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CAPÍTULO IV:

EL RECURSO DE APELACIÓN*

* Capítulo redactado por Eclinson Lara Aguayo, doctor en Derecho por la Universidad
de Sevilla. Profesor de Derecho Comercial y Derecho Procesal, Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la Universidad Austral ele Chile.
1. CONCEPTO Y FUNDAMENTOS

El estudio del concepto y fundamento de la apelación constituye ,un


aspecto esencial para el entendimiento y aprendizaje del que es quizá el
recurso procesal más relevante en materia civil.

1.1. Concepto

La voz apelación deriva del latín appellatio, que significa llamamiento,


petición expresa o citación, es decir, impugnar una resolución para su re-
visión por un tribunal superior jerárquico; en otras palabras, "impugnación
de una sentencia ante un tribunal superior al que la dictó" 156 .
En su sentido natural y obvio, conforme a lo señalado por el Dicciona-
rio de la lengua espm1ola, es "aquel recurso que se entabla a fin de que una
sentencia sea revocada total o parcialmente, o enmendada, por un Tribunal
o autoridad superior al que la dictó, y que se supone injustamente dada por
el inferior" 157 .
Apelación, por otra parte, en derecho,'desde un punto de vista gramati-
cal, es la "acción de apelar de una sentencia" 158 .
159
Para ALSINA , la apelación es consecuencia del principio de doble ins-

tancia; que las resoluciones de los jueces inferiores puedan ser examinadas
de nuevo a pedido de las paiies por los tribunales superiores, de modo que

156 DüÍ\l!NGO et al. (2002), p. 404.


157 RAE (2001), p. 178.
158 MO!.INER (2000), p. 1O1.
159 ALSIN.\ (1963), pp. 206-207.
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el recurso de apelación es el medio que permite a los litigantes llevar ante


el tribunal de segundo grado una resolución estimada injusta para que la
modifique o revoque.
160
Por su parte, CouTURE , define la apelación como "el recurso conce-

dido a un litigante que ha sufrido agravio por la sentencia del juez inferior,
para reclamar de ella y obtener su revocación por el juez superior". Y al
respecto distingue tres elementos, entre ellos, en lo que aquí interesa, el
objeto de la apelación. A saber:
"Por un lado el objeto mismo de la apelación, o sea, el agravio y su necesidad
de reparación por acto del superior. El acto provocatorio del apelante no supo-
ne que la sentencia sea verdaderamente injusta: basta con que él la considere
tal, para que el recurso sea otorgado y surja la segunda instancia. El objeto es,
en consecuencia, la operación de revisión a cargo del superior, sobre !ajusticia
o injusticia de la sentencia apelada".
Como indica el autor citado, parece ser que, en definitiva, el recurso de
apelación tiene por objeto determinar la justicia o injusticia de la decisión
del juez de primer grado, y no lo será cuando se aparte abiertamente o no
se ajuste, en modo alguno, a las normas legales establecidas de un modo
abstracto y que el juez debe aplicar al caso concreto sometido a su decisión
y su fundamento por sus efectos, es decir, en cualquiera de los extremos
que comprenda el juicio lógico de la sentencia y que deberá ser corregido
por el tribunal superior.
Nuestro CPC, en su artículo 186, al respecto, dispone:
"El recurso de apelación tiene por objeto obtener del tribunal superior respecti-
vo que enmiende, coil an-eglo a derecho, la resolución del inferior".
De su tenor literal aparece que no se define el recurso de apelación. Sola-
mente se indica su objeto: que el tribunal superior "enmiende", con arreglo
a derecho, la sentencia recurrida dictada po~ el tribunal de primer grado.
1
Con todo, se puede definir el recurso de apelación en los siguientes tér-
minos: es el medio de impugnación ordinario establecido de la sentencia
recurrida dictada por el tribunal inferior con arreglo a derecho. por la ley
a favor de la parte agraviada por una resolución judicial con el objeto de
obtener por parte del tribunal superior un nuevo examen, a fin de que, en
definitiva, se enmiende, revoque o modifique, con arreglo a derecho, la

160 Coun;RE(201O),pp. 286 y 287.

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resolución del tribunal inferior, produciéndose, al efecto, la apertura de la


segunda instancia, o bien se somete la decisión al tribunal ad quem de una
resolución de naturaleza simplemente procesal y no de fondo; es decir,
cuando la resolución recurrida no es una sentencia definitiva, sino un auto
0 decreto o bien una sentencia interlocutoria, como, por ejemplo, la resolu-
ción que declara abandonado el procedimiento, una nulidad procesal, etc.
En suma, y en sentido estricto, el recurso de apelación puede o no,
según lo reseñado, dar lugar a la segunda instancia, dependiendo de si la
resolución recurrida es de fondo, como la sentencia definitiva de primera
instancia, o bien meramente procesal, en los demás casos, habida conside-
ración, además, que la regulación de la apelación se adscribe al sistema de
apelación limitada (revisio prioris instantiae) desde que el tribunal supe-
rior debe realizar un nuevo examen o revisión y resolver con los mismos
antecedentes o materiales probatorios de que dispuso el juez a qua, sin
que las partes puedan adicionar nuevos hechos o alegaciones, ni, por regla
general, nueva prueba.
En la apelación se distinguen claramente dos litigantes: el apelante, que
es quien interpone el recurso o apela y que pretende que el órgano jutisdic-
cional superior enmiende a su favor la resolución dictada por el juez a qua,
y el apelado, que es frente a quien se deduce el recurso y que ha obtenido
sentencia favorable contra la cual se apela y en cuyo perjuicio se pretende
modificar el fallo apelado. Al primero le afecta o agravia la resolución pro-
nunciada; el segundo es a quien beneficia el contenido de la sentencia, ya
sea total o parcialmente.
No se debe confundir al apelante o al apelado con quienes ostentan la
calidad de parte demandante o parte demandada, sin perjuicio de que pue-
dan coincidir dichas posiciones. Por ejemplo, puede ser apelante el deman-
dante si la sentencia le rechaza la demanda, o bien el demandado, si acogen
la demanda y rechazan las excepciones del demandado, y apelado, por su
parte, puede ser tanto el demandante como el demandado.

1.2. Fundamentos
~~
Existe consenso doctrinal en que el fundamento del recurso de apela-
ción radica en la falibilidad humana 161, esto es, la susceptibilidad de error o

161 MosQUEIU y M..i.TURANA (2010), p. 30; C.\S.\RINO (2007), p. 133.

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de equivocarse, en la forma o en el fondo, por parte del juez a quo al dictar


la resolución, ya sea en la aplicación o interpretación de las normas legales
o en la valoración de la prueba rendida, lo cual hace necesario establecer
un expediente legal que permita la revisión de lo resuelto por un tribunal
distinto y de jerarquía superior.
Así, se fundamenta el recurso en la garantía que supone el doble exa-
men de un asunto litigioso como solución satisfactoria de los intereses en
presencia, con lo cual se pueden remediar los posibles errores en que pue-
dan incurrirse, estimulando, por otra parte, la necesidad de realizar una
labor de excelencia por parte del tribunal de primer grado ante la posi-
bilidad de que sus resoluciones sean vistas y examinadas por el tribunal
superior, colegiado, de mayor experiencia, y que, además, debe calificar su
desempefio funcionario, aumentaría la garantía de una mejor decisión, con
carácter general, si bien el juez a quo podría tener una ventaja en cuanto
se pudiera hacer uso del principio de inmediación en las audiencias, espe-
cialmente, de prueba, que se celebren, pues teóricamente tendría más de
elementos de juicio.
El recurso de apelación se puede adscribir dentro del contexto del dere-
cho al recurso como expresión y cumplimiento del mandato del artículo 19
Nº 3 inciso 6º de la Carta Fundamental, esto es, "justo y racional procedi-
miento", como elemento integrante del principio constitucional del debido
proceso que permite revisar, con carácter general, las sentencias dictadas
por los jueces de primera instancia, en caso de que no se acoja la pretensión
de las partes, por parte de un tribunal superior, a fin de que se revisen los
hechos y el derecho aplicado del fallo impugnado de apelación, como lo
autoriza la legislación vigente en el rango legal y que da derecho a la doble
instancia, en su caso, cuando se impugna una resolución de fondo, a la cual
nos referiremos en el apartado siguiente.

2. APELACIÓN Y CONFIGURACIÓN
DE LA SEGUNDA INSTANCIA CIVIL

Por regla general, el recurso de apelación produce la apertura de la se-


gunda instancia o doble grado a favor de la parte agraviada con una reso-
lución judicial desfavorable y que permite un nuevo examen o revisión
del asunto controve1iido, de las cuestiones de hecho y de derecho que las

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partes promovieron en primera instancia, ante un tribunal superior con la


finalidad de que la revoque y se dicte otra en su lugar 162• 163 .
'
Así las cosas, la apelación de una sentencia definitiva abre y da acceso
a la segunda instancia que permite revisar los hechos y del derecho en dos
oportunidades y por dos tribunales diferentes, y dos instancias, antes de
adquirir ejecutoriedad o la autoridad de cosa juzgada.
Por tanto, la apertura de la segunda instancia es una posibilidad, ya que
si las partes se conforman con la sentencia que devendrá firme no se produ-
cirá la segunda instancia; es decir, está supeditada a la voluntad e iniciativa
de las partes. No opera automáticamente o de manera forzosa, pues, como
se dijo, el derecho de los justiciables puede quedar satisfecho, con todas las
garantías procesales, con la primera instancia que viene a equivaler funcio-
nalmente a una única instancia en vista que no fue recurrida de apelación
por las paiies y el fallo de primer grado quedó firme.
La regla general es la existencia de la doble instancia: todas las sen-
tencias definitivas de primera instancia son susceptibles de ella antes de
adquirir firmeza, y ello supone que se somete a revisiones sucesivas por
diversos órganos jurisdiccionales, y en cada una de ellas se examinan los
hechos y el derecho. Así, la instancia es el grado en que conoce el tribunal
(gradualidad o doble instancia): en primera o en segunda revisión o ins-
tancia, a través de la interposición del recurso de apelación. La casación,
en cambio, no es instancia, dado que, por regla general, la Corte Suprema
solo se examina el derecho, pero no los hechos que han sido establecidos
de manera inamovible por las Cortes de Apelaciones. Así, los hechos, en
principio, no se revisan, salvo el caso en que se denuncie la infacción a las
normas reguladoras de la prueba, por intermedio del recurso de casación
en el fondo, que habilita, si es acogido, para modificar los hechos estable-
cidos por los jueces del grado.

162 SCS de 24 de junio de 1970, RDJ, t. 67, sec. 1ª, p. 218.


163 El numeral 1º del artículo 456 de la LEC 1/2000, dispone: "En virtud del recurso de
apelación podrá perseguirse, con arreglo a los fundamentos de hecho y de derecho de
las pretensiones formuladas ante mribunal de primera instancia, que se revoque un
auto o sentencia y que, en su lugar, se dicte otro u otra favorable al recurrente, median-
te nuevo examen de las actuaciones llevadas a cabo ante aquel tribunal y conforme
a la prueba que, en los casos previstos en esta Ley, se practique ante el tribunal de
apelación".

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En efecto, se ha de tener presente que si bien la Corte Suprema es,


en general, un tribunal de casación, sin embargo, de manera excepcional
puede devenir en un tribunal de segunda instancia o segundo grado, preci-
samente, en aquellos casos en que lo establezca la ley de manera expresa,
por ejemplo, en el caso de la apelación de una sentencia definitiva dictada
por una Corte de Apelaciones conociendo de un amparo económico (ar-
tículo único de la Ley Nº 18.971) y, además, en todos aquellos asuntos que
determinan los artículos 96 y 98 del COT; entre otras, de las apelaciones
deducidas contra sentencias definitivas dictadas por las Cortes de Apela-
ciones en los recursos de amparo y de protección (art. 98 Nº 4 del COT).
En dichos casos, a su vez, las Cortes de Apelaciones tienen competencia
para actuar como tribunal de primera instancia o primer grado. Así como
en otras materias que indica la ley, tales como las relativas a los desafueros
de los diputados y senadores (aii. 63 Nº 2 letra a) del COT); los procesos
por amovilidad en contra de jueces de letras (art. 63 Nº 2 letra c) del COT),
y las querellas de capítulos (art. 63 Nº 2 letra d) del COT).
Cuando se habla de doble grado o doble instancia, como enseña MON-
TERO y FLORS 164, "se hace referencia a un sistema de organizar el proceso en
virtud del cual se establecen dos sucesivos exámenes y decisiones sobre el
tema de fondo planteado, por obra de dos órganos jurisdiccionales distintos,
de modo que el segundo debe prevalecer sobre el primero. El doble grado o
instancia permite dos pronunciamientos sobre el objeto del proceso y sobre
el objeto del debate". Los autores añaden que por el recurso de apelación se
puede o no dar lugar a la segunda instancia, según se regule esta:
"Si la apelación puede formularse tanto contra resoluciones procesales como
resoluciones de fondo, la segunda instancia sólo es posible cuando se trata de ,
las segundas".
En concordancia con el recurso de apelación y la segunda instancia,
como etapas del proceso, se debe tener presente la regla del grado o jerar-
quía, una de las reglas generales de competencia, establecida en el aiiículo
11Odel COT, a cuyo tenor:
"Una vez fijada con arreglo la ley la competencia de un juez inferior para
conocer en primera instancia de un determinado asunto, queda igualmente fi-
jada la del tribunal superior que debe conocer del mismo asunto en segunda
instancia".

164 MONTERO y fLORS (2005), p. 240.

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El efecto natural de la regla del grado consiste en la determinación del


tribunal que ha de intervenir en segundo grado, una vez producida la radi-
cación del órgano jurisdiccional inferior.
En otras palabras, cuando el legislador admite dos instancias respecto
de un asunto, por el hecho de quedar radicado, con arreglo a la ley, el cono-
cimiento de un negocio ante el órgano jurisdiccional de primera instancia
queda determinado, a partir de ese momento, cuál va a ser el tribunal de
segunda instancia cuando la sentencia de primera instancia es susceptible
del recurso de apelación (art. 188 del CPC).
Sin embargo, en la competencia de única instancia no procede en con-
tra de la sentencia definitiva que se dicte el recurso de apelación (art. 188
del COT) ..La resolución judicial es inapelable. Son casos de excepción,
tasados o regulados expresamente por la ley.
A modo de ejemplo, de supuestos de única instancia, se pueden men-
cionar los siguientes: las contiendas de competencia entre tribunales que
deben fallarse en única instancia (art. 192 del COT); por regla general, las
sentencias que se dictaren en los incidentes sobre implicancia o recusación
(art. 205 del COT); las Cortes de Apelaciones conocerán en única instancia
de los recursos de queja que se deduzcan en contra de los jueces de letras,
jueces de policía local, jueces árbitros y órganos que ejerzan jurisdicción
dentro de su territorio jurisdiccional (art. 63 letra c) del COT); las resolu-
ciones que recaigan en los incidentes que se promuevan en segunda instan-
cia se dictarán solo por el tribunal de alzada y no serán apelables (art. 210
del CPC), etc.
Por último, solo cabe poner de manifiesto que el efecto devolutivo es
consustancial y esencial a la segunda instancia, en la apelación de una
sentencia definitiva, por el cual se confiere competencia al tribunal ad
quem, ya que la revisión del material probatorio y la sentencia de primer
grado debe ser llevado a cabo por otro tribunal distinto, en concreto, por la
Corte de Apelaciones respectiva. Permite la remisión del fallo apelado al
tribunal superior llamado a conocer por ley de él conforme a la regla del
grado o jerarquía, ya referida, para que conozca y resuelva la apelación
interpuesta y concedida por el trióunal inferior. Como dice CournRE, el
efecto devolutivo es "envío para revisión" 165 . Sin dicho efecto el tribu-

165 CournRE (2010), p. 298.

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na! superior no tendría competencia para enmendar o reformar el fallo de


primera instancia, claro está, dentro de los límites planteados por la parte
petitoria del recurso y del agravio provocado por la sentencia.

3. CARACTERÍSTICAS DEL RECURSO DE APELACIÓN

En términos generales, puede afirmarse que el recurso de apelación pre-


senta las siguientes características:
1) Es un recurso ordinario: el recurso de apelación es un recurso ordi-
nario porque procede en contra de la generalidad de las resoluciones
judiciales 166, según se infiere de los aiiículos 187 y 188 del CPC,
cualquiera sea su naturaleza.
El artículo 187 del CPC permite su interposición respecto de sen-
tencias definitivas y sentencias interlocutorias; el artículo 188 del
CPC, por su parte, permite apelar en forma subsidiaria de la soli-
citud de reposición y para el caso que esta no sea acogida en con-
tra de autos y decretos cuando alteran la substanciación regular o
cuando recaen sobre trámites que no estén expresamente ordenados
por la ley.
2) La causal de interposición del recurso de apelación es única y ge-
nérica. La existencia de agravio o pe1juicio: el recurso de apelación
no requiere de causales específicas y determinadas para su inter-
posición; en otras palabras, no existe un numerus clausus o lista
cerrada de motivos que justifiquen su interposición, como acontece
con la casación, sino que basta con la existencia de un agravio a
la parte que la impugna; es decir, cuando la sentencia le sea total
o parcialmente desfavorable, o, lo que es igual, que le suponga un
pe1juicio, aunque, en último término, solo refiera a una cuestión
accesoria como el pronunciamiento sobre las costas puede ser mo-
tivo de agravio o gravamen, aunque, normalmente, lo será cual-
quier diferencia entre lo pretendido y lo concedido por el tribunal
en cuanto al fondo del asunto para lo cual habrá que comparar lo
pedido en la demanda y, en su caso, en la contestación y lo resuelto
en la sentencia.

166 SCA de Temuco, de 11 ele septiembre ele 1963, RDJ, t. 60, sec. 2ª, p. 119.

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Se requiere, en otras palabras, de una causal genérica de proceden-


cia: el agravio o perjuicio provocado para la parte agraviada por la
resolución recurrida, por contener una resolución desfavorable, esto
es, por no haber obtenido la parte todo lo que pretendía, ya sea en
su demanda o en la contestación de la misma, como quiera que el
agravio puede ser provocado tanto a la parte demandante como a la
parte demandada y, eventualmente, a los terceros que se hubieren
personado al proceso.
Por el contrario, si la resolución es totalmente favorable, no puede
existir agravio. No habría legitimación para recurrir, dado que se
requiere que sea parte perjudicada con el contenido de la primera re-
solución. La legitimación está supeditada a la existencia del agravio
o gravamen. El agravio es la medida de la apelación.
El objetivo del recurso de apelación es enmendar la sentencia que
provoca el agravio. Por ello, se ha resuelto que, si aquel desaparece,
"la intervención de la Corte de Apelaciones resulta absolutamente
innecesaria, puesto que nada tiene ya que enmendar de lo resuelto
habiéndose extinguido el agravio que le provocaba la resolución re-
currida por voluntad del apelado que se allanó a lo pedido en dicho
recurso, como ya se ha indicado precedentemente" 167 •
¿En qué parte de la resolución judicial encontramos concretado el
agravio que provoca una decisión desfavorable?
En la parte resolutiva de la sentencia que decide el asunto contro-
vertido (art. 170 Nº 6 del CPC y Auto Acordado de 30 de septiembre
de 1920 sobre forma de las sentencias). Por ejemplo, la que acoge
o rechaza la demanda interpuesta, sin pe1juicio de los denominados
"considerandos resolutorios", aquellos que, igualmente, deciden la
controversia, o parte de ella, pero que se encuentran ubicados en la
parte considerativa de la sentencia.
Tampoco existiría agravio si no se concuerda con las argumenta-
ciones jurídicas que se expresen en la sentencia en relación con las
expresadas por la parte, to.da vez que, en definitiva, lo que se impug-
~~
na, como se ha dicho antes, es la parte resolutiva de la sentencia que
acoge o rechaza la demanda interpuesta. Y, por otra parte, se debe

167 SCA de Santiago, de 23 de mayo de 1995, RDJ, t. 92, sec. 2ª, p. 49.

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tener presente el principio iura novit curia, según el cual el "tribunal


conoce el derecho" 168 .
En otras palabras, la argumentación jurídica propuesta por las partes
no es vinculante para el tribunal, más aún, si las normas aplicables
al caso no han sido acertadamente citadas o alegadas por los litigan-
tesI69-110.
3) Se interpone ante el mismo tribunal que dictó la resolución para que
sea conocido y resuelto por el tribunal superior: el recurso de apela-
ción es un recurso que se interpone ante el mismo tribunal que dictó
la resolución judicial que se pretende impugnar, y que será conocido
y resuelto por el tribunal superior, desde un punto de vista jerár-
quico, normalmente, será la Corte de Apelaciones respectiva, y, ex-
cepcionalmente, la Corte Suprema como se ha puesto de manifiesto
anteriormente, como tribunal de segunda instancia, aun cuando su
función principal es la de servir de tribunal de casación y contribuir
a la unificación jurisprudencia! del derecho.
Así, el tribunal de primer grado debe conceder el recurso, si se in-
terpuso dentro de plazo y si la resolución es apelable, y dispondrá
que se eleven los antecedentes, es decir, el proceso, al órgano ju-
risdiccional inmediatamente superior en grado jerárquico, para su
conocimiento y resolución.
Todo ello, a diferencia del recurso de reposición y de aclaración o
interpretación, rectificación o enmienda que se interpone ante el
mismo tribunal que dictó la resolución y que, al mismo tiempo, debe
resolver y fallar el recurso.
El juez de primera instancia que dictó la resolución recurrida que se
pretende impugnar y ante el cual se interpone el recurso se denomi-

168 Do~JINGOy RoDRÍGUEZ-ANTOLiN (2000), p. 72. Se indica que "el principio no es


romano, sino medieval, pero tiene su fundamento en Roma, pues, cuando el juez des-
conocía el derecho -lo cual era frecuente, por ser éste un particular- acudía a los
jurisprudentes o al propio emperador". Así las cosas, el juez resolverá conforme a las
normas aplicables al caso, aunque no hayan sido acertadamente citadas o alegadas por
los litigantes.
(2007),passim, y HUNTER(2010), pp. 197-221.
169 Al respecto, véanse ÜRJ\UZABAL
170 Lo dicho es sin pe1juicio de lo sustentado por el coautor en la introducción de este
texto.

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na a qua, y el de segundo grado, que va a conocer y resolver el re-


curso interpuesto ante un órgano jurisdiccional de inferior jerarquía
se denomina: ad quem (principio de la doble instancia).
4) Es un recurso por vía de reforma y no de retractación: de lo señalado
en el epígrafe anterior se infiere la clasificación consistente en que
el recurso de apelación es un recurso por vía de reforma, y no de
retractación, porque su conocimiento y resolución corresponde al
tribunal jerárquico respectivo.
5) Da origen a la segunda instancia: se quiere decir que permite la
doble revisión del proceso; de todas las cuestiones de hecho y de
derecho que las partes hayan hecho valer en primera instancia, sin
perjuicio que el recurso de apelación de la sentencia definitiva de
primera instancia se limite solo a algunos aspectos determinados,
en cuyo caso el examen de la segunda instancia solo comprenderá
aquellos.
1
Todo ello, a diferencia del recurso de casación en el fondo, que,
en principio, no se pueden modificar los hechos establecidos en la
sentencia, a menos que se hayan vulnerado las leyes reguladoras de
la prueba, como se estudiará en profundidad más adelante (véase
ínfra, capítulo VII). Así, pues, con carácter general, en el recurso
de casación en el fondo solo se examina el derecho, a diferencia del
recurso de apelación, en que se pueden volver a examinar los hechos
y el derecho.
El recurso de apelación de la sentencia definitiva da origen a la se-
gunda instancia que permite al tribunal superior conocer y resolver
las peticiones concretas hechas valer en contra de una resolución
pronunciada en primera instancia.
Así, el asunto controvertido y la decisión del órgano jurisdiccional
de primer grado será nuevamente examinada, normalmente, por la
Corte de Apelaciones respectiva, de acuerdo con la regla general
del grado, revocando o modificando, en su parte dispositiva, la sen-
tencia de otro tribunal, o bien confirmando sin modificaciones la de
primera instancia (véase ermtículo 170 del CPC).
El recurso de apelación no produciría la apertura de la segunda ins-
tancia cuando se impugna una resolución judicial que no sea una
sentencia definitiva.

