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Ana Sofía Rivera, Juan Manuel Angarita, Andrés Felipe Castiblanco, Juan Sebastián

Monroy, Juan Camilo Usgame, Oscar Parada y Samuel Hernández Pérez

Constitucional colombiano-Rodrigo Pombo Cajiao

PARCIAL I

PLAN NACIONAL DE DESARROLLO “COLOMBIA POTENCIA MUNDIAL DE


LA VIDA’” ANÁLISIS CONSTITUCIONAL

A partir del plan nacional de desarrollo 2022-2026 denominado “Colombia potencia


mundial” del presidente Gustavo Petro podemos dar un profundo análisis desde una visión
constitucional que abarca el proyecto. Por ende, queremos destacar el título I Parte general y
el capítulo II que consiste en el ordenamiento del territorio alrededor del agua y justicia
ambiental, que de igual forma queremos plantear el dilema que se enfrenta hoy la el derecho
contemporáneo de ¿Quién es sujeto de derecho?

Como se evidencia con la sentencia T- 622 del 2016 donde la Corte Constitucional
declara sujeto de derecho al río Atrato y la tutela que declara un perro no como objeto de
derecho sino como objetos de protección constitucional, es decir, los mismos derechos
constitucionales que cobijan a todos los individuos. Nos dan una clara comprensión de que
hoy el derecho contemporáneo está pasando de una visión antropocéntrica, donde el sujeto
del derecho es únicamente el ser humano a una visión ecocéntrica o ecoderecho es decir que
el ser humano no es más que el ecosistema sino hace parte de él. Por lo cual, todo el sistema
ecológico tiene su lugar en el sistema judicial, pero este cambio es un poco abrupto por lo
cual creemos que hoy en día estamos en una visión biocéntrica, que somos las personas
sujetas de derechos, pero tenemos que tener en cuenta las generaciones futuras. Esto lo
podemos evidenciar en el artículo 3 contenido el título 1, el cual, presenta los ejes de la
transformación del plan nacional de desarrollo entiendo como ejes la forma de materializar el
plan bajo cinco transformaciones, entre las cuales nos permitiremos analizar únicamente la
primera relacionada con el ordenamiento del territorio alrededor del agua.

“1. Ordenamiento del territorio alrededor del agua. Busca un cambio en la


planificación del ordenamiento y del desarrollo del territorio, donde la protección de
los determinantes ambientales y de las áreas de especial interés para garantizar el
derecho a la alimentación sean objetivos centrales que, desde un enfoque funcional
del ordenamiento, orienten procesos de planificación territorial participativos, donde
las voces de las y los que habitan los territorios sean escuchadas e incorporadas.”

Este artículo permite entender que es necesaria la protección de los determinantes


ambientales, pues son de interés humano en la medida en que esta protección es una forma de
garantizar el derecho a la alimentación, en los cuales la participación de las personas de estos
territorios se contemple como una voz activa en estos procesos de ordenamiento. Para tener
claridad en los conceptos que pretende modificar este artículo se evidencia la importancia en
la intención de desarrollo del territorio, efecto que se debe generar mientras se busca proteger
el medio ambiente ya que hay que ser conscientes de las generaciones futuras y del bienestar
social.

Otro factor que podemos destacar en relacionarlo con El análisis económico Volante
Creador, pero no el Capitán en la que en su primer párrafo afirma que “el estado, a través de
todos sus órganos, debe atender las interpretaciones del PIDEC y, en ese sentido, debe
utilizar las herramientas económicas para cumplir con los mandatos internacionales
relacionados con la garantía de los derechos sociales” (López & Bateman, pág. 53, par.1,
s.f). El estado al hacer uso de sus herramientas económicas puede preservar esos derechos
sociales y una de esas herramientas es el ordenamiento territorial con el valor agregado que
este se realizaría alrededor de un recurso natural universal y fundamental para el desarrollo de
las sociedades.

