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© GRAMA ediciones, 2012, Av. Maipd 3511, 1° 4 (1636) Olivos Peia. de Buenos Aires. Tel: 5293-2275 « gram http://www.gramaediciones.com.ar o (© Mario Elkin Ramirez y Héctor Gallo Ramitez, Mario Elkin; Gallo, Héctor £1 psicoanalisis y la investigacién en la universidad. - 1a Buenos Aires : Grama Ediciones, 2012, | 268p.;2te1dem ISBN 978.987-1649.72.3, 1. Psicoandlisis. I. Titulo CDD 150,195 | So Disefio de tapa: Mario Merlo (matio@kilak com) Hecho el depésito que determina la ley 11.723 Queda prohibida la reproduccidn total o parcial de este ibro FOr muedios graficos,fotostatios, electronico o cualquier otro sin permiso del editor. IMPRESO EN ARGENTINA ‘52a eeenernnenenneeensoeanenee ee Indice Introduccién cartTuto uno EI método clinico de Freud y el paradigma indiciario Introduccién Elemental, mi querido Freud Vidas paralelas: Sigmund Freud y Arthur Conan Doyle El método de Sherlock Holmes Freud, aprendiz de un connoiseur del alma humana El método morelliano......... Freud y el Moisés de Miguel Angel cAriTuLo Dos El principio de la investigacién en psicoandlisis Introduecién La precisién... cartTuLo TRES Del método y Ia investigacién psicoanalitica... Introduccién.... os Buisqueda de lo nuevo versus repeticion.. Método, investigacion y subjetividad Especificidad del método y singularidad en Jo Clin¥CO Método clinico e investigacién caPiTUto cuaTRO Método, sorpresa, subjetividad, verdad y saber... Introducci6n eee — Flexibilidad del método y desconfianza de la experiencia acumulada : 19 19 2 22 4 48 52 37 37 58 RAY 93 98 105 105 106 CAPITULO TRES Del método y la investigaci6n psicoanalitica ‘Héctor Gallo Introduccion L2sdes siguientes capstulos de ese libro estarén dedicados /a una discusién sobre el método en su relacién con la investi- ‘sucién en psicoandlisis, pensada tanto desde el punto de vista clinico, como de su aplicacién a fendmenos sociales. Se hard también un contrapunto entre el método tal como es pensado desde el psicoandlisis, y el método en la investigaci6n social cualitativa y en las ciencias positivas. Con la perspectiva cua- litativa se pondrén de relieve los puntos en comtin con res- ecto al método y las divergencias en cuanto al sujeto que se Pretende restituir en ambos caso: ‘En el campo de la investigacién, “método” evoca ruta a recorrer, camino que de antemano debe disefiarse para alcan- zar un fin. No se trata de seguir el camino mas corto, el mas largo, el més tortuoso o el més facil, sino el que garantice mayor precisién, que sin duda ha de ser el principio més ade- cuado y valido para alcanzar el objetivo propuesto en la aventura investigativa. Si disefiar una ruta es condicién nece- saria para los fines de una investigacién, eso quiere decir que el sujeto que conviene se configura como punto de partida de esta, que en él la division no es contingente sino constituyen- te y que, por tanto, no se conforma como un todo saber que se 78 ‘HBCTOR GALLO - MARIO ELKIN RAMIREZ regocija enseftando lo acumulado, sino como “un vacio de saber’78, Para el sujeto dividido que se acaba de evocar, el conoci- miento de lo acumulado solo sirve para orientarse hacia algo que puede ser nuevo, mientras que el sentimiento de totali- dad o de unidad sera considera una ilusi6n. De este modo, ya no solo el experimento, el control de variables, la medici6n y la réplica, sino también “toda referencia humanista se hace superflua, puesto que es a” estos aspectos que dicho sujeto le cierra el camino en el plano de la investigaci6n psicoanalt- tica, Buisqueda de lo nuevo versus repeticién + Tanto a la investigacién con el psicoandlisis como a la cli- nica psicoanalitica les conviene en la partida un sujeto que, en lugar de decir “yo soy un experto” dice “no sé". Esta posicion en ambas experiencias tiene una “funci6n operativa”® No se trata de la “ignorancia pura sino de ignorancia docta, de la ignorancia de alguien que sabe cosas, pero que voluntaria- mente ignora hasta cierto punto su saber para dar lugar a lo nuevo que va a ocurrir”.*' “No podemos sostener ninguna ensefianza solamente con la repeticién”. Hay que tener en cuenta otra vertiente que es la “investigacién [...] que signifi- ca buisqueda, espera de lo nuevo”. , Claro que para lograr establecer que en efecto puede haber 7 Jaques-Alain Miller, Introduccién a la clinica lacaniana, Conferencias fn la Escuela Lacaniana de Psicoandlisis, RBA libros, Barcelona, 2006, p. 96. Jacques Lacan, “Ciencia y verdad”, Escrtos 2, Siglo XXI, Madrid, 1985, p. 856, Jacques-Alain Miller, Introduccién al método psicoanalitco, Paidés, Buenos Aires, 2005, p. 33, 8 wi. ' Jacques-Alain Miller, Conferencias portefas, t. 3, Paidés, Buenos Aires, p. 115. BL PSICOANALIIS¥ LA INVESTICACION EN LA UNIVERSIDAD cy algo nuevo que revelar, hay que hacer un trabajo previo que un investigador nunca deberd saltarse: lo que se denomina “estado de la cuestién”. El estado de la cuestién permite evi- denciar el problema a