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Carizuno XIIT 20. Conquista del Centro. — Francisco Fajardo. Francisco Fajardo, nacido en la isla de Margarita, era hijo de un hidalgo espaiiol y de la india Isabel, hija de un cacique; se propuso hacer la conquista de los indios teques y caracas, Al principio fué muy bien recibido por los indios del litoral, donde se establecié, pero algunos abusos de sus compaiieros le atrajeron la enemistad del cacique Paisa- na, quien para vengarse dié muerte a Dofia Isabel, madre de Fajardo. Kste castigé a los indios por la muerte de su madre y regresé a Margarita. Sin desanimarse por este contratiempo, Fajardo, con el apoyo del gobernador Collado, volvié otra vez a las tierras de los caracas, y fund6 el puerto de El Collado y el hato de San Francisco y descubrié una mina de oro en tierra de los teques. El gobernador mandé a Pedro Miranda para explo- tarla y nombré a Fajardo justicia mayor de El Collado; pero Miranda al ver los aprestos belicosos de Guaicaipu- ro tuvo miedo y regresé al Tocuyo. El gobernador lo sustituyé por el valeroso Juan Ro- driguez Sudrez, fundador de Mérida, quien sometié a Guaicaipuro; pero éste, aprovech4ndose un dia de la au- sencia de aquél, maté a sus hijos y a los trabajadores de Jas minas, mientras Paramaconi arrasaba el hato de San Francisco. Al saber lo ocurrido, Juan Rodriguez Suarez atacé a los indios, pero no pudo prender a los caciques y cuando se iba para Valencia con seis compafieros, a combatir al ti- rano Aguirre, Guaicaipuro, que vigilaba sus movimientos, lo atacé de improviso con muchos indios y los maté a todos. Fajardo fué nombrado nuevamente jefe de la conquis- ta de los caracas; y el gobernador le mandé un auxilio de 100 hombres capitaneados por Narvéez, que perecieron todos en una emboscada de los indios. 35 Fajardo sin esperanza de sostenerse, debido a los ata- ques continuos de Guaicaipuro, se retiréd otra vez para Margarita. Alli preparaba una nueva expedicién y cuando todo estaba listo, Alonso Cobos, gobernador de Cumané, por envidia, lo prendié e hizo ahorcar. Los margariteiios, que querian a Fajardo, su compa- triota, porque era bueno, valiente y organizador, se apo- deraron de Cobos y lo ahorcaron también. 21. Guaicaipuro. — Su heroica lucha por la libertad. Guaicaipuro, gran cacique de los teques y caracas, fué el mas valeroso de todos los de Venezuela y el que opuso mayor resistencia a los espafioles. Para luchar contra los conquistadores hizo alianza con Paramaconi, cacique de los taramainas; asalté las minas de oro que Fajardo ha- bia descubierto en la regién de los teques; did muerte a la gente espafiola que las explotaban y a los hijos de Juan Rodriguez Suarez. Cuando este tiltimo iba para Valencia a pelear contra el tirano Aguirre, Guaicaipuro lo atacé con 200 indios armados con flechas, le dié muerte junta- mente con sus compaiieros de viaje y se aduefié de su es- pada, que usé luego en todos los combates. Destruyé también la expedicién de Narvaez, compues- ta de 100 hombres, enviados en auxilio de Fajardo; hizo alianza con Guaicamacuto, cacique del litoral y obligé a los espafioles a abandonar la villa de El Collado; y por es- pacio de 6 afios no se atrevieron éstos a entrar en sus dominios. Cuando Diego de Losada emprendié la conquista del centro, Guaicaipuro se lo quiso impedir, pero fué venci- do en San Pedro; no obstante siguid molestando a los es- paiioles, hasta que Diego de Losada lo hizo atacar en su propia habitacién, donde murié valerosamente con sus 22 compaiieros. Oariruto XIV 22. Diego de Losada y la fundacién de Caracas, Hl gobernador Ponce de Leén, que estaba en El To- euyo, mandé al valeroso capitin Diego de Losada con un ejéreito de 150 espafioles y 800 indios para hacer la conquista de los caracas, en cuyo territorio nadie habia vuelto a entrar después de Fajardo. Losada, capitin bueno y valeroso, era natural de Rio Negro, provincia de Zamo- ra, Hspaiia; tenfa entonces 34 aiios de vivir en Vene- zuela y como habia tomado parte en muchas expedicio- nes contra los indios, cono- cfa todas sus maifias, por eso Guaicaipuro y los demas ca- ciques que quisieron sor- prenderlo, lo encontraron siempre prevenido y salie- ron derrotados. Losada llegé triunfante hasta el valle de los caracas Don Diego de Losada, y alli fundé la ciudad de Santiago de Ledn de Caracas, el 25 de julio de 1567. Dicese que Guaicaipuro pretendié entonces desdlojar a los espafioles y llamé en su ayuda a todas las tribus que conocia, pero fracasé en su intento porque Losada impi- dié la reunién de los indios. Pero como Guaicaipuro molestaba sin cesar a los es- pafioles, Losada resolvié prenderlo. Cierta noche, Fran- cisco Infante con 80 hombres sorprendié al cacique cuan- do dormia en su choza, rodeado de 22 de sus flecheros. Los indios se defendieron dentro de la choza como fie- ras, pero los espafioles la prendieron fuego. Guaicaipuro al verse entre dos muertes inevitables, escoge la mas glo- riosa; espada en mano, con sus compafieros, se lanza so- 37 bre los asallantes, pero a poco cae muerto con el cuerpo acribillado de heridas. Viendo que Guaicaipuro habla muerto, los indios, por doquicra, principiaron a someter- se, y aun los mismos mariches; 500 de ellos vinieron a Caracas a ofrecer sus servicios a los espafioles. Después, como corrieron ruidos de que estos indios intentaban un ataque contra la ciudad, los alealdes formaron una especie de sumario contra ellos y empalaron injustamente a 23 de sus caciques. Tamanaco se sublevé para vengar su muerte, pero fué derrotado por Garef Gonzdlez de Silva en la batalla de El Guaire. Losada, querido hasta entonces de los suyos, empez6 a tener enemigos al repartir las encomiendas pues cada uno queria la mejor parte. Acusado ante el Gobernador, fué depuesto por éste y pasé a su residencia de El Tocuyo, Retirado a la vida privada, vivid muchos afios en