos en que
proceden los recursos.

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE APELACIÓN

Págs. ll 7 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILE's.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 249

Pues bien, de acuerdo con el artículo 4° numeral 2°, el recurso de ape-


lación procederá "contra las resoluciones que esta ley señale expresamente
y deberá interponerse dentro del plazo de cinco días contado desde la noti-
ficación de aquéllas. Será concedida en el solo efecto devolutivo, salvo las
excepciones que esta ley señale y, en ambos casos, gozará de preferencia
para su inclusión en la tabla y para su vista y fallo".
Por consiguiente, de dicha disposición legal se infiere que la regla ge-
neral es que se interpone en el plazo de cinco días contado desde la notifi-
cación de la resolución respectiva y se concederá por el tribunal, por regla
general, en el solo efecto devolutivo, y, por excepción, en ambos efectos.
En el caso de resoluciones susceptibles de recurrirse de reposición y
de apelación, la segunda deberá interponerse en subsidio de la primera, de
acuerdo cop !¡1sreglas generales.
Con todo, el atiículo 128 regula la apelación de la sentencia definitiva
que acoja la oposición del deudor en un procedimiento de liquidación for-
zosa y que debe concederse en ambos efectos, alterando con ello la regla
general del miículo 4° en cuanto, por lo general, se concede en el solo
efecto devolutivo, como se dijo anteriormente.
Igualmente, se concederá en ambos efectos la sentencia que acoja una
acción revocatoria concursa! de acuerdo con el tenor literal del artículo
292, in fine, de la Ley Concursa! y, además, el plazo será de 10 días, y no
de 5, como es la regla general, contado desde la notificación del fallo.
Como se dijo antes, la apelación procede solo en los casos expresamen-
te establecidos por el legislador.
Entre dichos casos encontramos, entre otros, los siguientes:
1) La resolución que resuelve una impugnación de créditos (arts. 71 y
177) en un procedimiento de reorganización judicial.
2) Resolución que resuelve impugnación de acuerdo de reorganización
judicial o extrajudicial (arts. 87 y 111).
3) La resolución que acoja una o más objeciones insistidas en contra de
la cuenta final de administ1~éión del liquidador en los procedimien-
tos de liquidación concursa! (mi. 52 Nº 9).
4) La resolución de liquidación (art. 129). Procede únicamente el re-
curso de apelación que se concederá en el solo efecto devolutivo y

CwiTUI.O IV: EL RECURSO DE .-\!'ELACIÓN

Págs. /17-300
250 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

gozará de preferencia para su agregación extraordinaria a la tabla, y


para su vista y fallo. Contra el fallo de segunda instancia no proce-
derá recurso alguno, sea ordinario o extraordinario. Aquí se aprecia
con toda su intensidad la limitación de los recursos por parte del
legislador concursa!.
5) La resolución que declara terminado el procedimiento concursa! de
liquidación (mi. 256).
6) La sentencia definitiva que acoja la demanda de revocación concur-
sa! ( art. 292, in fine).
7) La resolución que se pronuncie sobre las impugnaciones de un
acuerdo simplificado (mi. 111) en el contexto de una reorganización
simplificada.
8) La resolución que acoja las acciones de nulidad o incumplimiento
del acuerdo de reorganización judicial será apelable en ambos efec-
tos (art. 99).
Ahora bien, cabe preguntarse si es apelable la resolución de reorganiza-
ción judicial. La respuesta es negativa. No es apelable, ni directamente, ni
por la vía de la reposición con apelación subsidiaria, sencillamente porque
la ley no la contempla expresamente.

17.9. El recurso de apelación en el procedimiento sumario

El régimen jurídico del juicio sumario se encuentra regulado en el Títu-


lo XI del Libro III del CPC en los artículos 690 a 692.

A) Efectos en que se concede el recurso de apelación

En contra de la sentencia definitiva de primera instancia, además del


recurso de casación en la forma, la patie agraviada dispone del recurso
de apelación que ostenta un régimen jurídico especial, y en contra de la
sentencia de segunda instancia, el recurso de casación en la forma y en el
fondo.
La regla general consiste en que todas las resoluciones sean apelables
en el solo efecto devolutivo según se establece en el inciso 2º del artículo

CAPÍTULO IV: EL RLCURSO DE -\PEL.\CIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCES.-\LESCIVILES. DOCTRIN.-'.Y JURJSPRUDENCL\ 251

691 del CPC; sin embargo, por excepción, el recurso de apelación se


concederá en ambos efectos tratándose de la impugnación de la sentencia
definitiva de primera instancia, así como de la resolución que dé lugar al
procedimiento sumario cuando este se hubiere iniciado como ordinario,
si se justificó que apareció la necesidad de aplicarlo (caso de sustitución
del procedimiento), según lo prevenido en el inciso 1º del artículo 691
citado.
Con todo, la apelación de la sentencia definitiva como la resolución que
ordena la sustitución del procedimiento de ordinario en sumario, será con-
cedida por el tribunal a qua en el solo efecto devolutivo, si en el supuesto o
hipótesis de concesión en ambos efectos "hayan de eludirse sus resultados"
(art. 691 inc. 1º del CPC), lo cual debe ser evaluado por el tribunal antes de
conceder el recurso en análisis.
Así las cosas, al otorgarse en el solo efecto devolutivo se vuelve a la
regla general en cuanto a la forma de conceder el recurso de apelación.
El inciso segundo del artículo 691 dispone:
"Las demás resoluciones, inclusa la que accede provisionalmente a la deman-
da, sólo serán apelables en el efecto devolutivo".
Podría pensarse que existe una potencial antinomia entre lo estableci-
do en el numeral 1º del artículo 194 y el artículo 691, ambos del CPC, en
cuanto el primero dispone que se concederá el recurso de apelación en el
solo efecto devolutivo tratándose de las resoluciones dictadas contra, el
demandado en los sumarios; en tanto la segunda disposición ordena que la
apelación de la sentencia definitiva debe concederse en ambos efectos, se
dicte o no en contra del demandado, dado que no ~istingue. Pero ello no es
tal, como se dirá.
En efecto, si se aplicara la regla general del artículo 194 Nº 1 (ubicada
en el Libro I, relativa a las disposiciones comunes a todo procedimiento),
la apelación del demandado tendría que concederse en el solo efecto de-
volutivo; en cambio, si se aplica la regla especial del artículo 691 del CPC
(ubicada en el Libro III de los juicios especiales), implica que debe conce-
derse, en todo caso, en ambos eff;i!ºs por el principio de especialidad de-
.rivado del aiiículo 691, como regla especial, frente al artículo 194 Nº l297,

297 En el mismo sentido, C.-'.S.-\RINO (2012), p. 36. En sentido contrario, CoRTEZ (2018),
p. 179.

Ca\PÍTULO IV: EL RECLRSO OL .-IPEL.-IC!ÓN

Págs. 117 - 300


252 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

disposición general. Todo ello trae como consecuencia que, en tanto no se


falle el recurso, el procedimiento queda paralizado y no se puede pedir la
ejecución provisional de la sentencia.
Sin embargo, desde un punto de vista del léxico, debe tenerse presente
que el artículo 194 hace referencia a un término genérico "las resolucio-
nes" dictadas en contra del demandado en los juicios sumarios; no existe
mención expresa a que se trate de "sentencias definitivas".
En cualquier caso, de existir la aparente antinomia o contradicción en-
tre las normas referidas, su solución se verifica por el principio de especia-
lidad298 ("!ex specialis derogat generali") en aquella parte en que resultan
incompatibles de modo que la concesión de la apelación de la sentencia
definitiva se concederá en ambos efectos, sea que recu~ra de la sentencia
definitiva la parte demandante o la parte demandada (ex art. 13 del CC)299,
porque el artículo 691 es una regla establecida específicamente para la sus-
tanciación del juicio sumario 300 y, como tal, prevalece sobre el artículo 194
Nº 1 del CPC.

B) Tramitación

La tramitación del recurso de apelación se ajustará en todo caso a las


reglas de los incidentes (art. 691, in fine, del CPC); esto es, de acuerdo
con las reglas generales y, en definitiva, el tribunal de alzada -declarada
admisible la apelación, en su oportunidad- dictará el decreto de "autos en
relación" (art. 214 del CPC).

298 En el sentido del texto, véanse SCA de Santiago, Rol Nº 2937-2015, de 7 de mayo de
2015; SCA de Santiago, de 17 de junio de 2004, RDJ, t. 1O1, sec. 2", p. 41; SCA de
Santiago, Rol Nº 4374-2004, de junio de 2004.
299 En informe solicitado por Oficio Nº 21-201 7, de 31 de enero de 201 7, del Senado a
la Excma. Corte Suprema, en relación con el Proyecto de Ley Nº 56-2016 (Boletín
Nº 11.038-2007) que pretendía modificar el artículo 691 del CPC para establecer que
el recurso de apelación de la sentencia fuera en el solo efecto devolutivo en los juicios
de comodato precario. El máximo tribunal encontró desacertada la propuesta y dejó en
claro que la apelación de la sentencia en juicio sumario, regla especial, y se concede
en ambos efectos, salvo que, concedida la apelación en esta forma, hayan de eludirse
sus resultados, cuestión que, por lo demás, era reconocida por el propio Senado, de ahí
la propuesta de modificación en el sentido indicado, es decir, de que la apelación sea
concedida en lo devolutivo.
300 SCA de Santiago, Rol Nº 2937-2015, de 7 de mayo de 2015.

C.\PÍTULO ]V: EL RECURSO DE APELACIÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOSPROCESA.LES
CIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 253

C) Competencia del tribunal de alzada

El tribunal superior tiene más competencia que la que tendría frente


a un recurso de apelación de un juicio ordinario de mayor cuantía frente
a la prohibición del artículo 160 del CPC, conforme al cual "las sentencias
se pronunciarán conforme al mérito del proceso y no podrán extenderse a
puntos que no hayan sido expresamente sometidos a juicio por las partes,
salvo en cuanto las leyes manden o permitan a los tribunales proceder
de oficio", y a lo dispuesto en el artículo 170 numeral 6º del mismo
Código, en cuanto las sentencias definitivas deben contener la decisión
del asunto controvertido, y que comprende las acciones y excepciones
hechas valer en el juicio, y solo pueden omitirse aquellas que sean in-
compatibles con la aceptada, so pena de que se incurra en un vicio de
casación en la forma (art. 768 Nº 5 en relación con el Nº 6 del art. 170,
ambos del CPC).
En el mismo contexto, el artículo 208 del CPC faculta al tribunal de
alzada ("podrá") a fallar las cuestiones ventiladas en primera instancia y
sobre las cuales no se haya pronunciado la sentencia apelada por ser in-
compatibles con lo resuelto en ella, sin que se requiera nuevo pronuncia-
miento del tribunal inferior.
Pues bien, todo lo dicho anteriormente pierde virtualidad frente al tenor
del artículo 692 del CPC, que otorga una competencia mayor al tribunal de
alzada, a solicitud de parte, para pronunciarse por vía de apelación sobre
todas las cuestiones que se hayan debatido en primera para ser falladas,
en definitiva, aun cuando no hayan sido resueltas en primera instancia
(art. 692 del CPC).
En caso de no existir esta disposición, como se dijo anteriormente, haría
posible la existencia de un vicio de nulidad formal por falta de decisión del
asunto controvertido, que puede ser declarado, incluso de oficio (casación
en la forma de oficio), por estar en presencia de un manifiesto vicio que
da lugar a la casación en la forma, sin perjuicio de que el tribunal superior
pueda ordenar al de la causa que complete la sentencia, dictando resolu-
ción sobre el punto omitido, y en~anto se suspenderá el fallo del recurso
(art. 775 inc. 2º del CPC).
Por consiguiente, para aplicar lo dispuesto en la disposición legal del
artículo 692 del CPC se requiere: a) que la cuestión de que se trate haya

C.-\PÍTULO ]V: EL RECURSO OE .~PELACIÓN

Págs. !17 - 300


254 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

sido discutida en primera instancia para ser resuelta en la sentencia defini-


tiva; b) la sentencia no resolvió lo debatido por las partes y la sentencia fue
apelada, y c) que exista una petición concreta de la parte dirigida al tribunal
superior a fin de que la omisión sea subsanada y resuelta.
Pensamos que lo que se resuelva por el tribunal ad quem al fallar lo
omitido debe ser compatible con lo demás resuelto en la sentencia, de
acuerdo con lo que prescribe el artículo 208 del CPC, sin que se requiera
nuevo pronunciamiento del tribunal inferior, ya que se trata de una dispo-
sición legal de aplicación general.

17.10. El recurso de apelación en los juicios de menor cuantía

El régimen jurídico del juicio de menor cuantía se encuentra regulado


en el Título XIV del Libro III del CPC, en los artículos 698 y 702.
Sin pe1juicio de la procedencia del recurso de apelación, también pro-
cede el recurso de casación en la forma, en contra de la sentencia de pri-
mera instancia, de acuerdo con las reglas generales (arts. 795, 797, 798,
799) respecto de la sentencia de primera instancia, y, en cuanto a la de
segunda instancia (arts. 800 y 803), el recurso de casación en el fondo
(art. 767 del CPC).

A) Efecto diferido de la generalidad de las apelaciones inter-


puestas en el curso del procedimiento

Conforme al numeral 7° del artículo 698 del CPC, deducida la apelación


contra la generalidad de las resoluciones "el juez tendrá por interpuesto el
recurso para después de la sentencia que ponga término al juicio".
En otras palabras, a la interposición del recurso el tribunal dictará la
siguiente providencia (nomenclatura de mero trámite), a saber: "Téngase
presente y reitérese en su op01iunidad". Se trata de un "mero anuncio del
recurso" 301 .
En cambio, el pronunciamiento sobre la admisibilidad ( concederlo o
denegarlo) será resuelto por el tribunal ( con la nomenclatura de apelación

301 STOEHREL y Mu>1oz (1949), p. 9.

C,PiTLLO !V: [1. RLCURSO DF, .WLUCIÓN

Págs. /17 - 300


RECURSOSPROCES.-\LESCIVILES.DOCTRIN..\ Y JUR!SPRUDENCI..\ 255

de incidentes), la cual queda supeditada, en todo caso, a la carga de reite-


ración del recurso con posterioridad.
En efecto, ello significa que el apelante debe reproducir el recurso de
apelación dentro de los cinco días subsiguientes al de la notificación de la
sentencia, y, en vi1iud de esta reiteración, lo concederá el tribunal.
A contrario sensu, si no cumple con el imperativo de su propio interés
de reiterar y reproducir el recurso dentro del plazo indicado, el tribunal no
podrá concederlo; por el contrario, será inadmitido o rechazado.
En suma, con carácter general, todas las apelaciones interpuestas en
el curso del proceso, antes de la sentencia definitiva, provocan el efecto
diferido consistente en que el juez solo ha de tener presente la interposi-
ción del recurso para después de la sentencia definitiva, con el onus o la
carga procesal para el apelante de reproducirlo dentro de los cinco días
subsiguientes al de su notificación, y solo en virtud de dicha reiteración el
tribunal podrá concederlo (ati. 698 Nº 7 del CPC) o, en su caso, denegarlo
si no cumple con los requisitos formales exigidos por la ley, con carácter
general, respecto de toda apelación (art. 201 del CPC), a lo cual se anuda
como requisito de admisibilidad el que se verifique dentro del término in-
dicado la reiteración del recurso.
Es la concesión del recurso de apelación por patie del tribunal a qua,
si se da lugar a ella, la que permitirá que el tribunal ad quem adquiera
competencia para revisar lo apelado en virtud del efecto devolutivo y no el
téngase presente proveído a su interposición.

