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ARTE
ARTE POPULAR
ARTE
POPULAR
23 POPULAR
“Arte Popular”
Nota del Director
A esta revista , la comienzo con esta nota
acerca de la gran idea de hacer un
Revista independiente
campeonato de cueca, con idea del Lic.
Carlos Márquez.
de Folklore
Fueron dos días, en donde confluye una
importante corriente cultural de algunas Año : 3
provincias que tienen como objetivo,
mantener viva nuestras raíces. Número : 23
En esta edición tendremos también un
gran descubrimiento acerca de Lazaro Flury , culturaguemes2018@gmail.com
el cual encontré algunos articulos de él en la ARTE POPULAR
Cel: 3515399458
década del ‘50.
Como siempre digo, espero disfruten esta
revista. Face: Arte Guemes
Atte Daniel Romero
Indice
1- El Folklore de los ‘50.
2 - Las peñas y los amigos.
3 - Arbós - Narvaez
4- Los Hermanos Abalos.
5 - El Poncho.
6 - El Cuchi Leguizamón.
7 - Mi encuentro con la música del Cuchi.
8 - Margarita Palacios.
9 - La música del Folklore en la época
Una nueva propuesta federal de la de Perón.
10 - Reportaje a Oscar Valles.
11- Viajeros.
danza folklórica argentina...
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“Arte Popular”
El Folklore de los 50
Desde el punto de vista de la Son múltiples las formaciones que siguen
profundidad y de sus efectos perpetuando ese "estándar", piénsese en Los
prolongados, la renovación que se Nocheros por citar algunos de los más actuales
produjo en el folklore en la y populares.
segunda mitad de los años 1950 En el capítulo de su libro "Efecto Beethoven.
fue sumamente importante. Al Complejidad y valor en la música
punto de que puede decirse que en de tradición popular", el crítico Diego
esos años se cristaliza el género Fischerman escribió a propósito del "nuevo"
"folklore" tal como lo conocemos folklore
hoy en día. Este proceso estuvo "En la discusión sobre el
signado por una relativa
complegización respecto de la lugar en el que se fija la
música popular de raíz folclórica tradición se juega, ni más
que le precedió. Van a recibir una ni menos, el valor de
mejor acogida por parte del aquellos que buscan
público artistas renovadores como legitimarse precisamente
Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú
o Ariel Ramírez entre otros. Se en ella. Resulta ejemplar,
desarrollan nuevos tratamientos en ese sentido, la manera
para temas y géneros populares de en que un grupo de músicos
larga trayectoria como chacareras, y poetas ligados a las
zambas, cuecas, milongas,
chamamés, gatos, etc.
aristocracias provincianas
del tradicional e hispanista
Un indicio de los cambios que se noroeste argentino crearon,
estaban llevando a cabo es la a fines de la década de
inclusión del piano - el menos 1950 y a partir de algunas
"popular" de los instrumentos por
su complejidad constructiva y
formas supervivientes de
porte - como base instrumental, las músicas rurales,
sumado a los de por sí “populares” un nuevo género de gran
guitarras, charangos y bombos. sofisticación, al que llamaron
Pero también el “nuevo” folklore folklore. El camino fue
estuvo marcado por la irrupción de
muchísimos grupos vocales de diferente al de los folkloristas
cuatro, cinco o más integrantes. ingleses o norteamericanos,
Por citar sólo algunos entre los que trabajaron con materiales
más célebres, Los Chalchaleros, tradicionales. También el
Los Fronterizos, Los cantores de de los nuevos poetas y cantantes
QuillaHuasi, Los cantores de
Salavina, Los cuatro de Córdoba, como Bob Dylan, no
Los trovadores del norte y así ocultaban su modernidad.
podría continuarse la lista. El Estos músicos y poetas
grupo vocal folclórico se convirtió argentinos, en cambio
en aquel momento en un dieron a sus invenciones el
"estándar" que hasta hoy sigue
acompañando al desarrollo del lugar de una tradición ausente"
género musical de raíz folklórica.
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“Arte Popular”
La referencia a una "tradición ausente" da una cierta idea de que el "nuevo" folklore
habría surgido como un producto enteramente nuevo, una música sin pasado. En ese
caso, resulta difícil comprender por qué el público la habría adoptado tan rápidamente.
Para ubicar el surgimiento del "nuevo" folklore en relación a sus condiciones
productivas de generación es preciso ponerlo en relación con las músicas de raíz rural
que previamente a su emergencia circularon masivamente en el disco y la radio. Pero
también, para dar cuenta de sus condiciones productivas, es necesario poner en
relación este nuevo folklore "vocal" con el desarrollo del otro gran "género" popular, el
tango.
El tango, que antes cantó con entonación campera ahora adquiría temas y tonos
urbanos. En la radio y en el disco, los géneros de tradición campera habrían pasado a
un segundo plano durante los años '30. Hacia fines de esa década recorre el país y
llega a Buenos Aires el conjunto de danzas folclóricas de Andrés Chazarreta. Una
nueva oleada folclórica sacudió los medios de registro y difusión sonora a mediados
de los años '40. En lo que hace a la popularidad, el cantor Antonio Tormo fue el
exponente más sobresaliente de este movimiento.
