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Estudiantes:
Ricardo Castro Rodríguez
Enfoque de la Psicología I
Bachillerato en Psicología
Universidad Fidélitas
II Cuatrimestre, 2023
Tabla de Contenidos
Resumen.........................................................................................................................2
Abstract..........................................................................................................................2
Introducción....................................................................................................................3
Planteamiento de Investigación......................................................................................4
Objetivo General.........................................................................................................4
Objetivos Específicos.................................................................................................4
Antecedentes..................................................................................................................5
Anna Freud.....................................................................................................................9
Melanie Klein...............................................................................................................13
Análisis Comparativo...................................................................................................17
Conclusiones................................................................................................................20
Recomendaciones.........................................................................................................21
Referencias Bibliográficas...........................................................................................22
1
Resumen
Este artículo consiste en una revisión de la literatura existente con respecto a dos de las más
grandes exponentes del psicoanálisis y de la psicología infantil: Anna Freud y Melanie Klein.
Por medio del estudio de libros, artículos y otras fuentes bibliográficas, buscamos retratar de
manera general la contribución realizada por estas psicólogas durante sus respectivas
carreras, los postulados que destacan y caracterizan sus abordajes al psicoanálisis, algunas
técnicas o métodos que emplearon en el tratamiento y observación de sus pacientes, e incluso
una breve descripción de la compleja relación entre estas dos influyentes autoras. A través de
esta investigación, también pretendemos explicar superficialmente el estado actual y la
vigencia de sus teorías.
Palabras clave: Historia del psicoanálisis, psicología infantil, Anna Freud, Melanie Klein,
revisión bibliográfica.
Abstract
This article consists of a review of the existing literature on two of the greatest exemplars of
psychoanalysis and child psychology: Anna Freud and Melanie Klein. Through the study of
books, articles and other bibliographical sources, we seek to portray in a general way the
contribution made by these psychologists during their respective careers, the postulates that
stand out and define their approaches to psychoanalysis, some techniques or methods they
used in the treatment and observation of their patients, and even a brief description of the
complex relationship between these two influential authors. Through this research, we also
intend to explain superficially the current state and validity of their theories.
Keywords: The history of psychoanalysis, child psychology, Anna Freud, Melanie Klein,
bibliographical review.
2
Introducción
3
Planteamiento de Investigación
Objetivo General
Objetivos Específicos
Contrastar las teorías y métodos de Anna Freud y Melanie Klein, a fin de hallar áreas
comunes y posturas divergentes.
Definir los conceptos centrales presentes en las teorías de ambas psicólogas en
cuestión.
Identificar los aportes más relevantes o trascendentales que realizaron al bienestar y el
saber humano las autoras a estudiar.
Explorar brevemente la relación entre estas dos profesionales de la salud mental,
quienes son consideradas como parte de las mayores exponentes del psicoanálisis a
través de la historia.
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Antecedentes
En primera instancia, Barglow (2018) realizó una revisión de las teorías de Anna y
Sigmund Freud con el objetivo de aislar algunos preceptos y nociones que puedan ser
relevantes en el mundo actual. El autor parte del hecho de que la mayoría de las teorías
principales de ambos han sido total o parcialmente refutadas durante el último siglo, pero aun
así busca analizarlas de forma general para extrapolar fragmentos útiles sin las limitaciones
de aceptar o no una teoría como tal. El investigador rescata el psicoanálisis, como un marco
de investigación que, si bien no cumple con todo el rigor científico, igual tiene valor, como la
investigación cualitativa de Anna Freud basada en la observación del comportamiento de los
niños, el cual señala no es igual al estudio de fenómenos atmosféricos o del crecimiento de
las bacterias, las cuales permiten un análisis mucho más objetivo y directo. De igual forma,
comenta que la relevancia de la crítica realizada por esta psicóloga acerca de la educación y
sus esfuerzos por transformar el sistema autoritario a uno más flexible y permisivo informado
por la psicología, no puede ser pasada por alto. En resumen, concluye que a pesar de haber
sobreestimado su capacidad para tratar o curar a otras personas y, por ende, les haya causado
daños directa o indirectamente, tanto padre como hija ameritan un lugar en el estudio de la
psicología y en la historia de la humanidad, como seres humanos escépticos que creyeron que
la razón podría sobreponerse a las hipocresías de nuestra sociedad y permitir la sanación y
búsqueda de la felicidad.