su en- comienda de Cubiro, y murié de edad muy avanzada. Exis. ten atin hoy dia en la ciudad de El Tocuyo descendientes directos de este esforzado conquistador de Venezuela. Cariruto XV 23, Anécdotas acerca de la lucha con los indios: Curicurian, Paramaconi, Sorocaima. Curicurtin. — Después de la muerte de Guaicaipuro los indios, por doquiera, principiaron a someterse, y ain los mismos mariches; 500 de ellos vinieron a Caracas a ofrecer sus servicios a los espafioles. Después, como co- rrieran ruidos de que estos indios intentaban un ataque contra la ciudad, los alealdes formaron una especie de sumario contra ellos y 23 de los caciques fueron injusta- mente condenados a ser empalados, suplicio atroz que consistia en introducir por los intestinos de la victima una larga y aguda estaca que atravesaba todo el cuerpo y salia por el peseuezo o la boca. A tiempo en que marchaban los sentenciados al supli- cio se presenté un joven mariche Hamado Curicuridn de 38 Ja tribu del Cacique Chicuramay, uno de los 23 sentencia- dos a muerte y dando ejemplo de una abnegacién heroica, resolvié ofrecer su vida por la de su jefe. A grandes voces exclamé delante de los soldados: «Deteneos! y no por yerro quitéis la vida a un inocente; a vosotros os han mandado matar a Chicuramay y como no tenfais conocimiento de las personas, engafiados ha- béis apresado a quien no tiene culpa alguna ni se llama de esta suerte: yo soy Chicuramay y quien cometié el de- lito que decis, y pues a voces lo confieso, dadme a mi la muerte que merezco y poned en libertad al inocente. Los soldados creyendo en la palabra de Curicurian dieron libertad a Chicuramay y en su lugar sacrificaron al heroico Curicuridn’’ (Oviedo y Bajios). ParaMmaconr. — Cuando en 1570 llegé a Caracas Gar- ef Gonzalez de Silva con 80 soldados, uno de los prime- ros cuidados de los alcaldes fué el de encomendarle la reduecién de Paramaconi, valiente jefe de los taramainas que molestaban sin cesar a los colonizadores. Una noche, con gran sigilo, acompafiado de 30 de sus soldados y de baquianos, Garef Gonzflez sorprendié al cacique en un sitio abrupto y solitario donde habia esta- blecido su morada. Viéndose sorprendido, el indio puso presto a salvo sus familias, mientras sus compaiieros, en lucha desigual, ren- dian la vida defendiéndose con sus macanas de las espadas de los asaltantes. Garef Gonzalez entablé lucha cuerpo a cuerpo con Pa- ramaconi, éste para ponerse a salvo se arrojé a un pro- fundo barranco y tras de él se fué Garci Gonzilez de Silva. En el fondo del abismo siguié la lucha hasta que el indio al tratar de huir recibié una estocada en el omoplato y cay6 exénime, bafiado en sangre. Creyendo que el cacique estaba muerto, Garei Gonzé- lez, exhausto de fuerza, logré salir del precipicio en que estaba, gracias a la ayuda de sus soldados, quienes al oir los gritos de su jefe, supieron su paradero y corrieron en su auxilio. Paramaconi que tan sélo habia perdido el co- nocimiento, volvié en si y se curd. Al cabo de un afio se presenté en Caracas con los principales de su tribu para 39 someteree n lng eapafioles, Deade entonces entabls franca amistad con Cares Gonzéler, on eusn casa recibi cordinl hospedaje en ana freenentes viajes a la capital Ronocara El caviqne qne encedié a Gnaicaivars ene] mando de los teqnes fub Comopaima ¥ Garel Gems lox revibid ol encargo de someterlo. Alacé de noche In poblacién del caciqne Comapnima pero fan sélo pudo apresar a 4 indios entre lo enales eo destacaba por su valor y heroiamo el intrépide %, rocaima, Al amanecer los espafioles se vieron atacados por ba indios quienes Jes arrojaban una Ilnvia de fleehas. Kao jado, Garef Gonzalez ordenéd a Sorocaima que gritara a los suyos que cesaran el ataque y que al ser herido m solo espaiiol, en castigo empalaria a los 4 prisioneros Sorocaima hizo todo lo contrario y excité a sus em- patriotas al ataque diciéndoles que triunfarian de los en. migos, porque eran pocos con tal de proseguir el ataque con valor. Garef Gonzdlez encolerizado ordené cortar una maxo al indio Sorocaima, éste sin inmutarse extendi6 tranqu- lamente el brazo. Tanto valor y entereza conmovié al noble castellano quien mand6 suspender la ejecucién y darie completa libertad. Pero la caballerosidad de Garci Gonzdlez no gusté a algunos de sus soldados quienes a escondidas de su jefe le abrieron con la punta de un cuchillo la coyuntura de la mufieca y Ja mano cayé al suelo sin que la victima exha- lara el menor gemido. Sorocaima recogié su mano con la que le quedaba y corrié a reunirse con los suyos para excitarlos a la ven- ganza, pero horrorizado Conopaima por este aconteci: miento abandoné el ataque y se retiré a sug montaias. Cavite XVI 24. Fundadores de Ins primeras ciudades de Venezuela. — Cémo se hacia para fundar una ciudad, Las primeras cindades fundadas en Venezuela fueron: Cubagua, Namada también Nueva Cddiz, prineipié a fundarse en el afio de 1500, en Ja isla de Cubagua por unos buscadores de perlas; fué destrufda por un terre- moto, Cumand, con el nombre de Nueva Cérdoba, en 1523, por Jacome Castellén; en 1569 Diego Hernandez de Serpa la reorganiz6 con cl nombre de Cumana. La Asuncidn, en 1524, por Marcelo Villalobos. Coro, en 1527, por Juan de Ampies. Valencia, en 1531, por el capitan Vicente Diaz. El Tocuyo por Juan de Carvajal, en 1545. Nueva Segovia de Barquisimeto, en 1552, por Juan de Villegas. Trujillo, en 1557, por Diego Garcia de Paredes; des- pués de varias mutaciones en 1568 Alonso Pacheco la es- tablecié en el sitio que hoy ocupa. Mérida, en 1558, por Juan Rodriguez Suarez. San Cristébal, en 1561, por Juan de Maldonado. Carora, por Juan de Trejo en 1569, la repoblé Juan de Salamanca en 1572. Caracas, por Diego de Losada; el 25 de julio de 1567. Ciudad Rodrigo de Maracaibo, (hoy Mayacaibo), por Alonso Pacheco, en 1569. En 1574 Pedro Maldonado le cambié el nombre por el de Nueva