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jer cs. servir a su patria y Mbertarla’; por fin en marz da sig jogra fugarse, merced a la proteccl6n de su compatriota don, wi cisco Carabafio; un barco inglés Ja Neva a Filadelfia, y en ho yuelve a reunirse con Arismendi en Margarita, al cabo de Ses afios de la més angustiosa separacién”. (José Gil Fortoul) Cariruto XVL 70. Expedicién de los Cayos de Haiti, aio 1816, A la caida de la Reptblica on 1814, el Libertador afrecié sus servicios a la Nueva Granada y tomé a Bogo- ti Algin tiempo después, pasé a Jamaica donde estuvo punto de ser asesinado por un negro esclavo suyo, a sien los realistas habian ofrecido cierta suma de dinero. paso luego a Haiti y alli con el auxilio de Alejandro petién, presidente de aquella pequefia republica, reunié y equip6 250 hombres, muchos de ellos patriotas escapa- dos del sitio de Cartagena (1). La expedicién, al mando del Almirante Luis Brién, se componia de un bergantin y de seis goletas armadas, levaba parque y municio- nes para unos seis mil hom- bres. Salid de los Cayos de San Luis, y el 3 de mayo de 1816 arrib6 a Juan Griego, enlaisla de Margarita, don- de desembareé después de apresar las dos naves realis- tas que custodiaban la isla. Los principales oficiales que figuraban en esta ex- pedicién eran Santiago Marifio, Manuel Piar, Carlos Sou- blette, Gregorio Mac Gregor, Pedro Bricefio Méndez y el Doctor Francisco A. Zea. Al desembarear el Libertador en Margarita, los rea- Brida (1) Petién auxilié la empresa del Libertador en los Cayos de San Luis con 4,000 fusiles, 15.000 libras de pélvora, 15.000 libras de plomo y una imprenta. También ayudé generosamente a Bolivar el rico comerciante de los Cayos Roberto Southerlan. 91 lietae amedrentados entregaron a Ariamendi el enatilin de Santa Roan Se reunié Inego una junta de gnerrta qne reeonoris a Rolivar como jefe Snpremo y a Santiago Marifio enmo eqgundo. Erpedwién a Ocwmare, — El Libertador pasé Inegn a Cartipano y se dirigié al puerto de Ocumare de la Cor fa para invadir el pais por el centro; Hevaba 15 baqnes y tnos 800 hombres. Al Hegar a Ocumare lanz6 ana pro- clama en la coal anunciaba que por su parte cesaba la guerra a muerte, y que perdonaba a todos los que se rin- diesen, aunque fuesen espafioles. Ademfs, cumpliendo ona promera hecha a Petién, declaraba libres a todos los esecla- vox de Venezuela. La vanguardia del Libertador, al mando de Soublette, fué derrotada en e] Alto de los Aguacates, y por una fal- va alarma el Libertador se reembarcé con una parte de la expedicién. Bolivar siguiéd para Giiiria, pero siendo desconocida su autoridad por Mariiio y Bermidez, se vié obligado a regresar a Haitf, donde fué nuevamente acc- gido por Petién. Cariruto XVII 71. Campaiia de Mac Gregor. — El Juncal. Las tropas que quedaron en Oct- mare reconocieron por jefe a Mac Gregor, quien resolvié internarse en el pafs con el fin de unirse a los patriotas de Oriente. A la cabeza de sus tropas, atra- vesé en dos meses el inmenso terri- torio que separa a Ocumare de la Costa de Barcelona. Vencié en Ala- cranes (6 de setiembre) a las fuer- zas realistas de Rafael Lépez, que le salieron al encuentro. Después de este triunfo los realistas abandona- ron la ciudad de Barcelona, que fué ocupada por Mae Qre- gor. En esta ciudad, Piar se incorporé a los patriotas Y tomé el mando de las tropas. Gregorio Mac Gregor 92 Poco después, Morales, al frente de 2.500 hombres, ge dirigié contra los independientes; pero Piar lo derrots en Ja famosa batalla del Juncal (27 de setiembre de 4916). 72. Batalla del Juncal. Morales con 2.500 hombres ocupaba excelentes posiciones en a playén del Juncal. Los patriotas, unos 2.000, atacan con denuedo, 4l principio las columnas mandadas por Piar y Freites tienen que ceder ante el empuje vigoroso de los realistas, mas el avance disciplinado de Mac Gregor y las brillantes cargas de Soublette y yonagas deciden la batalla en favor de la Repiiblica. Morales puy6 a la desbandada. 73. Segunda expedicién de Haiti. - Después del triunfo del Juncal. Después del triunfo del Juncal los jefes patriotas adic- tos al Libertador, que se hallaba en Hait{, delegaron al Doctor Zea para informarle de Jo ocurrido ¢ invitarle a re- gresar para ponerse al frente de las operaciones militares. Entre tanto, Bolivar retirado a Haiti, después do los sucesos de Giiiria, preparaba una nueva expedicién y al recibir aviso de su Jlamamiento, se reunié con Brién y cl francés Villaret y uniendo ambos sus buques formaron una respetable escuadrilla, Ademés, se les incorporaron varios oficiales italianos que habfan servido a las drde- nes de Napoleén y que iban a prestar su auxilio a Jos patriotas de Méjico. La expedicién salié de) puerto de Jacmel y llegé a Juan Griego el 28 de diciembre. Ese mismo dia Bolivar publicd una proclama manifestando Jos motivos de su s¢- paracién y la necesidad que habia de reunir un Congre- 80 para organizar un gobierno. 74, Pérdida de la Casa Fuerte. Mac Gregor enfermo, se embarcé para las Antillas, y Piar, con 1.500 hombres, marché para Guayana; en noviembre Hegd a las margenes del Orinoco, donde se unid alas foerzas del General Manuel Cedeio. 