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ESTHER DiAZ Las grietas del control vipa, viGrLaNcza Y cAOS Ealcorial Bibtos ase doné M. Giffin 318, CIOG4ADD Buenos Aires Infieconalcincm 1 wedi com Bata primera ein epi n Pera Cate, Indice Préloge En el comienzo fue el control Ciudades 1. Dela vigilancia al contra. 2. Los countries y las villas comparten diagrams 3. Lo qua se muestra, ln que se eaconde 4 Loe unos y los otros 5. Guotos dela abundancia y guetos de la carencia 6. Llegaren los vandalos T Condiciones de posibilidad del control generalizado. 8. Los biosaberes 9. Vides descartables 10, Insoguridad y tolerancia coro Cucrpos 1. Labalada de Narayama 2, Testigo modesto y exclusién 3. Control y segregacién 4 Gonstitucién de género y de objetividad Rolatos de salvacin técnica 13 a Ciudades 1. De Ia vigilaneia al control 1s escena os paradisiaca. Sus protagonistas parecen angeles solazindose entre el verdory laa lores. Revolotean maripo as, Gorjenn los péjaros, El espejo de agua do le piseina dos tella en una tarde que se arrastra entre mansiones y arbole- da, “Fuguetos a la visitas’, propone una nena diapuesta a repartir loe roles, “seremos hombres, mujores y mucamas’, fndiea. La madre, entada en una reposera, levanta la vista del eatélogo que esté hojeando y clara que “mveamas” entra fn la eatogoria “mujeres’, con decir hombres y mujeros es sufiente, Pero esto no s0 condice con el imaginario de loe pequafios nifios country: Finalmente juegan a ser hombres, ‘mujeres y mucamas, Una aclaracidn Hinguetiea no puede revertir afos y afioe de prictieas sociales. Las diferencias entre los habitantes del barrio y quienes vienon de afuera pra servinos eon tan mareadae que las mucamas, en el ime finario infantil, han perdido eu condicién de mujeres; son simplemente micamas si Veatmos otra escena. En ella los protagonistas no lueen como seres de ectampita. Revolotean moseas. El rodar de los trenes estremee las casillas de chapa y cart, En una este: cha esquina hay barroy excrementas, Un grupo de preadoles- centes aburridos ~y mal slimentador-cabecea sus desen tos imaginanéo diversionea posibles. Conocen a nos chices "de afuera® con Jos que suelen jugar a la pelota, pero a esta hhora ya no se puede porque la mamté de esos chicos les exige ‘que @ as seis de la tarde estén en su casn, En cambio sve pro- pias madres estn trabajando o tienen tantos hijos que se des Aibujan las norma. Algunos no conooen a sus padres, tres no los tienen en cuenta. Al colegio dejaron dei. Todo es incerto ¥ aburro, ise alejan eorren resgos, aunque “adentro” tam ‘poco estin a salvo: peleas, razzias, abusos, paco. En cierto ‘modo han perdido su enndeién de nif; son villeros. Tn las poblaciones actuales los diversos estratos sociales se entremezclan on calles, negocios, eolegies, oficins, medios de transporte, centros y periferias. Pero se polarizan en sus exiremos. Hay barrios corrados en su opulencia y barrios ‘cerrados en su carencia. Las diferencias entre ambos son mas ‘que obvias. Becuelas bilingtes, impunidad y lujo por un lado; falta de escolarizacién, criminslizacién e indigencia por el otto, Los condominios de propietarios euelen ser vecinos de los asentamientos do ueurpedores y laa canchas do golf a veees lindan con los potreos, Estas vecindades erispan los nervios de los pederosos: no vasta con amurallar, también hay que vigilary controlar En la Modernidad madura las comunidades occidentales se regian por la viglancia con el objetivo de castigar a los infractores, es decir, a quienes no se avenfan a la normali dad. Se tratabs de sociedades disciplinarias. Para metiadot del siglo xx se intensificé ol panoptismo de modo que la ean: tidad devino ealidad. Surgieron entonees las sociedades de control euyo objetivo no se limita al posible eastigo del otro, se hace extensivo a la seguridad propia, Dominar la poten cial peligrosidad era uno de los objetives del encierro eomo Drictiea institaida por les aparatos de poder. En los eiglos| 10a! y XV ge encetraba a los anormales para sacarlos de 1a ‘via publica y