Zamora de Maracaibo. Barinas, en 1577, por Andrés Varela. La Guaira, por Diego de Osorio en 1589. Santo Tomds de Guayana (después Angostura, hoy Ciudad Bolivar), por Antonio de Berrio en 1593. Guanare, en 1591, por Juan Fernandez de Ledn. La Victoria, por Francisco Loreto, en 1593; ~ Para fundar una ciudad, el conquistador plantaba un rollo de madera en el centro del terreno que debia ocupar la plaza de la poblacién. Revestido de sus insignias, montado a caballo, con la 41 eercepens "2 °P exoes << xopepuns yop erquou oo ‘wjonzoueA oP SUIITA 4 sopupnyo sexouysad set op wausyy RN nat SY test wehoqst05 ayes 14 NS Fast y ery sy e2f x AS) mung ep orvzuy Jot Poacher pA e : NO «x, $019909 op,3 2ue ni / b We r Fog. tory ceo bust Bie ) yeegiae ON ir atts loSV RECAP Og® ronyepuy PAO Ne Ti BR tay . wei» 1 Y007 9p Tepuedsey ogee RAPHY upiquer BP? REA an Zany TIBSL SuEUEHS yet or outds, Spay ng3s WoW ¥ A souseg veg aunesg Pe dz 57900 ELBE ReS Soy EN zerg vensegeg tod ¥6 Plewen op » = A nacyurnseaes Urge 209 Pony a9 ap 10d S¥8\ OAno0,, X 07B0T on Query sod © asuo| . 3 oyUIsinbsege GE EES ee Geedaeh UE fe urvoerbancd Inst onocer secsesez2OR h FD p USL 858505 ¥e, = Z A 5 SOqCIEINA Cu D2>9ey sod Spey PPD enon, ‘4 Oo "x. YZCL Vorunsy t e12nz2u2A ep Sapepnio sersultd, espada on In mano y rodeado de lox pobladorea, progon {aba por tres veers conseentivas en altag o inteligibles vo cos: que si alguien tnviese razones para oponerse a ia nueva fundacion que lo manifestase, dando eada vez eon Ja espada un golpe en el madero, deapuéa de lo enal de elaraba fundada Ia cindad con el nombre que debia llevar. Acto seguido nombrabanse las autoridades, se fijaban los sitios para la iglesia y casas y so levantaba el acta de Ia fundacién. Carfruto XVIT 25. Las Misiones en Venezuela. Las misiones se organizaron en Venezuela a media- dos del siglo XVII. El misionero entraba en los lugares donde vivian los indios, lograba a veces con grandes tra- bajos reunir un grupo de familias indigenas para fundar con ellas un pueblo, que administraba ordinariamente por espacio de 20 aiios. El misionero ensefiaba a los indios la doctrina cris- tiana y el habla castellana. Después del tiempo indicado el pueblo de misién pasaba a la jurisdiccién del Obispo y de la autoridad civil. Los religiosos que evangelizaron asi el territorio de Venezuela fueron los capuchinos, franciscanos recoletos, dominicos y jesuitas, quienes fundaron por todo, alrede- dor de 300 pueblos unos de los cuales han desaparecido, otros son hoy dia poblaciones de mucha importancia. Los capuchinos por sus misiones se hicieron acreedo- res a la gratitud de Venezuela; ellos solos fundaron mas de 170 pueblos: 100 en la provincia de Caracas, 40 en la Nueva Andalucia y 31 en Guayana. 26. Misiones de Guayana. — Sus fundaciones. La misién de Guayana fué fundada por los capuchi- nos en 1723 y adquiriéd grande importancia por la sabia organizacién que la dieron los misioneros. 43 1 eel enn Wim Mara te Ae hy ly he 28,000 indiog que lox poblabnn es an ; : ly i fandaren Detox YUM IMRONIO PATA Im py), "* rm eq mein? van OM yacne y 2 foroe qne regalé un pic, de doe Tanne de AnroAtegni, Ia misién legs, ra, HONG pron, De Hn eeth misiin habia wn prefecto 0 gobernag \ procumdor que vendia fodos los productoa y en.) to newountio para Ia comida, vestido y trabajo, "hy Ta misién de Gnayana, entre los rioa Caran. exttive a cargo do log misioneros franciseanos rent que abrieron in camino de Angostura para Famers @} Alto Orinoco, 5 Low jesnitas fundaron también 6 pueblos en Gry a orillax del Orinoco, desde el rfo Aro hasta Atnray"® 27. Los Indios Caribes. Entre los indios que opusieron mayor resister, los conquistadores se distinguieron de un modo perg,! lar los caribes. Eran oriundos del Brasil y poco ats ig descubrimiento se aduefiaron de muchas islas de las yy llas (Mar Caribe) desde donde pasaron a las Costas 4 Tierra Firme. En Venezuela se establecieron en el Oriente y en Gy yana donde fundaron pueblos independientes de las & més tribus de Tierra Firme. Intrépidos guerreros yap vidos navegantes, por mas de dos siglos, los caribes rey. rrieron en sus flotillas de piraguas las aguas del Oring y de sus afluentes, sembrando por doquiera el incendy y la muerte. Varias veces avanzaron en son de guerra hacia d centro, pero fueron vencidos por Garcf Gonzélez en d Guarico, Molestaron mucho a los misioneros y destruyeron rios pueblos de misiones esclavizando a los demés indi que vendian a los comerciantes de la Guayana Holandes. Ia constancia y abnegacién de los misioneros yh prudencia de los gobernadores de Guayana lograron ds 4 Barn el aneteninnionto de toe 21 paebiee qne fonda ron y de Ine 25000 indicn ane lee pobiahan, loa misione roe Tundaren hates y wn inmenia para la fabricnciin de artiont Con 24 vane y 2 fore qne regals wn rien ganadern de loe Hanne de Anguhtogni, Ia misién Megs @ passer SO O00 remem Kin ata mision habin an prefecta o gobernador y an procirador que vendia todoe low prodactoa y eompraha Jo necoantio para In comida, veetide y trabajo. Im mixion de Goayann, entre los rian Caron y Aro, extuvo a cargo de Joa misioneros franciecanos reenletos que abrieron un camino de Angostara para Kameralda en al Alto Orinoco, Low josuitax fundaron también 6 pueblos en Goayana, # orillax del Orinoco, desde el rio Aro hasta Atures. 