Por la magnitud de la popularidad que Tormo alcanzó muchos han asociado con
demasiada facilidad las razones de su éxito al peronismo en ascenso. Una cosa es de
seguro cierta; Tormo fue un cantor de masas (es el primer cantante en superar el millón
de copias vendidas de un disco) en el momento en que las audiencias crecieron debido
a la democratización del acceso a bienes del entretenimiento: el cine, la radio, el disco.
En 1948 el disco, en ese momento de 78 rpm, que contenía su tema "Amémonos"
superó el millón de copias vendidas. Tormo emprendía numerosas giras por el interior
y países de Latinoamérica en donde sus discos también tenían buena recepción. En
1951 su canción "El rancho e' la Cambicha" (también en 78 rpm) supera
el éxito anterior en cifras de venta. En un libro de comienzos de los años 1970 Eduardo
Romano propuso que las músicas de Tormo podían observarse como un elemento de
integración de las masas de migrantes y obreros provenientes del interior al nuevo
escenario político y social generado por el peronismo:
“De modo que el cancionero criollo de Tormo facilita, a su manera y dentro de un radio
de acción preciso, la socialización de esos grupos migratorios que, al sentirse
nombrados e identificados por sus versos, le responden con un cariño y fidelidad
conmovedoras; aparte de integrarlos, de hecho al proyecto político vigente”
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Las Peñas y los Amigos
La música criolla a lo largo de los
años tuvo tiempos de gloria y de
soledades. En las décadas de los ‘50 y
‘60 había en Bs As excelentes peñas
en las que se presentaban artistas
fundamentales de nuestro folklore y
una gran cantidad de público se
reunía para escucharlos en
respetuoso silencio.
Estaba la peña “mi refugio” (al lado
de la Radio El Mundo), (Hoy Radio
Nacional). La dueña de esta peña era
una rumana que huía del nazismo. A
pesar de ser una persona obesa,
bailaba muy bien la zamba, como una
argentina más.
En esta Peña, actuaron importantes
músicos, entre varios vamos a
mencionar a: Los Quilla Huasi, Félix
Pérez Cardozo, Félix Dardo Palorma,
César Bo, y Arbós Narvaez entre
otros.
Allí bailaron también entre otros,
dos notables de la danza: Pedro
Gimenez y don Santiago Ayala (El
Chúcaro). Dúo Arbos - Narvaez
Biografía de algunos folkloristas
Guillermo Arbós
Guillermo Arbós nació en Buenos Aires el 3 de marzo de 1918 y falleció, también en
Buenos Aires, el 18 de agosto de 1989.
Fue cantor, guitarrista y autor y se inició cantando tangos por Radio Belgrano en
1936, con la orquesta típica de Elvino Vardaro. Pasó luego por las de Franciso Lomuto,
Héctor Stamponi y la Típica Galante.
Posteriormente se dedicó a la música folklórica, integrando el conjunto Llajta
Sumac (Tierra linda), junto a Remberto del Rosario Narváez, Esteban Tobías Velárdez,
Lorenzo Vergara, Angel Areco y Miguel Angel Trejo en piano.
Al disolverse este conjunto, aproximadamente en 1951/1952, Arbós y Narváez, a los
que se suma Atuto Mercau Soria en bombo, forman el trío Los Caballeros del Folklore,
desvinculándose luego este último, por lo que Los Caballeros del Folklore continúa
su actuación como dúo, hasta 1958.
Cabe señalar que simultáneamente en algunos casos, además de formar parte de los
conjuntos mencionados, tanto Arbós como Narváez integraron Los Troperos de
Pampa de Achala.
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“Arte Popular”
Otros conjuntos que contaron a Guillermo Arbós entre sus integrantes, fueron el Trío
Los Gauchos, con Narváez y Félix Blanco, el Trío Arbós, Velárdez y Julio César Navarro
y el Dúo Arbós-Navarro, con Juan Carlos Navarro como guitarrista.
Con estos distintos dúos, tríos y conjuntos, Guillermo Arbós desarolló gran
actividad radial, especialmente en la desaparecida LR4 Radio Splendid de Buenos
Aires.
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“Arte Popular”
Zamba “En Sombras Tú”
Letra: Arbós - Narvaez
Junto con esta zamba se van los sueños,
en el mudo lenguaje de los pañuelos,
mientras quedo en el aire diciendo adiós,)
Bis
el tierno aletear de tu corazón. )
Estribillo
Te vas, y entre mis manos renacen en zamba
ecos de ausencia, que dicen, tristes,
la voz de un cariño en flor,
como anochece sobre mi alma,
al morir la estrella que me iluminó,
angustia de quedar entre sombras,
con la desolación, que me dio tu amor.
I (Bis)
Yo sé que la distancia será tu nombre,
que la emoción de un rezo, sin esperanza,
por que si te recoges al recordar, )
nunca, nunca tú, podrás olvidar. ) Bis
Estribillo
Te vas, y entre mis manos renacen en zamba
ecos de ausencia, que dicen, tristes,
la voz de un cariño en flor,
como anochece sobre mi alma,
al morir la estrella que me iluminó,
angustia de quedar entre sombras,
con la desolación, que me dio tu amor.
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“Arte Popular”
“benditos sean, muchachos de mi tierra! Nunca alcanzaré a expresar del todo lo que
mi corazón recibió de esas guitarras, de ese decir, vibrante y entonado, de ese respeto
por la herencia lírica y único tesoro tesoro invalorable que jamás envilece a los pueblos
que lo aman ,lo cuidan y lo dan”.
