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“umioreca HACHETTE pE riLosoria” dirigida por CGuEEONIO WEINBERG .URICE MERLEAU-PONTY ESTRUCTURA DEL PORTAMIENTO Precedido de FILOSOFIA DE LA AMBIGUEDAD be ALPHONSE DE WAELHENS LIBRERIA HACHETTE 8. A. BUENOS AIRES Thao del original francés: La Sravcrune pu ComrorteMent Tradcito de la 3* ediciin (1953) gor Exnigur Atosso _ UNA FILOSOFIA DE LA AMBIGUEDAD DOCTRINAS contemporineas repiten de buen grado que define (en tanto que la idea de definicién Te sea nr el ser-ensel-mundo. Pero esta quiere con apes oe as erate ES eee en ee ga de la. alsernativa del Para-si y del En-sl, Si cs cosa o encia pura, el hombre deja de ser en el mundo. Porque la_ iste con otras cosas; no las trasciende, pues no tiene Ahora bien, el mund6-1o"es" én las“cosas, sino en el inversamente, la_conciencia” pura “has qc una mirada que despliega todo ante sf, sin im- jones, obstaculos 0 ambigiledades, y cuyo concept e& ala idea misma de resistencia’ o de compromiso 0 consisté la experieneia-tipo de lo. real. in embargo, debe decirse que los autores mas resueltos a istencia_y ser en el mundo, lo més frecuentemente idado 0 esquivado describirnos ese mixto que es la ia humana, Heidegger se coloca siempre en un nivel lejidad que permite imaginar resuelto el problema que Pues en el estadio de la percepeién y de lo sensible debe recibir su tratamiento decisive. Ahora bien, rectos que, segin Sein wd Zeit, engendran para nos inteligibilidad de lo real, presuponen ya que el sujeto fencia cotidiana levante el brazo desde que clava y linia su mirada desde que consulta su reloj, se oriente ij en auto. Que un existente humano pueda cum- diferentes tarcas no resuelve ninguna dificultad, ya Hecho el depésito que marca Ja Ley N? 11.723 han juzgado “evidentes” su capacidad de actuar y de IMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINE su facultad de percibir. Nunca se ha ‘con- 8 ALPHONSE DE WAELHENS cluido de acosar las "evidlencias” del sentido comin, y el fector de Heidegyer advierte demasiado tarde que la agudera minu- ciosa desplegada por el autor en la descripeiém del mundo que proyectamos, ha tenido por contrapartida una negligencia toral Gel mundo que para nosotros esta “siempre-ya-ahi". Y es en éste precisamente donde surge la paradojal estruc- tura de una existencia consciente, de una existencia que se hace cost dominando a la cosa. Si me son posibles un proyecto y una interpreracién de lo real, es porgue estoy enlazado con ese real en un sentido radical. ‘Ahora bien, no se hallan en Sein und Zeit treinta lineas sobre el problema de Ja percepcién; no se hallan diez sobre el del cuerpo. El caso de Sartre es més extrafio. El Ser y la Nada con- tiene, en efecto, ademas de una critica muy detallada de las docttinas clisicas de la sensacién y de lo “psicolégico” en general, un estudio sistemitico de te corporeldad como mo- dalidad’ fundamental del ser-en-el-mundo, Sartre es quien ha introducido en el existencialismo contemporineo Ia distincién —capital— entre el cuerpo pars-mi_y mi cuerpo para-otro, sin la cual toda Ia problemérica del cuerpo zozobra en la confu- sién y queda sin defensa contra los ataques del positivismo. En citanto a las tesis adelantadas por Sartre sobre la naturaleza misma de la corporeidad, concebida esencialmente como una dialéetiea que opone el cuerpo-itil (en un sentido muy par- ticular) al cuerpo-facticidad, se revelan de una fecundidad ex- ccepcional y son capaces de hacernos comprender, en fin, como Ja conciencia existente puede ser a la vez una inherencia y un proyecto. Desdichadamente, no advertimos cémo comprender Y aceptar esas tesis, en cuanto nos volvemos a colocar, como Corresponds, en el’ cuadro general de la ontologia. sartriana, Pues, precisamente, esa ontologia subraya con sostenido encar- nizamiento la oposicién —ya no dialéctica, sino esta vez radi- calmente inconciliahle— del En-si y del Para-st. De tal. mane~ a se encuentra restaurado en su principio el dualismo carte~ siano de Ia substancia-pensamighto y de la substancia-extensién, Restaurado, por otra parte, es poco decie; en realidad se trata de una agravacién, pues en Descartes el pensamiento y a ex- tensidn, aunque nd tengan determinacién comin, se unifican UNA Fivosoria De LA ANKIGUEDAD 9 argo en una cierta medida por cl hecho de que uno He Conciben como substancia. Son pues igualmente sub- fen s{-mismos ¢ igualmente relativos a la accién crea We Dios. Sartre objecari, es verdad, que esta doble fia se hubiera revelado ilusoria si Descartes se hubiera Ja pena de aclarat su significacién. Quiza, pero ello onocerse culpable. Contemplémoslo desde mis cerca. giencia, se nos dice, es una nada de ser que se despliega mnadamiento del ente +, La definicién del conocimiento sensiblemente diferente: "en esta relacién estitica que titutiva de la negacién interna y del conocimiento, es el [en persona quien es el polo concreto en su plenitud y el no es otra cosa que el vacfo en el que se destaca consecuencias de esto, para el problema que nos ocu importantes. Ponen de relieve una discordancia entre ina metafisica de Sartre y los datos descriptos por Ia yenologia del mismo autor. Pues, cémo sostener en ade- sila conciencia y el conocimiento se definen igualmente, @ ho hay identidad’ entre ellos, que “toda conciencia no es jento”®, Ahora bien, es precisamente una tal identi- ién, fenomenolégicamente insostenible como el mismo tte lo admite, Ia que va a hacer incomprensibles la ‘per~ ny el cuerpo, La primera se reduce, conforme a lo ‘acaba de decirse, a esta presencia de la cosa a la vea inme- y. distanciada* cuya vista proporciona la estructura- *Percibir el rojo como color de este cuaderno es refle- Bl sr de In conciencia en cwento concienia, consste en exit dis. $F como presencia ante sty para sy eta dane ljon ds da-en suse, ey Ia Nada." LBs t le New, pg. 120, (Se cian Teta. M.A. Vieworo Bocnos Aires, Estoral fvero-Amereana, fe pig, Hi; co vernién en adelame ser ci como S.N.