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Isekai Goumon Hime

Volumen 4

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Para los Fieles Ignorantes


Recen, Oh vosotros fieles. Recen para que la benevolencia de nuestro Señor pueda estar
sobre nosotros.

Recen para que, en Su inconmensurable amor, Él sane este mundo cicatrizado nuestro.

Como todos saben, la batalla contra los catorce demonios ha llegado a su fin. Y en su
estela, el decimoquinto demonio y su contratista han aparecido y declarado su animosidad
hacia nosotros. Los paladines actualmente están en busca de este contratista. Pero lo que
ahora necesitamos enfrentar ahora, por sobre todas las cosas, son las severas heridas que
portamos.

Los muertos son incontables, y el sufrimiento ha sido inmensurable.

Números incalculables de inocentes y devotos por igual han caído víctimas. Con la guía de
la Santa, ahora descansan al lado de Dios. Pero el dolor que nuestra gente siente es
profundo, y sus lamentos son infinitos.

Es en estos tiempos difíciles que les pediría ser reminiscentes del primer milagro.

La Santa condujo a Dios a nuestro mundo. Y una vez que Él reconstruyó nuestro cicatrizado
mundo, ella cayó en un profundo letargo.

Resulta que nuestras vidas enteras fueron construidas sobre su sufrimiento, sobre el
sacrificio que hizo. Debemos tener cuidado de respetarla, reverenciar a Dios, purificarnos, y
vivir rectamente.

Con cuántos son víctimas caídas, como si el cuento de antaño estuviera siendo recreado,
hacerlo es más importante que nunca.

Continuar sobre la tierra devastada por los demonios no es ninguna simple hazaña.
Agradecidamente, debido a su imprevista fuerza, la Capital fue capaz de eludir la
destrucción total. Pero, aun así, vivir con cicatrices tan deshonrosas es una tarea
demasiado desesperanzadora, y demasiado desagradable.

Así que recen, todos ustedes. Imploradle, todos vosotros.

Crean en Su misericordia, busquen Su amor, y recen por un milagro.

Nuestro Señor puede que se encuentre distante, pero la Santa está a un paso.

Debemos orar humildemente, deseando un milagro como ese de antaño.

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Debemos rezar para que permanezca ilimitadamente compasiva.

Pero aun cuando todos ustedes rezan, permanecen ignorantes.

Incapaces de comprender.

Incapaces de comprender que un verdadero milagro es un milagro precisamente porque


ocurre.

Vengan ahora, Oh vosotros fieles. Recen para que Dios sea su Salvador.

Porque el principio, el medio, y el final yacen en la palma de Su mano.

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1: Una Invitación de la Gente Bestia


Hace unos cuantos días, el Monarca, el Gran Monarca, y el Rey se habían fusionado en una
masa de carne y atacaron la capital, dando un golpe fatal. La humanidad apenas se había
defendido de ellos, sin embargo, finalmente concluyendo la amenaza que los catorce
demonios habían generado.

Como prueba de eso, y para ejemplificar la conclusión de la pesadilla de la humanidad, la


Iglesia había anunciado que una ejecución sería llevada a cabo.

Elisabeth Le Fanu, la Torture Princess y una pecadora sin igual, sería quemada en la
hoguera simbólicamente.

La gente se había reunido alrededor del lugar de ejecución para vislumbrar ese histórico
momento. Finalmente, la sentencia de muerte fue suspendida.

La razón era que un nuevo demonio y contratista le habían declarado la guerra a la


humanidad.

Al final, el telón no había caído sobre la pesadilla de la humanidad.

Y en consecuencia la Torture Princess, habiendo escapado de la hoguera, comenzó su


subyugación de demonios nuevamente por órdenes de la Iglesia.

En cuanto a su situación actual, estaba en su castillo, dormida.

Todavía era temprano en la tarde. En otras palabras, estaba disfrutando una siesta
vespertina sin prisa.

Elisabeth estaba acostada con sus ojos cerrados, rodeada de muros de piedra y sobre una
bien hecha pero simple cama.

Se veía casi como una encantadora Bella Durmiente. Sin embargo, ni siquiera estaba
ligeramente somnolienta. El hecho de que sus labios estaban fruncidos y sus cejas
ocasionalmente se crispaban con frustración lo hacía obvio.

Sin advertencia, un extraño ruido sonó, y un orbe blanco vino a toda velocidad por las
persianas rotas de la ventana de la habitación.

¡Screeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeech! ¡Crack!

Al momento siguiente, un vórtice arremolinado de oscuridad y pétalos carmesí apareció de


la nada, sólo para que un látigo emergiera de dentro de él para golpear al ruidoso intruso.
La esfera cayó en picada hasta que Elisabeth extendió una mano y la atrapó.

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Mientras las alas en los lados del orbe gradualmente caían, una gran cantidad de glifos
apareció por su superficie.

Después de que leyó su contenido, Elisabeth rápidamente se incorporó.

“Buen trabajo.”

Con eso, asintió con la cabeza y lanzó la esfera. Salió volando por la ventana.

Elisabeth aplaudió, luego murmuró con disgusto.

“Ya veo… Hmph, mostrando nuestro rostro bastante a menudo ahora, ¿no es así?
Amateur.”

Después de ese comentario, extendió su mano hacia un espacio vacío. Oscuridad y pétalos
carmesí se arremolinaron una vez más. Elisabeth retiró un cuchillo dentado diseñado para
la tortura desde dentro de él, luego lo lanzó hacia delante.

¡Thunk!

El cuchillo se clavó en tanto el muro como el mapa puesto en él.

El maya ya estaba acribillado con cuchillos. Cada vez que la Iglesia les envió información
respecto a avistamientos de un individuo particular, había apuñalado el mapa en la
ubicación correspondiente. El arreglo de cuchillos estaba comenzando a revelar un patrón
definido en los avistamientos, uno del que probablemente ni siquiera el fugitivo en cuestión
era consciente.

Elisabeth miró fijamente el mapa con sus oscuros ojos carmesíes. Luego abrió su curvilínea
boca para hablar.

La voz que salió de ella era alarmantemente hueca.

“No te preocupes, Kaito. Tus días de portar pecados y ser aborrecido por el mundo no serán
muchos.”

De repente, una sonrisa cansada se abrió paso por su rostro.

Su voz era seca, pero llena de pena también.

“Porque pronto, llegaré a hacerte dormir yo misma.”

Un pesado silencio cayó sobre la habitación. Resoplando, Elisabeth volvió a acostarse en la


cama.

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Cerró sus ojos una vez más, pero dio vueltas y vueltas nerviosamente, incapaz de encontrar
el sueño. Finalmente, cubriendo sus ojos con sus brazos, rechinó sus dientes mientras
susurraba.

“” Es silencioso… Demasiado silencioso.”

El silencio impregnó su castillo.

No había ninguna voz odiosa preguntándole por qué diablos estaba durmiendo.

Y no había ningún llamado encantador, diciéndole que era hora del té, tampoco.

Eso sólo era natural.

Habría sido mucho más extraño que hubiera alguien lo suficientemente excéntrico para
hablarle voluntariamente a la Torture Princess.

Por consiguiente, estaba completa y absolutamente sola.

***

“¡Ah, achoo!”

“¡Ha, Amo Kaito estornudó! ¡Qué adorable! Mejor dicho, ¿estás bien? ¿Has atrapado un
resfrío?”

“Um, sabes, no creo que los cuerpos de golem puedan enfermarse. ¿Tal vez alguien está
hablando sobre mí a mis espaldas?”

Completamente impávido, Kaito frotó su nariz. Sin demora, Hina sacó un pañuelo de su
bolsillo y lo presionó suavemente contra su rostro.

“Muy bien, Amo Kaito—¡sopla!”

“Gracias, Hina. Lo lavaré y devolveré, ¡achoo!”

Kaito estornudó una vez más. Doblando rápidamente el pañuelo, Hina apasionadamente
apretó sus puños.

“¡No lo creo! ¡Tomaré este pañuelo, junto con el recuerdo de tu divinamente adorable
estornudo, y lo guardaré en mi atesorada Colección de Amo Kaito como Número de
Colección 1983!”

“Eso va a ser un no. Vamos, dámelo.”

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“¡Nunca! Ahem. Con todo el debido respeto, ¿esto no es más que una exigua solicitud de tu
cariñosa esposa—¡eek, dije ‘esposa’! ¿Debería pestañear*?”

[Nt: Haciéndolo rápidamente varias veces, supuestamente para poder parecerle atractivo a
alguien. Es como un coqueteo casual, supongo.]

“Incluso siendo mi esposa no hace que esté bien. ¡No puedes quedártelo!”

“¡Amo Kaito, cruel!”

Hina hinchó sus mejillas. “Hacer una cara linda no va a hacer que esté bien de repente,” dijo
Kaito mientras tomaba el pañuelo de su mano.

Una masa de personas estaba pasando cerca mientras los dos terminaban su inane
intercambio. La composición de las multitudes era verdaderamente variada, desde sus
ocupaciones y estatus sociales a sus razas. Había ciudadanos y comerciantes, marineros y
obreros, bestias mágicas demoledoras, demi-humanos, y gente bestia. No era de extrañar—
la ciudad fue construida en la intersección de dos grandes ríos, sirviendo tanto como un
lugar de anclaje para los barcos como un centro para el comercio regional.

Debido a la diversidad de los comerciantes y cantidad en sí de personas, sus alrededores


eran bastante animados.

Puestos alineados a ambos lados del camino, y los ocupados sonidos de comercio llenaban
el aire. Aunque parecía tu mercado común y corriente, este lugar tenía un rasgo especial.
No se requería permiso para vender junto al costado de la ruta, ni había restricciones en lo
que se podía vender. Quizás era porque nadie tenía que temer a las inspecciones aleatorias
llevadas a cabo por los soldados, pero a pesar del dudoso orden público, toda la ciudad
estaba tan animada como sus habitantes.

Aun así, si uno forzaba sus oídos, podía descifrar inquietantes rumores.

“¿Qué, ese anciano? Se fue a la Capital. Sin importar cuánto material de construcción
menciones ahí, nunca es suficiente.”

“Estamos en mal estado aquí. Nuestro cliente se fue a pique, ya ves… No, por así decirlo,
literalmente se fue a pique. Todos los aprendices fueron tragados por esa masa de carne.
Todavía no puedo creerlo yo mismo… ¿Qué hay de ti? Escuché que los boticarios fueron
golpeados de verdad duro.”

“Fue una verdadera pieza*. No son solo los boticarios. Todo se está volviendo más costoso.
Y quien sabe cuánto tiempo pasará antes de que las cosas se calmen…o cuántas personas
se colgarán antes de eso.”

[Nt: Es una manera de decir “algo duro con lo que tratar.”]

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Hace unos días, los demonios habían invadido la Capital. El ataque había sido nada más
que devastador. Debido a cuán concentrada estaba la población, el número de muertos
había sido inmenso. Muchos edificios con valor histórico habían sido destruidos, también,
además de las pérdidas de varios almacenes, sistemas de transporte y dispositivos de
comunicación, y muchos otros esenciales. Los daños monetarios habían sido incalculables.

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Y no solo había afectado a la Capital—las regiones circundantes aceptando la afluencia de


refugiados estaban mostrando signos de presión financiera también. Las escaseces
laborales se estaban volviendo problemáticas, mientras que la estabilidad de la reserva de
alimentos estaba constantemente en discusión. El daño a la economía y centro político de la
nación había lanzado una grave sombra sobre las vidas de su gente.

La situación actual llenó a Kaito de tristeza. La conversación que se desarrollaba alrededor


de él siguió llegando a sus oídos.

“No tenemos suficientes trabajadores. Pero ninguno de estos refugiados está tomando
ningún trabajo. La Iglesia dice que están trabajando en ello, pero no lo sé. La Capital misma
tiene a los paladines vigilando las cosas, así que está bien, pero en el resto está en caos.”

“Siguen demandando más mercenarios, ¿huh? ¿Aún no han atrapado al contratista del
Káiser?”

Kaito y Hina intercambiaron miradas por instinto. Luego rápidamente se alejaron del
mercado.

Después de todo, el contratista del Káiser en cuestión no era nadie más que Kaito mismo.

Los dos actualmente eran fugitivos.

Por supuesto, había una profunda razón detrás de eso.

Hace tiempo, después de una vida de abuso a manos de su padre, Kaito había sido
asesinado. Después de su muerte, el alma de Kaito había sido invocada a otro mundo,
donde obtuvo una nueva vida. Y quien lo había invocado no había sido nadie más que la
Torture Princess, Elisabeth Le Fanu, una pecadora destinada a ser ejecutada después de
cumplir su deber de matar catorce demonios.

Junto a Kaito, la Torture Princess mató a los demonios que habían atacado la Capital,
completando exitosamente la misión legada a ella por la Iglesia. Habiendo finalmente
expiado sus crímenes, se suponía que la habían quemado en la hoguera. Pero Kaito se
negó a aceptar el destino de la Torture Princess. Acompañado por el Káiser, con quién
había formado un contrato, Kaito se puso en contra de la humanidad. Como el quinceavo
contratista demoníaco, había anunciado fuertemente su intención de convertirse en un
villano a toda la Capital.

Todo eso había sido por el bien de concederle a la humanidad un nuevo enemigo y
convencer a la Iglesia de posponer la ejecución de Elisabeth.

Así fue como Kaito había llegado a cargar la pesada carga del pecado, ahora odiado por
todos y en fuga.

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Y en cuanto a la situación actual de Kaito y Hina, estaba reuniendo provisiones.

Era una insignificante y obvia tarea. Pero el hecho del asunto era que la gente necesitaba
comer.

Kaito aún no se había fusionado completamente con su demonio. Como tal, todavía
requería nutrientes para sobrevivir. Pero serios obstáculos se interponían en el camino de
su deseo y el de Hina de conseguir un suministro de comida estable. Primero, la situación
alimentaria de la ciudad era tensa porque las líneas de suministros habían sido arrojadas al
desorden. Pero lo que es más importante, el brazo izquierdo de Kaito había asumido una
forma bestial, haciendo que sobresaliera considerablemente. La solución obvia habría sido
pedirle a Hina que comprara lo que necesitaban, pero su notable cabello plateado, ojos
verdes esmeralda, y milagrosa belleza hacía eso menos que ideal.

Por supuesto, Kaito no estaba completamente desconcertado. La primera vez que habían
afrontado este problema, había acudido a Vlad, quien era presumiblemente su maestro
cuando se trataba de asuntos de magia.

“Metamorfos, disfraces, o hechizos de invisibilidad, dices… ¡Ha, qué prosaico!


Sabes, una vez tuve un dispositivo que podía detener el tiempo, el cual habría fácilmente
impedido que alguien alguna vez te atrape. Cuando estaba con vida, verás, no era
particularmente aficionado a los ataques sorpresa. En cambio, encabezaba mis tropas
demoníacas y con osadía lanzaban grandes invasiones. En resumen, mi querido sucesor,
me temo que no puedo ser de mucha ayuda. ¡Nunca me responsabilicé de aprender
hechizos tan anodinos en primer lugar!”

Bueno, seguro era completamente inútil.

Kaito afligidamente recordó la pose que Vlad había dado cuando había repuesto la pregunta
con su dedo presionado contra el costado de su cabeza. La piedra en su bolsillo
conteniendo el alma de Vlad—o más bien, una réplica del mismo—se retorció. Parecía
haber sentido el desprecio contra él y estaba protestando. Pero Kaito simplemente lo ignoró.

Bueno, al menos fui capaz de improvisar algo, al final.

Kaito soltó un suspiro mientras ajustaba el trozo donde la capa negra cubriendo su cabeza y
cuerpo se había deslizado hacia abajo.

En este momento, Kaito y Hina se asemejaban al Butcher y ocultando sus rostros detrás de
capas negras. Era un método simple, uno que normalmente los haría verse bastante
llamativos. Sin embargo, no había ninguna escasez de personas en esta ciudad involucrada
en negocios ilícitos, haciendo a su opción de vestimenta bastante común.

De alguna manera logrando evitar ser vistos, los dos dirigieron su atención a sus compras.

“¿Deberíamos ver eso a continuación?”

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“¡Okay!”

Asintiendo de acuerdo, Hina caminó al puesto de fruta. Ahí encontró una canasta dejada
directamente sobre el pavimento empedrado, y sacó una naranja de ella. O, mejor dicho,
sacó algo que se veía como una naranja de ella, aunque podría haber sido una fruta
completamente diferente realmente.

Después de revisar para asegurarse de que no tuviera magulladuras serias y no había sido
masticada por gusanos, se giró de nuevo hacia Kaito.

“¿Esto es aceptable?”

“Se ve bien para mí. Agarremos dos de esas… Eso, y dos bolsas de higos deshidratados,
por favor.”

“Salen en seguida.”

El arrugado mercader tomó la orden de Kaito con una voz ronca. Justo como Kaito había
sospechado, el mercader ni siquiera miró a su cliente, simplemente empaquetaba los
productos con expertos—no obstante, indiferentes—movimientos. Kaito frunció el ceño
mientras entregaba el pago. Era caro, como era de esperarse. Pero el precio de los
productos probablemente sólo seguiría aumentando.

Es algo bueno que Godd Deos fuera capaz de salvar al rey y los aristócratas peces
gordos. La culpa de la mayoría de las aflicciones probablemente caerá sobre mí. El declive
económico, la escasez de productos, y la irregularidad originada de la desesperación
apocalíptica muy probablemente continuarán por un largo tiempo, pero todos deberían
mejorar a medida que la capital se recupera. Solo espero que las cosas no se pongan
demasiado malas antes de eso…

No eran sólo la gente normal quienes estaban sintiendo la escasez; señores feudales, los
representantes de los gremios mercantiles, el alto clero de la Iglesia estaba bajo un montón
de presión también. Todo tipo de personas y organizaciones se estaban yendo a la
bancarrota. Pero todo lo que Kaito podía hacer era desear que no se rindieran.

Mientras Kaito se quedaba absorto en sus pensamientos, Hina guardó las naranjas en la
bolsa de cuero mágica que había tomado del castillo. La bolsa ya estaba cargada con
manojos de arroz y hierbas, halita, y unos cuantos días de verduras, y queso deshidratado.

“Deberíamos abastecernos de otras cosas que se mantengan bien, como carne seca y
pescado.”

“Entendido. En ese caso, deberíamos ir ahí.”

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Hina asintió con la cabeza, liderando el camino a la tienda dos puestos más allá. Podría
haber sido la antigüedad del comerciante lo que hacía esta caseta notablemente más
atractiva que cualquiera de las otras ofertas en la calle. Trozos de carne colgaban de
ganchos puestos en su simple pero robusto techo, y canastos de mimbre de madera
alineados en el borde de la carretera frente a ella. Gallinas y patos levantaban un clamor
fuerte desde dentro de las jaulas. Parecía que eran matados junto al pozo cercano una vez
eran comprados.

Cuando se acercaron a la tienda, Kaito se detuvo de golpe. Casi simultáneamente, Hina le


susurró en voz baja.

“Amo Kaito…”

“No te preocupes. Lo noté.”

La respuesta de Kaito fue concisa. Mientras hablaban, Hina se encorvó hacia delante y miró
los patos, mientras Kaito estaba completamente inmóvil detrás de ella. Sin mover su mirada
ni una vez, los dos inspeccionaron sus alrededores.

En algún momento, una presencia inquietante se había mezclado con el ajetreo.

Varias miradas llenas de tensión, recelo, e inequívoca animosidad se concentraron en los


dos.

Además, podían escuchar una conmoción iniciándose en la distancia. Alguien estaba


deteniendo por la fuerza el flujo de transeúntes. Aunque Kaito y Hina no podían verlos
ahora, quienquiera que fueran los entrometidos, estaban ignorando las protestas de las
personas alrededor de ellos e intentando bloquear la calle.

No podía haber ninguna duda de que su objetivo era arrestar a los dos fugitivos.

Kaito sacudió su cabeza ligeramente.

“Admitiré que mi disfraz era bastante inmóvil basura, aun así… Nos encontraron demasiado
rápido, ¿no es así? Qué dolor.”

“Era inevitable. La recompensa por tu cabeza es bastante grande, después de todo.


Deberíamos estar agradecidos de que al menos no estamos siendo emboscados por
alguien después de que descubriera sobre la recompensa.”

“Sí… Las cosas se pusieron bastante complicadas la última vez.”

Los dos soltaron suspiros pesados. Los patos seguían graznando.

Al mismo tiempo, la multitud comenzó a moverse.

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Un grupo de hombres armados se estaban acercando, empujando violentamente a través


de la multitud. Uno de ellos empujó a un lado a un alcohólico, quien salió lanzado hacia
delante y se cayó al suelo. Su avance resuelto derribó* un carrito lleno de ramos, también.
Un perro demacrado ladró mientras huía.

[Nt: Iba “toppled over”, lo cual es “venirse abajo, derrumbarse, caerse, etc,” la traducción en
realidad sería “su avance resuelto se derrumbó sobre un…”, pero no creo que eso sea así
por el “también,” so, ténganlo en cuenta.]

Una cadena de protestas furiosas resonó. La banda de guerreros ni siquiera le prestaron


una mirada a la multitud furiosa mientras rodeaban a Kaito y Hina.

La tensión era tan sofocante que se podía cortar con un cuchillo. Todos esperaban
conteniendo el aliento a ver qué pasaría.

Completamente ajeno a la situación, un hombre similar a un comerciante surgió de la parte


trasera del puesto, blandiendo un cuchillo de carnicero.

“¿Qué es todo este alboroto, alguna clase de pelea? ¡No me importa quién esté en lo cierto,
pero me pondré del lado de una bella dama cualquier día, querida!”

“Ah, resulta que estoy casada, así que no me haga caso. Mis más profundas disculpas por
las molestias.”

Con una rápida reverencia, Hina se alejó del escaparate. “Soy su afortunado esposo,” dijo
Kaito mientras la abrazaba sin perder el paso. Con una mirada de soslayo, confirmó quienes
eran sus perseguidores.

Liderando el grupo estaban unos cuantos paladines de la sede local de la Iglesia. Todos los
demás en su grupo se veían débiles, tanto en postura como en complexión. No parecía que
hubiera magos o sacerdotes, incluso entre los centinelas.

A su pesar, Kaito se sintió decepcionado. Sacudió su cabeza un poco.

Tan pronto como se lanzaron contra nosotros como todos frenéticos, tuve la
sensación de que no eran ningún grupo común y corriente.

“Hombre, tomaron la decisión equivocada.”

“Ciertamente, eso hicieron.”

“En serio.”

Kaito y Hina se asintieron entre sí. Durante todo su intercambio, los paladines siguieron
cerrando la distancia.

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Kaito entrecerró los ojos. Las armaduras plateadas de los paladines carecían de su lustre
habitual, y sus andares eran muy lentos. Parecía que habían sido negligentes en su
entrenamiento diario, por no mencionar la falla en tomar buen cuidado de su armadura. A
pesar del tamaño de la ciudad, ser transferido aquí probablemente equivalía a degradación,
y sus días probablemente habían pasado ociosamente.

El hombre que parecía ser su líder levantó una voz irritada, una totalmente falta de
entusiasmo.

“Eres Kaito Sena, ¿correcto?”

“…Intenta mantener bajo control tu estupidez, si no te importa.”

“¡¿No planeas dar una respuesta directa, bastardo?!”

El hombre estiró su brazo, su voz llena de ira contenida. Agarró el hombro de Kaito le dio un
tirón. Kaito se dio la vuelta con poca resistencia. Al ver su rostro, el hombre dio una corta
bocanada.

Kaito tenía una retorcida sonrisa, una que era completamente acorde al Káiser.

“Pensar que alguien se atrevería a enfrentarme con hombres y armas tan harapientos.”

La voz de Kaito era tan fría como el hielo. El paladín se puso pálido.

La situación rápidamente empeoraría si al hombre se me permitiera gritar. No queriendo


provocar a la multitud más de lo necesario, Kaito rápidamente se puso en movimiento. Metió
su mano en el bolsillo contrario en el que guardaba la piedra de Vlad y sacó un fragmento
de una joya.

Un destello azul iluminó el camino empedrado. Mientras lo hacía, Kaito chasqueó sus
dedos.

“La (activate).”

El fragmento de joya estalló desde dentro.

Luz cerúlea y plumas negras se dispararon hacia arriba alrededor de todos ellos. Los dos
colores escuetos envolvieron por completo a Kaito, Hina, y todos los paladines cercanos. En
contraste con el fondo de los asustados gritos de transeúntes y ganado, lo cerúleo y negro
se enrollaron en un remolino turbulento de magia.

Entonces, con un pequeño ruido de chasquido, desaparecieron.

Clap, clap.

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Las suelas de sus zapatos de cuero golpearon de forma audible el suelo cuando aterrizó
Kaito.

Luego miró a sus alrededores desde la cima de una colina en ruinas.

Esta era la ubicación donde la Torture Princess había peleado con el Duque y finalmente lo
había quemado hasta la muerte.

Kaito había viajado a esa colina en un abrir y cerrar de ojos.

El fragmento de joya era un dispositivo de teletransportación mágica. Al soltar la magia


sellada dentro de ella, el usuario podía viajar instantáneamente a una ubicación donde otro
fragmento de la misma joya estaba enterrado.

Kaito había tomado una joya vieja del castillo de Elisabeth y, bajo el tutelaje de Vlad, había
usado sangre y dolor como un intermediario para llenarla de maná para este propósito.
Ahora que pensaba en ello, técnicamente Vlad había sido útil en salir de su más reciente
apuro.

Momentos más tarde, Hina aterrizó junto a él. Por otro lado, los paladines no lograron
aguantar sus aterrizajes y terminaron cayendo por la pendiente. Uno de ellos pisoteó algo
seco, luego gritó.

“¡¿Qu-Qué es este lugar?!”

Huesos humanos estaban esparcidos sobre la vertiente.

Debido a su feroz batalla contra el Duque, la tierra aquí se había revuelto, y muchos de los
féretros descansando en la tierra habían sido destruidos.

“Parece que todos están aquí.”

Kaito murmuró en voz baja mientras la confusión y los gritos continuaban,

Había una razón por la que específicamente había elegido venir hasta este lugar remoto.
Debido a los horribles actos del Duque, toda la región había sido considerada corrupta y
posteriormente acordonada sin excepción.

En otras palabras, mientras estuvieran aquí, no había necesidad de preocuparse por qué
personas sin relación se involucrarán.

“¡Ahora bien, mejor hago algo para recompensar su temerario valor!”

Kaito dio un fuerte grito. Agarró la capa negra que estaba usando y poderosamente la arrojó
lejos.

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Su atuendo negro, parecido a un uniforme militar con su bordado rojo sangre, entró a la
vista.

Entonces el buscado pecador hizo una imponente declaración.

“Como el contratista del Káiser, y como el enemigo de toda la humanidad, ¡seré su


oponente!”

***

Durante los últimos días, Kaito rápidamente se había dado cuenta de varias cosas.

Primero, golpear personas con la parte trasera de su espada era sorprendentemente difícil.

Y segundo, intentar infundir miedo en los corazones de las personas mientras tenía cuidado
de no dejar efectos perdurables era una gran tarea.

“Matar uno de ellos por accidente sería un absoluto desastre. Definitivamente no podría
deshacer algo así.”

“¡Buen trabajo ahí fuera! ¡La manera en que peleaste fue la más correspondiente a la
definitiva personificación del mal, pero al mismo tiempo, completamente caballeresca! ¡Un
trabajo espléndido una vez más! ¡Me voy a desmayar, y mi corazón late con fuerza, y estoy
locamente enamorada de ti!”

“Tu elogio hace que todo valga la pena.”

“¡Eek, Amo Kaito, eres tan genial!” Gritó Hina mientras saltaba arriba y abajo.

Kaito agradeció su reacción con una mano levantada. Sus perseguidores habían caído en
montones sobre el suelo delante de ellos, todos estaban completamente inconscientes. Sin
embargo, ninguno de ellos había sufrido heridas serias. Una vez despertaran, serían
capaces de descender la colina y pedir ayuda por su cuenta. Se podrían encontrar atacados
por pesadillas por unos días, sin embargo.

Deberían hacerlo, o estoy en problemas.

Kaito miró a sus abatidos oponentes con una mirada seria en su rostro.

Después de todo, necesitaba que la gente siguiera creyendo que Kaito Sena era el enemigo
de la humanidad.

Dada su posición, no podía contentarse con una vida simple a la fuga. Su meta era prevenir
la ejecución de Elisabeth. Con ese fin, necesitaba que la Iglesia siguiera creyendo que era
una amenaza seria para la humanidad.

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Cada vez que derribaba a un perseguidor potencial, se aseguraba de tomar cada


oportunidad que tenía para grabar inolvidable miedo en ellos. Afortunadamente, ninguno de
sus perseguidores había sido particularmente fuerte, posiblemente porque la Capital estaba
preocupada con sus propias defensas o por alguna otra razón urgente. Pero Kaito era bien
consciente del hecho de que no sería capaz de mantener la farsa por siempre.

Muy pronto, voy a alcanzar mi límite.

Antes de que eso pasara, necesitaba descifrar una manera de hacer que la ejecución de
Elisabeth se cancelara.

Y por encima de todo, necesitaba hacerla cambiar de opinión.

Todavía no puedo pensar en una manera de hacer eso.

Los pecados de la Torture Princess eran demasiado graves. Sin importar qué justificaciones
puede haber tenido, nunca podría retirar las cosas que había hecho. No había ninguna
manera de que pudiera expiar lo suficiente para compensarlo. A menos que cambiara el
pasado, no había manera de borrar los pecados que había cometido.

La gente que había asesinado nunca iba a regresar. Kaito sabía eso, y también Elisabeth
misma.

Kaito cerró sus ojos, dándole vueltas a qué diablos podría posiblemente hacer. Entonces
una voz grave resonó.

“En verdad eres un incompetente y lamentable tonto.”

“Káiser.”

La voz era inaudible para cualquiera menos Kaito, su contratista, y le respondió con una risa
como humana.

Con su magnífico cuerpo canino todavía oculto, el Káiser continuó.

“Ciertamente, Oh contratista mío. Soy yo, un sabueso perfecto completamente


desperdiciado en un indigno amo como tú. ¿Cuántas veces debes repetir esta tontería antes
de estar satisfecho? El asunto debería ser simple. Todo lo que necesitas hacer es cumplir tu
proclamación en la Capital y acumular poder al reunir el dolor de otros de una manera
correspondiente a mi amo. Luego simplemente podrías destruir las bases de este mundo y
remodelarlo como desees.”

“¿Cuántas veces tengo que decírtelo? No tengo planes de tiranizar a nadie. No voy a
convertirme en algo como mi padre.”

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“Ha, un bruto que menosprecia brutos. Eso en sí mismo es irrisorio. ¿Qué diferencia
hay entre un estilo de mal y otro?”

El Káiser se mofó, y Kaito entrecerró sus ojos un poco. Era verdad; considerando su
posición actual desde el exterior, era mucho más merecedor del descriptor malo de lo que
su padre había sido.

Era el enemigo de la humanidad, después de todo.

Entretenido a su pesar por ese hecho, Kaito estaba listo para responder.

“Ha-ha, tienes un punto ahí… Pero tienes que entender, Káiser, sería un desperdicio de
tiempo para mí intentar de acumular poder hiriendo personas. No hay ninguna duda en mi
mente de que Elisabeth vendría a toda velocidad y me mataría en el momento en que yo lo
intentara.”

“Pero a este ritmo, encontrarás tu cabeza removida de tus hombros de todas formas.
Qué vergonzoso, qué completamente vergonzoso. Morir, sin importar cómo pase, es una
vergüenza. En consecuencia, deberías sucumbir a tus más profundos deseos e intentar
pelear como si lo hicieras realmente en serio.”

Las palabras de Káiser fueron al punto. Kaito asintió. Era exactamente como el Káiser le
había dicho una vez antes.

El poder de los demonios era supremo, y podía primero podía ser conseguido cuando uno
extendía su mano más allá de los límites de la avaricia y el deseo. Y uno que olvidaba su
más grande deseo no era nada más que un tonto disfrazándose de santo.

Aun así, no voy a traicionar a Neue.

Kaito pensó en el chico que se había sacrificado a sí mismo por Kaito y fue comido por la
araña del Conde. La existencia del chico era como un nudo atado alrededor del corazón de
Kaito, evitando que Kaito cruzara esa línea final.

Se negaba a hacer algo que causara que otros tuvieran que sacrificarse a sí mismo de la
misma manera en que él había sido salvado. Y no podía soportar la idea de convertirse en
un matón que simplemente sonreía mientras atormentaba a los débiles, como su padre
había hecho.

Pero en este momento, tenía algo mucho más importante por hacer que responder al
Káiser.

“¿Entonces qué los trae aquí?”

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Volumen 4

Gritó Kaito, su voz resonando con confianza. Sin embargo, no recibió ninguna respuesta.
Sin embargo, lanzó una mirada fría a las sombras detrás de las lápidas y ataúdes hechos
añicos. Quizás sacudido por la intensidad de su confianza, el aire se movió un poco.

Inmediatamente después de que se habían teletransportado, había notado unas cuantas


presencias que habían venido, siguiendo los rastros de su maná.

Hina lo había notado al mismo tiempo que él, o quizás incluso antes. Pero cuando le dio una
mirada de soslayo, vio que no estaba sosteniendo su alabarda lista.

Simplemente estaba esperando a ver movimiento y teniendo cuidado de poner a la otra


parte en guardia.

Sí, esa es la opción correcta.

Después de todo, Kaito no podía sentir una pizca de hostilidad de sus nuevos
perseguidores.

¿Qué estaban haciendo? ¿Cuál era su meta?

Mientras ocultaba su desconcierto, Kaito siguió mirando fijamente el lugar donde los recién
llegados estaban acechando.

Habiéndose quedado sin paciencia, unas cuantas figuras finalmente hicieron sus
apariciones. Justo como el conjunto de perseguidores antes de ellos, estaban vestidos con
armadura de cuerpo completo. Sin embargo, el material difería del de los paladines y
Caballeros Reales, no haciendo solo uso de metal sino de cuero y escamas también. Sus
atuendos tenían un diseño bermellón y emitían una impresión estética y cultural única.

Pero lo que más sorprendió a Kaito fueron sus rostros.

“… ¿Gente bestia?”

Sus nuevos perseguidores no eran, de hecho, humanos.

Todos tenían cabezas animales, sus cuerpos estaban cubiertos de pelaje de aspecto denso,
y sus puestas estaban adornados con garras puntiagudas.

“Híbridos de demi-humanos y gente bestia. No es una visión poco común,


particularmente con la afluencia de varias razas en pueblos de clase baja. Conforman cerca
del treinta por ciento de habitantes de los barrios bajos, y al norte, supera el cuarenta por
ciento. Los demi-humanos y gente bestia de sangre visiblemente pura generalmente están
en la nobleza, sin embargo, así que rara vez son vistos en asentamientos humanos.”

Kaito inspeccionó a la gente bestia ante él una segunda vez. Sus cuerpos no tenían las
mismas partes que los humanos. Aunque no se veían especialmente nobles, probablemente

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Volumen 4

todavía eran purasangre. Pero basado en la explicación de Elisabeth, eso significaba que
no deberían ser visibles en tierra humana.

¿Por qué estaba la gente bestia aquí, entonces?

Las preguntas simplemente seguían acumulándose. Pero Kaito exactamente no tuvo el


tiempo para preguntarle a la gente bestia directamente.

Sus manos ya en las empuñaduras de sus espadas, la gente bestia comenzó a moverse.

Se acercaron a Kaito y Hina, su movimiento no ofrecía ninguna apertura.

Levantando su mano, Kaito hizo una pose que le dejaría chasquear sus dedos con poco
tiempo. Hina sacó su larga alabarda de su bolsa mágica sin fondo en un simple y fluido
movimiento.

La gente bestia miró a Kaito, como si lo evaluaran.

Él regresó la mirada examinadora con una mirada tranquila e inquisitiva.

Al momento siguiente, la gente bestia asintió entre ellos, luego se movieron como uno.

Doblando la rodilla como siervos reales, todos se inclinaron delante de Kaito.

“……… ¿Qué?”

“Sir Kaito Sena, asumimos.”

La voz que habló era grave. Perplejo como estaba, Kaito por reflejo agradeció las funciones
nativas de traducción de su cuerpo de golem. Las probabilidades eran altas de que la gente
bestia estaba hablando un lenguaje diferente al que los humanos usaban con frecuencia. Si
no fuera por su capacidad de traducción integrada, Kaito probablemente nunca habría sido
capaz de entender a la gente bestia en absoluto.

El hombre bestia, que tenía cabello cobrizo, una borla brillante sobre su espada, y una
cabeza de lobo, retomó donde lo dejó.

“Deseamos humildemente solicitarle viajar de regreso a nuestro territorio con nosotros.”

El hombre bestia levantó su rostro. Sus ojos dorados brillaban con determinación mientras
miraba a Kaito.

Las siguientes palabras que salieron de la boca del hombre bestia con cabeza de lobo no
fueron lo que Kaito había estado esperando en lo más mínimo.

“Tenemos la intención de recibir al enemigo de la humanidad como un invitado de honor.”

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Volumen 4

***

“Explícame lo que está pasando aquí.”

Kaito inmediatamente hizo una petición firme.

En el momento que había escuchado lo que el hombre bestia había dicho, recuerdos de su
vida pasada habían corrido por su mente.

En su viejo mundo, no había ninguna clase de amenaza evidente para la humanidad como
los demonios. Por eso, la política internacional era mucho más complicada.

Y justo el otro día, este mundo, también, había sido liberado en gran medida de la amenaza
de los demonios, con la excepción de Kaito.

Kaito sabía casi nada sobre la relación histórica entre humanos y gente bestia. Sin
embargo, tenía una idea bastante buena de la fricción que existía entre los dos grupos. La
gente bestia era excluida de algunas áreas dentro de las tierras humanas, y la frontera
alrededor del área donde la gente bestia de purasangre vivía estaba generalmente sellada.
Esa información fue suficiente para que más o menos supusiera el resentimiento que
asolaba las interacciones entre las dos razas. De hecho, la misma colina en la que estaban
había sido el lugar de un conflicto sangriento luchado por humanos y gente bestia mucho
antes de que el Duque hubiera comenzado a usarla.

Al mismo tiempo, según Izabella, la frontera entre la región de purasangre y el reino


humano había sido la imagen de la tranquilidad desde el tercer tratado de paz.

Ahora que la situación se ha estabilizado, están invitando al enemigo de otra raza a


su sede central.

Kaito no era lo suficientemente estúpido para que las implicaciones de esa decisión le
fueran incomprensibles. Absolutamente tenía que evitar destruir el delicado balance entre
las dos partes. Pero la gente bestia aún no se quedaba sin sorpresas.

“La razón por la que queremos invitarlo es la siguiente. Una tragedia repentina ha ocurrido
en nuestras tierras, y humildemente le pedimos que nos ayude a arreglar el asunto. Alguna
entidad ha estado atacando nuestras aldeas, y varias masacres terribles ya han ocurrido.”

“¿Masacres?”

Al escuchar la inquietante palabra, Kaito por instinto frunció el ceño. El lustroso pelaje del
hombre bestia cabeza de lobo crujió mientras asentía con la cabeza. Era posible que
hubiera visto las escenas trágicas él mismo, ya que dijo sus siguientes palabras con voz
dolorida.

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“No perdonaron a las mujeres, los niños, los ancianos…ni siquiera niños. Perdimos varios
guerreros patrulleros también. Nunca había puesto mis ojos en un paisaje infernal como ese
antes. Si esto continua, aún más aldeas serán masacradas. Necesitamos fuerza.”

“Espera un segundo. Si necesitan ayuda para detener las matanzas, entonces estaría
encantado de prestarles una mano. Pero hace un momento, dijiste que tenían la intención
de recibir al ‘enemigo de la humanidad’ como un invitado de honor, ¿verdad?”

“Ciertamente, lo hice.”

El hombre bestia cabeza de lobo asintió con la cabeza con seriedad. Pero Kaito tuvo
dificultades para encontrar una conexión entre esa elección extrañamente específica de
fraseo y las masacres en las aldeas. Su tono se hizo más fuerte a medida que les daba voz
a sus dudas.

“¿Por qué necesitan al ‘enemigo de la humanidad’? Se siente raro decirlo yo mismo, pero
solicitar voluntariamente ayuda del Káiser y su contratista es simple locura. Si la situación
es tan nefasta que no pueden lidiar con ella ustedes mismos, ¿no podrían simplemente
pedirles ayuda a los humanos?”

“Le estamos solicitando su asistencia precisamente porque no tenemos esa opción. No


podemos permitirnos hacer saber a los humanos lo que estamos haciendo. La humanidad
ha sido atacada por los demonios últimamente, y con el fin de ser buenos vecinos, les
hemos estado aportando libremente, no obstante, a escondidas, ayuda en forma de
recursos y dinero. Sin embargo, no podemos ver esta tragedia reciente como nada más que
una traición de esa buena voluntad.”

“Así que en otras palabras…”

“Sospechamos que el perpetrador es humano—y no solamente un individuo, sino un grupo.”

El hombre bestia cabeza de lobo asintió con la cabeza, y detrás de él, sus subordinados
hicieron lo mismo.

Kaito tragó saliva. La pelea contra los demonios había acabado recién. Ahora había
declaraciones de que una tragedia había sido llevada a cabo por manos humanas. ¿Podría
eso ser realmente lo que estaba pasando? Kaito se encontraba perplejo.

El hombre bestia ante él habló con una voz llena de sed de sangre.

“Permítame hablar francamente. Dependiendo de las circunstancias, puede que deseemos


emplearlo, el enemigo de la humanidad, como un comandante invitado. La elogiada
canóniga, la Shepherd, La Mules, ya no está. Pero todavía poseen muchas otras armas
vivientes que llaman santos. Los únicos capaces de enfrentarlos en un enfrentamiento cara
a cara son los demonios.”

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“¿Tienes pruebas de que los humanos son quienes están detrás de las masacres?”

Kaito planteó su pregunta en voz baja. Pero ya tenía una sensación de cuál era su
respuesta.

El espadachín cabeza de lobo miró fijamente a Kaito en respuesta. Ira y convicción ardían
en sus ojos dorados.

Esa fue respuesta suficiente.

Exhalando en voz baja, Kaito corrigió su pregunta.

“Muy bien, entonces. ¿Cuál es tu razonamiento?”

“Ningún pariente nuestro habría dejado los cadáveres en un estado tan espantoso.”

Kaito frunció el ceño, insatisfecho por la respuesta del hombre bestia. No parecía nada más
que un juicio cargado emocionalmente. Pero el hombre bestia perseveró, asegurándole que
no era así.

“Nuestro sentido de la moralidad difiere al de la humanidad. Usamos el pelaje, la piel, y los


huesos de los difuntos, y si las circunstancias lo permiten, también compartimos su carne.
Tal acto puede que sea difícil para que los humanos lo aprecien, pero esa es la manera en
que hemos celebrados los ritos fúnebres desde la época del Forest King*. Pero estos
cadáveres fueron profanados a un grado extremo.”

[Nt: Rey del Bosque.]

Apretó sus puños firmemente mientras hablaba. Kaito podía prácticamente vislumbrar el
sonido de los huesos crujiendo.

“A las víctimas les arrancaron sus entrañas mientras todavía estaban con vida. Luego sus
vísceras fueron dejadas para pudrirse junto a los cuerpos. Nuestra gente nunca haría algo
así, ni siquiera a un enemigo. Pero no fue el trabajo de un demi-humano, tampoco.
Compartimos la mitad de nuestro territorio con ellos, pero su moral se alinea con la nuestra.”

Así que proceso de eliminación, ¿huh?

El culpable no era un hombre bestia o un demi-humano. Eso sólo dejaba

Kaito bajó su vista. Desde su perspectiva humana, usar las partes de cuerpo de los muertos
y consumirlas sonaba bastante sacrilegio. Pero incluso en otros mundos, diferentes países
tenían diferentes rituales de muertes. Tener razas completamente diferentes sin duda sólo
hacía que ese efecto se pronunciara más.

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Además de eso, el pelaje y piel de del hombre bestia eran considerablemente más robustos
y versátil que sus equivalentes humanos. Probablemente tenían una larga historia de
prosperar al usar sus propios cuerpos como recursos.

Y aunque las sensibilidades espirituales de Kaito como un antiguo habitante del Japón de
hoy le hacían difícil comprender completamente, las expresiones en los rostros de la gente
bestia claramente mostraban qué tan tabú consideraban la humillación a esos cadáveres.

El hombre bestia cabeza de lobo repitió con una voz llena de odio.

“Nos cuesta imaginar que alguien aparte de un humano pudiera haber hecho esto.”

“También podría ser alguien intentando hacerlos pensar eso.”

“Por supuesto. Precisamente por eso requerimos su asistencia. Debemos optar por un juicio
cuidadosamente considerado. Si esto fue el acto de uno de nuestros compatriotas, entonces
debemos repartir un castigo apropiado. Y si un humano hizo esto, entonces debemos
retribuir su sadismo con sangre.”

El hombre bestia habló de manera rápida y severa.

Kaito por reflejo cubrió su rostro con una de sus manos. Él, Kaito Sena, era el enemigo de la
humanidad. Parecía que la gente bestia quería usar su poder para proteger su territorio
además de hacer que actúe como una tercera parte que pudiera tomar decisiones serenas
respecto a la tragedia.

La carga que se le imponía era sorprendentemente pesada. Soltó un suspiro igualmente


pesado mientras removía su mano de su rostro.

“¿Por qué yo, sin embargo? Lo dije antes, ¿no es así? Tan pronto como tengan un demonio
y un contratista involucrados, ¿no crees que la situación simplemente va a ir para peor?”

“Sir Kaito, no es como si lo hubiéramos contactado basados en ninguna información en


absoluto. Hemos escuchado sobre el incidente con el Conde.”

“¿El Conde?”

Kaito ladeo su cabeza al costado ante la inesperada mención de un nombre de su pasado.

El Conde era un demonio que compraba niños y los usaba para llevar a cabo Gran
Guignols. Kaito había quedado envuelto en uno de sus juegos infernales, pero Neue lo
había protegido, permitiéndole escapar con su vida por poco.

No había pensado que ese incidente surgiría, ni había pensado que tendría algo que ver
con que la gente bestia confíe en él.

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Mientras signos de interrogación flotaban por el rostro de Kaito, el hombre bestia explicó.

“Antes de que pensáramos nuestro plan de contactarlo, obtuvimos algunos documentos que
se filtraron durante de la destrucción de la Capital respecto a las batallas contra los catorce
demonios. Dentro de ellos había un registro que fue adjuntado después del escapa del
Káiser detallando la batalla contra el Conde. La Torture Princess había dado un testimonio
nuevo sobre el sirviente que había estado ocultando de la Iglesia.”

“¿Sobre mí?”

Sorprendido por esa información, Kaito abrió ampliamente sus ojos. Cuando lo hizo, recordó
lo que Clueless había dicho.

“Elisabeth. Pero eres la que falló en reportar haber convocado el alma de alguien de
otro mundo, ¿no es así?”

Elisabeth había ocultado algo de—posiblemente toda—información respecto a Kaito de la


Iglesia. Pero después de la pelea contra Clueless, habían descubierto la existencia de Kaito,
y Elisabeth probablemente había sido forzada a dar un nuevo y detallado reporte sobre él.

Elisabeth nunca le había dicho a él qué contenía ese reporte.

El hombre bestia cabeza de lobo comenzó a hablar sobre sus datos.

“Parecía enfatizar el hecho de que su sirviente era un Alma Libre de Pecado, una que, en
aquel entonces, no merecía ser ejecutada. El reporte también tenía información sobre cómo
intentó rescatar niños durante la batalla contra el Conde. Parece que incluso cortó su mano
con ese fin.”

“…Seguro, pero al final, el Conde se los comió a todos. No pude salvar ni a uno solo de
ellos.”

“Aun así, peleó desesperadamente, sin hacer distinciones entre los demi-humanos y la
gente bestia entre los niños humanos. Por eso decidimos que valdría la pena tomar un
riesgo con usted. Y nuestra convicción sólo se ha intensificado al seguirlo y verlo pelear.
Perdóneme la descortesía de preguntar, pero se estaba conteniendo mientras enfrentaba a
esos guerreros humanos hace solo un momento, ¿no es así?”

“Quiero decir, sí.”

Kaito asintió francamente. No se había adaptado a su poder aún. Al parecer, era obvio para
cualquiera que sabía qué esperar que él había sido bueno con sus oponentes antes. El
hombre bestia cabeza de lobo dio un profundo asentimiento de cabeza en respuesta.

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“La diferencia entre su fuerza y la de ellos estaba a la vista. Habría sido demasiado fácil
para usted matarlos. Podría incluso haberles hecho todo tipo de crueles e innombrables
cosas a ellos. Pero eligió no hacerlo. Y no emite el sofocante aroma a oro y sangre que los
malvados. Hemos llegado a la conclusión de que es exactamente la persona como la que
hacía pasar el informe.”

“Ya veo. Bueno, si están bien con ello, entonces no tengo ningún problema. Aceptaré su
oferta. No puedo hacer ninguna promesa sobre toda la parte de comandante temporal, pero
guíenme.”