tenerlos vigilados. En nuestro tiempo existe ‘autgencierzo de personas y de familias con alto poder adqui- Sitivo y de otras que earecen de ese poder: unas lo hacen para tontrolar ou entorno y optimizar el placer de la existencia, Jas ofras simplemente para sobrevivir. ‘Vigilancia y contrel pueden considerarse sinénimos, pero ‘éenicamente se diferencian. La vigilance, tal eomo la ans lina Michel Fouceult en Vilar y castigar (publicado en fran~ ‘és en 1975), se produce de modo local y prferiblemente bajo techo, El contol, en cambio, es global y se expande a cielo abierto. El contol posmoderno es el paroxismo de Ia vgilan tia moderna: cémaras en choppings, bancos, aeropuertos, pero también en veredas, estadios, autopistas. El contol se textiende incluso al eampo virtual. Redes sociales, lcalizacsn fe tléfonos, grabaciones remotas,copias de claves electrni- fs, apio de informacién,regitros de datos personales, de hdbtos, de conductas, de deudas. Las écnieas de controler culan por la red urbana monitoreando el tiempo y l espacio Ge la poblacia, Para dar elo un ejemplo: las zona pblicas por excelencia, las plazas, abora tionen rejas, horarios de visita yen algunos cazos, ckmaras y eabinas de supervision, Eni década de 1980, Gilles Deleuze serial que se estaban consolidando Ins sceiedades de control (Deleuze, 2006), que Gifleren de las disciplinarias estudiadas por Foucault. En faquellas regia una tecnologia especfca de la vigilancia, l cencierro y el panéptien;y 6 aplieaba en cérceles, hospitales, cscuelas,talleres, arteles, Ahora se trata de un enntrolcon- tinuo e instanténeo, intensifieado por tecnologia sofisticada ‘que traspasa el régimen del ail, La sociedad dise/pinaria ha dlesembocado en una sociedad de Ia pantalla: eomputadoras, “ soma De televisores, tefonos celulares, radares, sfisticades diagnss- ticos médicos, aparatos de modicién, detectores de metales. Ba suma, le realidad examinada por monitores, Bn un régimen de contrl la vigilancia se toma omnipre- sente. Su tecnologia e informatica, de alta fidelidad, aunque pparadéjicamente la optimizacién aumenta también el riesgo: contaminacién, sabotaje, virus, piraterfa, alteracién de la informacién. Las mismas herramientas que ee utilizan para contro, se reconvierten posibilitando el daseontro [Loa encicrros modernes imponian paradigmas alos que los sjotos debian amoldarse, Loe controles posmodernos, en ‘cambio, se van modulando segtn le mevimientos de lo euje- tos y siguen sus desplazamientos mediante geabadores, chips, helicépteros, satdlites. No obstante, la psibiidad de +evertirios, hackearlos oadultcrarlos mediante el mismo tipo de tecnologia implica nuevos riesgos Ahora bien, tanto el asilo moderno camo el control contem- pprneo son imposiciones forzaas, en camhio los encierras hhabitacionales dela actualidad no con impuestos, osu *forzod- dad responde a otres motivos. Son buseados por quienes lot habitan por placer y seguridad en los countries, o por necesidad yyearenca en las villas. Se puede deteetarplaniicain del con- ‘uot interno en unos, sometimiento interno y extemo en Tes otros, ‘Asi como la vigilancia co transmuta on control en funcién dounorden supuestamente provsible, ol orden a. vex puede convertrse en cx0s por la gravitacién de lee acontacimientos, ‘Los sujetosseadormecen en garantias hipctticas y sin darse cuenta, se exponen a inesperados deseontroles. A comienao de 2008, el sistema financiero estadounidense semejaba una fuente inagotable de rocursos. La forma de vida entronizada por un desmesurado sistema de préstamos aseguraba la ren- ‘abildad y aetuaha como cielo protector para los agentes del consumo, Sin embargo, de ese paraiso controlado por el eré dito sungié una crise globalizads que desat el eos, jqué oot 16 con los controles? Quiaé por fin quedé claro el verdadero teeta de Ia mano invisible del mereado, ‘Bernard Madoff, el ex hanquero de inversiones estadouni- dense eondenade a cientoeizeenta aos de prision por lo que ‘se considera lz mayor esta de Ia historia, en 2008 dio dot Tes del desatino fiscal que