También estaba la Peña “la Querencia”, por la cual pasaron muchos cantantes
cuyanos, siendo uno de los mas destacados Buenaventura Luna y “Los Manseros de
Tulum”.
BUENAVENTURA LUNA
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“Arte Popular”
Nació el 19 de enero de 1906 en Huaco, una pequeña población del departamento de
Jáchal, en la provincia de San Juan. Su verdadero nombre era EUSEBIO DE JESÚS
DOJORTI. Su padre, Ricardo Dojorti, fue el primer intendente de Jáchal, y un
permanente luchador para que el ferrocarril llegase a esa localidad del norte
sanjuanino.
Empezó a escribir muy joven adoptando el seudónimo de Buenaventura Luna, un
hombre que trabajaba en los campos que su familia tenía en Huaco y que pasaba largas
horas relatándole hechos de la vida del pueblo. Comenzó a militar en política en la
Unión Cívica Radical Bloquista, liderada por los hermanos Cantoni, una de las
expresiones políticas que impulsaban las conquistas sociales más avanzadas de la
época. Pero cuando Federico Cantoni reafirma su lazo con los conservadores para
combatir al irigoyenismo, Dojorti plantea que es necesaria una reorganización
partidaria. Como esto no ocurre, Eusebio se propone combatir al cantonismo desde el
periódico La Montaña. Debido a la posición crítica hacia el gobierno provincial,
Cantoni mandó cerrar el diario y encarcelar a Dojorti y sus principales editores en
mayo de 1932. Fueron enviados a la cárcel cordillerana de Tamberías (Calingasta), y allí
permanecieron engrillados, poco alimentados y mal abrigados durante 77 días. En
agosto de ese mismo año, lograron fugarse gracias a los oficios del soldado Rodolfo
Flores, quien había sido mozo de cuadra en la finca de su padre: luego de andar
perseguidos por los caminos de montaña lograron llegar a la finca del Yaguaraz, en
tierras mendocinas. Regresó a San Juan en 1933, y allí fundó la "Unión Regional
Intransigente", una federación de partidos regionales que buscaba potenciar el
federalismo y para el cual escribió un muy interesante Manifiesto inaugural. Cuando
fracasó su intento de alcanzar un escaño como diputado por la "Unión Regional
Intransigente", Dojorti abandonó la militancia política para dedicarse a la música y al
periodismo. Luego de que Juan D. Perón fuera elegido Presidente de la Nación en 1946,
se afilió al Partido Peronista.
Hacia 1935 había organizado un programa en radio Graffígna (hoy radio Colón) de San
Juan, llamado Zafarrancho vocal, donde difundía poesías y las interpretaciones del
dúo Tormo–Canale (Antonio Tormo y Diego Canales).
Compuso gran cantidad de canciones folklóricas y dirigió varios grupos musicales
folklóricos, entre ellos La Tropilla de Huachi Pampa, uno de los primeros en tener éxito
masivo, intergrado entre otros por Antonio Tormo y Diego Canales. A fines de la década
de 1930 condujo El fogón de los arrieros, en Radio El Mundo de Buenos Aires, el primer
programa radial de música folklórica de alcance nacional.
En 1949 concibió el proyecto de realizar una “antología bárbara” musical que
rescatara y difundiera “el canto perdido en las tradiciones argentinas”. Al reivindicar
"lo bárbaro", Luna se oponía a la dualidad "civilización o barbarie" que estableció
Domingo F. Sarmiento, aceptada como un principio básico de la cultura oficial
argentina, incluyendo en la noción de "barbarie" a la cultura folklórica, en su sentido de
"saber del pueblo", como la cultura gauchesca. Buenaventura Luna concretó su
proyecto en un programa de radio llamado El canto perdido, que fue transmitido en
1949 por Radio Belgrano, en interpretado por el grupo Los Manseros de Tulum, que
organizara para ello.
En 1955, sería prohibido por la dictadura militar autodenominada Revolución
Libertadora. A partir de entonces, una censura directa se impuso sobre las
grabaciones durante casi 4 años, además de prohibirse presentarse en shows.
Entre las canciones de su autoría se encuentra "Vallecito", "Este camino que va"
(con Atahualpa Yupanqui), "Zamba de las tolderías", y otros .
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“Arte Popular”
Estribillo
Yo di mi sangre a la tierra
como el gaucho en los fortines,
por eso mi zamba tiene
sonoridad de clarines.
Avanzada de distancias
de largo tiempo sufrido,
mi zamba viene avanzando
del toldo donde ha nacido.
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Los Hermanos Abalos
En 1947, los Hermanos Ábalos, que ya eran conocidos en Bs As, por los programas
de radio, abren en Esmeralda 1040 “Achalay Huasi” , uno de los lugares clásicos de
nuestra música y danzas criollas. También tenían su Academia de Música y de Danzas.
