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Capitulo VI “ a) Recuerdo, imagen, alucinacién primaria Enel Proyecto de psicologia 1950a{1895)) Freud describe el origen del deseo: lahuellamnémica dela “vivencia de satisfaccién”. Experiencia compleja que remite a un estado ideal que siempre se afiorara. El aparato entonces busca larepeticién dela experiencia de satisfaccién. No obstante hay siempre un remanente de excitacién que no se termina de descargar en la accién espe- cifica, y que, satisfecha la necesidad, renueva el deseo. Enel citado trabajo (pag. 364) afirma Freud: “Entonces, por la vivencia de sa- tisfaccién se genera una facilitacién entre dos imagenes-recuerdo. (...) Con el reafloramiento del estado de esfuerzo 0 de deseo, la investidura traspasa so- bre los dos recuerdos y los anima. Tal vez sea la imagen-recuerdo del objeto la alcanzada primero por la reanimacién del deseo.” "Yono dudo de que esta animacién del deseo hade producir inicialmente el mis- mo efecto que lapercepcién, a saber, una alucinacién fidentidad de percepcién). Mag. Lic. Ana Marfa Gareia Navarta 65 Siaraiz de ella se introduce la accién reflectoria, es infaltable el desengafo”. [Huella de dolor]. (Ibidem, pag. 364) Enla vivencia primaria de dolor (Ibidem, pag. 365) una Q (investidura) hi- pertrofica proveniente del exterior irrumpe y acrecienta el nivel en ¥ (el psi- quismo). Este acrecentamiento dela excitacién es vivido como displacer por a (a conciencia). La facilitacién entre la experiencia de dolory una imagen-re- cuerdo del objeto excitador, es la que modificard la inclinacién ala descarga. Porlainvestidura del recuerdo de esta vivencia de dolor, se desprendenueva- mente displacer desde el interior del organismo, por lo que se inhibe la des- carga. Freud postula la existencia de unasneuronas “secretoras” queinfluyen en la produccién de Qf (investiduras) endégenas, a las que llamaré neuro- nas “Ilave”. Merced ala vivencia de dolor, la imagen-recuerdo hostil conser- va su poder de generar displacer a través de una facilitacidn privilegiada. ‘Mas adelante dice Freud: “(.) puede ocurrir en el estado-deseo (...) que en presencia de cierta investidu- ra-deseo, una percepcidn emergenteno coincida con laimagen-recuerdo desea- da (recuerdo +). Entonces se genera un interés por discernir esta imagen-per- cepcién, para descubrir eventualmente desde ellaun camino hacia elrecuerdo +. Cabe suponer que a tal fin la imagen-percepcién es sobreinvestida también desde elyo (..). Sila imagen-percepcién no es absolutamente nueva, ella aho- rarecordaré, evocaré una imagen-percepcién-recuerdo con la que coincida al menos en parte. Y entonces se repite con esta imagen-recuerdo el proceso de pensar anterior, sélo que en cierta medida sin la meta que ofrecia antes la re- presentacion-deseo investida.” (Identidad de pensamiento). (Ibidem, pag. 376) Podriamos decir entonces que desde el deseo puesto en juego, el afecto (ola excitacién), busca la descarga. Como el objeto que se encuentra en el mundo no coincide nunca del todo con el objeto del deseo, ello configura una expe- riencia con cierto grado de frustracién, origen dela aftoranza Ahora bien, metapsicolégicamente, describimos nuestros recuerdos como formaciones de compromiso, partiendo de un conjunto de huellas mnémi- cas, que son el registro de experiencias complejas. Para que un recuerdo ac- ceda ala conciencia debera enlazarse con las respectivas representaciones palabra, esto ocurre en una zona intermedia, el Preconsciente, surgiendo asi el recuerdo como formacién mixta. 66 Recuerdo, Memoria, Trauma - Fdupa 2016 través de la huella mnémica “queda impresa” la experiencia en el aparato psiquico, y constituye a la vez una “facilitacién”, oun camino conocido para préximas experiencias. Son esas huellas mnémicas las que sedimentan la trama de nuestros recuer- dos, la materia prima. Alliretornardn nuestros suefios en busca de sus ma- teriales. Freud hace una interesante observacién con respecto alos recuerdos infan- tiles recuperados en los suefios: “Paraun tipo particular de importantisimas vivencias, sobrevenidas en épocas muy tempranas de la infancia y que en su tiempo no fueron entendidas, pero han hallado inteligencia e interpretacién con efecto retardado {nachtriiglich}, la mayoria de las veces es imposible despertar un recuerdo, Se llega a tomar noticia de ellas a través de suefios (...)”