— Tr WN, pi. 225 (8. N., tI, pigs. 266.2671. © ain més netamente: ngeimiento (...) se confunde (...) con el ser estitico del Para yi No ela 26 18. Nc, pg. 3), EN, pig. 18 1S. N, & 1, pag. 191. 10 significa simpletmente que al fo ser el parv-ai una cosa no po- Aeontrarse a distancia dela cosa, pero que, por otra parc, al set la (6a una perpetua afirmacion de que sees Ia cosa no’ siéndola, fancia ontol6gica del para-si a la cosa permanece siempre infinita. 10 ALPHONSE DE WARLHENS jarse uno mismo como negacién intema de esta cuslidad. Es decir, la aprehensién de In cualidad no es ‘cumplimiento’ (Erfillang) como lo quiere Huser), sino informaciin de un vacio como vacio detcrminado de esa cualidad, En ese seatido la cualidad es presencia perpetuamente fuera de alcance (...). Da- Femos mejor cuenta del fenémeno orignal dela pereepcin in- sistiendo sobre el hecho de que la cualidad se mantiene con res- pecto a nosotros en una relacién de proximidad absoluca ella “esti ahi’, ella nos llena— sin darse ni rehusarse, pero es preciso agregar que esta proximidad implica una discancia. Ella es lo ‘que esti inmediatamente fuera de eleance, lo que, por defi- nicién, nos indica a nosotros mismas como un vacio” * Pero si la percepeién testimonia una presencia de la cosa, claramente desplegada ante nosotros sin equivoco ni misterio, si tiene Ia transparencia cristalina de una mirada que el Para-sh posa sobre el En-si, no se distingue ya en absoluto de ningin ‘otto tipo de conocimiento: "No hay otro conocimiento que el conocimiento intuitivo!’®. Nos referimos, segiin parece, a Jk incuicién del racionalismo clisico y volvemos a encontzar todas sus dificulcades para justificar el sentido y el alcance ori- ginales de la percepcidn. Incluso se ha perdido el derecho a ‘mal librarse del asunto, como Descartes y Spinoza, ilaméndola tna idea confusa. Una ver que Para-si y En-si esti radical mente separados, una vez que la concieneia deviene un espec~ tador sin consistencia propia, los dados estén echados: una tal conciencia conoceri 0 no conocer, pero no podré conocer de varias maneras, ni relacionarse con el En-si de manera ambi- gua. En cuanto lo conoce, lo traspasa; en cuanto habla, todo estt de golpe dicho. Sin duda, Ia conciencia desmenuza sus negaciones y no es en una vez, por el conocimiento, negacién de todo el En-si. Pero las cualidades que percibe, las percibe en lo absolnto. La conciencia no esta en el mando porque no ‘esti comprometida en lo que percibe y no colabora en su per- cepcién, Ahora bien, precisimente esta colaboracién y este compromiso son los que dan al conocimiento sensible un as- pecto de constante e intrinseco inacabamiento, una necesidad © BN, pigs 236-257 8. N., 1s pig. 2601. CEM Bea Nyc yple ene UNA FILosoria DE LA ammiaEpaD 4 fe ser perspectivista y de hacerse de un punto de vista, rasgos dos que Sartre fenomendlogo ha visto muy bien, pero que ‘metafisica no justifica. Sin duda salva e incluso distingue, on su doctrina, el carécter inmediato del realismo; pero nunca lege a explicar que la cosa, inmediatamente presente, solo. se ps libra, sin embargo, de uta manera a Ia ver evident y,si- pues lo percibido, indubitable en tanto que percibido, espera siempre recibir su sentido pleno de una exploracién ulterior que, a su vez, dibuja un suevo horizonte de poten- idades. En Sartre metafisico, las diversas vistas de un mis. no objeto sélo se suceden porque la conciencia asi lo ha ecidido conforme a una necesidad, arbitrariamente invocada, de su estructura propia; esta parcialidad, este caricter sucesive ambiguo de la percepcién, no resultan’de la naturaleza misma contacto que contrapone la cotciencia y la cosa. Para tre Ja conciencia desmentiza un conocimiento que también odria agotar de un golpe, simplemente porque una mirada exhaustiva (perfectamente posible ¢ incluso requecida en prin- “cipio) cuajarfa la conciencia en cosa, la congelaria'en En-si y, i, Iegaria a destruirla*. Sartre reconoce una dialéctica de 1a Pereepcién, no porque esta dialéctica sea inherente a Ia toma ‘misma que podemos tener sobre las cosas, sino porque sin ella no habria vida de Ia conciencia. Pero esta vida, como se ve, o esti asegurada en su principio; es invocada y puesta antes ‘que inclufda en el fendmeno mismo de la percepcién. ._ Las mismas dificultades surgen cuando Sartre intenta armo- ‘izar su fenomenologia del cuerpo y su metafisica. Pueden ceptarse sin objecién las descripciones, tan originales como rdaderas, que da del cuerpo. Pero nunca se llega a compren- derlas. Sin embargo, a primera vista, las explicaciones de tre parecen claras, coherentes, y verdaderamente suscepti- bles de proporcionar una respuesta al problema. Al no tener Para-si ser en s{ mismo, silo puede existir como anonada- ito de una facticidad. Esta iltima es precisamente 1 cuer- 9 propio’. Se concibe también que al ser inseparable esta Sy 231, 292 [S. Nyt Ly pigs, 273-3 321 (8, Nyt. TL pgs. 133-34]: Nos limiamos aqut ‘ontolégicas de la corporeidad, no su dese 2 ALPHONSE DP WAELHENS facticidad —que, en un sentido, define nuestra situacién— de lun proyecto por el cual es retomada e interpretada, se ilumina (para emplear un término heideggeriano) en funcién de ese proyecto mismo, La facicidad, el everpo o el pasado se muer. tran pues variables segiin el sentido que les acuerde nuestra Proyeccién. Todo esto no es susceptible