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6) Es un recurso devolutivo: desde el punto de vista de la doctrina es-


pañola, y atendiendo al órgano competente, el recurso de apelación
es un recurso devolutivo 171, por cuanto es resuelto por un tribunal
distinto y superior del que dictó la resolución recurrida, a diferencia
de los no devolutivos, como el de reposición que es interpuesto y
resuelto por el mismo tribunal.
7) Es un recurso que debe ser fundado: el recurso de apelación debe ser
un recurso fimdado y contener, por consiguiente, fundamentos de
hecho y de derecho, y además debe contener peticiones concretas, a
menos que se haya interpuesto de manera subsidiaria de un recurso
de reposición ( art. 189 del CPC), siempre que el recurso de reposi-
ción cumpla con dichos requisitos.
De acuerdo con el artículo 30 de la Ley Nº 20.886, publicada el 18
de diciembre de 2015, "los escritos se presentarán por vía electróni-
ca, conforme se dispone en los artículos 5° y 6º, respectivamente, de
la Ley General sobre Tramitación Electrónica de los Procedimientos
Judiciales. El escrito se encabezará_ con una suma que indique su
contenido o el trámite de que se trata".
Pues bien, de no ser fundado el recurso de apelación el tribunal co-
rrespondiente declarará inadmisible de oficio dicho recurso (art. 201
del CPC); es decir, puede ser declarada tanto por el tribunal de pri-
mera como por el de segunda instancia. En este último caso, es decir,
en el caso de la inadmisibilidad declarada por la Co1ie la parte per-
judicada con dicha resolución, que tiene la naturaleza de una senten-
cia interlocutoria de primer grado, puede pedir reposición dentro de
tercero día (art. 201 inciso final del CPC).
•En los procedimientos o actuaciones para las cuales la ley establezca
la oralidad, se podrá apelar en forma verbal siempre que somera-
mente se señalen los fundamentos de hecho y de derecho del recur-
so y se formulen peticiones concretas, de todo lo cual debe dejarse
constancia en el acta respectiva.
Sin embargo, las exigencias antedichas no se aplicarán en aquellos
procedimientos en que las partes, sin tener la calidad de letrados,
litiguen personalmente y la ley faculte la interposición verbal del

171 Véase, entre otros, BoNET (2000), p. 28.

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recurso de apelación. En estos casos el plazo para apelar será de


cinco días fatales, salvo disposición especial en contrario (art. 189,
in.fine, del CPC).
8) Procede en los asuntos contenciosos y, además, en los actos de juris-
dicción voluntaria:
El artículo 822 del CPC dispone:
"Contra las resoluciones dictadas (en los actos no contenciosos) podrán
entablarse los recursos de apelación y casación, según las reglas generales.
Los trámites de la apelación serán los establecidos para los incidentes".
De acuerdo con la disposición legal citada, están legitimados para
recurrir "los interesados, que han actuado en esos autos y que al no
obtener se consideran agraviados con lo resuelto; pero no a los ex-
traños, que no han intervenido ni tenido conocimiento de esas ges-
tiones, sino después de ejecutadas y cumplidas, y, por tanto, no han
podido deducir opmiunamente esos recursos legales" 172 .
9) El recurso de apelación puede servir de medio de preparación del
recurso de casación en la forma: en efecto, el recurso ordinario de
apelación puede servir, entre otros, como medio de preparación del
recurso de casación en la forma, para que sea admitido a tramita-
ción, dado que es indispensable que el que lo entabla haya reclama-
do de la falta, ejerciendo opo1iunamente y en todos sus grados los
recursos establecidos por la ley (art. 769 inc. 1º del CPC).
La falta de preparación del recurso de casación en la forma, por no
haber reclamado oportunamente de la falta, conlleva al rechazo del
recurso en los casos en que la ley procesal la exige (véase el miículo
769 del CPC).

4. ÜBJETO DE LA APELACIÓN

El miículo 186 del CPC define el objeto del recurso de apelación al


disponer:
~~
"El recurso de apelación tiene por objeto obtener del tribunal superior respecti-
vo que enmiende, con arreglo a derecho, la resolución del inferior".

172 SCA de Valdivia, de 1 de agosto de 1924, RDJ, t. 28, sec. 2", p. 439.

C.-\PÍTLIL.O IV: Er. RFCURSO DF -\PEL.\CIÓN

Págs. 117-300
132 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

Según la citada disposición legal, se atiende a la finalidad u objeto del


recurso de apelación, esto es, "enmendar", con arreglo a derecho, la sen-
tencia que ha provocado un agravio a la parte agraviada. Por su parte, "en-
mendar" es un verbo transitivo que significa "arreglar o corregir; quitarle a
una cosa los defectos o errores que tiene" 173•
El recurso de apelación no tiene causales y su objeto es obtener del
tribunal superior la enmienda, con arreglo a derecho, de la resolución del
inferior.
Dicho concepto supone no solo corregir o modificar sino reemplazar
enteramente la decisión del tribunal a quo. La decisión el tribunal ad quem
está limitada, en principio, a discernir aquello resuelto en primera instancia
y la materia y agravio expresado en el recurso de apelación, a menos que
resulte incompatible con lo decidido o bien decidido y omitido por este. La
apelación para los extraños al recurso, quienes no lo dedujeron, es res inter
alias acta 174. El recurso de apelación se funda en la necesidad de evitar la
existencia de errores en los que pueda incurrir el juez de primer grado, sea
en la interpretación o aplicación de las normas jurídicas o bien en la valo-
ración de las probanzas aportadas al proceso.
Así, pues, a diferencia del recurso de casación, el recurso de apelación
no tiene por objeto obtener la nulidad o invalidación de las sentencias,
sino solamente, enmendarlas 175. Tampoco tiene por objeto enmendar, con
arreglo a derecho, la resolución del tribunal inferior y no el pronunciarse
sobre nuevas peticiones de fondo que no hayan sido materia de juicio en
primera instancia 176. En este sentido, la primera instancia es preclusiva de
la segunda 177. Y no se puede entregar el conocimiento y resolución de una
apelación a un tribunal de primera instancia 178.

173 MOLINER (2000), p. 541.


174 Al respecto, véase ses Rol Nº 8200-2009, de 25 de abril de 2011.
175 En el sentido del texto, véase ses de 6 de julio de 1931, RDJ, t. 28, sec. 1", p. 632.
176 ses de 31 de marzo de 1913, RDJ, t. 11, sec. !", p. 227.
177 La preclusión supone que, dentro de los distintos tiempos del proceso, se han de reali-
zar actos concretos con contenidos determinados, de manera que, si la parte no los rea-
liza oportunamente, pierde la posibilidad de realizarlos. Ello se infiere de los aiiículos
64 y 78. del ere. La segunda instancia no es un nuevo juicio ("novum iudicium"), ni
admite nuevas acciones o excepciones ("ius novorum").
178 SoLis (1974), p. 33.

C.WiTULO ]V: EL RECURSO DE .·\PELACIÓN


Págs. 117 -300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRJN..\.
Y JURJSPRUDENCIA 133

El objeto de la apelación consiste en atribuir al tribunal superior la com-


petencia para el conocimiento del proceso, pero no todas las cuestiones
planteadas y decididas en primera instancia, sino únicamente aquellas que
le sometan las partes, en el petitum o parte petitoria del escrito de apela-
ción, a fin de que se revoque, enmiende o modifique, con atTeglo a la ley, la
resolución apelada y se dicte otra favorable a los intereses del recurrente.
Así, se pueden revisar los hechos, así como la calificación jurídica o
cuestiones jurídicas que se hayan planteado y discutido.
Se dice que lo anterior tiene dos limitaciones:
a) La prohibición de la reformatio in peus, es decir, de la reforma en
perjuicio conforme a la cual se prohíbe al tribunal superior empeorar
la situación del apelante, cuando no ha existido apelación (o adhe-
sión) de la parte contraria ( ello implica que el tribunal superior, a lo
menos, confinnará la resolución apelada si había obtenido parcial-
mente algo, o, en el mejor de los casos, aumentará y otorgará todo,
o casi todo, lo pedido por el apelante), y
b) El principio de tantum devolutum quantum appellatum (el efecto
devolutivo comprende el que cabe dentro del agravio y del recurso
de apelación), en consonancia con el principio de congruencia, en
cuanto el tribunal que conoce de un recurso solo podrá pronunciarse
respecto de las peticiones concretas formuladas por los recurrentes,
quedándole vedado extender el efecto de su decisión a cuestiones
no planteadas por ellos o más allá de los límites de lo solicitado,
salvo, desde luego, los casos en que la ley autoriza a proceder de
oficio.
El objeto de la apelación viene determinado, conforme al principio dis-
positivo y de justicia rogada, por la actividad de las partes: solo los pro-
nunciamientos de la sentencia que hayan sido objeto de la impugnación se
convierten en objeto de la apelación (tantum devolutum quantum appella-
tum)179_
Esa es, por lo demás, la regla que se aplica en nuestro sistema procesal
civil, ya que el recurso de apela~ón se ha concebido no como una apela-
ción absoluta que supone una revisión de todo el proceso anterior, esto es,

179 MONTERO y FLORS (2005), p. 278.

C.-\PÍTULO ]V: EL RECURSO DE .WEL\CIÓN

Págs. 117 - 300


134 JVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

como un novum iudicium (nuevo juicio), sino como una apelación relativa
en que se pretende revisar únicamente los resultados obtenidos en el juicio
que le han provocado petjuicio o agravio 180.
Por ello, además, en concordancia con lo anterior, la posibilidad de
aportar prueba en segunda instancia es muy restringida (solo se admite la
prueba documental o instrumental y la confesional provocada). Se puede
recibir a prueba, además, las excepciones mixtas o anómalas, que pueden
oponerse en cualquier estado de la causa: transacción, cosa juzgada, pago y
prescripción, conforme al atiículo 207 y 31O del CPC, y que, en rigor, dan
origen a un incidente nuevo no conocido en primera instancia, por lo que la
Corte de Apelaciones pasa a conocer en única instancia y, eventualmente,
recibir la excepción a prueba.
Por último, habría de admitirse la prueba "atrasada", recibida por el
tribunal de primer grado cuando ya se había dictado sentencia (art. 431
inc. 2° del CPC), y que debe ser considerada en segunda instancia, si hu-
biere lugar a esta.
En la doctrina española se habla de la existencia de distintos sistemas
de política legislativa del recurso de apelación: 1) el de apelación plena
o libre; 2) el sistema de apelación limitada o revisora, y 3) el sistema de
apelación mixto o intermedio:
1) Sistema de apelación plena: el sistema de apelación plena que con-
siste en realizar un nuevo enjuiciamiento de las pretensiones de las
partes con posibilidad de realizar nuevas alegaciones y aportar nue-
vas pruebas ante el tribunal ad quem con los cuales podrá adoptar su
decisión, esto es, con material probatorio o alegaciones nuevas de
las que no tuvo conocimiento el juez de primera instancia. Por ello,
no se circunscribe a lo ocurrido en primera instancia, con '10 cual se
debilita o elimina el principio de preclusión, ya que en el recurso

180 Así se reconoce, por lo demás, en la historia fidedigna de la ley. Al respecto, véase
ÜTERO (2000), p. 207, conforme a ella se "pretendió dejar claramente establecido que
el recurso de apelación es una re\'isión del fallo de primera instancia por el tribunal
de alzada y no un nuevo juicio". Se revisa judicialmente la sentencia en base a los
antecedentes que tuvo el tribunal a qua para resolver la causa. Así, la Comisión estimó
que, conforme a la definición del artículo 186, la apelación es un recurso revisor y
no un rrnevo juicio. "De ahí que se aprobara, como regla general, la no aceptación de
prueba en segunda instancia, ele forma tal que el tribunal ele alzada revise la sentencia
de acuerdo a los hechos acreditados ante el tribunal de primera instancia".

C,PÍTULO !V: E1.RECLRSO DE ·\PEL\CIÓ"'


Págs. 117-300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRJN.-\Y JURISPRUDENCH 135

se pueden plantear nuevas excepciones no hechas valer en primera


instancia, así como aportar nuevos medios de prueba.
En efecto, en este sistema jurídico, el recurso de apelación otorga
plenas facultades al tribunal ad quem para resolver cuantas cues-
tiones se les planteen, sean de hecho o de derecho, dado que per-
mite un novum iudicium (nuevo juicio) que persigue obtener una
segunda valoración judicial de lo discutido y probado, incluyendo
nuevas pretensiones, hechos y pruebas nuevas aportadas en segunda
instancia.
En efecto, el tribunal de apelación realiza un nuevo proceso, es de-
cir, una segunda instancia. Se puede fallar con nuevos materiales
probatorios que no sirvieron de base a la decisión anterior del tribu-
nal de primera instancia, dado que se aportaron en la segunda.
Con todo, este sistema no ha sido acogido por ningún sistema en el
derecho comparado 181, pues, como se ha dicho acertadamente, "se
minimizaría el contenido de la primera instancia, dejándola reducida
a una etapa procesal previa de poco valor; y además pennitiría una
segunda instancia de un gran volumen de discusión y prueba que
perturbaría las funciones del tribunal superior y rompería con el sis-
tema de inmediación, al delegar la función de recepción de las prue-
bas en uno de sus miembros o en el tribunal de primera instancia" 182 .
2) Sistema de apelación restringida o revisora: en contraposición a la
apelación plena, se encuentra la denominada apelación limitada o
recurso de alzada, en que el nuevo examen se realiza sobre la base
de los mismos materiales (alegaciones y pruebas) aportados en pri-
mera instancia, más algunos nuevos respecto de los que se permite
excepcionalmente su aportación 183, si bien, a mi parecer, ya el siste-
ma no sería puro en su concepción clásica.

181 DELG.-,oo (2013), pp. 16-36, especialmente, p. 18.


182 MosQUER\ y lVI.-HURANA (2010), p. 135.
183 MONTERO )fLORS (2005), p. 274; BoNET (2000), pp. 102-104; MORENO (2008),
pp. 331-343, especialmente, pp. 3~~33.
Sin embargo, Ortells critica, con razón, la distinción entre segunda instancia o ape-
lación plena y apelación limitada o recurso de alzada, dado que, en su concepto, la
distinción correcta entre apelación y segunda instancia, depende de la diferente natu-
raleza jurídica de las resoluciones apelables. Así, la segunda instancia es una nueva

C.,PÍTUI.O IV: EL RECURSO DE APEL.-\CIÓN

Págs. 117-300
136 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

En puridad de conceptos, este sistema supone que la apelación no


da lugar a un nuevo juicio o proceso como en el sistema anterior,
sino que existe la continuación de uno solo. Por ello, no se admiten
hechos nuevos, ni prueba nueva, por regla general, dado que se
trata de revisar o, mejor dicho, de realizar un nuevo examen de lo
obrado por el tribunal de primer grado, a fin de verificar si se ajusta
a derecho la sentencia dictada, así como todo lo obrado en la ins-
tancia, en relación con lo pedido y probado, de manera tal que el
tribunal ad quem solo podrá conocer de lo que expresamente haya
sido concretado en el petitum por las partes en el correspondiente
recurso de apelación.
La clasificación doctrinal anterior es realizada en un plano dogmá-
tico o conceptual, ya que las legislaciones hacen una adecuación de
las mismas, con lo cual puede resultar un sistema ecléctico o mixto
con primacía de uno u otro. El sistema español es el de apelación
limitada 184, con lo cual se pretende revisar lo obrado por el juez de
la instancia y si la sentencia impugnada es o no aceitada, con los
mismos materiales probatorios, ya que la apelación se concibe como
una mera revisión de la primera instancia por parte del órgano judi-
cial superior o ad quem.
Nuestro sistema procesal civil, igualmente, se aproxima a este últi-
mo sistema de apelación restringida o limitada, pues en ella desta-
ca su finalidad y naturaleza revisora, y no renovadora, con carácter
general. Por eso, no se concibe como un nuevo juicio ("novum iu-

fase del proceso de declaración que se realiza ante un órgano jurisdiccional de grado
superior y que se abre mediante el recurso de apelación contra la sentencia final de la
primera instancia. Sin embargo, el recurso de apelación es admisible también contra
resoluciones distintas a la anterior, como las resoluciones interlocutorias y contra resó-
luciones que ponen fin al proceso, decidiendo solo una cuestión procesal. En este caso,
se indica, es imposible pensar en la apertura de la segunda instancia. En consecuencia,
la apelación estrictamente, como algo distinto de la segunda instancia se puede definir
como el recurso mediante el cual, en función de la naturaleza de la resolución apelada,
o bien se abre la segunda instancia o bien se somete al conocimiento de un órgano
jurisdiccional de grado superior una resolución de dirección procesal. Comprendida
esta diferencia fundamental no habría inconveniente en hablar en general de apelación,
puesto .que lo único claramente incorrecto sería generalizar a todos los supuestos el
término "segunda instancia". ÜRTELLS (2007), pp. 499-500.
184 Entre otros, ÜRTELLS (2007), pp. 500-501, y MORENO (2008), pp. 332-333.

C~PÍTULO ]V: EL RECURSO DE APELACIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCES.J..LES
CIVILES.DOCTRJN.J..
Y JURISPRUDENCIA 137

dicium") que permita resolver problemas distintos de los formula-


dos en primera instancia, con libertad de proponer y rendir nuevas
pruebas, y que, por lo mismo, el tribunal de primer grado no tuvo
conocimiento. Por el contrario, se configura como una "revisio prio-
ris instantiae" (revisión de la instancia previa), sin la posibilidad
de introducir nuevos materiales probatorios, ni hechos nuevos, pro-
cediendo a dictar la sentencia de segundo grado. Da origen a una
apelación limitada y a una revisio prioris instantiae; en cambio, el
sistema de apelación plena da origen a un novum iudicium.
3) Sistema de apelación mixto o intermedio: con todo, a mi parecer,
en puridad de conceptos, nuestro sistema o régimen jurídico del
recurso de apelación sería, más bien, un sistema mixto o interme-
dio, pues se combinan aspectos de uno y otro, por las siguientes
razones: i) si bien, por regla general, la Corte de Apelaciones revisa
las cuestiones de hecho y de derecho sobre la base de las pruebas
aportadas por las partes en primera instancia y no se admite prueba
alguna (art. 207 del CPC); sin embargo, se permite ap01iar prnebas
en segunda instancia, como la prueba documental y con limitacio-
nes (la prueba testimonial y confesional), y ii) por otra parte, se per-
mite hacer valer las excepciones denominadas mixtas o anómalas
del artículo 31O del CPC (prescripción, cosa juzgada, transacción
y pago efectivo) que pueden oponerse en segunda instancia y, en
tal caso, el tribunal de alzada se pronunciará en única instancia,
previa recepción de la prueba de ellas, conforme a las reglas de los
incidentes.
En definitiva, nuestro sistema de apelación sería un sistema ecléctico o
mixto en relación con los sistemas de apelación restringida o plena, según
el caso, en la medida en que la segunda instancia si bien no comporta, en
puridad de conceptos, un nuevo juicio, no obstante, sí se pueden introdu-
cir y oponer excepciones perentorias que no se hicieron valer en primera
instancia, así como aportar nuevas pruebas, aunque de manera restrictiva,
según se ha puesto de manifiesto precedentemente. Todo ello excluye ló-
gicamente que se pueda incardin~lenamente en el sistema de apelación
restringida en que no cabe introducir nuevos materiales probatorios, ni he-
chos nuevos; ni mucho menos, por cierto, en el sistema de apelación plena
que involucra un nuevo juicio o un nuevo proceso respecto de las preten-
siones hechas valer por las partes.

C-\PÍTULO !V: fa. RECURSO DE APELACIÓN

Págs. 117 - 300


138 TVÁN1-IUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

5. RESOLUCIONES JUDICIALES APELABLES

El modelo de impugnación establecido en el CPC se ha configurado


atendiendo a la naturaleza jurídica de la resolución judicial que contiene el
agravio. Así, se atiende a si se está en presencia de una sentencia definitiva,
sentencia interlocutoria, autos o decretos (art. 158 del CPC).,

5.1. Regla general: sentencias definitivas e interlocutorias

Los artículos 187 y 188 del CPC establecen que en el proceso civil son
apelables directamente tanto las sentencias definitivas como las sentencias
interlocutorias de primera instancia, salvo los casos en que la ley deniegue
expresamente este recurso.
Por regla general, los autos y decretos no son apelables.

A) Por excepción

Los autos y decretos son apelables, pero de manera subsidiaria de un


recurso de reposición y para el caso que esta no sea acogida, en dos casos:
1) Cuando el auto o decreto altere la sustanciación regular del juicio:
ejemplo clásico de decreto que altera la sustanciación regular del
procedimiento ordinario civil es aquel que al proveer la demanda
en vez de conferir "traslado" de la demanda a la parte demandada,
cita a las partes a una audiencia o comparendo al quinto día hábil de
notificada la demanda, que es una providencia o proveído propio de
unjuicio sumario.
También sería el caso en que se dispusiera tramitar una demanda
de acuerdo a1 juicio ordinario de mayor cuantía, en circunstancias
que el juicio es de menor cuantía, es decir, los juicios de más de 1O
UTM y que no pase de 500 UTM y que no tengan señalado en la
ley un procedimiento especial (arts. 698 a 702 del CPC), o bien de
mínima cuantía, esto es, a los juicios cuya cuantía no exceda de 1O
unidades tributarias mensuales (arts. 703 y ss.); en el juicio ordinario
de mayor cuantía se ordena recibir la causa a prueba, en vez de con-
ferir traslado para la dúplica; se apela de la interlocutoria de prueba
en \m juicio de mínima cuantía, en circunstancias que es inapelable
(art. 715 del CPC); la sentencia en estos juicios tampoco es apelable

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE APEL.-\CIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCES.-\LESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 139

(art. 45 Nº 1 del COT), en tanto la cuantía no exceda de 1OUTM; en


un juicio sumario se confiere traslado en vez de citar a las paiies a
un comparendo o audiencia, etc.
En suma, se trata de trámites que deben conformarse con las normas
de procedimiento establecidas por la ley y que se alteran cuando se
oponen o contravienen las normas, ordenatorias de la litis, estable-
cidas por el legislador procesal.
2) Cuando el auto o decreto recae sobre un trámite que no está expre-
samente establecido en la ley: los trámites esenciales o necesarios
son aquellos por cuya omisión hace que sea procedente el recurso de
casación en la forma (art. 768 Nº 9 del CPC).
A modo de ejemplo, se pueden señalar, entre otros, los siguientes:
en un procedimiento determinado se cita a las paties a oír senten-
cia y dicho trámite no está contemplado; lo mismo si se dispone la
consulta de una sentencia que no se apeló, sin que la consulta esté
regulada expresamente en la ley; se cita a las partes a una audiencia
de conciliación, en supuestos en que ella no es procedente (art. 262
del CPC); por ejemplo, en un juicio ejecutivo, o bien en un juicio
ordinario de mayor cuantía se omite la referida audiencia de conci-
liación y no se cita e igualmente se falla la causa.

B) Forma de in(e1poner un recurso de apelación

La naturaleza jurídica de la resolución judicial recurrida determina la


forma en t¡ue deberá interponerse el recurso de apelación: de modo directo
o bien de manera subsidiaria de otro recurso.
En efecto, la apelación deberá interponerse de manera directa en contra
de las sentencias definitivas o interlocutorias, y de manera subsidiaria, en
el caso de que se recurra de modo principal por intermedio de un recurso
de reposición contra de los autos o decretos que se ha examinado ante-
riormente, o bien en los casos en que se puede recurrir en contra de unas
determinadas sentencias interlocutorias por la vía de la reposición con ape-
lación subsidiaria, como suced~on la interlocutoria de prueba (art. 319
del CPC), entre otras.
Pues bien, no se plantean problemas interpretativos cuando es la pro-
pia ley la que regula la interposición del recurso de apelación de manera

CAPÍTULO !V: EL RECURSO D[ .-\PEL.\CJÓN

Págs. 117. 300


140 IVÁN HUNTERAMPUERO-EDINSON LARAAGUAYO

subsidiaria. En cambio, por el contrario, sí se plantea cuando es necesario


interpretar la naturaleza jurídica de la resolución recurrida, a la vista de
la tipología del artículo 158 del CPC, cuestión que se pone de manifiesto,
por ejemplo, en cuanto a la naturaleza jurídica de la resolución que se pro-
nuncia sobre una medida cautelar: si es una sentencia interlocutoria o un
auto, dado que claramente no es un decreto, providencia o proveído, ni una
sentencia definitiva, cuestión a la que nos referiremos más adelante. Ello
resulta relevante en relación con la determinación de la procedencia del
recurso de apelación de modo directo, si se estima que es interlocutoria; en
caso contrario, si se valora como un auto, se requerirá la interposición de
la apelación de modo subsidiario del recurso de reposición.
De acuerdo con lo indicado, qué sucede si por un error formal la ape-
lación interpuesta en contra de una sentencia interlocutoria en vez de ha-
cerse de modo directo se interpone de manera subsidiaria de un recurso
de reposición declarado inadmisible. ¿Se admitirá a trámite el recurso de
apelación no interpuesto en la forma legal, dado que debía interponerse
de manera principal y directa? o, por el contrario, desde un punto de vista
meramente formal y rígido, deberá ser declarado inadmisible.
La cuestión planteada tuvo ocasión de ser analizada por la Corte Supre-
ma 185 a raíz de que la parte interpuso una reposición con nuevos anteceden-
tes y c~n apelación subsidiaria respecto de una sentencia interlocutoria de
primera instancia que acogió k1s excepciones de incompetencia y de litis
pendencia opuesta por el demandado en un juicio ordinario, en lo princi-
pal, de inexistencia de contrato de dación en pago, desde que establece
derechos permanentes a favor de las partes y, además, pone término al
procedimiento o hace imposible su continuación.
Pues bien, la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago de-
claró inadmisible el recurso de apelación, "ya que la apelación debió de-
ducirse directamente y no en forma subsidiaria al recurso de reposición,
razón por la cual el recurso no puede ser admitido a tramitación, y se de-
claró inadmisible 186, contra la cual el demandante interpuso un recurso de
casación en el fondo que fue desestimado, por voto de mayoría, por la
Corte Suprema, por cuanto la apelación debió deducirse no de manera sub-
sidiaria al recurso de reposición, sino que directamente, y "al no haberse

185 ses Ról Nº 8200-2009, de 25 de abril de 2011.


