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Jovenes de vidas grises Psicoanalisis y Biopoliticas Ana Maria Fernandez NV Nueva Vision Consccion Ana Maria Fernandez Paicouosa conTENFORANEA JOVENES DE VIDAS GRISES: PSICOANALISIS Y BIOPOLITICAS Ediciones Nueva Visién Buenos Aires Fernandez, Ana Maria “Tovenes Ge vidas grises psicoandlsis y biopolicas - 1 ed. - Buonos Ares: Nueva Vision, 2013. {12 ps 19419 em, (Psicologia contemporanes) | 18BN. ovessosceetes 1. Educacion 2. Cienls sociales 3. Psicoandisis eadaiaa ISBN. 978-950-602.664-8 ‘Toda reproduceién total o parcial do esta obra por eualquiersistema-incluyendo el flacopia~ Roc que no haya sido expresamente autorizada por el editor constiteye una infraccién a Tos Alerechos del autor y sera reprimida con penas {de hasta seis aos de prsin article 62dels ey 11.728 y antonlo 172 del Cédigo Pena (© 2019 por Béiciones Nueva Visiin SAIC. Tucomén 9748, (1189) Buenos Ales, Repdblies Argentina. Queda hecho el depécito que arcs la ley 11-738, Impreso en la Argentina / Printed in Argentina INTRODUCCION Las reflexiones que dispararon la necesidad de escribir este libro se iniciaron en el smbito de mi trabajo elinico como psicoanalista. Desde hace unos aos comencé a registrar una modalidad de consulta que, si bien no inelufa a todos los y las jévenes que solicitaban trata- miento, se volvia cada vez mas frecuente. Al principio, me sorprendia, pero —por su frecuencia— no podia cireunseribirse 4 earacteristicas propias o exclusivas de algin/a consultante en particular. Se empezaba a configu- var una insistencia de la que seria necesario dar cuenta, ‘Me refiero a jovenes que, si bien consultan por diversos malestares o sufrimientos, suelen tener como primera res- puesta a cualquier pregunta «no sé», «nada», «todo bien», stodo tranquilo», desde una actitud tal que parecerian esperar que una les explicara qué les pasa. Por mi parte, si bien eabia la posibilidad de rehusar responder a este reque- rimiento, podfan producirse entonees silencios o vacios de variada y reciproca incomodidad. ‘Seguir una carrera profesional y no otra, establecer una opcidn sexual, continuar un embarazo 0 interrumpirlo, eam- iar de trabajo, easarse, podian ser euestiones que se dirimian ‘muy lejos de acciones como definir, decidir, optar, elegir. Pero tambien ir a un espectaculo u otro o pintar su euarto de alain color podfa poner a alguien en una dificil enerucijada, Mi disposicién se alteraba, Era necesario indagar. La excucha clinica permitié distinguir 1a insistoncia de tn modo de relat en el que lo mas imporcante parecia ser tivirenn lo dado, hacer foque se hace, responder cumplit ton las expectativas o demandas que imaginaban que ss Sos sigmtiativos —o los otros, en general tendeian fespecto de ellos 0 elias. Daba Ta smpresion de que este Imperativo de no salir de lo que todos hacen ~ diferente al decomp ins heron no dab or a repunta por equ prefierom nqué elms sque me gusta Ids, aun en. las cuestiones mis cotidianas. Al mismo Tiempo, sus vidas parecian deaplegarse en un presente inmediato —vividofrecuentemente como abrumador— que slejaba posibles proyeeciones de futuro ‘La mirada clint permitie observar que estas formas de respuesta solian scompanarse de cuerpos abatidos, Fasgos de apatia, aburrimento,sislamento relacional, Cumudo no fe tristeras, que daban algo asi como una Coloratara particular a Tos estlos de vida de estslas Jovenes, a quienes comencé a referirme camo jovenes de Hida prises Sin embargo, en el trabajo con grupos podia onstatarse que, cuando’ participaban en algun Juego Gramatieo de bastante aceign, sus cuerpos se ponian mas nergicos yu expresion, su mirsda, adguirian mayor vfvacidad. Bsto noes una distineién menor ya que alearia Tascuestiones a pensar del enterio de una entidad oesirac- tura psicopatoldgia en st. ral eamino pude registrar que a lo/lasjovenescolegas conquienes trabajo en los grupasde eines dela clinica elie Seamente denominados ssupervisiones»—, s ben encon- ftaban ese tipo de modalidad comunicacional, en principio holes lamaba tanto la atencion. (Se estariajugando ali tna euestidn generacional? ;Por sw similtad o cereania, tara habrian naturalizado estas cvestiones?,O habria yo stturelizado un esto existencial mia frecuente en perso- mas que fueron jovenes euarenta 0 cinewenta aon aris? Esta iltime postbildad me inquietaba, pero si efecava- mente estubamos ante cambios sgnifcalivos