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Detalle del cuadro Juawro ew Uavacina, de J. Berni, 1974, PERS 0005 05 is, a slide nests comparinos con get Que no con cemos Todos usamos ese espacio, muchas ve ces, de maneas muy ferent, Cd ino de no soos conc eespacio ave habuaimnt eo te, usa determinados circuitos urbanos y sabe due essen algunas normas que regula su so Esas nomas 0 regs a veces stn estas ova, en cambio, etn apoyadss en Ia cstum br, es dc ona pra socal tans de seeracin en generacion En las scdades actuals, los onpnismos pAblicos (es decir, los organismos del Estado) son ls encargaos de etablecere8 rea, y pra aue fanconen debenaeanza a todos por gual Por ejemplo, existen reglamentaciones para la construccién de viviendas y edificios con el pro- POsito de controlar el ordenamiento urbano. Si ‘observamos el uso de los espacios piblicos po- demos analzar de qué manera ls indviduos y los grupos sociales los utilizan, cémo se compor- tan y cémo se relacionan entre si. También pode- ‘mos analizar en qué medida las normas sociales tigen su 0 Soi. Persemos en un problema que fea la vida de muchos agetns: el én velar nls calles y en las rutas. En la Argentina, durante un ato mieten mis de nueve il personas por cau sa de accidentes viales, es decir, alrededor de treinta personas por dia, en promedio, Esta cifta elevada muestra que, como sociedad, afrontamos serios problemas, pues estas muertes podrian ser evitadas: no pueden ser atribuidas a ninguna ca- téstrofe provocada por la naturaleza ni a ninguna enfermedad incurable; por el contraio, son cau sadas por comportamientos sociales. Estos dece- 505 indican que no toda la gente que hace uso del espacio piblico respeta las normas que con- trolan el desplazamiento diario de personas y ve hiculos. También la cantidad de vehiculos, la alta velocidad que alcanzan los medios de transporte, el comportamiento de los peatones y el escaso control ejercido por los organismos oficiales son factores agravantes de esta situacién. El trénsito es un fenémeno social y en él po- demos detectar la presencia de una amplia varie dad de actores (individuos, grupos sociales e ins- tituciones piblicas), de relaciones y de comporta~ mmientos sociales que entran en conflicto y que re quieren alguna forma de regulacién. Esa comple- ja relacion entre el mundo de los pariculares y el mundo pablico (es decir, el de las normas e ins- tituciones que regulan la vida social) forma parte del entramado de relaciones entre la sociedad y el Estado contemporéneos. Sociedad y Estado, entonces, son dos palabras que casi siempre van juntas y que conforman un amplio escenario don- de llevamos a cabo nuestra propia experiencia o> tidiana individual y social. Escaneado con CamScanner Los grupos sociales y los conflictos En el mundo social converge todo lo que tiene qué ver con las actividades que la gente leva a ca bo para satisfacer sus necesidades cotiianas| Dife rentes grupos Sociales e individuos desarrolian mit tiples actividades y buscan defender sus intereses particulares. Los empresarios tratan de acrecentar sus ganancias y hacer nuevos negocios; los trabala ores persiguen mejorar sus condiciones dé vida; los j6venes intentan ganar nuevos espacios soci ‘es; las mujeres procuran abrise camino laboral frente a los hombres; las minorias reclaman el dere cho de no ser excluidas. Asi, la defensa que cada grupo hace de sus propios intereses suele generar conflctos con otros grupos sociales. Para todos estos grupos, la defensa de sus pro pios intereses esté vinculada al reconocimiento de sus derechos por parte del conjunto de la sociedad Para haceto, os individuos se asocian, es deci, se organizan en instituciones para canalzar sus: de mandas. Al momento de asocarse, cada individuo, de manera libre y voluntaria, hace un pacto con otras personas que tienen las mismas aspiraciones 0 deseos. Estas asociaciones realzan diferentes t os de acciones para hacer conocer sus demandas ¥, en muchas ocasiones, consiguen que la opinién Piiblica se ocupe de sus problemas; es decir, que los reclamos y necesidades del grupo sean discutidos y analizados por la sociedad. Para que los reclamos de estas asociaciones se convertan en derechos le- sitimos, para que la sociedad en su conjunto los re conozca como validos, es necesario que el Estado intervenga. Cuando los intereses de un grupo dejan de ser particulares y pasan a ser asuntos de la so: Cieded y del Estado, se transforman, asi en asuntos piblicos. 