Kaito dio su respuesta. Ofreciendo ninguna interjección, Hina simplemente se presionó a sí


misma contra él sin hablar.

Los dorados ojos del hombre bestia cabeza de lobo brillaron. Rápidamente bajó su cabeza y
profesó su agradecimiento.

“¿Está seguro? Tiene nuestra gratitud y disfrutará nuestra más pura hospitalidad.”

“Voy a decir por adelantado que no sé cuán útil voy a ser. Hay algo que quiero confirmar por
mí mismo, sin embargo… ¿Te importaría llevarnos a la aldea dónde pasaron las masacres?
No soy experto, pero debería haber algo que pueda descubrir de todos modos. Oh, cierto…”

Kaito abrió su boca para hablar. Sus siguientes palabras se deslizaron por sus labios de
manera un poco demasiado natural.

Una ligera sonrisa cruzó su rostro mientras hacía su pregunta.

“… ¿Los cuerpos de la masacre todavía están donde los encontraron? Quiero echarles un
vistazo a los cadáveres.”

Su tono era alegre—demasiado alegre para las palabras que había acabado de decir.

Un momento más tarde, Kaito estaba espantado por cuán insensible había sido, y como era
de esperarse, la gente bestia estrujaron sus rostros también. Una penetrante mirada de
repugnancia se mostró rápidamente en sus ojos. Fue entonces que Kaito se dio cuenta de
cierto hecho.

Hombre, realmente soy el contratista de un demonio.

Era, sin duda, el recipiente que el Káiser había reconocido.

***

El círculo de teletransportación que la gente bestia estaba usando era diferente a los que
usaban los humanos. Los principios detrás de ambos métodos eran idénticos, pero el

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círculo de la gente bestia usaba virutas de órganos secos y un polvo hecho de sangre
deshidratada y hueso machacado.

“Es una herramienta mágica hecha de los restos de un difunto mago nuestro.”

La explicación fue dada por el hombre cabeza de lobo, cuyo nombre aparentemente era
Lute.

Al parecer, incluso las personas que sabían sobre magia podían usarlo para ir a donde
desearan. La desventaja era que se necesitaba dibujar el círculo una segunda vez cuando
se quería regresar al lugar de dónde venía. Y aunque la herramienta era conveniente, sin
duda sería tildada de contrabando en cualquier parte en la sociedad humana. Incluso
poseer tal cosa probablemente conllevaría un rígido castigo.

“La leyenda de la Santa que llevaba a Dios dentro de su cuerpo es bien célebre en nuestras
tierras también. Pero en lugar de Dios, ponemos más énfasis en la tierra y la naturaleza,
porque fomentan la vida. Hemos escapado de los afectos del Diablo, y estamos muy
apartados de las bendiciones de Dios también. Aunque tenemos la capacidad de rastrear
con el olfato y analizar residuos mágicos, aquellos entre nosotros que pueden hacer uso de
magia apropiadamente son contados. Por eso, nuestro mago pidió que sus restos sean
usados como propiedad comunal.”

“Ya veo, así es que es algo único.”

“Me alegra que entienda.”

Lute había dado su explicación con cautela, como si hubiera temido a provocar el asco de
Kaito. Kaito asintió con la cabeza. Si habían obtenido permiso del mago en cuestión,
entonces no tenía ninguna intención de hablar mal de su cultura.

Mientras los dos hablaban, los subordinados de Lute estaban trabajando arduamente
dibujando el círculo de teletransportación sobre la colina. En breve, el patrón estuvo
completo, su forma era mucho más geométrica que el tipo que usaban los magos humanos.

“Por favor, por aquí. Primero, puedo llevarlo a la aldea dónde una de las masacres tuvo
lugar. Estábamos buscando rastros que el asesino dejó hasta esta mañana, así que…los
cuerpos todavía deberían estar inalterados.”

“Muy bien, por favor hazlo.”

Lute hizo gestos para que Kaito se alineara junto a él, y eso hizo. Hina lo siguió a su lado.
Kaito espontáneamente estiró su brazo detrás de ella y la abrazó, y ella se acercó más a su
lado.

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Entonces Lute sacó una piedra escarlata del bolsillo de su pecho y la encendió como una
piedra pistola, derramando una lluvia de chispas sobre los lugares donde los órganos
rallados estaban apilados alto.

“Hoh (Una lluvia de oro), hoh (una tempestad de llama), hou (el despertar), hoh (ha llegado),
hou (ahora estalla en llamas).”

Mientras lo hacía, las llamas se dispararon alrededor de la circunferencia del círculo de


teletransportación, y una nube de arena roja y blanca comenzó a salir de su centro.

La feroz tormenta de arena bloqueó la vista de Kaito y Hina. Los dos tintes se fundieron
delante de sus ojos en patrones complejos, como una pintura de arena. La arena entonces
se endureció en una pared, se agrietó, y colapsó.

La masa roja y blanca se vino abajo en el suelo en trozos cuadrados, luego se desvaneció.

Cuando su visión regresó, Kaito se encontró de pie en la tierra de la gente bestia.

***

Así que así es como es, ¿huh?

Kaito recordó la información que había escuchado de Hina cuando los subordinados de Lute
habían estado montando el círculo de teletransportación.

El distrito de pura sangre estaba dónde los nobles gente bestia vivían. Eso era conocimiento
común, incluso entre humanos. Pero era imposible tener una sociedad con sólo una clase
alta. Se necesitaban soldados para proteger las fronteras, granjeros para labrar la tierra y
ocuparse del ganado, comerciantes para manejar el flujo de bienes, y toda clase de otras
personas. La sociedad de los hombres bestia había avanzado mucho más allá de los días
de actividades de caza para la subsistencia. Pero por lo que respecta a los humanos,
generalmente asumían que todos excepto la clase en el poder eran tratados como nada
más que posesiones.

Como resultado, la percepción del distrito de pura sangre como una “tierra de aristócratas”
había persistido incluso hasta el día de hoy.

La lógica era que limitar el número de propietarios daba lugar a negociaciones más
convenientes. Pero la aldea simple colocada ante ellos probaba que la vaga, pero
extravagante impresión de los forasteros estaba errónea.

La aldea estaba rodeada de una cerca de madera con vides tóxicas envolviéndola,
probablemente como una medida de defensa básica. Por toda la aldea, Kaito podía ver
veletas con forma de animal y amuletos de tela colgando a poca altura del suelo que hacía
claro cuánto los habitantes veneraban el viento y la tierra. Los cimientos de los edificios
eran piedra, pero casi todo lo demás estaba hecho de madera, con escamas y cuero

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pegados en los techos y puertas. Las tierras de la gente bestia estaba más al norte que
donde vivían la mayoría de los humanos, pero no estaba claro a simple vista cuánta
protección del clima ofrecían realmente los edificios. Por último, la última particularidad de la
aldea fue las burdas cadenas colocadas entre unas doce de las casas.

Afligido por inquietud, Kaito entrecerró sus ojos.

Las cadenas estaban atadas como una telaraña, y había varias piezas de juego colgando
de ellas.

Había figuras grandes, figuras medianas, y figuras tan pequeñas que podrías tener en tus
brazos.

Y todas ellas estaban llenas de moscas. Las siluetas de las figuras colgando se movían
ligeramente cada vez que los insectos se retorcían.

Fue en ese momento que Kaito notó el sofocante y familiar familia a sangre y carne en
descomposición.

Antes de que confirmara la naturaleza de las figuras, cerró sus ojos una vez. La risa
siniestramente humana del Káiser resonó en sus tímpanos. Hina se iba a poner delante de
él, pero Kaito la detuvo con un brazo mientras se preparaba a sí mismo para lo peor.

Entonces abrió sus ojos de nuevo y miró fijo la tragedia.

Como había sospechado, los colgados eran los habitantes de la aldea.

La gente bestia cabeza de zorro estaba decorando la aldea como el botín de una cacería.

Un carnaval. El resultado de una cacería de zorro.

Símiles imprudentes pasaron por la mente de Kaito. Pero al final, encontró el descriptor más
apropiado de todos.

Una masacre.

No había otra palabra que pudiera describir la horrible escena ante él.

Sangre y bilis corrían a lo largo de las cadenas y goteaba lentamente al suelo. Todas las
víctimas tenían sus estómagos arrancados hacia fuera, sus vacías cavidades abdominales
visibles desde el exterior. Mientras las larvas estaban se estaban retorciendo alrededor de
su carne.

Apretando sus puños, Kaito se acercó a los cadáveres. Levantó su vista para mirar sus
expresiones. Sus rostros estaban tiesos y llenos de una terrible sensación de angustia. La
intensidad de esa emoción no era diferente entre humanos y gente bestia.

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“Sí…estoy seguro de que debe haber sido doloroso.”

Kaito habló en voz baja. Ira y odio hacia el perpetrador desconocido brotó dentro de él. Pero
sus experiencias en vida lo habían dejado bien acostumbrado a esas emociones negativas,
y rápidamente recuperó su compostura.

Mirando atrás entre los edificios, le hizo una pregunta a Lute.

“… ¿Qué de las entrañas?”

“¿Las entrañas?”

“¿Qué les pasó a sus tripas?”

Kaito dio su pregunta con un tono desapasionado. Después de estar atónito por un
momento, Lute dudó en responder.

Kaito esperó una respuesta. Debería haber una cantidad más o menos abundante de otras
vísceras. Sin embargo, esos órganos no se veían por ningún lado. Podía distinguir poca bilis
derramada aquí y allá, pero la mayoría de ellos estaba claramente ausente.

Unos cuantos segundos después, Lute dio su dolorida respuesta.

“Me repugna solo decirlo, pero fueron todas lanzadas a un granero. No hay ninguna
escasez de personas que ridiculizan a la gente bestia por dedicarse a la zootecnia.
Llegamos a la conclusión de que la manera en que el asesino lidió con los órganos,
también, tenía como fin provocarnos.”

“¿También han sido dejados de la manera en que los encontraron?”

“Dado el estado en el que están, consideramos difícil encargarnos de ellos individualmente.


Planeando quemar todo el granero por completo más tarde.”

“Déjame echar un vistazo.”

Kaito hizo su solicitud directamente. Encorvándose, Lute le dio una angustiada advertencia.

“…Realmente es una vista espantosa, sabe.”

“Eso está bien. He visto a gente que tenía sus intestinos y cerebros fusionados mientras
todavía estaban con vida.”

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Con un asentimiento de cabeza compasivo, Lute tomó el liderazgo y comenzó a caminar.


Sin embargo, sus subordinados se quedaron congelados en su lugar. Se veía como si no
quisieran tener que ver la horripilante escena en el granero una segunda vez.

Kaito y Hina dejaron a los subordinados atrás y siguieron a Lute. Se detuvo delante de un
cobertizo junto a una pequeña granja. Después de dudar por un momento, quitó la barra
sellando la puerta.

No quiere tener que abrir la puerta él mismo.

Una vez que se dio cuenta de eso, Kaito con espontaneidad tomó la iniciativa. Cambiando
lugares con Lute, colocó su mano en la puerta.

Luego lentamente la abrió.

Moscas zumbaron ruidosamente. El hedor a sangre y carne en descomposición se volvió


sofocante.

Kaito asintió con su cabeza mientras entrecerraba sus ojos por la curiosamente apagada y
tenue luz roja.

Sí, ver esto definitivamente sería traumático si no estuvieras acostumbrado a esta


clase de cosas.

Con Hina junto a él, su mirada se fijó en el espeluznante espectáculo.

Una montaña de intestinos de gente bestia colocada entre el fango, la sangre, y el sebo
aferrándose al suelo. Intestinos devastados y estómagos pulverizados mezclados, sus
contenidos esparciéndose. El hedor que emitían era aún peor que el de los cadáveres. Los
varios bultos de carne eran tan repulsivos que era casi inimaginable pensar que una vez
habían estado dentro de personas. Tras una inspección más cercana, sin embargo, había
cosas aparte de intestinos mezcladas en el montón.

Kaito vio cabezas de cerdo y cabezas de vaca, decorando el montón como decoraciones
cómicas sobre un pastel macabro.

Kaito agarró una de las cabezas de cerdo de la oreja y la sacó. Hizo un sonido grotesco
mientras salía. Mucosidad goteó de un orificio. Después de examinar cuidadosamente la
apertura en la base de la cabeza cortada, Kaito miró hacia atrás a la montaña de intestinos.

Unos segundos después, un murmullo bajo se escapó de sus labios.

“…No hay ningún propósito para esto.”

De repente, Kaito soltó su agarre. La cabeza de cerdo cayó. Después de rebotar una vez en
el suelo, se hundió de nuevo en el mar de tripas como una pelota de goma desinflada.

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Detrás de él, Lute habló en voz alta.

“¿A qué se refiere con eso?”

“Lo que quiero decir que es que esto no es ninguna clase de provocación, mensaje, o
profanación.”

La declaración de Kaito fue firme.

Señaló las cabezas de animal mezcladas con los intestinos.

“Si quisieran darle algún tipo de significado, tenía que haber una mejor manera en la que
pudieron haber usado los cadáveres de animal. Es demasiado aleatorio, demasiado cruel
para haber sido por elección. Depende demasiado de la imaginación del espectador.”

“Pero entonces… ¿por qué usar el granero?”

“Oh, esa parte es muy simple.”

La voz de Kaito era rítmica mientras daba su respuesta. Un espectáculo en la escala del
que estaba ante él ya ni siquiera lo perturbaba.

Por eso, simplemente describió la situación como la veía.

“Había manchas en el suelo por los intestinos sacados. En otras palabras, el perpetrador
comenzó a simplemente dejar las tripas en el suelo después de que las arrancaba. Pero con
el tiempo, comenzaron a acumularse y estorbar. Esa es la razón por la que el asesino los
reunió todos y los metió en un solo lugar. Entonces los animales eran ruidosos, así que los
calló. Sé que es una manera retorcida de ponerlo, pero probablemente todo solo fue parte
de su línea de ensamblaje.”

Mientras escuchaba hablar a Kaito, el pelaje de Lute se puso de punta. Kaito se preguntó un
poco si esa era una reacción normal, o si la ira de Lute simplemente era tan tempestuosa.

Los dorados ojos de Lute se llenaron de asco mientras miraba alternadamente entre Kaito y
la asquerosa escena.

“¿Quiere…quiere decirme que esa es la razón por la que se creó esta monstruosidad?”

“Sí, probablemente. Y no tienes que mirarme así, sabes. No es como que yo fui el que lo
hizo.”

“…Ah, perdóneme. Qué grosero de mi parte.”

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

Lute apresuradamente apartó la mirada de Kaito. Pero la repulsión y el asco que había
dirigido hacia Kaito por elaborar tan diabólica conjetura todavía permanecieron en sus ojos.
Kaito, sin señalar eso, simplemente asintió con la cabeza y cerró la puerta del granero.
Luego se dirigió a las cadenas entre los edificios.

Cuando lo hizo, reanudó su análisis de los cadáveres colgados.

Los hombros de las víctimas se habían endurecido de manera extraña. Eso era debido al
hecho de que las cadenas habían sido atravesadas* en sus hombros izquierdos, luego
pasadas detrás de sus cuellos, y al final regresaron a fuera a través de sus hombros
derechos. Cada uno de ellos había perdido grandes cantidades de sangre. Y todo eso
probablemente había pasado mientras seguían con vida.

[Nt: En realidad era “run into”, esto significa “tropezar, chocar, etc,” no atravesar como tal,
pero no me sonaba bien el “habían sido chocadas con…” con este contexto. Btw, run across
sí habría sido el “atravesar”.]

“Así que quienquiera que fuera, colgó a las víctimas mientras seguían con vida, luego rasgó
sus pechos y arrancó sus acros intestinos, ¿huh?”

“Y no hay ningún daño grave en las cadenas, ¿verdad? Deben haber atravesado con un
solo golpe cada vez sin necesidad de intentarlo de nuevo.”

“No hay manera de que un humano normal pudiera usar una cadena de esa manera… Esto
debe haber sido hecho por alguien más.”

Kaito y Hina estaba susurrando entre sí. Detrás de ellos, Lute enderezó su postura. En
algún momento, sus subordinados se habían reunido también.

La gente bestia estaba en silencio, sus expresiones tensas mientras esperaban la


conclusión de Kaito.

Sé cómo se sienten.

Mientras sentía sus intensas miradas inundarlo, se dio cuenta de por qué habían pensado
que esta atrocidad había sido cometida por manos humanas. No querían creer que uno de
los suyos podría llevar a cabo un acto de violencia tan atroz, aunque significara ignorar la
realidad. Y era sólo natural querer saber el propósito tras un acto tan incomprensiblemente
salvaje.

Los testigos necesitaban que hubiera algún tipo de motivo para asumir esta tragedia.

Precisamente esa era la razón por la que la gente bestia había decidido que su enemigo
debe ser la humanidad.

E incluso hay partes en esa lógica que parecen ciertas.

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Volumen 4

Los humanos no tenían la culpa de esto. Pero tampoco era la obra de un hombre bestia.

El crimen no podría haber sido cometido por simplemente cualquiera. Y no había habido
ningún objetivo más allá de causar dolor.

Había sido perverso.

Solo era un demente y malvado crimen.

“Sé quién hizo esto.”

Entonces Kaito hizo su afirmación. Hina asintió con la cabeza silenciosamente. La gente
bestia se quedó sin habla.

“… ¿Quién diablos fue, entonces?”

Las cadenas repiqueteaban en el viento. Los cuerpos se balanceaban de un lado a otro. Las
moscas emprendieron vuelo, y la sofocante fragancia en descomposición fue llevada por el
viento.

Asaltado por cada sensación desagradable imaginable, Kaito habló.

“Fue un demonio. Estoy seguro de ello.”

Pero había una feroz contradicción entre esa respuesta y la realidad.

Se suponía que los catorce contratistas de demonios estaban muertos.

Después de todo, no había sido nadie más que Kaito mismo, junto a la Torture Princess,
quienes habían asesinado hasta el último.

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Volumen 4

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

2: Un Oponente Misterioso
El tiempo fluía sin piedad, dejando los asuntos y preocupaciones mortales detrás en su
estela.

El cielo se oscureció. La colina donde Kaito había noqueado los paladines se envolvió en
oscuridad también.

Incluso los agujeros en la tierra excavados por conflictos pasados estaban fundidos en
negro alivio. Era como si un mar azabache se hubiera extendido por toda el área, ocultando
los ataúdes y huesos en oscuras sombras y trayendo un agradable silencio a los
alrededores.

Entonces un ruido agudo resonó.

—Click, clack.

Una hermosa mujer de pie sobre la cima de la colina, sus tacones sonando como las notas
de una canción.

Era Elisabeth Le Fanu, la Torture Princess. Pasó su mirada por el área alrededor de ella,
internalizando la con un ojo desdeñoso.

“Así que aquí es a dónde fuiste, ¿eh? Escogiste aún otro desagradable y nostálgico lugar.”

Se mofó Elisabeth.

Su cabello sedoso cabello negro se agitó, como el vestido que estaba usando, el cual era
de color escarlata en el interior y se extendía más allá de su cintura. Mientras estaba sobre
la colina, comenzó a buscar anomalías. Unos cuantos segundos después, bajó una rodilla y
se arrodilló sobre el suelo. Sin mantenerse alejada de los huesos alrededor de ella en lo
más mínimo, inspeccionó el lugar dónde había notado el influjo de maná.

A primera vista, no parecía haber quedado nada. Alguien probablemente había estado a
cargo de destruir la evidencia y, como tal, había levantado cuidadosamente la tierra y
alisado. Pero concentrándose al máximo, Elisabeth descubrió un punto que estaba
manchado de tan ligeramente rojo.

“Hmm.”

Lo levantó con la punta de su dedo y lo metió en su boca. Mientras el maná persistía en su


lengua, registró sus recuerdos. Al concentrarse en una herramienta mágica particular,
escupió la tierra y ligeramente limpió su lengua sucia.

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

“Maná mezclado con el sabor de carne vieja. Sangre, hueso, y virutas de órganos. Primitivo,
pero conveniente. Había creído que se prohibía en todas las tierras humanas, así que…
Ah.”

Elisabeth soltó un profundo suspiro.

Después de recibir el aviso de la Iglesia sobre un nuevo avistamiento del contratista del
Káiser, había tomado la inusual decisión de visitar la escena ella misma. La razón por la que
lo había hecho era porque había sido un punto que había llamado su atención en el reporte
que había recibido.

Había sido en el testimonio de uno de los paladines quién aparentemente había sido
salvado después de apenas escapar con su vida.

Cuando había estado en el umbral entre sueños y conciencia, reportó tener la impresión de
haber escuchar al contratista del Káiser tener una conversación con alguien.

Había una posibilidad de que la persona a la que Kaito había estado hablando no hubiera
sido nadie más que Hina, Vlad, o el Káiser. Pero la sincronización era demasiado ominosa
para casualmente ignorarlo.

Ha pasado bastante tiempo desde que Kaito hizo su declaración de guerra en la


Capital.

A diferencia de los demonios hasta la fecha, Kaito era capaz de mantener un diálogo. Ahora
era más o menos el momento en que la gente comenzaría a darse cuenta de eso. Alguien
por fin podría haber intentado hacer contacto con él.

Eso fue lo que provocó el recelo de Elisabeth. Y parecía que sus temores habían estado
completamente en lo cierto.

Y, lo que, es más, el primero en entrar en contacto con él había sido de una raza diferente.

“La otra persona es un hombre bestia, ¿eh? Esto está resultando ser bastante irritante
ciertamente.”

Si ese era el caso, entonces ella tenía un nuevo problema con el que lidiar.

El distrito de pura sangre de la gente bestia estaba completamente prohibido. Los ojos que,
de la Iglesia no llegaban tan lejos, y Elisabeth ahora se encontraba totalmente incapaz de
perseguir a Kaito. La Torture Princess era un peón de la Iglesia, y una poderosa arma a
encender. Si fuera y traspasara los territorios de la gente bestia por su cuenta, podría muy
bien terminar desatando una guerra.

“¿En qué mierdas te has metido, Kaito? ¿Cuáles son tus intenciones?”

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Susurró Elisabeth, y la oscuridad alrededor de ella se volvía continuamente más oscura. No


hubo respuesta. Eso sólo era natural.

Hace tiempo, Kaito había intentado permanecer al lado de Elisabeth hasta el amargo final.
Pero ahora estaba en una tierra lejana.

Kaito Sena había escogido convertirse en el enemigo de la humanidad.

Y ahora la gente bestia había llegado a él.

No estaba claro cuál era el significado de eso, o cuales consecuencias traería.

La única cosa con certeza era que Kaito había escapado del alcance de Elisabeth.

“…Es absurdo.”

Mordió su labio, encolerizada. Pero la cosa que la molestaba no era la desaparición de


Kaito misma. No, el objeto de su ira era una emoción diferente que estaba brotando dentro
de ella si lo quisiera o no.

Solo había sentido una precisa sensación de alivio

ante el hecho de que era incapaz de matar a Kaito Sena.

Y como la Torture Princess, eso era algo que no podía permitir.

***

“¡Ah, achoo!”

“Oh my, ¿atrapó un resfriado? Nuestras tierras son más frías que aquellas en las que viven
los humanos. Como puede ver, estamos bendecidos con abundante pelaje. Pero ajustar la
temperatura para quedar a los gustos humanos es un área en la que nos encontramos
trágicamente deficientes. Si el fuego no cumple sus necesidades, por favor, no dude en
decir algo.”

“No, no, estoy bien. No es un resfrío. Realmente da la impresión de que alguien está
hablando sobre mí a mis espaldas, sin embargo.”

Las palabras de Lute fueron bruscas pero llenas de sincera preocupación, y la respuesta de
Kaito fue relajada.

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Volumen 4

El sol se había puesto hace mucho, y habían dejado la aldea donde la masacre había
ocurrido atrás.

Actualmente estaban en una aldea pequeña diferente, una que mostraba una hilera de
casas simples justo como la última. Su alta cerca fue creada de ramas entrelazadas, y Kaito
y los otros se juntaron alrededor de una hoguera al aire libre cerca de su entrada. Los
árboles se extendían en cada dirección. La humedad se filtraba en las sombras que los
árboles proyectaban, haciendo que el frío se hundiera en sus pieles. Sin embargo, las
fuertes llamas ayudaban mucho a repeler el frío.

Una olla llena de agua estaba sobre el fuego, y finamente rasgaba los pétalos de flor
hirviendo a fuego lento dentro de ella. En breve, el agua se tiñó de una tonalidad naranja
vívida.

Hina había estado vigilando la olla, y su uniforme maid se ondeó cuando se levantó
rápidamente.

“Muy bien, si cocino esto por más tiempo, se pondrá amargo. Rápida y cuidadosamente…
¡ahora!”

Quitando la olla de la flama, Hina sacó los marchitados y blandos pétalos. Los coloco en un
plato separado, luego rebanó algo de fruta deshidratada y la añadió a la olla. Mientras el
persistente calor los calentaba, el agua naranja comenzó a tomar un tinte rojizo. Después
de decidir que los trozos duros se habían estirado lo suficiente, comenzó a servir el
contenido de la olla en los cuencos.

“Aquí tienen, Amo Kaito y Mr. Lute. Coman.”

“Gracias, Hina.”

“Oh my, ha hecho un maravilloso trabajo con las hojas que trajimos. Sus funciones son una
maravilla, Madam Hi…na… No, perdone mi grosería. Se me había informado que es una
autómata, Madam Hina, pero debería haberme referido a usted de la misma manera que lo
haría a una persona. En mi descuido, hablé presuntuosamente. Mis disculpas. Erm…”

“Hee-hee, por favor no se preocupe. Soy la amante eterna de mi amado Amo Kaito, su fiel
compañera, su soldada, su arma, su salida de amor, su muñeca sexual, y esposa—todo
porque soy una marioneta. Y me enorgullezco mucho de ese hecho.”

Hina mostró una dulce sonrisa. Sus ojos llenos de admiración, Lute alzó su tazón.

“Bien dicho. Cualquiera sea la naturaleza de uno, ser capaz de enorgullecerse de ella es
algo hermoso. En ese caso, deseo expresar mi agradecimiento a sus funciones una vez
más.”

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Aunque estaba cantando alabanzas de Hina, Lute no llevó el tazón a su boca. Parecía que
las bestias y la gente bestia por igual favorecían sus sentidos del olfato, ya que la forma de
su boca se relajó mientras saboreaba el aroma. Al parecer, era costumbre de la gente
bestia esperar a que la comida se enfriara completamente antes de comer.

Kaito fue el primero en darle un bocado. El caldo tenía una curiosa viscosidad en él.

Una dulzura como la miel que se mezclaba con la acidez de la fruta llenó su boca. El sabor
pareció eliminar toda la fatiga de su cuerpo. Exhalando lentamente, Kaito elevó su vista al
cielo nocturno.

Mientras miraba fijamente al puñado de estrellas en la oscuridad, soltó un pequeño


comentario.

“…No veo a nadie.”

“Cierto. Y estaba tan lista para desgarrarlos miembro por miembro.”

“No he sentido a nadie sospechoso alrededor de nosotros, tampoco.”

Mientras con calma pasaban el tiempo, los tres susurraban entre ellos en voz baja. Estaban
fingiendo estar tranquilos, pero estaban inspeccionando constantemente sus alrededores.
Los subordinados de Lute estaban haciendo lo mismo.

Todos estaban esperando.

Estaban esperando para tenderle una emboscada al asesino cuando atacara una nueva
aldea.

***

Su simple pero preciso plan había sido sugerido por una fuente bastante inesperada.

“Dejemos de lado el asunto de quién es el asesino por el momento. Ahora mismo,


deberíamos concentrarnos en cómo prevenir la siguiente masacre.”

De regreso en la aldea con las víctimas colgadas, Kaito había archivado la expectativa de
identificar al responsable.

Solo porque habían descifrado que el culpable era un demonio no significaba que tenían
alguna manera concreta de detener los asesinatos. Su mayor prioridad tenía que ser evitar
que el asesino cazara más víctimas. Y para hacer eso, tenían que descifrar dónde se
llevaría a cabo el siguiente ataque. Pero, aunque Kaito había sido llamado para ayudar, sus
capacidades de investigación eran casi inexistentes. Desafortunadamente, su presencia no
estaba haciendo mucho para mejorar la situación.

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Volumen 4

Tampoco tenían el tiempo de incorporar a Kaito a las patrullas que estaban yendo de aldea
a aldea. Más víctimas indudablemente surgirían mientras tanto.

“¿Hay una manera en que pudiéramos descu…oh. Bueno, supongo que podríamos
preguntarle.”

Fue en ese momento que Kaito pensó en pedirle consejo a un hombre particular.

Específicamente, el antiguo contratista del Káiser: Vlad Le Fanu.

Después de todo, el hombre había cometido su buena parte de masacres él mismo. Su


punto de vista único podría resultar útil.

Con esa esperanza, Kaito pasó maná por la joya conteniendo la réplica del alma de Vlad.

Desmesurados pétalos cerúleos y plumas negras salieron desde dentro. Con eso como su
telón de fondo, Vlad hizo su aparición, tan elegantemente como siempre. Su pañuelo de
cuello emparejaba bien con su atuendo aristócrata, y se agitaba de lado a lado mientras
cruzaba sus piernas en el vacío aire.

“¿Tienes algún asunto conmigo, mi querido sucesor?”

“Hay algo sobre lo que quiere tu opinión. ¿Te importa?”

“Hmm… Palabras bastante alegres, viniendo de un hombre que abandona a otros a


joyas abrumadoramente aburridas una vez que han cumplido su propósito.”

“Lo siento por eso, entonces. Vuelve a entrar.”

“Déjame escucharte.”

Parecía que las quejas de Vlad sobre el aburrimiento eran bastante serias.

La gente bestia se sorprendió por la repentina aparición de—quien claramente no era


ningún santo—Vlad, aunque era solo un fantasma. Sin embargo, Kaito decidió dejar la
explicación para más tarde y en cambio le dijo a Vlad lo que había estado pasando.

Acariciando su barbilla, Vlad asintió con la cabeza pensativamente.

“Préstame un mapa.”

Algo claramente había despertado su interés, ya que miró atentamente el mapa que Kaito
sostenía. Disparó una serie de preguntas a Lute mientras señalaba varias ubicaciones.

“¿Dónde ocurrieron los pasados asesinatos? Hmm, las dietas de la gente bestia
varían de especies a especies, así que las aldeas tienden a ser homogéneas, ¿verdad?

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Volumen 4

¿Qué tipos de animales fueron las víctimas? ¿Qué, no los llames ‘animales’? Oh, deja de
preocuparte por detalles menores. Hmm, ya veo. Ahora, ¿cómo fueron asesinados?
Despellejados, atravesados, colgados… Ahora bien, ¿me hablarías sobre las especies que
viven en las aldeas en este radio? Sí, todas ellas.”

Al fin satisfecho, Vlad acarició su barbilla de nuevo.

Habiendo sido obligados a relatar los detalles de los asesinatos pasados, la fatiga se
arrastraba por los rostros de Lute y sus subordinados. Kaito en silencio juró que, si Vlad no
conseguía nada después de eso, entonces nunca lo dejaría salir de nuevo. Pero Vlad
mismo chasqueó sus dedos, su gesto rebosante de compostura.

Señaló una aldea particular con una mano enguantada de blanco.

“El siguiente ataque será aquí.”

“¿Cómo puedes saber eso?”

Kaito fue dejado atónito ante la confianza de Vlad.

Vlad señaló el mapa de nuevo, trazando un gran círculo con el sitio del ataque más reciente
en su centro.

“Oh, es simple. A primera vista, las ubicaciones de los asesinatos no parecen tener
pies ni cabeza. Pero todos son seleccionados dentro de este círculo rodeando el ataque
más reciente, ¿no es así? Creo que es bastante probable que las capacidades de
teletransportación de nuestro oponente están restringidas al diámetro de este círculo.”

“Quiero decir, aun así, esa es un área grande.”

“Correcto. Y ya habíamos calculado el rango al que nuestro enemigo se estaba


teletransportando. Pero el área es demasiado grande para reducirla a una sola aldea a la
que podría dirigirse.”

“Si ese es el caso, entonces sería mejor que cambiaran su punto de vista. Denle un
vistazo a las aldeas que han sido asesinadas hasta ahora. En orden, es gente conejo, gente
pájaro, y gente zorro. Despellejar, atravesar, y colgar. Todos han sido asesinados de
manera apropiada, pero son bastante distintos, ¿no es así?”

“No te equivocas, ¿pero y qué?”

“La aldea que marqué está tanto dentro del círculo como el hogar de la gente ciervo.
En otras palabras, una especie con una cualidad no encontrada en ninguna de las víctimas
hasta la fecha—sus astas.”

“¿Pero eso qué tiene que—?”

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Volumen 4

“¿Hmm? ¿No es obvio, mi querido sucesor? Piensa en lo que pasará después de


que sean asesinados. El nuevo espectáculo, con los cadáveres todos alineados. ¡Piensa en
todas las posibilidades que ofrecen las astas cuando los estás atormentando y usándolas
como decoración!”

Un pesado silencio descendió sobre ellos. El aire mismo parecía haberse vuelto más gélido
de repente.

Kaito no sabía qué decir, y Hina sacudió su cabeza. Lute y sus subordinados prácticamente
estaban llenos de sed de sangre. Mientras disfrutaba sus miradas sentenciosas, Vlad sonrió
dulcemente.

Entonces desvergonzadamente continuó, como si fuera sólo natural que dé una respuesta
cuando se planteaba una pregunta.

“Si fuera yo, ¡indudablemente elegiría este lugar! ¡El trabajo de línea de montaje es
mejor cuando te estás divirtiendo!”

Hombre, “impensable” ni siquiera comienza a describir la manera en que pensó en


ello… Quiero decir, lo llamé una línea de montaje, también, aun así.

Mientras bebía a sorbos su sopa de flor, Kaito reflexionó sobre los eventos anteriores.

Había momentos cuando la gente realmente debería abstenerse de decir todo lo que viene
a su mente.

Aunque se habían metido en una pequeña disputa, el grupo finalmente decidió seguir* la
hipótesis de Vlad y esperar al acecho en la aldea de la gente ciervo.

[Nt: En teoría “go off” sería “salirse, dejar de gustar, etc”, pero no creí que tuviera sentido así
que mejor pongo “seguir”.]

Aunque la gente bestia cabeza de ciervo fue dejada atónita por la llegada tanto de la
guardia nacional como visitantes de otra raza, los dejaron entrar de todos modos. A pesar
de su confusión, incluso habían intentado mostrarles a sus invitados una cálida bienvenida.
Pero Kaito y los otros los habían rechazado, en cambio les ordenaron no salir afuera esa
noche a menos que se les diera la señal de huida.

Entonces, después de llevar a cabo una reunión sobre sus rutas y planes, ocuparon sus
posiciones junto a la entrada frontal de la aldea.

Al principio, Kaito se había preocupado por ese hecho y había preguntado si estaba bien
que estuvieran afuera al aire libre. Pero según Vlad, sus preocupaciones eran infundadas.

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Volumen 4

“Nuestro oponente claramente será descuidado. ¡Después de todo, si fuera a


encontrarse con una patrulla, simplemente podría destruir por completo las nimiedades
hasta el último hombre! Esta vez, sin embargo, aquellos que estaban condenados a
convertirse en presa han traído consigo el contratista del Káiser. Y nuestro oponente no es
consciente de ese hecho. Por eso, nuestra presencia debería tener poco efecto en cómo
nuestro oponente se mueve. ¡Ponte en marcha y enfréntalo con valentía! ¡Esa es la manera
apropiada en que un tirano debe comportarse!”

Vlad, de hecho, había sido útil. Pero sus desconsiderados comentarios hacia la gente bestia
habían cruzado la línea.

Actualmente, había sido metido en su joya una vez más. Se había estado retorciendo en
disgusto por algún tiempo ya. Pero Kaito despreocupadamente ignoró las quejas de Vlad.

Todo está perfecto si su intuición está en lo cierto, pero…si no, más gente va a
morir.

Ansioso, Kaito le dio un vistazo a Lute. Sus ojos dorados estaban llenos de una tensión tan
feroz que parecía que podría dejar de respirar. Lute había aceptado la propuesta de Kaito y
Vlad. Pero no había sido nada más que un consenso de su parte, ya que no se le había
ocurrido nada más efectivo. Kaito lo sabía.

Lute había sido el que lo invitó. Pero eso definitivamente no significaba que confiaba en
Kaito y sus acompañantes. Les había prometido hospitalidad, pero la situación no estaba ni
cerca de ser lo suficientemente pacífica para simplemente confiar en la palabra de un
forastero.

Dado que me invitaron como un comandante invitado, un miembro de la noble tiene


que estar detrás de ello. No sé cuán monolíticos son la gente bestia, pero si no hay otra
opción, tiene que ser alguien que al menos esté involucrado en sus políticas nacionales.

Aun así, no sabía quién era esa persona. Por ese asunto, ni siquiera lo habían llevado a su
cuartel general o le dijeron algo más allá de los detalles de los asesinatos. Y a pesar de
todo eso, lo estaban haciendo hacer trabajo de campo peligroso para ellos.

Si la promesa de Kaito de ayudar resultaba no ser de ninguna utilidad, Lute y sus hombres
probablemente no estaban planeando darle nada de información adicional.

En cierto sentido, podría decirse que estaban tomando ventaja de su buena voluntad. Pero,
aunque se diera cuenta de eso, no lo hacía sentirse particularmente incómodo.

Después de todo, simplemente soy un fugitivo ahora mismo. Preferiría mucho ser de
utilidad para alguien que correr por ahí sin rumbo fijo e intentar encontrar algún lugar para
esconderse.

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Kaito no tenía ningún deseo de ser explotado en algún esquema y pasar a estar envuelto en
una controversia internacional. Comparado con eso, dormir afuera con el fin de atrapar a un
asesino serial era pan comido.

Además, la inquietud que Lute y sus hombres estaban sintiendo era genuina. Querían
resolver la situación desde el fondo de sus corazones.

Y el hecho de que un gran número de gente bestia había sido brutalmente asesinado era
cierto también.

Dado todo eso, no tenía ninguna razón para no prestarles su ayuda.

Pero lo que me está molestando es…

¿Por qué un demonio estaba haciendo esto? Se suponía que todos estaban muertos. ¿Un
nuevo contratista había aparecido?

O podría ser que…

Con respecto a esto último, Kaito sacudió su cabeza e interrumpió esa ilación. Enlistar
descuidadamente las posibilidades no le haría ningún bien. Cualquier asunto involucrando a
los demonios rápidamente sobrepasaba expectativas racionales.

Ahora mismo, necesitaba concentrarse en el peligro directamente delante de él.

Mientras cambiaba el asunto en su mente, se bebió de un sorbo el resto de la sopa floral.


Su tazón estaba vacío, y los ojos de Hina brillaron cuando vio eso. Levantó su mano con el
vigor de un cachorro meneando su cola.

“¡Amo Kaito, Amo Kaito! ¡La segunda porción que tu leal Hina hizo está por aquí, mi amor!”

“¿Podría comer más, entonces, darling*?”

[Nt: Suena más lindo, ¿apoko no? Anyway, “cielo”.]

“¡Por supuesto! ¡Lo serviré junto a una abundante porción de amor!”

Hina sonreía mientras tomaba el tazón de Kaito. Mientras observaba su intercambio, Lute
mostró una expresión estupefacta. Después de un momento, sin embargo, exclamó con
admiración.

“O por… qué apasionados. ¿Podría ser que ustedes dos no son amo y sirvienta, sino
amantes?”

“Estamos casados, en realidad.”

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“¡Eeeeeeeeeeeeeeeeeeek! ¡Mi corazón está palpitando tan duro que podría simplemente
morir!”

Al escuchar la respuesta inmediata de Kaito, el rostro de Hina se sonrojó. Colocando sus


manos en sus mejillas, comenzó a retorcerse de un lado para otro. Lute quedaba más y
más desconcertado.

“O-Oh. Eso me recuerda, Madam Hina, se acaba de referirse a usted misma como su
esposa. Ya veo. ¿Así que Madam Hina, la autómata, es su esposa, entonces, Sir Kaito?”

“¿Por qué? ¿Eso es raro?”

Kaito planteó la pregunta. Lute había reaccionado con asco y repulsión a algunas de las
cosas que él y Vlad habían dicho y hecho. Y la gente bestia veneraba la naturaleza, así que
no había ninguna garantía de que no sentirían hostilidad hacia los autómatas. Kaito se dio
por vencido, sin esperar algo al estilo de una respuesta favorable. Pero para su sorpresa,
Lute sacudió violentamente su cabeza de un lado al otro.

“¡No, no en lo más mínimo!”

Kaito se asombró un poco ante cuán insistente parecía Lute.

Definitivamente no parecía estar mintiendo. Extrañamente tímido, Lute aclaró su garganta.

“Ahem, la cosa es, verán… Mi esposa es tanto una década menor que yo y una mujer
cabra. Es una chica hermosa con un corazón puro que ama el viento y la tierra…pero como
pueden ver, soy un hombre lobo. No encontramos cantidad pequeña de antagonismo
antecediendo a nuestro matrimonio. Soy muy afortunado de que mi amo es alguien de
mente abierta, y que mis subordinados se llevan tan bien con mi esposa. Hasta este día, sin
embargo, hay quienes hablan pésimamente de nosotros a nuestras espaldas.”

“¡Mi dios, qué terrible! ¡Me enoja mucho* cuando las personas se interponen en el amor
mutuo!”

[Nt: Funny fact, se puede tomar como algo con doble sentido porque en inglés es “grinds my
gears” o “tritura mis engranajes”, y con lo de que Hina es una autómata...lo sé, conozco la
salida.]

“Gracias por sus amables palabras. En verdad es una mujer compasiva. En ese aspecto,
veo poca diferencia entre ustedes dos, y claramente tienen mucho afecto por el otro. ¡Creo
que ambos son maravillosos para el otro!”

Con eso, Lute le dio una palmada a su pecho. Kaito involuntariamente suavizó su expresión.

Las mejillas de Hina se estaban poniendo más y más rojas, y estaba girando sus dedos sin
propósito en el aire.

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Volumen 4

“¿’Maravillosos para el otro’? Oh my… Aunque es verdad que el Amo Kaito y yo somos un
par excepcionalmente predestinado, y que fuimos vinculados por el destino en el momento
en que el mundo se creó, escucharlo decir eso hace que me sienta bastante tímida. ¡Eek!”

“Sí, escucharte decir eso me hace muy feliz. Apuesto a que tu esposa es feliz, también, de
tener un esposo que piensa con tanto cariño en ella.”

La expresión feliz de Kaito y la timidez de Hina parecían ser contagiosas. Lute se rio
avergonzado mientras se rascaba la cabeza.

“¡Ahora, hey, ustedes! ¡¿Qué creen que están haciendo, escuchándonos tan atentamente?!”

“¡Qué suerte tiene, Capitán, pudiendo fanfarronear sobre su esposa a alguien nuevo!”

“¡Todos nosotros hemos escuchado hasta la última de sus historias un millón de veces ya,
después de todo!”

“¡Cállense! Ahem… Cielos, sin embargo, qué sorpresa, ser capaz de intimar con otro
esposo devoto así.”

“Sí, lo mismo va para mí.”

Kaito asintió con la cabeza. La sonrisa de Lute alcanzó sus ojos dorados mientras
susurraba suavemente.

“Verá, a nosotros la gente bestia no nos gustan mucho las mentiras. Así que, siendo muy
honesto, había pensado que usted era un hombre bastante desalmado. Pero en el fondo,
parece que es un caballero compasivo después de todo.”

Kaito se encontró parpadeando ante cuán inesperado había sido el comentario.

La cola roja de Lute se mecía suavemente mientras continuaba lentamente.

“Cuando vinimos a invitarlo, a propósito, le di unas cuantas razones para que nos prestara
su asistencia. Ni siquiera mencioné ofrecer remuneraciones por su consejo militar. Pero a
pesar de todo eso, vino con nosotros de todos modos. Para serle sincero, habíamos sido
preparados para una negociación mucho más larga.”

“¿En serio? Espera, ¿acabo de perder totalmente la oportunidad de obtener información de


ustedes*?”

[Nt: Una pequeña aclaración: “miss a chance” se entiende como no usar la oportunidad de
hacerlo, o desaprovechar la oportunidad, por eso Lute le dice lo de que tenían pensado algo
por si Kaito intentaba sacar algo.]

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Volumen 4

“Teníamos varios ases bajo la manga para usar si usted lo intentaba. Pero si hubiéramos
tenido que usarlos, probablemente no estaríamos compartiendo esta fogata como lo
hacemos ahora. Cuando se invita al contratista de un demonio, mucho cuidado debe
tomarse en evaluar su carácter. O eso había pensado, en todo caso, pero parece que la
impresión de usted que obtuvimos de la batalla contra al Conde resultó válida.”

Lute le mostró una ligera sonrisa, a la cual Kaito respondió con un fuerte asentimiento de
cabeza.

Como había pensado, Lute y sus hombres no planeaban ofrecer ninguna información
respecto a la gente bestia. Aun así, sin embargo, parecía que su comportamiento dispuesto
le había ganado algún favor. Parecían tener más confianza en él de lo que había esperado.

Ese solo hecho hizo que Kaito se alegrara en verdad.

Lute levantó su tazón e intentó ocultar su timidez. Vació completamente la sopa floral fría,
entonces habló.

“Por cierto, Mrs. Sena, ¿podría molestarla por una segunda porción?”

“¡Eeeeeee! ¡Me llamó ‘Mrs. Sena’! ¡Me llamó ‘Mrs. Sena’! ¡Por eso, puede tener tantas
recargas como quiera!”

“Espera, Hina, espera. Estamos emboscando aquí, no podemos beber demasiado, o—


¿huh?”

Entonces Kaito se quedó callado.

Algo estaba brillando cerca al borde de su visión. Tras una inspección más detallada, la luz
de la luna se estaba relajando en algo en la línea de árboles. Pero no había nada natural
que debería haber destellar así a altas alturas de la noche en el bosque.

Todo estaba completamente en silencio, la vivaz atmósfera de hace un momento


habiéndose desvanecido como un recuerdo distante.

Primero Hina, luego Lute se pusieron de pie. Kaito se levantó también.

Entonces miró la “cosa.”

“… ¿Qué es eso?”

No se veía como un humano ni como una bestia.

De hecho, no se veía vivo en absoluto.

***

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

A primera vista, se veía como una araña plateada.

O, quizás, una mejor manera de ponerlo sería describirlo como una compleja masa de
basura.

Kaito entrecerró los ojos. Lo que sea que fuera que había aparecido de la oscuridad, estaba
hecho de una serie de piezas adheridas de metal. Pero, aunque tenía ocho patas, su forma
básica era como la de un insecto o un crustáceo. Sin embargo, las placas de metal que
constituían su cuerpo constantemente se movían y retorcían mientras brillaban. El hecho de
que su exterior estaba sufriendo constantemente cambios mínimos hacía que su apariencia
fuera completamente diferente a la de cualquier criatura encontrada en la naturaleza.

Kaito involuntariamente hurgó en sus recuerdos en busca de algo similar a lo que


compararla.

De repente, un viejo recuerdo pasó por su mente. Su profesor de escuela primaria había
disfrutado las visitas a los museos de arte, y Kaito recordó el contenido de una pieza que su
profesor había descrito con entusiasmo durante el recreo un día.

…Arte de vanguardia.

La pintura había sido una obra de arte metida en material inorgánico que fue diseñado para
ridiculizar a los vivos.

Esa es la cosa más cercana que se le ocurrió para describir la entidad ante él. Pero no
había razón para que existiera en este mundo, por no hablar de dentro de los territorios de
la gente bestia. Probablemente era similar a un subordinado que alguien había creado.

Mientras vigilantemente ordenaba sus pensamientos, Kaito sintió una sensación de


inquietud.

Todos los subordinados hasta ahora han sido animales extrañamente grandes y
gente horriblemente deformada.

Los subordinados eran, fundamentalmente, criaturas vivas que habían sufrido terribles
transformaciones. Por eso, sin importar cuán espantosos se volvían, normalmente se
parecían a sus formas originales, más o menos. Pero la cosa que estaba viendo ahora era
demasiado extraña para ser una simple mutación.

Simplemente era demasiado inorgánica. Y estaba emitiendo demasiado poder para ser
clasificada como un familiar.

¿Pero entonces qué diablos es?

Kaito se encontraba desconcertado.

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Volumen 4

Entonces la cosa—la cual probablemente se parecía más a una máquina que a una obra de
arte de vanguardia—comenzó a moverse.

Inmediatamente se volvió extrañamente borroso cuando los trozos de metal constituyendo


su cuerpo comenzaron a vibrar de forma audible. Entonces, como si hubiera recibido alguna
clase de orden, extendió sus ocho patas ampliamente.

Se veía casi como un enorme lirio plateado sobre un campo herboso.

Entonces se desvaneció.

“… ¿Huh?”

Kaito perdió la vista de su oponente. Al mismo tiempo, su brazo se movió. Su bestial brazo
izquierdo prácticamente se movió por su cuenta para seguir el camino que la cosa plateada
había tomado. Sus afiladas garras se enterraron y atrapó la máquina voladora.

Chispas volaron, como si dos espadas hubieran acabado de chocar.