de ninguna objecién inmediata. Pero ya no es Jo mismo en cuanto nos esforzamos por distinguir en el En-s{ lo que pertencce al cuerpo y lo que no Ie pertencce. Pucs se conclaye entonces en esta. tesis, por Jo menos paradojal, de que al consticuirse todo conocimiento por el anonadamiento de un En-sf, todo lo conocido se integra en nuestra facticidad, deviene nuestro cuerpo. Sartre acepta 8 veces esta consecuencia de su doctrina y, e cierta manera, ella no ¢s injustificable®. Pues si el Para-sf se afirma al surgit como un anonadamiento del ente en totalidad, este ente en totalidad es la facticidad a la que anonada y, por consiguiente, conforme a la definicién jue acaba de enuinciarse, el cuerpo mismo, El problema comporta sin embargo, segim sus datos fenomenolégicos, otro aspecto mucho menes facil. Pues la fenomenologia —incluso la de Sartre ‘revela en efecto una fecticidad mia en um sentido mucho més. profunde y mucho mis radical. Fs la que nos descubren, en un limite casi inac- cesible, el suftimiento y la néusea. Citemos a Sartre: cuando consideramos asi al cuerpo, “para nosotros se trata solamente de la manera en que la conciencia hace que exista su contin- gencia; cs li textura misma de la conciencia™, en cuanto st pera esa textura hacia sus posibilidades propias, la manera en que Ia conciencia existe espontineamente y en el modo no- tético, lo que ella constituye tética, pero implicitamente, co- mo punto de vista sobre el mundo. Puede ser el dolor puro, pero puede ser también el humor, como tonalidad afectiva no tética, lo agradable puro, lo desagradable puro, de manera general, todo lo que sc lama cenestesia. Esa ‘cenestesia’ apa- tece Tarmente sin ser uperade hacia el mando por op. yecto trascendente del Para-sf; como tal, es muy dificil de ° (FI cuerpo) "se identifica por’ otra parte con el mundo entero”, pig, 372 1S. Nyt Ill, pag, 138) 10 Subraysdo’ por nosotros, UNA Firososia DE LA ANBIGOEDAD 2B liar aparte, Sin embargo, existen algunas experiencias pri- iadas en las que se puede percibir en su puridad, en par- ar la del dolor que se llama fisico” EY sentido de este ¢s claro y, por dificil que sea conciliarlo con ciertas tesis indamencales de Ia metafisiea sartriana, no podrfamos, con Pretexto, fingit olvidarlo. Pucs reivindica los derechos de experiencia indiscutible que, a menos de renunciar al-titulo de fenomendlogo, debe mantenerse respecto a y contra todo Presupuesto metafisico. No podria negarse, pues, que la conciencia o el Para-si, aunque ontol6gicamente nada de ser, existe sin embargo en el ‘odo de la inherencia 0, dicho de’ otra manera, se_incrusta fen algin en-sf y se recorta as{ una facticidad propia. Sin duda, ho es fécil poner en evidencia esta facticidad bruta de nuestro cuerpo, porque se encuentra normalmente incluida en un pro- yecto que la hace a la vez significativa y mundana (“este dolor proviene de una uileera de estémago; e3 mi ‘ileera”) y que, en esta forma, no es més que un clemento o una fase de la orga- nizacién general de Jo real, organizacién que elaboro necesa- tiamente por el hecho mismo de que existo. Pero en el limite Y en principio, una facticidad, a la vez. pura y puramente mia, se deja entrever. Aconsejamos a aquel que dude de ello una Jectura de La néusea. Ahora bien, gcémo es concebible una tal facticidad si no hay ninguna complicidad de naturaleza en- tre el En-si y el Para-s{, cémo no se confunde con el conjunta de mi pasado y de los objetos que he conocido (asi como el ‘cuerpo segiin el primer sentido descripto)? Si es verdad que el Para-si se agota en ser distancia anonadante, zpor qué, si toda experiencia es anonadamiento de lo que nose es, toda expe- iencia no pesa —en tanto que facticidad pura y fuera de toda "valorizacién por el proyecto— con un mismo. peso? O, més bien, gc6mo se concibe que una facticidad pueda pesar? Ahora bien, si es verdad que siempre depende de mi que ceda a un dolor un minuto, un segundo, un décimo de segundo mis tarde, también es verdad que el dolor me oprime. En otros térmninos, si el Para-si no es més que la distanci de una mirada sin ser, no se comprende, al admitir una facti- 1B. N, pig. 396 [8. N,, eM, pg. 1661. ry ALPHONSE DE. WAFLHENS cidad, que no sea todo para &l facticidad al mismo titulo; que haya, cn el interior mismo de mi experiencia, una facticidad aria en uo sentido radical y una facticidad que lo sea sélo en un sentido relative, Poco importa que esta diferencia sea, de hhecho, dificilmente aislable; basta que se reconozea su princi- pio para que se vea al ser-en-el-mundo proveerse de una di- mensién nueva, de la que la dualidad absoluta del En-si y del Para-si no podria dar cuenta o que, mis bien, la bace imposible. Se concluira pues qne esta dualidad compromete al ser-en-cl- mundo 0, al menos, que le confiere un sentido insuficiente p33 eripein. mismo empobrecimiento o, si se quiere, mistna debilidad se comprobarfe, por otra parte, 4 propésite de la nocién sartriana de libertad, por lo menos en el grado de cxplicitacion 2 que el autor la ha eondueido en sus obras pu- Las dificultades que acabamos de exponer 2 propésito de Heidegger _y de Sartre son las mismas de que ha nacido la reflexién de Merleau-Ponty. Todo su esfuerzo tiende a la elaboracién de una doctrina de Ia conciencia comprometida, Por primera vez se afirma una filosoffa existencial donde el modo de ser éltimo det Para-sf no se muestra ser, a despecho de las intenciones y de las descripciones contrarias, el de una conciencia-testigo. fsa es la tesis fundamental que defienden, en diferentes niveles, Le estructura del comportamiento ™ y Ia Fenomenologia de la percepeién 8, Es también, en el fondo, J misina concepcién que se encuentra en los diversos articulos en que este autor ha esbozado su filosofia de la historia interpretacién del marxismo *. Es verdad que en estos tikimos trabajos la influencia hegeliana se vuelve mis aparente. Pero —y ello no ha sido suficientemente subrayado~ no hay ninguna ccontradiecién entre un tal existencialismo y la inspiracién pro- funda que animaba a Hegel, sobre todo al Hegel de la Phino- 22 T vol, 314 pgs. Paris, P. U.P, 1942. Nueva edieién: 1, voly 248 igs. Pan, P. UF 1909 L vol, $31 pags. Paris, Gallimard, 1945. Nueva edicién, 1999. 