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Draco Malfoy y los héroes del Olimpo

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Rating: Explicit
Archive Warnings: Creator Chose Not To Use Archive Warnings, Graphic Depictions Of
Violence, Major Character Death
Categories: F/F, F/M, Gen, M/M
Fandoms: Harry Potter - J. K. Rowling, Percy Jackson and the Olympians - Rick
Riordan, Percy Jackson and the Olympians & Related Fandoms - All
Media Types
Relationships: Draco Malfoy/Harry Potter, Lucius Malfoy/Narcissa Black Malfoy,
Annabeth Chase/Percy Jackson, Percy Jackson & Draco Malfoy,
Annabeth Chase (Percy Jackson) & Draco Malfoy, Nico di Angelo &
Draco Malfoy
Characters: Draco Malfoy, Percy Jackson, Annabeth Chase (Percy Jackson), Will
Solace, Narcissa Black Malfoy, Lucius Malfoy, Luke Castellan,
Lavender Brown, Theodore Nott, Nico di Angelo, Bianca di Angelo,
Thalia Grace (Percy Jackson), Jason Grace, Hades (Percy Jackson),
Camp Half-Blood Campers (Percy Jackson), Camp Jupiter Campers
(Percy Jackson), Campers (Percy Jackson), Zeus (Percy Jackson), Remus
Lupin, Sirius Black, Severus Snape, Amos Kane, Gods and Goddesses
(Percy Jackson), Demigods (Percy Jackson), Minor Gods and Goddesses
(Percy Jackson), Apollo (Percy Jackson), Sally Jackson (Percy Jackson),
Hestia (Percy Jackson)
Additional Tags: Alternate Universe - Canon Divergence, Demigod Draco Malfoy, Camp
Half-Blood (Percy Jackson), Hogwarts, Crossovers & Fandom Fusions,
Draco Malfoy is a Little Shit, Harry Potter Thinks Draco Malfoy is Up to
Something, Slow Burn, Good Best Friend Percy Jackson, Powerful Percy
Jackson, Powerful Draco Malfoy, Character Death, Friendship, Enemy
Lovers, Slow Burn Draco Malfoy/Harry Potter, Tartarus | Underworld
(Percy Jackson), Action/Adventure, Animagus Draco Malfoy, Teenagers
without supervision, Re-Writte Percy Jackson and Harry Potter books,
Gods hate Draco, Percy Jackson problems, Now are Draco Malfoy
problems too, Harry hates Draco in the beginning, Draco Malfoy Has a
Crush on Percy Jackson, Eventual Draco Malfoy/Harry Potter,
Supernatural Bonds, Patroclus curse, Draco Malfoy in the Muggle
World, POV Draco Malfoy, Hogwarts Inter-House Friendships, Romans
and Greeks (Percy Jackson), Epic Bromance, Draco Malfoy is Bad at
Feelings, Gay Draco Malfoy, Gay Disaster Draco Malfoy, Gay Panic,
Werewolf Culture
Language: Español
Series: Part 1 of Draco Malfoy y los héroes del Olimpo
Collections: 10 Estrellas ¡Favorito!
Stats:
Published: 2024-01-18 Updated: 2024-03-29 Words: 136,433 Chapters:
16/?
Draco Malfoy y los héroes del Olimpo
by Luka_sama

Summary

Draco Malfoy odia Hogwarts en su primer año porque Harry Potter ignoro sus intentos de
amistad, así que en el verano piensa hacer un plan para hacer la vida de Potter un infierno por
rechazarlo.

No va muy lejos, un extraño monstruo lo ataca en su primer día de vacaciones, provocando


que una fila de eventos caigan sobre él y descubre que en realidad no es totalmente un mago
de sangre pura.

Es un semidios.

Lo cual seria genial, si no tuviera que ir al otro lado del mundo y terminar de alguna forma
vinculado desde su alma con Percy Jackson.

Re escritura de las sagas de Harry Potter (a partir del segundo libro) y Percy Jackson (A partir
del primer libro)

Estado actual:

Arco 1: Ser un nuevo Semidios (Finalizado)


Arco 2: Un mix de vida entre mago y semidios (En proceso).
Arco 3: No iniciado.
Arco 4: No iniciado.
Arco 5: No iniciado.
Arco 6: No iniciado.
Arco 7: No iniciado.

Nota extra: Prohibida su publicación en WATTPAD.

Ahora con Discord para charlar del tema:


https://discord.com/channels/751999326477090876/1208155152121339986

Notes

Harry Potter y Percy Jackson No se pertenecen.

Esta historia seria principalmente una historia de combustión lenta de Harry x Draco, porque
amo la idea de ambos juntos. Pero en este universo hay algunas diferencias del canon,
especialmente porque la época de ambas historias no suele coexistir, lo adaptare para que el
mundo mágico este más avanzado que en la historia original.

También gracias a la magia de Fanfics, el verano de las vacaciones de Hogwarts coexiste al


mismo tiempo que el verano en el campamento mestizo. También siguiendo la línea de
tiempo del mundo de Percy Jackson, algunos eventos tomaran más tiempo en suceder, así que
si leen algunas cosas que no solían pasar en el canon, lo hago para que la historia adapte
ambos mundos.

Eso sería por el momento los mayores cambios de la historia, aparte de que Draco en esta
historia es un mestizo hijo de su madre y un Dios desconocido que la historia ira revelando
poco a poco.

A diferencia de otras historias de re escritura que ha hecho, que suelo separar por libros, esta
historia estará escrita todo dentro de este mismo lugar. Lo estaré separando por arcos que
diferenciaran la mayoría de años de los personajes, pero en general esta historia se va a
extender por mucho tiempo.

La historia va a tener un total de 7 arcos de diferentes longitudes.

See the end of the work for more notes


Capítulo 1: Guía de que no debes hacer si te conviertes en un
semidios de la noche a la mañana.

Draco Malfoy y los héroes del olimpo.

Primer arco.

Capítulo 1: Guía de que no debes hacer si te conviertes en un semidios de la noche a la


mañana.

Una suave voz canta repitiendo la profecía, una que hace mucho tiempo La Arboleda de
Dodona canto.

"En la encrucijada de dos mundos,

El heredero perdido se alza,

Con el don de unir o desatar,

Profecías en su poder, la elección es suya,

pero el precio es su alma."

Bajo el manto de las sombras, caminará,

Desentrañando secretos, forjando su destino.

En su sangre, un antiguo poder reside,

Para romper y liberar lo predicho.

En el abismo, enfrentará su destino,

El único que puede deshacer el lazo.


Destruirá las palabras escritas, sabiendo el costo,

Guiándolo hacia la luz, amor y victoria." .

Draco tiene una cosa muy clara.

Esas vacaciones han sido un completo desastre, lo cual apesta porque después de un año
horrible lo menos que podría esperar es tener unas vacaciones agradables con su familia; todo
el año se había arruinado y ahora también sus vacaciones. Su supuesto tiempo libre se ha
convertido en una pesadilla interminable, no se suponía que fuera así, nada debería ser así.
Criaturas sombrías (si eres un mago sabes que no deberían existir muchas criaturas
misteriosas mitológicas, pero noticia, existen) le persiguen sin descanso, como si fueran
heraldos de su propio destino. Cada sombra, cada rincón oscuro, se hace preguntarme qué
diablos está pasando.

Algunos lo llamarían dramático.

Tal vez lo era un poquito.

Es irónico, ¿sabes? su nombre es Draco Malfoy, heredero de los Malfoy, una familia de
sangre pura con un estatus impecable en el mundo mágico, ya que su madre era un Black,
otra familia milenaria. Debería estar disfrutando de sus vacaciones en la mansión Malfoy,
rodeado de lujos y comodidades; ellos tenían planes para irse de vacaciones a Italia con la
familia Zabini, pero en su lugar todo ha sido arruinado. Pero ahora él se enfrenta a una
realidad más allá de los confines seguros de su mundo mágico. Algo amenaza con
desmoronar todo lo que conoce y es arrastrado a una trama más grande de la que apenas
empieza a comprender.

Su odio hacia Potter arde en lo más profundo de su ser, se supone que el año pasado lo
conocería y serian grandes amigos; Draco había crecido con historias del niño por todos
lados, pensó que alguien digno de la amistad con un Malfoy.

Tristemente descubre que este siempre ha sido un fastidio, pero ahora lo ve como un simple
rival en Hogwarts. Hay algo más en este, pero no es algo que entremos en detalles ahora y
tampoco es que ahora sepa que tanto será en el futuro, ya que es algo que escapa a nuestra
comprensión y que nos une en una situación peligrosa.

Nada es lo que parece.

Le repugna admitirlo, pero necesita respuestas, incluso si eso significa acercarse a él y a sus
compañeros en algún momento en el futuro.

No por ahora.

Apenas esta terminando su tercer año en Hogwarts y aunque han pasado muchas cosas, lo
mejor es ir con calma y ofrecerles una explicación.
Él está dispuesto a enfrentar cualquier cosa para descubrir la verdad. Sus propias lealtades
son puestas a prueba, mientras que las oscuras sombras de la sospecha se ciernen sobre todos
los que le rodean. No puedo confiar en nadie, ni siquiera en sus propios padres. Algo
siniestro se cierne sobre nosotros, y siento que soy el epicentro de este caos; no, en este punto
ser el centro de algo no ayuda en nada. Es hora de dejar de lado se orgullo y su odio
infundado. El destino le ha llamado, y está dispuesto a desafiarlo, sin importar el precio.

Esto suena estúpidamente deprimente y dramático.

Ser amigo de Percy Jackson no ayuda mucho.

Probablemente se estén preguntando como pudo hacerse amigo de alguien como Percy
Jackson, él, el grandioso Draco Malfoy, heredero de la familia Malfoy y poseedor de dos de
los linajes más puros de todos los magos.

Bueno tiene que regresar algunos meses atrás, comenzando con que aparentemente todo en lo
que siempre había creído, dejo de ser verdad justo al inicio de sus vacaciones de verano de su
primer año de Hogwarts. Especialmente con eso de ser sangre pura y otros detalles que la
historia ira revelando.

Pero iniciemos por el principio para que no se sientan abrumados.

Usualmente los niños que descubren su linaje de semidios ocupan un poco de guía antes.

Desde una temprana edad, Draco ha aprendido sobre la mitología griega; ahora entiende
porque, pero en ese entonces pensó que solo era parte de la educación de cualquier sangre
pura. Su madre, Narcisa Malfoy, de soltera Black, considera que es algo que todo hombre
culto debería conocer, así que no se quejó. Le encanta pasar tiempo con ella y escuchar sus
relatos sobre los héroes del pasado. Son como cuentos de hadas, pero para él, son las mejores
historias, junto con las de los dragones.

Sparky el dragón es un clásico.

Si quieres mejorar una historia, ponle un dragón, lo hace todo más emocionante.

Entre los relatos de héroes del pasado que tanto disfrutaba escuchar, siempre había uno que le
cautivaba en particular. Era la historia de Perseo, el valiente semidiós que derrotó a la temible
Medusa y salvó a la princesa Andrómeda de un destino fatal. Le emocionaba escuchar cómo
Perseo, armado con un escudo reflectante y una espada mágica, enfrentaba a la monstruosa
criatura y la convertía en piedra con su mirada. Era un acto de valentía y astucia que siempre
se dejaba asombrado.

En ese entonces imaginaba a Perseo volando sobre su fiel corcel alado, Pegaso, mientras se
aventuraba en peligrosos territorios para cumplir con su misión. Era un héroe en el verdadero
sentido de la palabra, y aunque sabía que era solo una historia, no podía evitar desear ser
como él. Todas estas historias de héroes y aventuras le inspiraban y alimentaban su
imaginación. Soñaba con tener su propia epopeya, con enfrentarme a monstruos y superar
desafíos imposibles. Quizás algún día, las leyendas de Draco Malfoy se sumarían a las
historias de los semidioses y magos valientes.

(Viéndolo ahora desde el futuro, piensa que fue estúpido no querer una vida normal en ese
entonces, pero la inocencia era parte de él entonces)

Mientras tanto, escuchar los relatos de los héroes del pasado se convirtió en un escape para
él. Era un recordatorio de que el mundo era más grande y más fascinante de lo que parecía;
ya que siempre que salíamos de los terrenos de la mansión siempre era con una gran cantidad
de hechizos protectores y sin dejarle de vista ni un segundo. Dentro de las historias se
transportaban a tierras lejanas donde era libre, llenas de peligros y maravillas, y se hacía
olvidar, aunque solo por un momento, las preocupaciones y las tensiones de su propia vida.

Así que, cada vez que su madre comenzaba a contar una de esas historias, se sumergía en
ellas con una mezcla de admiración y emoción. Cada héroe, cada gesta heroica, se grababa en
su memoria como una chispa de inspiración, alimentando su deseo de explorar y descubrir su
propio destino.

El griego antiguo es un lenguaje casi extinto, pero gracias a su madre, era bastante
competente en ese idioma antiguo; es casi como si hubiera nacido para él. Aprecio mucho el
hecho de que sea tan hábil en una lengua tan antigua, eso solo se hizo ser más especial de lo
que ya era. Hay historias que sugieren que todos los magos descienden de los dioses
mitológicos. Algunos creen que provenían de Circe, otros de Hécate. Crecer en un hogar
mágico es lo mejor que puedo pasarle. La magia es algo natural para él, y desde muy pequeño
ha tenido pequeñas manifestaciones de magia accidental que ha aprendido a controlar.

Eso le hizo especial.

(Pensaba que le hizo especial, pero nuevamente, después de descubrir quién era en realidad,
tiene sentido)

Pero hay algo que siempre se había desconcertado. A veces, en sus momentos silenciosos,
piensa en los extraños ataques que ha sufrido a lo largo de su infancia. Criaturas extrañas que
parecen buscar algo en particular cuando estaba fuera de su casa, incluso extraño para
términos de magos. su madre siempre ha tratado de ocultarlo, de restarle importancia,
diciendo que son meras coincidencias, pero él sabe que hay algo más. Algo que aún no
comprende del todo. Podría jurar que más de una vez de niño alguna sombra siempre parecía
querer atraparlo, pero no es que pueda asegurarlo totalmente cuando sus padres insisten en
que son pesadillas de niños.

En ese momento había pensado que era solo eso.

Pesadillas.

Con el paso de los años parecen disminuir, entonces una parte de él supone que
probablemente fue solo un mal sueño.
Su mente está llena de preguntas sin respuesta conforme crecía.

¿Por qué se siente tan atraído por las historias de los dioses griegos?

¿Por qué tiene pesadillas con criaturas que se lo quieren llevar?

¿Por qué es tan asombroso por ser de una familia de sangre pura?

Modestia aparte claro está con esta última, es claro que está destinado a la grandeza; su
familia es perfecta e influyente.

A veces, cuando mira el cielo estrellado por las noches, siente una extraña sensación de
pertenencia, solo las estrellas pueden compararse con su suerte y hermosura. Draco Malfoy
está destinado a la grandeza; sus padres lo criaron para eso y no tiene la menor duda que será
así. Y aunque su mente le insta a investigar tal vez sobre cosas de cultura, como un digno
heredero.

Pero no puedo evitar preguntarse si hay una verdad más grande esperándolo en algún lugar,
algo que cambiará su vida para siempre.

Aunque, al final del día todo niño debe soñar en grande.

Tristemente algunas cosas cambiarían después de sus vacaciones de primer año, el primer día
si queremos ser más exactos. Por eso aprendió que hay que tener mucho cuidado con tus
sueños, porque cuando se hacen realidad, no son tan geniales como pensábamos podrían ser.

Así que comenzamos con su historia, que inicia ese primer día de vacaciones en lo que parece
una eternidad atrás.

No va ser una historia muy linda.

—Maldita sea—

Su expresión es cuidadosa dentro de su habitación, si bien podría haber actuado un poco


arrogante en medio de Hogwarts durante todo su primer año, ahora que ha vuelto a la
mansión debe cuidar su forma de ser. Sus padres eran bastante estrictos en su educación, a
veces podían dejarle ser lo que quisiera, pero sabe que hay un momento y lugar para todo.

Limites, ha aprendido, odia tenerlos y le gusta fingir que no, pero ahí están para su desgracia.

Las cosas no fueron como pensaba que serian.

Entre las historias de su madre sobre semidioses y la cultura griega de su infancia, esta solía
contarle historias sobre el niño que vivió; Harry Potter que convenientemente también era un
niño de su edad (supuestamente). Draco había pasado gran parte de su infancia fantaseando
con ser un guerrero y ser el mejor amigo de Potter, ambos teniendo aventuras por todos lados
y derrotando a los villanos que aparecieran.

Ya saben, crecer con mitos de héroes griegos hacen que la imaginación vuele rápidamente.

Pero no fue así.

Cuando Draco llego a ofrecerle su amistad, el niño ya había reunido un grupo de perdedores
con él; Draco se siente ofendido que Potter decidiera que niño Weasley era mejor que Draco.
Porque Draco ha crecido siempre siendo el mejor en todo, todos los niños a su alrededor
siempre se impresionaban porque era el hijo de Lucius Malfoy y Narcisa Black; su sangre era
la más pura entre todas, era el top de la elite.

Siempre tenía niños que querían seguirlo y Draco podría pavonearse delante de ellos, porque
su vida era perfecta.

O lo fue.

Hasta que entro a Hogwarts.

Había quedado en Slytherin como tenía que ser, el sombrero seleccionador dijo una mierda
como: “eres capaz de abandonar el mundo por aquellos que amas y destruirías todo en
cenizas por venganza sobre tu egoísmo” que aparentemente lo catalogaban como un
Slytherin; había omitido esta información cuando otros le preguntaron al respecto. No
importaba cual fuera el motivo, Draco había enviado una carta a sus padres emocionado por
su casa e ignorando que Harry Potter lo había rechazado.

No importa cuánto hubiera dolido.

Blaise Zabini quien lo conocía desde prácticamente su nacimiento había hecho burlas sutiles
al respecto, ya que tanto este como Pansy Parkinson sabían sobre su obsesión con Harry
Potter; Theo Nott solía solo ignorarlo cuando se puso en modo fanático de Potter, lo cual no
volvería a pasar nunca más. Era ese motivo por el cual prefería a Vincent y Gregory para
caminar por el castillo, eran dos niños cuyas familias estaban atadas a la Malfoy y que
funcionaban como guardaespaldas si fuera necesario; aunque Draco se encontró molesto ya
que tendría que ayudarles a estudiar la mayor parte del tiempo.

Nada es gratis en la vida.

Con 11 años no era tan molesto leer, su madre le había enseñado un hechizo para que las
letras no se movieran de su cerebro y nadie habría notado el asunto; Draco en realidad amaba
leer bastante. Odiaba un poco que tuviera ese defecto sobre letras que parecen fuera de su
lugar, su padre le había advertido miles de veces que nadie podría enterarse y Draco es bueno
guardando secretos que demuestran debilidad.

Es el mejor ahora y ama leer.

Eso no evita que la estúpida sangre sucia de Granger le hubiera ganado este año y su padre
estuviera furioso, realmente lucho por ese primer puesto (aunque quedo de segundo lugar)
estudiando durante muchas horas; pero la maldita mocosa sangre sucia sin nada especial
había logrado ganarle igualmente.

Lo puso de mal humor.

Luego Gryffindor literalmente roba la copa de casas en el último día con el estúpido director
de mierda que le regalo puntos a Potter y compañía solo por respirar (Draco había ganado
puntos durante todo el año para nada), tampoco va entrar en detalles sobre el inconveniente
en el bosque o como Potter fue permitido para jugar quidditch a pesar de ser un primer año.

Sin contar la estúpida rivalidad entre Potter y Draco.

Nada había sido como había querido, absolutamente nada y Draco había regresado hecho una
furia a su casa; su madre intento calmarlo, pero al final solamente se resignó a verlo entrar a
su habitación donde gruño por lo que parecían horas. Hubo pequeños destellos de magia
accidental que hicieron que algunas cosas revolotearan en la habitación, no se permitía que
eso pasara en Hogwarts…al menos nadie se dio cuenta; usualmente era cuando perdía la
compostura.

Generalmente por Potter.

Estúpido Potter.

Se supone que conforme el niño fuera creciendo, la magia accidental sería más fácil de
controlar, pero para Draco siempre fue difícil; ocupaba casi un control perfecto consciente
todo el tiempo o de alguna forma algo terminaría casi incendiado a su alrededor, tampoco fue
agradable cuando convoco una pequeña tormenta en su habitación por accidente. Su favorito
todavía es cuando accidentalmente creo una pequeña inundación en su baño, porque un poco
de magia rompió todas las tuberías; había sido como una enorme piscina. Todos estos eran
situaciones que su madre aplaudía, comentando como tenía un gran núcleo mágico y por eso
era un poco más difícil de controlar que a los demás.

Aunque ninguno de sus amigos paso por eso antes.

Su madre sigue recitando que es normal a esta edad, pero Draco comienza a pensar que tal
vez no fuera tan normal como esperaba; pero no significa eso algo malo, simplemente es
mejor que cualquiera de sus compañeros sangre pura.

La epitome de lo que ser un mago tiene que ser.

—Todo fue un mal paso, no importa, solamente hay que dar un mejor paso ahora y el
segundo año será un mejor año—se dice Draco viéndose al espejo de su habitación con
seriedad.

Le gustan los juegos mentales donde hay escenarios hipotéticos desde que es niño, su padre
le había instruido en juegos como ajedrez y de escenarios donde podría utilizar estrategias;
Lucius siempre señalo que tenía talento y Draco le encantaban los elogios de su padre. Si
bien a veces prefería estar en medio del jardín jugando quidditch para gastar energía, también
disfrutaba mucho de los escenarios mentales.
Su primer año había sido un desastre en Hogwarts, pero esto fue porque no había tomado
nota de algunas anomalías o situaciones que podrían alterar sus planes; había sido un error de
novato y ahora tiene que refrenarse para hacer un mejor plan.

Ser amigo de Potter, descartado completamente.

Este lo había ofendido al rechazar su amistad y Draco no pensaba suplicar por esta, suponía
que ser rivales o enemigos no era tan malo, eso le permitiría al menos estar en su radar;
Draco odiaba pasar desapercibido con los demás y Potter especialmente. También este año
habían sido insoportables con él, así que Draco no pensaba dejarles todo en bandeja de plata
y que tuvieran un lindo año sin Draco.

No.

Sufrirían como él sufrió de humillación.

Se acostó sobre su cama meditando sobre las cosas que haría con esos idiotas en su segundo
año, su madre lo llamaría para cenar cuando fuera la hora; volver a casa se sentía muy bien.

Los días donde tu vida cambia de forma drástica, usualmente no vienen con advertencia,
Draco solamente estaba tomando una siesta luego de regresar a casa en su primer día cuando
siente que algo está mal; dentro del sueño todo era un poco confuso y aunque usualmente
toma pociones para dormir sin sueño, no eran tan comunes en estos días. Su madre
comentaba que cuando era un bebé, las pesadillas usualmente no lo dejarían dormir, así que
su padrino Severus había creado una formula especial para Draco; ya saben, que no creara
efectos secundarios o una terrible adicción a su cuerpo. Con el tiempo la formula era
modificada cada cierto tiempo, en Hogwarts como era su jefe de casa no era difícil obtener su
medicación diaria; pero a pesar de la fuerza del medicamento, en ocasiones algunos sueños se
escapaban.

Usualmente no los recordaba al despertar con tanta claridad, pero este sueño era diferente.

Algo estaba mal.

Era como si todo fuera muy oscuro, pero Draco puede ver su cuerpo así que es como si
irradiara luz, al mismo tiempo que no lo hace; no puede ver nada aparte de él y el extraño
hilo de color azulado que sale de su pecho. Camina de forma tentativa para ver si llega al otro
lado del hilo, sorprendido cuando no parece tener ningún fin; su sueño era bastante aburrido.

No se sorprende que no quiera soñar, siendo un bebé lloraría por esto.

Aburrimiento eterno.

Detiene sus pasos cuando el hilo parece tener final luego de lo que parecen horas, hay una
persona a lo largo, parece ser un joven alto de cabellera negra y ropas de muggle; algo está
mal y Draco comienza a sentirse incomodo. Cuando el joven voltea a verlo, unos grandes
ojos azules con verde como el mar lo ven fijamente con curiosidad; parece querer abrir la
boca como si quisiera decir algo, pero justo cuando Draco piensa caminar para acercarse un
poco más.

Algo lo saca del sueño como si fuera impulsado en un agujero negro.

Al abrir los ojos su cuerpo reacciona mucho antes de que su mente procese lo que sus ojos
ven, porque hay un rostro de una mujer sobre él en la cama, pero antes de que pueda pensar
que eso es imposible, su cuerpo lo arroja con fuerza a la derecha; cae sobre el suelo al lado de
la cama sin aire adolorido, levantándose casi por inercia y viendo asustado como donde
estuvo hace un instante, hay una enorme garra de pájaro atravesando la almohada.

Bueno, eso es porque la mujer que había visto, no es exactamente una mujer…al menos no
todo su cuerpo, parte de su cuerpo es como un pájaro.

¿Una Veela o una Banshee?

¿Importa?

¿Está soñando?

¿La pocion estaba defectuosa?

Si, no se detuvo a pensar cuando se abalanzo fuera de la habitación antes que pudiera
procesar que estaba pasando; no era un estúpido Gryffindor que se quedara a la expectativa
de que sucedería o buscaría luchar contra una criatura mágica. Lo curioso es que se supone
que dentro de la mansión Malfoy con las protecciones, no debería entrar ninguna criatura
mágica, que fuera exactamente a su habitación debe ser solo una coincidencia muy
horripilante.

Una coincidencia que estaba por asesinarlo.

La criatura sale destruyendo la puerta, que tenía madera milenaria y que no pudo quejarse
porque la criatura soltó un chillido animal; claramente persiguiéndolo.

Sabe que sus padres dicen que no debe hacer nada indigno, pero comenzó a gritar alarmado
como una niña pequeña, porque realmente no quiere morir el día de hoy; era su primer día de
vacaciones.

Tropieza un poco con el último escalón de la escalera, pero logra mantener el equilibrio para
saltar a la derecha cuando ve a su madre con una varita en mano; la criatura suela un chillido
inhumano cuando su madre la ata con cadenas, haciéndola caer al suelo mientras sigue
chillando hacía él.

Esta con vida.

Solamente tuvo una pequeña persecución de unos pocos minutos probablemente traumática,
nada de qué preocuparse, pero su madre se ve extrañamente pálida viéndolo; su padre
también aparece rápidamente alertado por la situación, antes de ver a la criatura y voltear a
ver a su madre incrédulo.
—Imposible, las barreras de la casa son milenarias…no pueden entrar aquí—escucha a su
padre susurrar mientras intenta recuperar el pulso que sigue palpitando en sus orejas.

Porque cuando luego ambos padres voltean a verlo, Draco tiene la extraña sensación de que
por algún motivo esto es culpa suya; pero no tiene que serlo.

Acaba de llegar a casa.

Todo parece ser un pequeño revuelto luego del incidente del cual Draco quiere convencerse
que todo fue una pesadilla, sus padres tristemente no le dan esa oportunidad. Ambos tienen
una discusión, por primera vez que recuerde, de ambos lados; su madre usualmente pacífica y
aceptando lo que su padre dice, se pone sobre sus pies defendiendo su punto de vista. Draco
quisiera escuchar, porque está dentro de la habitación y ambos padres parecen querer
vigilarlo, pero ambos han puesto un hechizo silenciador para que este ahí pero no escuche.
Siente que todo es increíblemente grosero, no menciona nada ya que se encuentra aun
extrañamente perdido sobre qué está pasando.

Así que cuando su madre quita el hechizo, está listo para exigir una explicación.

—¡Dobby! —llama su madre antes de que pueda decir algo, el pequeño elfo aparece y este
parece algo confundido—prepara una maleta para Draco, usa la mochila expandible y mete
ropa cómoda, ahora—ladra inusualmente inquieta, mientras el elfo desaparece luego de
asentir.

Su padre sale rápidamente para meterse a la red flu y Draco se queda con las palabras dentro
de su boca, niega un poco confundido cuando su madre lo hace salir del salón; su varita
nunca se aparta de su mano y siente un poco de frio.

La mansión usualmente se siente cálida, pero por algún motivo parece un poco sombría.

—¿A dónde vamos? —pregunta con voz nerviosa, odia como su voz se quiebra un poco al
final.

Madre detiene sus pasos para verle inquieta un momento, antes de agacharse a su altura
luciendo un poco inquieta.

—Draco sé que todo esto puede parecer repentino, pensé que tendría más tiempo para
explicarte—su rostro usualmente regio sin emociones, parece claramente preocupado e
incluso algo culpable—te lo explicare, tenemos que llevarte a un lugar seguro mientras
reforzamos las protecciones de la mansión; es un lugar que se recomendó tu…me recomendó
tu padre—lo último lo dice casi con voz ahogada, pero luego toma la mano de Draco justo
cuando Dobby aparece.

Nada tiene sentido, su madre rápidamente coloca la mochila que parece costosa en su
espalda, pero que sabe que por dentro tiene hechizos expandidos para guardar cualquier cosa
que necesitaba; usualmente cuando van de viaje no lleva mochilas, todo se lleva por los elfos
domésticos.

Es raro.

La mochila en su espalda, con la expresión preocupada de su madre.

Su padre aparece por la red flu, Draco lo ve comenzando a preocuparse, pero este solamente
tiene el rostro en blanco mientras asiente por ambos. Lucius toma su muñeca antes de
empujarlo con él dentro del fuego verde y su madre los sigue rápidamente.

El ambiente en el Ministerio de Magia era frenético a pesar que era bastante tarde y lleno de
actividad. Cuando sus padres le llevaron allí por primera, le sorprendió la magnitud del lugar
y la cantidad de brujas y magos que iban y venían, apurados y con expresiones preocupadas
en sus rostros. Draco piensa que ha pasado mucho de esa primera vez que vio todo fascinado,
pero eso no evitaba que ahora se sintiera un poco inquieto por todo este movimiento
apresurado.

Hace menos de media hora estaba dormido y desde entonces había sido atacado por una
criatura mágica, sus padres discutieron y ahora tiene una mochila en su espalda.

Puede que suene ridículo.

Pero es raro.

Las paredes del ministerio estaban cubiertas de retratos animados que hablaban entre ellos y
miraban curiosamente a los visitantes, algunas parecían cuchillera mientras pasaba con sus
padres que inicialmente iban a un paso apresurado.

Draco camino con sus padres por pasillos adornados con artefactos mágicos y antiguas
reliquias, cada una con una etiqueta que describía su historia y su propósito. A medida que
avanzaban, podía sentir la tensión en el aire, como si algo importante estuviera a punto de
suceder.

No le gusto esa sensación.

—Draco, no te separes de nosotros—advirtió su madre mientras caminában rápidamente por


el bullicioso lugar—Es importante que te mantengas cerca—

Quiso reprochar que no era un niño para que le dijeran eso, pero el rostro de esta parecía tan
serio.

Asintió en silencio, absorbiendo todo a su alrededor con curiosidad, era extraño, pero era
como si algo hubiera cambiado desde que se fue a dormir. No podía evitar preguntarse por
qué su ataque había generado tanta preocupación y prisa. Sus padres no eran los tipos de
personas que se pusieran nerviosos fácilmente, pero esa situación parecía haberlos sacudido.

Algo en el ambiente estaba mal.

Frio.
Draco siente mucho frio, al tiempo que todo parece ser más, brillante.

La magia parece revolotear con mayor fuerza de la que recuerda, siempre fue sensible a la
magia, pero, aunque siempre pensó que eso solo lo hizo más excepcional, ahora era
preocupante. Es como si algo dentro de él palpitara rápidamente, como si algo estuviera
abierto al descubierto y todos pudieran verlo.

Finalmente, llegaron a la Oficina de Viajes Mágicos. Un cartel dorado brillaba sobre la


entrada, indicando que era el lugar adecuado para el viaje internacional de emergencia; Draco
estaba acostumbrado a viajes programados de primera clase, por lo cual nunca había entrado
en este lugar. La puerta estaba protegida por una bruja de aspecto serio que revisó sus
identificaciones antes de permitirnos el paso.

Justo cuando estaban a punto de entrar, escucho una voz familiar detrás de nosotros.

—¿Necesitan ayuda? —preguntó una figura alta y elegante.

Giro para ver al señor Baddock, un mago que había conocido en algunas reuniones sociales
de la alta sociedad mágica. Siempre se había mostrado amable y considerado con su familia,
a pesar de algunas diferencias políticas entre sus familias.