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Biografía
De cepa santiagueña, los hermanos Ábalos cultivaron por más de 60 años el folklore
musical y académico por todo el mundo. Hijos de un médico odontólogo, Napoleón
Ábalos (el primer profesional de esa especialidad matriculado en la provincia) y de una
dulce madre, doña Helvecia Balzaretti, quienes fueron los encargados de transmitir
todo ese rico bagaje patrimonial santiagueño, los cinco hermanos habían logrado una
conducta ejemplar para los estudios, que compartían con una afición a los
instrumentos musicales. Napoleón Benjamín, alias Machingo nació en la ciudad de La
Plata el 18 de mayo de 1913. Cuando tenía dos años de edad sus padres regresan a
Santiago del Estero. Estudió Odontología en la Universidad de Rosario; abandonó en
el último año de cursado para iniciarse en la carrera musical junto a sus hermanos.
Contrajo nupcias con Rosa Abramo, con quien tuvo dos hijas, Cristina y Helvecita.
Falleció el 31 de agosto de 2004. Adolfo Armando nació en la Capital Federal en 14 de
agosto de 1914. Se graduó de farmacéutico en Tucumán y luego siguió la carrera de
Bioquímico. De su primer matrimonio nacieron dos hijos, Adolfo y María Beatriz, que
se radicaron en Estados Unidos. De su segundo Casamiento con Nancy Gordillo,
llegaron al mundo Nancy, Marina, Amílcar Adolfo y Giselle. La música fue su
dedicación natural; fue el autor de numerosas canciones del grupo al tiempo que
ejecutaba magistralmente el piano (siguiendo la tradición materna). Además de
integrar el conjunto, tuvo una trascendente carrera como solista. Vivió en la ciudad de
Santiago del Estero hasta los 23 años y falleció en Mar del Plata el 12 de mayo de 2008.
Roberto Wilson llegó al mundo en Santiago del Estero el 20 de junio de 1919. Graduado
de Maestro Normal Nacional, se desempeñó en escuelas del interior provincial desde
donde recogió leyendas y mitos populares. Casado con Josefina Carot, con quien tuvo
dos hijos llamados Roberto José y Josefina Graciela. Murió el 20 de noviembre de
2011.
Víctor Manuel, popularmente conocido como Vitillo, nació en Santiago del Estero en
mayo de 1922. Cursó sus estudios de bachillerato en el Colegio Sarmiento. Contrajo
matrimonio con Nélida Miranda y con ella tuvo dos hijos, Graciela y Víctor. Dueño de la
magia del malambo norteño, era el percusionista del grupo.
Marcelo Raúl, alias Machaco, vio la luz por primera vez el 20 de mayo de 1923 en la
Madre de Ciudades. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Sarmiento. Siendo
aún un pequeño joven, actuó en las presentaciones artísticas junto a sus hermanos,
vistiéndose con trajes para disimular su minoría de edad, para ingresar a los bares
nocturnos donde debían realizar sus presentaciones. Tuvo una hija, bautizada como
Alejandra. Fue el guitarrista de la agrupación y una de las voces del conjunto. Dejó de
existir el 7 de abril de 2000.
La formación académica que recibieron Los Hermanos Ábalos les permitió orientar
sus capacidades intelectuales a su verdadera pasión: la música folklórica del norte
argentino y sus zonas de influencias. Así resultaron ser buenos ejecutantes y mejores
compositores, al tiempo que alternaban estas actividades con la difusión de la cultura
popular y la investigación histórico-etnográfica, profundizando los orígenes del
folklore argentino y de otros países, contribuyendo a esa cadena de investigaciones y
trabajos académicos tan en boga entre las décadas de 1930-1970. Herederos naturales
de la inmensa labor realizada por don Andrés Chazarreta y Julio Argentino Jerez,
fueron partícipes necesarios de una generación acentuadamente influenciada por la
expresión popular artística y la música como forma de vida, destinados a compartir y
hacer experiencia juntos. Vivieron su adolescencia y juventud en compañía de Enrique
Farías Gómez, María Contreras López y Manuel Gómez Carrillo, todos grandes
músicos y compositores consagrados tiempo después.
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Es una prenda tan cómoda, que la encontramos en gran parte del Mundo. Los
indígenas de América del Norte, la usaban de cuero sobado.
Centroamérica usó ponchos de algodón. El auge lo tuvo en las cercanías de los
andes meridionales , y fue una cuestión climática. La técnica que nos acompaña
desde hace 3500 años es la de “faz de Urdiembre”, denominada “punto de poncho,
pues se trata de un tejido cerrado y de gran abrigo.
Nuestras grandes llanuras conocieron muy tarde al poncho, pues los tehuelches
se abrigaron con capas de piel de guanaco, “los Quillangos”. El tejido avanzó muy
lentamente y su existencia parece limitarse, antes de la llegada europea, a la
cordillera y a regiones de su influencia cultural.
La arqueología demuestra su vinculación con las grandes culturas de las
actuales Perú y Bolivia. Gracias a la arqueología también, podemos encontrar
estas prendas en épocas precolombinas en Salta, Catamarca, Jujuy y San Juan.
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“Arte Popular”
En épocas de la Independia, los ponchos venían del interior, especialmente de
grandes industrias familiares. Veamos el siguiente gráfico que ilustra los géneros
en que se confeccionaban.
El Poncho de Angualasto
Conviene observar las semejanzas que se presentan entre los ponchos
arqueológicos de Angualasto con los que llegaron hasta nosotros. La momia de
Angualasto , provincia de San Juan, desecada naturalmente, componía un paquete
funerario en el cual los textiles conformaban vestidos y envoltorios a la vez.