186 SesRol Nº 5259-2009, de 23 de septiembre de 2009.

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE -\PEL.-\CIÓN

Págs. I I 7 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 141

interpuesto en la forma que procesalmente correspondía, era imposible que


superara el control de admisibilidad que exige el artículo 213 del Código
de Procedimiento Civil" y se estimó que no existía infracción alguna a las
disposiciones legales denunciadas.
Con todo, ello fue acordado con el voto en contra de dos ministros (Sr.
Adalís Oyarzún y Sr. Guillermo Silva) que parece más atendible en cuanto
ello "se aviene con la forma correcta de interpretar la ley, en consonancia
con los principios de la defensa jurídica y la doble instancia, componentes
del debido proceso garantizado constitucionalmente, que permiten una tu-
tela jurídica efectiva como mecanismo de protección o seguridad al mismo
sistema judicial, sustentado en la falibilidad humana del juez. No se pue-
de, so pretexto de formalismos extremos que el legislador contempló para
otros recursos de derecho estricto, como la casación, imponer al sentencia-
dor limitantes que no se condicen con el sistema recursivo contemplado
para las resoluciones dictadas por el tribunal de primera instancia en rpate-
ria civil y, por lo tanto, con el sentido del recurso de apelación, negando de
esta manera a la parte afectada que la sentencia sea revisable en segunda
instancia. Así, no existe causa legal que permita declarar inadmisible la
apelación interpuesta en contra de una resolución cuya naturaleza lo per-
mite, sin que se haya cuestionado la oportunidad y el cumplimiento de las
restantes exigencias que contemplan los artículos 189 y 201 del Código de
Procedimiento Civil".
Así, por lo demás, lo ha sostenido con anterioridad la jurisprudencia a
razonar:
"Que no hay disposición alguna que declare improcedente un recurso de ape-
lación por el hecho de que se le haga valer como subsidiario del de reposición.
En otros ténninos, la ley no prohíbe que el recurso de apelación se interponga
para el supuesto de que no se admita el de reposición, particularmente cuando
éste último es improcedente. Lo más que se podrá decirse es que el de reposi-
ción es inadmisible, pero no el de apelación" 187 .

187 SCA de Concepción, de 22 de junio de 1962, RDJ, t. 59, sec. 2ª, p. 33, citado por
el voto disidente del fallo de la C~ Suprema. En el mismo sentido, véase SCS,
Rol Nº 45842-2017, de 27 de marzo de 2018, donde se indica que "no hay disposición
alguna que declare improcedente un recurso de apelación por el hecho de que se le
haga valer como subsidiario del de reposición. La ley no prohíbe que el recurso de
apelación se interponga para el supuesto de que no se admita el de reposición, particu-
larmente cuando este último es improcedente".

C.~PÍTULO IV: EL RECURSO DE .~PEl..·\CIÓN

Págs. 117 300


142 lVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

En el mismo sentido se ha pronunciado la Corte de Apelaciones de Val-


divia 188, siguiendo un cambio operado, en forma mayoritaria, aunque no
uniforme, en la Corte Suprema 189, en orden a que la circunstancia de que el
recurso de reposición sea improcedente, ello no es obstáculo para la pro-
cedencia y admisibilidad del recurso de apelación deducido en contra de la
misma resolución, en este caso, una sentencia interlocutoria, en la medida
que este haya sido deducido en tiempo y contenga los fundamentos de he-
cho y de derecho y las peticiones concretas.
En el mismo sentido se ha pronunciado la Corte Suprema en cuanto ha
dicho:
"No hay disposición alguna que declare improcedente un recurso de apela-
ción por el hecho de que se le haga valer como subsidiario del de reposición.
La ley no prohíbe que el recurso de apelación se interponga para el supuesto
de que no se admita el de reposición, patiiculannente cuando este último es
improcedente" 190.
En suma, solo tendría que declararse que la reposición es inadmisible,
pero no la apelación. Asimismo, se da como argumento:
"[ ... ] el carácter constitucional del derecho al recurso judicial que deriva la
obligación de interpretar las normas quy regulan los requisitos de admisibili-
dad de los recursos procesales de la fonna más favorable para el litigante a fin
de posibilitar el acceso efectivo al recurso.
En efecto, los principios de defensa jurídica y de doble instancia, inte-
grantes del debido proceso, posibilitan una tutela jurídica efectiva como
mecanismos de protección o seguridad al mismo sistema judicial, por lo

188 SCA de Valdivia, Rol Nº 117-2017, de 1O de marzo de 2017. '


189 Véase SCS Rol Nº 41044-2016, de 29 de marzo de 2017, que conociendo de un recur-
so de queja, de oficio, anuló y dejó sin efecto lo obrado por la Corte de Apelaciones
de Coihaique y admitió a trámite la apelación subsidiaria de una reposición que había
sido denegada en contra de una sentencia interlocutoria que había acogido una excep-
ción dilatoria opuesta por el Fisco de Chile; se argumentó por el voto de mayoría del
fallo del máximo tribunal: "No resulta atendible que, en consideración pruritos mera-
mente formales y a interpretaciones excesivamente rigurosas, se ponga en entredicho
garantías de la entidad que ocupa este análisis, esto es, el derecho al recurso, en el
marco de un debido proceso". En consonancia con ello, está la opinión autorizada de
Rm,1rno (2006), p. 69, y Cormz (2016), pp. 71-183, especialmente pp. 100-101.
190 SCS Rol Nº 4074-2018, de 17 de julio de 2018. Se cita, asimismo, SCA ele Concep-
ción, RDJ, t. 59, sec. 2ª, p. 33.

C,PiTULO IV: EL RECURSO DL APEL.ICIÓN

Págs.117-300
RECüRSOSPROCES..\LES CIVILES.DOCTRIN..\ Y JURISPRUDENCL.\ 143

que no resulta procedente imponer limitantes que nieguen a la parte afecta-


da que la resolución impugnada sea revisable en segunda instancia".
Por consiguiente, de acuerdo con la nueva orientación jurisprudencia!
no se afectaría la admisibilidad del recurso de apelación, sea que se inter-
ponga de manera subsidiaria de un recurso de reposición, o bien de modo
principal y directo, en el caso que se recurra contra una sentencia interlo-
cutoria, en la medida, claro está, que cumpla con los demás requisitos de
admisibilidad propios de la apelación (art. 201 del CPC).
Es razonable la nueva línea jurisprudencia!, sobre todo si se considera
que las resoluciones judiciales admiten una tipología que se indica en el
artículo 158 del CPC, y la que más dificultades plantea, en la práctica, es la
de distinguir entre la calificación jurídica de un auto y las sentencias inter-
locutorias y, por tanto, ello comporta la subsecuente recursividad (directa
o subsidiaria).
Como se indicó, se mantienen dificultades interpretativas en cuanto a
las resoluciones judiciales que se pronuncian sobre una solicitud de una
medida cautelar, acogiéndola o denegándola. Para unos, es un auto; para
otros, una sentencia interlocutoria; lo mismo, mutatis mutandis, en cuanto
a su alzamiento 191 , lo cual plantea el dilema de si apelar en subsidio del
recurso de reposición, si se valora como un auto, o, si se estima que es
interlocutoria, habría que apelar directamente.
En la práctica forense, ante la dificultad puesta de manifiesto los justi-
ciables recurren,' en lo principal, con el recurso de reposición apelando en
subsidio; en el otrosí, apelan derechamente, trasladando al juez la decisión
de resolver los recursos antedichos, y darle curso a uno de ellos, el que
sea técnicamente más correcto, lo que supone definir, en forma previa, la
naturaleza jurídica de la resolución recurrida y proceder en consecuencia.

191 Véase, para la división que existe entre los autores y la jurisprudencia, M.\RÍN (2004),
pp. 287-292. Un ejemplo de ello es la sentencia de 26 de agosto ele 2013, de la Corte
eleApelaciones ele Temuco, recurso de hecho, Rol Nº 505-2013, que califica ele "inter-
locutoria" un rechazo a alzar una precautoria; se recurrió de reposición con apelación
subsidiaria. El voto de mayoría re~¡:ó el recurso de hecho. El voto disidente estimó
que la apelación era procedente, independientemente de si se interpusiera en subsidio
o directamente. A mi parecer, la resolución que resuelve una solicitud cautelar es un
auto desde que no establece derechos permanentes, lo cual descartaría que sea sen-
tencia interlocutoria, y atendida la naturaleza provisional de estas meelielas (art. 30 l
del CPC).

C,PÍTULO IV: EL RECURSO DE -\PEI..\CIÓ'i

Págs. l/7 - 300


144 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

En cualquier caso, a mi parecer, para garantizar el derecho al recurso,


independientemente, de la forma en que la parte lo haya interpuesto, direc-
ta o subsidiaria, no desvirtúa el recurso de apelación, ni es obstáculo para
declararlo admisible si reúne todos los requisitos fonnales que lo hacen
procedente (arts. 189 y 201 del CPC) y concederlo, sin perjuicio de que
el tribunal rechace la reposición por improcedente interpuesta contra la
misma resolución.
Así, pues, el recurso de apelación cobrará plena vigencia y autonomía,
con entera independencia de la reposición desestimada. Esta parece ser,
por lo demás, la nueva tendencia de la Corte Suprema.

6. RESOLUCIONES JUDICIALES INAPELABLES

Conforme a lo señalado en el apartado anterior, puede decirse que, por


regla general, las resoluciones judiciales son apelables, a menos, como lo
establece el artículo 187 del CPC, que "la ley deniegue expresamente este
recurso".
¿Qué resoluciones son inapelables?
1) En consideración de la instancia: las resoluciones que se dictt:;ndu-
rante la tramitación de la segunda instancia son inapelables. Así, no
son apelables las sentencias interlocutorias, autos o decretos dicta-
dos en segunda instancia (art. 21 O del CPC), pues, como es sabido,
no existe apelación de apelación, salvo que tenga por objeto resolver
acerca de la incompetencia del tribunaí, en cuyo caso podrá apelarse
de la resolución ante el tribunal superior (art. 209 inc. 2º del CPC) 192.
La sentencia definitiva de segunda instancia confirmatoria, revo-
catoria o modificatoria no es apelable. Por su parte, y con mayor

192 La C01ie Suprema resolvió: "La resolución del tribunal de segunda instancia que
declara su propia incompetencia para entender en la cuestión sometida a su conoci-
miento, es apelable, sea que se declare incompetente de oficio o a petición de parte".
SCS de 30 de noviembre de 1960, RDJ, t. 57, sec. 1", p. 349. Como es evidente, en el
caso que se declare la incompetencia, la Corte Suprema hará las veces de tribunal de
segunda instancia, lo mismo sucede con la apelación de las sentencias de protección
en que la C01ie de Apelaciones funciona como tribunal de primera instancia y la Corte
Suprema de segunda instancia, por excepción; igualmente, ello acontece en las accio-
nes o recursos de amparo, entre otros.

CAPÍTULO IV: fa. RECURSO DE APEL.·\CIÓN

Págs. Jl 7 - 300
RfCURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURJSPRUDENCL-\. 145

razón, las resoluciones dictadas por la C01ie Suprema son también


inapelables.
Tampoco son apelables las sentencias definitivas e interlocutorias,
autos y decretos dictados en única instancia, dado que, a su respec-
to, no es procedente el recurso de apelación.
Los autos y decretos de primera instancia cuando no alteran la sus-
tanciación regular del juicio o recaen sobre trámites expresamente
ordenados por la ley (art. 188 del CPC), en atención a su naturaleza
jurídica, resulta improcedente el recurso de apelación, como regla
general.
2) En atención a la cuantía de lo disputado: por regla general, todos los
asuntos, civiles o de comercio, cuya cuantía no exceda de 1OUTM
(ati. 45 Nº 1 del COT), cualquiera sea el procedimiento aplicable.
La competencia del juez será de única instancia, de modo que la sen-
tencia que se dicte a su respecto será inapelable (art. 188 del COT).
Sin embargo, existe una excepción en el caso de que intervengan per-
sonas con el denominado fitero menor, pues, en ese caso, las causas
civiles o comerciales se conocen ei1primera instancia aun cuando la
cuantía sea inferior a 10 UTM (ati. 45 letra g) del COT), de modo tal
que las partes agraviadas pueden interponer el recurso de apelación.
3) Según la naturaleza del asunto controvertido: entre otros, se pueden
mencionar los siguientes:
a) El del artículo 60 del CPC, es decir, la resolución relativa a la
solicitud de habilitación de día y hora inhábil para realizar una
actuación judicial, que se resuelve sin ulterior recurso;
b) La resolución que deniegue el recurso de reposición es inapela-
ble (art. 181 inc. 2º del CPC);
c) La resolución que ordena recibir el incidente a prueba (art. 90
del CPC);
d) La resolución que da lugar a la solicitud de inhibición (cuestión
de competencia por irrfi.Tuitoriaacogida), conforme al artículo
107 del CPC;
e) La resolución que dispone la práctica de una diligencia probato-
ria y la que da lugar a la ampliación de la prueba sobre hechos

C.,PÍTULO IV: EL RECURSO DE .,PEL.ACIÓN

Págs. 117- 300


146 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARA AGUAYO

nuevos alegados durante el término probatorio (art. 326, infme,


del CPC).
f) Las sentencias de los árbitros arbitradores, a menos que las par-
tes en el compromiso hubieren reservado dicho derecho ante
otros árbitros del mismo carácter y hayan designado a aquellos
que deben desempeñar el cargo (art. 642 del CPC).

7. CAUSAL QUE AUTORJZA LA INTERPOSICIÓN DEL RECURSO

Como se ha dicho antes, la única causal general o motivo que autori-


za la interposición del recurso es la existencia de un agravio o perjuicio
producto de una decisión total o parcialmente desfavorable emanada de la
sentencia definitiva, de lo pretendido por el demandante (pretensión), o de
lo resistido (resistencia) por el demandado, o bien si se acoge de manera
distinta a como la fonnuló. Se debe comparar lo solicitado con lo resuelto
por el tribunal en su resolución judicial.
En definitiva, el agravio es un presupuesto de procedencia del recurso
de apelación. El agravio es la medida de la apelación y sería una manifes-
tación del principio de trascendencia.
Así, la parte que vence totalmente en el pleito al adversario no puede
recurrir por falta de agravio; tampoco existe gravamen cuando la sentencia
acoge la demanda, aunque sus fundamentos jurídicos no se correspondan
con la motivación de la sentencia impugnada, lo que se impugna es la parte
dispositiva o resolutiva del fallo, no su fundamentación, y en la medida
que le suponga un perjuicio o gravamen (ex inc. 1º del art. 751 del CPC) 193.

193 Se ha resuelto: "No cabe considerar al Fisco como parte agraviada por una resolución
en que el tribunal de alzada, considerando que no pe1judicaba los derechos fiscales,
aprueba la sentencia consultada, contra la cual el Fisco no había interpuesto recurso
alguno" (SCS de 12 de enero de 1925, RDJ, t. 23, sec. 1ª, p. 345). Por lo demás, el
artículo 751 del CPC dispone el trámite de la consulta del fállo por parte del tribunal
de primera instancia a la Corte de Apelaciones respectiva, previa a la notificación de
las partes, siempre que sea desfavorable al interés fiscal: "Se entenderá que lo es, tanto
la que no acoja totalmente la demanda del Fisco o su reconvención, como la que no
deseche en todas sus partes la demanda deducida contra el Fisco o la reconvención
promovida por el demandado". Se establece una tipología de las causas que provocan
el agravio al Fisco, pero que resulta extensiva a cualquier litigante, mutatis mutandis,
en los supuestos indicados, con carácter general. La sentencia no apelada se eleva en

C.-IPÍTULO JV: EL RECURSO DE -\PEL.-ICIÓN

Págs. 117-300
RECURSOSPROCES.\LESCIV\LES.DOCTRIN..\ Y JURISPRUDENCL.\ 147

El agravio debe establecerse a paiiir del examen de la parte resolutiva de


la sentencia comparándola con la parte petitoria o petitum de la demanda,
0 de la contestación, en su caso. La condena en costas o la no imposición
de las costas, según el caso, también es un presupuesto que genera agravio.
En la práctica, es usual que se apele por dicho concepto en los recursos de
apelaciones que se presentan en el ámbito procesal civil.
En las sentencias interlocutorias, podría decirse que el agravio se pro-
ducirá cuando se decida de manera distinta a como está prevenido en la ley
procesal, por ejemplo, en la decisión de un abandono de procedimiento, de
un incidente de nulidad, de una interlocutoria de prueba, etc.
En los autos o decretos, el agravio se producirá si se altera la sustancia-
ción regular del procedimiento o si la resolución recae sobre trámites que
no están expresamente ordenados por la ley (art. 188 del CPC).
Se ha dicho que el error de derecho es uno de los fundamentos precisos
que autorizan la interposición del recurso de apelación, en cuanto el agra-
vio es la contradicción que existe entre lo pedido por la parte y lo resuelto
por el juez 194 , dado que el actor en su demanda, de acuerdo al artículo 254
Nº 4 del CPC, debe indicar "la exposición clara de los hechos y fimda-
mentos de derecho en que se apoya" [énfasis añadido], y, por otra parte,
el tribunal superior debe resolver "con arreglo a la ley" la resolución del
inferior (art. 186 del CPC).
COLOMBO indica que el agravio, en tanto contradicción que existe entre
lo pedido por la parte y lo resuelto por el juez, presenta dos aspectos:
El primero, es el agravio objetivo, que se produce cuando el tribunal
no da todo lo pedido por las partes y resulta de comparar la petición con
la sentencia.
El segundo, en cambio, es el agravio subjetivo que implica un proceso
mental del individuo que, desde su particular punto de vista, estima que la
sentencia no se ajustó a derecho y, por ello, es inducido a recurrir y decide

consulta, trámite obligatorio para t,9da sentencia definitiva de primera instancia en que
estén involucrados los intereses fi;ffies, en los juicios de hacienda, y sería ajeno a los
derechos que pueda tener en la causa la parte que litiga con el Fisco. Si el Fisco apela
parcialmente del fallo, no por eso queda firme en lo demás, ya que en esta parte debe
ser revisada por la vía ele la consulta por el tribunal de alzada.
194 COLO!\!BO ( 1997), p. 260.

CAPÍTULO IV: E!. RECURSO DE \PlL-\CIÓN

Págs. 117-300
148 IVÁN HUNTERAMPUERO-ED!NSON LARAAGUAYü

realizar los actos procesales necesarios para obtener la modificación o in-


validación de dicha resolución. Así, señala:
"El fundamento de la apelación es siempre el agravio, pero éste puede resultar
de una diversa apreciación del juez acerca del mérito de los derechos invoca-
dos por las partes o de un error de derecho cometido por él al sentenciar. Este
último es el que vicia la voluntad del juez de primera instancia y autoriza la
interposición del recurso de apelación para c01Tegirloa través de la sentencia
de 2º grado que restablezca el imperio del derecho" 195.

A lo anterior, se puede añadir la exigencia de que el agravio o perjuicio


sea actual, actualidad que, en el transcurso de la tramitación del recurso,
puede perder virtualidad de manera sobreviniente por haber desaparecido
el interés procesal196, lo cual implicará, en su caso, el término anticipado
del proceso. Por ejemplo, sería el caso en que el tribunal de primera instan-
cia en la fase de ejecución o cumplimiento de un juicio de arrendamiento
se suspende el lanzamiento del arrendatario demandado, por una semana,
y ello es apelado por la parte demandante, apelación que se concede en
el solo efecto devolutivo. Lo más probable es que cuando se produzca la
vista de la causa de la apelación indicada, el plazo de suspensión del lanza-
miento ya habrá vencido con creces; en consecuencia, la apelación habrá
perdido virtualidad o eficacia por haber desaparecido el agravio de manera
sobreviniente, esto es, entre la fecha de su interposición y la de la vista de
la causa por la Corte de Apelaciones respectiva.

8. LEGITIMACIÓN PARA APELAR

La legitimación para recurrir en apelación requiere de dos requisitos:


1) ser parte, y 2) ser parte agraviada.
1) Tener la calidad de parte: en este concepto deben incluirse:
a) Las partes directas, esto es, el demandante y el demandado: en
efecto, partes directas son los se han personado al juicio desde

195 Ídem.
196 Sobre la necesidad de que el agravio debe ser actual y mantener su vigencia, entre la
fecha de interposición del recurso de apelación y la vista de la causa, véase, al respec-
to, SesRol Nº 3454-201 O, de 29 de agosto 2011, y sesRol Nº 33607-2018, de 27 de
junio de 2019.

C sPÍTULO IV: EL RECURSO DE APELACIÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRJNAY JU,RlSPRUDENCIA 149

el inicio del mismo, sea porque hayan demandado o porque han


sido demandados, en este último caso, no es necesario que se
hayan hecho parte en el proceso, pues bastaría con que hayan
permanecido rebeldes en la misma, y, sin embargo, podrán per-
sonarse para el solo efecto de recurrir de apelación en contra de
la sentencia de primer grado, desde luego, una vez que ella le
haya sido notificada. Por eso, se ha resuelto que es improcedente
el recurso de apelación interpuesto por quien no es paite en el
juicio 197; por tanto, no se puede conceder el recurso de apelación
a su respecto 198. El litigante rebelde es parte en la causa y estará
legitimado para interponer dicho recurso si la resolución recurri-
da comp01ta un contenido desfavorable, es decir, le provoca un
gravamen o perjuicio.
La calidad procesal de parte se ha definido por la jurispruden-
cia señalando que "son aquellas personas que sostienen ante el
tribunal una contienda jurídica y actual respecto de sus propios
derechos" 199. Para CHIOVENDA, "es parte el que demanda en
nombre propio (o en cuyo nombre es demandada) una actuación
de la ley, y aquel frente al cual esta es demandada" 200 .
Pues bien, conforme al aitículo 18 del CPC, "en un mismo jui-
cio podrán intervenir como demandantes o demandados varias
personas siempre que se deduzca la misma acción, o acciones
que emanen directa e inmediatamente de un mismo hecho, o que
se proceda conjuntamente por muchos o contra muchos en los
casos que autoriza la ley".
En otras palabras, se reconoce y autoriza la pluralidad de partes
en un mismo juicio en los casos que indica, como demandantes
y como demandados. Es decir, estamos en presencia de un litis-
consorcio que se da "cuando, en un proceso, concurren varias
personas actuando en una misma posición de parte" 2º1.

-~
197 SCA de Santiago, de 28 de diciemb1;ede 1909, RDJ, t. 7, sec. 2ª, p. 71.
198 SCA de Santiago, de 15 de enero de 1970, RDJ, t. 67, sec. 2", p. 35.
199 SCS Rol Nº 4237-2005, de 7 de agosto de 2007.
200 C!IIOVEND\ (1922), p. 6.
201 Ro~IERo(2011), p. 33.