Después de evaluar la situación, se dio cuenta de que su brazo estaba entumecido.

Era muy, muy pesado.

Kaito soltó un grito desde las profundidades de su diafragma.

“¡Hrrragh!”

Usando toda su fuerza, bajó el brazo con el que había atrapado la pierna de la cosa.

La máquina por poco chocó contra el suelo. Justo antes de que hiciera impacto, sin
embargo, emitió un ruido de golpeteo y reorganizó su cuerpo. Sus anteriormente
enderezadas patas se juntaron de repente*. Se doblaron cuidadosamente, reduciendo el
impacto y permitiendo a la máquina hacer un aterrizaje limpio.

[Nt: Fue lo que se me ocurrió, pero era “sprang joints”.]

—¡Screeeee, scraaaaaw!

Soltó un agudo ruido similar a un rugido.

Hina atacada mente corrió al lado de Kaito. Se giró hacia ella, entonces hizo una pregunta.

“Hina, ¿sabes qué es esa cosa?”

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

“Lo siento mucho. Mi Dispositivo de Auto-Grabación no contiene ninguna información sobre


algo parecido a eso. No es un autómata, y no es el mismo tipo de constructo de los
dispositivos de comunicación de la Iglesia. ¿Qué podría ser?”

“¡Oh-ho! ¡Ahora hay una sorpresa!”

Una voz grave resonó desde algún lugar bastante inesperado. Los ojos de Kaito se abrieron
de par en par. Era raro que algo sonsacara una respuesta del Káiser. Con su cuerpo
todavía oculto, el sabueso supremo se rio divertido.

“¡Pues, si no es Deus Ex Machina! ¡Seguramente no esperaba ver eso en una tierra


como esta!”

“—Espera, ¿qué acabas de decir?”

Kaito frunció el ceño ante el extraño eco. Sin embargo, no tenía tiempo para estarse de
brazos cruzados haciendo preguntas.

El estridente ruido resonó una vez más.

—¡Screeeee, scraaaaaw!

La máquina cayó al suelo. Su torso no se movió tanto cuando sus ocho patas comenzaron
rápidamente a dar vueltas. Lanzando barro en cada dirección, se abrió camino en la tierra.

Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, la máquina desapareció de la superficie.

“…Cavó.”

“Amo Kaito, te imploro que te quedes dentro de un rango del que pueda defenderte.

Todo su grupo inspeccionó sus alrededores. Por un momento, el área estaba en silencio.
Las hojas en los árboles crujían tan suavemente.

Entonces el suelo explotó. La máquina salió volando, sus ocho patas se juntaron para
formar una lanza.

Tan rápida que parecía que parecía haber sido disparada de una catapulta mientras se
precipitaba hacia Lute.

“¡Capitán!”

“¡Estoy bien!”

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

Sin necesidad de que le dijeran, ya había anticipado que podría ser atacado. Mientras
respondía con calma a su subordinado, Lute se lanzó al suelo. Mientras se preparaba para
el impacto, preparó su arma y soltó un grito.

“¡Pagarás por las atrocidades que has cometido a nuestra gente! ¡Comenzando con esas
patas tuyas!”

Mientras alzaba su apasionado grito de batalla, Lute hundió su espada. Probablemente ya


había supuesto que su arma no la atravesaría, así que, en lugar de cortar la máquina, usó
toda su espada para golpearla.

Un fuerte ruido resonó. Su ataque había asestado limpiamente a la máquina. Pero mientras
Kaito observaba, se quedó atónito. Aunque la máquina había sido alcanzada por el intenso
golpe de Lute, estaba solo flotando casualmente en el aire.

Sus piernas aumentaron aún más, y aquellas extremidades se enroscaron alrededor de la


espada de Lute.

“¡Rgh!”

“¡Lute!”

Kaito intentó chasquear sus dedos.

Antes de que pudiera, sin embargo, un elegante y explosivo golpe aterrizó directamente en
el torso de la máquina.

“¡Hiyah!”

El dobladillo del uniforme de maid de Hina se agitó en el viento mientras atacaba con su ax
kick*.

[Nt: Es un movimiento de artes marciales, básicamente es mandar la pierna hacia arriba y


luego bajarla con fuerza para golpear. Para más información consulte con Google-sensei.]

El sonido del metal raspado hizo eco desde dónde la planta de su pie había conectado con
la máquina.

Después de resistirse por un segundo, la máquina se fue volando, espada y todo. Se


estrelló fuertemente con un árbol. El tronco del árbol se dobló, chirrió, luego rompió,
cayendo al suelo con un ruido estruendoso en medio de un pilar de humo.

“¡Por favor, recobra la compostura! ¡No quieres que tu esposa esté de luto por ti!”

“¡Ah, qué bochornosa! ¡Juro regresar el favor!”

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Mientras respondía la reprimenda de Hina, Lute intentó ajustar su agarre en su espada. Sin
embargo, había sido mandada a volar junto a la máquina. Sus oídos se cayeron sin fuerza.
Pero sacudió su cabeza vigorosamente, y se pusieron de vuelta de inmediato. Habiendo
recuperado su circunspección, le dirigió un agudo grito a sus tropas.

“¡Una espada de repuesto!”

“¡Aquí!”

Uno de ellos sacó una espada nueva de su equipaje y se la lanzó. Al atraparla, Lute asintió
con la cabeza y desenvainó su nueva arma de su funda en un amplio movimiento.

Mientras lo hacía, la máquina se puso en pie de nuevo. Aparentemente aturdida, comenzó a


juntar sus placas de metal plateadas.

—¡Screeeee, scraaaaaw!

Destruirla con fuerza bruta tomará tiempo. Si incluso podemos, es decir.

Habiendo llegado a esa conclusión, Kaito limpió el sudor aferrándose a su frente. Si fueran
capaces de fijarla en un lugar, probablemente lograrían conseguir la victoria. Pero si lo peor
ocurre y exitosamente cava su camino a la aldea, otra tragedia estaba destinada a
desarrollarse.

La pregunta, entonces, era cómo terminar la batalla rápida y decididamente.

Kaito se devanó los sesos en busca del método que parecía más efectivo. Luego de repente
recordó la existencia de cierta entidad.

Espera, es cierto. He visto algo similar a esa cosa, y no es solo el arte de


vanguardia.

Durante el corto periodo de tiempo en el que había asistido a la escuela, había visto uno de
los jefes en un videojuego que su compañero de clase había estado jugando. Había estado
compuesto de unos tablones, y su compañero de clase había usado una variedad de armas
para destruirlo.

El jefe había sido poderoso. Pero individualmente, los tablones no eran nada especial.

Abruptamente, Kaito habló.

“Káiser.”

“…”

“¡Káiser!”

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“¿Por qué estás causando ese barullo? Un amo tan indigno como tú debería tener
cuidado de no llamar tan frívolamente.”

“Voy a detener esa cosa. Préstame tu poder.”

Con eso, Kaito hizo su solicitud. El Káiser se mofó irritado. Entonces soltó su risa como
humana.

“Ha, sí, cómo no. Esa cosa no tiene nada que ver con demonios. Y destruirla haría
poco para ejemplificar mi fuerza. ¿Por qué, entonces, debería tomarme la molestia de
prestarte mis colmillos?”

“… ¿No tiene nada que ver con demonios?”

Las palabras del Káiser no fueron solo inesperadas; llegaron como un shock legítimo.

Puesto de otra manera, significaban que la cosa ante ellos no era ni un subordinado ni un
familiar. Pero no era un humano, una bestia, o un espíritu, tampoco.

¿Qué, en ese caso, podría ser quizás?”

… ¿”Deus Ex Machina”?

Así la había llamado el Káiser.

Kaito no podía permitirse mantenerse a oscuras con respecto a la máquina. Necesitaba


descubrir qué era. Pero, aunque sus instintos estaban decían ese hecho a gritos,
temporalmente tragó sus preguntas.

Ahora mismo, tengo que concentrarme en eliminar el enemigo delante de mí.

Con ese objetivo en mente, le dio voz a una consulta diferente.

“Respóndeme esto. Esa cosa es bastante fuerte, pero los trozos de metal de los que está
hecha no son particularmente resistentes… ¿verdad?”

“Algo así, supongo. Puedo ver poder morando en cada una de sus piezas, pero sólo
al juntarse como una colonia pueden demostrar su fuerza. Pero tanto si la cortas como si la
golpeas, destruir su metal con el tuyo probablemente no sea tarea fácil. Y tengo poco deseo
de comer algo tan duro. Ahora bien, ¿qué pretendes hacer?”

“Para ser honesto, todavía no soy particularmente genial con la magia. Pero tengo un
método que definitivamente la golpeará y debería ser efectivo, además.”

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Kaito hizo su afirmación. El Káiser se quedó en silencio por unos segundos. Finalmente, sin
embargo, pareció entender.

Habiendo especulado el método en el que Kaito estaba pensando, el Káiser finalmente


tomó un tono interesado.

“Ya veo. Como siempre, la manera en la cual piensa me deja inseguro en cuanto a si
eres un demente o un tonto. ¿Así que qué quieres que haga?”

“Solo tengo una solicitud. Necesito que me lleves ahí con tanta exactitud como puedas.”

“Hmm–––––––––––––––––––––––––muy bien, supongo.”

Considerando el largo tiempo que había tomado en consideración, su tono era bastante
indiferente, aunque había accedido a ayudar.

Todo el tiempo, la máquina había estado determinando el nuevo arreglo para sus placas de
metal. Cambios mínimos estaban sucediendo sobre su espalda arácnida. En un abrir y
cerrar de ojos, había ganado un conjunto de alas similares a las de aeroplano.

Parecía que la corazonada de Kaito había sido acertada.

Entre más tiempo continuara la pelea, más grande su rango de ataque se volvería.

Oscilando sus placas de metal una por una, la cosa voló alto en el cielo. Hina se preparó
para arrojar su alabarda tras ella. Pero Kaito la detuvo con una mano. Con una expresión
confundida, se detuvo.

“Amo, si puedo, ¿por—”

Mientras estaba en medio de hacer su pregunta, el Káiser se materializó junto a Kaito. El


sabueso podría cambiar su forma a su antojo, pero por el momento, había elegido
permanecer tan alto como dos hombres adultos.

Mientras se encorvaba, el Káiser pronunció un murmullo lánguido.

“Supongo que no me importa lanzarte de mi boca.”

Al momento siguiente, mordió el cuello de Kaito y lo lanzó en el aire.

La máquina estaba haciendo silenciosamente su descenso desde lo alto cuando Kaito voló
precisamente delante de él.

Su uniforme militar se ondeaba mientras bloqueaba el camino de la máquina. Parecía que


no había anticipado sus acciones, tampoco, así que no interceptó su vuelo. Sin embargo,
alcanzó una de sus sesiones como de antena y espontáneamente atravesó a Kaito.

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Su extremidad encontró poca resistencia mientras perforaba su carne y hueso.

“¡Amo Kaito!”

“¡Rayos!”

Hina gritó, y Lute miró a Kaito asombrado. Un momento después, sin embargo, un asomo*
de alivio se esparció por el rostro de Hina.

[Nt: Se me ocurrió por “asomo de duda”, pero en teoría sería “tajada fina” o sea, algo muy
reducido, como cuando dicen “un rayo de luz”.]

Kaito le había dado un asentimiento de cabeza. El Káiser estaría en problemas si su


contratista moría. El lanzamiento había sido altamente preciso, y la parte que había sido
apuñalada fue el hombro derecho de Kaito. Dados todos esos hechos, la vida de Kaito no
estaba en mucho peligro.

¡Buen lanzamiento, Káiser!

Entonces Kaito se volvió hacia la máquina y se agarró a su antena con su brazo izquierdo
bestial. Abriendo su herida a propósito, arrancó un trozo de su carne.

Sangre salió a chorros, y pasando el rojo y rico en maná líquido por todo el cuerpo de la
máquina.

Cuando lo hizo, su sangre comenzó a filtrarse en los espacios entre las láminas de metal.

Después de verificar que había hecho lo que necesitaba, soltó la antena. Chasqueó sus
dedos cuando comenzó a hacer su descenso.

“La (overflow*).”

[Nt: Desbordar.]

Instantáneamente, su sangre se transformó en agua. Luego, usando el dolor y maná de


Kaito como su combustible, el agua comenzó a aumentar.

Mientras se expandía, el agua llenó y se presionó contra los huecos entre las placas de
metal. La presión interna resultó ser demasiado para que soportara la máquina. Las
conexiones entre las láminas se desmoronaron en un instante.

El agua aprovechó esa oportunidad para congelarse.

La máquina había sido transformada en un trozo esférico de hielo. Sus láminas de metal,
separadas y hechas un desastre, fueron aprisionadas dentro. El bloque de hielo se

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derrumbó sobre el suelo herboso con un thunk. No mostró ninguna señal de que se movería
de nuevo.

A simple vista, las láminas individuales de metal no tenían individualmente poder suficiente
para liberarse del hielo de Kaito después de todo.

“¡Lo tengo!”

Kaito asintió satisfecho. Nadie excepto él había sido herido. Había sido capaz de mantener
el número de víctimas al mínimo, justo como había planeado. Hina probablemente estaría
furiosa, sin embargo. Se dio la vuelta, teniendo intención de disculparse con ella.

Cuando lo hizo, vio a Lute cargando hacia él con la ferocidad de un toro rabioso.

“¡Usteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeed!”

“Bueno, eso es una sorpresa.”

Incluso estaba soltando un grito encolerizado por alguna razón. Kaito parpadeó
rápidamente.

Todo el pelaje en el cuerpo de Lute estaba erizándose mientras agarraba el brazo de Kaito,
y permaneció de esa manera mientras inspeccionaba la herida de Kaito. Al ver la vasta
cantidad de sangre chorreando, les gritó órdenes a sus subordinados.

“¡Traigan los vendajes y la pomada mágica! ¡Rápido!”

“E-Estoy bien. Realmente no necesitas ir tan lejos. Más o menos puedo usar magia de
curación yo mismo, así que…”

“Aun así, ¿solo qué cree que está haciendo? ¡Delante de su esposa! ¡Difícilmente creo que
alguien que se enorgullece de ser un esposo devoto debería causarle a su esposa tal
ansiedad!”

Le gritó Lute. Kaito asintió con la cabeza, entendiendo de repente. Pero parecía que eso no
era la única razón de su ira. Lute se rascó violentamente su cabeza, como para demostrar
cuán irritado estaba.

“¡Maldita sea cuán inútil soy! ¡Pensar que arriesgaría su vida por nosotros así! ¡¿Cómo se
supone que devuelva tal amabilidad?!”

Aunque estaba claramente enfadado, Lute parecía estarse sintiendo algo avergonzado.
Kaito no sabía qué decir. Si le dijera a Lute que no se preocupara al respecto,
indudablemente tendría el efecto opuesto.

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Para empezar, una vez rechazó la pomada mágica que los subordinados de Lute le habían
traído; la gente bestia tenía pocos magos entre sus números, así que probablemente era
bastante valiosa para ellos. En cambio, aplicó magia de sanación a su hombre él mismo.

La herida se cerró sin problema. Pero después de ver la manera en que la piel de Kaito se
había cerrado, Lute hizo una propuesta.

“Deberíamos visitar nuestro cuartel general. Sería mejor hacer que eso sea revisado por un
especialista médico, solo para no correr riesgos.”

“Lo aprecio, pero… ¿realmente está bien que me lleves allí?”

“¡Por favor! ¡Me duele que piense que somos monstruos tan insensibles! ¡Sepa esto, Sir
Kaito! ¡Nuestra gente se enorgullece mucho más reparando deudas que los humanos!”

Visiblemente indignado, Lute soltó un grito que parecía ligeramente grosero para los
humanos.

Sus subordinados apresuradamente se pusieron a trabajar dibujando un círculo de


teletransportación sobre la tierra herboso. Basado en cuán rápido habían reaccionado, no
parecía que alguno de ellos se opusiera a la idea. Al parecer, la conducta de Kaito había
producido efectos inesperados.

Parece que confían en mí ahora, supongo… Huh.

Mientras estaba ahí perplejo, varios de la gente bestia con las manos vacías se acercaron al
bloque de hielo.

No tenían manera de saber si la máquina había estado sola, así que no había manera de
que pudieran desaprovechar esta oportunidad de reunir información importante sobre su
oponente. Pero después de consultar con sus camaradas, un solo lobo gris con una
complexión robusta se desprendió del grupo y se alejó del hielo.

Mientras se acercaba a Kaito, le habló con preocupación.

“Puede que esté sellada, pero ¿su herida no sigue doliendo? Aquí, deme su mano.”

“No, no, puedo caminar por— ¡Hwah!”

“Aunque estamos agradecidos por tu preocupación, los dos estaremos bien por nuestra
cuenta. Llevaré al Amo Kaito.”

“¿H-Hina?”

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Antes de que hubiera tenido oportunidad de reaccionar, Hina lo había alzado en brazos y
estaba llevándolo debajo de su brazo. Mientras colgaba abrazado por su delgado brazo, sus
ojos se movían de un lado a otro.

El lobo gris le dio una sonrisa compasiva y una corta reverencia. Entonces, claramente no
queriendo involucrarse en una pelea de pareja, rápidamente los dejó solos.

Kaito tímidamente levantó su vista al rostro de Hina. Sus labios torneados estaban
fruncidos.

Sin mirar hacia él, murmuró en voz baja.

“Por ahora, no diré nada. Pero Amo Kaito, que sepas que tengo la intención de enojarme
contigo bastante más tarde.”

“Yo lo, uh, lo siento. En serio, lo siento.”

Kaito instintivamente se desplomó. Una risa humana resonó en lo profundo de sus


tímpanos.

“Sabes, me encuentro pensando esto de manera un poco frecuente, pero en cuanto


a humanos hombres, realmente eres bastante patético.”

Kaito, a su favor, intentó ofrecer una refutación. Pero en el momento en que abrió su boca,
Hina arrancó a correr hacia los hombres que habían acabado de dibujar su círculo de
teletransportación. Después de casi morder su lengua, Kaito decidió callarse.

Mientras su esposa lo llevaba a toda velocidad, le echó una mirada de soslayo al bloque de
hielo.

Entonces, de repente, se dio cuenta de algo.

Deus Ex Machina.

Había visto algo similar desde que llegó a este mundo.

The Boondock Saints*.

[Nt: Referencia al vol 3 cap 3: El Arma De La Iglesia.]

Un titán de cuchillas que sólo la Torture Princess podía crear.

…Así es como se veía esa cosa.

Sin embargo, en cuanto a descifrar todo lo que ello significaba, Kaito no tenía la menor idea.

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3: Un Breve Indulto
La Torture Princess había regresado una vez más a su castillo sobre su colina de piedra
escarpada.

Su liso cabello negro se extendía por sus sábanas mientras dormía.

Después de todo, no había nada que necesitara hacer por ahora, ni, para el caso, algo que
pudiera hacer.

Su objetivo, el contratista del Kaiser, estaba actualmente en tierras no humanas, un lugar al


que no podía aventurarse sin cuidado. Desde que había descubierto ese hecho, había
estado gastando su tiempo ociosamente. Pero, aunque estaba acostada, Elisabeth no
estaba, de hecho, dormida.

Estaba encontrando el ensordecedor silencio en sus oídos, dejándola incapaz de obtener


algún descanso.

Y así, mientras yace en su cama, los eventos del pasado burbujeaban* en su mente.

[Nt: Básicamente hacerse obvios y evidentes, o más fuertes.]

Una vez, Elisabeth Le Fanu se había mantenido en silencio entre un torrente rabioso de
burlas.

Habiendo sido forzada a llevar una camisa de fuerza y estar en la plaza pública, se había
encontrado sujeta a una aterradora cantidad de odio. Y antes de eso, su angosta y estrecha
celda había sido tan silenciosa que había una posibilidad de que hubiera tenido un efecto en
su psique.

Incluso después de que la Iglesia le había devuelto su castillo, todavía no tenía a nadie con
quien hablar.

Hasta el día que convocó un Alma Libre de Pecado como un sirviente para imponerle varias
tareas del hogar y responsabilidades.

“¿Quién habría pensado que terminaría consiguiendo a alguien de otro mundo?”

El tono de Elisabeth era sardónico. Había sido una coincidencia de proporciones


astronómicas, una que lindaba con un milagro. Pero la manera en que la veía ahora,
difícilmente había terminado siendo una alegre.

Después de todo, Kaito Sena era un descomunal tonto.

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Era un hombre estúpido, impensablemente bueno, y poseedor de un inigualable sentido de


terquedad. Por el bien de alguien completamente indigna de ser salvada por él, incluso
había hecho un contrato con un demonio y soportado indescriptible dolor.

Si alguien le preguntara a Elisabeth qué pensaba de su comportamiento, probablemente lo


describiría como el acto más estúpido que alguien hubiera cometido alguna vez.

“Sabes, realmente fuiste la única que me salvó.”

Eso fue lo que Kaito Sena le había dicho. Había invocado su alma por la fuerza cuando todo
lo que él había querido era morir, lo metió en una cacería de demonios, y deformó su
destino, y él le había agradecido.

“La única que me salvó de ese infierno fue la Torture Princess. Solo tú, Elisabeth Le
Fanu.”

Qué realmente, realmente lamentable hombre eres.

Consideró algo, y no por primera vez.

Kaito Sena era como un chucho leal. Y porque había estado hambriento, herido, y
temblando, no importaba cómo la persona que lo recogiera y lo acogiera lo tratara. Él
pensaría altamente en ella de todos modos.

Era verdad que había algunos aspectos alegres en su nueva vida. Había conocido a Hina,
por ejemplo. Pero era ridículo pensar en alguien como tu salvador solo porque te lanzó unos
trozos de pan de arena cuando estabas hambriento.

Debido a su propio infortunio, Kaito Sena había encontrado valor en alguien que no debió.

Y si eso no era merecedor de ser llamado lamentable, ¿entonces qué podría serlo?

Incluso había invitado a una cita, ¡por Dios bendito!

Le había dicho que, aunque todos los demás la despreciaran, la mantendría en más alta
estima que cualquier otra persona en el mundo.

“Qué tonto es. Qué incompetente e irreversible tonto. El idiota más grande en todo el
mundo.”

“Me gusta mucho.”

“Por el bien de esa persona, podría hacer o convertirme en lo que sea.”

Entonces Kaito Sena había elegido convertirse en un enemigo de todo el mundo.

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El mero chico humano normal que no sabía nada de magia lo había hecho tan
inocentemente.

En cierto sentido, había sido como un niño admirando a un héroe. Así de trivial había sido
su motivo.

Elisabeth apretó sus dientes. Luego, como un niño, se enroscó en una bola.

El opresivo silencio alrededor de ella persistió, haciendo que su gélida habitación se sintiera
como el interior de un féretro. Nada en ella se movía. Nada en ella cambió. Pero entonces,
de repente, sufrió una transformación.

Algún tipo de agradable aroma se elevó.

En realidad, era bastante humeante.

Incluso podía escuchar el sonido de algo chisporroteando.

“…Espera. Espera un momento, ahora.”

Elisabeth se levantó de golpe de su cama.

Un vigoroso fuego estaba ardiendo directamente ante sus ojos.

“¡¿Un incendio?!”

“¡Oh-ho, veo que ha despertado! Nada se está quemando, no—¡es una espléndida fogata!”

Alguien estaba sentado delante del fuego, dándose la vuelta para responder sobresalto. Su
rostro estaba oculto debajo de su harapienta capa negra, y estaba suavemente agitando un
abanico. Sobre el fuego estaba un enorme corte de carne colgando de un par de trípodes.

Gotas de grasa estaba goteando de su cuidadosamente abrasada superficie.

“¿Qué diablos crees que estás haciendo, Butcher?”

“¡Pues, estoy asando algo de carne en el castillo de alguien más!”

“Y pensar, incluso te diste cuenta de que pertenecía a alguien más.”

Elisabeth instintivamente entrecerró sus ojos exasperada.

Desde que el Marquis había destruido sus postigos, la ventana de su habitación había sido
dejada abierta perpetuamente. El humo estaba yendo a la deriva a través de ella,
encontrando su manera de salir. Pero la ventilación que proporcionaba había sido lo único

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se interponía entre ella y ser la víctima de un asesinato. La afable risa del Butcher hizo
completamente confuso si el Butcher se había enterado de ese hecho.

“Debo decir, sin embargo. ¡Escuché el rumor de la conmoción en la Capital! ‘Qué terrible,’
pensé, y después de lidiar con esto y eso, y aprovisionarme de algunas cosas, ¡vine aquí
como una flecha!”

“La flecha más lenta que hubo alguna vez.”

“De todos modos, Madam Elisabeth, me atrevo a decir que no ha estado comiendo algo
decente desde esa algarabía, ¿eh?”

El tono del Butcher no tembló ni una nota* mientras continuaba. Los hombros de Elisabeth
se contrajeron.

[Nt: Básicamente, fue directa o algo así, jamás había escuchado de ese phrasal (waver a
note) y no hay info en la net :c.]

Estaba completamente en lo cierto. Ella era, por naturaleza, una glotona y una golosa. Pero
desde que Kaito y Hina se habían ido, sólo había consumido la cantidad mínima
indispensable de sustento necesaria para sobrevivir.

Sin inmutarse por su falta de respuesta, el Butcher siguió girando el enorme trozo de carne.
Después de ajustar su posición, asintió con la cabeza, satisfecho. Luego elegantemente lo
roció con sal desde una altura peculiarmente alta en el aire.

“Oh-ho-ho-ho-ho, ¡mis carnes son las más finas que hay! ¡Llenas de amor y valentía, nunca
te decepcionarán! ¡Cómelas y tu coraje se multiplicará un millón de veces! ¡Como siempre,
soy tu amigable Butcher local! ¡Oh-ho-ho-ho-ho!”

“Hey, Butcher. Para el canto. Es espantoso.”

“Mi dios, ¿cómo podría decir tal cosa? ¡Mi voz tiene el timbre de un encantador pájaro
bebé!”

“Es posible que el mundo nunca sepa de dónde viene esa confianza tuya. Y con esto último,
¿por qué demonios estás traspasando mi castillo?”

“Como le dije a Mr. Dim-Witted Servant y a Ms. Lovely Maid una vez antes, me causa
mucha alegría cuando grita cuán exquisito es algo. Permitir que un cliente mío pase hambre
mancharía mi honor como comerciante.”

El Butcher dijo con una calma persistente. Elisabeth miró silenciosamente su espalda.

Entonces recordó una escena de hace un tiempo.

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En el bar en la Capital, Kaito le había ofrecido un tazón de gachas, un tazón que se había
esforzado bastante por traerle a ella. “Imaginé que podrías tener hambre,” le había dicho a
la Torture Princess.

Elisabeth le hizo una deprimida pregunta al Butcher.

“… ¿Y esa fue tu única razón para venir?”

“Pues, sí. Eso, y nada más.”

El Butcher asintió de manera solemne, y Elisabeth se encontró sin habla. Las llamas emitían
luces cegadoras mientras crujían y explotaban.

Mientras revisaba para asegurarse de que la carne había sido cocinada apropiadamente, el
Butcher continuó.

“Sin importar lo que nos traigan los tiempos, uno siempre debe recordar comer. Eso es lo
que significa estar con vida, sabe. Y es el deber de un comerciante entregar las provisiones
para una comida. Y, además, la carne siempre es tan espléndida. Incluso cuando uno se
siente solitario, algo de buena comida hará que Y, la gente se recupere de inmediato.”

“¿Y simplemente quién es que estás diciendo que se siente solo, por favor dime?”

“Oh my, no, simplemente estaba relatando mis propias experiencias. El tiempo que se pasa
solo tiende a pasar de manera siniestramente lenta.”

Mientras sacudía su cabeza, el Butcher clavó una brocheta de hierro en el trozo de carne.
Cuando sacó la brocheta, líquido claro salió a chorros. Satisfecho con el estado de la carne,
la bajó de la llama.

Luego, agarrándola del hueso, la sostuvo en el aire triunfantemente.

“¡Y aquí la tiene!”

“Hmm.”

“Y my, qué sorpresa, ¡qué deleite! ¡Brazo de troll a la parrilla!”

“¿Estás seguro que no quisiste decir ‘¡Qué espanto!’?”

“¡Ya, ya, coma!”

No desanimado en lo más mínimo por la ocurrencia de Elisabeth, el Butcher le entregó la


carne mientras se sentaba de piernas cruzadas en la cama. La tomó, no obstante, con algo
de desaliento. Jugos sustanciosos comenzaron a gotear sobre sus sábanas.

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“Hmm… Hmhm…”

Elisabeth miró atentamente el trozo de carne. Ahora que lo examinaba más de cerca,
realmente parecía ser un brazo de troll. No parecía, ni por asomo, apetitoso. Pero la piel fue
cocinada crujiente y jugosa, y estaba soltando un aroma completamente razonable.

Y por encima de todo, el Butcher estaba de pie delante de ella y prácticamente lleno de
entusiasmo.

Instintivamente, miró de lado a lado. Pero para su infortunio y enfado moderado, no había
nadie presente aparte de ella para ofrecer réplicas. El despliegue de cuchillos descansando
en el mapa en el muro destellaban en vano.

Preparándose, Elisabeth abrió bien su boca y metió la carne.

Entonces la escupió con sorprendente vigor.

“¡Es repugnante!”

“¡¿Quéeeeeee?!”

El juicio de Elisabeth fue inmediato, y el Butcher saltó arriba y abajo para protestar.

Frunció su ceño tanto como podía. De mal humor, comenzó a enlistar sus impresiones.

“¡La piel es aromática y crujiente, y su áspera y salvaje textura es medio decente! ¡Pero el
sabor, el elemento crucial, es completamente raro! ¡No es como la carne de res, ni es como
el cerdo, pollo, cabra, u oveja! ¡¿Qué hace que posea este extraño y turbio sabor?! ¡No
encuentro palabras para describirlo aparte de como a troll!”

“Hmm, bueno, es troll, después de todo.”

“¡Si tuviera que describirlo con un color, diría que sabía verde*!”

[Nt: Es común que usen el “taste green” en vinos para decir que las uvas fueron recogidas
antes de estar en su punto. Aquí es como que sabe crudo, más o menos.]

Llena de ira como estaba, Elisabeth no dejó de comer. La sensación de comida abriéndose
paso en su estómago vacío era increíblemente agradable. Infló sus mejillas con carne,
quejándose todo el tiempo.

“¡Por qué, debería, tener, que, comer, algo, tan, repugnante?!”

Justo como uno habría esperado, la carne de troll realmente, realmente tenía un extraño
sabor.

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Volumen 4

Mientras devoraba la carne, recordó sus hábitos de comida de antaño.

Todo lo que Hina había hecho había sido exquisito. Y aunque la cocina de Kaito era
generalmente terrible, el purin que hacía, si no hay otra opción, era perfección. Pero ahora
estaba mordisqueando un brazo de troll, sola.

¿Qué demonios ha pasado conmigo?

Elisabeth mordió la piel, arrancó la carne, e hizo trizas los tendones con sus dientes.

Todo el tiempo, se estaba poniendo más y más furiosa continuamente.

¡Olvida toda esta tontería sobre enemigos y aliados, matar y salvar! ¡Hay un asunto
que muy seguramente tiene prioridad!

Kaito Sena había decidido convertirse en un enemigo del mundo. Diciendo que era por el
bien de Elisabeth, había tomado a Hina he ido sin consultar con nadie más. Luego había
comenzado a caminar el camino de una figura destinada a ser injuriada y maldecida.

¿Quién, exactamente, se supone que se beneficiaba de ese resultado?

Ahora que pensaba en ello fríamente, había incontables cosas que le quería decir a los dos.

Su corazón estaba lleno hasta al borde con una aterradora cantidad de quejas y
comentarios abusivos que quería lanzarles.

Pero más que nada, necesitaba darle un sólido golpe a Kaito en el rostro.

Luego necesitaba pedirle que le diera un descanso y pusiera fin a su estupidez.

Sí—todo lo demás puede ir después de eso.

La Iglesia le había ordenado a Elisabeth Le Fanu matar a Kaito Sena.

Tenía ciertas convicciones que serían inmutables. Pero Kaito probablemente no se rendiría,
tampoco. Sin importar cuán duro intentaran luchar contra su destino, al final, llegar a los
golpes con el otro era el único camino abierto para ellos. Ella tenía el deber de matar al
enemigo del mundo. Pero antes de que se entregara a ese trágico destino, iba a darle una
firme patada en el trasero* a Kaito.

[Nt: También puede referirse a algo que le haga mejorar su comportamiento.]

Ahora no era el momento para estarse sintiendo alegre de que hubiera dejado los territorios
humanos, ni era momento para estar durmiendo.

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Volumen 4

Su oponente era el sirviente más tonto en todo el mundo. Necesitaba hacer lo que se debe
hacer.

Y con esa idea en mente, Elisabeth se tragó lo último de la carne.

“¡CHAAAH!”

Nada permaneció aparte del espléndido hueso. Con excelente forma, lo mantuvo alto y lo
arrojó. Giro por el aire mientras salía por la ventana.

El hueso brillaba mientras se desvanecía de la vista.

Con los puños apretados y su expresión contorsionada por la ira, Elisabeth gritó.

“¡Maldito seas! ¡Por qué debería ser forzada a comer algo tan repugnante! ¡Y por qué mis
pensamientos deben estar rellenados de tal aflicción! No te perdonaré por esto, Kaito,
bastardo. ¡Te cazaré y tendré tu cabeza!”

“Hmm, parece como si las probabilidades de que Mr. Servant conozca un deceso prematuro
se han elevado un poco, ¿no es así…?”

El Butcher cruzó sus brazos. La indignación y sed de sangre de Elisabeth estaban


desbordándose ante sus propios ojos.

Luego, alegrado por el hecho de que parecía haber recuperado su vigor, cuando menos,
metió la mano en su costal y sacó un fresco trozo de carne.

“My, my, my, ¿qué tenemos aquí? ¡Pues, es una cola de dragón!”

“¿Esta tontería otra vez?”

Y con eso, por primera vez en un largo tiempo, el castillo de Elisabeth se sentía vivo de
nuevo.

***

“… ¡¿Qué diablos es un sabor ‘como a troll’?!”

“¡Oh, Amo Kaito!, ¡estás despierto! ¿Qué pasa?”

“Qu—oh, lo siento, Hina. Supongo que solo estaba teniendo un sueño extraño.”

Kaito presionó su frente. Parecía que se había quedado dormido en algún momento. Por
eso, y porque había gastado suficiente de su propio maná que la sangre de Elisabeth había
empezado a surtir efecto, había visto alguna clase de sueño extraño. Pasó un momento
reflexionando qué significado la frase sabor como a troll podría tal vez tener.

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Volumen 4

Luego lentamente se incorporó, alejando su atención del sueño a sus alrededores.

La habitación en la que se encontraba estaba hecha de madera, y tenía varias camas


alineadas dentro de ella. No estaba claro cómo las habían arrancado, pero sus muros
tenían auténticas vides, y su techo mostraba una variedad de delicadas flores rosa.

La estructura de la habitación claramente había sido diseñada para poner en el lugar


protagónico la belleza de la naturaleza.

La fragancia de las flores también parecía tener un efecto esterilizante. Su aroma era dulce,
pero tenía un escozor también.

Hina estaba sentada sobre una silla de mimbre a su lado. Por otro lado, a su lado había una
persona cabra llevando guantes y una máscara de tela higiénica.

Entonces notó los gruesos vendajes envueltos alrededor de su hombro. El sanador gente
bestia le dio un ligero asentimiento de cabeza.

“La herida se había sellado casi completamente antes de que siquiera comenzara el
tratamiento. Muy impresionante. Pero su piel era escasa en algunos lugares, así que
apliqué hierbas para ayudar a acelerar su recuperación. Se desmayó debido a la deficiencia
de maná y algo de leve fatiga. Debería estar mejor ahora. Siéntase libre de levantarse y
moverse cuando guste.”

“¡Oh, Amo Kaito, gracias a Dios! ¡Menos mal!”

Hina extendió sus brazos y apretó a Kaito con un fuerte abrazo. Desconcertado, miró al
sanador.

La persona cabra, que era más como una mujer cabra dado el tamaño y forma de sus
cuernos, le ofreció una sonrisa cariñosa.

“Le dije que no era nada por lo que preocuparse, sabe. Pero, aun así, su esposa esperó a
su lado al borde de las lágrimas, sin dejarlo solo por un momento. ¿Tiene algo que le
gustaría decirle?”

“Lo siento, Hina. Supongo que realmente te di un susto, ¿huh?”

Kaito suavemente le regresó su abrazo, repetidamente acariciando la espalda de su


esposa.

Mientras poco a poco ella se calmaba, Kaito hurgó sus recuerdos.

Entonces, uh… Definitivamente recuerdo subirme a ese círculo de teletransportación


que Lute y los otros dibujaron…

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Después de que lo hizo, habían viajado a un precioso edificio artesanalmente


confeccionado de manera y piedra de color. Según Lute y los otros, era una de las
residencias secundarias de la familia real. Luego habían guiado a Kaito a la enfermería que
había sido establecida en una de las habitaciones.

Al obedecer la instrucción del sanador y acostarse en una cama, inmediatamente se había


desmayado.

“Espera un minuto, ¿una residencia secundaria de la familia real?”

Kaito abrió sus ojos. Esto no era solo algún hospital al que lo habían traído.

Nervioso, decidió bajarse de la cama. Pero se encontró incapaz de moverse.

En algún momento, Hina había anclado sus delgados brazos firmemente alrededor de él.

“Um, uh… ¿Hina querida?”

“¿Sí*, Amo Kaito? Creo que te dije que tenía la intención de enojarme bastante contigo más
tarde.”

[Nt: Lo dice con algo de énfasis.]

Parece que su frustración no era solo habladuría. El rostro de Kaito se puso rígido. Pero
entonces Hina aflojando sus brazos. Después de dar un paso atrás, lo miró con una
penetrante mirada.

Entonces hizo su dolorida solicitud.

“¿No te lo he dicho? Cuando te vas por tu cuenta y haces cosas peligrosas, mi amor…
¿Tienes alguna idea de cuanto esa determinación tuya me hace querer matar mi inepto
ser?”

El rostro de Hina se contorsionó, justo como lo había hecho cuando los dos tuvieron su
pelea en el castillo. Inmensurable dolor estaba brotando dentro de sus enjoyados ojos. Su
expresión hacía clara cuanta preocupación por su novio había estado carcomiendo su
corazón.

Afectado por la comprensión, Kaito estiró sus brazos. Abrazó a Hina con fuerza.

Era la mejor opción que teníamos.

Eso era algo que todavía creía con todo el corazón.

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No era el mismo hombre que había sido una vez. Si necesitaba la ayuda de Hina, no tenía
ningún problema en pedirla. Y esta vez, no lo había hecho. Eso era todo lo que había sido.
Pero también se dio cuenta por qué Hina no encontraba esa respuesta satisfactoria.

Eran una pareja. Habían prometido volverse una familia.

No había ninguna excusa para herirla de la manera que él lo había hecho.

“Hina, realmente, realmente lo siento—¿huh? ¿Soy solo yo, o me estás estrujando de


nuevo?”

“Hee-hee-hee, parece que todavía necesitas algo de regaño. Pero, um, ¿Ms. Healer? ¿Amo
Kaito está lo suficientemente estable para mantener conversaciones largas?”

“Oh, sí, mucho. Y para pacientes propensos a la temeridad, ser regañado por un familiar a
menudo es la mejor medicina. Por favor, no se preocupe por mí. Adelante y sea tan dura
con él como quiera.”

“¿Qué clase de doctora es?”

Había sido emboscado desde una dirección completamente inesperada.

Hina acercó sus labios al oído de Kaito, luego sopló suavemente en el lóbulo de su oreja.

Un escalofrío recorrió su cuerpo, y Hina comenzó a susurrar de forma seductora palabras


duras.

“¿Me estás escuchando, Amo Kaito? Las batallas constantemente provocan


acontecimientos inesperados. Pero incluso cuando el tiempo es esencial. Te prohíbo actuar
por tu cuenta. Incluso con la destreza que has conseguido en la magia, todavía no tienes
prácticamente nada de experiencia de combate. Soy tu espada y tu escudo, y deberías
hacer uso de mí cuando sea posible.”

Hina expuso sus argumentos con seriedad. Sus contenidos eran sólidos, y más que
razonables en eso. Kaito también se sintió un poco como que le estaban lavando el cerebro.
Cerca del final, todo lo que encontró que podía decir fue, “Lo siento. No lo haré de nuevo.”

Entonces la puerta de madera se abrió. Un soldado hombre lobo metió su nariz en el


espacio y olfateó.

“Sir Kaito, ¿cómo se siente? Había escuchado que había despertado—oh, mis disculpas,
parezco estar entrometiendo me.”

“¡No, no, no te estás entrometiendo! ¡Ven a salvarme, Lute!”

“Disculpe. ¿Se necesita en la necesidad de asistencia?”

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Kaito gritó un grito agitado. Lute entró a la enfermería, su cabeza ladeada al costado
confundido.

Hina de mala gana se alejó de Kaito. Luego, después de aclarar su garganta, levantó la
fruta que había sido dejada al lado de la cama de Kaito. Deslizando un cuchillo de su puño*,
comenzó a pelarla.

[Nt: No sé si así le llamen en todo lado, pero sería como la parte de las mangas...creo.]

Después de escuchar lo que los dos tenían para decir, Lute se echó a reír.

“¡Ah-ha-ha-ha! Bueno, si eso no es amor mutuo para usted. ¡Qué alivio que sus heridas no
resultaran ser algo demasiado serio! Parece que su esposa ya lo regaño por su temeridad,
así que supongo que no hay mucha razón para que diga más en ese frente.”

“Oh sí. Me dio un buen sermón.”

“Realmente sólo se tiene a usted mismo para culpar. Siempre que soy herido, mi
encantadora esposa aquí se pone igual de molesta.”

“¡Espera, ¿esta es tu esposa?!”

Kaito soltó un grito histérico a su pesar. Su boca todavía oculta bajo tela, la sanadora mujer
cabra lo saludó con la mano. El gesto fue juguetón, pero su expresión era tan estoica como
siempre. Al parecer, la esposa de Lute era una persona mucho más sensata de lo que Kaito
había imaginado que sería.

Después de sonreír ampliamente y regresar su saludo, Lute se giró hacia Kaito.

“Ahem. Ahora bien, Sir Kaito, si no tiene ninguna objeción, hay alguien a quien me gustaría
que conociera.”

“¿’Alguien’?”

Kaito repitió la palabra que Lute había dicho, confundido. Fue entonces que recordó el
alucinante hecho de que actualmente estaban en una de las residencias secundarias de la
familia real. Por instinto corrigió su postura. Mientras lo hacía, Hina llevó un trozo de fruta a
su boca. “Di ‘aah,’ Amo Kaito.” Incapaz de negarse, mordisqueó ruidosamente la blanca
pulpa.

Aunque la situación había tomado un giro para lo cómico, Kaito todavía pudo distinguir
claramente las siguientes palabras de Lute.

“Lady Vyade Ula Forstlast. Mi ama, y la segunda princesa imperial del Forest King.”

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Volumen 4

***

La gente bestia tenía tres reyes.

Eran los progenitores de toda la gente bestia: el Forest King*, un antiguo lobo; el Water
King, un ciervo blanco; y el Wind King, un enorme halcón.

[Nt: Rey del Bosque, Rey del Agua, y Rey del viento respectivamente.]

Cuando el mundo había sido rehecho, la Santa le había orado a Dios y creado las tres
bestias intersexuales. Sus niños solo eran tan diversos como el resto de las bestias, y
trabajaron para aumentar la población de gente bestia y proteger la tierra que se les había
otorgado.

Desde entonces, los tres habían seguido viviendo. Su existencia era una de las principales
razones por la que la fe en la Santa no había encontrado mucha popularidad entre la gente
bestia—vivían bajo la protección de seres de leyenda hasta este mismo día.

Por eso, era sólo natural que no veneraran la Santa al grado en que lo hacían los humanos.

En el presente, los tres reyes vivían y comían juntos, herbívoro y carnívoros por igual, con el
fin de prevenir conflicto inter-gente bestia, actúan como símbolos de unidad, y preservan la
paz. Pero, aunque todavía contribuían a la sociedad, los tres habían cedido el poder.

Habían reinado desde tiempos inmemoriales. Pero ya no gobernaban.

En cambio, habían elegido varios miembros de cada tribu y los asignaron como realeza,
concediéndoles autoridad y dejándoles los asuntos de políticas nacionales a ellos.

Y un miembro de esta nobleza era Vyade Ula Forstlast, la segunda princesa imperial del
Forest King.

El poder que ejercía era menos que el del primer príncipe imperial o la primera princesa
imperial. Sin embargo, tenía un ejército privado con el fin de lidiar con asuntos de seguridad
pública, y la manera en que había usado sus fondos para mantener los pueblos bajo su
supervisión y gestionar los sistemas evitando que los ríos se desbordaran le habían ganado
el alias del Wise Wolf*.

[Nt: Sabia Loba.]

De hecho, el ferviente apoyo que recibía de la población superaba el de incluso el primer


príncipe imperial.

Y en este momento, estaba sentada directamente delante de Kaito.

¿Cómo diablos las cosas siquiera llegaron a este punto?

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Delante de su majestuoso semblante, la mente de Kaito daba vueltas.

La iluminación en toda la sala de audiencias era tenue. Además, las cortinas delicadamente
bordadas de la habitación emitían sombras extravagantes sobre las escaleras que llevaban
al trono. Su gran diseño floral era precioso, pero al mismo tiempo, poseía la misma
solemnidad que una gran y envejecida bestia tendría. Ocultas detrás de ellas, sin embargo,
acechaban varias presencias peligrosas.

Varios soldados estaban en posición de firmes, las armas listas. Su nerviosismo era
palpable.

No puedes culparlos, dado que su ama se está enfrentando cara a cara con el
contratista de un demonio.

En alerta máxima pero aparentemente indefensa a primera vista, Vyade estaba sobre el
tronó y sonreía.

Era una mujer lobo, y una con pelaje tan blanco como la nieve recién caída*. El interior de
sus oídos triangulares eran un precioso tono de rosado, y una corona de flores estaba
posada entre ellas. Sus codos estaban colocados encima de reposabrazos hermosamente
arreglados. Justo como las cortinas, las capas de tela que estaba usando estaban
delicadamente bordadas también. Cuando Kaito se inclinó delante de ella, suavemente le
habló.

[Nt: “As the driven snow” también podría usarse para referirse a algo que jamás ha sido
tocado antes, un símbolo de pureza, pero eso es en otros contextos y momentos uwu.]

“Un placer conocerlo, Sir Kaito Sena, nuestro visitante de otro mundo. Deseo expresar mi
gratitud por sus esfuerzos previos.”

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“Sí, uh, ma’am. ¿Es…un gran honor?”

“No hay necesidad de ser tan formal. Nunca soñaríamos con forzar nuestra etiqueta a un
visitante de otra raza, mucho menos uno de otro mundo. Por favor, estese tranquilo.”

Las palabras de Vyade fueron amables. Incluso después de que le dijeron eso, sin
embargo, Kaito se trabó con su respuesta.

Debido a sus experiencias en su vida pasada, Kaito tenía cierta cantidad de desconfianza y
antipatía hacia la autoridad pública. Pero el nerviosismo que esta mujer estaba provocando
en él era de otro tipo completamente. Era la primera vez que Kaito se había encontrado
preguntándose si realmente estaba bien que alguien como él le estuviera hablando a una
persona de su estatus.

Supongo que realmente hay lugares donde puedes encontrar personas que han sido
aristócratas todas sus vidas.

“¿O podría ser que no está acostumbrado a la gente bestia? Si ese es el problema,
entonces, aquí.”

Un fuerte y chasquido resonó. El aire delante de Kaito comenzó a cambiar gradualmente.

Una suave fragancia se elevó, y el estrés de los soldados se volvió aún más notable.

Sin importar si quería o no, Kaito inmediatamente sintió lo que había pasado.

Vyade había bajado del trono y estaba actualmente encorvándose delante de él. Mientras
sentía pánico sobre qué era lo mejor a hacer, rápidamente encontró que su mano había
sido tomada. Una mano lobuna—una que, muy similar a la de un humano, tenía cinco
dedos largos—estaba envuelta alrededor de la suya. Estaba cubierta de suave y blanco
pelaje y tenía una almohadilla en medio de su palma.

Si se le permitiera a Kaito ser completamente franco, era un poco blanda y se sentía algo
agradable.

“¿Qué le parece?”

Vyade le dio una pequeña risa. Dejado completamente atónito, Kaito levantó su rostro.

Su mirada se encontró con un hermoso par de ojos. Vyade le mostró una cálida sonrisa.

“Ah, finalmente me mira a los ojos. Realmente debo agradecerle, sabe. Peleó por el bien de
nuestra gente, sin siquiera dudar en recibir heridas. Con respecto a usted…”

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De repente, desvió su mirada a su lado. Mientras lo hacía, Kaito recibió un shock. Hina
estaba observando a Vyade agarrar su mano, y la mirada en sus ojos era aterradora. Kaito
estalló en sudor frío. Pero Vyade simplemente dio una pequeña risita, antes de estirar su
otra mano hacia Hina. Luego acarició la mejilla de Hina como uno consolaría un niño.