1 hecho de.que cada grupo socal deflenda sus intereses supone que en algin punto esa defensa se enfrenta con los intereses de otros grupos. Si pensamos en el ejemplo del trinsto vehicular, po: ‘remos verlo con més claridad. Los intereses de los propietarios de colectivos no son los mismos que 10s intereses de los usuarios, de los trabajadores a los que contratan o de los peatones, Lo mismo su cede con los demas actores que intervienen en el transito; este es un asunto pablico que ataie a la sociedad, pero intervienen en 6 muchos intereses diferentes: a las empresas constructoras de rutas, a las que fabrican automéviles, neumaticos 0 a las ue venden combustibles, y a ls trabajadores que Sociedade y os etedon ED) se desempefian en ellas, les conviene que se incre mente el transporte automotor paticula. Sin embar £8, esto provocatia serios problemas en el trnsito, agravaria la contaminacin de las ciudades incre ‘mentaria la probabilidad de accidentes/ Quienes po- seen autos partculares pretenden mas espacio pt: blico para circular y estacionar, pero a quienes no los tienen (més de dos tercios de los hogares argen tinos) les convene que se desarrolln los medios de transporte masivos, como los ferocariles 0 subterré- rneos que disminuyen los riesgos y la contaminacién, En la resolucin del conflcto entre las partes, el papel del Estado es decisivo: no solo debe estable cera reglamentaci6n del trdnsto, sino asegurar la supervisién y el cumplimiento de las normas por parte de los propietaris y conductores de automo- tores y de los peatones. Que cada uno de los grt pos se haga cargo de su responsabilidad u obliga Ci6n supone que la sociedad y el Estado reconozcan que hay un interés comin a to dos, superior a los intereses de ‘cada grupo: el interés pablico. ES decir, el reconocimiento de los de rechos de todos a circular y des- plazarse por la ciudad, sin afectar el desarrollo de la vida en comin, Es en esta idea donde descansa la convivencia social contemporanea ‘que se resume en una férmula simple: las obligaciones de la so: ciedad para con cada uno de sus miembros son la contrapartida del compromiso de cada uno de ellos para con la sociedad. Movilizaciones sindicales frente al Congreso de la Nacién, Escaneado con CamScanner Lujan de Cuyo, Mendoza. En primer plano, Cultivo de ajo. En segundo plano, e! cordon del Pata Las sociedad BIBI | espacio geografco de una sociedad BBE © el producto de su trabajo. A lo lar Bee 0 ce su historia construy6 en su te ritrio sus ciudades y sus caminos, sus campos de cultvo y sus industrias; sus canales de riego y sus villas miseria. Pero la construcién que la so cieded hace del espacio en que vive no se realiza Para asegurar su supervivencia y Su reproduccién, la sociedad aplica la energia hum ra sobre la naturaleza: la consume, la transforma, la aprovecha y también puede destruita Para producit, los seres humanos cueritan con sus manos y con su inteligencia, por medio de la cual amplian el poder de sus manos, Las.herra mientas y todas las tecnologtas creadas por las sociedades median entre la voluntad humana y el espacio en que actia, De este modo, la pala au: menta las posibilidades de cavar de las manos;un arado acelera el proceso de siembra, un camino acorta las distancias. La sociedad desarrola, asi, conocimientos tecnol6gicos y herramientas que le permiten producir mas y con menos esfuerzo, Al opérar de este modo sobre la naturaleza, el trabajo d sociedad produce el espacio geogra! fico, El espacio geogréfico es, entonces, un espa: cio social que fue creado sobre el natural y, de es ta manera, se espacio natural es transformado y pasa a ofrecer riuevas