27. Los Indios Caribes. Entre Jos indios que opusicron mayor resistencia a los conquistadores se distinguieron de un modo partie- lar Jos caribes, Eran oriundos del Brasil y poco antes del descubrimiento xe aduefaron de muchas islas de las Anti- Was (Mar Caribe) desde donde pasaron a las costas de Tierra Firme. En Venezuela se establecieron en el Oriente y en Gua- yann donde fundaron pueblos independientes de las de- més tribus de Tierra Firme. Intrépidos guerreros y atre- vidos navegautes, por mas de dos siglos, los caribes reco- rricron en sus flotillas de piraguas las aguas del Orinoco y de sus afluentes, sembrando por doquiera el incendio y Ja meerte. Varias veces avanzaron en son de guerra hacia el centro, pero fueron vencidos por Garef Gonzilez en el Cnarico. Molestaron mucho a los misioneros y destruyeron va- rios pueblos de misiones esclavizando a los demas indios que vendian a los comerciantes de la Guayana Holandesa. La constancia y abnegacién de los misioneros y la prudencia de los gobernadores de Guayana lograron al 44 1m bate beMien vem en omnton oe Canton chee Me gerietertes Caetreen KOE 2h Laben progrestete de slewne: qrternadwes dy Guayana. Expediciin de Stems Angueture. S dael nombre de Gnayane al inmenen torriterta § mitade por el Orinaee, ef Wrese Casignare, A rie Regre «| Amaronas y el mar. la provincia venerolana de (nayena fos create on 141» Antonio de Berrio fué ou primer Goternader Le te provincia pertenccia a la Nueva Grenade. Loe gobernadores més progresistas que tavo esta pee vines fueron: Manuel Centurién, Felipe Ineiarte y Me gocl Marmién, los cuales organizaron |e ceded eagital Santo Tomas, fomentaron la instrucrién, la agricaltara, la cria, cl comercio y protegieron las misiones fandadas para la civilizacién de los indios de aquel inmenso te rritorio. Exrenici6x ve Dox Jost. Soraxo, — En 1574 vine de Espafia una comisién para fijar los limites entre la Gua yana espafiola y el Brasil. El que mas se distinguié en esta expedicién fué Don José Solano, quien por espacio de 7 afiot, que estuvo la comisién en Gnayana, fundé 4 pueblos, abrié caminos y eché varios puentes. Como premio de sa buena actuacién, Solano fué nombrado mas tarde gober- nador de la provincia de Venezuela. Siguiendo Jas indicaciones de Solano, en 1574, el Rey orden6é al gobernador Joaquin Moreno de Mendoza, mu- dar la ciudad de Santo Tomas de Guayana a la parte mas angosta de] Orinoco, por ser este sitio mas ventajoso pa- ra defenderse contra los piratas. Por esta razon desde entonces la ciudad se llamé Angostura. Después de la Independencia, en obsequio al Liber- tador, cl Congreso le dié el nombre de Ciudad Bolivar. 45 fin apneignar a exton indion con loa enmlen ae fondaron yariog puchlow de misioner Caritvuis XVUT 28. Labor progresiata de algunos gobernadores de Guayana. — Expedicién de Solano. — Angostura. Se da el nombre de Guayana al inmenso territorio li- mitado por el Orinoco, el braze Casiqniare, el rio Negro, e] Amazonas y el mar. La provincia venezolana de Guayana fné ereada en 1591 y Antonio de Berrfo fué su primer Gobernador. Ee ta provincia perteneefa a Ja Nueva Granada. Los gobernadores mis progresistas que tuvo esta pro- vincia fueron: Manuel Centurién, Felipe Inciarte y Mi- guel Marmién, los cuales organizaron la ciudad capital Santo Tomds, fomentaron la instruccién, la agricultura, la eria, el comercio y protegicron las misiones fundadas para la civilizacién de los indios de aquel inmenso te- rritorio. Exrepici6n pe Don José Sonano. — En 1574 vino de Espaiia una comisién para fijar los limites entre la Gua- yana espafiola y el Brasil. El que mas se distingnié en esta expedicién fué Don José Solano, quien por espacio de 7 - aiios, que estuvo la comisién en Guayana, fundé 4 pueblos, abriéd caminos y eché varios puentes. Como premio de su buena actuacién, Solano fué nombrado mis tarde gober- nador de la provincia de Venezuela. Siguiendo las indicaciones de Solano, en 1574, el Rey ordené al gobernador Joaquin Moreno de Mendoza, mu- dar la ciudad de Santo Tomés de Guayana a la parte mas angosta del Orinoco, por ser este sitio mais ventajoso pa- ra defenderse contra los piratas. Por esta razén desde entonces la ciudad se llamé Angostura. Después de la Independencia, en obsequio al Liber- tador, el Congreso le dié el nombre de Ciudad Bolivar. 45 Tan reapltel We de perreenim Fok emeweieqmnne Pi Treen ¢ Corer BT etertador de be pes Carnone Hernhn al Utils An Orkeewadow 9 Cans perl Je qrovinein A Venerata o Capi tana Gene te Pres tine Hh Veneruela certepere mda ab peldn wi tersitarin deeds nt gin Dyes beeta be teeeenin ay tite pee mn TOTO qeerdit el tepritacon de Marca ran fe ineurtirnde a le prewinea de Meeida Carinnnn XX 2 p igre terre i einer ra Seat ee give: - Bl Capitn General Law » Capitan General. - Los Coben, Por Rea! Cédula del Rey Carlos TEL, del 4 de ations bre de 1777, lus provincias de Cumand, Guayasa, Toa ded, Margurita y Maracaibo fueron agregadas 3 4 provineia de Venegucla, Formaron todas juntas la Cas tama General de Venezuela, al mando de an Crome Genera) residente en Caracas, que ejercia poder ani + militar sobre todas las demas provincias. Los demas bernadores le estaban sometides y no podian tener 4 5 tale de! Capitan General, como anteriormente llewade « Ge Maracaiins BE) Capitan General era ademas presidente de la ta dieneis, pero uo tenia en ella vos ni voto; era el jefe @ breme de las fucrsas militares de la provincia ¥ et de privera Wiotaneia eu todos las asuntos civilee ¥ tinaioe Bi Capitan Geveral devengaba al aie «ef sai de HUM) posus fuertes, y el Goberuador 4.000, sumtas Aumeitabay oon lus derechos que recibian come jeer de privera instauola Bi Capitan General duraba 7 ados em sus fuscwor 1) Dicvale danducn oate mnie titwly ol de le Proeincae de Monde 5 6 Lapirin fame os de Givin Hamada despuds de Maracaiba comme fe gulernedwiee Liar an tweidoioe em este ob “ yal fin do su gobierno cra también sometido al juicio de residencia, Kl afio de 1777 es para Venezucla fecha important. sima, pues marea cl principio de nuestra unidad nacional, Cariruno XXT 33. Estado econémico: hacienda, comercio, agricultura, industria, navegacién. El estado econémico de Venezuela estuvo por largos aiios poco desarrollado, debido a su escasa poblacién, al poco desarrollo de la agricultura y a la falta de medios de transporte con Espafia. A peticién del Cabildo de Ca- racas desde 1560 llegaba un buque anual, sin embargo de 