. (Freud, S., Recordar, repetir y reelabo- rar, 1914g, AE, T. XII, pag. 151) Las huellas mnémicas mas profundas, las que nos marcan de una manera definitiva, son aquellas formadas en a infancia, Muchas de ellas fueron ex- periencias que el yo no pudo tramitar adecuadamente, constituyendo lo que Freud lamé6 el “trauma psiquico”. Son estas huellas reprimidas las que pres- tan su poder ala formacién de sintomas. Es que los sintomas son la exteriorizacién de unos particulares recuerdos, ellos pueden considerarse “simbolos mnémicos”, o sea, simbolos del recuer- do reprimido. (Breuer y Freud, 1893a, Historiales clinicos, AE, T. Il, pag. 109) también, como supo descubrir Freud, esas huellas mnémicas conformaran nuestras fantasias y recuerdos, en especial aquellos recuerdos de infancia, de singulares caracteristicas, a los que denominé “recuerdos encubridores”, ylos que analizé siguiendo el modelo del andlisis de los suefios. b) Olvido y repre: Excede los fines de este trabajo desplegar exhaustivamentela teoria delare- presién, sobre la misma repitamos la expresién de Freud: “La doctrina de larepresién es ahora elpilar fundamental sobre el que descan- sa el edificio del psicoandlisis, su pieza mas esencial.”, (1914d, Contribucién a la historia del movimiento psicoanalitico, AE, T. XIV, pag. 15). Mag. Lic. Ana Marfa Gareia Navarta or La represién se le impone como hecho clinico desde los comienzos desu tra- bajo con histéricos, en cuyos tratamientos Freud constata que los pacientes no disponen de muchos recuerdos conscientemente, pero los mismos con- servan toda su vivacidad cuando logran ser evocados: se trataba de cosas que el enfermo queria olvidar y por eso adrede las re- primié {desaloj6} de su pensar consciente, las inhibié y sofocé. A esas cosas penosas, justamente, se las halla luego en ta hipnosis como base de fenéme- nos histéricos” (Freud S., 1893a, Sobre el mecanismo psiquico de los fenéme- nos histéricos: comunicacién preliminar, [Breuer y Freud], AE, T. II, pag. 36). Son los tiempos de la “teoria de la seduccién”, el hecho traumético, lo repri- mido origen del sintoma, ya misma represién, coinciden en esta época con el “sistema” inconsciente, y asf contintia hasta que Freud concibe la idea de defensas inconscientes del yo. Los contenidos inconscientes segregados e: rigen por las leyes del proceso primario. pan asi al control del yo, y se representacién reprimida serd un polo de atraccién para posteriores presentaciones intolerables sin que medie una intencién consciente, asi la represién viene signada por el proceso primario. Asimismo, el mantenimiento de la represién requeriré un constante gasto encontrainvestiduras. Por tanto el levantamiento de represiones trae apare- jada inmediatamente para el Yo una recuperacién de libido disponible para otros fines, como la descarga directa o las sublimaciones. La represién recae sobre los representantes ideativos (idea, imagen) del re- cuerdo, pero su fin serd en ultima instancia evitar el desarrollo de un afecto penoso. Por ello la cura en los primeros tiempos se concebia como el “llena- do de las lagunas del recuerdo”, siernpre que los mismos pudieran convocar en su totalidad el afecto acompaitante. (Ibidem, pag. 32) Entre 1911 y 1915, Freud expone una teoria articulada de la represién, dis- tinguiendo en el proceso varios tiempos. La teoria dela seduccién deja paso al reconocimiento de lo pulsional como fuente de excitaciones que adquie- ren su valor traumatico (represién primaria, “esfuerzo de desalojo”). En un segundo tiempo, con el refuerzo pulsional de la pubertad, acontece enton- ces la represién secundaria, el “esfuerzo de dar caza”. Finalmente el tercer tiempo es el “retorno de lo reprimido” en sintomas, sue- fios, actos fallidos, y digamoslo asi, también en las transferencias. 68 Recuerdo, Memoria, Trauma - Fdupa 2016 2, Elrecuerdo en la clinica (Freud) a) Los recuerdos en el anilisis, el desarrollo freudiano, su evolucién en la clinica. Siguiendo el modelo de pensamiento que planteara Freud en Eluso de la in- terpretacién de los suefios en el psicoandlisis (1911e), pero especialmente en Observaciones sobre la teoria y la practica de ta interpretacién de los suerios (1923c [1922)), en donde hace acotaciones y revisiones con respecto a la téc- nica dela interpretacién de los suefios, abordaremos ahora especificamen- te el tema de la aparicién e interpretacién de los recuerdos en la sesién de anilisis, revisando la evolucién de su enfoque técnico en la obra de Freud. +b) Los recuerdos de las histéricas En las primeras épocas de su trabajo con enfermas histéricas, Freud em- pled la hipnosis con el fin de curar sintomas por medio de la sugestién. Pero pronto se le plantearon varios inconvenientes. Comprobé que muchos pa- cientes no eran hipnotizables, que muchos sintomas volvian a reaparecer 0 aparecian otros en su lugar, y que ademés él sentia una cierta aversion ala actitud autoritaria que debia asumir el médico en tales circunstancias or- denando una y otra vez al paciente que renunciara a sus sintomas. Al mis- mo tiempo, comprobaba que los sintomas que realmente se resolvian eran aquellos en los que se habia hecho el completo anélisis psiquico del mismo. Esto significaba llegar hasta los recuerdos reprimidos que habian originado el sintoma, y contarlos con sumo detalle, reviviendo el afecto. (Racker, 1958) Por otra parte son sus mismas pacientes las que le van indicando este cami- no. Emmy Von N. (1893a, Historiales clinicos, AE, T. ID, le dice en una oportu- nidad en que él interrumpe su discurso en medio de una sesién de hipnosis, que no debe estar preguntandole siempre de dénde viene estoy esto otro, si- no dejarla contar lo que tiene para decirle (op. cit., pag. 84). Es en ese trata miento donde comprueba que los dichos previos a la hipnosis cobran cada vez mayor significacién y que la paciente aprovechaba la sesiGn de masajes para hablar espontaneamente. Era como si la paciente se hubiera apropiado del método que Freud utiliza- ba en la hipnosis (Ibidem, pag. 78); son éstos los inicios del método de aso- ciacién libre Mag. Lic. Ana Marfa Gareia Navarta 69 Los primeros historiales de Freud y, en especial, el caso de Breuer, Anna 0. (Ibidem, pags. 47/70), dan la impresién de una verdadera exhumacién de un archivo, en donde los recuerdos son tratados como piezas concretas del pa- sado, y en la medida en que se hacen conscientes, se libera el afecto alli re- tenido produciéndose la gradual desaparicidn del sintoma. Aveces Freud, recurre incluso, a corroborar por algin familiarla veracidad de los recuerdos “confesados” por la paciente. En su Comunicacién Preliminar. Sobre el mecanismo psiquico de los fenéme- nos histéricos, (Breuer y Freud), (1893a, AE, T. II) los autores nos dicen como los sintomas histéricos desaparecian sin retornar cuando se habia logrado despertar completamente el recuerdo del suceso ocasionador, pero aclaran expresamente que ello sucede cuando se ha logrado expresar en palabras y convocar el afecto acompafiante ya que el recordar no acompaiiado de afec- toes totalmente ineficaz. Este afecto ha quedado retenido durante afios yes nuevamente desencadenado por el recuerdo de manera asombrosamente vivida, como si fuera reciente, esto lo lleva a Freud a afirmar que “el histéri- co padece de reminiscencias". (Op. cit,, pags. 32/33) Estos recuerdos supuestamente olvidados no estan a disposicién del yo pe- ro, eliminando las resistencias, ellos encontrarén su acceso ala conciencia. Esto sucede tras haber realizado los enlaces correctos entre las representa- ciones. Pero esta situacién no es simple, los sintomas son multiples, y algu- nos independientes entre si. En Recordar, repetiry reelaborar (1914g) Freud hace una apretada sintesis de la evolucién de la técnica. Las primeras metas del anAlisis, dice, a través de la técnica de la hipnosis, eran el “recordar y abreaccionar” (a través dela ca- tarsis y la sugestién hipnética). Tras la renuncia ala hipnosis la tarea fue la de interpretar a través de las ocurrencias libres del paciente, lo que el mis- mono queria recordar por obra de la represi6n, tratando aside desarmarla solucién de compromiso encontrada en la formacién de sintoma. Finalmente la técnica se plasmé en el arte de interpretar desde la superfi- cie psiquica, las transferencias que han devenido resistencias, a fin de ha- cerlas conscientes. En el fondo la meta sigue siendo la misma: lo que en términos descriptivos consistia en “Wenar las lagunas del recuerdo”, en términos dindmicos ser “vencer las resistencias de represién”. 0 Recuerdo, Memoria, Trauma - Fdupa 2016 ©) Recuerdo, fantasia y realidad En cuanto a la realidad de los recuerdos, hay aproximaciones al tema en el Manuscrito M, del 25 de mayo de 1897, de la Correspondencia con Fliess, (Freud, 1950a [1892-99], A.E., T.), donde Freud aborda el tema dela fantasia: “La formacién de fantastas acontece por combinacién y desfiguracién (...) la primera variedad de la desfiguracién es la falsificacién del recuerdo por frag- mentacién, en lo cual son descuidadas precisamente las relaciones de tiempo. Elcorregir en el tiempo parece depender, precisamente de la actividad del sis- tema- conciencia)”. (op. cit., pag. 293). Estas afirmaciones estén en completa concordancia con sus ideas sobre la neoformacién de los recuerdos infantiles en el “recuerdo encubridor” y sus caracteristicas de “atrasadores” o “adelantadores” de los recuerdos infanti- les falseados, tema que analizaremos mas adelante. Yen la Carta 66 a Fliess, del 7 de julio de 1897, puntualiza lo siguiente: “(..) la defensa contra los recuerdos no impide que de estos se generen unos productos, (..) falsificaciones del recuerdo y fantasias, estas tiltimas referidas al pasado 0 al futuro. Conozco més o menos las reglas segtin las cuales estos. productos se componen, y los fundamentos para que sean mds intensos que los recuerdos genuinos, y asi he aprendido algo nuevo sobre la caracteristica de los procesos en el interior del Icc.” (Ibidem, pags. 299-300), Nétese que habla de la desfiguracién de los “recuerdos genuinos”, en esta os- cilacién que hace Freud desde creer en la autenticidad de unos recuerdos originales, por asi decir, y otros que son la desfiguracién por un trabajo si- milar al ejercido por la censura en el suefio; para luego afirmar en su tra- bajo especifico Sobre los recuerdos encubridores (Freud, 1899a), que tal vez no haya tales recuerdos “de” la infancia, sino recuerdos “sobre” la infancia. Es asi que en el psicoandlisis, la “realidad” o no de un suceso infantil recor- dado, pierde importancia, asi como el distingo entre realidad y fantasia. Las fantasias de deseo con las que el paciente ha encubierto su historia in- fantil ..son como las sagas que los pueblos crean