3 A su regreso, Bolivar tomé en Barcelona el mando de las tropas; perdié la accién de Clarines, y después de otros combates, resolvi6 abandonar la ciudad de Barce- Jona y marcharse para Guayana, a dirigir la guerra en esta provincia (+). A peticién de las au- toridades municipales de Barcelona, dejé en el con- vento de los Recoletos, que se llam6 Casa Fuerte, una guarnicién de 700 hombres, al mando del va- seicalaaltal elena ects Jeroso General Pedro Ma- ee ria Freites. La Casa Fuerte, terriblemente atacada por 4.200 rea- listas, al mando del sanguinario José Aldama, sucumbid el 7 de abril de 1817. Todos sus defensores, asi como tam- bién Jos habitantes refugiados en ella, perecieron a filo de espada, en los patios, corredores o salones del convento. EI ntmero de victimas de este triste dia ha sido caleulado en 1.400 personas. El denodado oficial margaritefio Agustin Reyes, de los mas esforzados en la defensa, se quité la vida antes de ser degollado. El generoso defensor de la plaza Pedro Maria Freites y Francisco Esteban Rivas, hechos prisio- neros y enviados a Caracas, fueron ahorcados por orden de Moxé. Capiruto XVIII 75. Paez y sus primeros triunfos. José Antonio Péez nacié en Curpa, al sudeste de Aca- rigua, el 13 de junio de 1790 y pasé su juventud en Guama (Estado Yaracuy) donde recibié una instruccién muy ru- dimentaria. Cuando contaba 17 aiios de edad, un hecho inesperado (2) El Libertador Iegé el 2 de mayo de 1817 al campamento de Piar, aprobé todas sus operaciones y le confirmé en el grado de General en Jefe, con que fué distinguido después de la batalla del Juncal. 94 motivé su separacién de la casa paterna y su huida a log llanos. Un dia de 1807, su padre le envid a cobrar cierta cantidad de dinero, al sitio de Patio Grande, cerca de Ca- budare; de regreso para Guama, al pasar por Yaritagua, hizo alarde de la suma que llevaba. Unos individuos que le oyeron resolvieron quitarle el dinero; se escondieron en una hondonada del camino, detras de un arbol, en el si- tio de Mayurup{, cerca de Urachiche. Al pasar el joven, los ladrones le intimaron la orden de entregar la suma que llevaba. Paez se bajé del caballo, disparé con una pistola sobre uno de los asaltantes y lo maté. Los otros dos, que no contaban con semejan- te desenlace, huyeron. Temeroso de que por este ho- micidio fuese castigado, Paez hu- y6 a los llanos. Entré como peén en el hato de Don Manuel Pulido, donde se adiestré en todos los ejer- cicios y trabajos propios de los Ila- neros; su buen comportamiento le merecié ocupar el cargo de mayor- domo y habiendo adquirido bienes y prestigio, contrajo matrimonio en Barinas con la riquisima sefio- rita Dominga Ortiz. Al empezar las guerras de la independencia, Paez se alisté en las filas patriotas y presté sefialados servicios en las tropas que militaban en los llanos; apresado en Ba- rinas, dos veces estuvo a punto de ser fusilado, escapan- do milagrosamente ambas veces de la muerte. El coronel Francisco Lépez, gobernador realista de Barinas, resolvié exterminar a los patriotas del Apure, entre los cuales figuraba José Antonio Paez y marché so- bre Guasdualito, donde estaban reunidos. Pero Paez, reuniendo 500 jinetes le salié al encuentro y lo derroté en Mata de la Miel. Cuatro meses después Lépez volvié al ataque y Paez nuevamente lo derroté en Mantecal; estas victorias dieron a Paez un prestigio ex- traordinario. Los Ianeros atraidos por su bondad y buen trato, por su arrojo y valor incomparables, se alistaron numerosos en sus filas. General José Antonio Paez 9 Lor jefor y soldados granadinox que hnfan de Mori- Ho nombraron a Franciaes de Panla Santander jefe de lan fuerean de lox Manor; pero loa jefea venezolanoa y Maneroa no qnisieron reconocer sino a Phez, qne volvis a onfrentarse a Lépes y lo derroté on el Yagnal. Murounrras, Morillo quo habia pacificado la Nueva QGrannda, resolvié acabar con lox patriotas de Apure, a Jon cuales atacé La Torre con 4.000 soldador. Péez con fal- ane maniobras atrajo a las tropas realiataa hasta las an- banan de Mucurifas donde deatruyé an caballeria y habien- do prendido fuego a la sabana, Ja infanteria realista para xalvarae ne vid obligada a ponerse al abrigo de an bosque Morillo, Negado al campamento de La Torre, al dia siguiente de la batalla, escribié al Rey: ‘‘Catorce eargas consecutivas robre mis cansados batallones, me hicieron ver que aquellos hombres no eran una gavilla de eober- des, poco numerosa, como me habfan informado, sino tropas organizadas que podfan competir con las mejores del Rey'’. Morillo comprendiendo que no podia dominar a los laneros del Apure, ocupé a San Fernando, mandé a La Torre con fuerzas para Guayana y pasé a someter a los patriotas de Margarita. Cariruto XIX 76. Congresillo de Cariaco (8 de Mayo de 1817). E] Padre José Cortés Madariaga que habia sido apre- sudo por Monteverde en 1812, estaba encarcelado en el presidio de Ceuta; pero habiéndose escapado, llegé a Mar- garita cuando e) Libertador estaba en GQuayana. En esta isla publicé un manifiesto en el cual acon- sejaba a los venezolanos Ja formacién de un gobierno cons- fitucional, con e] fin de que la Republica se rigiera por leyes regulares y no por los caprichos de los jefes militares. Este imprudente manifiesto fué acogido con gozo por 96 ZTST-9T8I oP soe ‘spuepuedepal %T ep e110nD Sse 9/9] M2GY PH L191 YL BP Ly W9/ BLQUHIIS Zy go S$2U CLIO Y OF grieyy BIUES tad t 2 Bl P1GUELIES Lo 1912p 0780be ap jf 97 Santiago Mariiio, quien, con el fin de desconocer Ja auto- ridad del Libertador y hacerse nombrar primer jefe de Jas fuerzas republicanas, reunié en Cariaco, una especie de Congresillo al cual solamente concurricron 12 personas, sicndo las més notables Santiago Marifio, Luis Brién, Pbro. José Cortés Madariaga, rancisco A. Zea, Manuel Manciro y Diego Bautista Urbaneja. El congresillo so dié el pomposo nombre de ‘‘ Congreso de los Estados Unidos de Venczucla’’, nombré a Marifio General en jefe del ejército patriota y decidié establecer la capital de‘la Repiiblica en Margarita. Los principales jefes patriotas, sobre todo Antonio José de Sucre y Rafael Urdaneta, desecharon las propo- siciones de Marifio, le negaron obediencia y siguieron para Guayana. 