1700 a 1722 sélo Iegé a Venezuela un buque mercante espafiol, pero sf vinieron ingleses y sobre todo holandeses. Cuando los holandeses se apoderaron de Curazao, es- tablecieron relaciones comerciales con Venezuela; com- praban y vendian sin pagar derecho de aduana y por esta causa las rentas de Venezuela no aleanzaban a cubrir los gastos piblicos; por este motivo Méjico envié durante muchos afios los sueldos para los empleados del Rey. La industria y la agricultura, al principio muy ele- mentales, se desarrollaron algo sobre todo la agricultura debido al comercio clandestino con los holandeses pues de 1700 a 1730 la exportacién anual del cacao en Caracas fué de 65.000 quintales al afio. 34. La Compafiia Guipuzcoana. — Monopolios. El comercio que los holandeses de Curazao tenfan con Venezuela habia aumentado considerablemente; compra- ban a los venezolanos café, cacao, pieles, ete. y les vendian telas y artefactos. El gobierno espafiol quiso impedirlo, porque de este comercio nada aprovechaba el tesoro real. Las diversas medidas que tomé no tuvieron resultado, hasta que en 1728, Felipe V aprobé la Compafifa Guipuz- coana, a quien dié el monopolio de todo el comercio con Venezuela, Nueva Andalucia, Trinidad y Maracaibo. 49 La compafifa, que tenia buques armados y recibia apoyo de la armada real, acabé pronto con el comerciy de contrabando y poco a poco se impuso, a pesar de Jy oposicién que los venezolanos le hicieron al principio y del alzamiento del zambo Andresote en el valle del ri Yaracuy, sublevado a instigacién de los holandeses, La Oompaiifa Guipuzcoana hizo progresar mucho }, agricultura y el comercio y organizé un servicio regular de buques entre Venezuela y Wspafia y establecid gran. des almacenes en todas las ciudades del pafs ('). Como la compafifa tenfa el monopolio de todas la, ventas y compras, varios propictarios de Barlovento (ag; se llamaba la regién situada al este y sudeste de Caracas) fomentaron la sublevacién del canario Francisco de Ley en Panaquire, el cual a la cabeza de 800 hombres marehg sobre Caracas, pidiendo la disolucién de la Compaiiia, El gobernador Luis de Castellanos lo aplacé con fal. sas promesas; pero dos afios mas tarde, volvidé a suble. yarse; esta vez sus partidarios fueron apresados y Fran. cisco de Ledn se salvé huyendo a los montes; habiéndose entregado poco después, fué remitido preso a Espaiia y absuelto por el rey. 5 La Compaiiia duré hasta el afio de 1785 a pesar de sus deficiencias, Venezuela le debe su relativa prosperidad del siglo XVIII. Carfruto XXII 35. Impuestos y contribuciones. — Monopolios, Los principales impuestos o contribuciones que existfan en los tiempos coloniales y que formaban las rentas de la Capitania General eran: 1. El derecho de alcabala, que se cobraba sobre toda compra o venta. 2. El almojarifaego, que era el derecho de aduana y se cobraba sobre las mercancias que entraban o salfan del pais, variaba del 2 al 15 por ciento. (1) Para fomentar la agricultura y estimular a los hacendados, establecié premios anuales, favorecié la entrada de trabajadores libres e introdujo mis de 2,000 esclavos que vendid a los bacendados. 50 3. El derecho de estanco, que ora cl producto que anon. ba el gobierno de los monopolios quo lo partencefan, Maton monopolios eran: venta do naipes, papel limbrado, aguar. diente y tabaco; todos los quo tenfan tabaco o aguardiantg debian venderlo a los almacenes reales, Ilamados cstancos, 4. La media anata, que cra cl producto do Ja venta de algunos empleos piblicos tales como ¢! de escribano, notario, regidores y do la venta do los titulos de nobleza, 5. Existian también otros derechos como Jos de ti- tulos de tierras, de salinas, de tributo de indios, de diez mos, ete. CariruLo XXIII 36. El Cabildo o Ayuntamiento. — Regidores y alcaldes, — Teniente de Justicia Mayor El Cabildo civil o ayuntamiento era una institucién similar al Concejo Municipal de hoy; estaba encargado del gobierno civil y municipal de las ciudades y villas don- de funcionaba. El Cabildo se componfa siempre de dos alealdes, de varios regidores que nunca podian ser menos de 6, de un secretario y de un procurador. El oficio de regidor, que al principio duraba un afio, Ilegé mas tarde a ser perpetuo; podfa adquirirse por com- pra o recibirse gratuitamente de la Corona. El ayunta- miento de Caracas constaba de 12 regidores perpetuos, de titulo adquirido por compra y de 4 otorgados gratis por el Rey. El primero de enero de cada afio los regidores elegian los alealdes que alternaban en sus funciones. Al primero, se le designaba con el nombre de Alcalde de Primer Voto y a él estaba reservado el derecho de llevar la vara de la justicia. En los pueblos que no tenfan cabildo, el Capitan Ce- neral o el Gobernador nombraba, cada diez afios, un Te- niente de Justicia Mayor que era su representante y ejer- cia el poder como los alcaldes. 51 87. Importancia de lon cabildos hasta casi convertive. en Congreso. Te enhildne de Venegnela gozaban de gran lihertad ene alontdes Hoparon haeta fener el poder de gobernar crm plonn antoridad el terriforio de an juriadiccién por falta de Gohernador o Capitin General; mia tarde este privi topie fue reaorvado al eolo Cabildo de Caracas, enya pres tutio \ antoridad fueron tan grandes, que, parecido a om Congreaa, tive varias veces pleifos con el obiapa y cap tan general, Hogando el caso de apresar a este filtimsg como ateedid en tiempo del Capitan General Diego Por talow Carirvto XXIV 38. Administracién de la Justicia. — La Audiencia, Juez de residencia. Todas las autoridades de las colonias americanas de. bian gobernar y administrar justicia de conformidad eon las Leycs de Indias, que comprendian todas las ordenan- ms y reales érdenes expedidas por los soberanos espa- holes desde Isabel la Catélica hasta Carlos II y que se referian a las colonias americanas. Estas leyes fueron reunidas y publicadas