Además, en el capítulo 2 del plan de desarrollo, se encuentra la sección II, titulada el


agua y las personas en el centro del ordenamiento territorial, en esta sección el artículo 22
especifica lo siguiente “consejos territoriales de agua”, seguido de su contenido en el que se
afirma que se dará la creación de consejos territoriales del agua en zonas de vital estrategia en
el plan nacional de desarrollo, que tiene como objetivo fortalecer la gobernanza inclusiva y
justa del agua, buscando la consolidación de territorios funcionales enfocados en la
adaptabilidad al cambio climático. Que evidencia, desde una postura contractualista que los
individuos dan ciertas libertades por la conformación de un Estado pero que a lo largo del
tiempo esa creación nos debe dar más garantías a cada individuo y esas garantías que
exigimos conllevan un factor económico como lo menciona Laporta en el texto El análisis
económico Volante Creador, pero no el Capitán, “... los derechos no son sino un conjunto de
reglas respaldadas por la fuerza de Estado y financiadas con el dinero público.” (López y
Bateman, pág. 67, párr. 3, s.f). De acuerdo con esto, los derechos humanos no son más que
una serie de bienes jurídicos que requieren de especial tutela por parte del Estado, lo que
acaba por tener repercusiones en las finanzas de este.

Por lo cual, hoy en día se evidencia que la participación de las personas en el Estado
ha ido aumentando su capacidad y fuerza, para cumplir con las exigencias de la sociedad y
respecto a cada individuo, desde la figura del poder constituyente y su idea de dar la
soberanía al pueblo, un pueblo que no tiene una determinación ontológica por lo cual no se
puede determinar bajo posturas racionales o empíricas. Por lo cual analizando las
democracias y la participación ciudadana nos remitimos Samuel Huntington en la “tercera
ola: la democratización en el mundo global” que enfatiza que, con las nuevas democracias
participativas a partir de 1970 (García, 2009), posterior a la caída de los regímenes
autoritarios dio nuevos espacios para la ciudadanía para tener en cuenta él toma de
decisiones. Como lo afirma la lectura, límites y garantías de las libertades, “la idea de
imponer decisiones está siendo reemplazada por la de buscar el consenso anticipado o
posterior de quienes quedan obligados por la decisión.”. Las decisiones no pueden recaer en
un solo ente como el Estado, es una garantía de las libertades, la participación de toda la
ciudadanía, pero lo que sí puede hacer el Estado es regular esa participación para que
realmente cumpla su objetivo.
Con lo anterior, es evidente desde las posturas políticas del actual gobierno de
Gustavo Petro, el cual se puede encasillar desde posturas socialdemócratas, es decir, que
plantea que el Estado es el todo y que el individuo es mera circunstancia, y estas posturas
pueden evidenciar el artículo el 9 que trata de la coordinación interinstitucional para el
control y vigilancia contra la deforestación y otros crímenes. Créase el Consejo Nacional de
Lucha contra la Deforestación y otros crímenes ambientales asociados que se constituyen en
motores de deforestación, afectando los recursos naturales y el medio ambiente colombiano.
Desde la postura socialdemócrata se puede decir que como los individuos del hoy somos
mera materia o circunstancia lo que debe prevalecer es el Estado y es el ente supremo de la
sociedad. Para ello debemos abarcar una postura biocéntrica que es consciente del Estado
futuro y las aspiraciones estatales. Para ello es necesario el derecho público que vaya en
consonante en contra la lucha de la deforestación y otros crímenes medioambientales.

Además, desde posturas biocéntricas que podemos encasillar las posturas del actual
gobierno con este plan de desarrollo por el cuidado medio ambiental, así mismo podemos
interpretar que están ejerciendo las garantías positivas de la dignidad humana, es decir, un
deber de conducta, de solidaridad y justicia social por medio del Estado mediante ley que
ordena y obliga para garantizar los derechos sociales y medio ambientales. En el contexto de
la justicia ambiental, esto significa que todas las personas tienen el derecho a vivir en un
ambiente sano y equilibrado, sin importar su origen social, económico o étnico. La violación
del derecho a un medio ambiente sano puede tener consecuencias graves para la salud y el
bienestar de las personas, especialmente para aquellas que viven en comunidades vulnerables
o marginadas. Por esta razón, la promoción de la justicia ambiental implica la protección de
la dignidad humana y el respeto a los derechos humanos.