C-\PÍTULO IV: EL RECURSO DE .·\PF.l.ACIÓN

Págs. 117 - 300


150 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

Dicho litisconsorcio puede ser activo, si existe pluralidad de de-·


mandantes; pasivo, si existe pluralidad de demandados, y mixto,
si existe pluralidad de demandantes y demandados.
Así las cosas, pueden interponerse tantos recursos de apelacio-
nes cuantas partes se hayan personado en el proceso, como de-
mandantes o demandados.
b) Aquellos que si bien no fueron paties de manera inicial, sino
que, con posterioridad, en virtud de la denominada intervención,
es decir, las partes indirectas o terceros que advienen al juicio,
en forma voluntaria, una vez que este ya ha sido iniciado, por ser
titular de un derecho o de un interés jurídicamente comprometi-
do en el proceso.
Los terceros que pueden intervenir voluntariamente en el pro-
ceso pueden ser coadyuvantes, principales o excluyentes y los
independientes, y se les ha de reconocer la facultad de interpo-
ner el recurso de apelación que proceda en contra de las resolu-
ciones judiciales que se dicten durante la tramitación o secuela
del juicio, y, desde luego, en contra de la sentencia definitiva, en
conformidad a los artículos 16, 22 y 23 del CPC.
El problema se plantea respecto de si pueden deducir el recurso
de apelación para impugnar resoluciones dictadas en un proceso
aquellos terceros que, por vez primera, sin haberse personado en
el proceso son titulares de un interés jurídicamente protegido,
dado que le afectarán los efectos de la cosa juzgada.
A mi pare¿er, no cabe duda que puede intervenir para recurrir si
acredita tener un interés directo y legítimo en el pleito. Así, por .
lo de1nás, se ha resuelto por la Corte Suprema 2º2 .
En suma, la legitimación para recurrir en apelación se atribuye a
las partes directas, pero también a los terceros que se han perso-
nado en el proceso, aunque no fueran inicialmente demandantes
o demandados, y a los que no han adquirido la calidad de parte
y tengan un interés directo jurídicamente comprometido, en un
proceso pendiente, en la medida que justifiquen dicho interés

202 SCS de 22 de julio de 1993, en Revista Fallos del Mes Nº 416, p. 467.

C..\PÍTULO IV: EL RECURSO DE .\PEL.\CIÓN

Págs. 117-300
RECURSOSPROCES.-1.LES
CIVILES.DOCTRIH-1.
Y JURISPRUDENCIA 151

legítimo por causa de un agravio y, desde luego, le puedan al-


canzar los efectos de la cosa juzgada de la sentencia que se dicte.
El tribunal los admitirá como parte si acreditan tener un interés
jurídico comprometido y así quedarán legitimados para ejercer
los recursos que le franquea la ley.
Reafirma la conclusión anterior lo establecido en el artículo 24
del CPC, a cuyo tenor:
"Las resoluciones que se dicten en los casos de los artículos anteriores
[relativas a la intervención voluntaria de terceros en juicio] producirán
respecto de las personas a quienes dichos artículos se refieren los mis-
mos efectos que respecto de las partes principales".
Así, por ejemplo, en el caso del tercero coadyuvante se ha re-
suelto que puede interponer los recursos a que haya lugar, con-
forme a las reglas generales, lo que se explica "por el hecho de
haber ingresado como parte, le alcanza el efecto de cosa juzgada
de la sentencia que allí se pronuncie (art. 24 CPC)" 2º3 .
En el litisconsorcio se plantea el problema de los efectos del recurso
de apelación interpuesto por una de las partes, y no por todos sus in-
tegrantes. Qué efectos producirá la sentencia que acoja la apelación
interpuesta por uno de ellos, en cuanto a si aprovechará o no, o si
pe1judicará (reformatio in peus) a los demás que no recurrieron, no
obstante ser partes en la causa.
Se ha dicho que la solución puede abordarse desde el punto de vista
de dos principios: el de la personalidad del recurso y el de la comu-
nidad del recurso 2º4 .
Con arreglo al principio de personalidad del recurso, en virtud de
lo dispuesto en el artículo 3º, inciso 2º, del CC, los resultados solo
afectarán a la persona que recurrió, como consecuencia del efecto
relativo de las sentencias judiciales. Así, si el otro u otros litiscon-
sortes consintieron o no recurrieron en contra de la resolución judi-
cial, la sentencia a su respecto quedará firme o ejecutoriada, confor-
me al artículo 174 del CPC, esto es, desde que transcurran todos los
plazos que la ley concede para la interposición de los recursos, sin

203 SCS Rol Nº 4237-2005, de 7 de agosto de 2007.


204 Rmrrn.o (2011), p. 40.

C.-\PÍTULO IV: EL RECURSO DE -IPEL.-'.CIÓN

Págs. 117 - 300


152 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

que se hayan hecho valer, en el caso de las sentencias definitivas,


el secretario del tribunal certificará tal hecho a continuación de la
sentencia, el cual se considerará firme desde ese momento, sin más
trámites. Así, se ha dado como ejemplo el que "no podría una Cor-
te de Apelaciones revocar una sentencia de primera instancia, que
desestimó una demanda de nulidad de una sociedad, declarando que
ella es nula para los que apelaron, y que sigue siendo válida para los
que no dedujeron el recurso" 2º5 .
Según el principio de la comunidad del recurso, cuya aplicación es
más excepcional, el resultado del recurso interpuesto por uno de
ellos aprovecha o beneficia a los demás no recurrentes.
Sería un efecto extensivo de la estimación del recurso, como sucede
con las obligaciones solidarias o indivisibles, conforme a lo estable-
cido en el artículo 2519 del CC. Ello se explicaría porque el objeto
de la acción es único e indivisible para todos los litisconsortes, de
manera que la solución judicial debe ser asimismo única para todos
ellos.
A mi parecer, los casos de solidaridad o indivisibilidad, que puede
beneficiar o pe1judicar al deudor, por tratarse de un objeto único e
indivisible, no altera el sentido y alcance del principio de personali-
dad del recurso de apelación 206 .
2) Ser parte agraviada: para recurrir, como segundorequisito, es nece-
sario ser parte agraviada, esto es, que la resolución impugnada haya
provocado un perjuicio a la parte que la impugna, es decir, que le
sea total o parcialmente desfavorable o, lo que es igual, que le su-
ponga un gravamen. La resolución debe afec\ar desfavorablemente
a las partes porque no obtuvo todo lo que pedía, o solo lo hizo de
manera parcial. Por ejemplo, si Pedro demanda a Juan el pago de
$1.000.000 y el tribunal acoge la demanda solo por $600.000. Sin
duda, que la sentencia ha provocado un agravio a Pedro a pesar de
haber obtenido en el proceso.
Así, no existirá agravio, a contrario sensu, si la resolución es com-
pletamente favorable, por ejemplo, se acogió en todas sus partes la

205 RmrERO (2011 ), pp. 40-41.


206 Al respecto, véase CouTURE (201 O), p. 301.

CAPÍTULO JV: EL RECURSO DE .·\PELACIÓJ-:

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA. 153

demanda interpuesta, al menos, para el demandante; para el deman-


dado, en cambio, si se han rechazado las excepciones perentorias
opuestas, la sentencia sí le causará un gravamen o agravio, puesto
que en este caso, el fallo sería contrario a sus intereses (aquí la com-
paración debe hacerse entre las peticiones concretas de la contesta-
ción de la demanda y lo resuelto por la sentencia); si se rechaza la
reconvención interpuesta por el demandado, que, a su vez, es de-
mandante reconvencional.
Si se rechaza la demanda principal, en cambio, la sentencia causará
agravio al demandante. La sentencia que acoge parcialmente la de-
manda puede perjudicar, a la vez, al demandante y al demandado.
Tampoco será agraviada, por ejemplo, si a la parte demandante, a
pesar de haberse acogido la demanda por el tribunal, la argumen-
tación jurídica expresada en los considerandos no coincide con la
expresada por el actor en su demanda; más aún, si es la parte deciso-
ria o resolutiva de la sentencia, que contiene la decisión del asunto
controvertido, es, en definitiva, lo impugnable, salvo que se integre
con la existencia de un considerando resolutorio, por ejemplo, que
fije las bases de cálculo de una indemnización de pe1juicios.
En principio, cualquier diferencia entre lo pedido o pretendido por
la parte (petitum) y lo reconocido o concedido en lo resolutivo de
la sentencia puede provocar agravio, aun cuando se pueda referir a
cuestiones accesorias, de carácter económico, que no forman par-
te del asunto controvertido, como las costas. La sentencia puede
acoger la demanda, sin costas, pero el tribunal considera que hubo
motivo plausible para litigar (art. 144 del CPC), por lo cual las re-
chaza. Aquí, el actor, en este caso, podrá apelar de la sentencia solo
en cuanto no se otorgaron costas, dado que ello le causa agravio o
perjuicio.
En el Título XVI, bajo la rúbrica "De los juicios de hacienda", esto
es, aquellos en que tenga interés el Fisco y cuyo conocimiento co-
rresponda a los tribunales ordinarios, se encuentra en el artículo 751
del CPC, párrafo primero,'(fcreregula cuándo se produce agravio. En
efecto, el artículo citado dispone:
"Toda sentencia definitiva pronunciada en primera instancia en juicios
de hacienda y de que no se apele, se elevará en consulta a la Corte de

CAPÍTULO JV: EL RECURSO DE .,PEL.-\CIÓN

Págs. 117 - 300


154 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

Apelaciones respectiva, previa notificación a las partes, siempre que sea


desfavorable al interés fiscal. Se entenderá que lo es, tanto la que no acoja
totalmente la demanda del Fisco o su reconvención, como la que no des-
eche en todas sus partes la demanda deducida contra el Fisco o la reconven-
ción promovida por el demandado".

Así, el artículo 751 del CPC, en primer lugar, establece que debe
existir un interés desfavorable para los intereses fiscales; es decir,
agravio para el Fisco, que se concreta cuando la sentencia no acoja
totalmente la demanda del Fisco o su reconvención, como la que no
deseche en todas sus partes la demanda deducida contra el Fisco o la
reconvención promovida por el demandado.
Pues bien, dicha conceptualización legal nos sirve, por extensión,
para determinar la existencia del agravio o perjuicio, como causal
genérica para la interposición del recurso de apelación, en general,
independientemente de quién sea el apelante (sea o no el Fisco de
Chile).
En consecuencia, y sobre la base de dicha disposición legal aparece
con meridiana claridad que la sentencia provocará agravio a las
paties, en los siguientes casos, por ser desfavorable a sus intere-
ses201:
a) Para el demandante:
i) En el caso de que no se acoja totalmente su demanda;
ii) Si no se rechaza completamente la reconvención dedudda
en su contra por el demandado.
b) •Para el demandado:
i) En el evento de que no se rechace completamente la deman-
da interpuesta en su contra;
ii) Si no se acoge completamente la reconvención interpuesta
por su patie.
De acuerdo con lo dicho anteriormente, y sobre la base de la dicción
del artículo 751 del CPC, a propósito de los juicios en que tenga interés el
Fisco, queda de manifiesto que el agravio resulta de la parte dispositiva o

207 Véase supra nota a pie de página número 167.

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RECURSOS PROCES.-\LES CIVILES. DOCTRIN ..\ Y JURlSPRUDENCL.\ 155

resolutiva de la sentencia, dado que es en dicha parte de la sentencia donde


se resuelve: acoger o rechazar una demanda, o la reconvención interpuesta
por el demandado, en su caso. Se excluye así la parte considerativa de la
sentencia, esto es, los considerandos, donde se expresa y vierte la funda-
mentación de las conclusiones a que se arriba en lo resolutivo del fallo.
Sin perjuicio de lo dicho anteriormente, reconocemos que existen casos
en que lo pedido, o resistido por el demandado, y lo reconocido o declara-
do por el tribunal, no siempre comprenderá todos los supuestos que puedan
darse.
Así, pues, podría provocar un perjuicio o agravio la sentencia derivado
de los fundamentos jurídicos por las cuales se concede. Por ejemplo: si el
demandado opone como excepción principal el pago de la obligación y, de
manera subsidiaria, la excepción de compensación y el tribunal resuelve
acoger únicamente la excepción de compensación y rechaza la excepción
de pago, se podría entender en un sentido amplio que, igualmente, existe
un agravio para la parte demandada, que, por tanto, podría apelar, dado que
existe un interés concreto en recurrir, y, por lo demás, se le absuelve por un
título o causa de pedir distinto del que pidió.
También podría dar el caso de que el agravio pudiera ser provocado
por las razones jurídicas que fundamenten, en la parte considerativa, la
decisión del tribunal, y no necesariamente, por lo decidido en la parte reso-
lutiva de la sentencia o resolución que se impugna, sino a través de los de-
nominados "considerandos resolutorios", y, además, cuando el contenido
de la resolución pudiere ser causa o fundamento de una posible responsa-
bilidad o gravamen futuro, "siempre que sean la base o antecedente lógico
del extremo contenido en el fallo" 2º8, es decir, cuando los considerandos de
la sentencia son indispensables para interpretar la decisión final.
Si se estimara que el gravamen solo puede ser producido por lo dispo-
sitivo de la sentencia que se impugna, podría llegar a suponer la privación
del recurso de apelación en supuestos en que existe agravio o pe1juicio
aunque el mismo no se contenga en la parte resolutiva, por lo cual, y a fin
de evitar injusticias y de manera excepcional, podría admitirse un concepto
de agravio en sentido amplio, deÍ'riodo de admitir el recurso en el caso que
se aprecie gravamen en los fundamentos jurídicos de la resolución judicial,

208 MONTERO y fLORS (2005), p. 60.

C~PÍTULO ]V: EL RECURSO DE .-\PEUCIÓN


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156 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

como se dijo antes, siempre que sea el antecedente lógico o base del extre-
mo o aspecto contenido en el fallo, pues tendrá interés para recurrir.
A modo de síntesis:
1) La parte que vence totalmente en un juicio, sea demandante o de-
mandado, carece de agravio, en consecuencia, no está legitimada
para recurrir.
2) Carece de agravio el demandante cuando la sentencia acoge la de-
manda, aun cuando los fundamentos esgrimidos no se correspondan
con los hechos valer por aquel, dado que el juez conoce el derecho
(iura novit curia).
3) El agravio se debe establecer a partir del contenido de lo resolutivo
o dispositivo de la sentencia en comparación con la respectiva parte
petitoria, ya sea de la demanda o de la contestación (tantum devolu-
tum quantum appellatum).
4) La fundatnentación jurídica únicamente, y excepcionalmente, en la
medida de la existencia del agravio, en cuanto sean "considerandos
resolutivos", que integran el contenido de la patie resolutiva.
5) Al demandado le puede producir gravamen el rechazo de la deman-
da al acoger un medio de oposición de manera distinta a la planteada
por la parte demandada (principal y subsidiaria).

9. PLAZO PARA INTERPONER EL RECURSO DE APELACIÓN

La regla general en cuanto al plazo para interponer el recurso de ape-


lación de acuerdo con el artículo 189 del CPC es de cinco días, contados
desde la notificación de la parte que entabla el recurso. Sin embargo, exis-
ten excepciones:
a) Si se trata de apelar de una sentencia definitiva, el plazo se aumenta
a diez días, contados desde la notificación de la parte que entable
el recurso, independientemente del proceso en que se haya dictado
y a falta de norma especial en contrario, Así, se ha resuelto que "la
sentencia definitiva en un procedimiento ordinario de menor cuantía
es apelable y el plazo para hacerlo es de diez días, ya que el hecho
de que el artículo 699 del Código de Procedimiento Civil señale que

C-\PÍTULO !V: EL RECURSO DE .-\PEL.-\CIÓN

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RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY füRISPRUDENClr\ 157

la apelación se rige por la regla de los incidentes, no significa que el


plazo para alzarse en contra del fallo se reduzca a cinco días, pues
no existe norma expresa que así lo señale" 2º9 .
b) En aquellos procedimientos en que las partes sin ser abogados liti-
guen personalmente, en cuyo caso el legislador faculta la interposi-
ción verbal del recurso de apelación en el plazo de cinco días, salvo
disposición especial en contrario (art. 189 inc. 4º del CPC).
c) En el caso de la apelación subsidiaria del recurso de reposición in-
terpuesto en contra de la interlocutoria de prueba, y, para el evento
que ella sea rechazada, el plazo es de tres días (art. 319 del CPC).
d) El plazo para apelar de la sentencia dictada en un juicio particional
(laudo y ordenata) es de 15 días (art. 664 del CPC).
e) Cuando la partición deba ser aprobada por la justicia ordinaria, el
término para apelar será también de 15 días, y se contará desde que
se notifique la resolución del juez que apruebe o modifique el fallo
del partidor (art. 666 del CPC).
El plazo de la apelación tiene una serie de características:
a) 1 Es un plazo fatal, comoquiera que, si no se interpone dentro de pla-
zo el recurso de apelación, precluye irrevocablemente la facultad
de hacerlo valer a su vencimiento (arts. 49 del CC y 64 del CPC) 21º,
y en este caso será declarado inadmisible por extemporáneo. La
facultad de recurrir precluye por el solo ministerio de la ley. Otra
modalidad de preclusión se observa cuando presentado el recurso
no se pueden hacer variaciones. La facultad de impugnar se agota
o extingue cuando ella se ha ejercido. Así, no podría corregirse el
recurso de apelación una vez interpuesto, y mucho menos en la casa-
ción (art. 774 del CPC), donde el legislador lo señala expresamente;
a saber: "interpuesto el recurso, no puede hacerse en él variación de

209 SCA de Santiago, de 9 de abril de 2001, RDJ, t. 98, sec. 2ª, p. 33.
21O La Corte Suprema ha señalado qt~~ razón del carácter fatal del plazo para apelar
es por consideraciones de interés público y a fin de que los juicios y demás gestiones
judiciales puedan tener un período de duración prudente y racional; por ello, la ley dio
carácter de fatal al término para apelar y no tiene competencia el tribunal ele alzada
para conocer ele un asunto si la apelación se interpuso fuera de término. SCS ele 20 ele
octubre ele 1910, RDJ, t. 9, sec. lª, p. 313.

C.~PÍTULO [V: EL RECURSO DE .-\PEL.-ICIÓN

Págs. ll 7 - 300
158 lVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

ningún género". Esto es así porgue se aplica el principio de preclu-


sión al sistema recursivo nuestro.
b) Es un plazo individual, es decir, comienza a regir para cada parte
desde el día de la respectiva notificación, a diferencia del término
común que empieza a correr conjuntamente para todas las paties
desde la última notificación (art. 260 del CPC).
c) Es un término de días completos y se suspende durante los días
feriados, salvo que el tribunal, por motivos justificados, haya dis-
puesto expresamente lo contrario (art. 66 del CPC).
d) Es un término legal, por consiguiente, no admite prórroga: es im-
prorrogable; solo los plazos fijados por el tribunal admiten prórro-
gas (art. 67 del CPC).
e) No se suspende por la solicitud de reposición (art. 190 del CPC).
f) No se suspende por la solicitud de aclaración, rectificación o en-
mienda (art. 190 inc. 2º del CPC).
Sin embargo, excepcionalmente se suspendería el término para ape-
lar en caso de fallecimiento de alguna de las partes que obre por sí
misma, conforme a una interpretación extensiva del artículo 5º del
CPC. En este caso, los herederos de la parte fallecida, mediante pro-
curador común, podrán apelar dentro del término de emplazamiento
para contestar demapdadas, plazo que habría que contar desde que
se ponga en su conocimiento el estado del proceso 211, con lo cual se
garantiza, además, el derecho constitucional al debido proceso en su
vertiente del justo y racional procedimiento, garantizándose así el
derecho a los recursos procesales.
g) Es renunciable con poder especial para ello. En efecto, la facultad
de renunciar a los recursos requiere de mención expresa en el man-
dato judicial, según se establece claramente en el inciso 2° del ar-
tículo 7º del CPC, pues no se entienden concedidas al procurador sin
expresa mención, de modo tal que quede de manifiesto que el man-
dante manifiesta su voluntad de conceder tal facultad al mandatario.
No es una facultad ordinaria del mandato judicial. De esta forma, se
debe distinguir entre la renuncia expresa del recurso de su desistí-

211 ESPD\OSA (1985), pp. 27-28.

( -IPÍTuLO IV: fa RECLRSO DE .-\PEUCIÓN


Pcígs. 117-300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRIN..\ Y JURISPRUDENCL.\ 159

miento. Así, renuncia la parte que se compromete en forma expresa


y anticipada a no interponerlo, en cualquier tiempo, antes de que se
dicte la resolución recurrible; en cambio, se desiste la parte que una
vez interpuesto manifiesta su voluntad de abandonarlo y constituye
una facultad ordinaria del mandato, pues no requiere de mención ex-
presa, a diferencia de la renuncia de los recursos o términos legales.
Al no existir recurso de apelación, solo cabría el envío o remisión
electrónica por el tribunal a qua al tribunal de apelación, por vía
interconexión, en consulta de la sentencia de la sentencia definitiva
de primera instancia en los juicios de hacienda, cuyo conocimiento
corresponde a los tribunales ordinarios, cuando resultan desfavora-
bles a los intereses fiscales (art. 751 del CPC), previa notificación de
las partes.
En cualquier caso, a diferencia de la renuncia, para desistirse del recur-
so de apelación no se requiere de poder especial, atendido el claro tenor
literal del inciso 2º del artículo 7° del CPC que establece un numerus clau-
sus de las facultades que requieren de "expresa mención", y, entre ellas,
no se encuentra el desistimiento. En consecuencia, el desistimiento estaría
comprendido dentro de las facultades ordinarias del mandato judicial y, por
ello, regiría lo preceptuado en el inciso 1° del mismo artículo 212 .

9.4. El término para apelar y la Ley SIN sobre Efecto Re-


troactivo de las Leyes

Los conflictos que puedan suscitarse con ocasión de modificación de las


leyes procesales dictadas en distintas épocas que, por ejemplo, aumenten
o reduzcan los términos para recurrir, habrá que atender a la fecha en que
debe empezar a regir. La solución a los conflictos de leyes procesales la
proporciona el aiiículo 24 de la Ley de Efecto Retroactivo de las Leyes, de
7 de octubre de 1861, a cuyo tenor:
"Las leyes concernientes a la substanciación y ritualidad de los juicios preva-
lecerán sobre las anteriores desde el momento en que deben empezar a regir.
Pero los términos que hubiesen empezado a correr y las actuaciones o diligen-
cias que ya estuvieren iniciadas '!r
regirán por la ley vigente al tiempo de su
iniciación".

212 Véase SCS de 27 de junio de 1918, RDJ, t. 16, sec. !ª, p. 77.

C\PÍTULO JV: EL RECURSO DE APLUCIÓN

Págs. 117 - 300


160 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

Así las cosas, si el término para apelar ya había empezado a correr bajo
la ley vigente al tiempo de su notificación, esto es, por haberse notificado
a las partes la resolución respectiva; entonces el plazo para apelar será el
correspondiente a ella; en caso contrario, si no ha existido notificación, se
regirá por la nueva ley.

10. FORMA DE INTERPONER EL RECURSO DE APELACIÓN

La forma de interposición del recurso de apelación, por regla general,


es por escrito, y al efecto "deberá contener los fundamentos de hecho y
de derecho en que se apoya y las peticiones concretas que se formulan"
(art. 189 inc. 1º del CPC), y, a contar del 18 de junio de 2016, en soporte
electrónico a través del sistema de tramitación electrónica del Poder Ju-
dicial. Si se presenta en soporte de papel, el recurso será digitalizado e
ingresado a una carpeta electrónica213 .
El inciso 3° del aiiículo 189 del CPC señala:
"En aquellos casos en que la apelación se interponga con el carácter de sub-
sidiaria de la solicitud de reposición, no será necesario fundamentarla ni for-
mular peticiones concretas, siempre que el recurso de reposición cumpla con
ambas exigencias".

