Informe
40nRNeeu nose soon DeseGsoCnnGoEEoeEseEDEEReRDeGBnesnoD
del Presidente del Comité de De-
fensa del Lago de Chapala, sobre
la Junta celebrada entre la Comi-
sién de Fomento y el Ing. Eduardo
Chavez, Secretario dé Recursos
Hidraulicos - “ - «
¢ oo
Guadalajara, Jal., ’
— Meéx.
1954.INFORME
DEL PRESIDENTE DEL COMITE DE DE-
FENSA DEL LAGO DE CHAPALA, SO-
BRE LA JUNTA CELEBRADA ENTRE
LA COMISION DE FOMENTO Y EL ING.
EDUARDO CHAVEZ, SECRETARIO DE - |
RECURSOS HIDRAULICOS.
“Es posible engahar siempre a un
hombre; es posible engafiar algunas ve-
ces a muchos hombres; pero es imposi-
ble engatiar algunas veces a muchos
hombres; pero es imposible enganar
siempre a todos los hombres’. »
Abraham Lincoln.
_H. COMITE:
EI viernes pasado, dia 15 de este mes
octubre, desde por la manana, tuvimos. ‘no
ticias el sefior Secretario del C
‘de que se venian celebrando re ones €
tre el Secretario de Recursos Hidra
algunas relevantes petsgnall des
ag
Pequeno Cornetets para una reunion
verifiearia el sabado, ia 16. _ Nu trosolamente se hubiera tratade de la electri-
ficacion en Santa Rosa, ya que el Comité no
tiene en ello ningiin interés especial, sino
muy al contrario, no se siente responsable:
de las graves consecuencias que pueden
desprenderse de esos planes. Pero es el caso
que los periédicos anunciaron que se tra-
taria ademas sobre la recuperacion del La-
go y hasta se hicieron comentarios sobre la
actitud equivoca de las autoridades federa-
Jes respecto de la derogacion del humi-
Hante decreto que nosotros Hamamos DE
LA PUNTILLA, publicado en diciembre del
ano pasado anti-constitucionalmente y que
es atentatorio contra los derechos territo-
riales de Jalisco y de su Soberania, y que
invade las facultades del Congreso de la
Union. En vista de que la junta no se redu-
ciria al solo punto eléctrico, resolvimos mis
companeros Palencia, Delgado, Puga y yo,
apersonarnos a nombre del Comite, no a
las nueve, como se habia dicho; sino a las
diez y media, por haberse transferido la
Pate niamente, en el local que ocupa la
Comisién de Fomento, encontramos a los
. dos altos funcionarios federales ya citados
y al senor Gobernador del Estado. Otras
muchas personas, de relieve bursatil y po-
litico estaban ahi, asi como industriales 0
profesionistas y nuestro companero, senor
licenciado don Alberto G. Arce. La Junta
se inicié con los acostumbrados tramites y
el senior Gobernador la presidio. El inge-
niero Ramirez Ulloa expuso con amplitud
el negocio de Santa Rosa, y por lo que ahi
oimos, solamente iba ya a firmarse UN
PACTO DE CABALLEROS sobre un com-
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promisv para suscribir un numero deter-
minado de millones de pesos; ya que con
anterioridad habia quedado el asunto com-
prometido en otras reuniones. Al terminar
el ingeniero Ramirez, pedi y obtuve el uso
‘de Ja palabra para manifestar que el Co-
mité consideraba que el problema se esta-
‘ba resolviendo. en sentido contrario a lo
convenido con anterioridad, ya que lo pri-
mero que habia qué dejar terminado era la
derogacién del decreto que ordena la dese-
cacion de 18,000 hectdreas del vaso del La-
go y la venta de las tierras que son inalie-
_ nables. Procuré dar precisién, énfasis y cla-
ridad completa a mis palabras, ya que la
causa que perseguimos aqui, va de mane-
ra principal contra Ja falsedad, la hipocre-
cia y el engano traicionero de algunos fun-
cionarios. Creo haberlo logrado, y ello cau-
s6 espectacion, debido a que hemos Mega-
do a tal relajamiento en las costumbres ci-
vicas, que se mira como cosa rara a quien
no duda en proclamar ante quien sea su
verdad y su derecho. No hablé sobre esa
cuestion de Santa Rosa sino una sola vez,
pues no quise dar la impresién de provocar
discusiones inttiles, ya que previamente
se habia comprometido la concurrencia a
suscribir la participacién millonistica; pe-
ro adverti claramente que se estaba invir-
tiendo Ja cuestion al atender primero al ul-
timo punto, que atin cuando a los presen-
-tes si les interesaba en gran manera, por
ser los financiadores del proyecto, al pue-
blo jalisciense le importaba mucho mas la
derogacién del decreto bochornoso. Dije
ademas, que el Comité no se sentia obliga-
do con lo que ahi se estaba conviniendo, si-
3no que mas bien, creia que estabamos sien-
do victimas de otra maniobra mas, igual a
muchas anteriores. Con unas palabras del
senor Gobernador, se did por terminado lo
relativo a la realizacién del proyecto de la
Presa y se pas6é a los demas puntos.