B) Excepción al régimen de apelación diferida incidental

Pues bien, se exceptúan del régimen de apelación diferida los relativos


a la competencia o inhabilidad del tribunal o incidentes sobre algún vicio
que anule el proceso, así como los relativos a los incidentes sobre medidas
prejudiciales o precautorias. En estos casos se sigue la regla general del
régimen jurídico de los recursos en cuanto al proveído de ellos, es decir, se
proveen y conceden "al tiempo de su interposición" (art. 698, in fine, del
CPC). ,_..
Lo mismo vale, mutatis mutandis, para la apelación de la sentencia defi-
nitiva de primera instancia; es decir, se sigue el régimen general: se provee
de inmediato.

C,ríTUl.O [V: EL RECURSO DE .·IPLL-\C:IÓN

Págs. 117 - 300


256 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYQ

C) Tramitación de la apelación de la sentencia definitiva en se-


gunda instancia

Las apelaciones deducidas en el curso de la causa que no fueron conce-


didas en el curso de la causa sino después de ser reiteradas dentro de quinto
día a contar de la notificación de la sentencia se verán conjuntamente con
la apelación de la sentencia definitiva (art. 699 inc. 1º del CPC). Se trata de
una acumulación de recursos, lo cual tiene mucho sentido, dado que todos
ellos inciden en una misma causa y, por consiguiente, se verán conjunta-
mente en una misma sala.
Pues bien, aunque la ley no lo estableciera, igualmente, de acuerdo con
lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 66 del COT, dicha acumulación
puede decretarse de oficio por el tribunal de alzada, sin pe1juicio del dere-
cho de las partes a solicitarlo.

D) ¿Cómo se tramita el recurso de apelación respecto de la sen-


tencia definitiva en segunda instancia?

De conformidad con lo establecido en el inciso 1º del artículo 699 del


CPC, la apelación de la sentencia definitiva se tramitará "como en los in-
cidentes", lo cual hoy en día carece de una significación especial3°2 , pues
respecto de todas las apelaciones que sean declaradas admisibles por el tri-
bunal superior se dictará el decreto de autos en relación y no en cuenta, que
rige respecto de "las demás resoluciones que no sean sentencias definitivas"
(inc. 1º del art. 199 del CPC), una vez declarada admisible, en forma previa.
Por consiguiente, si la causa se ve en cuenta y no previa vista de la cau-
sa, se producirá la nulidad fonnal de la sentencia dictada por la Corte de
Apelaciones por la causal del artículo 768 Nº 9 en relación con los nume-
rales 3º y 4º del artículo 800, ambos del CPC; esto es, por haberse omitido
una diligencia o trámite esencial en la segunda instancia (la citación para

302 En virtud de la Ley Nº 18.705, se eliminó el trámite de la expresión de agravios en se-


gunda instancia, por lo cual la referencia del artículo 699 del CPC, en cuanto dispone
que la apelación de la sentencia se tramitará como en los incidentes, carece de utilidad
práctica, pues su único objetivo era establecer que, en estos procedimientos, a diferen-
cia de la apelación de una sentencia definitiva en un juicio ordinario de mayor cuantía,
que era más demoroso, no se debía formular agravio, en el designio del legislador, en
dicho contexto normativo, ele no retardar las apelaciones de los juicios especiales que
requieren de mayor celeridad.

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE APEL\CIÓN

Págs. 117 - 300


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RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRJN..\.Y JURISPRUDENCIA '257

oír sentencia definitiva y la fijación de la causa en tabla para su vista, pre-


via relación).
En consecuencia, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 199 en rela-
ción con el artículo 213 del CPC, el conocimiento del recurso de apelación
interpuesto en contra de una sentencia definitiva de primera instancia en un
juicio de menor cuantía, y concedido, debe ser conocido por el tribunal ad
quem en relación o previa vista de la causa y no en cuenta.
En la vista de la causa los alegatos no podrán exceder de quince mi-
nutos, salvo que el tribunal acuerde prorrogar este tiempo hasta el doble
(art. 699, infine, del CPC). '
El tribunal ad quem destinará, por lo menos, un día de cada semana a la
vista preferente de estas causas (art. 701 del CPC).
La sentencia deberá dictarse dentro del plazo de quince días, contado
desde el término de la vista de la causa (art. 702 del CPC).

18. ÁDHESIÓN A LA APELACIÓN O APELACIÓN ADHESIVA

A continuación se revisará la adhesión a la apelación.

18.1. Concepto legal

La adhesión a la apelación tiene un concepto legal. Al respecto, el ar-


tículo 216 inciso 2° del CPC dispone:
"Adherirse a la apelación es pedir la refonna de la sentenciaapelada en la parte
que la estime gravosa el apelado".
Es la facultad de la paiie apelada que no apeló inicialmente, en tiempo
y forma, para pedir la reforma de la sentencia apelada en lo que la estime
gravosa para él y, como tal, debe cumplir con todos los requisitos que el
artículo 189 establece para el recurso de apelación en relación con el ar-
tículo 201, ambos del CPC, pues, si no los cumple, el' tribunal superior
o de alzada puede de oficio declarar inadmisible la adhesión a la apela-
ción (al respecto, véase sentenci~e la Corte de Apelaciones de Santiago,
Rol Nº 2925-2006, de 17 de enero de 2007).
Adherir a la apelación es utilizar el recurso de apelación deducido por la
parte contraria (apelante), que podría denominarse principal o inicial, para

C.\PÍTULO IV: fa. RECURSO DE ·\PF.l..-lCIÓN

Págs. 117 - 300


258 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

impugnar el contenido de la sentencia en la parte que le provoque agravio


o perjuicio al apelado (por ejemplo, si se acoge parcialmente una deman-
da). Este se encuentra ante la disyuntiva de recurrir o no de la sentencia 0
hacerlo solo cuando la parte contraria lo ha interpuesto; es decir, existe un
agravio para el apelado consentido inicialmente, pues normalmente es un
agravio parcial y no total a la espera de lo que haga la contrapmie, en caso
de que no apelara; pero si apela, lo que podría suponer un aumento del
agravio a su parte, se aprovecha la impugnación principal o inicial realiza-
da por la parte contraria, en el extremo o decisión que le resulte perjudicial
al apelado, deviniendo, a su vez, en apelante.
De lo dicho anterio1111entese infiere que la adhesión a la apelación es
una especialidad de la interposición y tramitación del recurso de apelación
inicial o principal, pues le sirve de apoyo o sopmie para que el apelado pue-
da, en dicho contexto, interponer, a su vez, su propia apelación adhesiva.
Entre nosotros, en términos simples, la adhesión a la apelación es la
apelación del apelado, que inicialmente no habría recurrido, en lo que le
resultaba parcialmente desfavorable o agraviante el contenido de la sen-
tencia dictada por el juez a qua a fin de obtener su revocación por el tribu-
nal superior en los extremos que le son desfavorables.
Todo ello se explica porque es posible que la parte que obtuvo, aunque
no totalmente lo pedido, puede estar dispuesta a asumir el gravamen que
significa no haber obtenido el ciento por ciento de lo pedido en la demanda
o, en su caso, en la contestación, pero solo a condición de que dicho grava-
men no sea incrementado con ocasión de la apelación que pueda deducir la
parte contraria, la cual, además, no arriesga un pe1juicio por la prohibición
de la reformatio in peius (reforma en pe1juicio), en cuanto el tribunal de al-
zada no puede empeorar la situación del único apelante, en los casos en que
no ha mediado apelación del adversario, pero sí puede agravar o empeorar
la del apelado. Para impedir dicho efecto se permite al apelado· adherir
posteriormente a la apelación inicial de la parte contraria, que ya había sido
presentada previamente. Es, en suma, el recurso de apelación interpuesto
por el apelado de manera posterior con plena autonomía.
La disposición contenida en el artículo 216 del CPC, que establece la
adhesión a la apelación, es una norma de naturaleza adjetiva, cuya supuesta
infracción no puede ser revisada por la vía de la nulidad de fondo 303 .

303 SCS Rol Nº 1653-2001, de 19 de julio de 200 l.

C~PÍTULO IV: EL RLCURSO LJL WEL.~CIÓN


Págs. ll 7 - JI)()
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRIN.-\Y JURISPRUDENCL-\ 259

18.2. Precisiones termin~lógicas

La literalidad de la expresión "adherirse" a la apelación a que se refiere


la referida disposición legal puede inducir a confusión, ya que pudiera pen-
sarse que se trata de coadyuvar o colaborar a los resultados que pretende
obtener el otro apelante principal. Y, precisamente, puede decirse que no es
una apelación adhesiva en los términos analizados, ya que no se pretende
colaborar con la apelación inicial, ni se funda en idénticas razones o causa
de pedir, y, desde luego, el petitum de ambas es diferente y en contradic-
ción por tener intereses contrapuestos.
Por ello, su significado, en consecuencia, es polisémico, lo cual, como
se ha señalado, no resulta acorde con la posición jurídica empleada por las
partes cuando se hace valer, en concreto, por el apelado, a fin de impugnar
el gravamen que le provocaba, en parte, la sentencia y cuyo resultado fue
inicialmente consentido, a la espera de que la otra parte no apelara, pero
que se activa a propósito de la apelación hecha valer por la otra parte (ape-
lación inicial), pues, de otro modo, lo no apelado por su parte quedaría con-
sentido y su pretensión desestimada adquiriría la autoridad de cosa juzgada
con claro pe1juicio para el apelado.
La adhesión a la apelación no es sino una expresión no muy precisa, pero
que se refiere, en definitiva, al modo de apelar, y se diferencia de la apela-
ción inicial o de origen tan solo en cuanto a la oportunidad de plantearla.
En definitiva, queda claro que no se trata de coadyuvar o adherir a lo
planteado por el apelante inicial o principal, lo cual resulta absurdo; más
bien, por el contrario, se trata de peticiones que van en contradicción con
lo afamado por la apelación principal o inicial: una quiere revocar; la otra,
confirmar, etc.
Pues bien, la adhesión a la apelación se encontraba regulada en la Ley
de Enjuiciamiento Civil española de 1881, en los mismos términos que la
nuestra; pero, debido a las mismas dificultades apuntadas, fue sustituida por
la LEC 1/2000de cuyo numeral 2° del artículo 461 se infiere que ya no es-
tablece la denominada adhesión a la apelación, sino que se sustituyó por "la
impugnación de la sentencia por ~en inicialmente no hubiere recurrido".
Se reconoce en dicha legislación el carácter autónomo o independiente,
ab initio, de dicho recurso o "impugnación", como se la denomina; no está
subordinada, en cuanto al tiempo, a la presentación de otra apelación.

C-\PÍTULO IV: Er. RECURSO DE .·\PELACIÓN

Págs. 117. 300


260 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

No es un recurso autónomo, ab initio, como el español, pues requiere


que se haya interpuesto una apelación inicial o principal, es decir, en cuan-
to a la tiempo u oportunidad de su interposición; sin embargo, en cuanto al
contenido de él se configura de manera autónoma, esto es, con los motivos
propios atinentes a los aspectos en los que la resolución recurrida pueda
resultar un gravamen o pe1juicio para el apelado.
En efecto, la adhesión a la apelación de la parte contraria, en cuanto al
contenido, debe entenderse como una nueva y autónoma apelación inter-
puesta por el apelado, independiente de la del apelante inicial o principal,
y, por tanto, no supone apoyo a las peticiones de la parte contraria, ya que
quien apela por adhesión contradice al otro apelante y procurará obtener la
revocación o modificación de la sentencia en aquellos aspectos o extremos
que le causan agravio, ya que la sentencia recurrida resulta parcialmente
desfavorable a ambas partes; desde otra perspectiva, existe un vencimiento
parcial y mutuo.
Es una forma de apelar, que se diferencia de la apelación en cuanto al
momento u oportunidad de formularla. El apelado, de este modo, al ad-
herir a la apelación contraria se convierte en un verdadero apelante. Cada
parte apela de lo que lo perjudica; una, a través de la primera apelación o
apelación principal o inicial; la segunda, a través de la apelación adhesiva.
Ambos recurrentes defienden intereses en presencia contrapuestos.
Es aplicable a nuestra realidad procesal lo dicho para el derecho espa-
ñol, en cuanto la adhesión al recurso de apelación se ha entendido siempre
como una especialidad relativa al momento de la interposición del recurso,
de modo que puede constituir un nuevo recurso de apelación de sentido
contrario al inicialmente interpuesto, por lo que incluso si el apelante ini-
cial desiste de su recurso el procedimiento debe continuar para la apelación
adhesiva 3° 4 .
En suma, la adhesión es, en definitiva, la oportunidad que la ley le otor-
ga al apelado para que, después de conocer la impugnación de su oponente,
pueda recurrir también él contra la sentencia en aquello que le sea perjudi-
cial, convirtiéndose en apelante adhesivo.

304 MONTERO y fLORS (2005), pp. 446-447.

C.·IPÍTULO ]V: EL RECURSO DE .~PLL.-ICIÓN

Págs. 117-300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 261

18.3. Finalidad de la adhesión a,la apelación

Su finalidad o propósito es que se revoque o modifique la sentencia en


la parte o extremo que le provoca gravamen, por no haber obtenido todo
lo que pretendía o por haber obtenido solo en parte, o sea, son los mismos
objetivos que se pretende con el recurso de apelación: "obtener del tribunal
superior que enmiende, con arreglo a derecho, la resolución del tribunal
inferior" (art. 186 del CPC). No se concede a la parte favorecida con la
sentencia, sino a la que resulte agraviada por la misma resolución, para
obtener del tribunal superior su revocación o enmienda.
La apelación adhesiva puede comprender el todo o patie de la senten-
cia. En el fondo, no existen diferencias a este respecto con el recurso de
apelación propiamente tal.
La adhesión a la apelación permite al principal vencedor de un juicio
esperar la decisión de la parte contraria para, a su vez, decidir si apela o no
de la misma sentencia en cuanto ella le cause algún agravio. Ello porque,
si bien, en principio, estaba por conformarse con el resultado aun cuando
no hubiera obtenido todo lo pedido, sin embargo, la decisión de no apelar
queda supeditada, tácticamente, a lo que haga la parte contraria. Así, si
ella apela, se podrá adherir con el fin no solo de defender la sentencia en
la parte que lo favoreció, sino, además, mejorar su posición ante el recurso
presentado por la contraparte y, de este modo, intentar obtener el 100 %
de lo pedido.
Así, la adhesión a la apelación permite a aquella parte que se ha con-
formado, en principio, con la sentencia, a pesar de no haber obtenido el
total de lo pretendido, pero al ver que la contraria apela, decide igualmen-
te adherir en la patie que le caµsa agravio, esto es, en aquella parte que
no obtuvo. Por ejemplo, se da lugar a una demanda de indemnización de
pe1juicios por $7.000.000, en circunstancias que se había demandado por
$10.000.000. El demandante, en principio, se conforma, a pesar de no
quedar completamente satisfecho a fin de evitar dilaciones; pero, como
la otra paiie apeló, entonces también decide apelar a fin de obtener los
$10.000.000 pedidos en la demanda. En suma, puede decirse que apela
porque el otro apeló. -..
De no mediar la adhesión, el apelado que no recurrió solo podría pedir,
únicamente, que se confirme la sentencia apelada por la otra parte, cuando
alegue la causa ante el tribunal ad quem.