en 9 tomos por Carlos IT; se cono- cen con e] nombre de ‘‘Recopilacién de Indias’’. F] tribuna] supremo de justicia de la provincia era la Rea] Andiencia que fallaba sobre todos los asuntos que podian presentérsele. Durante muchos afios la Provincia de Venemuela dependié de la Audiencia de Santo Domin- go, y otras provincias de] territorio que hoy forman Ve nemela, de Bogota. En 1786 fué creada la Real Audiencia de Caracas, presidida por el Capitén General. La audiencia gobernaba la Capitanfa General por falta del capitan general. Era «l alto tribunal de la provincia que fallaba en todos los usuntox y pleitos que podian presentarse. En 1793 se cred en Caracas el Consulado o tribunal de 52 PATA INFANT LHe pens Wht ove . oonnve: We POTN OL Avemeeny Tet ahee » Strhonitne Pin alte een =" in formade par oy Ine colon ine jae pleitine aie Prenton Ae 6 Om Joa, TNT ENPOR YN COMET CIR ee Bate Consejo velalia por ta mines proponia al Rey ae me altos empleos Were marcha de ine ann Jotae 7 bee on into ones len Juve ope Resippx cia, — Se date el nembes de Sen de Readencia aun delegado del Consejo de Indias ane dehin, on lox 60 diaw que seguian al fin del mande del eap:tan general o del gobernador, off las quejas contra «los «on formar al Consejo de Indias que dictaba sa fallo, ontre tanto cl Juez de Residencia daba un fallo prov monal Carituto XXV P 39. Epoca Colonial. — Caracteres, vida y clases somales. — Los Criollos. Por época colonial se entiende el periode de QU) adue durante los cuales Venezuela pertenecio a Espada, Suc el periude de la formacién veneolana. Las costumbres de nuestros antepasades de ayuel em bo eran seneillas y sanas. La gente era profundameate re- ligiosa y las fiestas de iglesia muy selene La legada de un personaje extranjero, de un uueve obispo o de un wobernador, era un acontecimiento extraerdinario. La poblacién se componia de las siguientes castas o clases Bociules que se distinguian por su origea y color ¥ por sus privilegios: blancos espatoles y blauces criollos, indios, negros y purdos. Tas Maneos esxpanvles formaban la clase poderosa; 7 lens del gobierno comercio para juzgar los asuntos comerciales y proponer Jas mejoras para el desarrollo de la agricultura y del comercio. En iltimo recurso existia el Consejo de Indias en Sevi- lla, formado por 24 miembros, todos antiguos empleados en las colonias. Este Consejo juzgaba en apelacién todos Jos pleitos que pasaban de 6.000 pesos y fallaba en los plei- tos importantes referentes a asuntos eclesidsticos, civi- les, militares y comerciales. Este Consejo velaba por la buena marcha de las colo- nias y proponia al Rey las mejoras y los sujetos para los altos empleos. Jvrz pe Resmwencia. — Se daba el nombre de Juez de Residencia a un delegado del Consejo de Indias que debia, en los 60 dias que seguian al fin del mando del capitén general o del gobernador, ofr las quejas contra ellos e in- formar al Consejo de Indias que dictaba su fallo; entre tanto el Juez de Residencia daba un fallo provisional. CaprituLo XXV a 39. Epoca Colonial. — Caracteres, vida y clases sociales. — Los Criollos. Por época colonial se entiende el perfodo de 300 afios durante los cuales Venezuela pertenecié a Espafia. Fué el perfodo de la formacién venezolana. Las costumbres de nuestros antepasados de aquel tiem- po eran sencillas y sanas. La gente era profundamente re- ligiosa y las fiestas de iglesia muy solemnes. La llegada de un personaje extranjero, de un nuevo obispo o de un gobernador, era un acontecimiento extraordinario. La poblacién se componia de las siguientes castas 0 clases sociales que se distinguian por su origen y color y por sus privilegios: blancos espaiioles y blancos criollos, indios, negros y pardos. Los blancos espafioles formaban la clase poderosa; para alloc eran reservados los altos empleos del gobierno Crioi108, — Los eriollos eran Jos descendientes dq 6 pafioles ostablecidos on el pais; podian desempefiar |, cargos do regidores y alealdes, ocupaban puestos subg) ternos en el comercio, el ejéreito y ol sacerdocio; cran ha, cendados o propictarios, y muchos de ellos adquirioro, grandos riquezas, Buseaban por todos los medios igualay. se a los blancos espafioles, y unos Ilegaron hasta adquirip por compra los {f{ulos do conde y marqués. Miraban eon desprecio a los pardos y vefan de muy mal grado la pro, teccién que la corona les dispensaba. Log blancos criollog que por su origen, su riqueza, su condicién social y otras cireunstancias ejercian grande influencia en la sociedad, eran llamados mantuanos, formaban en cada ciudad, espe. cialmente en Caracas, una clase reducida y privilegiada, Con el nombre de pardos se designaban a todos aque. Ilos que-no eran de raza pura: que no eran blancos, indiog o negros; provenian de la mezcla de estas razas. Los pardos eran trabajadores, obreros o artesanos, Iegaron a obtener empleos reservados a los blancos y constituian antes de la independencia una casta poderosa que formaba la mitad de la poblacién. Los negros formaban la casta de los esclavos traidos del Africa. Cariruto XXV1 40. Estado cultural. — Idea General acerca de la Instruc- cién. - Hombres que mas trabajaron por el progreso de la Colonia. Durante la primera mitad de los tiempos coloniales la instruccién estuvo muy rudimentaria, debido a la escasez dela poblacién del pais y a las ocupaciones de los pobla- dores, dedicados a empresas guerreras. Al terminar Ja conquista y aumentar la poblacién, fué adquiriendo alguna importancia, gracias al interés de los sefiores obispos y a los conventos de religiosos que ordi- nariamente establecian clases para los que deseaban ins- truirse. En 1641 el Obispo Mauro de Tovar abrié el colegio Seminario de Santa Rosa y a solicitud de los caraquefios, 54 on 1721 so fundé la Universidad do Caraens donde fon. cionaron 12 critedras con los siguientes estudios: lengua latina y castellana, filosofia, teologia