posibilits su maniobra. Aseyurs ‘que durante afios experé que las autoridades de supervision dde control financiero, la Securities and Exchange Commis: sion (880), destapasen su sistema de fraude piramidal. Sin ‘embargo, a pesar de que los inspectores lo vsitaban asidus- ‘mente, no pudioron detectar ol monstruo financioro inven- tado por Madof. Los sesenta y cinco mil millones de délares| invertides sin garantie resles eausaron pérdidas a ahorris- tas de todo el mundo y ersis generalizada. Bso ocurvia a la vista de propios y ajenos: ni el mismo estafador podia ereer (qae le permitieran hacerlo que hacia. Las ersisglobales, sumadas alas loales influyeron en las tendencias a la encerrona habitacionsl, La costumbre de ‘mudarse a condominies vallados habia comenzado antes del dorrumbe financiero, pero laruptura de la burbuja inmobilia- via intensifies Ia compulsién al aislamientoy el sélvese quien pueda. ‘Los barrios cerrados albergan residencias seioriales y hhomogéneas. Ademéa de la viviendas individuales, cuentan con espacios comunes para actividades cociales, deportivas y Administrativas. En un prinipio fancionaban eomo lugares de esparcimiento y descanso esporadicos pero, a partir de los vaivenes del poder adquisitvo y del ineremento de la insegt- dad, varias casas de countries se fueron canvirtiendo en Vivien tnics. Permanecen la de fin de semana, pero avan- ‘an las utilzadas eomo domiilioestable, Estos consorci de nivel eeonsmico medio-alto altos aie- Ian del resto dela sociedad y se custodian con guardias priva- dos. Sus habitantes subsiston en una especie de minorfa de dad civil autoimpuesta. Dehen estar vigiladas Ins veinticu tro horas. Son variantes del country y de los barrios sereados Tos clubes de campo, Ins chaeras, las eiudades privadas y lat torres fortaleza levantadas en plena ciudad. ‘Una de las caractarsticas més destacadas de estes encla- vyes-y la més apreciada por sus moradores~ es justamentela soguridad. El continela es un rasgo dstintiv de los Iujocoe ‘uctos contemporseoe; pero no e0 sale indemne de esa con vivencia opresora. La presencia de evidadores armados incide intonsamente sobre la privacidad de los vecinos, Lot propietarios insisten machaeonamente sobre las ventajas de ‘eontar con su propio microsistoma polefaco, aunque sufren| ‘us consecuencias, no a6lo por Ia informacié que los guar- dias mangjan sobre las costumbres de sus empleadores| (Gnformacién que en cualquier momento se les vuelve en con- ‘a) sino también por Ia peculiar relacién que se establece entre vigiladoros y vigilados. Valgan como ejemplos dos hhechos: uno, la cbligaeién de que los residentes rindan cuenta al equipo de seguridad si entran eon visitas o s salen con bultesy, oto, el apelativo con el que los vecinos se ree ren a los guardias cuando éstos no estén presentes: copy opts, un término que podria traducnes como “polite de imi tacién” o*poliefa files” Bl propio domicile so convierte asf en edredl © en copy son. La seguridad personal y de toda la familia eat en manos de esos sorosa los quesecontrata para que vgilen¥ porque nes, a poco de anda, se termina vigilado. La acciGn de contro lar siempro es accchada por la irrupein del descontrel, por que {quién eontrola a quienes controlan?, jee puede clausurar la cireulaciin de Ia informacién?, jeriste una red de sequri- dad tan densa que no se agriete en alsin resquicio?,ceémo garanticar la fidelidad de quien no gana en un so lo que ‘muchos de sus patrones disirutan en un dia? Bl guardia pertoneco a estratos sociales de escasos recur sos, estratos despreciados y temides por los duefios do los countries. Se da por descontado que dnicamente de esos sec tores surgen Tes delincuentes. De hecho, el "Gordo" Valor, ladrén famoso por sus tropelia,fugas y atracos, ha sido acu sado de asaltar casas de countries en conniveneia con mits ree retivadosy vigiladores de esos miamos countries. ‘Pero, a pesar do todo, la sofores cngian on sus guardias Mejor dicho, eubeisten en Ie paradaja do reeslar de elloa al ‘mismo tiempo que estan supeditados. Los