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE .·\PEL.·\CIÓN

Págs. 117-300
262 IVÁN IIUNTERAMPUERO -EDINSON LARAAGUAYO

En efecto, si el principal vencedor no adhirió a la apelación, entonces


solo podrá instar por la confirmatoria de la sentencia de primer grado, esto
es, en el ejemplo, que se mantenga lo obtenido: la suma de $7.000.000. En
los alegatos, en la vista de la causa, no podrá pedir que se aumente la indem-
nización otorgada a otro monto superior. Ello solo es posible si ha adherido
a la apelación interpuesta por el apelante. En el ejemplo, por el demandado.
El apelante adhesivo reclama así lo desestimado por la sentencia de
primera instancia, y, al mismo tiempo, puede destruir los efectos de la "re-
formatio in peius" en pe1juicio del otro apelante.
En resumen, como señalan MosQUERA
y MATURANA:
"La adhesión es una institución que sólo juega en caso de que se hubiere pro-
nunciado una sentencia mixta, o sea, aquella que no ha acogido íntegramente la
pretensión de una u otra parte, o en que se han acogido pretensiones de ambas
partes, rechazando otras, de manera que las dos experimentan un pe1juicio con
su contenido. La adhesión pem1ite que una patie que obtuvo,un fallo que no
le es enteramente favorable se pueda confonnar con él, sin coner el riesgo de
que si la otra parte apela no pueda con posterioridad pedir también la refonna
de ese fallo. Si no existiera esta institución, nunca cabría la conformidad con el
fallo frente al riesgo de que la otra apelare" 3º5 .
En efecto, si el apelado por intermedio de la adhesión a la apelación
puede impugnar la sentencia en la parte que la estime gravosa a sus inte-
reses su impugnación nunca podrá ser total, sino ,parcial, desde, como se
ha señalado de manera autorizada, , no es posible que lo fallado le sea gra-
voso de manera total; de ahí el calificado de "sentencia mixta" desde que
siempre habrán aspectos que le favorezcan y en los cuales haya obtenido,
aunque sea de manera parcial, tanto para el apelante con\.o para el apelado.
Así, pues, no es dable pensar en una resolución judicial que sea gravosa
íntegramente, ya sea para el apelante o el apelado, ni tampoco que sea par-
cialmente gnwosa para el apelante y totalmente pe1judicial para el apelado.

18.4. Requisitos de la adhesión a la apelación

A mi parecer, son tres los presupuestos de procedencia de la apelación


adhesiva, a saber: a) que exista una apelación inicial o principal, interpues-

305 MosQUER.1 y M.1TuR ..\.N.1 (2010), p. 177.

C.\.PÍTULO l V: EL Rl'CURSO DE APEUCIÓN


Págs. 117-300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRJN..\ Y JURISPRUDENCIA 263

ta por la parte contraria, previa o pendiente; b) que la sentencia de primera


instancia cause agravios al inicialmente apelado, y c) que el apelado adhie-
ra a la apelación en la oportunidad legal prevista por la ley procesal.

A) Apelación previa

Es requisito esencial que al momento de interponerse la adhesión a la


apelación deba encontrarse vigente o pendiente un recurso de apelación
deducido por la parte contraria.
Por ello, si el apelante se había desistido en forma previa a la presen-
tación del escrito de adhesión a la apelación, entonces la adhesión será
declarada inadmisible por improcedente.
Con la Ley Nº 20.886 se introduce una nueva redacción a la disposición
legal citada, quedando el artículo 217, en su inciso final, de la siguiente
forma:
"La hora de presentación de las solicitudes de adhesión y de desistimiento se
registrará por el sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial, o por
el tribunal a través del timbre disponible ante el buzón dispuesto al efecto o
mediante la anotación del correspondiente ministro de fe en los casos excep-
cionales en que se permite la presentación de escritos en soporte papel".
Por consiguiente, no es necesario esperar a que se provean los mismos,
dado que basta su simple presentación; lo que importa es la hora de su pre-
sentación. Así, si el escrito de adhesión se presentó cinco minutos después
de presentado el desistimiento por el apelante principal, se ha de entender
que no existe apelación pendiente o vigente, y se preferirá el desistimiento
por sobre la adhesión del apelado, que será declarada inadmisible por ex-
temporánea.
Lo mismo valía, mutatis mutandis (cambiando lo que se deba cambiar),
como lo ha señalado la jurisprudencia, a la luz de la legislación procesal
anteriormente vigente, para los casos de deserción y prescripción de la
apelación que, igualmente, hacían improcedente la adhesión a la apelación,
comoquiera que eran formas de poner término al recurso de apelación.
En suma, en la actualidad, en ros casos de desistimiento del recurso de
apelación inicial, o cuya interposición ha sido declarada inadmisible, por
extemporánea, por falta de peticiones concretas o por falta de fundamentos
de hecho y de derecho, hacen que la adhesión interpuesta, a posteriori,

C..\PÍTULO IV: Et. RECURSO DE .\PEI ..-\CIÓN

Págs. 117 - 300


264 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

sea inadmisible por improcedente, ya que, en puridad de conceptos, no


existiría un recurso de apelación previo, vigente o pendiente. Lo mismo
vale, mutatis mutandis, para el caso de que aun si es declarada admisible
el apelante se desiste, y aún el apelado no ha adherido a la apelación con-
traria. Existe, pues, una especie de accesoriedad o dependencia en cuanto
al momento de interponerse la apelación adhesiva; es decir, se puede inter-
poner siempre y cuando, como se dijo anteriormente, exista una apelación
pendiente y vigente.
Por otra parte, si bien para adherir a la apelación se requiere de la exis-
tencia previa de un recurso de apelación vigente, una vez presentada, esta
adquiere vida propia y autónoma, no depende su vigencia de la del recurso
de apelación 306 .
Únicamente, la adhesión a la apelación se encuentra subordinada al re-
curso de apelación en lo relativo al momento procesal de su interposición,
ya que requiere de su existencia y vigencia para poder adherir.
En efecto, la Corte de Apelaciones de Santiago ha señalado que "la ad-
hesión requiere como presupuesto un recurso de apelación pendiente, pero
una vez materializado en el proceso adquiere vida propia, de modo que, si
la apelación termina por cualquier causal, no se afectará su existencia" 307 .

B) La sentencia recurrida de primer grado cause agravio~ a la


parte apelada

Sin agravio o perjuicio no habrá legitimación para interponer una apela-


ción adhesiva, ya que el agravio es la medida o causa jurídica qe la apela-
ción, como sucede y se exige con respecto a cualquier recurso de apelación
propiamente dicho.
Con todo, normalmente, dicho agravio consistirá en no haber obtenido
la satisfacción total de su pretensión expresada en la parte petitoria de la
demanda. Incluso, en la práctica, los litigantes adhieren a la apelación úni-
camente por las costas que no fueron otorgadas, a pesar de haberse acogido
la demanda.

306 V..\RELA(2006), pp. 187-193, especialmente, p. 188; MosQUERA


y M.\TURANA
(2010),
p. 180.
307 SCA de Santiago, Rol Nº 2436-1999, de 21 de agosto de 1999.

C..\PÍTLLO IV: EL RECURSO DE APEL.-\CIÓN


Págs. 117 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 265

Por consiguiente, el agravio o perjuicio, aunque no sea sustancial, en


términos cuantitativos, como en el ejemplo citado, legitima su interés en la
interposición de la apelación adhesiva o adhesión a la apelación. El agra-
vio es la medida de la apelación. Es necesario poner de manifiesto que la
sentencia contendrá unas partes favorables, parcialmente, al demandante,
y otras, al demandado. Ninguna ha obtenido el ciento por ciento de lo re-
clamado; es decir, la sentencia es desfavorable para ambas pmies del pro-
ceso, demandante y demandado. De no existir la adhesión a la apelación,
no quedaría otra opción que apelar directamente frente al agravio parcial
provocado por el rechazo parcial de la pretensión deducida o de las excep-
ciones, en su caso.
En este apartado debe señalarse que el escrito de adhesión a la apelación
debe cumplir con los mismos requisitos establecidos, con carácter general,
para recurrir de apelación ( arts. 189 y 201 del CPC), ya que la adhesión es
una verdadera y auténtica apelación que interpone el apelado, devenido en
un verdadero y propio apelante, pleno y autónomo, independientemente
del recurso interpuesto por el apelante inicial o principal.

C) Es necesario que la apelación adhesiva se formalice en tiem-


po (oportunamente) y forma ante el tribunal ad quem

Como indica el epígrafe, el apelado debe formalizar su adhesión a la


apelación contraria en forma oportuna ante el tribunal de segunda instan-
cia, única posibilidad en la actualidad.
Pues bien, la apelación adhesiva o adhesión a la apelación deberá inter-
ponerse en el1plazo fatal de cinco días contados desde la certificación en la
carpeta electrónica de la recepción de la comunicación del tribunal de pri-
mer grado, con asignación de rol o número de ingreso, de los antecedentes
remitidos para resolver la apelación inicial o principal (art. 197 del CPC),
y, por consiguiente, a patiir de la certificación de su ingreso en la Corte de
Apelaciones, y asignación de rol, el apelado podrá, de modo tempestivo y
oportuno, adherir a la apelación contraria ante el referido tribunal ad quem.
En efecto, la nueva regulación de tramitación digital de los procedi-
mientos electrónicos, que sustituy~l aiiículo 21 7, en su inciso 1º dispone:
"La adhesión a la apelación puede efectuarse en segunda instancia dentro
del plazo de cinco días desde la fecha de la certificación a la que se refiere
el artículo 200. El escrito de adhesión a la apelación deberá cumplir con los

CAPÍTULO !V: fa. RECURSO DE s\PEL\CIÓN

Págs.117-300
266 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYQ

requisitos que establece el artículo 189. Se apEcará a la adhesión a la apelación


lo dispuesto en el artículo 201 ".
En otras palabras, la adhesión podrá realizarse vía electrónica· al tribu-
nal de alzada, el que certificará en la carpeta electrónica su recepción y su
fecha. Desaparece la adhesión de primera instancia, atendido a que, con la
reforma digital, precisamente, la apelación principal se realizará de manera
digital; la remisión del expediente o compulsas, de la misma manera, sin
soporte papel, y a la velocidad de dichas comunicaciones.
Se refuerza así la derogación del principio de preclusión, al permitirse
una posterior apelación adhesiva, una vez que ya había vencido el plazo 0
término para apelar, atendido a que se había conformado inicialmente de la
sentencia que lo perjudicaba de manera parcial, solo condicionado a que la
otra parte hubiere apelado en tiempo y forma.
La preclusión del plazo para apelar rige para el recurso de apelación
inicial o principal, pero no para la apelación adhesiva en los extremos que
repute gravosos, permitiéndose así al apelado aprovechar la oportunidad
que le confiere el recurso de la paiie contraria para impugnar, a su vez,
aquella parte resolutiva de la sentencia que le resulta parcialmente des-
favorable o perjudicial, no obstante haber precluido el término legal para
apelar por su parte.
En suma, el dies a quo del inicio del cómputo del plazo fatal para ape-
lar, desde la notificación de la resolución que se impugna (atis. 1,89y 190
del CPC), rige para el apelante, no para el apelado.
Con la reforma introducida por la Ley Nº 20.886, en el artículo 217 del
CPC citado, queda más evidente la derogación del principio de preclusión,
toda vez c¡ue la adhesión a la apelación solo puede realizarse en segunda
instancia, en el plazo de cinco días contados desde la ce1iificación en la
carpeta electrónica de la recepción del recurso de apelación principal. No
se puede realizar en primera instancia, como acontecía con la legislación
anteriom1ente vigente, como ya se sefí.aló.

18.5. Forma de la apelación adhesiva

La adhesión a la apelación debe interponerse por escrito, de forma elec-


trónica, a través del sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial,
y deberá contener los fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya,

C,PÍTULO ]V; EL RECURSO DE .-\PEL.-\CIÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOSPROCES..\LES CIVILES.DOCTRJN..\ Y JURISPRUDENCIA 267

así como las correspondientes peticiones concretas que se someterán a la


decisión del tribunal.
En otras palabras, se debe cumplir con todos los requisitos d~l artículo
189, según expresa remisión del inciso 2º del artículo 217, ambos del CPC,
como se ha indicado.
Se ha dicho que peticiones concretas son "aquellas peticiones o de-
mandas que se someten a conocimiento del tribunal de alzada con toda
precisión y claridad y a las que se considera acreedora la parte que las for-
mula. Para que una petición sea concreta debe cumplirse con las siguientes
exigencias copulativas: a) que se solicite la revocación, modificación o
enmienda del fallo apelado; y b) que se indique clara y determinadamente
la decisión o decisiones que el tribunal debe dictar en su reemplazo". Así,
"las peticiones que el apelado adherente de apelación solicita del tribunal
de alzada delimitan, precisamente, el ámbito de su competencia, por lo que
sin ellas no es posible conocer de la adhesión a la apelación interpuesta, ya
que el tribunal ad quem no tiene cómo saber en qué sentido debe resolver"
(sentencia de la Corte de Apelaciones de Concepción de 24 de abril de
2015, rol Nº 1941-2014). Véase, asimismo, Sentencia de la Corte de Ape-
laciones de San Miguel de 4 de enero de 1996, rol Nº 603-1995 en cuanto
define lo que es petición concreta "la precisión de qué decisiones del fallo
apelado han de ser revocadas o modificadas, máxime si la sentencia acogió
parcialmente una pretensión".
En suma, la adhesión da origen a una verdadera y propia apelación dis-
tinta e independiente de la originaria interpuesta por el apelante principal
en cuanto a las cuestiones que puedan plantearse, con arreglo a sus funda-
mentos de hecho y de derecho que hubiere formulado en primera instancia,
ya como demandante o demandado, y sobre la base de la prueba aportada
al proceso.
En el antiguo derecho procesal "podía el apelado adherirse en estrados,
cuando no procedía el trámite de la expresión de agravios". Ello se eliminó
en la refom1a del CPC de 1893, y, como se decía en el Mensaje, se hizo
"para evitar toda sorpresa al adversario" 3º8 .
-~

Una vez presentada la adhesión a la apelación se realizará el corres-


pondiente examen de admisibilidad como si se tratara de un recurso de

308 8L.\NCJ-ll(1934), pp. 15-29, especialmente, p. 22.