en las actitu- desde ley las jovenes frente a fa vida goo se estaban 6 senerando estas transformaciones? Estos existonciaros, Sada ves ada frecuentes en a consulta, s vlvian consis tentes como para pregentarse sl estarfamnos irentea nuevas ‘odalidades de subetivacion? Por otra parte, investigaciones realizadas desde la Uni- versidad de Buenan Ares con jovenes vlnertilzados de Sectores marginales pontan en visiblidad, modelidades existencales muy similares de apati, ebatimient, falta dsentido de futur; slo que ali en los equpos de trabale, now habia Barecido may obvio'en un principio que las Fazones de tales ahatimientos que daban lugar a fuertes destituciones subjetivas debian buscarse en le pobreza, a fait de oportuicndes, el dasemple, el quiebre Gea culeu "a del trabajo, que las polteasy economias neoiberales Fabian producido. Pero que estlosexistenciales similares se configuraran tmbign en jovenes con muy buenas escola. Fidades y tan diferentes posblidades laboraes abvio un Crim de cuestiones « indagar El registeo do una incmodidad en el cotiiano despli- gue del ofciopuode ser un excelente alindo cuando opera fomo disparndor para pensar. En ese convencimiontn, se ‘olvia necesari abr ia mayor eantidad de mtersogacio. hes ponbles de modo tal de hacer del toma un problema {Eas piginas de esta libro dan euenta de los dervotoros ds ¢etas interrogacones que fueron eonfigurando tl gozoeo desafo que siempre me ha proporcionado la experiencia de pensar. En este ensayo, a partir de un iv y venir problematizando algunas cuestiones doa clinica e ran Abriondo algunas sendas que se proponen establecer Felaciones entre las dimensiones subjetivas yeuestiones fociales de actualidad para plantearnos algunas recon dloraciones concaptualesy volver recursivamente el cath dano del oft, Desde las interrogaciones iniciales se fueron realizando uunas primeras puntuaciones. Puede pensarse que estas subjetivaciones —que en prineipio he denominado en plus- ‘onformidad— operan en tensign con modalidades existen- ciales que aecionan abusos y excesos de diverso orden: desde violencias, erueldades, trastornos alimentarios, adiccio- nes, hasta situaciones que pueden considerarse delictivas. ‘Me refiero a diferentes formas de deshordes de lo pulsional salido de cauce. Si bien ambas modalidades presentan ‘rasgos aparentemente tan opuestos tienen en comin parti- culares extranjerias de Ia experiencia de st, condicin de posibilidad para que la pregunta por ef deseo advenga. En la plusconformidad, la urgencia por responder a la deman- da imaginaria de los otros crea condiciones para la clausu- ra de la pregunta por el deseo. En las situaciones de pulsiones salidas de cauce, la urgencia de satisfaccion puede arrasarla. ‘Ahora bien, si en el cotidiano de la clinica nos encon- trabamos con que la experiencia de si parecfa no termi nar de constituirse, si el habito por la interrogacién sobre aspectos de la subjetividad se volvia cada vez mas in- frecuente —o sélo se desplegaba en la expresién de las emociones, particularmente miedos y angustias, siempre fen riesgo de desborde—, qué relacién podia establecerse centre estas particularidades y las alteraciones de las viven- cias de la temporalidad? Las alteraciones de la vivencia de Ia temporalidad pueden expresarse tanto en dificultades cen la apropiacion o resignificacién del propio pasado como en ‘obstéculos en las proyeeciones de futuro. {Cémo habia que rrevisar las modalidades de abordaje clinico de modo tal que el dispositive psicoanalitico mantuviera su hospitalidad? Sinos encontramos frente a modos especificos de subjetiva- ‘ion que abarcan sectores de tan disimiles condiciones de vida, podria pensarse que se estaria configurando una particular modalidad de estrategia biopolitiea de vulnera- bilizacisn de jovenes. Pero como lo igual no es idéntico ni lo idéntico es igual, seria necesario pensar edmo operan tales strategias configurando similitudes —pero también dife- rrencias— en jévenes segtin clase social, pero también seguin género, opeidn sexual, etnia, ete. Desde ya, este libro no desarrolla todas esas particularidades; eso exigiria una bra de largo aliento. Pero s{ da indicios, en especial a través da diversos ejemplos, mayormente cinices, de las eficacias vulnerabilizantes de lao articulaciones de tales Sumlitudes y diferencias en un ample abana deexsten- tiarios juveniles ‘Sistas formas de subjetivacién que siempre estuvieron presentes en el trabajo clinico hoy abarean territoraliza Sones tania ms vanas, ou eustiones debi entonoes revisr el dispositivo peicoatalitico para sostener st hospi talidad? 