investigar, ya que éste no surge sino “a partir de lo que uno mismo, u otro, ha dicho antes y de su confrontacién con lo imposible de decir” 83 * Blestado de la cuesti6n es ademas una via regia para acce- der a conocer lo que ya est acumulado; es un trabajo docu- mental que permite recoger “sistematica y reflexivamente el conocimiento acumulado sobre” el tema central de indaga- cin. Un estado de la cuestiOn “da origen a una evaluacion oun balance de ese conocimiento acumulado, y establece una proyecci6n o lineas de trabajo para posibilitar su desarro- lo” ® Se trata de hacer un exhaustivo examen de las explica- ciones, teorfas, metodologia empleada, tesis, hipétesis y pro- posiciones hechas sobre el tema central de estudio, hasta pre- cisar algo de lo que falta por decir y poner en discusién lo dicho, con miras a desarrollar algtin planteamiento novedo- so, que conduzea a nuevas conclusiones. El estado de la cuestién puede concebirse como la parte inicial de una investigaci6n, o también como una investiga- cién documental con un desarrollo propio y a partir de la cual resulta posible formular problemas que pueden conducir hacia lo todavia no dicho. En esta perspectiva, el estado de la cuestin permite hacer “un balance prospectivo, reflexivo, sistemdtico y propositivo sobre un objeto particular de cono- cimiento”.®, De Io anterior se desprende que en una investigacién donde la postura tedrica y metodolégica se rige por el psico- andlisis, hay que mantener una dialéctica entre la vertiente de Jo acumulado -estado de la cuestién—y la de lo nuevo ~desa- 2 Jacques-Alain Miller, Introduecién a a clinica lacaniana, op cit, p. 109. Maria Eumelia Galeano, Estrategas de investigaci6n social cualitatioa El giro en la mirada, La Carreta Editores, Coleccién Ariadna, Medellin, 2007, p. 141. Did Ibid, p. 142, ae 80 HECTOR GALLO ~ MARIO FLAIN RaMtREZ. rrollo del trabajo-; es indispensable tener en cuenta esta dia léctica si no se quiere confundir la repeticién docente con “la espera de Jo nuevo, de un bs de-unhallargo” [El estilo que se propone como predominante en el psicoané s, desce el punto de vista investigativo, es un estilo proble Imatizador y de movilidad, no de repeticién. ‘Ahora bien, presentarse como el que cuenta con un saber siempre por demostrar solo cuando se requiera, y no como un docente erudito que por vivir repitiendo lo acumulado mues- tra de entrada el saber para amilanar al otro y engrandecer su narcisismo, no es una prescripcién que los analistas lacania- nos deban seguir. ‘Al psicoanalista y al investigador psicoana- Titico Tes conviene adoptar una posicién dispuesta al debate, mantener vivo un elemento de duda metédica y un semblan-| te de ignorancia, el cual cumple una funcién operativa en el| orden pragmético, semejante a la que cumple la transferencia| analitica y “la constitucién del Sujeto-supuesto-saber’.®8 Es en la medida en que se adopta una posicién de no saber, por ejemplo, la causa del estado de animo en el caso del analizante, o de lo que le esté pasando en su vida, que es posible constituir un “Sujeto-supuesto-saber como interlocu- tor. ¢Cémo podrfa alguien presentarse como sujeto que no sabe, como sujeto del no saber, si no es porque tiene una refe- rencia implicita al Sujeto-supuesto-saber?® Aco que un analista asuma Ta suposicion referida, no -omo un traje de luces del que se crea duefio, sino con el cual disfraza, como un traje prestado y “producido por el no aber del sujeto”,% un traje que no deberd confundir con su ropia piel, o de lo contrario caerd en la infatuacién;en la ton- terfa de creer que “el traje es suyo, cuando solo es alquilado, | producido por el no saber del sujeto”. 9! -A. Miller, Conferencias porteRas, 3, op. cit, p. 11. & JA. Miller Introduccion al método psiconnalitic, op. cit, p. 33. ® JA. Miller, Inroduccin ala clinica laceniana, op. cit, p. 93 %0 id. EL PSICOANALISIS¥ LA INVESTIGACION EN LA UNIVERSIDAD al La posicién de investigador con el psicoanélisis, igual que la del “Sujeto-supuesto-saber” en la clinica, no se establece a partir de un saber constituido sino siempre por constituirse, y es aeste respecto que se antuda el valor operativo de la igno- rancia."Abrir y recorrer un camino de investigacién a partir de un saber por constituirse, del gusto por trabajar para pro- ducir un saber, supone no tenerlo todo resuelto, implica ver “"mas preguntas que respuestas”,*? y percibir la necesidad de tener que inventar algo dentro del proceso de construccién que se pone en obra,,”En esta vertiente estamos en la contin- gencia, no tenemos seguridad (en la repeticién s{ tenemos seguridad)”. Cuando se trata de la clinica, debe entenderse por igno- rancia el hecho de no saber de antemano qué le conviene al Paciente, y tampoco pretender que se comprende de inme- diato lo que quiere decir cuando habla. En el caso de la inves- tigacién con el psicoandlisis, la ignorancia seria el soporte de un querer saber, de la disposici6n a entregarse a una indaga- cién