C.-\PÍTULO ]V: Ei. RLCL'RSO DE APEL.-\CIÓN

Págs. /17 • 300


268 IVÁN HUNTERAMPUERO-EDINSON LARAAGUAYo

apelación. Así, si no se cumplen con los requisitos indicados anterior-


mente, o la adhesión no se interpuso dentro de plazo, en segunda instan-
cia, podrá ser declarada inadmisible, de oficio, como si se tratara de una
genuina apelación. Se aplican, a su respecto, los artículos 200 y 201 del
CPC.
En caso contrario, si es admisible, se proveerá "téngasele por adheri-
do", y así tanto la apelación inicial o principal como la apelación adhesiva
serán tramitadas conjuntamente en un mismo procedimiento.
He dicho qu~ una vez interpuesta la adhesión a la apelación de la
parte contraria adquiere vida independiente y autónoma, y, como tal, se
puede solicitar la reforma de todo o parte del contenido de la sentencia de
primera instancia, y debe tramitarse con independencia de la apelación
principal, sin pe1juicio de que deban resolverse ambos en una misma
sentencia.
En efecto, la posibilidad de acumulación de recursos la contempla el ar-
tículo 66 inciso 3º del COT, en lo pertinente, el cual dispone que en el caso
de que ante una misma Corte de Apelaciones se encuentren pendientes dis-
tintos recursos de carácter jurisdiccional que incidan en una misma causa,
cualquiera sea su naturaleza, estos deberán acumularse y verse conjunta y
simultáneamente en una misma sala. La acumulación deberá hacerse de
oficio, sin pe1juicio del derecho de las partes a requerir el cumplimiento
de esta norma.
En el supuesto de que el tribunal de alzada no se pronunciara respecto
de la adhesión a la apelación, sino, únicamente, en cuanto a la apelación
inicial o principal, incurrirá en el vicio de casación en la forma establecido
en el artículo 768 Nº 5 del CPC en relación con lo prevenido en el número
6° del artículo 170 precedentemente citado, lo que conducirá a la anulación
del fallo recurrido y la correspondiente sentencia de reemplazo por parte
de la Excma. C01te Suprema ( al respecto, véase la sentencia de la C01te
Suprema, Rol Nº 3030-2015, de 23 de noviembre de 2015).

18.6. ¿Quién está legitimado para adherir a la apelación?

Puede adherir a la apelación todo litigante que tenga la calidad de ini-


cialmente apelado. Se trata de la parte adversaria o contraparte del apelan-
te principal, a quien la sentencia le ha resultado, asimismo, parcialmente

CAPÍTLLO IV: fa RECURSO DE .-IPELACIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 269

desfavorable, pues de otro modo podría haber recurrido de modo principal


y no por la vía de la apelación adhesiva.
Para ser apelado es necesario que se haya presentado un recurso de
apelación en contra de una resolución judicial por un sujeto denominado
apelante, que puede ser el demandante o el demandado. Por ejemplo, si es
el demandante quien recurrió de apelación en contra de una sentencia de-
finitiva, entonces él tendrá la calidad de apelante. En dicho supuesto, será
apelado el demandado, que, hasta ese momento, no ha recurrido.
Por otra parte, el apelado puede estar conformado no solo por las partes
principales, esto es, demandante y demandado, sino, además, por los terce-
ros que se hayan hecho patie en primera instancia, conforme a los artículos
16, 22 y 23 del CPC 309, por tener un interés actual en sus resultados y, desde
l1,1ego,se hayan admitido al proceso como tales.
Se ha resuelto que el que no ha sido parte en primera instancia no pue-
de adherir a la apelación deducida por alguno de los litigantes, pues solo
puede adherir el apelado 31 º.
En definitiva, como lo ha señalado la Corte Suprema, "el adherimiento
a la apelación sólo procede a favor del apelado o del que no ha apelado, y
no del apelante cuyo recurso se ha declarado prescrito o desierto o del cual
se ha desistido" 311 .
En el caso de litisconsorcio, activo o pasivo, esto es, cuando en un pro-
ceso concurren varias personas actúan en una misma posición de parte,
como demandantes o como demandados, no solamente pueden adherir a la
apelación la contraparte del que dedujo el recurso, sino también los coliti-
gantes o litisconsortes del mismo 312 .

309 Espinosa considera que, a pesar de que existen fallos que han declarado que no pue-
den adherir a la apelación los terceros que no han litigado en primera instancia, en su
concepto, ello es legalmente posible "porque si los artículos 22 y 23, en relación con
el a11ículo 16, los facultan para adherirse a él, tanto más cuanto que bien pudieron no
haber interpuesto apelación en la esperanza de que la parte contraria tampoco lo inter-
pusiera, acatando el fallo desfavorable". EsrtNOSA(1985), p. 58.
310 ses de 2 de agosto de 1913, en Gc•k1 de los Tribunales Nº 679, de 1913, segundo
semestre, p. 2183.
311 ses Rol Nº 3705-2001, de 20 de octubre de 2001.
312 ses de 7 de mayo de 1921, en Gaceta de los Tribunales Nº 39, de 1921, primer semes-
tre, p. 210.

CAPÍTULO !V: EL RECURSO DE .-\PEL..\CIÓcl

Págs. 1J7 300


270 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYo

18.7. Naturaleza jurídica

Algunos autores y cierta jurisprudencia antigua planteaban que la adhe-


sión a la apelación era una apelación accesoria, de modo que debía seguir
la suerte de la principal, de manera que si la apelación principal caducaba
por consiguiente, igualmente expiraba la adhesión. '

Así, por ejemplo, BIANCHI decía:


"La adhesión requiere imprescindiblemente que exista una apelación a la cual
se une el nuevo recurso. Nada puede adherirse a lo que no existe [ ... ). No
es, por tanto, desacertado el nombre que se ha dado a este recurso en nuestra
legislación, ya que él implica la existencia del recurso en que se injerta la
adhesión [ ... ] Por definición queda así establecida la necesidad de un recur-
so de alzada al cual se une el del apelado. Aquel es, por lo tanto, apelación
principal, y éste, accesoria [... ]. Para ~ubsistir necesita también que viva la
apelación principal [ ... ]. Si se extingue la apelación principal, perece también
la adhesiva" 313 .
En la actualidad, se la considera una apelación propiamente dicha, esto
es, un nuevo y propio recurso, subordinado temporalmente al interpues-
to por el apelante principal, en virtud del cual el apelado, aprovechando
la oportunidad que le brinda la impugnación realizada por la otra parte,
recurre en contra de la sentencia en la pmie, o extremos, que le causan
agravio 314 • Así, pues, la adhesión a la apelación no se ve perjudicada por el
desistimiento de la apelación principal realizada por el inicialmente ape-
lante, precisamente, por ser un recurso independiente o autónomo, si bien
en su origen requiere de la existencia de un recurso de apelación pendiente
al cual se pueda adherir el apelado.
La Ley Nº l 8;705 innovó profundamente en el sistema de la adhesión
a la apelación, al reformar los artículos 216 a 219 del CPC. Antes de la
referida reforma al CPC existía discusión doctrinal y jurisprudencia! en
torno a la naturaleza jurídica de la adhesión a la apelación. Y en tal sentido,
se consideraba a la adhesión a la apelación como accesoria del recurso
de apelación principal3 15, de modo que se decía que lo accesorio seguía

313 Br.~NCHI (1933), pp. 24-25.


314 Entre otros, véanse PIEDRABUEN.\ (1999), p. 149; C.ISARJNO (2008), p. 147, y MUÑOZ
(2009), pp. 205 y 21 O.
315 fü.lNCHI (1933), pp. 24-25.

C.,PÍTULO ]V: fa. RECURSO DE ..\PEUCIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 271

la sue1te de lo principal. Sin embargo, ya existían voces que la estimaban


como un recurso independiente, con vida propia 316 .
A mi parecer, la adhesión a la apelación se trata de un nuevo y propio
recurso, subordinado temporalmente al interpuesto por el apelante principal,
en cuya vütud el apelado, aprovechando la impugnación realizada por la par-
te contraria, recurre en contra de la resolución judicial respecto del contenido
o extremos que le son desfavorables y que, por lo mismo, le causan agravio.
Sería un verdadero recurso de apelación por quien inicialmente no hub,ie-
re recurrido. Así, cuando ello ocmrn, el apelado se convertirá en apelante con
plena autonomía e independencia del interpuesto por el apelante principal.
Por ello, se le exige que contenga fundamentos de hecho y de derecho y
peticiones concretas. Se aplican, asimismo, a su respecto, todas las reglas
de comparecencia ante el tribunal de apelación, tanto la sanción de inad-
misibilidad, en su caso, así como el desistimiento o la prescripción. Qué
duda cabe, entonces, que la adhesión a la apelación es un nuevo, verdadero
y autónomo recurso de apelación que debe resolverse con independencia
del resultado de la apelación principal, aunque interpuesto en un momento
posterior. Así, el apelado se convierte en verdadero apelante.
En este sentido, puede añadirse que la definición de la adhesión a la ape-
lación expresada en el inciso 2° del artículo 216 del CPC, en cuanto habilita
al impugnante a pedir la reforma de la sentencia apelada en la parte en que
la estime gravosa, no difiere de la definición del recurso de apelación del
artículo 186 del mismo Código, en cuanto tiene por objeto obtener del tri-
bunal superior respectivo que enmiende don arreglo a derecho la resolución
del inferior. Pues bien, no hay diferencias entre "enmendar" y "reformar"
utilizadas por ambas disposiciones legales, incluso en su significado natural
y obvio, y, desde luego, jurídico; es decir, permite pedir la revocación o
modificación de la sentencia impugnada en cuanto provoque un perjuicio o
agravio a la parte.
En la misma dirección de la autonomía de la apelación adhesiva lo pone
de manifiesto la necesidad de establecer "la hora de presentación de las
solicitudes de adhesión y de des~niento" ( art. 217, infine, del CPC) [én-
fasis añadido]; esto es, a fin de determinar cuál se presentó primero y si es
admisible o no la apelación adhesiva.

316 ESPINOS.~ (1985), p. 57.

C.\PÍTULO JV: fa. RECURSO De -\PEL.\CIÓN

Págs. 117 - 300


272 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYo

Así, pues, el desistimiento en hora posterior a la adhesión no la hace


inadmisible atendida su autonomía desde que, a la sazón, existía un recurso
pendiente, y la suerte de dicho recurso de apelación principal, si termina
por cualquier causal, no afecta, en modo alguno, a la pervivencia de la
apelación adhesiva. Afortunadamente, hoy en día existe consenso jurispru-
dencia! y doctrinal al respecto.
No está demás añadir como último argumento a favor de la autonomía
el hecho de que la adhesión a la apelación debe cumplir con todos los re-
quisitos propios de una apelación propiamente dicha, pues debe cumplir
con todos los requisitos del artículo 189 del CPC y está sujeta al trámite de
admisibilidad (arts. 201 y 217).
Por último, se hace necesario poner de manifiesto que la adhesión a la
apelación constituye una expresa derogación del principio de preclusión
en cuanto a la oportunidad para interponer el recurso de apelación, pues la
parte apelada no impugnó la sentencia dictada, consintiendo el gravamen
parcial que le causaba, dejando transcurrir el plazo para presentar su propia
apelación.
Con todo, ante la apelación contraria, aprovechando el cauce que le
otorga la ley, puede interponerlo con posterioridad, impugnando la senten-
cia que no recurrió anteriormente en el plazo legal, mediante la correspon-
diente adhesión a la apelación. Ello queda más patente con la regulación
legal vigente en cuanto necesariamente la adhesión solo puede formalizarse
ante el tribunal ad quem dentro del plazo de cinco días contados desde que
se certifica la recepción de la comunicación electrónica de los antecedentes
remitidos por el tribunal de primera instancia y con los cuales se fonna un
cuaderno electrónico para el conocimiento y fallo del recurso (arts. 197 y
200 del CPC); es decir, ya ni siquiera se puede adherir en primera instancia
como se autorizaba con la legislación anteriormente vigente, como se dijo
anteriormente (en el sentido del texto, véase sentencia de la Tercera Sala
de la Excma. Corte Suprema, Rol Nº 21280-2019, de 23 de enero de 2020).

18.8. Efectos de la adhesión a la apelación

Produce los mismos efectos que la apelación principal, pero, por otra
parte, presenta unas notas típicas o efectos concretos que resultan de la
interposición de una apelación adhesiva y se pueden concretar en dos: a) la

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE .·IPELACIÓN

Págs. 117 - 300


RfCURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRIN..\.Y JURISPRUDENCIA 273

ampliación del objeto del recurso de apelación y, por tanto, de ampliación


de la competencia para el tribunal ad quem, y b) se convierte al apelado
adherido en apelante, como si hubiere recurrido de manera autónoma o
independiente; a su vez, el apelante inicial o principal deviene en apelado
respecto del apelante por adhesión.
En efecto, en primer lugar, con la adhesión a la apelación de la pmie
contraria, se amplía la competencia del tribunal de alzada con las peticio-
nes que se formulen en la adhesión, en que la resolución impugnada pueda
resultar perjudicial para el apelado; además, de las formuladas por el recur-
so de apelación principal o inicial, con idéntica eficacia.
En el fondo, el tribunal ad quem deberá fallar dos apelaciones configu-
radas autónomamente, es decir, la del apelante inicial o principal, ,así como
la del apelante por adhesión, en relación con las materias propuestas por
ambos apelantes en el petitum de sus respectivas impugnaciones.
Se amplía de este modo, como efecto de la adhesión, el objeto del re-
curso en aquellos extremos propuestos por ambos recurrentes, el inicial y
el adhesivo interpuesto en un momento posterior, que le fueren perjudicia-
les, para hacer valer su concreta petición impugnatoria, autónoma, respec-
to de aquel gravamen inicialmente consentido, conforme a los fundamen-
tos de hecho y de derecho de las pretensiones o la resistencia formulada,
en su caso, que hubiere fo1mulado ante el tribunal a qua y sobre la base de
la prueba aportada por las partes, por regla general, en primera instancia.
Como adicional de la apelación adhesiva que se añade a la competencia
de la Corte en cuanto a sus peticiones concretas, anudada a lo pedido por
el apelante inicial, consiste en que no se podrá aplicar la prohibición de la
reformatio in peus, en cuanto, con carácter general, se impide al tribunal de
alzada agravar la sentencia apelada en perjuicio del único apelante. Ello no
rige, naturalmente, en presencia de dos apelaciones, la inicial y la adhesiva,
toda vez que el tribunal ad quem está facultado para agravar la condena
en el caso del apelante inicial, si se acogen las pretensiones del apelante
adherido o viceversa.
En segundo lugar, como segul\QQ.efecto de la adhesión a la apelación se
produce el efecto consistente en que convierte al adherente en un verdade-
ro apelante en cuanto a los aspectos que han sido objeto de la adhesión, por
lo cual el tribunal de alzada adquiere plenas facultades para conocer de las
peticiones formuladas en dicha adhesión.

CAPÍTULO !V: EL RECURSO DE .,PELACIÓ'-:

Págs. !I 7 - 300
274 IVÁN HUNTER AMPUERO - E DIN SON LARAAGUAYü

En efecto, el apelado se convierte en verdadero y propio apelante ("por


adhesión") con el objeto de sostener un recurso autónomo e independiente
del interpuesto por el apelante principal, con ilrreglo a los fundamentos de
hecho y de derecho y las peticiones formuladas al tribunal. Por eso, la ley
exige que la adhesión cumpla con todos los requisitos pr0pios del recurso
de apelación (véanse los arts. 186, 201 y 217 del CPC); es decir, se le apli-
ca el mismo régimen jurídico.
En suma, ambos recurrentes pasan a ser apelantes y apelados, respecti-
vamente, y se debe resolver la apelación adhesiva del mismo modo que si
se tratara de la apelación principal.
Así las cosas, en síntesis, el segundo efecto de la adhesión a la ape-
lación consiste en que la pmie inicialmente apelada también pasa a ser
apelante con la interposición de su adhesión a la apelación, en cuanto a los
aspectos que han sido objeto de su adhesión, como si hubiera recurrido de
modo autónomo o independiente, y el apelante principal o inicial, deviene,
a su vez, en apelado respecto de la adhesión o de la apelación por adhesión.