De las tres piezas halladas, una negra, otra castaña y otra blanca, nos han llegado
sólo dos ponchos. Se encuentra en el museo etnográfico “Juan Ambrosetti” de la
Universidad de Bs as y Constituyen excepcionales antecedentes de nuestra prenda.
Los ponchos se ubican cronológicamente entre el 1100 d.c. y la llegada europea.
Ambos presentan algunas técnicas muy complejas que aún no se perdieron
totalmente.
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“Arte Popular”
La abertura de cuello del poncho castaño tiene refuerzos, como lo tuvieron luego
los ponchos criollos, que en este caso, tienen un diseño bordado que se repiten en
otras piezas del “ajuar funerario”.
El otro poncho de Angualasto es Blanco , está surcado a lo largo por cuatro bandas
rojas y tiene un efecto ornamental logrado por técnica de peinecilla marrón y blanca
en la banda del centro. Hasta hace medio siglo , este modelo de poncho fue muy usado
en el noroeste. la técnica de “peinecilla”, aún es usada por varios artesanos.
Los instrumentos usados para tejer ponchos, son los telares, husos y palas.
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En los años 1940, cuanto tenía algo más de 25 años, trenzó una amistad entrañable
con el poeta Manuel J. Castilla, el hijo del jefe de la estación de Cerrillos, a quien en una
de sus obras mayores le diría: "Padre, ya no hay nadie en la boletería". Al Cuchi,
muchas veces con letra de Castilla, le debe la música argentina y universal, zambas,
chacareras, carnavalitos, vidalas inolvidables en las que habitan el amor, la tragedia,
la miseria, el sarcasmo, la ternura. Era un enamorado de la baguala ("Toda gran zamba
encierra una baguala dormida: la baguala es un centro musical geopolítico de mi
obra") pero también de Johann Sebastian Bach, Gustav Mahler, Maurice Ravel, Igor
Stravinsky, Arnold Schönberg y sobre todo de Beethoven, al que definió con sabiduría
como "definitivo". Pero no se quedó ahí, también admiró a otro genio argentino,
Enrique "El Mono" Villegas, y a brasileños como Chico Buarque, Milton Nascimento,
Vinicius ("Las corrientes de música popular americana más importantes están en
Brasil") y el jazzista estadounidense Ellington. Capaz de organizar en Salta primero y
en Tucumán más tarde conciertos de campanarios (literalmente, pues el sonido lo
proveían los bronces de las iglesias), es cierto que Leguizamón saltó sobre el
pentagrama y pulsó cuerdas, digitó teclados, sopló en maderas, cobres y cuernos,
como se escribió alguna vez, a pura oreja. La prueba es que intentó también un
concierto de locomotoras, fascinado por "ese instrumento musical maravilloso que
tiene fácilmente dieciocho escapes de gas que son sonidos y un pito con el cual se
pueden hacer maravillas, por no contar su misma marcha". Al principio —hasta hizo
fundir una quena para agregarla a la máquina— los ferroviarios lo miraban como a un
bicho raro. Después se entusiasmaron. Los maquinistas lo saludaban con el saludo
sonoro de la locomotora, que además le enseñaron a plasmar.
En tiempos del presidente argentino Arturo Illia, Gustavo Leguizamón fue diputado
provincial extrapartidario y en tiempos del gobernador peronista de Salta Roberto
Romero, asesor cultural de la provincia. Fue entonces cuando embistió con mayor
fiereza contra una burocracia sorda que impedía importar pianos y protagonizó en la
Legislatura debates memorables para propender al descongelamiento cerebral.
Capaz de respetar a Churchill tanto cuanto despreciaba a Thatcher, Malvinas fue para
él una herida abierta pero no ciega, porque supo adjudicar responsabilidades cuando
se preguntó por qué fuimos y no peleamos. Impensable en Buenos Aires, Leguizamón
—que mascaba hojas de coca, y defendía la costumbre— fue parte del paisaje de Salta,
a la que amó profundamente, desde los olores de sus yuyos secos hasta el aire que
viene de la quebrada escondida por la cual Belgrano sorprendió a los españoles. Se
casó con Ema Palermo, teniendo cuatro hijos de ella: Juan Martín (1961), José María
(1963), Delfín Galo (1965) y Luis Gonzalo (1967).
Es autor de las zambas más famosas y que representan a la cultura musical de Salta; la
música popular; además de haber compuesto obras populares es un compositor que
ha contribuido con su talento y su expresión al acervo cultural salteño. Sus obras son
características por su armonía y ritmo por su riqueza melódica, su temática musical.
Escribió entre otras: "Zamba del Pañuelo", "Zamba del Mar", "Zamba del Panza Verde"
con Jaime Dávalos, "Chacarera del Expediente", "Carnavalito del Duende", "Zamba
Argamonte" con Manuel J. Castilla, "Zamba para la Viuda" con Miguel Ángel Pérez,
"Bajo el azote del Sol" con Nella Castro.
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“Arte Popular”
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EL PICAHUESO
Cueca
Bis (Le pregunté a un picahueso
(muy elegante y buen mozo,
Bis (Si el corazón de mujer
(es duro como un carozo.
Y el Picahueso me dijo:
esperese compañero,
Bis (Para podear contestar
(Tengo que picar primero.