213 En virtud de la Ley Nº 20.886, publicada en el Diario Oficial de 18 de diciembre de


2016, que modifica el Código de Procedimiento Civil, para establecer la tramitación
digital de los procedimientos judiciales, con entrada en vigencia al 18 de junio de
2016, su aiiículo 5° dispone que el ingreso de los escritos se hará por vía electrónica
a través del sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial, para cuyos efectos
los abogados o habilitados de derecho se registrarán en los términos que se regulen
en el auto acordado que la Co1ie Suprema dictará al efecto. En casos excepcionales,
cuando las circunstancias así lo requieran o se trate de una persona autorizada por el
tribunal por carecer de medios tecnológicos necesarios, los escritos podrán presentarse
en sopotie papel por conducto del ministro de fe respectivo o del buzón especialmente
habilitado al efecto. Con todo, los escritos presentados en formato papel serán digita-
lizados e ingresados a la carpeta electrónica inmediatamente. Lo dicho anteriormente
vale para el escrito de apelación, por lo menos, en forma obligatoria, a contar del 18 de
junio de 2016, esto es, a contar de seis meses desde la fecha de publicación, para todas
las causas que se tramiten ante los tribunales que ejerzan jurisdicción en los territorios
jurisdiccionales de las Coties de Apelaciones de Arica, !quique, Antofagasta, Copiapó,
La Serena, Rancagua, Talca, Chillán, Temuco, Valdivia, Puerto Montt, Coihaique y
Punta Arenas, y a contar de un m'lo desde la fecha de publicación para las causas que
se tramiten ante los tribunales que ejerzan jurisdicción en los territorios jurisdicciona-
les de las demás coties del país.

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE APELACIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINc\Y JURJSPRUDENCIA 161

El escrito debe estar firmado por el abogado o mandatario judicial co-


rrespondiente.
En los procedimientos o actuaciones para los cuales la ley establezca
la oralidad se podrá apelar en forma verbal siempre que se señalen some-
ramente los fundamentos de hecho y de derecho del recurso y se formulen
peticiones concretas, de todo lo cual deberá dejarse constancia en el acta
respectiva (art. 189 inc. 3º del CPC).
Así, en los procedimientos que establecen el principio de oralidad,
como sucede, con los actuales procedimientos laborales, de familia y del
nuevo procedimiento penal, no se excluye del todo la escrituración de los
actos verbales realizados mediante el levantamiento de las correspondien-
tes actas que dejen constancia, pues el recurso de apelación interpuesto de
manera verbal en la audiencia de que se trate será debidamente documen-
tado en el acta correspondiente, y, como se ha dicho de manera autorizada,
"ello no supone vulneración de la oralidad; lo imp01iante es que el juez, a
la hora de dictar la resolución, no se basará en el acta realizada para docu-
mentar el acto oral, sino directamente en el acto oral" 214 .
En suma, la regla general en el procedimiento civil es que la apelación
se realiza por escrito, la cual debe contener los fundamentos de hecho y de
derecho y las necesarias peticiones concretas que se someten a la decisión
del tribunal.
La excepción al requisito de la escrituración lo constituye la apelación
verbal en los procedimientos en que rige el principio de la oralidad 215 , en
los cuales, igualmente, se debe cumplir con el deber de fundamentación del
recurso y de contener peticiones concretas, al momento de su interposición.
Conviene poner de manifiesto que en relación con las modalidades de
interposición del recurso de apelación, respecto de los demás recursos que
contempla nuestro Código Procesal Civil, cabe señalar las siguientes, a
saber:
1) Interposición directa y principal del recurso de apelación: se trata de
la interposición del recurso por la parte agraviada de manera inde-

214 8ORD\LÍ (2013), pp. 63-64.


215 Así, el artículo 149 del CPP, en lo pertinente, dispone: "La resolución que ordenare,
mantuviere, negare lugar o revocare la prisión preventiva será apelable cuando hubiere
sido dictada en una audiencia".

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE .\PELACIÓN

Págs. 117-300
162 !VÁN 1-IUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

pendiente o autónoma, y principal, en contra de la decisión recurri-


da, sin ninguna vinculación con otro recurso. Por ejemplo, cuando
simplemente el demandante o el demandado apela directamente de
la sentencia definitiva de primera instancia, y no interpone ningún
otro recurso añadido en el mismo escrito de apelación.
2) Interposición subsidiaria de otro recurso: es el caso en que el recurso
de apelación debe interponerse en un mismo escrito de manera sub-
sidiaria de otro recurso, como sucede con el ejemplo paradigmático
cuando se pide reposición con apelación subsidiaria de la interlocu-
toria de prueba a fin de que se modifique algún hecho controvertido,
se eliminen algunos o se agreguen otros y para el caso de que la re-
posición no sea acogida (art. 319 del CPC). La apelación es subsidia-
ria del recurso de reposición por expresa disposición de la ley. Con
carácter general, la interposición subsidiaria del recurso de apelación
está contemplada por el legislador cuando se impugne por su inter-
medio autos o decretos que alteren la sustanciación regular del proce-
dimiento o cuando recaen sobre trámites que no estén expresamente
regulados en la ley, conforme lo dispone el artículo 187 del CPC.
3) Interposición conjunta de recursos: a diferencia del supuesto an-
terior en que un recurso no excluye al otro, y, al mismo tiempo,
persiguen la misma finalidad, como en el ejemplo propuesto ante-
riormente de modificar la sentencia interlocutoria de ptueba, la in-
terposición conjunta de recursos, estos son incompatibles entre sí,
en cuanto a su fundamentación y peticiones concretas y persiguen
finalidades completamente diferentes. Es el caso de la interposición
conjunta del recurso de casación en la forma y de apelación, en un
mismo escrito, en contra de la sentencia de primera instancia, si bien
la casación se debe deducir en lo principal y en un otrosí, la ape-
lación (arts. 770 y 798 del CPC) y, en segundo lugar, el supuesto
de la interposición conjunta del recurso de casación de forma y de
fondo en contra de una misma sentencia, en un mismo escrito, y de
manera simultánea (art. 770 del CPC), esto es, a un mismo tiempo.
En los casos indicados no tiene cabida la subsidiaridad a la cual se
hizo referencia en el numeral anterior. Hay concurrencia simultánea
o sucesiva de recursos en un mismo escrito.
4) Laadhesión a la apelación: es un supuesto o modalidad de interpo-
ner el recurso de apelación desde que la adhesión a apelación no es

C,PÍTULO JV: EL RLClRSü DE .\l'EL.-\CIÓC:


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RECURSOSPROCES."'.LES
CIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCL-\ 163

sino la apelación del apelado (art. 216 inc. 2º del CPC), instrumenta-
lizada a través de la apelación adhesiva en cuanto constituye, en pu-
ridad de conceptos, un verdadero recurso de apelación, ya que debe
cumplir con todas las exigencias propias de este (arts. 189 del CPC),
so pena de ser declarado inadmisible (art. 201 del CPC). Todo ello,
claro está, supeditado a que exista, al momento de su interposición,
una apelación principal o inicial pendiente o vigente.

11. REQUISITOS O PRESUPUESTOS


FORMALES DEL RECURSO DE APELACIÓN

Los requisitos de forma del recurso de apelación son dos: el recurso


debe contener los fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya, y
debe cumplir, además, con la exigencia de contener peticiones concretas,
los que se detallan a continuación:
1) Debe contener los fundamentos de hecho y de derecho en que se
apoya: en el caso de la apelación de una sentencia definitiva, estimo
que ella debe expresar, con claridad y precisión, cuál es el agravio o
perjuicio que le causa al apelante, y fundar de manera crítica cuáles
serían los errores, omisiones o deficiencias, o injusticia de la deci-
sión, en que ha incurrido la sentencia, ya sea en el establecimiento
de los hechos que se han dado por probados, como en lo relativo a
la argumentación jurídica aplicable a los mismos, en los que se dis-
crepa de la valoración dada por el tribunal, demostrando los motivos
por los cuales se ha incurrido en los errores, omisiones o equivocado
establecimiento de los hechos o de la valoración de la prueba rendi-
da, inclusive se puede citar jurisprudencia relevante sobre el mismo
tema que calce con lo que se haya discutido y probado en la causa,
que avale sus conclusiones, o la materia de que se trate.
Por otra parte, se debería señalar de qué manera concreta y mediante
un juicio lógico se puede arribar a una solución diferente de la es-
tablecida por la sentencia; es decir, argumentando los elementos de
juicio, como un silogism~ue permitirían arribar a la conclusión
propuesta por el recurrente.
El recurso de apelación que no contenga fundamentos de hecho o de
derecho podría ser declarado inadmisible, precisamente, por falta de

C\PÍTULO JV: EL RECURSO DE .\PEL-\CIÓ:-J

Págs. 117 - 300


164 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

fundamentos 216, de oficio (art. 201 del CPC). Del fallo que se dicte,
en tal caso, podrá pedirse reposición dentro de tercero día (art. 201
del CPC).
2) Peticiones concretas: las peticiones concretas tienen un propósito y fi-
nalidad esenciales en la apelación, tal como analizaré a continuación:
a) Finalidades: el recurso de apelación debe contener, además de
los fundamentos de hecho y de derecho, las peticiones concretas
que se formulan (art. 189 inc. 1º del CPC).
La exigencia de las peticiones concretas, o petitum, obedece a
dos finalidades:
i) Fijar y determinar de manera perfectamente delimitada la
competencia del tribunal de segunda instancia, o ad quem,
toda vez que aquel no podrá extender su fallo sino a aque-
llos puntos respecto de los cuales se han formulado por el
apelante las correspondientes peticiones concretas a que se
refieren los artículos 189y201 del CPC. Solo así el proceso
será, en esencia, un método de debate. Por esto se dice que
la formulación de la apelación es, en lo atinente a la segunda
instancia, lo que la demanda en lo tocante a la primera 217;
ii) Asegurar en la segunda instancia la efectiva vigencia del
principio de bilateralidad de la audiencia, es decir, permitir
que cada parte conozca oportunamente las pretensiones de
la contraria y sus fundamentos 218 .

11.1. Requisitos de las peticiones concretas del recurso de


apelación: ¿cómo se concretan en el escrito de apelación
las peticiones concretas?

Prec~sadas las finalidades que justifican la exigencia de que el escrito de


apelación contenga peticiones concretas, corresponde analizar cómo ella
se cumple.

216 ses Rol Nº 4960-2009, de 12 de julio de 2010.


217 ses Rol Nº 7769-201 O, de 8 de septiembre de 2011.
218 Así lo señalan la ses Rol Nº 4999-2009, de 25 de octubre de 201 O,y ses Rol Nº 3980-
2006, de 6 de septiembre de 2006.

CAPÍTULO JV: fa. RECURSO DL APEL.·\CIÓN

Págs. ll 7 • 300
RECURSOSPROCESA.LES
CIVILES.DOCTRJN.-\.
Y JURISPRUDENCL-\. 165

Antes de entrar al análisis, cabe advertir que el Diccionario de la len-


gua española prescribe que algo es concreto "cuando está considerado en
sí mismo, con exclusión de cuanto puede serle extraño o accesorio, lo que
demuestra la claridad y precisión que deben emplearse cuando se realizan
peticiones que tienen que reunir esa característica, las que deben entender-
se por sí solas y no mediante interpretaciones o deducciones" 219 .
Así, las peticiones concretas deben reunir dos requisitos 220 : a) la solici-
tud de revocación, modificación o enmienda de la sentencia apelada o de
una parte de ella, y b) la indicación de cuál es la o las declaraciones que se
pretende reemplacen a las contenidas en la resolución impugnada y cuya
revocación o enmienda se pide 221 .
En efecto, para cumplir con el requisito de contener peticiones con-
cretas, se debe precisar de manera clara y precisa qué decisiones del fallo
apelado han de ser revocadas, modificadas o dejadas sin efecto, indicando,
de la misma manera, que, en su lugar, se rechace la demanda en todas sus
paties, o la declaración concreta que se pretenda obtener y cuya revocación
o erunienda se solicita.
Así, por ejemplo, una apelación interpuesta por el demandado debería
en la patie petitoria del recurso solicitar que se revoque la sentencia apela-
da en todas sus partes y, en su lugar, se declare que se rechace la demanda,
en todas sus partes, con costas.
En una apelación interpuesta por la parte demandante, que perdió el jui-
cio, la petición concreta consistirá en que se revoque la sentencia apelada
y, en su lugar, se declare que se acoge la demanda interpuesta por su parte,
con expresa condenación en costas. Si, por ejemplo, el demandante obtuvo

219 RAE (2001), p. 762.


220 Así lo ha señalado la Corte Suprema, como una doctrina uniforme, en sentencia
Rol Nº 1418-2016, de 27 de julio de 2016, avalando y siguiendo la misma tesis de Mos-
QUERA y M-\.TURAN.-\. (2010), p. 145. Véase, en el mismo sentido, SCS Rol Nº 6525-
2018, de 9 de julio de 2018.
221 Así lo enseña SALAS( 1989), pp. 55-59. En sentido contrario, véase SCS Rol Nº 8143-
2013, de 4 de marzo de 2014, que~aló: "El recurso de apelación tiene por objeto
obtener del tribunal superior respectivo que enmiende, con arreglo a derecho la del
inferior, constituyendo un principio básico de lógica procesal que dicha facultad de
enmienda incluye, por su propia naturaleza, la de revocar la resolución del inferior
cuando ésta no se ajusta a Derecho". En parecida dirección, véase SCA de Valdivia,
Rol Nº 12-2015, de 9 de junio de 2015.

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE ·\PEL\CIÓN

Págs. 117 - 300


166 !VÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

parcialmente, por ejemplo, demandó una indemnización de un millón de


pesos y le otorgaron quinientos mil pesos, entonces podrá pedir que se
confinne la sentencia apelada con declaración de que se aumente de qui-
nientos mil pesos a la suma de un millón de pesos; esto es, que se dé lugar
a la demanda en todas sus partes.
En la práctica, se observa, sin embargo, que a veces solo se solicita
que "se revoque" la sentencia apelada, expresión que por sí sola, strictu
sensu, no sirve para fijar la competencia del tribunal superior, y, por tanto,
no es suficiente para configurar una petición concreta que, por antonoma-
sia, debe indicar qué declaración concreta favorable se desea obtener del
tribunal ad quem en reemplazo de la adversa contenida en la resolución
recurrida que le causa agravio, como se ha dicho anteriormente. Actual-
mente, se usa una interpretación más amplia, producto de una evolución
jurisprudencia!, en virtud de la cual se estima que el tribunal en el examen
de admisibilidad del recurso debe relacionar la parte petitoria, aunque in-
completa (por ejemplo, solo se pide la revocación de la resolución apela-
da), con el cuerpo del escrito de apelación a fin de descubrir cuáles son, en
definitiva, las peticiones concretas, no contenidas en el petitum del recurso,
lo cual, a su vez, evitaría una declaración de inadmisibilidad del recurso
por este defecto formal. En suma, las peticiones concretas han de exami-
narse en todo el contenido del escrito de apelación y no exclusivamente
de su parte petitoria 221 .
La exigencia de peticiones concretas en la formulación de la apelación
equivale en la segunda instancia lo que la demanda es para la primera ins-
tancia. Por eso, en el artículo 254 Nº 5 del CPC se exige a la demanda "[!]a
enunciación precisa y clara, consignada en la conclusión de las peticiones
que se someten al fallo del tribunal", que puede ser objeto de una excep-
ción dilatoria, en concreto, la establecida en el artículo 303 Nº 4, esto es, la

222 Esta posición no formalista es la que ha adoptado la Corte Suprema, en sentencia


de 20 de octubre de 1997, RDJ, t. 98, sec. l", p. 113, en orden a que la apelación es
admisible y, por lo tanto, contiene peticiones concretas el recurso ele apelación en el
que el apelante pide que se desestime la demanda en tocias sus partes. Implícitamente,
está pidiendo la revocación de la sentencia. Véase, en sentido contrario, SCA de San
Miguel, de 1 de junio ele 2001, RDJ, t. 98, sec. 2", p. 58, en orden a que la apelante no
satisface el requisito ele tener "peticiones concretas" con la mera solicitud de que se
revoqúe la decisión recurrida, ya que debe indicar concretamente en qué sentido debe
modificarse el fallo que le agravia y cuál es la resolución que solicita al tribunal de
alzada que se dicte en su reemplazo.

C.-\PÍTULO JV: EL RECURSO DE .-\PLL-\CIÓN

Púgs. 117-300
RECURSOSPROCES,\LESCIVILES.DOCTRIN.-\Y JURISPRUDENCL-\ 167

ineptitud del libelo por razón de falta de algún requisito legal en el modo de
proponer la demanda. Y el juez de oficio puede no dar curso a la demanda
que no cumpla con las especificaciones señaladas en los numerales 1º, 2°
y 3º del artículo 254 del CPC, con arreglo al artículo 256, expresando el
defecto de que adolece la demanda.
Lo mismo vale para la contestación de la demanda, conforme a la parte
final del artículo 309 del CPC, a cuyo tenor debe contener "[l]a enuncia-
ción precisa y clara, consignada en la conclusión, de las peticiones que se
sometan al fallo del tribunal", de tal manera que queda fijada la competen-
cia en cada grado jurisdiccional de los respectivos tribunales.
Desde luego, si la apelación no contiene peticiones concretas, o no es
fundada, el tribunal correspondiente deberá declararla inadmisible, de ofi-
cio (art. 201 del CPC); sin embargo, la misma situación con relación a la
demanda no habilita al tribunal para no dar lugar a tramitarla, por no en-
contrarse expresamente contemplado en el artículo 256 del mismo Código.
Por otra parte, interpuesto el recurso de apelación, la parte no podrá al-
terarlo en modo alguno, en virtud del principio de la preclusión, atribución
que sí tiene el demandante con su demanda, una vez notificada la misma,
de acuerdo con lo establecido por el atiículo 261 del CPC, y antes de la
contestación, dado que puede hacer en ella las ampliaciones o rectificacio-
nes que estime convenientes; modificaciones que se considerarán como
una demanda nueva para los efectos de su notificación. Y, sin perjuicio,
claro está, que si el demandado opuso la excepción dilatoria de ineptitud
del libelo, habrá que estarse a lo que se resuelva en la sentencia que falle la
excepción, a menos que el actor se allane.
Se ha resuelto que "la competencia del tribunal de alzada está circuns-
crita a los términos estrictos que le señalan la naturaleza, índole y conteni-
do de la resolución apelada y la solicitud concreta de la patie agraviada que
instaura el recurso, pidiendo que se la modifique o se la revoque en tal o
cual forma" 223 . Asimismo, se ha fallado que "no se cumple con el requisito
de contener peticiones concretas, si no se encuentra claramente indicado
si lo que se pretende son las costas del proceso o de la apelación" 224, y, por
último, la jurisprudencia en muchoo-decisiones ha consignado que "si en el

223 SCA de Temuco, de 11 de septiembre de 1963, RDJ, t. 60, sec. 2ª, p. 119.
224 SCS Rol Nº 4545-2000, de I O de mayo de 2001.

C.,PÍTUL.O JV: EL RECURSO DL ..\PEUCIÓN

Págs. 117 - 300


168 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

escrito de apelación se pide que se revoque en todas sus partes la sentencia


recurrida, pero no indica qué resolución debe dictarse en su remplazo, no
cumple con la exigencia de una petición concreta" 225 .

11.2. Límites de las peticiones concretas

Las peticiones concretas contenidas en el recurso de apelación solo


pueden referirse a las acciones y excepciones planteadas y resueltas en
primera instancia; en otras palabras, el tribunal ad quem solo está autori-
zado para conocer y fallar las mismas cuestiones propuestas, discutidas y
resueltas por el juez a qua.
En consecuencia, el tribunal de .alzada no puede pronunciarse sobre
nuevas peticiones de fondo que no hayan sido materia del juicio en prime-
ra instancia 226.
La razón consiste en que puede incurrir en el vicio de ultra petita. Se
incurriría en la causal del artículo 768 Nº 4 del CPC, esto es, en haberse
extendido la sentencia a puntos no sometidos a la decisión del tribunal227 .
A modo de conclusión, debe señalarse que las peticiones concretas que
se formulen en el escrito de apelación tienen como límite, o deben quedar
encuadradas, por el asunto que se ha controvertido en primera instancia a
través de las acciones y excepciones hechas valer por las partes en tiempo
y forma establecidos por la ley y que, en síntesis, constituyen el mérito del
proceso con atTeglo al cual debe decidirse la discusión.

11.3. Excepciones a las exigencias de formular peticiones con-


cretas y de fundamentación, del recurso de apelación

Como todo en el derecho, existen excepciones, las que desarrollaré a


continuación:
1) Algunas de ellas las indica el artículo 189 del CPC, a saber: a) cuan-
do se trata de procedimientos en que las pattes, sin tener la calidad

225 ses Rol Nº 7249-1974, de 16 de julio de 1974, en Revista Fallos del Mes Nº 188.
226 ses de 31 de marzo de 1913, RDJ, t. 11, sec. 1", p. 227.
227 ses de 18 de diciembre de 2001, RDJ, t. 98, sec. 1ª, p. 285.

C.,PÍTULO ]V: EL RECURSO DE ,\PEUCIÓN

Págs. 117-300
RECURSOSPROCES..\LES CIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 169

de letrados o abogados, litiguen personalmente; b) cuando la ley


faculte la interposición verbal del recurso de apelación. En estos
casos, el plazo para apelar es de cinco días fatales, salvo disposición
especial en contrario.
2) Cuando la apelación se interponga en carácter de subsidiaria de la
reposición, siempre que en el recurso de reposición se haya dado
cumplimiento a ambas exigencias (art. 189 del CPC).

11.4. Sanción a la falta de fundamentación y de peticiones


concretas

La sanción por la falta de cumplimiento de los requisitos indicados hace


que el recurso de apelación sea declarado inadmisible, y de oficio, ya sea
por el tribunal de primera o de segunda instancia (art. 201 del CPC). Si al
pronunciarse el tribunal de primera instancia cometiera algún error u omi-
sión, su resolución puede ser impugnada por el recurso de hecho, el cual
será objeto de estudio más adelante.
En segunda instancia, se puede declarar de oficio la inadmisibilidad del
recurso de apelación, conforme a las facultades del artículo 213 del CPC,
ya sea en cuenta, esto es, sin necesidad de esperar la comparecencia de las
partes, o bien traer los autos en relación, en forma previa, sobre este punto.
¿Hasta qué momento se puede declarar la inadmisibilidad del recurso
de apelación, de oficio?
Como es sabido, ingresada la causa a la Corte de Apelaciones se pro-
cede al examen de admisibilidad, por regla general, en cuenta, por la sala
tramitadora. Allí se examina si la resolución es susceptible o no del recur-
so, si se interpuso dentro de plazo y si contiene la debida fundamentación
y las peticiones concretas. Allí, de oficio, se puede declararlo inadmisible
y devolver el expediente al tribunal de primera instancia, a menos que se
estime dudosa esa admisibilidad, en cuyo caso se ordena traer los autos en
relación sobre ese punto exclusivamente.
~
Desde luego, si se considera que el recurso es admisible, entonces se
ordena traer los autos en relación o se dicta la resolución: "dese cuenta",
según la naturaleza de la resolución recurrida (sentencia definitiva u otras
que no tienen dicha naturaleza).

CAPÍTULO ]V: fa. RECURSO DE .-IPEL\CIÓN

Págs. 117-300
170 IVÁN HUNTERAMPUERO-EDINSON LARAAGUAYO

Así, por ejemplo, tratándose de una sentencia definitiva apelada, la Cor-


te si estima admisible el recurso ordenará traer los autos en relación para
la vista de la causa.
Al respecto, se ha resuelto por la Corte Suprema que la facultad con-
ferida por el artículo 213 del CPC "no inhibe al tribunal de alzada para
declarar la improcedencia de la apelación, incluso después de la vista de
la causa sobre el fondo, si con el estudio tenido en el acuerdo se llega a la
conclusión de que la apelación era en realidad improcedente" 228 .
Sin embargo, en la práctica se observa que si por error o inobservancia
del tribunal ad quem el recurso fue admitido a tramitación y declarado
admisible, aunque, en el hecho, no lo fuera, por ejemplo, si carecía de
peticiones concretas, entonces se considera que precluyó la facultad de
declararlo inadmisible, y se entra a resolver derechamente el fondo de la
cuestión, inclusive en la sentencia que se dicte se dice que sin perjuicio de
la extemporaneidad del recurso, se entra a resolver el mérito o fondo de la
causa apelada. No veo inconveniente en que ello pueda solicitarlo la parte.
Por último, conviene poner de manifiesto una cuestión práctica: ¿qué
pasa si se interpone un recurso de apelación y la otra parte no ha sido no-
tificada?
A mi parecer, el tribunal deberá proveer: "se resolverá en su oportuni-
dad", no obstante tener claro que el plazo para apelar es ún plazo indivi-
dual, es decir, que se calcula desde la notificación de la resolución corres-
pondiente (arts. 65 y 189 del CPC), pues se corre el riesgo de que se remita,
vía interconexión, al tribunal ad quem el recurso sin estar notificada la
contraparte y, desde luego, la causa saldrá "en trámite", no podrá incluirse
en tabla y será necesario cumplir con la diligencia omitida por el tribunal
de primera instancia, consistente en notificar a la contraria de la sentencia
y esperar que transcurra el plazo legal para luego, en su caso, reenviar
o remitir electrónica los antecedentes pe1iinentes. En el ínterin, se podrá
presentar y resolver medias cautelares por el tribunal a qua. En definitiva,
el tribunal de primer grado concederá todos los recursos de apelaciones
interpuestos en una misma resolución, en su opo1iunidad.
A lo anterior debe añadirse la cuestión de la apelación diferida regulada
en el procedimiento de menor cuantía que obliga al apelante a reiterar el

228 Véase SCS de 19 de julio de 1967, RDJ, t. 64, segunda parte, sec. Iª, p. 241.

CAPÍTULO IV: EL RLCURSO DE -\PEL,CIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCES.·\LESCIVILES.DOCTRIN..\ Y JURJSPRUDENCL·\ 17l

recurso al apelar de la sentencia definitiva, y solo en virtud de la reitera-


ción el tribunal recién lo concederá (art. 698 del CPC). A ello me referiré
de manera más circunstanciada en otro lugar de este libro cuando examine
la apelación en el citado procedimiento (véase injí·a, capítulo IV, 17.1O).