19. LA PRUEBA EN SEGUNDA INSTANCIA EN EL RECURSO DE APELACIÓN

Corresponde ahora examinar el régimen jurídico de la prueba en segun-


da instancia y la posibilidad de incorporar informes en derecho.

19.1. Por regla general no se admite prueba alguna

Como se ha señalado anteriormente, en nuestro sistema procesal civil la


apelación responde al sistema de apelación limitada o recurso de alzada,
pues "sólo es admisible la crítica de la resolución impugnada partiendo
de los mismos materiales de la prirrtera instancia, más algunos nuevos a
los que se excepciona la preclusión" 317 , de modo que solo puede ;volver a
juzgarse, en principio, con el mismo material probatorio introducido por
las pmies en la primera instancia. Esta es, sin embargo, una regla general y,
como tal, presenta excepciones.
En efecto, el artículo 207 inciso 1º del CPC dispone que en segunda
instancia no se admite prueba alguna.

317 ÜRTELLS (2007), p. 499.

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE .·\PELACIÓN

Púgs. 117 - 300


RECURSOSPROCES.-\LESCIVILES.DOCTRIN.-\.
Y JURISPRUDENCIA 275

19.2. Excepciones

Desde luego, el tribunal de alzada podrá decretar, de oficio, medidas


para mejor resolver de las que se enumeran en el artículo 159 del CPC y
disponer la apertura de un término de prueba si lo estima necesario para un
mejor acierto en la resolución que se dicte, y, en concreto, se regula expre-
samente que se podrá decretar la prueba testimonial: a) sobre hechos que
no figuren en la prueba rendida en autos, es decir, sobre hechos nuevos;
b) siempre que la testimonial no se ha podido aportar en primera instancia,
y c) que tales hechos sean considerados por el tribunal como estrictamente
necesarios para la acetiada resolución. En este caso, si concurren todos los
requisitos indicados, el tribunal de alzada deberá señalar determinadamen-
te los hechos sobre los cuales deba recaer y abrir un término especial de
prueba por el número de días que se fije prudencialmente y que no podrá
exceder de ocho días. La lista de testigos deberá presentarse dentro de
segundo día de notificada por el estado diario electrónico la resolución
respectiva (mi. 207 inc. 2º del CPC).
Siguiendo la regla general de que en segunda instancia no se admite
prueba alguna, la prueba pericial no puede pedirse por las partes en segun-
da instancia 318 .
Las partes pueden aportar únicamente las pruebas que se indican. A
saber:
1) Prueba documental. En primer lugar, se puede aportar la prueba
documental hasta antes de la vista de la causa (art. 348 del CPC); la
agregación de los que se presenten no suspenderá la vista de la cau-
sa, pero la causa no podrá fallarse sino una vez vencido el término
de la citación, cuando haya lugar a ella, so pena de incurrir en un
vicio de casación en la forma (ati. 768 Nº 9 del CPC).
En concordancia con la disposición legal citada, el numeral segun-
do del artículo 800 del CPC establece como trámite o diligencia
esencial en segunda instancia de los juicios de mayor o de menor
cuantía y en los juicios especiales, "la agregación de los instrumen-
tos presentados oportunm~¡1te por las partes con citación o bajo el
apercibimiento legal que corresponda respecto de aquélla contra la
cual se presentan".

318 SCS Rol Nº 12866-2015, de 21 de octubre de 2015.

C-\PÍTGLO IV: EL RECURSO Dlé .\PEL. \CIÓN

Págs. 117 • 300


276 IVÁN HUNTERAMPUERO - ED!NSON LARAAGUAYQ

Así, pues, si se falla por la corte la causa antes de que venza el pla-
zo de la citación o del apercibimiento, en su caso, la sentencia será
pasible del recurso de casación en la forma y, poi consiguiente, de
nulidad, por lo Clial deberá emitirse una nueva vista de,la causa con
nuevos integrantes de la sala respectiva, ya que los que'suscribieron
la sentencia indicada quedan inhabilitados, los cuale~ deberán emitir
una nueva sentencia de segunda instancia.
2) Prueba confesional. En segundo lugar, se puede solicitar por la parte
la prueba confesional provocada hasta antes de la vista de la causa
por una sola vez, pero si se alegan hechos nuevos durante el juicio,
podrá exigirse una vez más (art. 385 inciso final del CPC). Se debe
acompañar el pliego de posiciones y se ha de realizar oportunamente
la audiencia, y, para mayor seguridad, se ha de pedir por la parte la
suspensión de la vista de la causa, a menos que el tribunal, por re-
solución fundada, la estime estrictamente necesaria para la acertada
resolución de la causa (ati. 431 del CPC).
Pues bien, se ha resuelto que si no media este acto procesal fundante,
de naturaleza discrecional, el tribunal de alzada no queda obligado a
suspender la vista de la causa, ni a reiterar la diligencia como medi-
da para mejor resolver. No se incurría, por consiguiente, en un vicio
de nulidad formal del Nº 9 del artículo 768 del CPC, por no existir
omisión de un trámite esencial, si se dicta sentencia estando pen-
diente la realización de la audiencia de absolución de posiciones 319 .
En cualquier caso, con carácter general, si el tribunal ad quem decide,
por propia iniciativa probatoria, decretar la confesión judicial como
medida para mejor resolver, a su respecto no rigen las limitaciones
que afectan a las partes en cuanto solo pueden pedirla dos veces en
primera instancia y una vez en segunda, pero si se alegan hechos nue-
vos puede alegarse una vez más. Las medidas proceden aun cuando
las paites hayan agotado su derecho las veces que establece la ley,
pues el tribunal las decretará en interés de la justicia con absoluta
independencia de presuntos derechos adquiridos por las partes 320. Al
respecto, tendría que decretarse día y hora para la audiencia de rigor
.,

319 Véanse SCS Rol Nº 4068-2009, de 21 de marzo de 2011, y Rol Nº 9035-2012, de 28


de mayo de 2Ól3.
320 Así lo señala P1EDRABUEN\ (1960), pp. 93-94.

CAPÍTULO IV: fa. RECURSO DE ·IPEL.\CIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRJN.-\Y JURISPRUDENCIA 277

y disponer la notificación personal o por cédula, de acuerdo con lo


dispuesto en el artículo 48 del CPC, a todas las partes litigantes, ya
que se ordena la comparecencia de las partes. Las posiciones deben
ser redactadas por el tribunal, en concreto, por el ministro de turno a
cargo de la diligencia, las cuales se mantendrán en reserva en custo-
dia en una caja fuerte por el secretario del tribunal de alzada.
3) Excepciones mixtas o anómalas. Por último, se puede aportar prue-
ba respecto de su existencia, conforme a las normas de los inciden-
tes, en las excepciones perentorias de prescripción, cosa juzgada,
transacción y pago efectivo de la deuda 321 formuladas en segunda
instancia cuando estas se funden en antecedentes escritos, antes de
la vista de la causa, se tramitarán como incidentes, esto es, se con-
ferirá "traslado" a la otra parte, y si el tribunal estima que hay he-
chos sustanciales, pertinentes y controvertidos los recibirá a prueba
dictando la resolución correspondiente (art. 31 O del CPC) fijando
los puntos sobre que debe recaer y se notificará por el estado diario
electrónico. Eventualmente, las pattes podrían pedir reposición de
dicha resolución dentro de tercero día (ex art. 319 en concordancia
con el artículo 3º del CPC).
En definitiva, las paties podrán aportar en el término probatorio in-
cidental las pruebas de que dispongan a fin de acreditar su excepción
perentoria. Es el único caso en que en la segunda instancia se produ-
ce la apertura de un término probatorio, cuando se han opuesto antes
de la vista de la causa las referidas excepciones fundadas en hechos
impeditivos o extintivos, que de acreditarse, pondrán término a la
controversia planteada en la causa, pudiendo valerse de todos los
medios que la ley admite para probar dichas excepciones.
El tribunal se pronunciará sobre las excepciones planteadas en úni-
ca instancia (arts. 207 y 31O del CPC), lo que significa, como es
evidente, que lo que se resuelva al efecto no será susceptible del
recurso de apelación (improcedente, por regla general, respecto de

...
las resoluciones dictadas en segunda instancia) .

321 Se ha resuelto que el deudor puede enervar una acción resolutoria de acuerdo con
el artículo 31 O del CPC si se funda en un antecedente escrito y se opone antes de la
vista de la causa en segunda instancia. Hasta ese momento el deudor puede pagar.
SCS Rol Nº 3614-2008, de 31 de marzo de 2010.

C1riTULO !V: EL RECURSO DE .-\PLL..\CIÓN

Págs. IJ 7 - 300
278 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARA AGUAYo

En suma, en la segunda instancia la aportación de prueba es limitada.


La regla general es que no se admite prueba alguna, salvo los siguien-
tes casos, en cuanto a las partes: a) la prueba documental; fa prueba
confesional por una sola vez, a menos que se aleguen hechos nuevos·
c) la prueba de las excepciones mixtas o anómalas de prescripción,'
cosa juzgada, transacción y pago efectivo de la deuda; por último, el
tribunal ad quem puede decretar medidas para mejor resolver; dentro
de ellas, la prueba testimonial, siempre que las partes hagan presente
que tienen testigos, mediante una lista de ellos; de otro modo, el
tribunal no podría saberlo. Por último, cabe añadir que es posible
agregar en segunda instancia la prueba obtenida por exhorto.

19.3. Los informes en derecho en segunda instancia

Se suele estudiar los informes en derecho a propósito de la prueba que


se puede aportar en segunda instancia, lo que de suyo es una contradicción,
dado que en cuanto a su naturaleza jurídica la Corte Suprema ha señalado
que los informes en derecho no son medios de prueba, "porque las evi-
dencias o probanzas deben referirse o recaer sobre los hechos, eventos o
circunstancias fácticas de importancia en el proceso" 322 .
La verdad sea dicha, los informes en derecho son, en cuanto a su conte-
nido, un ejercicio de argumentación legal y no de prueba sobre los hechos
controvertidos o, por mejor decir, sobre las afirmaciones o enunciados so-
bre los hechos formulados por las partes. La controversia sobre una regla
o norma jurídica o el derecho no necesita de prueba, salvo, naturalmente,
el derecho extranjero, pero la prueba siempre debe versar sobre los he-
chos 323 , como ya se dijo. Así, pues, un informe en derecho no puede ser
considerada prueba documental, ni pericial, en el contexto de .un recurso
de apelación; en consecuencia, no cabe una impugnación documental de la
otra parte, sin petjuicio de hacer presente observaciones al informe por la
vía de un escrito: "téngase presente".
Por otra parte, desde la perspectiva del tribunal, si no puede calificarse
de medio de prueba, por consiguiente, no estaría obligado a hac~rse cargo

322 SCS de 7 de julio de 2005, RDJ, t. 102, sec. l", p. 550.


323 C.1s.~RINO (2008), p. 46; RODRÍGUEZ (2003), p. 93.

C.IPÍTUl.0 IV: EL RECURSO DE .-\PEL.-\C'IÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOS P~OCES.-\LES C[VfLES. DOCTR[NA Y JURfSPRUDENCL.\ 279

de las argumentaciones legales, ni darle un valor probatorio o ponderarlo,


y, por ello, no se incurrirá en un vicio de casación. En general, el informe
en derecho pretende reforzar o justificar mediante razonamientos jurídicos
la pretensión o excepción de la parte que lo presenta. Desde ese punto de
vista, pueden no ser completamente objetivos en sus apreciaciones, nece-
sariamente.
Por eso, se ha dicho también que son "verdaderos alegatos escritos so-
bre uno o más puntos de derecho que se ventilen en el pleito" 324 . Y, nor-
malmente, en sus conclusiones avalan la tesis fundamental planteada por
el demandante o, en su caso, del demandado, en casos novedosos o com-
plejos de difícil resolución, y son elaborados por juristas destacados o es-
pecializados en determinadas áreas específicas del derecho y pagados por
la misma parte que los presenta.
A petición de parte, los tribunales pueden pedir informes en derecho
228 del CPC), cuestión que en la práctica no sucede, sin olvidar que
( aii.
de por medio pueden mediar altos honorarios cuyo pago debería verificarse
antes de la emisión del informe, así como de la necesaria aceptación del
abogado que lo emite.
Por ello, son los abogados de las partes quienes de propia iniciativa
acompañan informes en derecho en apoyo a sus pretensiones, especial-
mente, cuando se está en presencia de causas de mucha relevancia econó-
mica, así como de complejidad jurídica.
El término para informar en derecho, en caso de solicitase, será el que
señale el tribunal, pero no puede exceder de 60 días, salvo acuerdo de las
partes (art. 229 del CPC).
Con arreglo al nuevo artículo 230 del CPC, "[l]os informes en derecho,
con las firmas del abogado y de la parte o de su procurador, y el certifica-
do a que se refiere el número 6° del miículo 372 del Código Orgánico de
Tribunales se agregarán a la carpeta electrónica para conocimiento de los
ministros"; esto es, corresponde a la función del relator "cotejar con los
procesos los informes en derecho, y anotar bajo su firma la conformidad o
disconformidad que notaren entrrn mérito de éstos y los hechos expuestos
en aquéllos".

324 BENWENTE (2004), p. 204.

C.-IPÍTULO JV: El. RECLRSO DE .WEUC'IÓN

Págs. 117-300
280 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYo

20. Los INCIDENTES EN SEGUNDA INSTANCIA

Del mismo modo que las incidencias pueden plantearse en primera ins-
tancia, como cuestiones accesorias que requieren de un pronunciamiento
especial, también pueden plantearse o promoverse ante el tribunal de ape-
lación. Se regula en los artículos 21 Oy 220 del CPC.
La primera disposición legal citada dispone:
"Las resoluciones que recaigan en los incidentes que se promuevan en segunda
instancia, se dictarán sólo por el tribunal de alzada y no serán apelables".
En otras palabras, dichas resoluciones se dictan por el tribunal de se-
gunda instancia en única instancia. En consecuencia, no es procedente a su
respecto el recurso de hecho 325 .
La segunda disposición legal citada establece:
"Las cuestiones accesorias que se susciten en el curso de la apelación, se fa-
llarán de plano por el tribunal, o se tramitarán como incidentes. En este último
caso, podrá también el tribunal fallarlas en cuenta u ordenar se traigan en rela-
ción los autos para resolver".
Se ha dicho de manera autorizada que se le ha dado mayores facultades
al tribunal de alzada el cual puede resolver de plano o como incidente, a
diferencia de las incidencias planteadas en primera instancia, en donde al
juez a qua "le es permitido resolver de plano un incidente sólo en los casos
expresamente determinados" 326 .
Cuando el incidente se ve en cuenta significa que la cuestión accesoria,
por ejemplo, el abandono del procedimiento o la nulidad de una notifica-
ción, esto es, el tribunal de alzada conoce del asunto con la sola cuenta del
relator, en la sala que corresponda (sin presencia de las partes o de sus abo-
gados, y sin alegatos), o bien se traen los autos en relación, esto es, previa
vista de la causa, conrelación y alegatos.
Por último, conviene sefialar que si bien las resoluciones que fallen in-
cidentes en segunda instancia se dictan en única instancia, esto es, no son
apelables (art. 210 del CPC), se contempla una excepción en el inciso 2º
del artículo 209 del CPC, a cuyo tenor:

325 SCS Rol Nº 124-1996, de 18 de marzo de 1996.


326 SALAS(2013), p. 165.

CAPÍTULO ]V: El. RECURSO DE .~PELACIÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOSPROCES.'.LESClV!LES.DOCTRIN.'.Y JURISPRUDENCIA 281

"Si en virtud de estas declaraciones [que por ley son obligatorias a los jueces,
aun cuando el fallo apelado no las contenga] se establece la incompetencia del
tribunal para entender en la cuestión sometida a su conocimiento, podrá ape-
larse de la resolución para ante el tribunal superior que corresponda, salvo que
la declaración sea hecha por la Corte Suprema".
Así, pues, la incompetencia declarada por una decisión de la Corte de
Apelaciones lo será como tribunal de primera instancia, y la Corte Supre-
ma actuará como tribunal de segunda instancia y el cual tendrá que conocer
y resolver dicha apelación, salvo que la declaración sea hecha por la Corte
Suprema.