“Debo agradecerle también, Madam Hina. Tus esfuerzos fueron esenciales.”

“Yo—¡Yo soy la maid de mi amado Amo Kaito! Todo fue obra del Amo Kaito, así que…no
soy merecedora de sus amables palabras.”

“Hmm. Ahora que los dos han sido lo suficientemente amables de mirarme, hablemos de lo
que está por venir.”

Vyade ligeramente se puso de pie. Luego, con los elásticos pasos de una joven, regresó al
trono. Pero tan pronto como reanudó su legítimo asiento, se envolvió una vez más en
majestuosidad y dignidad.

Mientras la observaba, Kaito se encontró perplejo.

Vyade era una mujer lobo que emitía una extraña impresión. Parecía tanto una adolescente
como una mujer de más de un siglo de edad.

Los humanos difícilmente tenían problemas para medir la edad de la gente bestia en
general, pero la suya era aún más enigmática.

Entonces los miró con la seriedad apropiada de la segunda princesa imperial del Forest
King.

“Hemos removido cuidadosamente esas láminas de metal del interior del bloque de hielo y
hecho algunas pruebas en ellas. Sin embargo, en este momento, nuestra tecnología está
resultando insuficiente para determinar mucho, aparte del hecho de que su material parece
imposible de reproducir. Encuentro improbable que dedicamos mucha información útil de las
muestras restantes en el futuro, tampoco. Y todavía no tenemos ninguna garantía de que
sólo una de esas cosas exista.”

“Sí, pensé en eso, también. Incluso si cambia su forma, no hay manera de que cometiera
todas esas masacres sin ayuda.”

“Por consiguiente, deseo pedir su continua estadía y cooperación hasta que podamos
manifestar definitivamente que hemos puesto un alto a las masacres. Necesitamos
determinar la verdadera naturaleza de esa cosa y, si tiene uno, quién es su amo.”

Al escuchar lo que Vyade tenía que decir, Kaito entrecerró sus ojos.

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Esa sin duda era la razón por lo que había usado métodos de apariencia tan inocente para
demostrar su afecto por ellos. Había estado intencionalmente hacer que Kaito y Hina
sintieran un vínculo hacia la gente bestia.

Dependiendo de a qué amo sirva esa cosa, podrían incluso haber tenido la intención
de iniciar una guerra entre estos tipos y los humanos.

Después de unos segundos de deliberación, Kaito eligió sus palabras cuidadosamente.

“Sabe, realmente creo que esa cosa vino de un demonio.”

El Káiser había declarado que no tenía nada que ver con los demonios. Pero Kaito estaba
deliberadamente manteniendo ese hecho para sí mismo.

Había decidido que necesitaba hacer lo que sea que pudiera para evitar que estallara una
guerra.

Aunque parecía que había adivinado sus verdaderas intenciones, Vyade respondió con un
asentimiento de cabeza tranquilo.

“Sin importar de qué raza originalmente provenga, el contratista de un demonio es un


enemigo de todo lo que vive en este mundo. Si nuestro oponente en verdad es un nuevo
contratista, tendremos que enviar aviso al lado humano también. En verdad, necesitamos
descifrar qué era esa cosa, y rápido. Usted mismo puede que sea un contratista también,
pero su alma es una orgullosa. Por prestarnos ayuda sin lastimar a nadie, Sir Kaito, es un
gran amigo para nosotros ciertamente. Le pedimos que siga prestándonos su fuerza en el
futuro; ¿qué dice?”

Vyade sonrió, como para incentivar una respuesta favorable. Aunque no estaba claro si la
sonrisa misma era genuina o no, la seguridad y confianza que contenía eran claras. Kaito
asintió. Genuina o no, su elección era la misma.

Estaba demasiado claro lo que tenía que hacer.

“Pararé las matanzas y descubriré quién es realmente nuestro enemigo. Y hasta que
terminemos, le daré toda la ayuda que necesites.”

“Tiene nuestra gratitud. Por ahora, eso será más que suficiente. Una vez que terminemos,
dependiendo de cómo terminen las cosas, podemos negociar desde ahí. Pero en cuanto a
hoy, estoy segura de que están cansados. Fia, ¿les mostrarías el camino?”

Una camarera* cabeza de conejo de pie cerca asintió. Sus orejas se cayeron mientras se
inclinaba ante Kaito y Hina, después de lo cual hizo un gesto para que se levantaran.

[Nt: Es camera personal de una reina.]

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Los dos dieron reverencias profundas a Vyade, luego siguieron a Fia.

La suave voz de la princesa imperial les habló a sus espaldas.

“Espero que ambos crean en mí, Sir Kaito y Madam Hina, cuando digo que deseo que
seamos amigos cercanos. Y deseamos permanecer como buenos vecinos para los
humanos también. Precisamente por eso debemos sofocar esta inquietante situación.”

“No se preocupe, Su Alteza. Le creemos.”

Kaito le dio una respuesta cortés. Y en verdad, sospechaba que todo lo que ella había dicho
había sido cierto.

Mientras Fia los guiaba por el edificio, Kaito pensó en lo que Lute le había dicho. Al parecer,
la segunda princesa imperial era un individuo tranquilo y sensato. Eso era un claro contraste
de la primera princesa imperial y el tercer príncipe imperial, ambos quienes supuestamente
eran de sangre caliente y obsesionados con expandir los territorios de la gente bestia.

Vyade, la segunda princesa imperial, no les había informado a los dos las matanzas. Esa
precisamente era la razón por la que había necesitado llamar a Kaito, una tercera parte,
para actuar como su peón. El hecho del asunto era, ella había hecho el detener las
masacres su mayor prioridad. En otras palabras, su deseo de evitar una guerra era genuino.

No tenía ningún deseo de enviar a la gente bestia a la ruina, ni de ver el bosque profanado.

Y Kaito se sentía de la misma manera. No quería ver a alguien tener que ser herido o sufrir.

Deus Ex Machina.

Con el fin de lograr eso, tenía que descubrir la verdadera naturaleza de esa cosa tan rápido
como fuera posible.

¿Qué era lo que el asesino estaba teniendo la esperanza de lograr?

¿Qué era lo que estaba intentando iniciar?

***

“Hey, Káiser… Káiser, ¿puedes escucharme?”

Después de que la camarera los llevara a su habitación de invitados, Kaito llamó a su


demonio mientras estaba sobre la cama. Sin embargo, no hubo respuesta. El Káiser era
orgulloso, y veleidoso, además. Porque Kaito había recurrido a él repetidamente para
asuntos de poca importancia últimamente, parecía haber elegido ocultar completamente su
forma.

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Kaito probablemente no podría preguntarle sobre Deus Ex Machina hasta el día siguiente,
como mínimo.

“En serio, ¿por qué tienes que ser tan molesto?”

Decidido, Kaito intentó aprovecharse de las emociones del Káiser. Aun así, no hubo
ninguna respuesta. Parecía que el Káiser había bloqueado completamente la voz de su
amo. La joya en el bolsillo de Kaito que contenía el alma de Vlad se retorcía, como si
expresara su diversión. Pero Kaito no tenía ningún asunto con Vlad, así que lo ignoró
completamente a cambio.

“Maldición, ¿por qué ahora?”

Suspirando, Kaito arregló su asiento en la cama.

Luego la puerta de la habitación se abrió, y Hina asomó su cabeza.

“¿Cómo resultó, Amo Kaito? ¿Alguna respuesta?”

“Nah, nada. No parece que planee charlar hoy.”

Entonces Kaito se quedó sin aliento.

Hina ladeó su cabeza mientras estaba frente a él. Su húmedo cabello plateado crujió.

“¿Pasa algo?”

Su traje era completamente diferente a su usual uniforme de maid.

Antes de que se acomodaran en la habitación de invitados, Hina había decidido tomar un


baño. Era una autómata, así que normalmente no necesitaba tomar baños, pero la
camarera le había ofrecido uno de todos modos, sugiriendo que podría ser agradable
limpiar la tierra de su cuerpo y usar algunos de sus aceites perfumados.

Kaito había estado a favor también, así que había estado lejos de la habitación hasta su
regreso hace unos momentos.

En este momento, su blanda piel blanca estaba cubierta por un fino negligé con estampado
floral. El suave dobladillo de la exótica prenda se ondeó cuando Hina dio una pequeña
vuelta.

“Ah, ¿te atrapé por sorpresa? Mi traje de maid se había ensuciado un poco, así que fueron
lo suficientemente amables de prestarme esto. ¿Crees que es indecoroso?”

“Eres tan linda.”

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“¡¿Qu—?!”

“Ah, lo siento. Err, quiero decir, no lo siento. Simplemente se escapó, algo así.”

Hina parpadeó rápidamente. Un momento después, sus mejillas se pusieron rojo brillante
también. Comenzó a estar inquieta tímidamente mientras sus palabras se trababan.

“A-Amo Kaito, re-realmente no debes atacarme po-por so-sorpresa así. Realmente es


bastante injusto.”

“Quiero decir, no estaba intentando atacarte por sorpresa o algo. Estaba pensándolo un
minuto, y antes de que lo supiera, lo estaba diciendo.”

“Eso es lo que es han-han injusto sobre ello… Ni hiquiera uedo alar bie… Ohhhhhhh, qué
vergonhozo.”

Hina se agachó y se hizo bolita como un bicho bolita*. Kaito la miró, encontrándolo
adorable.

[Nt: Al parecer se les conoce como “Oniscidea.”] [NC: O cochinilla para los cuates]

Finalmente, después de enterrar su cabeza en sus brazos por alguna razón, Hina susurró
suavemente.

“……………………………………………………………Estoy tan feliz que podría morir.”

“No, espera, no hagas eso. Preferiría que siguieras con vi…da…”

Fue en ese momento que Kaito se dio cuenta del importante dilema en el que estaban los
dos ahora. Frenéticamente vio alrededor de la habitación.

Muy similar a las otras habitaciones, los muros de piedra de la habitación de invitados
estaban adornados con vegetación. De hecho, la gente bestia tenía a la naturaleza en tal
estima que normalmente no construían edificios de piedra en absoluto. Pero debido al clima
y su uso del fuego, había buscado un material apropiado y finalmente se decidieron por una
estrategia única de mezclar piedra y varios otros materiales.

La habitación que estaban usando era simplemente otro de los frutos de esa técnica.

Sus ventanas eran grandes y estaban dispuestas para que permitieran que entrara tanta luz
solar como fuera posible. En este momento, sin embargo, estaba cubierta por la piel más
grande que Kaito había visto. Parecía que fue diseñada para enrollarse cuando el clima era
agradable. Un colchón lleno de heno estaba dispuesto encima de la cama de manera,
además de varias sábanas. Todo, junto a la alfombra en el suelo, fue decorado con un
complejo bordado.

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Volumen 4

Y encima de todo eso, la habitación era increíblemente espaciosa. Sin duda habría sido un
lugar agradable para matar el tiempo.

Sin embargo, tenía un importante problema también.

Ha-Hay sólo una cama.

En otras palabras, a este ritmo, Kaito y Hina terminaría durmiendo juntos.

En su mente, podía imaginar a Lute dándole una risa franca y vigorosa. Al escuchar que
estaban casados, Lute probablemente había pensado que era lo más discreto a hacer. Pero
su buena acción había, de hecho, sido gravemente innecesaria.

Kaito y Hina habían dormido en la misma cama una vez antes. Pero ahora que habían
confirmado sus sentimientos por el otro, dudaba que terminaría en solo eso, ni tenía fe en
su capacidad de detenerse ahí.

Sin saber qué hacer, Kaito inspeccionó la habitación de nuevo.

Afortunadamente, la alfombra era ancha. Si agarrara una de las sábanas de la cama, sería
más que suficiente cómoda para dormir.

¡Bien! ¡Puedo simplemente dormir en el suelo, y entonces estaremos todo bien!

Mientras Kaito apretaba sus puños, habiendo hecho su decisión, sin embargo, notó algo.

Eso es… ¿huh?

Finalmente había notado que Hina estaba actuando de manera extraña. Se había levantado
en algún momento y estaba mirando fijamente un agujero en la cama mientras pensaba.

“¿Hina?, ¿qué pasa?”

“Bueno, Amo Kaito…”

“¿Hmm?”

“Estamos casados, sabes.”

Kaito sufrió un ataque de tos.

Ciertamente no era lo suficientemente denso para no entender lo que estaba insinuando.


Nervioso, abrió su boca, entonces pensó dos veces y la cerró con fuerza. Inseguridad
estaba brotando en los grandes ojos verdes de Hina.

Su mirada era suplicante, y extremadamente tristes.

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Volumen 4

Kaito entrecerró su mirad aun poco, luego recordó las más sinceras palabras que Hina le
había dicho una vez.

“Deseo…convertirme en tu familia…Amo Kaito.”

Había roto su cuerpo en su nombre, incluso fue tan lejos para perder sus brazos y piernas, y
ese había sido el único deseo que había hecho.

Y su llorosa respuesta había sido la siguiente:

“Siempre lo has sido… En el momento en que nos conocimos, te convertiste en mi


compañera, ¿verdad?”

Y así fue como, al final de esa batalla, después de tomar la demente decisión que había
hecho,

Kaito Sena finalmente había encontrado una familia.

“Amo Kaito si no lo encuentras inaceptables… Creo que sería un momento apropiado para,
ya sabes…”

Hina agarró su ropa fuertemente mientras hablaba. Su voz temblaba mientras continuaba.

“… ¿Tú no…quieres hacerlo?”

Entonces su nerviosismo finalmente superó sus límites, y sus mejillas se sonrojaron más
que nunca.

Perdiendo completamente su confianza de siempre, sacudió su cabeza con pánico.

“¡Yo—me disculpo por ser tan descarada! Tomaré el suelo, así que por favor olvida lo que
dije—”

“¡Hina!”

Kaito abruptamente agarró sus delgadas muñecas. Su expresión se convirtió en una de


shock.

Aunque estaba a punto de insistir en dormir en el suelo él mismo, Kaito cerró su boca. No
era eso.

¡No! ¡Eso no es lo que supone que diga aquí!”

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Volumen 4

Silenciosamente, ambos se miraron fijamente entre sí. Sus ojos estaban tan húmedos como
los de un cachorro. Apunto de apartar la mirada por reflejo, Kaito resistió el deseo y abrió su
boca. Pero en el último momento, no pudo hacer salir las palabras.

Hina suavemente bajó su cabeza. Cuando lo hizo, sin embargo, Kaito silenciosamente la
empujó hacia él mismo.

Entonces la abrazó con fuerza.

“¿A-Amo Kaito?”

La voz de Hina fue aguda. Mientras la escuchaba, Kaito sintió que su visión se difuminaba.

Las palpitaciones de su corazón y los sonidos de los engranajes de Hina eran


ensordecedores. Por un momento, se preocupó de que los dos simplemente fueran a morir
de repente así. Pero entonces Hina regresó su abrazo, apretando tan fuerte que
prácticamente se estaba aferrando a él.

Tiene razón. Estamos casados.

En la enfermedad y la salud, sin importar qué peligros les sucedan.

Hasta que la muerte los separara, Kaito y Hina planeaban estar juntos.

“Hina, nunca te voy a soltar de nuevo. De esa manera, nunca estaremos separados.”

“Amo Kaito, no soy merecedora de palabras tan benditas. Soy tan, tan, tan feliz ahora
mismo. Siento que estoy en un sueño.”

“Entonces, yo, uh…um… Me pregunto qué se supone que diga ahora.”

“¡Haz tu mejor intento, Amo Kaito!”

“¡Lo intento! ¡Lo hago! Así que, yo, uh… Sabes, después de esto, quiero pasar el resto de
mi vida contigo. ¡Y prometo cuidar bien de ti! Entonces…”

Entonces Kaito extendió sus brazos y de repente soltó a Hina. Era un poco más alta que él,
y mientras miraba su rostro, la vio esperando a que terminara con una expresión seria en su
rostro.

Kaito inhaló, exhaló, y al poner su respiración en orden, hizo su pregunta.

“Esta noche, ¿estarías interesada en volvernos uno, juntos, como una pareja?”

“¡Sí! ¡Oh, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí!”

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Volumen 4

Su tensión había hecho que su redacción saliera fingida y excesivamente formal.

Al escucharlo, Hina asintió tan rápido que su cabeza se movió de arriba y abajo, y una
sonrisa se extendió por su rostro como una flor abriendo sus pétalos.

***

La cama chirrió.

Hina se había acostado delante de Kaito, sus mejillas teñidas de escarlata.

Mientras se sentaba junto a su cabello plateado, colocó suavemente sus manos en la cama.
Chirrió de nuevo. Aunque todo lo que estaba haciendo probablemente era imitar
automáticamente la respiración humana, los grandes pechos de Hina se elevaban y bajaban
debajo de su fino negligé como para demostrar cuán tensa y entusiasmada estaba.

Kaito tragó saliva. Pero luego rápidamente levantó sus brazos y ajustó su postura.

Todavía horizontal, Hina parpadeó repetidamente.

“Amo Kaito, si me permites, ¿por qué estás sentado con tus piernas dobladas debajo de ti?”

“Oh, es solo lo que mi viejo y sus amantes siempre lo hacían como perros en celo. Imaginé
que sería mejor decir algo antes de que empecemos, así que quería sentarme de manera
más formal en seiza.”

“¿Say-za? ¡Qué interesante! ¡Haré eso, también!”

Hina se puso de pie de un brinco, luego se arrodilló de la misma manera que Kaito.

Los dos estaban sentados delante del otro. Las expresiones de ambos eran tímidas, pero
luego, al mismo tiempo, ambos se echaron a reír.

Después de que los dos terminaron de reír nerviosamente juntos, Kaito colocó sus manos
sobre la cama delante de él y le dio una profunda reverencia a Hina. Ella siguió su ejemplo.

“Entonces, con eso, por favor cuida bien de mí. ¿Gracias? No, eso suena algo raro. ¿Aquí
voy? ¡No, no, no, espera, esa no cuenta! Uh… ¡Prometo que cuidaré bien de ti!”

“¡Por favor, ven a mí todo lo que desees! Hasta el día en que mi corazón de acero deje de
latir, yo, también, deseo pasar mi vida contigo, protegerte, y al final romperme a tu lado.
Pero hasta entonces, espero que pasemos muchos años juntos.”

Los dos levantaron sus cabezas al mismo tiempo. Como mostraba el continuo
enrojecimiento de sus mejillas, ambos se sentían un poco avergonzados.

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Entonces Hina apartó su mirada por solo un momento. Kaito ladeo su cabeza al lado,
preguntándose qué pasaba esta vez.

De manera bastante vacilante, le hizo una pregunta.

“La cosa es… Había pensado que era mejor preguntarte de antemano, pero por favor,
debes prometer intentar no ofenderte.”

“Hey, ¿qué pasa?”

“¿Sería preferible si actuara con timidez? ¿O sería aceptable que actuara de manera algo
vulgar?”

“¡Khak!”

Kaito se encontró teniendo otro ataque de tos. Jadeó mientras el aire salía de sus
pulmones.

Hina le estiró un brazo preocupada. Con una mano, acarició suavemente su espalda.

Gracias a eso, se las arregló para calmarse. Al sentir ese hecho, Hina deslizó su pálida
mano a la nuca de Kaito. Sus delgados dedos hacían cosquillas, enviando un escalofrío por
la columna de Kaito.

“Hi…na…”

“Amo Kaito.”

Entonces movió su peso hacia atrás y cayó horizontalmente una vez más sobre la cama.

Naturalmente, Kaito terminó cayendo sobre ella.

Aunque era tímida, una sonrisa seductiva se extendió por el rostro de Hina. Sus abundantes
pechos estaban presionándose contra la parte baja del cuerpo de Kaito. La sensación era
cálida, y se sentían como si se derretirían entre sus dedos si los agarraba.

Whoa.

Kaito de repente sintió un violento hechizo de mareo encenderse.

Acercando su rostro a sus oídos, Hina exhaló y dio un dulce susurro.

“Por favor, Amo Kaito, bésame.”

“S-Seguro.”

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Como había solicitado, colocó sus labios sobre los suyos. Hina tímidamente entregó su
lengua. Mientras sus labios se familiarizaban entre sí, Kaito torpemente siguió su ejemplo.
Inmediatamente, los movimientos de la lengua de Hina se volvieron mucho más seguros.

Sonidos lascivos llenaron el aire, y el momento pareció durar una eternidad.

Al final, Kaito retiró sus labios de los de ella. Después de respirar hondo, susurró.

“Me…me siento todo tonto, y mareado, y es difícil respirar, y da la impresión de que mi


cabeza va a explotar.”

“Hee-hee, qué adorable.”

“En todo caso, tú eres la linda. Por cierto, Hina. No tienes que preocuparte por cosas como
asegurarte de que lo haces bien, o sobre adaptarte a mis gustos. Dudo que yo vaya a hacer
un gran trabajo, después de todo. Mientras hagas lo que se sienta natural, entonces soy
feliz… Hey. ¿Por qué es esa sonrisa?”

Hina le estaba dando una ligera risita. Por reflejo, Kaito respondió con un ceño fruncido
malhumorado.

Hina extendió un dedo y tocó a Kaito cariñosamente en la nariz.

“No puedo evitarlo. Me hace tan feliz ver cuán amable eres, incluso en el dormitorio.”

“Ya…ya veo.”

“Hay otra cosa, sin embargo.”

“¿Qué?”

A eso, Hina respondió levantando su rostro y frotando la nariz de Kaito con la suya como un
cachorro. Luego, como un pájaro pequeño, clavó besos ligeros por todo su rostro.
Finalmente, se volvió hacia él una vez más.

La sonrisa que me mostró era cálida y feliz, y la voz con la que le susurró rezumó como miel
dulce.

“Estoy tan feliz de hacer ‘lo que se siente natural’ está sujeto a ser bastante
desvergonzado.”

El rostro de Kaito se sonrojó hasta obtener un tono escarlata. Intentó decir algo, pero Hina
robó sus labios con los suyos. Después de compartir un largo beso, alejaron sus rostros.
Sus ojos se encontraron, y se sonrieron el uno al otro.

“Amo Kaito, te amo mucho.”

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“Te amo, también, Hina.”

Entonces, como si no pudieran evitarlo, presionaron sus labios contra los del otro una y otra
vez.

La cama tembló.

Y luego llegó el sonido de ropa crujiendo.

[Nt: Qué hermoso, sólo queda decir: qué vivan los novios.jpeg]

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4: La Torture Princess Dorada


“………………………………………………………Hey. Butcher.”

“¿Qué demanda, Madam Elisabeth? Su voz suena tan amenazante.”

“No sé por qué, pero siento un insistente deseo de hacer un brindis, golpear una pared, y
patear a cierto alguien de cierto lugar tan duro que caiga de espaldas. Es una cálida
sensación que me golpea, pero una brutal.”

“Ah, qué coincidencia. Por alguna razón, me siento de la misma manera.”

La respuesta que el Butcher le dio a Elisabeth fue despreocupada.

Como siempre, los dos estaban en la habitación de la Torture Princess. La fogata construida
por la fuerza había mucho había ardido y convertido en ceniza. En su lugar, la habitación
estaba cubierta con huesos, platos, y botellas vacías de vino.

Eran los restos de un festín, desde luego. La condición de la habitación honestamente era
bastante terrible.

Y en medio de esa desastrosa escena, Elisabeth estaba acostada sobre la cama, y el


Butcher estaba en el suelo. Ambos estaban tumbados y mirando al techo con la mirada
perdida.

Abruptamente, sin embargo, Elisabeth se dio cuenta de algo de repente y dijo con una
expresión seria.

“Espera. ¿Podría esta extraña sensación haber sido causada por el hecho de que nos
hemos estado atiborrando de carnes peculiares?”

“Hmm, tengo la perceptible impresión de que acusaciones falsas están cayendo sobre mí de
la nada.”

“Y con respecto a esto último, ¿por qué toda la mercancía con la que viniste abastecido era
tan ridícula?”

“¡Cómo se atreve! ¡El raro bistec de slime fue sorprendentemente comestible, ¿no es así?”

Incapaz de moverse debido a su comida en exceso, el Butcher balanceó sus brazos de un


lado al otro en protesta. Elisabeth con hosquedad se negó a responder, y la habitación
regresó al silencio. De repente, sin embargo, se puso en marcha.

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Volumen 4

Con un “¡Arriba, ho!” Elisabeth reunió fuerza en sus músculos abdominales y se sentó
erguida. Una vez hecho, movió su cuello de un lado al otro.

“Bien, me di cuenta de que este no es el momento de estar tranquilo, y no es el momento de


estar durmiendo. Con eso dicho, el hecho es que un humano no puede alegremente
escabullirse en tierras de gente bestia.”

Elisabeth cruzó sus brazos, perdida en sus pensamientos. Aunque la había resuelto
bastante, la situación aún no había cambiado.

A menos que fueran invitados por uno de la gente bestia, violaría el tratado para que un
humano entre al sector de pura sangre. Y desde que las noticias se habían esparcido sobre
los planes de la Iglesia de quemarla en la hoguera, las fechorías de la Torture Princess se
habían vuelto bien conocidas sobre un área aún más grande.

No sería ningún asunto de risa si ella terminaba siendo el catalizador para una guerra.

Sabiendo eso perfectamente, Elisabeth frunció el ceño. Mientras frotaba su redondo vientre,
el Butcher ofreció su humilde opinión.

“Si ese es el paso, ¿entonces podría sugerir que tome este tiempo para tratar con los
asuntos que ha estado postergando? Me atrevo a decir que su cacería de demonios la
mantuvo bastante ocupada, después de todo.”

“Tonterías. No tengo ningún asunto que haya estado—”

Entonces los ojos de Elisabeth se ampliaron suavemente, y de manera casual desarrolló


sus brazos cruzados.

Claramente habiendo pensado en algo, Elisabeth mordió sus labios. Luego, al cerrar sus
ojos, se entregó a sus pensamientos. Con el tiempo, los abrió de nuevo. Cuando lo hizo,
saltó de la cama con gran vigor.

“Parece que tienes un punto. Yo, de hecho, tengo algo que he estado postergando. Me
voy.”

“¡Okaaaay, divieeeeeeeertase!”

Completamente despreocupado, el Butcher mansamente la despidió con una mano. El


sedoso cabello negro de la Torture Princess se ondeaba mientras caminaba pasando al
vago hombre. Cuando abrió la puerta, lo hizo con gran fuerza.

Moviendo sólo su cuello, el Butcher la vio irse.

Habiendo dejado la puerta abierta, pronto se desvaneció por el pasillo. Finalmente, el


Butcher soltó un suave murmullo.

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“Incluso en sus cortas vidas, las personas sorprendentemente tienen grandes y muchas
cosas que deben hacer, Madam Elisabeth, y muchas de las que se encuentran
lamentándose si no las hacen. Uno nunca sabe cuánto vivirá este mundo, después de todo.”

Con el Butcher solo en la alcoba, el silencio rápidamente cayó.

Pero pronto, soltó un fuerte eructo.

***

La mañana siguiente marcó un dichoso, sereno, lánguido y dulce comienzo.

Sin embargo, también fue apresurado, y algo vergonzoso.

Kaito y Hina se despertaron al mismo tiempo, tan felices como podrían estar.

Con nada más que sábanas cubriendo sus cuerpos desnudos, se giraron para mirarse entre
sí.

Kaito estaba un poco perdido en cuánto a qué sería lo mejor a decir. Su corazón estaba
lleno hasta el tope, y dudó de su capacidad de mantener una conversación normal. Hina
parecía estar en el mismo predicamento.

No estaba claro quién se suponía iría primero, pero después de vacilar por un momento, los
dos decidieron intercambiar sus saludos normales.

“Buenos días, Hina.”

“Una preciosa mañana para ti, Amo Kaito.”

Con eso, los dos suavemente presionaron sus frentes contra la del otro, haciendo que sus
flequillos rozaran la piel del otro. Fue cosquilloso, y los dos se rieron como niños. Justo
cuando estaban a punto de intercambiar besos, sin embargo, fueron bruscamente
interrumpidos.

Sin advertencia alguna, la puerta se abrió de golpe.

“¡Ah, qué día tan espléndido que es! ¡Le ofrezco buenos días, Sir Kaito!”

Lute hizo su aparición.

Su rostro tenía una amplia sonrisa.

Kaito y Hina se congelaron.

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Kaito tímidamente se volvió hacia la puerta. Lute estaba en el portal, sus ojos abriéndose
bruscamente y cerrándose igual. Con su mirada, Kaito en silencio le rogó a Lute que leyera
el ambiente. Como diciendo que entendía, Lute dio un dócil asentimiento con la cabeza.

—Creeeeak, click.

La puerta se cerró una vez más.

Kaito y Hina saltaron a la acción.

La gente bestia no era mucho de baños, y cuando los tomaban, los nobles gente bestia
generalmente usaban grandes baños públicos llenos de flores y hierbas fragantes. Sin
embargo, la habitación de invitados en la que estaban Kaito y Hina tenía un pequeño y
alicatado baño contiguo a ella, probablemente por consideración a visitantes de otras razas.
Normalmente, tendrían que pedirle a una camarera que les llevara agua caliente, pero ya
que tenían prisa, Kaito eligió generar y calentar el agua mágicamente él mismo.

Después de rápidamente lavar sus cuerpos, los dos regresaron a la habitación y se vistieron
de prisa.

Entonces, una vez que habían terminado, Kaito aclaró su garganta fuertemente.

“Estamos, uh, estamos decentes.”

“¡Ah, qué día tan espléndido que es! ¡Le ofrezco buenos días, Sir Kaito!”

“¡Pretender que no pasó no va a hacerlo mejor!”

La voz de Kaito sin querer fue fuerte, y los oídos de Lute se cayeron.

“Mis disculpas. Nosotros la gente bestia nos despertamos más temprano que el sol, así que
yo solo… En todo caso, fue completamente desconsiderado de mi parte. Soy bastante
desconsiderado, como pueden ver, pero eso no justifica nada, no.”

“No, no, está bien. Honestamente, es nuestra culpa más que nada. Lo siento.”

Cada uno de ellos pasó un momento intentando insistir que él no era el culpable, y después
de un rato, las orejas de Lute se reanimaron de nuevo. Empezando de nuevo desde el
principio, le entregó un uniforme de maid doblado a Hina.

“Creo que esto es suyo, Madam Hina. La dama de corte me pidió que se lo trajera.”

“¡Oh, pues, muchas gracias! ¡Disculpen un momento mientras me cambio!”

Mientras lo hacía, Kaito y Lute salieron al pasillo. Ahí, comenzaron a discutir sus planes del
día.

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El primer asunto en la agenda era reunirse con las fuerzas privadas de Vyade después del
desayuno.

“En la reunión, tenemos intención de revisar nuestras rutas de patrullaje de ahora en


adelante. Nos gustaría que asistiera, si está dispuesto.”

“Sí, por supuesto. Estaré ahí.”

“Y en cuanto al desayuno se trata, hubo la conversación de que comieran junto a Lady


Vyade Ula Forstlast. Sin embargo, había pensado que podrían estar cansados, así que
organicé para que comieran por separado. ¿Preferiría que no lo hubiera hecho?”

“¡Oh, geez, gracias a Dios! Si hubiéramos comido juntos, habría estado tan nervioso que
toda la comida se habría quedado atascada en mi garganta.”

“¡Ha-ha, puedo compadecerme! ¡Yo, también, encuentro la formalidad sofocante!”

Entonces, Lute arañó el pelo cobrizo en su cabeza. Su risa era mucho más afable de lo que
había sido en el pasado.

Su desayuno los estaba esperando en la sala del consejo, así que ahí fue a dónde Kaito se
dirigió una vez que Hina había terminado de cambiarse. Los tres procedieron por el gran
interior del castillo.

Los corredores del castillo de Vyade estaban hechos de piedra. Pero, también, estaban
decorados con todo tipo de hiedra viva, flores, y tapices bordados. Al parecer, cada
miembro de la familia imperial tenía su propia y única insignia.

Todas las pieles de bestia usadas para cubrir las ventanas estaban enrolladas, permitiendo
que la luz del sol dorada entrara inclinada.

Hombre, eso es precioso… Espera, ¿huh?

Justo entonces, Kaito se dio cuenta de que la joya en la que estaba el alma de Vlad se
estaba agitando en su bolsillo.

Kaito por reflejo se puso pálido. Ahora que pensaba en ello, había olvidado lanzar lejos su
ropa superior al costado la noche anterior. Y desde que había utilizado maná en la joya por
primera vez, Vlad había sido capaz de percibir sus alrededores.

Hombre, él, uh, él va a estar metido en mis asuntos*, ¿no es así…?

[Nt: Si no queda claro, sería estar de metiche sin que él quiera en lo más mínimo.]

Mientras Kaito apretó su mente, él y Hina continuaron siguiendo a Lute.

99 | P á g i n a
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Volumen 4

***

El menú de la gente bestia se componía de pan delgado y plano, un queso suave untado, y
un guiso de verdura y pollo. Ninguno de ellos tenía un sabor particularmente fuerte, pero la
sal y otras especias habían sido preparadas para ellos también.

Al parecer, los paladares de la gente bestia que vivían cerca a al límite demi-humano
diferían de aquellos del resto de su tipo, y su cocina a menudo presentaba un característico
conjunto de especias que le recordaban a Kaito el arroz frito que había visto una vez ser
repartido desde un puesto. Los humanos raramente se preocupan por la cocina exótica, sin
embargo, así que su carne había sido preparada más acorde a las costumbres de la gente
bestia del continente. Los platos preferidos en la corte imperial estaban bastante
involucrados, así que aquellos se habían evitado también. Por lo que respecta a Kaito, eso
probablemente fue para mejor.

Después de comer su comida encima de la mesa de la sala del consejo, Kaito terminó de
comer.

Una camarera hizo su aparición rápido, llevando los platos antes de rápidamente traer un
poco de té.

Por un corto tiempo, Kaito y los otros simplemente esperaron.

En breve, sin embargo, las puertas se abrieron de nuevo, y varios soldados familiares
entraron con pasos largos.

Cada uno de ellos llevaba una armadura bermellón hecha de cuero, colmillos, y escamas.
Muchos de ellos eran carnívoros, pero había ciervos con cuernos y ovejas maduras entre
ellos también. Aunque ninguno de ellos dijo algo, todos estaban emitiendo auras
intimidantes.

De forma realista asumieron sus asientos, con sus varios subordinados alrededor de ellos.
Los subordinados de Lute, a quienes Kaito y Hina reconocieron del otro día, estaban
presentes también. La espaciosa sala del consejo se llenó rápidamente con gente bestia.

Una vez que se había asegurado de que todos estaban presentes, Lute se puso de pie.

Abruptamente comenzó a discutir el incidente que había ocurrido el otro día.

“Por fin, fuimos capaces de capturar al perpetrador detrás de las masacres. Sin embargo,
como todos deberían ser profundamente por los documentos que recibieron anoche, si
posee o no una voluntad propia es cuestionable. Sospechamos que fue creada por alguien,
lo cual significa que no tenemos ninguna garantía de que sólo existe una. Por consiguiente,
necesitamos retroceder y decidir qué rutas nuestras patrullas—”

100 | P á g i n a
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Volumen 4

“Antes de eso, ¿no hay algo que necesita decirse?”

El hombre bestia, que se parecía a un ciervo, habló con voz suave, pero su tono era frío.

Sus ojos tenían una fría y andrógina belleza, y los concentró directamente en Kaito. Su
mirada era decididamente foránea, y al encontrarse en el extremo receptor, Kaito
inconscientemente corrigió su postura. Junto al hombre ciervo, un hombre oso grande dio
un grave asentimiento de cabeza.

“Ciertamente. Ese humano ahí es el contratista de un demonio. El enemigo de la


humanidad, si no me equivoco.”

“Cierto, Sir Lute parece haber recibido órdenes a puertas cerradas de llegar a un acuerdo
con él—un acto, puedo añadir, sobre el que ninguno de nosotros fue consultado.”

El ánimo en la habitación instantáneamente se hizo más inquieto. Los subordinados de Lute


parecían estar a punto de decir algo, pero Lute levantó una mano y los silenció
tranquilamente. Miradas muy penetrantes se volvieron hacia Kaito, una tras otra.

En medio de todo eso, Kaito estaba completamente sereno. Era el contratista del Káiser.
Hace mucho tiempo había dejado de esperar cálidas bienvenidas.

La tensión en la habitación se hacía más y más severa. Entonces de repente, un hombre


zorro se puso de pie.

“¡Sí, así es! ¡En otras palabras, todos tenemos algo que debe hacerse primero!”

“¡Sí!”

Varias voces sonaron de acuerdo. Uno por uno, los soldados se levantaron, cada uno de
ellos llenos de vigor. Hina inmediatamente metió su mano en su bolsa de cuero y agarró el
mango de su alabarda.

Toda la situación descansaba en la punta de una aguja. Los soldados fueron los primeros
en romper la tensión cuando agarraron sus espadas y las sacaron de sus fundas.

Las puntas de acero apuntaban hacia el cielo.

Sosteniendo sus espadas con amabas con reverencia, los soldados fornidos se arrodillaron
al unísono. Sus subordinados siguieron su ejemplo.

Lute dio una sonrisa tranquila, como diciendo que había visto esto venir.

Kaito y Hina parpadearon rápidamente. La voz sonora del hombre ciervo resonó por la
habitación.

101 | P á g i n a
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“Somos gente que valoran las obligaciones, fuerza, y por encima de todo, resultados. Y
además de eso, Lady Vyade Ula Forstlast lo renació y les dio la bienvenida a nuestras
tierras. Sus palabras son las palabras del Forest King. Sir Kaito, a todos nosotros nos
gustaría expresar nuestro agradecimiento a usted por sus esfuerzos.”

“Qu…”

Kaito sintió como si hubiera sido golpeado por un rayo. La manera en que la gente bestia
había reaccionado había estado completamente fuera de sus expectativas.

En el momento en que había dejado el lado de Elisabeth, se había preparado para


incontables días de adversidad. Incluso con su amada esposa, Hina, a su lado, elegir
convertirse en el enemigo de la humanidad requería muchísima resolución. Kaito había
esperado pasar el resto de su vida injuriado, despreciado, y cazado.

Se había preparado para eso, no obstante, ahora, estaba recibiendo agradecimientos


sinceros.

Entonces sus pensamientos volvieron a Izabella. En la plaza en la Capital, había sido capaz
de confirmar que ella había salido bien. Aunque no estaban en buenos términos en ese
momento, ella no había duda en tomar su mano, la mano de un contratista, cuando él se la
había ofrecido.

Desde que hice mi contrato con el Káiser, ha sido una sorpresa tras otra.

Mientras Kaito reflexionaba sobre su inesperada buena fortuna, otra emoción brotó dentro
de él también.

Y nunca pensé que podría ser de tanta ayuda para alguien.

Kaito Sena una vez había sido hecho a un lado como basura sobre un suelo de tatami. Su
vida había valido menos que la de un gusano. De hecho, su vida no había tenido ningún
significado en absoluto. Pero ahora, las cosas eran diferentes.

Aunque se convertido en el enemigo de la humanidad, había sida capa de ayudar a alguien


y había sido capaz de forjar un camino por sí mismo sin ir contra alguna de sus creencias.
Era la primera cosa de la que en verdad se podía sentir orgulloso desde que había venido a
este mundo.

Kaito regresó las miradas de los soldados con orgullo. Un hombre oso pardo habló.

“A partir de ahora, le pedimos que siga prestándonos su ayuda.”

“Sí, por supuesto. No voy a dejar que este asesino se libre. Por favor, déjenme hacer lo que
sea que pueda para ayudar.”

102 | P á g i n a
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Volumen 4

Respondió Kaito, y la gente bestia asintió con la cabeza. Luego se pusieron de pie en
perfecta sincronía y envainaron de nuevo sus espadas. Kaito se giró hacia Lute, quien le dio
un fuerte asentimiento de cabeza.

No estaba claro quién fue primero, pero los dos extendieron sus manos hacia el otro.

Las manos bestiales y humanas se superpusieron mientras el contratista del demonio y la


gente bestia juraban pelear como una.

Entonces Lute se derrumbó.

Sangre salió a chorros en el aire, y el Káiser se rio.

“… ¿Huh?”

Los ojos de Kaito se abrieron de par en par. No había hecho nada. ¿Qué estaba pasando?
Incluso con sus habilidades como el contratista de un demonio, se encontraba
completamente incapaz de comprender la situación.

Para empeorar las cosas, la tragedia no terminó ahí. Sangre se esparció por la mesa
redonda como pétalos de flor bailando en el aire. Uno tras otro, los fuertes soldados cayeron
al suelo, incapaces de siquiera reaccionar.

“¡A-Amo Kaito!”

Esta vez, Hina sacó su alabarda con seriedad. Entonces asumió una posición delante de
Kaito.

Cuando lo hizo, Kaito vislumbró de manera tenue metal dirigiéndose hacia el borde de su
visión.

Su enemigo no estaba delante de ellos.

Aunque estaba conmocionado, una corazonada instintiva lo impulsó a darse la vuelta.

Un pensamiento cruzó la mente de Kaito.

—Una flor había llegado.

***

Ante Kaito estaba una chica joven, sola.

Sin siquiera dudar en lo más mínimo, entró con pasos largos a través de la puerta abierta
sin pudor.

103 | P á g i n a
Isekai Goumon Hime
Volumen 4

Viendo la figura de la chica de pie entre ella, Kaito se encontró atónito.

Después de todo, su apariencia difícilmente era adecuada para el culpable que había
provocado este caos.

Parecía estar en su adolescencia temprana, pero su vestimenta difícilmente le quedaba a su


edad, dado cuán provocativa era. Probablemente fue pensado como un vestido bondage
blanco puro pero su ropa apenas cubría su piel en absoluto. Las correas de cuero que tenía
atados en forma de cruz por su pálido y desnudo pecho apenas cubrían los pedazos
atrevidos, al punto dónde dudaba si siquiera podrían ser llamados ropa o no. Pero lo
compensaba en accesorios. En particular, los trozos de metal adornando su cintura y
muñecas hacían que emitiera una impresión un poco mecánica. Al mismo tiempo, sin
embargo, su cabello color miel y ojos rosáceos le daban a su figura adornos brillantes y
ostentosos.

Se parecía a una flor, o a una reina, o alguna clase de muñeca adorable.

Y junto a sus pies, estaba acompañada de varios monstruos de metal.

Uno de ellos era una bestia hecha de nada más que colmillos. Otra era un autómata, con la
forma de un humano excepto por su complexión fatalmente retorcida. Uno de los monstruos
era un lagarto con extremidades hechas de tubos y alas de vidrio. Y el último era una
armadura bípeda sin ninguna costura visible en alguna parte de su cuerpo.

Fueron los responsables de rebanar y derribar a la gente bestia. Cada uno se veía diferente
al último, pero tomados juntos, tenía una extraña sensación de uniformidad.

Por reflejo, Kaito soltó un murmullo acongojado.

“…Deus Ex Machina.”

Estas cosas eran de la misma clase que esa máquina.

Y no podría haber ninguna duda de que la chica dorada era su ama.

La manera en que se comportaba parecía casi como si fuera su reina. Eso, o quizás su
maestra de ceremonias o marionetista. Hablando de marionetas, sin embargo, la chica se
veía prácticamente como una muñeca ella misma.

Presentaba una llamativa y dulce apariencia. Su expresión, sin embargo, era tan fría y
frígida como el hielo.

En cierto sentido, parecía carecer de humanidad.

De repente, sus ojos como de cristal y rosados se movieron al costado.

104 | P á g i n a
Isekai Goumon Hime
Volumen 4

Por fin, Kaito recordó la tragedia que había acabado de ocurrir. La sangre había chorreado
toda la habitación, y el sonido de quejas hizo eco desagradablemente.

Al escuchar los gemidos, Kaito sintió una vaga sensación de alivio.

Siguen con vida.

No podía dejar que les sucedieron más ataques. Con esa idea en mente, la tensión corrió
por todo el cuerpo de Kaito. Pero no chica ni siquiera le dio un vistazo a la gente bestia
sufriendo.

Después de mirar a Hina por un breve momento, regresó su mirada a Kaito.

Cuando finalmente abrió su boca para hablar, sus movimientos fueron tan rígidos que ella
misma parecía una autómata.

“Oh Alma Libre de Pecado, quien lleva el nombre de Káiser. A partir de este día, actúa
como mi leal sirviente.”

Kaito sintió como si alguien lo hubiera golpeado en el costado de la cabeza. Las palabras de
la chica eran prácticamente iguales a las de ella.

Al mismo tiempo, finalmente se dio cuenta de algo.

La chica se parecía a la Torture Princess.

La única e incomparable pecadora.

Entonces, después de hacer que parezca como si todo lo que llevara a ese momento había
sido una simple farsa, después de haber hecho que todos sus esfuerzos fueran nada,
después de tirar todo al caos en un instante,

la chica dio su nombre.

“Soy la Torture Princess Jeanne de Rais. Soy la opresora de esclavos, la salvadora de este
mundo, la santa, y la puta.”

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

5: Dudando del Mundo


Toda la región estaba rodeada por un muro imponente.

Ni una sola alma residía dentro.

Después de un banquete de tortura que había durado tres días y tres noches, todos habían
muerto.

Una década o dos antes de que ese destino hubiera ocurrido, la única hija de su señor
había nacido.

Su nombre había sido Elisabeth. Era una hermosa y encantadora chica, nacida con las
bendiciones de Dios y el hombre por igual. Pero trágicamente, su cuerpo había sido frágil, y
la esperanza de una larga vida se le fue negada al nacer.

Aun así, no envidió una vez o estuvo resentida con otros por vivir sus vidas al máximo.

Simplemente soportó su constante dolor, por su cuenta.

Después de vivir una vida de sufrimiento y aferrarse a mantenerse con vida, debería haber
muerto, se suponía y los muchos que la valoraban profundamente llorarían por ella.

Sin embargo, ese simple y trágico destino suyo fue corrompido. Un día, Elisabeth sufrió un
cambio.

Torturó su población, descendiendo sobre la ciudad amurallada como un lobo voraz.


Mutilando y masacrando su gente, Elisabeth tragó su dolor como un horrible cerdo.

De este modo—sirviendo como un plato para un repugnante banquete—fue pelada*.

[Nt: Normalmente se usa cuando acabas un trozo de pollo o carne dejando sólo el hueso,
so, tómenlo como algo similar.]

La Iglesia temió que el enorme número de cuerpos provocara una plaga, con pequeños
animales como sus portadores. Finalmente, decidieron sellar las puertas e incendiar la
ciudad. Desde entonces, la ciudad y el gran muro rodeándola habían servido como un
cementerio.

Una ciudad había muerto, y la Torture Princess había nacido.

Era como un cruel y retorcido cuento de hadas.

Y, sin embargo, al mismo tiempo, era la amarga verdad.

107 | P á g i n a
Isekai Goumon Hime
Volumen 4

Como prueba de eso, Elisabeth actualmente estaba visitando ese lugar.

“Provoqué esto, y hace mucho tiempo que me he acostumbrado a tales vistas. Aún sí, sin
embargo, es espantosa.”

La escena extendida ante ella era un paisaje infernal, de las que generalmente se veían
sólo en obras artísticas religiosas.

La ciudad era negra y carbonizada, con varios dispositivos de tortura desparramados por
ella. Los esqueletos humanos decoraban la ciudad también, la mayoría de ellos
atravesados, colgados, y atados. Ceniza y barro estaban apilados alto por sus caminos.

Colocando sus pies sobre ellos, Elisabeth avanzó con pasos largos.

Al final de su camino hay un castillo blanco pálido destacando sobre la ciudad. Fue casi
inquietante cómo su esplendor había sido preservado en medio de las ruinas.

El cielo era gris y nublados, y el aire debería haber sido helado. Sin embargo, llevaba una
desagradable calidez en cambio.

El rancio viento rozó el cabello negro de Elisabeth mientras llevaba gritos a sus oídos.

¡Aborrecible Elisabeth, repugnante Elisabeth, cruel, espantosa Elisabeth!

¡Una maldición sobre ti, una maldición sobre ti, una maldición, una maldición, una
maldición eterna sobre ti, Elisabeth!

Los gritos silenciosos hacían eco por toda la ciudad, pero la expresión de Elisabeth no
mostró signos de cambiar a medida que avanzaba. Mientras caminaba, pasó junto al
esqueleto de un bebé que tenía todas sus extremidades destruidas y el cráneo de una
mujer que había caído jocosamente al costado.

Finalmente, sus tacones sonaron cuando se detuvo de repente.

“Aquí es, creo.”

Delante de ella estaba el paso principal que llevaba al castillo.

Comparado con el resto de las ruinas, más o menos había retenido su forma original. El
camino fue diseñado para ser lo suficientemente amplio para el tráfico de carruaje y había
sido hecho con ladrillos cuidadosamente colocados. Carteles de metal medio derretidos
decoraban sus costados, junto a las todavía intactas llamas de casas y tiendas. Pero debido
a la pelea entre Elisabeth y una cierta necromante, toda el área había sido reducida a los
restos de un campo de batalla.

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Volumen 4

Huesos estaban esparcidos por todo el suelo, y muchos de los edificios habían sido
brutalmente derribados.