77. Morillo en Margarita. — Heroica resistencia del pueblo de esta isla. Después de la derrota de Mucuritas, Morillo abando- né el Apure y se dirigié a Margarita para someter a los insurrectos de esta isla, segiin orden recibida de Espaiia. En julio de 1817, a la cabeza de 3.000 soldados vete- ranos, invadié la isla, pero los margaritefios, a las érde- nes de Francisco Esteban Gémez y de Joaquin Maneiro le opusieron tenaz resistencia y disputaron palmo a palmo el terreno de la isla, en sangrientos y refiidos combates. Matasiete. — Culminé la heroicidad de este pueblo en la glo- riosisima resistencia de Matasiete, donde los margaritefios, al decir del mismo Morillo, “peleaban con un 4nimo de que hay pocos ejemplos en las mejores tropas del mundo”. Francisco Esteban Gémez, con 400 de los suyos se atrinche- ra en dicho cerro. Alli los ataca Morillo. Los, patriotas se baten como fieras. Contra el enemigo disparan sus fusiles, cargan a la bayoneta, arrojan piedras enormes. Morillo espantado abandona la isla, la cual queda en poder de Jos republicanos para siempre. Los margaritefios, reducidos tinicamente a la Villa del Norte y a La Asuncién, resistieron siempre sin esperan- zas de auxilio, cuando Morillo al saber, que Bolivar era duefio de Angostura y Guayana, abandoné precipitada- mente la isla y se situé en Calabozo para organizar la re- sistencia contra el Libertador. 98 78. Exitos de Piar en Guayana. — San Félix. — Ocupacién de Angostura, Las tropas do Piar se reunicron en Guayana con las de Cedefio para formar un solo ejército, al mando del pri- mero. Piar prineipié la campnfia ata- eando en el paso del rfo Cuchive- ro a las fuerzas realisias del To- niente Coronel Ceruti y habién- dose éste retirado a Angostura, Piar puso sitio a la plaza, pero viendo que era casi imposible to- marla, formé entonces el proyecto de apoderarse de las misiones ca- puchinas del Caronf, para adue- fiarse de los grandes rebafios de ganado vacuno y caballar que po- sefan los religiosos para el soste- nimiento de las misiones. El general realista La Torre, que acababa de traer refuerzos del Apure, se propuso disputar a Piar la pose- sién de las misiones; pero el General patriota, que se did cuenta de sus movimientos, marché precipitadamente so- bre él y lo sorprendié en San Félia donde le infligié una completa derrota. Las tropas realistas que constaban de unos 1.200 soldados, murieron o cayeron prisioneras (11 de abril de 1817). Esta victoria fué de gran importancia, pues aseguré a los patriotas el dominio de las misiones de Guayana que fueron el granero de Ja naciente Reptblica: De alli el Libertador sacé 8,000 mulas, que cambié por parque en las Antillas y por cuantiosos recursos para equipar los ejércitos que emprendieron las campafias de 1818 y de 1819. Manuel Pisr 99 79. Ocupacién de Angostura. . Entre tanto Bolivar Hog a Guayana, tom el mandy del ejéreito y activé la toma de Angostura, Cumplicndy ordenes del Libertador, Bermiides estrechaha a diarig 4 sitio de La Plaza. Los sitiados mandados por [a ‘Torre, hicieron prodigios de valor. Pero al fin, hostigados por l hambre, reducida la tropa al tiltimo extremo y tomada |, salida del Orinoco por la escuadrilla de Brién, Jos realistas abandonaron a Angostura y huyeron para Jas Antillas, Bermiidez ocupé al punto la ciudad a los gritos de “Viva el Libertador’. ‘‘Viva la Reptblica’’. Con la ocupacién de Angostura terminé Ja gloriog, campaiia de Guayana. Cariruto’ XX 80. Disensiones entre algunos jefes patriotas. A fines de 1816 y en 1817, Marifio, Bermidez, Piar y Arismendi, principales jefes patriotas, entraron desgra- ciadamente en discordia contra el Libertador. José Francisco Bermiidez, después de la toma de Car- tagena, pasé a Haiti, quiso incorporarse a la expedicién de Los Cayos, pero el Libertador no lo acepté, porque ha- bia pretendido ser jefe de la expedicién. Bermudez su- po que Bolivar después del fracaso de Ocumare, pasaba a Giiiria: Ilegé a este puerto antes que él y se avino con Ma- rifio para desconocer Ja autoridad del Libertador, quien, viéndose despreciado y desconocido por ambos jefes, re- gresé a las Antillas. _ ‘A su vuelta de Haiti, los dos jefes discolos, arrepenti- dos de su desobediencia, reconocieron su autoridad. Boli- var confié el mando de las tropas a Marifio y pasé a Guayana. Marifio volvi6 nuevamente a insubordinarse y reunié el Congresillo de Cariaco. Sustzvaci6w pz Puan, — General de grandes dotes mili- tares, no supo dominar siempre su irascibilidad y se irri- t6 sobremanera con la toma de Angostura, en la cual 10 100 habia tomado parte, Acusnba al Libertador de usar pro- cedimiontos tirfnicos, de haberse alzado con el ejército dospnés del {rinnfo do San Félix, de aprovecharse de sus trabajos y do su victoria en (uayana, para gloria propia y menoscabo de la suya. Al tener noticias del Congresillo de Cariaco, convino con Arismendi, para menguar la auto- ridad del Libertador, en organizar un consejo o senado, que, decia, ayudarfa al Libertador, ocupfindose de Jos asun- tos civiles y polfticos. Ningtin caso hizo Piar de los cari- fiosos avisos de Bolfvar y de Pedro Bricefio Méndez y si- guid en su oposicién contra cl Padre de Ja Patria. 