y diferentes, oportunidades, de produccién, de uso y de aprovechamiento, Los as y los espacios geograficos argentinos vivimos sobre un espacio que es el Producto del trabajo de las sociedades que nos precedieron, que ordenaron y modificaron la natu raleza segiin sus necesidades y usando las técn! ca con las que contaban. La sociedad argentina actual adapta el espacio a las exigencias del pre sente y, a la vez, se adapta a él Si bien cada uno de los argentinos trabaja, no lo hace aisladamente, sino que el trabajo es una actividad que se realiza en sociedad. ¥ toda la vi dda social esta regulada por rtormas y reglas, de las cuales las més importantes son fijadas por el Estado. El trabajo y la produccién también se ef ian en el marco de las normas que fijael Es: tado; de esta manera, el espacio producido por cada sociedad sera diferente segtin las priorida- des y los incentivos que ofrezca el propio Estado Y segiin sea el modo en que este intervenga en. la Vida social. De este modo, el Estado tlene und importancia fundamental en el uso y la produc cién del espacio, Pero para aprovechar las posibi lidades de la naturaleza, es preciso desarrollar tecnologias adecuadas y para disponer de esas tecnologias se requlere un capital, sin cuya inter: vencién es cada vez mas dificil producir en et mundo contempordneo. El trabajo, el capital y el Estado son, entonces, los principales protagonis tas de la producci6n social del espacio. Escaneado con CamScanner El trabajo produce La sociedad es la protagonista de este proce: 0 , Si bien intervienen otros factores, ellos no adquieren sentido sin el trabajo humano. Pero las formas de trabajo y, por lo tanto, las relaciones de las sociedades con la naturaleza fueron muy dif: rentes a lo largo de la historia. Si abservamos con atencién nuestro espacio social, podremos reco: nocer muchas veces las huellas de antiguas for 1as de trabajo y produccién del espacio. Antes de la conquista espafola, las diferentes comunidades indigenas produjeron de modos muy diferentes sus espacios geograficos. En Men: , Por ejemplo, organizaron un sistema de rie go artificial que luego fue aprovechado y amplia do por los espafioles; actualmente, también es un. amplio sistema de riego el que permite el desarro- Uo de la agricultura de los oasis. Los indigenas fueron los primeros trabajadores a los que recu: trieron los conquistadores, ya que los espafoles eran pocos. Las ciudades que fundaron —muchas de las cuales son capitales de provincias: construidas por el trabajo de los indigenas bajo la direccién de los primeros colonizadores, y en sus doi fueron plazas principales podemos reconacer sus huellas. ‘Ademas del trabajo forzado de los indios, los co: lonizadores apelaron a trabajadores africanos es: clavizados, Después de la independencia, las condiciones de trabajo forzado 0 esclavo fueron desaparecien do y comenzé a generalizarse el trabajo libre asa lariado. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el pais recibi6 el aporte de millones de trabajado res Inmigrantes, mientras que la inversion de ca pitales nacionales y extranjeros llevaba a una pro funda reorganizaci6n del espacio. Las vias ferro. Viarias de entonces —hoy en muchos casos sin uso 0 los grandes puertos son claros ejemplo: la produccién de nuevos espacios Después de la Primera Guerra Mundial y, so bre todo, después de la Segunda, la inmigracion europea se detuvo. En cambio, aument6 a inmi sgracién desde los palses limitrofes. Mientras tan to, la tecnificaci6n del campo empez6 a expulsar ‘mano de obra hacia las cludades y, a la ver, co ‘menz6 un proceso de desarrollo industrial y de fuerte expansion de las ciudades. Ello provocd in tensas migraciones internas hacia los centros donde se concentraban las oportunidades de tra bajo. Las areas industriales de las ciudades y los barrios obreros de los afios 40 y 50 son un fiel testimonio de los cambios en el espacio, En los Gltimos veinticinco afos, a sit fue cambiando drésticamente: el campo requiere cada vez mends mano de obra y la industria que se fue transformando