No es que importara.

Baddock no era tan importante como los Malfoy, pero estaba en una lista de personajes
pasables para socializar.

—Señor Baddock, qué sorpresa verlo aquí tan pronto—hablo Lucius estrechando su mano
con tono político, aunque algo alarmado—Como le había comentado, necesitamos llegar a
los Estados Unidos de inmediato, es una emergencia—

Draco se congelo viendo a su padre preocupado.

¿Emergencia?

¿Estados Unidos?

¿Viaje?

Iba a decir algo, pero la mano de su madre sobre su hombro lo detuvo, su rostro parecía serio
y eso hizo que Draco se encogiera en su lugar.

Esperando el momento en el cual finalmente pudiera hablar.

—Claro, puedo ayudarlos— respondió el señor Baddock con una sonrisa tranquilizadora—
Tengo acceso a un traslador especial que puede llevarlos a su destino de forma segura y
rápida. Síganme, por favor—

Los condujo a una pequeña sala donde un gran fuego ardía en la chimenea. Explicó que
utilizarían un traslador especialmente modificado que había obtenido para situaciones de
emergencia como esta. Draco estaba acostumbrado a viajar por objetos, así que ver las llamas
le produjo un poco de inquietud, volteo a ver a sus padres; especialmente notando que ellos
no tenían mochilas y solamente Draco era quien cargaba con una.

Si.

Eso no era de su agrado.

Una mala señal.

—Agárrense de su chaqueta, así evitaremos perdernos en el camino—aconsejó el señor


Baddock mientras se preparaba para realizar el traslador.

Todo era tan rápido.

No tiene tiempo de procesar, solo de actuar.

Con un movimiento fluido de su varita, el fuego se volvió verde y comenzó a girar


rápidamente. Sus padres y Draco siguieron la indicación del señor Baddock y agarraron su
chaqueta.

El traslador les transportó en un instante generando un vacío como de costumbre, y de


repente se encontraban en una oficina austera y bien iluminada en el Departamento de Magia
de los Estados Unidos. La rapidez del viaje le hizo sentir un poco aturdido, pero estaba tan
confundido que apenas pudo procesar las ganas de vomitar del viaje tan abrupto y de larga
distancia.

—Muchas gracias, señor Baddock—agradeció su madre mientras su padre asentía en señal de


gratitud.

Habría una deuda ahí.

Odia las deudas.

—No hay problema en absoluto—respondió el señor Baddock amablemente—Espero que


todo esté bien, aquí estaré esperando por usted señor Malfoy—

Su padre asintió, sin saber qué más decir o sinceramente preocupado en otros asuntos. La
situación había tomado por sorpresa a Draco, pero ahora estaba en un nuevo lugar, sin estar
listo para enfrentar lo que sea que estuviera por venir.

Nunca había estado antes en este lugar.

Draco sintió un tic, porque cuando intento hablar con sus padres, nuevamente se tuvieron que
mover.

Maldición.

Como si alguien controlara su vida con hilos, no le gustaba la sensación.

.
.

Al llegar a Estados Unidos, el mundo mágico parecía ser completamente diferente al que
Draco conocía en Gran Bretaña. A pesar de estar en una situación de emergencia, no podía
evitar sentir una mezcla de asombro y nerviosismo por lo desconocido que se presentaba ante
él. No estaba acostumbrado a estos viajes, disfrutaba más cuando llegaba algún lugar costoso,
elegante y todos lo trataban como si fuera el heredero de la familia más importante de gran
bretaña.

Lo cual era.

Pero aquí todo era un caos, nadie parecía reconocerlo y Draco gruño cuando alguien lo
empujo al pasar; su padre que usualmente se quejaría al respecto, simplemente lo siguió
sujetando de la muñeca para que caminara.

No era un niño, tenía 12 años.

Recién cumplidos.

El Departamento de Magia de los Estados Unidos era una impresionante estructura de


arquitectura moderna, con brillantes murales mágicos que decoraban sus paredes y daban
vida a la escena. El lugar estaba repleto de magos y brujas de diferentes culturas y
nacionalidades, y Draco se sintió abrumado por la diversidad que había allí. Incluso en
arquitectura noto rápidamente las diferencias del ministerio de Inglaterra, pero no pudo
comentar nada al respecto.

Mientras sus padres se reunían con los encargados del departamento para tratar la
emergencia, Draco permanecía cerca, observando con cautela a los magos americanos que les
rodeaban; ni siquiera estaba seguro de cual emergencia estaban hablando. Todos parecían
ocupados y determinados, y aunque algunos le lanzaban miradas curiosas, no mostraban
hostilidad.

Tampoco amabilidad.

¿Qué clase de monstruo fue el que lo ataco?

Su madre dijo que necesitaba estar a salvo y revisar las protecciones de la mansión, pero no
entendía como viajar a Estados Unidos lo puso a salvo.

Y un pensamiento peor.

¿A salvo de qué?

—Señor Malfoy, supongo que ha sido una situación difícil para usted y su familia —dijo un
mago de mediana edad con cabello canoso, acercándose a ellos con una expresión amable en
su rostro.

Draco vio a su padre, pero este no parecía afectado porque le hablara un desconocido, incluso
si no sabían su situación de sangre actual.
Su padre parecía tan preocupado por lo que estaba ocurriendo, eso hizo que Draco se sintiera
ansioso.

—Así es —respondió su padre con seriedad—Nos preocupa la seguridad de nuestro hijo, y


esperamos que podamos resolver esta situación rápidamente—

El mago americano asintió comprensivamente y se presentó como el señor Stevenson, uno de


los altos funcionarios del departamento. A medida que hablaba con sus padres, Draco
observaba atento, intentando captar cualquier detalle que pudiera indicar qué tipo de magos
eran los americanos.

Había muchos tipos de magia en el mundo, si bien el sistema americano se parece bastante al
europeo, Draco sabe que algunos magos de Egipto son misteriosos; algunos de los clanes de
magos no se relacionan con otros magos y ni que hablar de los de regiones nórdicas.

Siempre hay que tener cuidado con ellos.

Existen muchas tradiciones provenientes del pasado, al igual que diferentes escuelas de
magia o métodos de aprendizaje.

—Entiendo su preocupación —dijo el señor Stevenson—. Estamos trabajando para asegurar


que tengan todos los papeles al día para que puedan resolver este asunto lo más pronto
posible. Por supuesto, también es importante que comprendamos lo que está sucediendo. Los
documentos indican que Draco Malfoy puede estar durante los meses necesarios, aunque se
prohíbe el uso de varita en menores. Cualquier extensión tendrá que ser presentada con un
formulario en el futuro—

Draco voltea a verlos incrédulos.

¿Meses?

¿Cuánto tiempo iban a estar aquí?

Mientras los adultos continuaban con su conversación, pudo escuchar fragmentos de lo que
estaban discutiendo, pero cada aspecto parecía más confuso cuando su madre se había
integrado para preguntar por una ubicación que el señor Stevenson no parecía poder darle.
Hablaban también sobre los ataques recientes y cómo eso podía estar relacionado con
problemas para la familia.

Se sintió incomodo mientras estaba sentado en unas sillas de pésima calidad, Draco pensó
que, si tuvieran algo de dinero, al menos podrían remodelar esta estancia.

Era un desastre.

En ese momento, Draco observo a un hombre de apariencia peculiar que llamó rápidamente
atención. Vestía una túnica y un sombrero de copa, su cabello largo y barba blanca les daban
un aire muy distinto a los demás magos presentes; o tal vez era su aura anormal. Parecía estar
hablando con algunos funcionarios y haciendo tratos, y por un instante, sus miradas se
encontraron.
Se sintió incomodo cuando el funcionario que lo atendía lo llamo a sentarse mientras buscaba
alguna información, porque, aunque la sala estaba casi completamente vacía, el hombre tomo
asiento a su lado.

La magia a su alrededor se sintió anormal, su estilo y apariencia lo distinguían como un mago


poco convencional, probablemente uno de los magos de otros países diferentes; los ojos de
este lo observaron sin ocultarlo.

Maldición.

La sutileza no parecía una práctica común en este lugar.

—Draco Malfoy, ¿verdad? —dijo el hombre con voz profunda y penetrante.

No asintió, en su lugar lo vio de mala forma, no es que no fuera un mago reconocible por ser
de un linaje tan famoso como el suyo. Pero este hombre simplemente no parecía un mago que
fuera de su clase, mucho menos que conociera sus círculos sociales.

—¿Quién eres tú? —demando con el mentón en alto de forma altanera.

El hombre pareció reconsiderar cualquier cosa que pasara en su mente, antes de negar con la
cabeza y volver a colocar una sonrisa amable.

—Amos Kane, un placer conocerte —se presentó él, extendiendo su mano con una sonrisa
ahora enigmática—Tienes una esencia peculiar, diferente a la de los demás, parece como si
fuera reciente—

Intrigado y aunque no quería hacerlo, Draco estrecho su mano, y por un momento, sintió una
extraña sensación de conexión con él, como si pudiera ver más allá de su apariencia y sus
circunstancias.

Pestañeo soltando la mano de este, viendo su propia mano confundido antes de levantar la
mirada al hombre.

Amos Kane.

Como pensó, un mago extranjero, aunque técnicamente Draco aquí es el mago extranjero.

La línea de magos de la familia Kane se remonta a la antigua civilización egipcia, donde los
primeros miembros de la familia eran descendientes de los faraones y gobernantes de Egipto.
Estos antiguos magos egipcios eran conocidos como los "Hechiceros del Antiguo Egipto" y
tenían la capacidad de manipular la magia y conectarse con los dioses egipcios.

Aunque claro eso ultimo solo eran historias de niños.

No conocía a muchas familias de magos egipcias, pero incluso los Kane eran famosos entre
los sangre pura, aunque siempre era más de fama de no acercarse a ellos.

—¿Cómo lo sabes? —pregunto Draco intentando no pensar en esto, más bien curioso de que
este hombre extraño parecía saber cosas que no él.
Sabe su nombre.

Sabe que algo está mal.

Incluso para estándar de magos, eso no es normal.

Amos Kane solo sonrió enigmáticamente y dijo:

—Algunas cosas son más evidentes de lo que parecen a simple vista, joven Draco. Puedes
encontrarme si necesitas alguna ayuda en este nuevo camino que estás emprendiendo—

Antes de que pudiera responder, su madre le llamó para continuar con los trámites, y se vi
obligado a despedirse de Amos Kane, aunque la sensación de su mirada enigmática persistió
en su mente.

Camino hacía su madre confundida.

Odiaba hablar con otros por igual, pero si era un mago egipcio, lo mejor era no ser tan
arrogante como suele serlo; ya que era de una familia superior a los Malfoy, aunque odiara
admitirlo. El linaje de los Kane era demasiado puro y los magos egipcios eran demasiado
complicados.

Su madre por otro lado simplemente comento que era hora de despedirse de su padre.

Un momento.

—¿Despedirme? —pregunto alarmado, pero su padre solamente asintió de forma algo tensa.

—Tengo que volver a la mansión de inmediato para solucionar el problema, te vere cuando
termine el verano—cada cosa que decía, sonaba peor que la anterior, Draco volteo a ver a su
madre alarmado, pero esta se mantuvo tensa—tu madre hablara contigo, pero no importa lo
que digan los demás Draco—el hombre se agacha para estar a su altura y eso lo aterra.

Lucius jamás se agacharía para estar a su altura, porque eso era debilidad y Lucius es superior
que Draco, su padre le ha enseñado desde niño a respetar a sus mayores dentro de su círculo
social, especialmente a su padre; porque su padre era el mejor de todos.

Draco siempre quiso ser como este, digno y siendo el jefe de la casa Malfoy.

—Padre—musita, antes de congelarse cuando este lo abraza inesperadamente.

No era un niño para que lo abrazara.

Draco había pasado su tiempo infantil donde pediría abrazos constantes de su padre cuando
era pequeño, pero a partir de los 8 años comenzó su entrenamiento total para ser heredero y
esta clase de demostraciones indignas las dejo de hacer.

Fue extraño.

Preocupante.
Demostraba que tal vez la situación que había pasado ese día, era peor de lo que esperaba.

La calidez de su padre lo hizo sentir inquieto, pero no se alejó para que su padre no dijera
nada, disfrutando cuanto podía de la sensación.

—No importa que digan los demás, recuerda que siempre serás su hijo, el heredero de la casa
Malfoy y nadie, jamás podrá cambiar eso—susurro con determinación en su oído, antes de
separarse finalmente.

Con una pequeña caricia a su cabeza que lo congelo, su padre le dio un asentimiento a su
madre antes de marcharse entre lo que parecían un montón de oficinas por donde vinieron.

Volteo a ver a su madre, pero esta solamente sujeto de su mano como si fuera un niño perdido
y por un momento, se sintió como si lo fuera.

—Tenemos que irnos Draco, rápido antes que sea tarde, te lo explicare todo en el camino—
aseguro esta antes de comenzar a caminar en dirección diferente de donde su padre se había
marchado.

Si.

Su mal presentimiento solo aumento, cuando volteo a ver tanto Amos como su padre habían
desaparecido y eso hizo que su vientre se sintiera ahogado por algún motivo.

En Estados Unidos no tienen un autobús noctambulo, un transporte para plebeyos que Draco
nunca utilizo, en su lugar cuando su madre salió con él del ministerio americano, invoco algo
llamado el Carruaje Estelar que según el portero que los hizo subir es un medio de transporte
mágico exclusivo para magos y brujas en el continente americano. El carruaje tiene la
habilidad de viajar rápidamente y sin ser detectado entre diferentes ubicaciones mágicas tanto
durante el día como durante la noche.

Es como el autobús noctambulo, o lo que supone es este, pero mejor.

Su orgullo ingles se siente herido, porque el ministerio de Inglaterra no puede hacer algo
como esto.

El carruaje tiene un diseño elegante y etéreo, con un cuerpo de color negro profundo
decorado con detalles dorados que parecen relucir como estrellas. Está tirado por majestuosos
caballos alados que tienen la capacidad de volar y desplazarse tanto por tierra como por aire a
una velocidad asombrosa. Sus alas brillantes se reflejan como destellos de luz en el cielo
nocturno.

El interior del Carruaje Estelar es igual de impresionante que su exterior. Cuenta con asientos
acolchados y cómodos, decorados con bordados de estrellas y lunas. Las ventanas son de
cristal encantado que se adapta a la luz exterior, proporcionando una vista panorámica del
paisaje circundante mientras viajan.
Estaba vacío, lo cual era genial, aunque Draco no sabe a dónde van todavía.

Su madre juega con sus manos sobre su vestido, luciendo bastante preocupada y Draco
parece cansado de esto.

—¿A dónde vamos? —maldición suena como un niño, pero cree que tiene derecho de
quejarse porque no tiene idea de que está pasando.

Su madre parpadea, antes de verlo de reojo con un suspiro.

—Un lugar seguro para ti—

Sintió todo su cuerpo ponerse tenso.

—¿Pero no para ti? —

—Volveré a la mansión Malfoy apenas estes a salvo, yo debo volver, porque no puedo entrar

—¿Donde? —

Narcisa tomo aire antes de suspirar, cuando volteo a verlo parecía haber envejecido un poco
más y por un instante, no era la mujer elegante de la alta sociedad que todos siempre habían
aspirado a ser, parecía una mujer cansada; muy cansada de la noche a la mañana.

Esta tomo su mano sobre su propio regazo, dándole un ligero apretón.

—Un campamento especial para personas como tú Draco, hay tanto que debo decirte, pero
por ahora ocupamos que estes a salvo; cuando todo se solucione te prometo explicarte todo lo
que pueda—hablo con una voz cariñosa, pero Draco estaba comenzando a cansarse de todo
este secreto.

El carruaje hizo un freno bastante violento anunciando que ya llegaron, Draco casi se
estampa con el asiento delante de él; su madre hablo con el cochero diciendo que volvería
pronto y este hizo un ademan de esperarla.

Lo iba a dejar aquí.

En medio de la nada.

Draco se bajó del lugar con un gruñido, porque este día solo empeoraba y empeoraba.
Estaban en medio de un frondoso bosque lleno de árboles altos y antiguos, cuyas ramas se
entrelazaban formando un dosel verde y oscuro sobre el camino. Los rayos de sol se filtraban
tímidamente entre las hojas, pintando pequeñas manchas de luz en el suelo.

A medida que se veía a lo lejos, las señales de la civilización mágica se volvían más
evidentes: una escultura de mármol de una criatura mítica en un claro del bosque, extrañas
palabras escritas en griego antiguo talladas en los árboles y antorchas mágicas que se
encendían solas a su paso.
Fue inquietante porque el camino finalmente se abrió a un amplio claro donde se encontraba
la entrada de un lugar que parecía estar rodeado de una enorme fuente de magia protectora
anormal, quiso dar la media vuelta para irse, pero su madre lo detuvo con ambas manos en
sus brazos luciendo alarmada viendo en todas direcciones; no sentía nada fuera de lo normal,
pero eso lo hizo estar alerta por alguna razón.

—Escúchame bien Draco, dame tu varita—no, eso no iba a pasar, Draco sujeto la varita
contra su pecho viendo alarmado a su madre, porque todo esto no era normal—es un
campamento para niños como tú, pero ellos no pueden saber que eres un mago, al menos no
pueden saber sobre el mundo mágico; son especiales, pero los mundos de ellos y el nuestro
no suele unirse, es peligroso—

Bien ahora sí, ya lo había perdido, mucho más que antes.

—¿Qué mundo madre?, sé que piensan que soy un niño, pero ha viajado a otro continente sin
una explicación, creo que merezco al menos una para estar en medio de la nada y que quieras
quitarme mi varita—gruñe claramente en medio de un berrinche, pero es que no tiene
sentido.

Está harto.

Ama a sus padres, pero piensa que lo mínimo que merece es un poco de explicación para
esto, porque aparentemente su madre se iba a ir y apenas si pudo despedirse de su padre.

Ahora está aquí en medio de la nada.

Su madre lo ve ahora con dolor, Draco piensa que no ha dicho nada más que algo sensato que
tiene sentido para él, pero esta solamente parece por desmoronarse frente a él.

—Draco tú, tienes sangre especial dentro de ti—

—Lo sé, soy un descendiente de los Malfoy y los Black, las familias más importantes del
mundo mágico—

—No, Draco tu…no tienes sangre Malfoy—Draco se congela ante las palabras de su madre,
debe haber escuchado mal, porque su madre acaba de decir que no es un Malfoy, cuando eso
es ridículo; ha sido un Malfoy toda su vida—tu padre no puede tener hijos, obtuvo una
maldición que venía de generaciones en su familia, así que pedimos ayuda para tener un hijo
y…la persona que nos ayudó, tu padre biológico, es especial; este campamento tiene niños
especiales como tú—

El cerebro de Draco deja de funcionar.

A su mente llegan todos estos momentos en los anteriores años, en toda su vida, donde hizo
alarde de ser un Malfoy; todos lo admiraban por ser un Malfoy, Draco era feliz siendo un
Malfoy. La familia Malfoy vino con poder, con nombre, con respeto ante los demás.

Todos hicieron lo que quería.

Draco hizo lo que quiso.


Porque era un Malfoy y un Black.

Era un sangre pura.

—Soy un sangre pura madre, yo, soy un mago poderoso de dos familias milenarias—dice con
sonría nerviosa, esperando que su madre hubiera desarrollado en medio de la nada una
especie de humor enfermo y que todo esto fuera una broma creada incluso por Potter.

Que Potter saltaría y arruinaría su vida otra vez, no importa, no le molestaría la broma, se
reiría de esta.

Pero su madre no ríe.

—Eres especial tesoro, su niño especial, tu padre te ama tanto como yo, pero dentro de ti, tu
sangre es peligrosa—niega con la cabeza, pero su madre lo sujeta por los hombros, Draco
sigue negando—las criaturas lograron entrar a la mansión porque te querían, así que debes ir
al campamento, aquí pueden protegerte; cuando todo este seguro volverás a casa—

—No—

—No puedes usar magia, porque se supone que la sangre de ese hombre no debe mezclarse
con magos, los magos no deberíamos cruzarnos con ellos—

—¡NO! —

—¡DRACO! —su madre grita, su madre nunca le había gritado, pero el shock hace que su
madre le quite la varita y eso deja desprotegido a Draco, como si fuera un niño en medio de
la nada; oh esperen, lo era—podrían venir por ti ahora mismo, debes ir al campamento, no le
digas a nadie que eres un mago, finge ser un muggle que vivió desconectado de ellos y de
todo—como si las cosas no fueran mejor, todo solo empeoraba más y más.

Draco se sintió ahogado en emociones, porque sus ojos comenzaron a escocer, si bien no
lloraba, eso no significaba que no quisiera hacerlo.

Usualmente no quiere llorar.

Esto era como estar en medio del bosque prohibido con Potter y compañía, el peor momento
del año, donde si bien ninguna criatura se apareció cerca de Draco, eso no evito que sintiera
aterrado.

Sintió esas mismas ganas de querer llorar.

—Quiero ir a casa—bien ahora si sonaba como un niño pequeño, su madre acaricio su mejilla
con dulzura.

—Y yo quisiera que vinieras conmigo, pero no es seguro, aquí estarás seguro; pronto
volveremos por ti, nos comunicaremos, todo terminara en un pestañeo su pequeño dragón—y
solamente puede ser algo malo, cuando su madre lo llama con ese apodo cariñoso—pero
debes confiar en mí, debes ir por mí, por nosotros; eres un Malfoy Black, no importa que
tenga tu sangre, eres nuestro y debes hacer uso de tu nombre, tener el mentón alto y avanzar
—su madre dice antes de abrazarlo de forma desesperada.

Maldición.

Llora.

No quiere llorar, no quiere ser débil, pero llora mientras se aferra a su madre sin querer irse;
deseando que el abrazo pueda ser eterno.

Lamentablemente no lo es.

Su madre se aparta en lo que parece ser demasiado pronto, antes de empujarlo para que se
mueva, sus pies parecen pegarse al suelo cual pegamento; preguntando porque no puede ir
con ella, pero la mirada firme de su madre es la misma que tuvo la primera vez que fue
obligado a bailar con Pansy en una fiesta.

Es una obligación.

No puede retroceder, no importa que tanto no le guste.

Da un paso tembloroso, luego otro, esperando que mientras más rápido llegue ahí, más rápido
pueda largarse; volteo a ver a su madre quien parecía lucir lamentable a la distancia, y Draco
solamente siguió dando pasos.

Una imponente puerta de madera tallada se alzaba frente a él, flanqueada por altas columnas
de mármol blanco. Sobre la puerta, una inscripción en griego antiguo daba la bienvenida a los
visitantes: "Campamento Mestizo: Un lugar para los hijos de los dioses".

Draco odio la palabra mestizo.

La había usado en el pasado, no como un halago, si no como un insulto y de alguna forma no


pudo evitar sentirse horrorizado al pensar que algo dentro de él no era puro. Porque se
suponía que Draco era un sangre pura, alguien digno de respeto y superior a los demás.

Todo no hizo más que empeorar.

Dio un paso dentro, sintiéndose enfermo.

Sus pies se hunden en el suelo suave mientras cruzo el umbral del Campamento Mestizo. El
aire aquí es diferente, cargado de una energía que nunca había sentido antes. Los árboles le
rodean, formando un dosel verde y frondoso que oculta el lugar de miradas indiscretas.

Al mirar a su alrededor, ve cabañas pintorescas y encantadoras dispersas por el terreno. Cada


una de ellas es única, con símbolos y detalles que parecen contar una historia propia. Tiene
una idea vaga de que puede representar cada uno de esos símbolos, la mayoría son de historia
griega, de muchos dioses que había leído por años en su infancia.

Un lago tranquilo y sereno se extiende en el centro del campamento. El agua refleja el cielo
azul y las nubes blancas, creando una imagen idílica. No puedo evitar sentir una atracción
inexplicable hacia el lago, como si se llamara a sumergirme en sus aguas y descubrir sus
secretos.

Caminando más adentro del campamento, puede ver a lo lejos un anfiteatro donde supone
que se reúnen para ceremonias y reuniones.

Draco piensa dar media vuelta e irse, si, no está listo para esto.

—Un rostro nuevo—dice una voz a su derecha, que lo hace tensarse y llevar instintivamente
su mano al bolsillo de su varita.

Que no tiene.

Porque su madre se lo llevo.

Su rostro permanece tenso al ver a un chico frente a él.

Es un chico alto frente a él, de edad una edad similar a alguien de su último año de Hogwarts,
de contextura atlética y musculosa. Tiene el cabello rubio rojizo muy corto, ojos azules, una
nariz afilada. Lo único inquietante en el aspecto del chico era una cicatriz pálida, gruesa y
profunda que iba desde la parte inferior del ojo hasta la barbilla.

Es agradable a la vista, no es que importe mucho ahora.

Draco traga saliva levantando el mentón, quiere decir algo sobre que es un sangre sucia, pero
realmente su madre no le explico que es este lugar.

Son personas especiales, como él, pero no determino que clase de persona especial es.

Su mano se mueve inquieta en su costado.

Maldición.

—Debes ser un mestizo si pudiste cruzar el umbral—habla el chico intentando ser amigable,
pero el cuerpo de Draco se eriza.

No.

Eso sí que no, nadie nunca le dijo mestizo en la casa; no va a empezar ahora.

—No soy un mestizo—gruñe con odio, tanto que hace al chico saltar un poco atrás con las
manos levantadas en señal de rendición.

—Tranquilo chico, no te enojes, yo también soy uno—le dio una mirada poco impresionada y
molesta, que hizo a este suspirar—supongo que tu padre no te ha reclamado, no te preocupes,
sígueme te presentare el lugar, su nombre es Luke—se presenta con una sonrisa radiante,
pero Draco ya lo tiene como un enemigo por sus palabras.

No quiere seguirlo, quiere irse a casa, pero su madre le dijo que tiene que estar aquí.
Quiere llorar.

Pero no está con su madre, esta con un desconocido.

No iba a llorar.

Se intenta convencer que esto es como volver a Hogwarts otra vez, volver a empezar de
nuevo y se ha topado con el guardia del lugar tonto como el jardinero medio gigante de
Hogwarts. Con el mentón en alto lo sigue, viendo el lugar con asco poco disimulado, porque
todo este lugar parece de baja categoría y solamente puede estremecerse al pensar que está en
un lugar así por meses.

Sus padres le mintieron, esto era una tortura.

Casi quiere volver a casa, cualquier monstruo sería mejor que esto.

—Usualmente Quirón es quien da la bienvenida (junto con un video demasiado


desactualizado sobre el tema), pero está en una misión especial, parece ser que hay un chico
especial que necesita ayuda para venir con nosotros—Draco solamente lo sigue, notando que,
aunque es algo tarde, hay muchas personas por ahí.

Chicos y chicas, jóvenes con camisetas naranja que Draco espera no lo obliguen a ponerse.

Es como tener una camisa de los Chudley Cannons.

Moriría antes de usar esa aberración.

—Luke—habla una niña que se acerca con una sonrisa, de cabellera rubia y piel bronceada,
que lo ve con curiosidad mal disimulada—es un chico nuevo, ¿ya fue reclamado? —pregunta
viéndolo a él, antes de darle una mirada soñadora al chico.

Que asco, parece a la mirada soñadora que Pansy le da a él, aunque se supone que en un
futuro podría ser una de las candidatas a ser su esposa, Draco no se siente inclinado en
casarse con su amiga; eso no la ha disuadido para no actuar como tonta enamorada a su lado.

Claro que no puede evitarlo.

Draco es simplemente perfecto, aunque el día de hoy, parece que debe replantearse muchas
cosas sobre él.

—No se Annabeth, parece algo confundido, ni siquiera recuerda su nombre—

—Mi nombre es Draco, Draco Malfoy—dice con mentón en alto, pero en lugar de causar una
clara impresión de la cual está acostumbrado, ambos chicos lo ven fijamente, sin parecer
emocionados que hable con ellos al ser plebeyos.

Draco odia este lugar.

—¿Quién es tu padre? —pregunta Annabeth con voz mandona, que le recuerda un poco a la
sangre sucia de Granger.
—Lucius Malfoy y Narcisa Black—responde con voz tensa, odiando hablar con esa mocosa,
pero siempre orgulloso de hablar de sus padres.

Esta rueda los ojos cansada.

Ni siquiera parece afectado por los nombres de sus padres, es una inculta.

—No idiota—va a maldecirla, no tiene varita, pero sabe que en condiciones extremas los
magos pueden hacer magia sin varita y va a iniciar maldiciendo esta niña por insultarlo—
hablo de tu padre que es un dios—añade callándolo en ese instante.

La boca de Draco se abre incrédula, antes de ver aterrado a Luke, quien solamente sonríe de
forma divertida.

—Bienvenido al campamento mestizo para hijos de dioses Draco Malfoy—afirma este con
mirada cálida, al tiempo que Annabeth a su lado lo ve casi con aburrimiento.

Draco solo siente que todo lo inunda y por primera vez en su vida, pero cree que no la última,
se desmaya.

Nada como un primer día de vacaciones donde todo en tu vida da un giro de 180 grados,
curiosamente si bien ese día fue un desastre, los siguientes solamente empeorarían.

Pero bueno, este es el inicio de su historia y les digo desde ahora, no va ser corta; no puedo ni
empezar a decirles cuando vuelva a Hogwarts, pero por ahora, vamos a comenzar relatando
los eventos de ese primer verano.

Y como su vida dio un cambio al convertirse en el hijo de un dios.

Continuara…
Capítulo 2: Un chico molesto llamado Percy Jackson se une a mí,
literalmente.
Chapter Summary

La primera semana de Draco en el campamento mestizo, es la peor semana se su vida y


si tiene que volver a usar una de esas duchas va a pensar seriamente en suicidarse.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

El Campamento Mestizo, también conocido como Campamento Media Sangre, está ubicado
en Long Island, Nueva York, en Estados Unidos. Más específicamente, se encuentra en una
playa del lado sur de Long Island, cerca de la ciudad de Montauk.

La ubicación exacta del campamento es un lugar secreto y protegido mágicamente para


mantenerlo oculto de los ojos de los mortales, muggles e incluso magos. Para los semidioses,
la entrada al campamento se revela solo cuando están listos para descubrir su identidad y
reclamar su lugar en el mundo mitológico, o sin son Draco que no deja de preguntar hasta
que obtiene una respuesta.

No es que sepa mucho de la geografía de este país, pero almacena el dato para el futuro.

El lugar está diseñado específicamente para ser seguro y acogedor para los semidioses,
proporcionándoles un hogar donde puedan aprender a dominar sus habilidades, entrenar para
enfrentar las amenazas del mundo mágico y sentirse parte de una comunidad donde
finalmente encajen.

Es importante que los campistas mantengan el secreto del campamento y su ubicación para
protegerlo de posibles peligros y mantenerlo como un refugio seguro para todos los
semidioses que llegan buscando su lugar en el mundo mágico.

Draco solamente piensa que ha entrado en caos la primera noche de estar en el campamento,
primero ocupa un buen tiempo para procesar todo esto de la sangre de dioses, que realmente
existen y que aparentemente uno de ellos es su padre biológico. Vomita un poco en el
proceso, pero nadie parece alarmado, Luke es extremadamente amable y Draco lo aborrece
por necesitar ayuda en este momento de debilidad.

Lo peor.

Tiene que dormir en la cabaña de Hermes, porque no es reclamado por ningún Dios y Draco
claramente no sabe quién es su padre, porque sorpresa, su madre tampoco le dijo eso. Así que
tiene que dormir en el suelo, con una bolsa de dormir muggle, sintiéndose en shock porque
no hay ni una puta cama libre para alguien de clase como él; quiere quejarse con los dueños
de este inmundo lugar, pero simplemente los eventos de la noche lo arrastran.

No duerme.

No puede dormir.

Nada tiene sentido.

Odia este lugar con todo su corazón desde el primer día. Para alguien de su clase y estatus
que siempre ha pasado por las mejores instalaciones y adquirido lo mejor de lo mejor, estar
aquí es la peor cosa que te pueda pasar. Los baños son compartidos, baños de baja calidad y
Draco simplemente se queja cuando está en ellos. También se queja cuando tiene que hacer
fila para comer, porque no importa que tanto diga que es un Malfoy, estos incultos no saben
que significa esto en el mundo mágico; ellos no saben del mundo mágico.

Draco debe fingir ser un muggle.