81. Fusilamiento de Piar. Piar se disgust6 con el Libertador porque le habia quitado la direccién del ejército de Guayana y repetidas veces pidié su baja del ejército; al fin, fingiéndose enfer- mo, la obtuvo, pero, en vez de irse para las Antillas, co- mo habfa dicho, pasé a Angostura, donde se expres6 en malos términos contra Bolivar, y trabajé en desacreditar- lo. Informado de su mal comportamiento, el Libertador lo llamé, pero en vez de atender a la voz de su jefe, Piar si- guid para Maturin, donde se reunié con Marifio, y ambos prosiguieron en su obra antipatriética contra el Padre de la Patria. El Libertador se vié entonces precisado a tomar me- didas enérgicas para impedir que cundiera la rebelién. Por orden suya, Piar fué arrestado por Manuel Cedefio en, Aragua de Maturin y sometido a un consejo de guerra, compuesto del Almirante Luis Brién, de los generales Pe- dro Leén Torres, José A. Anzodtegui, Carlos Soublette y algunos jefes mas. Reconocido culpable, fué condenado a muerte y fusi- lado en Angostura el 16 de octubre de 1817. 101 Oariruro XXT 82. Bolivar y Péez en los Ilanos. Hl Libertador comprendié que para emprender Ja cam. pafia del Contro y veneer a Morillo, era preciso actuar de acnerdo con Pier, quo disponfa do Jas aguerridas tro. pas Ianeras, Para conferenciar con 61 y disponer el plan de campatia, so entrovist6 con Pfioz en el hato de Cafia- fistola, on los Ianos de San Juan do Payara. Este tiltimoe refiere el caso do la siguionto mancra: ‘‘Apenas me vi a lo lejos, monté inmedintamente a caballo para salir 4 recibirme, y, al encontrarnos echamos pie a tierra, y con muestras de mayor contento, nos dimos un estrecho abra- zo. Manifesté yo que tenfa por felicisimo presagio para la causa de la Patria el verle en los Jlanos, y esperaba que su privilegiada inteligencia, encontrando nuevos me- dios y utilizando recursos que ponfamos a su disposicién, lanzaria rayos de destruccién contra el enemigo, que esté- bamos tratando de vencer. Con la generosidad que le ca- racterizaba, me contesté en frases lisonjeras, ponderando mi constancia en resistir los peligros y-necesidades de todo género con que habia tenido que luchar en defensa de la Patria’. 83. La Campaiia del Centro. — 1818. Esta campafia es llamada asi porque se efectué en la regién del Estado Gudrico, centro de la Repitblica. E] Libertador abrié la campafia mandando desde Ciu- dad Bolivar un ejército de vanguardia al mando de Zaraza, que fué derrotado en el sitio de La Hogaza. Resolvié en- tonces Bolivar llevar sus tropas al Apure y unirse con Péez para atacar ambos a las fuerzas de Morillo, acampa- das en Calabozo. Toma ps Las FrecHeras. — Péez y Bolivar se entrevis- taron por primera vez en Cafiafistola. Las tropas patrio- tas ascendian a 4.000 hombres con las cuales marché el Li- bertador hacia Calabozo y como los patriotas no tuviesen _ embarcaciones para cruzar el Apure, Paez y Arismendi, 102 con un grupo de 50 audaces Ilaneros, se lanzaron a nado al rfo por el paso de El Diamante. La lanza en la boca, con sus caballos de la brida, bajo el fuego enemigo, nues- tros héroes arremeten a los pasmados contrarios y cap- turan sus flecheras, que encuentran fondeadas en la opues- ta orilla. Estas embarcaciones sirven para que nuestro ejército logre el paso del caudaloso rio. Bolivar y Péez a marchas forzadas, en tres dias, Tegan a Calabozo, sorprenden a Morillo y lo derrotan. Baranua DE La Purrra. — El Libertador persigue a Morillo y llega hasta el Consejo; alli le cierran el paso Morillo, La Torre y Morales y se ve obligado a retroceder. Fué en esta retirada cuando se libré la batalla de La Puer- ta en la barranca de Semén. El encuentro fué sangriento, especialmente para los patriotas. Urdaneta, Valdés, Torres y otros quedaron he- ridos. Morillo fué herido en el vientre. Sin embargo triun- faron los realistas y los patriotas huyeron. 84. Atentado del Rincén de los Toros. Bolivar organizé sus tropas y fué a situarse en el Rincén de los Toros. Fué entonces cuando e] jefe realista Rafael Lépez intent6 matar al Libertador. Conocedor del santo y sefia de los patriotas, comisioné al Capitén Tomés Renovales para que, con un pequefio grupo de hombres, ejecutara este acto de sumo atre- vimiento, A favor de la oscuridad de la noche, Renovales penetré en cl campamento patriota, a las 4 de la madrugada; contesté el santo y sefia, engafié al Coronel Santander, subjefe del Estado Mayor, haciéndole creer que venfa de practicar un reconocimiento en el campo enemigo, de orden del Jefe Supremo y que estaba en el deber de darle cuenta de su misién. En ese momento Santander iba a prevenir al Libertador que ya todo estaba listo para la marcha; acompafié, pues, a Renovales y le sefialé el sitio donde descansaban Bolfvar y sus compafieros. Los realistas dispararon inmediatamente sobre ellos. Por especial providencia del cielo, los tires no alcanzaron a Bolfvar, pero hirieron a su caballo. El Libertador, que no pudo darse cuenta de lo sucedido, se alej6 a pie entre el bosque. El tumulto y la confusién fueron grandes entre los patriotas, y en la sorpresa quedaron muertos el Pbro. Julian Prado, capellén del ejército, y los coroneles Mateo Salcedo y Fernando Galindo. En las tinieblas de la noche, el Libertador perdié el contacto de sus hombres, quienes fueron dispersados al amanecer; pero el jefe realista Rafael Lépez cay6 muerto de un balazo. 