El senor Gobernador pidio que alguno
de los presentes fijara los términos. de los
tres puntos que se concretaron en sep-
tiembre, anteriormente a la conferencia
con el senor Presidente de la Republica y
con el senor Secretario de Recursos Hi-
draulicos, fermulados por nosotros y apro-
bados unanimemente por todos los organis-
mos que han intervenido en la defensa del
Lago de Chapala. Asi lo indicé claramente
el seiior licenciado Arce, a quien tocd ha-
cerlo en la junta y después de él el senior
ingeniero Chavez hizo una larga exposi-
cién de Ja cual desprendi las principales
ideas siguientes: 1lo.—Su poco interés e ig-
norancia en asuntos juridicos; y por ende,
una desatencién completa al primer punto
que se refiere a la derogacion del decreto.
2o0.—Ofrecimiento verbal de que no se cons-
truira el dique de Petatan que ordena el
decreto. 30.—Anuncio de que algunos de
sus colaboradores estudian ya la forma de
reducir las extracciones del agua en el al-
to Lerma, para poder Ilegar a restituir su
eaudal al Chapala. Cuando me tocé hablar
a mi, le objeté desde luego que si él ignora-
ba el valor de las cuestiones juridicas, en
cambio Ia opinién publica jalisciense ya
habia hecho una completa conciencia del
gran agravio que sufre la soberania del Es-
tado precisamente en el orden juridico, a
pesar de que al igual que el sefior Secreta-
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rio de Recursos Hidraulicos, tampoco es ni
muy amante ni muy conocedora de la cien-
cia del derecho, que no es sino la excelsitud
de la légica, del sentido comin y de la inte-
gridad humana. Como él hubiera dicho
con anterioridad que lo importante era que
el lago se recuperara, y no que un decreto
se derogara, le dije al respecto que no te-
niamos absolutamente ninguna confianza
en ofrecimientos verbales que no nos da-
ban la menor garantia, ya que con ante-
rioridad, no una, sino varias veces, se nos
habia burlado al decirnos que ya estaba or-
denado que se dejara Megar el agua del
Lerma a Chapala sin que hasta la fecha se
hubiera cumplido ni pretendido cumplir,
pues, si él no lo sabia, yo se lo decia ahi
mismo, que los propios empleados de la Se-
cretaria me habian informado que no sola-
mente no se le dejaba llegar el agua sino
que las instrucciones precisas eran las con-
trarias. Hasta en el calé de los mecanicos
de las compuertas, se decia con sorna:
“YA QUITAMOS MAS CACHUCHAS...”
Las cachuchas son aditamentos de las
compuertas. Hice hincapié enérgico sobre
Ja pérdida de la confianza por esas y otras
burlas, por el incumplimiento de los ofre-
cimientos y por el ir y venir de papeleo sin
ninguna finalidad prdctica. También me
referi a los que Namé fantasmas que nos
han venido interponiendo en nuestras ges-
tiones, primero con Ja famosa evaporacién
de millonadas de metros etibicos de agua
que el antecesor del sefior Chavez habia
medido con tanto cuidado como midié tam-
bién los pingies beneficios que obtuvo mien-
tras estuvo & su puesto. Desvanecido el pri-
5mer fantasma con simples y convincentes
argumentos de Pero-Grullo, aparecié el
otro, el de las sequias continuadas por anos,
para las cuales el ingeniero Gonzalez Cha-
vez habia implorado a la Divina Providen-
cia en alguna conferencia para que nos en-
viara el agua suficiente para salir de Ja ho-
rrible crisis. También este fantasma huyé
en cuanto los conocedores y las estadisti-
cas mostraron que tal sequia jamas existié
en los ultimos anos. A todos nos consta,
sin tener pluviémetros ni ser sabios, que
el ano que ya termina ha sido prédigo co-
mo ninguno, sin embargo la laguna esta
mas reducida que nunca. Son pues otras
Jas causas de ello; por ejemplo la enorme
cantidad de liquido que indebida e inittil-
mente arrojaron perversamente al mar en
anos pasados; la tolerancia del uso y abu-
so en el Lerma superior, para regar tierras
malas que no producen lo necesario y que
Se riegan sin costo alguno; es decir, se rie-
ga con oro para cosechar cobre, siendo és-