Incluso si pensara en desobedecer la regla de su madre, tampoco es que pueda hacer algo para
que le crean, ya que no tiene una varita y a este punto es similar a un Squib. Draco odia
hablar con estos mestizos, pero lo que más odia es pensar que esto hace a Draco una especie
de mestizo y todo lo que más odiaba es en lo que se ha convertido.

Quiere ser un poco positivo.

Sangre de dioses está en sus venas, por lo cual, aunque sea un mestizo, eso lo hace especial y
mucho mejor que cualquier simple mago de Hogwarts; tiene sangre de dioses mitológicos en
sus venas. El único problema es que no es tan especial como quisiera, este campamento está
lleno de personas con sangre como la suya y es mucho peor, porque algunos de ellos ya han
sido reclamados de alguna forma por un Dios.

Draco no.

Draco tiene un padre celestial, pero no lo ha reclamado y según lo que escucho de Luke, uno
de los pocos que lo tolera y le enseña el campamento, es algo muy raro que tu padre te
reclame; tiene la teoría de que lo soporta por ser una especie de mentor y líder temporal.
Nadie parece querer a Draco, pero eso está bien, porque Draco no quiere a nadie aquí; su
influencia es inútil y sigue siendo obligado a dormir en el suelo.

Incluso querían que recogiera fresas, o al menos eso quisieron, hasta que Draco hizo un
berrinche del nivel de su padre celestial (fuera quien fuera) sobre no hacer trabajo de plebeyo.

No solo eso.

Todo aquello que siempre hizo especial a Draco, aquí no parece ser importante. Su energía
casi ilimitada era casi igualada por todos los chicos del campamento, su forma de crear
estrategias parecía pequeña comparado a los hijos de Atenea; Draco incluso era de los peores
estudiantes cuando fue obligado a ir a una práctica con armas.
Nunca había tocado un arma.

¿Para qué hacerlo cuando tienes una varita y magia?

Bueno.

Ya no la tiene.

Entonces aquí aparte de hacer ejercicio todos los días (se supone que era un puto
campamento, no está disfrutando en absoluto), comer con los plebeyos y compartir baños que
Draco no ha querido utilizar, pero lo hace, te enseñan a usar armas. Todos parecen tener un
arma predilecta y Luke intento amablemente comenzar con la espada, antes de descartarla
cuando salió volando y casi le corta el brazo a alguien; Draco no era la persona popular en el
campamento ahora.

Pero si odia algo actualmente es a Clarisse La Rue, la perra hija de Ares bien podría ser una
forma en como Draco se vio en Hogwarts, disfrutando de molestar a los campistas nuevos;
Draco era claramente el chico nuevo y eso le enfermaba. Porque la niña es mucho más
corpulenta que él, así que cuando lo arrojo en un contenedor de basura y cerró la puerta,
Draco se mantuvo dentro de este con el ego y orgullo completamente destrozado alrededor de
una hora hasta que Annabeth lo encontró.

Odiaba todo.

Grito como odiaba el lugar, pero nadie le hizo caso y solamente odio todo más.

Tomo una ducha en este lugar de mala muerte, porque incluso esas duchas horribles eran
mejor que estar rodeado de basura todo el día; no tenía esencias o perfumes, no había un
shampoo útil, la barra de jabón parecía ser un pedazo de piedra. Sus ropas no funcionaban
aquí, toda su ropa de diseñador y túnicas, no funcionarían así que le fue otorgada ropa de
segunda mano del campamento; telas completamente dolorosas para su piel, que sin duda era
para personas pobres.

Cuando se vio con la camisa naranja, entro en depresión.

Era increíble como solo dos días habían arruinado totalmente su espíritu.

Había cabañas que parecían dignas de Draco, dignas de un mago de sangre pura (bueno no
era sangre pura, pero era difícil dejar caer viejas costumbres) que probablemente tendrían al
menos una cama; como su estándar de una cama con sabanas de seda tamaño King paso a una
cama, es algo que Draco jamás perdonaría de este lugar. No puede entrar a esas hermosas
cabañas dignas de él.

Incluso con la introducción de Luke y la explicación de Dioses o semidioses, Draco no se


siente alguien especial.

Pero no puede ir a esas cabañas.

Son para los hijos de los 3 grandes.


—Los tres grandes Dioses: Zeus-Poseidón-Hades hicieron un pacto para no tener hijos—
había dicho Annabeth como esa estúpida sabelotodo de la sangre sucia de Granger, era como
tenerla en el hombro y no importa que grosero fuera Draco, ella no se marchaba.

Una parte de Draco piensa que es estúpido entonces que hicieran cabañas para los tres
grandes si no tienen hijos.

Por otro lado, Draco esperaba no ser un hijo de Atenea, lo único peor es de no tener un padre
Dios que te reconozca, seria estar en la cabaña de cerebritos; una parte temía que este fuera el
caso por su amor a la lectura, pero no quería estar cerca de Annabeth constantemente.

Ya era un calvario constante sin ser hermanastros.

Sus ojos grises por otro lado, lo apuntaban como un predilecto para la cabaña de Atenea, así
que debe tener cuidado.

Aunque había muchos dioses que ni siquiera tienen cabaña, así que eso sería incluso peor, por
lo cual Draco quiere pensar que, si al menos era un hijo de un dios, seria de alguno
importante. En el mundo mágico tener un hijo mago era un momento de emoción y se
trataban como un regalo precioso, si bien había familias numerosas como las comadrejas, en
general una familia de magos de sangre pura tendría de uno a tres hijos; solo los necesarios.

Los dioses parecían tener hijos por montones, la inmortalidad debe ser aburrida.

—Eres molesta—gruñe Draco el tercer día caminando hacía el campo de entrenamiento, no


duerme bien, el sueño es nada comparado con su cama en la mansión Malfoy.

Ni siquiera hay elfos domésticos que ayuden, cuando le pidió a un sátiro que hiciera su
trabajo y le sirviera, este literalmente le escupió en la cara.

Si.

Su orgullo estaba mancillado por el suelo.

Esta irritado todo el tiempo.

Quiere irse a casa.

Ahora todo el campamento hace burla de Draco, diciendo que seguramente era de esos niños
ricos (no era su problema que todos fueran de familias pobretonas) y hacían falsas
reverencias cuando pasaba; no tiene la menor idea de cómo vivirá en este lugar por meses.
Otra cosa que odia son los hijos de afrodita, aunque al menos ellos parecen tener ropa
decente, no se iba a rebajar a pedirles algo, no iba a necesitar la ayuda de nadie; era un jodido
Malfoy.

O tal vez no lo era.

No quería pensar que dentro de él no había sangre Malfoy, porque toda su vida vivió
creyendo que era hijo de su padre, para ahora solamente tener sangre Black y de algún dios
aleatorio. Su apariencia era demasiado similar a la de su padre, cualquiera que fuera la
imagen de su padre celestial, sin duda había sido una excelente tapadera para que nadie
pensara que no era un Malfoy.

—Tu eres molesto también, pero lo hago por Luke, así que si eso significa soportarte que así
sea—diría la niña Chase con mentón en alto y Draco la vería con desprecio.

No ocupaba más que estar algunas horas en presencia de Annabeth al lado de Luke, para
saber que la niña claramente estaba enamorada de este: era tan molestamente obvia como
Pansy. Draco no dice nada, porque no le importa, pero aun así practica con esta porque no
puede practicar solo. Cuando el hacha que tiene para entrenar sale volando de sus manos y la
niña le gana con solamente una daga, bueno, el ego masculino también queda por los suelos.

Odia este lugar.

Odia su vida.

Desearía que la arpía (cree que esa era la criatura que lo ataco en la mansión Malfoy) lo
hubiera asesinado.

Pensó que saber griego antiguo de alguna forma le daría algún estatus, pero todos aquí podían
leer el puto griego antiguo y muchos dominaban varios lenguajes; así que hablar italiano-
francés-latín tampoco hizo alguna diferencia.

Annabeth se burló que era malo para las matemáticas.

Lo cual era estúpido.

Aritmancia era recibida en tercer grado y sabe matemáticas básicas, pero cuando la niña lo
destruyo con ecuaciones que no sabía cómo hacer, Draco pensó seriamente en lanzarle un
avada Kedavra sin varita.

La llegada de un chico nuevo alivio un poco la tensión de Draco, pensando que ahora
Clarisse al menos tendría carne fresca que molestar y por fin lo dejaría en paz; cuando intento
darle un puñetazo (fue vergonzosamente muggle, pero a falta de varita no tuvo otra opción)
esta lo había esquivado antes de golpearle el vientre sacando todo su aire. La tensión en el
campamento también era palpable con Annabeth diciendo de como los Dioses parecían
enojados cada dos por tres segundos, Luke intentaba tranquilizarla, pero tristemente para
Draco no estaba funcionando como quisiera.

Todos los participantes del campamento tienen este deseo de superarse y ser reconocidos por
sus padres celestiales, Draco realmente no siente eso por qué.

Draco tiene grandes padres.

No ha llegado a procesar que Lucius Malfoy no es su padre biológico, pero al no obtener


respuesta de quien podría ser su padre biológico de parte griega, supone que no tiene nada de
malo aceptar a Lucius como padre; siempre estuvo ahí, le hizo saber cómo ser un heredero y
le dio un apellido poderoso. Esta en este campamento solo porque sus padres quieren
protegerlo, no porque realmente piense que vale la pena y si fuera por él nunca habría venido.

No tiene deseo de complacer a los dioses y puede que fuera la única forma de porque Luke lo
soporta tanto, ya que cuando comento que le importaba un bledo los dioses, este pareció
curioso de su persona.

Draco se pavoneo un poco de que alguien al fin lo respetara, especialmente si era alguien
agradable a la vista y no parecía odiarlo.

Nadie que hubiera conocido a Dionisio podría pensar que los dioses valen la pena, en todas
las historias que su madre le comento sobre héroes, curiosamente ninguno era un dios; los
dioses son egoístas e ignoran a los demás, pero sus hijos por algún motivo tienen que cargar
con el peso de estos.

Draco no se siente atraído por Dionisio, es un idiota.

Lo admite, cuando conoció a Chiron tal vez se portó lo mejor que pudo, ya que según cuenta
la leyenda era quien entrenaba a los héroes y tal vez si no tuviera una semana en este lugar de
mierda, pudo haber actuado como una fanática; pero realmente no importa que tan amable
fuera ese hombre, no le hizo amar más este lugar.

Además, estaban todas esas criaturas, sus padres siempre le enseñaron que los magos eran
mucho mejor que cualquier criatura mágica.

Aquí siempre había sátiros por todos los lugares.

Era asqueroso.

Luego ese chico llego y todo fue de mal en peor. Aparentemente el mocoso que debería tener
la edad de Draco se había encargado de derrotar un minotauro por su cuenta (nadie entiende
cómo), el sátiro que debería buscarlo no fue útil en absoluto y ahora Draco tiene algunos días
libres de Annabeth que se había ofrecido a cuidar del niño; algo ocultaba la niña y Draco no
hizo muchas preguntas.

Días sin Annabeth.

¿Por qué preguntar algo?

—¿Qué opinas de esta? —había preguntado Luke luego de usar otra arma con Draco, cada
día practicaba con una diferente y si bien las dagas eran interesantes, Clarisse lo había
vencido tan fácilmente que las odio con todo su corazón.

Su cabello era un desastre, sus pies dolían todo el tiempo, sigue sin dormir bien y la camisa
de color naranja no combinaba con su cabello.

Había atravesado a uno de los hermanos Stoll por accidente con una flecha, uno de los
bromistas que les recordaban terriblemente a los gemelos Weasley; no era un buen augurio
para él.
—La odio un poco menos que las demás—gruñe viendo la lanza en sus manos, se siente
torpe, pero es mejor con la espada y no había apuñalado a nadie todavía.

Bien había intentado lanzarle el hacha a Clarisse dos veces, pero nadie tenía pruebas, pudo
haber sido solamente un poco torpe.

Dionisio ya lo había catalogado como peligroso.

Draco lo catalogo como idiota.

Una semana aquí parece eterna, no pensó que sobreviviría un día, pero ya llevaba 7 y eso fue
un mal augurio que el chico llamado Jackson apareciera; probablemente terminaría odiándolo
al igual que el resto de los campistas, hasta ahora solo Luke luego de este tiempo parece ser
pasable. También estaba ese niño que parece un poco menor que Draco de la cabaña de
Apolo, quien le tocaba curarlo todos los días, que parecía tener algo así como paciencia
estratosférica.

No lo había maldecido aún.

Eso es más del resto de campistas.

—¿Interesado en el nuevo campista? —pregunta Luke mientras camina de regreso a las


cabañas, Draco lo sigue esperando que su andar no sea tan desastroso.

Le han enseñado a caminar como un heredero, pero nunca había estado tan cansado en toda
su vida y eso era un récord para alguien que usualmente tiene suficiente energía; en este
campamento nunca nada parece ser suficiente.

—Mientras Clarisse vaya contra él, es lo único que espero de este—gruñe en voz baja con
amargura, pero a Luke parece agradarle ya que suelta una risa.

El niño duerme dos días.

Dos días sin Annabeth.

Puede que no fuera tan malo si lo ayuda indirectamente de esa forma.

Intento las clases de tiro al arco nuevamente con Chiron, pero su flecha casualmente se
estrelló en la espalda de Clarisse que lo volvió a contener en un contenedor de basura;
maldita sea por el niño nuevo que no despertaba tan rápido.

La cabaña once había sido el lugar donde Draco había estado la última semana. De todas las
cabañas, la once parecía más como una regular cabaña vieja de un campamento de verano,
con énfasis en vieja. El umbral estaba desgastado, la pintura marrón descascarada. Sobre la
puerta estaba uno de esos símbolos del doctor, un poste alado con dos serpientes envueltas a
su alrededor. Un caduceo. En el interior, estaba repleto de gente, tanto niños y niñas, más que
el número de literas. Sacos de dormir estaban repartidos por todo el suelo.

Era el lugar más inculto que Draco había tenido la oportunidad de dormir, al menos durante
esta semana.

Incluso cansado la mayor parte del tiempo no dormiría.

Todos en la cabaña menos Luke solían ignorarlo, aunque los hermanos Travis y Connor
parecen encontrarlo divertido (incluso con el accidente de la flecha de por medio), son casi
gemelos; Draco los asimila como los gemelos Weasley y eso no es un halago piensa
nuevamente. La mayoría de los miembros de la cabaña lo dejan tranquilo, aunque algunos
han intentado abrir su maleta y sacar su ropa cara; ha ganado burlas al respecto y agradece
que Dobby no pudiera ninguna túnica.

Sería muy complicado de no explicar.

El día que Percy Jackson despierta el rumor se corre por los hijos de afrodita, que dejarían en
envidia a Pansy con la velocidad de trasmitir información y eso lo distrae un poco; al menos
ya no tendrá que pensar en el juego de la bandera donde Annabeth puede ser muy…intensa.
Luke había dicho que podría estar en su equipo, pero la verdad es que Draco no quiere
participar y la mayoría no quiere que Draco participe.

Dionisio lo obligo.

Draco piensa que tiene motivos para odiar a los dioses ahora.

La presencia de Percy Jackson ese día en la entrada de la cabaña once deja a Draco un poco
confundido, lo ve de reojo cuando Chiron lo deja y algo dentro de él parece inquieto. Es de su
edad, algo flaco, pero el maldito cabello negro le hace pensar rápidamente en Harry Potter
hasta que ve sus ojos, azules; siente que lo ha visto en otro lado, pero no puede ubicarlo
realmente.

Annabeth a su lado rápidamente lo movilizo.

—Adelante—

El chico camino, tropezó en la puerta y Draco casi quiso felicitarlo por ser el idiota más
rápido que conociera. Hubo algunas risitas de los campistas, pero ninguno de ellos dijo nada.

Claro que no dirían nada, porque son unos idiotas y se dejan vencer por un niño que
supuestamente derroto un minotauro.

Pero Draco es hijo de dos de las familias de magos más importantes de la historia y ni lo
vuelven a ver, claro que no puede decirlo, pero eso no importa.

Odia la pirámide de poder social cuando no está en la cima.

La charla que siguió sobre Annabeth y alguien de la cabaña poco le importo.


—Percy Jackson, conoce a la cabaña once—

—¿Regular o indeterminado? —

—Indeterminado—

Todo el mundo se quejó y alguno que otro volteo a verlo como si de alguna forma fuera su
culpa, Luke rápidamente tomo el control como siempre y se adelantó.

No era del todo horroroso en liderarlos.

—Ahora, ahora, los campistas. Esto es para lo que estamos aquí. Bienvenido, Percy. Puedes
tener ese lugar en el suelo, justo allí—Draco que había comenzado a aceptar a Luke, lo odio
con todo su corazón cuando señalo el lugar vacío a su lado.

Una niña se rio, pero Draco simplemente gruño una maldición desde su esquina con el libro
de latín en sus manos; si iba estar aquí por quien sabe cuánto tiempo, lo mínimo que haría era
sacar algo de provecho en lugar de ser un puto bárbaro que iba por ahí agitando su espada sin
sentido.

—Se trata de Luke—Annabeth dijo roja como siempre, patética—Él es tu consejero, por
ahora—

—¿Por ahora? —

—Estás indeterminado—Luke explicó pacientemente. —Ellos no saben en qué cabaña


ponerte, por lo que estás aquí. A la cabaña once llevan a todos los recién llegados, a todos los
visitantes. Naturalmente, lo haríamos. Hermes, nuestro patrón, es el dios de los viajeros—

Al menos el niño nuevo parece desconfiado cuando se acerca a él, lo cual era un punto de que
tal vez no era tan idiota, pero al final del día todos aquí eran horribles.

—¿Cuánto tiempo estaré aquí? —pregunto el niño Percy a Luke.

—Buena pregunta—dijo Luke—Hasta que estés resuelto—

—¿Cuánto tiempo tomará? —

Los campistas todos se rieron, esta vez Draco no pudo contener el bufido de sus labios
ganando una mala mirada del niño nuevo.

—Vamos—Annabeth le dijo—Voy a mostrarte la cancha de voleibol—

—Ya la ha visto—

—Vamos—le agarró de la muñeca y le arrastró fuera.

Todos en la cabaña se reían y tal vez que Draco no mostrara interés en su padre, fue lo único
que no lo hizo caer en lo más bajo de la cadena alimenticia. Si bien algunos términos eran
aun desconocidos para él, sorprendentemente en principio sobre términos muggles,
rápidamente sabe que dentro de este campamento a los dioses no les importan sus hijos.

Ni siquiera los reclaman.

¿Por qué importarse por esos seres celestiales egoístas?

—¿Lo cuidarías por mí? —pregunta Luke sentándose en el lugar que ahora seria de Percy
Jackson, todos parecen distraídos y Draco lo ve casi molesto.

—Ya tiene a Chase en eso—

—Tú también eres nuevo, tal vez sea tu amigo—la esperanza en el rostro de Luke hace que
Draco arrugue su rostro como si fuera una blasfemia.

¿Hacerse amigo de alguien como ese niño inculto y sin ningún gramo de linaje ancestral?

No.

Eso no iba a suceder.

Luke se ríe de su expresión como si leyera su mente.

Lamentablemente Percy logro de alguna forma someter a Clarisse en los inodoros, lo cual fue
bastante humillante para Draco que no había tenido oportunidad; punto extra también había
mojado Annabeth. No era de su agrado total, pero al menos el chico nuevo hizo las cosas más
interesantes y lejos de Draco, no serían amigos, pero puede disfrutar de un peón que hace
bien su trabajo.

Había barbacoa, lo cual Draco había aprendido esos días, era carne comida de forma
mundana y demasiado cocida. Todos en la cabaña 11 parecían emocionados, pero Draco
realmente solo quería un rato para dormir y leer algún libro, su estómago por otro lado
parecía tener hambre y por eso se terminó colocando sobre sus pies para ir a comer.
Extrañaba casa, extrañaba los banquetes y su comida preparada por elfos domésticos. De
reojo pudo notar como el chico nuevo hablaba con Luke, cualquier cosa que este pareciera
necesitar y Draco encontró curioso a Luke.

Parecía ser bueno con los chicos nuevos.

Incluyéndolo.

No lo hizo más agradable, pero al menos lo hizo comprender como le había caído tan bien
rápidamente. Chris un adolescente casi de la edad de Luke de la cabaña 11, paso a su lado
haciendo una falsa reverencia que hizo que Draco quisiera mostrar los dientes; en su lugar
sonrió de forma falsa e imagino como se vería bajo su varita desenfundada.
Si tan solo pudiera hacer magia.

Pero este lugar parecía hacer que sus usuales arranques de magia accidental no sucedieran
como antes, no parecía necesitar estar siempre en control para dejar que la magia no saliera y
puede que solo se debiera a que siempre estaba demasiado cansado.

— ¡Once, formad en fila! —vociferó Luke.

La cabaña al completo, unos veinte, formamos en el espacio común. La fila iba por orden de
antigüedad, así que Draco se encontró solamente frente al chico Jackson; que lucía
terriblemente perdido como Draco debe sentirse. Los campistas llegaron también de otras
cabañas, excepto de las tres vacías del final, y del número 8, que parecía normal de día, pero
que ahora que se ponía el sol empezaba a brillar argentada.

Draco no culpo a Jackson y una parte de él, que no le gustaba, pudo identificarse con la
situación de este, siendo nuevo en este espantoso lugar.

—Hey—saludo el chico nuevo dudoso hacía él, luciendo tan terriblemente similar a Potter,
que Draco hizo una mueca antes de apartar el rostro rápidamente.

Si.

No era de su agrado.

El chico nuevo bajo la mano rápidamente viendo a otro lado, comprendiendo rápidamente
que no, no iban a ser amigos.

Draco decidió seguir la línea y subir por la colina hasta el pabellón del comedor con los
demás de la cabaña. Se les unieron los sátiros desde el prado, los cuales lo vieron con
molestia que Draco ignoro; aunque sintió al chico Percy verlo con duda. Las náyades
emergieron del lago de las canoas. Unas cuantas chicas más salieron del bosque, una niña de
unos nueve o diez años surgió del tronco de un arce y llegó saltando por la colina.

Era anormal.

Pero había vivido en un mundo mágico toda su vida, algunas cosas eran más fáciles de
aceptar.

En total, habría unos cien campistas, una docena de sátiros y otra docena surtida de ninfas del
bosque y náyades.

En el pabellón, las antorchas ardían alrededor de las columnas de mármol. Una hoguera
central refulgía en un brasero de bronce del tamaño de una bañera. Cada cabaña tenía su
propia mesa, cubierta con un mantel blanco rematado en morado. Cuatro mesas estaban
vacías, pero la de la cabaña 11 estaba llena en exceso.

Draco gruño a Percy cuando se sentó a su lado al borde de un tronco con medio cuerpo
colgando, este no parecía feliz tampoco por eso y en su lugar saludo a un sátiro a la distancia.
El señor D estaba sentado en la mesa 12, unos cuantos sátiros y una pareja de chicos rubios
regordetes clavados al señor D. Quirón estaba de pie a un lado, la mesa de picnic era
demasiado pequeña para un centauro.

Annabeth se hallaba en la mesa 6 con un puñado de chavales de aspecto atlético y serio,


todos con sus ojos grises y el pelo rubio color miel. Draco espero que no fuera reclamado por
la diosa Atenea una vez más, porque, aunque todo parecía apuntar que iría a esa mesa, la
mayoría de la cabaña 11 no era muy discreto al susurrar su apariencia; no quería ir ahí.

¿Tengo opción?

Pensó con sarna, sin querer pensar en su padre biológico inexistente y que no se encontraba
en la ecuación, aún era doloroso pensar en que alguien que no fuera Lucius Malfoy no fuera
su padre.

Él había dicho antes de despedirse que siempre seria su padre.

Debe saber la verdad, aun así, lo quiso.

No lo rechazo.

Cuando todo estuviera a salvo, Draco volvería y esto quedaría en el olvido.

Clarisse se sentaba detrás de ellos en la mesa de Ares. Al parecer había superado el remojón,
porque estaba riendo y eructando con todos sus amigos.

Al final, Quirón coceó el suelo de mármol blanco del pabellón y todo el mundo guardó
silencio.

Levantó su copa y brindó:

— ¡Por los dioses! —

Draco bufo por bajo mientras Percy lo veía de reojo.

Las ninfas del bosque se acercaron con bandejas de comida: uvas, manzanas, fresas, queso,
pan fresco, y sí, ¡barbacoa! Tenía el vaso vacío, pero Luke se dijo:

— Háblale. Pide lo que quieras beber… sin alcohol, por supuesto—

— Coca-Cola de cereza —dije. El vaso se llenó con un líquido de color caramelo burbujeante
— Coca-Cola de cereza azul. —El refresco se volvió de una tonalidad cobalto intenso.

Draco había pedido una vez whisky de fuego, antes que Luke le reprendiera, así que al menos
tenía fresco de manzana para variar.

Era lo único bueno de este lugar.

— Aquí tienes, Percy —hablo Luke ayudando al nuevo, por lo que Draco se desconectó.
Cuando era su turno de quemar comida para la ofrenda, tomo parte de su comida con
molestia ya que no le gustaba eso.

“Para el idiota que no me ha reclamado”, era usualmente su pensamiento.

El señor D se levantó con un gran suspiro luego de un rato.

— Sí, supongo que es mejor que os salude a todos, mocosos. Bueno, hola. Nuestro director
de actividades, Quirón, dice que el próximo capturar la bandera es el viernes. De momento,
los laureles están en poder de la cabaña cinco—

En la mesa de Ares se alzaron vítores amenazadores.

Aburrido.

Draco tomo una uva de forma desinteresada, un chico empujo su costado mientras comía y
tuvo que contar hasta 10, porque odiaba el contacto físico y el poco espacio.

Ni siquiera en Hogwarts era tan terrible.

Había sido demasiado cruel con Vincent y Gregory, si tan solo pudiera haberlos apreciado
más, eran mil veces más cultos que esta bola de descerebrados.

— Personalmente —prosiguió el señor D—, no podría importarme menos, pero os felicito.


También debería deciros que hoy ha llegado un nuevo campista. Peter Johnson—, Draco
soltó una risa, Percy…no, Peter lo vio mal. Quirón se inclinó y le murmuró algo—. Esto…
Percy Jackson —se corrigió el señor D—. Pues muy bien. Hurra y todo eso. Ahora podéis
sentaros alrededor de vuestra tonta hoguera de campamento. Venga—

Todo el mundo vitoreó, lo cual fue una mejor bienvenida que la de Draco, después de que se
quejara que odiaba este lugar. Luego tuvieron que ir al anfiteatro (Luke lo sujeto del cuello
antes que pudiera escapar), donde la cabaña de Apolo dirigió el coro.

Cantaban canciones de campamento sobre los dioses, comimos bocadillos de galleta,


chocolate y malvaviscos y bromeaban, Draco no pudo sentirse más lejos de casa y apenas
tuvo la oportunidad se escabullo a la cabaña 11. Nadie estaba ahí y pudo aprovechar para
derrumbarse sobre su saco de dormir, quería leer un poco, pero por algún motivo, solo se
sintió muy cansado.

Annabeth está a cargo de Percy.

Eso es una victoria para Draco.

Aunque eso provoca que deba tener otra persona para estar acompañándolo, porque
aparentemente Draco ahora era un peligro por su cuenta, lo cual es ridículo; Clarisse era un
peligro por su cuenta, no Draco. Así que, aunque quisiera que Luke fuera su guía designado,
porque era de las pocas personas que toleraba, alguien pensó que era buena idea dejar que
Will Solace fuera su cuidador momentáneo.

Fue patético.

El niño era menor que Draco.

El niño de la cabaña 7 al menos era más tolerable que el capitán de esta Michael, quien
usualmente lo ignoraba cuando llegaba herido; el 87% de todas las ocasiones por culpa de
Clarisse. La única ventaja es que el chico nuevo había hecho un buen número con la hija de
Ares, que esta se había olvidado de la existencia de Draco para planear su venganza contra
Percy Jackson.

La única razón por la que le parece más tolerable que sus hermanos, es porque Will tampoco
es bueno con el arco, a pesar que es hijo de Apolo. Así que es entretenido practicar con este,
comienza a encontrarse más relajado con la lanza, pero Will lo reprende cuando esta sale
volando y casi se inserta en la pierna de un sátiro.

También fue interesante ver que el famoso chico nuevo, dejo de ser tan famoso, cuando
comenzó a fracasar en casi todas las clases del campamento, menos en las canoas. Bueno
Draco tampoco destaco en nada, así que era agradable saber que no era el único chico nuevo
considerado inútil en este lugar; no es como si los que estuvieran aquí fueran super dotados.

Draco también podría derribarlos si tuviera años practicando con armas.

El martes por la tarde, tres días después de la llegada del chico nuevo al Campamento
Mestizo, tuvo su primera lección de combate con espada. Draco no quería estar ahí, pero
usualmente Luke lo arrastraba, aunque sabía que no tenía ningún talento con las espadas.

Percy Jackson parecía igual de malo al inicio.

Buenos reflejos.

Draco agradeció cuando luego de unos momentos Luke camino hacia él, palmeando su
cabeza a lo cual Draco gruñe antes que le dieran una lanza; suspira casi cuando la tiene en sus
manos. Luego de más de una semana aquí, esto parece ser lo único en lo que es pasable y no
piensa dejarla de lado. Es como el quidditch, si bien no destaca como los jugadores
profesionales, se ha esforzado desde niño y es bastante bueno. Su padre siempre habla sobre
talento natural, pero su madre le asegura que cualquiera que se esfuerce puede sobrepasar el
talento.

Va aplastarlos a todos.

Draco ha decidido que, con la lanza, va a ser tan bueno, que pronto todos tendrán que
arrepentirse de sus burlas a su persona.

Intento girarla entre sus dedos, pero cuando esta golpeo su cabeza, las risas pocos discretas de
otros miembros de la cabaña sonaron; no por primera vez prefería los entrenamientos
solitarios. Era ridículo que alguien como él, Draco Malfoy Black, tuviera que entrenarse en
artes tan primitivas; pero si quería ser como los héroes de las historias de su infancia,
aparentemente entrenar era parte de la trama de un héroe. Le gustaría que fuera entrenado por
Chiron, pero este siempre estaba ocupado.

Que no se diga en el futuro que no se sufrió en su entrenamiento.

—Ahora Percy, intenta entrenar con Draco un rato—comenta Luke de forma “amable”
dándole una mirada a Draco de que se comporte.

Si.

No.

Eso no va a suceder.

Draco le da una mala mirada a idiota-Percy, que parece encogerse en su lugar con la espada,
aunque no lo hizo tan mal como Draco al tener una; idiota. Lo único de ventaja es que la
lanza que tenía en sus manos le dio un poco más de distancia, el chico Jackson parece notarlo
al mismo tiempo; hay una extraña emoción cuando gira la lanza rápidamente y hace al chico
caer contra el suelo. Nadie parece prestarles mucha atención, todos enfocados en sus
actividades, no en los dos nuevos chicos; un poco decepcionante, pero se ha acostumbrado.

Siempre había sido el centro de atención, ahora no lo es, sigue adelante, haz que todos se
coman sus palabras.

—Eso fue rápido—gruñe el chico de cabello negro y por un momento, Draco puede pensar
que no es el idiota de Jackson, por un momento piensa en Potter.

La siguiente estocada es más difícil para el chico nuevo esquivarla, parece verlo nervioso,
pero Draco simplemente no quiere pensar en Potter y por eso se lanza a ataques más rápidos.
No es el mejor, Luke le ha demostrado que se siente comer polvo más veces de las que
quisiera, pero es mucho mejor que un total principiante o eso quería pensar.

El chico parece tener mejores reflejos y como todo semidios, una destreza similar desde cero
que Draco y antes de saberlo, este lo arroja contra su espalda.

Es bueno.

Como Potter.

Como Potter y el quidditch.

Potter y la magia.

Potter y sus estúpidos amigos.

Obviamente este niño idiota que se parece a Potter, también es bueno como él en todo y
Draco se levanta luciendo frustrado. Arroja la lanza ante la mirada incrédula del niño, antes
de caminar lejos con las manos en sus bolsillos.
—Espera—cree escuchar el niño nuevo, pero escucha a otros campistas decirle que lo deje
solo, que es una reina del drama.

La mirada decepcionada de Luke no hace mucho para aliviarlo.

Pasa el resto de la tarde en la enfermería, porque si va a la caballa Luke lo sacara, así que se
sienta en una esquina de la enfermería donde Will es el encargado de suministros médicos; no
lo ayuda, porque es un trabajo de plebeyos, pero Will tiene la decencia de no sacarlo del
lugar.

Ese niño Potter le molesta, este niño Jackson le molesta.