y derechos civil y eclesitistico. Los jesuftas dirigicron también tres colegios en Ve. nemicla, en Mérida, Maracaibo y durante algunos afios en Caracas. En 1763, el Doctor Campins y Ballesteros fundé una eitedra de Medicina y cl Coronel Nicolas de Castro abrié en su propia casa una academia particular de estudios ma- temiticos para los oficiales del ejército. En 1790, el Obispo Fray Juan Ramos de Lora fundé en Mérida un colegio seminario que dié excelentes resul- tados, y que llegé a poseer una rica biblioteca de mas de 3.000 volimenes. En 1770, el Padre Pedro Sojo, ayudado por Juan M. Olivares, fundé en Caracas un centro de arte musical, donde estudiaron José Angel Lamas, autor del ‘‘Popule meus’’ y Juan Landaeta, compositor del Himno Nacional. La aficién musical se propagé tanto en Caracas, que en el primer aniversario del 19 de abril tocaron en la Ca- pital.5 orquestas populares de 30 ejecutantes cada una. Se fundaron también otros centros de educacién, espe- cialmente el del Pbro. Simén Malpica, para la formacién de nifias pobres. La educacién del pueblo, abandonada entonces por el Estado, fué protegida por la Iglesia; al lado de los tem- plos, principalmente en las villas y ciudades, funcionaba una escuela publica para los nifios del pueblo, a cargo de las rentas de la iglesia. Merece aqui especial mencién el Obispo Mariano Marti, que fundé escuelas gratuitas en todas las villas y pueblos importantes de su obispado; cuidaba de que aquellos a quienes se les confiaban fue- sen sujetos de cierta ilustracién y se les asignaran suel- dos convenientes que debian suministrar las rentas de las iglesias. 5 41. Costumbres coloniales. La vida doméstica do la colonia era sencilla y tran. quila, Los pobres cran honrados y laboriosos, Jog riegy gozaban las comodidades de la gente seria. Lag COBLUIn. bres eran honestas, La familia estaba bien constituida, Ia vida humana y la propiedad cran respetadas. Rarg voy, ocurrfa un homicidio. Mn el hogar colonial Ja educacign religiosa era cl primer cuidado de los padres, ayudadog por el cura pirroco. De pocas fiestas gozaban nuestros, antepasados, So divertfan sobre todo en sus hogares, donde parientes y amigos se reunfan para celebrar un bautizo, un santo, un matrimonio. En cuanto a diversiones piblicas habfa las grandes solemnidades religiosas, las ceremonias oficiales, con mo- tivo del santo del Rey o del nacimiento de un principe, Eran amantes de las rifias de gallos, de las corridas de toros y de las representaciones cémicas en los teatros, Pronto Hegaria el despertar de aquel pueblo sencillo y laborioso al formidable grito de guerra y libertad. 56 SEGUNDA PARTS LA INDEPENDENCH, LA INDEPENDENCIA Cariruno I 42. Primeras tentativas de Independencia. Los primeros movimientos revolucionarios de indepen- dencia fueron: 1. La intentona de los zambos y negros de Coro, quie- nes instigados por José Chirinos quisieron apoderarse de Coro, matar a los blancos y gozar de sus derechos; pero fueron desbandados por las fuerzas del gobierno y muchos castigados con la pena de muerte. 2. La tentativa de Gual y Espaiia. 3. La tentativa de Francisco Javier Pirela, oficial de las milicias de Maracaibo, quien de acuerdo con un capitén de tres buques corsarios franceses, pretendfa hacerse nom- brar gobernador y proclamar la Republica. Denunciado poco antes de ejecutar su plan, fué apresado y condenado a muerte. 43. Tentativa de Gual y Espafia. . La principal tentativa fué la de Manuel Gual, Justi- cia Mayor del Pucblo de Macuto y de José Maria Espafta, capitan retirado de las Milicias de Caracas. Ambos patriotas organizaron una conspiracién secre- ta en la cual estaban comprometidas parte de las tropas de Caracas y de La Guaira y muchos otros eminentes ve- nezolanos. Se proponfan derrocar las autoridades espafiolas, esta- bleéer la libertad comercial, disminuir los impuestos y convocar un congreso nacional. 59 Deseubierta la conspiracién por indiserecién de uno de sus adeplos, muchos comprometidos fueron apresados, Pero Qual y Mspafia lograron eseapar y se refugiaron en la isla de Trinidad, ocupada ese mismo afio por log ingleses, Dos aiios mis tarde, habiendo sido cambiado cl cayj. {én general, Espafia pons6 que podia regresar secretamente 4 La Guaira; pero habiendo gigo denunciado, fué ahorcado en mismo sitio que hoy ocupa la eg. tatua del Libertador en la Plazy Bolivar de Caracas. Cuéntase que al subir al cadalso Espajig pronuncié estas proféticas pala. j bras: ‘‘No pasara mucho tiempo Joué Maria Espaita sin que mis cenizas sean honra. das’’. Otros cinco de los conspj. radores perecieron también en la horca y Don Manne) Gual murié en Trinidad, envenenado por un fanatico rea. lista Namado Vallecillo. Carituto IT 44. Miranda. — Sus tentativas de Independencia, Sebastian Francisco de Miranda nacié en Caracas en 1750. A los 17 afios partid para Espafia donde abrazé la carrera de las armas y como oficial del ejército espafol peleé en Argelia y en Misisipi y Florida. Se alisté como voluntario en las tropas francesas que peleaban por la independencia de los Estados Unidos. Por sus méritos, llegd a obtener mas tarde el grado de General del ejército francés ; y en esa calidad se distinguié en la retirada de Sainte Menehould y en la toma de Am- beres. Su nombre figura en el Arco de Triunfo de Paris, al lado de los grandes generales franceses de la época Na- polednica. 60 1. Miranda tenia, desde haefa tiempo, ef proyecto dq ae Ja Independencin na Venezuola, au Patria, Mn 1806, oreanid una oxpedicién on los Matados Unidos, compueg a de tres buques y do gran cantidad de material de gue ya. Pero el gobierno cspafiol, m revenido de esta expedicién, 0 rrprendis a Miranda a su Jlega- qa al puerto de Ocumaro do la Costa; apresé a dos de gus em- areaciones y ol barco donde es- aba Miranda, para salvarse, tu- yo que tirar al agua cuanto trafa y uir a todo escape. Diez de los apresados fucron ysilados, otros reducidos a pre- sidio y se ofrecieron 30.000 pesos or la cabeza de Miranda; su " efigie fué quemada piblicamente = —“Prareiseo Mirandn on la, Plaza de Caracas. 