acerca de su historia olvidada. Ellas poseen realidad psiquica, por oposicién a realidad material y, poco a po- co, llegamos a comprender que, ‘en el mundo de las neurosis larealidad psiqui- Mag. Lic. Ana Marfa Gareia Navarta n caes la decisiva’ ”. (Freud, S.,23* Conferencia: Los caminos de la formacion de sintoma, 1917 [1916-17], AE, T. XVI, pag. 336). d) Recuerdo “encubridor”, recuerdo infantil y suefios Recorriendo el concepto de “recuerdo encubridor” a lo largo de la obra de Freud, el mismo muestra una definicisn desde sus comienzos. Eltema se vin- culaba estrechamente a varios otros que venian ocupando su pensamiento desde que se embarcé en su autoandlisis, en el verano de 1897: el modo de funcionamiento dela memoria y sus distorsiones, la importancia de las fan- tasias, la amnesia que recubre los primeros afios de vida, y, por detras deto- do ello, la sexualidad infantil. Ensu carta a Fliess (Freud, 1950a [1892-99], Carta 101, 3/4 de enero de 1899, AE., T.D Freud anticipa dos caracteristicas esenciales del “recuerdo encu- bridor”, que éste comparte con la “fantasia”: primero, es un embellecimien- to “a posteriori” de recuerdos infantiles, neoformados por la fantasia, y en segundo lugar, para comprenderlos deben ser interpretados ala manera de ‘un suefio, tal como acontece con el sintoma histérico. Freud ya se habia percatado del estrecho vinculo entre los suefios yla neu- rosis, En su Proyecto de Psicologia (1950a (1895) enuncia: “... los mecanismos patoldgicos que el mas cuidadoso andlisis pone en descu- bierto en las psiconeurosis tienen la maxima semejanza con los procesos ont- ricos. (..)elsignificado de los suerios como cumplimientos de deseo es ocultado por una serie de procesos ‘psy’, todos los cuales se reencuentran en la neurosis y caracterizan la naturaleza patolégica de estas...” (Op. cit, pag. 381) En La interpretacién de los suefios (1900a [1899], AF, T. V), Freud describira esosllamados “procesos patoldgicos” como condensaciones, transferibilidad de las intensidades, formaciones mixtas, pensamientos contradictorios que nose cancelan mutuamente, esos pensamientos normales han sufrido un tratamiento anormaly han si- do trasportados al sintoma por medio de condensacién, formacién de compro- miso, a través de asociaciones superficiales, por encubrimiento de las contra- dicciones y eventualmente por via de la regresién. (..)” “Esa elaboracién psiquica anormal de un itinerario normal de pensamien- tos sélo ocurre cuando este tiltimo ha devenido ta transferencia de un de- seo inconsciente que proviene de lo infantil y se encuentra en la represion. n Recuerdo, Memoria, Trauma - Fdupa 2016 (Op. cit., pag. 587) Através de estas citas podemos inferir la similitud de estos procesos psiqui- cos con la manera en general de trabajo del aparato psiquico y en especial con los descriptos en Sobre los recuerdos encubridores (1899a), lo que le qui- taria el sesgo de “patolgicos” con que a veces los califica. Freud, preocupado por comprender el camino de la formacién del sintoma neurético, y de ah{ el funcionamiento del aparato psfquico, descubre en los suefiosla “viaregia” para el conocimiento del inconsciente. A través desu au- toandlisis hace fundamentales descubrimientos; as{como sus suefios fueron paradigméticos parala construccién desu técnica de andlisis de los fenéme- nos psiquicos, y los suefios de la muerte de personas queridas (Freud, 1900a [1899], AE, T. IV, pag. 258) le permitieron afirmar que el deseo de muerte del padre y de posesién de la madre era un deseo universal; asi el andlisis de sus recuerdos de infancia, en particular el recuerdo del “prado de los dien- tes de ledn”, analizado en Sobre los recuerdos encubridores (1899a), le habia permitido llegar a conclusiones de cardcter general sobre los recuerdos de infancia, y sobre aquellos lamados “recuerdos encubridores”. Elanalisis de los mismos mostraba ya los fundamentos dela técnica del an- lisis de suefios, cuyo libro estaba en proceso y se publicaria poco después. Pero debemos agregar una caracteristica que hace ala especificidad del “re- cuerdo encubridor”: el elemento visual y plastico, la nitidez con que se evo- can ciertos elementos del recuerdo como si fueran “pincelados”. Asielrecuerdo encubridor compartelas caracteristicas del fantaseo propio del suefio diurno, de la formacién de sintomas y del trabajo del suefio; y en elanilisis de los mismos se encuentra el camino hacia los recuerdos de in- fancia reprimidos, pues a la manera de unos “mojones” indican la confluen- cia de recuerdos y vivencias traumaticas, y la clave del deseo sexual infan- til puesto en juego. Llama la atencién, dice Freud, (Sobre los recuerdos encubridores, 1899a, AF, ‘T.IIL pags. 297 a 315) cémo siendo nuestras vivencias infantiles tan impor- tantes para nuestra interioridad animica, conservamos de las mismas re- cuerdos tan fragmentados y a veces muy tardios. De modo que algunas personas conservan recuerdos de sus primeros dos 0 tres afios y otras recién a partir delos 6,7 u8 aos. Mag. Lic. Ana Marfa Gareia