103 Desorientado en la Manura, e] Libertaaor encontré al Comn. dante Serrano que le negé su caballo, ni quiso montarlo en ances, Un soldado de caballeria que lo alcanzé6 luego, le dié una mula ensillada, de Ja cual el Libertador recibié una coz que le estropes lJevemente una pierna. Pronto se le presenté el heroico Coman. dante Julién Infante, que le ofreci6 el caballo del jefe realista, a quien personalmente acababa de matar. Bolivar y Péez se retiraron al Apure, y poco después el Li. bertador siguié para Angostura. Las iltimas tropas que actuaban en la campaiia del Centro al mando de Cedefio fueron derrotadas en la ‘‘La. guna de los Patos’’. Entretanto el Libertador habia re. gresado a Angostura. La campaiia del Gudrico, o del Centro, segin la desig. nan algunos historiadores, estaba perdida; pero en las 8 6 10 batallas libradas, los realistas habian perdido casi toda su caballerfa y gran parte de su infanteria. 85. Toma de San Fernando de Apure. Cuando Bolivar perseguia a Morillo, Paez le acompa. fi6 hasta ‘El Sombrero" y se resistié a seguir adelante alegando que como sus tropas eran de caballeria, su ac. cién seria nula al sacarlas de los Manos y asi ©s como ob- tuvo de Bolivar permiso para regresar al Apure donde se adueiié de San Fernando, sitiada desde hacia tiempo por el Coronel Guerrero, Carirvie XXII 86. El Congreso de Angostura, 1819. — Bolivar Presidente. Después de la Campaiia del Centro, Bolivar regresé a Angostura y se ocupé en varios trabajos patridticos. Fundé el periddieo ‘‘E) Correo de] Orinoco’’, donde, con firmeza, se sostenian los derechos de la Independencia. Para dar a la parte de Venezuela ya libertada uns forma de gobierno organizado, decreté la convoeacién de un Congreso, cuyos diputados debian elegirse en las pro- Vincias libertadas. El Congreso, compuesto de 26 diputados, se reunid 104 en Angostura ol 15 do fobroro do 1819, Kl discurso inan- gural pronunciado por Bolfyar pone do relieve sus dotes oratorias y polfliens. Al din signionte do su reunién, el Congreso eligié al Libertador, Presidente do la Reptiblica y a Francisco An- tonio Zea, Vicepresidente, Bolivar nombré a Manuel Palacio Fajardo, Secreta- rio de Kstado y Hacienda, do Guerra y Marina a Pedro Bricefio Méndez, y do Interior y Justicia a Diego Bau- tista Urbaneja. Propuso al Congreso la unién de Vene- zuela con la Nueva Granada, y luego emprendié marcha hacia el cnartel General do Piez, en Apure. Croquis para seguir el estudio de las Cam. pafias del Guarico 1818 y del Apure 1819 Cariruto XXIII 87. Campafia de Apure. Después de la Campaiia del Centro, Morillo se pro- puso acabar con los patriotas del Apure; al frente de 7.000 soldados cruzé el rio y ocup6 a San Fernando, aban- . donada e incendiada por los patriotas a quienes Morillo 105 persiguié a través de las sabanas desiertas do aquell, regién; pero Piiez, en vez de presentarle batalla carpal, adopts el sistema de guerra de movimientos, inquietandy sin cesar al enemigo e impidiéndole recoger ganado, tinicg medio de subsistencia en aquella regién, y quemando lag sabanas en todas direcciones para que los realistas no encontraran pasto para sus caballos. Morillo, viéndose en la imposibilidad de dominar a log patriotas, resolvié regresar, pero éstos lo hostigaban sin cesar. 88. Las Queseras del Medio. Bolivar, llegado de Angostura, habia tomado el man- do del ejército y acampado a la derecha del Arauca, mientras Morillo estaba: situado a la izquierda; el cauda- loso rfo separaba ambos ejércitos que permanecian en expectativa. Paez, el astuto jefe llanero, concibié entonces un atrevido proyecto que llevé a cabo con el permiso del Libertador. Escogié a 150 de sus . mejores jinetes, los dividié en tres grupos de a 50 y con ellos cruzé el rio a nado. Se lanz6 con todo impetu sobre el campamento de Morillo, quien, creyendo que este ataque era una maniobra del Libertador para preparar una ofensiva general, lanz6 contra Péez parte de su caballeria. Nuestros lanceros, ejecutando lo mandado por su jefe, huyeron entonces a ‘todo escape: fingiendo una derrota y se esparcieron por la Ilanura; los enemigos al perseguirlos se dividieron. Cuando estuvieron a cierta distancia del campamento de Morillo, los jinetes de Paez disminuyen la velocidad y se agrupan. De repente, Paez, con voz de trueno, lanza la imperiosa orden de ;Vuelvan cara! En una impetuosa arremetida, nuestros llaneros derriban la primera fila enemiga y luego la segunda. Los numerosos jinetes rea- listas se estorban en sus movimientos, los que retroceden desbandan a los de atras. En poco tiempo la caballeria de Morillo estaba en completa confusién y derrota, y emprendia una desorde- nada retirada, mientras Pez, lanza en ristre, arremetia sin cesar. 