El camino de ladrillo estaba decapado también, y marcas espantosas contaminaban la


tierra. En medio de todo eso, había un área donde el barro fue apilado alto sin naturalidad.
Una tabla de madera se alzaba desde el interior del montículo de suciedad.

Era una tumba.

Sobre la tabla estaba un sombrero sucio. Elisabeth se sorprendió; había medio esperad que
hubiera sido llevado por el viento ya. Los lirios blancos que una vez habían decorado su
amplio borde ya, por supuesto, no estaban.

Entrecerrando sus ojos ligeramente, Elisabeth murmuró.

“…Marianne.”

Ese nombre era preciado para Elisabeth, pero desagradable también.

Marianne había sido la tutora de Elisabeth cuando era joven. Debido a su culpa sobre los
homicidas actos de Elisabeth, Marianne se había vuelto loca, al final cayendo en las manos
de Vlad y convirtiéndose en una necromante.

La sepultura no había sido obra de Elisabeth.

Esa había sido la obra del hombre que había liquidado a Marianne después de que se había
convertido en el peón de un demonio: Kaito Sena.

Después de enterrar a su padre—o más bien, la muñeca que había habitado el alma de su
padre—en el patio trasero, Kaito había mencionado que quería darle un entierro a Marianne
también. Al principio, Elisabeth había rechazado la idea rotundamente. Pero Kaito había
sido obstinado, y Elisabeth finalmente aceptó darle transporte, y nada más.

Traer el cuerpo de Marianne habría estado en contra de los sus deseos y los de Elisabeth,
así que Kaito construyó la tumba en el lugar. Sin embargo, toda la ciudad estaba llena de
muerte. Incontables cadáveres contaminaban sus calles, ni una sola de las cuales había
recibido algo parecido a un funeral. Elegir enterrar solo uno de ellos era un acto cómico de
autosatisfacción.

Elisabeth no había mostrado ninguna piedad en señalarle ese hecho a Kaito. Sin embargo,
asintió con la cabeza, profundamente consciente de ese hecho.

“Yo fue el que la mató. Este es mi problema, no el de alguien más,” había dicho.

En cierto sentido, la tumba servía como un monumento a la terquedad de Kaito tanto como
alguna otra cosa.

109 | P á g i n a
Isekai Goumon Hime
Volumen 4

Hasta entonces, Elisabeth nunca había sentido el deseo de visitarla.

No se habituó a recordar a las personas que había asesinado. Ni a poner atención a las
entrañas sobre las que caminaba, ni la sangre manchando el suelo a su paso. Pero ahora
que los catorce demonios habían sido derrotados, las cosas eran diferentes.

Ahora, tenía algo que sentía que necesitaba decirle a la mujer debajo de la tumba.

“Perdóname, Marianne, porque he mentido.”

Sus palabras, y la disculpa que llevaban, vinieron del corazón. Apretando sus puños,
Elisabeth se dio la vuelta para mirar detrás de ella. Su mirada estuvo en silencio mientras
echaba un vistazo a la ciudad de muerte atestada de ceniza.

“Perdónenme, todos. Dije que tenía la intención de seguirlos en breve. Pero parece que no
puedo irme aún. Por favor, espérenme.”

Ninguna voz se elevó para responder. El viento simplemente llevó la misma animadversión
de siempre.

¡Aborrecible Elisabeth, repugnante Elisabeth, cruel, espantosa Elisabeth!

¡Una maldición sobre ti, una maldición sobre ti, una maldición, una maldición, una
maldición eterna sobre ti, Elisabeth!

Elisabeth respondió con una dulce sonrisa.

Entonces repitió las mismas palabras que había dicho una vez, palabras que ahora
equivalían poco más que un soliloquio.

“No tenía el derecho de tomar la luz de ni una sola persona en este mundo. Cada persona
que asesine llevaba una vida vigorosa, una vida a la que tenían total derecho de llevar a
cabo como desearan. Eran inocentes, y yo los asesiné. Los maté a todos ustedes
cruelmente, horripilantemente, sin piedad, e injustamente. Y no tengo la intención de
escaparme por mi cuenta. Tengo que sacrificar a sólo uno…o detenerlo, y ese será el final.”

Sus palabras finales, y sus solas palabras finales, tenían una cierta flaqueza.

Levantando su cabeza hacia el ceniciento cielo, Elisabeth cerró sus ojos. Debajo de sus
párpados, la escena antes de la muerte de Marianne se repitió. Vestida con su vestido de
luto, su tutora no había dirigido una pizca de odio en su dirección.

Sus ojos habían estado llenos de amabilidad, como los de un adulto hablándole a un terco
niño.

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Volumen 4

“La amé desde el fondo de mi corazón, joven señorita. Incluso ahora, la adoro tanto
como cuando era una niña.”

Entonces, con una profunda y severa tristeza en su voz, expuso la verdad.

“Una vez que me haya asesinado, imagino que no quedará nadie en este mundo
que en verdad la ame.”

“Sí, no tenía a nadie. Se suponía que…no tenía uno…”

“Me gusta mucho.”

“Por el bien de esa persona, podría hacer o convertirme en lo que fuera necesario.”

“Decir tal cosa de una mujer que compartió la carne de un demonio se convirtió en la
Torture Princess… Qué absolutamente tonto.”

Mientras sacudía su cabeza exasperada, Elisabeth se quedó en silencio. Luego se giró de


nuevo hacia la tumba. Estaba a punto de decir algo, pero entonces de repente, su rostro se
congeló.

De repente había sido embestida por una profunda sensación de incomodidad.

Se sintió como una aguja, abriéndose paso en su cerebro.

“Espera. Solo un momento. Hace un momento, eso…”

Sintiendo un shock atravesar su cabeza, Elisabeth presionó su frente.

Repasó de nuevo la escena ante ella. No había nada extraño sobre ella, nada fuera de
lugar. No había nada en particular sobre la tumba de Marianne que pudiera haber
ocasionado tal reacción. Pero por alguna razón, la incomodidad se negó a desvanecerse.

¿Qué, entonces? ¿Qué podría haber sido lo que encontré tan inquietante?

Mientras se devanaba los sesos, se encontró recordando cierto recuerdo. Había sido muy
joven, y había arrojado su pluma fuente sobre el suelo. Había estado enfurruñada por una
lección que no había tenido sentido para ella, pero Marianne la regañó, de manera amable
pero firme.

“Si piensa en ello con cuidado, joven señorita, todo tendrá sentido,” había murmura.

Luego había sonreído. “Repasémoslo una vez más, ahora, ¿quiere?”

“Repasar mis últimas palabras…una vez más.”

111 | P á g i n a
Isekai Goumon Hime
Volumen 4

Decir tal cosa de una mujer que comparte la carne de un demonio se convirtió en la
Torture Princess.

Elisabeth abrió ampliamente sus ojos anonadada. Ahora que pensaba en ello, era obvio
más allá de lo creíble. Pero cuando había estado cazando a los catorce demonios, no había
tenido un momento libre para pensar en tales cosas.

Pero ahora, se había dado cuenta.

En eso hay una contradicción fundamental.

“Compartí la carne de un demonio.”

De por sí, no había nada extraño sobre ese hecho. Después de todo, Vlad y sus
compatriotas ya habían convocado demonios en ese momento. Pero justo como ella, Vlad
Le Fanu no era un simple humano. Había sido el primero de los catorce en convocar un
demonio, formando exitosamente un contrato con el Káiser, el demonio más fuerte que la
humanidad podría convocar.

Kaito había recibido la ayuda de Vlad como un intermediario, pero hacer algo así solo era
un hito que ningún mago ordinario podría completar.

Comparado con la Torture Princess, quien había masacrado toda la población de su feudo,
el poder de Vlad seguramente era inferior. Pero él mismo debe haber comido la carne de un
demonio antes de hacer que Elisabeth hiciera lo mismo e intentara convertirla en su
sucesora.

Al comer la carne de un demonio, Vlad Le Fanu ganó el poder de convocar un demonio.

“Espera.”

Era contradictorio.

Era extremada y abrumadoramente contradictorio.

“¿De dónde vino la carne del primer demonio?”

***

“Como no has respondido aún, te preguntaré de nuevo. De ahora en adelante, sírveme.”

“Me niego rotundamente.”

Jeanne, la nueva chica que se había presentado a sí misma como una Torture Princess, le
dio a Kaito una contundente invitación, y su respuesta fue rápida.

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Volumen 4

La situación había dado un giro brusco.

La tranquilidad de la habitación había sido hecha añicos, junto a todos sus planes. La gente
bestia que había prometido pelear con Kaito como aliados estaban todos derrumbados
sobre el suelo. Y por alguna razón, la perpetradora, una chica que nunca había visto antes,
le estaba ordenando convertirse en un sirviente.

Aunque estaba confundido, su respuesta fue tan segura como lo había sido la última vez
que algo similar había pasado.

Una imagen de los cadáveres brutalmente asesinados y colgados atravesó su mente. Y las
personas que habían sido lo suficientemente amables para creer en él actualmente estaban
tendidos en el suelo y sangrando. Dados esos dos hechos, negarse era la única opción
sensata.

Se preocupó de que su humor empeoraría, pero por alguna razón, Jeanne asintió con la
cabeza en cambio. Pero a diferencia de Elisabeth, que había reaccionado con diversión,
Jeanne simplemente habló de manera despreocupada con su voz apenas humana.

“Tu respuesta fue bastante rápida, mister*. Aunque tu respuesta misma entra dentro de los
parámetros esperados, su velocidad fue bastante inesperada. Qué sensación tan extraña—
decepcionante, y, sin embargo, al mismo tiempo, no. Todo está bien, sin embargo. Tengo
mis conjeturas, pero ¿te importaría profundizar tu raciocinio?”

[Nt: Lo utiliza mucho, y se me hizo un poco raro usar “señor” a cada rato, mejor así uwu.]

“Antes que nada, ya sirvo a la Torture Princess Elisabeth Le Fanu. Segundo, dado que
cometiste todos esos asesinatos, e hiciste esto, eres indudablemente mi enemigo.”

“Sospecho que hay una tercera razón.”

Jeanne lo motivó a continuar. Después de respirar hondo, Kaito escupió sus palabras con
toda la hostilidad que podía reunir.

“Mi tercera razón es que me repugnas directamente.”

“Ya veo. Qué ilógico.”

Jeanne le dio un ligero asentimiento de cabeza. Luego parpadeó unas cuantas veces, sus
ojos de color rosa brillaron mientras lo hacía. Finalmente, retorció sus labios en lo que
probablemente iba a ser una sonrisa.

“En cuanto a tu primera razón, mister, creo que ya te has separado de la Torture Princess,
¿no es así?”

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Volumen 4

“Sí, cierto. Pero, aun así, no puedo servirle a nadie más. Ella es la única que me llamó, y es
la única a la que sirvo. Juré quedarme a su lado hasta el final, así que, aunque estamos
separados, sigue siendo mi ama.”

“Ya veo, una decisión basada exclusivamente en principios psicológicos. No es extraño que
la encuentre imposible de comprender. Después de todo, desde hace mucho he sido
considerada ‘inhumana.’ En cuanto al resto de tus razones, me llevaría mucho tiempo
explicarlo en mis propias palabras, así que perdóname por tomar prestada el habla de
ustedes ovejas perdidas, pero—son malditas estupideces.”

Kaito inconscientemente la miró fijo, aturdido.

Sus rasgos y expresión eran como los de una muñeca delicadamente hecha, justo como
siempre. Kaito encontró difícil creer que había escuchado las palabras acabaron de salir de
sus labios de aspecto rígidos. Pero continuó de la misma manera.

“Hombre, deja de alinear una razón inútil como la mierda después de la otra,
pequeña mierda. ¿Por qué no le das un vistazo a tu alrededor y piensas en cuán
superado eres antes de dejar correr tu maldita boca? Deberías o meterte de nuevo a
tu cuna y comenzar de nuevo, o ir a cavarte una tumba y acostarte en ella. Como dije,
perdóname.”

“¿Cu…cuál es su problema, exactamente?”

“Supondría que la gente que usó como referencia para su ‘habla de los plebeyos’
tenían bocas bastante sucias. Aunque es un método absurdo de encontrar afinidad,
difícilmente es inaudito entre magos preeminentes.”

Una clara y profunda voz resonó. Normalmente, sólo Kaito podría escucharla, pero en este
momento, estaba proviniendo de su costado. Justo como hacía cuando hablaba con Vlad o
Elisabeth, el Káiser actualmente estaba proyectando su voz de tal manera que podía ser
escuchado por todos los presentes.

Desconcertado, Kaito miró a su lado. En algún punto, mechones negros habían comenzado
a tejerse en el espacio vacío. Lisos y de color obsidiana, comenzaron como músculos
flexibles en el aire. Luego fino pelaje negro apareció sobre ellos. Eligiendo esta vez asumir
una forma dos veces el tamaño de un perro común, el sabueso supremo terminó de
materializarse.

Mientras sacudía todo su cuerpo, soltó una risa como humana.

“Vlad y Elisabeth tenían cariño por la charla ociosa, ya ves. Esos dos deberían ser
tomados como excepciones, no como algún tipo de estándar.”

“¿Káiser? ¿Saliste por tu cuenta? ¿Qué, las cosas son realmente tan serias?”

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“Ha. A este ritmo, corres el riesgo de hacer que te maten sin cuidado. Ten cuidado,
indigno amo mío. Lo descubrirás bastante rápido si inspeccionas su maná y lo comparas
con el tuyo, pero es chica es muy, muy superior.”

“Oh, ¿un perrito?”

Jeanne ladeó su cabeza al costado, su elección de palabras casi siniestramente infantil. Se


quedó en silencio por unos segundos, como una máquina que había sido desconectada.
Después de un momento, sin embargo, golpeó su puño contra su palma.

“He analizado la información aplicable. Ya veo, ¡eres el Káiser! Saben, esto es culpa de
todos ustedes, jorobados cerdos con olor a vómito, o así me gustaría reprenderlos,
pero por ahora, te ofrezco un fino hola. Te ves justo como los libros decían.”

“Heh, tu cortesía es deficiente, pero al menos eres lo suficientemente educada para


lograr un saludo medio decente. La sorpresa es todo mía—difícilmente había esperado ver
un Deus Ex Machina en estos días.”

“Oh my, mister. Es un poco desalentador que ni siquiera tú lo esperaras.”

La chica y el sabueso se dedicaron a conversar, una que parecía francamente amistosa.


Mientras lo hacían, Kaito tembló.

Había hecho como el Káiser sugirió y revisó el suministro de maná de Jeanne.

Es…esta es alguna broma enferma, ¿verdad?

No lo había notado al caos y la confusión, pero la cantidad de maná que tenía la chica a su
disposición estaba ligas por encima de tu persona promedio. Prácticamente era rival para
Elisabeth. Y a diferencia de la siniestra agudeza similar a una rosa del maná de Elisabeth, el
de Jeanne era suntuoso y frío.

Emitía la retorcida impresión de una flor artificial, una que comía gente viva.

Kaito supo instantáneamente que no era rival para ella.

Pero tengo que hacer algo sobre ella, o no puedo salvar a Lute y los otros.

Todavía podía escucharlos gemir. Hasta donde sabían, ninguna de sus heridas era fatales,
pero eso podría cambiar si no recibían ayuda pronto. Comenzando a perder la calma, le
hizo al Káiser una pregunta mientras buscaba una apertura.

“Hey, Káiser, ¿qué es Deus Ex Machina?”

“¿Hmm? Es una entidad, una que requiere un rito de invocación particular para
llamarla.”

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Volumen 4

“¿Un rito de invocación?”

Al escuchar la inesperada frase, Kaito entrecerró sus ojos. Cuando escuchó “rito de
invocación,” su mente inmediatamente saltó a las criaturas similar a pájaros que La Mules
había convocado. Pero esas cosas no se habían parecido nada a Deus Ex Machina.

Prestándole la confusión de Kaito poca atención, el Káiser asintió con la cabeza.

“Elisabeth puede invocar dispositivos de tortura sin límite, ¿verdad? Lo que hace es
usar su propio maná como un catalizador para arrastrar masas de maná sin forma, sin
nombre y sin valor de dimensiones más altas y temporalmente convertirlas en las formas
que mejor se adecuen a sus propósitos. Convocar bestias es similar. Pero si uno puede
hacer eso o no, si uno es capaz de tomar cosas sin forma y moldearlas en formas
adecuadas para la batalla, depende considerablemente de la naturaleza de uno. ‘Deus Ex
Machina’ se refiere a la entidad convocada cuando uno usa un rito de invocación que un
hechicero loco desarrolló para subvertir esa restricción.”

El Káiser balanceó su lisa cola negra hacia las horribles máquinas.

Era verdad; cuando las mirabas todas alineadas, claramente fueron diseñadas con sólo el
combate en mente.

“Deus Ex Machina es un arma, diseñada para que uno pueda usarla sin tener en
cuenta su naturaleza o propensión. Para materializarla continuamente, sin embargo, se
requieren enormes cantidades de maná. Usarla en absoluto tiende a matar al usuario. Ese
patán Vlad estaba pensando en convocarla, pero al ver sus datos, la consideró una
‘molestia a mantener’ y abandonó la idea. Sin embargo, parecer que esa muchachita ahí la
ha dominado, y con un simple cuerpo humano.”

“Parece que estoy siendo alabada, pero aún no te hemos mostrado nuestro verdadero
poder. Es verdad que lo que encerraste en hielo era parte de Deus Ex Machina, mister, pero
no era nada más que un peón que hice de partes sobrantes que estos niños reunieron para
mí. Ciertamente no era una de las unidades principales.”

Al escuchar lo que tenía que decir, Kaito se estremeció. Si ese era el caso, ¿entonces solo
cuán fuerte eran las unidades principales de todos modos? Después de todo, esas eran las
por las que Jeanne estaba rodeada de manera casual.

El Káiser la señaló con su larga cola. Luego, mientras murmuraba, se rio de la chica que se
había presentado a sí misma como una nueva Torture Princess.

“Sin duda alguna, no puedo pensar en ninguna explicación aparte de que haya
comido la carne de un demonio.”

“Espera, ¿qué?”

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Volumen 4

El Káiser de repente había soltado un nuevo trozo de información sobre él, una que era
totalmente impensable.

Kaito estaba espantado. ¿Eso significaba que la chica delante de él era justo como
Elisabeth, una persona realmente digna del título de Torture Princess? No había manera de
que eso pudiera ser posible.

Al mismo tiempo, sintió un grado de satisfacción al haber resuelto la contradicción entre sus
conjeturas y la proclamación del Káiser.

Justo como los dispositivos de tortura que convocaba Elisabeth, Deus Ex Machina misma
era completamente sin relación con los demonios. Eso dicho, sin embargo, su ama había
obtenido su poder al consumir la carne de un demonio.

Así que, en otras palabras, las masacres tenían tanto nada que ver con demonios
como todo que… ¿ver…?

Fue en ese momento que Kaito llegó a una nueva y espeluznante pregunta.

Supuestamente, Jeanne había comido la carne de un demonio. No estaba claro cuándo


había pasado eso, pero no daba la impresión de que alguno de los catorce contratistas
hubiera sabido de su existencia.

Hipotéticamente hablando, si uno de ellos la hubiera contactado y ofrecido la carne con el


fin de formar una relación de colaboración con ella, seguramente habría recurrido a su
ayuda antes de ser asesinado por Kaito y los otros.

Pero si ese es el caso, ¿entonces la carne de cuál demonio comió?

Una vez más, Kaito tembló.

“Con respecto a esto último, ¿nos retiramos, mister?”

La voz de Jeanne fue tan ligera como la de una pequeña ave trinando.

¡¿Qué diablos quieres decir con “Con respecto a esto último”?!

Pero Kaito no tenía tiempo para estar desconcertado. La chica le extendió su mano, como si
lo invitara a bailar. Las cadenas colgando de sus muñecas la hacían verse casi como una
prisionera.

No seguro respecto a qué quiso decir, Kaito ladeó su cabeza al costado. Sosteniendo su
alabarda con una mano, Hina dio un paso adelante.

“Creo que el Amo Kaito ya rechazó tus tonterías.”

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“Oh my, oh my, oh my. Todavía no lo entienden, ¿no es así, imbéciles?”

Dijo Jeanne, su expresión en blanco. Sus cadenas repiquetearon mientras apoyaba su dedo
índice sobre su labio.

Entonces continuó, como si intentara explicarle algo obvio a un niño.

“Permíteme ponerlo de la manera en que tú lo harías, mister. Antes que nada, las vidas de
toda la gente bestia aquí descansan en mis manos… Oh, qué desafortunado. Supongo que
el ‘primer’ punto era todo lo que tenía.”

Parecía que en verdad encontraba ese hecho desafortunado, ya que bajó sus ojos
rosáceos. Sin embargo, pronto lo superó. Dirigió un delgado dedo hacia Lute.

Kaito lo miró. Mientras mantenía presión en su flanco herido, Lute encontró la mirada de
Kaito y sacudió su cabeza. Estaba gritándole en silencio a Kaito que no fuera con ella.

Ni siquiera había intentado pedirle ayuda a Kaito. Parecía estar planeando oponerse a ella
por su cuenta.

Enseguida, Kaito repasó la sala del consejo con su mirada. Una y otra vez, recibió la misma
respuesta.

Toda la gente bestia había respondido de la misma manera.

Eso era suficiente para él.

“Hina, baja tu alabarda… Entonces, ¿a dónde planeas llevarnos?”

Kaito colocó una mano en el hombro de Hina. Con un pequeño asentimiento de cabeza,
bajó la punta de su arma.

Mientras Kaito avanzaba para cubrir a Hina, Jeanne respondió su pregunta de forma
realista.

“Como están las cosas, ni una sola de ustedes ovejas descarriadas en verdad entiende la
situación en la que estamos. Pero el mundo está en un estado de crisis, y la situación se
vuelve más funesta con cada segundo que pasa. Tengo la intención de mostrárselo con los
métodos más directos a mi disposición. Mi razón para eso es que explicarlo completamente
tomaría más tiempo. Eres el contratista del Káiser, mister. Y eres un valioso pedazo de
carnada para la Torture Princess, también. Te haré entender, lo quieras o no. Ahora bien,
trae tu trasero aquí ya.”

En silencio, Kaito se dio cuenta de algo. Él y Jeanne nunca iban a ser capaces de estar de
acuerdo.

118 | P á g i n a
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Volumen 4

Ni siquiera puedo entender sobre qué no para de hablar.

La chica misma, sin embargo, parecía pensar que su deber de explicar la situación fue
totalmente cumplido. Aún inexpresiva, pero con un comportamiento extrañamente
satisfecho, Jeanne le extendió su mano una vez más.

Acompañado de Hina, dio un paso hacia delante. Cuando lo hizo, sin embargo, alguien
agarró su pierna. Con un sobresalto, bajó su mirada.

La expresión en el rostro de Lute era desesperada mientras intentaba detener a Kaito.

“Sir…Kaito… No…debe ir… Esa…chica…está loca…”

“Lo siento. No sé qué está pasando en absoluto, pero parece que los metí en algo terrible.
Si nos vamos con Jeanne, al menos ningún civil será herido. Una vez que nos vayamos,
grita por sanadores.”

“Pero… ¿qué hay…de usted—?”

“Realmente lo siento por esto.”

Kaito se encontró sin saber qué decir a continuación. La respiración de Lute era harapienta.
Después de mirar entre sus dorados ojos y la brutal herida en su flanco, Kaito decidió hablar
desde el corazón.

“Estaba realmente feliz de que ustedes creyeran en mí. Gracias…y asegúrate de cuidar
bien de tu esposa.”

Con esas palabras de despedida, Kaito comenzó a caminar de nuevo.

Lute frenéticamente arañó los tobillos de Kaito, sus afiladas garras rasparon los mangos del
pantalón de Kaito. Pero en breve, Kaito avanzó más allá de su alcance. Mientras avanzaba
con pasos largos, Lute arañó el suelo. Pero su cuerpo se negó a moverse.

Sin importar cuán fuerte Lute forcejeaba, no podía seguirlo.

Al mismo tiempo, no había llamado refuerzos. Ninguna escasez de soldados poderosos


había caído ya. Con el fin de evitar añadir más víctimas a la suma, Lute eligió solo ver la
partida de Kaito hasta el final. A pesar de eso, sin embargo, no pude evitar soltar un débil y
estruendoso gemido desde muy profundo dentro de él.

“¡Urooooough, urooooough, uraaaaaagh!”

Kaito tomó la mano de Jeanne. Cuando lo hizo, ella apretó su mano con fuerza. El gesto
parecía casi inocente, y dio un mecánico asentimiento de cabeza.

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

En algún momento, el Káiser había tomado su lugar al lado de Kaito.

Entonces las Deus Ex Machinas se movieron para rodearlos. Con movimientos extraños,
comenzaron a girar alrededor de Kaito, Hina, Káiser, y Jeanne. Pétalos de flor dorados y
plumas blancas comenzaron a ondear junto a ellos. Los deslumbrantes tintes quemaron la
escena en la visión de todos los presentes.

Era un magnífico y elegante espectáculo, pero al mismo tiempo, tenía cierta frialdad.

Jeanne gritó desde el ojo del vórtice.

“¡Por favor, dejen sus preocupaciones! ¡Por favor señores, groseros señores, despreciables
señores, todos ustedes! ¡No hay necesidad de que ninguno de ustedes llore o lamente!”

Entonces la Torture Princess Jeanne de Rais,

la opresora de esclavos, la salvadora del mundo, la santa, y la puta, hizo su sonora


declaración.

“¡Todo esto es por el bien de la salvación!”

La luz blanca-dorada se desvaneció.

Y cuando lo hizo, Kaito y Hina dejaron la tierra de la gente bestia atrás.

Lute había sido dejado atrás, y sus furiosos y frustrados aullidos resonaban por los muros.

***

Con total sinceridad, Kaito estaba preparado para la posibilidad de la muerte.

Las cosas que Jeanne estaba haciendo y diciendo no le dieron confianza alguna en su
cordura. Y no sólo era incapaz de decir qué estaba pensado ella, sino que ni siquiera podía
determinar cuál era su objetivo. Basado en el hecho de que se había referido a él como “un
valioso pedazo de carnada para la Torture Princess,” claramente él tenía algo de valor en
sus ojos, pero más allá de eso, estaba a oscuras.

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Volumen 4

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Volumen 4

Dado todo eso, no se habría sorprendido de descubrir que su destino estaba una milla
arriba en el aire o algo.

Hina y el Káiser podían tomar decisiones rápido, así que no estaba particularmente
preocupado sobre alguno de ellos. Pero tenía poca confianza de que él mismo sería capaz
de salir de tal situación de una pieza.

Tengo que estar listo para lo que sea que venga.

Con todo eso en mente, Kaito levantó su guardia. Los pétalos dorados y la luz blanca se
habían fundido ante sus ojos y formado un firme cilindro, pero en breve, se hizo añicos y se
derrumbó como oro derretido.

Resultó que los miedos de Kaito habían sido en parte infundados, ya que su destino estaba
sobre un buen y sólido suelo.

El espectáculo ante él, sin embargo, era lo suficientemente extraño para compensar ese
hecho.

“… ¿Qu—?”

Kaito se había encontrado de pie en una pequeña aldea metida a presión en el barranco
entre dos cordilleras empinadas.

Había filas de color pizarra edificios firmemente comprimidos flanqueándolo en ambos


lados, los cuales parecían prácticamente aferrarse al estrecho terreno. En base a su
apariencia, los edificios parecían haber sido hechos exclusivamente de rocas extraídas de
las laderas. Cada uno probablemente pesaba una cantidad considerable, pero habían sido
expandidos tan al azar que la presión los había hecho deformarse. Unos cuantos de los
edificios incluso se habían desplomado por el peso de sus vecinos.

Considerándolo todo, emitían una impresión similar a bolitas de algodón firmemente


empacadas en un banco de nieve.

En otras palabras, la aldea era vieja, destartalada, e inhóspita.

El espacio entre las montañas en que la aldea estaba se hacía más estrecho entre más uno
subía. Como resultado, simplemente con estar en medio de la ciudad, Kaito sintió como si
algo estuviera cerniéndose sobre él. Además, todo el lugar estaba privado de luz solar, y ni
siquiera el viento podía alcanzar sus calles. Un solo roce con la enfermedad podría haber
provocado un desastre para toda su población. Pero, aunque ninguna norma la habría
considerado adecuada para ocupación humana, el aspecto más peculiar de la aldea no
estaba relacionado con su diseño.

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

El honor le pertenecía al hecho de que había cadáveres humanos crucificados por las
paredes de cada edificio.

Sus huesos eran incontables y llenaban la visión tan lejos como el ojo podía ver.

Tres descriptores corrieron inmediatamente a la frente de su mente.

Masacre. Sacrificio.

Y finalmente, tortura.

Los cadáveres crucificados tenían estacas de hierro corriendo desde sus palmas hasta sus
hombres y desde sus pies hasta sus muslos.

También se veían bastante viejos, ya que su carne hace mucho tiempo se había podrido.
Por eso, las cicatrices en sus huesos eran visibles, haciendo evidente que las estacas de
hierro no fueron la única forma de tortura que habían sufrido.

La angustia que habían sentido antes de sus muertes parecía haber ido feroz y larga.

Cada edificio en la ciudad estaba decorado de cadáveres en ese estado. Kaito no sintió la
necesidad de molestarse en revisar dentro de las estructuras para confirmar su horrible
teoría.

Incluso si fuéramos a buscar sobrevivientes, creo que las probabilidades de que


encontremos a uno son escasas.

Con toda probabilidad, cada persona en la aldea estaba muerta. El asentamiento acunado
en montañas era como un único y gigante ataúd.

Con respecto a esto último, un vago pensamiento pasó a la deriva por su mente.

Me recuerda a la ciudad natal de Elisa…no, la ciudad natal de la Torture Princess.

“Conoces un lugar similar, ¿no es así, mister? Ella y yo somos Torture Princesses, después
de todo.”

Una vez más, Jeanne mostró su expresión alegre mientras extendía sus brazos. Las
cadenas en sus muñecas repiquetearon mientras giraba, y su cabello color miel brilló
mientras se mecía.

Cuando lo hizo, la adornada y expuesta naturaleza de su atuendo hizo que ella evocara la
misma imagen de una bailarina.

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Volumen 4

“Como sabes perfectamente, el nacimiento de una Torture Princess requiere el dolor de una
apropiada cantidad de sacrificios. Elisabeth mató a su gente y se los ofreció a sí misma. Me
dieron ofrendas, y esos fueron los que maté. La misma diferencia*, ¿me entiendes?”

[Nt: Es una expresión como para decir que las dos opciones son casi lo mismo o que daría
lo mismo cuál se escoge, más o menos decir “es lo mismo”.]

Kaito frunció el ceño. No tenía ni idea de a qué se refería. Pero, aunque no podía
entenderla, podía de alguna manera descifrar lo que estaba intentando decir.

Esta aldea era similar a la tierra natal de Elisabeth de tantas maneras. Pero había una
diferencia mayor entre las dos.

No había voces resentidas aquí.

Incontables personas habían sido torturadas y asesinadas aquí. Sin embargo, a pesar de
eso, Kaito no podía sentir aura maliciosa emanando del gris asentamiento. El aire llenando
la aldea era silencioso y tranquilo.

“Elisabeth mató a su gente y se los ofreció a sí misma” … “Me dieron ofrendas, y


esos fueron los que maté.”

Kaito reflexionó sobre las palabras de Jeanne en su cabeza. “La misma diferencia.”

En otras palabras, los habitantes de esta aldea se habían ofrecido a sí mismos por voluntad
propia a la Torture Princess.

¿Pero por qué?

“Convoca a Vlad, chico. No haremos ningún progreso a este ritmo.”

Gruñó el Káiser, y Kaito se giró para verlo. Cuando sus ojos se encontraron, el Káiser se
burló.

“Aunque seas retorcido, tu forma era originalmente la de una correcta esfera de


vidrio. No seas lo suficientemente engreído para pensar que puedes conversar con gente
como ella. La mejor manera de tratar con un lunático es enviar a un lunático propio.”

“Ahí tienes un punto. Ni siquiera puedo decir de qué está hablando.”

Asintiendo a la sugerencia del Káiser, Kaito alimentó con manpa la piedra en su bolsillo.

Pétalos cerúleos y plumas negras se arremolinaron por el aire. Sus números fueron
reservados esta vez, pero Vlad hizo su siempre extravagante aparición desde el interior de
ellos de todos modos. Cruzó sus largas piernas en el aire.

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Sus ojos brillando con curiosidad infantil. Sin siquiera una introducción, se abalanzó a
hablar.

“Qué intrigante, construir artificialmente una Torture Princess de esa manera. No sé


quién tuvo la idea, pero ciertamente no puedo negar su creatividad. Tengo que decir, sin
embargo, me encuentro más interesado en el creador que la creación… ¿Solo quién fue el
hermoso demente que te concibió?”

La cabeza de Vlad parecía prácticamente estar en las nubes, la pregunta que estaba
haciendo casi no tiene nada que ver con la de Kaito. Aún inexpresiva, Jeanne señaló hacia
un edificio particularmente deforme. Los huesos crucificados contra sus retorcidos muros
estaban revestidos de adornos dorados.

“Mm.”

“Ah, martirizando incluso a mí mismo, ya veo. Qué meticuloso. Se te ha confiado el


resto, entonces, lo tomo. Lo cual nos lleva Elisabeth y Kaito Sena. Estás intentando
hacerlos tus sirvientes.”

Al escuchar su respuesta infantil, Vlad acarició su barbilla en comprensión. Jeanne asintió


en respuesta. Al parecer, los dos habían logrado establecer comunicación exitosamente.
Con eso dicho, Kaito todavía no podía entenderlo.

Frenéticamente le habló a Vlad.

“Hey, Vlad, espera un minuto. ¿Qué diablos lograste obtener de eso? Por lo que a mí
respecta, todo fue solo más tonterías. ¿Qué pasó ahí? ¿Cuál es su meta? Si entiendes lo
que está pasando, hombre, tienes que explicármelo.”

“Primero, déjame comenzar con un cuento de hadas.”

“¿Perdón?”

Parecía que incluso Vlad planeaba hablar en acertijos. Siempre había sido extraño, pero
Kaito estaba preocupado de que finalmente se hubiera roto. Frente a él, Vlad dio una
elegante reverencia, como un actuar dando una actuación.

“¿Quizás la has escuchado, mi querido sucesor? No, espera, provienes de otro


mundo. Sería extraño que sí… Maldita sea. Ahora toda mi diversión se ha estropeado.”

“No me importa lo que se ha estropeado. Solo responde la pregunta ya.”

“Hace mucho, mucho tiempo, una santa que llevaba a Dios en su cuerpo rehízo el
mundo, luego desapareció. La historia de hoy toma lugar justo después.”

Ignorando las quejas de Kaito, Vlad continuó resuelto.

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Su voz orgullosa e inafectada, poéticamente contó su historia.

“Ahora, por alguna razón, todo un clan de alquimistas de alto prestigio desapareció.
Se dice que esto retrasó los desarrollos mágicos de la humanidad por más de un siglo.
Todos y su madre fueron a buscarlos; incluso yo mismo pasó algo de tiempo intentando
encontrarlos. La ubicación más probable se consideró que era el tramo de tierra entre las
tierras de la gente bestia y los demi-humanos—las dos razas comparten una relación
amigable, así que la vigilancia en el borde es laxa. La gente sospechó que se habían
escondido en un punto ciego entre las dos.”

“¿Y qué?”

“Ahí es precisamente donde estamos justo ahora.”

La historia de Vlad había parecido no relacionada, pero todo de repente encajó.

Nervioso, Kaito pasó su mirada de manera amplia por la aldea entre las montañas. Era
verdad que la aldea estaba corta de caminos u otras maneras de salir y entrar. Describirla
como oculta sería completamente pertinente. Pero si la historia de Vlad era cierta,
¿entonces por qué los alquimistas habían elegido refugiarse en este lugar?

Agitando sus manos como un director de orquesta, Vlad señaló a su alrededor mientras
continuaba su cuento.

“Los alquimistas se escondieron aquí y pasaron muchos años buscando un método


para trabajar contra cierto objetivo. Al final, crearon una Torture Princess. El clan había
reforzado sus filas a través de la endogamia*, y todos se entregaron como ofrendas para
fortalecerla.”

[Nt: Tener hijos de personas emparentadas biológicamente. O como algunos dicen, la


monterrey.]

“¿Por qué diablos ellos—?”

“…En resumen ¿estás diciendo que necesitaban fuerza marcial?”

Hina, que había estado de pie junto a Kaito muy alerta, finalmente habló.

Vlad movió su mirada hacia ella, como su recién hubiera registrado su existencia. Parecía
completamente sorprendido. Pero entonces su boca se enroscó en una dulce y refinada
sonrisa.

“Bien pensado. Parecía que la basura que una vez mezclé ha alcanzado la
excelencia. Tu crecimiento excede mucho mis expectativas; como un mago, debo decir que
encuentro eso bastante encantador. Pues, pareces extremadamente humana.”

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“Dado que estaban dispuestos a ir tan lejos como para sacrificarse a ellos mismo, conjeturo
que el oponente que estaban enfrentando no era un enemigo de ellos personalmente.
Después de criarla como al Torture Princess, le confiaron pelear contra ‘algo’ con lo que,
aunque terrible, no tenían ninguna conexión personal. Esa es mi hipótesis, como alguien
familiarizada con el poder y destino de otra Torture Princess, Lady Elisabeth. ¿Estarías de
acuerdo, Amo Kaito?”

Espléndidamente ignorando los groseros comentarios de Vlad, Hina expuso su teoría. Kaito
le echó un vistazo a Jeanne. No había esperado una respuesta de ella, pero en realidad le
dio un pequeño asentimiento de cabeza. En otras palabras, la hipótesis de Hina había sido
correcta.

Mientras consideraba eso, se encontró asediado por una violenta sensación de mareo.

Cada respuesta que obtenía estaba planteando nuevas preguntas.

¿Con el fin de pelear con esta “cosa,” sea lo que sea, hicieron una Torture Princess?
Hombre, sacrificarse a sí mismos debe haber tomado una barcada de resolución y
convicción. ¿Contra qué diablos estaban peleando? Torturarse a sí mismos y alimentarla
con carne de demonio—no, espera.

Kaito rápidamente frenó de repente su desenfrenada corriente de pensamiento. Luego le dio


voz a la pregunta que lo había acabado de molestar.

“¿Entonces cuál carne de demonio comió ella, exactamente?”

“Ya que ya has muerto una vez, mister, deberías tener bastante idea incluso si no sabes la
respuesta, ¿verdad?”

Jeanne se giró a Vlad y lo instó a continuar. Vlad entonces le susurró, como si estuviera
compartiendo algún gran secreto.

“Sospecho que la carne que consumió vino del mismo demonio que la mía, ya ves.”

Si él había comido la misma carne que Jeanne, entonces eso significaba…

No es la carne del Káiser… No, espera, eso está totalmente mal.

“Eso es…cierto…”

Finalmente, Kaito se dio cuenta de la contradicción allí. Vlad había sido el contratista del
Káiser. Con el fin de lograr eso, de alguna manera había conseguido carne de demonio.
Kaito nunca lo había pensado mucho. Pero sin obtener la ayuda de alguien, habría tenido
que comer la carne de un demonio para poder invocar al Káiser.

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Y, de todos modos, no hay manera de que el orgulloso Káiser dejaría que alguien
consumiera su carne.

Después de reunir suficiente dolor para preservar su propia vida, Vlad había elegido tomar
un rol de orientación y había dejado de acumular fuerza. Como consecuencia de eso, había
sido derrotado por la Torture Princess. Pero, aun así, Vlad no era un simple humano. Había
alimentado con la carne de un demonio a Elisabeth, su sucesora, y sin duda había
compartido la carne de demonio él mismo.

Si ese fuera el caso, sin embargo, ¿entonces cuál carne de demonio había consumido él?

Vlad dio una afable risa, y su expresión se contorsionó en una de pura maldad, una vista
que Kaito no había visto en bastante tiempo. El hombre cuya misma existencia parecía
demoniaca continuó con un suave murmullo.

“Cuando estaba buscando una manera de invocar un demonio, llegué a la manera


más eficiente de conseguir el poder que deseaba. Y después de negociar con el individuo
que me trajo esa información, recibí la carne de demonio de él también.”

“¿Quién fue ese?”

La respuesta de Kaito fue casi automática. Un destello de sed de sangre brillaba en sus
ojos.

Justo como Vlad, ese tipo es el responsable de que los catorce demonios aterroricen
el mundo. Y si no fuera por él, la Torture Princess no habría tenido que pelear… Bueno,
supongo que, en ese caso, su enfermedad la habría matado, aun así. ¡Aun así! El cuerpo
real de Vlad fue quemado en la hoguera, ¿pero qué hay de ese tipo? ¿Sigue con vida aún?

Si quien fuere que fuera todavía estaba de buena salud, Kaito tenía una idea de cómo
proceder. Mientras Vlad observaba la feroz reacción de Kaito, su sonrisa se hizo más y más
amplia. Pero al momento siguiente, dio un teatral encogimiento de hombros.

Entonces sacudió su cabeza, como decepcionado.

“Oh por Dios, pensar que todavía se había escapado de tu atención. ¡Pues, dudo
que siquiera sospeches algo! ¡Muy francamente, estoy asombrado! No puedo decir que fui
mucha ayuda en ese frente, aun así. Para que seas tan torpe…”

“Deja de juguetear y escúpelo ya. ¿Qué fue lo que no sospeché?”

Kaito retrocedió al escuchar la formulación de Vlad. Había estado insinuando que el


misterioso individuo era alguien que Kaito conocía. Pero incluso contando sus dos vidas
juntas, el número de personas que Kaito conocía era difícilmente grande. Frenéticamente se
devanó los sesos.

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¿Quién podría ser? ¿Quién conozco que…?

“¡…!”

“… ¿Hina?”

Hina reaccionó, habiendo pensado en la persona en cuestión más rápido que Kaito. La
miró, preguntando en silencio a cuál respuesta había llegado. Pero no pudo forzarse a
preguntar. Su rostro se había puesto terriblemente pálido.

“No puede ser,” articuló en voz baja.

“Oh, pero puede,” decía la sonrisa de Vlad.

“El Butcher se los dijo él mismo, ¿no es así? Trafica con carnes, sin importar qué
clase de carnes puedan ser.”

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6: Las Rocas Caen y Las Cortinas se Levantan


El cilindro carmesí cayó al suelo como gotas de sangre.

Luego se desvanecieron, dejando a Elisabeth de pie silenciosamente atrás en las


habitaciones subterráneas debajo de su castillo.

Había usado su círculo de teletransportación y regresado de su ciudad natal.

Los corredores debajo de su castillo olían a moho, y un tenue sonido de gemidos hacía eco
dentro de sus muros. Elisabeth avanzó con pasos largos por los pasillos, dirigiéndose a su
habitación. Mantuvo su paso rápido mientras pasaba los ominosos diseños que eran
iluminados por la luz que atravesaba las ventanas de color del castillo.

Mientras caminaba, encontró su sueño frunciéndose. El aire olía a humo, y llevaba con él el
fragante aroma a carne cocinándose. Como esperaba, el olor se hacía más fuerte a medida
que se acercaba a su destino.

Con una mirada disgustada en su rostro, abrió con fuerza la puerta de su habitación.

Dentro, descubrió que el desastre dentro era tanto como lo había sido cuando se había ido.

De hecho, incluso se había vuelto peor.

Un fuego estaba ardiendo sobre el suelo. Era un misterio de dónde había conseguido la
leña, pero el Butcher había reconstruido su hoguera, y los trípodes rodeándola eran mucho
más robustos de los que había estado usando antes.

Un trozo de carne ensartado colgaba sobre la llama de una varilla de hierro. Según
Elisabeth, la carne parecía más o menos respetable.

Mientras rotaba la varilla, el Butcher estaba una vez más condimentando generosamente la
carne.

Entonces notó la presencia de Elisabeth.

“¡Aha, bienvenida de vuelta, Madam Elisabeth! ¡Escuche y alégrese! ¡Para la cena, su


Butcher le ha preparado oh-con-tanta-consideración un asado de basilisco!”

“…Ya veo.”

La respuesta de Elisabeth fue atípicamente franca, y su tono fue peculiarmente alegre.

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Apenas había dado un paso hacia su cama se desplomó en ella. Enterró su rostro en su
almohada mullida. Entonces, apartando una botella de vino dispersa, cerró sus ojos.

Mientras ajustaba el calor de la llama, el Butcher ladeó su cabeza al costado. “La pubertad
es un momento complicado, supongo,” murmuró en voz baja para sí mismo.

El chisporroteante de la llama llenó la habitación. De vez en cuando, las gotas de grasa


goteaban de la carne y chisporroteaban en el fuego.

Por un rato, los dos se quedaron en silencio.

Con el tiempo, sin embargo, Elisabeth balbuceó unas cuantas palabras.

“Hey, Butcher. Sobre la primera vez que viniste a este castillo.”

“¡Ah, eso me trae recuerdos! Me encontraba preguntando, ¿pero ¿cómo manejaba sus
compras antes de que yo viniera? Santo cielo, Madam Torture Princess, imagino que debe
haber sido un gran calvario.”

“Sí, bastante. ‘Es algo bueno que encontrara al único carnicero dispuesto a venir hasta un
lugar tan remoto,’ me dijiste una vez. Me encuentro de acuerdo sinceramente.”

“Oh, muchísimo, muchísimo. Ha-ha, imagino que realmente soy el único que vendría a un
lugar como este.”

El Butcher con orgullo hinchó su pecho mientras felizmente hablaba sobre el pasado.
Mientras vigorosamente rotaba la barrilla apoyada en el trípode, gotas de grasa seguían
salpicando contra las llamas.

El tono de Elisabeth bajó mientras le planteaba su siguiente pregunta.

“Una pregunta, entonces. ¿Por qué decidiste, de la nada, viniste vendiendo tus mercancías
aquí?”

“¿Hmm? Bueno, me enorgullezco de la adquisición de clientes. Soy el comerciante modelo,


si lo digo yo mismo.”

“No mostraste nada de miedo, ni siquiera al momento de tratar con la Torture Princess. Una
pecadora sin igual. Muy al contrario, me trataste como si hubiera sido una cliente tuya por
años. E incluso hoy, tu comportamiento es muy igual. Los demonios se involucran
constantemente en mis asuntos, pero no mostraste el más mínimo indicio de miedo. Pues,
pareces estar muy acostumbrado a ellos.”

“Bueno, ya sabe, siempre he sido un hombre bastante intrépi…¿demi-humano intrépido?”

“Dime, Butcher. ¿Has, por casualidad, tenido tratos con Vlad?”

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En el momento en que sus palabras salieron, el Butcher se quedó en silencio.

Por un momento, un silencio antinatural llenó la habitación. Las llamas crujían, y la grasa
goteaba.

Entonces, con una voz terriblemente desapasionada, Elisabeth reanudó la conversación.

“Esa fue la razón por la que viniste a vender al castillo de la Torture Princess tan
resueltamente. Te enteraste de que Vlad había sido capturado, y sabías qué estaba seguro
a seguir.”

El Butcher no dio ninguna respuesta. Con el tiempo, sin embargo, soltó una risa sorda.

“Hmm, bueno, me devané los sesos con toda mi fuerza, pero verá, tengo oh-tantos clientes.
Recordar los nombres de todas y cada una de las personas con las que he hecho negocios,
bueno, ahora, eso es solo un poco…”

“¿Qué le vendiste?”

Elisabeth interrumpió la respuesta del Butcher y fue directo al centro del asunto.

El Butcher se quedó en silencio de nuevo. El único sonido era el de la fogata


chisporroteando. El Butcher giró la varilla a propósito. Cuando la carne finalmente había
estado cocinada completamente, le echó pimienta encima para aumentar el sabor.
Satisfecho con el resultado, se giró hacia Elisabeth.

Entonces, desde la abismal oscuridad de su capucha, la miró.

“… ¿De qué podría estar hablando?”

Como siempre, su expresión estaba oculta. Pero Elisabeth por instinto lo supo.

El Butcher tenía una retorcida sonrisa.

“¡Spiked Hare*!”

[Nt: Libre de Púas...probably.]

Cuando Elisabeth gritó, pétalos de flor carmesí y plumas negras se arremolinaron en el aire.
Un rodillo de madera lleno de clavos de hierro se materializó, luego comenzó a girar hacia el
Butcher para aplastarlo.

Su respuesta llegó rápido. Con los mismos movimientos gráciles que había mostrado
incontables veces antes, esquivó el dispositivo de tortura.

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La fogata se dispersó. El fuego se apagó, y la carne fue triturada.

Todos sus esfuerzos se desperdiciaron.

A pesar de eso, sin embargo, el Butcher todavía sonreía.

Una sonrisa indescifrable todavía merodeaba debajo de la profunda oscuridad de su


capucha.

***

“Espera, espera un segundo. ¿El Butcher? Imposible; ¡es sólo tu simple y viejo comerciante
demi-humano!”

El grito prácticamente se arrancó a si mismo de la boca de Kaito. En su mente, podía


visualizar el retrato encapuchado familiar Caito saltando arriba y abajo en protesta. Pero
Vlad simplemente respondió las objeciones de Kaito con un encogimiento de hombros.