que reforme la manera de pensar, que implique un esfuerzo de formalizacién y de reformulacién permanente de lo ya sabido. Para ubicarse més en el plan de peguntarse que en el de repetir y dar respuestas, lo mejor es partir de un saber por constituirse. Esta posicién permite dudar o desha- cerse de las ideas preconcebidas, da lugar a suponerle un saber al otro y facilita que se esté dispuesto a atender los tequerimientos que ello implica. + “Dado que en la investigacién el fin es la obtencién de un conocimiento que en algtin aspecto sea inédito, el disefio de ‘un método es indispensable para mantenerse en las vias de la pregunta, desarrollarla en sus distintos aspectos, evitar des- viaciones, conservar el rigor, mantenerla en su relacién con el campo del saber en el cual se formula y levarla a buen puer- to, No hay puerto mejor que lograr la elaboracién de un pro- ducto final que sea transmisible a muchos, que resista la cri- J.-A. Miller, Conferencias porteis,t 3, op. cit, p. 135, % Did, p. 5, TE a HECTOR GALLO = MARIO ELKIN RAMIREZ tica y permita el intercambio de argumentos y la evaluacién de estos. * De mi parte, he procurado en el ejercicio docente que los estudiantes en via de formacién como investigadores psicoa- naliticos no se conformen con obtener un aprendizaje formal sobre los conceptos y la investigacién en psicoandlisis, que los haga merecedores de un diploma que los acredite como Magister y les permita pasar en ciertas esferas como expertos. Una biisqueda que no pase de la capacitacién en un ejercicio formal, en un aprendizaje técnico en el cual sea notable que el sujeto se mantiene a distancia del saber, es una cuestién con- traria al espiritu del psicoandlisis. Aqu{ no se trata de capaci- tar técnicos, sino de formar hombres de deseo, seres que logren experimentar algo que, en alguna medida, se parezca a lo que le sucede en un anélisis a quien lega a constituirse como analizante. * Para un analizante formado en la orientaci6n lacaniana, lo primordial no es conocer de s{ mismo, penetrar en su interior, acceder a una actitud metédica e investigativa a la manera de un arte o a una forma de ser en la que se considera impres- cindible dentro de la vida cotidiana una “contrastacién dia- léctica entre su discurso subjetivo (su teoria) y su experiencia existencial (su practica)”,* sino realizar “una btisqueda de si mismo en la elaboracién del saber”. 5, No basta con lograr una integridad 0 una congruencia entre el discurso y Ia existencia concreta para convertirse en analizante, tampoco con analizar criticamente los efectos de aquel y, en caso de que se oponga al bien en cualquiera de sus, manifestaciones, estar dispuesto'a modificarlo. Una virtud tan estimable como esta desde el punto de vista ético suele constituirse no tanto en un vehiculo del deseo de analizarse, % Juan Diego Lopera Echavarria et al, EI método analtico, Grupo de Investigacion “EI método analitco sus aplicaciones en las ciencias sociales y humanas”, Medellin, Centro de Investigaciones Sociales y Huumanas (CISCH). Universidad de Antioquia, 2010, p. 50 %5 Jacques-Alain Miller, Conferencias portefas, t. 2, Paidés, Buenos ‘Aires, 2009, p. 144. [BL FSICOANALISIS Y LA INVESTIGACION EN LA UNIVERSIDAD 83 sino en una forma de taponar el inconsciente y con ello de la posibilidad de hacer causa de la divisin subjetiva, pues al no darle lugar a la formalizacién de un sintoma y a su reconoci- miento en tanto tal, se opta mas bien por preparase y formar- se en un método y en una actitud analitica. Esta perspectiva puede dar como resultado profesores valiosos y estimados por sus alumunos, psicélogos instruidos en el rigor del andi sis del discurso, pero en esta via no se forma un psicoanalis- ta que soporta su acto en el deseo conquistado en su andlisis. No confundir el ideal ético de sostenerse en la identifica- ion con el hecho de hacer valer una actitud analitica en la que coincidan el discurso y el actuar como efecto de la incor- poracién subjetiva de una perspectiva met6dica en el plano del quehacer, con la conquista de un deseo de analista y la perseverancia que le corresponde, es algo imprescindible en Ia formacién del psicoanalista y del investigador psicoanaltt co, Lo ético de la funcién del deseo del analista en su praxis no se afinca en ninguna identificacién, pues, al contrario, tiene que ver con una abstencion de identiticarse con la medi- da de la realidad, “abstencién de la demanda y, fundamen- talmente, abstencién del fantasma”.