12. EFECTOS DEL RECURSO DE APELACIÓN

A continuación revisaré los aspectos más importantes de los efectos de


la apelación: efecto devolutivo y suspensivo.

12.1. Planteamiento

Se ha de entender por "efecto" de un recurso la suerte que corre la re-


solución recurrida en cuanto a su ejecución o cumplimiento, pendiente el
fallo del respectivo recurso.
La interposición y posterior concesión del recurso de apelación puede
producir dos efectos: 1) el devolutivo, y 2) el suspensivo.
El legislador no los define. Solo se señala la consecuencia de conce-
derse la apelación en ambos efectos o en el solo efecto devolutivo en los
artículos 190 y 191 del CPC en relación con la suerte de la resolución
apelada; en concreto, si se paraliza o no la competencia del tribunal a qua
pendiente la tramitación del recurso.
Corresponde al juez determinar cómo concederá el recurso de apela-
ción, lo cual no queda entregado a su mera facultad (al respecto, véanse en
el artículo 194 del CPC los casos en que según la ley la apelación se con-
cede en el solo efecto devolutivo); en cualquier caso, si el juez concediera
un recurso de apelación sin indicar sus efectos, de acuerdo con el artículo
193 del CPC se entendería otorgada en ambos efectos, comprendiendo el
efecto devolutivo y suspensivo. Nunca se puede conceder la apelación en
el solo efecto suspensivo, en forma exclusiva o única.
Pues bien, el efecto que nu~ puede faltar, que es de la esencia del
recurso de apelación, es el efecto devolutivo 229, a diferencia del recurso de

229. Se habla de devolución por una concepción histórica de la jurisdicción, según la cual
los jueces inferiores recibían la jurisdicción de los jueces superiores (en virtud de un

C.\PÍTULO ]V: Et. RECLRSO DE >PEl..·\CICJN

Págs. /17-300
172 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

reposición en virtud del cual el órgano judicial competente para conocer


del recurso no es el mismo que dictó la resolución que se impugna, sino
que el tribunal superior al cual se le otorga competencia a través del medio
de impugnación. De ello nace la distinción doctrinal entre "remedios y
recursos", según si la revisión se verifica por el mismo tribunal que dictó la
resolución que se impugna (remedio o por vía de retractación), o bien por
un órgano distinto y superior (recurso o por vía de reforma).
Se ha dicho que "originariamente, la jurisdicción de los jueces emanaba
del soberano y para ante él se deducía la apelación, se decía que el juez de
primer grado devolvía, al otorgar el recurso, la jurisdicción delegada que
ejercía, a fin de que el monarca pudiera conocer de la cuestión. El tradicio-
nalismo del foro ha conservado la expresión, aun cuando ya se ha olvidado
su significado original, y no corresponde desde hace siglos a la realidad
actual "230 .
La ley determina cuál es el tribunal superior que deberá conocer de la
apelación, conforme a la regla general de competencia denominada del
grado del artículo 110 del COT; en consecuencia, no es necesario, en sen-
tido estricto, que la parte señale en su escrito de apelación cuál es el co-
rrespondiente tribunal ad quem, pues "una vez fijada con arreglo a la ley
la competencia de un juez inferior para conocer en primera instancia de un
determinado asunto, queda igualmente fijada la del tribunal superior que
debe conocer del mismo asuntó en segunda instancia".
Así, pues, no puede haber apelación sin efecto devolutivo que pertenece
a su esencia. En cambio, el efecto suspensivo sí puede faltar. Su finalidad
es la paralización de la competencia del tribunal inferior, de manera que
la resolución recurrida no puede llevarse a efecto o no se puede ejecutar o
cumplir la sentencia impugnada.
La regla general es que la apelación se conceda en ambos efectos, es de-
cir, en lo devolutivo y en lo suspensivo (art. 195 del CPC). Lo excepcional
es que se conceda en el solo efecto devolutivo (art. 194 del CPC). Cuando
se otorga simplemente apelación, sin limitar sus efectos, se entenderá que
comprende el devolutivo y el suspensivo (art. 193 del CPC).

mecanismo de delegación); al apelarse a éstos, el inferior les devolvía la jurisdicción


que ellos habían recibido. Así lo sefiala ÜRTELLs (2007), p. 508.
230 Bi.~Ncm(1933), pp. 7-19, especialmente, p. 7.

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE .,PEL,CIÓN


Págs. ll 7 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 173

Así, pues, se ha resuelto que la apelación de la resolución que falla una


tercería de posesión, que tiene la naturaleza de una sentencia definitiva,
debe concederse en ambos efectos 231 .
Por último, es importante destacar que no es la interposición del re-
curso de apelación la que provocará los efectos devolutivo o suspensivo,
0 simplemente devolutivo, sino que la resolución del tribunal en la me-
dida que conceda el recurso y disponga que se eleven los antecedentes al
tribunal superior. No bastaría si el tribunal lo tiene por interpuesto y lo
remite al tribunal superior, dado que en esos términos no está concedido
el recurso.
Así, pues, el conocimiento del asunto, materia del recurso, es traspa-
sado, mediante la concesión de la apelación, al tribunal de alzada o de
segundo grado.
Normalmente, la providencia o proveído es del siguiente tenor:
"Por interpuesto el recurso, concédese en ambos efectos el recurso de apela-
ción y elévense los autos a la I. Corte de Apelaciones" ( si se concede en ambos
efectos); o bien, "por interpuesto el recurso de apelación, concédese el recurso
de apelación en el solo efecto devolutivo y elévense estos autos a la I. Corte de
Apelaciones para su conocimiento y resolución".
Se remite por el tribunal de primera instancia el cuaderno digital al
tribunal de alzada mediante un "formulario único de remisión de causas
civiles" del Poder Judicial por vía digital.
En este caso, con carácter general, existirá un solo tribunal con com-
petencia para conocer y resolver el recurso de apelación. Me refiero al
tribunal ad quem, esto es, el de segunda instancia. El tribunal de primer
grado carece de competencia en virtud del efecto suspensivo, por lo menos
hasta que se resuelva el recurso y se remita de nuevo el proceso al tribunal
de primer grado, salvo, desde luego, los casos que por excepción conserva
competencia el tribunal a qua, a pesar del efecto suspensivo.

231 SCA de Concepción, Rol Nº 364-2008, de 1O de octubre de 2008. Es sentencia de-


finitiva la resolución que falla la te~~J·ía porque pone fin a la instancia, aun cuando
el artículo 521 del CPC haga aplical31eel procedimiento incidental en el caso de las
tercerías de posesión, de prelación y de pago, dado que la pretensión hecha valer por el
tercerista es autónoma y diversa de la acción ejecutiva interpuesta por el ejecutante del
juicio ejecutivo, así como de la oposición del ejecutado. Véase, al respecto, NAVARRETE
(2020), p. 175.

C.wiTULO !V: EL RECURSO DE APELACIÓN

Págs. J17 - J00


174 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

La concesión del recurso de apelación en ambos efectos: devolutivo


y suspensivo, conforme al artículo 195 del CPC, constituye, según el le-
gislador, la regla general, en concordancia con el artículo 193 del mismo
Código, a cuyo tenor:
"Cuando se otorga simplemente apelación, sin limitar sus efectos, se entenderá
que comprende el devolutivo y el suspensivo".

Sin embargo, a pesar de la dicción del legislador en orden a que la con-


cesión se concede, por regla general, en ambos efectos, en la práctica, son
tantas las excepciones que se contemplan en el artículo 194 del CPC que
resulta más bien excepcional o nominal.
Los casos más comunes de concesión del recurso de apelación en am-
bos efectos, en la práctica, son los siguientes:
a) La apelación de la sentencia definitiva en el juicio ordinario de ma-
yor cuantía.
b) La apelación de la sentencia definitiva en el juicio ejecutivo, inter-
puesta por el ejecutante.
c) La apelación de la sentencia definitiva en el juicio sumario inter-
puesto por el demandante 232 .
d) La apelación de la sentencia definitiva dictada en el procedimiento
incidental, cuando haya sido interpuesta por el demandante 233 .

232 La apelación de la sentencia definitiva de indemnización de pe1juicios conforme a


la Ley Nº 17.366, dictada en juicio sumario, de conformidad con lo que dispone el
artículo 691 del CPC, debe concederse en ambos efectos. Véase, al respecto, SCA de
Santiago, de 17 de junio de 2004, en RDJ, t. 1O1, sec. 2ª, p. 41.
233 Así, se ha resuelto que la apelación de la sentencia que acoge la demanda incidental
que fija la cuantía de los pe1juicios debe ser concedida en ambos efectos y no en el
solo efecto devolutivo, ello por aplicación de lo que dispone el artículo 195 del CPC.
Al respecto, véase sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, de 12 de enero de
2004, RDJ, t. 1O1, sec. 2ª, p. 5. En el mismo sentido, se ha dicho que no obstante que
se tramita en forma incidental la demanda de indemnización de pe1juicios en la etapa
de cumplimiento incidental del fallo, que se rige por el Nº 6 del artículo 235 del CPC,
la sentencia que la falla es sentencia definitiva, que pone fin a la instancia resolviendo
el asunto que ha sido objeto del juicio. En virtud de lo expuesto, según lo dispone el
artículo 195 del mismo Código, la apelación debe concederse en ambos efectos. Véase
SCA Santiago, de 6 de abril de 2001, en RDJ, t. 98, sec. 2ª, p. 32.

C-IPÍTULO ]V: EL RECURSO DE .-IPEL-\C!ÓN


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RECURSOSPROCES.-\.LES
CIVILES.DOCTRIN.-\.
Y JURISPRUDENCI.-\ 175

12.2. El efecto devolutivo

A continuación se analizarán las características y consecuencias del


efecto devolutivo del recurso de apelación.

A) Generalidades

El efecto devolutivo es aquel que tiene corno finalidad atribuir com-


petencia al tribunal superior (ad quem) para que conozca del recurso y
enmiende el fallo del tribunal inferior con arreglo a derecho 234 , dentro de
los límites del agravio o perjuicio esgrimido por el apelante.
Como se ha dicho antes, el efecto devolutivo implica que el asunto pasa
al conocimiento de un tribunal distinto y superior al que había dictado la
resolución impugnada, de manera que es un efecto esencial, sine qua non,
pues, de otro modo, no se podría atribuir competencia al tribunal ad quem
y, por lo mismo, no se podría impugnar la sentencia de primer grado, la
cual quedaría fome o ejecutoriada. Sin este efecto, el tribunal de alzada
no podría reformar la sentencia apelada, de acuerdo con lo propuesto por
iniciativa de las partes como objeto del recurso.
El efecto devolutivo es un efecto esencial o consustancial al recurso de
apelación. Se traduce en la remisión electrónica de la resolución apelada al
tribunal superior para su revisión, una vez concedido el recurso, mediante
la resolución respectiva, del recurso y de todos los antecedentes que fueren
pertinentes para un acabado pronunciamiento sobre este (art. 197 inc. 1º
del CPC).
La Corte procederá a asignar un rol de ingreso y formará un cuaderno
electrónico separado para el conocimiento y fallo del recurso cuando él
haya sido concedido en el solo efecto devolutivo (art. 197 inc. 2° del CPC).

234 La actual LEC 1/2000 solo contempla el efecto suspensivo, pero no el devolutivo,
que se contempla con carácter general en los artículos 462 y 456. Así, se indica al
respecto: "El tratamiento del hasta ahora llamado efecto devolutivo no es más que
una concreta aplicación de la com~tncia funcional, y como tal se regula. Otra cosa
es la determinación de la materia que haya de ser objeto de conocimiento y de deci-
sión por el órgano ad q11e111al resolver el recurso, en virtud de la concreción de lo que
se apela y de los aspectos que se consienten, pero esto no es sino mera consecuencia
de los principios dispositivo y de justicia rogada [ ... ]". Mo;-.;rnw y FtoRS (2005),
p. 273.

C.-\PÍTULO IV: EL RECURSO DE .\PIL\CIÓ:\


Págs. ll 7 - 300
176 !VÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYQ

No se concibe un recurso de apelación sin efecto devolutivo, en cuyo


caso, existen dos tribunales competentes para conocer: el de primera y el
de segunda instancia. Si la apelación se concede en el solo efecto devolu-
tivo, en principio, el tribunal de primera instancia seguirá conociendo del
proceso hasta su terminación, incluida la fase de ejecución o cumplimiento
del fallo; el tribunal de segunda instancia, por su parte, conocerá y resolve-
rá el recurso de apelación interpuesto.
La sentencia definitiva apelada y concedida en el solo efecto devolu-
tivo causa ejecutoria, comoquiera que puede cumplirse coercitivamente,
de manera provisional (ejecución provisional anticipada de sentencia no
firme), no obstante la existencia del recurso de apelación que sigue trami-
tándose para su conocimiento y resolución.
El inciso 1º del artículo 192 del CPC dispone:
"Cuando la apelación proceda sólo en el efecto devolutivo, seguirá el tribunal
inferior conociendo de la causa hasta su tenninación, inclusa la ejecución de
la sentencia definitiva".
En suma, existen dos tribunales competentes y cada uno de ellos tiene
competencia para conocer de las materias que a cada uno de ellos le co-
rresponda.
En todo caso, lo obrado en primera instancia, estando pendiente un re-
curso de apelación, queda condicionado, como una "condición resoluto-
ria", a cómo se resuelva el recurso 235, ya que el fallo de segunda instancia
pue,de confirmar, revocar o modificar lo resuelto por el juez a quo 236 •
Como se ha dicho, el efecto devolutivo es esencial a la concesión del
recurso de apelación en cuya virtud se concede competencia al tribunal
ad quem para enmendar la sentencia impugnada. Con ello se alude a un
traspaso de la competencia al tribunal de grado superior. Dicho efecto se
complementa con la regla general de competencia denominada "del gra-
do" (art. 108 del COT) conforme a la cual fijada, con arreglo a la ley, la
competencia del juez a qua queda igualmente fijada la del tribunal superior

235 Al respecto, véase ses de 10 de julio de 1974, RDJ, t. 71, sec. 1ª, p. 108;
ses Rol Nº 5448-2007, de 13 de noviembre de 2008, y seA de Valparaíso,
Rol Nº 2758-1996, de 26 de agosto de 1997.
236 Es la posición de M-ITUR-\N.-\ (1995), pp. 117-185, especialmente, p. 132. En el mismo
sentido, eoLo~rno (1997), p. 48.

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE ,\PEL.-\CIÓN

Págs. 117-300
RECURSOSPROCES.-\LESCIVILES. DOCTRINAY JURISPRUDENCL-\ 177

que debe conocer del mismo asunto, es decir, es un efecto equivalente a la


regla de radicación o fijeza (art. 109 del COT) con respecto a la segunda
instancia237 •
El régimen establecido en la actual LEC 1/2000 solo contempla el efec-
to suspensivo y no el devolutivo (arts. 462 y 456); por tanto, desapareció
la apelación en ambos efectos que se contemplaba en la antigua LEC de
1881.
¿Cuál fue la razón de ello? Se estima que el denominado efecto devolu-
tivo no es más que "una concreta aplicación de la competencia funcional,
y como tal se regula" 238 . Y en cuanto a la determinación de la materia que
ha de ser examinada por el tribunal ad quem según las peticiones concretas
del recurso, "no es sino una mera consecuencia de los principios dispositi-
vo y de justicia rogada'.'239 .
En la doctrina española se ha dicho que es más propio hablar solo de
"apelación suspensiva y de apelación no suspensiva, ya que interpuesto
el recurso sólo queda por determinar si él inhibe o no al juez inferior del
conocimiento del asunto" 24 º.
En la vigente normativa procesal española solo la reposición sería no
devolutiva, dado que conoce y resuelve el mismo tribunal, y los demás re-
cursos serían devolutivos (apelación, casación, queja), dado que el segun-
do examen de la resolución que se impugna lo realiza un tribunal distinto
y superior.

B) Extensión del efecto devolutivo

El tribunal ad quem solo puede conocer y resolver, por regla general,


las cuestiones debatidas o controvertidas y falladas en primera instancia.
Ello supone un deber de exhaustividad de parte del tribunal en orden a re-
solver todos los extremos que hayan sido objeto del debate, de acuerdo con
lo prescrito por el numeral sexto del artículo 170 del CPC, donde se exige
que la decisión "deberá comprender todas las acciones y excepciones que

"11í1t•
237 Así lo señala BoRD.-\LÍ (2016), p. 313.
238 MONTERO y fLORS (2005), p. 273.
239 Ídem.
240 MONTERO y fLORS (2005), pp. 39 y 40.

C..\PÍTULO JV: EL RECURSO DE -IPEL,ICIÓN

Págs. 117 - 300


178 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDlNSON LARAAGUAYO

se hayan hecho valer en el juicio", y que, desde luego, son parte del conte-
nido del recurso de apelación y de sus peticiones concretas.
En otro caso, se podría incurrir en una incongruencia omisiva, es decir,
por omisión de algún pronunciamiento de la sentencia al no resolver una
acción o excepción hecha valer por las partes y en el recurso de apelación,
sin petjuicio de la necesidad de contener la debida motivación o fundamen-
tación de la sentencia en cuanto los jueces deben hacerse cargo de toda la
prueba aportada y efectuar todas las consideraciones de hecho y de derecho
que le sirven de fundamento. En suma, se requiere de exhaustividad, en su
sentido positivo, ya que, en su aspecto negativo, se refiere a la omisión de
considerandos, en concordancia con el principio de congruencia.
En efecto, el tribunal de alzada, al igual que el tribunal a quo, debe
pronunciarse conforme al "mérito del proceso", y, como dispone el artículo
160 del CPC, "no podrá extenderse a puntos que no hayan sido expresa-
mente sometidos a juicio por las partes".
Así, si la sentencia se aparta de los términos en que las partes situaron
la controversia por medios de sus respectivas pretensiones y excepcio-
nes, altera el contenido de estas cambiando su objeto o modificando su
causa de pedir. Por eso, la doctrina ve en el vicio de ultra petita, esto
es, otorgar, más allá de lo pedido, un vicio que ataca un principio rector
de la actividad procesal, cual es, el principio de congruencia, entre las
pretensiones o excepciones de las partes formuladas en tiempo y forma,
y la parte dispositiva de la sentencia, ya que son ellas las que determinan
lo que se somete a la decisión del tribunal y, desde el punto de vista del
recurrente, el objeto del recurso, conforme a los principios dispositivos y
de aportación de patie.
En la doctrina comparada 241 se plantean como supuestos de incongruen-
cia los siguientes: 1) si se concede más de lo pedido (ultra petita); 2) si
se pronuncia sobre extremos al margen de lo pedido por las partes ('{!xtra
petita), y 3) si se prescinde de la causa de pedir y se fallan conforme a otra
distinta, siempre que ello no esté amparado por la regla iura novit curia (el
juez conoce el derecho).
En suma, el principio de congruencia consiste en que el tribunal que
conoce de un recurso de apelación solo podrá pronunciarse sobre las pe-

241 MONTERO y FLORS (2005), p. 476.

C .\PÍTULO IV: EL RECURSO DE .\PEL..\CIÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRIN.-\Y JURISPRUDENCI.-\ 179

ticiones concretas formuladas por los recurrentes y su correlación con lo


resuelto en la parte dispositiva de la sentencia, quedándole vedado ex-
tender el efecto de su decisión a cuestiones no planteadas por las partes
o más allá de los límites de lo solicitado, salvo los casos en que la ley lo
faculta para proceder de oficio. Con todo, no existe incongmencia cuando
la sentencia resuelve sin considerar las alegaciones o argumentaciones
jurídicas hechas valer por las partes, aun cuando se confirme la sentencia
apelada; tampoco, desde luego, obliga la argumentación legal expresada
por el tribunal a qua.
Por consiguiente, en virtud del principio iura novit curia, la decisión
del tribunal de apelación puede fundarse en argumentos jurídicos diferen-
tes a los invocados por las partes o por el tribunal de primer grado, sin
alterar, desde luego, la causa de pedir. No se infringe con ello el principio
de congruencia, siempre que no se modifique el componente fáctico de la
pretensión, con el designio de aplicar las normas jurídicas pertinentes al
objeto del proceso, a la pretensión ejercitada. Sin embargo, existen algunas
excepciones:
a) El artículo 208 del CPC dispone:
"Podrá el tribunal de alzada fallar las cuestiones ventiladas en primera ins-
tancia y sobre las cuales no se haya pronunciado la sentencia apelada por
ser incompatibles con lo resuelto en ella, sin que se requiera nuevo pronun-
ciamiento del tribunal inferior".

b) La establece el artículo 209 del CPC, en cuya vitiud el tribunal de


alzada, normalmente la Corte de Apelaciones respectiva, puede fa-
llar de oficio todas aquellas materias que por ley le son obligatorias,
aun cuando el fallo apelado no las contenga, como la incompetencia
absoluta del tribunal o la nulidad absoluta cuando aparezca de ma-
nifiesto en el acto o contrato (art. 1683 del CC).
c) Las excepciones denominadas mixtas o anómalas, con arreglo al
artículo 31Odel CPC, es decir, las excepciones de prescripción, cosa
juzgada, transacción y pago efectivo de la deuda, cuando esta se
fundamente en un antece~te escrito, se pueden hacer valer en se-
gunda instancia, antes de la vista de la causa, sin necesidad de re-
querir pronunciamiento del tribunal de primer grado, y se resuelven
en única instancia, dado que no son apelables cuando el proceso se
encuentra en la Corte de Apelaciones.

C~PÍTuLO ]V: Et. RLCLRSO DE .\PEL.-\ClélN

Págs. ll 7 300
180 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

d) En el ámbito del procedimiento sumario, de acuerdo al artículo


692 del CPC, en segunda instancia, podrá el tribunal de alzada, a
solicitud de parte, pronunciarse por vía de apelación sobre todas
las cuestiones que se hayan debatido en primera para ser falladas
en definitiva, aun cuando no hayan sido resueltas por el fallo ape-
lado.
Al respecto, se ha resuelto que el requisito de peticiones concretas tiene
por objeto fijar y determinar la competencia del tribunal de segunda ins-
tancia, salvo la facultad de la Corte para fallar las cuestiones indicadas en
el artículo 208 del CPC u otras establecidas en otras normas como la del
artículo 692242 .
En el mismo sentido, se ha dicho que, conforme al artículo 692 del
CPC, se faculta al tribunal de alzada para subsanar las omisiones del fallo
de primera instancia, a pesar de haberse debatido por las partes. Así, por
ejemplo, si a pesar de haberse tachado los testigos, sin que el tribunal se
pronunciara en la parte resolutiva de la sentencia a su respecto, dicha omi-
sión se puede subsanar por la Corte, conforme lo autoriza el artículo 692
del cuerpo legal citado 243 .
De acuerdo con el artículo 775 del CPC, puede al tribunal de alzada,
conociendo de un recurso de apelación, consulta, casación o en alguna in-
cidencia, invalidar de oficio las sentencias cuando los antecedentes del re-
curso manifiesten que ellas adolecen de vicios que dan lugar a la casación
en la forma, debiendo oír sobre este punto a los abogados que concurran
a alegar en la vista de la causa e indicar a los mismos los posibles vicios
sobre los cuales deberán alegar.
Si el defecto que se advierte es la omisión del fallo sobre alguna acción
o excepción que se haya hecho valer en el juicio, el tribunal superior podrá
limitarse a ordenar al de la causa que complete la sentencia, dictando reso-
lución sobre el punto omitido, y entre tanto suspenderá el fallo del recurso.
Se trata, en definitiva, de la casación en la fonna de oficio por el tribunal
de alzada, con ocasión de la vista de la causa de una apelación, consulta,
casación o de alguna incidencia.

