MEDINA –

Cuando hablamos de Canon, los conceptos que vienen a la mente son los de regla o precepto,
catálogo o lista, modelo de características perfectas. Y si nos concentramos solamente en el
campo literario, nos referimos a aquellas obras que, precisamente por ser consideradas
excelentes, se presentan como dignas de ser estudiadas y comentadas. “Canon” etimológicamente
procede del griego Kanon, vara o caña recta de madera, que por esta cualidad servía de regla para
los carpinteros, de ahí, su valor de medida que, con el tiempo, derivo figuradamente hacia su
significado de ley o norma de conducta, o sea, pasó a ser considerada norma ética.

Criterios de selección, para elaborar correctamente la lista, Wendell intenta hallarlo a través de las
funciones de los cánones, proveer de modelos, ideas e inspiración, transmitir una herencia
intelectual, crear marcos de referencia comunes, intercambiar factores (escritos suelen ser
decisivos en la formación de un canon), legitimar la teoría, ofrecer una perspectiva histórica, y
pluralizar (no limitándose a una tradición). No solo la selección es fundamental, si no que esta es
inútil si no se divulga, ya que uno de sus fines principales es el de servir de modelo a otros, y en
este sentido se vuelve pertinente la reflexión sobre la mediación de la institución.