21. ExrrNCIÓN DEL RECURSO DE APELACIÓN

Existen medios directos e indirectos de poner término al recurso de


apelación. Ahora serán analizados.

21.1. Medio directo, natural u ordinario: la sentencia definiti-


va de segunda instancia

El recurso de apelación terminará en forma ordinaria por la dictación


de la sentencia definitiva que se dicta en segunda instancia que revoca,
modifica o confirma la sentencia de primer grado, o la confirma con o sin
declaración (art. 170 del CPC), la cual se notificará por el estado diario
electrónico (art. 221 del CPC) y la cual debe observar una serie de exigen-
cias procesales y, especialmente, de la necesidad de cumplir con la garantía
de fundamentación o exigencia de motivación de la sentencia, así como
con el principio de congruencia al resolverse la cuestión controvertida so-
metida a la decisión del tribunal, en cuanto debe existir conformidad entre
la sentencia y las pretensiones objeto del proceso, más las excepciones en
cuanto delimitan dicho objeto (ex mi. 170 del CPC).
En efecto, el artículo 170 CPC dispone:
"Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segun-
da que modifiquen o revoquen e~su parte dispositiva las de otros tribunales,
contendrán:
1º. La designación precisa de las partes litigantes, su domicilio y profesión u
oficio;

C.-\PÍTULO ]V: EL RECURSO DE .WEL.-\CIÓN

Págs. /17 - 300


282 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYo

2°. La enunciación breve de las peticiones o acciones deducidas por el deman-


dante y sus fundamentos;
3º. Igual enunciación de las excepciones o defensas alegadas por el demandado;
4º. Las consideraciones de hecho o de derecho que sirven de fundamento a la
sentencia;
5º. La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad,
con arreglo a los cuales se pronuncie el fallo; y
6º. La decisión del asunto controvertido. Esta decisión deberá comprender todas
las acciones y excepciones que se hayan hecho valer en el juicio; pero podrá
omitirse la resolución de aquellas que sean incompatibles con las aceptadas".
Se distinguen en la sentencia tres partes formales, a saber:
a) La parte expositiva, que permite saber quiénes son las partes o ter-
ceros personados en el proceso, la causa de pedir y el objeto pedido,
las pretensiones y defensas o excepciones del demandado;
b) La parte considerativa donde se exponen por el juez las razones
de hecho y de derecho que sirven de fundamento a la sentencia.
En efecto, el juez debe precisar los hechos sobre los cuales versa la
discusión, con distinción de los que hayan sido reconocidos por las
partes y de aquellos respecto de los cuales haya versado la discu-
sión; los hechos que se encuentran justificados con arreglo a la ley,
y, como se dijo, los fundamentos que sirvan para estimarlos com-
probados, haciéndose la apreciación correspondiente de la prueba
conforme a las reglas legales, es decir, la prueba legal o tasada, o, en
el caso de la prueba pericial, de acuerdo a las reglas de la sana críti-
ca. Pues bien, establecidos los hechos, corresponde al juez realizar
los fundamentos de derecho., como segundo paso lógico, haciéndose
cargo de las pretensiones y excepciones hechas valer;
c) Por último, se encuentra la parte decisoria o resolutiva, indicando
de modo claro y preciso las acciones o excepciones que se acepten o
rechacen. Podrán omitirse las resoluciones de aquellas que fueren in-
compatibles con las aceptadas; en este caso, el tribunal deberá expo-
ner los motivos que hubiere tenido para considerarlas incompatibles.
Toda resolución, de cualquiera clase que sea, deberá expresar en letras
la fecha y el lugar en que se expida, y llevará al pie la firma electrónica
avanzada del juez o jueces que la dicten o intervengan en el acuerdo.

C-\PÍTULO [V; EL RECL!RSO DE -\PEL-\CIÓN


Págs. 117 300
RECURSOSPROCES.-\LESCIVILES.DOCTRIN.-\.
Y JURISPRUDENCI.-\. 283

Cuando después de acordada una resolución y siendo varios los jueces


se imposibiliten alguno de ellos para firmarla, bastará que se exprese esta
circunstancia en el mismo fallo (art. 169 del CPC).

A) Tipología de las sentencias

La sentencia definitiva de segunda instancia que recaerá sobre el recurso


de apelación puede ser: a) confirmatoria y b) revocatoria o modificatoria
de la de primera instancia; sus requisitos de forma se encuentran contem-
plados en el artículo 170 del CPC, como ya se indicó, en concordancia con
el Auto Acordado de la Corte Suprema sobre la forma de las sentencias de
30 de septiembre de 1920.

a. Sentencia confirmatoria
La sentencia de segunda instancia que confirma sin modificaciones la
de primera instancia no necesita cumplir ningún requisito de forma de los
indicados en el artículo 170 del CPC, si la sentencia de primera instancia
los contiene 327 . Por consiguiente, bastaría dar por reproducida la sentencia
de primer grado, con la sola declaración de que se confinna el fallo y la
resolución sobre las costas del recurso 328 . De acuerdo con su tenor literal
no se contiene la exigencia de motivación o fundamentación, a diferencia
de las sentencias modificatorias o revocatorias, como se examinará más
adelante, si existe unanimidad de pareceres en la decisión adoptada por la
Corte de Apelaciones.
Si no existe unanimidad, es interesante lo establecido sobre los modos
de formar el acuerdo el artículo 85 del COT, a cuyo tenor:
"Se entenderá terminado el acuerdo cuando se obtenga mayoría legal sobre la
parte resolutiva del fallo y sobre un fundamento, a lo menos, en apoyo de cada
uno de los puntos que dicho fallo comprenda. Obtenido este resultado, se re-
dactará la resolución por el ministro que el Tribunal señalare, el cual se ceñirá
estrictamente a lo acordado por la mayoría [ ... ]".

La disidencia obliga a argum~ar el voto de mayoría y el de minoría.

327 Sobre el deber de fundamentación de las sentencias, véase HuNTER (2007), pp. 239-24 7.
328 C!L-\IGNE.-\.U (2002), p. J J 5.

C..IPÍTULO ]V: EL RECURSO DL cli'LL.-\CIÓN

Págs. 117 300


284 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYQ

Por otra parte, el numeral doce del Auto Acordado de la Corte Suprema
sobre la fonna de las sentencias, de 30 de septiembre de 1920, en cuanto
en lo pertinente dispone:
"Las sentencias definitivas de segunda instancia, que confirmen sin modifica-
ción las de primera, se sujetarán a las reglas anteriormente expuestas, cuando
éstas no reúnan todos o algunos de los requisitos apuntados [... ]".
El problema que plantean dichas disposiciones legales es el de detenni-
nar si existe el deber de motivación de la sentencia por la circunstancia de
que la sentencia apelada las contenga.
Desde una perspectiva meramente formal, parecería que no sería necesa-
rio en la medida que la sentencia de primer grado las contuviera con lo cual
se cumpliría, por ejemplo, si se dan por reproducidos los considerandos de
dicho fallo, haciéndolos suyos la sentencia del tribunal de alzada, lo cual
traería como consecuencia una sentencia confinnatoria sin modificaciones.
Pero, por otra parte, si se considera que la segunda instancia comporta
un reexamen de lo impugnado por las paiies en relación con el gravamen fi-
jado en la parte petitoria del recurso o petitum ello implicaría, en puridad de
conceptos, hacerse cargo de la cuestión controvertida emitiendo un pronun-
ciamiento fundado o motivado de la decisión que se adopte, como derecho
del justiciable, así como se le exige a las partes la misma carga: de contener
fundamentos de hecho y de derecho (art. 196 del CPC), so pena de que el
recurso sea declarado inadmisible, incluso de oficio (art. 201 del CPC). Más
aún, si se tiene a la vista los numerales 4°, 5° y 6° del artículo 170 del CPC
confonne a lo pedido por las partes.
Para TARUFF0 329, "la motivación debe contener la justificació_n específi-
ca de todas las cuestiones de hecho y de derecho que constituyen el objeto
de la controversia, dado que sólo bajo esta condición se puede decir que la
motivación es idónea para hacer posible el control sobre las razones que
sustentan la validez y la aceptabilidad racional de la decisión".
Así, pues, la motivación no sería otra cosa que la justificación de la
decisión por medio de razonamientos o argumentos en relación de causa a
efecto, tanto en el establecimiento de los hechos como del derecho aplica-
ble. La argumentación que no cumpla con dichos parámetros no constitui-
ría propiamente motivación.

329 T.\RUFFO (2009), p. 522.

C.wiTULO ]V: EL RECURSO DE APELACIÓN


Págs. !17 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURJSPRUDENCIA 285

En definitiva, en puridad de conceptos, la sentencia definitiva no es-


taría exenta del deber de motivación para hacer posible el control de las
razones señaladas para justificar racionalmente la decisión que se adopte,
semejante al de un silogismo con premisas que conduzcan de modo causal
e indefectible a una determinada conclusión que resuelve el conflicto ju-
rídico sometido a la decisión del tribunal de alzada. Se puede justificar la
exigencia de motivación de la sentencia en los hechos y el derecho "como
expresión de la cláusula del justo y racional procedimiento consagrado
constitucionalmente" 330 .
A mi parecer, en consonancia con lo dicho anteriormente, las senten-
cias confirmatorias deberían contener, a lo menos, tres considerandos, del
siguiente tenor:
"Valdivia, veinticuatro de agosto de dos mil veinte.
Vistos:
Se reproduce la sentencia apelada, considerandos y citas legales.
Y teniendo, además, presente:
Prünero: ........................................................................................................... .

Segundo: ······i'··································································································
Tercero: ............................................................................................................ .
Por estas consideraciones, y lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, SE CONFIRMA la sentencia apelada de 1O
de septiembre de 2013, escrita de fojas 430 a 500. Regístrese y devuélvase.
Rol Nº 36728-2013".
Al final, la resolución lleva la firma electrónica avanzada de los minis-
tros que la dictaron autorizada por el secretario del tribunal.
Con mayor razón, si se va a confirmar la sentencia de primera instancia
y esta no cumple con todos o algunos de los requisitos del artículo 170
del CPC, entonces la sentencia confirmatoria de segunda instancia deberá

330 80RD\LÍ (2016), p. 211.


....
En Espafía, es un deber constitucional del juzgador (art. 120.3 de la Constitución Polí-
tica española), así como un derecho del justiciable a obtener una resolución fundada en
derecho, comprendido en el derecho a la tutela judicial efectiva (artículo 24 del texto
constitucional) y susceptible de ser defendido por la vía del amparo constitucional. Así
también se ha resuelto la SCS Rol Nº 1685-2009, de 18 ele agosto ele 201 O.

C.\PÍTULO !V: EL RECURSO DE .\PlL .\.CIÓ'!


Págs. /ll-300
286 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYo

cumplir con todos los requisitos de forma omitidos. Debe subsanarse y


completarse los requisitos omitidos en la sentencia de primer grado.
Si la sentencia no subsana la omisión hace suyo el vicio en que ha
incurrido la sentencia de primera instancia, y, por consiguiente, hace sus-
ceptible la sentencia de segunda instancia del vicio de casación en la fonna
del aiiículo 768 Nº 5 del CPC; esto es, "en haber sido pronunciada con
omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en el artículo 170".
Por otra parte, si el defecto que se advie1ie es la omisión de alguna ac-
ción o excepción que se haya hecho valer en el juicio, en tiempo y forma,
el tribunal superior podrá limitarse a ordenar al de la causa que complete
la sentencia, dictando la resolución sobre el punto omitido, y entretanto
suspenderá el fallo del recurso (aii. 775, in fine, del CPC), o bien casar de
oficio la sentencia cuando el vicio de que adolece de lugar pueda dar origen
a un recurso de casación en la forma (art. 775 inc. 1º del CPC).
En suma, el tribunal ad quem puede ordenar a completar la sentencia de
primera instancia que no cumple con todos los requisitos del artículo 170
del CPC o bien casar de oficio.

b. Sentencias modificatorias o revocatorias


Las sentencias definitivas de segunda instancia que modifiquen lo reso-
lutivo de tribunales de primer grado deben cumplir con los requisitos del
artículo 170 del CPC, es decir, deben contener una parte expositiva, consi-
derativa y resolutiva. Para ello se ha de tener presente el Auto A~ordado de
la Corte Suprema sobre la forma de las sentencias, de 30 de septiembre de
1920, que complementa la disposición legal citada y singulariza de manera
pormenorizada, clara y precisa, acerca de cómo debe llevarse a cabo por el
juez la redacción de la sentencia.
Pues bien, si la sentencia de primera instancia reúne dichos requisitos,
la de segunda que modifique o revoque no necesita consignar la exposición
de las circunstancias mencionadas en los números 1º, 2° y 3º del artículo
170 y bastará referirse a ella. A saber: a) la designación precisa de las par-
tes litigantes, su domicilio, profesión u oficio; b) la enunciación breve de
las peticiones o acciones deducidas por el demandante y sus fundamentos,
y c) igual enunciación de excepciones o defensas alegadas por el deman-
dado.

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE ~PEL-ICIÓN

Págs. 117-300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 287

La sentencia modificatoria de segunda instancia es aquella que debe


arreglar, cambiar o enmendar la de primera instancia, y en la cual se aco-
ge parcialmente lo pedido en el recurso de apelación, ya sea efectuando
agregaciones o supresiones a lo resuelto por el tribunal a quo. Aquí cobra
importancia el deber de motivación de la sentencia en su parte considera-
tiva en cuanto ellas conducirán como un silogismo a la modificación de
lo resuelto por el juez a quo. Si bien pueden quedar subsistentes algunas
consideraciones si no contradicen los fundamentos de la sentencia de alza-
da. Y, en definitiva, se reemplaza, en parte, lo resolutivo del fallo apelado.
Por ejemplo:
Vistos: [ ... ] Se confirma la sentencia apelada de cinco de enero de 2014, es-
crita de fojas 23 a 29, con declaración que se aumenta la indemnización·,,
de
Sl.000.000 a $5.000.000. Regístrese y devuélvase. Rol Nº 2456-2014.