% El deseo del analista realmente cumple su funcién cuando la persona, por efecto del andlisis, deja de obstaculizar la emergencia del sujeto que habla, emergencia que da cabida a las diferencias y que se ‘opone al todos somos iguales. En la misma perspectiva que se acaba de plantear, es dese-. able que, por ejemplo, el profesor del Departamento de Psicoandlisis en una universidad limite su persona y no se engolosine dando una clase erudita como los demés, sino 4s-allé de exhibir su saber y-de-d: desu-eap: cidad de impartir unos conocimientos, les permita a sus alumnos ver en dénde se encuentra como sujeto con respecto alo que produce. En mi caso, la primera vez que hablé del método de forma sistemética y subordinando el concepto a la % Jorge Chamorro, “El encuentro del psicoanalista con el psicético”, ‘en: Del Eaipo y a sexuacitn, Paidos, Buenos Aires, 2005, p. 290. a HECTOR GALLO - MARIO ELKBY RAMIREZ investigacién psicoanalitica, lo hice en el contexto de una Maestria en psicoandlisis. Esa primera vez exigié partir de muy poco, de casi nada acumulado, de detalles y pequefias perlas que habfa logrado encontrar y escarbar aqut y allé. No dicté entonces ese seminario por ser el més capacitado, para lucirme y dar prueba del saber que posefa o para mostrarme como el de més experiencia y recorrido en la investigacién psicoanalitica en la universidad, sino porque se me ocurrié, hacer una apuesta de invencién con muy poco. Haberme atrevido a hablar de algo de lo cual no sabi algo que no dominaba y acerca de lo cual apenas me ronda ban algunas ideas que, poco a poco, fui desarrollando, argu- mentando e hilvanando de forma coherente, supuso que mi posicién no fuera la del profesor que habla solo. Renuncié a ser un profesor para quien sus alumnos, por no ser reconoci- dos como interlocutores validos, se reducen a ser objetos de aprobacién o reprobacién y a los que ademés hay que presio- nar para que rindan de acuerdo con lo esperado. Si se trataba de hacer un seminario y no un curso magistral, entonces lo coherente era conducirme como un orientador, como alguien que aspira a causar a los estudiantes en su formacién como investigadores, vela por el funcionamiento, conversa con ellos, dirige sus trabajos y al final espera haber justificado su presencia. « Dado que un profesor en posi mn de analizante ha de par- para dirigir un seminario en el cual tanto é1 como sus alum- (0s son principiantes, le corresponde estar dispuesto a acep- ar que su condicién es la de alguién que habla para formar-| 1 ensefiando y, de igual manera, espera que sus interlocuto-| ss se formen como investigadores investigando. Recibir de| buena gana sugerencias, aportes, anotaciones, correcciones y, ‘obre todo, mucha participacién critica que lo obligue a pen- ar, a hablar y a escribir, es lo que, a mi manera de ver, ha de| Hefinir la posicién ética del profesor-analizante en su trans- “Lacan presenta a Descartes en su Seminario 11, como un [EL PSCOANALISISY LA INVESTIGACION EN LA UNIVERSIDAD 85 hombre de deseo. Se puede decir que se trataba del deseo, y que, a su vez, se trataba de saber cuéles eran los valores que pudieran orientar su vida”.%” Esta posicién, atribuida por Lacan a Descartes, nos ensefia en qué deberia consistir la rela- cin de un analizante con el saber y con la vida. En mi caso, escribir para el Otro que se constituye en lector, transmitir lo que logro asimilar de lo que leo a quienes quieren escuchar- me, recibir personas que sufren en mi consultorio y contribuir a que logren hacer algo con dicho sufrimiento distinto a la destruccién de los demés y de sf mismos, son valores que orientan mi vida, sintomas que cultivo con esmero. La finalidad que me gufa cuando transmito y escribo es comportarme como un analizante decidido, y es desde este ugar que trato de lograr en los alumnos, asf sean ocasionales, tun efecto andlogo, para que cuando aparezca el aburrimiento se piense que algo sucederd que nos conmueva y entusiasme de nuevo. Lo que espero mostrar entonces no es una relacién con el saber de acumulacién erudita, que de hecho no poseo, sino algo asi como una orientacion en un deseo. rade proceder, un estilo de vida o una actitud inscrita en un| inferés comtin, pues en cada quien el deseo ha de ser singu- la y en absoluto ha de inscribirse en el ideal de que otros lo srporen como una forma de vivir. De proceder de acuerdo con este ideal, se estaré queriendo restituir un padre mas| 0 que la pluralidad de los significantes amos que lo repre- en la actualidad, cuestién que, si bien nada tiene de tivo, y més bien se trata de algo bello y que tiende hacia la prmonfa, no es hacia donde apunta la ética del deseo en ell psjcoandlisis, que entra més bien en relacién con una falta en| set, con una falta en el saber, en lo verdadero y en el orden de| lo bello. J.