Cualquier Dios en el cielo que quisiera molestarlo, no estaba siendo gracioso.

Más tarde escucho que Percy Jackson pudo desarmar a Luke, lo cual provoco que Draco
rompiera el pan en sus manos con furia, ese niño Jackson se parecía demasiado a Potter y eso
solamente lo condeno a que su verano fuera un maldito infierno como Hogwarts.

El viernes Draco fue al campo de fresas con Will, Luke le había llamado para entrenar, pero
lo ignoro; no recogió fresas y en su lugar estuvo sentado sobre un banco despotricando sobre
Potter con Will. Este nunca pregunto quién era Potter, pero al menos no lo tacho de un loco y
lo vio con cansada exasperación como su padre. Pronto seria la lucha de capturar la bandera,
pensó que luego de su primera vez el día siguiente de aparecer en este lugar, no lo tomarían
en cuenta, pero la palabra de Chiron era la ley y Draco no tiene muchas opciones.

Will no lucharía y se quedaría con algunos de sus hermanos para atender heridos.

Draco por primera vez deseo ser hijo de Apolo para saltarse algunas tareas.

¿Por qué se quejaba de Potter?

Costumbre probablemente.

—Y ese idiota niño nuevo se parece a él, la desgracia me persigue—gruñe Draco caminando
hacía las mesas de la cena, Will parecido emocionado de alejarse de él y solamente lo resintió
un poco.

Tomo asiento lo más lejos de Jackson durante la comida.

Este apenas si lo había visto, parecía perdido en sus propios problemas o pensamientos, así
que bien por ambos que buscan estar lo más lejos del otro.

Mientras arroja la comida a la hoguera como lo otros campistas, se pregunta qué dirá hoy, sus
frases favoritas son:

“Para el donante de genes que no se reconoce”


“Para el dios patético que seguramente es de baja categoría y por eso le da vergüenza
presentarse”

“Para el porcentaje de material biológico que arruino su vida”

“¿Qué mierda es YouTube?, pues seguramente mejor que para el padre biológico que tengo,
y poner algo muggle sobre este es mucho”

“Quiero ir a casa, si me envías ahí a salvo, prometo no seguir insultándote…mucho”

“Para el dios feo del olimpo”

“Para Hestia, ella me cae bien”

La diosa de la hoguera no tenía hijos, así que no podría ser su padre, no necesitaba ser un
hombre para ser su padre biológico precisamente; no fue perturbador averiguar eso, entre
magos el género era bastante relativo para tener pareja…o hijos. Pero Hestia parecía no
involucrarse en ningún inconveniente según descubrió estos días, así que siempre era un buen
dios o patrón para el cual dar una ofrenda de comida. Mucho mejor que el resto de padres
desinteresados, como la mayoría de niños sin reclamar (como Draco) demostraban lo poco
que eran importantes para los olimpos.

Tener hijos por montones: por supuesto que sí.

Reclamarlos: claro que no.

—Nunca parece que te gusta esta parte—musita Luke a su lado, luego de dar una ofrenda a
su padre.

Draco arruga el rostro, casi queriendo preguntarle que, si era mejor que se fuera con su
preciado Jackson, al cual había estado cuidando este tiempo; pero sonaba demasiado infantil,
para él. Draco no necesitaba niñera, ahora que hay otro niño nuevo, es normal que Luke este
cuidando de este.

Aun así.

Todos parecen alrededor de Jackson.

Es como vivir un Potter 2.0.

Es molesto.

—Dar ofrenda de comida a alguien a quien no le intereso, ni siquiera me reclama, no veo la


importancia de los olimpos para algo aparte de arruinar su vida—gruñe con amargura viendo
las llamas crepitar.

Hestia será.

De reojo nota la mirada de Luke, parece algo diferente a lo que ha conocido, pero dura
demasiado poco.
—Si…pienso igual—es casi un susurro, pero antes que pueda preguntar, hay un pequeño
alboroto y el rostro de Luke vuelve a estar brillante como siempre.

¿Se lo habrá imaginado?

Era pronto la hora.

Así que Draco fue a su asiento aburrido.

Por fin había llegado el momento de capturar la bandera.

Los campistas gritaron y vitorearon cuando Annabeth y dos de sus hermanos entraron en el
pabellón portando un estandarte de seda. Medía unos tres metros de largo, era de un gris
reluciente y tenía pintada una lechuza encima de un olivo. Por el lado contrario del pabellón,
Clarisse y sus colegas entraron con otro estandarte, de tamaño idéntico pero rojo fuego,
pintado con una lanza ensangrentada y una cabeza de jabalí.

Luke a su lado parecía explicarle las cosas a Jackson, Draco por otro lado estaba meditando
sobre fingir herida e ir con Will para evitar esto.

Se anunciaron los equipos. Atenea se había aliado con Apolo y Hermes, las dos cabañas más
grandes; al parecer, a cambio de algunos privilegios: horarios en la ducha y en las tareas, las
mejores horas para actividades.

Ares se había aliado con todos los demás: Dioniso, Deméter, Afrodita y Hefesto. Por lo visto,
dos chicos de Dioniso eran bastante buenos atletas. Los de Deméter poseían grandes
habilidades con la naturaleza y las actividades al aire libre, pero no eran muy agresivos. Los
hijos e hijas de Afrodita no eran un problema demasiado grande; prácticamente evitaban
cualquier actividad, miraban sus reflejos en el lago, se peinaban y cotilleaban.

Draco miro con interés esa cabaña.

Era hermoso.

Draco era hermoso, así que ser hijo de afrodita no sería tan malo, claro que en términos de
lucha era un poco decepcionante, pero era mejor que ser hermanastro de Annabeth.

Por otro lado, los únicos cuatro niños de Hefesto no eran guapos, pero sí grandes y
corpulentos debido a su trabajo en la herrería todo el día. Podrían ser un problema. Eso
dejaba, por supuesto, a la cabaña de Ares: una docena de los chavales más grandes, feos, y de
cualquier otro lugar del planeta.

Quirón coceó el mármol del suelo.

— ¡Héroes! —anunció, Draco tal vez se sintió un poco mejor por ser llamado así—Conocéis
las reglas. El arroyo es la frontera. Vale todo el bosque. Se permiten todo tipo de artilugios
mágicos. El estandarte debe estar claramente expuesto y no tener más de dos guardias. Los
prisioneros pueden ser desarmados, pero no heridos ni amordazados. No se permite matar ni
mutilar. Yo haré de árbitro y médico de urgencia. ¡Armaos! —
Abrió los brazos y de repente las mesas se cubrieron de equipamiento: cascos, espadas de
bronce, lanzas, escudos de piel de buey con protecciones de metal.

A veces se reía de que Hogwarts era considerado el lugar más seguro del mundo, pero su
padre tenía más de una docena de historias para comentar que eso no es verdad.

Luego esta este campamento.

Donde deben aclarar el no asesinar.

¿Por qué esta aquí?

Tal vez debería escabullirse, pero antes de siquiera llegar lejos, Luke lo sujeto por el cuello
de su camisa como si fuera un cachorro, antes de colocar un casco con penacho azul encima,
darle una lanza y mirarlo con algo que parecía ser un plan formándose.

No podría ser tan malo.

Era Luke.

Confiaba en Luke, muy a su pesar.

Retira lo dicho, no confiaba en Luke.

Patrullar la frontera había dicho, quédate junto al arroyo y mantén a los rojos apartados, deja
el resto a los demás.

Si.

El único problema, no estaba solo.

Estaba con Percy Maldito Jackson.

Alguien entre los dioses, se estaba vengando de sus estúpidas ofrendas en la cena hasta ahora.

Jackson parecía inquieto, luego que pasaron algunos minutos de llegar, Draco se había
arrojado sobre un tronco en el suelo; el primer día habría pensado que eso sería impensable.
Pero ahora con la ropa de este estúpido campamento, que picaba sobre su piel y la camisa
más horrible de color naranja que alguien puede imaginar.

No le importaba arruinar su ropa.

—Linda noche—tropieza con sus propias palabras Jackson.

Lo ve enojado.

Este salta un poco incomodo.


Era una noche cálida y pegajosa, su ropa ya estaba algo transpirada. Los bosques estaban
oscuros, las luciérnagas parpadeaban. Annabeth les había ubicado (odiaba cuando ella daba
órdenes y debía seguirlas) junto a un pequeño arroyo que borboteaba por encima de unas
rocas, mientras ella y el resto del equipo se dispersaba entre los árboles.

—Somos carnada—gruñe molesto que Jackson no lo hubiera descubierto, por el rostro


sorprendido de este, parecía ajeno y Draco solo pudo pensar que era un idiota—claramente
los dos nuevos a los cuales la perra de Clarisse odia, son carnada, pronto vendrán y nos darán
otra paliza—añade con aburrimiento.

¿Cuándo esto se convirtió en cotidiano?

Recibir una paliza de una niña.

Draco Lucius Malfoy Black, la epitome de la sangre pura en el mundo de magos de


Inglaterra, no era más que un niño que es golpeado una y otra vez en esta parte del mundo.

Lo odio.

Si tan solo pudiera hacer algo para demostrar que no era lo que ellos pensaban, que no era
otro más del montón, que era especial; y no por su padre divino, no, sino porque era Draco
Malfoy y un Malfoy nunca es dado por menos.

Su padre, su verdadero padre le enseño eso.

—Entonces deberíamos irnos—habla rápidamente Jackson, a lo cual Draco también quiere


pensar así.

No es un idiota y valiente Gryffindor, es un Slytherin que tiene autoconservación, pero


también debe prever el futuro.

—Sera peor, no me importa si ganamos o no, pero perder por nuestra culpa hará a todo el
equipo azul molesto con nosotros, más las burlas del rojo por perder; solo es otra paliza más
—y odia que su voz suene tan resignada.

Ya vera esa Clarisse, puede que sea mejor en la lanza que Draco ahora, pero en el futuro,
Draco disfrutara dándole una paliza.

Jackson gimotea patéticamente y algo en su forma nerviosa de estar, lo hace sentir un poco
mejor; Potter habría sido todo “bueno y valiente” para quedarse a luchar, pero Jackson
parecía diferente. Lo cual era un aire positivo para Draco, estaba cansado de pensar que
Jackson era como otro Potter, ya existe un Potter para arruinarle la vida.

No necesita dos.

—Eso es injusto, nos perdemos la diversión, somos carnada…me odias—Draco asiente a lo


último, por lo cual Jackson lo ve incrédulo—se supone que es el momento donde se dices que
no se odias—
—Odio es una palabra grande, me molestas, pero si tuviera que elegir alguien a quien odio
seria Clarisse—

—Es bastante odiosa, deberíamos unirnos contra ella—

—Pasaste de lado la parte donde te odio—

—Dijiste que no me odiabas—

Draco se encoge de hombros, ante las palabras bastante patéticas de Jackson, quien parece
claramente ofendido y herido de su indiferencia. Esta tentado a dormir, aún no ha empezado
el juego, pero sabe que apenas inicie esto será un caos.

Para ellos.

A su pesar la cabaña de Atenea en realidad tiene buenos planes, le desagrada ser usado tan
vilmente para uno de ellos, pero entiende el punto detrás de la decisión de Annabeth; maldice
a Luke por no detenerla, el hijo de perra que le agrada a veces es un imbécil.

—Sabes, ignorando a mi madre que probablemente este muerta, este lugar no es tan malo—
claramente Jackson quiere hablar y Draco es la pobre alma que ha elegido para ser
comunicativo, con ideas totalmente al contrario de las de Draco—en la escuela no me ha ido
bien, Annabeth dice que es normal entre hijos de semidioses, ¿también te iba mal en tu
escuela? —pregunta incitándolo a hablar.

Draco piensa que le dirán Quirón si atraviesa una de las piernas de Jackson con su lanza, no
podría ser tan malo.

Un pequeño accidente, es normal tener accidentes al lado de Draco.

—Era el segundo lugar—maldice que solamente pueda pensar en la sangre sucia de Granger,
quien siempre parecía estar en primer lugar en todo por mucho que Draco estudiara—no tenía
problemas en mi…escuela—no puede hablar de Hogwarts, su madre le dijo que no era buena
idea y tenía que fingir ser un estúpido muggle.

Lo odiaba.

Y lo peor, es que a pesar que los muggles son tontos, no puede hacerlo bien, porque
claramente alguien de sangre pura como Draco no tiene por qué saber nada de ellos.

Aquí lo tratan como si fuera un idiota.

Un debilucho.

Un inútil.

Ya les enseñaría.

—Supongo que eres una excepción, que aburrido—dice Jackson bufando por bajo, a lo cual
Draco voltea a verlo mal.
Un recuerdo llega a su mente, no debería compartirlo, no ha compartido nada con nadie y,
aun así, está un poco…solo. Incluso en la escuela y antes de ella, tenía a Gregory y Vincent,
pero aquí no tiene a nadie; nunca pensó que extrañaría incluso la molesta de Pansy o la
indiferencia de Theo. Siempre había tenido a sus padres, pero ahora, ahora no tiene a nadie.

Y está cansado de ser visto como el raro.

No es raro.

Todos ellos son los raros.

—Una vez me castigaron y pase la noche en medio del bosque prohibido que…es…un
bosque peligroso al lado de su escuela—técnicamente no había sido su culpa, si no la de
Potter, quien había estado ocultando al Dragón, no sabe que paso con él, pero fue su culpa.

Pero McGonagall también lo había castigado a él.

—¿Quién castiga llevando a niños en el bosque? —pregunta Jackson curioso, a lo cual Draco
levanta las manos como queriendo indicar, que tampoco lo entiende.

El lugar más segundo del mundo.

La mentira más grande de Hogwarts.

—Tu lugar suena horrible—

—Es el peor colegio del Reino Unido—

—Eres inglés, ya veo, tu acento es raro—

—Mi acento no es raro—su voz se eleva un poco, lo cual es peligroso, ya que pronto está
iniciando todo, si lo que escucha es verdad.

En la lejanía se oyó la caracola. Escucho vítores y gritos en los bosques, entrechocar de


espadas, chicos peleando. Un aliado emplumado de azul de la cabaña de Hermes pasó
corriendo entre ambos como un ciervo, cruzó el arroyo y se internó en territorio enemigo.

Si.

Era cuestión de minutos antes que los encontraran.

—Les voy a demostrar—no sabe porque habla en voz alta, no tiene ningún motivo, pero tal
vez, solamente quiere que alguien fuera testigo de sus palabras y que después pudiera
repetirlo—mi apellido es Malfoy, los Malfoy no bajamos la cabeza nunca y voy a demostrarle
a todos estos inútiles que soy alguien quien respetar—usualmente no lo necesitaba.

Su apellido era más que suficiente para eso.

Incluso en Hogwarts, donde las otras casas que no fueran la magnífica Slytherin, lo veían
como si fuera un imbécil mientras chupaban el camino de Potter, su apellido significaba algo.
Era alguien.

Siempre fue alguien respetado por el simple hecho de ser un Malfoy Black.

Su existencia era preciosa.

O eso pensó antes de venir aquí.

—Tal vez…—voltea ligeramente a ver al chico, que parece pensativo antes de verlo
divertido, Draco no quiere admitir que es la primera vez que ve los ojos de este brillar; son
diferentes a los de Potter, estos son como ver un mar verde—es hora que les demuestres lo
que Draco puede hacer, no tu apellido, no de dónde vienes, solo Draco—dice con tal
simpleza, que se queda como si alguien le hubiera lanzado un hechizo congelante.

¿Pero que mierda acaba de decir?

¿Solo Draco?

Por qué iba a querer ser solo Draco, era un Malfoy/Black, no tiene sentido ser solo Draco, su
familia es lo que más importa en esta vida. Está a punto de decirle lo que piensa sobre sus
palabras, cuando se detiene un poco pensativo, solo Draco.

¿Qué es solo Draco?

Es estúpido pensarlo ya que no es necesario, pero sin su familia, no hay mucho que quisiera
decir de su persona. Un segundo lugar en su primer año en Hogwarts, hijo de un dios que no
lo reconoce, un mago que no tiene permitido usar magia.

Su mano sujeta con fuerza la lanza en su mano que no ha soltado.

Solo Draco.

—No creo…no creo…que eso sea bueno—nunca sabrá que lo impulso a decir esas palabras,
demostrar debilidad, porque un Malfoy no demuestra debilidad.

Pero tal vez, solo tal vez, Draco si lo hace.

Jackson no parece afectado de sus palabras, en su lugar de hecho sonríe.

—Entonces has que eso sea algo bueno—es lo que dice.

Es como una pequeña explosión, hay algo, en su pecho, algo que es caliente por un instante al
ver a Jackson que no entiende que puede ser. Durante un instante que parece eterno, es como
si pudiera ver un pequeño hilo de seda salir de su pecho e ir al pecho de Jackson, de color
azul azulado verdoso, como los ojos de Jackson.

Raro.

Aunque ha estado todo este tiempo en el campamento, es como si viera al chico nuevo por
primera vez y también como si fuera un sueño.
Uno lejano.

Lo que sea que pasa, se sujeta con fuerza a su pecho y siente incomodidad, es llevado de
repente a una extraña sensación de ansiedad que parece ajena a su persona.

—¿Draco? —pregunta Jackson y quiere molestarlo, porque no le ha dado permiso de ser


llamado por su nombre.

Como a nadie de este horrible campamento, lo cual, no funciona bien; duda que funcione
ahora.

Entonces, en algún lugar cerca de donde se encontraba, se escuchó un ruido, una especie de
gruñido desgarrador que le provoco un escalofrió. Levanto el rostro al tiempo que Jackson
levantaba su escudo, ambos claramente con la impresión de algo acechaban.

Entonces los gruñidos se detuvieron. Parecía que la presencia se retiraba.

Error.

Al otro lado del arroyo, de pronto la maleza explotó. Aparecieron cinco guerreros de Ares
gritando y aullando desde la oscuridad.

Todo fue un caos, como había temido Draco, rápidamente fueron sometidos y la puta lanza
eléctrica de Clarisse los ataco y todo era un desastre. Jackson había sido sometido al arroyo,
lo que hizo que todo fuera peor cuando este saco una fuerza sobre humana y habilidades de
lucha que el día anterior claramente no había tenido.

Era mejor que Draco, pero este nivel.

Era otro nivel.

Luego llego el resto del equipo, por último, un perro extraño intento asesinar a Jackson, por
segunda vez en la noche; tal vez se parecía un poco a Potter en eso de estar al borde de la
muerte. Draco vergonzosamente no pudo moverse mucho ante todo el espectáculo, la
electricidad de Clarisse en su lanza lo había dejado entumido y, por si fuera poco, uno de los
chicos le había dado una patada en su pecho que probablemente rompió alguna costilla.

De nuevo.

Así que fue un peso inútil.

Hasta que paso algo que nadie habría imaginado, si, un Potter 2.0.

—Poseidón—había dicho Quirón—Sacudidor de tierras, portador de tormentas, padre de los


caballos. Salve, Perseus Jackson, hijo del dios del mar—

Draco quiso odiarlo, al igual que odiaba a Potter, pero era ver la expresión de horror de
Jackson y sentir como si dentro de él todo explotara de pánico, un pánico ajeno a él, lo que lo
detuvieron de pensar en este como si fuera Potter.
Él no quiere esto, fue lo que pensó Draco, como verdad absoluta sin saber por qué.

Tiempo después, podría voltear sobre su hombro y notar, que en este momento era cuando su
vida se había enlazado a Percy Jackson de forma muy literal, sin saberlo.

Gracias a su propia maldición.

Que por cierto, aun no sabía que tenía en ese entonces.

Continuara…

Chapter End Notes

Primero que todo quiero agradecer todo el apoyo de esta historia, no lo esperaba, me ha
tomado por sorpresa y por eso hice un poco de trampa en la idea de actualizar la historia
una semana antes.
Es el primer proyecto que hago, donde el primer capitulo recibe un apoyo masivo y debo
admitirlo, soy un poco fácil por los comentarios así que me apure para actualizar esta
historia.
¿Qué puedo decir?
También comentarles que mi idea había sido actualizar la historia el viernes 2 de
febrero, pero como algunos sabrán por mi otra historia me queda un poco difícil
actualizar ahora los viernes, así que espero actualizar el próximo jueves o sábado, para
ahora si comenzar a actualizar dos veces por semana.
Aunque si ustedes me dan otra vez tanto apoyo en los capítulos, tal vez hago trampa de
nuevo…se los dejo en sus manos xD
Como pueden ver este capítulo vemos un poco más de Percy en acción, en esta historia
tendrá mucho protagonismo por lo que veremos más adelante. Draco es parte del
campamento mestizo, así que veremos mucho de su punto de vista del libro 1, faltan
varios capítulos antes que podamos volver a Hogwarts y probablemente haga una
historia aparte para poner capítulos cortos del POV de otros personajes.
Solo una idea que quizás pase, en un futuro muy lejano.
Esta historia es un Drarry, no olviden eso es importante.
Pero Draco y Percy serán muy buenos amigos, con bromance por ahí.
Es un poco difícil trabajar con Draco con parte de su personalidad original, ira
cambiando conforme la trama avance, pero siempre mantendrá parte de su esencia, así
que espero disfruten de este capítulo.
Capítulo 3: Nunca tomes una misión con Percy Jackson, no es
una buena idea.

Capítulo 3: Nunca tomes una misión con Percy Jackson, no es una buena idea.

Draco se enfermó.

Lo cual es curioso, porque es algo que usualmente no había pasado antes en su vida, ahora
que está en el campamento puede escuchar a los de la cabaña de Apolo comentar sobre lo
difícil que es cuando un semidios se enferma. Por eso cuando entra a la cabaña para ver a
Will, exigiendo que lo atiendan, la mayoría de la cabaña lo ignoran. Claro que Will es mejor
que esos trogloditas y puede que sea el único soportable dentro de este lugar, ya que lo
intenta examinar a pesar de ser incluso más joven que Draco y queda claramente sorprendido
cuando toca su frente.

Si.

Enfermo.

Nadie pudo verlo venir.

Pero esta enfermo.

La fiebre sube y baja cada pocas horas, si no está muy caliente, parece que está hirviendo
como una estufa, hasta tal punto que el resto de la cabaña se alarma luego de 5 horas de mala
condición.

Pésimo servicio.

No puede disfrutar del nuevo estatus de celebridad de Percy Jackson, escucho que se tuvo
que cambiar de cabaña luego del incidente del día anterior, a una de esas hermosas cabañas
dignas de un Malfoy; Draco había pasado la noche luego de la captura de la bandera
observando el lugar vacío de Jackson a su lado. No es que extrañara sus ronquidos, pero fue
raro ver el espacio totalmente vacío, incluso si no había sido por mucho tiempo que estuvo
ahí.

Ya no importa.

Ahora solo importa la maldita fiebre y el inmenso frio que pasa.

Joder.

Draco se siente tan débil y mareado que quiere morirse de la vergüenza, ya no es un digno
heredero, simplemente es un niño enfermo y se ve patético. Su cabello no esta ordenado y su
rostro rojo no combina con el color de estas estúpidas camisetas.
Nunca antes se había enfermado así.

Cuando luego del tercer día no pueden controlar su fiebre y los extraños sueños aparecen, es
cuando llaman a Quirón. Draco quiere decirle sobre el sueño.

Era como si estuviera caminando por las escaleras que terminaban debajo de una trampilla
verde. Y Tiraba de la cuerda, aunque en realidad no eran sus manos. La portezuela se abría,
y luego bajó una escalera traqueteando. El cálido aire que llegaba de arriba olía a moho,
madera podrida y algo más… un olor que recordaba a las serpientes.

Descuidado, era la palabra para describirlo.

El ático estaba lleno de trastos viejos de héroes griegos: armaduras cubiertas de telarañas;
escudos antaño relucientes y ahora manchados de orín; baúles viejos de cuero con pegatinas
en las que se leía: «ÍTACA», «isla de circe» y «PAÍS DE las AMAZONAS». Había una mesa
larga atestada de tarros con cosas encurtidas: garras peludas troceadas, enormes ojos
amarillos, distintas partes de monstruo. En la pared destacaba un trofeo polvoriento; parecía
la cabeza gigante de una serpiente, pero tenía cuernos y una fila entera de dientes de
tiburón. En la placa ponía: «cabeza n.° i de la hidra, woods TOCK, N.Y., 1969.»

Todo era tan claro como si fuera el propio Draco que veía todo eso.

Junto a la ventana, sentada en un taburete de madera de tres patas, estaba el objeto más
asqueroso de todos: una momia. Un cadáver de mujer encogido y arrugado como una pasa.
Llevaba un vestido teñido con nudos, muchos collares de cuentas y una diadema por encima
de una larga melena negra. La piel del rostro era delgada y coriácea, y los ojos eran rajas de
cristal blanco, como si hubieran reemplazado los auténticos por piedras de mármol; llevaba
muerta muchísimo tiempo.

Luego abrió la boca.

Algo intento escapar, era el cuerpo de Draco, pero no parecía que lo controlaba y cuando
esa cosa hablo, lo hizo como si viera su alma.

«Soy el espíritu de Delfos...»

Y es todo lo que recordaba del sueño, antes de ser expulsado con fuerza de este.

¿Qué significaría?

No estaba acostumbrado a soñar, pero tampoco a tener esta clase de situaciones, tampoco
estaba acostumbrado a ser un semidios para el caso.

—Le dimos ambrosia, pero no mejoro—es la voz de Lee Fletcher el consejero de la cabaña
de Apolo—los himnos tampoco están ayudando, es como si algo lo estuviera dañando por
dentro, pero no algo mortal—añade luciendo nervioso.
Cansado, dolor, su pecho parece quemar por algo que no entiende.

Las voces se hacen más lejanas.

Esto podría ser desvariar, nunca lo había pasado, no lo recomienda a nadie.

—Sangre de héroe…especial…conexión…vinculo…Patroclo—es la voz de Quirón, pero no


la distingue bien.

Sueña.

Pero lejos de sueños de áticos y momias, sueña con volver a casa, con el quidditch, con su
hogar y felicidad.

Tal vez si recordara mejor, unos ojos verdes parecidos a los de Potter que parecen verlo a la
distancia con molestia.

Cuando despierta, parece ser que al fin los incompetentes lograron hacer lo que tenían que
hacer, porque ya no duele su cuerpo y puede sentarse en la cama con tranquilidad; hay una
picazón en su pecho, pero es tolerable en el mejor de los casos. Hay un periódico a su lado,
que parece haber sido abandonado por algún chico de la sala de camillas donde ahora había
estado dormido…varios días probablemente. El periódico no es como el profeta, no tiene
imágenes que se mueven y para su horror, hay muchas palabras que no entiende bien.

Ignorando que debido a que no tiene magia de su lado, no puede usar el hechizo para
acomodar las letras y por eso toma más del tiempo que le gustaría admitir para leerlo.

New York Daily News

UN CHICO Y SU MADRE SIGUEN DESAPARECIDOS

TRAS EXTRAÑO ACCIDENTE DE COCHE.

POR EILEEN SMYTHE

Sally Jackson y su hijo Percy llevan una semana en paradero desconocido tras su misteriosa

desaparición. El Cámaro del 78 de la familia fue descubierto el pasado sábado en una


carretera al

norte de Long Island, calcinado, con el techo arrancado y el eje delantero roto. El coche
había dado

una vuelta de campana y patinado varios metros antes de explotar.


Madre e hijo estaban de vacaciones en Montauk, pero se marcharon muy pronto en
misteriosas

circunstancias. En el coche y la escena del accidente fueron hallados pequeños rastros de


sangre, pero

no había más señales de los desaparecidos Jackson. Los residentes de la zona rural
aseguraron no

haber visto nada anormal alrededor de la hora del accidente.

El marido de la señora Jackson, Gabe Ugliano, asegura que su hijastro Percy Jackson es un
niño

con problemas que ha sido expulsado de numerosos internados y que en el pasado manifestó

tendencias violentas.

La policía no se pronuncia acerca de si el hijo Percy es sospechoso de la desaparición de su

madre, pero no descarta ninguna hipótesis. Las imágenes de abajo son fotos recientes de
Sally Jackson

y Percy. La policía ruega a todos aquellos que posean información que llamen al siguiente
número de

teléfono gratuito.

Tiene preguntas.

¿Qué es un camaro?

¿Qué es un teléfono y por qué hay números?

¿Es un código?

¿Qué es una policía?

Dejando de lado sus extrañas preguntas sobre que rayos habla el periódico, podría suponer
que en todo caso esto es algo del mundo muggle y por lo tanto no debería importarle. Los
muggles no sirven para nada, son inútiles, no son mejores que el ganado y están destruyendo
este mundo.

Eso le enseñaron sus padres.

Ellos son mejores que los muggles, superiores.

No debería sentir curiosidad al respecto.


—Ya despertaste, que bien—habla Will entrando, luciendo honestamente aliviado por verlo
mejor, Draco deja el periódico de lado.

No quiere ir a la cabaña de Hermes, dormir en el suelo es malo, debería quedarse en la


enfermería de ahora en adelante.

Si es un maldito oportunista, es un Slytherin no se olviden de eso.

—Tengo sueño—musita arrojándose sobre la cama, con un brazo sobre su mirada, esperando
poder mantener esta idea de dormir un poco más.

Aunque el cielo parece oscuro, ve curioso por la ventana, notando que parece haber mal
clima, o al menos, se siente como si cerca hubiera una tormenta.

—Quirón quiere verte—es el nerviosismo de Will, lo que provoca que Draco levante la mano
para verlo curioso—tiene una misión para ti—añade confundido.

Si Draco hubiera tenido una rama en su mano, se habría quebrado en dos y es un milagro que
aquí no pueda usar magia accidental hasta ahora, porque está seguro que habría incendiado
algo.

¿Una misión?

¿Él?

Una misión no tiene sentido, hay campistas que tienen mucho más tiempo que Draco (y que
están mejor preparados que él) para tomar alguna misión. No tiene sentido lógico que lo
hubieran elegido para una misión, no importa como lo vea y Draco duda que fuera la imagen
caritativa del señor D, hiciera algo por ayudar a otros. Quirón fue amable en explicar la
situación cuando fue a la gran casa.

El rayo maestro de Zeus, el símbolo de su poder, de donde salen todos los demás rayos. La
primera arma construida por los cíclopes en la guerra contra los titanes, el rayo que desvió la
cumbre del monte Etna y despojó a Cronos de su trono; el rayo maestro, que contiene
suficiente poder para que la bomba de hidrógeno de los mortales parezca un mero petardo.

No sabe que significa eso, pero supone que es como una explosión.

Muggles raros y sus términos tan muggles.

Zeus tiene buenos motivos para sospechar. Las forjas de los cíclopes están bajo el océano, lo
que otorga a Poseidón cierta influencia sobre los fabricantes del rayo de su hermano. Zeus
cree que Poseidón ha robado el rayo maestro y ahora ha encargado a los cíclopes que
construyan un arsenal de copias ilegales, que podrían ser utilizadas para derrocar a Zeus. Lo
único que Zeus no sabía seguro es qué héroe habría usado Poseidón para cometer el divino
robo. Ahora Poseidón acaba de reconocerte abiertamente a Percy Jackson como su hijo.
Eso hace que Zeus y Poseidón estén luchando.

Pero otro factor se une.

Hades odia a los héroes.

Hades envió a una de sus criaturas para robar el rayo. Lo ha escondido en el inframundo,
sabiendo de sobra que Zeus culparía a Poseidón. No pretendo entender las razones del Señor
de los Muertos, o por qué ha elegido este momento para desatar una guerra.

¿Qué significa entonces la presencia de Draco?

No está seguro.

Percy Jackson era el designado para esta misión, había elegido a Grover y Annabeth para ir
con él, así que Draco no tenía nada que ver en esta situación.

—¿Vinculo? —pregunta Draco al mismo tiempo que Percy, el trio de idiotas ya estaba listo
para partir, pero han pasado para hablar con Quirón, quien le había entregado una mochila a
Draco sin preguntarle nada.

Luego dijo que, aunque no era aconsejable un viaje de 4 personas, en este caso era muy
necesario por el vínculo.

Lo cual no entiende.

Mira de reojo notando el rostro confundido de Annabeth y Grover, parece ser que incluso
ellos con más tiempo aquí, no han escuchado anteriormente sobre el caso; lo cual es bastante
preocupante.

—Hace siglos que no veía nada igual, no es muy común, pero hay algo que se llama vinculo
de alma—explica Quirón con paciencia—no se han registrado tantos casos en la humanidad,
pero en este caso puedo ver que Draco tiene una sangre especial, no solo por ser un semidios,
tiene la capacidad de la creación de vínculos con otras personas; o al menos eso demuestra su
sangre—parece meditar ante la última palabra, pensativo y aunque quiere preguntar,
simplemente no entiende.

