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Constelaciones identitarias, el yo social, sexualidad y género.

[Texto creado con la asistencia de herramientas basadas en inteligencia artificial, editado y producido por el autor]
Prof. Jose Pavolink (2023)
¿Qué es una mujer? ¿Qué es hombre? ¿el género se define por las formas en que se
ejerce la sexualidad? ¿Cuáles son las formas normativas bajo las que se define como
debe funcionar cada genero? ¿hay vigilancia sobre el género? ¿la diferencia de género
es desigualdad? ¿el género es una forma de subordinación? ¿habría que eliminar el
género? ¿puede cambiarse el género sin que cambien las prácticas sexuales?
Genero
¿Dónde está el género? ¿está en nosotros? ¿está afuera? ¿está en los otros? Si
alguien dice soy hombre o soy mujer pareciera que el género es algo propio de la
persona, pero, ¿Cómo alguien puede estar tan seguro ser lo que dice ser? La primera
tesis es que el género se construye y se realiza a través de actos ¿Qué argumentos
tenemos para justificar esa tesis? Desde una perspectiva histórica y antropológica el
género no es una constante cultural.
Para algunas personas vivir según las formas normativas de género es como estar
muertas en vida, es una forma de violencia que encorseta a los sujetos y condena las
diferencias. Esa es la razón que impulsa a cuestionar las normas, expectativas y roles de
género tradicionales en la sociedad, romper con las convenciones y las expectativas
tradicionales de lo que se considera apropiado o normal para las personas según su
género. El planteo es que si se subvierte el género la vida sería mejor.
Podríamos empezar por preguntarnos si hay relación entre género y violencia,
aunque la pregunta pareciera innecesaria no debemos dar por supuesto nada. El género
es proyectado en los sujetos bajo la forma de supuestos o prejuicios, permite categorizar
y hacer “teóricamente” inteligible al otro. De este modo recae sobre el sujeto una serie
de supuestos y espectabas que lo abarcan en su totalidad, dictaminando que debe o no
debe hacer tanto en público como en privado, como debe pensar y como debes expresar
sus emociones. Cuando un sujeto no se ajusta a la normativa de genero corre el riesgo
de ser puesto bajo sospecha, acusado, castigado, condenado o incluso asesinado. Si algo
de aquello no sucede ocurren otro fenómeno, por ejemplo, pensar al otro como carente
de realidad. Si alguien ve en el otro un hombre vestido de mujer, allí la realidad no es el
género sino el sexo, pero, el sexo ¿es más verdadero y real que el género? ¿no es el sexo
también genero? Si el sexo no fuera genero la sexualidad humana seria animal e
instintiva, es decir estaría determinada por la naturaleza de esa manera el
comportamiento humano y su deseo, se explicaría por su sexo.
Desde algunas teorizaciones feministas el género no es algo que se tenga ni una
esencia, es una relación, algo parecido a lo que ocurre con el yo en el discurso, es yo
quien dice yo en un dialogo, pero si yo es dicho por otro podemos ver como la
subjetividad se desplaza en el lenguaje. La idea de que el género es una "relación" se
deriva de la noción de que las identidades de género se forman en relación con otras
personas y las normas de género que existen en una sociedad dada. Esto significa que
nuestras identidades de género se desarrollan en el contexto de las interacciones
sociales y las expectativas culturales sobre cómo deberíamos actuar en función de
nuestro género asignado. En otras palabras, el género es algo que se crea y se mantiene
en relación con otras personas y las estructuras sociales que nos rodean.