-A. Miller, Conferencias porte, t.2, op. cit, p. 14, 86 HECTOR GALLO~ MARIO ELKIN RAMIREZ Método, investigacién y subjetividad * Investigar en el campo del sujeto no es un quehacer que dependa de una habilidad especial ni del seguimiento de ciertas reglas; tampoco es un oficio como los otros: es mas bien introducirse en una experiencia que tiene valor de aven- tura intelectual. Aqui el sujeto aparece involucrado de muy distintas maneras, pero siempre bajo la forma de un cuestio- namiento, un sentimiento de bienestar o de malestar, una duda, el entusiasmo por una aventura 0 un atreverse a pen- sar.'Todo esto, tan fundamental en la investigaci6n, desapa- rece si Jo que prima es la sujecién a una técnica establecida que el investigador estaria obligado a asimilar. Cuando un investigador de lo subjetivo y lo social decide obedecer a esquemas metodolégicos rigidos y preestablecidos, que determinan “de antemano qué hacer y como hacerlo”, lo hard mas por comodidad que por rigor y precisién. Debe tenerse en cuenta que el cuestionamiento propio de Ja investigacion no es el resultado de una inclinacién natural del individuo biolégico a preguntarse. No se nace con la capacidad de formularse preguntas que conduzcan a un mejor conocimiento de la realidad, pues se necesita la apre- hensién, por parte del sujeto, de unos conceptos, un método, una disciplina de trabajo, un entusiasmo puesto en relacién con el saber, una disposicién a pensar distinto, a apartarse del camino comin, de lo compacto y articulado y a reedificar lo hecho, hasta que los argumentos que dan piso al razona- miento encuentren la firmeza requerida, ‘De lo que se acaba de decir Se deduce que el ideal de vivir en un mundo técnico, ideal que se introduce a partir de la industrializacién caracterizada por la importancia de la maquina, puede servir para agilizar la produccién y para contribuir a que el sujeto sea cada vez més “dependiente de % Marfa Teresa Uribe de H. “Presentacién”, en: Marfa Eumelia Galeano, Estrategias de investigacién cualitativa, El giro en la mirada, op, cit, p. 13. BL PSICOANAUSIS¥ LA IVESTIGACION EN LA UNIVERSIDAD 87 Jo que se le presenta como un slogan, como una palabra clave”, pero no fortalece el vinculo entre quienes aportan la mano de obra, sino la competencia desleal por mostrarle al Otro quién es el mejor. Miller sefiala que la dependencia del sujeto de lo que se le presenta como slogan tiene que ver con una pérdida de orientacién fundamental, que lo obliga a “identificarse con un significante amo’ 10° trdye al sujeto de la deduccién al enfrentar la dificultad inhe- te a su trabajo en el campo del saber, y debilita al sujeto| que quiere investigar, pues lo convierte en un instrumento| de} Otro, el cual no admite la equivocacién ni el error, y el abandono de una programacién que ignora las| cificidades. Es de esta manera como el mundo de! sujeto| della palabra y del lenguaje, y “la precision como virtud que propone la investigacién psicoanalitica en la ‘La precisiGn en la investigacién psicoanalitica no se rela~ ciona con la cuantificacién exigida por la técnica, ni con obje- tos ya hechos, y menos con sustancias, materias, 0 con la cre- encia en una verdad objetiva cognoscible definida por los heghos. Dado que el objeto puesto en juego en la investiga- cidn psicoanalitica es el sujeto que habla, hay que buscar la precision en el terreno del lenguaje y ordenar el campo de los fenémenos a partir de una hipétesis, por ejemplo, que el inconsciente esté estructurado como un lenguaje, 0 que no hay relaci6n sexualMiller dice que este modo de proceder no % J.-A. Miller, Conferencias porteas,t 1, Paid6s, Buenos Aires, 2008, p. 274 100 Toi. 11 J.-A. Miller, Conferencias porta, t.2, op. cit, p. M42. 102 Toi. SAS 88 HECTOR GALLO ~ MARIO ELKIN RAMIREZ es dogmatism sino “rigor en la deduccién, es la manera de encontrar las dificultades al dar cuenta del psicoandlisis segiin esa sola hipétesis” 1 * Miller sefiala que la precisién en el psicoandlisis es una virtud fria que es necesaria en su investigaci6n, y entra en relacién con el “punto de los detalles”. Dice que “el psicoa- nélisis desde Freud se nutre de detalles, y en la interrogacién clinica paso a paso, las entrevistas preliminares, sabemos cémo debemos comunicar al paciente nuestra orientacién hacia el detalle”.! Para Miller, el investigador psicoanalitico no ha de tomar entonces como punto de orientacién una perspectiva ecléctica, que propone diversas maneras de pen- sar el psicoandlisis y la sociedad, sino una légico-deductiva, que en lugar de optar por tomar lo mejor de cada cosa, se basa en la argumentacién destinada a probar 0 demostrar ‘una proposicién hipotética. + * Con el término precisién no se apunta en el psicoandlisis a medicién y la cifra concreta, como garantia de que se tienen byetivos y un saber hacer para lograrlos, ni a la busqueda de ina correspondencia de los dichos con los hechos, y menos al xperimento que puede ser replicado, sino a excluir la vague- iad en la palabra y la argumentacién, tomando la perspectiva ica del bien decir. Aqui precisién y hecho no son comple- fnentarios; sin embargo, no es licito decir que, como la inves- Higacién psicoanalitica del sujeto no hace hincapié en el empi- ismo, se funda entonces en algo magico, religioso o especula- ivo, pues emplea otros medios de verificacién diversos a los ‘onvencionales en materia cientifica, y en tal medida se sos- iene una epistemologia basada ‘mas en lo singular que en lo hiniversal, una epistemologia mas proxima, aunque diferen- ada, a la investigaciGn cualitativa en la ciencias sociales que Ja cuantitativa en las ciencias experimentales. ¢ Ta mivestigacion psicoanalilica y Ta Investigacion cualitati va en las ciencias sociales tienen varios elementos en comtin, 18 J.