“Una evaluación honesta de un hombre honesto, mi querido sucesor. Venga; el


simple hecho de fue a vender sus mercancías al castillo de la Torture Princess debería
haber sido más que prueba suficiente de su irregularidad. El Káiser dijo algo muy
importante, sabes. Si no haces algo respecto a esa sincera naturaleza tuya, corres el riesgo
de hacer que te maten uno de estos días. Toma esto como una lección.”

Una desagradable sonrisa se extendió por el rostro de Vlad una vez más.

Acarició sus mejillas con sus dedos enguantadas de blando.

“Después de todo, en este mundo dónde los demonios residen, aquellos


merecedores de confianza son contados.”

Mientras se encontraba en el centro de ese desconocido pueblo, Kaito sintió un profundo


mareo sobre él. Daba la impresión de que los rostros de los cadáveres alrededor de él se
enroscaron en muecas burlonas. Presionó ligeramente su frente, intentando calmarse.

Todo lo que había pasado hasta entonces pasó de nuevo por su mente.

Tiene un punto—el Butcher es demasiado fuerte para ser un comerciante ordinario.

El pasado del Butcher estaba envuelto en misterio, y parecía casi temerario. Y además de
eso, incluso mantuvo un dragón como montura.

Kaito y Elisabeth a menudo se habían encontrado reflexionado sobre cuál era su verdadera
naturaleza. Pero sin importar cuántas de sus peculiaridades descubrían, de alguna manera
había dado la impresión de que todas estaban de acuerdo con su forma de ser.

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Además, el Butcher había ayudado a Kaito varias ocasiones en el pasado, cada vez con la
misma actitud distintivamente alegre.

Aun así, tiene razón sobre lo que me dijo el Butcher.

“Puedo conseguir cualquier carne que desee, siempre y cuando sea ‘carne.’ Espero
su orden.”

¿Eso incluía carne de demonio, también?

Kaito sintió casi como si el suelo debajo de sus pies se estuviera desmoronando.

¿Qué secretos están acechando detrás de la superficie de todas esas batallas


desesperadas que peleé?

Desde que la nueva Torture Princess se había mostrado, todo se había descarrilado.

Era como si el escenario sobre el que estaban hubiera comenzado a desmoronarse debajo
de sus pies. Kaito aún no podía descifrar lo que acechaba en el abismo debajo de él. Ni
siquiera sabía si era algo que los mortales estaban destinados a ver.

“Muy bien, déjame repetirlo una vez más. Actúa como mi leal sirviente, Kaito Sena. Todo
esto es por el bien de la salvación.”

¡¿Qué diablos quieres decir con “muy bien”?!

La situación era un caos, y Kaito dio un grito interno por frustración. Regresó su mirada
hueca a Jeanne.

La Torture Princess dorada había aparecido de la nada, luego se proclamó a sí misma una
santa y una puta.

Luego había hablado sin parar sobre “salvación” esto y “salvación” aquello.

Qué noble. La joven, una santa, iba a salvar el mundo.

Ante esa idea, Kaito se encontró lleno de una furiosa sensación de irritación y duda.

¿Qué era “salvación” de todos modos? ¿Por qué el mundo siquiera necesitaba ser
salvado?”

“¿Qué tiene que ver el que te sirva con salvación? Todos los catorce demonios están
muertos. ¡Elisabeth Le Fanu sacrificó todo para derrotarlos! La amenaza de la humanidad
se acabó. ¿Por qué te enviaron al mundo tan tarde? ¡¿A qué diablos fuiste creada para
pelear*?!”

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[Nt: Tal vez mal parafraseo mío, pero es “qué es con lo que vas a pelear” más o menos.]

“No ha terminado ni mierda. Las cosas apenas está comenzando, estúpido y pequeño
Hanged Man*.”

[Nt: El Hanged Man es algo muy usado en varios juegos y series, tiene múltiples
significados y en esencia su trad sería “Hombre Colgado.” Creo también lo usan en Jojo’s.]

Su pregunta había sido sincera, pero la respuesta que había recibido estuvo llena de
desdén.

Los ojos de Kaito se abrieron. Pero su feroz irritación tuvo el efecto opuesto al que uno
esperaría en sus emociones e hizo que su estado realzado se aliviara. Dejó su refutación en
espera, luego pacientemente esperó a que Jeanne terminara de explicar.

Las cadenas en sus muñecas repiquetearon mientras levantaba su dedo índice.

Entonces lo presionó contra sus labios, como si estuviera compartiendo algún gran secreto
con él.

“La cortina sólo ha comenzado a elevarse. De hecho, fueron ustedes dos Amantes quienes
lo ocasionaron.”

Kaito y Elisabeth no estaban en ninguna relación romántica de la que hablar. Pero mientras
extendía sus brazos, eso era lo con lo que los había comparado. Su rostro todavía
inexpresivo, dio un solo giro, como si intentara envolver todo el mundo en su abrazo.

Luego, en la ciudad afligida por muerte, Jeanne hizo un anuncio audaz.

“Las catorce fichas de ajedrez fueron exitosamente destruidas, pero el tablero se ha puesto
gravemente agrietado. ¿Qué pensó cierto grupo cuando vio esas contaminadas heridas?
¿Qué desean, y qué comenzaron a conspirar? El problema se encuentra en ello.”

Como siempre, era difícil saber de qué estaba hablando Jeanne. Pero con el porte de un
gran profeta, continuó.

“Si las cosas continúan como están, el mundo perecerá ‘justo como se planeó.’”

Sonriendo mientras hacía su declaración, Jeanne abrió su boca para seguir hablando. Por
una vez, parecía que iba a profundizar su explicación. Pero de repente, se detuvo y
chasqueó sus dedos en cambio.

¡Snap!

—¿Grrr?

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La bestia hecha completamente de colmillos levantó su cabeza desde el interior de Deus Ex


Machina.

Jeanne habló suavemente, como si estuviera enviando a su propio hijo al mundo.

“Ve ya, Bandersnatch. El deber llama.”

En el momento en que lo hizo, la bestia se fue a toda prisa. El suelo de piedra se agrietó a
su paso.

Mientras la bestia corría, dañaba todo con lo que entraba en contacto. Los colmillos
constituyendo su piel, músculo, y hueso se ondularon. Bandersnatch era tanto un individuo
como un colectivo, y brillaba con un siniestro tono de plata. Parecía casi como un cardumen
de peces pequeños nadando juntos con la forma de un monstruo.

Luego golpeó un muro y pulverizó los huesos fijados a la superficie mientras saltaba alto en
el aire.

Una figura comenzó a emerger desde detrás del edificio, y Bandersnatch hundió sus
colmillos en ella. Hubo un duro ruido de crujido.

El golpe inicial había sido detenido por un brazo de metal—su oponente llevaba una
armadura de metal. Pero el rostro de la bestia se desplomó, y sus colmillos comenzaron a
dar vueltas libremente. Una por una, los metió en las juntas de la armadura.

Un grito sordo hizo eco por el aire. Sangre salió a borbotones y chorreó sobre el suelo
empedrado.

Mientras la figura acorazada se tambaleaba hacia atrás, la cimera de lirio entró a la vista.

Al ver el atuendo de su oponente, Kaito soltó un perplejo grito.

“… ¿Un paladín?”

Nunca había esperado que sus perseguidores llegaran hasta aquí. De hecho, estaba
bastante conmocionado. Pero Jeanne sacudió su cabeza y refutó lo que estaba pensando.

“Los paladines no estás aquí en busca de ti, mister. Soy su objetivo.”

“¿Tú? Espera, ¿los paladines saben sobre ti? ¿Saben sobre la segunda Torture Princess?”

“Sí. O más bien, un pequeño grupo de ellos lo hacen, un grupo operando directamente bajo
una facción dentro de la directiva de la Iglesia. Para ser aún más precisos, se podría de ser
que soy culpable de que la Iglesia te empujara hacia este territorio.”

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

“… ¿Qué?”

Kaito gritó con auténtico asombro. Hasta donde era consciente, había llegado a las tierras
de la gente bestia por voluntad propia.

Ante sus ojos, el paladín había luchado a través del dolor para desenvainar su espada y
estaba intentando usar su mango para liberar la bestia metálica de su carne. Bandersnatch
se separó del paladín; o había pensado que la resistencia era desagradable o simplemente
había determinado que la situación era ineficiente. Cuando aterrizó, todo su cuerpo tembló.

Luego, soltando un alarido, comenzó a lanzar colmillos desde su frente como balas.

El paladín torpemente balanceó su espada, pero el acto era completamente insuficiente


para repeler los verdaderos perdigones que venían hacia él. Los colmillos perforaron en los
huecos en sus juntas y casco en rápida sucesión. La sangre salió a borbotones, manchando
el suelo con un malsano tono de rojo.

Inafectada por el espectáculo, Jeanne dijo sin emoción.

“Aunque pueda ser tardío, permíteme aclarar uno de tus malentendidos. No fui la
responsable de las masacres de la gente bestia. Acumulé todo el dolor que necesitaba aquí.
También, y una mierda de que los habría matado de una manera tan repugnante.”

“¡¿Qué?! ¿Entonces qué pasó con esa máquina en la aldea?”

“Envié esa para probar cuán fuerte eras, mister. Te habría matado si hubieras fallado, pero
parece que por poco pasaste. Y diablos, ¡realmente digo por poco! ¡Lo hiciste por muy
poco!”

Kaito fue tomado por sorpresa. Al parecer, perder contra esa máquina habría significado su
muerte de cualquier modo.

Continuando de manera decidida, Jeanne expuso nueva información sobre los


perpetradores de las masacres.

“Mis perseguidores deben haber comprendido mis intenciones de ponerme en contacto


contigo después de que salí de aquí. Por eso y el hecho de que necesitaban reunir dolor,
invadieron los territorios de la gente bestia, cometieron los homicidios, provocaron a Vyade,
y filtraron a propósito la información sobre la batalla contra el Conde. Al hacerlo, te atrajeron
lejos de las tierras humanas y, posteriormente, lejos de los fisgones ojos del resto de la
Iglesia. Luego dedujeron que te traería aquí para darte tu explicación. Si las cosas hubieran
resultado bien para ellos, habrían sido capaces de matarnos a ambos sin tener que hacer
movimientos públicos. Ese era su plan.”

“Espera, espera. Si tienes razón respecto a todo eso… ¿entonces eso significa que no sólo
las mentes maestras son humanos, sino que son de la Iglesia, también?”

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Volumen 4

La sangre de Kaito se congeló. Incluso si fueran solo miembros de una célula radical dentro
de la Iglesia, si Lute y Vyade descubrieran quienes fueron los perpetradores, entonces una
guerra era inevitable. Pero Jeanne sacudió su cabeza.

“Si los asesinos fueron humanos o no es una distinción difícil de hacer. Lo notaste también,
¿verdad, mister, que las atrocidades en las aldeas no habrían sido posible de cometer por
humanos? Estabas en lo cierto. Después de todo…”

En ese momento, Kaito se dio cuenta de algo.

La batalla entre el paladín y la bestia se estaba desarrollando de una manera inesperada.


La manera en que el paladín estaba balanceando su espada no coincidía con la seriedad de
sus heridas. Tras una inspección más cercana, cada uno de los colmillos metidos en las
aperturas de la armadura del paladín estaban siendo empujados hacia afuera desde dentro.
Los rastros de sangre los seguían a través del aire mientras repiqueteaban contra el suelo.

“…los asesinos habían sufrido transformaciones.”

Bandersnatch soltó un grito receloso. Luego levantó su cabeza plateada y aulló. Para
ponerlo en términos del viejo mundo de Kaito, la manera en que procedió a disparar sus
colmillos era como la ráfaga de ametralladora.

El paladín los afrontó directamente. Pero incluso con sus ojos machado y tiras de su piel
llenas de colmillos, todavía mantenía su espada en alto y la lanzaba con mortífera precisión.
El golpe se propagó por el cuerpo de la bestia mientras la espada la atravesaba por la
sección central.

Después de tomar el ataque, la bestia está en pedazos. Pero los colmillos dispersos
rápidamente reanudaron su formación original, y Bandersnatch reanudó su postura. El
paladín se puso de pie ante él, de alguna manera habiendo contenido completamente su
sangrado. Tras una inspección más cercana, su carne había comenzado a hincharse
extrañamente. Un grotesco tono rosado había tapado sus heridas y estaba sobresaliendo
por las aperturas en su armadura.

Los humanos metamorfoseaban así. Viendo el repugnante espectáculo, Kaito se encontró


sin saber qué decir.

¿Siquiera es humano?

Dado el estado del paladín, era difícil decirlo con certeza.

Varios otros hombres con armadura plateada hicieron aparición. Pero algo sobre ellos
estaba mal. Todos ellos, incluido al que Bandersnatch había acabado de disparar, estaban
emitiendo gemidos bajos debajo de sus cascos. Entonces de repente, un miembro del grupo
miró en la dirección de Kaito.

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

“Urr…grr…ahh…¡ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!”

El gemido pasó a aullido, y el paladín cargo hacia él.

Mientras lo hacía, Hina se puso delante de Kaito. En sintonía con el agudo movimiento, bajó
su alabarda con fuerza.

“¡Ni un paso más cerca a mi amado esposo, desgraciado!”

El paladín al que se estaba enfrentando balanceo su espada hacia arriba desde abajo.
Cada una de sus armas esculpieron un amplio arco antes de chocar contra la otra.

Chispas volaron. Mientras lo hacían, lo imposible ocurrió una vez más.

“¡…!”

Hina había balanceado su alabarda hacia abajo, y el paladín había balanceado la suya
hacia arriba.

Los dos eran muy diferentes en cuanto a alcance y postura. Pero a pesar de tener cada
posible desventaja funcionando contra él, el paladín se las había arreglado para detener el
golpe de Hina. Ningún humano normal habría tenido la fuerza para hacer tal hazaña.

Aunque estaba perplejo, Kaito chasqueó sus dedos con tanta calma como podría.

“La (dance).”

Una cuchilla salió a toda velocidad de la nada y voló al flanco del paladín. Pero el golpe, el
cual Kaito cuidadosamente había calculado para evitar ser fatal, fue derribado por otro
caballero plateado. El nuevo paladín había detenido la cuchilla con solo fuerza.

Antes de que Kaito pudiera manipularla de nuevo, el paladín lo arrojó. La cuchilla se adhirió
en la superficie del camino.

Hina y el paladín que enfrentaba siguieron intentando empujar al otro. Con la distancia entre
ellos habiendo crecido, Hina endureció su guardia.

Kaito mordió su labio. Se había estado conteniendo durante su último ataque, aun así,
ningún humano debería haber sido capaz de detenerlo con sola fuerza. O para ponerlo de
otra manera, ningún humano debía ser capaz.

“¿Qué pasa con estos tipos? ¿Se ven como paladines, pero son anormales o algo?”

“Permíteme hacerte una pregunta, mister. ¿Estás seguro de que viste morir al Monarca?”

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Volumen 4

Una pregunta sorprendente vino de Jeanne. Tan pronto como habló, Bandersnatch saltó
delante del paladín que había bloqueado la cuchilla de Kaito, encargándose
esporádicamente de la pelea de Kaito.

Kaito estaba a punto de darle una respuesta a Jeanne, pero se mantuvo en silencio en
cambio. Había torturado al Monarca, luego lo mató. Kaito estaba seguro de que había
decapitado al quejumbroso y atormentado demonio. Pero había algo que tiraba de él,
impidiendo que diera una respuesta fidedigna. Luego el recuerdo de cierto hecho golpeó su
mente como un rayo.

Después de morir, los demonios se derrumban y se convierten en una nube de


plumas negras.

Kaito no había visto apropiadamente la muerte del Monarca hasta el final.

“N-No. Corté su cabeza, pero no me aseguré de que hiciera la transformación final.”

“Lo sabía maldita sea, estúpido pedazo de mierda. ¡Eres un gran imbécil! Incluso si son
decapitados por una guillotina, los seres humanos pueden sobrevivir por varios segundos. Y
los demonios pueden tomar más que eso para morir. Alguien debe haber reacomodado su
cabeza y lo mantuvo vivo. Le eché un vistazo a algunos documentos de la Iglesia que
detallaban cómo lo torturaste con el fin de acumular poder, mister, ¿pero por casualidad
dejaste atrás una fórmula mágica de curación?”

“Sí…lo hice.”

Todo lo que Jeanne había señalado había sido cierto. Kaito había terminado con la fórmula,
pero la había dejado bajo la jaula de todos modos. La iglesia injuriaba la magia negra.
Había asumido que la borrarían para el día siguiente, pero Jeanne negó esa idea.

“Reusar esa fórmula habría sido viable. Podrían haber borrado la parte que transfería dolor,
pero dejado la parte que curaba. Al hacerlo, podrían recortar tanta carne del Monarca como
quisieran, completando su rito mágico. ¿Puedes creerlo? ¡El Monarca se ha convertido
en un práctico pedazo de ganado! ¡Un fino y bien parecido cerdo!”

“Usar un demonio como ganado y cosechar su carne… ¡No puedes querer decir que ellos…

“Así es, amigo—se lo devoraron.”

La respuesta de Jeanne fue franca.

Mientras señalaba al paladín con el que Hina estaba peleando, las cadenas en sus
muñecas sonaron.

“Esos hombres fueron inducidos a consumir la carne.”

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Volumen 4

La mirada de Kaito se balanceo hacia los paladines tan rápido que era como si hubiera sido
abofeteado.

Sus rostros estaban todos cubiertos por cascos. No había manera de que dijera si uno de
ellos había sido un miembro del escuadrón de Izabella o alguien más que conociera. La
única cosa que podía descifrar era que claramente no estaban cuerdos.

Los ojos observando desde dentro de sus casos estaban inyectados de sangre y teñidos de
locura, y espuma carmesí estaba rodeando sus bocas.

Kaito recordó algo que Jeanne había acabado de decir.

Necesitaban reunir dolor.

“Si uno debe consumir la carne de demonios, hay un tamaño de porción óptimo, y toma
varios años antes de que sus raíces terminen de extenderse por los cuerpos de las
personas hasta el punto de ser tolerable. Pero comieron más del doble de esa cantidad. En
sus estados actuales, son poco más que armas, buscando el dolor de otros para aliviar el
suyo. No son nada más que peones para ser gastados y arrojados a un lado.”

Como resultado, los paladines no habían dudado en llevar a cabo esas masacres.

Los cadáveres colgados pasaron por la mente de Kaito. Justo como había sospechado,
todo eso había sido trabajo de línea de ensamblaje llevado a cabo desapasionadamente
con la intención de causar dolor. Y justo como Vlad había sugerido, quien quiera que
estuviera indicando los lugares de los asesinatos debe haberlos estado seleccionando con
su propio entretenimiento personal en mente.

En un sentido, eso definitivamente fue obra de un demonio, pero en otro, fue el de


un humano.

“No tenía ni idea de que así era cómo—”

“Sentir responsabilidad individual por esto sería tanto ilógico como inútil. Eres una persona
muy amable, mister. Y aunque puede que seas un imbécil incorregible, este giro de
eventos estaba destinado a ocurrir de todos modos.”

Jeanne le dio un ligero encogimiento de hombros. Kaito apretó sus puños con fuerza.

Mientras lo hacían, Hina había comenzado a hacer retroceder al paladín y ahora estaba
balanceando su alabarda con seriedad. El paladín cedió terreno para evitar sus golpes
torrenciales. Tomando una pose bestial, habló en voz baja.

“Harías bien en no subestimar las profundidades de mi amor. Da un solo paso al frente si no


valoras tu vida.”

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Los paladines peleando con Bandersnatch se habían retirado de la misma manera. Pero los
paladines corruptos no se habían rendido aún. Cinco miembros más se unieron a ellos del
grupo que se quedó atrás. Al parecer, su plan era ganar con puros números.

Kaito y Hina se prepararon de nuevo. El Káiser se burló, quieto. Vlad cruzó sus brazos.

Entonces Jeanne dio una orden sin energía.

“Bandersnatch*, mi primero, Gargantua, mi segundo, Jabberwocky, mi tercer, y Pantagruel,


mi cuarto—no los dejen huir.”

[Nt: Bueno, Gargantúa y Pantagruel son un conjunto de novelas escritas por Francois
Rabelais; Jabberwocky es un poema escrito por Lewis Carroll; y Bandersnatch, el cual creo
aún no había mencionado antes, es una criatura inventada por Lewis Carroll.]

Uno de ellos era una bestia hecha de nada más que colmillo. Otro era un autómata, con la
forma de un humano excepto por su estructura fatalmente retorcida.

Uno de los otros monstruos era un lagarto con extremidades hechas de tubos y alas de
vidrio. Y el último era una armadura bípeda sin ninguna costura visible en su cuerpo.

Los cuatro avanzaron, sus movimientos perfectamente controlados.

Una masa metálica había aparecido delante de los paladines. Incluso al ver la “cosa” por
completo, Kaito todavía se encontraba incapaz de analizarla. Con toda probabilidad, estaba
más allá de la capacidad de comprender de la humanidad completamente.

¿Qué diablos…es eso?

Era firme, y era ágil. Era una espada, un escudo, una bala, y un ala. Era enorme, retorcida,
y sin forma. Todo su cuerpo era tanto curvo como recto, y se retorcía mientras aplastaba a
sus oponentes.

Entonces, por fin, Kaito se dio cuenta de lo que era.

Deus Ex Machina rompe sus partes constitutivas, luego las combina a voluntad,
transformándolas en algo completamente nuevo cada vez.

Como correspondía al nombre Deus, el grupo de ellas eran normalmente solo partes de un
arma más grande. Pasaron sus duras antenas cónicas de metal similares a lanzas
suavemente por el suelo. Sus movimientos eran completamente incongruentes con sus
formas, y los ataques que lanzaban desafiaban todas las expectativas humanas. Con cada
golpe, cortaron los brazos y piernas de los paladines, armadura de plata y todo.

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Volumen 4

Incontables extremidades salieron volando por el aire. La escena habría sido divertida si no
fuera tan macabra.

No sabían si los paladines habían comido la carne de demonio por voluntad propia. Cuando
Kaito estaba a punto de detener la tragedia al mencionar ese hecho, sin embargo, se tragó
de vuelta sus palabras. Ante sus ojos, las heridas de los paladines habían comenzado a
irritarse.

Su carne rosada comenzó a inflamarse, burbujeando horriblemente mientras lo hacía.


Comenzó a tomar la forma de brazos y piernas.

El casco de un paladín salió volando, exponiendo su rostro debajo.

“¡Grblargh, brglahhhhhhh, brglahhhhhhhhhhhhhhhhh!”

Sus ojos se habían vuelto casi completamente al revés, y sus labios hinchados se estaban
rasgando incluso mientras gritaba. Sus venas habían subido a la superficie, formando una
grotesca red similar a un melón sobre su rostro.

Incluso si dejaban a los paladines con vida, estaban más allá de la salvación.

La voz de Jeanne mientras miraba el infernal espectáculo era regular e imparcial.

“Comieron la carne del Monarca. ¿Qué carne comió Vlad y yo, entonces? Eso es lo que me
preguntaste mientras parloteaba como una mosca de la fruta, o tal vez como un gigante
dolor en mi trasero. Es necesario que sepas, así que te diré. O más bien, te mostraré. Es
necesario, así que eso es lo que haré. Se ha vuelto una mierda de ruidoso por aquí,
después de todo.”

Y con eso, Jeanne se encogió de hombros.

Mientras Deus Ex Machina seguía masacrando unilateralmente los paladines, Jeanne le dio
la espalda a la pelea.

Su cabello rubio miel se mecía mientras caminaba, su paso tan ligero que casi parecía estar
bailando. Se acercó a uno de los cadáveres en los muros, el que le había señalado a Vlad
antes, y el único cuyos huesos estaban decorados con oro. Probablemente había sido una
figura importante, incluso para un alquimista.

Jeanne estiró su mano hacia la gema de color rosa descansando en el colar del cadáver.

“Hora de derribar la casa*. El fin.”

[Nt: Es una expresión, se puede interpretar como “avivar al público/hacer al público


enloquecer al lograr una gran actuación”.]

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Un duro y crujiente ruido resonó. Jeanne, por alguna razón, había aplastado la gema en sus
desnudas manos.

Sus rosados fragmentos se esparcieron por el aire. Fue cuando comenzó.

Un violento temblor corrió por la ciudad, como si alguna clase de palanca hubiera Ni sido
sacada.

Incapaz de mantenerse de pie, Kaito perdió su balance. En ese instante, Hina arrancó a
correr a toda prisa y extendió sus brazos hacia afuera. Medio abrazándolo, lo apoyó de
manera suave, pero firme.

“Amo Kaito, por favor pon tus brazos alrededor de mí.”

“Correcto, gracias.”

Los dos amantes se envolvieron en un fuerte abrazo, y al hacerlo, soportaron los temblores
empeorando continuamente.

El cielo, la tierra, y todo en medio estaba temblando.

Se sintió como si el fin del mundo hubiera llegado.

Incitado por el ruido, Vlad soltó un raro grito de admiración.

“¡Oh!, ¡qué audaz! ¡Y qué deliberado! ¡Un mecanismo diseñado para arrasar con
todo un pueblo!”

Kaito siguió la línea de visión de Vlad. Luces rojas estaban brillando en sucesión en la base
de las dos montañas. Parecía que círculos mágicos habían sido ocultos entre las rocas y los
árboles. Una tras otra, la luz cegadora se tallaba en las superficies de las montañas. Cada
una fortaleciendo la siguiente, las luces se abrieron paso hasta las cimas.

Una audible y enorme explosión resonó. Entonces las dos montañas comenzaron a
desmoronarse como si hubieran sido golpeadas por un rayo.

Como consecuencia, rocas comenzaron a diluviar sobre la aldea.

“¡Los siento, Hina! ¡Voy a tener que dejarte la evasión!”

“¡No me importa en lo más mínimo! ¡Te protegeré hasta el final!”

Hina rápidamente alzó en brazos a Kaito. El juego de pies que mostró luego al evadir las
rocas no habría estado fuera de lugar en un baile moderno. Kaito usó su brazo bestial para
repeler algunas de las rocas más pequeñas.

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Uno de los paladines fue aplastado. Deus Ex Machina, por otro lado, ociosamente
pulverizaba las rocas viniendo en su dirección con sus brazos de metal. El Káiser
lánguidamente mordió una a la mitad. Vlad, siendo fantasmal, simplemente se encogió de
hombros, luego se desvaneció.

En cuando a Jeanne, simplemente miraba al cielo.

Por la manera en que miraba los cielos, uno pensaría que estaba observando una
agradable lluvia.

Las rocas cayeron sobre todos igualmente.

Eso, más que nada, lo hizo sentir como un castigo repartido por los cielos.

La aldea oculta del alquimista fue aplastada, como si hubiera invocado una ira divina. Pero
la única lo provocó fue nadie más que la chica, la única habitante sobreviviente de la aldea.

“Ahora debería ser un buen momento.”

De repente, Jeanne partió. El traqueteo de las cadenas en sus muñecas podía ser oído por
todo el pueblo derruido. Entonces comenzó a hacer piruetas con elegancia. Mientras lo
hacía, Deux Ex Machina tomó su lugar a su lado.

Su forma fusionada se derrumbó, y sus cuatro sub-componentes se unieron a Jeanne en su


baile. Balsearon, como para ensalzarla, y el maná comenzó a reunirse entre ellos. Pétalos
de flor dorados comenzaron a girar hacia arriba.

“¡Amo Kaito!”

“¡Sí, vamos!”

Kaito y Hina apresuradamente se dirigieron al círculo. El Káiser los siguió. Los paladines
restantes también corrieron, pero fueron repelidos por el muro de pétalos dorados y plumas
blancas.

Entonces el círculo de teletransportación se activó, abandonando sin piedad a los paladines


a su suerte.

Sin prestarle atención a sus alaridos, Jeanne habló.

“Ahora bien, para continuar desde dónde lo dejé antes de ser tan groseramente
interrumpida. La carne de demonio que comimos. Una visita a la tumba subterránea
abandonada de la capital debería hacer bastante aparente de dónde la obtuvimos. Y ahí es
donde tengo intención de mostrarles…”

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Una luz preciosa y fría comenzó a llenar su visión.

Luego dejaron la aldea derruida atrás.

Jeanne continuó, como para aumentar la anticipación.

“…una verdadera pesadilla, del tipo que ustedes ovejas descarriadas nunca han visto
antes.”

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7: De Él y De Ella
El Butcher saltó alto en el aire, aferrándose al muro para evitar el golpe inicial de Elisabeth.

Spiked Hare esculpió un camino sin víctimas por el suelo en vano y casi rompió la puerta.
Justo antes de que pudiera, sin embargo, Elisabeth chasqueó sus dedos, y el dispositivo de
tortura se desvaneció de nuevo en oscuridad y pétalos carmesí.

“¡Tch, deja de correr y escabullirte!”

Era perfectamente consciente de las capacidades evasivas del Butcher. Sin bajar su
guardia por un momento, invocó otro vórtice de oscuridad y pétalos. Entonces desenvainó
una espada con runas carmesí talladas en su hoja desde dentro.

“¡Executioner’s Sword of Frankenthal!”

Gritando con todas sus fuerzas, Elisabeth clamó el nombre de la espada. Cuando lo hizo,
las runas en la hoja destellaron.

Su tono implicando una rara burla, el Butcher las leyó en voz alta.

“‘Eres libre de actuar como desees. Pero reza para que Dios sea tu salvación.
Porque el principio, el medio, y el final yacen en la palma de Su mano,’ ¿verdad?”

Su voz tenía cierto tono despreciativo.

En lugar de una respuesta, Elisabeth le apuntó con la punta de la espada. Varias cadenas
salieron del espacio vacío.

Ni nervioso ni alarmado, el Butcher simplemente pateó contra el muro. Las cadenas


violentamente viraron como las cabezas de una hidra mientras lo perseguían. Embestido
por el ataque creciente, el Butcher dobló su cuerpo como un gato mientras caía.

La acción pareció casi inconsciente, y las cadenas rozaron por encima de su cabeza y junto
a su flanco. Básicamente, se las arregló para escurrirse entre todas ellas, con un ruido
sordo, aterrizó a salvo en el suelo.

Podría bien tener una carrera prometedora delante de él como acróbata de circo.

Sin perder un momento para felicitarlo, Elisabeth chasqueó sus dedos de nuevo.

“¡Ducking Stool!”

“¡Santo Cielo!”

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Una silla brotó desde el suelo, alzando al butcher en su asiento. Al momento siguiente,
correas de cuero aparecieron de su espalda y brazos, amarrando su cuerpo. Y al mismo
tiempo, un pedazo rectangular del suelo debajo de la silla se desvaneció.

El enorme agujero se llenó hasta el borde de agua. Pétalos de flor carmesí flotaban en su
superficie.

¡Splashhhhhhh!

Un fuerte ruido hizo eco en la habitación mientras el Butcher se hundía bajo el agua.

Varias burbujas flotaron a la superficie. Pero después de un momento, la superficie del agua
se calmó.

El Butcher no parecía estar poniendo mucha pelea.

“Hmm.”

Encontrando ese hecho sospechoso, Elisabeth chasqueó sus dedos. Las cadenas
resonaron mientras arrastraban la silla hacia arriba del agua. Estaba vacía. El Butcher no se
veía en ninguna parte.

“Se lo dije; si deseo llamar a mí mismo el Butcher, entonces seguramente, debería ser
capaz de voltear mi cuerpo dentro de mi capa en el momento antes de ser colgado. Cuando
uno vive tanto como yo, desarrolla un truco para escapar de las ataduras.”

Un tono juguetón se elevó desde el lado de Elisabeth. Se giró para mirar el otro lado de la
cama. En algún momento, el Butcher se había sentado en ella, y actualmente, estaba
balanceando sus piernas de manera casual.

Elisabeth le dio un vistazo más de cerca al comportamiento del Butcher. Balancear su


espada hacia él desde este rango sería pan comido. Pero sospechó que la única cosa que
terminaría destruyendo era la cama.

Tiene poco sentido malgastar más dinero*, supongo.

[Nt: La expresión es “throw good money after bad,” más o menos significa “desperdiciar
dinero al gastar más dinero en algo en lo que ya has gastado dinero que no es bueno,” un
buen ejemplo sería cuando alguien intenta arreglar un auto bastante viejo.]

Por el momento, Elisabeth eligió dejar de usar la fuerza. Ajustando su asiento en la cama,
se giró a ver el Butcher. Siguió su discurso con la misma alegría sincera de siempre, como
si los dos estuvieran simplemente teniendo una charla intrascendente.

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“Lo he dicho antes, y lo diré de nuevo, pero uno realmente experimenta muchas cosas
durante el curso de una larga vida. Fundar los primeros gremios, la gran expedición para
encontrar el Huevo de Maná color arcoíris, liderar un ejército de cinco mil hombres, decorar
mis amados dragones…”

“¿Más de tus tonterías habituales?”

“¿Qué diría si le dijera que todo era cierto, Madam Elisabeth?”

El Butcher ladeó su cabeza al costado. Elisabeth le dio una larga y dura mirada fija.

Desde el otro lado de la profunda oscuridad en su capucha, esperó su reacción. Ella no


ofreció ninguna respuesta. Él dejo que unas cuantas palabras más se filtraran.

“¿Qué diría si le dijera que soy de una época antes de que la Santa llevara a cabo su deber
y cayera en su profundo letargo, Madam Elisabeth?”

“Si eso fuera todo, entonces me atrevo a decir que no haría nada. El único pedazo que
atrapa mi atención es la posibilidad de que seas mi enemigo.”

“¡¿De qué está hablando, Madam Elisabeth?! ¡No soy su enemigo, en lo más mínimo!”

Con eso, el Butcher saltó arriba y abajo en su muestra estándar de protesta.

“No soy el enemigo de nadie personalmente. ¡Soy el enemigo de todas las cosas que
existen en este mundo! Eso, y soy un comerciante.”

Elisabeth cruzó sus piernas y se inclinó hacia delante, sus mejillas descansando en sus
palmas. Miró al Butcher fijamente.

Su declaración había sido extremadamente problemática, pero el tono con el que continuó
era, por alguna razón, increíblemente adorable.

“Y no solo humanos, todos son mi enemigo. Y son mis clientes. Por eso nací, y por eso vivo
aún. Ni una mentira o falsedad se escapa de mi lengua cuando digo que, en verdad, todo lo
que he hecho y todo lo que hago ha sido por el bien de ustedes. Todo por ustedes, mis
queridos clientes. Y my, qué agradables días han sido. Y por eso, precisamente, es
precisamente que lo sé mejor que nadie.”

El Butcher balanceaba suavemente sus cortas y escamosas piernas de un lado al otro.


Luego soltó un murmullo vagamente desgarrador.

“‘Porque el principio, el medio, y el final yacen en la palma de Su mano.’ Eso, realmente,


resume este mundo.”

“Ya veo. Un cuento bastante desalentador, ese.”

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Elisabeth dio un suave murmullo. Suspirando, se dobló hacia atrás y tranquilamente


descruzó sus delgadas piernas. Luego despreocupadamente chasqueó sus dedos.

“Encuentro a Dios bastante aborrecible, después de todo—Hellhole*.”

[Nt: Un lugar terrible, lo reconozco como “antro/cuchitril”.]

Mientras hablaba, Elisabeth saltó, dejando sólo al Butcher atrás en la cama.

“¿Hweh?”

La cama tembló, y su suelo se derrumbó. Los postigos rotos, la cómoda, y la cama todos
fueron tragados por un agujero cónico. Dentro de él, una grotesca masa de insectos
clamaba y zumbaban.

Elisabeth estaba colgando de su espada, la cual exitosamente había metido en el techo.


Levantando su rostro, observó la escena ante ella. Como había esperado, el Butcher estaba
ileso. Habiéndose adherido al techo hábilmente, actualmente estaba bastante furioso. Su ira
del tipo completamente inapropiada con la situación, sin embargo, y casi parecía que era
posible que estallidos cómicos de vapor salieran de sus oídos.

“¡Qué deshonesto! ¡Estoy intentando tener una conversación seria con usted aquí, y lo
apreciaría enormemente si dejara de intentar matarme sin piedad! ¡Teníamos un trato! ¡Lo
prometió!”

“No recuerdo prometerte nada. Vlad no hace falta mencionarlo, pero detesto a cualquiera
que me cuente historias cargadas de subtexto. Oh, y una cosa más.”

“¿Una cosa más?”

“Gibbet.”

Elisabeth chasqueó ligeramente sus dedos.

Todavía colgando de su espada con una mano, sin piedad invocó otro dispositivo de tortura.

“Oh, santo cielo.”

Una grande y angosta espiral se oscuridad y pétalos carmesí rodeó al Butcher desde arriba
abajo. Una jaula estrecha, una en la que un humano apenas podría entrar si se levantara
derecho, se materializó, luego se cerró alrededor del Butcher.

Con otro chasquido de sus dedos, Elisabeth disipó el Hellhole. Luego cayó al suelo e hizo
un elegante aterrizaje.

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Volumen 4

El Butcher permaneció atrapado dentro de su jaula. Acarició su mandíbula en


contemplación.

“¿Despliegue simultáneo? Eso es demasiado elegante, Madam Elisabeth. Hmm, hmm.


Pensar que yo, el Butcher, me convertiría en un pájaro en una jaula… ¿¿Oh? Espere.
¿Podría ser que yo, por casualidad, esté interpretando el rol de la princesa capturada?”

“Es demasiado tarde para bromas, Butcher. Dime por qué vendiste la carne de demonio.
Dime dónde la obtuviste. Dime todo lo que sabes. Todo lo que estás conspirando. Escúpelo
todo lo que crea que podría querer saber.”

“Ah, bueno, esa es Madam Elisabeth para ti. Mr. Dim-Witted Servant nunca habría
planteado esas preguntas tan planteado económicamente.”

“Hazlo, o las agujas y lanzas harán su aparición.”

Elisabeth chasqueó sus dedos, haciendo que la oscuridad y los pétalos se reaviven una vez
más. La jaula pronto fue rodeada por agujas. Su filo fue inmediatamente evidente. La
Torture Princess habló, su rostro congelado con una mirada gélida.

“Encontrar placer en el dolor y los gritos—¿no estabas al tanto? Eso por casualidad es mi
campo de experiencia.”

“Supongo que lo es… Si ese es el caso, entonces le apostaría que estaría bien servida al
visitar la tumba debajo de la Capital. Varias cosas se volverán evidentes ahí más o menos
ahora, ya ve.”

La respuesta del Butcher fue vaga. Aunque su tono era despreocupado, sin embargo,
parecía hablar en serio. No había ningún indicio de que estuviera bromeando. Pero el
contenido de su declaración carecía de algo siquiera parecido a detalles.

Elisabeth frunció el ceño. Mostrando ningún miedo hacia las agujas, el Butcher con
tranquilidad continuó.

“Es un pequeño cuento de hadas sin sentido, y uno que ha durado mucho, mucho tiempo.
Hay aquellos que han trabajado para provocar estos eventos, y aquellos que han trabajado
para prevenirlos. Estoy entre los primeros, pero el último grupo comenzará a moverse en
serio bastante pronto. Sería mejor que fuera, Madam Elisabeth.”

El Butcher habló con un tono que podría usarse con un niño. Su mandíbula se aflojó un
poco, como si estuviera viendo a alguien brillante. Y aunque estaba a punto de ser
torturada, habló con la tranquila calma de un viejo jubilado.

“Si soy honesto, su existencia estaba bastante fuera de mis expectativas. Como siempre
digo, tengo poco interés en las peleas entre hombres y demonios. Después de todo, son de

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

poca importancia para el resultado. Nunca había pensado que alguien se alzaría para
oponerse al espantoso fin de la historia que las catorce tragedias marcan el comienzo. Y Mr.
Dim-Witted Servant es lo mismo. Aunque sus dos historias puede que sean pequeñas en el
alcance de las cosas, los resultados que dan puede que sean masivos ciertamente…
¿Quién sabe, después de todo, cómo el mundo puede girar desde aquí?”

“…Hablas en acertijos. Demando detalles.”

Elisabeth levanto su mano, dedos a punto de chasquear.

Mientras lo hacía, la puerta detrás de ella se abrió. La voz que cruzó el umbral era seria,
pero dada la situación, parecía casi tranquila.

“Perdón. Elisabeth, ¿estás… O-Oh?”

“¿Izabella?”

Sorprendida por la inesperada visitante, Elisabeth se dio la vuelta.

Ahí, encontró una atractiva paladín mostrando cabello plateado un desigual par de ojos azul
y púrpura. Varias cicatrices horribles estaban grabadas en su piel. Parecía casi como si todo
su cuerpo hubiera roto desde dentro.

A pesar de sus cicatrices, su rostro todavía era hermoso. Izabella curvó sus labios en un
ceño fruncido.

“Tengo información y una orden que necesito transmitirte. Me disculpo por la repentina
intrusión, pero ¿exactamente qué está pasando aquí? ¿Estás…disciplinando a uno de sus
sirvientes o algo? Puede que seas la Torture Princess, pero yo debería pensar que esto es
llevarlo un poco lejos, ¿no?”

“Oh, difícilmente, pero hay varias circunstancias en juego aquí. Ahora bien, ¿tu asunto?”

Dada la situación, y le hecho de que Elisabeth no tenía ni idea de cuántas personas estaban
involucradas, difícilmente podría llevar a cabo una tortura justo delante de Izabella.

Elisabeth desvaneció las agujas, dejando sólo el Gibbet restante. El Butcher, todavía
vertical, mostró ninguna señal particular de alivio. Después de enviarle una mirada
preocupada, Izabella dio su reporte.

“Una orden ha venido desde arriba. Pero incluso yo estoy sin idea en cuanto a de dónde
obtuvieron su información, así que tengo dudas respecto a su credibilidad. Por cual sea la
razón, sin embargo, todos los soldados bajo mi ordenes de moverse. Por favor, intenta no
estar demasiado sorprendida cuando escuches lo que tengo que decir.”

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Volumen 4

“¡Escúpelo ya! Había sentido la irregularidad de la situación en el momento en que


atravesaste mi puerta en lugar de simplemente enviar un mensaje. Di lo tuyo.”

Elisabeth bruscamente instó a Izabella a continuar. Izabella respondió con un breve


asentimiento.

Ella misma parecía desconcertada por las siguientes palabras que salieron de su boca.

“Kaito Sena, el contratista del Káiser, hará su aparición.”

“¿’Hará’? ¿No ‘ha hecho su aparición’?”

Elisabeth frunció el ceño. Las palabras apestaban extrañamente a profecía.

Después de todo, aunque no les había dicho, Kaito estaba actualmente en la tierra de la
gente bestia. La Iglesia no debería haber tenido manera de rastrear sus movimientos.

¿Cómo, entonces, podrían predecir con tanta seguridad dónde mostraría su rostro?

“Se espera que haga su aparición en el sitio dónde la masa de carne consumió el castillo
real—en la tumba subterránea dónde todos los reyes de antaño están. Pero no tengo ni
idea de bajo qué base están haciendo ese fallo.”

Sí, la razón de su conjetura es confusa. Es como si lo vieron realizar la


teletransportación de primera mano…

Elisabeth entrecerró sus ojos carmesíes. La sensación de incomodidad que la molestaba


estaba creciendo por momentos. Entonces le dio una mirada de soslayo en su jaula. No dijo
nada, pero estaba claro que, desde el interior de su capucha, estaba sonriendo.

“Espero que sea simplemente otra consecuencia del caos general en nuestra cadena de
mando. Después de que Godd Deos murió, varias cosas extrañas han estado pasando. Y la
orden tiene otra parte.”

La expresión de Izabella se volvió sombría. Ella, también, claramente estaba incómoda, y


probablemente sobre la misma cosa. Pero después de sacudir su cabeza, reveló el grave
final.

“Nos han ordenado asegurarnos absolutamente matarlo antes de que pueda entrar a la
tumba.”

Era el momento que seguramente había estado esperando Elisabeth,

y las palabras que menos había querido escuchar.

***

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Volumen 4

El baile de luz dorada y plumas blancas se detuvo. Se transformaron en gotas, luego todas
se desvanecieron.

Después de que había completado su extravagante transformación, un nuevo erial se


extendía ante ellos, diferente a la aldea destruida que habían acabado de dejar.

Sus alrededores eran grises y áridos hasta donde el ojo podía ver. En la distancia, apenas
podían ver un pequeño puñado de edificios que evitaron la destrucción. Al mirar el distante
paisaje urbano, Kaito se dio cuenta de que lo había visto antes.

“Espera, esto es…”

Al mismo tiempo, el lugar en el que estaban era nuevo para él. De hecho, incluso entre las
personas que vivían en la Capital, no muchas personas habrían tenido la oportunidad de
poner un pie aquí.

Kaito y los otros ahora se encontraban en el centro de la Capital; antes de que la masa de
carne hubiera consumido toda el área, había albergado un castillo aclamado como
parecerse a una rosa blanca y también albergar un gran jardín además de varias casas de
vacaciones pertenecientes a prominentes aristócratas.

Sin embargo, los eventos que habían ocurrido aquí no habían sido ninguna calamidad
ordinaria, y ni un solo rastro permanecía de los edificios que habían estado ahí una vez. De
hecho, la tierra era extrañamente lisa. Era como si algún monstruo masivo hubiera pasado
su lengua sobre el suelo y le hubiera dado lengüetazos a todo lo que encontraba.

Y ahora que pienso en ello, no está tan alejado de lo que realmente pasó.

Kaito era perfectamente consciente de eso. Después de todo, aquí fue dónde el Monarca, el
Gran Monarca, y el Rey habían sido colocados intencionadamente para tragarse el terreno.
El centro de la Capital había sido el corazón de la civilización humana, y los demonios lo
habían destruido completamente sin piedad. Sin embargo, había una cosa aún ahí,
extrañamente indemne.

En medio de la vasta nada, una estatua de la estada derramando lágrimas de sangre se


erguía en alto.

Estaba colgada al revés, y un hoyo rectangular estaba directamente debajo de su cabeza.


Había una buena posibilidad de que originalmente hubiera estado cerrado con fuerza y
cubierto por una base, pero la protección de la estatua debe no haberse extendido tanto, y
la masa de carne debe haberla derretido toda. Kaito entrecerró sus ojos, intentando
descifrar qué estaba dentro.

Profundo en la oscuridad, podía ver un conjunto de escaleras. Probablemente habían


evadido la destrucción por la cualidad de estar bajo el suelo.

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Jeanne avanzó con pasos largos, sus pasos ligeros mientras se dirigía hacia su entrada.

“Vengan, todos, pongámonos en marcha. En la búsqueda de la verdad, simplemente deben


poner un pie delante del otro. Las palabras Pedid y recibiréis* rara vez son verdad, pero
este caso es una excepción a esa regla.”

[Nt: Juan 16:24.]

“La ‘verdad’… ¿Exactamente qué está ahí abajo?”

“Un lugar con ninguna conexión con las vidas de las ovejas descarriadas—la tumba
ancestral de la familia real. Uno de los sumo sacerdotes, el Grave Keeper, tiene completa
responsabilidad de protegerla. Pero lo que Beeper están escondiendo y guardando tan
atentamente no son solo los cadáveres de vejestorios que estiraron la pata.”

Jeanne dio su respuesta. Desafortunadamente, sin embargo, se detuvo de repente en la


parte más importante.

Continuó a su paso sin prisa. Kaito miró frustrado al bamboleante cabello rubio miel
cubriendo su espalda.

Como siempre, sus habilidades de comunicación eran deficientes al extremo.

Entonces pasó su mirada por la tierra ceniza alrededor de él. El rey actual y los nobles
sobrevivientes estaban buscando refugio en algún lugar más en este momento, y no se
habían tomado el tiempo para ninguna clase de esfuerzo de restauración aún. No había
nadie ahí que interfiriera con ellos.

Jeanne siguió caminando, sus pasos largos casi rítmicos.

Ahora que habían llegado tan lejos, no había retroceso.

No tenemos nada que perder*, supongo.

[Nt: Como tal es una expresión un poco rara de traducir, puede ser “de perdidos al río” o “ya
robado un dólar, vamos por tres”. Yo la conozco mejor como “untado un dedo, untada la
mano”, pero bueh.]

Kaito la siguió. Hina y el Káiser hicieron lo mismo. Mientras Jeanne se acercaba al agujero
que la estatua estaba guardando, sin embargo, Kaito notó una luz blanca parpadear en el
borde de su visión.

Pensó que podría ser solo una ilusión óptica, pero el solitario punto de repente se multiplicó.
Uno por uno, se encendieron, como velas dispuestas en un anillo. Luces cilíndricas se
formaron en un círculo alrededor de Kaito y los otros.

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“Ah, ya veo. Como era de esperar, realmente preferirían que no entremos en la tumba. Pero
dado que estamos en la Capital, no pueden exactamente usar sus paladines transfigurados.
Muy bien, muy bien, echemos un vistazo. ¿Cómo quieren bailar?”

Mientras Jeanne murmuraba, las luces se transformaron en gotitas y cayeron en una


cascada, dejando atrás a gente en armadura plateada.

Jeanne les dio un vistazo a los paladines formando un perímetro alrededor de ella y los
otros como evaluándolos.

“Basta de mariconadas… ¿Dónde está su líder?”