7 : : ‘Alo largo de las paginas do este libro, esta pregunta recurte se despliegs en diversas dimensiones. A medida due la demora que ia eecritura requiere habilitaba penat miento, es decir, cuando la propia eliniea se. ponia en tlucidaeién, fue posible puntwalizar, en principio, cuatro dimensiones en las que ha sido necesario abrir inierroga ion Una primera cuestién a considerar es Ia necesidad de ampliar aquella euestiin fandacional del psicoanslisis que tiene como fuerte recaudo metodologico sostener la escucha del caso por caso. En la historia del psicoandlisis, en cualquiera desuseorrientes, esta eaucién de metodo ha sido fandamental no solo para sostener la eficacia de sus inter. ‘enciones cliniese, sino que le-ha permtido dstinguirse de Jas tendencias homogeneizantes de diagnsticos psiquid: tricos yo sindrémicos, hoy tan en boga con la universaliza- iin del DSMIV-—y peor ainen el DSMV_— que han llegado 4 medicalizar todos los dmbitos de la vids, Tambien se distingue de aquellas modalidades que suponen que pstoa- Dlizar es aplicor Ia teoria al caso. Ali se clausura la es- tucha. Todo lo que diga o calle un analizante cacré en la grilla dol que ya se sabe. Muy dstinto de una digposicin She procesa sus conoeimientos en acto, a a velocidad de la Situacidn elinien, de modo tal que las conceptualizaciones operen como plafond que sitie el siempre imprevisto y disruptivo advenir de las dimensiones inconscientes. S610 asies posible crear condiciones para que algo de lo ligado se Aesconecte, se delice y pueda agenciar nuevas conexiones ° Alo largo de Jos afos, en mi experiencia se consolid6 la necesidad de extender este rectudo de habits los diseRos de abordaje que, en faneién de esa escucha de la singulari- fad, se estimaran mas adecuados. Asi, habra que elucidar ‘eudndo, e6mo, por qué sera pertinente ofrecer un abordaje Clisico de divin o eara a cara, grupal, familiar o de pareja, ton recursos exclusivamente verbales o con la inclusién dé recursos psicodramaticns, et. Muchas veces, incluso, n0 el rmismo disefio todo el tiempo. En sintesis, sostener el caso por caso implica, a mi criterio, poner en accién también le singulartdad de los diseios de abordaje, Para ello ha sido necesario desnatura- Tiaar a generalizacién del diseno fundecionaly correrse de Ja idea tan extendida en algunos imaginarios profesionales que suponen que mantener este clasicismo seria garantia do rigurosidad psieoanalitica ‘La segunda cuestiGn también remite a una necesidad de ampliar eauciones de método. Se trata aqui de inclu en la tlucidacion del trabajo elinieo la indagacién de la implica- tion, El término implicacin no proviene del psicoanali- sis, sino que fue un aporte de René Lourau para el rea de trabajo que él inaugur6 —con variado desarrollo, parti- cularmente en Francia, Italia, México, Uruguay, Chile, ‘Argentina bajo el nombre de analisis institucional. Re- quiere que el equipo de interveneién analice qué implicacio- ‘nes no deliberadias pueden actuar en relacién con la institu in o empresa contratante, se configuren éstas como com- Plicidades o como resistencias, desagrados u hostilidades. Me parecié til su agenciamiento para nuestro trabajo clinieo, ya que no todo lo que se mueve en las interacciones 4e un’ andlisis puede circunseribirse a los movimientos transferenciales Si bien esta dimension puede referirse a cualquier ansli- sis, su necesidad se volvié mas perentoria en el trabajo clinica de aquellos consultantes como los jévenes grises, ‘euyas dificultades para configurar un posible analisis como campo de experiencias pueden exigir modos de interven- dn mae actives de parte de quien se posiciona en el lugar 10 del analista, También en los abordajes de las diversidades sexuales, en los que uno de los imprescindibles requisites para no posicionarse desde criterios heteronormativos serd trabajar euidadosamente la indagacién de la propia impli- cacién, O también en analizantes vulnerabilizados por haber transitado diferentes formas de erueldades y abusos; ‘se hacen allf necesarias espeeifieas invenciones en la hospi- talidad del dispositivo. O en cualquier situaeién en la que las elecciones de vida contrastan fuertemente ose asemejan demasiado con las