14 Estos arciealos han sido reunides en dos volimenes:, Htamaninne et Terreur (Paris, Galimard, 1947) y Sens et Non-Sens (Pacis, Nagel, 1988). UNA PuLosorfa DE LA Aarwiciman 5 jologie des geistes™*. Las protestas nthegelianas de ut erkeyaard y de un Jaspers, la actitnd alge desdefiosa de ut gan ‘a toda filosofia dialéctia an manrenido du- demasiado tiempo graves equivocts wbre este punto- fambién aqui conviene hacer Jas distindotes necesarias. La primera tarea que se nos ofrece ¢ precisar con exac dla diferencia de punto de vista que ponen en claro a estructura del comportamiento y la Feomenologia de Ié jeepcién. Pues podtia preguntarse qué necesidad imponit il autor el escribir dos libros cuyo asunto es, por lo menos un sentido, el mismo. Si es verdal, como lo sostien€ Merleau-Ponty, que In experiencia naturi! &el hombre lo co ca de golpe en un mundo de cosas y amsiste para él et sntaise entre elas y tomar partido, decribic €] compor- amiento del hombre y su percepcién de lt cosa es dedicars§ Jun mismo objeto. Segin este aspecto, el segundo Hibro de juror seria simplemente més completo gut cl primero, put? nla prolongacién de Ja percepcién misma e esfuerza en po en claro lo que tal doctrina implica resjecto a la teflexios tural (que oponemos a la reflexién ciatifica y, si cab fisica, del hombre), la temporalidad y la libertad: mund del sujeto, Se dirt’ que La estructurt él comportamient® tuna obra sobre todo negativa, que se sferza en clemostrit ja inanidad o la insuficiencia de las respuests que Jn psicologit laboratorio aporta al problema de nuestio comporeamient» ello a despecho de los hechos que ella mima ha deseubiers? y subrayado? Pero esto seria reducir excesramente el aleanct de este libro donde se enuncia ya formelmete la posicién qu el nervio de las ideas de Merleau-Ponty, y olvidas gue s! gunda obra comporta también una parte titica, muy’ impo ad 18 “Hay un exitencalimno de Hegel en ol silo de que pars 6! ye no es de inmediato ua coneioncia que paca en in claralad essen so awd dai af nue tt de comet Roda ls Fenotmenalogia det pire desc eseexfuerao au ‘hombre port resprahenderse” Musuat-Pary, L'Exstentalioa? ehes Hegel en Sens et Nor-Sens- 6 ALPHONSE DE WAFLHENS tance, dirigida esta vez contra la psicologia intelectualista de los grandes racionalistas clisicos y sus epigonos: Descartes, Spi- noza, Leibniz, Lachelier, Lagneau y Alain. La distincién real hos parece residir més bien en el tipo de la experiencia deserip- ta, La Fenomenologta de la percepcion se cstablece sin desmayo en el plano de la experiencia natural € ingenna, que describié ya el Huusser! de los ailtimos tiempos. Si 1a obra acude, muy frecuen- temente ¥ con habitual ingenio, a 10s datos que libran Ia. psi- cologia de laboratorio © Ia psicopatologia, ¢s con el propdsico de aclarar 0 de preparar la interpretacion de a experiencia natural, tiniea que importa. Por el contrario, La estructnra del Compartamicnto acepta otro debate. Se apodera de la imagen gue dibujan de nosotros mismos —eN colores que no siempre son arménicos— las principales escuclas de pecokes. experi- mental (sobre todo Ia Gestaltpsychologie y el conductismo) y se dedica a probar que los hechos y los materiales reunidos por esta clencia bastan para contradecir cada una de las doctrinas interpretativas a que el conductismo y la Gestalttheorie han recurrido implicita o explicitamente., La estructura del com- Portamriento se coloea pues al nivel de Ja experiencia no natu- tal sino cientifica, y se esfuerza por probar que esta experiencia misma ~es decir, el conjunto de Jos hechos que, aclarades por la investigacién cientifica, constituye €l comportamiento— no es comprensible en las perspectivas ontoldgicas que la ciencia adopta espontineamente '*, Sélo se logra obtener una visién coherente de este comportamiento si s€ lo interpreta con ayu- da de una concepcién que no da ya ms crédito a la hi de un comportamiento-cosa que a Ja de un comportamiento- manifestacion de un espiritu puro. De donde se sigue que la nocién de una conciencia-comprometida, tal como la descu- briré luego la descripcidn de Ia expefiencia natural o ingenua, se encuentra ya implicada, hasta impuesta, por Ia critica inter~ pretativa de Ia experiencia cientifica- De hecho, sin embargo, 29 Fl sabio no podria replicar aqui que piensa sin fondo entoléaico, Cer qe nose hace meus guereabstenene de Maceta cr Sempee implicar una ancolagla, pero no entice; asi como los gobiemos de "tem "no hacen politica pero nunca dejan dé fener una, ¥ con frecuencia In peor de todas UNA FILosoFIA DE LA AnrmIGUEDAD y de La estructura del comportentiento permanece subor- la de la Fenomenologia de la percepcidn, asi como la etiencia del sabio queda subordinada, en su origen, 2 la eriencia diaria que tiene a su cargo explicar y sin la cual existiria, “Volver a las cosas mismas es volver a ese mundo Hor al conocimiento de que el conocimiento siempre habla respecto al cual toda determinacién es abstracta, signitiva y dependiente, como la geografia respecto al paisaje donde pri- 70 hemos sprendido lo que era wna seta, ime pradera 0 igh tt, ‘Sin