centinelas gon los primeros sospechosns de vislaciones, asesinatos o robos en les countries. Sin embargo, el resto del personal de servicio se eneuentra bajo la égida de los guardianes. La presién que los copyeopts percibon de sus empleadoros ge transmuta en. Ja opresiGn que ellos eercen sobre el resto del personal. El peso real ysimbslico de Ins armas les otorga ceria euperio dad sobre cus pares en otros tipos de servicios, Bl dlerna de los amos reside en la necesidad de contar con personas subordinadas con las que terminan compartiendo tran parte dela privacidad, Las empleadas domésticas man pulan la ropa intarior de seniors, sedores, nis y visitantes fe fin de semana, Eneaentran preservativos entre las s4be- has, Bscuchan conversaciones telefGnicas, Asisten a reyertas familiares. Saben a qué hora y con quién entra y sale cada siembro de Ia familia ‘Con las miueamas ae establece una relacién do exposicién {ke ia intimidad mas estrecha que con los vigiledores, situa tin que no las salva de ser controladas por els. Cada saida del trabajo viene acompasa por la eotidiana humillacién de serrerisadas por hombres armados, yno siempre en los melo: res términos. Esa especie de pago de peaje revela un mayor trado de sujecién de parte de las servidoras, que no elo dlependen de sus patvones sino también de los guardias A tal punto que algunes propietarias, para demostrar que sienten se Ds afecto por sus subordinadas, las eximen simbéicamente de su eondicidn eervil, por elempla cuando les advierten a los stuardlas que tratea bien a sus empleadas ya que no ls con- Sideras mucamas, o las liberan de usar uniforme excepto cuando hay visitas (no vaya a ser cosa que éstas pienson que Ja asistonta ee de la familia quo no cuentan con servicio doméstico}, 0 cuando al tratamiento amigable conlleva sna explotacién oculta: “2Podés quedarte media horita mas para euldar al nene”, tal eomo se o pediran gratuitamente a una ‘amiga, pero que en el caso de personal pago implice no abo: nar las horas extras. Hasta principios do 1990 el gran acieate para la decisién de mudarse al country fue el emntaeto con la naturale, la vida sana y la libertad (encerrada) de los nitos, y aslo en ‘segundo plano se citaba la seguridad, Pero con ol deseantrol ‘en la dietribueidn de la riquera y el deteriora de las condicio- res de vida de gran parto do la poblacién irrumpieron la miseria y Ja slarmante sensacién de insepuridad. Para dimensionar este fenmeno no deberiaolvidarse la fanciona- Tidad de Ia insoguridad para el fortalecimiento de les grupos econémicos y politicos que lueran con el miedo de la pobla cin, La misma sociedad que genera desocupacién pretende dlesontenderse de sus conseeuenciasforzoeas, Marx ya habia fenalado que el “jérito de los desocupados” resulta opera tivo para los explotadores, pues los obreros, ante el peligro de pasara ser miembros de ese ercito, se disciplinan y aceptan Salariog miserables. Actualmente In desocupaciéa masiva ‘sigue ciendo beneficiosa para a economia de les empleadores, con el agreed de que tambien es operativa pata justifiear la represion, Los expulsados de sistema deseienden a la eatezo la do “vages" y el camino més expeditivo para librarse de ellos es aplicar mano dura y taleransia cero. Pero como bvio que el aumento de la represién no soluciona el pro- bloma de la inseguridad, quienes tienen mucho que perder prefieren aislarse de los resgos sociales y convivir con sus ates, Se inerementan asi los emprendimientos inmobiliarios| fe clausura, que se diversfiean en ru materalidad aunque comparten raegos de ldentidad. Arquitecturas, paisaes, ‘tales, e6digos, fob, vestimenta, valoraciones. La vista ‘a¢rea de una ciudad privada eel sueio de los racionalistas| Ievado ala urbanizacin; un plano de racionalidad aplicada: lanaturaleza y la comunidad eon eorsé Gada condominio privado horizontal o vertical es una sin gularidad homologable en los sistemas de fuerzas transverse Tes que lo constitaye, Una especie de rizoma circala por estos ‘sgrupamientos diseminados por diferentes éreas rurales 0 