to seguramente lo que el ingeniero Gonza-
lez Chavez Iam ante el senor Presidente:
la necesidad de que doscientas mil fami-
lias no se mueran de hambre, mientras
que las riberefias del lago y las de los va-
les cercanos, si se han quedado ya a estas
horas, con sus manantiales exhaustos, sin
ninguna posibilidad de tener agua. La in-
dustria jalisciense se vé ante el tremendo
problema de los apagones y aprovechando
su necesidad, se le inscribe como aporta-
dora de capital para la presa de Santa Ro-
sa, que sera otro peligro para el lago, por-
que para que ésta dé serviciog el Chapala
no recibira agua. Otro fantasma fue el de
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los asolves, que también fué alejado facil-
mente con muy buenas razones, asi como
el de que el lago ha Iegado en otros tiem:
pos a niveles inferiores al actual, dando
como prueba los corrales de piedra que
han quedado a la vista, y sobre cuyo ver-
dadéro origen ya nadie discute, porque se
sabe que son los que usaron los pescadores
para guardar en ellos cuando el agua los
cubria, ‘pescado bagre y blanco; y porque
ademas, hiee ver al sehor Chavez, nadie
podria haberlo logrado, porque para ello sé
hubiera necesitado que, como ahora, el rio
Santiago dejara de salir de la laguna, y de
ello nadie puede dar pruebas porque nun-
ca antes habia sucedido hasta ahora. Di
como prueba de que estaba pretendiendo
enganarnos de nuevo, el mismo dicho del
sehor Secretario de Recursos Hidraulicos.
que dijo que el decreto no se derogaria:
“porque él creia que nosotros mismos nos
convenceriamos de que era bueno el famo-
so dique del decreto cuando estudidramos
la cuestién. Qued6 pues claro, que lo tmico
que desean, es que corra el tiempo y que con
futiles pretextos el decreto siga vigente pa-
ra vergtenza de los habitantes.de Jalisco
que ven su honor constitucional, su dere-
cho tan ostensible, pisoteado por la Fede-
racién. Al respecto dijo él que convenia
que viéramos las cosas menos a la tremen-
da, menos dramaticamente que como yo lo
hacia, y. que de qué servia derogar un de-
creto frente a otras necesidades mayores y
otras promesas verbales. Si el senor Se-
cretario fuera de Jalisco, no pensaria
igual, pues aqui siempre hemos sido muy
celosos del respeto a nuestros derechos.
7Puse por ejemplo el de que, posiblemente,
alguna vez los Estados Mexicanos volunta-
tiamente podrian acordar dar por termi-
nado el pacto federal que Jos une, y que
entonces, al restituirse a cada cual en su
patrimonio, quedaria lesionado el de Ja-
liseco contra lo que Ja Constitucion man-
da, pues se verian sus tierras en poder de
otras personas. El me arguyd que un buen
mexicano, ni siquiera debe pensar que .el
pacto pudiera quedar roto, pues implica
ello una traicién a la Patria. Le contesté
que yo no lo habia pensado ni deseado;
que lo dicho era una figura retérica para
demostrar el absurdo que no han querido
comprender, a pesar de ser tan sencillo. En
un momento dado, recordé también y dije,
que todo el que asi lo quisiera podia darsé
cuenta del estado de animo de la opinion
publica, (con solo hablar con cualquiera
persona directamente), de que, aunque
Jas autoridades federales no quisieran en-
terarse, se estaba produciendo una des-
confianza, un resentimiento y un despres-
tigio oficial, no tan sélo porque existia un
deecreto atentatorio sino porque en la rea-
lidad se veia diariamente la baja del nivel
del Jago, a pesar de las abundantes Muvias
en toda la cuenca. Males funcionarios, co-
mo Gonzalez Chavez, eran los culpables de
todo ello. Como este Comité me dejo con
facultades para darle curso a la carta en
que a él y al otro mal jalisciense Vicente
Orozco, se les conmina a retirarse de los
cargos én que nos han traicionado, juzgué
que precisamente aquella era la ocasion
y rogué al senor Secretario don Ricardo
Delgado, que hiciera entrega de la carta y
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copia al senor Secretario de Recursos Hi-
draulicos para su conocimiento. Tambien