por los cambios tecnolégi cos y ecanémicos, absorbe cada ver menos traba: jadores. El Estado, ademas, redujo su dimension y su intervenci6n en la economia, y expulsé a traba Jadores que antes empleaba, De esta manera, a desocupacién se convirtié en el mayor problema social contempordneo. Estos cambios econémicos también se manifiestan en el espacio: mientras que las empresas transnacionales y el capital f nanciero invierten en la construccién de bancos, centros comerciales 0 hipermercados, por ejem: plo, existe una contracara de fabricas cerradas, vi Viendas deterioradas, habitantes sin techo que vi ven en las calles y proliferacién de venta callejera. __Elespacio g jeogratico CED Las misiones ‘que organizaron Ios jesuitas son tun ejemplo cfaro dele organizacién de! espacio en la epoca colonial Por entonces, sirvieron para evangelizar 3 los, Indios y organizar la produccion ‘agropecuaria Hoy, sus restos ademas de su valor arqueolégico— aprovechados como centro de La inmigracién masiva de fines de! siglo pasado no encontré una infraestructura adecuada, Los conventiios eran antiguas casonas donde los trabajadores necesitados de vivienda alguilaban cuartos Escaneado con CamScanner Las técnicas, la sociedad y el espacio limitadas y la geografia planetaria, muy diferente Frigorificos para la Pampa El vacuno es un tipo de ganado introducido en Améri a por los espafoles. Como el caballo, encontr6 en a Pampa un medio adecuado para su subsistencia y reproduccién pastos en abundancia, clima templado y pocos enemigos naturales. Se incorpord al paisaje pampeano y se reprodujo de manera salvaje; por ello, hasta co- rmienzos del siglo XVIll, se cazaba el ganado vacu- Frigorifico a principios del Siglo Xx. no en las llamadas vaquerias, aunque también era ciiado de manera doméstica en las estancias. En esa época, dadas las condiciones técnicas existen- tes, solo se exportaban los cueros. La introduccién del saladero, a principios del siglo XIX, permitié conservar la came salada y exportarla como ali mento para las tripulaciones de navios y para los esclavos; al mismo tiempo, se comenzé6 a expor- tar sebo. La existencia de este mercado de expor- taci6n empujé la expansién de la ganaderia pam. peana; pero, para ello, se introdujeron mejoras en las técnicas productivas. Como en la Pampa no abundan los cursos de agua superfciales y el ga- nado necesita agua para beber, fue preciso apro- vechar las aguas subterréneas extrayéndolas de poz0s con un balde volcadot, primero, y con el molino de viento, después. Esas innovaciones hi cieron posible aprovechar las oportunidades co- mercial, destinando tleras alejadas de los rios y arroyos a la cria de ganado, Sin embargo, las posibilidades de vender esa carne al mercado europeo —el principal de la épo- ca eran muy limitadas. Una nueva mejora técni- ‘a permitié solucionar el problema: a partir de 1876, la incorporacién del buque frigorfico posi- bilit6 el envié de grandes cantidades de carne @ Europa. Pero como el pala dar europeo, principalmente el inglés, no aceptaba ta carne dura de los vacu- 19s ctlollos, hubo que Incorporar otra tecnologfa: el mestizaje de los anima: les, Asi, mientras que el frigorfico ps ‘mitié. conservar la carne, el mejora- Mercadito en la ciudad de Mendozi las posibilidades de produccién serfan miento de las razas bovinas hizo posible producir ‘came que pudiera venderse en el mercado inglés. El éxito fue de tal magnitud, que después se ins talaron frigorificos que reorganizaron el espacio pampeano, pues se destinaron las mejores tierras para la produccién ganadera. Del almacén al supermercado Hasta hace pocos afios, clertos productos se compraban casi todos los dias: la leche, la came, la fruta, la verdura, pues son productos perecede= 105, que pierden sus cualidades o se descompo- nen con rapidez. La incorporaci6n en las casas de ta heladera, primero, y del “freezer”, después, y de las g6ndolas reffigeradas en fos supermercados, dio lugar a una nueva distribucién del espacio. Los almacenes van siendo reemplazados por st permercados e