Por otro lado, Midgley (2008) llevó a cabo un estudio específicamente enfocado en
algunos debates acerca del estado de la educación y pedagogía en Viena en la década de
1920, liderados por Anna Freud. En dichas discusiones, reconstruidas parcialmente por el
autor, se habla principalmente de lo que llegaría a ser conocido como “matchbook school” o
escuela de caja de fósforos, traducido al español, proyecto que tuvo gran trascendencia tanto
para la carrera de Freud como para el psicoanálisis y la educación en general, a pesar de ser
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un tema menos comentado que otros hallazgos y empresas de dicha psicóloga. Midgley
resalta la importancia de los aportes del psicoanálisis a la educación infantil por encima de
cualquier otro y los detalla como el primer esfuerzo por encontrar las raíces infantiles de la
neurosis adulta, con el fin de intervenir antes de que se cimenten los trastornos en lugar de
abordarlos una vez que ya han sido desarrollados. Se menciona que, a mediados de los años
20, la noción de que el entendimiento obtenido por medio del psicoanálisis era fundamental
para buscar métodos más benignos de enseñanza era ampliamente discutida y en general
aceptada por los académicos de la época. Finalmente, el estudio concluye que los esfuerzos
de Anna Freud por mejorar la educación pese a la adversidad y de guiar el psicoanálisis hacia
metas más modestas y asequibles con base en sus experiencias ganadas costosamente,
corresponden al mayor aporte a la relación entre dos disciplinas que Sigmund Freud describió
como imposibles: la psicología y la educación.
Asimismo, Lachman (2017) analizó y creó una reseña del libro investigativo Anna
Freud, Melanie Klein and Psychoanalysis with Children and Adolescents del psicólogo Alex
Holder, el cual a su vez detalla casos clínicos donde se ponen en práctica procedimientos que
él acredita a ambas autoras. En su estudio, Lachman expone cómo el entendimiento del
lenguaje verbal y los patrones de juego del infante, dentro del contexto de su desarrollo
psicosexual y las dinámicas particulares de su ansiedad, conduce a la transformación, al
incremento de la confianza del paciente en sí mismo y a llegar a términos con sus propias
emociones. Además, explora los orígenes de la psicología infantil con el fin de ahondar en lo
que constituye un análisis clínico. Se establecen diferencias entre psicoanálisis infantil y otras
formas de apoyo más en línea con la pedagogía. Algunas de las principales conclusiones
resultantes de la investigación tienen que ver con la influencia que pudo tener Melanie Klein
sobre Anna Freud a pesar de sus diferencias, con la importancia de la contribución de ambas
a la formación del psicoanálisis infantil y con el rol que deben tomar los terapeutas y padres,
así como la frecuencia adecuada de las sesiones para la efectividad del tratamiento.
Finalmente, la autora hace algunas recomendaciones interesantes, entre las cuales destacan
que los psicólogos especializados en adultos podrían beneficiarse de trabajar con niños por al
menos uno o dos años, con el fin de empatizar con el mundo previo a la adquisición del
lenguaje, y que la mayor satisfacción de la psicología infantil yace en el conocimiento de que
los pacientes tienen casi toda su vida por delante.
Aunado a esto, Shapira (2017) condujo una investigación sobre las rivalidades que
existieron entre Anna Freud, Melanie Klein y los partidarios de ambas en la década de 1940
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en Inglaterra, posterior a la muerte de Sigmund Freud. Además, realizó una descripción
general del clima científico e intelectual de ese periodo y el papel del género en dicho
contexto. El autor argumenta que hasta ahora sólo se han estudiado estas discusiones en
función de los celos, resentimientos y la complejidad de las relaciones entre los grupos afines
a ambas escuelas dentro del psicoanálisis, pero como hechos aislados independientes de la
creación de ciencia, lo cual él considera un error que pretende resarcir por medio de este
estudio con un enfoque particular. Shapira propone valorar lo intelectual y lo personal como
un todo, una noción fuera de lo común en el ambiente académico, y tiene como objetivo
central demostrar el valor de los contextos interpersonales en el entendimiento del desarrollo
de las ramas o disciplinas en la psicología.