quise en ese momento expresar la extrane-
za del Comité por estarse construyendo
con fondos del Ayuntamiento de Guadala-
jara un canal diez veces mayor de las ne
cesidades del municipio para quedar sobra-
damente seryido de sus necesidades hi-
draulicas, tras de lo cual también puede
facilmente descubrirse otro engano, encu-
bierto con la apariencia de un auge de las
siembras de riego en el trayecto de la Es-
tacién Corona a Guadalajara, tierras que
ni son del municipio de Guadalajara, ni
‘ significan para el Estado una urgencia de
sustentacién; y que si van a establecer
nuevas obligaciones para con los usuarios,
que redundaran en contra de la recupera-
cién del Lago, que con ese pretexto el Ler-
ma seguira por fuera de él hasta el Santia-
go. El sefior Secretario manifesté que se
encontraba dispuesto a discutix sobre ca-
da punto, y como yo le dijera que no era el
momento, él supuso que rehuia la contro-
versia, a lo que repuse que le que no que-
ria era quitar el tiempo a los senores pre-
sentes, pero que el Comité estaba pidien-
do la discusién publica y que él, hace tiem-
po, la habia ofrecido sin que hasta la fecha
se realizara, Cemo desde que -Hegué al lo-
cal en que la junta se verificé, puse de ma-
nifiesto mi contrariedad por el olvido en
que se hacia caer al Comité al no invitarlo
en tan solemne ocasién; y como mi con-
trariedad fue subiendo de punto hasta la
exaltacién asi como el apasionamiento de
mi voz, expliqué cortesmente que aquello
se debia a que me sentia, con mis compa-
2Heros, un intruso que se habia colado sin el
correspondiente permiso; que el menos-
precio por el Comité era indebido, ya que
nuestra lucha, nuestro esfuerzo, era pura-
mente desinteresado y honesto, por mas
que hubiera quienes se burlaran de ello,
como el Presidente Municipal Matute Re-
mus y el ingeniero Gonzalez Chavez, cul-
pables del descontento publico y no nos-
otros, ya que con frecuencia se expresaban
atm ante miembros del Comité en tono des-
pectivo y burlesco, tildandonos como ilusos
ignorantes, que perdemos el tiempo con
discusiones inutiles, ya que, segun ellos, de
todos modos el lago desaparecera por su
capricho. Ahora recuerdo que objeté al se-
hor Secretario su razonamiento de que,
construyendo el dique el lago se Menaria
mas pronto; pues se necesitaria para ello
menos agua. Otra vez Pero-Grullo me
aconsejo que le repusiera que, por qué no
estudiaban mejor otro dique, mucho mas
efectivo, que partiendo de San Luis Soya-
tlan, cortara por lo sano hasta la ciudad de
Chapala, y asi en un rato quedaba Ileno.
Los derechos de los jaliscienses no son so-
Jamente a tener una laguna o una laguni-
ta; sino a conservar la fuente del bienestar
de una gran parte de su poblacidn y de la
de otros Estados, y la sustentacion de tem-
porales fructiferos que hagan posible la
continuidad de la brillante cultura occi-
dental mexicana. Ciertamente, senores,
puedo haberme excedido como aseguran al-
gunos papeles impresos; pero ellos no son
el juez; son parte contraria interesada por
el mercenarismo que ha nacido gracias a la
libertad de imprenta tras de la cual se so-
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lapan. Los jueces son ustedes, mis compa-
heros de este Comité, y la opinién publica.
Dije en Ja junta, y repito aqui, que fui
electo presidente de esta honorable corpo-
racion, contra mi voluntad, pero que una
vez designado, habré de cumplir, hasta el
exceso, con mis deberes. Mas si ustedes Ile-
gana resolver que otro de mis companeros
debe sustituirme, anticipadamente doy mi
anuencia y juro que como simple miembro
del Comité, secundaré los actos de sus di-
rigentes y cumpliré los encargos que se me
hagan. No debo terminar sin informar a us-
tedes, que antes de retirarme, expresé al se-
hor ingeniero Chavez que todo lo dicho, no
afectaba a Jas personas ni de él ni de sus
acompanantes; que mi combate no era con-
tra ellos, sino contra sus proyectos y en de-
fensa de nuestros derechos.