hipermercados que, ademés de vender més barato (porque como tienen grandes capitales pueden adquirir mucha mercaderia a un costo més bajo), venden comestibles més durade- ros, enftiados 0 congelados. Los almacenes, pe- {quefios locales que se hallaban mas 0 menos ho- mogéneamente distribuidos en todas las cludades y en los que se hacia la compra diaria, son reem- plazados por locales mucho més grandes, que se allan en cruces de rutas © sobre avenidas, y que tienen grandes playas de estacionamiento, De e5- ta manera, no solo fue cambiando la organizaci6n del comercio 0 el uso del espacio; también se mo- dific6 el uso del tiempo y las pautas det consumo: la compra diaria, que antes era habitual y obliga- torla, se modificé y fue sustituida, para los secto- res sociales que pueden affontarta, por la compra semanal 0 mensual. ‘Asi como la instalacién de ftigorificas llevd a ‘modifcar el uso de la tierra y reorganizar el espa- cio pampeano, os supermercados estén cambian- do la organizacién det espacio de las ciudades. En ambos casos, la introduccién de nuevas tecno- oglas no es casual, sino que responde a las ‘oportunidades que brinda el mercado. En conse- cuencia, la disponibilidad de capital es uno de los requisitos para que estas modificaciones tecnolé- tgleas puedan producirse, Escaneado con CamScanner + Molinos y aerogeneradores Si la sociedad no hubiera desarrollado una tec nologia que aprovechara el viento para mover los barcos, probablement ‘América, pues con buques de remos no habrian po dido cruzar el Atlantico, Usado también para mover molinos de granos, el viento sirvié para valorizar otro recurso: el agua subterranea, que permitio ex tender la cria de ganado. El buque de vela y el mo lino son dos tecnologias sin las cuales no se po- dria aprovechar lo que la naturaleza ofrece. Los vientos pampeanos que mueven los mali nos de agua no son, sin embargo, ni suficientemen: te veloces ni suficientemente constantes para pro: du quefios aerocargadores, que se utilizaron desde la década de 1930 y alin se usan en zonas rurales, pe- fo que la red de electricidad o los grupos electré: genos van reemplazando. En la Patagonia, en cambio, donde los vientos del Oeste son casi permanentes y sus velocidades serfa otra la historia de energia eléctrica, salvo en el caso de los pe Tecnologias y nuevos usos del espacio ANAUSIS DE CASOS, * identifica las principales innovaciones tecnolégicas que se mencionan en las situaciones analizads. ,Cémo incide cada tuna en mociificar la utilizacién del espacio? ANAUSIS DE IMAGENES Vista aérea de la ciudad de Buenos Aires, en 1937. (eteipacte propraticn aleanzan los 30 0 35 kilémetros por hora, el recurso comienza a ser utilizado para producir energia eléctrica_me diante la incorporacién de aerogeneradores. Asi,” hay plantas pro ductoras en Rio Mayo (120 kW), Cutral-c6 (4oo kW), Rada Tilly (goo kW) y Pico Truncado (100 kW). En 1994 se inauguraron dos generadores sobre el cerro Are nal, a menos de 5 km de Comodoro Rivadavia, y el parque e6lico se completé a fines de 1997 con la incorporaci6n de ocho aerogeneradores de tec: nologia dinamarquesa, que funcionan con vientos de entre 12 y 100 km/h. Los 6500 kW que produ cen permiten abastecer de energia a 6000 fami lias y ahorran el equivalente a 5520 toneladas de etr6leo, Re Molino de viento. ‘Observé estas imagenes, Si no se hubiera inventado tecnologia para la circulacion vertical (el ascenson): © {Como seria la organizacién del espacio de nuestras ciudades? = {Como serian los eciificios? ‘© {Qué diferencias habria en la densidad de las aglomeraciones urbanas? Escaneado con CamScanner Vista de la ciudad de Buenos Aires, en 1990. Ingenio tucumano cerrado. El espacio social resiste La sociedad opera sobre la naturaleza: la modifica y la ordena segtin sus necesidades y posibilida des. Pero la sociedad cambia y el espacio producido queda. Nuevas necesidades y posibilidades se en. frentan a un espacio ya realizado que puede no responder a sus requerimientos. Entonces, la sociedad se adapta a ese espacio 0 lo modifica Tucuman y el