La sentencia revocatoria, en cambio, es aquella que acoge en su inte-


gridad el recurso de apelación, dejando sin efecto lo resuelto en lo resolu-
tivo del fallo de primera instancia y suprimiendo los considerandos que les
sirvieron de fundamento, reemplazándolos por otros. Así, por ejemplo, la
parte resolutiva, dirá:
Vistos:[ ... ] Se revoca la sentencia apelada de fecha 2 de enero de 2014, escrita
de fojas 234 a 239, que acogió la demanda, y, en su lugar, se declara que se
rechaza la demanda interpuesta a fojas 1. Regístrese y archívese, en su opor-
tunidad. Rol Nº 2233-2014.

Pues bien, si la sentencia del juez a quo cumple con todos los requisitos,
se cambian las partes pe1tinentes de lo considerativo y resolutivo del fallo.
En este caso, se reproduce la sentencia apelada, sus considerandos y citas
legales; no es necesario que se indique la exposición de las circunstancias
mencionadas en los números 1º, 2º y 3° del artículo 170 del CPC, pues
basta con referirse a ellas (art. 170, in.fine, del CPC, y numeral 12 del Auto
Acordado de la Corte Suprema sobre la forma de las sentencias, de 30 de
septiembre de 1920). Además, deberá contener los demás requisitos exigi-
dos en los numerales 4º, 5° y 6° del artículo 170 del CPC.
Por el contrario, si la sentencia de primera instancia no cumple con to-
dos los requisitos, entonces se delfe'i1subsanar los defectos de la del juez a
quo, agregando lo que pueda faltar. En este caso, se debe consignar todas
las circunstancias exigidas por el artículo 170 del CPC, prescindiendo de
la sentencia revisada (art. 170 inc. 1º del CPC).

C.-\PÍTULO JV: EL RECURSO DE .·\PEL\CIÓN

Págs. 117 - 300


288 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYü

Por último, es necesario poner de manifiesto que la sentencia de se-


gunda instancia que modifica o revoca la de primer grado forma un solo
todo con ella331 de modo tal que si la sentencia de la Corte de Apelaciones
reproduce considerandos del fallo apelado, esto es, los hace suyos, y, por
tanto, entra en contradicción entre el fundamento reproducido y la decisión
que se adopta, o con los fundamentos expresados por la Corte, la sentencia
impugnada aparecerá desprovista del marco jurídico que permite arribar a
la conclusión que en ella se consigna. En otras palabras, se incurre en el
vicio de casación consistente en la/alta de consideraciones contemplada
en el artículo 768 Nº 5 en relación con los numerales 4 y 5 del artículo 170
del CPC y, por tanto, debe ser anulada 332 .
Así, pues, la contradicción en los fundamentos de la sentencia conduce
a que estos se destruyan recíprocamente y se anulen, por lo que el fallo
aparece desprovisto del marco jurídico que permite arribar a la decisión
en que en ellas se consigna 333 . La causal sanciona con la nulidad la falta
de consideraciones, pero no que estas sean insuficientes o equivocadas 334 .
En cualquier caso, la Corte de Apelaciones puede pronunciarse, en úni-
ca instancia, sobre cuestiones ventiladas en primera instancia y sobre las
cuales no se haya pronunciado la sentencia apelada por ser incompatible
con lo resuelto en ella, sin que requiera nuevo pronunciamiento del tribu-
nal de primera instancia (art. 208 del CPC).
En segundo lugar, y previa audiencia del fiscal judicial, podrá hacer de
oficio en su sentencia las declaraciones que por la ley son obligatorias a
los jueces aun cuando no hayan sido resueltas en el fallo apelado (art. 209
inc. 1º del CPC).
Por último, en el juicio sumario puede el tribunal de alzada fallar todas
las cuestiones que hayan sido debatidas en primera instancia, pero que no

331 Incurre en el vicio de omisión de consideraciones la sentencia de alzada que, no obs-


tante revocar la de primera instancia que acpgía la demanda, mantiene las considera-
ciones de aquellas que tenían por acreditado el fundamento de la acción, puesto que la
contradicción de consideraciones conduce a que se anulen y que, por consiguiente, la
sentencia carezca de ellas. ses de 5 de noviembre de 1969, RDJ, t. 66, sec. l ª, p. 269.
332 ses Rol Nº 3130-1998, de 5 de junio de 1998.
333 ses Rol Nº 5612-2005, de 29 de enero de 2007.
334 ses Rol Nº 21116-1987, de 3 de septiembre de 1987.

C..\PÍTULO ]V: EL RECURSO DE APEL.·\CIÓN


Págs. 117-300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 289

fueron resueltas en el fallo apelado (art. 692 del CPC), sin que se incurra
en un vicio de casación.
Las sentencias, confirmatorias, modificatorias o revocatorias, dictadas
por las Cortes de Apelaciones deben, además, emitir un pronunciamiento
sobre las costas.
Así, se debe condenar en costas a la parte que haya sido vencida com-
pletamente (art. 144 del CPC).
Sin embargo, no podrá condenarse en costas cuando se haya emitido,
por los jueces que concurran al fallo en un tribunal colegiado, uno o más
votos favorables a la parte que pierde la cuestión resuelta (art. 146 del
CPC).
Igualmente, podrá el tribunal de segunda instancia eximir de las costas
causadas en ella a la parte contra quien se dicte la sentencia, sea que man-
tenga o no las que en primera instancia se hayan impuesto, expresándose
en este caso los motivos especiales que autoricen la exención (ati. 146 del
CPC).
A modo de conclusión, puede decirse que formalmente las sentencias
simplemente confirmatorias no tienen el deber de fundamentación el cual
se entendería cumplido con reproducir los argumentos esgrimidos en la
sentencia apelada, y que el tribunal ad quem hace suyos (salvo que medie
un voto disidente el cual ha de ser debidamente fundamentado); en cambio,
como es más evidente, sí son plenamente necesarios los razonamientos
cuando el tribunal superior revoca o modifica el fallo de primer grado dado
que debe argumentar suficientemente para justificar su decisión al resolver
de un modo diferente a lo realizado por el juez a quo, sin perjuicio de que
pueda hacer suyos algunos argumentos expuestos en el fallo recurrido en
tanto no vaya en contradicción con los considerandos hechos valer por
la Corte, dado que ello daría origen a un vicio de casación en la forma
(aiis. 768 Nº 5 en relación con el aii. 170 Nº 4 del CPC); es decir, los consi-
derandos que se contradicen se anulan y se produce la falta de fundamentos
de hecho y de derecho que exige la ley, y que le sirven de sustento, como
deber de motivación, y ejercicio emtivo de la garantía de fundamentación
de la sentencia 335 .

335 Véase SCS Rol Nº 1685-2009, de 18 de agosto de 2010.

CwirnLO IV: EL RECURSO DE .·\PEUC!Ó:--i

Págs. I 17 • 300
290 JVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

B) Causa en estado de fallo

Una vez concluida la vista de la causa, esto es, cuando hayan concluido
los alegatos, la causa queda en estado de fallarse, y, al efecto, se podrá re-
solver de inmediato (art. 227 inc. 1º del CPC), o bien quedará en acuerdo
ante los mismos ministros que estuvieron presentes en la vista de la causa
(arts. 72 a 89 del COT). El relator de la causa debe certificar tal hecho.
Si el caso lo requiere, estando la causa en acuerdo, unánime, o por la
mayoría absoluta de votos conformes de los jueces que intervinieron en la
vista de la causa sobre la parte resolutiva del fallo y sobre su fundamenta-
ción (arts. 72, 77, 78, 79, 80, 84 y 85 del COT), y que se adopta de manera
privada antes de concretarse en la materialidad de la sentencia (primero
vota el ministro menos antiguo, y termina con el voto del presidente de la
sala). Cada sala representa a la corte en los asuntos de que conoce (art. 66
del COT).
Excepcionalmente, y atendida la complejidad del asunto sometido a la
decisión del tribunal de apelación, la causa puede quedar en estudio, con-
forme al artículo 82 del COT, a cuyo tenor:
"Cuando alguno de los miembros del tribunal necesite estudiar con más dete-
nimiento el asunto que va a fallarse, se suspenderá el debate y se' señalará, para
volver a la discusión y al acuerdo, un plazo que no exceda de treinta días, su va-
rios ministros hicieren la petición, y _dequince días cuando la hiciere uno solo".

Ello se justifica porque en casos complejos no es suficiente para resol-


ver la controversia la mera relación y los alegatos, y en la cual se ignora
qué decisión se adoptará por cada uno de los miembros de la sala que cono-
ció del asunto sometido a su decisión, así como la exigencia de la necesaria
y debida fundamentación de la decisión jurisdiccional.
En definitiva, la tramitación de un recurso de apelación declarado admi-
sible termina, con carácter general, con la dictación de la sentencia defini-
tiva de segunda instancia (arts. 170 y 171 del CPC) que confirma, modifica
o revoca la sentencia de primera instancia.

C) Las costas en la sentencia de segunda instancia

¿Quién ha de ser condenado al pago de las costas? La regla general se


establece en la primefa parte del artículo 144 del CPC, a cuyo tenor la paiie

C\PÍTULO IV: EL RECURSO DE .-\PEL~CIÓN

Págs. 117-300
RECURSOSPROCESALESCIVILES. DOCTRIN.-\Y JURISPRCDENCI..\ 291

que sea vencida totalmente en un juicio o en un incidente será condenada


al pago de las costas.
En cuanto al pronunciamiento del tribunal ad quem sobre las costas, el
artículo 145 del CPC dispone que podrá eximir de las costas causadas en
ella a la parte contra quien se dicte la sentencia, sea que mantenga o no las
que en primera instancia se hubieran impuesto, expresándose en este caso
los motivos especiales que autoricen la exención. Esta disposición legal
confiere al tribunal una facultad y no una obligación, aun cuando existan
los motivos especiales que la autoricen.
Sin embargo, esta norma se vincula y complementa con el artículo 146
del CPC, que establece de modo imperativo que la corte no puede conde-
nar al pago de las costas cuando se han emitido uno o más votos favorables
a la parte que pierde la cuestión resuelta. Esto podría reflejar la misma idea
de que el vencido ha tenido motivos plausibles para litigar (ex art. 144 del
CPC), si obtuvo un voto favorable, a pesar de que el voto de mayoría re-
sultó en sentido contrario.
La tasación de costas comprende las personales y las procesales. La
Corte de Apelaciones puede delegar la regulación de las costas persona-
les en uno de sus ministros; en el caso de las costas procesales útiles, en
el secretario (mi. 140 inc. 2º del CPC). Hecha la tasación de costas, ella
debe ser puesta en conocimiento de las partes (notificación por el estado
diario), y se tendrá por aprobada si ellas nada exponen dentro de tercero día
(art. 141 del CPC). Si se formulan objeciones, podrá el tribunal resolver de
plano o como incidente (art. 142 del CPC).

21.2. Medios indirectos de poner término a la apelación: de-


sistimiento y la declaración de inadmisibilidad del re-
curso de apelación
A continuación se hará una revisión de las principales formas de termi-
nación indirecta del recurso de apelación.

A) El desistimiento .,..

En atención a que la facultad o derecho de recurrir es de índole disposi-


tiva, la parte que ha interpuesto el recurso de apelación podrá desistirse de
la petición de reforma de la resolución judicial.

C-\PÍTULO IV: EL RECURSO OE .\PEUCIÓN


Págs. 117 - 300
292 IVÁN 1-IUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

a. Concepto
Es un acto procesal de parte por el cual se manifiesta de manera expresa
la voluntad de no continuar con el recurso de apelación que hubiere inter-
puesto en contra de una resolución judicial, en forma previa. En el caso de
tratarse de una sentencia definitiva, tiene la virtud de conve1iir en firme 0
ejecutoriada la misma, y, en su caso, producirá los efectos de la cosa juz-
gada material.

b. Procedencia
El legislador no regula el régimen jurídico del desistimien~o, pero se
refiere a él solo de modo indirecto.
En efecto, el párrafo final del artículo 217 del CPC dispone que "[e] n
las solicitudes de adhesión y desistimiento, se anotará por el secretario
del tribunal la hora en que se entreguen", o, como señala el mismo inciso
reformado por la Ley Nº 20.886, de acuerdo con su entrada en vigencia:
"La hora de presentación de las solicitudes de adhesión y de desistimiento se
registrará por el sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial, o por
el tribunal a través del timbre disponible en el buzón dispuesto al efecto o
mediante la anotación del con-espondiente ministro de fe en los casos excep-
cionales en que se permite la presentación de los escritos en sopmie papel".

Por lo mismo, debe plantearse por escrito, en soporte papel o electró-


nico, en su caso, sin más necesidad que la propia voluntad de desistirse
manifestada claramente. El desistimiento se resuelve de plano, accediendo
a él, esto es, sin necesidad de oír a la otra parte, ya que no existe una regu-
lación especial al efecto. Por lo demás, el apelado no será afectado por ello
(prohibición de la reformatio in peus).
Por su parte, el artículo 768 Nº 8 del CPC, en cuanto el recurso de
casación en la forma procede en contra de sentencia que "ha sido dada
en apelación legalmente declarada desierta, prescrita o desistida". Así se
reconoce la facultad de desistirse al apelante de modo indirecto, en cuanto
se establece que la sentencia dictada en apelación legalmente declarada
desistida es pasible del recurso de casación en la forma.
El desistimiento debe presentarse ante el órgano jurisdiccional que esté
sustanciando el procedimiento en el momento en que el desistimiento se

C.\PÍTULO ]V: EL RECURSO DE .,PEL\CIÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRJNAY JURJSPRUDENCL.\. 293

produce; esto es, en cualquier momento. Por ello, puede presentarse tanto
en primera como en segunda instancia.
La ley tampoco regula el límite temporal para desistirse por parte del
apelante. Estimo que es dable desistirse hasta antes de que recaiga senten-
cia definitiva que resuelva del recurso, esto es, hasta antes de que quede
firme la resolución respectiva, aun cuando la causa se encuentre en estado
de acuerdo 336. Por consiguiente, el desistimiento se puede efectuar, por re-
gla general, en cualquier momento, con el límite ya indicado.

c. Efectos del desistimiento


El desistimiento equivale a la conformidad con el contenido de la reso-
lución judicial impugnada, que devendrá, por tanto, firme o ejecutoriada,
produciendo los efectos propios de la cosa juzgada material o sustancial.
Produce el término del recurso de apelación y, por consiguiente, ya no
puede ser impugnada.
En otras palabras, deja firme o ejecutoriada la resolución apelada, si no
se hubieren interpuesto otros recursos o no fuere procedente, en su caso, la
consulta de la sentencia.
En efecto, en caso de ser varios los apelantes, si alguno de ellos se de-
sistiera, la resolución recurrida no devendrá firme o ejecutoriada en virtud
del desistimiento, aun cuando se tendrán por abandonadas las pretensiones
de impugnación que fueren exclusivas de quien se hubiere desistido. En
suma, los efectos del desistimiento de un apelante no se hacen extensivos
a los demás.
Lo mismo vale, mutatis mutandis, respecto de la existencia del apelado
que haya adherido a la apelación antes de la presentación del desistimiento
(art. 217 inc. 2º del CPC), por ser, en definitiva, un apelante más. No obs-
tante, la adhesión a la apelación es inadmisible desde el momento en que el
apelante ya hubiere desistido con anterioridad.
Con todo, si la Corte de Apelaciones prosiguiera por inadvertencia con
la tramitación del recurso, a pesar del desistimiento, y falla el recurso de
apelación, la sentencia que se dicf.S_..será
pasible del recurso de casación en
la forma de acuerdo con la causal del número 8º del artículo 768 del CPC,
es decir, "en haber sido dada en apelación legalmente declarada desistida".