(Aura)
II
Y el picahueso me dijo
que para poder llegar ,
Bis(no sólo hay que tener pico
(sino que hay que saber picar,
(Aura)
Que dichoso el pajarito
picador y solterito
Letra y Música:
ARRIETA CAMARA Y R. ARANCIBIA LABORDA
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LLORANDO
Vidala Chayera
ESTOY
Bis (Por esta calle a lo largo llorando estoy
(no hallo lo que yo busco mas bien me voy
ESTRIBILLO
Me voy, me voy y te dejo, llorando estoy,
no hallo lo que yo busco, mas bien me voy
II
ESTRIBILLO
III
ESTRIBILLO
Letra y Música:
LUIS E. BUSTOS.
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Margarita Palacios
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“Arte Popular”
Afiche de la pelicula
“Con Gusto a Rabia”
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“Arte Popular”
La muestra se inauguró el 6 de agosto, en presencia del interventor, doctor Miguel
Murdeglia, del presidente del Consejo de Administración de la Caja Nacional de Ahorro
Postal, señor Gay, de los secretarios de la Intervención, señores Soares, Laguzzi y de
Ugarriza Aráoz, altos funcionarios técnicos y administrativos de la Repartición, crecida
cantidad de educadores y las delegaciones de alumnos destacados por los distritos
escolares de la Capital. Al igual que en el acto inaugural, en la ceremonia de clausura,
que tuvo lugar el 27, el programa se integró con el canto del Himno Nacional, números
literarios y musicales y con un espectáculo de danzas nativas, al que se sumó una
exhibición de películas cinematográficas.
CRONICA ESCOLAR (página 91) – AÑO 1946 – Archivo de la Biblioteca Nacional de
Maestros
PROGRAMAS DE DESENVOLVIMIENTO
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“Arte Popular”
INCLUSION EN TEXTOS ESCOLARES DE LOS TEMAS DE HISTORIA NACIONAL,
COSTUMBRES, TRADICIONES Y CULTURA POPULAR
Los textos escolares incluían con especial énfasis los temas de nuestra historia, las
costumbres criollas y de las ciudades, el trabajo, la educación, el fortalecimiento de los
vínculos familiares y el conocimiento de nuestras riquezas, flora y fauna.
Podemos encontrar así el estudio de los símbolos y canciones patrias; la biografía y
hazaña de nuestros héroes; el elogio hacia el hábito del trabajo, el ahorro y el esfuerzo
solidario; la importancia del hogar y el cuidado de los bienes familiares y la ayuda entre
sus miembros; el estudio de la naturaleza y por fin la práctica de juegos, deportes y
recreaciones inducidas al crecimiento dentro del orden moral y principios éticos.
CREACION DE LA “COMISION DE FOLKLORE Y NATIVISMO”
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Repertorio
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“Arte Popular”
Josué Teófilo Wilkes fue autor de innumerables trabajos, entre los que podemos
mencionar “La música del Himno Nacional Argentino Nacional Argentino” (1943); “Formas
Musicales Rioplatenses: su origen hispánico” (1946), “La azulada bandera del Plata” y
otros, destacándose como adaptador de canciones folklóricas y estudios antropológicos
de la cultura rioplatense.
Ismael Moya nacido en Dolores, provincia de Buenos Aires, fue autor de “Didáctica del
Folklore” (1948), “Refranero: refranes, proverbios, adagios, frases proverbiales,
modismos refranescos, giros y otras formas paremiológicas tradicionales en la República
Argentina”; “El arte de los payadores”; sus tradicionales “Adivinanzas criollas”, entre
otras obras y ensayos. Organizó y dirigió el Museo “Casa de Rojas”, en Buenos Aires (el
edificio es réplica de la “Casa de Tucumán”).
Debemos recordar que desde 1943 el Consejo Nacional de Educación era un apéndice
del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. En 1949, merced a la reforma de la
Constitución que permitía un mayor número de ministerios, se creó el Ministerio de
Educación.
Del área como Secretaría y luego Ministerio durante los gobiernos del general Perón, se
desempeñaron como titulares Belisario Gache Pirán (1946-1948); Oscar Ivanissevich
(1948-1950); Armando Méndez San Martín (1952- junio 1955) y Francisco Marcos
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“Arte Popular”
PEPORTAJE DE LA REVISTA FOLKLORE DE 1965 A OSCAR VALLES
Las revistas antiguas de Folklore, reflejan
épocas muy especiales para nuestras
tradiciones. Las revistas de las décadas de
1960 y parte del 70, reflejan dos tipos de
difusión muy bien diferenciadas. En una con
lo que queda del “boom” de los ‘50, y en la
otra con el inicio de la dictadura del ‘76 con
la ya sabida censura de nuestras canciones,
intérpretes, poetas, etc.
Oscar Valles: Hilario Cuadros, Félix Pérez Cardozo, Miguel Angel Trejo,
Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú, Suma Paz, y Ariel Ramirez.
Oscar Valles: El apaluso del público me gusta, y me enfada que años atrás el
folklore era cosa “prohibida”.
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“Arte Popular”
LETRAS DE OSCAR VALLES
Si la luna se oculta tras un arado
si el grillo no canta mas
Será la noche de tu pasado
hecha silencio para soñar.