propias. No aleanza con el eriterio de neu- tralidad, que, como bien advertia Lacan, nunca deja de constitu una zone ambigua o ineierta dela posieién del analista, Hablo de indagacién —y no anélisis— de la implicacién para mantener y reservar el término andlisis a las opera- ciones especificas del acto elinico. A su vez, pienso que la indagacion de la implicacién puede realizarse con mayor eficacia en instancias colectivas de elucidacion del trabajo clinics. {Por qué? Porque los espacios grupales de trabajo, con una adecuada coordinacién, suelen operar con mas facilidad como méquinas de visibilizacion de situaciones en Jas que uno/a es hablado/a o actuado/a desde los universos de sentido de los imaginarios sociales que circulan en la latencia, es decir que laten-ahi-todo-el tiempo. ‘La tercera cuestidn a poner en consideracién se aleja un poco de la clinica misma para volver recursivamente a ella, ‘Me refiero ala necesidad de abrir reflexion a las condiciones sociohistéricas que estarian operando en estas insistencias clinicas, Ahora bien, si vamos a pensar las complejas rela. ciones sociales-subjetivas, es necesario establecer rapida- ‘mente sus propios recaudos de método. No sélo se trata de sostener la produecién de pensamiento sin psicologizar lo social ni sociologizar lo psiquico, sino de no suponer que la psyche recibe «influencias» del socius. Se mantendria asi un binarismo que habitualmente ha conducido a impases de pensamiento. ‘Al mismo tiempo, cuando a lo largo de este ensayo se ponen @ trabajar las nociones foucaultianas de modo de u subjetivacién y estrategias biopoliticas, estos aportes se sostienen desde un eriterio que insiste: nada de lo social es ‘hamogéneo, Con esta expresién he querido subrayar que los dispositivos que operan eficazmente en la vulnerabiliza- cidn de j6venes actuan desde distintos focos del tejido social asemejando y diferenciando sus operatorias segin se trate de varones omujeres, seguin pertenezcan a sectores medios- altos 0 pobres o marginales, rurales o urbanos, blancos descendientes de europeos 0 de ascendencias afro o de pueblos originarios, heterosexuales o inscriptos en las Ila- madas diversidades soxuales, etc Por otra parte, si de estrategias biopoliticas se trata, el abordaje conceptual que se realice necesitaré poner en consideracién no s6lo aquello que fragiliza, vulnerabiliza, a través de distintas formas de sujecién 0 dominio, sino que también habré de distinguir e6mo un sector social —en este caso, las diversas formas de existenciarios juveniles— in- venta sus resistencias, Nunca de igual modo en cada quien, abarque experiencias colectivas 0 personales, sean éstas sintomatieas o creativas, se trata de ese resto que en algun punto recusa la produceién-reproduccién de desigualacio- nes y subalternidades. 'Si las estrategias biopoliticas actuales actian desde sus diversos dispositivos sobre los euerpos y la vida misma de las poblaciones, se abre allf una particular dificultad. 2Cémo pensar estas dimensiones desde herramientas psi- coanaliticas? {Cémo conceptualizar las corporalidades? Por otra parte, si la accién sobre los euerpos opera hoy un trénsito desde las disciplinas al control de los deseos, si el control es eontrol de los deseos pero va mds alld de orientar Jas ansias de consumo para focalizar en el control de las potencias deseantes, ¢qué reconceptualizaciones es necesa- tio realizar en la nocién psicoanalitica de deseo para no ‘ayeeinar el discurso psicoanalitico del deseo con el discurso del amo? Con estos interrogantes entramos en la cuarta cuestién que, segrin mi criterio, es necesario poner a consideracién fen el resguardo de la hospitalidad del dispositivo. Se ofre- cen algunas cuestiones que han abierto estas preguntas. A través de algunos ejemplos elinicos se despliegan algunas particularidades de las corporalidades siempre presentes en el espacio analitico, s6lo que los recursos psicodramati- cos han facilitado su visibilizacién. Se realizan también algunas relaciones con modos de operar de las corporalida- des en espacio publicos; son consideraciones producidas ten las investigaciones de los wltimos afios. Recién al poner fen eseritura estas relaciones advert{ los profusos vasos ‘comunicantes que nutrian en mi pensamiento simulténea- mente las investigaciones sociales y la clinica. Clinica y critica, diria Deleuze. ‘Al mismo tiempo, querria advertir que las