lurbanas. Las torres exclusivas y loe countries se ssemajan ‘desde ss condicida de enciero habitacional. Son ambientados| por paisajistas y se vive bajo control armado, Bl fantasma ‘gue cobrevuela todas egas escenas en las que se exalta un Particularsimo veo del tiempo libre asociad al consumo su tuario eel temor a un afuera peligrso, agzosiv, violento Pero nada inmunisa contra todo. Ademés, eabe preguntarse, {la construceiin deeantrolada de barrios eerrados no se ha ‘onvertida en un proceso de sogregacién urbana?, (la prolif favién de agencias de seguridad privada y el aumento nots ble de alarmas antirobo no hablan de una senstbilidad socil texacerbada?, clas reas no alimentan el sislamiento y la se mentacién?, dla multiplieacin de enclaves estontosamente privlegiados no ncita a la volencia?, gla ideologia del miedo oes otra forma de legtimar la desigualdad econsmiea?, no fs preocupante una sociedad que se esmera mis porconsiruir ‘muros divisorios que puentes Vinvlantea? 2, Los countries y las villas comparten diagrama En toda comunidad, la produeién de identiicacién reafirma no sin confictor~ las rlaciones de pertenencia grapal. La identidad del encierro se construye desde précticese imagins- ros colectves campartides con familiares y vecnos, en la que se limita al maximo la relacién con el exterior, fuente inate ble de deseonfianza. El esquema se cumple en la torre, el el Darrio privado, el asantamiento preeario la villa miseria, Las eonvivencias urbanas eerradas produoen sabreco Aificacionos endéganas. Estas comunidades habitacionales esarzllan diagramas de fooreaa similares, independiente ‘mente de las condiciones materiales en las que se inscriben Bl diagrama es el mapa simblico que subyace en certas pricticas sociales. Dicho de otra manera, es similar a una superposiciin de mapas que dibujaran las actitudes con el entomo de sujetos sujetados a praeticas de encierro, Si esos esquemas ¢etrezaran en papel trashicidoy fusran eolocados ‘unos encima de otros, se dlimitarfa una superficie borroea aunque coineidente. HI diagrama os abstracto pero produce tefeetos, opera sobre los modos de ser y sobre las relaciones Cada comunidad se regula desde cartografias que se efect- vizan en acciones, gosto, diseurees. Es una maquina muda Y clega; no obstanto, hace ver y hablar. Sostiene fos modos de existenciay os diseursos de quienes comparten un espa: cio comun. El disgrama opera como soporte inmanente de Tos acontocimiontoa, sogin lo ha descripto Deleuze en “Del archivo al diagram’ Tnmanente e9 lo real, lo que somes, nuestras relaciones, Sor es inmanencia. Una linea plana sobre Ia qua se deslizan Jas palabras, las cosas y el sentido. Las relacionea y valera- ciones se disponen y cireulan por una especie de armonia pre- cstablecida rodeada de un horizonte de confitividad. El dia- ‘rama funciona eomo disparador dé eonductas que, en exte aso, ton caracteristieas de comunidades no integradas al resto de la sociedad, Pero hay algo que resulta sorprendente: {smo se explica que, siondo tantas la diferencias entre los tncicrres pederosoe y los desprotagides, ambos compartan putas funeionales? oxmioes 2 Bl aire de familia de los dispsitivosorginios del country y dela vila es como el parecdo entre un principe y un mendigo ‘mparentados, Se aremejan por pertenovor a grapos relative mente homogéneos que habitan lagares sislados de la sociedad abjerta. Estas comunidades manejan cédigos vecinales die rentos colo del reat de Ia pobiaeidn: potencian y promueven Ta deseonfianza del afvera, mantienen wna relacidn ambigua con a polcia que, as we, lng porebe como diferente, ‘Cuando surg la inatituetin poliial, en el siglo xv, tenia come funcién vgilar «lee menesteroses, sobre todo & ‘quienes merodesban por los puertos y otros lugares donde se fcopiaba mereaderta. El disciplinamiento social ensayabe sur primeros pinitos, La viglancia se relaciona con el ex men, por medio del eual se determina la “normalidad’ de los sujetos. Esto chequeo surge de comparar Ins conductas hhumanas con el modelo impuesto por el orden