Según Fregtman (s.f.), estas dos mujeres se caracterizaron por ser representantes en el
campo de la psicología infantil pero bien se sabía que ambas tenían sus diferencias en la
aplicación de técnicas y en lo que “creían”. Por su lado Klein ofrece tres conceptos básicos
para poder comprender el desarrollo infantil, para esto ella se basa en las etapas de Sigmund
Freud. Los tres elementos esenciales son el tipo de objeto, los mecanismos de defensa y la
fantasía inconsciente, siguiendo esa línea también aparecen dos posiciones importantes la
esquizoparanoide y la depresiva. Mientras tanto Anna Freud consideraba como temas de
mayor importancia llamados conceptos de regresión y fijación, de la mano de estas podemos
encontrar la definición de tres líneas claves del desarrollo: la primera va desde el estado de
independencia del niño hasta llegar a la autonomía afectiva y las relaciones de objeto, la
segunda es la del desarrollo de la independencia corporal del infante y la tercera en la que une
el cuerpo con el juguete. Ella piensa que la evaluación de un niño en términos psicoanalíticos
es ser capaz de reemplazar la apreciación fragmentaria de los conocimientos psicoanalíticos
con una evaluación que incluya todos los aspectos de la mente del niño. Algunas diferencias
entre ellas son: Freud plantea la tolerancia de la transferencia negativa en los niños por largos
periodos hasta que se fortaleciera lo positivo y consolidara una alianza terapéutica y Klein
consideraba que la alianza se logra analizando la transferencia positiva y la negativa, esta
última reforzando la positiva
En este libro Anna Freud habla sobre sus postulados, técnicas, como las empleaba...
Se ocupa de los recursos protectores típicos que utilizan el niño, el adolescente y el adulto en
su búsqueda de placer y evitación del miedo y la angustia, que en ocasiones conducen a la
enfermedad. Trata de los denominados: represión, formación reactiva, racionalización,
inhibición, restricción del yo, intelectualización, conversión en lo contrario, vuelta contra sí
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mismo, desplazamiento, sublimación, regresión… Incluye un examen psicoanalítico de la
adolescencia. Freud (1980)
Martínez et al. (2019) realizaron una investigación donde el objetivo principal que
tenían era realizar una recopilación de los principales postulados de la psicóloga Melanie
Klein. En esta investigación pudieron desarrollar las propuestas como los conceptos del
consciente e inconsciente, el simbolismo del inconsciente y la transferencia. En este análisis
se explicó cada tema mencionado dando una visión más amplia sobre los postulados.
Además, Mirc (2021) realizó una investigación sobre los principales aportantes de
Anna Freud, recopiló distintos temas desarrollados por la psicóloga anteriormente
mencionada como el desarrollo del “yo” y la interacción con el “ello”, los mecanismos de
defensa propuestos por Anna Freud, las líneas de desarrollo desde la dependencia a la
autosuficiencia emocional. Esta investigación profundizó en los postulados de Freud,
explicando y desarrollando estos en el psicoanálisis infantil.
Finalmente, Raubolt (2011) hace una revisión de la obra Other Banalities: Melanie
Klein Revisited. En ella, comenta como Melanie Klein reconoce estar en deuda con Freud,
aun cuando sus formulaciones van más allá de la teoría de éste. Además, señala que la
fantasía inconsciente se encuentra en el centro de la teoría de Klein, así como de la mayoría
de post-kleinianos, a manera de vínculo entre los diferentes postulados. De igual manera
ahonda en el contexto histórico y psicoanalítico del trabajo de la autora en cuestión, la cual
favoreció textos que narraban recuentos experienciales por encima de aquellos de corte más
teórico y científico. Raboult también toca temas como la ansiedad, producto de la dicotomía
amor-odio, la psicosis como tendencia autodestructiva y emociones como la culpa, la
envidida o la gratitud, desde la perspectiva de la autora. El estudio concluye con
observaciones sobre la complejidad de los temas abordados por Klein y los conceptos
tratados en su obra.