conceptualiza- ciones que aqui se presentan respeeto de la cuestin de las ‘orporalidades y la nocién de deseo, como las nuevas pregun- ‘tas que abren, constituyen primeros esbozos —balbuceos— de una problematica de aleances filosdficos y epistémicos mucho mas vastos que lo abordado en este texto, Para ello, Junto con la distincidn de la intensidad como lo espeeifico de las modalidades de accion de los cueroos, pone a trabajar la herramienta de la genealogizacién en estas primeras con- ceptualizaciones sobre la especificidad de las corporalida- des como en el concepto del deseo como carencia. ‘Se realiza, si, un primer movimiento desdisciplinar del territorio conceptual cldsico que posiciona los aportes del psicoandlisis como fundamentales —en tanto admitan su reconceptualizacion— en un eampo de problemas de la subjetividad. ‘Volviendo a los j6venes de vidas grises, gris tal vez sea la coloratura de la extensiéa de un pliegue. Pliegues de plie- {gues que forman duros, a veces feroces, puntos grises, Es mi anhelo que estas paginas colaboren, aunque sea minima- mente, a acompanar aquellos senderos que tomen el dificil pero no imposible desafio de pintar multiplicidades de Intensos y variados coloridos existenciales que den lugar al Jubilo y arrinconen las tristezas. Last, but not least, quiero agradecer el interés y las sugerencias que aportaron Sandra Borakievich, Candela 13 Cabrera, Cecilia Calloway, Laura Gobet, Amalia Gonzslez y Luisina Giusto desde sus lecturas de los borradores de ‘este texto, ut I, ABATIMIENTOS EXISTENCIALES EN JOVENES: UNAS VIDAS GRISES? Para comenzar, querria referirme a ciertas modalidades existenciales, cada vez mas frecuentes en la consulta, de las que podria decirse que parecen «idas grises». Se trata de personas jovenes que se presentan con frecuencia expresan- do distintas modalidades o estados de abatimiento, pero que resulta de suma importancia distinguirlos de las de- presiones. Muchas veces ya llegan medicados/as con anti- depresivos, o bien dicen estar deprimidosias, y el tono vital puede ser tan bajo que podria suponerse que estamos frente a.una depresién. Haciendo una répida generalizacién, suelen presentar poca vitalidad, ausencia de proyectos personales que los/as entusiasmen, y parecen transcurrir sus vidas sin grandes convieciones. Expresan aburrimiento, poca seguridad en sus decisiones. Todo les parece mucho esfuerzo. Dicen estar frecuentemente cansados/as. Parecen ser vidas que trans- curren sin demasiadas dificultades, pero no hay relatos de felicidad. Da la impresion de que hubieran olvidado el juego, la picardia, la diversién, la seduecidn. Al menos, no ‘son recursos que implementen con naturalidad. Presentan poca disposicién a integrarse o interactuar con otros y tratan de evitar las confrontaciones. Dicen tener muchos amigos/as, pero evidencian poca practica de vida social. Pozen buenas escolaridades. Resultan eficientes en ‘sus trabajos y pueden contar con buenos puestos laborales. 15 Ep tal sentido, pueden no presentardifcultades econdmic cas, pero no saben ubicar que les gusta Expresan pocos anbelos, pcos prayects o falta de lls. No encuentran nada que les entusiasme, Pareceria que no supieran como entretenerseen elocio, Salen pocoy trabajan 6 vestudian mucho. En algunos casos, pueden’ poner de ‘manifieso ceria falta de sentida de cus vidas Pueden mostrar apego y ari a us parejas cuando las tienen, pero no sabrian detr si estan enamorados o enamo radas. En las consultas de parejas heterosexuale, expre- san poco interés sexual oencuentros erdicas may espciaos. Sin embargo, generalmente esto no constituye el motivo de consulta. Si son progenitoresas en perfodo de erianaa, oncurren todos lados eon sus hijosas, aun a actividades Rocturnas, espectéculos, conferentias, te Les abrama sobremanera no encontrar aprobaciones de sus padres o ss pares para sus conductas, aun las més Intrascendentes. A su veo, odo bien», no ab todo tran 4uilo», suclen ser sus respuestas més frecuentes. ‘Segiin los relatos que traen de sa vida cotidiana tantoen lo laboral eomo en lo sentimental, en lo familiar, en la relacidn con ls amigovas, ete, pareceria que no tavieran el hdbto de expresar aus opiniones, Nosiempre queda claro si eligen estratégicamente no decir lo que piensan o si no saben qué pensar. Sus disidencias se ponen de manifesto tnestadosafectivos que expresan enla consulta comoendjos Yiresentimientos personales