establecido por la burguesis, que engendes a la policia y se consolidé desde el temer a la peligrosidad del otro. Con anterioridad a la ereacién de las fuerzas policiales, la Justicia operabe sobre el pasado de los sospechosos, 8i habfan delinguido, se Jos penalizaba, no sin antes proceder a una indagacién de su pasado. Con la vigilanca, por el contrario, se trata del pre ente, Hay que constatar las actuaciones de los sujetos aqui y ahora en vistas ela seguridad del porvenr, otro tema fei the de la Modernidad. (Con el ingreso ala sociedad digital so redobla la apuesta [La indagacidn se superpone al examen. Pues no aélo se opera sobre los antecedentes de los sujetos indagando el pasado sino que se constata también a “normalidad” del presente, so Jos examina, Ta verse proyecta al futuro, prduciendo diag- nsticos en funcién dela informacién acumulada. Bsta meto Aologia, que se extiende globalmente, es expeciticamente ins- trumentada en los condominios para decidir, por ejemplo, la admisién de nuevos veeinos. Existe una manera de “ser veeino” intrinsosa de las comu- nidades corradas. Unos por eleecién (y posibiidad) viven en predios dorados, otros por necesidad (yeseasez) viven en jau- Jas de chapas. HI acceso prohibido an los enclaves de Tujo corre por cuenta do los guardias; en los agrupamientae mise ables, de su mala fara. Los que ganaron aseguran su cuan- tos plusvalia los que perdieron custodian sw azarosa super: vivensia, Amboscoinciden en el manejo de cédigos diferencias os de ls vgentes en las urbanizaciones abiertas, xisto un vocabulario country asi como un veeabulario villoo,ylot dos den cuenta de exclusionee. Los habitantes de las burbujas dovadaa segregan a sus vecinos de extramtros, [Loe nichos de Is pobreza también segregan, pero mientras la Aiseriminacign hacia arriba no le hace mella a quien disfruta del poder, In inversa perjadiea a quien la sufre, Los autoa. cuartalados viPaspiran a permanecer en sus residencis; los Villeros por el eontraro desearian huir de las suyas, aunque quienes han nacido on las villas ya ni ueftan eon esa posibi- lidad. La visin de futuro marca otra de las grandes diferen cias: horizontes suntuosos, empresariales yacolehonados| para unos; perspectivas modestas, prostibularias 0 earcela- as para los otro. ‘Las comisiones de admisién de los condominios rechazan a quienes no pertenecen a su nivel social, econémico, cultural y en algunos casos~ étnieo y religioso. Los pobladores de ichos seciales procervan su identidad com estandarte, Se portadores de identidad grupal reafirma la pertenencia sin dejar de abrigar rivelidades intermas. Nila abundancia nila pobreza garantizan armonia vesinal, El nivel adquisitivo no resguarda de la otredad. En ambas poblaciones se produce ‘miedo al euerpo del ot, la Tobia por os que no cemparten tersitoro incluso el resquemor por el vecino, En os enclaves de viviendas precarias se desconfia de quie- nes resultan sospechosos de vulnerar el espacio grado. ¥ ae teme, por sobre tos los tenors, a las fuerzas del orden que suelen entrar a sengre yfuegn y siempre terminan llevandose a alguien. Una de las pocas “exterioridades" eonfables, en determinadas circunstaneias, son los medios masives. En elextremo dela opulencia, a pesar de su cuidada segre _gacin, no ge est a salvo de convivir con personas que co tor fhan desagradables, tampoco de sar victima de iiitos. Los tulpables no nesesariamente vienen de afera. Los empren- dinientos exclusivos extn siendo cada vez mas vulnorados por propios y ajenos: erimenes, rabos, violacines, asaltos & ‘mano armada, vandalism. “Aquello que los suetos tienen en comin, el extrafamiento aque emana de los otros, los hace concentrarse entre presun- tos pares. No obstante, cualquiera puede perjudicar a cual duiera, La sniea alterastiva es inmunizarse por anticipado Resulta evidente que en los bariesprivados hay mas “vac nas” contra ciertos rieegos queen el reta dela sociedad. Pero Siempre lo que inmuniza es del orden del veneno: resguarda pero puede destruir, Loe sujetos de comunidades cerradas