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Anna Freud
Anna Freud, Dorothy Burlingham y Eva Rosenfeld, convencidas del valor del
psicoanálisis cara a la educación del niño, crean en 1929 una escuela infantil en la casa de la
última de ellas, donde trabajó Erik Erikson, que fue analizado por Anna. Por entonces, Anna
Freud dictó una serie de conferencias para formar al personal que trabajaba en las guarderías
de los barrios obreros de Viena (Vallejo, 2002).
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Represión: Este mecanismo de defensa trata de eliminar de la consciencia todo lo que
provoca ansiedad, es decir, trata de eliminar un hecho, un sentimiento, una percepción que
cause malestar, un ejemplo puede ser que un niño atraviese por algo traumático durante su
infancia y lo reprima tanto, logrando después de los años que el niño olvidé este evento. “La
esencia de la represión está en alejar algo y mantenerlo apartado de la consciencia” (Fadiman
y Frager, 2007).
Negación: Este mecanismo de defensa busca crear actos inconscientes que alteran el yo, un
ejemplo de esto puede ser cuando un adulto esta “soñando despierto”, de esta manera imagina
cosas que le hacen sentir mejor.
Formación reactiva: los autores (Fadiman y Frager, 2007) lo describen como “se sustituye
conductas o sentimientos opuestos al deseo real; una inversión explícita e inconsciente del
deseo”, un ejemplo de esto puede ser que alguien realiza algo malo contra su familia y en
lugar de aceptarlo y hablarlo comienza a preparar constantes sorpresas y detalles para evitar
afrontar su realidad.
Aislamiento: Este mecanismo de defensa separa las partes que ocasionan ansiedad y busca
alejarse de ellas. Un ejemplo es alguien que no quiere salir de su casa porque la última vez
que lo hizo intentaron robarle y ahora tienen miedo de salir.
Sublimación: Este mecanismo de defensa busca proyectar la energía que causa estrés y
angustia en otras actividades, por ejemplo, cuando las personas dibujan sus sentimientos,
cantan, salen a realizar algún deporte, entre otros.
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Otro de sus aportes fue el estudio del “yo” y el “desarrollo emocional” de los niños,
donde Freud analizó desde la dependencia, hasta la autosuficiencia emocional y relaciones
objétales adultas. La autora Mirc (2021) describió este desarrollo como uno que define y
preestablece la personalidad como un proceso continuo y secuencial que parte del estatuto del
niño como infante y, luego, se despliega en cada etapa subsiguiente del trayecto del
crecimiento psicológico. Estudió la progresión dándole énfasis no solo a los componentes
pulsionales, sino también a los correspondientes al yo, mencionando que la normalidad y la
patología con referencia a los procesos de desarrollo.
Para Freud, era sumamente importante poder analizar bajo qué medio se desarrolló el
niño, con qué necesidades y qué tipo de experiencias vivieron para poder determinar la causa
de sus angustias. Se puede ver evidenciado cuando estudió a los niños afectados en la guerra,
donde mencionó que los más perjudicados eran aquellos que se le habían arrebatado todo.
Si bien es cierto que los estudios llevados a cabo bajo el marco del psicoanálisis
suelen no satisfacer completamente los estándares de rigurosidad científica, o sea, las pruebas
aleatorias controladas con base en el análisis estadístico cuantificable y medible, la
observación de los seres humanos en desarrollo es categóricamente distinta a la de
organismos microscópicos simples, plantas o animales cuyas motivaciones están bien
delimitadas. No obstante, las prácticas observacionales de Freud se asemejan en muchos
aspectos a esos otros tipos de indagación científica. La investigación cualitiva que ella
condujo en clínicas y guarderías estuvo guiada por los mismos principios de observación
sistemática que caracterizan a las pesquisas empíricas racionales. De hecho, puede decirse
que sus esfuerzos representaron algunas de las primeras instancias en las que se aplicaron con
tanto fervor al entendimiento de la infancia (Barglow, 2018).