106 Fué tal la sorpresa y desorden de los jinetes realistas, que, en su retirada, amenazaban desordenar a su infan- teria, a la que, para salvarla, hizo retroceder Morillo hasta el bosque vecino. En esta gloriosisima accién, los realistas perdieron 400 hombres y Paez tuvo tan sélo 2 muertos y 5 heridos. Bolivar premié con la ‘‘Cruz de los Libertadores”’ a los 148 héroes y les dijo: ‘‘Acabdis de ejecutar la proeza mas extraordinaria que puede celebrar la historia militar de lag naciones... Lo que se ha hecho no es mas que un preludio de lo que podéis hacer. Preparaos al combate y contad con la victoria que llev4is en la punta de vuestras lanzas’’. Algin tiempo después Morillo, no pudiendo permane- ‘eer en los llanos por estar ya cerca la entrada de las lluvias, se replegé hacia Calabozo y declaré, en una pro- clama, terminada la campafia de Apure. ‘ Bolivar dijo al saberlo: ‘‘Ahora es cuando nosotros vamos a comenzar la nuestra’’. Capiroro XXIV 89. Reorganizacién del ejército. El Libertador pensaba invadir la provincia de Bari- nas, pero habiendo recibido aviso de que Santander habia organizado unos 1.800 hombres de guerra en Casanare, resolvié libertar la Nueva Granada con las aguerridas tropas llaneras. Aprobado por una junta de guerra su proyecto de invadir la Nueva Granada, el Libertador organizé sus tropas de la siguiente manera: Cuatro batallones de in- fanteria: Rifles, Bravos de Péez, Barcelona y Albién, un regimiento de caballerfa y dos escuadrones de lanceros, fueron designados para formar, junto con las tropas reu- nidas por Santander en Casanare, el ejército invasor de la Nueva Granada. 7 Pfez, con las demas tropas quedaba en el Apure para hacer frente a los realistas acantonados en Barinas y ocupar Ja selva de San Camilo, con el fin de impedir la 107 Fé tal la sorpresa y desordon do los jinetes realistas, que, en su retirada, amenazaban desordenar a su infan- terfa, a la que, para salvarla, hizo retroceder Morillo hasta el bosque vecino. En esta gloriosfsima accién, los realistas perdieron 400 hombres y Péez tuvo tan sélo 2 muertos y 5 heridos. Bolivar premié con la ‘‘Cruz de los Libertadores”’ a los 148 héroes y les dijo: ‘‘Acabéis de ejecutar la proeza mAs extraordinaria que puede celebrar la historia milifar de lag naciones... Lo que se ha hecho no es més que un preludio de lo que podéis hacer. Preparaos al combate y contad con la victoria que llevais en la punta de vuestras lanzas’’. Algin tiempo después Morillo, no pudiendo permane- ‘cer en los llanos por estar ya cerca la entrada de las lluvias, se replegé hacia Calabozo y declaré, en una pro- clama, terminada la campafia de Apure. Bolivar dijo al saberlo: ‘‘Ahora es cuando nosotros vamos a comenzar la nuestra’’. Carirono XXIV 89. Reorganizacién del ejército. El Libertador pensaba invadir la provincia de Bari- nas, pero habiendo recibido aviso de que Santander habia organizado unos 1.800 hombres de guerra en Casanare, resolvié libertar la Nueva Granada con las aguerridas tropas llaneras. Aprobado por una junta de guerra su proyecto de invadir la Nueva Granada, el Libertador organizé sus tropas de la siguiente manera: Cuatro batallones de in- fanteria: Rifles, Bravos de Paez, Barcelona y Albién, un regimiento de caballerfa y dos escuadrones de lanceros, fueron designados para formar, junto con las tropas reu- nidas por Santander en Casanare, el ejército invasor de la Nueva Granada. “ Paez, con las demas tropas quedaba en el Apure para hacer frente a los realistas acantonados en Barinas y ocupar la selva de San Camilo, con el fin de impedir la 107 comunicacién de Venezuela con Nueva Granada y coope- rar asf a la campafia, impidiendo el envio de los con. - tingentes realistas de Venezuela. Paez asimismo debfa ocupar a'Pamplona y la regién neogranadina vecina de Venezuela. El Libertador dié érdenes a los demis caudillos venezolanos que ocupaban la Guayana y el Oriente y se alist6 para la campafia, 90. Expedicién de Nueva Granada. — Paso de los Andes, — Batalla de Boyaca. A la cabeza de 2.000 hombres el Libertador salié de Mantecal a fines de mayo de 1819. En Tame se reunié con Santander y luego principid el ascenso de la formi-’ dable barrera de los Andes. Con el fin de no encontrarse con las avanzadas de los realistas que ocipaban los puntos principales del camino real, Bolivar siguid un atajo abandonado que trasmon- *Calabozo *Berines Campafia de la Nueva Granada. afio de 1819 taba el Paéramo de Pisba a 3.600 metros de altitud; llegé a Socha en el valle de Sogamoso, al otro lado de la cor- dillera, cuando nadie lo esperaba. En la travesia de los lanos y en el paso de los Andes se habfan perdido 1.800 hombres, muchos de ellos muertos en el paramo. Alli pe- recieron también todos los caballos, todo el ganado del 108 ejército y se perdié todo el parque. Esta marcha, cuyo resultado fué el triunfo de Boyacd y la liberacién de la Nueva Granada, enaltece en grado sublime la gloria de Bolivar, y pone de manifiesto las virtudes guerreras de nuestra raza. Esta campaiia admirable, que supera a las del paso de los Alpes por Anibal y Napoleén, ha hecho escribir a uno de los mas grandes generales modernos estas pala- bras: ‘El episodio mds sorprendente de la historia mili- tar del mundo es, tal vez, el paso de la formidable barrera de los Andes por Bolivar, bajo wna lluvia pertinag, dilu- viana, con soldados de las lanuras cdlidas’’. (General francés Mangin). El patriotismo de los primeros pueblos neogranadinos permitié a Bolivar la pronta reorganizacién de sus tropas. El virrey Sémano, conocedor del avance de Bolivar, habia enviado contra 6] al General Barreiro con todas las tropas de que disponia. Este se situé en el camino real por donde esperaba al Libertador y al saber que habia venido por otra via, marché sobre él y fué rechazado en el rio Gémeza. El primer choque importante entre ambos ejércitos fué el de Pantano de Vargas, donde se distin- guieron el Coronel Rondén, la Legién Briténica y el Ba- tall6n Vargas. 