-A, Miller, Cnferencias porte top. cit, p. 272. 14 JA, Milles, Cnferencias porter 2 op cit, P. 142. BL SICOANALIIS¥ LA INVESTIGACION BN LA UNIVERSIDAD 89 por ejemplo, comparten el hecho de que desde ambas pers- pectivas, aunque en direcciones diferentes, se trabaja por el retorno del sujeto “al primer plano del escenario de la investi- gacién”.1®5 Debe aclararse, sin embargo, que el sujeto del cual se trata en cada caso se define de manera diferente.*Para las ciencias sociales se trata del “sujeto de la acci6n en sus con- textos particulares, con sus determinaciones hist6ricas, sus singularidades culturales, sus diferencias y las distintas maneras de vivir y pensar”! Para el psicoandlisis se trata menos de un sujeto con capacidad de adquirir una conciencia hist6rica de los entornos habitados, que de un sujeto detecta- do por el psicoanalista en su praxis en un estado de escision, un sujeto interesado en un “por qué moral” que hace “parte de su propio sintoma”” y que no cabe en una causalidad mate- rial, pues corresponde a la manera como se presenta la afec- ci6n del lenguaje, el inconsciente y la pulsi6n.* Para el sujeto referido, el saber de la conciencia cumple un papel minimo en su sintoma, pues si aqui lo predominante es, “una escision que se constituye como hecho empirico, lo que caracteriza a este sujeto es un no saber: “No sé qué pasa con- migo”,108 con respecto a las relaciones amorosas, que no me duran; a mis pensamientos, que no logro controlar; a la comi- da, que me excedo; a la ingesta de alcohol, que cuando me tomo el primero ya no puedo parar; al cuerpo, que no puedo dominar; a las relaciones sociales, que no son fluidas; ala vida, qug nada me funciona’ Lo interesante de este sujeto es que, a pesar de presentarse “a partir de una posicién de no saber” 109 y de faltarle conciencia en la mayoria de sus actos, no por ello ‘es menos responsable de lo que vive, siente, piensa y hace. « Retornando a la precisi6n, su funcién en la clinica psicoa- nalitica se puede ilustrar de la siguiente manera: 495 Marfa Teresa Uribe de H. Presentacién del libro de Maria Eumelia Galeano, op. cit, pL 296 td 7 J. Miller, Introduccion a la clinica lacaniana op. cit, p. 92 8 Tid, p. 9. 1 Bid 90 HECTOR GALLO - MARIO ELXIN RAMIREZ +No es suficiente decir: “He tenido mucha angustia”, sino que preguntamos por la modalidad especifica de esa angustia, por el momento en que surge y cémo se apaci- gua, y esto, no porque tratemos de saber mas, sino porque as{ comunicamos al paciente algo de la necesidad en el psicoandlisis del bien decir ~y en eso me parece oportuno hacer de la precisién una virtud~ por cuanto la ética del psicoandlisis, en cierto modo, no apunta a ningiin bien dlistinto del bien decir, segiin la ensefianza de Lacan. La palabra es en si misma un dato." , Y como tal debera ser captado, analizado y formalizado de lalmanera mas precisa posible, siguiendo la légica del discur- ide-cada quien. yAlit donde ta palabra es tomada como un dato, deja de set algo que se lo lleva el viento o que vale menos que una ima geh, y pasa a tener valor semejante al de los hechos, al de lai Pricticas sociales, al de la historia particularmente vividal raf6n por la cual ya no es necesario verificar si algo dich sufedi6 0 no, o si corresponde a una realidad objetiva techa da) para darle autenticidad a su ocurrencia y asi retirarle tod. manto de duda’ “Para Lacan este es un ejemplo de la separa cin entre lo real y la verdad interna al discurso” 1! {Cémo trasladar el aspecto del bien decir propio de la cli H 5 care Miller dird que esto se logra haciendo un esfuerzo constante por cernir."Tratandose de la investigacién con el psicoandlisis, Jo que el investigador tiene la responsabilidad de cernir de manera cada vez més fina es la pregunta. Asi como un an: zante comprometido con el inconsciente va sisteméticamente acercdndose a la roca viva de eso que lo hace suftir, y esto le ‘de pemmutir Tormularse mferrogantes cuyas respuestas To] in de conducir a verse desde otra perspectiva, del investi- dor psicoanalitico se espera que cada vez formalice mejor paradojas del sujeto que se pone en juego en la experien- de la cual se trate,” 20 J.-A, Miller, Conferencias porteias .2, op. eit, p. 142 1M JA, Miller ntroduccién al método psicoanalitico, op. cit, p. 87 [EL PSICOANALIBIS Y LA INVESTIGACION BW LA UNIVERSIDAD 1 * En la investigacién empirica, lo fundamental es “la buis- queda de ‘fuentes’, de ‘hechos’ reales”."