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Es válido afirmar que la educación en general ha sido influenciada por el movimiento
psicoanalista que fundó Sigmund Freud y en el cual posteriormente destacó su hija Anna, la
cual incluso enseñó en una escuela primaria de 1922 a 1927. Ella participó activamente en la
revolución cultural que llegó a conocerse como la Viena Roja. En 1925, fundó junto a otros
colegas un instituto que tuvo como objetivo la formación de maestros, con el fin de
reemplazar los métodos autoritarios de la época por abordajes más flexibles y permisivos.
Además, ella fue consciente de la enorme influencia que tenían padres, maestros y otros
adultos en los infantes, la cual resulta en la transferencia de sus propias necesidades no
resueltas y ansiedades. En 1927, fundó una guardería para menores de 3 años en condición de
pobreza o abandono. Su misión era aprender directamente de ellos y desarrollar métodos de
tratamiento más efectivos y a la vez más humanos. Para esto, ella aseguraba que era necesaria
la observación objetiva para confirmar o desmentir las suposiciones que se daban por ciertas,
empatizando con las verdaderas necesidades y experiencia de sus pacientes, y protegiéndolos
de la autoridad.
Por más de diez años, lideró un seminario sobre psicología infantil que consistía en el
análisis de casos y el contraste de éstos con la teoría psicoanalítica. A pesar de que se
mantuvo apegada a la terminología de su padre, la cual puede argumentarse que de alguna
manera pudo limitarla, siempre utilizó ese lenguaje de manera más empírica y poco ortodoxa.
Uno de sus atributos más loables fue tomar en cuenta la amplia diversidad de circunstancias
que dan forma al ser humano e ir en contra de la creencia simplista de que toda
psicopatología tiene su raíz en la experiencia sexual temprana del individuo (Midgley, 2008).
La técnica del análisis del adulto nos ofrece cuatro de estos medios auxiliares, en el
primer termino utilizamos cuanto pueden suministrar los recuerdos conscientes del enfermo,
para reconstruir la historia de su enfermedad lo más completamente posible. Se recurre a la
interpretación del sueño, se elabora interpreta las ocurrencias que suministran las
asociaciones libres del análisis, por medio de la interpretación de sus reacciones
transferenciales, se gana acceso a todos aquellos sectores de sus vivencias pretéritas que no es
posible traducir a ninguna otra manera de lenguaje consciente (Freud, 1980).
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Melanie Klein
Melanie Klein fue una de las figuras más importantes en el psicoanálisis infantil hasta
la actualidad. Nacida en Viena el 30 de marzo de 1882, proveniente de una familia judía
ortodoxa sumamente estricta, se puede decir que no tuvo una infancia demasiado tranquila,
de hecho, se puede decir que tuvo contacto con la muerte desde muy temprana edad, a solo
cuatro años su hermana murió, continuamente con dieciocho años de edad su padre y así
continuo incluso con su propio hijo que murió a temprana edad a causa de un accidente. Se
dice que gracias a estas circunstancias tuvo su primer contacto con el psicoanálisis, a causa de
su visita a algunas terapias para lidiar con su depresión.
Klein fue duramente criticada por los psicoanalistas ya que la mayoría de sus estudios
provenían directamente de las observaciones que realizaba de sus hijos, provocando que sus
estudios vinieran principalmente de ellos, haciendo que se cuestione sobre su ética. La
manera en la que Melanie estudio el psicoanálisis fue totalmente distinta a muchas de las
teorías principales que se encontraban vigentes en ese entonces, ella consideraba que métodos
como lo nocivo que se manejaba la sexualidad en la infancia eran innecesarios, prefería ser
franca con el niño para evitar provocarle una represión innecesaria.