91. Batalla de Boyaca. — Libertad dela Nueva Granada y su influencia en la Independencia de Venezuela. Bolivar ocupé la ciudad de Tunja donde los realistas tenfan almacenados viveres y armas, y el 7 de agosto de 1819, en el puente de Boyacd, a unas tres leguas de la ciudad de Tunja, infligié a las tropas de Barreiro la mas completa derrota. El ejército realista, dividido en dos bandos por San- _ tander antes de la batalla, ocupaba el puente de Boyaca y unas colinas vecinas. El General José Antonio Anzoa- tegui con la ayuda de los demds cuerpos, hundié la parte del ejército realista situado en las colinas y Santander “ forz6 el paso del puente y puso al enemigo en fuga. El General en jefe Barreiro y su segundo Giménez 109 quedaron prisioncros, junto con 1.600 soldados y cuan. tioso material de guerra. El virrey Sémano al conocer el desastre de sus tropay huyé precipitadamente de Bogoté, dejando en Jas arcay reales més de medio millén de pesos, y en los almacenes, armas, pertrechos y ropa para equipar todo un ejército, Al tener noticia de esta victoria del Libertador, quo daba la libertad a la Nueva Granada, Morillo escribié al Ministro de Guerra en Espafia: ‘‘Bolivar, en un solo dia acaba con el fruto de cinco afios de campafia; y en una sola batalla reconquista lo que las tropas del Rey gana- ron en muchos combates’’. La libertad de la Nueva Granada, tuvo grande influen. cia en la independencia de Venezuela, pues con ella, recur- sos inmensos en hombres y en dinero estaban aseguradogs al Libertador, quien asi afianzaba su prestigio moral y militar; y pudo de este modo proveerse de recursos, armas y pertrechos para equipar los ejércitos que emprendieron Jas campaiias de 1820 y 1821, cuyo resultado fué el triunfo de Carabobo, que aseguré la independencia de Venezuela. CariruLo XXV 92. Disturbios en Angostura. Mientras Bolivar se hallaba en la Nueva Granada, al- gunos disturbios tuvieron lugar en Angostura. Como Arismendi se negara a entregar 500 hombres de tropa, reclutados en la isla de Margarita por orden del Libertador, el General Rafael Urdaneta lo remitié preso a Angostura para ser enjuiciado. Poco después, Mariiio, miembro del Congreso, fué nom- brado jefe supremo de las tropas en sustitucién de Urda- neta y a poco destituido y llamado a ocupar nuevamente su puesto en el Congreso. Falsos rumores que anunciaron entonces la derrota de Bolivar, alarmaron Jos espiritus y algunos diputados par- tidarios de Marifio y de Arismendi, a quienes traia muy molestos la prisién del uno y la deposicién del otro, ha- blaron contra el Libertador. 110 Marifio, que deseaba cl mando del ejército, y resentido porque el vicepresidente Zea no se lo devolvia, tramé con los descontentos los disturbios del 14 de sctiembre. Por Ja tarde de este dia, los partidarios de Marifio y Aris- mendi, con pretexto de atender a la seguridad pdblica, hicieron reunir el Congreso, y apoyados por una turba armada y amenazadora qué ocupaba la barandilla de la sala, obtuvieron que el doctor Zea abdicara el cargo de vicepresidente y que Arismendi lo sustituyera; este ‘lti- -mo fué Nevado en triunfo desde la carcel hasta el Con- greso, y Marifio fué nombrado General en jefe del Byjér- - cito en sustitucién de Bermiidez y Urdaneta. Cariruto XXVI 93. Llegada-de Bolivar a Angostura y creacion de la Gran Colombia. Después del triunfo de Boyacé, el Libertador ocupé .a Bogota, organizé la administracién y gobierno, reor- ganizé el ejército y ordené su movilizacién para continuar la obra libertadora. Confié el gobierno de la Nueva Gra- nada a Santander y partié para Angostura donde llegé el 11 de diciembre. Su plan era formar con Venezuela y Nueva Granada una sola repiblica, capaz de mantener su independencia. ~ El Congreso acepté el proyecto del Libertador y el 17 de diciembre de-1819, decreté la unién de Venezuela con la‘Nueva Granada. Ambos paises formarian una sola repiblica que se llamaria Colombia, en recuerdo del descubridor del Nue- vo Mundo; se dividirfa en tres grandes provincias: Vene- euela, Nueva Granada, que se designaria con el nombre de Cundinamarca, y Quito, provincia que estaba atin bajo el dominio espafiol. Habria un Presidente para toda la nacién y un Vicepresidente para cada provincia. Bolivar fué nombrado por el Congreso, Presidente de la Gran Colombia; German Roscio, Vicepresidente de Venezuela y Francisco de Paula Santander, de Cundina- marca. 11 El Congreso decret6 la reunién de una Asamblea Constituyente, que habia de reunirse en la Villa del Ro- sario de Cticuta para elaborar las leyes que debian regir Ja Repitblica. CapiruLo XXVII 94. Proposiciones de paz. A principios de 1820, un ejército de 20.000 soldados estaba en Cédiz, listo para embarcarse hacia el Nuevo Mundo con el fin de sostener las colonias; pero estas tro- pas, al mando de los jefes Rafael Riego y Antonio Qui- roga, se sublevaron contra la monarquia absoluta y obligaron‘a Fernando VII a aceptar una constitucién que disminuia sus poderes. a El nuevo gobierno no pudiendo mandar refuerzos a Morillo, Je dié orden de poner en libertad a todos los presos politicos y de promover negociaciones para el res- tablecimiento de la paz en Colombia, ofreciendo garantias a los patriotas y representacién en las Cortes. Morillo se dirigié a los principales jefes patriotas y envié comisionados al Libertador y al Congreso de An- gostura y éste, en nombre de todos, contest6 que el gobierno de Colombia recibiria con gusto cualquier pro- posicién de paz, siempre que Espafia reconociera la inde- pendencia absoluta de Colombia. Sin embargo, a propuesta de los realistas se suspen- dieron las hostilidades por un mes, mientras se Ilegaba a algin acuerdo. . +95. Armisticio. A la cabeza de 5.000 hombres el Libertador ocupé las provincias de Mérida y Trujillo y Morillo avanzé hasta Carache; entretanto los comisionados del Libertador, que eran el General Antonio José de Sucre, Pedro Bricefio Méndez y José Gabriel Pérez se entrevistaron en Trujillo con los de Morillo: Brigadier Ramén Correa, Juan Ro- driguez Toro y Francisco Gonzélez Linares. 