azucar En Tucumén, para la explotacion de la cafta de azticar se aprovechan las condiciones ecol6gicas favorables vinculadas con la ubicaci6n del Acon- quija. La existencia de capitales permitié montar los ingenios, establecimientos industriales que procesaban la cafta y elaboraban el azdcar, y la instalacién de un ferrocartil comunic6 a Tucuman con las grandes ciudades. Asi, la produccién azu: carera tuvo un rapido y econémico acceso al mer- cado. Medidas proteccionistas tomadas por el Es tado dificultaban el ingreso de azticar del Brasil y de Cuba a precio mas barato, garantizando asi la venta de la produccién argentina en el propio mercado interno, Se organiz6 un area monopro ductora, es decir, dedicada a una sola producci6n. Miles de pequefias explotaciones agricolas de- dicadas al cultivo de la cafia eran verdaderos mi: nifundios, es decir, explotaciones de muy peque fias dimensiones cuya produccién no alcanzaba para mantener a la familia del productor. Junto a ellas, habla otras mucho mas grandes y todas abastecian a los ingenios. Para montar los inge- nios, fueron necesarios caminos, alambrados, ma- uinarias, miles de trabajadores golondrina que desde otras zonas llegaran a trabajar en la zafra y normas legales que rigieran la produccién y el comercio. En tomo a la produccién de azticar, se produjo un espacio socialmente organizado. Pero esta produccién avanz6 sobre tierras de bajos fendimientos, y como toda una sociedad depen: dia solo de la cafia, cualquier cambio en los mer ‘cados la afectaba radicalmente. Puesto que otras zonas del pats, y fuera de él, pueden producir a tun costo menor, el Estado intent6 reiteradamente ‘modificar esta situacién, obligando a reducir la ‘superficie sembrada, cerrando ingenios, alentan: do la instalacién de otras industrias, fomentando {a diversificaci6n agricola (hortalizas, citticos) y ‘otros aprovechamientos para la cafa (alcohol, conafta, melaza, papel). Pero modificar un espa- cio socialmente organizado es un proceso largo y costoso y, a menudo, doloroso para la sociedad. Un puerto para Buenos Aires Pese a que desde su funda cién, en 1580, la ciudad de Buenos Aires ejercié la funci6n de cen: tro portuario, no tuvo un puerto hasta que, en 1889, se construyé el denominado Puerto Made- ro. Sin embargo, el puerto pronto vio superada us posibilidades por el aumento del calado de los buques. A partir de 1914, fue preciso construir otro, el Puerto Nuevo. Las construcciones del Puerto Madero quedaron, sus diques dejaron de Usarse y sus instalaciones se fueron abandonan: do. En la década de 1980, su cercania al Rio de la Plata, su localizacién céntrica en la ciudad y la calidad arquitect6nica de sus deterioradas cons- trucciones influyeron para que capitales dispues- tos a invertir, un Estado ansioso de lograr inver- siones y sectores sociales que gozan de gran bie- estar, le dieran otra fisonomia: los viejos galpo- nes fueron transformados en viviendas, oficinas de lujo y restaurantes exclusivos. Los diques del Viejo puerto ya no se utilizan para la navegacién y la descarga de buques comerciales, sino para la prictica de deportes. De esta manera, el espacio ‘organizado se mantiene y se le atribuyen nuevas funciones, que, a su vez, dan lugar a la construc: cién de nuevos objetos geograficos. Puerto Madero a principios del siglo XX. Puerto Madero, en 1994. Escaneado con CamScanner Fabrica cerrada. El capital lidera: del Estado al mercado En la sociedad modema son pocos los casos en los que el capital no participa de la produccién; por lo tanto, interviene de muchas maneras en la corganizacién del espacio. Para desarrollar los pro- cesos de produccién econémica, reine en un mis- ‘mo espacio a los trabajadores que contrata y com: pra las tecnologias que estos emplean; de este modo, las decisiones que toma configuran un es: pacio y permiten su utilizaci6n. Las empresas son espacios organizados y dirigidos por el capital. A su ve2, el capital establece su propiedad sobre porciones del espacio y la propiedad privada con- diciona el uso que el resto de la sociedad