242 Así se ha resuelto en SCA de Santiago, Rol Nº 8010-1977, de 4 de abril de 2002.


243 SCA de Santiago, de 19 de enero de 2001, RDJ, t. 98, sec. 2ª, p. 11.

C.~PÍTULO ]V: EL RECURSO DE APEUC!ÓN


Págs. JI 7 - 300
RECURSOSPROCES..\LES ClVlLES.DOCTRINAY JURJSPRUDENCL.\ 18[

C) El tribunal superior no tiene competencia para conocer de


los puntos consentidos o no apelados

Es la concreción del principio latino "tantum devolutum quantum ape-


!latum", reconocida por la doctrina y la jurisprudencia, a que se ha hecho
referencia anteriormente, con arreglo al cual únicamente los pronuncia-
mientos de la sentencia que hayan sido objeto de la impugnación y que le
hayan causado gravamen a la parte recurrente son revisados por el tribunal
de apelación.
Como se ha dicho, el tribunal de alzada solo tiene competencia para
conocer respecto de los extremos indicados en el recurso de apelación
producto del agravio que le ha provocado la sentencia, con arreglo a las
pretensiones o excepciones hechas valer en el juicio por las partes, en com-
paración con lo pedido y resuelto en la sentencia que se recurre y en con-
cordancia con el principio dispositivo y de pasividad del tribunal (art. 10
del COT), sea en virtud del recurso de apelación o bien a través de la
adhesión a la apelación.
Así, si una sentencia contiene diversos pronunciamientos, por ejem-
plo, acoge parcialmente la demanda, no otorga costas, rechaza las tachas
opuestas por el actor a los testigos del demandado, rechaza una objeción de
documentos, etc., y el actor solo apela de la decisión de fondo que acogió
parcialmente su demanda, entonces se ha de entender que consintió, acep-
tó o no apeló de los demás extremos del fallo apelado, ya mencionados,
quedando firme la sentencia respecto de ellos. En cambio, si el recurrente
no precisa qué extremos o parte de la sentencia apela, se ha de entender
que apela de todo su contenido, a menos, claro está, que exista un punto
favorable al recurrente, en cuyo caso, por no existir agravio, no se podría
extender el fallo a dicho extremo en que no se le ha causado perjuicio.
Por consiguiente, el tribunal superior no puede conocer ni resolver los
extremos del fallo que no fueron apelados y que también se denominan
consentidos.
Su competencia está determinada por el contenido del recurso de apela-
ción o de la adhesión a la apelaciffir, en su caso, en contra de la parte de la
sentencia que les cause agravio.
Así, las facultades del tribunal superior vienen precisados, conforme al
principio dispositivo, por la regla tantum appellatum quantum devolutum,

CAPÍTULO 1V: El. RECURSO DE .·\PEL.\CIÓN

Págs. 117 - 300


182 !VÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYü

en cuanto son, precisamente, las partes las que determinan la competencia


del tribunal superior cuando piden la reforma de la sentencia apelada. En
otras palabras, no existe más efecto devolutivo que el que cabe dentro del
agravio y del recurso de apelación interpuesto (el agravio es la medida 0
grado de la apelación).

D) La apelación interpuesta por una de las partes no aprovecha


a la otra

Conforme al principio dispositivo, la apelación interpuesta por una de


las partes no aprovecha a la otra. Así, interpuesta apelación ya sea por el
demandante o por el demandado, el tribunal ad quem no puede modificar
la sentencia en beneficio del apelado. Para que ello aconteciera sería me-
nester que ambas partes apelaran, ya sea en forma principal o, en su caso,
por la vía de la adhesión a la apelación.
Los efectos de la apelación son personales y no reales (principio de
personalidad versus principio de comunidad del recurso). Se considera al
primero como una regla general en materia de efectos de los recursos, y, el
segundo, de aplicación excepcional, al menos en el litisconsorcio volun-
tario, toda vez que en el litisconsorcio necesario se postula la primacía del
principio de comunidad, lo que se explicaría por la unidad o indivisibilidad
del objeto del proceso para todos.
Así, si Juan demanda a Pedro por la suma de $1.000.000 y el tribunal
acoge la demanda solo por la suma de $600.000, y apela Pedro.
El tribunal de alzada no podría disponer el pago ,del $1.000.000 o una
cantidad superior a $600.000, por cuanto la apelación de Pedro no puede
beneficiar a Juan, que se conformó con la sentencia.
Para que el tribunal pudiera modificar la sentencia en beneficio del ape-
lado (Juan), sería necesario que ambos apelaran o, en su caso, que Juan adhi-
riera a la apelación pidiendo se le pague $1.000.000 en vez de los $600.000.
Si en el juicio existe un litisconsorcio activo o pasivo, esto es, plura-
lidad de demandantes o demandados, la apelación interpuesta por uno de
ellos es res inter alias acta respecto de los otros; es decir, la sentencia
queda firme, de acuerdo con el aiiículo 174 del CPC, respecto de los de-
más que no apelaron, es decir, que se conformaron, pues dicha apelación
es completamente extraña a ellos. Los resultados afectan solo a quienes

C.-1PÍTULO ]V: EL RECURSO DE .,PELICIÓN


Págs. 117-300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRIN.-1.
Y JURISPRUDENCI.-1. 183

recurrieron (principio de personalidad, en concordancia con lo dispuesto


en el aiiículo 3º inciso 2º del Código Civil).
Así las cosas, el recurso de apelación es personal, a menos, claro está, que
se esté en presencia de obligaciones solidarias o indivisibles (principio de
comunidad de los recursos), de modo que el resultado o efectos producidos
respecto de uno de los recurrentes aprovecha a los demás, aunque no hubie-
ren apelado, conforme a lo establecido en el artículo 2519 del Código Civil.
En doctrina existe consenso en que existe prohibición de la reformatio
in peius (reforma o rectificación a peor), como una manifestación del prin-
cipio de congruencia en la segunda instancia, en orden a que el tribunal de
alzada no puede enmendar la sentencia apelada en perjuicio del apelante
agravando su posición si la otra parte no ha apelado.
Así, la interposición del recurso de apelación persigue obtener una re-
solución más favorable, nunca que se empeore su posición, sin pe1juicio de
que provoque una reforma en petjuicio de la parte contraria. Si se hiciera,
en los hechos, habría infracción del principio de congruencia.
En consecuencia, la prohibición de la reformatio in peus (reforma en
pe1juicio) solo puede operar si la otra parte no apeló la misma resolución 244 .
El tribunal superior no puede empeorar o agravar la situación del apelante.
En otras palabras, no es posible modificar la sentencia en pe1juicio del
único apelante, esto es, en virtud de su propio recurso de apelación y cuyo
objetivo era atenuar o eliminar el gravamen o petjuicio provocado por una
sentencia total o parcialmente adversa a sus intereses. En definitiva, en el
peor de los casos, el apelante conservará lo obtenido, pero no puede sufrir
gravamen perdiendo lo ganado; en cambio, sí puede ser favorecido.
Pero si ambas partes apelaron, se acogerá la pretensión interpuesta por
una de ellas que la sentencia de primer grado hubiere rechazado, provo-
cando la reforma en perjuicio de la otra parte. En este presupuesto opera
sin inconvenientes el principio de congruencia, desde que el tribunal ad
quem deberá conocer y resolver las apelaciones de ambas partes. Así, el
que perdió en primera instancia puede resultar ganador, y, por el contrario,
el otro recurrente resultará perjl\QJsado con la nueva decisión de segunda
instancia. Donde uno gana, el otro pierde. Se produce la reforma en per-

244 Al respecto, sobre la prohibición de la reformatio in peius, véase SCS Rol Nº 26593-
2018, de 17 de junio 2019.

C.,PÍTULO ]V: EL RECURSO DE .\PEL.\CIÓN

Pcígs. 117 - 300


184 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

juicio del adversario, sin que se contravenga, en este caso, el principio de


congruencia conforme al principio dispositivo y de oportunidad.

12.3. El efecto suspensivo

El efecto suspensivo es aquel en virtud del cual se suspende la com-


petencia del tribunal inferior para seguir conociendo de la causa (art. 191
inc. 1º del CPC); es decir, se impide el cumplimiento o ejecución definitiva
de lo resuelto en el caso de las sentencias definitivas declarativas de con-
dena de una prestación de dar, hacer o no hacer.
Las sentencias meramente declarativas y las constitutivas no requieren
de ejecución forzosa posterior, en sentido estricto, aunque puedan dar lugar
a unas determinadas actuaciones de índole administrativo.
Pues bien, a diferencia del efecto devolutivo, el efecto suspensivo no es
esencial, dado que solo opera respecto de algunas determinadas y concre-
tas resoluciones. No es un efecto necesario de la apelación.
En la apelación de las sentencias definitivas de primera instancia, la re-
gla general consiste en que el tribunal a qua la concederá en ambos efectos
(mi. 195 del CPC). Ello trae como consecuencia, por el efecto suspensivo
concurrente, la improcedencia de la ejecución provisional de la referida
sentencia, con carácter general245 . Por el contrario, en principio, las ape-
laciones no suspensivas de las sentencias interlocutorias, autos y decretos
(art. 194 Nº 2 del CPC) se conceden en el solo efecto devolutivo, de modo
que no suspenden el curso de la tramitación de la causa del tribunal de
primer grado, salvo que medie, naturalmente, una orden de no innovar dis-
puesta por el tribunal ad quem.
Así las cosas, interpuesto el recurso de apelación respecto de una sen-
tencia definitiva se remitirá la causa o expediente digital, vía interconexión,
al tribunal superior (efecto devolutivo), pero, además, como necesario

245 En el juicio sumario existe una excepción. Si bien se mantiene la regla general en el
inciso 1° del artículo 691 del CPC, conforme al cual la apelación de la sentencia se
concederá en ambos efectos, "salvo que, concedida la apelación en esta forma, hayan
de eludirse sus resultados", lo cual, evidentemente, debe ser ponderado por el juez a
qua, quien podrá autorizar una ejecución provisional; asimismo, en el recurso de ca-
sación, dado que, por regla general, no suspende el cumplimiento del fallo y permite
pedir la ejecución de lo resuelto.

CAPÍTULO IV: EL RECURSO DE APEL-\CIÓN

Págs. 1I 7 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRJNAY JURJSPRUDENCL-\ 185

complemento, los efectos de la resolución recurrida quedan suspendidos


246
0 detenidos (appellatione pendente nihil innovandum) . El tribunal de
primer grado pierde competencia, lo cual es congruente con la revisión de
la sentencia que debe efectuar el tribunal. ad quem, ya que no se está en
presencia de un sistema de apelación plena o de nuevo juicio.
Se impide así el cumplimiento o ejecución provisional y anticipada de
la sentencia de condena no firme que puede originar, eventualmente, per-
juicios irreparables, producto de la revocación de la sentencia de primer
grado apelada, con motivo de la necesidad de restitución o de la compensa-
ción íntegra de lo ejecutado. De todos modos, en el peor de los casos, al no
existir el efecto suspensivo, se puede solicitar la orden de no innovar ante
el tribunal de alzada para obtener la misma finalidad: el efecto suspensivo.
Como señala CournRE:
"[E]l efecto suspensivo depara a la sentencia apelada la condición de expec-
tativa [ ... ]. Pendiente el recurso, no es una sentencia sino un acto que puede
devenir sentencia: mera situación jurídica a dete1minarse definitivamente por
la concusión que se admita en segunda instancia" 247 .

A) Consecuencias de la concesión de la apelación en el efecto


suspensivo

El tribunal de primera instancia, concedida una apelación con el efecto


suspensivo, pierde su competencia hasta que el tribunal de segunda instan-
cia confirme, revoque o modifique la resolución judicial impugnada.
Con arreglo al artículo 193 del CPC, "cuando se otorga simplemente
apelación, sin limitar sus efectos, se entenderá que comprende el devoluti-
vo y el suspensivo".
Sin embargo, el efecto suspensivo que inhibe al tribunal inferior no es
absoluto.

246 Así lo sefiala CouTURE(201 O), p. 302. Y agrega: "El efecto suspensivo depara a la sen-
tencia apelada la condición ele exp~tiva a que oportunamente nos hemos referido.
Pendiente el recurso, no es una sentencia sino un acto que puede devenir sentencia:
mera situación jurídica a determinarse definitivamente por la conclusión que se admita
en segunda instancia".
247 CournRE (2010), p. 302.

C.-\PÍTULO JV: EL RECURSO OE APELACIÓN


Págs. 117 - 300
186 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

En efecto, de acuerdo con lo establecido en el artículo 191 inciso 2º del


CPC:
"Podrá, sin embargo, entender en todos los asuntos en que por disposición
expresa de la ley conserve jurisdicción, especialmente en las gestiones a que
dé origen la interposición del recurso hasta que se eleven los autos al superior,
y en las que se hagan para declarar desierta y prescrita la apelación antes de la
remisión del expediente".
Con todo, se ha de poner de manifiesto que el legislador olvidó eliminar
la referencia a la declaración de deserción y a la de prescripción que tam-
poco opera en primera instancia, no obstante lo indicado por la disposición
legal citada, atendido a que ya no existen las compulsas como en el régi-
men anterior, y que constituía la causal de "desistimiento", en realidad, en
sentido técnico, deserción.
Por otra parte, tampoco procede la prescripción del recurso que antes
tenía justificación por el uso del soporte papel, y con ello, el expediente
o algún escrito podía llegar a extraviarse, en cambio ahora con la digi-
talización concedido un recurso por interconexión llega de inmediato al
tribunal superior, al igual que no se admite en segunda instancia. En dicho
contexto, tampoco será posible proveer por el tribunal una adhesión a la
apelación planteada en primera instancia ya que solo cabe hacerlo sino
únicamente ante el tribunal ad quem, por los mismos motivos indicados
anteriormente.
Por consiguiente, la competencia del tribunal de primer grado, en mi
concepto, solo queda reducida especialmente a las gestiones a que dé ori-
gen la interposició1i del recurso de apelación hasta que se remita al tribunal
superior; en otro caso, carecerá de competencia, y lo obrado adolecerá de
nulidad. Así, p01·ejemplo, el tribunal a qua conservará competencia para
conocer de un recurso de reposición en relación con una eventual errónea
concesión en el solo efecto devolutivo de una apelación que debía conce-
derse en ambos efectos, sin pe1juicio de la interposición de un falso recurso
de hecho (art. 196 inc. 1º del CPC) ante el tribunal ad quem.

B) Extensión del efecto suspensivo cuando el proceso consta de


varios cuadernos

Existen procesos que constan de varios cuadernos. Así, por ejemplo, el


juicio ejecutivo cuenta con el cuaderno principal y el cuaderno de apre-

C.-\PÍTULO ]V: f¡_ RECLRSO DE APELACIÓN

Págs. 1/ 7 300
RECURSOS PROCESALES CIVILES. DOCTRIN.\ Y JURISPRUDENCI..\ 187

mio; eventualmente, pueden añadirse otros cuadernos, por ejemplo, cuan-


do se interponen tercerías: de dominio, de posesión, etc., es decir, el cua-
derno de tercerías. En un juicio ordinario puede existir, además, junto al
cuaderno principal, un cuaderno de medidas cautelares.
Pues bien, qué sucede si se interpone un recurso de apelación, en uno de
]os cuadernos, por ejemplo, en el cuaderno principal, y el tribunal lo conce-
de en ambos efectos. Cabe preguntarse: ¿es aplicable el efecto suspensivo
al otro u otros cuadernos? O viceversa, si se apela de una resolución judi-
cial que consta en un cuaderno separado y no en el principal: ¿qué efectos
se producen en el otro cuaderno o, mejor dicho, le es oponible el efecto
suspensivo?
Desde luego, la ley procesal guarda silencio al respecto, y la doctrina
248
se encuentra dividida. Por una parte, como señala BENAVENTE , si la ape-

lación se concede en ambos efectos para el cuaderno de incidentes, no se


perturba la competencia para el cuaderno principal249 .
En cambio, es más discutible la solución en el caso de que se conceda
apelación ~n ambos efectos en el cuaderno principal: ¿comprende tácita-
mente el cuaderno de los incidentes? Dicho autor sostiene que lo accesorio
sigue la suerte de lo principal, por tanto, si la apelación se concede en am-
bos efectos en el cuaderno principal, también se suspenderán los efectos
del cuaderno incidental.
250
Por el contrario, CASARIN0 opina que la apelación concedida en am-
bos efectos en uno de ellos (de los cuadernos) no suspende la jurisdicción
del juez inferior respecto de los otros, "por la sencilla razón de que si se
aceptara la tesis opuesta significaría eliminar de una plumada la institución
de los cuadernos separados, cuya finalidad específica es precisamente pro-
curar la sustanciación regular de los procesos, sin que los recursos deduci-
dos en un cuaderno puedan entorpecer la marcha de los otros".
En el caso de un cuaderno incidental, se puede agregar que, conforme
al artículo 87 del CPC, cuando no son de previo y especial pronuncia-
miento, "no se suspenderá el curso de la causa principal, y el incidente se

248 BENWENTE (2004), p. 163.


249 En el sentido del te:--:to,Prrnrrn (1998), p. 30.
250 C..\S.\RINO (2008), p. )42.

C.-\PÍTULO IV:EL RECURSO OE .-\PLL-\CIÓC'l

Págs. 117 • 300


188 JVÁN HUNTERAMPUERO-EDINSON LARAAGUAYO

sustanciará en ramo separado", de manera que la regla general del artículo


191 del mismo Código, es decir, cuando la apelación se concede en ambos
efectos, se ha de entender que solo afecta a la causa principal en que incide,
pero no al cuaderno separado o incidental, relativo a la tramitación de los
incidentes o a cuestiones que se tramitan como incidentes, como la tercería
de posesión, etc.
En todo caso, la solución dependerá de la naturaleza de la cuestión in-
cidental que se tramite en cuaderno separado 251 .

12.4. Formas de conceder el recurso de apelación

Frente a la interposición de un recurso de apelación el tribunal puede


concederlo de dos maneras: a) en ambos efectos: suspensivo y devolutivo a
la vez; b) en el solo efecto devolutivo. No es posible conceder la apelación
en el solo efecto suspensivo, dado que no es de la esencia del recurso de
apelación, a diferencia del efecto devolutivo. A continuación, examinare-
mos ]os modos de conceder el recurso.

A) Concesión del recurso en ambos efectos

La regla general, como se dijo antes, es que el recurso de apelación se


concederá en ambos efectos (art. 195 del CPC), y cuando el juez conceda el
recurso sin precisar sus efectos se ha de entender que el recurso se conce-
dió en ambos efectos: suspensivo y devolutivo, a la vez (art. 193 del CPC).
Normalmente, ello ocurre con la apelación de la sentencia definitiva de
primera instancia dictada en el juicio ordinario; en la sentencia definitiva
dictada en un juicio ejecutivo o sumario, cuando el recurrente es el ejecu-
tante o el demandante, y la definitiva dictada en el procedimiento inciden-
tal, cuando es interpuesta por el demandante.

B) Concesión del recurso en el solo efecto devolutivo

En este supuesto, excepcional, la interposición del recurso de apelación


no suspende el cumplimiento de la resolución recurrida, de manera tal que

251 PFEIFFER (1998), p. 30.

CAPÍTULO IV: EL Rf'CURSO DE .-\PEL.~CIÓN


Págs. 117 - 300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURJSPRUDENCIA 189

el tribunal de primera instancia mantiene competencia para seguir cono-


ciendo del proceso, no obstante estar pendiente la resolución del recurso.
Se trata de una competencia provisional y condicionaP.52,esto es, sujeta
a lo que resuelva el tribunal superior, que puede confirmar o revocar o mo-
dificar lo realizado en primera instancia, con posterioridad a la concesión
del recurso. Así, si se confinna la resolución apelada, lo actuado después
de la concesión del recurso queda finne o ejecutoriada; pero si, a la inversa,
se revoca o modifica la resolución recurrida, lo obrado con posterioridad
deberá retrotraerse total o parcialmente al estado que tenía antes de la dic-
tación de la resolución revocada.
Desde otro punto de vista, la sentencia apelada, puede cumplirse, por
tanto, es de aquellas sentencias que causan ejecutoria (ejecución provisio-
nal de sentencia no firme )253 .

252 Al respecto, se ha dicho por Benavente que, "cuando se concede apelación en el solo
efecto devolutivo, el tribunal de primera instancia queda con una competencia de ca-
rácter condicional. En efecto, puede seguir tramitando el juicio y ejecutar el fallo, pero
si el superior revoca la resolución apelada, todo lo obrado en el juicio, con posteriori-
dad al recurso, se retrotrae al instante de su interposición. Por ello es que las senten-
cias definitivas e interlocutorias que se dictan por el inferior, mientras esté pendiente
una apelación causan ejecutoria". BENAVENTE (2004), p. 162. Esta misma posición la
siguen Mosquera y Maturana, quienes señalan, además, que la sentencia de primera
instancia apelada "tiene la naturaleza jurídica de un acto sujeto a condición resoluto-
ria", criterio que, por lo demás, ha sido seguido por la jurisprudencia. MosQUERAy
M,mJRAN.\.(2010), p. 153. Véase ses de 31 de mayo de 2005, RDJ, t. 102, sec. !",
p. 198.
253 La doctrina nacional discute acerca de la naturaleza de la ejecución de las resoluciones
que causan ejecutoria. Existen dos posiciones doctrinales. Por una parte, la opinión
dominante mantiene que la resolución que causa ejecutoria tiene la calidad de título
ejecutivo que autoriza el inicio de un procedimiento de ejecución ordinario, sobre la
base del artículo 434 Nº 7 del CPC, que alude a "cualquier otro título a que las leyes
den fuerza ejecutiva", en concordancia con el artículo 231, inciso l º, del CPC. Por
ello, no resultaría claro el deslinde entre la ejecución ordinaria y la provisional, pro-
ducto de una sentencia que causa ejecutoria, no firme. Entre otros, EsPINoz.-1. ( 1977),
p. 55; ÜRELL\N.-\ (2005), p. 37; CoL01'IBOet al. (1995), pp. 1-37. Por otra, en contra-
posición a la tesis anterior, se dice qu~la sentencia que causa ejecutoria no es un título
ejecutivo, sino más bien una tutel!f'júdicial anticipada que da lugar a la ejecución
provisional. Así, RmtERO(1999), pp. 437-463; RmIERO(2002), pp. 27-28; MENESES
(2009), pp. 21-50, especialmente, p. 35.
Por mi parte, me parece que esta última posición es la más adecuada, dado que calza
mejor con lo que significa una ejecución provisional anticipada de una sentencia no

CAPÍTULO IV: EL .\PEUCIÓN


RECURSO DE .

Págs. 117 • 300


190 IVÁN HUNTER AMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

Cuando no se ha otorgado una orden de no innovar, tanto el tribunal de


primera como de segunda instancia mantienen competencia simultánea en
la litis.
Casos en que la ley concede el recurso en el solo efecto devolutivo
(art. 194 del CPC):
1º. De las resoluciones dictadas contra el demandado en los juicios eje-
cutivos y sumarios. La razón de esta norma obedece a evitar la dila-
ción de los procesos;
2°. De los autos, decretos y sentencias interlocutorias. Con ello se evita
la dilación, a veces injustificada de los juicios, al concederse en el
solo efecto devolutivo el recurso de apelación. Todo ello, además,
"independientemente de si favorecen al demandante o al demanda-
do o si se pretenda eludir o no los resultados de la resolución apelada
mediante el recurso de apelación o si ponen término o no al juicio o
hacen imposible su continuación" 254 ;
3°. De las resoluciones pronunciadas en el incidente sobre ejecución de
una sentencia fi1111e,
definitiva o interlocutoria;
4º. De las resoluciones que ordenen alzar medidas precautorias 255 , y
5°. De todas las demás resoluciones que por disposición de la ley solo
admitan apelación en el efecto devolutivo. Por ejemplo, la resolu-
ción que rechace las excepciones dilatorias es apelable, por el mi-
nisterio de la ley, en el solo efecto devolutivo (art. 307 inc. 2º del
CPC), y también es apelable en lo devolutivo, conforme al numeral

firme. En efecto, a través de la ejecución provisional se permite el cumplimiento provi-


sional de una sentencia como si estuviera firme o ejecutoriada, por razones de política
legislativa, pero conlleva el riesgo de que el tribunal superior revoque lo decidido por
la sentencia del inferior cuyo cumplimiento se anticipó o, en su caso, anule por la vía
de la casación, lo decidido en la sentencia impugnada.
, 254 PIEDR.\BUEl\-\
(1999), p. 92.
255 Compartimos la crítica realizada por Piedrabuena, en cuanto al establecimiento de los
numerales tercero y cuarto del artículo 194 del CPC, con motivo de la reforma introdu-
cida por la Ley Nº 18.705, no se justifica, toda vez que la resolución que se pronuncia
en un incidente de ejecución de una sentencia firme o la que ordena alzar medidas pre-
cautorias, o son autos o son sentencias interlocutorias, de modo que la solución ya se
encontraba implícita en el numeral segundo del artículo citado. PIEDR.\RUENA ( 1999),
p. 92.