embargo, nos parece preferible comenzar la lectura La estructura del comportamiento. Es el orden que el o autor desea? y al que no deberfa renunciarse sin ra~ pnes serias. Lejos de existir tales razones, hay otras, por el trario, que nos comprometen a aceptar su invitacién. Es que ‘concepcidn sostenida por e] autor no es de muy flcil acceso, aunque no choque a un cierto sentimiento espontineo de esto set, va directamente el encuentro de todo cuanto la sofia moderna nos ha ensefiado a pensar respecto a ese ser. pues conveniente, para comprenderla correctamente, no esdefiar ciertos desvios y perwuadirnos antes de que, acerca del problema de la percepcin y sus prolongaciones, las solu- ciones de la tradicién modema son caducas. Asimismo, en lu- de penetrar de golpe en el seno de una doctrina ardua y sconcertante, harfamos mejor en comprobar primero por qué dos Jos caminos trazados por una cierta historia son calle- nes sin salida; quiz’ vemos entonces, poco a poco y pro- esivamente, clevarse otra luz de esos fracasos. Estas pocas explicaciones nos preservan de un grave error. consiste en pretender, como lo hacia en una oportunidad nte nosotros un critico de Merleau-Ponty, que esta filosofia, 2 hr eine Ml te appre Aap SR We : sie Pa pea EF ce Sa ceemele di acne hake ate Ga Eee, eee So nts 7a ba soe de » {UA ESTRUCTURA DEL coMPORTANIENTO deja otro recurso que ser, por una parte una "psicologla ana- fete gee paramere sn geomet anit, hala jicio presente en todos lads, por lo demi, un cxadio de Ciertos'mecanismos corporales. Ela medida en que ha que- "io ern lec naar i pscloga th permanecio fe al relismo yal mateiainma. hacia de lo "psiquico” ‘un sector particu ‘mundo real: ente los hechos ens, algunos en el cerebro tenfan Ja propiedad de exisir también para si La antitess esprit. lise ponia lh, conciencia como na causa productora ©. como una Gos: primero fae el reaimo de fs “estados de conciet- a" lgades por relaciones de eatelidad segundo mundo po- falelo y anilogo al “mando fsico”, seg la tradeign de Hume; neg, en una pacologia més refinads, el realismo de ln “ener” sia epireal, que sustivls los hechospeiqucos dscontinuos er aula’ de fs yd erent, "one {ealidad floyente; peo la conciencia permanecia andloga a una fucren. Esto se adveria cuando se trataba de explicar su accion sobre ccs rfc msi, sin per opin ia “creacén de tnergia” necesaria*: el universo dia fisiea tcomieado como, ut ened co onl gue a aca parecer ala conciencia a Uulo de segunda realidad, Para los Pricdlogos, Ia concienca se distingula de los sere de la natu- Faleza como una cosa de otta cost por un certo mero. de ‘aracteres. El hecho psighico, declan, er inexteno, conocido Por uno solo... ‘Mis recentemente, a doctrina de Feud aplica 1a conciencia metiforss energeticas y da cuenta de la con dicta por interaciones de fusrzas © de tendencies. ‘All se encuentran ysscapene eh Francia, entre los con- temporiaon, una flosfia que hace "de tos’ staan tna ‘nidad-abjetvaconstlda ‘te i conciencia "lus cent ae rata al orpuismo y la concienca com dos Grdnes de felidades y cau reacidn tesproca, como "efectos" y como causa (Se halla Ie solicién en to retordo poro y” simple al ctickmo® ¥, ona ver hesha Ta rien del anal fa da pensamien ‘esa, nada hay" de fundado en el oat prrroovocidn a fe. denn, made qu, compen” y eames econ pir enna fife ane spor gc cain picts "act abyjo™y tan e non de comporsmen: Tt tice Cr imoree por, ones spas on ita cldes de “pic ui, Yr tnt. proposes loi eos "sans a Wenn gan pnts cling cu provsto dei ldog,y'cotprat i lint rowel Sempocge es reducido a una suma de reflejos y 4c reflgjon ‘condi- eel comporamino Tagen, Le Boba. ‘Seutlo del comporeamienro (i et mol, oi iret Soe ie ci oe tore ed, ei, regora sy tepuces iby pig be) Pera Io 3 ay te a relat nom a pean a die Pa ant eset Saga” ele St is Ue ee a iach ies 2 [LA ESTRUCTURA DEL. COM«PORTANIESTO cionados entre Jos que no se admite ninguna conexién ine trinseca, Pero justamente esta interpretacion atomista fracasa ya en la teoria del reflejo (cap. I) y con milcha mayor ra- ‘26n en. la psicologia, incluso objetiva, de los comportamientos superiores (cap. II), como bien lo ha demostrado la Gestale- theorie. Pasando por el condvetismo, se gana al menos el intro- cir la conciencia no como realidad priquica 0 como cats, sino como estructura, Falta interrogarse (cap. III) sobre el sentido y el modo de existencia de esas estructura. ‘carfruLo ameKo EL COMPORTAMIENTO REFLEJO Ex, aviusis cientifico del comportamiento ha sido defi- primero por opasicin alos datos de i concenci ingen ‘toy ea ha habitacién oscura yuna mancha luminors apa: ce sobre ln pared y se despa, diré que ha “ataido™ mi cin, que te vuelto os os “hacia” ella, queen todos sus nientos "arrastra” mi mirada, Consderado desde el inte- ‘mi comportamiento aparece como orientado, dotado. de iteneiin y de un sonido. La clencia parece exigit gue acemgs esos caraceres comno aparienias bajo ls. cuales “6 neessario descubrr una realidad de oto géncro Se ditt que uz vista etd "slo en nosotros". Ella eneubre un movimiento aque nunca s¢-da a la concieneia, Llamemos "Iz fe- "a la aparieneia cstv, “Tue real” al movimiento vibratorio. Pues que nunca se la peeibe, a luz real no podria Brenan como un ji hace i eon mi con amiento. Sélo pied ser pensada como wna causa que 2 ‘bre mi ‘organo. La lot fenoméniea era na ferea de ftracidn, la loz rel es tna is forgo, Esta inversion plana inmediato una serie de evestiones. Desde el momento en qe 4 define ala Tuz como un agente fico que impresiona sai Fe- fina, ya'no se tiene el derecho de considerar como dados en lla los caracteres que perenecen fs luz fenoméniea. El est