Navarta a ELhistérico por ejemplo, sera amnésico para una parte o el total de las vi- vencias que han determinado el estallido de su afeccién. Asi, dice Freud, se comprueba una analogia y estrecha correspondencia entre esta amnesia infantil, ya amnesia histérica, corroborando los vinculos entre neurosis y sexualidad infantil. En cuanto al contenido, en muchas personas los més tempranos recuerdos tienen por contenido impresiones cotidianas e indiferentes, pero registra- das con todo detalle e hiperrelieve. A la vez que, estas mismas personas, no recuerdan sucesos que segtin sus padres fueron de gran conmociény simul- téneos a los recuerdos indiferentes. O sea, que en los elementos olvidados, 0 més bien “desechados”, se encuentra lo importante; elementos que a me- nudo se han rescatado posteriormente a través del tratamiento psicoanali- tico. Dos fuerzas psiquicas han participado en la produccién del recuerdo, una que considera importante el suceso, y la otra: una resistencia. Estas dos fuerzas no se cancelan entre si, sobreviene entonces un efecto de compro- miso: no es la vivencia en cuestién la que entrega la imagen mnémica, sino otro elemento psiquico conectado con lo chocante por caminos asociativos. Como resultado del conflicto, en lugar de la imagen justificada se produce otra “desplazada” un tramo dentro de la cadena asociativa, despojando asi alrecuerdo sustitutivo, del elemento importante; por ello es que aparece co- mo “trivial”. Elfundamento de su conservacién es la relacién con el contenido sofocado, generalmente desplazado sobre algo asociado por contigiiidad. Dicho de otro modo: una represién (esfuerzo de desalojo) con sustitucién por algo avecin- dado (en lugar o tiempo). Por tanto “..) el concepto de un recuerdo encubridor como tal, (..) debe su valor mnémico no a su contenido propio sino a su vincu- lo con otro contenido, sofocado.” (Ibidem, pag. 313) Elproceso asi discernido es: conflicto, represién, sustitucién con formacién de compromiso; “(..) complicados procesos -en un todo andlogos, por lo de- més, a la formacién de sintomas histéricos- participan en el establecimiento de nuestro tesoro mnémico.” (Ibidem). He aquiel elemento inconsciente de la fantasia: un deseo que resulta inad- misible para la conciencia cambia de carril, de unos pensamientos y deseos reprimidos, hacia un recuerdo de infancia aparentemente inocente. ™ Recuerdo, Memoria, Trauma - Fdupa 2016 Seguramente se produce un falseamiento del recuerdo: 1a materia prima uti- lizable, las huellas mnémicas, fueron por decir asi, “cinceladas” Freud (1899a) discierne ciertos rasgos singulares que caracterizan alos re- cuerdos encubridores. Dic “En la mayoria de las escenas infantiles sustantivas y exentas de toda otra ob- jecién uno ve en el recuerdo ala persona propia como un nifio, y sabe que uno pero ve a ese nifto como lo veria un observador situado fue- rade la escena. (..).” (Ibidem, pag. 314) mismo es ese ni “Toda vez que dentro de un recuerdo la persona propia aparece asi como un objeto entre otros objetos, es licito aducir esta contraposicién entre el yo ac- tuante y el yo recordador como una prueba de que ta impresién originaria ha experimentado una refundicién. Todo parece como si aqui una huella mnémi- cade la infancia hubiera sido retraducida a lo plastico y lo visual en una épo- ca posterior (la del despertar [del recuerdo). ¥ ello siendo que nunca ha llega- do anuestra conciencia nada de unareproduccién de laimpresién originaria.” (bidem, pag. 314) “Esta inteleccién reduce, a nuestro juicio, el abismo entre los recuerdos encu- bridoresyy los restantes recuerdos de la infancia, Acaso sea en general dudoso que poseamos unos recuerdos consientes de la infancia, y no més bien, mera- mente, unos recuerdos sobre la infancia, Nuestros recuerdos de la infancianos muestran los primeros aftos de vida no como fueron, sino como han apareci- do en tiempos posteriores de despertar. En estos tiempos del despertar, los re- cuerdos de infancia no afloraron, como se suele decir, sino que en ese momen- to fueron formados;y una serie de motivos, alos que es ajeno el propésito de la fidelidad histérico-vivencial, han influido sobre esa formacién asi como sobre la selecci6n de los recuerdos.” (Ibidem, pags. 314-5) En un escrito muy posterior, Recordar repetir y reelaborar (1914g, AE, X11), Freud afirma que la consabida amnesia infantil. “..estd contrabalanceada en su totalidad por los recuerdos encubridores. En estos no se conserva sélo algo esencial de la vida infantil, sino en verdad todo lo esencial. Sélo hace falta saber desarrollarlo desde ellos por medio del andli sis. Representan {repraisentieren} tan acabadamente a los arios infantiles ol- vidados como el contenido manifiesto del suefo a los pensamientos oniricos”. (bide, pag. 150) Mag. Lic. Ana Marfa Gareia Navarta 15 e) Los suefios en la sesidn de andlisis, el enfoque freudiano “Es que el sonar es también un recordar, si bien sometido alas condiciones nocturnasy de la formacién del suerio. (Freud, S., 1918 [1914], De la historia de una