La mujer no existe
Pretender definir o establecer que es lo femenino es un gesto normativo que
niega la multiplicidad de intersecciones culturales y políticas en las que viven distintas
mujeres. Las identidades no son idénticas a si mismas ni son eternas en el tiempo por lo
tanto el género no es una categoría cerrada ni la identidad algo inmutable.
La identidad de género sirve entre otras cosas para hacer socialmente inteligible
la subjetividad a lo largo del tiempo, si bien las personas durante su vida pueden cambiar
en distintos aspectos el género se caracteriza por una supuesta estabilidad.
En nuestra sociedad heteronormativa, falo céntrica y patriarcal, lo femenino no
es considerado un atributo del sujeto, no es algo que se tiene, es por el contrario algo
que falta desde la perspectiva del “macho”, si el macho representa la fuerza, la audacia,
la promiscuidad, la valentía, la insensibilidad etc. Entonces lo femenino se definirá por la
carencia de algún que otro de esos posibles atributos o por lo que es rechazable en la
identidad masculina.
El lenguaje inclusivo
Para un sector importante del feminismo en el lenguaje se expresa lo masculino
como norma, es decir como lo universal por ejemplo “El Hombre”, “El ser Humano” o
“Dios”. Por otra parte, el lenguaje reproduce la heteronormatividad, de aquí que se
plantee la necesidad de eliminar las marcas de genero del lenguaje bajo el criterio de
igualdad. La apuesta que propone un sector del feminismo es derribar las desigualdades
a partir de la construcción de un mundo donde no hay mujeres ni hombre, ni cualquier
otra marca de género, es decir construir un mundo donde solo hay personas iguales.
Otras posiciones toman como eje la deconstrucción de la identidad, que no significa
negar las identidades, sino desafiar la idea de que estas identidades son fundamentales
y fijas.
El yo ¿es o se hace?
La diferencia fundamental entre el "yo" y la "identidad de género" en la
perspectiva de Judith Butler radica en cómo se conciben y se comprenden.
El "Yo": En la perspectiva de Judith Butler, el "yo" se refiere a la noción de la
identidad personal o individual. Butler argumenta que este "yo" no es una entidad fija o
trascendental, sino que es una construcción que se forma y se reformula a través de
prácticas culturales y discursivas. No existe un "yo" esencial que exista previamente a la
cultura y el discurso; en cambio, el "yo" se crea y se realiza en el contexto de estas
interacciones culturales y lingüísticas.
Identidad de Género: La identidad de género se refiere a la forma en que una
persona se identifica y se siente en términos de género. Es la percepción interna de uno
mismo en relación con categorías de género como hombre, mujer, o, en algunos casos,
no binario u otras identidades de género diversas. Para Judith Butler, la identidad de
género también se considera performativa, lo que significa que las personas "hacen" su
identidad de género a través de sus acciones y comportamientos de acuerdo con las
normas de género culturalmente construidas.
El "yo" se refiere a la noción más amplia de la identidad personal en general,
mientras que la "identidad de género" se enfoca específicamente en cómo una persona
se identifica y experimenta su género en el contexto de las normas y construcciones de
género culturalmente específicas. Ambos conceptos, sin embargo, están relacionados en
la perspectiva de Judith Butler, ya que argumenta que el "yo" se forma en parte a través
de la realización de una identidad de género en un entorno cultural y discursivo
determinado.
Deconstruir la identidad
La identidad de género tradicionalmente se ha basado en una oposición binaria entre
masculino y femenino. La deconstrucción de la identidad de género busca cuestionar
esta oposición y mostrar cómo las identidades de género son más fluidas y complejas de
lo que sugiere esta dicotomía. La deconstrucción de la identidad también implica
rechazar la idea de que las identidades son categorías fijas y estables. En lugar de
considerar la identidad como algo estático, se la ve como algo en constante evolución y
construcción. La deconstrucción de la identidad destaca la multiplicidad de identidades
que una persona puede tener. En lugar de tener una única identidad, las personas
pueden tener múltiples identidades que interactúan y se entrelazan de maneras
complejas. La deconstrucción de la identidad también enfatiza cómo la cultura y el
lenguaje influyen en la formación de identidades. El lenguaje y las normas culturales a
menudo imponen categorías y roles de identidad, y la deconstrucción busca cuestionar
estas imposiciones. La deconstrucción de la identidad reconoce la ambigüedad y la
diferencia en la construcción de la identidad. No se busca llegar a una definición final y
rígida de la identidad, sino más bien comprender cómo la identidad es un proceso en
constante cambio y cómo se difiere constantemente en el tiempo. Deconstruir la
identidad implica cuestionar las categorías fijas y las oposiciones binarias asociadas con
la identidad, destacando la fluidez, la multiplicidad y la influencia cultural en la formación
de identidades. Este enfoque busca abrir espacio para una comprensión más compleja y
matizada de la identidad, alejándose de visiones simplistas y estereotipadas.

Bibliografía de referencia
Butler, J. (1999). El género en disputa: El feminismo y la subversión de la identidad (1ra
ed.). Paidós.

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