Justo cuando habló, una luz particularmente brillante destelló directamente delante de Kaito
y el resto.

Cuando la luz blanca se debilitó, la figura dejada a su estela era una que Kaito conocía bien.

“Ha pasado algún tiempo, Kaito Sena.”

“…Izabella.”

Era la hermosa comandante de cabello plateado de los Caballeros Santos: Izabella Vicker.

Kaito estaba a punto de decir algo, pero inmediatamente perdió lo que iba a decir. Cuando
había huido de la Capital, no había tenido la oportunidad de conseguir un buen vistazo de
su rostro. Pero ahora que la tenía para verlo por sí mismo, notó que su piel estaba cubierta
de despiadadas cicatrices.

Marcaban la vez que había usado magia de invocación en la batalla por la Capital. Incapaz
de resistir la fuerza del maná, su cuerpo se había roto desde adentro.

Kaito sin pensar soltó un grito sorprendido.

“Esas heridas… ¡¿Las obtuviste cuando llevaste a cabo la invocación?! ¡Maldición, te dije
que estabas siendo impulsiva!”

“Qué extraño de tu parte decir eso, Kaito Sena. Te pusiste en contra de la humanidad. Eso
te hace mi enemigo, ¿así que por qué darme simpatía?”

Dijo Izabella, su voz llena de asombro. Kaito inmediatamente se calló. Mientras el Káiser le
daba una mirada burlona desde su lado, Kaito mordió su labio.

Oh, cierto… Realmente no estoy en posición de estar preocupado por Izabella.

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Kaito miró alrededor de la Capital gris. Él, Izabella, la Torture Princess, y los paladines
habían llevado a cabo una batalla desesperada para proteger el paisaje urbano en la
distancia.

Entonces movió su mirada de vuelta a Izabella. Por un momento, sintió una pesada
sensación de fatiga presionar su cuerpo.

Esos días que pasamos peleando juntos se siente como si fueron hace una
eternidad.

La situación en la que Kaito ahora veía el mundo eran tan diferentes comparadas con ese
episodio de su pasado.

Pasó un momento inmerso en sentimentalismo. Izabella, inconsciente de las cosas pasando


por su cabeza, siguió con tono indiferente.

“Había pensado que eras un decente y honesto hombre. Pero por alguna razón, traicionaste
a la humanidad. A esta altura, no preguntaré tus razones. Sin importar cuáles pueden haber
sido, el deber de un paladín es matar a los demonios y sus contratistas. Te preparaste para
esa realidad cuando hiciste tu promesa en la plaza, espero.”

“Sí, eso hice. Sabía que darle la espalda a la humanidad significaría convertirme en tu
enemigo. Y aun sabiendo eso, tomé mi decisión.”

“Entonces parece que ninguno de nosotros guarda rencor contra el otro.”

Izabella agarró la empuñadura de su espada, luego la desenvainó con un solo movimiento


fluido. Los paladines siguieron su ejemplo. Acero destelló brillantemente en la gris y en
silencio tierra. Entonces, uno por uno, apuntaron sus hojas consagradas al contratista del
Káiser.

“Pero debemos matarte. Por el bien de nuestras órdenes, por el bien de la humanidad, y por
el bien del mundo.

“¡Oh, qué tan ilógico!”

De repente, una fuerte voz resonó. Su tono era brillante y alegre, pero su eco tenía una
extraña frialdad.

Confundida al escuchar la voz de la chica, Izabella parpadeó.

“¿Qu-Quién anda ahí? ¿A quién tienes ahí contigo, Kaito Sena?”

“Te pido perdón. Soy yo.”

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Jeanne salió de detrás de Kaito. Debe haberse escondido en algún momento. Mientras lo
hacía, el rostro de Izabella se retorció. Las palabras de Jeanne habían sido muy deficientes
como introducción, cierto, pero la razón por la que Izabella se había puesto rígida estaba en
otro lado.

Oh, cierto. Ahora que pienso en ello, su atuendo es aún más depravado que el de
Elisabeth.

El atuendo de Jean, opulento y mucho más lascivo de lo apropiado para su edad, parecía
haber sobrecargado el puritano cerebro de Izabella. Parecía estar sin palabras. Tomando
ventaja de la oportunidad, Jeanne se metió de lleno.

“Pido tu perdón de nuevo, ¿pero, por casualidad, dejaste tu cerebro atrás en algún lado,
miss?”

“¿Qué? ¿Qué estás—”

“¿De quién recibiste esa orden? ¿Quién entre la directiva de la Iglesia la sugirió?”

“Espera. ¿Qué estás implicando con eso, jovencita?”

“¿Exactamente quién se las arregló para localizar a Kaito Sena? No puede haber sido mera
coincidencia. Quién sea que lo encontrara debe haber estado rastreando sus movimientos.
¿Por qué, entonces, no lo reportaron a las unidades persiguiéndolo? ¿Cuál fue la orden que
recibiste, miss? No podría haber sido simplemente matar al contratista del Káiser. Deben
haber añadido la cláusula ‘antes de que entre a la tumba subterránea,’ ¿verdad? Y
seguramente le dieron a esa parte de la orden la mayor prioridad, si tuviera que adivinar.
¿Por qué es eso, según tú?”

Jeanne mecánicamente presionó a Izabella por respuestas. Izabella la observó con


sospecha al principio, pero su expresión poco a poco se hizo más y más seria.

Claramente se había dado cuenta de Jeanne no estaba simplemente escupiendo tonterías.


Los subordinados de Izabella intercambiaron miradas nerviosas también. Ellos, también,
deben haber encontrado toda la situación sospechosa.

Todavía inexpresiva, Jeanne comenzó a hablar a demenciales velocidades.

“¿Alguna vez has tenido la impresión de que había una unidad secreta entre las filas de
paladines? ¿Nunca lo has encontrado sospechoso, el hecho de que muchos de los más
prometedores reclutas fueron apartados? Y después de la muerte de Godd Deos, ¿no
tuviste la sensación de que asuntos sospechosos comenzaron a salir de la nada no solo
dentro de los paladines, sino que la Iglesia misma?”

Como un factor decisivo, Jeanne abrió bien sus rosados ojos, luego le hizo una solemne
pregunta Izabella.

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“¿Qué prueba tienes de que todo eso es por el bien de la humanidad y el mundo?”

“¿Quién eres?”

La manera en que se estaba dirigiendo a Jeanne claramente había cambiado. A pesar de la


edad de Jeanne, Izabella ahora estaba tratando con ella como un igual. La tensión en el aire
tomó una nota diferente.

Bajando su espada por un momento, Izabella se arriesgó a preguntarle a Jeanne.

“¿Solo qué crees que estás haciendo, Izabella?”

Una dura y fría voz resonó. Izabella levantó la vista sorprendida, y Kaito levantó su visión
también.

Uno de los dispositivos de comunicación de la Iglesia estaba flotando en el cielo gris.


Aunque tenía la misma forma de un dispositivo normal de su tipo, su apariencia también
parecía diferente en cierto modo. Su forma anormal parecía casi ser un testimonio de cómo
había recibido el favor de Dios. Sus alas blanco puro eran notablemente enormes también,
creando una impresión total de fastuosidad y esplendor.

Para ponerlo sin rodeos, parecía excesivo, y de mal gusto.

La persona al otro extremo, probablemente uno de los sumo sacerdotes, habló sin cesar
con voz dominante.

“Los oídos de un contratista son inadecuados para las palabras de un paladín.


Simplemente te mancharás a ti misma. Mátalo, ahora.”

“Por favor, Yah Llodl, espere. Podría tener información de—”

“¡Tonterías! ¡¿Qué clase de tonto se queda de brazos cruzados y escucha lo que un


aliado de un contratista de demonio tiene que decir?! ¡Todo lo que sale de sus bocas es una
mentira, con la intención de llevar por mal camino a los creyentes! ¡Esta clase de tontería es
por lo que perdimos tantos hombres en el Plain of Skewers, y tu hermano entre ellos!”

La reprimenda de mano dura no dejó espacio para argumentos o refutaciones. Izabella por
reflejo mordió su labio.

Kaito miró el orbe con ojos desdeñosos. Luego, después de unos segundos de silencio,
habló con calma.

“…Yah Llodl, ¿verdad? Sabes, no eres como Godd Deus.”

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Volumen 4

“Ah, así que incluso un contratista como tú puede decirlo. Tienes razón—soy
diferente a ese hombre. No soy igual de tonto como quién fue eliminado por un demonio sin
siguiera llegar a entender la genuina fe o la verdadera voluntad de la santa.”

La voz soltó una retorcida risa. Godd Deos había estado a cargo de dirigir a los paladines, y
el nivel de confianza que habían colocado en él había sido alto. Varios paladines esperando
temblaron con ira.

Kaito soltó un largo suspiro. Con una mirada de leve remordimiento en su rostro, sacudió su
cabeza.

“Una vez acusé a Godd Deus de ser un espectador. Pero me retracto de todo eso.”

“Qué extraño. ¿Quién sabía que los contratistas eran incluso capaces de
introspección? El hombre puede que haya sido incompetente, pero imagino que estaría
satisfecho por eso.”

“No pondrás un pie en el campo de batalla. Ni siquiera mostrarás tu cara. Eres el más
grande y maldito cobarde que he conocido. No decirlo sólo por tu voz—eres una gigantesca
escoria.”

“¡Tú—!”

Mientras daba su evaluación, su tono era desapasionado y desinteresado. La voz se cortó,


horrorizada por la repentina ofensa.

Escuchando la diatriba de su amo, el Káiser dio una risa entretenida en una rara muestra de
aprobación.

“¡Ha, dice la verdad! ¡Aquellos que se niegan a mostrar su propia fuerza son débiles!
¡Aquellos que pelean sin conocimiento son tontos! ¡Aquellos que se ríen nerviosamente
incesantemente son incompetentes! ¡Sus vidas no tienen valor, y son, para un hombre,
cerdos!”

De repente, el orbe comenzó a girar y emitir luz, luego les dio a sus alas un fuerte aleteo
para demostrar su irritación. Plumas blancas diluviaron violentamente desde arriba, y la
persona en el otro lado del orbe chilló en voz alta.

“¡¿Un demonio se atreve a INSULTARME?! ¡Vivo mi vida apropiada y píamente, a


servicio de la Santa, a servicio de Dios, ¿y me insulta?! ¡Izabella, no dudes, no pienses, solo
mátalos, mátalos, mátalos, y NO los dejes avanzar!”

Mientras el hombre volaba en una loca diatriba, Kaito miró fijamente la entrada a la tumba
subterránea.

¿Qué podría estar abajo? Mientras reflexionaba sobre eso, Yah Llodl dio una declaración.

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“¡Esto es por el bien de la salvación!”

Salvación de nuevo, ¿huh?

Jeanne habló de salvación, y también lo hizo la Iglesia.

Con toda probabilidad, la diferencia entre las dos era monumental.

¿Qué están intentando salvar cada uno, y de qué están intentando salvarlo?

“¡Mátalos! ¡¿Por qué estás dudando?! ¡Cumple tus órdenes! ¡Sigue tu honrada orden
de Dios, de la Sa-Sa-Sa-Sa-Sa-Sa-Sa—” i

De repente, la voz comenzó a fallar. Sin previa advertencia, una explosión había sucedido
justo debajo del dispositivo de comunicación.

“…Huh?”

“¡¿Qu—?!”

Golpeado por la onda expansiva de la explosión, el orbe cayó en picada. Sus ridículamente
largas alas demostraron un detrimento mientras rápidamente era volado a la distancia.

Las personas presentes no tuvieron tiempo de preocuparse por lo que había acabado de
pasar, ya que sus visiones fueron bloqueadas con carmesí y negro. Pétalos de rosa bailaron
extravagantemente por el aire. Todo a la vista fue violentamente cubierto de negro.

Desesperadamente intentando mantenerse firmes, los paladines gritaron.

“¡comandante Izabella!”

“¡Tranquilos; sé quién hizo esto! ¡Lo que no sé, sin embargo, es por qué está siendo tan
violenta!”

Toda el área descendió al caos. Incluso Izabella, quién supuestamente sabía quién era la
culpable, estaba visiblemente temblando. Kaito y Hina, por otro lado, estaban tan tranquilos
como se podría estar. Los dos soltaron bajos murmullos.

“………Bueno, está enojada.”

“………Parece bastante molesta.”

Entonces, con la misma ridiculez con la que había comenzado, la explosión de repente se
apagó.

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En un instante, el área se silenció. Y en el centro de ese silencio se encontraba una joven


mujer oscura.

Su postura era grácil, y su belleza parecía casi inhumana.

“Así que finalmente has llegado. La orgullosa loba. La humilde cerda.”

Jeanne dio un suave susurro, la primera presente en darle voz a su asombro. Luego, como
si levantara el telón, continuó.

“¡Torture Princess Elisabeth Le Fanu!”

Era la Torture Princess de negro*.

[Nt: Como tal debería ser “negra”, pero “de negro” u “oscura” suenan mejor en mi opinión.]

La cazadora de demonios, la pecadora sin igual, finalmente había hecho aparición.

***

La Torture Princess de negro y la Torture Princess dorada se enfrentaba por primera vez.

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Sin embargo, la princesa de negreo ni siquiera le dio un vistazo a la princesa dorada.

Su mirada carmesí se concentró en un hombre, y sólo en un hombre.

Su sirviente, Kaito Sena.

“…Kaito.”

“Elisabeth.”

Elisabeth dijo su nombre concisamente. Kaito respondió del mismo modo.

Porque la suerte así lo deseo, estaban en la Capital, rodeados por la tierra consumida y
soltada por la masa de carne. En muchas maneras, se parecía al momento en que se
habían despedido. En ese entonces, cuando la batalla había terminado, Elisabeth se había
quedado ahí sola.

Eso, también, daba la impresión de haber sido hace un siglo.

Elisabeth cerró sus ojos. Luego, justo como antes, levantó su cabeza hacia los tenues rayos
de sol asomándose a través de las nubes. Cada forma concebible de angustia cruzó su
rostro: ira, tristeza, pena, y soledad. Luego su expresión cambió a la de un niño, suplicando
algo desconocido. Pero abruptamente, todo se desvaneció.

Abrió sus ojos una vez más, entonces miró a Kaito, su mirada tranquila y absoluta.

Un momento después, incluso eso se desvaneció.

Sus ojos carmesíes se abrieron amplio, y cerró su puño con fuerza. Luego, empujando esa
misma mano hacia delante, señaló a Kaito con una sola uña negra.

Mientras lo hacía, hizo su sincera declaración.

“Prepárate, Kaito. Tu muerte está cerca.”

“¿Así es cómo realmente tiene que ser?”

Kaito se encontró cuestionando si así era cómo los eventos estaban destinados a
desarrollarse.

Por supuesto, había otras cosas que tenían que ser dichas, al menos. Pero antes de que
pudiera darle voz a su exasperación, un agudo ruido resonó.

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Aparentemente, el dispositivo de comunicación de la Iglesia se había recuperado de la


explosión. Mientras violentamente aleteaba sus alas blancas, su titiritero, Yah Llodl, gritó
con todas sus fuerzas.

“¡Ha-ha-ha, espléndido, espléndido! ¡Bien dicho, Torture Princess, qué fino sabueso
eres! Continúa, entonces—¡cumple tu rol! ¡Recuerda tus pecados, y recuerda los grilletes
que portas! Hasta el día de tu muerte, intenta hacer algo—”

Con un ruido sordo, una estaca se metió a sí misma en el centro del hablador orbe. La voz
viniendo desde su interior se cortó.

Cuando lo hizo, Elisabeth habló, su tono tan frío como el hielo.

“Ustedes blanden sus látigos a sus sabuesos encadenados, arrastrándolos como quieren.
Pero yo soy la orgullosa loba y la humilde cerda.”

Luces blancas comenzaron a correr por todo el dispositivo de comunicación.

Luego, con un fuerte boom, explotó en medio del aire.

“No soy ningún perro.”

Una cascada de plumas negras se ondeó hacia abajo a la tierra, causando un dramático
fondo para la férrea declaración de Elisabeth.

“Ve a chillar a otro lado, cerdo. Este es un asunto sólo para mí y mi rabia.”

Unas cuantas plumas sueltas aterrizaron en su cabeza, y las sacudió suavemente. Su liso
cabello negro se extendió, luego regresó a su posición de reposo.

Mientras las plumas se ondeaban hacia abajo a sus pies, su expresión cambió.

“Ahora bien, Kaito. Para un sirviente, has estado holgazaneando bastante tiempo. Espero
que estés listo para tu castigo.”

Su sonrisa era nostálgica en cierto modo, pero también diabólica de pies a cabeza.

Viéndola, Kaito Sena se dio cuenta de algo.

Ah, ya veo… Supongo que tenemos que sacar eso del camino, ¿no es así?

Elisabeth había tomado la decisión de golpearlo con toda su fuerza. Todo lo demás podría ir
después de eso. De hecho, en este momento, nada más parecía importar.

Estaba de pie ahí, y de igual manera lo estaba él. Se habían reunido. Eso era todo lo que
había.

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Y precisamente por esa razón, Kaito respondió con una sonrisa malvada propia.

“¡Maldición que lo estoy! Estoy más que listo. Y estoy listo para contraatacar, también.”

El antiguo par de ama-sirviente se miraron fijamente entre sí. Ignorando a los paladines
desconcertados completamente, los dos comenzaron a invocar su fuerza. El aire tenía
mucha tensión. La fuerza que estaban emitiendo era tan aterradora que nadie se atrevía a
detenerlos.

Entonces, al momento siguiente, ambos gritaron con todas sus fuerzas.

“Executioner’s Sword of Frankenthal!”

“¡La (dance)!”

Elisabeth desenvainó su espada, y Kaito chasqueó sus dedos.

Una hoja bailó por el suelo cenizo, y un fastuoso estallido de pétalos de flor carmesíes y
oscuridad explotaron a la vida.

Esa fue la señal de que el telón se había levantado en la batalla.

Aunque estaban confundidos, los paladines cargaron como uno.

***

La batalla entre la Torture Princess y el contratista del Káiser había comenzado. Aunque
habían sido arrojados al caos, los paladines saltaron a la acción también.

Observándolos cargar, Hina y el Káiser suspiraron. Disgustados, ambos hablaron a cambio.

“¡Mi amado Amo Kaito y mi querida Lady Elisabeth están en medio de su batalla, se los haré
saber! ¡No tienen tiempo para estar tratando con ustedes gente minúscula! ¡Si todos fueran
a echarse y esperar como buenos niños, eso sería espléndido!”

“¿Consideran la posibilidad de desafiarme, con cuerpos humanos tan frágiles? Qué


encantador. Si el chico no fuera tan quejitas, gustosamente los habría devorado a todos. No
es que parezcan tener mucha carne en sus huesos, supongo.”

Hina hábilmente repelió los ataques de los paladines de todas las direcciones con su
alabarda. Con una expresión desconforme en su rostro, el Káiser barrió sus atacantes sólo
con su cola.

Lento pero seguro, la batalla había comenzado. Era un suceso caótico, con poca lógica o
explicación.

169 | P á g i n a
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Volumen 4

Izabella llevó su palma a su rostro a su pesar.

¿Qu-Qué está pasando? Esto es un desastre, y la situación no tiene sentido. Hay


demasiados misterios sin resolver… Pero, aun así, intentar juntar a mis hombres a este
punto sería un esfuerzo inútil. Si quiero información, simplemente tendré que salir victoriosa.

Con eso, Izabella tomó su decisión. Preparó su espada, preparada para realizar sus
órdenes.

Fue entonces que notó la mirada de alguien en ella. Jeanne estaba mirando fijamente a
Izabella, como con expectativa. Entonces la chica dorada les dio a sus dedos un elegante
chasquido.

“Bandersnatch, Gargantua, Jabberwocky, Pantagruel—adelante.”

Una por una, las máquinas partieron. En el espacio de un instante, Izabella lo entendió—la
chica dorada tenía la intención de oponerse a ella. Pero, aunque se pusiera en guardia
contra las máquinas de frente, no era rival para ellas.

Mi espada es inadecuada para lidiar con su tipo.

Comprendiendo eso por completo, Izabella todavía corrió hacia Bandersnatch. La bestia de
colmillos se detuvo de golpe, luego comenzó a dispararle colmillos a Izabella como balas.

Negándose a romper el paso, Izabella sacó una espada de repuesto de su espalda. Luego
la metió en el suelo. Pateando su empuñadura, saltó alto en el aire. Los colmillos de
Bandersnatch no encontraron nada más que espacio vacío.

Al aterrizar, Izabella reanudó su corrida. Gargantua se movió para bloquear su camino.


Tenía la forma de una figura humana retorcida, pero su apariencia le dio poco con lo que
trabajar en cuanto a descifrar una manera efectiva de derribarla. En cambio, la esquivó y
saltó al costado. La figura la siguió en persecución implacable. Sin dudarlo un momento,
Izabella estiró el brazo y recogió algo del suelo—el dispositivo de comunicación destruido.

Lo lanzó al humanoide.

Atravesado por el brazo de la figura, el orbe soltó una explosión final. El orbe mismo se hizo
añicos, pero hizo que la figura humanoide violentamente se sacudiera. Jeanne habló, la
admiración en su voz reducida por su tono fingido.

“Oh my, qué inesperado.”

“Probablemente blasfemo, lo que acabo de hacer. Pero ya pasó el punto de ser reparable.
No se ha hecho daño alguno.”

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Volumen 4

Izabella sonrió mientras hablaba. Habiendo pasado a Bandersnatch y Gargantua, ahora


estaba directamente ante Jeanne.

Su cuerpo lleno de tensión mientras se enfrentaba contra la misteriosa chica.

La expresión de Jeanne todavía era inquietantemente mecánica mientras un cumplido se


abría paso por sus labios.

“Ya veo, miss. Aunque eres ingenua, no estás mal para ser un peón ignorante de la Iglesia.”

Aunque Izabella no tenía manera de saberlo, el cumplido que había acabado de ganar era
raro en extremo.

Jeanne asintió con la cabeza profundamente, su cabello rubio miel meciéndose mientras lo
hacía.

“He agarrado un gusto por ti. Creo que te mantendré para mí, señorita.”

“¡N—No puedo evitar encontrar tu fraseología inquietante, pero tengo muchas cosas de las
que quiero preguntarte, también! ¡Si es una pelea lo que deseas, entonces gustosamente te
complaceré!”

Izabella corrió hacia Jeanne. Un poco más cerca, y su espada la alcanzaría. Antes de que lo
hiciera, sin embargo, Jeanne chasqueó sus dedos.

Bandersnatch se elevó detrás de Izabella. Mientras lo hacía, ella se dio cuenta de algo
humillante.

… ¡Me está subestimando!

Basado en su apariencia, el método de ataque de Bandersnatch fue el más fácil de evaluar


de los cuatro. En otras palabras, Jeanne estaba diciendo que, si Izabella no podía ni
siquiera lidiar con él, entonces no tenía ningún valor como oponente.

Mientras Izabella estaba frunciendo sus labios por ese hecho, la bestia saltó. Antes de que
pudiera atraparla en sus fauces, Izabella la pateó en el costado. Pero la bestia
implacablemente intentó meter sus colmillos en las junturas de su armadura.

Ese mismo momento, Izabella se arrancó su manto. Luego recogió todo el cuerpo flotante y
de colmillos de la bestia en ella. La tela robusta lo soportó solo un momento, lo cual fue el
tiempo suficiente para que Izabella estrellara toda la cosa—manto, bestia, y todo—contra el
suelo.

Entonces se acercó a Jeanne.

“¡Eres mía!”

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Volumen 4

Cuando intentó golpear el expuesto pecho de Jeanne con el plano de su hoja, sin embargo,
Jabberwocky saltó adelante. La máquina de aspecto desagradable tomó el golpe en lugar
de su ama. Chispas volaron, y Jeanne asintió con la cabeza una vez más.

“Impresionante.”

“Soy una comandante, después de todo.”

Izabella no mostró señales de detenerse. Mientras retiraba su hoja, dirigió un golpe de


palma a la mandíbula de Jeanne.

Jeanne parpadeó en shock, pero las sorpresas no terminarían ahí.

“¿Oh?”

“¿Huh?”

En ese momento, las dos fueron voladas al costado.

Y no fueron solo ellas, tampoco—los paladines encontraron el mismo destino. Sólo Hina,
que se había aferrado al Káiser, se las arregló para soportarlo. El Káiser mismo no dijo
nada, pero su irritación estaba escrita por todo su rostro.

Deus Ex Machina frenéticamente se reensambló a sí misma, transformándose en una


deformada pero flexible red metálica. Jeanne cayó en picada sobre ella, como una princesa
siendo atrapada por su valet.

Izabella, por su parte, se las arregló para girarse en el aire antes de aterrizar sola. Entonces
levantó su vista, intentando descifrar qué estaba pasando. Cuando lo hizo, inmediatamente
comprendió la situación. Soltó un bajo murmullo, olvidándose por un momento del hecho de
que estaba en medio de una pelea.

“…Esto es caos.”

Un enorme Wicker Man había acabado de romperse desde dentro, su pecho destrozado a
pedazos. Kaito, habiendo hecho su escape, limpió el sudor de su frente. Basado en su
expresión, claramente estaba sobrepasado. Después de todo, circunstancias normales lo
dejarían desafortunadamente desprovisto de lo necesario para enfrentarse a la Torture
Princess. Por algún milagro, sin embargo, se las estaba arreglando para soportar sus
implacables ataques.

Elisabeth, por otro lado, no mostraba señales de parar.

“¡Gibbet! ¡Ducking Stool! ¡Hellhole!”

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Volumen 4

“¡Me trae recuerdos, sabes, verte darlo todo así!”

Kaito soltó un grito medio desesperado mientras corría. Y justo como había insinuado, el
espacio alrededor se estaba volvieron más peligroso a cada momento. Uno de los paladines
cayó en el agujero de bichos comedores de carne humana, y otro apresuradamente lo sacó.

Mientras corría, Kaito lo evitó por completo. Pero uno de las cinco Ducking Stools
desplegadas simultáneamente encontró su presa. Justo antes de que fuera atado en el
lugar y sumergido bajo el agua, Kaito gritó.

“¡Káiser!”

“¿Qué, no siquiera puedes lidiar con esto tú mismo? ¡Tendré tu cabeza si te me


mueres, Oh indigno amo mío!”

Aunque había gritado irritado, el Káiser se movió enseguida. Agarrando el respaldo de la


silla en sus dientes, la arrojó al aire. Un tanque de agua apareció en el suelo, pero en lugar
de caer, Kaito salió volando sobre él.

Soltando su hoja, se liberó a sí mismo de sus ataduras. Luego se las arregló para aterrizar a
salvo de alguna manera.

Una vez más, él y Elisabeth se miraron entre sí. Él, por su parte, estaba exhausto. Pero el
rostro de Elisabeth no tenía ni siquiera una gotita de sudor en él. Cruzando sus brazos, le
dirigió una mirada furiosa.

“¿Por qué corres, Kaito?”

“¡¿Esa es una pregunta seria?! ¡Si tomara esa mierda de frente, me habría matado!
¡Vamos, Elisabeth, controla tu fuego por un minuto y escúchame!”

Mientras Kaito lanzaba su ardiente súplica, Hina rompió su cuello*.

[Nt: Supongo que algo un poco más exagerado que “hacer tronar su cuello”, pero era
romper en todo caso.]

Era difícil entender su situación—estaba levantando un paladín que había caído en el agua,
pero al mismo tiempo, pateando otro que había venido a matarla.

Aunque sus alrededores habían descendido al caos, sin embargo, todavía tenía el tiempo
de gritar.

“¡Así es, Lady Elisabeth! ¡Aunque soy la compañera del Amo Kaito, he estado teniendo la
sensación de que sería mejor que no me meta en la batalla de los dos! ¡Pero si insistes en
herir a mi amado Amo Kaito más, mi querida Lady Elisabeth, tendré que detenerte, incluso
si significa que debo matarte!”

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Volumen 4

“¡Tú también, Hina, suficiente de ti! No detener a Kaito cuando decidió irse… ¡Tontos, todos
ustedes!”

La reprimenda de Elisabeth fue rápido y cruel. Era tan amenazante, de hecho, que Hina se
encontró momentáneamente sin palabras.

El cabello negro de Elisabeth se ondeó mientras se giró hacia Kaito, antes de chasquear
despiadadamente sus dedos una vez más.

“Iron Maiden. La Guillotine.”

“Hombre, un chico no puede tener buena suerte*.”

[Nt: Aquí hace referencia a cuando por ejemplo están a punto de lograr algo que querían,
pero se presenta algo y los detiene por completo.]

Otro vórtice de oscuridad y pétalos. Un par de doncellas, rojo y blanco, se alinearon desde
adentro. Cada una tenía un ambiente decididamente diferente.

Uno era hechizante, y el otro era puro. Pero, aunque las impresiones que las dos estatuas
emitían diferían, tenían su belleza y monstruosa y abrumadora presencia en común.
Mientras miraba fijamente a las dos mujeres, los pensamientos de Kaito corrieron.

Quiero retroceder todo lo posible. Si Iron Maiden me abraza, se acabó todo. Y desde
aquí, no podré lidiar con la velocidad de las cuchillas de La Guillotine.

Kaito activó una explosión de maná a sus pies. Con velocidad superando la de cualquier
humano, huyó.

La Guillotine juntó sus brazos como en una oración, luego los abrió de nuevo. Una cuchilla
salió disparada de su codo a velocidades increíbles. Sin importar cuán alto Kaito elevara
sus capacidades físicas, seguirlas visualmente sería imposible.

Chasqueó sus dedos, prácticamente sólo por instinto, y lanzó cinco cuchillas al aire.

“¡La (stop)!”

Una de ellas chocó contra la cuchilla de La Guillotine. La fuerza del impacto envió a los dos
trozos de metal en espiral en direcciones opuestas. Mientras los paladines se escabullían
para evitarlas, cada una se hundió en el suelo.

Kaito soltó un suspiro de alivio. Mientras lo hacía, sin embargo, sintió una brisa gélida en su
espalda. Sintiendo miedo, se dio la vuelta.

Fu—

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Volumen 4

La doncella roja estaba ahí detrás de él. Con una sonrisa llena de afecto, Iron Maiden
extendió sus brazos.

Entonces su cuello se dobló al costado. La amabilidad de su expresión no flaqueó, incluso


mientras su cabeza se derrumbaba al suelo. Se desmoronó en pedazos, luego se
transformó de nuevo en pétalos de rosa y se desperdigó.

Mientras se desvanecía en la nada, Hina estaba sosteniendo su alabarda en la estela de


Iron Maiden. Sus ojos esmeraldas estaban abiertos y trastornados.

“Sólo yo, su compañera, tengo permitido abrazar al Amo Kaito, pedazo de basura que no
sabe nada de amor.”

“Gracias, Hin— ¡No, regresa!”

Cuando gritó Kaito, Hina saltó hacia atrás.

Los dispositivos de tortura y cadenas habían hecho presión sin piedad sobre él una vez
más.

El de aquí para allá entre Kaito y Elisabeth continuó de la misma manera.

En algún momento, se habían vuelto los únicos dos peleando.

Los paladines simplemente los miraban fijamente, perplejos. E Izabella había sido
capturada por Jeanne, quién finalmente se había puesto seria. Deus Ex Machina se había
fusionado y actualmente estaba sujetándole al suelo.

“¡Para inmediatamente! ¡Suéltame! ¡¿Me estás escuchando?!”

“Silencio ya, miss. No tengo más tiempo para jugar contigo. Esto está resultando ser un
gran espectáculo.”

Jeanne cruzó sus brazos mientras observaba con calma la batalla.

Aunque eran desesperados, los esfuerzos de Kaito eran impresionantes. Continuamente


invocaba cuchillas, sin el tiempo para siquiera recuperar su aliento. Cada vez que las
hachas de decapitación e innumerables estacas de hierro hacían presión sobre él, las hacía
retroceder. Ocasionalmente pidiendo ayuda a Hina y el Káiser, exitosamente siguió
prolongando su vida.

La diferencia en fuerza entre él y Elisabeth era abrumadora. Pero a pesar de eso, siguió
dando una valiente pelea.

Armado con tenacidad y entusiasmo, Kaito contraatacó con toda su fuerza.

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Sus acciones claramente no eran conducidas por miedo a la muerte, tampoco. Era como si
estuviera gritando en violenta propuesta.

“Con un demonio voy dejar que Elisabeth me mate,” estaba gritando.

“Como un demonio voy a dejarla matar a alguien más que le importa,” estaba
gritando.

“Ir a tales extremos… Tal estupidez, y tal convicción.”

Murmuró Jeanne. Pétalos de rosa cerúleos y carmesí estaban arremolinándose como


tempestades ante sus ojos.

Las diosas masas se fusionaron, luego se estrellaron directo contra la otra. Cada ola de
oscuridad vistosamente coloreado estaba intentando agresivamente de tragar al otro.

Su vestido y cabello arremolinándose alrededor en el viento, Elisabeth soltó un grito.

“¡Elegiste convertirte en el enemigo de la humanidad, Kaito! ¡Elegiste ese camino tú mismo,


asumiendo los pecados que no te correspondía asumir! ¡Siendo ese el caso, date prisa y
preséntame tu cuello ya!”

“¡Al diablo con esa estupidez! ¡Y al diablo morir! ¡Sólo escúchame, Elisabeth!”

“¡No, tú escucha! ¡Lo que es una estupidez una tontería es convertirse en el enemigo de la
humanidad sin la resolución de morir para hacerlo! ¡No eres más que una pequeña oveja,
balando sin determinación ni resolución! ¡Cesa tu tontería!”

“¡No es como que tu quisieras morir tampoco, ¿verdad?! ¡Está bien, solo escucha—”

“Una y otra y otra vez… ¡Eres el único que se niega a escuchar!”

“Qué—”

“¡Te lo dije incontables veces! ¡No había necesidad de que portes esos pecados!”

Cadenas salieron disparadas, verdaderos agentes de la frustración de Elisabeth. Tallaron el


suelo junto a Kaito. Habiendo ido demasiado rápido, también pelaron cruelmente las mejillas
de la estatua de la Santa. Enormes fragmentos cayeron al suelo, y el polvo se elevó dónde
cayeron.

Gritos inquietos se elevaron de entre los paladines. Elisabeth los ignoró mientras gritaba de
nuevo.

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Volumen 4

“¡Es algo pesado, herir a otros, ser repudiado por el mundo, y cargar constantemente
pecados, te lo dije!”

“Elisabeth…”

“¡Es una carga demasiado pesada para que cargues, te lo dije!”

Era como un llanto desesperado.

O quizás los gritos de un niño.

Escuchando su voz afligida, Kaito apretó sus dientes contra su labio. Nunca había querido
hacerla llorar.

Me juré a mí mismo que te protegería.

Había jurado a sí mismo que mantendría a su heroína con vida, sin importar el costo. ¿Pero
eso realmente había estado bien?

Kaito dejó rondando esa pregunta en su mente. Viendo el rostro de Elisabeth, ¿podría
realmente declarar eso con alguna cantidad de confianza?

¿Realmente tomé la decisión correcta?

Kaito Sena cerró sus ojos, solo por un momento. Su joven yo estaba ante él en la oscuridad,
justo como lo había hecho una vez antes. El joven inocentemente añorando su heroína miró
inquisitivamente a Kaito. Pero cuando tímidamente se estiró y agarró los dedos de Kaito, el
Kaito real apretó sus puños como para apretar en respuesta.

Y con eso, Kaito soltó un bramido interno.

¡A LA MIERDA QUE LO HICE!

“¡Preferiría soportarlo un millón de veces a dejarte morir!”

Entonces, por fin,

Kaito Sena se rompió.

***

El Grand Guignol del Conde. El banquete del Gobernador. El circo del Gran Rey.

No hubo ninguna escasez de cosas que habían desatado la ira de Kaito en el pasado.

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Volumen 4

Sin embargo, gracias a sus experiencias de cuando estaba con vida, sus emociones tenían
una clase de freno incorporado. Siempre que estaba a punto de sucumbir a sus emociones
negativas, rápidamente recuperaba su calma. Pero como resultado, Kaito Sena nunca se
había roto de verdad.

Pero ahora, se había, en verdad, descarrilado.

Todo el sentido común, razón, y compostura en su cerebro se había evaporado en la nada.

Absorbido completamente por ira, Kaito chasqueó sus dedos. Seis cuchillas, lo máximos
que había sido capaz de invocar, comenzaron a girar sobre su cabeza. A veces, las
emociones fuertes, incluso las negativas, podían concederles a las personas anormales
estallidos de poder. Su ira había superado sus límites, y una nueva imagen brotó dentro de
Kaito.

Entonces Kaito gritó, sus ojos tan abiertos como podían.

“La (transform).”

Las cuchillas se colocaron una sobre otra, luego se fusionaron en una. Se fusionaron como
el azúcar, retorciéndose mientras tomaban una nueva forma.

Una larga espada negro azabache colgó en el aire. Luego se hundió recta directamente en
la tierra.

Kaito la tomó por el mango como si egoístamente la demandara por sí mimos. Quizás había
estado imitando inconscientemente la Executioner’s Sword of Frankenthal, ya que runas
cerúleas brillaban por su hoja.

Todas las cosas me son perdonadas. Pero no soy regido por nadie.

Después de destellar una vez encima de la hoja negro azabache, las runas se disiparon.

Todavía sosteniendo su mango, Kaito gritó el nombre de la espada, como si el arma misma
estuviera hablando a través de él.

“Nameless*.”

[Nt: Sin nombre.]

Entonces balanceó su espada negra hacia abajo, atravesando el aire y nivelando su punta
hacia Elisabeth.

Respondió chasqueando sus dedos. Todos los dispositivos de Torture se desvanecieron.

Sólo la Executioner’s Sword of Frankenthal permaneció.

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Los dos se miraron entre sí, en silencio. Luego corrieron al unísono.

A diferencia de cuando había peleado contra la réplica del Rey, Elisabeth no recurrió a
tácticas engañosas.

Executioner’s Sword of Frankenthal y Nameless chocaron.

El golpe que habían intercambiado fue frontal.

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Volumen 4

Por un breve momento, un torrente de chispas estalló. Sin siquiera pausar para dar un paso
atrás, balancearon sus espadas de nuevo. Debido al rango de cerca, la habilidad con la
espada no jugaba ningún rol en esencia en su pelea. Se había transferido a un simple
choque de golpes. Pero si cualquiera de los dos fallara en bloquear siquiera un solo golpe,
sin duda resultaría fatal. Tal era el salvajismo de los golpes que estaban intercambiando.

Bajo circunstancias normales, ninguno habría sido capaz de aflojar por siquiera un
momento. A pesar de ese hecho, sin embargo, intercambiaban gritos junto a los tajos.

“¡A la mierda tu promesa a la gente! ¡A la mierda tu juramento! ¡Seguro, sé sobre eso!


¡Diablos, he visto las montañas de cadáveres que has hecho con mis malditos ojos! ¡No hay
manera de que puedas expiar los pecados que has cometido! ¡Bueno, menuda mierda! ¡La
Torture Princess merece ser puesta en la hoguera! ¡¿Pero qué ha de mí?! ¡¿Qué le va a
pasar al tipo que salvaste, huh?!”

“¡Difícilmente es mi problema! ¡Ve a vivir tu segunda vida como se te antoje! ¡Vive fuerte y
vale por ti mismo! ¡Pues, incluso tienes una esposa! ¡¿No hay ningún límite para tu
codicia?!”

“¡¿Ahora quién está escupiendo estupideces?! ¡No soy el único! ¡¿Simplemente vas a
ignorar a todas esas personas que ayudaste, Elisabeth, todas esas personas que salvaste,
y te irás y arderas en la hoguera?! ¡Eso no está bien! ¡No nos salvaste solo para que
pudiéramos verte ir a ser asesinada! ¡A la mierda eso! ¡No hay manera de que vaya a dejar
que las cosas terminen así!”

Kaito balanceaba su espada como un demente. Sus gritos y sus ataques estaban en
sintonía, y tuvo éxito empujando a Elisabeth hacia atrás solo un, pero. Ella y su fuerza
fueron forzadas a retroceder como una. Aun así, respondió a sus gritos y golpes de la
misma manera.

“¡No es nada más que tu egoísmo hablando!”

“¡¿Qué diablos está mal conque egoístamente elija ponerte por encima del mundo?!”

Las palabras de Kaito fueron firmes y resueltas. Elisabeth mordió sus labios. Entonces
balancearon sus espadas una vez más, cada uno imbuyendo su golpe con todo el peso de
su furia. Un fuerte ruido metálico resonó cuando espada chocó con espada. Las dos hojas
chirriaron contra la otra.

Mientras observaba su implacable batalla, uno de los paladines soltó un vago murmullo.

“No lo entiendo. Claramente están peleando hasta la muerte, pero…”

…pero en todo caso, se veía más como una simple disputa.

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Sus palabras se perdieron en los dos peleadores, sin embargo, sus gritos alcanzaron
puntos culminantes mientras el metal chirriaba con el metal.

“¡Morí, sabes! ¡Viví una vida sin valor ni alegría alguna, y luego morí! ¡Pero porque me
salvaste de eso, eres más importante para mí que todo el mundo junto! ¡Así que me importa
una mierda! ¡Me importa una mierda las cosas que has hecho! Aquí, Elisabeth, aquí está lo
que debí haber dicho desde el principio: ¡Por mi bien, déjame salvarte!”

“¡Tus argumentos tienen poco sentido desde el principio, y ahora tus palabras no son
diferentes! ¡Seguramente, sabes que una razón tan insignificante difícilmente es digna de
rechazar el orgullo de otro, y mucho menos rechazar su juramento de toda la vida!”

“¡Seguro que sé eso, pero eso no cambia el hecho de que tengo que hacerlo!”

“¡Esto es absurdo! ¡Toda la situación es un absoluto desastre! ¡El Butcher, la ‘salvación,’ el


inminente fin del mundo, asuntos sin sentido siguen acumulándose a diestra y siniestra!”

“¡Sí! ¡Y todo el asunto sobre la carne del primer demonio!”

“¿Hmm?”

“¿Huh?”

Y entonces, como si un alfiler hubiera caído, los dos se detuvieron de golpe.

Cada uno miró fijamente al otro, luego intercambiaron miradas incrédulas. Entonces,
reuniendo fuerza en sus espadas, cada uno saltó hacia atrás, antes de finalmente
inspeccionar sus alrededores.

Hina estaba quieta, esperando, y parecía estar al borde de las lágrimas. Los paladines
simplemente habían estado observando la pelea aturdidos. Y en la parte de atrás, Jeanne
todavía estaba junto a Izabella quien había estado peleando contra el brazo de la máquina
todo el tiempo.

Tan inexpresiva como siempre, no obstante, con las comisuras de sus labios hacia arribas
solo un poquito, Jeanne habló.

“¿Bien? ¿Terminaron su pequeña discusión de amantes?”

““¡No es una discusión de amantes!””

Gritaron Kaito y Elisabeth sus protestas al unísono.

Y así fue como, por fin, los dos finalmente se calmaron lo suficiente para hablar.

***

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“Ahora que lo mencionas, parece haber una inescrutable y pequeña muchachita dorada
aquí, y las órdenes de la Iglesia fueron sin duda enigmáticas. Kaito… ¿a qué fin viniste
aquí?”

“El nombre de la chica dorada es Jeanne, pero tomaría una eternidad explicar toda su
historia. Le pregunté de dónde vino el primer trozo de carne de demonio, y dijo que me
mostraría.”

“El Butcher dijo lo mismo—que, al venir aquí, muchas cosas se volverían claras. Explicando
que resultaría extenso también, sin embargo.”

Se miraron el uno al otro de nuevo, luego se quedaron en silencio. Después de un tiempo,


Elisabeth soltó un pesado suspiro. Violentamente desordenando su flequillo, chasqueó su
lengua irritada.

“No te he perdonado, recuerda. Ni tengo intención de hacerlo en adelante. Pero parecer que
un breve alto al fuego es apropiado. Hay asuntos que deberíamos aclarar antes de resolver
nuestro conflicto.”

“Sí, y que lo digas.”

Kaito y Elisabeth asintieron. Mientras lo hacía, sintieron que alguien trotó rápidamente hacia
ellos.

Ambos rápidamente giraron al costado.

Cuando lo hicieron, encontraron a Hina ahí. Estaba en silencio, en cambio simplemente


observaba a los dos con sus grandes y redondos ojos esmeralda. Al ver su significativa y
llorosa mirada, tanto Kaito como Elisabeth se encontraron ligeramente atónitos.

Finalmente, Kaito sonrió para intentar calmarla, luego le extendió su mano.

“Ven, Hina.”

Hina la tomó y la apretó con fuerza. Luego se giró hacia Elisabeth. Elisabeth encontró su
mirada con un seco y perplejo ceño fruncido. En breve, sin embargo, los ojos de cachorro
de Hina la superaron, estiró su mano también.

“Muy bien, muy bien. Vamos, entonces. Pero no debes olvidarlo. Esto no es más que una
tregua…temporal…”

Sin esperar a que Elisabeth terminara su oración, Hina tomó firmemente la mano de
Elisabeth en la suya. En base a su expresión, Elisabeth estaba algo perdida. Hina seguía en
silencio. Simplemente apretó sus dos manos con toda su fuerza.

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Mientras lo hacía, una voz afligida resonó desde el fondo.

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“¡Para esto! ¡Suéltame enseguida! ¡¿Cuál es el significado de esto?! ¡¿Me tomas


prisionera?! ¡Incluso si ese es el caso, seguramente debe haber una mejor manera de
transportarme!”

“Por favor cálmate, miss. Tenías cosas que querías saber, ¿no es así? Y conmigo
secuestrando te así, incluso tienes un pretexto.”

“Pero eso es…”

Kaito se giró para mirar detrás de él. Deus Ex Machina había tomado una forma humanoide
y estaba llevando a Izabella a estilo nupcial. Parecía casi afectuoso a primera vista, pero
sus dedos metálicos la estaban sosteniendo con firmeza en su lugar.

Cuando había escuchado la tranquila marrullería, expresión de Izabella había flaqueado.


Sin embargo, todavía estaba noblemente frunciendo sus labios, sin duda intentando
expulsar palabras de protesta. Antes de que pudiera, sin embargo, Jeanne continuó.

“Y una cosa más. Casi nunca mi amigo aquí le agarra el gusto a alguien,
¿entiendes? Vas a querer ponerte cómoda ahí, damita. No querrás que uno de esos
duros trozos se meta en algún lugar extraño, ¿verdad?”

Al escuchar el cambio de tono extremo, Izabella se congeló de nuevo. Aparentemente, su


cerebro había decidido simplemente rendirse. No habiendo escuchado su intercambio,
varios de los paladines se acercaron corriendo, montar un valiente rescate por su
comandante capturada.

Cuando se giró para verlos, Jeanne envió una mirada fría en su dirección.

“Me quedaría ahí si fuera ustedes, misters, si valoran la vida de su comandante. ¿Quién es
un buen chico? ¡Así es, son ustedes, perros asquerosos!”

Los paladines obedientemente bajaron sus espadas, y Jeanne les dio un asentimiento de
cabeza. Luego sus cabellos rubio miel se ondeó mientras se daba la vuelta hacia Kaito.
Comenzó a dar instrucciones con naturalidad.

“Invoca a Vlad, si quieres. Su presencia será útil para explicar las cosas de ahora en
adelante.”

“…Encuentro casi imposible decir si esa chica está loca o no, sabes.”

“Sí, y que lo digas.”

Mientras concordaba con la impresión de Elisabeth, Kaito pasó maná por la piedra en su
bolsillo. Pétalos de rosa cerúleos y oscuridad se arremolinaron a la vida. Mientras

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elegantemente cruzaba sus piernas en el espacio vacío, Vlad hizo un disgustado


comentario.

“Santo cielo. Olvidas a aquellos que has arrastrado contigo, luego te lanzas a
situaciones absurdas repetidas veces. Qué cruel y desalmado estado de asuntos. Y no es ni
siquiera como si me importé en gran parte el tratamiento, pero tuve mis dudas en cuanto a
si sobrevivirías o no.”

“Oh, cierto. Supongo que estuviste en mi bolsillo todo ese tiempo.”

“Te pediría que intentes hacer un mejor trabajo recordándome, mi querido sucesor.
Pues, incluso fui lo suficientemente amable para evitar decir algo sobre esa decepcionante
muestra que presentaste anoche; una por la que cualquiera, excepto esa muñeca tuya,
habría sido extremadamente desilusionada… No, espera, alto. Sé tan amable como para
dejar de intentar romperme contra el suelo. No oirás otro pío de mí, lo juro.”

Vlad rápidamente se cayó. Mientras el Káiser daba un profundo y entretenido resoplido,


Elisabeth ladeó su cabeza al costado confundida. Hina, todavía agarrando las manos de
Kaito y Elisabeth, seguía suavemente llorando, e Izabella reanudó sus intentos de liberarse.

Jeanne miró a todo el grupo. Con la violenta batalla finalmente habiendo llegado a su fin,
hizo una fuerte declaración.

“Ahora bien, el momento ha llegado—procedamos y revelemos los secretos de este


mundo.”

El paso de Jeanne mientras caminaba era sin prisa, como si nada en absoluto hubiera
pasado.