No entiende nada y comienza a ser un fastidio.

Desde que llego a este lugar, parece ser que todo lo que conoce no funciona y no es una
sensación muy agradable.

—¿Qué tiene que ver con la misión? —pregunta Annabeth viéndolo molesta, Draco le
regresa la ceja arriba sintiéndose tampoco feliz al respecto.

Su idea es no ir.

Solo que se ve tentado por fastidiar a Annabeth, luego recuerda que eso significa horas o días
viajando con esos chicos en el mundo muggle y piensa que no, no debería salir del
campamento; aquí está a salvo y no quiere nada que ver con el mundo muggle.
—Draco ha hecho un vínculo con Percy, por eso estuvo enfermo estos días—ambos voltean a
ver al centauro incrédulos, pero este parece algo frustrado—los pocos casos han demostrado
que todo vinculo es diferente (como el de algunos sátiros con vínculos emocionales), pero
hasta que no sepamos exactamente que exige este vínculo, no es recomendable separarlos;
pero no podemos posponer más la misión o los olimpos podrían ser destruidos—añade con
pesar.

Oh.

Oh no.

Maldición.

Quiere irse de este lugar, quiere quemar todo hasta los cimientos y volver a casa. Gira a ver
horrorizado a Percy, quien parece tener una mano en su mentón pensativo.

—Yo no siento nada—explica Jackson tranquilamente.

El muy idiota.

Quirón asiente.

—El vínculo hasta ahora solo ha funcionado de parte de Draco, pero es peligroso, así que es
necesario que vaya también a una misión; debido al vínculo con Percy podría considerarse el
viaje de 3 entidades todavía—

Si.

Cuando Percy voltea a verlo curioso, Draco piensa que la mejor forma de terminar su tortura
y lo que sea que signifique este vínculo, es asesinando a Percy Jackson. Pero antes de
siquiera intentarlo, Annabeth lo detiene comentando que no saben que consecuencias podría
tener si lo asesina.

Es perfectamente razonable.

Por eso Percy Jackson vive un día más.

Draco revisa la mochila en sus manos, tiene una mudada del campamento (arruga el rostro al
pensar en tener esa ropa con él), un cepillo de dientes, un poco de dinero muggle y dracmas;
puede ver que le han puesto su bolsa de galeones que trajo de su madre, aunque nadie debe
saber que significa ese dinero mágico.

Según recuerda los antiguos dracmas que usaban los mortales eran de plata, o eso dijo
Quirón, pero los Olímpicos sólo utilizaban oro puro. Quirón también dijo que las monedas
podrían resultar de utilidad para transacciones no mortales, fueran lo que fuesen.
También tenía una cantimplora con néctar, aunque los últimos días resulto ser inútil junto con
trocitos de ambrosia, también inútiles; en caso de emergencia, menos emergencia por
vínculos.

Quirón aseguro que estar al lado de Percy ayudaría al vinculo.

No quiere eso.

No quiere un vínculo.

Quiere romperlo y volver a su autonomía, ya que no quiere saber qué clase de cosas podrían
empeorar con el vínculo entre ambos. Pero nadie parecía saber muchos obre vínculos así que
mucho menos como cortarlos y eso hizo a su trasero unido a Percy Jackson.

¿Qué pasara cuando termine el verano?

Con un vínculo, no sabe cómo volverá a casa.

Adicional a eso, Quirón le dio un brazalete, dijo que era especial y lo coloco sobre su
hombro. El centauro pareció verlo cuando estuvo sobre su hombro, asegurándole que estaría
a salvo y en caso de emergencia podría ayudarle. Luego le dio dos cuchillos que oculto en sus
pantalones muggles asquerosos, preguntándose si su madre lo habría enviado aquí, si supiera
que esto era posible.

Estar a salvo.

Si claro.

Todo era una tortura constante.

Y ahora saldría del lugar donde su madre lo envió para estar a salvo, porque no puede
comunicarse con ella y aunque pudiera, no sabría que decirle.

Hola madre, estoy saliendo del lugar donde se supone estaría a salvo, porque se vincule
accidentalmente con el hijo de Poseidón y el mundo puede que acabe por una pelea de dioses
estúpidos.

No suena muy convincente.

Draco había sentido envidia de los principales dioses y sus hijos, pero ahora que sabe que es
prohibido para ellos tener hijos y Percy literalmente es una contradicción a eso; bueno, Draco
no le molesta no ser uno de esos hijos especiales.

Vinculo.

¿Qué significa eso?

El trio idiota (Draco odia que sean 3, como el estúpido “trio de oro” de Hogwarts) se
despidieron de los otros campistas, echaron un último vistazo a los campos de fresas, el
océano y la Casa Grande, y subieron por la colina Mestiza hasta el alto pino.
Quirón nos esperaba sentado en su silla de ruedas. Junto a él estaba el tipo con pinta tipo de
calle muggle. Según Grover, el colega era el jefe de seguridad del campamento. Al parecer
tenía ojos por todo el cuerpo, así que era imposible sorprenderlo. No obstante, como hoy
llevaba un uniforme de chófer, sólo pudieron ver unos pocos en manos, rostro y cuello.

Nada perturbador.

— Éste es Argos —les dijo Quirón—Os llevará a la ciudad y… bueno, os echará un ojo—

Draco escucho pasos detrás de ellos.

Luke subía corriendo por la colina con unas zapatillas de muggle en sus manos.

Fue.

Reconfortante, suspiro aliviado de poder verlo, se veía bastante bien a diferencia de Draco
que solía transpirar por el movimiento ultimamente.

—¡Eh! —jadeó—Me alegro de pillaros aún. —Annabeth se sonrojó, como siempre que Luke
estaba cerca, Draco pensaba que eso era aburrido a esta altura—Sólo quería desearos buena
suerte —le dijo a Percy—. Y pensé que… a lo mejor te sirven—

Le tendió los extraños zapatos.

— Maya! —dijo Luke.

De los talones de los botines surgieron alas de pájaro blancas. Percy dio un respingo y las
dejo caer. Las zapatillas revolotearon por el suelo hasta que las alas se plegaron y
desaparecieron.

Draco miro el espectáculo pensando.

Magia.

Esto es maldita magia.

¿Cómo esta gente no sabe del mundo mágico?

— ¡Alucinante! —musitó Grover.

Luke sonrió.

— A mí se fueron muy útiles en su misión. Me las regaló papá. Evidentemente, estos días no
las utilizo demasiado… —Entristeció la expresión.

— Eh, tío —dice Percy incomodo—. Gracias—

— Oye, Percy… —Luke parecía incómodo—. Hay muchas esperanzas puestas en ti. Así
que… mata algunos monstruos por mí, ¿vale? —
Se dieron la mano. Luke le dio una palmadita a Grover entre los cuernos y un abrazo de
despedida a Annabeth, que parecía a punto de desmayarse.

Luego volteo para ver a Draco, fue extraño, era el chico que mejor lo había tratado en el
campamento y que sin duda le había ayudado; toleraba su presencia, incluso pensaba que era
genial.

Agradable.

Pasable para los trogloditas que podrían ser los muggles.

Pero en ese momento, cuando este lo vio, algo en su mirada no brillaba.

“Ten cuidado”, era el pensamiento de su propia persona.

—Confía en ti mismo Draco, solo tienes que dejar atrás lo demás—dice con voz suave, pero
parece que quisiera decir algo más.

Ignoro a los otros 3 hablando.

Solo vio a Luke perderse a la distancia.

Raro.

Un sentimiento extraño en su vientre, incomodo, como si algo picara y molestara.

Descendieron por el otro lado de la colina con largas zancadas, hacia donde una cosa
cuadrada blanca y gigante esperaba junto a una enorme línea de calle negra. Argos los siguió,
haciendo tintinear algo metálico en sus manos.

Miro la cosa blanca, ignorando a Grover con las zapatillas o Percy recibiendo una cosa
pequeña que luego se transformó en una espada.

Una que le dio su padre, con nombre de Anaklusmos que era mágico (no hay otra palabra
para lo que significa) ya que nunca podría perderse.

— Contracorriente —tradujo al mismo tiempo que Percy.

Cuando llegaron al pie de la colina, volvió la vista atrás. Bajo el pino Quirón se erguía en
toda su altura de hombre caballo y los despidió levantando el arco. La típica despedida de
campamento del típico centauro.

Tenían que entrar en la cosa blanca y cuadrada.

Todos entraron.

Draco apretó los puños, no era un puto Gryffindor para arrojarse de cabezas, pero si todos
entraron como si no fuera la gran cosa, no debe significar que van a ser asesinados; no tenía
confianza y los siguió algo temblorosos. Era un Slytherin, podría ver los pro y contra, pero
aparentemente esto podría ser una especie de dispositivo medieval de transportación.
Pobres muggles sin la capacidad de aparecerse.

Bueno.

Draco solo podría hacerlo hasta que sea mayor de edad.

Luego algo dentro de esta cosa rugió cuando se movieron las cosas metálicas similares a
llaves. Draco salto en la extraña silla de cuero, sujetándose de Percy con fuerza como si fuera
un oso, mientras este se quejaba.

—Esta estúpida caja de metal nos piensa asesinar—su voz sonó demasiado chillona, pero se
sujetó de Percy que había cerrado la puerta de esta maldita caja.

3 pares de ojos y un cuerpo lleno de ojos voltearon a verlo incrédulo.

—Es solo el motor Draco—habla Annabeth confundida, ya que Percy está intentando zafarse
de él, pero luego la caja de metal se mueve y Draco se aferra al chico.

Vinculo.

Dijeron que tenían un vínculo, así que ahora Percy tiene que salvar su trasero le guste o no, y
si hay posibilidad de morir, arrojaría a Percy primero antes de irse corriendo por el lado
contrario.

—Es una maquina malvada, magia negra, nos asesinara—no hay forma de hacerlo cambiar
de opinión.

—Es solo un coche—salta Grover incrédulo.

Y eso lo confunde.

—¿Automóvil? —cuestiona con la cabeza ladeada.

¿Qué mierda es un Automóvil?

Todos parecen verle como si espera que fuera una broma, pero Draco se sigue aferrando al
supuesto vinculo que lo metió a esta máquina del mal.

Hay una larga charla mientras Argo los transporto a la parte oeste de Long Island. Si bien
todos parecían confundidos de su falta de conocimiento del mundo muggle, Draco solamente
dijo que siempre vivió alejado con sus padres y su instituto era muy conservacionista
(Hogwarts era un chiste en este momento), ya que no parecía conocer nada de los muggles.
Annabeth comenzó a verlo con otros ojos por un momento, mientras Grover y Percy
explicaban todo lo posible sobre el “automóvil”; lo cual siempre llevaba a más preguntas.

¿Qué es un motor?
¿Cómo funciona?

¿Qué es gasolina?

¿Qué son dinosaurios?

¿Por qué esto se llama carretera?

¿Qué es un puto McDonald´s y porque Percy sigue babeando al verlo?

No debería tener curiosidad, los muggles son una raza inferior a Draco, pero tiene curiosidad
debido a la misión y parecería raro actuar como un idiota ante la amenaza. Con eso en mente
preguntaba una cosa tras otra, usualmente era Annabeth que explicaba el funcionamiento de
los artefactos, ya que Percy y Glover parecían igual de idiotas sobre su funcionamiento.

Así que Draco no estaba tan mal, si personas que han vivido años en el mundo muggle no
saben sobre ese tipo de funcionamiento.

Es normal no saberlo.

Draco estaba preguntando por tercera vez el funcionamiento detrás de lo que Annabeth
conocía como internet, porque no tiene sentido que eso funcione por medio de “redes de
comunicación” (algo que piensa preguntar más adelante) en lugar de por magia; no cree que
algo como eso que no parece existir tenga toda la información del mundo.

Al menos no de la magia.

Draco cambio a preguntarle a Grover sobre que rayos era un letefono, antes de que fuera
corregido por Percy sobre que era “teléfono” casi aburrido.

— De momento bien —le dijo Percy a Annabeth—. Quince kilómetros y ni un solo monstruo

Grover sonrió emocionado de no contestar más, cuando Draco volteo a ver a ambos curiosos.

— Da mala suerte hablar de esa manera, sesos de alga — Draco odia el apodo de Annabeth,
porque realmente es perfecto para Percy y detesta no haberlo pensado antes.

Como hijo de Poseidón, tiene estilo ese nombre.

— Recuérdamelo de nuevo, ¿vale? ¿Por qué me odias tanto? —

— No te odio —

— Pues casi me engañas —

Dobló su gorra de invisibilidad, Draco vio a Grover curioso, quien parecía ahora lucir
incomodo viendo a ambos.
— Mira… es sólo que se supone que no tenemos que llevarnos bien. Nuestros padres son
rivales—

— ¿Por qué? —

— ¿Cuántas razones quieres? —Suspiró—. Una vez su madre sorprendió a Poseidón con su
novia en el templo de Atenea, algo sumamente irrespetuoso. En otra ocasión, Atenea y
Poseidón compitieron por ser el patrón de la ciudad de Atenas. Tu padre hizo brotar un
estúpido manantial de agua salada como regalo. su madre creó el olivo. La gente vio que su
regalo era mejor y llamaron a la ciudad con su nombre—

Para tener de padre a uno de los tres grandes, es increíble que Draco sepa más de historia que
el propio Percy.

No aporto nada, no era una charla que brindara alguna respuesta a sus preguntas, así que se
quedó en silencio, aunque Grover parecía incomodo.

— Deben de gustarles mucho las olivas—

— Eh, pasa de mí—

— Hombre, si hubiera inventado la pizza… eso podría entenderlo—

— ¡Te ha dicho que pases de mí! —

Argo sonrió en el asiento delantero. No dijo nada, pero le guiñó el ojo azul que tenía en la
nuca a Percy. El tráfico (Draco se siente orgulloso de entender el término a la primera que
explico Grover) de Queens empezó a ralentizarnos. Cuando llegaron a Manhattan, el sol se
estaba poniendo y había empezado a llover.

Argos les dejó en un lugar llamado estación de autobuses.

¿Cómo autobús noctambulo?

Argos descargó su equipaje como buen esclavo que aparentemente era, se aseguró de que
teníamos sus billetes de autobús y luego se marchó, abriendo el ojo del dorso de la mano para
echarles un último vistazo mientras salía del aparcamiento.

— ¿Quieres saber por qué se casó con él, Percy? —habla Grover sacándolo de sus
pensamientos sobre ahora tener que cargar su propia mochila.

En el mundo mágico otros lo cargarían por él, extrañaba eso, no aquí, donde todo lo tenía que
hacer él mismo.

Percy le dijo que fuera Draco, sin apellido y demostrara quien era, pero no le gustaba quien
era.

Quería ser importante.

Draco no lo era, no aquí al menos.


— ¿Me estabas leyendo la mente o qué? —repuso el chico.

— Sólo tus emociones—Se encogió de hombros—. Supongo que se me ha olvidado decirte


que los sátiros tenemos esa facultad. Estabas pensando en tu madre y tu padrastro, ¿verdad?

Fue curioso cualquier vínculo entre ambos que tuvieran, Draco a estas alturas no estaba
seguro si lo que dijo Quirón de vínculos fuera real, porque no sentía nada.

Tal vez todo era una treta, para enviarlo a una misión y dejarlo morir.

Draco lo habría hecho si alguien le caía mal y tenía ese poder.

A los sangre sucia particularmente, eran asquerosos.

— Tu madre se casó con Gabe por ti. Lo llamas «apestoso», pero te quedas corto. Ese tipo
tiene un aura… ¡Puaj! Lo huelo desde aquí. Huelo restos de él en ti, y ni siquiera has estado
cerca desde hace una semana—

— Gracias —respondió—. ¿Dónde está la ducha más cercana? —

— Tendrías que estar agradecido, Percy. Tu padrastro huele tan asquerosamente a humano
que es capaz de enmascarar la presencia de cualquier semidiós. Lo supe en cuanto olfateé el
interior de su Cámaro: Gabe lleva ocultando tu esencia durante años. Si no hubieses vivido
con él todos los veranos, probablemente los monstruos te habrían encontrado hace mucho
tiempo. Tu madre se quedó con él para protegerte. Era una señora muy lista. Debía de
quererte mucho para aguantar a ese tipo… por si te sirve de consuelo—

Duda que sirva de consuelo, no ocupa vinculo para saber que el rostro de Percy es amargo
por dicha información.

Olor a semidios.

Draco pensó sobre eso en el transcurso de su viaje, preguntándose como sus padres habrían
enmascarado su aroma por casi 12 años con éxito.

Aquel monstruo que lo ataco, había destruido las barreras, debieron olerlo.

¿O alguien sabía sobre él?

Tendría que investigar.

Esperar lo que fuera que era necesario, funciono para que Draco atormentara a Annabeth
sobre preguntas de todo a su alrededor; era un pago por la mala vida que le había dado la niña
las últimas semanas. Aprendió sobre prendas de ropa (aunque Annabeth señalo que era mejor
preguntar a la cabaña de afrodita sobre maquillaje y moda), Percy comento curioso sobre
automóviles cuando Draco preguntaba sus diferencias, Grover hablo groseramente sobre
como los humanos trataban sus mascotas.
Al final los tres se dividían el trabajo, pareciendo sorprendido del sin número de preguntas de
Draco.

Aviones.

Trenes.

Internet.

Teléfonos.

Televisión.

Todo era tan…irreal.

¿Qué clase de mundo era este?

Draco se subió al autobús en medio de preguntas, sobre moneas, asientos, motores,


combustible y si era normal tener tantas verrugas como una señora, lo que provocó que los
otros 3 niños (dos niños y un sátiro) tuvieran que arrastrarlos.

La mujer anciana no lo tomo bien.

Draco no le importo.

Estaba tan inmerso que no noto a Annabeth y Percy discutir por una anciana acababa de
subir. Llevaba un vestido de terciopelo arrugado, guantes de encaje y un gorro naranja de
punto; también llevaba un gran bolso estampado. Cuando levantó la cabeza, sus ojos negros
emitieron un destello, y su pulso estuvo a punto de pararse.

Detrás de ella venían otras dos viejas: una con gorro verde y la otra con gorro morado. Por lo
demás, tenían exactamente el mismo aspecto que la primera señora: las mismas manos
nudosas, el mismo bolso estampado, el mismo vestido arrugado.

Se sentaron en la primera fila, justo detrás del conductor. Las dos del asiento del pasillo
miraron hacia atrás con un gesto disimulado.

El autobús arrancó y nos encaminamos por las calles de Manhattan, relucientes a causa de la
lluvia.

Draco noto a Percy agachado.

— No ha pasado muerta mucho tiempo —dijo Percy intentando evitar el temblor en su voz
—. Creía que habías dicho que podían ser expulsadas durante una vida entera —

— Dije que si tenías suerte —repuso Annabeth—. Evidentemente, no la tienes—

— Las tres —sollozó Grover—. Di immortales! —


— No pasa nada —dijo Annabeth, esforzándose por mantener la calma—. Las Furias. Los
tres peores monstruos del inframundo. Ningún problema. Escaparemos por las ventanillas—

Oh, entonces estaban en problemas, como imagino que pasaría.

Su madre lo asesinaría si sabe en qué problemas estaba.

Esperaba sobrevivir para eso.

— No se abren —musitó Grover.

— ¿Hay puerta de emergencia? —

No la había. Y aunque la hubiera, no habría sido de ayuda probablemente.

— No nos atacarán con testigos —cuestiono Percy—. ¿Verdad? —

— Los mortales no tienen buena vista —me recordó Annabeth—. Sus cerebros sólo pueden
procesar lo que ven a través de la niebla—

— Verán a tres viejas matándonos, ¿no? —

Annabeth pensó en ello.

— Es difícil saberlo. Pero no podemos contar con los mortales para que nos ayuden. ¿Y una
salida de emergencia en el techo…?—

Llegaron a un túnel, y el autobús se quedó a oscuras salvo por las bombillitas del pasillo. Sin
el repiqueteo de la lluvia contra el techo, el silencio era espeluznante.

La primera señora se levantó. Como si lo hubiera ensayado, anunció en voz alta:

— Tengo que ir al aseo—

— Y yo —añadió la segunda furia.

— Y yo —repitió la tercera.

Y las tres echaron a andar por el pasillo.

¿Un aseo es un servicio sanitario en el autobús?, quiso preguntar, pero los instintos de alarma
le indicaron que estaban en problema. No lo había notado inicialmente, emocionado por todo
lo nuevo por descubrir de este estúpido mundo muggle, pero ahora, todo su cuerpo se puso en
alerta.

No sería como un entrenamiento del campamento, aquí Luke no se detendría de último


segundo.

Podrían morir.

Y Quirón los había enviado a una misión suicida.


Joder.

— Percy, ponte mi gorra —le urgió Annabeth.

— ¿Para qué? —

Draco quiso asesinarlo, era una gorra para hacerse invisible, estaba a punto de arrebatarla y
usarla para él mismo.

— Te buscan a ti. Vuélvete invisible y déjalas pasar. Luego intenta llegar a la parte de delante
y escapar—

— Pero vosotros…—

Algo muy importante, Draco no quiere morir.

— Hay bastantes probabilidades de que no reparen en nosotros. Eres hijo de uno de los Tres
Grandes, ¿recuerdas? Puede que tu olor sea abrumador—

Eso no importa, suena como excusa, ellos quedaran indefensos; Draco esta cerca de llorar.

No es un Gryffindor valiente que se sacrifica por otros, tampoco un amable Hufflepuff, es un


Slytherin y está buscando alguna forma de salir de aquí.

Sea con ellos o solo.

No piensa morir.

— No puedo dejaros—

— No te preocupes por nosotros —insistió Grover—. ¡Ve! —

Le temblaban las manos, pero agarro la gorra de los Yankees y se la puso haciéndose
invisible.

Genial, estaban muertos.

¿Sacrificaría a Annabeth y Grover con tal de escapar?

Totalmente.

¿Era de cobardes?

No le importaba.

Draco se encogió en su lugar, esperando que les atacaran y listo para arremeter sobre otras
personas si fuera necesario para salir de aquí con vida; ya vería que haría después de escapar
de esta creación de la muerte. Transporte su trasero, era un lugar cerrado donde podrían morir
ahora que lo pensaba, todo era culpa de los muggles.
La señora furia se detuvo, olisqueó y se quedó mirando fijamente a la nada. Al parecer no vio
nada, pues las tres siguieron avanzando.

Cambiando.

Fue aterrador.

Las ancianas ya no eran ancianas. Sus rostros seguían siendo los mismos, pero a partir del
cuello habían encogido hasta transformarse en cuerpos de arpía marrones y coriáceos, con
alas de murciélago y manos y pies como garras de gárgola. Los bolsos se habían convertido
en fieros látigos.

Quiso escapar, pero fueron rápidamente rodeador y Draco gimoteo detrás de Grover, quien
parecía temblar tanto como él, Annabeth por otro lado estaba ahí luciendo como una idiota
Gryffindor.

Todo su conocimiento digno de Ravenclaw, acababa de irse por la basura.

Látigos.

Esas bestias tenían látigos.

¿Qué tenían ellos?

La estúpida canción de campamento que Grover canto hace media hora probablemente.

— ¿Dónde está? ¿Dónde? —silbaban entre dientes.

Los demás pasajeros gritaban y se escondían bajo sus asientos; tan invisibles no eran.

— ¡No está aquí! —gritó Annabeth—. ¡Se ha ido! —

Las Furias levantaron los látigos.

Annabeth sacó el cuchillo de bronce. Grover agarró una lata de su mochila y se dispuso a
lanzarla. Draco por otro lado se preguntó porque no se escapaba, bueno aparte de estar siendo
rodeado. Debió haber aprovechado antes para escapar, él no era un guerrero, no era un héroe
como las historias de su madre y no pensaba dar la vida por estos inútiles.

No eran sus amigos, no eran nada de él, debía sobrevivir.

Tomo un cuchillo que le dieron, sintiéndose en pánico, extrañaba su varita; no sabe ningún
hechizo que pudiera sacarlo de esto y era muy joven para aparecerse.

No quiere estar aquí.

Luego, el transporte público conocido como autobús, dio un giro violento y Draco fue
lanzado hacía la derecha. El autobús rozó la pared del túnel, chirriando, rechinando y
lanzando chispas alrededor. Salieron del túnel a toda velocidad y volvieron a la tormenta,
hombres y monstruos dando tumbos dentro del autobús, mientras los coches eran apartados o
derribados como si fueran Hufflepuff en medio de una competencia de quidditch.

Se sintió con nauseas, volar la escoba era mil veces mejor que esto.

De algún modo, el conductor encontró una salida. Dejaron la autopista a todo trapo, cruzaron
media docena de calles y acabaron, aún a velocidad de vértigo, en una de esas carreteras
rurales. Había un bosque a la izquierda y un río a la derecha, hacia donde el conductor
parecía dirigirse.

El autobús aulló, derrapó ciento ochenta grados sobre el asfalto mojado y se estrelló contra
los árboles. Se encendieron las luces por todos lados. La puerta se abrió de par en par. El
conductor fue el primero en salir, y los pasajeros lo siguieron gritando como enloquecidos.

Entre ellos Draco.

Si fue cobarde no quedarse a luchar, pero claramente no iba a desaprovechar su oportunidad


ahora que la tenía.

Cayo al suelo lleno de barro, justo cuando sentía que era libre, no pudo ir tan lejos porque sus
pies dudaron un poco antes levantarse; no es que tuviera culpa, entre la seguridad, la de
Draco siempre iría primero. Pero mientras una parte de él, sonaba un poco nerviosa por estar
en medio de la nada y sin saber volver al campamento, la otra solamente se congelo cuando
un trueno sacudió el autobús.

Annabeth, Grover y Percy salieron rápidamente, sin las furias.

Las ventanas del autobús explotaron y los pasajeros corrieron despavoridos. El rayo dejó un
gran agujero en el techo, pero un aullido enfurecido desde el interior le indico a Draco que
eso no estaba muerto.

— ¡Corred! —exclamó Annabeth—. ¡Está pidiendo refuerzos! ¡Tenemos que largarnos de


aquí! —

La chica le dio una mala mirada a Draco, como si estuviera juzgándolo por ser cobarde, antes
que Grover pasara a su lado; Percy sujeto el brazo de Draco arrastrándolo con ellos, sin darle
una mirada como la de Annabeth, solamente corriendo llenos de barro.

Se internaron en el bosque bajo un diluvio, con el autobús en llamas a su espalda y nada más
que oscuridad ante ellos.

Annabeth sigue el paso rápidamente, sin darle una mirada a Draco y las pocas veces que lo
hizo, fue casi para gritarle “cobarde” con la mirada, Grover parece temblar y aunque lo ve
con dudas, no hace ningún comentario; Percy por otro lado camina a su lado luciendo un
poco traumatizado. Draco quiere preguntar por el camino de regreso, pero luego recuerda que
no puede huir por el vínculo y que se sorprende que nada pasara cuando los abandono en el
autobús con tres furias; tal vez el dichoso vinculo no existía y todo eran invenciones de
Quirón.

Tal vez podría volver al campamento, para esperar hasta que pudiera volver a casa.

—Si ese fue solo el inicio, este viaje será aterrador—señala Percy con una sonrisa nerviosa.

Draco gruñe en respuesta.

Eso no puede ser una buena señal.

Además, todas sus cosas, la horrible ropa del campamento, dinero y comida quedaron detrás
en el autobús.

No podrían tener tan mala suerte.

¿Verdad?

Annabeth hablo con Percy sobre su triste historia de sus padres la odian y vivir sola cuando
era niña, comentando claramente molesta sobre que Draco era un cobarde, lo que Draco
ignoro y Percy suspiro, Grover toco una flauta; llegaron a lo que tenía nombre de gasolinera,
pero Annabeth se negó a explicar que era. Grover intento explicarlo todo, mucho menos
técnico e interesante que Annabeth; pero se negaba a disculparse por querer salvar su pellejo.

Dudaba que rápidamente volvieran estar en peligro de muerte, así que probablemente pronto
se le pasaría.

Bueno eso pensó hasta que se encontraron con la tía Eme.

Se encontraron con el tío Ferdinand de Grover, convertido en piedra.

La tía Eme en realidad era Medusa, como en el mito griego que había leído mil veces antes
de dormir con su madre.

Draco estuvo gritando, corriendo e intentando huir todo el tiempo y fue Percy el que termino
rebanando el cuello de esa mujer horrible que intentó asesinarlos.

Perfecto.

No solo había sido inútil en menos de 24 horas por segunda vez, si no que Percy Jackson
muy al estilo Potter resulta ser el salvador al final del día.

La diferencia de San Potter, Percy Jackson tuvo el descaro de enviar la cabeza de Medusa al
monte olimpo y eso había sido tan Slytherin, que Draco le palmeo la espalda con orgullo.
Annabeth los odio a ambos y Grover desde el suelo solo parecía querer llorar.
Draco lo entendió perfectamente.

Esa noche todos parecían miserables, incluso Draco que no había participado activamente de
ninguna lucha. Acamparon en el bosque, a unos cien metros de la carretera principal, solo
que lucía bastante mal cuidado por los locales. El suelo estaba lleno de latas aplastadas,
envoltorios de comida rápida y otros desechos.

Habían sacado algo de comida y unas mantas de casa de la tía Eme, pero no se atrevieron a
encender una hoguera para secar la ropa. Las Furias y la Medusa les habían proporcionado
suficientes emociones por un día.

No deberían atraer nada más.

Ahora tiene frio, está temblando, tiene hambre y acaba de comer…no quiere saber que
comió.

Percy había decidido tomar el primer turno, y aunque Draco quiso dormir, simplemente tomo
asiento al lado de él con aburrimiento. Grover parece verlos curioso, como si quisiera hablar
con Percy, pero parece pensarlo antes de dormirse al lado de Annabeth.

Tiene frio.

Se siente mal.

Cobarde grita algo dentro de él, que intenta silenciar, porque no era cobarde, era un Slytherin
que busca sobrevivir, siempre fue así.

No era un Gryffindor.

—También vas a decirme lo cobarde que soy—comenta Draco sin entender, porque está
esperando que Percy salte en algún momento para señalarlo mal.

Annabeth lo hizo en su cara.

Grover debe pensarlo de forma más sutil por sus miradas.

—¿Por qué debería? —cuestiona Percy ladeando la cabeza.

Bueno.

Porque lo era.

Percy Jackson era alguien extraño, un poco idiota, pero tenía las charlas más confusas con él.

—Yo no quería venir, no quiero esta misión, no quiero arriesgar la muerte; los Slytherin
sobrevivimos, no somos Gryffindor—
—No entendí la mitad de eso—

—Muggle—

—¡Ey!, no sé qué es eso, pero suena a insulto—

Lo era, al menos para Draco lo era, o tal vez no lo era. “Sangre sucia” o “Mestizo” solían ser
insultos, pero ahora Draco también era de alguna forma un mestizo; intenta pensar
claramente, tiene sangre de dioses, así que técnicamente es superior incluso a los magos.

Pero al mismo tiempo, era igual o inferior que los semidioses que conoce.

—Quiero volver a casa, no se luchar—habla Draco con pesar y queriendo por una vez,
terminar todo esto.

Irse.

Volver a casa.

Volver a su madre.

Percy lo ve fijamente, antes de bajar la mirada con una sonrisa triste.

—También quiero volver a casa…con mamá—es su susurro y al menos por ese instante, no
son muy diferentes y lo odio por eso.

Porque para Draco, deberían ser como el agua y el aceite, Draco debería ser mejor que Percy,
un mestizo hijo de muggles sucios, pero con un padre dentro de los 3 grandes. Pero aquí, en
este día, Percy era mejor que él. un padre dios que lo reclamo, lucho en las dos batallas, corto
la cabeza de Medusa como si fuera un héroe y Draco estaba aquí, vivo.

Por lo que otros hicieron.

—Si te sirve de consuelo, la mayor parte del tiempo no sé qué estoy haciendo—no, no sirve
de consuelo y su rostro debe haberlo demostrado—y todo es una locura, aterrador, pero…
estamos juntos, así que te protegeremos—habla con convicción y Draco quiere gruñir que no
ocupa protección.

Pero ese día ha demostrado lo contrario y se siente tan…inútil.

Como ese día en el bosque con Potter y sus estúpidos amigos otra vez, corriendo para buscar
protección, porque no puede hacer nada por su cuenta.