neurosis infantil, Algunas discusiones, AE, vol. 17, pag. 50)" Freud modifies en mucho su forma de considerar e interpretar los suefios dentro del andlisis. Al principio consistia en una tarea minuciosa de investigacién de cada frag- mento del suefio tomandolo por separado y tratando de reunir la mayor can- tidad posible de asociaciones sobre los elementos del mismo (Freud, 1900a [1899], La interpretacién de los suerios) Aiios después realizé sus advertencias sobre el uso que debia tener a inter- pretacién de los suefios, contextuandola dentro dela sesién (Freud, 19116) y revalorizando el papel dela transferencia en su consideracién (Freud, 1923c [1922)). Asi habla de una alianza entre la “compulsién de repeticién™, y la transferencia positiva con el analista, proveniente del “complejo parental”, quesemanifestaria entre otras formas, en a produccién de suefios que con- tienen el trauma infantil, con el deseo de elaborarlo (Freud, 1920g). Freud denomina “efecto de sugestién” a esa alianza (Ibidem, pag. 20, n. 6, y 1923c, AE, T.XIX, pag. 116), yse entiende que tiene que ver con el ascendiente que ha cobrado el analista sobre el paciente en base a la transferencia positiva. 41 “Ahorabien, nosoy dela opinidn de que esas escenas deban ser necesariamente fantasias por el hecho de que no reaparezcan como recuerdos. Hay algo que ami Juicio tiene exactamente el mismo valor que el recuerdo: el hecho de que-como en nuestro caso-se sustituyan por suefios cuyo andlisis reconduce de manera regular alamisma escena y que reproducen, en una infatigable labor de refundicién, cada fragmento de su contenido...” (De la historia de una neurosis infantil. Algunas discusiones, AE, vol. 17, 1918 [1914], pag. 50). 42 “Empero, esto no ocurre antes que «el trabajo solicitante de la cura haya aflojado la represién». Pues bien; en este punto habria que interpolar lo siguiente: es la trasferencia positiva la que presta ese auxilio a la compulsion de repeticion. Asi se sella una alianza entre la cura y la compulsién de repeticién; al comienzo, ella se dirige contra el principio de placer, pero su propésito iltimo es instaurar el gobierno del principio de realidad. Tal como lo consigné en ese libro, con gran frecuencia sucede que la compulsién de repeticién se emancipa de las obligaciones de aquel pacto y no se contenta con el retorno de lo reprimido en la forma de imagenes oniricas.” Freud, 1923c [1922], Observaciones sobrelateoriay lapractica deta interpretacién de los suefios. AE, T. XIX, pig. 119) 6 Recuerdo, Memoria, Trauma - Fdupa 2016 Dado que el trabajo de la elaboracién onirica no termina con el despertar, sino que contimia con Ja elaboracién secundaria que se realiza consciente- mente a los fines de comunicar el suefto, podriamos decir que en el acto de relatarunsuefio,selo est “sonando” nuevamente (Chiozza, Luis,1966a),rea- lizandose sobre el contenido manifiesto del mismo la transferencia de los deseos reprimidos que se han “actualizado” (“transferencia intrapsiquica”) Asi la tematica del suefio expresa y a la vez oculta, una “situacién trau- matica® que ha devenido actual **, o sea, que est siendo vivenciada ena transferencia; en donde los personajes del suefio, o el mismo suefio como personaje, es aprovechado para hablar dela transferencia con el analista**. Baranger (1969 [1960)) considera especialmente el “valor comunicacional” del sueiio, contado en una sesién dentro de un proceso analitico. Afirma al respecto: “Sofar es expresar para quien pueda entender (en principio el analis- ta)” Concluyendo en que, al fin todo suefio expresa y oculta una situacién y es un intento mas o menos conseguido de comunicar al analista la situacién angustiante, e “implica un esfuerzo elaborativo mayor o menor”. (Baranger, W. 1969 [1960], pag. 181 y 182). Elsuefo, dice, “es una forma de traducir las situaciones objetales arcaicas ¢ inconscientes, conectdndolas con la situacién analitica actual, fy] de conseguir y transmitir la necesaria regresion que hace posible elreasumir las partes que 1a persona ha clivado en el curso de su historia (..), fel paciente] puede usar el suetio, ya sea aprovechando la regresién onirica, para ampliar su ‘insight, oaprovechando la rresponsabilidad del sueno, paramantener su clivaje” (Op. cit., pags. 192 y 188). 43 La expresién “situacién traumatica” tiene similares inconvenientes a la de “suefio traumdtico”, como mas adelante desarrollaremos, por ello se encontrara eneste trabajo que la misma esta entrecomillada, salvo cuando se trata de unacita textual de Freud u otro autor. 44 Enel doble sentido de presente y acto. 45 Ideas presentadas en: Elvalor delrecuerdo en la sesién analitica, Garcia, Ana “Maria, Simposio 1993, Stas. Jornadas Cientificas del Centro de Consulta Médica ‘Weizsaecker, Buenos Aires. 