Ie fan a ser proplamente tales cuando se rodean por unos lim tes que los protegen y los aislan al mismo tiempo, Pues, como establece Roberto Esposito en mmunizas, os miombros de tuna comunidad ee distaneian del contacto peligrose que los fmenaza, aunque fe exponen al posible conficto con su vecino, al eantagio de a relsein. ‘Adem, lot residantes de countries y Jos de villas van perdiendo vinevlos con el afuera. Los nifos privilegiados pero encerrados slo ven pobres por television. Los niios paupérrimos guetizados hacen lo inverso por el mismo tmedio, La diferencia pasa por la ealidad de los telovisores, pero las imégenes coinciden. También eoinciden los gustos flimentarios. Los nites del encierzo, cuando salen de paseo came el resto dela poblacién infantil, evoran comida cha tarra, La cata feliz para los rieos, los residuos para los pobres; todos bajo el amparo de las parabdlicas anaranjadas. La empresa lier de la hamburguesa planea sobre la distin tas formas de habitar en el eapitalismo tardio. No silo se disemina por la sociedad abierta, también se instala en las ciudades privadas a la sombra de los countries, pero no ee Ja vo a le vera de las villas, 3. Lo que se muestra, lo que se esconde Un parrafo aparte merecen los eatdlogos de viviendas pee ricadas. Los de barrios humildes suelen estar impresos en fotocopias agrupadas en una especie de cuadernilo en blanco ¥¥ negro. Como referencia remiten a un teléfono celular. Los de viviendas top, en cambio, estan eneuadernados en cuero u otro material noble con paginas ricamente ilustradas, El volumen es similar a un catslogo artistco y remite a sitios eb. Arcos perfecto, piscina relucientas, plantas exéticas, yacuzzis,columnas, quinchos,fachadas color pastel. No oct tar con cortnas los lugares de estar es raago de distin ‘Aunque esta transparencia noes privaiva del country; tam- Didn los habitantes de las villas suelen dejar a la vista varios aspectos de sus vidas privadas, con In ealvedad de que en ‘unos es virtud lo que en loeotroeconstituye necesidad, En la villa so evelga la ropa en ovalquier parte, Suele fla mear en el frente de las viviendas, aunque hay que euidarla porque puede desaparecer. Por el contrario, los aspirantes a ‘compartir encierros fashion deben hacer constar en sus pla ns qué espacio invisible desde el exterior de la casa~ se des tinard a ese fin. Sia pesar de los recaudos alguien muestra su ropa secdndece al sl, es denunciado a la comisin diree- tiva, Control vecinal sobre lo mostrable ¥ lo ocultable, pero vulnerable alas grietas por donde ge filtran antagonismos y agresiones, xaos ” En os autoencieros se acunan prevenciones contra el resto de In poblacin. Los ricos temen ¥ descalifiean (810s "near tos"), los pobres oe sienten rechazados y también desealifican (a los “chetoe), De este modo, cada grupo por su lado cons truye una eaparazén comunitaria carasterstca del dispositivo do enciero, es En ellos es importante lo que se muestra y es important ‘que ee oculta, Exhibir eocenae familiares ideales a través de los biselados erstles de los ventanales e¢ de alguna manera Aiaeatar de una familia deal, at camo ecultar la ropa suc 0 recién lavada es pretender que nada espurio ocurre en ese ‘awa, Nimiedades como ess, sumadas a otras normatividades, tontribayen a fortalecer Ios, defender Kites y reafrmar ls cobocién grupal. Reglamentos y juntas de moral en el country, ‘digas no esertos y redes autodofensivas en la villa, Por motivos opuestos, los habitantes de uno y de otra cue len no declarar la pertenencia barrial. Resultaprevsile, abviamente, que los villeros escamoteen la declaraciin de ddomiciio ya que representaria un obstdeulo para wn posible trabajo, una admision escolar, un erédit, La sola meneion de su domiciiodespierta suspicaias. Con el avance del nealibe ralismo, el espacio de la villa ha sufvio tal degradacién que se lo identifi con violencia, droga, ilegalidad, prostitueién y Ta suma de todos los males urbanos. Pero los habitantes de ‘barrios privadas,

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