No tardes tanto
piensa en mañana
cuando la noche no vuelva mas
deja que muera entre tus brazos
niña romántica flor de azahar
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“Arte Popular”
LA COMPAÑERA
(Letra y Música Oscar Valles)
TANTAS COSAS NOS RECUERDAN EL PASADO
QUE ES IMPOSIBLE OLVIDAR LO QUE SE QUIERE
Y EN CADA LATIR EL CORAZON TE NOMBRA
Y POCO A POCO SIN TU AMOR SE MUERE
SERA TAN SOLO MI ESPERANZA Y HALITO DE LUZ
QUE ME DE VIDA
Y ESPERARE DEL CIELO ALGUNA GRACIA QUE DEJE EN MI
LA PAZ DE AQUEL QUE SE OLVIDA
ADORADA COMPANERA MIA
DIVINA MAGIA DEL ETERNO AMOR
Canto:
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“Arte Popular”
La Zamba Porteña
Letra y Música Oscar Valles
Soy una zamba porteña,
nacida entre las luces de la ciudad
y me acunaron las peñas y el aroma
de los pañuelos al bailar.
Llevo en mi sangre, la llama
del vino que derrama el amanecer,
en las guitarras templadas,
con la voz de las aves al atardecer.
El viento llevará mi voz
y el eco la repetirá
entre las piedras, en el polvaderal
y sobre la luz de la ciudad.
Con mis hermanas norteñas
a LA LOPEZ PEREYRA me abrazaré;
DEBAJO DE LA MORERA, CATAMARCA
y ZAMBA DE VARGAS cantaré.
Alma del Sur y del Norte,
de las sierras cuyanas y el Litoral,
llevas latiendo en el mismo corazón
la zamba que nunca morirá.
El viento llevará mi voz
y el eco la repetirá
entre las piedras, en el polvaderal
y sobre la luz de la ciudad.
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Testimonios de Viajeros
que “retrataron nuestras tier as”
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“Arte Popular”
Samuel Haigh
La calle que conduce a la plaza; en las afueras de la ciudad, de cerca de media milla
de largo, estaba apiñada de gente en calesas o a pie, y damas sentadas en las
ventanas o balcones, a ambos lados de la calle, daban al acceso aspecto muy
animado. Encontramos la plaza (área espaciosa rodeada por un anfiteatro) ya
repleta de concurrencia bien vestida de ambos sexos y de todas las clases, desde el
gobernador y esposa hasta el gaucho y su mujer.
John Beaumont
Gauchos es la denominación general con
que se designa a la gente del campo en Sud
América. Desde el rico estanciero, dueño de
infinidad de acres de tierra y de incontables
cabezas de ganado, hasta el pobre esclavo
obtenido por compra, son llamados gauchos
y se asemejan unos a otros por lo que
respecta a su vestimenta y costumbres.
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“Arte Popular”
Francis Bond Head
Cuando llegué a Buenos Aires las paredes de las casas eran tan
húmedas que entristecía entrar en ellas; y el azúcar, como todas las sales
delicuescentes, se encuentra casi disuelta. Esta humedad, sin embargo,
no parece malsana. Los gauchos y también los viajeros duermen en el
suelo, y los habitantes de Buenos Aires viven en casas húmedas
sin quejarse de reumatismo o sufrir de frío; y ciertamente tienen aspecto
de ser acaso más robustos y sanos que los que viven en regiones secas.
Sin embargo, toda la Pampa puede decirse que goza de tan linda y
saludable atmósfera como las partes más salubres de Grecia e Italia, sin
conocerse la malaria.
Es cierto que el gaucho vive sin lujos, pero el gran rasgo de su carácter
es su falta de necesidades: constantemente acostumbrado a vivir al aire
libre y dormir en el suelo, no considera que agujero más o menos en el
rancho lo prive de comodidad. No es que no le guste el sabor de la leche,
pero prefiere pasarse sin ella antes que realizar la tarea cotidiana de ir a
buscarla. Es cierto que podría hacer queso y venderlo por dinero, pero si
ha conseguido recado y buenas espuelas, no considera que el dinero
tenga mucho valor: en efecto, se contenta con su suerte; y cuando se
reflexiona que, en la serie creciente de lujos humanos, no hay punto que
produzca contentamiento, no se puede menos de sentir que acaso hay
tanta filosofía como ignorancia en la determinación del gaucho de vivir
sin necesidades; y la vida que hace es ciertamente más noble que si
trabajara como esclavo de la mañana a la noche a fin de obtener otro
alimento para su cuerpo u otros adornos para vestirse. Es cierto que
sirve poco a la gran causa de la civilización, que es deber de todo ser
racional fomentar; pero un individuo humilde que vive solo en la llanura
sin fin, no puede introducir en las vastas regiones deshabitadas que lo
rodean, artes o ciencias; puede, por tanto, sin censura, permitírsele
dejarlas como las encontró, y como deben permanecer, hasta que la
población, que creará necesidades, invente los medios de satisfacerlas.