46 Ferenczi habia desarrollado esta idea previamente en 1913b, en donde dice “los suefios se cuentan ‘a la persona a quien afecta su contenido latente”” (F. Borgogno, ‘El suefio como trénsito de dos inconscientes que dialogan’, en: El psicoandlisis, como recorrido, 1999, pag. 226) Mag. Lic. Ana Marfa Gareia Navarta n Enese sentido Freud (1923c [1922]) ya habia enunciado que en muchos anili- siso durante ciertos tramos de ellos, aparece una segregacién dela vida oni- rica respecto dela de vigilia, similara la que acontece con la actividad fanta- seadora del suefio diurno que se mantiene al modo de una novela continuada. “Un suefto se anuda entonces a otro, toma como centro un elemento que en el suerio anterior se rozaba de pasada, etc. Pero es mucho mds frecuente el otro caso, a saber, que los suefios no formen una trama sucesiva, sino que se in- terpolen dentro de fragmentos sucesivos del pensar de vigilia.” (Freud, 1923¢ [1922], Observaciones sobre la teoriay la practica de la interpretacién de los suefios. AE, T. XIX, pg. 113). f) Suefio “traumatico” En Mas allé del principio de placer (1920g), Freud se ocupa de explicar cier- tos fenémenos de la vida anfmica, que no obedecen al principio de placer, y por ende, de aquellos suefios que parecen no responder a un cumplimien- to de deseo. La vida onirica en Ja neurosis traumatica muestra el rasgo distintivo dela repeticién frecuente del suceso violento que ocasioné el trauma. Situacién de la que se despierta siempre aterrorizado. La vivencia traumitica, dice Freud (op. cit., pag. 13) acecha continuamente en los suefios del traumatiza- do. Sibien esta fijacién ala vivencia que desencadens el trauma era ya cono- cida en la histeria, también dice Freud, respecto de las neurosis de guerra, Ferenczi y Simmel destacaron esta fijacién al momento del trauma, el que reaparece en muchos sintomas motores. Por mas que el enfermo de neurosis traumética se esfuerce por olvidar el su- ceso ocasionador del trauma, el suefio nocturno lo traslada una y otra vez a la situacién de su accidente. Esto parece contradecir la teoria de que el sue- flo es un cumplimiento de deseo, gpor qué el enfermo no suefia con los mo- mentos en que estaba sano en vez de reiterar en suefios su desgracia?... pa- recerfa que la funcién del suefio resulté alterada... y aqui agrega Freud: “o bien, tendriamos que pensar en las enigmiticas tendencias masoquistas del yo.” Ubidem, pag. 14) Masadelante afirma que “en lavida animica existe realmente una compulsion de repeticién que se instauramés alld del principio de placer”, (Ibidem, pag. 22) yque ello se ve claramente en los sueftos delas neurosis traumaticasy en el 7% Recuerdo, Memoria, Trauma - Fdupa 2016 juego de los niftos, aunque sélo en raros casos aparece dicha compulsién en forma pura, sino que se entremezcla con otros motivos. Quizé el caso menos dudoso al respecto, es el de los suefios traumaticos. Contintia diciendo (Ibidem, pag. 31) que si bien la produ de los suefios surgié al servicio del cumplimiento de deseo, bajo el imperio del principio de placer, es a todas luces contradictorio con lo que ocurre en los suefios traumaticos. ¥ afirma en cambio, que estos suefios buscan recu- perar el dominio sobre una situacién que por sorpresiva no logré prevenir- se con elsuficiente desarrollo de angustia, porlo que al repetir estos suefios, se busca ese desarrollo de angustia para dominarla. Tal seria la funcién del suefio para el aparato animico, que sin llegar a ser opuesta al principio de placer, parece més primaria e independiente del mismo. cidn alucinatoria Estos suefios que aparecen como una excepcidn ala tesis del cumplimiento de deseos, cuando se presentan en el psicoandlisis, lo hacen apoyados en el de- seo, promovido por la “sugestién”, de convocar aquello olvidado o reprimido, yon capaces de recuperar el recuerdo de traumas psiquicos de 1a infancia. Siexiste un “mds alld del principio de placer”, afirma Freud (Ibidem, pag. 32), habré que admitir también un tiempo anterior ala tendencia del suefio al cumplimiento de deseo. Concluyendo por fin, que los suefios de esta indo- lerespondenala compulsién de repeticién, con el interés de ligar psiquica- mente las impresiones traumaticas. ¥ agrega que “sélo podria apropiarse de esa funcién después que el conjunto de la vida animica acepté el imperio del principio de placer”. (Ibidem, pag. 32). Se podria concluir siguiendo a Freud, que en la fijacién traumatica propia de las neurosis traumaticas, falla la operacién propia del trabajo del suetio que se ve impedido de transformar las huellas mnémicas del episodio trau- matico en un cumplimiento de deseo. (Freud S. 1933a [1932}), 29a Conferen- cia. Revisién de la doctrina de los suefios, A.E.,.T.XXII, pag. 28). Cabe considerar entonces, en ese periodo en que lo traumatico emerge, tan- to enelsuefio como en otras manifestaciones de la vida animica, y no puede ser elaborado o interpretado segiin las reglas del cummplimiento de deseo, si es en este campo en donde muestran especialmente su eficacia las construc- ciones en el andlisis (Freud, 19374), y un tipo de intervencién denominada “interpretacién vivencial” (Benyakar, 2013), la que busca una adecuada arti- culacién del afecto con representaciones que permitan su insercién ena tra- Mag. Lic. Ana Marfa Gareia Navarta a) ma psiquica. Tras lo cual el yo - parafraseando a Freud podria apropiarse de su funcién integradora, cuando el conjunto de la vida animica acepte el imperio del principio de placer. 