112 Durante la noche del 25 de noviembre firmaron un - armisticio, por el cual acordaron suspender las hostilida- des por espacio de seis meses. Sefialaron los limites de los territorios ocupados por ambos ejércitos y convinieron que, en caso de renovar la guerra, se daria aviso con cuarenta dias de anticipacién. 96. Regularizacién de la guerra. Al dia siguiente de este tratado, gracias a la benéfica influencia del General Sucre, los comisionados firmaron también un tratado de regularizacién de la guerra, en la misma casa donde, siete afios antes, Bolivar habia lanza- do el decreto de guerra a muerte. En este tratado se convino que no se practicaria mas la guerra a muerte, que los prisioneros serian tratados con respeto y consideracién segtin su grado, que los he- ridos 0 enfermos serfan cuidados y devueltos a sus ban- deras, que se respetarfa a todos los habitantes de las poblaciones ocupadas por las armas, y que se daria hon- rosa sepultura a todos los que muriesen en los campos de batalla, 97. Entrevista de Bolivar y Morillo. Coneluidos ambos tratados, Morillo, que tenia vivos deseos de conocer personalmente a Bolivar, solicité una entrevista, que le fué concedida. Escogiése para verifi- carla la aldea de Santa Ana, por hallarse a igual distan- cia de ambos campamentos. En la mafiana del 27 de noviembre se presenté el General Morillo en el lugar sefia- lado, escoltado por un escuadrén de htsares y 50 oficiales de rango, entre los cuales se hallaba el General La Torre. Mas, al saber que el Libertador venia acompafiado solamente con 10 oficiales, hizo retirar el escuadrén de hisares. Al acercarse el Libertador, Morillo salié a su encuentro y al reconocerse los dos generales, echaron ambos en el acto pie en tierra, y se dieron un estrecho y cordial abrazo y se dirigieron a la mejor casa de la pobla- 113 Wr. t cién, donde Movillo tenia preparado un banqnete militar, seneillo y delicado, Aquel dia fué do grata alogrfa para ambos contendores, quienes so dicron sinceras demostra- ciones de cortesia y amistad. Bajo un mismo techo y en um mismo euarto durmicron los dos generalos. Por la mafiana del 28, al despedirse, volvieron nuevamente a abrazarse. A peticién del general es- pafiol, para perpetuar el recuerdo de la sinceridad de aquella entrevista, re- solvieron levantar en _ aquel sitio un monumen- to. Ambos generales en- viaron a sus edecanes en busca de una piedra apro- piada, como para dejarla de fundamento para el propuesto monumento. La piedra fué hallada en una ladera detras de la iglesia. Morillo y Bo- soe = livar fueron personal- TEPIPEARP AS sess © mente a busearla y ayu dados por sus acompa- fiantes la rodaron hasta el sitio sefialado. Poco después Morillo renuncié el cargo de jefe del ejército realista y el General La Torre lo sustituyé en el mando. CapiruLo XXVIII 98. Ruptura del Armisticio. — Reanudacién de las hostilidades. La ciudad de Maracaibo, que hasta entonces habia permanecido en poder de los realistas, pudo en enero de 1821 pronunciarse en favor de la Independencia y el Ge- neral Urdaneta la auxilié con una columna de soldados 114 tae al mando del oficial Dae F . patrie Tintin esta ler contin eenpad ae PAriCn cemaid Ja toatl ony 7 cielncin del Armisticin Tandala, 1) Libertador viendo qne orn § pened de par con el gobiernea yy het mae qne ane fropae neampadng en ¥ Anneiderande neatnae aoTmovitee de hambre a Nanna setahan . ermine, Min 2% de aheil bers coeae, m Torre vom, OT Mpnihte lege adi aan et entire en eampntin v fij6 6) hy Ine hostilidaden. Por orden de Bolivar, , Oriente de Venegnela ee Geis ee ne omnpaha a} pubhien YAY anes hasta Caracas, sienda ioe de in Re Calverio de Caracas, la vispera de la batall rrntade an Bi) Fata maniobra del jefe oriental atrajo hee Carabohe poalista y el Libertador pudo realizar tee ol sFenite concentraciin de sus fuerzas con las de Pack nena la re de! Apure y las de Urdaneta, del Occidente ee onemela. Cariruto XXIX 99. Batalla de Carabobo. - Libertad de Venezucia. EF] Libertador reconcentré todas sus fuerzas « Sea Carlos y organizé el ejército en tres divisiones la Val mando del General Paez; la 2*, al mando de Manael Ce defio, y la 3°, al mando de Ambrosio Plaza ¥ empremiio el avance hacia Valencia. FE) ejército realista, que contaba con tex y dos piewas de artilleria, ocupaba la llanura de Carabobo, el camino del Pao ¥ el des lake! de Buenavista, por donde pasaba el canine de San los a Valencia por el cual avanzabatl los 1 Después de examinar la posicin verlador comprendié que era Mt ores ri frente y foraar el lend por lo cual, dispuse ee . era division al mando del General Paes ne yereda qu? yuelta y entrara en la Hanura, siguiendo hail Je enseiié un practico de ‘Tinadw oO. Paez, ¢0 La Torre al darse cuenta de ta maniodra a 115

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