més que en diferencias de ériteriow opinign. ‘Puede tracrdiagnésticos médioos de estrés, agotamien- to, ansiedad, depresion, ote; ental sentido, pueden llegar @ Tn'eongulta por alguna derivacion medica, peroenla mayo. rae os esos, ef motivo de consulta puede no ser nada de To hasta agut sefalado, Suelen concurris cuando alguna situacién exiatoncial lonas sobrepasa: fllecimiento de un Sor querido, divoreioso problemas de pareja, répido cree miento laboral eon responsubilidades que tetnen no poder umplir, dificultades ena erianza de los hijos, limitaciones para resolver evestiones practicas de la vida doméstia, 16 Cuando se les progunt si estan deprimidowasotristes, suslen sorprenderse or esta distinlon Dela mpresion de uehuberanhecosinonnos ier daproin Age nporiante qquin recbe laconsultano pense atte sn aldo nativalvando esta sinonimia. Tampoco se debe Geceuiar la posblidad de una depresin. Moy’ por contrann, aristeraodeprosion? ser uno de los ees de su propia intrrogaion qu desde oe primeres impos desu es Zochatondré ue poder dstinguir Povo convengemes que, sible in mayor de ls depresionessuelen coear triste. fo, no todas las tristoas fornan pare de ua depresidn Ee importante estar advertidolas, ya que la medializa Sion de la tristeza pucde formar, parts de lat mtples tstratogias de las onopediae sociales que low dapoitivos Biopoiees medheepstelgics seen implementa" Por ote pure: on estos elacion con fo anerior 8 drone ne oidar gue oque ceractorizalas paricularizacior hes Sinicas que se polran habiitar desde una eseucha Poicoaalities es que habrén Ge conigurase en fanion de [is operatoiasespetfias de los pesconamientosfantac- rites mas que en funeion de agropamientossintomat- “intes de avanzar, corresponde hacer una distinc. Liem la atoncin que gran parte de estas modalidades bxistencilesparocon sor mas recuenes en jovens tanto “hovorosexualesy como shomosexuales» de stb sexos que orgeninan su vida morons on relacones con agin etl de cokgugeldad o convivencia Por el momento, no soemos Sneontarias tan # menudo en jovenes que se vineulan Sentimental oerotamentecon personas de soit sexo? Ferner AM, sbatinicis eel slg vie sno era he Dope Ber sre cne Seen apes rs eT ie ede an fs ne Seer a bus Ace 201 "Eran con iormigap binary sui ede ts a ne te raraspngde iui pte tural gmeererreonen, annem atc flrs quleotget ace. sername iad aie dicts Ud es omtomes ave ra ode distinto sexo euyos encuentros o vinculos se establecen desde estilos menos estructurados. No deja de estar presen- tela ilusién amorosa, pero, hasta que esto llegue, parecen més dispuestos/as a experiencias en las que dicen preferir no establecer vineulos de mayor compromiso. Retomando la cuestién, aunque sin detenernos demasiado, podria dar algunos ejemplos. En un dispasitivo psicoanal- ticoen situacion de grupo, donde habitualmente trabajo con abordajes psicodraméticos, en un grupo conformado por integrantes de diferentes generaciones, en un ejeeicioen el, que hacfan de animales en una selva, los/as maa jévenes mareaban territorio, componian sus animales muy estéti- camente, pero no interaetuaban. Quien sf lo hacia era una integranie de aproximadamente 50 afos, que buseaba inte- ractuar, jugar con otros, entre-los-otros. Intentaba movi- rientos de cooperacién, pelea, apareamiento. Era vista con extrafeza o molestia. «Demasiado intensa, deetan. Alli, a ‘modominimal, podria decirse que se estarfan poniendo en acto dos modalidades (;generacionales?) diferentes de configura: cig de lazo social y sus estilosespeciicos de afectacin. ‘En otro ejereicio psicodramatico —también en dispositi- vopsicoanalitico en situacién de grupo—,en el que cada uno debia pelear por ingresar a un eirculoy'los demds, ofrecer resistencia, una de las participantes, que se mostraba habitualmente més bien apageda, al terminar la dramati- zacién —donde habia peleado con mucha energie por st Jugar— presentaba una expresion de entusiasmo que hasta ‘entonces nole habiamos visto. Podria pensarse que se trata de la experiencia fisca del jibilo. Los cuerpos en contacto, en interaccién, jugando, peleando, tratando de ganar, vita- lizan y sencienden» a le participante habitualmenie un tanto apética, gris? ‘aminacién levers implicit alin tipo de dseriminacisn o fuera ogre Siva, Estas una inforonciayaqueloqueuelenexpresar eo, simplemen feNose nomeguate que mediganast» Estascitnd contracta-—aungue thn eexiste— con la