Imulolsmado."mancha de lua” se descompone, por el anslis Gienifico,en tanton procssos parcial como elementos ant Iicos distncos hay en mi retina, De la misma manera, se "fata como tina realidad mis als de mi conciencia, Ia accén ™ 1A FSTRUCTURA DEL ContPORTAMIENTO durable de la mancha luminoss sobre mis ojos se resuelve una suction indfiida de echos fico; com cada momen: to del tiempo debe ser renovada, como ean bien To express la idea cartesana de ereacion continua, Igulmente, cl movinien- fo de mis ojos que miran I mancha Tominoss’no planteaba singin problema la conciencia ingens porque = caconraba fuiado por un ebjetvo, Pero en adslante ya'no hey frm Si quem, y simis ojos oscil de tal maneca que la tancha lo- Mose vengs a refljane en el cemto de it retinas en las fnuss 0 condiciones anecedentes del movimiento es donde debe encontrae ia razon suficiente de ea adspracén, Ha de hater, cool puno de I ein donde la ancy uninos Se formaba primero, dsposivos que regulenconvesientemente In ampli yest, demi tefeo de clon, Se dra onces que cada lugur de la ttina’ tiene un “aioe espace determinado, es decir, que esth unido por circuits nervioso preesublecos a clrtos misculo motores, de manera que’ {te al cocarlo no tenga mis que Hbrar un mceanimo ist para farina En in eee lina dons ym a sigue, debo tambign aqul comprender el fendmeno sn troducit en el aada que semeje una intencii, ‘Sobre mi retina Comsderada no. como unt pantalla congue sno. como ut FRE sn como oy eo de enon dc tinue, no, hay, propiimente hablando, movimteato de i 10 ‘Una ola ene Yadividualidads6lo para hombre que la mira y Ia ve avanzar hacia dl pero en el mar no hay mis que el suce- sivo elevare de las partes del agua segin In vertical, sin tans- Porte de materia segin la horizontal Igalment, "dep Zamiento” del rayo Tuminoso sobre la retina no es una relied fisioégiea La ‘retina sblo repitra una exciacion sucssiva. de Jos puntos por los que pass. En cala uno de ells, actuando sobre un elemento nervioso distinto, poste: provocar un re- ficjo'defjacion semejante al que ha’ sto desrto mis aria, de aqul que mi ojo pacers "seguir" Is. En realidad Thovimieno es Ia inegracion de un serie de adaptacions far- ils, st como ia marcha se reduce a una serie de caidas hides De una manera genet, os agentes fisicos no pueden i= Dresiona al organismo por su propredades de forma, tales como [BL coMPoRTAMIENTO REFLEIO B “movimiento, ritmo, ditsibucién espacial. La forma espacial 0 poral de un hecho fiico no se deposta sobre el Teeeptor, fo deinen él ms hucllas que “una serie de “esimulacions “exteriors las unas a as otras. os exces pueden actu slo “por sus. propiedades puntules. Asi en cuanto dejamos de fiarns de los datos inmediacos de ly conciencin, qe feonstrir' una represenaciéncienifica del organo, pare: wo conducidos la teria efsca del reflejo, eet a Ascomponer a excacién y la reaccin en una mid de ross parc eee ow oy tes at oh no como en cl espacio. La adaencin de la respuesta twain se exlcaia por as corelciones prestableids (con. Sebidas frecuentemente como dspositvensnaémieon) re ‘ertos érganoso-apaatosreceptoresy clertos misculos efector tes, EI funcionamiento nerviow mis simple no es mas que I puesta en mareha de tn nimero muy grande de cituits nad Nomos, El reflejo seri, puede decrs, un fendmeno “long dic ‘tals La opercion de'un agente fico 0 quimico define ‘bre un receptor localmente definido es la que provocs, en tu trayecto defnido, una respuesta define. En esta sei lineal de hechos feos y fiiligicos el ext io tiene la dignidad de'una causa, en ef sentido empinsta de ‘ttecedente consante © iscondicionado, el organism es io, pues s limita a cjeeitar fo que le precriben el logs In Gxcitacién y’ los creutes neriosos que en él toma Oe », EL send Eames fac on eto “para verlo™. No solamente esta “actvided prospect "#30 Temite a ls datos antropomérficos de la olxervacion fr, go gu exe ti de let dl mec cio. No solamente la percepciéa espacial no guta el mov. © de fic de mis jon, sno que incre fabri que ‘ue se origina en él. Pereibo In poscin de ln mach por- ti cuerpo lea responido con reflejosadaprados®s Vc 2 Deseax, Rade prsctolopine de ls “ditence™ dens la on, GE el "Natio sefljo" de H, Pitan, "Du oe det refleesIo- ss dans es perceptions spate, J! de Pry XVID, 10, 98, ‘ori estudio ciemtfico del comportamiento eben rechazarse como Sbjetvas todas has nociones de intencién, o de ublidad 0 de Valls, porque no tcnen fundamento en las costs "no son ss Gcteriinaciones intrinsecas. St tengo hambre y, sbsorto en mi abajo, Uendo la mano hacia on froto colocado por azar cerca Inlo lo love a mi boca, el fruro no aetGa como objeto inves- oe un cierto valor; To que provoca mi reacelén motors & tin conjunto de colores y de Ices, un estinulo fico aul drporque estaba tistraldo, coloce ta mano al ado del ipjcevo"Y ann segunda tentative’ de prension no debe set re Iaconada ‘con ninguna, inencion permanent, sino. explicada implemente por lt permancacia de las eausas qe haat mot Ylo In printer, Sel comportamiento. parece ntencional e ue enti regulado. por ciertos trayectos’nervionospreesable- Glos de manera. que, de hecho, obtengo satsfaccion. La Sided “normal "den onganismo no es mas. que el funciona Tmicnto de este aparato montado por ia natoaler; en 00 fray norms verdaders, sblo hay efectos. La teoriaelsiea de Telicjoy los incrodos de anise real y de expicncién ental de Tergue lo um apicacon, parece fs tmco, aac de Conituir una representecion cietifiea y objetiva del eompor- famiemo, Fl objew de ciencia se-define por la exteriondad Ita elas partes o de Tos proceses "Atorabicm, es ua hecho que in teoria cisica del refljo ha sido sperada por la fisiologia conterporines, asta con tnmendarla 0 bien debe cambiarse de metodo? Fiabrs errado it'eleneia mecanicsts en in definicién de In objetividad? Hae bed sido mal hecho ef clivaje de lo subjetivo.y To, objetivo, ES Imsstenible a oposicion de un universo de la cienca ea” Retamcnte fuere de shy de'un universo de la concienel, deft Slo por le presencia rat de sia sis W, il ans rel fra, ass, Jencontrasi la biologia sw meévodo en un ans ideal del tipo’ imtcommemdticos en la intelecelin spinosa? 