Odia sentirse así.

Percy le da una manta que Draco toma con enojo, antes de acomodarse mejor al lado de este,
recuesta su cabeza contra el muslo del chico, porque no hay una almohada. Este parece
curioso, pero no lo empuja y cuando Grover se levanta para hablar con Percy, escucha algo
sobre un tal “Pan” antes que un sueño intranquilo comience a alcanzarlo.
Un sueño donde parece estar dentro de un armario demasiado pequeño, que sabe que esta
debajo de una escalera por algún motivo y aunque grita porque lo saquen, no parece
funcionar.

Como un recuerdo.

Pero no era suyo.

¿De quién sería?

Continuara…

Me encanto escribir este capítulo, me encanta porque Draco sigue siendo, Draco, la pequeña
mierda que es en el canon, pero al mismo tiempo va dando pasos agigantados sobre un
cambio. El pobre chico es débil, no sabe luchar, Percy es como Potter, Annabeth no le
agrada y tiene todo en su contra. No puedo esperar por ver que tanto avanzara en el
transcurso de la historia de este punto.

Como pueden notar, no escribo totalmente textual el primer libro de Percy Jackson, solo
tomo partes, porque para su sería un desperdicio escribir todo igual cuando Draco no actúa
para hacer algún cambio notorio.

Así que, por ahora, veremos todo un poco rápido en lugar de ahondar, al menos por el
momento.

Con forme la trama avance, también lo hará las intervenciones de Draco :D

También es emocionante ver todo en el mundo de Percy Jackson y no tanto de Harry Potter,
me preguntó que pasara cuando ambos mundos terminen colisionando.

Intentare actualizar cada semana, pero por aquello que no puedan, definitivamente lo hare al
menos cada dos semanas...espero.

¿Nos vemos el proximo jueves?

Muchas gracias por su apoyo, realmente me hace feliz cada que leo un comentario y una
autora feliz, es una autora que se muere por publicar más :D
Capítulo 4: Si piensas que algo no puede ser más ridículo, te
sorprenderías.
Chapter Summary

Esta aventura esta tomando rumbos extraños para Draco, como pensar que Annabeth
Chase no es tan mala.

Chapter Notes
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Draco pierde cualquier sentido de que esto no es una locura, cuando debe decirle hola a un
perro caniche, para luego terminar viajando en tren por lo que son 2 días seguidos; Draco no
sabía que era un viaje en tren muggle fuera de la estación de King Cross para ir a Hogwarts,
hasta ese día y aunque los inventos de los muggles son una cosa ingeniosa, vivirlo no lo era.
Este medio de transporte era lo peor que había conocido en toda su vida (trasladores,
apariciones, red flu), no entendía como alguien pudo pensar en semejante atrocidad para que
otros se transportaran u enviaran objetos entre distancias. Los muggles realmente eran tan
atroces como sus padres pensaban, sin duda el viajar aquí solamente lo hizo más claro.

Annabeth todavía lo odia por cobarde, pero Draco también la odia por imbécil sabelotodo.

Cualquier indicio de apreciación por su conocimiento se fue por la basura.

Grover parecía bastante indiferente y aun contestaba sus preguntas si fueran necesarias, sin
tratarlo mal o bien al respecto.

Percy era…su único consuelo.

Lo cual era patético, porque hace menos de 4 días lo odiaba con todo su ser por ser tan
parecido a Potter.

Viajaron a través de colinas, ríos y mares de trigo ámbar. No les atacaron ni una vez, pero
tampoco se relajó. Daba la sensación de que viajaban en una bola de cristal, que les
observaban desde arriba y puede que también desde abajo, que había algo acechando, a la
espera de la oportunidad adecuada.

Lo único divertido fue ver los intentos muggles de rastrear a Percy Jackson.

¿Eso los hizo fugitivos?


La fotografía de Percy tenía la mirada ida, con un borrón metálico en sus manos. En el pie de
foto (que no se movía) se leía: «Percy Jackson, de doce años de edad, buscado para ser
interrogado acerca de la desaparición de su madre hace dos semanas. Aquí se le ve huyendo
del autobús en que abordó a varias ancianas. El autobús explotó en una carretera al este de
Nueva Jersey poco después de que Jackson abandonara el lugar. Según las declaraciones de
los testigos, la policía cree que el chico podría estar viajando con tres cómplices adolescentes.
Su padrastro, Gabe Ugliano, ha ofrecido una recompensa en metálico por cualquier
información que conduzca a su captura.»

— No te preocupes —le dijo Annabeth—. Los policías son mortales, no podrán encontrarnos.
—Pero no parecía muy segura de sus palabras.

Draco aprovecho el tiempo para dormitar, extrañaba la magia, aunque fuera un primer año,
cualquier cosa podría ser más divertida que eso; extrañaba incluso lanzar un simple Lumus a
estas alturas.

Este mundo para su sorpresa.

Realmente era más mágico de lo que pudo ver.

Percy una vez señalo a su lado la ventana donde se veía una familia de centauros galopar por
un campo de trigo, con los arcos tensados, mientras cazaban el almuerzo. El hijo centauro,
que sería del tamaño de un niño de segundo curso montado en poni, los vio y saludó con la
mano.

Nadie parecía verlos.

Interesante.

En el mundo mágico no era tan diferente, podrían hacer hechizos para que los muggles no los
detectaran, pero usualmente eran capaces de ver cosas mágicas; pero aquí esta especie de
magia mitológica parecía tener una propia magia que los ocultaba de ojos no mágicos…o con
sangre divida. Usualmente viajaba con sus padres poco a otros países, pero le hizo pensar, si
al estar dentro del mundo muggle en esos lugares, habría podido ver estas cosas.

Tendría que ponerlo en práctica en otro momento.

Donde no estuviera en una misión suicida.

Dejando de lado las pesadillas de Percy con Hades, una competencia entre Percy y Annabeth
sobre quien tiene el peor padre del olimpo, al cual Draco no puede unirse, porque no sabe
quién es su padre…bueno, no tuvo mucho que aportar.

—Mis padres que me criaron me aman—había dicho para molestia de los otros dos
semidioses.

No iba a mentir.

Incluso si su padre celestial nunca lo llegara a reclamar y parte de su orgullo se siente herido
al respecto, no se siente tan mal; su madre Narcisa lo ama y su padre Lucius había dicho que
siempre seria su padre. Puede que no fuera de sangre, lo cual aún le cuesta comprender, pero
era su padre de una forma u otra.

Paso años pensando en otros como menos por su sangre.

Pero Lucius lo había querido, era su padre y no importaba el olimpo.

No estaría aquí si pudiera elegirlo.

Draco se siente incómodo siguiendo a los otros, era como una carga para ellos y este viaje
distaba mucho de lo que imagino que podría ser. Cuando era niño teniendo sueños donde
sería el mejor amigo de Harry Potter y de alguna forma iban aventuras, había sido destruido
cuando este había elegido a un traídos de sangre y una sangre sucia; pudo tener a Draco, lo
mejor de la sociedad y eligió la basura en su lugar. Teniendo aventuras durante todo ese
primer año, Draco se había muerto de celos, porque pudo haber sido él quien tuviera esas
aventuras con Potter.

Si las aventuras de San Potter eran como esta.

No está seguro de quererlas.

Probablemente también se habría quedado congelado entonces.

Patético.

El Gran Draco Malfoy debería haberlo hecho mejor.

¿Acaso no quería ser un héroe?

—¿Por qué tenemos que ver un estúpido arco? —

—Porque eso quiere Annabeth—

Draco gruño ante el claro interés de Percy hacía Annabeth que era molesto, casi quería
preguntarle si era un idiota para no notar que Annabeth estaba colada por Luke y sus
intenciones serian simplemente ridículas.

Se mantuvo en silencio.

Aunque la molestia persistía.

Otra vez lo mismo.

Potter con Weasley y Granger sangre sucia.

Percy con Annabeth y Grover.


¿No pueden ver que Draco era mejor que ellos?

El arco estaba a un kilómetro y medio de la estación, Draco odiaba caminar. A última hora,
las colas para entrar no eran tan largas. Se abrieron paso por el museo subterráneo, vieron
vagones cubiertos y otras antiguallas del mil ochocientos. No era muy emocionante, pero
Annabeth no dejó de contarles cosas interesantes de cómo se había construido el arco, y
Grover no dejó de pasar gominolas, así que tampoco fue tan horroroso.

Annabeth parecía lista para explicarlo todo, incluso a Draco que juraba odiar, el explicar y ser
una sabelotodo como Granger era más importante.

— Chicos —les dijo Percy—, ¿sabéis los símbolos de poder de los dioses? —

Annabeth estaba intentando leer la historia del arco, pero levantó la vista. Draco había estado
intentando leer a su lado, porque esto era mil veces mejor que dos días de viaje en tren.

Un niño aburrido puede pecar.

Además, estaba sorbiendo ese batido muggle, que no debería ser tan delicioso como lo era.

— ¿Sí? —

— Bueno, Hade… —Grover se aclaró la garganta—. Estamos en un lugar público… ¿Te


refieres a nuestro amigo de abajo? —

Draco sorbio ruidosamente, sabía a manzana, delicioso.

Estúpidos muggles, tal vez no eran tan inútiles como pensaba.

— Esto… sí, claro —contesto inseguro—. Nuestro amigo de muy abajo. ¿No tiene un gorro
como el de Annabeth? —

— ¿El yelmo de oscuridad? —dijo ella—. Sí, ése es su símbolo de poder. Lo vi junto a su
asiento durante el concilio del solsticio de invierno—

— ¿Estaba allí? —pregunto Percy.

Asintió.

— Es el único momento en que se le permite visitar el Olimpo: el día más oscuro del año.
Pero si lo que ha oído es cierto, su casco es mucho más poderoso que mi gorra de
invisibilidad—

Es una estúpida gorra comparada al yelmo de la oscuridad, claramente sería mejor.

Draco rueda los ojos burlonamente, ganando una mirada fulminante de Annabeth.

— Le permite convertirse en oscuridad —confirmó Grover—. Puede fundirse con las


sombras o atravesar paredes. No se le puede tocar, ver u oír. Y es capaz de irradiar un miedo
tan intenso que puede volverte loco o paralizarte el corazón. ¿Por qué crees que todas las
criaturas racionales temen la oscuridad? —

Interesante.

Las cosas que podría hacer si tuviera algo como eso, si no fuera porque técnicamente los
hijos de los tres grandes no deberían tener hijos, sería interesante ser hijo de Hades.

Un pensamiento paso por su mente, uno intrusivo.

Si Poseidón rompió el trato.

¿Por qué los otros dos no lo harían?

— Pero entonces… ¿cómo sabemos que no está aquí justo ahora, vigilándonos? —pregunto
Percy nervioso.

Annabeth y Grover intercambiaron sendas miradas.

— No lo sabemos —repuso Grover.

— Gracias, eso se hace sentir mucho mejor —respondió—. ¿Te quedan gominolas azules? —

Realmente es curioso como alguien puede ser tan adicto a la comida azul, antes de conocer a
Percy, no pensó que eso fuera posible.

El idiota es una forma constante de burla hacía las demás cosas razonables en su vida.

Ocuparon unos 15 minutos el convencerlo en entrar en esa mierda que conocían como:
“ascensor” que iba a llevarlos hasta la cima del arco y supe que tendría problemas. No
soportaba los lugares cerrados. Le vuelven loco.

No importa su funcionamiento o como Annabeth explico que era segundo.

No iba a subir.

Así que todos lo vieron unos momentos, antes que determinaran que si no subía se quedaría
ahí. Con los brazos cruzados y una mirada de duda de Percy que tampoco quería ir, al final
fue elegido para que se mantuviera en el mismo lugar sin moverse mientras ellos iban.

Annabeth lo vio como cobarde.

Grover solo suspiro.

Percy lo vio con envidia cuando las puertas de metal del lugar se cerraron.

Bien.

Lejos de la caja de la muerte.

—¿Malfoy? —
No.

Retira eso, la caja de la muerte era mil veces mejor, piensa aterrado cuando voltea incrédulo
hacía su espalda.

Hay una niña, de su edad, con cabello rizado castaño claro y ojos marrones. Tiene ropas algo
muggles, aunque no tendría necesidad, reconoce la apariencia de la niña aunque sabe que su
familia no es importante; a pesar de ser sangre pura.

Lavender Brown.

Joder su puta suerte.

Hay una pequeña cafetería (termino curioso) cerca del arco donde fue Percy y sus amigos,
para ver algo estúpido que claramente no vale que Draco este sentado ahora en esta situación.
Mientras Lavander y quien parece ser su padre, están totalmente impecables en sus ropas,
Draco tiene que recordarse que esta con ropas sucias del campamento mestizo, su cabello
debe ser un puto desastre. La humillación quiere hacer que busque una forma de suicidarse en
este momento, no sin antes asesinar a todos los presentes y especialmente Annabeth, quien es
la culpable de todo por su estúpido deseo de ver el maldito arco de mierda.

Toma el té que se le ha ofrecido.

—Es un honor ver al hijo del señor Malfoy, estoy trabajando con la MACUSA, sabía que
habían tenido un viaje, pero no estaba seguro de que siguiera en el país—habla Thomas
Brown con una sonrisa afable, que de afable Draco no siente nada.

El hombre es simplemente un trabajador de bajo nivel, no hay mucho que rescatar de la


familia Brown. Thomas (un antepasado y posiblemente motivo del nombre actual del padre
de Lavender) Brown era el propietario de Tomes and Scrolls en Hogsmeade en 1890.

A finales de 1890, Belinda Brown fue citado en un artículo del Daily Prophet sobre el arresto
de un mago de Cornualles acusado de criar basiliscos después de que una inspección de
rutina del Ministerio revelara sapos en sus cinco gallineros. El mago alegó ignorancia ante el
Wizengamot, lo que fue recibido con un escepticismo generalizado; Belinda Brown, sin
embargo, creía que el mago en realidad no se daba cuenta del hecho de que un Basilisco
nacía de un huevo de gallina nacido debajo de un sapo, ya que había sido informado de la
inspección y aparentemente no había hecho ningún esfuerzo por ocultar los sapos.

Belinda Brown también fue citado en otro artículo del Daily Prophet sobre un mago de
Cornualles que supuestamente criaba un pollo con un dragón verde galés común para crear
un supuesto híbrido apodado " Dricken ". Aunque técnicamente era legal en ese momento, el
Ministerio comenzó a investigar para confirmar la existencia de la criatura y algunos de los
otros cruces rumoreados del mago, como un Billywig cruzado con una vieira, una cabra
cruzada con un Mooncalf y un Niffler cruzado con un escarabajo, para garantizar que
ninguno de ellos causara ningún daño a las comunidades mágicas o muggles cercanas, si es
que existieran. Brown comentó sobre el rumor afirmando que las preocupaciones del
Ministerio serían mayores si el supuesto "Dricken" fuera un pollo del tamaño de un dragón en
lugar de un dragón del tamaño de un pollo.

Solamente le recordaba por su interés en dragones cuando era más joven.

Kelly Brown por otro lado es una jugadora de rugby profesional que juega como ala.

Lavender por otro lado no es nada importante, una Gryffindor que era bastante chillona y
llorona de su generación, nunca habían intercambiado palabra hasta este día.

La niña frente a él luce nerviosa, claramente queriendo estar en cualquier otro lado y eso es
solamente la única cosa en común que ambos podrían tener.

—Estoy de viaje con unas amistades—es lo único que dice Draco disfrutando un poco del té,
es claramente una aberración comparada al té inglés, pero tristemente no hay mucho que
pueda hacer.

En otra ocasión se quejaría hasta la muerte, pero ha descubierto que las quejas no tienen
mucho significado en este lado del mundo.

Nadie lo conocía.

Y cuando una persona lo reconocía como el señor Brown y lo trataba con el respeto que
merecía por ser un Malfoy, claramente nadie de sus actuales acompañantes estaba a su lado
para disfrutar de la vista; maldita suerte se tenía el día de hoy.

Puede que no se vea digno.

Pero maldita sea, era un Malfoy.

Draco.

Percy había dicho que debería ser él mismo sin su apellido o su familia, no entiende ese
idiota de que habla, porque no sabe que es tenerlo todo en la palma de la mano.

—Escuche que eras el segundo mejor de tu año—habla Thomas Brown sin saber que está
ladrando al árbol equivocado.

Lavender parece petrificada, entendiendo antes que su padre el error que cometió.

Segundo después de una sangre sucia.

Draco sonríe de forma falsa, pensando en la forma en como cuando vuelva a casa, destruirá la
vida de la familia Brown por esta ofensa.

—Mi hermano mayor—salta la niña torpe, con ojos temblorosos, que ha visto en el colegio
porque sabe que es bueno tenerle miedo; ha pasado toda una vida aprendiendo sobre los
Malfoy y como es mejor no meterse en su camino—Daniel trabaja como historiador y es
bueno en runas antiguas—añade como si estuviera luchando por su vida.

¿Eso que importa?

—Cierto, Daniel fue llamado por los Malfoy para restaurar parte de su muro mágico—
declara Thomas emocionado y eso provoca que Draco olvide un momento sobre la
destrucción de la familia Brown—usualmente se llamaría a romper maldiciones para el caso,
pero parece ser que los muros distan de muchas épocas e incluso tienen grabados de la
antigua Grecia; no conozco mucho del tema, pero parece que la familia Malfoy estaba
trabajando en un dios griego en específico, es fascinante—explica con emoción el padre de
Lavender.

Tal vez…no necesite destruir a la familia Brown.

Sus padres estaban trabajando en reparar el muro, aunque inicialmente, Draco no sabe qué
clase de cosa pudo destruirlo. Antes de cumplir 12 años el muro trabajo bien toda su vida e
incluso en Hogwarts no tuvo ningún accidente. Pero apenas había llegado de vacaciones a
casa, cuando fueron atacados y es normal que se necesite trabajo para reparar cualquier
barrera mágica.

Ocuparon llamar expertos.

Runas antiguas.

Griegas.

¿Su padre del olimpo habría ayudado a las runas?

—¿Conoce cuál Dios griego era? —puede que fuera su padre celestial, y si sabía eso, podría
maldecirlo por su mala suerte.

Bueno.

Al menos ya no sería un no reclamado, técnicamente seguiría sin ser reclamado en el


campamento, pero podría jactarse frente a los chicos del campamento de que no era alguien
sin conocimiento de su parentesco. Puede que sonara estúpido para otros, pero cualquier
información ayudaría a subir su estatus, Percy no entiende sobre eso, porque no fue criado
como él.

Draco sabe mejor el poder de la información.

Su padre, Lucius, se lo enseño bien.

—Bueno no estoy seguro…creo que era…—el hombre se detiene confuso y Draco sigue la
mirada, tomando un momento para procesar la imagen.

Percy Jackson.

O el que supone que es Percy Jackson debido a la distancia, saltando en el arco de Gateway.
Toma un segundo procesar que está pasando, antes de que coloque ambas manos sobre su
rostro, maldiga en griego antiguo para sorpresa de los Brown.

—¿Alguien acaba de saltar del arco? —cuestiona Lavender horrorizada a su padre, que sigue
en shock.

Bien.

Retirada.

—Me tengo que ir, seria agradable no mencionar a sus padres sobre su presencia o nadie en
específico, tengo trabajo que hacer—dice Draco ante de salir corriendo del lugar hacía el
arco.

Si.

No tenía tiempo para silenciarlos, pero tomando en cuenta que Percy estaba al borde de la
posible muerte, es mejor correr. Los había dejado solos por cinco minutos, no debería haber
alguna posibilidad de que alguien intente asesinarlos. A estas alturas hubiera querido tomar a
los Brown y obligarlos a viajar hasta Londres ahora mismo.

Pero no podía.

Punto positivo, no debe tener vinculo, ya que no había sentido nada cuando Percy Jackson
claramente se lanzaba hacía la muerte.

Cuando llego al arco, Annabeth y Grover parecen alarmados, antes de tomarlo de los brazos
para irse lejos del lugar. Palabras como, Equidna, oro hormiguero, quimera, hicieron que
Draco se sintiera confuso. Tomo unos minutos el poder encontrar a Percy y Grover apenas lo
hizo se lanzó sobre este, habían comentado la posibilidad que Hades lo hubiera capturado y
Draco simplemente sintió que no era así. Vale que no sintió su posible muerte, pero tampoco
parecía que estuviera en peligro mortal, más del que vivían cada jodido momento de esta
misión.

Draco quiere ir a casa.

Ahora tienen que ir a un lugar que se llama Santa Mónica por pedido especial del padre de
Percy.

No lo hace tristemente.

La siguiente tarde, siete días antes del solsticio, su tren (Draco los odio por hacerlo ingresar a
otra máquina de la muerte) llegó a Denver. No habían comido desde la noche anterior en el
coche restaurante, en algún lugar de Kansas. Y no se duchaban desde la colina Mestiza.
Desde luego tenía que notarse, pensó.
No quiso ni pensar en los Brown, en como lo vieron.

Estaría destrozado en la sociedad mágica si eso salía a la luz, con suerte su madre viera que
estaba en peligro y viniera por él inmediatamente.

No compartió su encuentro con los Brown, era el mundo mágico, no tenía nada que ver en
esta misión.

Dato interesante.

No tienen dinero.

Al menos pueden usar la mensajería Iris, que para alivio de Draco, Percy también parece
totalmente ajeno al respecto.

— ¡Luke! —hablo Percy aliviado.

Este se volvió, sorprendido. Draco podría haber jurado que estaba a un metro delante a través
de una pantalla de niebla, salvo que sólo podía verle la parte del cuerpo que cubría el arco
iris.

— ¡Percy! —Su rostro marcado se ensanchó en una sonrisa—. ¿Y ésa es Annabeth?


¡Alabados sean los dioses! Eh, chicos, ¿estáis bien? —

— Estamos… bueno… Sí, bien —balbuceó Annabeth. Se alisaba la camiseta sucia y se


peinaba para apartarse el pelo de la cara—. Pensábamos que Quirón… bueno…—

Percy hizo una mueca.

Draco suspiro, tan obvio.

Grover sonrió con torpeza al verlo, al menos no era el único en notarlo.

— Está abajo en las cabañas. —La sonrisa de Luke desapareció—. Estamos teniendo algunos
problemas con los campistas. Escuchad, ¿va todo bien? ¿Le ha pasado algo a Grover? —

— ¡Estoy aquí! —gritó Grover. Apartó el pitorro y entró en el campo de visión de Luke—.
¿Qué clase de problemas? —

Una máquina de metal llamada coche arruino un momento la transmisión, estúpidos muggles.

— Quirón tenía que… ¿Qué es ese ruido? —preguntó Luke.

— ¡Yo me encargo! —exclamó Annabeth, aparentemente aliviada por tener una excusa para
apartarse de en medio—. ¡Venga, Grover! —

— ¿Qué? —dijo Grover—. Pero…—

— ¡Dale a Percy la manguera y ven! —le ordenó.


Grover murmuró algo sobre que las chicas eran más difíciles de entender que el oráculo de
Delfos, después le entregó la manguera (o lo que Draco supuso era una) y siguió a Annabeth.

Percy hizo algo con la cosa muggle para mantener el arco iris y seguir viendo a Luke.

Draco se mantuvo de lado.

Aunque.

La mirada del chico parecía algo inquieta.

¿Sería su imaginación?

— ¡Quirón ha tenido que detener una pelea! —aulló Luke por encima de la música—. Las
cosas están muy tensas aquí, Percy. Se ha corrido la voz de la disputa entre Zeus y Poseidón.
Aún no sabemos cómo; probablemente el mismo desgraciado que invocó al perro del
infierno. Ahora los campistas están empezando a tomar partido. Se están organizando otra
vez como en la guerra de Troya. Afrodita, Ares y Apolo apoyan a Poseidón, más o menos.
Atenea está con Zeus—

Idiotas.

Como si fuera otra enorme guerra mágica.

Sus padres habían tomado el bando del señor tenebroso, pero había perdido, así que sus
padres ahora se rodeaban de personas que no perderían.

¿Qué lado debería elegir?

Zeus era el olimpo más fuerte por algo, pero si Poseidón no había robado el rayo, tal vez era
mejor tener cuidado; aunque enviar a Percy para tomar el rayo de regreso, no era la mejor
idea.

— ¿Y en qué situación estás? —le preguntó Luke aun si notar a Draco—. Quirón sentirá no
haber podido hablar contigo. —

Percy lo vio con duda, luego a Draco, pero antes de meditar un poco mejor, conto todo
incluso con Draco presente. Sus sueños no eran algo nuevo, pero sin duda, eran información
que Luke no sabía. Una parte de Draco pensó que tal vez era mucha información que
contaba, lo cual no debería estar mal, Luke era un chico amable que le había ayudado.

Entonces…porque se siente mal.

Quiere detenerlo.

Quiere decirle que no siempre es buena idea compartirlo todo.

No lo hace, pero mira fijamente los ojos de Luke.

Algo está mal.


— Ojalá estuviera ahí —dijo Luke—. se temo que no podemos ayudarte demasiado desde
aquí, pero escucha… Tiene que ser Hades el que robó el rayo maestro. Estaba en el Olimpo
en el solsticio de invierno. Yo acompañaba una excursión y lo vimos—

— Pero Quirón dijo que los dioses no pueden tocar los objetos mágicos de los demás
directamente—

— Eso es cierto —convino Luke, y parecía agobiado—. Aun así… Hades tiene el yelmo de
oscuridad. Si no, ¿cómo es posible entrar en la sala del trono y robar el rayo maestro? Hay
que ser invisible—

Ambos guardaron silencio un rato.

— Un momento —protestó—. No estoy diciendo que haya sido Annabeth. La conozco desde
siempre. Ella jamás… quiero decir que es como una hermana pequeña para mí—

Como si Annabeth quisiera robar algo.

Es tan estúpida y noble como un Hufflepuff.

— Será mejor que vayas a ver qué ha sido eso —dijo Luke—. Oye, ¿estás usando las
zapatillas voladoras? se sentiré mejor si sé que te sirven de algo—

— ¡Oh… sí, claro! —mintió Percy con desfachatez—. se han venido muy bien—

— ¿En serio? —Sonrió luciendo sorprendido como si supiera que estaban mintiendo—¿Te
van bien? —

El agua se terminó. La lluvia fina empezó a evaporarse.

— ¡Bueno, cuidaos ahí en Denver! —gritó Luke, y su voz fue amortiguándose—. ¡Y dile a
Grover que esta vez irá mejor! Que nadie se convertirá en pino si…—

Pero la lluvia había desaparecido y la imagen de Luke se desvaneció por completo. Estaba
solos en una cabina mojada y vacía de un lavacoches.

—Sabes, hay algo interesante en toda su charla—hablo ignorando su ropa húmeda y notando
la mirada curiosa de Percy en su mirada—si un dios no puede tocar las armas, alguien debió
hacerlo, el solsticio parece ser el mejor momento—

—¿Qué quieres decir? —cuestiono el hijo de Poseidón incrédulo.

Draco solo medito con una mano en su mentón.

—Hades… ¿por qué robaría el rayo? —

—Lo vi en mis sueños tiene que ser él—

—Pero…y si por casualidad, fuera alguien más el ladrón y lo estuviera inculpando, así como
te están inculpando a ti de robarlo—
El rostro de Percy se hizo una mueca agria. Annabeth y Grover aparecieron por la esquina,
riendo, pero se detuvieron al ver la cara de Percy. La sonrisa de Annabeth desapareció.

— ¿Qué ha pasado, Percy? ¿Qué te ha dicho Luke? —

— No demasiado —mintió— Bueno, vamos a buscar algo de cenar—

No volteo a verlo, lo cual era la primera vez durante el viaje que no lo hizo y le sintió mal a
Draco, porque cuando caminaron noto el ambiente hostil del chico.

Genial.

La única persona que lo toleraba y lo había enojado por sus pensamientos.

Nadie parecía notarlo.

Pero, todo tiene sentido.

¿Por qué Hades robaría el rayo de Zeus?

¿Por qué ahora?

Parecía como si alguien hiciera el caos de la mejor forma, para que una guerra se levantara
pronto, como alguien que sacrifica peones con tal de arruinar al oponente en un juego de
ajedrez. Su padre le había dicho que disfrutaba mucho crear imágenes mentales de luchas, ser
un estratega; entonces porque sentía que, en lugar de estar detrás del tablero, estaba siendo
utilizado como una ficha.

Intentaron comer dentro de un establecimiento, pero no tenían dinero, así que no funcionó
bien. Luego llego un tipo en motocicleta, lo cual tuvo que explicarle Grover, porque Percy
estaba molesto y Annabeth parecía complacida de que alguien más lo odiara; idiota. El tipo
de la motocicleta habría conseguido que un gigante llamase a gritos a su mamá.

Iba vestido con una camiseta de tirantes roja, téjanos negros y un guardapolvo de cuero
negro, y llevaba un cuchillo de caza sujeto al muslo. Tras sus gafas rojas tenía la cara más
cruel y brutal que ha visto en su vida —guapo, supone, pero de aspecto implacable—; el
pelo, cortísimo y negro brillante, y las mejillas surcadas de cicatrices sin duda fruto de
muchas, muchas peleas.

— ¿Tenéis dinero para pagar, niños? —volvió a preguntarles la camarera.

Si.

Para nada sospechoso.

¿Por qué alguien los ayudaría?


— Ponlo en su cuenta —respondió el hombre nuevo. Se metió en el reservado, que era
demasiado pequeño para él, y acorraló a Annabeth contra la ventana. Levantó la vista hacia la
camarera, la miró a los ojos y dijo—: ¿Aún sigues aquí? —

La muchacha se puso rígida, se volvió como si obtuviera un imperio y regresó a la cocina.

El hombre se quedó mirando a Percy, aunque le dio una mirada curiosa de reojo, parecía más
interesado en Percy. No se le veía los ojos tras las gafas rojas.

Draco se sintió.

Raro.

Sentimientos arremolinaron en su interior.

Ira, rencor, amargura.

Quería darle un golpe a una pared, empezar una pelea con alguien. ¿Quién se creía que era
aquel tipo?.

El hombre sonrió.

Draco tuvo que sujetar la mesa del establecimiento de segunda con fuerza.

— Así que tú eres el crío del viejo Alga, ¿eh? —

— ¿Y a ti qué te importa? —respondió Percy con enojo.

Annabeth le advirtió con la mirada.

— Percy, éste es…—

El hombre levantó la mano.

— No pasa nada —dijo—. No está mal una pizca de carácter. Siempre y cuando te acuerdes
de quién es el jefe. ¿Sabes quién soy, primito? —

— Eres el padre de Clarisse —respondió sorprendido—. Ares, el dios de la guerra—

Ares sonrió y se quitó las gafas. Donde tendrían que estar los ojos, había sólo fuego, cuencas
vacías en las que refulgían explosiones en miniatura.

Algo en el pecho de Draco golpeo nerviosamente.

Probablemente nada importante.

— Has acertado, pringado. He oído que le has roto la lanza a Clarisse—

— Lo estaba pidiendo a gritos—


— Probablemente. No intervengo en las batallas de sus críos, ¿sabes? ha venido para… ha
oído que estabas en la ciudad y tengo una proposición que hacerte—

La camarera regresó con bandejas repletas de comida: hamburguesas con queso, patatas
fritas, aros de cebolla y batidos de chocolate.

Ares le entregó unos dracmas.

Ella miró con nerviosismo las monedas.

— Pero éstos no son…—

Ares sacó su enorme cuchillo y empezó a limpiarse las uñas.

— ¿Algún problema, chata? —

La camarera se tragó las palabras y se marchó sin rechistar.

Ojalá pudiera hacer eso.

Sentir celos de un muggle, era tan patético.

— Eso está muy mal —le dijo Percy a Ares—. No puedes ir amenazando a la gente con un
cuchillo—

Ares soltó una risotada y luego dijo:

— ¿Estás de broma? Adoro este país. Es el mejor lugar del mundo desde Esparta. ¿Tú no vas
armado, pringado? Pues deberías. Ahí fuera hay un mundo peligroso. Y eso nos lleva a su
proposición. Necesito que me hagas un favor—

— ¿Qué favor puedo hacerle yo a un dios? —

— Algo que un dios no tiene tiempo de hacer. No es demasiado. se dejé el escudo en un


parque acuático abandonado aquí en la ciudad. Tenía cita con mi novia, pero nos
interrumpieron. En la confusión me dejé el escudo. Así que quiero que vayas por él—

— ¿Por qué no vas tú? —

El fuego en las cuencas de sus ojos brilló con mayor intensidad.

Aterrador.