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Dejaremos al niño adquirir tanta información sexual como exija el desarrollo de su
deseo de saber […]. Esto asegurará que los deseos, pensamientos y sentimientos no sean en
parte reprimidos y en parte, en la medida en que falla la represión, tolerados bajo una carga
de falsa vergüenza y sufrimiento nervioso […] Además, al impedir esta represión […]
estamos sentando las bases para la salud, el equilibrio mental y el desarrollo positivo del
carácter. (Victoria, 2010)
Melanie Klein ofrece tres conceptos básicos para comprender el desarrollo infantil: el
tipo de objeto con el que el niño interactúa, sus mecanismos de defensa y la fantasía
inconsciente que constituya la base de la relación. Siguiendo esta línea de pensamiento se dan
dos posiciones importantes en los niños: la posición esquizoparanoide y la posición
depresiva.
Para Klein esto también se podía percibir en los sentimientos de amor y odio, los
autores (Fadiman y Frager, 2007) mencionan que “muy importante para su teoría es la idea de
que nuestras relaciones de amar u odiar objetos, es la base sobre la cual establecemos nuestra
forma de pensar y experimentar el mundo. Cuando pasa esta etapa el niño visualiza a su
madre como un objeto completo, al mismo tiempo que visualiza la relación de este con su
padre, en este momento se produce según ella un momento crucial del desarrollo del niño,
tanto mental como de actitud (Fregtman, s.f.).
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Es entonces cuando para Klein el niño entra en la segunda posición, la depresiva. Él al
ver a su madre separada de sí mismo, como objeto autónomo de él, produce un descenso de
su todopoderoso de su egocentrismo y esto hace que aumente la dependencia hacia ella. Se
cambia la relación hacia otra independiente de él, la cual es la relación donde se entremezcla
el amor y el odio hacia la misma persona que es la madre, produciéndole culpa y miedo por
poder perderla o perder el objeto de su amor. El super yo cruel se transforma en menos
rígido, esto sucede por el miedo del niño de perder a su madre como se mencionó
anteriormente.
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sobre los objetos de su entorno (los mencionados anteriormente) sus intereses, pero también
sus fantasías, angustias y culpabilidades.
También Melanie mencionó el complejo de Edipo como una etapa normal en la niñez,
donde se provoca un rechazó hacia uno de los padres y proyecta sus deseos en el otro. Para
Klein lo central de esta etapa no consiste en superar la posición depresiva, sino más bien
establecer la unión entre los aspectos buenos del objeto y los aspectos buenos del sujeto (la
reintegración progresiva de las partes escondidas). Ni todo lo bueno está en mí, ni todo lo
malo en el otro, ni viceversa.
Klein plantea que el niño existiría un super yo precoz capaz de tener culpa
persecutoria ya en esta temprana fase. Dice que ya a esa edad los niños poseen un
conocimiento inconsciente de los órganos sexuales y critica la llamada “fase fálica” donde
solo el órgano masculino sería el importante, ahí mismo señala que “la niña más que querer
poseer un pene, quisiera interiorizar el pene de su padre” Ella piensa que la estructura fálica
es una defensa ante la realidad intolerable de la diferencia generacional de género de la
sexualidad parental.
En sus innovaciones técnicas aportó acerca del funcionamiento del Setting, por
ejemplo la definición especifica del tiempo: 50” condiciones claras de trabajo, 5 veces a la
semana, una pieza adaptada a las necesidades del niño con muebles apropiado, también
consideraba lo importante que es que cada niño tenga su caja de juguetes. El juego del niño
simboliza para ella fantasías y elaboración de neurosis, constituiría el equivalente a los
sueños de los adultos. la compresión del juego debe ser la base para posibilitar el análisis del
niño, Melanie pensaba que el juego del niño y el comportamiento respecto a este, así como
sus comunicaciones verbales eran similares a las que se utilizan en las asociaciones libres de
los adultos.
Con respecto a la transferencia para ella era importante establecer lazos entre el aquí y
el ahora con el mundo interno y las fantasías infantiles con la realidad externa presente y
pasada y no solo la interpretación del aquí y ahora.