3, El recuerdo como actualizacién en la transferencia a) Transferencia: dela sugestién ala repeticién Debemos distinguirla Transferencia analitica, dela transferencia en elsen- tido amplio del término; todas son relaciones de objeto que constituyen, en mayor o menor medida, sustituciones del vinculo con los objetos primarios. Alhablar de transferencia analitica nos estamos refiriendo especificamen- te ala que ocurre dentro del andlisis, en el vinculo paciente - analista, en donde el paciente tendera a reproducir sus modos de relacién anteriores, desarrollando en el andlisis la “Neurosis de transferencia’”, sélo que esta vez elanalista tendré la labor de hacerlos conscientes, e interpretarlos a fin de reelaborarlos. Ensus primeros Trabajos sobre hipnosisy sugestién Freud (1888-92, A.E.,T.1) da cuenta dela “transferencia” existente en el sintoma histérico, relacionada conla distribucién delas excitaciones sobre determinadas partes del cuerpo: “Y por lo que toca a la transferencia, que parece particularmente idénea para comprobar el origen de los sintomas histéricos, es sin ninguna duda un proce- so genuino. (..) la transferencia es un fendmeno inteligible en términos fisiol6- gicos(..)noes sino la exageracién de un nexo normalmente presente entre par- tes simétricas (..) Muchos otros sintomas histéricos de la sensibilidad tienen también su ratz en nexos fisiolégicos normales.” (Op. cit., pag. 85). En Tratamiento psiquico (tratamiento del alma), (Freud, 1890a, AE, T.D), la transferencia aparece intimamente ligada a la sugestién hipntica, y ala sugestidn en general que el médico ejerce sobre su paciente. En el mismo trabajo Freud advertird sobre los limites de los resultados de la hipnosis, que llevan al desenga‘io y fracaso del tratamiento, por lo que el médico deberd profundizar en una “intelecciénmds honda de los procesos de lavida animica misma, inteleccién cuyos primeros pasos se basan en las expe- riencias hipnsticas” (Ibidem, pag. 132). 80 Recuerdo, Memoria, Trauma - Fdupa 2016 Si bien en Sobre la psicoterapia de la histeria (1893-95, AE, T. II) Freud hace unaextensa consideracién sobrela transferencia, la misma es atinun “obstd- culo”, un “sintomaneoproducido” segin un modelo antiguo de relacién. (Op. cit., pag. 307). Ese obstdculo sobreviene, dice Freud, en tres casos: 1. cuando la enferma se cree relegada o menospreciada, o también cuando tiene des confianza del médico o del tratamiento. 2. cuando la enferma teme a caer enuna dependencia y perder su autonomia, 3. “Cuando la enfermase espan- tapor trasferir a la persona del médico las representaciones penosas que aflo- ran desde el contenido del andlisis (...) La trasferencia sobre el médico aconte- ce por enlace falso.” (Ibidem, pag. 306) Y describe un episodio en el que la paciente se espanta por la aparicién del deseo de ser besada por él, detras de ese deseo aparece el recuerdo patége- no, deseo que acariciara muchos aftos atrés, de ser besada por el hombre con quien conversaba, y el cual reprimis. Y afirma: “No se puede llevar a término ningtin andlisis si uno no sabe habér- selas con la resistencia que resulta de los tres hechos mencionados”. (Ibidem, pag. 306-7) En Lainterpretacién de los suefios (1900a, [1899], AE, T. V) habiendo avanza- do mucho en sus descubrimientos, formularé una definicién de la transfe- rencia basada en los procesos oniricos, y es la transferencia de un des consciente sobre uno preconsciente o consciente, lo que le otorga al mismo una intensidad extraordinaria, es esta la importancia que los “restos diur- nos” tienen para el suefio: 0 in- “(...) larepresentacién inconsciente como tales del todo incapaz de ingresar en elpreconsciente, y sélo puede exteriorizar ahiun efecto sientraenconexién con unarrepresentacién inofensiva que ya pertenezca al preconsciente, transfirién- dole suintensidady dejdndose encubrir por ella. Este es el hecho de latrasferen- cia, que explica tantos sucesos llamativos de la vida animicade los neuréticos.” “La trasferencia puede dejar intacta esa representacién oriunda del precons- ciente, lacual alcanza asi una intensidad inmerecidamente grande, 0 imponer- le una modificacién por obra del contenido de la representacién que se le tras- ‘fiere.” (Op. cit., pags. 554-5) Esta definicién que se ha dado en llamar “transferencia intrapsiquica’, es sin embargo la base de la transferencia en general y de la transferencia ana- litica, al fin el analista, en la sesién de analisis es nada mas, y nada menos, Mag. Lic. Ana Marfa Gareia Navarta 81 que el “resto diurno” sobre el cual recaeran las transferencias del paciente, yel que mas de una vez serd incluido en los propios suefios del analizado. ” Aiios después, en Fragmento de andlisis de un caso de histeria (1905 (1901), AE, T. VID, Freud define la transferencia analitica, alli dice:

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