C,PiTLLO ]V: El. RECURSO DE -\PEL-\CIÓN

Págs. 117-300
RECURSOSPROCES.-\LESCIVILES.DOCTRIN..\ Y JURISPRUDENCI.-\ 191

2° del artículo 194 del mismo Código, la resolución que acoja las
excepciones dilatorias.
El artículo 195 del CPC dispone:
"Fuera de los casos determinados en el artículo precedente, la apelación deberá
otorgarse en ambos efectos".

En definitiva, puede decirse que el efecto suspensivo ha quedado li-


mitado para la apelación de ciertas y determinadas sentencias definitivas
apeladas, en el juicio ordinario y en el sumario, salvo que hayan de elu-
dirse sus resultados (art. 691 inc. 1º del CPC), donde se mantiene la regla
general de que la apelación se concede en ambos efectos.
En efecto, en el juicio sumario, si la sentencia definitiva es desfavo-
rable al demandante, la apelación se concede en ambos efectos; en caso
contrario, en el solo efecto devolutivo, pues, de otro modo, se eludirían
sus resultados. Los decretos, autos y sentencias interlocutorias, indepen-
dientemente de su categoría o clasificación, se concederán en el solo efecto
devolutivo.
La jurisprudencia menciona otros casos: así, la sentencia definitiva en
juicio de cobro de honorarios es apelable en ambos efectos 256 ; la apela-
ción que incide en una sentencia recaída en demanda de indemnización de
perjuicios deducida en la etapa de cumplimiento incidental del fallo debe
concederse en ambos efectos 257 .
Pero existen sentencias definitivas que, por expresa disposición legal,
se conceden en el solo efecto devolutivo. Me refiero a la apelación des-
favorable al demandado en el juicio ejecutivo (194 Nº 1º del CPC); en el
juicio de arrendamiento (art. 606 del CPC); en los interdictos posesorios
cuando se da lugar al interdicto (art. 550 del CPC), y, por último, en el
artículo 8° Nº 6° inciso 1º de la Ley Nº 18.1O1 en los juicios de arrenda-
miento urbano.
Todo ello permite llegar a la conclusión a que, en el hecho, la regla ge-
neral parece ser que la apelación se concede en el solo efecto devolutivo, y
no al revés, considerando, además, que las demás resoluciones, es decir, las
sentencias interlocutorias, autos rtl'ecretos, también se conceden en dicho

256 SCA de Santiago Rol Nº 6163-1998, de 3 de marzo de 1999.


257 SCA de Santiago Rol Nº 205-2001, de 6 de abril de 2001.

C,riTULO IV: EL RECURSO oE .-1PEL,c1ciN


Púgs. 117 - 300
192 IVÁN HUNTERAMPUERO -EDINSON LARAAGUAYO

único efecto, de manera que no se suspende la competencia del tribunal


inferior para seguir conociendo de la causa hasta su terminación, inclusive
el cumplimiento del fallo, aunque sea de manera provisional o condicio-
nal, dado que ello está sujeto a la condición de que el tribunal superior no
enmiende o revoque el fallo apelado 258 .
¿Cómo se soluciona el problema consistente en que existe un único
expediente que contiene el juicio y existen dos tribunales con competencia
en ambas instancias en el caso del efecto devolutivo?
Con la reforma legal del artículo 197 introducido por la Ley Nº 20.886,
las compulsas fueron sustituidas por el cuaderno electrónico separado. Así,
desaparece el soporte papel como lo eran las denominadas compulsas, y
son reemplazadas por el soporte electrónico, el cual podrá estar disponible
tanto en primera como en segunda instancia producto de la interposición
del recurso de apelación.

C) La orden de no innovar en las apelaciones concedidas en el


solo efecto devolutivo

Como lo dispone el inciso 1º del artículo 192 del CPC, cuando la ape-
lación proceda solo en el efecto devolutivo, seguirá el tribunal inferior co-
nociendo de la causa hasta su terminación, inclusa la ejecución de la sen-
tencia definitiva. De modo que ho se suspende la competencia del tribunal
de primera instancia.
Sin embargo, el párrafo segundo de la misma disposición otorga una
atribución al tribunal de alzada, a petición del apelante, y mediante reso-
lución fundada denominada "orden de no innovar", que examinaremos a
continuación.

13. LA ORDEN DE NO Il\TNOVAR(ONI)

Frente a la interposición de un recurso de apelación el tribunal que co-


noce del recurso puede decretar una ONI. Veré a continuación sus caracte-
rísticas más relevantes.

258 Se pretendió con ello evitar la paralización de los juicios a través de la interposición
infundada de recursos de apelación en materias incidentales. ÜTERO (2000), p. 190.

CAPÍTULO ]V: EL RECURSO DE .-\PELc\CIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRJNAY JURJSPRUDENCI..\ 193

13.1. Concepto

Es una facultad que tiene el tribunal de alzada para suspender los efec-
tos de la resolución recurrida o paralizar su cumplimiento, según sea el
caso, una vez que se haya concedido una apelación en el solo efecto devo-
lutivo, a petición expresa del apelante y por resolución fundada.
Naturalmente, se puede solicitar en el contexto de un recurso de apela-
ción no suspensivo. En otras palabras, cuando se ha concedido en el solo
efecto devolutivo.
Los fundamentos de las resoluciones que se dicten no constituyen cau-
sal de inhabilidad (art. 192 inc. 2º del CPC).

13.2. Ante qué tribunal se presenta la solicitud de orden de no


innovar

La orden de no innovar se presenta directamente ante la Corte de Apela-


ciones respectiva, y no ante el tribunal de primera instancia, en la Sala de-
signada al efecto mediante distribución por sorteo, y se resuelve en cuenta
mediante resolución fundada. La fundamentación no es causal de inhabili-
dad259 . El conocimiento de la apelación respectiva quedará radicada en la
sala que otorgó la orden de no innovar (art. 193 inc. 3° del CPC).
En efecto, la petición de orden de no innovar será distribuida por el pre-
sidente de la Corte, mediante sorteo, entre las salas en que esté dividida y
se resolverá en cuenta. Ello significa que, para resolver por parte de la sala
tramitadora, no se coloca la causa en tabla, ni existe relación pública, tam-
poco alegatos. Así, la orden de no innovar se resuelve con la sola cuenta
del relator o de la secretaria de la Corte, ante los ministros de la sala trami-
tadora, y, en el caso de las regiones del país, dicha función la desempeña la
primera sala si la Corte está conformada por más de una sala.

259 La norma comentada tuvo su fundamento en que la orden de no innovar implica un


pronunciamiento, y, por ello, era muy posible que se dedujera alguna inhabilidad en
contra de los ministros que emitier~llna opinión favorable sobre ella. Eso hizo nece-
sario establecer que los fundamentos de las resoluciones que se dicten en razón de la
concesión de una orden de no innovar no constituyen causal de inhabilidad. En otras
palabras, las opiniones que los ministros emitan para acoger o rechazar una orden de
no innovar no constituyen causal de recusación o implicancia. Así lo sefiala ÜTERO
(2000), pp. 187-188.

CAPÍTULO IV: E1.RECURSO DE .-\PEL.-\CIÓN


Págs. 117 - 300
194 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDINSON LARAAGUAYO

Decretada una orden de no innovar, quedará radicado el conocimiento


de la apelación respectiva en la sala que la concedió y el recurso gozará de
preferencia para figurar en tabla y en su vista y fallo ( art. 192, in fine, del
CPC). Se produce la radicación en la sala que conoció y resolvió la orden
de no innovar. En consecuencia, esa misma sala deberá conocer y fallar el
recurso de apelación correspondiente.
A contrario sensu, si se deniega la orden de no innovar, no se producirá
la radicación del asunto en una sala determinada del tribunal superior.
En el recurso de queja también se puede decretar y otorgar una orden
de no innovar con la misma finalidad, según el numeral sexto del Auto
Acordado de la Excma. Corte Suprema de 6 de septiembre de 1972. Se da
a petición del recurrente y siempre que se justifique.
Se puede conceder en términos generales o con limitaciones. Sin em-
bargo, no suspende el curso de los términos que ya hubieren principiado a
correr antes de comunicarse dicha orden.
También encontramos la orden de no innovar en el verdadero recurso
de hecho, esto es, cuando se deniega la apelación que debió concederse y
existan antecedentes que justifiquen la medida (art. 204 inc. 3° del CPC),
con lo cual se producirá la paralización del juicio en primera instancia.
Y, por último, en el recurso o acción constitucional de protección, cuan-
do el tribunal lo juzgue conveniente, para los fines del recurso, podrá de-
cretar también una orden de no innovar (numeral 3º del Auto Acordado de
la Corte Suprema sobre tramitación del recurso de protección de garantías
constitucionales). Aquí la C01ie de Apelaciones funciona como tribunal de
primera instancia, y la Corte Suprema, de segunda instancia, por lo cual se
aplica el régimen jurídico de la orden de no innovar del artículo 192 del
CPC, salvo en cuanto al sistema de distribución que es diferente al de las
C01ies de Apelaciones por tener el máximo tribunal salas especializadas
por disposición del artículo 99 del COT.
La concesión de la orden de no innovar provoca la radicación de la
causa en la sala que conoce de ella. Ello significa, en otras palabras, que el
recurso de protección deberá ser resuelto por la misma sala que otorgó la
orden de no innovar y no por otra.
En suma, decretada una orden de no innovar, de acuerdo con el inciso
final del artículo 192 del CPC, en primer lugar, quedará radicado el conocí-

C..\PÍTULO JV: [L RECURSO lJE APEL-\CIÓ~

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCES.-\LESCIVILES.DOCTRINAY JURJSPRUDENCL·\ 195

miento de la apelación respectiva en la sala que la concedió y, en segundo


lugar, el recurso de apelación gozará de preferencia para figurar en tabla y
en su vista y fallo.

13.3. Naturaleza jurídica de la orden de no innovar

A mi juicio, la naturaleza jurídica de la orden de no innovar sería una


medida cautelar 260 , dado que es instrumental y provisional, además se otor-
ga solo a petición de parte.
Es instrumental, dado que no es un fin en sí misma, sino que está desti-
nada a evitar posibles perjuicios que le pueda acarrear a la parte la resolu-
ción recurrida o su cumplimiento.
Es provisoria, dado que presenta una duración temporal, supeditada al
resultado del fallo del recurso de apelación, y, por último, solo procede a
petición de parte y nunca de oficio por el tribunal; se aplica en todas sus
partes el principio dispositivo.

13.4. Tipología de la orden de no innovar

La orden de no innovar puede clasificarse en: a) orden de no innovar


dada en general, y b) orden de no innovar otorgada con efectos restringidos.
a) La orden de no innovar dada en general es aquella que se otorga
sin limitaciones de ninguna especie. Como lo ha dicho la jurispru-

260 En el mismo sentido, Piedrabuena, quien señala que la orden de no innovar "se inserta
dentro de las providencias conservativas o cautelares que debe tener todo tribunal, en
especial el que conoce del recurso donde se promueve". PIEDRABllEN.\ (1999) p. 102.
Asimismo, Otero, quien señala que la orden de no innovar es "la materialización de la
potestad cautelar que es consubstancial a la jurisdicción. No cabe hablar de potestad
jurisdiccional, sino que de la facultad cautelar". OTERO(2000), p. 185. En sentido
contrario, Meneses sefiala que, en su opinión, la orden de no innovar debe insetiarse
dentro de los que algunos llaman "ejecución provisional mixta", que consiste en un
sistema de ejecución inmediata de W'sentencia no firme establecida por la ley en for-
ma general, pero que puede ser modificada por medio de una resolución judicial que
ordene la suspensión del cumplimiento del fallo. Así, seí'íala que, más que naturaleza
cautelar, se ajustaría a la noción propia de la ejecución provisional. MENESES (2009),
p. 37. Sigue en ello la tesis del autor espafiol C-1,o.1LLOL (1993), pp. 55 y 56.

C,PÍTlJLO !V: EL RECURSO DE ..\PEI..-ICIÓN

Págs. 117-300
196 IVÁN HUNTERAMPUERO -EDINSON LARAAGUAYO

dencia, "significa la paralización completa del expediente, de ma-


nera que el juez no puede realizar ninguna actuación ni las partes
hacer gestión alguna, y tiene asimismo la consecuencia de hacer
suspender los plazos que se encuentran pendientes en los autos" 261 .
La orden de no innovar en general suspende el plazo que corre para
solicitar el abandono del procedimiento 262 .
b) La orden de no innovar otorgada con efectos restringidos. Es aquella
en que el tribunal, mediante resolución fundada, deberá determinar,
de manera clara y precisa, los concretos efectos, que se quiera otorgar
a determinadas actuaciones judiciales que consten en el expediente,
ya sea con relación a la resolución recurrida o a su cumplimiento,
según el caso.

13.5. Requisitos de procedencia de la orden de no innovar

Los requisitos que deben concurrir para que sea procedente una orden
de no innovar son tres:
1) Es necesario que se haya concedido una apelación en el solo efecto
devolutivo;
2) Es necesario una petición concreta de parte solicitando una orden de
no innovar al tribunal de alzada, y
3) El tribunal de alzada deberá dictar una resolución fundada para con-
ceder la orden de no innovar. La fundamentación de dicha resolu-
ción no inhabilita al tribunal que la dictó para fallar la apelación
interpuesta.

13.6. Oportunidad para solicitar la orden de no innovar ante


el tribunal de alzada

Para pedir una orden de no innovar se requiere la existencia de una ape-


lación pendiente, desde que se haya concedido en el solo efecto devolutivo
y notificada por el estado diario.

261 SCAPresidente Pedro Aguirre Cerda, de 20 de julio de 2000, RDJ, t. 97, sec. 2", p. 35.
262 SCS de 5 de octubre de 1999, RDJ, t. 96, sec. l ª, p. 183.

C.\PÍTULO IV: EL RECURSO DE APEL.\CIÓN

Págs. 117 - 300


RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCIA 197

Se plantea la siguiente duda: ¿hasta qué momento preciso cabe plantear


la solicitud de la orden de no innovar una vez concedido el recurso de
apelación por el tribunal de primera instancia, sin esperar que se ponga
a disposición del tribunal superior la carpeta electrónica correspondiente,
desde que la ley procesal no precisa la oportunidad de su solicitud?
¿Es necesario o no esperar a que se ingrese la causa o, por mejor decir,
el expediente digital a la Corte de Apelaciones respectiva, una vez que la
parte ha sido notificada de la concesión del recurso de apelación en el solo
efecto devolutivo?
Al respecto existen dos posiciones:
La primera, sostiene que si bien la ley no señala el momento desde el
cual puede solicitarse la orden de no innovar, no obstante que la Corte de
Apelaciones adquiere jurisdicción desde el momento en que se concede la
apelación, se estima "que dicha orden sólo puede verificarse cuando han
ingresado las compulsas o el expediente al tribunal de alzada, ya que sólo
desde ese momento la Corte contará con los antecedentes necesarios para
resolver y la parte habrá realizado las actuaciones que le corresponde llevar
a cabo en relación con las compulsas" 263.
La segunda, en cambio, y que es la opinión mayoritaria, mantiene que,
como la ley no señala una opo1iunidad procesal para ejercerse esa facultad,
se ha entendido que "ella puede ser solicitada desde la concesión del recur-
so en el solo efecto devolutivo, aunque no se encuentren los antecedentes
de este ante el tribunal de alzada, y hasta la vista de la causa del recurso
de apelación" 264, desde luego, cuando la apelación ha sido concedida en
el solo efecto devolutivo, donde puede plantearse el problema en análisis.
Existe una razón que puede aplicarse por analogía para reforzar la posi-
bilidad de pedir la orden de no innovar de inmediato, es decir, apenas sea
concedida la apelación y notificada por el estado diario electrónico, lo es
el régimen jurídico que establece el legislador procesal en la regulación
del verdadero recurso de hecho o legítimo en que una vez interpuesto la
C01ie examina, primero de todo, la orden de no innovar, sobre la base de la
argumentación dada por el recurrente en el recurso, según su verosimilitud
y sin ningún otro antecedente an~s:l tribunal de alzada; lo mismo sucede

263 PFEIFFER (] 998), p. 29.


264 MosQUER.-\ y M.-\TURAN..\. (2010), p. 159. En el mismo sentido, PIEDRABUEN,.\ (1999),
p. 101; ÜRELL\N-\ (2010), p. 90; füNAVENTE (2004), p. 164.

C..\PÍTULO ]V: EL RECURSO DE APELACIÓN

Págs. 117. 300


198 IVÁN HUNTERAMPUERO - EDlNSON LARAAGUAYO

con la orden de no innovar solicitada en los recursos o acciones constitu-


cionales de protección, en la medida en que exista una presunción de que,
en definitiva, el recurso va a prosperar. En ambos casos, ni siquiera se ha
pedido informe atendida la premura o urgencia de la petición.
Sobre esa base, el inciso 2º del artículo 192 del CPC establece que "los
fundamentos de las resoluciones que se dicten en conformidad a este inciso
no constituyen causal de inhabilidad", dado que se acostumbra por el tribu-
nal de alzada hacer un análisis prospectivo en cuanto al recurso y si ellb se
condice con otorgar o no la orden de no innovar.
Lo mismo se puede predicar respecto del recurso de queja respecto de la
orden de no innovar que se solicite, sin esperar el informe del juez, lo cual
no impide que se decrete una orden de no innovar, tal como se lleva a cabo
en la práctica de los tribunales.

13.7. Efectos de la orden de no innovar en relación con la re-


solución recurrida

La petición de la orden de no innovar, con carácter general, suspende


o paraliza la competencia del tribunal de primer grado en virtud de una
resolución fundada ( art. 192 inc. 2° del CPC).
En consecuencia, los efectos de la orden de no innovar respecto de la
resolución recurrida son tres. A saber:
a) Suspender los efectos de la resolución recurrida. La resolución im-
pugnada perderá virtualidad y no podrá ser ejecutada o cumplida
provisionalmente.
b) Paralizar el cumplimiento de la resolución recurrida; es decir, la
resolución recurrida no podrá ser cumplida si estaba en estado de
cumplirse. Si se otorgó la orden de no innovar, se entiende que para-
liza todo el expediente digital y se suspenden los plazos que estaban
en curso toda vez que las partes no podrán realizar trámite alguno
producto de la paralización.
c) Restringir los efectos en virtud de una resolución fundada de la or-
den de no innovar, expresando de manera clara, específica y deter-
minada el sentido y alcance que se pretende establecer, por ejemplo,
a unas concretas actuaciones del expediente digital.

CwiTULO ]V: EL RECURSO OL .~PEL\CIÓN


Púgs. 117-300
RECURSOSPROCESALESCIVILES.DOCTRINAY JURISPRUDENCL.\ 199

13.8. Efectos que provoca la resolución que recae sobre la


orden de no innovar en relación con el recurso de ape-
lación

Para poder establecer los efectos que se producen respecto de la apela-


ción producto del pronunciamiento de la orden de no innovar por parte del
tribunal ad quem es necesario distinguir si aquella se concedió o no.
a) La orden de no innovar fue concedida. En este caso, respecto del
recurso de apelación se producen dos efectos jurídicos: 1) la sala de
la Corte de Apelaciones que se pronunció y resolvió la orden de no
innovar queda radicada, y, por consiguiente, será la que resuelva el
recurso de apelación; 2) el recurso de apelación gozará de preferen-
cia para figurar en tabla, en su vista y fallo.
b) La orden de no innovar fue desechada. En este caso, no se produce
la radicación y el recurso de apelación podrá ser visto por la sala de
acuerdo con la preferencia que corresponda según las reglas genera-
les; es decir, no se provoca ninguno de los efectos que se producen
cuando la orden de no innovar es concedida.

13.9. La orden de no innovar en otros procedimientos

En los juicios de arriendo de predios urbanos, regulados por la Ley


Nº 18.1O1, de 29 de enero de 1982, en su miículo 8º Nº 9 inciso 2º dispone:
"Todas las apelaciones se concederán en el solo efecto devolutivo; tendrán
preferencia para su vista y fallo y durante su tramitación, no se podrá conceder
orden de no innovar" [énfasis añadido].
El inciso 3º, del mismo numeral 9º del artículo citado, dispone, asimis-
mo, otra particularidad al disponer:
"En segunda instancia, podrá el tribunal de alzada, a solicitud de parte, pronun-
ciarse por vía de apelación sobre todas las cuestiones que se hayan debatido en
primera para ser falladas, en definitiva, aun cuando no hayan sido resueltas en
el fallo apelado".
Sin embargo, en el artículo l~se establece que "en estos juicios y en
los de comodato precario el juez de la causa, decretado el lanzamiento,
podrá suspenderlo en casos graves y calificados, por un plazo no superior
a treinta días".

C.WíTUl.O JV: EL RECLRSO DL APEUCIÓN

Págs. 117 - 300


200 IVÁN HUNTERAMPUERO- EDINSON LARAAGUAYO

Dicha facultad de suspender la fase de cumplimiento es un instituto


distinto de la orden de no innovar, y solo presentan como elemento común
el que la apelación se ha concedido en el solo efecto devolutivo. La orden
de no innovar establecida en el artículo 192 inciso 2° del CPC es de alcan-
ces más amplios, y es decretada por el tribunal superior, a diferencia de la
suspensión del cumplimiento del fallo que solo puede ser decretada por el
juez de la instancia, únicamente, en los casos concretos que señala y que
dan lugar al desahucio o la restitución.
La exclusión de la facultad de decretar una orden de no innovar en los
juicios de arrendamiento de bienes urbanos, dejando subsistente la suspen-
sión del cumplimiento, en concreto, del lanzamiento, se ha zanjado, con la
modificación legislativa del articulado de la Ley Nº 18.1O1, a través de la
Ley Nº 19.866, de 11 de abril de 2003, la discusión provocada con anterio-
ridad a su reforma, con relación a la orden de no innovar y la suspensión
del cumplimiento.
Así pues, se decía:
"La Corte de Apelaciones de Santiago ha estimado que ambas instituciones
son diferentes y que pueden solicitarse tanto la orden de no innovar del CPC
como la suspensión de la Ley 18.1O1; incluso más, se ha dado el caso de que el
recurrente de apelación ha intentado en fonna sucesiva o a veces subsidiaria, la
obtención de la suspensión del cumplimiento del fallo. Aunque éste es un pun-
to dudoso, todo aconseja derogar la nonna especial de la ley 18.1O1 y mantener
la regla general en materia de orden de no innovar del art. 192 del CPC., en las
apelaciones que se conceden en el solo efecto devolutivo" 265 .

14. ÁCUMULACIÓN DE RECURSOS DE APELACIONES

En el caso que ante una misma Corte de Apelaciones se encuentren


pendientes distintos recursos de carácter jurisdiccional que incidan en una
misma causa, cualquiera sea su naturaleza, estos deberán acumularse y
verse conjunta y simultáneamente en una misma sala. La acumulacion de-

265 (1999), p. 103. A todas luces, parece que la opinión del auto'r fue tenida
P1rn1c.i.BUEN ..\
en cuenta, y se disiparon las dudas, al suprimirse la orden de no innovar en dichos
juicios, quedando vigente solamente la suspensión del cumplimiento, que, al final de
cue11tas, producen funcionalmente el mismo efecto: paralizar la fase de cumplimiento
de la sentencia, estando pendiente el fallo de un recurso de apelación concedido en el
solo efecto devolutivo,

C-1PÍTULO !V: EL RECURSO DE .·\PEL..\CIÓN

Págs. !l 7 - 300

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