— También podrías preguntarme por qué no te convierto en una ardilla y te atropello con la
Harley. La respuesta sería la misma: porque de momento no me apetece. Un dios te está
dando la oportunidad de demostrar qué sabes hacer, Percy Jackson. ¿Vas a quedar como un
cobardica? —Se inclinó hacia Percy—. O a lo mejor es que sólo peleas bajo el agua, para que
papaíto te proteja—

Interesante forma de molestar a Percy.


Aun así.

Se siente identificado con los olimpos, usualmente Draco tampoco tendría que hacer nada,
solamente estiraría la mano y alguien lo haría por él.

Entiende la sensación de que otros hagan el trabajo sucio.

Solo que…odia ser quien haga el trabajo sucio.

Al final, algunas palabras correctas sobre iniciar una guerra, la madre de Percy y estaban en
el estúpido parque acuático; ahora fue Grover quien explico porque alguien ocuparía una
aberración como esa. Se supone que sería divertida, Draco no lo encontró divertido. Menos
tener que usar otro tipo de ropa muggle que Annabeth les arrojo.

Lo único divertido podría ser…

«EMOCIONANTE atracción DEL AMOR: ¡ÉSTE NO ES ELTÚNELDELAMOR DE TUS


PADRES!»

Grover se quedaría en lo alto con las zapatillas de Luke.

Percy y Annabeth entrarían al túnel.

Draco quedaría de lado, porque Annabeth lo señalo como un mocoso inútil.

Todo era excelente.

Hasta que no lo fue.

Grover grito antes de arrastrar a Draco a un lugar pequeño, apretando todos los botones y
cuando Draco proceso que estaba pasando, dentro del túnel del amor Percy y Annabeth
estaban en medio de una lucha con cientos de arañas. Tenía sus dudas sobre si era algo de
muggles, pero Grover parecía alarmado sobre que tenía que encender el lugar.

Así que no, aparentemente incluso los muggles no son tan raros.

Genial.

Esto funcionaba con… ¿electricidad?, realmente no había entendido el concepto de


electricidad de forma correcta.

Ocupaba encenderla.

¿Como una lampara?

¿Un lumos?
Estúpidos muggles y sus inventos estúpidos.

—Tengo que ir a salvarlos—gruño Grover sin esperar nada de él.

Nadie esperaba nada de él.

Draco miro cientos de botones circulares, no entendía como funcionaban, se supone que era
algo como magia, pero no magia. Mientras Grover salía, los otros dos parecían luchar por
sobrevivir, Draco estaba ahí sin hacer nada.

Otra vez.

¿Morirían esta vez?

¿Draco quiere que mueran?

¿Qué debe hacer?

Comenzó a sentirse muy inquieto y nervioso, no sabe porque, pero no quería que murieran;
eran idiotas, pero incluso ellos servían para protegerle. Se dijo eso así mismo, pero no se
sintió así. La idea de que Percy muriera aun molesto con él, que no volviera a sonreírle
diciendo cosas estúpidas como que solamente era Draco, lo hicieron sentir mal.

—Funciona—susurro de forma molesta a la cosa de metal frente a él—funciona maldita sea


—golpeo varios botones como estaba haciendo Grover.

Nada funciono.

Magia.

Si tan solo pudiera hacer magia.

¿Qué haría de diferente?

Gruño sintiéndose frustrado, nada, no podía hacer nada bien y esta aventura solo funciono
para que fuera un inútil. Si tan solo pudiera hacer magia, magia accidental, darle energía a
esto, si tan solo alguien pudiera ayudarlos, si tuviera su varita.

Aunque aun con eso no sabría que hacer.

Inútil.

Era un inútil como dijo Annabeth.

Percy le dijo que fuera solo Draco, pero ser solamente Draco no sirve de nada, ni siquiera a
este, que era el único que había dado un poco por ayudarle; aunque ahora claramente lo odia.

Nada.

Era un inútil.
Pensó en Potter, viéndolo con asco, claramente rechazándolo y viéndolo como si fuera un
desperdicio de humanidad ser solamente su amigo.

Se lleno de ira.

—¡FUNCIONA MALDITA SEA! —grito golpeando con ambos puños los botones, entonces,
algo paso.

Fue como una descarga de magia, de energía en su interior, algo brillo en sus puños antes de
golpear el metal y Draco salto contra su espalda como si hubiera sentido una descarga mágica
accidental en su cuerpo. Tosió un poco antes de levantarse, sorprendido porque los botones
antes de colores opacos, ahora estaban brillando de diferentes colores brillantes, como luz.

El túnel.

Había luz por todos lados.

Todo era un caos de agua, pero el bote había llegado a una puerta dorada que ahora estaba
abierta e iluminada, donde Percy y Annabeth rápidamente se lanzaron contra la piscina de
salida. Grover estaba ahí para ayudarles a salir, Draco pestañeo antes de salir rápidamente del
lugar, deslizándose hacía ellos notando a Percy viendo lo que parece ser…no sabe…pero
parece enojado por la cosa cuadrada.

— ¡La función ha terminado! —grito—. ¡Gracias! ¡Buenas noches! —

¿Cupidos?

No quiere saber, pero ellos regresaron a sus posiciones y las luces se apagaron. El parque
quedó tranquilo y oscuro otra vez, excepto por el suave murmullo del agua en la piscina de
salida de la Emocionante Atracción del Amor.

El túnel seguía aun en funcionamiento.

Era lo único iluminado.

—Lo hiciste Draco, hiciste que funcionara—hablo Grover cuando llegaron a él, luciendo
emocionado.

Si.

Pero…no sabe cómo.

Draco volteo a ver a Annabeth, quien destilaba agua, pero aunque hizo una mueca con su
rostro agradeció a regañadientes por su ayuda. Percy lo vio fijamente, antes que pudiera
predecir qué haría, este palmeo su espalda animadamente y paso una mano por sus hombros.

—No sé qué hiciste, pero nos salvaste la vida amigo—explica con una gran sonrisa.

Draco no tiene idea de que hizo.


Pero.

La sonrisa de Percy, sus palabras, cosas que no deberían tener importancia, hicieron que algo
cálido estuviera en su pecho y aunque no tenía idea; por primera vez desde que llego al
campamento sonrió de forma sincera.

Uno pensaría que las cosas ridículas terminarían pronto.

No lo hicieron.

«Amabilidad internacional: TRANSPORTEDE ZOOS HUMANOS. PELIGRO: ANIMALES


SALVAJES VIVOS.»

Un viaje ridículo, lo cual ya era ridículo porque Ares les había dado equipo para viajar, al
tiempo que Percy se enemistaba con un dios.

¿Pero saben que es más ridículo?

Les doy unas opciones sobre lo sucedido…

Saber que Annabeth tenía miedo a las arañas.

Grover defendiendo animales.

Que era la primera vez que veía una cebra.

La historia trágica de una niña llamada Thalía hija de Zeus, eso hace que Draco se diera
cuenta que tenía razón, probablemente a este paso Hades tendría un hijo por ahí oculto
tambien.

Annabeth llamando a Percy amigo.

No, eso no era lo peor.

Que Percy pudiera hablar con cebras como si fuera un parsel hablante, joder.

Draco no esta seguro del significado de Hotel casino Loto, pero cuando entra al lugar, bueno,
era un lugar bastante agradable. La entrada era una enorme flor de neón cuyos pétalos se
encendían y parpadeaban. Nadie salía ni entraba, pero las brillantes puertas cromadas estaban
abiertas, y del interior emergía un aire acondicionado con aroma de flores: flores de loto,
quizá. Jamás las había olido, así que no estaba seguro.

Era extraño el lugar.


Cada momento tenía que preguntarle a Annabeth, quien de repente parecía agradable y para
nada enojada sobre cualquier cosa, esta contestaria.

Todo estaba pagado.

Como Malfoy estaba acostumbrado a eso, pero solo como Draco, semidios, todo era nuevo.

Extraño.

Percy le explico emocionado sobre la sala de juegos, tomando su muñeca y caminando entre
maquinas, Grover lo llevaría a comer, Annabeth saltaría sobre un trampolín luego de
explicarle que rayos era uno.

Por todas partes se veían camareras y bares que servían todo tipo de comida.

Un lugar digno de un Malfoy.

Su habitación era en la última planta, la habitación 4001 y tenían esas pequeñas cosas de
plástico llamadas LotusCash que hicieron la vida tan fácil como una varita mágica. Era una
suite (lo cual Annabeth le explico que era lo mejor de lo mejor) con 4 dormitorios separados
y un bar lleno de caramelos, refrescos y patatas. Línea directa con el servicio de habitaciones.

No sabía que era un teléfono, pero Grover lo explico y le dio patatas fritas.

Deliciosas.

Había toallas mullidas, camas de agua y almohadas de plumas. Una gran pantalla de
televisión por satélite e internet de alta velocidad, Percy fue quien le explico porque las
imágenes se movían dentro de la pantalla. En el balcón había otra bañera de agua caliente y,
como había dicho el botones, una máquina para disparar platos y una escopeta, así que se
podían lanzar palomas de arcilla por encima del horizonte de Las Vegas y llenarlas de plomo.

Era.

Increíble.

Los muggles eran increíbles, y tal vez por tener ese pensamiento debió pensar que había algo
malo, pero no lo hizo.

Había ropa en el armario, de su talla. Draco puso cara de extrañeza la primera vez que la vio.
Pero era de seda, se sintió genial tener algo más que harapos y cuando se vestía ninguno le
dijo nada malo por ropas tan finas.

—¿Qué es un video juego? —cuestiona Draco nuevamente sin entender porque Percy esta tan
emocionado cuando lo lleva a las “maquinas” que había visto con emoción.

—Tu mi estimado amigo, vives en otra época—bromea Percy con diversión empujándolo a
una máquina de esas que es muggle.

Hace sonidos.
Tiene colores y luces.

Debería ser horrible, pero es jodidamente adictivo cuando con sus dedos logra obtener un
puntaje máximo en “Pac-man” o lo que sea que signifique esa bolita amarilla. No sabe
cuantas horas tomo hacer ese puntaje, solo parece que paso unos minutos, cuando voltea
Percy ya no se encuentra y Draco se encuentra sin darle importancia cuando una camarera
sonríe en su dirección para darle algo de comer.

Torta de melaza.

Draco toma la torta confundido, no tenía antojo de esta.

¿O sí?

Piensa en Potter un momento, porque era su postre favorito y cualquier con dos ojos en buen
estado se daría cuenta, no significa que Draco lo vea más que otros; su primer año había sido
intentando encontrar debilidades del otro todo el tiempo.

Habla con un niño, parece joven, menor que él de cabellera negra sobre un video juego unos
momentos y esta segur que tuvieron algunas partidas juntos (una o dos), antes que corriera
gritando sobre su hermana “Bianca”, para no volverlo a ver. Sabe que está mal, porque todo
el rato sonreía al mocoso de forma animada.

—¡Draco! —dice Annabeth corriendo hacía él, sujeta su brazo con una sonrisa y si bien
podría ser raro, no lo es—vamos a las trivias, así aprenderás más cosas—añade risueña y
Draco también se ríe.

Si.

Las trivias suenan divertidas.

Draco no estaba seguro de que era exactamente el 3D, para el caso el 2D, así que cuando
Annabeth lo arrastra emocionada a algo que significaba construir ciudades 3D, no le queda
muy claro que hacer ahí; solamente se sienta al lado de la chica, que explica paso a paso
sobre construir ciudades. El motivo de porque hay hospitales, porque tienen que tener una
estación de policía, terrenos, bases, escuelas; todo lo que los muggles deberían saber y es…
fascinante. No sabe porque piensa que es fascinante, duda que lo pensara en otro contexto,
pero aquí es tan fascinante.

Todo tiene un motivo y un por qué.

No hay magia, pero lo que hacen los muggles, es bastante increíble o tal vez solamente es
Annabeth, no lo entiende.

Siempre le pareció molesta, pero ahora lo es menos.


—No me gustabas, eras un sabelotodo, como Granger, pero realmente puedo ver que tienes
talento en esto de construir casas—habla Draco al lado de Annabeth.

Esta pestañea, voltea a verlo, luego se ríe un poco; pero no lo toma a mal.

Se siente somnoliento todo el tiempo, feliz, no se ha sentido feliz en mucho tiempo, es


adictivo la sensación.

—Tampoco me agradabas—

—¿Por qué soy un cobarde? —

—No, te juzgue mal—y parece tener una mirada perdida al decirlo—no es justo, solo tienes
unas semanas sabiendo todo, Percy es raro; pero te odiaba porque…lo tienes fácil—debe
haberle dado una mirada incrédula, pero Annabeth solo ríe—ser el nuevo es fácil, pero
vincularte a Percy te hizo pase directo para ir a misiones con él, no las buscas, pero tienes la
oportunidad; Percy es un hijo de los 3 grandes, tendrá misiones más rápido que todos…es tan
frustrante—

Detiene un rato sus dedos del movimiento de la ciudad Chase, Draco odia tener que confortar
a otros, sigue sin saber cómo logro que Vincent dejara de llorar cuando le quitaron el pastel
en la fiesta de Halloween de primer año; no quiere consolar a la niña a su lado.

Es molesta.

Sabelotodo.

Siempre detrás de Luke.

Percy claramente le interesa.

Le parece fastidiosa.

—No digas esas cosas, no quiero que me agrades—gruñe Draco algo incomodo, pero
Annabeth solo lo ve antes de regresar a la ciudad.

—Debiste pensarlo antes de salvarme la vida y a Percy—

—Se te hubiera ocurrido algo—

—Lo sé, pero igual, me salvaste y eso te hace ahora mi amigo—

Draco voltea el rostro rápidamente, sin entender que está pasando, porque un Malfoy no es de
tener amigos, es de tener aliados. Gregory y Vincent están a su lado, porque saben que es
importante ser un Malfoy, además de la unión de sus padres. Blaise podría ser casi su amigo,
pero solo lo hace por beneficios y Theo está en un barco un poco mejor que Gregory y
Vincent; Pansy solamente quiere ser la señora Malfoy.

Amigos.
Había querido ser amigo de Harry Potter antes de que este lo ignorara.

Había visto a Potter correr en aventuras con la comadreja y la sangre sucia, ahora que lo
piensa, la menciono a Annabeth, pero fue raro.

No le dijo Sangre sucia.

Simplemente se sintió mal.

—No soy una buena persona, soy codicioso, solo me preocupó por mí, la gente no quiere
amigos…solo…conveniencia—habla tartamudeando, impotente, sintiendo su cuerpo temblar
ante la sonrisa de Annabeth.

—Eres amigo de Percy—señala y Draco se siente abochornado, porque no ha hablado de eso,


pero Percy no deja de llamarlo “amigo” siempre que corre a alguna cosa dentro del hotel—y
si, tienes muchas cosas malas, pero yo también y decidí que quiero ser tu amiga; soy alguien
terca—dice de forma fanfarrona, Draco la ve fijamente.

La niña que había estado todo el tiempo arrastrándolo por el campamento mestizo por pedido
de Luke, una parte de él casi teme que ella admita que lo hace porque otros se lo han pedido,
pero sabe que no, que la chica está ahí sonriendo.

Ofreciéndole amistad.

No necesita su amistad.

Un Malfoy no necesita amigos.

Pero tal vez…tal vez Draco si necesite amigos.

—Sabelotodo irritante—

—Rubio teñido—

—Tú también tienes el pelo rubio—chilla Draco indignado, haciendo reír a Annabeth, quien
solo lo empuja.

Esta bromea sobre comprobar la seguridad de la ciudad, Draco se hace el resentido mientras
se acerca a ella, disfrutando de la calidez en su interior.

Sin saber.

Que otro vinculo de ha forjado ese día.

Continuara…

Chapter End Notes


Hola chicos, espero estén disfrutando el viaje, no hemos terminado el primer libro de
Percy Jackson, pero estamos cada vez más cerca, es probable que el primer arco de la
historia abarque hasta el libro 2 de Percy Jackson por diferentes motivos, pero ya los
verán más adelante.

Irónicamente, aunque su primer amigo fue Percy, Annabeth parece ablandarse un poco
con Draco, probablemente por el ambiente del hotel, pero creo que ambos tienen más en
común que el físico. La mistad de Draco y Annabeth va ser interesante en el futuro.

Draco no puede llamar a Hermione Sangre sucia ahora, lo cual es algo interesante de
notar.
Capítulo 5: Verdaderas intenciones
Chapter Summary

Draco se pregunta como alguien como él termino en el inframundo, culpa totalmente a


Percy Jackson por eso.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

Claramente era una trampa, nada bueno en la vida puede ser gratis, pero la situación del hotel
había logrado engañarlos a todos, menos a Percy al final, lo cual es raro; de todos es el más
torpe. Pero bueno, no pueden hacer nada cuando tienen que escapar; fue difícil porque
realmente se había abierto otra sala de juegos y Draco quería ir con Grover, pero al final no
pudieron. Salir al mundo real era…doloroso, si fuera por Draco se quedaría en ese lugar hasta
el final de los tiempos, pero los otros 3 parecían pensar que era importante cumplir la misión
y que el fin del mundo por los olimpos.

Hogwarts parecía una buena idea ahora.

En su lugar tomaron un Taxi para los… ¿ángeles?, Draco no tenía una buena idea de algunas
partes de este país. Annabeth utilizo las tarjetas de plástico del casino, que parecían ser como
magia para que el señor aburrido del coche amarillo los aceptase.

Luego por algunas palabras de Annabeth, utilizo una velocidad de poca seguridad.

Draco duda que fuera seguro, incluso para los muggles.

Los momentos el casino parecen algo borrosos, entre esos momentos parece abochornado por
la charla con Annabeth, pero al menos ya no le estaba dando miradas asesinas.

Grover parecía alegre por eso.

Percy contaba sobre sueños borrosos y cosas que parecían interpretar que todo se pondría
peor. Lo cual Draco dudaba. Pero se sorprendió porque al final del día Percy se metió a una
zona con agua que parecía ser la contaminación muggle que odiaban los magos, no podría ser
salubre, en eso todos menos Percy estaban de acuerdo.

Pero su padre le hablaba así.

¿Quién era Draco para cuestionarlo?


Él no iba entrar ahí y por el rostro de Annabeth y Grover, ellos tampoco.

Seguían confiando que el culpable de todo era Hades.

¿Lo era?

Draco no encontraba sentido, si bien en la historia griega que no es ficción como pensó,
Hades como muchos otros no eran amistosos con Zeus, pero este plan no tendría sentido. De
todos los olimpos, no creía que fuera Hades, pero de alguna forma las pistas apuntaban a este,
por lo cual Draco prefiere mantener silencio ya que la última vez que le comento a Percy este
se enojó.

Pero…si fuera otra persona.

¿Quien?

Es alguien que quisiera que cayeran los grandes, alguien que se beneficiaria de eso, por lo
cual podrían ser dioses menores, pero esos usualmente no creaban un caos tan grande.

—Tengo perlas—anuncio Percy curioso, Draco las vio y lo peor que pudo pasar fue que no se
sorprendió en absoluto de esta cosa absurda.

Y probablemente el no sorprenderse sobre las cosas anormales, debería ser una sorpresa en sí
mismo, porque se estaba acostumbrando a esto.

Oh no.

Las noches en los ángeles eran horribles, Draco vería todo con incredulidad, porque no
entendía como alguien como él termino en una ciudad muggle de mala monta de noche. Los
Ángeles es una ciudad extensa y caótica en la que resulta difícil moverse. Este lugar era
grande siendo además escandalosa, rara y difícil de navegar. El solsticio de verano sería el
día siguiente y los dioses probablemente se asesinarían, así que solo queda un día para que
todo termine.

El casino les había quitado demasiado días y no se habían dado cuenta, todo dentro parecía
un parpadeo, pero ahora estaban en tiempo límite.

Se cruzaron con miembros de bandas (Percy le tuvo que explicar que eran mientras lo
arrastraba), vagabundos y gamberros que les miraban intentando calibrar si valía la pena
atracarnos. Al pasar por delante de un callejón, una voz desde la oscuridad les llamó.

Quisieron atacarlos, Percy uso su espada olvidando que solo servía para monstruos y
terminaron corriendo.

Correr por sus vidas.


Su vida resumida en una frase.

Terminaron en el “Palacio de las Camas de Agua Crusty”.

Donde un tipo con aspecto de rapaz y ataviado con un traje años setenta, que medía por lo
menos dos metros y era totalmente calvo. De piel grisácea, tenía párpados pesados y una
sonrisa reptiloide y fría, intento asesinarlos, lo cual era tan poco sorprendente que Draco solo
suspiro.

Su nueva normalidad era aterradora.

Masaje a cien manos.

Basura.

Que resulto ser Procrustes el estirador, ya saben el gigante que había intentado matar a Teseo
con exceso de hospitalidad de camino a Atenas.

Percy termino salvándolos cuando Annabeth, Grover y Draco fueron sujetados a la cama, lo
cual es una burla a que incluso eso puede asesinarlos.

Draco no sabe si pensar si el mundo muggle o el de los dioses es lo malo en este mundo.

Quiere volver a Hogwarts.

—Ya quiero volver al campamento, no pensé que lo extrañaría tanto—musita Draco mientras
camina por este extraño lugar.

¿Por qué estaban en camino a la tierra de los muertos?

Ah así, porque pensaban que Hades era el malo de la historia, aunque Draco duda de eso, no
es que importe. Tiene la sensación de que Percy está aquí por algo más, pero ha aprendido
que algunos comentarios es mejor ahorrárselos.

Grover a su lado tampoco parece tan positivo como Annabeth o Percy.

Primero tuvieron que entrar en la recepción de EOB. Donde una música suave de ascensor
salía de altavoces ocultos. La moqueta y las paredes eran gris acero. En las esquinas había
cactus como manos esqueléticas. El mobiliario era de cuero negro, y todos los asientos
estaban ocupados. Había gente sentada en los sofás, de pie, mirando por las ventanas o
esperando el ascensor. Nadie se movía, ni hablaba ni hacía nada. Con el rabillo del ojo los
veía a todos bien, pero si se centraba en alguno en particular, parecían transparentes. Veía a
través de sus cuerpos.

El mostrador del guarda de seguridad era bastante alto, así que teníamos que mirarlo desde
abajo.
Era un negro alto y elegante, de pelo teñido de rubio y cortado estilo militar. Llevaba gafas de
sol de carey y un traje de seda italiana a juego con su pelo. También lucía una rosa negra en
la solapa bajo una tarjeta de identificación.

Caronte.

Bueno el prefirió Señor Caronte, jura que escucho susurrar a Percy algo como: “¿Por qué no
puedo ser yo Señorito Muggle?”, sin entender bien de que hablaba Draco todavía.

Lo ignora.

No está seguro como Percy lo convenció, pero lograron bajar al inframundo, lo cual cada que
se acercaban, Draco estaba seguro de querer dar un paso atrás.

Mientras bajaba al mundo de los muertos, Draco tuvo un segundo para odiar a su yo de
primer año, que por un momento había sido celoso de las aventuras del trio dorado de San
Potter, ya no los envidia, quiere volver a su vida aburrida; pero duda que sea capaz.

Esto parece ser de las cosas eternas a tu alrededor.

El aire se tornó neblinoso. Los espíritus que les rodeaban empezaron a cambiar de forma. Sus
prendas modernas se desvanecieron y se convirtieron en hábitos grises con capucha. El suelo
del ascensor empezó a bambolearse.

Draco quiere vomitar cuando salen de ahí.

Porque luego del estúpido ascensor que de no ser porque era necesario, no hubiera entrado,
ahora era todo una puta barcaza. Caronte empujaba una pértiga a través de un río oscuro y
aceitoso en el que flotaban huesos, peces muertos y otras cosas más extrañas: muñecas de
plástico, claveles aplastados, diplomas de bordes dorados empapados.

— El río Estige —murmuró Annabeth—. Está tan…—

¿Horripilante?

El peor lugar del mundo.

Un lugar que le provoca escalofríos a Draco y solo quiere irse al campamento, dormir en una
de las estúpidas cabañas de Hermes, comer comida estúpida, vestir estúpidas camisas
naranjas.

Extrañaba el campamento mestizo.

La pared de lava parece casi dulce ahora.

— Contaminado —la ayudó Caronte—. Durante miles de años, vosotros los humanos habéis
ido tirando de todo mientras lo cruzabais: esperanzas, sueños, deseos que jamás se hicieron
realidad. Gestión de residuos irresponsable, si vamos a eso—
Muggles quiso decir Draco, un mago jamás haría esto al planeta tierra, pero los muggles eran
horrorosos.

La niebla se enroscó sobre la mugrienta agua. Por encima de ellos, casi perdido en la
penumbra, había un techo de estalactitas. Más adelante, la otra orilla brillaba con una luz
verdosa, del color del veneno.

¿Qué estaba haciendo allí?

Toda aquella gente alrededor…estaban muertas.

Muggles.

Magos.

Personas.

Draco fue sujetado por Grover, mientras se sujetaba a Draco dándole una suave mirada
amable, pero no podía entender que estaba pasando. Percy y Annabeth estaban unidos, Draco
no le importo por primera vez en estos días, en realidad estaba horrorizado por otra
comprensión.

Somos mejores, somos superiores, los muggles no valen nada.

Sus padres siempre le enseñaron la supremacía de sangre.

¿Pero aquí?

En el inframundo.

Eso no importaba.

Muerte para todos por igual.

Draco se escalofrió, Grover lo abrazo con más fuerza, mientras intentaba tranquilizarse. 12
años de su vida creyó sobre la supremacía de sangre, pero si al final, el final de toda vida era
la misma, entonces Draco se siente dividido sobre sus crianzas y la realidad. Puede que los
muggles fueran sucios, pero en este viaje había visto sobre cosas asombrosas que podían
hacer, similares o incluso mejores que los magos.

Había pensado que era superior.

Pero todo este viaje, le demostró lo ignorante que era del mundo real, como su diminuto
mundo se había expandido de forma magistral. No solo muggles, los olimpos, el campamento
mestizo.

¿Estaba mal?

Su pensamiento no había sido correcto, no lo sabía con certeza, pero no era el momento para
tener una especie de iluminación sobre sus principios.
Quiso quejarse, pero no había tiempo.

La orilla del inframundo apareció ante su vista. Unos cien metros de rocas escarpadas y arena
volcánica negra llegaban hasta la base de un elevado muro de piedra, que se extendía a cada
lado hasta donde se perdía la vista. Llegó un sonido de alguna parte cercana, en la penumbra
verde, y reverberó en las rocas: el gruñido de un animal de gran tamaño.

La quilla de la barcaza se posó sobre la arena negra. Los muertos empezaron a desembarcar.
Una mujer llevaba a una niña pequeña de la mano. Un anciano y una anciana cojeaban
agarrados del brazo. Un chico, no mayor que ellos, arrastraba los pies en su hábito gris.

Muertos.

¿Que hizo Draco aquí?

Estaba horrorizado.

En este lugar, donde al final, no hizo nada trascendental por la vida.

Caronte contó sus monedas de oro en su bolsa y volvió a agarrar la pértiga. Entonó algo que
parecía una canción mientras conducía la barcaza vacía de vuelta al otro lado.

—Vamos—apresuro Grover a todos, siguiendo los espíritus por el gastado camino.

Había tres entradas distintas bajo un enorme arco negro en el que se leía: «está entrando en
erebo.» Cada entrada tenía un detector de metales con cámaras de seguridad encima. Detrás
había cabinas de aduanas ocupadas por fantasmas vestidos de negro como Caronte.

El rugido del animal hambriento se oía muy alto, pero no pudo ver de dónde procedía. El
perro de tres cabezas, Cerbero, que supuestamente guardaba la puerta del Hades, no estaba
por ninguna parte.

Los muertos hacían tres filas, dos señaladas como «EN SERVICIO», y otra en la que ponía:
«MUERTE RÁPIDA.» La fila de muerte rápida se movía velozmente. Las otras dos iban
como tortugas.

— ¿Qué te parece? —le pregunto Percy a Annabeth.

— La cola rápida debe de ir directamente a los Campos de Asfódelos —dijo—. No quieren


arriesgarse al juicio del tribunal, porque podrían salir mal parados—

— ¿Hay un tribunal para los muertos? —

— Sí. Tres jueces. Se turnan los puestos. El rey Minos, Thomas Jefferson, Shakespeare;
gente de esa clase. A veces estudian una vida y deciden que esa persona merece una
recompensa especial: los Campos Elíseos. En otras ocasiones deciden que merecen un
castigo. Pero la mayoría… en fin, sencillamente vivieron, son historia. Ya sabes, nada
especial, ni bueno ni malo. Así que van a parar a los Campos de Asfódelos—
Draco hizo una mueca, sin saber que considerar de su vida. No había hecho nada
trascendental en realidad, pero no podía decir que fue una buena persona, no luego de todo
esto. Había tratado mal a los muggles, sangre sucia, mestizos toda su vida.

Aquí, en el inframundo, eso no parecía de buenas personas.

Para él no estuvo mal, era su vida, era mejor que otros.

Siempre pensó así.

Pero ahora…

Draco tiene miedo de ese juicio.

— ¿A hacer qué? —

— Imagínate estar en un campo de trigo de Kansas para siempre —contestó Grover.

— Qué agobio —respondió Percy.

— Tampoco es para tanto —murmuró Grover—. Mira. —Un par de fantasmas con hábitos
negros habían apartado a un espíritu y lo empujaban hacia el mostrador de seguridad. El
rostro del difunto se resultaba vagamente familiar—. Es el predicador de la tele, ¿te
acuerdas? —

— Anda, sí. —

¿Qué era un predicador?

Draco ladeo el rostro.

—Enseñan sobre religión—susurro Annabeth con mirada comprensiva, todo este tiempo sin
presionar mucho por el desconocimiento.

Religión, cosas en lo que creen los muggles.

—Entonces… ¿ira al lado bueno? —cuestiono Draco curioso y Percy los vio fijamente.

— Castigo especial de Hades —supuso Grover—. La gente mala, mala de verdad, recibe una
atención personal en cuanto llegan. Las Fur… Las Benévolas prepararán una tortura eterna
para él—

O tal vez no lugar bueno.

Ser muggle era un misterio.

— Pero si es predicador y cree en un infierno diferente… —objeto Percy.

Grover se encogió de hombros.


— ¿Quién dice que esté viendo este lugar como lo vemos tú y yo? Los humanos ven lo que
quieren ver. Sois muy cabezotas… quiero decir, persistentes—

Al final terminaron acercándose a las puertas. Los alaridos se oían tan alto que hacían vibrar
el suelo bajo sus pies, aunque seguía sin localizar el lugar del que procedían.

Entonces, a unos quince metros delante, la niebla verde resplandeció. Justo donde el camino
se separaba en tres había un enorme monstruo envuelto en sombras. No lo había visto antes
porque era semitransparente, como los muertos. Si estaba quieto se confundía con cualquier
cosa que tuviera detrás.

Sólo los ojos y los dientes parecían sólidos. Y estaba mirando a Percy.

Lo que faltaba.

Annabeth logro controlar al can de los infiernos de 3 cabezas con una pelota, Percy se quejó,
pero Draco lo arrastro porque a estas alturas del viaje, había aprendido a no hacer preguntas y
seguir adelante por otro día más con vida. Casi salen de esa, pero las luces comenzaron a
chillar y gritar algo como: «¡Posesiones no autorizadas! ¡Detectada magia!».

Cerbero empezó a ladrar.

Tuvieron que correr.

Lo típico de un viaje como el suyo.

Los Campos de Asfódelos no era tan agradable, era un lugar enorme, un campo millones de
veces más grande que Hogwarts o todo su terreno junto, no hay ruido, luz, solo multitudes
susurrantes que sólo pululan en las sombras, esperando algo que nunca empezará. La hierba
negra llevaba millones de años siendo pisoteada por pies muertos. Soplaba un viento cálido y
pegajoso como el hálito de un pantano. Aquí y allá crecían árboles negros, y Grover les dijo
que eran álamos.

El techo de la caverna era tan alto que bien habría podido ser un gran nubarrón, pero las
estalactitas emitían leves destellos grises y tenían puntas afiladísimas. Intento no pensar que
se les caerían encima en cualquier momento, aunque había varias de ellas desperdigadas por
el suelo, incrustadas en la hierba negra tras derrumbarse. Supone que los muertos no tenían
que preocuparse por nimiedades como que te despanzurrara una estalactita tamaño Hagrid el
jardinero.