!? Aqui la realidad no es mas que “el correlato del sistema percepcién-conscien- cia”. Se supone que tomando la realidad de este modo se evita la especulaci6n y se asegura una descripci6n correcta de los hechos. En la investigacién psicoanalitica, dado que se le atribuye valor de dato al discurso, la nocién de realidad con la cual se trabaja y la Iinea de experiencia que se sanciona, incluye a la realidad psiquica. Aqui lo més importante no son Jos hechos sino lo que el sujeto logra nombrar de esos hechos, sean reales o fantaseados, y Ia formalizacién rigurosa de la pregunta. ‘Tener en cuenta una acepci6n de la realidad que involucre los términos que conforman la realidad psfquica, como son el deseo y la fantasia, permite integrar como parte del método la condicionalidad de la vida psiquica e inferir que ningin acto humano es arbitrario, pues al examinar los que aparen- temente son més casuales -suefios, olvidos, equivocaciones, ccurrencias, cortes, vacilaciones, pausas-, se descubren con. dicionados “por un contenido ideol6gico activo en el suje- to”, y es asi como se les concede un valor indiciario. Tener en cuenta estos aspectos de Ia subjetividad exige tomar en serio al hablante en cuestiOn de verificacién, y retirarle en nuestra investigacién todo interés al experimento, aunque no a la aspiracién de lograr una conviccién objetiva. En la investigacién psicoanalitica aplicada a Io social, igual que en la investigacién social cualitativa, y contrario a os modelos experimentales, “no basta con la informacién indirecta de los entrevistados”,!!5 pues se trata de contar con “el punto de vista de los sujetos estudiados”. No es que el 2 Immanuel Wallerstein, Las incertidumbres del saber, Gedisa, Barcelona, 2005, p. 98 28 J, Lacan, “La ciencia y la verdad”, en: Escritos 2, op. cit, p. 895. 4 Sigmund Freud, “Psicoandlsis y diagnéstico de los procedimiento juiciales”, en: Obras completas, Biblioteca Nueva, Madrid, 1972, p. 1278. 25 M, E, Galeano, op. cit, p. 38, 2 RECTOR GALLO = MARIO ELKIN RAMIREZ investigador psicoanalitico se haga parte de los procesos, en el sentido de mezclar sus sentimientos y compartir activida- des o vivencias, pues desde el psicoandlisis se ienda ghe estos aspectos imaginarios que caracterizan la relacif juestra diferente, sino para conservar una escucha més litre df Ia interferencia de los prejuicios y las creencias, una escu- cha en la que no se diluyan los detalles a favor de una radio- Miller sefiala la importancia de preferir “el detalle a la sin- tesis, [...] y decididamente rechazaremos las propuestas que no cumplen el requisito de la precisién’."6 Desde esta l6gica metodol6gica de preferencia por el detalle y los hechos en apariencia insignificantes, légica opuesta a la globalidad y la amplitud a veces sin limite, es preferible la elaboracién de un texto corto a un texto largo, pero flojo y hecho a partir de la “biblioteca universal”, *Miller dice que “lo més efectivo, lo mas pragmitico, es lo més pequefio”."” Con esto quiere indicar que es preferible “tener tres paginas agudas y bien escritas que una tesis de cien paginas que a su vez copia la tesis del vecino, que a su vez copia la otra, y que resume por no sé qué cantidad de veces un texto de Freud que todo el mundo conoce”.""8 Con el texto corto se busca “un poco menos de los mismo y un Poco mas de otra cosa”. Las normas universitarias de la actualidad, cuando sostie- nen que un criterio para considerar cientifico un texto es el nuimero de citas realizadas, incentivan el mas de lo mismo y, por no contribuir a ponerle limite a la hegemonia de lo cuan- titativo, opacan la posibilidad de que se produzca un signifi 46 J.-A. Miller, Conferencas porteas, t. 2, op. cit, p. 143. 17 ‘bid, p. 156, 18 Tid, 19 Ibid, p. 143, EL PSICOANALISIS ¥ LA INVESTIGACION EN LA UNIVERSIDAD 93 ant idad-de-cit las hay espacio para los hallazgos y para el detalle iluminador de un lencuentro o de la construcciGn de otra escena que no se ofre- ice a la vista del investigador, y menos de un observador (corriente. Se trata de oscurecer la presencia del autor hacién- \dolo desaparecer en el amy Especificidad del método y singularidad en lo clinico El criterio de lo corto, bajo la condicién de que sea agudo y bien escrito, también es vélido en la sesién analitica. Mas vale una sesién corta que se rija por la apuesta de que el suje- to llegue a decir bien, a nombrar un significante fundamental que abra un horizonte de asociaciones en las que se vea con- cernido, que un parloteo sin fin que termina cuando el tiem- poestipulado de la sesi6n se agota. En el primer caso hay que hacer un esfuerzo por nombrar, por metaforizar algo del goce no simbolizado, para as{ lograr, en cierta medida, renunciar a éste y operar una destitucién subjetiva, En el segundo caso, en cambio, basta con hablar y hablar para reforzar los signifi antes amos que ponen en escena el ser de goce sin interro- garlo. De este modo, el tiempo pasa sin que el sujeto se vea dividido por sus propias palabras. Mientras la precisin en el psicoandlisis remite a un pro- cesg de acercamiento cada vez mejor logrado hacia el detalle, el cual es necesario porque tanto la clinica como la investiga~ cin se las tienen que ver con algo que se escapa, la precisién enla técnica remite a un modo de hacer uniforme que pueden compartir invariablemente los