Detrás de la puta que se aclamaba ser una santa de la salvación, el enemigo del mundo, su
esposa, una pecadora sin igual, la comandante de los Caballeros Santos, un demonio, el
viejo contratista del demonio le siguieron.

Los siete avanzaron con pasos largos, al sitio que la Iglesia había trabajado tan duro para
mantener oculto.

Avanzaron a la tumba subterránea, dónde los reyes de antaño fueron enterrados.

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8: Finales y Comienzos
El interior de la tumba subterránea estaba hecho de materiales que Kaito desconocía
completamente. También, había varios sellos colocados en él. Si no fueran deshechos
apropiadamente por un seguidor devoto de Dios, probablemente resultarían fatales. Pero
Jeanne, quién era prácticamente la chica de cartel para el ateísmo, exitosamente los
descifró uno tras otro.

“Recen por los sacrificios. Piensen en los sacrificios. Crean en los sacrificios.
Salgan, Oh lágrimas de mi gente, Oh vidas de mi gente.”

Chasqueando sus dedos, Jeanne hizo que varias gemas aparecieran de la nada.

Cada vez que encontraba un sello, colocaba uno encima de él en una ubicación
cuidadosamente elegida, luego destrozó el sello con facilidad.

Kaito no estaba seguro de cuál truco era, pero la excentricidad del hito era abundantemente
clara. Mientras miraba a Jeanne asombrado, ella se giró hacia él y asintió con la cabeza.

“Puedo ver que te estás sintiendo avergonzado sobre tu propia incompetencia al ver cuán
maravillosa soy, mister. Y puedo simpatizar con eso. Pero no necesitas sentir vergüenza por
el hecho de que generalmente vales menos de mierda. Esto es por lo que los alquimistas
que me crearon, que me sirvieron, y quienes murieron por mí almacenaron y refinaron su
maná, después de todo.”

“Quiero decir, no voy a negar que pensé que era impresionante, pero…”

“No, mi querido sucesor, supera por mucho el nivel de ‘impresionante.’ Quema esta
vista en tus ojos—indudablemente será una referencia valiosa.”

Vlad flotó en el lugar junto a Kaito, dirigiendo su mirada hacia la inminente obstrucción.

La manera en que luego asintió con sincera admiración fue tanto inusual como más que un
poco extraño.

“Le compré carne de demonio al Butcher, pero incluso yo no sé nada de este lugar.
Debo admitir, estoy bastante impresionado. Han dispuesto un obstáculo excelente tras otro.
Sin un clan entero pasando generaciones quemando sus vidas y conocimiento, forzar la
entrada resultaría casi imposible. Ningunas simple tumbas requieren tal protección. ¿Qué
diablos podrían estar ocultando dentro?”

El Káiser, quién estaba junto a él, se burló. Durante el último corto rato, había estado
debidamente haciendo el papel del canino y olfateando sus alrededores. Entonces, con una
mirada disgustada en su rostro, soltó un estornudo y sacudió todo su cuerpo.

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Volumen 4

“Hmph, qué diablos ciertamente. Este lugar no fue construido para el hombre. Un
hedor arrogante impregna sus muros. Es el hedor a rata, correteando alrededor mientras
intenta recibir bendiciones de un parecido a Dios… Pero el hedor tiene una dirección algo
nostálgica también. ¿Qué podría significar?”

El Káiser resumió su olfateo. Pero parecía que las respuestas todavía lo eludían. Siguió
siguiendo el olor, y Kaito y los otros rápidamente lo siguieron.

A medida que avanzaban por el corredor, pasaron junto a varias habitaciones, cada uno
haciendo alarde de un mausoleo autónomo.

Cada corredor estaba adornado con flores de piedra, y dentro de cada una estaba un
impresionante ataúd. Decoraciones y estatuas lujosas hacían guardia alrededor de los
ataúdes, cada conjunto basado en las anécdotas e historias de las vidas de sus reyes
correspondientes.

Mientras ella miraba a cada mausoleo por la esquina de su ojo, Izabella soltó una voz
cansada.

“Oh, contaminar las tumbas de los reyes de antaño… No soy apta para servir como
comandante.”

Todavía atada por los brazos de acero de Deus Ex Machina, se puso tan pálida como una
sábana. Si la dejaban así, es probable que termina mentalmente asustada.

Pr-Probablemente deberíamos hacer algo para ayudar a aliviar su culpa…

Y necesitaban explicar cosas a Elisabeth también. Con esos dos pensamientos en mente,
Kaito decidió exponer todo lo que sabía mientras caminaba.

“Hay algunas cosas que probablemente deberían escuchar. Aquí está lo que ha estado
pasando hasta ahora…”

Jeanne, quién era la fuente original de la mayoría de su información, no ofreció ninguna


interjección. Simplemente tarareó de manera extrañamente mecánica.

Mientras escuchaba la historia de Kaito, el rostro de Izabella se puso rígido por una
completa razón nueva.

“¿Paladines obligados a comer carne de demonio, dices? Eso no puede ser… Pero
ciertamente no puedo negar la existencia de un escuadrón del que nunca había
escuchado… Y hubo inconsistencias en el número de personas registradas como muertas
defendiendo la Capital…”

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Volumen 4

Comenzó a murmurar Izabella para sí misma. Claramente había sospechado que algo
estaba mal.

Mientras Izabella se perdía a sí misma en sus pensamientos, una peligrosa mirada carmesí
pasó por el rostro de Elisabeth.

“¿Una segunda Torture Princess hecha artificialmente, dices? El Butcher mencionó algo
sobre gente trabajando para prevenir que algún evento ocurriera… ¿Quieres decirme que
esta chica es el resultado de eso?”

La Torture Princess de negro hecha de forma natural miró fijamente la espalda de su


contraparte dorada. Jeanne no ofreció ninguna respuesta, por su puesto.

Elisabeth, no ofreciendo mucho respecto a palabras a Jeanne, tampoco, siguió hablando.

“Así que la Iglesia reforzó su fuerza al forzar a paladines a consumir carne de demonio,
luego hizo un atentado a la vida de Jeanne. Los esfuerzos de Jeanne estaban obstruyendo
el trabajo de la Iglesia, entonces. ¿Pero cuál era su meta, y cuál es la de ella? El Butcher
habló de esto también…”

Después de escuchar la historia de Elisabeth, Kaito entrecerró sus ojos mientras recordaba
lo que ella había acabado de decir.

“Nunca había pensado que alguien se alzaría para oponerse al espantoso fin de la
historia que las catorce tragedias marcan el comienzo. Y Mr. Dim-Witted Servant es lo
mismo. Aunque sus dos historias puede que sean pequeñas en el alcance de las cosas, los
resultados que dan puede que sean masivos ciertamente,” huh.

Kaito imaginó un gran tablero de ajedrez en su mente.

El tablero era el mundo. Las conspiraciones del Butcher y la avaricia de Vlad habían
colocado catorce peones demoníacos sobre él. Pero, aunque los peones habían sido
destruidos exitosamente, grandes grietas y fisuras se habían esparcido por el tablero.

Ahora, los nuevos y retorcidos peones de la Iglesia se estaban enfrentando contra una reina
blanca.

El rey y reina carmesí, que habían estado peleando hasta entonces, actualmente estaban al
costado.

El Butcher los había descrito a ambos como anomalías. Él y Elisabeth habían llevado a
cabo su rol, el cual era derrotar los catorce demonios, pero supuestamente, sus esfuerzos
habían tenido poco efecto en la batalla en general. Ahora, sin embargo, tenían una
oportunidad de realizar un rol aún más grande.

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Volumen 4

Lago ha sido puesto en movimiento, ¿pero qué? O, no, tal vez fue puesto en
movimiento hace mucho tiempo.

La cabeza de Kaito dolió, y presionó sus dedos contra su frente. Entonces miró los bucles
miel ante él.

No había ninguna duda en su mente de que, de todas las personas presentes, Jeanne era
la más cercana a la verdad. Pero todavía no estaba diciendo nada. Continuando su tarareo,
destrozó el siguiente sello con una piedra gris perla.

El grupo descendió un conjunto de escaleras. Con cada piso que bajaban, los sellos
bloqueando su paso crecían en fuerza.

Entonces Izabella soltó un grito perplejo.

“¿Cuál es el significado de esto? ¡Se supone que la tumba sólo tiene cinco pisos!”

No se suponía que el sexto piso existiera, pero estaba ante ellos de todos modos, la barrera
cuidándolo más colorida y ampuloso que los otros. Ningún rey fue enterrado ahí, eso estaba
claro. La habitación debería haber estado vacía, pero su barrera era los suficientemente
fuerte para derribar cien subordinados en un instante.

Kaito se preocupó—¿Jeanne realmente podría atravesarla? Pero la voz de Jeanne fue


ligera, un marcado contraste con su rostro férreo.

“Eso es una maricada de bebé. Su mierda es más suave que la seda, malditos
lunáticos. Si querían protegerlo, debieron poner sus vidas en juego. Gastamos todo
un maldito clan; ¿qué tal eso para demente?”

Y entonces, como si estuviera destrozando el escondite secreto de un niño, Jeanne la


destruyó.

El hueco de la escalera que descendieron parecía continuar por siempre.

Al final de él, sin embargo, llegaron a una enorme puerta.

Una imagen de la Santa que había sido tallada con destreza en su superficie. Sin embargo,
no se veía igual a las innumerables veces que la había visto antes.

Había una diferencia clave entre ella y las estatuas de ella colgando al revés con la que
estaba familiarizado.

Perplejo, Kaito soltó un murmullo.

“…Está de pie.”

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Volumen 4

Sus pies fueron plantados con firmeza en el suelo. Y no parecía estar dolorida, tampoco. Un
apóstol demi-humano estaba arrodillándose ante ella. Jeanne sostuvo una joya roja sobre el
ojo de la Santa, y la piedra se derritió, como si calor extremo hubiera sido aplicada a ella.

Mientras lo hacía, una luz roja brilló por toda la puerta como un relámpago.

Lágrimas ensangrentadas derramándose de los ojos de la Santa. Entonces la puerta se


abrió por su cuenta, chirriando, mientras lentamente revelaba el interior de la habitación.

Y cuando lo hizo, una extraña voz resonó desde dentro.

Era como un monstruo, gritando.

Era como un humano, gimiendo.

“… ¿Qué es esa cosa?”

“Un guardián que el Grave Keeper* creó.”

[Nt: Cuidador de Tumbas.]

Jeanne respondió fríamente la estupefacta respuesta de Izabella. Pero sin importar cómo
uno la mirara, la cosa sentada en medio de la habitación difícilmente se veía como un
“guardián” de algún tipo.

Era una blanca lechuza fusionada con grumos hinchados de carne.

La cabeza de la lechuza estaba brillando blanca y emitiendo un aura sagrada. Se parecía a


las bestias que La Mules había invocado. Pero su mitad inferior estaba compuesta por
antenas repulsivamente entrelazadas. El aura que emitían era siniestra.

Si esa cosa realmente era la creación de un humano, entonces claramente habían hecho
algo horriblemente tabú. Izabella soltó un murmullo horrorizado.

“Eso…eso no puede… El Grave Keeper no pudo haber… No algo así…”

Sus húmedas antenas estaban propagadas y enterradas por toda la habitación, como las
raíces en un árbol. Y estaban palpitando.

El Káiser soltó un grave rugido, luego habló con un furioso rugido.

“Esto no es ningún asunto de risa… Esto, también, es blasfemia; ¡blasfemia contra


la naturaleza misma de los demonios! Vlad, ¿ves esto? ¿Por qué esa cosa tiene la vil
cabeza de uno de los mensajeros de Dios?”

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“Qué brillante. Tomaron prestado el poder de Dios, invocaron una de Sus bestias,
luego la forzaron a comer carne de demonio. Un triunfo de la imaginación.”

Vlad apenas estaba poniéndole atención al Káiser. Su voz llena de éxtasis.

Izabella abrió bien sus ojos, completamente espantada. Sus mejillas temblaron. Apenas se
estaba conteniendo de gritar, su corazón claramente carcomido por desesperación y una
abrumadora sensación de vacío.

Kaito podía entender un poco lo que estaba sintiendo.

La existencia de esa cosa viola los mismos cimientos de sus creencias.

Un monstruo, formado de una creación divina siendo forzado a comer carne de demonio,
estaba sentado dentro de … ¿ la tumba subterránea que la Iglesia había estado
protegiendo.

Representaba una traición total de todo en lo que creía la gente.

“U—una pregunta, si se me permite. ¿Tú, de hecho, eres un mensajero de Dios?”

En una impresionante muestra de racionalidad, Izabella le habló a la lechuza blanca.


Entonces, todavía temblando, continuó.

“B-Bajo qué creencias v-vigilas est—”

La lechuza giró su cabeza de la única manera en que los búhos hacen y los miró
directamente. Cuando lo hizo, a Izabella se le trabó la lengua. Kaito tragó saliva también.

Los ojos de la lechuza eran dorados, tan grandes como platos llanos, y completamente
llenos de locura.

Como un misionero distribuyendo una doctrina, Jeanne explicó la condición del monstruo.

“Aquellos que comen carne de demonio obtienen gran poder, pero deben a cambio ofrecer
el dolor de otros a su cuerpo como compensación. Justo como yo y la Torture Princess de
negro, el monstruo ante nosotros probablemente ha obtenido suficiente dolor para mantener
su cuerpo. Pero el poder de Dios y el poder del Diablo se repelen entre sí. Su mente y
cuerpo fueron incapaces de mantener esfuerzo mental y físico, provocando esta retorcida
transformación. Todo lo que queda de ella es el deseo de destruir todo con lo que se
encuentren sus ojos. ¡Un práctico perro guardián, ¿verdad?! ¡Uno de los tipos reales
de ‘abandonad toda esperanza, aquellos que entréis aquí’!”

Durante el último pedazo, la voz de Jeanne estuvo resonando con menosprecio. Tomando
eso como su señal, las antenas por toda la habitación comenzaron a retorcerse con

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animosidad. El desagradable sonido de la mucosidad chocando contra la mucosidad hizo


eco.

Izabella cubrió su asustado rostro con una mano, luego sacudió su cabeza de un lado al
otro una y otra vez.

“Esto es de locos… ¡Esto es completa y total locura! ¿Por qué algo así existe? ¿Por qué
está aquí, en la tumba real subterránea? ¿Sólo en qué es que creímos? ¡¿Exactamente qué
hemos estado protegiendo?!”

“Levanta tu cabeza, miss. Hay muchas cosas buenas y correctas que has protegido, sabes.
Pero lo notaste, ¿no es así? ¿Incluso un poco? Algo se estaba torciendo poco a poco. Pero
tontamente apartaste tus ojos. Este es el precio que pagas por tu ceguera.”

La voz de Jeanne tomó una vez más el tono de un sacerdote dando un sermón. Sin piedad
continuó su circunspecta reprimenda.

“Mira de cerca y contempla. ¿Por qué crees que conduje a una oveja descarriada como tú
aquí, Oh representante de la humanidad? Eres una líder, aunque quizás sólo en nombre.”

“Sí…tienes razón. Lo soy. Lo…era.”

Mordiendo su labio tan fuerte que sacó sangre, Izabella volvió a levantar la vista. Lágrimas
se estaban derramando de sus ojos.

Con esos mismos ojos, concentró su visión en el monstruo cuya misma existencia preferiría
haber negado.

La lechuza blanca comenzó a moverse en verdad. Su enorme cabeza giraba mientras se


deslizaba hacia delante. Arrastradas por su mitad superior, su masa de antenas se movió
también. Por un momento, Kaito sintió como si toda la habitación hubiera cargado hacia
delante. Así era cuán amplía su carne que se retuerce y cubierta de moco era.

“Amo Kaito.”

“En ello.”

Kaito, acompañado de Hina, intentó dar un paso hacia delante. Sin embargo, podría
haberse ahorrado el esfuerzo.

El fuerte y agudo ruido de tacones chasqueó e hizo eco por toda la habitación.

La Torture Princess de negro y la Torture Princess dorada habían avanzado primero.

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Las dos lado a lado. Entonces, como si fueran imágenes reflejadas de la otra, levantaron
manos opuestas. Oscuridad y luz se arremolinaron sobre sus palmas mientras encaraban
sin temor su sagrado, profano y espantoso oponente.

Pétalos de flor carmesí y dorados bailaron. Luz blanca y negra oscuridad dieron vueltas.

Una habló con pura furia, y la otra de manera indolente murmuró.

“¡Muere de una vez!”

“Buenas noches, esclavo.”

Al momento siguiente, lo carmesí, dorado, negro, y blanco explotaron. Las Torture Princess
no estaban dependiendo de sus dispositivos de tortura y máquinas. Sin temer a las antenas
atacantes en lo más mínimo, las dos estaban disparando espadas directamente.

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¡Thunk, thunk, thunk, thunk, thunk, thunk, thunk!

[Nt: Son ruidos sordos o vacíos.]

Cientos de espadas diseñadas para la decapitación atravesaron la lechuza blanca a través


de su cuerpo. Se veía como un alfiletero viviente.

Abriendo su pico, soltó una miserable y gutural voz.

“Ahhhhhhh, ahhhhhhh, AHHHHHHH, aHhHhHhH.”

Su voz no era ni aviaria ni monstruosa. Era la voz de un humano. Mientras escuchaba eso,
una terrible posibilidad brotó dentro de la mente de Kaito.

Las aves que La Mules invocó se desvanecieron de inmediato.

¿Por qué, entonces, la lechuza ante ellos no?

Quizás, con el fin de asegurar la bestia convocada a este mundo, habían mezclado un
humano en ella también. Esa era horrible sospecha que Kaito tenía. Pero entre su
sentimentalismo y asaqggggggggggggggggge, no tenía espacio sobrante para examinar
completamente esa posibilidad.

“¡Graaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!”

El grito aumentó en tono, levantándose casi al nivel de un chillido. Después de forzar su


salida de los brazos de Deus Ex Machina, Izabella golpeó el suelo corriendo. Luego, al
chocar con la lechuza atestada de espadas, agarró el mango de una espada y la enterró
particularmente profundo en el pecho del ave y la giró.

La lechuza blanca gritó aún más violentamente. Mientras lo hacía, Izabella sacó
violentamente la espada.

Un horrible ruido de chapoteo resonó por todo el aposento. Sangre oscura salió a
borbotones de la herida y corrió por el suelo.

La espada había estado perforando el corazón pulsante de la lechuza.

Sus enormes ojos todavía amplios como platos llanos, la lechuza convulsionó. Su cabeza y
torso comenzaron a transformarse en luz blanca, y las antenas componiendo el resto de su
cuerpo se convirtieron en plumas negras. A medio camino, sin embargo, ambas
transformaciones se detuvieron.

Su trágico cuerpo entonces cayó al suelo, el derecho de siquiera esfumarse como un


demonio o una criatura sagrada arrebatado de ella.

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Izabella estaba cubierta de sangre. La espada hizo un sonido metálico contra el suelo
cuando la soltó, y cuando levantó la vista, su rostro estaba temblando. Por un segundo,
parecía que iba a desplomarse. Pero se las arregló para enderezar su postura con solo
fuerza de voluntad.

Luego colocó su brazo horizontalmente sobre su pecho dio una reverencia.

“Ya no debes ser atado por las cadenas de tu atormentada existencia. Tus esfuerzos
vigilando la tumba no pasaron desapercibidos.”

Esa fue la dedicatoria que le dio al monstruo. Nadie más dijo algo.

Como si estuviera aceptando sus palabras, el monstruo hecho en hombre fue a la deriva a
su letargo eterno. Sus antenas dejaron de retorcerse. Después de confirmar ese hecho,
Izabella cayó al suelo.

Entonces comenzó a sollozar en silencio.

Lloró y lloró, como si intentara analizar la absurdez de todo y convertirlo todo en rabia.

***

Una enorme piscina de sangre se esparció por la habitación. Izabella sentada quieta en ella.

“Hey, Izabella…”

Kaito la llamó con la esperanza de consolarla. Pero antes de que pudiera terminar, el ligero
sonido de pasos salpicando hizo eco por la habitación.

Jeanne se había acercado a Izabella con un paso tranquilo y parecido a una danza. Para
sorpresa de todos, se agachó* y envolvió a Izabella en un fuerte abrazo. Los ojos de
Izabella se abrieron ampliamente.

[Nt: Dice “spun forward”, en teoría sería “giró hacia delante”, pero ya se había acercado y
eso no tenía mucho sentido, a no ser que sea para darle un toque más dramático o de
teatro.]

La expresión de Jeanne era tan fría como siempre, pero su abrazo era cálido y amable.

“Sabía que me gustaste por una razón, damita. Los tontos que demuestran su
orgullo no es algo tan desagradable. Tienes agallas.”

Usando su mano pálida, Jeanne limpió la sangre del rostro de Izabella. Después de limpiar
la suciedad, acarició la cicatrizada piel de Izabella mientras seguía hablando.

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“Su debilidad es precisamente lo que impulsa a los tontos a ser fuertes. Ese era el ideal por
el que estabas esforzándote, miss. Eres una buena niña.”

Al escuchar las dulces palabras, Izabella parpadeó varias veces. Pero no tuvo oportunidad
de responder. Deus Ex Machina la levantó en sus brazos una vez más.

“No, yo… ¿Esto de nuevo?”

Izabella intentó resistirse. Pero un momento después, con tiento dejó que su cuerpo
aflojara. Parecía haberse rendido y ahora estaba permitiéndose obedientemente ser
cargada.

Poniéndose de pie ella misma, Jeanne levantó sus manos ensangrentadas.

“Vamos, solo un poco más—qué emocionante.”

Kaito pasó su mirada otra vez por la habitación.

No lo había notado al principio debido a las antenas cubriéndola, pero la habitación fue
construida como un gran auditorio. Para su alarma, los muros no parecían tener junturas o
uniones en ellas, y varias lámparas cristalinas delicadas colgaban del techo hemisférico de
la habitación.

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¿Esta habitación realmente fue hecha por personas?

Kaito encontró ese hecho dudoso. Al mismo tiempo, se dio cuenta de que la habitación no
les ofrecía ninguna manera de avanzar. No podía ver pasillos o escaleras ramificadas. Era
un callejón sin salida.

La única cosa que veía, sin embargo, era una profunda talla en una de las secciones del
muro de piedra que había sido cubierto por las antenas. La artesanía de la talla era tan
impresionante que la persona representaba parecía estar con vida.

Kaito caminó hacia ella. La Santa estaba abrazando algo envuelto en tela, pero era
imposible ver lo que estaba dentro. Lo que estaba claro, sin embargo, era la sonrisa
benevolente de la Santa. Un asistente demi-humano estaba de pie junto a ella.

Su rostro estaba envuelto en sombra, oculto por su capucha. Kaito soltó un susurro
aturdido.

“… ¿El Butcher?”

Poniendo los puntos juntos, Kaito recordó la estatua que había visto en la plaza de la
Capital.

Una estatua de la Santa derramando lágrimas de sangre había sido instalada junto al
cuartel general de Godd Deos. Y delante de ella había estado otra estatua, un apóstol
arrodillado envuelto de la cabeza a los pies con andrajos harapientos. Sorprendentemente,
el apóstol había sido un demi-humano. Piernas con escamas gravadas en ellas y afiladas
garras se habían asomado desde el borde inferior de los andrajos.

Se había visto como si se estuviera tanto regocijando como lamentando el sufrimiento de la


Santa.

Sin prestar atención, Kaito estiró la mano para tocar el grabado. Antes de que su mano lo
alcanzara, sin embargo, alguien lo agarró de la muñeca.

Elisabeth había sido quien lo detuvo. Dijo, su voz fría.

“¿Tienes deseos suicidas? Continua, entonces—tócalo. Ni siquiera cenizas quedarán.”

“Oh. Uh, mi culpa.”

Kaito entrecerró sus ojos y evaluó la cantidad de maná almacenada en el muro. Elisabeth
había tenido razón completamente.

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Era difícil de decirlo solo a la vista, pero todo el muro estaba cubierto de una barrera
diabólica. Cualquiera que la tocara probablemente haría que su existencia se aniquilara.
Pero entonces ladeó su cabeza al costado asombrado.

Había algo extraño sobre el maná que la barrera estaba emitiendo.

Es lo mismo aquí…bien y mal mezclados.

Maná sagrado mezclado con maná malicioso, sellando el muro firmemente.

Fue en ese momento que Kaito se dio cuenta de algo.

“Espera, esta cosa está diseñada para proteger algo, ¿verdad?”

Algo estaba escondido ahí. O quizás fue sellado ahí. Esa era la impresión que Kaito había
tenido.

Pero… ¿qué?

Sus ominosas premoniciones empeoraron cuando cuidadosamente volvió a inspeccionar el


maná y la vibra general que el muro estaba emitiendo. Entonces se dio cuenta de que había
algo acechando al otro lado del muro robusto.

¿Qué…qué es eso? ¿Es un ruido eso que escucho?

Kaito se concentró en sus oídos, teniendo mucho cuidado de no tocar el muro. Después de
un momento, se dio cuenta de cuál era la naturaleza del ruido. Algo estaba respirando,
inhalando y exhalando a ritmo regular y fija.

Algo estaba durmiendo ahí atrás.

Como un niño, tomando una calmada y tranquila siesta.

“Ahora bien, hoy será un día digno de conmemorar. Develemos el secreto dentro.”

No había un matiz de miedo en la voz de Jeanne. Abrió sus palmas. Una joya negra estaba
sobre una, una joya blanca sobre la otra. Cuando las presionó juntas, se fusionaron en una,
entonces se transformaron en la forma de una llave. Una vez que lo hicieron, Jeanne la
metió en el rostro de lo que fuera que la Santa estaba sosteniendo.

—Grgrahhh.

Mientras el extraño ruido resonaba, Jeanne dio un suave y dulce susurro.

“Más allá de ese muro se encuentra la verdadera fuente de la carne que comimos.

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Aparentemente, el ruido gimiendo de hace un momento había indicado que ahora estaba
desbloqueado. El pesado muro comenzó a moverse, chirriando y levantando polvo mientras
lo hacía. Como un cinturón de castidad cayendo, el repugnante y largamente guardado
secreto de la Iglesia quedó al descubierto.

Más allá del pesado muro

estaba la habitación de un niño.

***

Era tranquilo el interior.

El muy muy profundo silencio dentro se sentía como si hubiera durado siglos, si no es que
un milenio.

A primera vista, no se veía como algo aparte de una habitación para un niño normal, sus
muros decorados con empapelado y lazos. Era una inocua y encantadora habitación
pequeña. Pero un segundo vistazo revelaría la oscura y retorcida naturaleza de la
habitación.

Había rostros humanos brotando del empapelado en lugar de un diseño floral. Todas se
estaban retorciendo de dolor sin palabras. Aunque no tenían cuerdas vocales, sus bocas se
contorsionaron en silenciosos y angustiados gritos.

En cuanto a los lazos colgando por encima de la cabeza, estaban hechos de varios tipos de
entrañas humanas, colgando desde los estómagos de personas suspendidas en el aire. Y
dada sus tonalidades vividas, los propietarios todavía estaban vivos.

Y en el centro de esa grotesca habitación adornada de dolor estaba una enorme cuna.

Parecía casi cruel cuán puro un tono de blanco era, el único objeto inmaculado en la
habitación.

Dentro de ella, algo estaba durmiendo.

Lo que sea que fuera, el vocabulario humano estaba mal equipado para describirlo.

Estaba vivo. Estaba en un profundo letargo. Tenía carne.

Si alguien deseara describirlo en palabras, eso tendría que ser suficiente.

“Eso ahí es el primer demonio—una entidad mucho más alta que los catorce que
descendieron después, y un ser con el poder de destrozar los cimientos mismos del
mundo.”

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Aunque encaraba un horror que superaba la comprensión humana, el habla de Jeanne fue
desapasionada. Kaito se encontró sin palabras.

No se supone que esa cosa exista en este mundo.

Pensó en la exposición que Elisabeth le había dado justo después de que había
reencarnado.

“Llamamos a la entidad que creó el mundo ‘Dios’ y lo que lo destruye ‘Diablo.’ Por
consiguiente, el Diablo puede sólo interferir con el mundo del hombre una vez que Dios lo
ha abandonado. Pero hay una excepción. Si el Diablo tiene un contratista, puede pasar de
todo.

“Pero convocar al Diablo, que posee suficiente poder para destruir todo el mundo, no
es una hazaña pequeña, y no hay ningún recipiente que pueda contenerlo, por lo que aún
no se ha manifestado.”

[Nt: Vol 1, cap 1: Los Catorce Demonios.]

Así era como se suponía que fueran las cosas, pero no podría haber ningún error en el
hecho de que el Diablo, quién tenía suficiente poder para destruir todo el mundo, estaba
durmiendo ante ellos.

El Káiser no dijo nada, sus pensamientos inescrutables. Una sublime sonrisa tapaba el
rostro de Vlad. Hina no estaba haciendo ningún esfuerzo por ocultar su repulsión, e Izabella
estaba llevando la expresión de un niño que había acabado de ser golpeado por un padre.

Algo que no debería existir, existe.

Delante de esa irreconciliable contradicción, Kaito sintió una oleada de vértigo. Elisabeth
sacudió su cabeza de un lado al otro mientras le daba una mirada de soslayo. Luego, con
una disgustada mirada en su rostro, le planteó una pregunta a Jeanne.

“Sin un contratista, el Diablo debería ser incapaz de manifestarse en este mundo. ¿Quién,
entonces, es el contratista de esta cosa? Mi poder es casi supremo, y ni siquiera mi cuerpo
podría aguantar tal hito. Ni es posible para Vlad, ni el Gran Rey, ni tú. El recipiente se haría
añicos. Ningún hombre debería estar cualificado.”

“Ese no es el caso, sin embargo. Una persona con tal poder existe, una persona con la que
incluso las ovejas descarriadas están familiarizadas.”

La respuesta de Jeanne rozaba el sonsonete.

Kaito y Elisabeth fruncieron sus ceños. Si tal persona realmente existía, tendría que ser
bastante importante. Ignorando sus dudas, sin embargo, Jeanne se lanzó de lleno a una
historia aparentemente no relacionada.

205 | P á g i n a
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“La Santa manifestó a Dios a través de su cuerpo, salvó al mundo, luego cayó en un letargo
eterno. Por eso, se puede decir que el mundo del hombre fue construido sobre su
sufrimiento, devoción, y su sacrificio. Eso forma la base de la doctrina de la Iglesia. Pero
aquí yace una contradicción. La Santa manifestó a Dios a través de su cuerpo y reconstruyó
el mundo. En ese caso, sin embargo, ¿quién fue el que lo destruyó?”

“…Ese sería el Diablo, naturalmente. No. Espera.”

Elisabeth cubrió su boca. Kaito, también, notó la contradicción.

“El Diablo sólo puede interferir con el mundo del hombre una vez que Dios lo ha
abandonado.”

Si ese era el caso, entonces la Santa no debería haber sido capaz de manifestar a Dios.
Después de todo, una vez que Dios abandonó el mundo, entonces como como una de Sus
creaciones, ella, también habría sido un blanco para la destrucción.

El misterio había estado colgando justo delante de las narices de todos, pero ninguno de
ellos lo había notado siquiera.

El mundo había sido salvado una vez. ¿Pero qué había pasado justo antes de eso?”

“Exactamente, miss. Normalmente, no hay manera de que Dios podría haber respondido a
las invocaciones de un humano y residido dentro de su cuerpo. Todos los humanos habrían
sido destruidos en el momento en que abandonó el mundo, después de todo. En otras
palabras, el orden está al revés.”

“… ¿Al revés?”

“Aunque Dios no había renunciado al mundo, el Diablo lo destruyó de todos modos. Por eso
Dios apareció en respuesta a las invocaciones de un humano, y por eso Él lo reconstruyó.
La chica que llevaba a Dios dentro de su cuerpo, la chica que no fue destruida, fue la única
persona dejada en el mundo. Pero si podía invocar a Dios, también habría sido capaz de
formar un contrato con un demonio de igual poder. En otras palabras…”

Las cadenas en las muñecas de Jeanne se sacudieron y sonaron mientras levantaba un


dedo índice delante de sus labios.

Entonces, como si les estuviera contando un secreto, divulgó la verdad que había estado
oculta durante tanto tiempo.

“Primero, la chica formó un contrato con el poderoso Diablo. Aunque no estaba claro cuál
fue su objetivo, fue incapaz de mantener el control y terminó destruyendo el mundo. En su
arrepentimiento, invocó a Dios, formó un contrato con Él, no era capaz de morir, así que, en
cambio, cayó en un profundo letargo. Eso es lo que todo significa.”

206 | P á g i n a
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Y en ese momento, una de las doctrinas fundamentales formando la base de la sociedad


humana se desmoronó en sus cimientos.

Una grieta se formó en la expresión de Izabella. Pero Jeanne no se detuvo, en cambio hizo
una última declaración.

“La Santa Sufriente, la única venerada por la Iglesia, no es ninguna otra que la contratista
del primer demonio.”

Y por eso, la Iglesia había ocultado el primer demonio, al que ella había invocado.

Los alquimistas deben haber obtenido su carne antes de que su existencia se hubiera
ocultado. Entonces, sabiendo que un día despertaría, se ocultaron y comenzaron a preparar
medidas defensivas. Y por alguna razón, el apóstol de la Santa, el Butcher, había esperado
el momento oportuno antes de darle carne del demonio a aquellos deseando formar
contratos.

Kaito y Elisabeth recordaron lo que el Butcher le había dicho a ella.

“Es un pequeño cuento de hadas sin sentido, y uno que ha durado mucho, mucho tiempo.

Hay aquellos que han trabajado para provocar estos eventos, y aquellos que han
trabajado para prevenirlos.”

“En el curso de la matanza de los catorce demonios, el tablero de ajedrez aguantó un grave
daño. Los altos niveles de la Iglesia, varios de sus fanáticos, y algunos de aquellos que
desean escapar de la carga de tener que restaurar la Capital buscan despertar el primer
demonio, expandir la destrucción, y al hacerlo, instar a Dios a reconstruir el mundo. Creen
que cuando el mundo destruido se restaure, los devotos honrados permanecerán.”

“Imposible. Esa manera de pensar es demasiado optimista.”

Respondió Kaito, su voz fría. De todas las personas presentes, su campo de conocimiento
era el más superficial. Pero a pesar de eso, tenía confianza en su afirmación. Desde que
había visto a La Mules de primera mano, lo había sabido.

Dios creó el mundo, y el Diablo lo destruyó. Eso era todo lo que había en sus respectivas
existencias.

El hecho era que ninguno era una entidad con la que el hombre estaba destinado a
interactuar.

“Sí, mucho. Reconstruir él es acto de eliminar el cuadro actual, luego dibujar uno nuevo
sobre él.”

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Isekai Goumon Hime
Volumen 4

Jeanne reafirmó los sentimientos de Kaito. Kaito visualizó la escena en su mente.

Las personas estaban brincando sobre un enorme lienzo y pintando una nueva imagen.
Pero ahora, fisuras retorcidas pasaban por el cuadro. Entonces alguien sentado delante del
lienzo abruptamente él levantó una brocha.

Y la primera cosa que hizo fue pintar sobre la imagen con negro.

“Si nace un nuevo mundo, entonces toda la humanidad con la excepción de la santa, la
pintora, perecerá. Fui creada para evitar eso. Pero mi conocimiento del mundo común es
insuficiente. Los alquimistas carecían del poder para acompañarme, en cambio eligieron
morir y convertirse en mi alimento, pero su solicitud final fue que me asegurara de encontrar
sirvientes adecuados.”

Después de haber escuchado lo que Jeanne tenía que decir, Kaito ahora estaba
profundamente consciente de la diferencia entre la “salvación” de Jeanne y la de la Iglesia.
Un lado quería preservar el mundo como estaba, y el otro quería construir un mundo nuevo.

Todavía no sé qué motivo tenía el Butcher para vender la carne de demonio, sin
embargo.

Sin importar qué razón puede haber tenido, sin embargo, las semillas del mal que había
plantado exitosamente habían dado luz a catorce frutos demoníacos.

Y había descrito la resistencia de Kaito y Elisabeth como “inesperada.”

Sin saber que el escenario sobre el que habían estado peleando había sido preparado
mucho antes, los dos habían levantado la espada y peleado. Incontables personas habían
muerto en el curso de su resistencia desesperada. Pero aparentemente, sus esfuerzos no
habían cambiado nada.

Ahora mismo, la última flor estaba intentando florecer. Y Jeanne estaba intentando cortarla
de raíz.

Entonces la doncella de la salvación quién se autoproclamaba la santa y la puta dio su altiva


continuación.

“Ahora, queridos amantes, comprenden la verdad, y la gravedad de la situación. Kaito Sena.


Elisabeth Le Fanu. Sé que los dos están destinados a pelear con el otro hasta la muerte.
Pero ahora deben desechar todo eso y servirme como fieles esclavos.”

Dirigió su mirada rosada directamente sobre los dos.

Y cuando lo hizo, Jeanne de Rais, la Torture Princess artificial, continuó como si fuera sólo
natural.

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Volumen 4

“A este ritmo, nuestro mundo será destruido, y ni siquiera un rastro quedará.”

Sus palabras resonaron por la cámara como un veredicto final.

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Volumen 4

Afterword
Hola, Keishi Ayasato aquí.

Finalmente hemos llegado al volumen 4.

Muchas gracias por comprar el cuarto volumen de Torture Princess.

La nueva Torture Princess finalmente ha llegado, y hemos entrado a un nuevo capítulo de la


historia.

Varios de los secretos del mundo fueron revelados al mismo tiempo esta vez—¿qué
pensaron ustedes? Los giros y desarrollos venideros se construirán justo después de los
grandes eventos que acaban de pasar, así que sospecho que las cosas seguirán a un paso
constante a partir de ahora, también. Para serles sincero, en realidad estoy trabajando en el
Volumen 5 mientras escribo este afterword, y estoy planeando mecanografiar página tras
página tras página, así que, por favor, esperen con ansias la continuación de la historia.
También, tuve la rara oportunidad de escribir una escena extremadamente de tortolos en
este libro, lo cual fue muy divertido. Espero que nos encontremos de nuevo en el siguiente
volumen, dónde pueden descubrir, entre otras cosas, si los dos son capaces de seguir
disfrutando sus soberbias vidas normies.

Oh, y ahora que hablamos de Torture Princess, ¡fue lo suficientemente afortunado para
recibir una adaptación manga!

La maravillosa Hina Yamato está a cargo de la adaptación, y es serializado por


ComicWalker y Nico Nico Seiga. Elisabeth es más hermosa que nunca, y el subordinado del
Caballero y la Iron Maiden son dibujadas con tal detalle y con tal impacto. Estoy
completamente lleno de gratitud. Hina Yamato es una artesana tan habilidosa, y el manga
fue tan maravilloso que me encontró absorto hasta el punto dónde leí todo de una sentada.
Me haría oh-tan-tan feliz si todos lo miraran.

La cuenta oficial de Twitter, @goumonhime, también está, así que por favor denle un
vistazo también.

Además de la adaptación manga, me dieron el privilegio de escribir una serie de historias


cortas. En el momento de este escrito, Capítulo 1: La Rutina Diaria de Kaito (Frontside)
acaba de salir. Y si hay un Frontside, debe, por supuesto, haber un Backside* también. En
él, decidí darles un vistazo a las vidas diarias de Kaito, Hina, y Elisabeth, y los otros
personajes. Saldrá junto a la adaptación manga de Hina Yamato, así que espero que lo
esperen con ansias. Va a ser una historia reconfortante, pero quizás un poco inquietante
también. ¡Y como siempre, Ms.** Ukai dibujó una hermosa ilustración para ella! ¡En verdad,
es un festín para los ojos!

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Volumen 4

[Nt: *En teoría esto es “nalgas” o “parte trasera”, pero ni idea del “Frontside”. **Ptm, ¿Saki
Ukai es mujer? ¡¿En serio?! ¡¿Por qué nadie me lo dijo?! ¡Y yo diciéndole “DaddyUkai”
siempre que veía sus ilustraciones!]

Y como siempre, gracias a mi familia por todo su apoyo. Colaré un gran agradecimiento
extra por mi hermana, quien siempre me da consejo cuando más lo necesito.

¡Y un último y gigante agradecimiento a mis lectores!

Me trae tal felicidad que mi historia sea leída por tantas personas en tantas maneras, tanto
a través de las novelas como a través del manga. Voy a ir a toda velocidad con los
volúmenes futuros, así que espero todos lo esperen con ansias.

Y con respecto a esto último, rezo para que nos reunamos algún día.

Mientras la piel del mundo se desprenda,

la historia continuará hasta que llegue a su final.

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Volumen 4

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Volumen 4

Por Consiguiente, Él Habló


Él soñó.

Un sueño de hace mucho, mucho tiempo atrás.

Estaba siendo levantado en un par de cálidas y blancas manos.

Desde el momento en que fue creado, había estado completo.

Él era indecoroso, y completamente diferente a todas las otras criaturas vivientes. Por eso,
nunca había tenido la oportunidad de depender de la asistencia de otro. Nunca había tenido
el cuerpo de un infante. Por lo que era la primera y última vez en su larga, larga vida que
alguien lo había sostenido.

Cuando el mundo aún era blanco, él fue la primera cosa que habían creado.

Sin importar cuánto viviera, nunca olvidaría lo que había visto cuando alcanzó la
consciencia en esos delgados brazos.

No era el más vago de los recuerdos, pero llegó a definir todo el resto de su vida.

Era la razón por la que había aceptado la carne de demonio.

Ella había aparecido un día cargando un bulto de algo envuelto en tela roja. Esto fue antes
de que hubiera derramado lágrimas de sangre, o fuera colgada al revés, o se hablara de
ella por todas partes.

Ella le había dirigido una sonrisa afectuosa a la cosa en la tela, la que uno podría ofrecerle a
un bebé.

Dentro de ella estaba un montículo oscuro carmesí de carne.

Ella estaba cargando carne de demonio.

En el momento en que él lo vio, comprendió solo cuán profunda su locura y malicia eran.

Pero cuando ella se lo pasó con la reverencia que uno tendría por su propio hijo, lo tomó y
lo sujetó con fuerza. E incluso sabiendo cuán horrible era, cuán profano era, lo protegió para
pasarlo a generaciones futuras.

Incluso sabiendo cuán equivocado se estaba volviendo todo, esa fue la decisión que tomó.

Esta es una historia de hace mucho, mucho tiempo.

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Volumen 4

Es una historia demasiado horrible para ser llamada Génesis, demasiado trágica.

Por eso eligió llamarla un cuento de hadas.

A pesar del gran rol que se le había asignado, él no tenía ningún nombre.

Ella nunca había pensado en darle uno.

En su corazón, él lo sabía. Él sabía exactamente cuán poco él significaba para ella.

Ella no sintió la necesidad de nombrarlo, ni siquiera darle un apodo. No tenía ninguna razón
para llamarlo. Siempre y cuando él actuara como su apóstol, eso era todo lo que ella
necesitaba de él.

Después de todo, él no era nada más que otra de las semillas del mal que ella había
plantado.

Él era una de las semillas que ella había enterrado en los recovecos del lienzo cubierto de
pintura. Ni siquiera se le permitió morir por voluntad propia. Así de exigua era su existencia.

Pero, aunque él había sabido eso, todavía se tomó en serio su orden y vivió su vida en
consecuencia.

Fue casi demasiado tiempo para ser considerada “vida,” sin embargo.

Incluso las batallas sin sentido pueden llevar a encuentros valiosos. Siguiendo su otra
orden, peleó para solidificar la sociedad humana y construir una base para la circulación de
productos.

La fundación de los Cinco Grandes Gremios trajo un grado de paz a la tierra, pero la batalla
contra el Dragón Legendario y la guerra por los derechos del Huevo de Maná fueron aun así
feroces en extremo.

También no hubo ninguna escasez de personas que se llamaban a sí mismos de la misma


manera que él, como el Egg Seller y el Fishmonger*, y peleaban entre ellos mucho. Pero
gracias a varios giros de eventos, ayudaron a dar estabilidad a las rutas comerciales que él
había colonizado.

[Nt: Vendedor de Huevos y Pescadero, respectivamente, son apodos, por eso en inglés.]

Había conocido incontables personas, y era imposible contar a todos con los que se había
separado.

Habían sido todos sus amigos, pero en un sentido mucho más grande, todos habían sido
solo sus enemigos. Se había encontrado con personas de todas clases sociales y

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compartido bebidas, canciones, y travesías con ellos. Aunque era el enemigo del mundo,
trabajó duro como comerciante para ayudarlo a florecer.

Ahora, esos antiguos días parecían haber sido simples fantasmas fugaces del pasado.

Ah, los recuerdos… Santo cielo, sin embargo, estoy bastante impresionado de que
fuera capaz de dormir en una posición como esta. Quizás cantar mis propios elogios sea
desmañado*, pero supongo que no queda nadie para escuchar de todos modos, ¿verdad?

[Nt: Quiere decir “socialmente incómodo”.]

Habiendo acabado de abrir sus ojos dentro del Gibbet, el Butcher se encontró perdido en su
mundo ocioso.

Digamos, por ejemplo, los diez mil amigos que había hecho.

Digamos, por ejemplo, las tres personas por las que había tenido gran afecto.

Si alguien fuera a preguntarle, “¿Alguna vez lo encontraste doloroso,

cuando los mirabas y veías cuán radiantes eran?”

Respondería con confianza “No.”

Solo esa palabra. No.

En verdad se había divertido a lo largo del camino. Y la alegría que le había producido
había sido real también.

Especialmente últimamente—los días que había pasado en el castillo que había visitado e
inspeccionado habían sido excepcionales. Le había tomado cariño al pequeño trio, y
realmente había amado pasar ociosamente para disfrutar.

Disfrutaba cuando los clientes apreciaban su mercancía, y le traía alegría escucharlos


expresar cuán deliciosa era. Él estaba triste cuando se lastimaban, y emocionado cuando le
agradecían.

Pero no había nada más que eso.

Eso era algo que el Butcher podría decir decididamente.

“Si Mr. Dim-Witted Servant estuviera aquí, estoy seguro que describiría eso como triste.
Qué joven tan de buen corazón es.”

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El Butcher murmuró en voz baja para sí mismo desde el interior de Gibbet. Le había
agradado tanto que les había dado una mano cuidado a la encantadora autómata, incluso
fue tan lejos como para prestarle su fuerza.

Entonces el Butcher habilidosamente movió su peso, haciendo que la estrecha jaula se


balanceara. Su robusta cadena traqueteó y chirrió. Después de rendirse con esa estrategia,
el Butcher le echó un vistazo a la habitación. Ni siquiera sobras quedaban de su anterior
festín.

Según Elisabeth, el brazo de troll había sido espantoso. Sin embargo, el bife de slime raro
había sido sorprendentemente sabroso. La cola de dragón, por otro lado, había sido
demasiado dura. Había recibido la peor recepción de todas ellas.

Él había tenido poca razón para desviarse y cocinar carne para la Torture Princess. Pero lo
hizo. Y esto había pasado con él. Aun así, sin embargo, no tenía ningún arrepentimiento.

No pensó en ello como triste en absoluto.

El momento siempre había estado viniendo, y ahora había llegado. Eso era todo lo que
había.

“…Porque ese es el tipo de criatura que soy, después de todo.”

Todo por ustedes, mis queridos clientes.

Y todo por uno.

Había vivido su vida hasta entonces por esos dos principios contradictorios.

Y con toda probabilidad, seguiría haciéndolo hasta el final.

Digamos, por ejemplo, los cinco mil hombres que había tenido bajo su mando todos
murieron.

Digamos, por ejemplo, los diez mil amigos que había hecho todos perecieron.

Digamos, por ejemplo, las tres personas por las que había tenido gran afecto todas fueran a
su letargo furiosos.

Si ninguno de ellos le sonriera de nuevo,

eso seguramente sería doloroso.

Pero sólo hubo un momento en el cual su vida había tenido sentido.

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“…Ahora bien, como el enemigo del mundo, supongo que mejor comienzo a interpretar el
papel.”

De repente, el Butcher soltó un murmullo.

Luego escupió un alambre intrincadamente enredado desde el interior de la oscuridad de su


capucha. Entonces, todavía de pie, se dislocó la muñeca. Con movimientos que ningún
humano podría haber ejecutado, torció su brazo débil y comenzó a usar el alambre para
jugar con la puerta de Gibbet.

Con el tiempo, el seguro se abrió.

Por solo un momento, el Butcher entrecerró sus ojos.

En el momento en que se fuera en verdad marcaría el comienzo del fin.

Tendría que comenzar a actuar de una manera adecuada al enemigo de todo lo que vivía.

Y por esa razón, soltó un suave murmullo.

“Me divertí completamente, Madam Elisabeth, Ms. Lovely Maid, Mr. Dim-Witted Servant.
Eso es tan cierto como puede ser. Los vivos necesitan diversión para seguir viviendo,
después de todo. Y cuando los observé a todos luchar contra ello, fueron muy, muy
radiantes. Aun así…”

El Butcher tiró de la puerta al abrirla. Su voz bajó cuando finalmente retomó dónde lo había
dejado.

“…Aun así, el cuento de hadas debe llegar a su fin.”

Y entonces, con un tap,

el enemigo del mundo saltó al suelo de piedra.

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