Asimismo, pueden existir las otras dos formas de definición de dignidad que asigna la
Corte Constitucional que son el cumplimiento de la protección mediante “garantías
negativas” la integridad física y psicológica, que se refiere como un escudo a favor de la
integridad del humano en todos sus aspectos. Esto mediante diferente mecanismo del aparato
judicial que facilita esa protección, un claro ejemplo de lo anterior es la tutela del perro
Clifford. También, desde la postura más clásica que un calificativo moral desde la posición
Kantiana, es decir, mediante la razón podemos establecer lo que es bueno o malo, por ende,
hay un máximo calificativo que se refiere a obrar en un máximo universal para llegar a ser
virtuoso. En el contexto de la justicia ambiental, esto significa que todas las personas tienen
el derecho a vivir en un ambiente sano y equilibrado, sin importar su origen social,
económico o étnico.

La violación del derecho a un medio ambiente sano puede tener consecuencias graves
para la salud y el bienestar de las personas, especialmente para aquellas que viven en
comunidades vulnerables o marginadas. Por esta razón, la promoción de la justicia ambiental
implica la protección de la dignidad humana y el respeto a los derechos humanos. Para
garantizar la dignidad humana en el contexto de la justicia ambiental, es necesario tomar
medidas para prevenir y mitigar los impactos negativos del desarrollo económico y promover
un uso sostenible de los recursos naturales. Esto implica la implementación de políticas y
estrategias que garanticen el acceso equitativo a los recursos naturales y la participación
activa de las comunidades en la toma de decisiones ambientales.

Por otra parte, en el artículo 23 que se refiere las entidades que definen y son
responsables de la información de las determinantes del ordenamiento territorial. El papel del
Estado en los determinantes del ordenamiento territorial es fundamental ya que es un
instrumento de planificación del estado para garantizar un nivel de vida adecuado de vida
para las personas, equilibrado con el medio ambiente los cuales son definidos a través de
acuerdos con los sectores sociales. El ordenamiento territorial se refiere a la planificación y
gestión del uso del suelo en un territorio determinado, considerando aspectos económicos,
sociales, ambientales y culturales. Es es el garante principal de brindar bienestar a los
ciudadanos, siendo el encargado de establecerlas políticas públicas y regulaciones necesarias
para garantizar un uso del suelo adecuado y sostenible, de acuerdo a las necesidades y
características del territorio en cuestión, principalmente para que la ciudadanía En este
sentido, el estado tiene el poder de establecer normas y regulaciones que afectan el uso del
suelo, tales como zonificación, límites de edificación, planificación de transporte y servicios,
entre otros.

Por ende, el ordenamiento del territorio alrededor del agua y la justicia ambiental son
dos aspectos fundamentales para garantizar un uso sostenible y equitativo del recurso hídrico
en Colombia. Para lograrlo, se requiere una planificación cuidadosa y participativa que tenga
en cuenta las necesidades de todas las partes interesadas, especialmente de las comunidades
más vulnerables y marginadas. Ahora bien, siguiendo la línea de conclusión, La Corte
Constitucional es la máxima autoridad en Colombia en materia de interpretación y aplicación
de la Constitución Política. Su papel en la protección y garantía de los derechos
fundamentales de las personas, incluyendo el derecho a un ambiente sano y equilibrado, es
crucial para la justicia ambiental.

La dignidad de la Corte Constitucional radica en su capacidad para interpretar la


Constitución de manera independiente y autónoma, sin estar influenciada por intereses
políticos, económicos o sociales. Esto le permite tomar decisiones imparciales y justas que
promuevan la protección y garantía de los derechos fundamentales de las personas. En
relación con la justicia ambiental, la Corte Constitucional ha tenido un papel destacado en la
promoción y protección de los derechos ambientales. A través de sus sentencias, la Corte ha
establecido precedentes importantes que han contribuido a mejorar la protección ambiental en
Colombia. Por ejemplo, en la sentencia T-622 de 2016, la Corte Constitucional ordenó al
gobierno colombiano tomar medidas inmediatas para proteger el derecho de las comunidades
indígenas a un ambiente sano en la región de La Guajira, afectada por la explotación de
carbón a gran escala. Por tanto, la dignidad de la Corte Constitucional es esencial para
garantizar la justicia ambiental en Colombia. Su capacidad para tomar decisiones imparciales
y justas contribuye a mejorar la protección y garantía de los derechos ambientales y
promueve un desarrollo sostenible y equitativo para todas las personas.