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Análisis Comparativo
Tanto Anna Freud como Melanie Klein, influidas por las teorías y la obra de Sigmund
Freud, establecieron la estructura y los fundamentos teóricos del psicoanálisis infantil. Ambas
creían que la formación en psicoanálisis de adultos debía preceder al ámbito técnicamente
más difícil del psicoanálisis infantil, de modo que el analista en formación hubiera tenido su
propio análisis y estuviera familiarizado con las teorías psicoanalíticas relativas al desarrollo.
Sorprendentemente, pasaron unos cuarenta años desde que Anna Freud lo recomendó por
primera vez hasta que la Asociación Psicoanalítica Internacional concedió el reconocimiento
oficial a la formación como analista de niños y niñas. Había muchos en la comunidad
psicoanalítica, y tal vez todavía los haya, que creían que el psicoanálisis de niños no era
verdaderamente análisis (Lachman, 2017).
Además de Sigmund Freud, Melanie Klein también estuvo muy influida por las
teorías y los trabajos de otro psicólogo llamado Karl Abraham sobre la fase oral. Como
resultado, Klein se interesó por el desarrollo del niño y del adulto desde sus comienzos más
tempranos, es decir, desde la infancia. Observó directamente a sus tres hijos y compartió
perspectivas e ideas con otros analistas y con pediatras que realizaban observaciones y
teorizaban sobre el desarrollo infantil. Los trabajos de Klein son muy críticos y hasta
irónicos, sobre todo el primero el libro “On the Behavior of Young Infants”, ya que se puede
ver el desarrollo y el valor de sus observaciones que describen cómo la agresión y la libido se
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entremezclan en la fase de succión y cómo los bebés varían en su capacidad para succionar
(Lachman, 2017).
Klein también abordó lo que hacen las madres para ayudar al niño en el desarrollo y la
elaboración de esta relación de objeto más temprana. Como resultado de su interés y sus
observaciones de la fase oral, postuló una defensa temprana del lactante para dividir su
experiencia buena y mala de la madre. También teorizó que, como consecuencia de la fase
sádica caníbal que tiene lugar en la segunda mitad del primer año, los rudimentos del superyó
ya estaban establecidos en esta época de la vida. Esta opinión contrasta con la mantenida por
Anna Freud, según la cual el superyó nace entre el tercer y el quinto año de vida con la
resolución del complejo de Edipo. Se podría considerar que estos dos puntos de vista tan
diferentes con respecto al superyó tal vez estén describiendo dos partes o aspectos diferentes
de este concepto, y dentro del superyó podría haber una parte anterior, no verbal. Klein arroja
luz sobre las relaciones objetales más tempranas, y los orígenes de la ansiedad, la culpa y el
conflicto, por lo que podría haber visto más manifestaciones de un superyó temprano en los
niños a los que trataba. Podría argumentarse que fueron niños más enfermos psíquicamente
en los que dominaba una especie de superyó arcaico, pero al fin y al cabo son únicamente
especulaciones (Lachman, 2017).
Los fundamentos teóricos de las técnicas para el tratamiento también eran disímiles
entre ambas. Melanie Klein pensaba que los juego de los niños eran como asociaciones libres.
Por lo tanto, si un niño abría un libro de bolsillo jugando, Klein podía hacer una
interpretación relacionada con la curiosidad del niño por el vientre de la madre. Por supuesto,
no se sabe qué más podía saber Klein sobre el niño que la impulsara a decir esto. Anna Freud
no creía que el juego de un niño pudiera considerarse igual que la asociación libre de un
adulto. Consideraba que el analista debía construir una comprensión de lo que el niño estaba
expresando a lo largo de muchas sesiones de juego, teniendo en cuenta también las
verbalizaciones del niño, antes de hacer una interpretación (Midgley, 2008).
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Figura 1. Comparación de enfoques de ambas autoras.
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Conclusiones
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Recomendaciones
Para una futura investigación se podría manejar con el alcance descriptivo para ver
qué aspectos de la teoría de ellas dos están siendo utilizadas actualmente en algún ambiente
pedagógico o de psicología clínica infantil. Con esto contar con más material de apoyo para
el proyecto y así ampliar los conocimientos en el tema estudiado.
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