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Woodbine Parish
Los verdaderos quesos de Tafí (que es un hermoso valle, formado por dos
ásperas serranías que corren paralelas de noroeste a sudoeste) son
pocos, pues no hay allí sino dos grandes estancias donde elaboran
exquisitamente, llamadas la de la Laguna y la de la Silva. En ambas se
harán poco más o menos de 7 a 8.000 arrobas anuales que se traen a
Buenos Aires. Su precio por mayor, en Tucumán, es 2 pesos fuertes la
arroba, vendiéndose a 3 al menudeo. Como sucede en Europa con el
afamado queso de Flandes, también el de Tafí tiene sus adulteraciones,
pues la mayor parte de los que aquí traen son elaborados en otros puntos
de la provincia, y aun en las de Santiago y Salta, que son muy buenos.
Alcides D`Orbigny
Primero se sirvió una cabeza de novillo y dos cerdos enteros, asados al
horno, a los que no se había hecho más que abrir el vientre. Era el primer
servicio, en el cual, igual que en los siguientes, se reemplazó el pan con
choclos hervidos o tostados o por queso tostado, a gusto del comensal.
Se despedazaron las enormes presas y cada uno comió a su gusto. El
segundo servicio se componía de verdolaga hervida con espinacas y
mezclada con queso, de un plato de carne con maíz y luego sopa o locro,
hecha con enormes trozos de carne, zapallo, mandioca y maíz. Como
postre, se sirvieron muchos jarros de leche que se bebía junto con
pedazos de zapallo hervido y granos de tostado; y la comida terminó con
un manjar muy apreciado en el país: queso fresco sin sal, con jarabe de
caña de azúcar, que llaman miel.
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Sobre la Chicha
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Si bien no es posible establecer cómo irrumpió la chichería en el escenario urbano,
aunque es plausible sostener que acompañó la trama urbana desde el mismo momento
de su fundación española, lo cierto es que el advenimiento de la República y la
consiguiente quiebra del inflexible sistema segregativo colonial, a todo lo que fuera
cultura nativa, pudo estimular el avance de las chicherías hacia el centro de las
ciudades y pueblos. Alrededor de 1840, estas instalaciones habían alcanzado la Plaza
de Armas de Cochabamba y “la buena” junto con humeantes pailas de chicharrones
adornaban las vecindades del edificio de la Prefectura y otras respetables
instituciones, y es más, aunque en las primeras décadas del siglo XX las chicherías
fueron sañudamente expulsadas del centro urbano, todavía hacia 1950 un atemorizado
alcalde acusado de hostilizar al gremio de chicheras confesaba que la chicha era
consumida en los principales locales de expendio de bebidas y en respetables lugares
de reuniones sociales de la ciudad, incluidos los restaurantes de la plaza 14 de
septiembre e inclusive en exclusivos y señoriales clubes.
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La chichera. En este precario “espacio democrático” se derrumbaba
transitoriamente el sistema estamental oligárquico, se formaba amistades de
juerguistas que vulneraban los preconceptos sociales. En este universo, tan distinto
al de la discriminación y explotación cotidiana, los éxitos en la rayuela, el cacho o la
guitarra se valorizaban socialmente. Se es humilde artesano fuera de la chichería,
pero dentro de ella, se puede ser eximio animador de inolvidables trasnoches. A este
compás surgen extrañas sociedades: banqueros, hacendados o comerciantes de
rancia prosapia se apadrinan con chicheras o artesanos, los ahijados se benefician
del prestigio de sus padrinos, ganan estatus pues son los protegidos de influyentes
prohombres y esto tiene inmenso valor para prestigiar la chichería, incrementar su
clientela y proteger el negocio de los rutinarios abusos de la autoridad.
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Periferia. Cuando pueden, o cuando es preciso, sin embargo, recurren a la chicha y sus
virtudes. Sabían leer la simbología de su uso social, pero no la querían cerca de su
casa, porque ella negaba con su presencia todos los elementos culturales que eran
apreciados en una sociedad que empezaba a reconocerse en las manufacturas
europeas y el industrialismo capitalista.
Desde fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX las chicherías retornaron a la
periferia urbana de donde, hacía tal vez más de un siglo, habían salido para conquistar
el centro de la ciudad en un audaz avance popular. La ciudad del valle, rodeada de
maizales y banderas blancas que daban cuenta donde se encontraba su verdadero
corazón, disponía y contra disponía decretos y reglamentos para combatir a la cultura
de la chicha. Pero mientras la crisis perduraba y se hundía el mercado del alcohol,
agobiaba la crisis capitalista del 30 o se prolongaba el estacionamiento agrícola en la
posguerra del Chaco, la región continuaba viviendo de la chicha. Todos los impulsos
para dar un uso “civilizado” al maíz fracasaron estrepitosamente. Nada podía
remplazar con tanta rentabilidad al complejo maíz-chicha. Forman una pareja
indisoluble cultural y económicamente.
Luego de la derrota en las arenas del Chaco, nuevos vientos políticos y culturales
soplaron en el país. La cultura mestiza, al calor del nacionalismo revolucionario, se
posicionó representada por sectores nacionalistas, en gran parte de origen
cochabambino, como alternativa a la “confrontación de razas”. Lo antiguo y señorial
lució como una pesada carga de la que había que librarse, como si evocara recuerdos
no queridos. La modernizada Cochabamba para afrontar su costoso maquillaje urbano
debió recurrir a succionar la savia de la ancestral bebida. Calles, pavimento e incluso el
templo del deporte, el “Félix Carriles”, quien fue recaudador del impuesto de chicha,
debieron ser financiados con los impuestos a la chicha.
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