El senor licenciado Arce expuso la tesis
mexicana establecida por nuestros interna-
cionalistas en el tratado glorioso para nues-
tra Patria, sobre el aprovechamiento de las
aguas del Rio Colorado, al establecer con
los Estados Unidos del Norte Ja norma juri-
dica de que todo sistema hidrologico, toda
cuenca, es una sola unidad de la que deben
disfrutar por parejo todos los riberefios, de
los altos y de los bajos, con igual derecho y
con Ja graduacién natural y logica de la
antigiiedad de esos derechos y de la legiti-
midad de ellos; pues seria absurdo aceptar
el criterio del senor Secretario de Recursos
Hidraulicos, de que los usuarios del alto
Lerma tienen mas derecho que los del San-
tiago y del Chapala, nomads porque estan
arriba de la cuenca, y desatendiendo la pre-
lacién de los concesionarios legitimos jalis-
~cienses que simpre han cumplido con sus
obligaciones y que ahora se ven atropella-
dos por quienes ni siquiera pagan el servi-
cio de irrigacién, o que lo usan ilegitima-
mente; porque siendo sobre las demasias,
se les da con merma de los de derecho di-
recto. El sefior Secretario me dijo ademas,
que a él también le gustaba relacionarse
con los rancheros y hasta era medio ran-
chero, contestando con ello mi aseveracioén
de que mintras no se contara con la aproba-
cion del PUEBLO, la destruccion de los re-
cursos naturales lesionaria gravemente a
Ja opinion y mermaria grandemente el
prestigio del gobierno’ federal. Pero él en-
tendié en vez de PUEBLO, RANCHEROS, y
naturalmente no salié de su error. Por eso
ha de querer aplicar aquel dicho de.. “Las
gallinas de arriba...”. Para mi el pueblo.
es la poblacién en sentido genérico, no las
clases campesinas ni los iletrados; sino to-
do el conjunto social. Ya he dicho en otras
ocasiones qué se queda uno admirado de
oir a nuestros sabios decir dislates tan gran-
des, pero a la vez se explica la grandeza
monstruosa de sus errores y de los males
que ya nos han causado en el pais; y no po-
demos resignarnos a soportar sin protes-
tar airadamente por los que se disponen a
ocasionarnos. Los sabios deberian tan sdlo
ser CONSULTORES, pero nunca EJECU-
TORES: Pero eso sera cuando nuestro go-
bierno sea GOBIERNO, y no una SATRA-
PIA. Recuerdo que durante mi defensa, di-
je en dos o tres ocasiones que la colectivi-
dad jalisciense no estaba formada unica-
mente por intereses materiales; sino que
los habia y muy grandes, espirituales; muy
Wg dies 12
respetables histérico-culturales; politicos y
tradicionales que no podian dejarse atras
para salvaguardar nomas los de las empre-
sas industriales y de los servicios de luz y
fuerza eléctricas; y que éstos, en tiltima ins-
tancia, también quedarian perjudicados si
se llevara a cabo la burda maniobra de los
continuos engafios, ya que la decadencia
de todo el occidente patrio nos haria victi-
mas a todos por parejo. Tambien ex forma
metaférica, conereté este pensamiento de
la siguiente manera: JALISCO ES UN OR-
GANISMO SOCIAL COMPUESTO, NO SO-
LAMENTE DE BOLSILLOS CON DINERO;
SINO DE CORAZON, Y MUY GRANDE, Y
DE CEREBRO MUY PRESTIGIADO”.
Mi despedida fue cordial. Insisti en que
mis palabras iban dirigidas contra los pro-
yectos perjudiciales a nuestro Estado y no
contra persona individual alguna. El senor
Gobernador también me mostré cordiali-
dad y afecto al terminar la junta. En el
semblante de la casi totalidad de los presen-
tes, encontré satisfaccién y agrado por mi
actitud; otros de ellos me Jo manifestaron
ast con igual vehemencia que la mia cuan-
do hablé, y en todos los extranjeros quedé
a la vista su completa aprobacion, pues
ellos saben muy bien que la conservacién
de los recursos naturales y mas la de los la-
gos, es muestra alta de cultura; de com:
prension respecto del futuro de un pueblo;
y que su desaparici6n significa el aniquila-
miento salvaje de las civilizaciones, acome-
tido aqui por sabi-hondos pedantes.
No podré asegurar que este informe es
completo; pero si olvidé algo, lo reconoceré
con gusto y no me arrepiento de nada de lo ‘neh
13que dije ni retiro una sola coma de todo
ello, sino que aqui Ie doy todo el acento que
sea necesario para que llegue a ese corazon
jJalisciense que he elogiado y defendido.
EI senor licenciado don Alberto G. Ar-
ce, con su acostumbrada inteligencia y ha-
bilidad, terminé el acto resumiendo las
ofertas y declaraciones del senor Secretario
de Recursos Hidraulicos; verifico un verda-
dero balance con mucho tacto, dando a en-
tender que recogiamos y quedabamos pen-
dientes de sus ofrecimientos.
Guadalajara, Jal., 18 de octubre de 1954.
Lic, José Guadalupe Zono Hernandez
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