miembros de una misma comunidad. De este modo de hacer que se repite y puede ser administrado sin mucha dificultad, se distancia el método tal como es concebido por el psicoandllisis y las ciencias sociales orientadas por lo cualitativo. * Método, para el psicoandlisis, no remite en rigor a un modo de hacer, sino a un modo de proceder particular, irtepetible imposible de evaluar sino es a partir del mismo sujeto. Es en i tet -d* eerutt'dd up asiwzz0jsa aonb Avy £ ‘o}sandord uy ja xe280) exed opensope spur [2 exapisuos as opeajdura opoxpur ja anb 10d ‘ugtse00 epee va ‘seoynsn{ ayueyodun so sodure> soqure ug eopseuvonisd uopesysaaur ef & jepos uppeBNsaaut P| aNUa UNUIOD oFaUE jeno odure> [a ua souaus fe ‘prapaauioD a] ou OpHa|qEsD ef ooiSofopoyaur ofapour un8je ap osn ssDey ‘TeIDOs JOPeB [PP 0st ja ug apacoad ap sepiBys seutios e 253199 ap z8ny ua “eysendord uproeSnsoaut ap eunBod e uo> opzonoe ap opeuasip ras aqap oporpur ja anb ua osuasuos fey ‘oid auf 1od ‘sayepos seus sey ap oduse> [a ud "uarq eIOYY ‘eID0s o| ua oo osruyp 0] u2 ojue) eonsfeuPoDisd UpHeSSaAuT By asI0U -sjueur ap vy ‘Testoarun of v20auE anb jeanyoninse of A peput -einduis ns ua sa99IquI50 10d aidwrais year o| anuug “ayuE}sUOD oe epuarayar aoey femanzsa o| anb senuanut ‘opedyftpo> ou eat oj ap £ oystaazduur 0] ap oorpoiauu afeproge [a owaIqe s9U JueUr v oysandstp 9isa 1opeRysaAut [> anb azambas resus 7 geamponnnse of & xemBurs 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No se trata de habilidades especificas, como capa- cidad de adaptacién a las nuevas situaciones, sentido comin y facilidad para relacionarse, con las que baste para ser un buen analista o un investigador competente, sino de una for- maci6n continuada del sujeto en su relacién con el saber del inconsciente y el saber psicoanalitico. No ha de esperarse que desde el més allé'se produzca de pronto una revelacién magica del enigma que plantea el sinto- ‘ma del sujeto o la pregunta del investigador, y menos sentarse a esperar, en caso de dificultad y de no saber qué hacer, que si se tiene fe vendré una iluminacién repentina que nos mostra- 14 el camino a recorrer, “el orden verdadero” a seguir, y nos ayudaré “a enumerar exactamente todas las circunstancias de lo que se busca”.154 Aqui no se trata del piadoso “todo saldré ‘bien con la ayuda de Dios y la virgen Maria’, sino de un “apli- cate a tu pregunta partiendo del no saber que te causa”, Nuestra practica clinica y el trabajo investigativo con el psi- coanélisis no pasan por creencias relacionadas con el més allé, ni se realizan con la ayuda de un Dios inquieto por saber qué pasa en el alma de los seres humanos o en la realidad de las cosas del mundo. Tampoco existe el santo protector de los ana- listas ni de los investigadores, porque ninguna de las dos préc- ticas tiene nada que ver con una experiencia mistica. Clinica y trabajo investigativo se distancian de un célculo “ceftido a la aplicacién de leyes, reglas o pautis preestablecidas”.!55 No tie- nen que ver con “una operatoria mecénica y précticamente despojada de toda creatividad o implicacién subjetiva’.% 4 René Descartes, Discurso del método, Planeta, Coleccién Historia de la Literatura, Barcelona, 1994, p. 18 +5 Gabriel Puce etal, Investigacion 0 psicoandliss, De Sherlock Holmes, Dupin y Pierce a ta experiencia freudiana, Letza Viva, Buenos Aires, 2000, p. 88 336 id, [BL PSICOANALISIS¥ LAINVESTIGACION EN LA UNIVERSIDAD 103, Un analista y un investigador psicoanalitico deben testi- moniar en su acto que cuentan con la capacidad de superar los limites de la regla y de jugar las cartas que sean necesarias en cada ocasién, Han de conducirse en su acto por fuera de ‘cualquier posibilidad de que se les asocie con algo de orden mistico. De una experiencia de este tipo se puiede dar testi- monio, pero no es algo que sea transmisible a otros como un conocimiento, porque el mismo sujeto de la experiencia no sabe cémo llegé a adquirir las virtudes o los poderes que dice tener o que sus fieles le atribuyen. No se trata de poderes a los, que se acceda siguiendo un orden prescrito por un método, ni de revelaciones que vienen de un Otro que se encarga de uungir al favorecido para que se sirva de esos poderes mara villosos bajo ciertas condiciones. sf como no hay una manifestacién de algo extrasensorial que venga a sustituir en algtin momento el trabajo de inda- gacién propio del proceso investigativo, tampoco hay lugar para el golpe de suerte que, gracias a un favorable azar, nos conduzca a un final feliz. Los hallazgos en una investigacién son producto del trabajo metédico y de la apertura a lo nuevo, asf resulte muy cuestionador de los presupuestos con Tos que se contaba al comienzo de la aventura. Los hallazgos en un anilisis no adquieren el cardcter de tal gracias a Ja san- cién de un Otro evaluador, sino que son el producto de una autoevaluacién, y en ello cuenta tanto la bienvenida como la despedida,

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