0. bien Moe y slgnificacion, no serin_determinaciones itrinseces del Srmanimos cl-cual seria slo accesible a un nuevo modo de SSomprenién"> [EL COMPORTANIENTO REFLEO ” ILA CONCEPCION CLASICA DEL REFLEJO} Si el orden on el sefljo®~es deci a adapacn dela res- ei We ogorinacn ex ‘movinietor parc em cl geo eeal— ett sepa por ls conenionesprestar das dese ln superficie sensble basa ls misesloselecors, oncepcion clase pone en primer plano las onsideraciones oposite dec eco: fmulo debe actoat por aquels de sus propiedades que tis clentos sation tamales Uno 4 Uno; fs estar adaptado al eimulo como en efecto tata: Ahora bien, se se desde hace mucho que el rego 18 defini es my’ eramente observable 1 eu "sstintvLo" | _ EL estimulo actia mucho menos por sus propiedades ele- remtales que por su datrbucion expacal, su smo 0 el remo Ar ines Mi genre, ore Muy, mene je el efecto de un estimilo complejo no es previble 4 partir his elements que lo comporen 5 Nunca se obtenen, por I. exitacién de los troncos nervioso ‘resciones comparables a las que. provoea la exctacién de ot Teceptores Ha’ podido demostarsey en ta cana. y” (Sherrington) actin, que la exciacin de lar rlces posteiores provora jones "al nivel de Tos miscolos que dapenden de as ra ores corpo cr resin ecard desprovie de igufcacin bildgiea en este grado de Of- Batch Te © atin rad el compares sal or ls exciacin de lon receprres es qucysin duda, tienen Rpcitad ello © su proyecciin centrsl~ de feginrar ls propie= ‘ie forma de lor Eumaow las qe, tieho vis que el agro Los shor gue se, mencionan en este eaptlo son cal todos slemaner como” Welaicler 0 te pacurleca, del giants, decidifan Is reaccién*, La is mn oi erie ein nates sai bastante lnitado el “coneno™ de lo estinuos puede art a Soe ae en eee Socegat irene teenies Bonen ee viene Tere cen Staci dloror al pene sun ives ddl, ibe refi de ote Orci hates as ate Se ae ead eee iy Sens Pan dened te Zoe ae een eee see Sprint sy ina ela iio lca rien anc) eof cmemece reat hale Mirencemcareae f Eri ite ae Cre ince pee oh eres ge an pace adi ns Rd ee eSiiaglaaneyiaese Esa dependencia del reflgjo respecto a las propiedades foxmleso globales del exctamte no patiia set, para In concep, cién clisica, més que una aparienca, Explicar el funcionamicn: to nervioso no puede set mis que redir lo complj a los ple, descubrir los elementos constants de que es hecho omportamiento. Por consigsiens, =. decompemirh lea tla ual ue Ie rnc, cota proces amenties” formados por un exinulo yuna Tespucsta sempre ‘sociads en la expelencia. Por cjemplo, ln acc del etimulo de rascado seréanalizada en tantasatcions patesles Como re. cers eles ainiwmen inn yn nb sacudida de In ores, que responde a es exclante, se resol 40 vez en un certo nimero de contaccones chmentles En Principio, a cada parte del entulo debera corresponder una Parte dele reaceign.Y las mismas secuencis elementals Te LV. T, vox Wurstou, “Reflexgscwe’, en Handbech dey nor ple und Dehloicten Physio cladn pot Behe © pg oid, ie. 4 BL coMponTANENro REFLEJO » diferentemente, deberian consiuir todos los refs piedades cualittivas de I Siuacny las de la respuce na para ls conciencia la diferencia ene tapar lar Is oreja del animal, entre una sacuda de et oi {movimiento de retrccién— deberian, si verdaderamen leanzados los mismos receproresagul yall reduc ¢ ombinaciones de los mismos estinulos, de los misnos gm lene, Et lame exh pon sae un sstato orginico pueda cumplir altermativg. funciones verdaderamente diferentes ya rencea de naturales por una simple diferencia en el rma de taciones aplicadas aterativamente aos mismos spats in embargo, ls reflejos que acabamos de emumetar ho a dlescomponer en reacciones elementales Para no cit sve dos ejemplos, la acciin del agua adicionata’ Cos ae gotss de aleohol sobre un gato. descerebrado no puede renderse por Ia del agua pura y el alcohol puro. Por otra el agua y el alcohol no constituyen une combinacion ea que pueda cjereer sobre los receptors una ace de ea la de sus componentes. Por consiguente, een el smo donde tendremos que busca lo que hace'de ues lo complejo algo dstinco ala soma de sus elementos, Be sma manera, el efecto inhibitorio de un contacto caténes 4a calebra espinal nose deja comprender com una single algebraica de lis excitaciones que provoca ¥ de lis doe, ais, pov ean Condo aya nes mis frecuentes, nada atoriza a traar ls feactiones rapes cates emo aprenciefexcines cone como las icas reales. Estas observaciones no introducen, con la nocién de for- © de totaldad del estimolo, nada que, para ser registro, luna especie de psiquismo, y se Ha sefalado "Un model mécanique de la comcince, Jursal de holes, Jako-ocabre 193%, pig 3 i 0 {LA HSTRUCTURA DAL conspoRTANtrsTO Ys sabe qué uso se ha hecho de la metifora del ceclado en la fsolgis de los centosnerviosos? Un telefon automaces ey ‘mis elarament, un aparto que silo responde a exceantes ie tna clerts forma y modifica nos respuses segan al orden Ge cial y temporal de los estinlon, Peroy jacian las conster jones de excianes sobre el organismo como los dedon del anise sabre el instrumentot Aun en el plano, aunt se pos Sicen mis gus movimiento sepundos de fr wang odes urs, yc en los montjes motores dl ceca, ene st tema nervioso del oyent, donde ls fennenos feos wales de que ol piano es wsiento constuyen un solo fendmene de conjunto, donde melodia con su eontimidad. 