puede hacer de ese espacio. La intervencién del capital se vuelve cada vez mas fuer- te, hasta el punto de influir sobre las decisiones del Esta do. Desde la formacién del Estado nacional, el capital in: tervino en la produccién del espacio, tanto en el sector agropecuatio y en la produc ci6n de alimentos, en el pe- fiodo anterior a 1930, como en la instalacién de tuna industria protegida, en los cuarenta afios si guientes. Las inversiones de capital —tanto de origen nacional como extranjero— se concentra- ron generalmente en las zonas que brindaban mayores oportunidades de obtener ganancias y, por ello, se volcaron mayoritariamente hacia la re- gi6n pampeana, Las decisiones empresariales in- idieron, por lo tanto, en la intensa concentraci6n de actividades, poblacion y riqueza que presenta el espacio argentino en una de sus regiones A paitir de los afos 70, la situacién intemnacio: ral acentué la incidencia det capital: el Estado se Fetir6 de sus actividades como empresario y dejé de proteger la produccién nacional frente a la competencia extranjera. A su ver, las empresas del Estado que oftecian posibilidades de rentabilidad fueron traspasadas a grupos empresarios priva dos, en muchos casos extranjeros, como ocurtié. en el caso de 10s teléfonos, el gas o la electric dad. Con tecnologias de produccién y gestion mas avanzadas, y con una decidida voluntad de am pliar sus ganancias, los empresarios privados re- dujeron la cantidad de obreros de sus plantas y modernizaron la produccién y los servicios. El Es tado dejé de regular el proceso productivo y cedié su liderazgo al mercado: los grandes grupos em- presarios, en mejores condiciones competitivas, eliminaron actividades que, aunque ineficientes, generaban puestos de trabajo, y compraron las empresas que por su dimensién no estaban en condiciones de competir. La introduccién de nue- vas tecnologias también produjo la disminucion de las fuentes de trabajo. En un mundo globaliza- do y unificado, el gran capital impone politicas a los Estados. A su vez, los organismos financieros internacionales fomentaron politicas que reducen el control de los Estados sobre las economias. Estas transformaciones econémicas y sociales se manifiestan en el espacio. Extensas reas in- dustriales entran en decadencia y se convierten en zonas sin actividad econémica dindmica. Mientras ue el Estado redujo su actividad de financiamien: to para la construccién de viviendas populares de bajo precio, que en su momento permitieron el surgimiento de extensos barrios, los bancos y las empresas constructoras. privadas impulsan_ la construccién de viviendas lujosas, “countries” y barrios privados. También cambi6 el sistema de transportes: ‘mientras que gran parte del volumen del trans- porte ferroviario de pasajeros se reduio, el impul- 50 de la industria automotriz y la importacién de ‘automéviles de mediana y alta calidad fueron acompaiiados por la ampliacién de la red de au: topistas urbanas y de rutas, a cargo de empresas privadas. Crecimiento de la red de autopistas. “Avenida Lugones, en la ciudad de Buenos Aires. Escaneado con CamScanner El espacio geografico @ZD Analisis de imagenes Los protagonistas de la configuracion y la transformacién del espacio urbano En la organiza = = clon de un espacio urbane como el de Buenos Aires, inter- vinieron, a lo largo de su historia, dife- rentes_ protagoris. tas. Las decisiones que toma el Estado ¥ las normas que le- itima tienen mucha importancia, asi co- mo las decisiones que toman las em- presas acerca de donde instalarse y el aporte de los tre- bajacores. Plano de Buenos Aires trazado por Las normas fijades por el Estado espafiol para la Poh aie ree funcacin de es cudaoes ev Amence exblecon RESEDA RRA nee que, 2 pati de una plaza cental, debi oganizase ls traza urbana en forme de reticuia con cals per pendiculares. HH Comparé el plano inicial de Buenos Aires, raze do por Juan de Garay en el siglo XVI y la foto aérea el centro de la ciudad en la actualidad, mh | ae i telah

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