2, Miranda no se desanimé por este fracaso; obtuvo la proteccién del Gobernador inglés de Trinidad, prome- jéndole en pago de su ayuda la libertad comercial con Venezuela. Con 10 buques y 500 hombres invadié el pais por las Costas de Coro, y después de apoderarse del fortin San Pablo en La Vela, entré en Coro, cuyos vecinos habfan huido al saber su llegada. Desalentado al ver que los ha- itantes no le prestaban el apoyo que esperaba, abandoné su proyecto y se reembarcé para Inglaterra donde logré interesar al gobierno inglés en favor de sus ideas. Capituto LIT 45. La abdicacién de Bayona y la invasion francesa en Espafia. A principios del siglo XIX mandaba en Espaiia el Rey Carlos IV poeo querido de su pueblo e incapaz de gober- nar. Napoleén I, Emperador de Francia, queriendo apode- 61 ratee de Espafia envié tropas ala Penfinaula. 1) motin de Aranjuez del 9 de marzo de 1808, oblig6é a Carlos 1V a abdicar la corona en favor de su hijo Fernando VIS. Poco después, invitados por Napoleén, ambos monareas pasa- ron a Rayona, donde atemorizados por éste, abdicaron a favor de Napoleén la Corona de Fspafia e Indias. Napoleén nombré Rey de Espafia a su hermano José Bonaparte, Esta usurpacién del poder, provocé Ja suble- vacién del pueblo espafiol y la formacién de una Junta Central que goberné en nombre de Fernando VJJ, pero ante el avance de las tropas francesas, la Junta Central huyé y abdicd sus poderes en un Consejo de Regencia que se instalé en Cadiz. 46. E119 de Abril de 1810. Al saber estas noticias, el Jueves Santo, 19 de abril de 1810, el Cabil- do o Ayuntamiento de Caracas se , reunié en sesién extraordinaria a la cual habia sido invitado el Capitan General Don Vicente Emparan. El Cabildo propuso el estableci- miento de una junta en Caracas, presidida por el Capitan General, para gobernar la provincia en nom- bre de Fernando VII. Emparan, disgustado por esta proposicién, dijo: ‘Se. fiores, esto lo examinaremos luego, después de la ceremo- nia; el asunto es importantisimo y requiere meditacién” y al punto, tomando el sombrero, con paso, firme, se diri- gid hacia la Catedral para asistir al oficio del Jueves Santo. Pero antes de entrar en la iglesia, el patriota Fran- cisco Salias lo toma por el brazo y le grita: ‘‘Vuelva al Cabildo, su Merced; es necesario; esta en juego la sal- vacién publica’’. Los soldados de Ja guardia del Gobernador querfan protegerlo, pero su capitin Luis Ponte les dié la orden de no moverse. 62 FI Capitan Coeneral ae ve obligada a regeeane al Cathay pracel ytd el establecimionto de la “Santa do Caracag:: “waidida por él; pero Inego se presentan en ia tala varing iriotas, ontre ellos, el Candnigo José Corts Madarig quien, al saber que el Capitin General eta presidents win Junta, pensé que asf nada cambiaria y qne Joa anty del movimiento serfan cnstigados, Tomando entonene ‘palabra exclamé: Ya no hay Gobierno en Fapafia; Iq otoridad del Capitan General no cuenta para nenotron, geremos un gobierno adlo de americanos’’. Fmparan, desconcertado por alas palabras, apela al puchlo jomerado en la plaza: ‘40s atisface mi gobierno?”’, pregun- Madariaga, con la mano, des- eel baleén hace sefias al pueblo ge conteste que no. — ‘j Fue- ra! iFuera! jMuera! Ya no lo cere0s a Ud. ‘Esta bien, se- jores’— dice Emparan, ‘ol- yiéndose hacia el Cabildo. ‘“No queren que gobierne, yo tampo- quiero mando’?’, Al punto firmé su renuncia y al dia signiente se em- pared para los Estados Unidos. Este fué el primer paso a favor de la Independencia, que terminé con la procla- macién del 5 de julio de 1811. Canénigo Cortés Madariags 47. La Junta Suprema. Tan luego como don Vicente Emparan firmé su re- nmcia, el Cabildo de Caracas se constituyé en “Junta Suprema de Caracas’’ para gobernar a Venezuela, en nombre de Fernando VII, pero con absoluta libertad. So cmponfa de 23 miembros que debian ejercer la presiden- da por turno. La Junta envi6é inmediatamente delegados a todas ls provincias de la Capitanfa General para pedirles su adhesién al movimiento revolucionario. Las provincias de Cuman4, Margarita, Barinas, Barcelona, Barquisime- 63 to, Mérida y Trujillo se adhirieron al movimiento; Gua. yana dié primero su asentimiento, pero luego se desdj. jo. Como los realistas dominasen en Coro y Maracaibo, ambas provincias no pudicron manifestar sus sentimien. tos patridticos. La Junta enviéd también solicitudes a todos los ayun- tamientos de las capitales sudamericanas, para incitarlas a imitar el ejemplo de Caracas. Envié también a Inglaterra una comisién compuesta de Simén Bolivar, Luis Lépez Méndez y Andrés Bello con el fin de solicitar el apoyo de aquella nacién. Finalmente dicté un acuerdo por el cual convocaba un Congreso Na- cional, cuyos diputados debian elegirse en las provincias. Este Congreso debia decidir sobre la suerte de Venezuela. 48, La autonomia de las otras provincias. Las siete provincias que declararon la autonomfa en 1811, organizaron sus gobiernos auténomos de acuerdo con las constituciones particulares que elaboraron al efecto. Se conocen las de Mérida, Trujillo y Barcelona. Pero estos gobiernos auténomos tan sélo duraron unos meses; los triunfos de Monteverde, en 1812, acabaron con esta efimera autonomfa. ‘ 49. Campafia contra Coro. José Ceballos, comandante militar de Coro, amenazé a la Junta Suprema; ésta le contesté enviando contra Coro 5.000 hombres, al mando del Marqués del Toro. La expedicién llegé hasta Coro y la sitiéd. Sabiendo que Mi- yares venia de Maracaibo en auxilio de Ceballos, Toro le salié al encuentro y le derroté en Sabaneta, pero dejé de perseguirlo. Los soldados regresaron en desorden para Caracas.

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