posiién de aquellos que han hecho desalidas del sligety de las nominaclones gay 0 lesbiana ina afirmacion identitaris, 8 Enna sesién de trabajo psicodramético en una maestria en la UBA, un alumno del interior relata el aislamiento que sufria en la institueion. Propone una eseena en el hal de la | facultad, donde todos pasan sin mirarlo. Cuando llega la ronda de comentarios, otros partieipantes le senalan: «ln tentabamos mirarte, pero vos pasabas como mirando la pantalla de la computadoray. interesante situacién, cuyo ‘argumento implicito podria ser: «Como nadie me va a Iirar, mejor no miro a nadie» o«me parece que nadie me mi 1a, pero no tengo registro de que yo no miro a nadie». En este e280, con respecto al participante, de lo mucho que pone de ‘manifiesto una dramatizacién s6lo se puntué este detalle. | Dado que era una actividad pedagégica, y no eliniea, no correspondi ir més alla. Sin embargo, esta minima distin- _ cidn provoes en él y otros participantes muchas conexiones "eon situaciones propias. Se expresaban dando lugar a di- __versas tonalidades emocionales, y Ia mayoria expresaba la necesidad de hablar de sus aislamientos. Puntuareldetalle disparé una suerte de actividad colectiva que permite __pensar—a posteriori—que operé como intervencion, Desde "ya, por aftadidura y no deliberadamente. Como los ejemplos elegidos pueden dar cuenta, no se "trata de inaugurar nuevas entidades clinicas. Sin embargo, __ Tas caracteristicas subjetivas sobre las que se trataré de "pensar en este texto sf conllevan partieulares estilos de __ sufrimiento o malestar. Por tal motivo he preferido hablar __ de modalidades existenciales,estilos de vida, que pueden -configurarse y cursar en cualquiera de ellas. Su frecuencia fen la consulta me ha llevado a pensar qué problematicas _estarian allflatiendo y emo abordar estas cuestiones desde una escucha y una disposicién que se posiciona psico- -analitica. | _A partir de estos ejemplos podrian realizarse algunas "_inforencias. Desde ya, provisoriasinferencias. Tal vez este- “mos en presencia de un modo de subjetivacién de estos “tiempos, donde estas vidas grises se despliegan sin tener sin haber tenido que enfrentar demasiadas adversidades, Tnateriales, donde lo valorado es la vida en armonia, la 19 ausencia de conflicto 0 de confrontacion. A la pregunta “YCmo ests suolencontestar: «Todo bien fod tranguilor Puede decirce que, en general, han sido hijos/ascvidados/ as, sin marcadas carencias materiales ni afeetives, que parecerian no haber snecesitador rebeldias adolescentes pero que pueden quedar rapidamente sobrepasados/as awn Por las poquefas contingencias cotidianas dela vida. Como Slestuvieran preparados/as para responder dentzo de lo que se espera de elioslas, perono para enfrentar obstéculos Si-muchos menos, la dura «lucha por la vid Se trataria de modalidades existonciales que estarfan desplgando un po prtclar de exile de fo ex encia que estila hacerlo que se espera, vivir en lo que es, bivir con lo dado (que puede no ser poco, econémica y | uitaralmente hablando), Como si hubiera una auseneia delanheloo valoracion de constrair las propias experien- tias, ode transformar 9 innovar en las propias condicio. hes’ de existencia, «Nunca me hice la rata», dice tn analizante sin nostalgia ni orgullo. Nunca se le ocurré, Bolo queee Recuerdo una joven treintafiera que expresaba sus dudas respecto de tener hijos argumentando que estaba ‘uy en desacuerdo en eémo sua #migas y amigos criaban {ous hijos. Senalaba que llevaban aos nihos/as a todos Jados, gue no resguardaban espacios exclusives de In pareja, como recordaba que s{ abian heeho sus padres y Sus teestivon wnigos, Coando le pregunts por gee po podria criar los suyos segin i eriterio,respondi6: "No ahora esas alia ‘in joven estudiante trafa con frecuencia a sus sesiones comentarios de autorreproche porque evitaba encontrarse con un amigo muy querido, Este amigo perteneia una familia que estaba atravesada por una historia bastante tragica. sCuando habla de sus dramas familiares, es 1m baton, odo muy denoo!» * Fouenult, M, Historia de fa sexualidad, tomo ut, México, Siglo wit tomo tt, Mexico, Siglo XX1, 2 En los tltimos aftos puede constatarse que, frecuente- ‘mente, futuras madres, con excelentes coberturas médias, ya en las primeras consultas al obstetra solieitan que el ‘parto se planifique por cesdrea, Expresan su desinterés por ‘pasar por una experiencia