336 En el sentido del texto, BEN ..\.VENTE (2004), p. 187.

C.-\PÍTULO ]V: EL RECURSO DE ·\PELACIÓN

Págs. 117 - 300


294 IVÁN 1-IUNTERAMPUERO -EDINSON LARAAGUAYü

B) Inadmisibilidad del recurso de apelación

Las causales de inadmisibilidad del recurso de apelación que, por ello


ponen término al mismo son las siguientes: a) por extemporaneidad, es'
decir, por haberse interpuesto fuera de plazo; b) por no, ser apelable la
resolución judicial recurrida, y c) por no contener el recurso la debida fun-
damentación o por no contener peticiones concretas (art. 201 del CPC).
El tribunal procederá de oficio, sin perjuicio de la iniciativa de la parte
apelada de solicitar la declaración de inadmisibilidad.
Si es el tribunal a quo es el que declara la inadmisibilidad del recurso
de apelación. De todos modos, el apelante cuyo recurso fue declarado inad-
misible puede interponer un recurso de hecho ante el tribunal ad quem 337 .
Un problema que se plantea con la declaración de inadmisibilidad tiene
relación con el linde existente para poder declarar la ineficacia del recurso,
cuando este ha logrado seguir avanzando en su tramitación habiendo pa-
sado el filtro de la admisibilidad tanto por el tribunal de primera como de
segunda instancia. ¿Puede declararse con posterioridad? Por ejemplo, ¿en
el trámite de la vista de la causa? A mi parecer, ya no cabe pronunciamiento
alguno formal en dicho iter procesal aun cuando el doble control de admi-
sibilidad haya sido decidido erróneamente admitiéndolo a trámite. La Cor-
te de Apelaciones no puede revertir lo resuelto anteriormente por otra sala,
más aún si se considera que "cada sala representa a la C01ie en los asuntos
de que conoce" (art. 66 inc. 2º del COT). En consecuencia, corresponderá
al tribunal de alzada emitir un pronunciamiento sobre el fondo o mérito del
recurso, ya que ha precluido la fase de admisibilidad del recurso; es decir,
se podrá rechazar el recurso por cuestiones de fondo, pero no por no haber
cumplido con las exigencias formales de admisibilidad.

C) A modo de conclusión

Con la legislación anteriormente vigente se contemplaban como me-


dios indirectos de poner término al recurso de apelación los siguientes:
a) por una parte, la deserción que operaba corno una sanción por el incum-
plimiento de¡ ciertas cargas procesales (no pagar o consignar dinero por
las compulsas en el tribunal de primera instancia o por no hacerse parte

337 Véase capítulo V.

C.wiTLLO IV: EL RECURSO DE -\PEL-\CIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES. DOCTRINAY JURISPRUDENCI..\ 295

oportunamente ante el tribunal de alzada); b) por otra, la prescripción del


recurso de apelación por inactividad de las partes durante el plazo que es-
tablecía la ley (tres meses para las sentencias definitivas contados desde la
última gestión útil y de un mes para las demás resoluciones).
En la actualidad, la conclusión de la segunda instancia, en forma indi-
recta, se puede producir en virtud del desistimiento como manifestación
expresa de la voluntad del recurrente de no continuar con el recurso inter-
puesto con anterioridad, y para ello se requieren las tacultades extraordina-
rias del mandato judicial (art. 7° del CPC), a diferencia de la renuncia del
recurso que se configura por la no interposición del mismo, y para lo cual
solo se requieren las facultades ordinarias del mandato. En segundo lugar,
la segunda instancia puede terminar por la declaración de inadmisibilidad
en el supuesto de que el apelante no cumpla con los requisitos formales
establecidos para ser declarado admisible.
Con todo, la tramitación de un recurso declarado admisible terminará
normalmente con la dictación de la sentencia definitiva de segunda instan-
cia confirmando, revocando o modificando el contenido de la sentencia de
primer grado. Dicha decisión podrá ser impugnada mediante los recursos
de casación en la forma o en el fondo ante la Corte Suprema de acuerdo
con lo dispuesto en los artículos 766 y 767 del CPC.

21.3. ¿Necesidad de hacerse parte en los procesos iniciados


con anterioridad a la aplicación de la Ley de Tramita-
ción Electrónica Nº 20.886?

Como se sabe, con la entrada en vigencia de la Ley de Tramitación


Electrónica (Ley Nº 20.886) dichas sanciones procesales de deserción y
de prescripción fueron derogadas con ocasión de la modificación de los
artículos 197 y 200 del CPC, en lo pertinente, en atención a que se dero-
garon, por una parte, las cargas procesales relativas al pago de una suma
de dinero que el secretario estimara necesaria para cubrir el valor de la
confección de las "compulsas" o fotocopias autorizadas de lo obrado en el
expediente, en soporte papel, de~ de los cinco días, y que debía instar el
recurrente para su confección, desde la concesión del recurso de apelación
en el solo efecto devolutivo, y, por otra, la de hacerse parte o comparecer
en segunda instancia en las Cortes de Apelaciones para proseguir el recur-
so de apelación ( art. 200 del CPC, en su anterior texto), bajo sanción de

C.a\PÍTULO JV: fa RECURSO DE .-\PEL.\CIÓ/i

Págs. 1/ 7 300
296 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYo

deserción del recurso, si así lo hacía; normas, por lo demás, aplicables, mu-
tatis mutandis, al recurso de casación, por lo cual estaba afecto a la misma
sanción en caso de incumplimiento.
De hecho, la causal del Nº 8 del aitículo 768 del CPC fue modifica-
da por el número 37 del artículo 12 de la Ley Nº 20.886, en -el sentido
de suprimir la expresión "desierta, prescrita o", quedando únicamente di-
cho numeral en los siguientes ténninos: "En haber sido dada en apelación
legalmente declarada desistida"; es decir, en el caso de que la Corte de
Apelación haya fallado por en-or la causa, no obstante haberse desistido el
apelante, en forma previa.
En otras palabras, se eliminó la referencia a la deserción y prescripción
de la apelación contenida en el texto anteriormente vigente po_rhaberse
suprimido la carga de comparecencia en segunda instancia, así como del
pago oportuno de las compulsas.
Por consiguiente, en la actualidad, las únicas formas indirectas de poner
término al recurso de apelación son el desistimiento y la inadmisibilidad de
conformidad con los motivos expresados en el artículo 201 del CPC 1a que
se ha hecho referencia con antelación.
¿Es necesario hacerse parte en las causas iniciadas con anterioridad a la
reforma introducida por la Ley Nº 20.8867
A mi parecer, las causas iniciadas con anterioridad a la Ley Nº 20.886
se han de regir por la normativa anterionnente vigente; por consiguiente,
estarían vigentes las cargas procesales indicadas anteriormente, entre ellas,
la de hacerse parte ante el tribunal superior, es decir, ante el tribunal ad
quem.
Para ello se puede invocar el artículo 24 de la Ley sobre Efecto Retroac-
tivo de las Leyes, a cuyo tenor:
"Las leyes concernientes a la substanciación y ritualidad de los juicios pre-
valecen sobre las anteriores desde el momento en que deben empezar a regir.
Pero los términos que hubiesen empezado a correr y las actuaciones y diligen-
cias que ya estuvieren iniciadas se regirán por la ley vigente al tiempo de su
iniciación".
En conformidad a dicha disposición legal, todos los procesos que se
encontraban vigentes antes de la entrada en vigor de la Ley Nº 20.886, si
bien, con carácter general, rigen in actum, ello no acontece, en particular,

CAPÍTULO !V: EL RECURSO DE APELACIÓN


Págs. 117 - 300
RfCURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 297

en lo relativo a los términos que hubiesen empezado a correr y las actua-


ciones y diligencias que se regirán por la ley vigente al tiempo de su ini-
ciación; es decir, por la ley antigua, en concreto, la carga de hacerse parte.
Por consiguiente, si a la sazón estaban vigentes las cargas procesales
mencionadas, en particular, la de hacerse parte, conforme a la antigua nor-
mativa, se impone la conclusión de que el apelante o quien recurra de casa-
ción ha de hacerse parte ante el tribunal ad quem so pena de verse afectado
por las sanciones procesales de deserción o de prescripción del recurso; por
el contrario, en las causas iniciadas con la nueva Ley de Tramitación Elec-
trónica no sería necesario hacerse parte, por no estar vigente dicha carga
conforme a la normativa actual.
En suma, las normas relativas a la sustanciación y ritualidad preva-
lecen sobre las anteriores desde el momento en que empiezan a regir, a
excepción, desde luego, de los términos que hubieren comenzado a regir
y las actuaciones que ya estuvieren iniciadas. En suma, se establece una
diferencia entre las causas iniciadas con anterioridad ( en soporte papel) y
las iniciadas con posterioridad a la vigencia de la Ley de Tramitación Elec-
trónica (soporte digital).
Y, en definitiva, en los supuestos de conflictos a que pudiera dar lugar
la aplicación temporal de la ley, sus disposiciones transitorias solucionan
la cuestión, como ya indiqué.
Así, el artículo primero transitorio de la Ley Nº 20.886 estableció una
fecha concreta para la entrada en vigencia (seis meses o un año, según el
territorio jurisdiccional de las Cortes de Apelaciones que se indican) a con-
tar de su publicación (28 de diciembre de 2015).
Por su parte, el artículo segundo transitorio establece:
"Las disposiciones de esta ley sólo se aplicarán a las causas iniciadas con pos-
terioridad a su entrada en vigencia. Las causas se entenderán iniciadas desde la
fecha de presentación de la demanda o medida prejudicial según corresponda".

La regla aparece muy clara en cuanto a su ámbito de aplicación. A con-


trario sensu, a las causas que se iniciaron con anterioridad a su vigencia no
les sería aplicable la actual norma~a procesal sino la antigua.
Todo ello, complementado con el Auto Acordado Acta Nº 71-2016, de
16 de junio, tribunal pleno, de la Corte Suprema, que regula el funciona-
miento de tribunales que .tramitan electrónicamente.

C-\PÍTULO ]V: EL RECURSO DE .,PEUCIÓN


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298 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARA AGUA Yo

No obstante lo aparentemente claro de las conclusiones anteriores, la


Corte Sliprema ha mantenido diversas interpretaciones del artículo segun-
do transitorio, o, en otras palabras, si es o no necesario hacerse parte en las
causas iniciadas con anterioridad a la nueva Ley de Tramitación Digital.
En efecto, por una parte se ha dicho por la C01ie Suprema que el sentido
y alcance de esta disposición segunda transitoria "es limitado, toda vez que
únicamente se refiere al respaldo material constituido por el expediente fí-
sico que ahora pasó a ser electrónico. En efecto, la tramitación electrónica
que fue el eje de la reforma involucró un cambio esencial relacionado con
la materialidad del expediente, el que se elimina. Es en razón de aquello
que, para realizar la transición, se decidió que las causas anteriores a la
vigencia de la ley, que ya contaban con un expediente material, podrían
seguir tramitándose de aquel modo. Este es el único objeto que tuvo la se-
gunda norma transitoria, que constituye una norma excepcionalísima, que
debe ser interpretada en forma restrictiva y en armonía con la ley procesal
y con la expresa disposición de vigencia consagrada en el artículo primero
transitorio antes referido" 338 .

338 SCS Rol Nº 8919-2018, ele 9 ele agosto ele 2018, por la cual al rechazar, por inadmi-
sible, un recurso ele queja, ele oficio, dejó sin efecto las resoluciones dictadas por la
Corte ele Apelaciones ele Santiago (Rol Nº 3824-2018), dado que no era necesario
hacerse parte por haber entrado en vigencia la Ley ele Tramitación Digital; en el mismo
sentido, véase sentencia ele 13 de agosto ele 2018, ele la Corte Suprema, Rol Nº 34593-
2017 (3ª sala), redactada por el abogado integrante don Álvaro Quintanilla y que dejó
sin efecto la deserción ele un recurso de apelación dictada por la sala ele cuenta ele la
Corte ele Apelaciones ele Santiago de 8 ele mayo ele 2017, ele oficio, por consiguiente,
se omitió pronunciamiento respecto del recurso ele casación en el fondo interpuesto en
contra ele la misma sentencia. Con todo, se hizo una prevención por parte ele la minis-
tra Sra. Rosa Egnem, en cuanto concurrió a la decisión teniendo únicamente presente
la norma segunda transitoria ele la Ley Nº 20.886 y que el real y eficaz ingreso ele la
causa en la Corte eleApelaciones ele Santiago se produjo el 21 ele abril ele 2017, ele tal
forma que no procedía declarar desierto el recurso ele apelación ele la parte demandante
sino que, por el contrario, debió darse la tramitación pe1iinente a ambos recursos ele
apelación clecluciclos.
En el mismo sentido, puede verse SCS Rol Nº 44254-2017, ele 1O ele septiembre ele
2018, que anuló ele oficio una sentencia confirmatoria ele prescripción ele un recurso
ele apelación dictada por la Corte ele Apelaciones ele Concepción, ele 19 ele octubre
ele 2017, haciendo innecesario pronunciarse sobre el recurso ele casación en el fondo
clecluciclo,pues a la fecha en que se declaró la prescripción estaba vigente la Ley ele
Tramitación Electrónica, razón por la cual no resultaba procedente que el tribunal ele
alzada confirmara la resolución ele primera instancia, haciendo suyos los argumentos

C~PÍTULO IV: EL R[CURSO DE .-\PEL-ICIÓN

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RECURSOSPROCES..\LES CIVILES.DOCTRIN..\ Y JURISPRUDENCI..\ 299

Por otra parte, encontramos sentencias de la tercera sala de la Corte


Suprema en orden a que no es necesario hacerse parte, sea el expediente de
papel o de sopo1ie electrónico 339 .
Por último, la Corte Suprema, en las causas Roles Nºs. 8469-2018 y
5402-2018, ambas de la primera sala, mantienen que las causas ingresadas
con anterioridad a la reforma de la Ley de Tramitación Electrónica deben
cumplir con la carga de hacerse parte bajo sanción de que el recurso les sea
declarado desierto, lo cual parece más razonable, de acuerdo con lo seña-
lado anteriormente, y, evidentemente, las causas iniciadas con la nueva ley
estarán exentas de la carga de comparecer o de hacerse parte, ya que ello
no es necesario 340 .

mediante los cuales se declaró la prescripción del recurso ele apelación interpuesto
por la actora. Se anuló ele oficio por la Corte Suprema, ele acuerdo con el artículo 84
del CPC, por constatar un error en~ramitación que afectó seriamente el derecho ele
la recurrente y comprometió el respeto del debido proceso al declararse prescrito un
recurso ele apelación vigente conforme a nueva normativa electrónica.
339 Véase, asimismo, SCS Rol Nº 34593-2017, ele 13 ele agosto ele 2018.
340 En el mismo sentido, véanse CoRTEZ(2018), pp. 255-259, y Co1mz (2019), p. 160 ..

C..\PÍTU.O JV: El. REC~RSO DE ..\PEL.·\C!ÓN


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