5" Tae Caracteritco exe verdaderemente. FL ergata, jusamente fo puede comparase 2 un tecado sobre el que ackunan ha sstimulos exterioresy dibujarian su forma propia, por isms nl ain de ae one’ ena Clo mm 5, con in instrument de cata, sigue ca efvran dl aia ue se debate, ext claro que ads tno de me movinlentos rex Bonde a us esimolaccn externa, pero tambien ett lve que éstasextiulaciones no podrian ‘ser recogidas sn tos mae amlenos por los cuales expongo mis receptres a su influenia SGrnn) es propidades de objeto yb iene Sl ae jeto (...) no solamente se merclan, sing gue ielso const. fuyen un todo nuevo".* Cuando el ojo y I erjasiguen th Animal que hay, en el itereambio de as estos sre. Bucs, e imposible deci “quien ha comenzado’ Va que to. dos los movimients del organismo estin siempre condicona. dos por inflencas externas, ev perfectunenteposble sf 3 uit, considera al comportamistto como'un eleeo del me do. Ber, dela misma tanera, como todes as estmolaiones auc el organismo rece slo ha sido poses a su vem, por sus cine rede, qe fan ead. or saps Srgano receptor alas iflencias externas, podria tables de- cits que el comportamiento es la east primera de todas fas TOE. ms adelans, exp. I g Wrisote, "Relergcs, pg. 45. “El orgasim cx, dice Wer- sicher, Kenge Tibia malicones Ast la forma del excite crea por ol iano, por su manera propia de ofl is, de fuer. Sin duds, pare poder lsc ae at dor un cierto nimero delagents ices sega & sepin Ie naturilnn prop de sus sete Jos unas de sts centro nervictos sages oS 2 eos drganos, quien clige en el matte, Meet wer ms ges ee FE meio (Uwe £2. mundo segin el ser del onary ee) a 2 Que un grzaisho slo "puede crs encase oun medio adectado". Seti un teed noe el mio, mane once ye 2 CUaes de sus vote ar acaba lo exterior, sexi el contesto de ln aciones peated O smateada en el cuadrace automitice Nendo fe seal apa al comin cnn por fra nda posictin cuando Puede decine que one Wenion, ateagae ne a ee See iin a Sion i Ny | ie ESNet cella ie itll = a ——————ee eee el medio del cual aparezca un fondo azul, En el caso simple de un teléfono automético, construido para un niimero limi- tado de manipulaciones, o' en el de un reflcjo elemental, la fonganizacién central de las excitaciones puede ser también concebida como. un juego de dispositives preestablecidos: la primera manipolacién tendré por efecto volver Gnicamente accesible a las siguientes un cierto teclado donde vendrian a inscribirse. Tendremos que investigar si, en las reacciones de tun nivel superior, puede hacerse corresponder de Ja misma manera a cada estimulo una operacién distinca, a cada “su- mando” un dispositive visible o ann rclacionar la funcién con variables ideales que sean independientes. Desde ahora es se- guto que incluso al nivel del reflejo Ja interaceién de los estimu- Jos impide considerar la actividad nerviosa como una suma de fenémenos “longitudinales”, desarrollindose desde Jos recepto- res hasta los efectores, y que como en la central sutomitica, deben producirse en alguna parte del sistema nervioso “fend- menos transversales” Fstas observaciones no conciernen solamente a los refle- jos compuestos. Los fisidlogos han estudiado, desde hace mu- Cho tiempo, con el nombre de “combinacién de los reflejos", reacciones complejas que no eran enteramente previsibles @ pattir de las leyes del reflejo simple. Pero era con la esperanza de reducirlas a esas leyes cuando hubieran sido mejor deter~ minadas. De hecho, el menor estimulo alcanza a In vez varios felementos anatémicos en los receptores. Las eyes de la Scomposiciin de Jos. reflejos” no son las leyes del reflejo mismo? Al ser todas las reacciones que conocemos reac- ciones a un complejo de estimulos, cuanto se dice de una reac- ién elemental es conjetural. Ni siquiera podemos presumir que a lo. simple anatémico corresponda necesariamente un simple funcional. De hecho, ciertos fisidlogos han Megado introducir Ia calidad en el lenguaje de Ja ciencia ‘Para 32 "Querfonktionen”” de Wertheimer, Cf, “Experimenrelle Studien aber dat Sehen von Bewegung Zeisch f Pnebolnte, Wi & 6h a7. fs Winesicern, "Reflexgesetze", pig. 50. M4 Bid, pig. 4. EL COMPORTAMIENTO REELEJO 3B mular las leyes de la “composicién de los reflejos” Sher- mgron considera el valor bioligico de los eitiloe, cua: do dos excitantes estin en concurrencia, es el excitante dolo- Hos0 —dice— el que inhibe al otro **, Pero como la concepcién lisica, a la que permanece fiel, exige que el reflejo dependa un dispositive local, y como el valor biolégico del esti- wwlo que parece determinante no tiene receptores adecuados, upone terminaciones locales especializadas en. Ia recepeién de los excitantes dolorosos *. En ¢l momento mismo en que nos emos obligados « inttoducir el valor en la defniciin del e- fmulo, realizamos este valor, por asi decirlo, en receptores istintos. En la eorfa del funcionamiento nervioso, todo su~ ‘ede como si estuviéramos sujetos a la alternativa del antro- ae Ja concepcién anatémica del reflejy que erla preciso quizd superar. Con anterioridad a toda interprets- cin Sistemétia, Ia descripcién de los bechos conocidos mues- tra que la suerte de una excitacidm esti determinada por su lacién con el conjunto del estado orgénico y con las exci- taciones simultiness 0 precedentes, y que entre el omganismo y las relaciones no son de idad lineal, sin Borers be sel mn de causalidad lineal, sino de 2. BL LUGAR DE LA EXEITACION _Parece

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