Ahora bien, contemplando el análisis económico como pilar fundamental para entender la
relación entre el ordenamiento del territorio alrededor del agua y el desarrollo sostenible en
Colombia. Tenemos que, en particular, el análisis económico puede ayudar a identificar las
externalidades y los costos asociados con el uso y la gestión del agua, así como a identificar
las soluciones que maximicen el bienestar social y la sostenibilidad ambiental. En Colombia,
el uso y la gestión del agua están influenciados por una serie de factores económicos,
incluyendo la demanda de agua para la agricultura, la industria, el turismo y el consumo
humano, así como los costos asociados con la construcción y mantenimiento de
infraestructuras relacionadas con el agua, como represas, acueductos y sistemas de riego.

El análisis económico puede ayudar a determinar la asignación óptima de recursos y la


identificación de medidas de gestión y conservación del agua que minimicen los costos
económicos y ambientales y maximicen los beneficios sociales. Además, el análisis
económico puede contribuir a la identificación de los actores económicos más relevantes en
la gestión del agua y a la identificación de las externalidades asociadas con su uso, como la
contaminación, la sobreexplotación o la degradación del recurso.

Sustancialmente hablando, el análisis económico es un enfoque valioso para entender la


relación entre el ordenamiento del territorio alrededor del agua y el desarrollo sostenible en
Colombia. Al considerar los costos y beneficios económicos de la gestión del agua, se pueden
tomar decisiones informadas para garantizar un uso sostenible y equitativo del recurso hídrico
en el país, contribuyendo a la protección del medio ambiente y al bienestar social de las
comunidades locales.

Y como último punto de la conclusión, evidentemente la Constitución es la norma


fundamental que rige el ordenamiento jurídico de un país. En Colombia, la Constitución de
1991 establece las bases para la protección y garantía de los derechos ambientales y la
promoción de la justicia ambiental. La Constitución colombiana reconoce el derecho a un
ambiente sano y equilibrado como un derecho fundamental de todas las personas, y establece
que es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas
de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el desarrollo sostenible.
Además, la Constitución colombiana establece la obligación del Estado de planificar el
desarrollo económico y social de manera sostenible, considerando la protección ambiental
como un elemento clave de la política pública.

En este sentido, la Constitución colombiana es la base jurídica para la promoción de la


justicia ambiental en el país, ya que reconoce la importancia de la protección ambiental y
establece el marco normativo para la toma de decisiones que garanticen el uso sostenible y
equitativo de los recursos naturales. La Constitución también establece los mecanismos
legales para que las personas y las comunidades puedan exigir la protección y garantía de sus
derechos ambientales, a través de recursos legales como la acción popular y la acción de
tutela. Sintéticamente, las bases de la Constitución de Colombia son fundamentales para la
promoción y protección de la justicia ambiental en el país, ya que establecen el marco
normativo y los mecanismos legales para la protección y garantía de los derechos ambientales
de las personas y las comunidades, así como la protección del medio ambiente y la
promoción del desarrollo sostenible.
Desde el punto de vista de la concepción humana, el plan nacional de desarrollo medio
ambiental y su relación intrínseca con las lecturas teóricas, podemos visualizar
sustancialmente su relación con los conceptos ya expuestos, en el desarrollo sostenible,
dignidad humana y base constitucional centrados por un progreso territorial inclusivo y
eficaz.

Referencias

García Jurado, R., (2003). La teoría democrática de Huntington. Política y Cultura, (19), 7-
24.

La dignidad de la corte constitucional. U. Rosario. 2013. Todo el ensayo. Autores: Fabricio


Mantilla Espinosa y Tatiana Oñate Acosta

López. D & Bateman. S. (S.F). El análisis económico Volante Creador, pero no el Capitán.

Sáchica. L. (1999) Límites y garantías de la libertad. Del libro Derecho Constitucional


general. Cuarta edición.

Bibliografía

https://justiciaambientalcolombia.org/

https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/portalDNP/PND-2023/2023-02-07-Poryecto-del-ley-
PND-2022-2026-(Articulado).pdf

https://www.minambiente.gov.co/ventana/objetivos/#:~:text=El%20Ministerio%20de
%20Ambiente%20y,la%20recuperaci%C3%B3n%2C%20conservaci%C3%B3n%2C
%20protecci%C3%B3n%2C

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