wdemasiado intensa»... Sin en- [rar en cualquier apresurada interpretacién-traduccién psicologista de miedo al parto (desde ya, inadecuada por no Estar situada en el easo por caso) 0 en interpretaciones socioligicas referidas a la salud como empresa, ett, interesa aqui foealizar qué sentidos colectivos se estarian expresando alli, qué sentidos estarian implicitos en los/as protagonis tas alrededor de la expresién tan recurrente de la «intensi- dad», la wdensidad». “Vala, entonces, una aclaracién, Cuando en la elucida~ cién de imaginarios sociales* se trabaja el plano de los argumentos, 10 interesa determinar si éstos son verdade- ros o falsos 0 si en ese momento son argumentaciones que tstarfan operando como racionalizaciones defensivas. Aqui Ta interrogacidn pasa por preguntarse por el cmo® y no por el por qué. ;Cémo es que, entre los multiples argumentos poribles, se elige este? De qué se estaré hablando cuando Ee dice wdemasiado intenso», wmuy denso»? Cuando un argumento sinsiste en distintos focos del tejido social» y en eireunstancias muy diversas, sus palabras hablan de algo nas que de situaciones personales. Habra que elucidar qué ‘Universo de significaciones imaginarias sociales’ ha toma- {do tal forma, es decir, ha configurado ese sentido y no otro, | eménder, A.M; Lopex, Ma Borakiovich, 8, y Ojm, B., «De los maginarios y précticas sociales a las lgicas coleetivas: 15's de ‘ivcutgacion do la Cetedea I de Tear y Téenica de Grupos, Facultad de Pocoluga, UBAs en XVIIL Anuario de Investigaciones. Buenos Aires, ‘Facultad de Paesogia, UBA, 2010 "Para un desarrollo metadoligic de la pregunta por el imo, var Fernandes, AM. Laslagleascoletsoe:Imaginarios, terposymultipl Glades. Buenos Aires, Biblos, 2007 Ferndndee, As By La mujer de la asin, Paton y contratos entre hombres mugeres, Byents Aires, Paidés, 1998 (2° rim, 2004), *Castariadi, La instituctn imaginaria de Ta sociedad, vo. t Barcelons, Tusquets, 1988 a Se ha podido distinguir que estos argumentos con fre- cuentes menciones a la intensidad, lo denso, presentan esta linea de signifieacién como una’ afeetacién considerada habitualmente como negativa. Pareceria que en estos ima- ginarios, juveniles se estuviera instituyendo un rechazo valorativo, pero también estético, frente a las experiencias © expresiones de intensidad que implicasen fuertes afecta- ciones emocionales, corporales, sentimentales, Lo valorado ‘agut, por eontraposicién, seria aquello que no pusiera de ma- nifiesto excesos: de alegria, de tristeza, de dolor fisico, de angustias, de situaciones tragicas, ete, Lo excesivo seria pereibido en principio como inadecuado, antiestético, peli- ftoso, siempre en riesgo de instalar adiccién. Lo que esté bien, aquello que hay que lograr, es que nada se salga de ‘eauce, tener todo bajo control, tranguilo. A la pregunta: «qCimo estas», suelen responder: «Todo bien, toda tranqui- lo». Aqui, tranquilo se significaria como lo opuesto a denso, intenso. Pero no deja de llamar la atencién que &e imagine que el indicador de un posible bienestar se configure nata- ralizando su relacién con tranquilidad. A su ver, pareceria que si estuviera ausente la idea de tomar desafios o el anbelo de hacer, eonstruir, experimen- tar las propias experiencias;* como’si no supieran a no se *Sabomae que a experiencia noes dads sino construida por el sueto ‘ysiempre se da en un tempo un espacio psiquico quel determina con “unectiloqueproponevnritmey genera un cima, Winnicottsohaccupad de estudiar esa zona transicional, que se construye “entre” el sujetoy el troy que es condiién de posibiidad dela experiencia, y ha subrayado 1 valor de la fusion como concepto entrado en ln erecicn de lo dado (Cuando ia temporalidad subjotiva es votontada lw experiencia se ena Jena el deseo decae, no hay creat posible de lo dad pero cuando la Tepresentaciondesplaza por completo [a experienc el sujeto ya no estd ality solo hay sobreadaptacon, imposiign de lo dado sin mas. (Cual «2 la respuesta gubjeiva ai la presion mmenta inmpidiendo aun la sobre adaptacion? Camus ha dado una inmejorable version literaria con Me Saul, el arguatipieo personaje des novela Bextraner sin ition, sin texpectatvas, sn valores y sin mas sentido que su apetencia neat, = Vives, A, sas patologias de la cris, violencia, adioionesytrastornos de depresisn-anciedade, on Encuentro de Salud Mental

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