No pudo evitar buscar rostros familiares entre los que deambulaban por allí, pero los muertos
son difíciles de mirar. Sus rostros brillan. Todos parecen enfadados o confusos. Se les acercan
y les hablan, pero sus voces suenan a un traqueteo, como a chillidos de murciélagos. En
cuanto advierten que no pueden entenderlos, fruncen el entrecejo y se apartan.

Los muertos no dan miedo. Sólo son tristes.

«Juicios para el Elíseo y la condenación eterna. ¡Bienvenidos, muertos recientes!»

Si.

Este lugar era horrible.

Por la parte trasera había dos filas más pequeñas.

A la izquierda, espíritus flanqueados por demonios de seguridad marchaban por un camino


pedregoso hacia los Campos de Castigo, que brillaban y humeaban en la distancia, un vasto y
agrietado erial con ríos de lava, campos de minas y kilómetros de alambradas de espino que
separaban las distintas zonas de tortura. Incluso desde tan lejos, veía a la gente perseguida por
los perros del infierno, quemada en la hoguera, obligada a correr desnuda a través de campos
de cactos o a escuchar ópera. Vislumbro más que vio una pequeña colina, con la figura
diminuta de Sísifo dejándose la piel para subir su roca hasta la cumbre.

Horrible.

Terrorífico.

Draco no quería morir y terminar aquí.

La fila que llegaba del lado derecho del pabellón de los juicios era mucho mejor. Esta
conducía pendiente abajo hacia un pequeño valle rodeado de murallas: una zona residencial
que parecía el único lugar feliz del inframundo. Más allá de la puerta de seguridad había
vecindarios de casas preciosas de todas las épocas, desde villas romanas a castillos
medievales o mansiones victorianas. Flores de plata y oro lucían en los jardines. La hierba
ondeaba con los colores del arco iris. Oí risas y olor a barbacoa.

El Elíseo.

En medio de aquel valle había un lago azul de aguas brillantes, con tres pequeñas islas como
una instalación turística en Italia. Las islas Bienaventuradas, para la gente que había elegido
renacer tres veces y tres veces había alcanzado el Elíseo. De inmediato Draco supo que aquél
era el lugar al que quería ir cuando muriera.

— De eso se trata —les dijo Annabeth como si se leyera el pensamiento—. Ése es el lugar
para los héroes—

Héroe.

¿Draco era un héroe?

Medito sobre su viaje, aparte de ese incidente milagrosamente en el parque acuático, Draco
no había hecho nada digno de ser un héroe en toda su vida. Cada paso que daba aquí, era
como si repasara toda su vida, como si fuera otro muerto más. Podía verse siendo un niño,
que siempre critico a otros, que se burló de los sangre pura pobres en fiesta sociales, se vio
así mismo llamando pobre a la comadreja o sangre sucia a Granger.

No solo a ellos.

Había hecho eso cientos de veces antes, se había burlado de otros cruelmente, los había
menospreciado, tratado mal, humillado.

Porque era un Malfoy, porque vivía en un mundo diferente, era mejor que ellos.

¿Lo era?

No.

Si muriera en se momento, en ese instante, iría directamente a los Campos de Asfódelos.

Maldición.

Abandonaron el pabellón del juicio y nos adentramos en los Campos de Asfódelos. La


oscuridad aumentó. Los colores se desvanecieron de nuestras ropas. La multitud de espíritus
parlanchines empezó a menguar.

Tras unos kilómetros caminando y de Draco recordando cada momento de su vida donde hizo
mal a otros, empezaron a oír un chirrido familiar en la distancia. En el horizonte se cernía un
reluciente palacio de obsidiana negra. Por encima de las murallas merodeaban tres criaturas
parecidas a murciélagos: las Furias. se dio la impresión de que los esperaban.

Furia.

Como probablemente la que le ataco en la mansión Malfoy.

Sigue sin saber porque lo habían buscado aquella criatura.

Luego dejo de pensar porque los zapatos que Luke les había dado, casi llevan a Grover lejos
de ellos por escapar de las furia y antes de saberlo por correr detrás de este en un mundo tan
gris, estaban en la entrada del tártaro. Todos sacaron sus armas, incluso Draco saco los
cuchillos que se le habían dado con nervios; hubiera preferido una lanza, pero un mendigo
como aprendió, no puede elegir.

No lucharon, en su lugar caminaron con dificultad hasta llegar a las murallas externas de la
fortaleza, que relucían negras, y las puertas de bronce de dos pisos de altura estaban abiertas
de par en par. Cuando estuvieron más cerca, aprecio que los grabados de dichas puertas
reproducían escenas de muerte.

Algunas eran de tiempos modernos muggle—una bomba atómica (Annabeth prometió


explicar más sobre eso) explotando encima de una ciudad, una trinchera llena de soldados
con máscaras antigás, una fila de víctimas de hambrunas africanas, esperando con cuencos
vacíos en la mano—, pero todas parecían labradas en bronce hacía miles de años.
En el patio había el jardín más extraño que ha visto en su vida. Setas multicolores, arbustos
venenosos y raras plantas luminosas que crecían sin luz. En lugar de flores había piedras
preciosas, pilas de rubíes grandes como su puño, macizos de diamantes en bruto. Aquí y allí,
como invitados a una fiesta, estaban las estatuas de jardín de Medusa: niños, sátiros y
centauros petrificados, todos esbozando sonrisas grotescas.

En el centro del jardín había un huerto de granados, cuyas flores naranja neón brillaban en la
oscuridad.

— Éste es el jardín de Perséfone —explicó Annabeth—. Seguid andando—

El aroma ácido de aquellas granadas era casi embriagador. Sintió un deseo repentino de
comerlas, pero Draco recordó la historia de Perséfone: un bocado de la comida del
inframundo y jamás podrían marcharse. Subieron por la escalinata de palacio, entre columnas
negras y a través de un pórtico de mármol negro, hasta la casa de Hades. El zaguán tenía el
suelo de bronce pulido, que parecía hervir a la luz reflejada de las antorchas. No había techo,
sólo el de la caverna, muy por encima.

Supuso que allí abajo no les preocupaba la lluvia.

Cada puerta estaba guardada por un esqueleto con indumentaria de guerra. Algunos llevaban
armaduras griegas; otros, casacas rojas británicas; otros, cosas muggles que no entiendo.
Ninguno les molestó, pero sus cuencas vacías les siguieron mientras recorrieron el zaguán
hasta las enormes puertas que había en el otro extremo.

Dos esqueletos con uniforme de muggle. Les sonrieron. Con armas muggles en su pecho.

— ¿Sabéis? —murmuró Grover—, apuesto lo que sea a que Hades no tiene problemas con
los vendedores puerta a puerta—

Percy parecía cansado con la mochila en su espalda, por primera vez en este viaje parecía
quejarse con su expresión al respecto.

Volteo a verlo y Draco ladeo el rostro.

— Bueno, chicos —dijo Percy—. Creo que tendríamos que… llamar—

Un viento cálido recorrió el pasillo y las puertas se abrieron de par en par. Los guardias se
hicieron a un lado.

— Supongo que eso significa entrez-vous —comentó Annabeth.

Genial.

La sala era igual enorme y el hombre sentado en un trono, era…imponente. Hades tenía que
ser, medía por lo menos tres metros de altura, e iba vestido con una túnica de seda negra y
una corona de oro trenzado. Tenía la piel de un blanco albino, el pelo por los hombros y
negro azabache. No estaba musculoso como Ares, pero irradiaba poder. Estaba repantigado
en su trono de huesos humanos soldados, con aspecto vivaz y alerta. Tan peligroso como un
hipogrifo.
Imponente.

Draco se escalofrió.

Aparte del señor D y de Ares, no había conocido otro olimpo, mucho menos uno de los 3
grandes y entendía porque sería tan imponente.

El aura hechizante de Hades le estaba afectando, como lo había hecho la de Ares. El Señor de
los Muertos se parecía a las imágenes que había visto de Gellert Grindelwald o cualquier
mago oscuro imponente; Voldemort jamás podría llegarles a los talones a este sujeto. Hades
tenía los mismos ojos intensos, la misma clase de carisma malvado e hipnotizador.

— Eres valiente para venir aquí, hijo de Poseidón —articuló con voz empalagosa—. Después
de lo que se has hecho, muy valiente, a decir verdad. O puede que seas sólo muy insensato—

Sintió un entumecimiento en todo el cuerpo, su rodilla flaqueo un poco queriendo


arrodillarse, pero pudo controlarse sobre sus pies.

Hades le dio una leve mirada, que hizo a Draco escalofriarse, antes de voltear a Percy cuando
comenzó hablar.

— Señor y tío, vengo a haceros dos peticiones—

Hades levantó una ceja. Cuando se inclinó hacia delante, en los pliegues de su túnica
aparecieron rostros en sombra, rostros atormentados, como si la prenda estuviera hecha de
almas atrapadas en los Campos de Castigo que intentaran escapar.

— ¿Sólo dos peticiones? —preguntó Hades—. Niño arrogante. Como si no te hubieras


llevado ya suficiente. Habla, entonces. me divierte no matarte aún—

Draco le dio una mirada a Percy nerviosa, porque esto no estaba saliendo como esperaban y
que el chico tragara saliva era una mala señal.

Estaban condenados.

Annabeth se aclaró la garganta y le hincó un dedo en la espalda a Percy.

— Señor Hades —dijo Percy—. Veréis, señor, no puede haber una guerra entre los dioses.
Sería… chungo—

— Muy chungo —añadió Grover para echarles una mano.

Draco permaneció en silencio.

— Devolvedme el rayo maestro de Zeus —dijo el chico cabeza de alga—. Por favor, señor.
Dejadme llevarlo al Olimpo—

Los ojos de Hades adquirieron un brillo peligroso.

Si.
Tal vez era hora de decir que no pensaba que Hades fuera el culpable, al rato y podría tener
benevolencia de él, porque realmente ahora todo se ve como una pésima idea.

Estúpido vinculo que lo trajo aquí con Percy.

— ¿Osas venirme con esas pretensiones, después de lo que has hecho? —

Percy les dio una mirada vacilante a los otros dos, pero al verlo, reconoció como si algo de
entendimiento estuviera en su rostro.

“La hemos cagado” decía su mirada, Draco le dio una mirada de “te lo dije idiota” que
pareció hacerlo encogerse en su lugar.

— Esto… tío —dije—. No paráis de decir «después de lo que has hecho». ¿Qué ha hecho
exactamente? —cuestiono Percy torpemente.

El salón del trono se sacudió con un temblor tan fuerte que probablemente lo notaron en Los
Ángeles. Cayeron escombros del techo de la caverna. Las puertas se abrieron de golpe en
todos los muros, y los guerreros esqueléticos entraron, docenas de ellos, de todas las épocas y
naciones de la civilización occidental. Formaron en el perímetro de la sala, bloqueando las
salidas.

— ¿Crees que quiero la guerra, diosecillo? —espetó Hades.

No contestes Percy, guarda silencio.

Las suplicas mentales de Draco no llegaron al chico.

— Sois el Señor de los Muertos —dijo con cautela—. Una guerra expandiría vuestro reino,
¿no? —

— ¡La típica frasecita de sus hermanos! ¿Crees que necesito más súbditos? Pero ¿es que no
has visto la extensión de los Campos de Asfódelos? —

— Bueno…—

— ¿Tienes idea de cuánto ha crecido su reino sólo en este último siglo? ¿Cuántas
subdivisiones he tenido que abrir? —

Abrió la boca para responder, pero Hades ya se había lanzado.

— Más demonios de seguridad —se lamentó—. Problemas de tráfico en el pabellón del


juicio. Jornada doble para todo el personal… Antes era un dios rico, Percy Jackson. Controlo
todos los metales preciosos bajo tierra. Pero ¡y los gastos! —

— Caronte quiere que le subáis el sueldo —aprovecho para decirle.

Draco estaba seguro que si Hades no lo asesinaba, lo haría Draco.


Lo mira con ojos de promesa de muerte, mientras siente a Annabeth y Grover verlo
incrédulo, al menos sabe que sus otros dos compañeros saben que hay que tenerle respeto a
uno de los 3 grandes del olimpo. Es como si este chico no conociera el significado de
respeto…o autoconservación.

— ¡No se hagas hablar de Caronte! —bramó Hades, lo cual es bueno, no está asesinando a
nadie, aunque podría fácilmente—. ¡Está imposible desde que descubrió los trajes italianos!
Problemas en todas partes, y tengo que ocuparme de todos personalmente. ¡Sólo el tiempo
que tardó en llegar desde palacio hasta las puertas se vuelve loco! Y los muertos no paran de
llegar. No, diosecillo. ¡No necesito ayuda para conseguir súbditos! Yo no ha pedido esta
guerra—

— Pero os habéis llevado el rayo maestro de Zeus—

Que alguien silencie a Percy Jackson, Draco esta por ir hacía él para hacerlo por su cuenta,
pero es detenido por Grover y Annabeth.

Hades no lo ve.

— ¡Mentiras! —Más temblores. Hades se levantó del trono y alcanzó una enorme estatura—.
Tu padre puede que engañe a Zeus, chico, pero yo no soy tan tonto. Veo su plan—

— ¿Su plan? —

— Tú robaste el rayo durante el solsticio de invierno —dijo—. Tu padre pensó que podría
mantenerte en secreto. Te condujo hasta la sala del trono en el Olimpo y te llevaste el rayo
maestro y su casco. De no haber enviado a su furia a descubrirte a la academia Yancy,
Poseidón habría logrado ocultar su plan para empezar una guerra. Pero ahora te has visto
obligado a salir a la luz. ¡Tú confesarás ser el ladrón del rayo, y yo recuperaré su yelmo! —

— Pero… —terció Annabeth, desconcertada aun sujetando a Draco—. Señor Hades, ¿vuestro
yelmo de oscuridad también ha desaparecido? —

Espera.

Un Yelmo que te hace invisible.

Desapareció.

Su cabeza comienza a trabajar rápidamente.

— No te hagas la inocente, niña. Tú y el sátiro habéis estado ayudando a este héroe, habéis
venido aquí para amenazarme en nombre de Poseidón, sin duda habéis venido a traerme un
ultimátum. ¿Cree Poseidón que puede chantajearme para que lo apoye? —

— ¡No! —replico Percy—. ¡Poseidón no ha… no ha…!—

— No ha dicho nada de la desaparición del yelmo —gruñó Hades—, porque no albergaba


ilusiones de que nadie en el Olimpo se ofreciera la menor justicia ni la menor ayuda. No
puedo permitirme que se sepa que su arma más poderosa y temida ha desaparecido. Así que
te busqué, y cuando quedó claro que venías a mí para amenazarme, no te detuve—

— ¿No nos detuvisteis? Pero…—

— Devuélveme su casco ahora, o abriré la tierra y devolveré los muertos al mundo —


amenazó Hades—. Convertiré vuestras tierras en una pesadilla. Y tú, Percy Jackson, tu
esqueleto conducirá su ejército fuera del Hades—

Los soldados esqueléticos dieron un paso al frente y prepararon sus armas.

— Sois tan chungo como Zeus —le dijo Percy—. ¿Creéis que os ha robado? ¿Por eso
enviasteis a las Furias por mí? —

— Por supuesto. —

— ¿Y los demás monstruos? —

Hades torció el gesto.

— De eso no sé nada. No quería que tuvieras una muerte rápida: quería que te trajeran vivo
ante mí para que sufrieras todas las torturas de los Campos de Castigo. ¿Por qué crees que te
ha permitido entrar en su reino con tanta facilidad? —

— ¿Tanta facilidad? —

— ¡Devuélveme su yelmo! —

— Pero yo no lo tengo. ha venido por el rayo maestro—

— ¡Pero si ya lo tienes! —gritó Hades—. ¡Has venido aquí con él, pequeño insensato,
pensando que podrías amenazarme! —

Bueno, ahí tiene un buen punto, piensa Draco aburrido.

No tienen el rayo.

— ¡No lo tengo! —

— Abre la bolsa que llevas—

Oh.

Vaya.

Todos voltearon a ver a Percy, que se descolgó la mochila y abría la cremallera con el rostro
pálido, Draco cierra los ojos antes que sacara cualquier cosa.

Han sido tendidos en una trampa, son la carnada.


Como se hizo en los juegos de la bandera con Percy hace unos días (aunque parece una
eternidad ahora), fueron usados otra vez.

Abre sus ojos para ver como dentro de la mochila había un cilindro de metal de medio metro,
con pinchos a ambos lados, que zumbaba por la energía que contenía.

— Percy —dijo Annabeth—, ¿cómo…? —

— N-no lo sé. No lo entiendo—

Percy lo ve como esperando una explicación, pero al ver su mirada, debe estar recordando la
charla…su rostro se llena de horror al pensar en que han sido puestos en una trampa.

Lo sabe.

Draco traga saliva, porque no cree que Percy fuera el ladrón del rayo, pero no importa ahora.

— Todos los héroes sois iguales —apostilló Hades—. Vuestro orgullo os vuelve necios…
Mira que creer que podías traer semejante arma ante mí. No ha pedido el rayo maestro de
Zeus, pero, dado que está aquí, se lo entregarás. Estoy seguro de que se convertirá en una
excelente herramienta de negociación. Y ahora… su yelmo. ¿Dónde está? —

— Señor Hades, esperad —hablo Draco al fin colocándose frente a Percy—. Todo esto es un
error—

— ¿Un error? —rugió.

Los esqueletos apuntaron sus armas. Desde lo alto se oyó un aleteo, y las tres Furias
descendieron para posarse sobre el respaldo del trono de su amo. Una de ellas sonrió, ansiosa,
e hizo restallar su látigo.

Se sintió pequeño.

Durante el viaje siempre se había ocultado detrás de los otros 3, pero ahora estaba frente a
Hades, el dios del inframundo que podría elegir donde pasaría la eternidad.

Y podría imaginar que no era un buen lugar.

Se escalofrió ligeramente, pero la presencia de Percy a su espalda hizo que se odiara por no
poder irse.

— No se trata de ningún error —prosiguió Hades—. Sé por qué has venido; conozco el
verdadero motivo por el que ese mocoso traído el rayo. Has venido a cambiarlo por ella—

De la mano de Hades surgió una bola de fuego. Explotó en los escalones frente a ellos, y allí
estaba una mujer, congelada en un resplandor dorado.

No podía hablar.

Percy se intentó acercar, pero Draco lo detuvo.


— Sí —dijo Hades con satisfacción—. Yo me la llevé. Sabía, Percy Jackson, que al final
vendrías a negociar conmigo. Devuélveme su casco y puede que la deje marchar. Ya sabes
que no está muerta. Aún no. Pero si no se complaces, eso puede cambiar—

— Ah, las perlas —prosiguió Hades, Draco noto como Percy a su lado estaba pálido—. Sí, su
hermano y sus truquitos. Tráemelas, Percy Jackson—

Su mano se movió en contra de su voluntad y sacó las perlas.

— Sólo cuatro —comentó Hades—. Qué pena. ¿Te das cuenta de que cada perla sólo protege
a una persona? Intenta llevarte a tu madre, pues, diosecillo. ¿A cuál de tus amigos dejarás
atrás para pasar la eternidad conmigo? Venga, elige. O dame la mochila y acepta sus
condiciones—

Percy se veía sinceramente frustrado.

— Nos han engañado —dijo Percy molesto—. Nos han tendido una trampa—

— Sí, pero ¿por qué? —preguntó Annabeth—. Y la voz del foso…—

— Aún no lo sé —contesto—. Pero tengo intención de preguntarlo. —

— ¡Decídete, chico! —le apremió Hades.

— Percy —Grover se puso una mano en el hombro—, no puedes darle el rayo—

— Eso ya lo sé. —

— Déjame aquí —dijo Grover—. Usa la cuarta perla para tu madre—

— ¡No! —

— Soy un sátiro —repuso Grover—. No tenemos almas como los humanos. Puede
torturarme hasta que muera, pero no se tendrá para siempre. Me reencarnaré en una flor o en
algo parecido. Es la mejor solución—

No.

Draco sabe que no puede dejarlo, miro a Percy incrédulo de la extraña sensación de
protección al pobre fauno, que tan fácilmente estaba dejando su vida por ellos; incluso por él,
no señalo en lo inútil que era o como apenas si había ayudado durante el viaje.

Daría su vida también por él.

Odio esta situación.

— No. —Annabeth sacó su cuchillo de bronce—. Id vosotros dos. Grover, tú debes proteger
a Percy. Además, tienes que sacarte la licencia para buscar a Pan. Sacad a su madre de aquí.
Yo os cubriré. Tengo intención de caer luchando—
Idiota.

Ella también era una idiota.

— Ni hablar —respondió Grover—. Yo me quedo—

— Piénsatelo, pedazo de cabra —replicó Annabeth—

— ¡Basta ya! —Decía Percy como si doliera.

Oh.

Draco sintió algo quemar en su interior, pero no era su propia ira, era como algo adicional y
esa sensación la había estado sintiendo no era totalmente suya. Claro que la idea de dejar a
Annabeth y Grover no parece tan atractiva como algunos días antes seria sin duda.

Pero lo sabe.

Esta emoción, no es solamente suya.

Es de Percy.

Piensa en el vínculo, en las palabras de Quirón, en algo que los uniría y se pregunta si solo es
esto…emociones, o si es algo más.

No.

Tiene que ayudarlo, es como si algo dentro de él gritara por ayudar a Percy, como si todo su
ser se consumiera por ayudarlo, por hacer lo que él quiere que es salvar a los otros dos. Es
como una necesidad, como cuando Vincent veía un pastel y solamente tenía la necesidad
inhumana de comer, como cuando Pansy no podía guardar silencio ante alguien mal vestido.

Su interior gritaba.

“Has algo y hazlo ahora”

Su pie se mueve y se siente como si levantara un peso inimaginable en su espalda.

—Entonces es hora de negociar—habla Draco dando un pie adelante, todos voltean a verlo,
pero Draco sonríe con torpeza a Hades que lo ve ahora, finalmente y es como si buscara algo
—Draco Malfoy Black a su servicio—se presenta y es como si algo cayera en el rostro de
Hades, quien hace una mueca mientras parte de su ira se marchita y se acomoda mejor en su
silla.

—Un Black—curioso, que Hades fuera la primera persona en reconocer su apellido en todo
este tiempo, pero no se queja.

Utilizaría cualquier arma a su favor.

Aunque se pregunta si esta no es de doble filo.


Su madre no había querido que supieran sobre su familia unida a dioses, pero ahora
solamente puede jugar con la ola y ayudar a los tres idiotas que tiene en su espalda. Percy no
se había visto afectado por el vínculo, solamente era algo que parecía afectar a Draco, o eso
pensaba, es una apuesta arriesgada y como Slytherin le han enseñado a no hacer lo que piensa
hacer.

—Vera, sé que ha habido un malentendido, claramente todos hemos estado siendo utilizados
hasta ahora y por eso el trato más fácil que sería es un trueque—Hades levanta una ceja ante
sus palabras—hemos sido utilizados y engañados, así que Percy lo que hará no es solamente
regresar el rayo, si no que lograra obtener su preciado yelmo; solamente ocupamos a su…
¿madre? —pregunta volteando a Percy, quien asiente un poco confundido.

Le está dando las perlas a Grover y Annabeth, Draco las ve un poco ansioso, de que cualquier
cosa podrían escapar.

Esto es una locura.

Debería escapar con ellos.

Pero pudo verlo en los ojos de Percy, cuanto quería a su madre de regreso y Draco pudo
identificarse con eso, y su interior quemo por ayudar.

Debe ayudarlo, es como si algo en su cerebro gritara que debe ayudarlo.

Si este es el vínculo solo puede pensar, que lo odia, pero no hay tiempo de pensarlo. Sonríe
casi con ironía ante el pensamiento de que esta por sacrificar su vida, que ironías da la vida,
hace unos días esto sería impensable.

Pero su interior duele por intentarlo, por ser diferente, por no pasar una eternidad como un
alma condenada.

Por ayudar a Percy Jackson.

Hades suelta una risa irónica.

—Por favor, no hay nada que puedas darme para asegurar que ese mocoso llegara a cumplir
esa petición—habla con diversión y Draco lo ve con ojos brillantes.

Un reto.

Siempre le ha encantado los retos verbales.

—¿Qué hay de mi persona? —pregunta con una sonrisa encantadora, Percy voltea a verlo
incrédulo, casi queriendo decir lo mismo que con los demás, pero Draco sigue hablando; se
va a colocar una soga al cuello, pero no tiene muchas formas de ganar esto—tenemos un
vínculo—y eso parece atraer la curiosidad de Hades—Estoy unido a Percy Jackson, así que
aunque él quiera a su madre, claramente soy una mejor posesión para trueque con el pequeño
semidios; sería la mejor forma de que ambos podamos vengarnos de quien este jugando con
nosotros—
—Draco—sisea Percy intentando acercarse, pero Draco lo esquiva acercándose a Hades.

Su cuerpo tiembla de temor, era un olimpo muy poderoso e imponente, tiene ganas de llorar.

Pero se mantiene firme.

—¿Sabes quién es tu padre del olimpo? —la pregunta viene de Hades con un deje de interés,
pero Draco debe ocultar su sorpresa de la pregunta.

—No…pero usted sabe quién es mi madre, sabe lo especial de mi sangre…tenerme como


moneda de cambio podría ser beneficioso para usted incluso si las cosas saliera mal—
responde con un poco de pánico, apenas contenido y con sensación de falta de aire.

Si.

Los ojos de Hades ahora parecen curiosos cuando se pone de pie en el trono, Percy parece
listo para abalanzarse, pero los esqueletos rápidamente se interponen entre ambos. Ahora
incluso aunque quisiera dar marcha atrás, no podría y eso lo aterra.

—Sabe que es un voto inquebrantable—

Oh joder.

Si lo sabe.

Draco ve con pánico a Hades, antes de asentir.

El Juramento Inquebrantable es un contrato mágico vinculante entre dos partes que se utiliza
para comprometer a un mago o bruja a realizar una misión de carácter obligatorio, para
realizar un juramento inquebrantable tiene que haber otro mago o bruja que este observado el
juramento como testigo del mismo, además él o ella será el encargado de realizar dicho
juramento con su varita mágica, las consecuencias de incumplir un juramento inquebrantable
puede provocar la muerte de la persona que lo haya incumplido.

El juramento inquebrantable funciona casi igual como el encantamiento Fidelio o un pacto de


sangre.

—Si—dice con voz suave y con miedo, lo cual es pésimo en la hora de negociaciones, pero
tiene una idea de por dónde va el asunto.

Y no le gusta nada.

Hades extiende la mano, Draco la ve aterrado, no hay otro mago o bruja, ni siquiera sabe si
Hades puede hacer magia; no es esa clase de olimpo.

—Haremos algo similar, juraras a favor de que Percy Jackson cumpla su palabra, no
solamente si él robo el rayo morirás al instante y tu alma es totalmente disponible, si no me
regresa el yelmo…tu alma ira directo al tártaro—

Bien.
Esto no está nada bien.

Draco mira sobre su hombro, Annabeth, Grover y principalmente Percy se encuentran en


shock; al ver los ojos de Percy puede sentir una angustia por él, algo que parece el golpe de la
impotencia y el enojo. Esto del vínculo realmente es doloroso, pero se mantiene firme viendo
a Hades frente a él.

Su mano se extiende aun frente a él.

—Percy—dice con voz temblorosa, este lo ve listo para arremeter contra Hades con tal de
ayudarlo—más te vale no tardar—añade tragando saliva, su madre iba asesinarlo si sabe que
sus intentos de protegerlo lo llevaron a apostar su alma en el inframundo.

Si.

Si sale de esto, su madre no sabría nada.

—Juras ante el rio Estigia que, si Percy Jackson es el ladrón del rayo y no regresa mi yelmo,
tu alma quedara ante mi entera disposición—habla Hades con una sonrisa.

No.

No quiere jurar.

—Draco no, un juramento ante el rio Estigia no lo hagas—chilla para su sorpresa Annabeth,
pero no puede hacer nada porque un esqueleto la ha sujetado.

Otros sujetan a Grover también que no deja de retorcerse, al tiempo que Percy también lo
hace por otro de esos.

—Juro que te daré mi alma si miento, pero además de esto solo lo hare si juras ante el rio
Estigia también que enviaras sanos y salvos a Grover, Annabeth, Percy con el rayo y su
madre de regreso fuera del inframundo—dice con un tartamudeo, pero el mentón en alto.

Hades sonríe ante eso.

—Lo juro—susurra Hades y Draco se rinde.

Cuando toma su mano, es como si algo quemara en su brazo, no sabe si el voto


inquebrantable se siente así, pero es como si cuerdas salieran de ambas manos atándose entre
ellas; son invisibles, pero queman su piel. No es magia, es algo más poderoso y Draco ve
asustado cuando Hades levanta la esfera donde la madre de Percy había estado.

La arroja hacía Percy, quien, al sujetarla, esta se libera mostrando a una mujer de cabellera
castaña inconsciente entre sus brazos.

Percy niega, pero es como si la niebla los rodeara y sus amigos con la madre de este
desaparecen de su vista.

Quedando solo.
En el inframundo.

Voltea a ver a Hades que regresa a su trono, viéndolo con una sonrisa, Draco se mantiene
firme en el suelo, pero cuando un esqueleto lo levanta; bueno, su vida había sido buena.

Ser una moneda de trueque y esperar que Percy cumpliera la parte del trato, no era tan
divertido. Draco fue rápidamente puesto en una habitación extraña, tenía una cama, una
mesa, pero no había libros o nada que hacer. No sabe si el tiempo aquí pasa igual que en el
exterior, pero aunque hay una muy clara distancia entre sus amigos y Percy, es como si
pudiera sentir sus emociones. Era de una sola vía, duda que Percy tenga algo que ver, pero
puede sentir la frustración, enojo y alivio del hijo de Poseidón.

La última parte es por su madre, casi puede jurarlo, aunque cuando el alivio llega, también lo
hace la culpa.

Espera que sea mucha culpa.

Está atrapado en el inframundo por ellos.

Quién lo diría.

El egoísta y mimado (palabras de Blaise no suyas) Draco Malfoy ha dado su vida como
moneda de cambio para salvar a muggles.

No.

2 semidioses…y un fauno…y una muggle.

—Hora de la cena—dice una de las furias cuando pasa lo que parece una eternidad, tenía
intenciones de quedarse en su cama todo el día, pero supone que salir a estirar sus piernas no
está mal.

Se siente mucho más tranquilo de lo que pensaba, para ser un rehén.

El enorme palacio es una réplica del Olimpo (la furia parece orgullosa de esto), ya que Hades
no es bienvenido en el Olimpo, a menos que sea el solsticio de invierno. Es negro y bronce,
se menciona que el palacio cuenta con varias salas magníficas hechas enteramente de plata o
de oro, ya que Hades es también el dios de la riqueza.

Frente al palacio se encuentra el Jardín de Perséfone, en el que se encuentran cientos de las


estatuas de piedra que vendía Medusa. Una persona sólo puede llegar al palacio de Hades si
este desea que lo haga. Si no lo desea, la persona simplemente sigue caminando por la
eternidad sin nunca llegar a él.

Cuando llegan al comedor, Draco se sorprende de ver solamente a Hades esperando en la


mesa.
Si.

Esto es, voltea a ver con ganas de escapar, pero recuerda que no puede y maldice antes de
tomar asiento. Hay mucha comida, lejos de verse podrida, tiene buena pinta y no puede
recordar la última vez que estuvo en un comedor tan elegante para comer algo;
probablemente desde sus días en la mansión Malfoy.

Era difícil creer que apenas habían pasado semanas desde entonces.

—Sabes que, entre todos los dioses, solamente Hécate está autorizada a tener hijos con
magos—comenzó Hades curioso, a lo cual Draco se retorció incomodo.

—Se supone que los tres grandes no deberían tener hijos, pero mira a Percy, así que no veo
porque otros no romperían una especie de “pacto”—contesta masticando la carne de…
realmente no está seguro de querer saber de donde procede esta carne.

Hades sonríe como si le hubieran contado una broma.

Draco sigue comiendo.

—La sangre de un olimpo no debe unirse a la de los magos, Hécate fue una de las que
impulsaron la magia en humanos, pero no fue la única…su sangre se combina, su sangre se
complementa bien. Pero la de un olimpo no, un hijo con descendencia de dioses y sangre de
mago, especialmente de una familia tan milenaria como la Black; Ya una vez fue un peligro

—Me gusta la familia de mi madre—

—Tu padre sin duda no estaría pensando con la cabeza, aunque ahora seas un mocoso inútil,
simplemente vas a ser un completo dolor de cabeza; que puedas tener vínculos con otros, es
un mal augurio—

Eso llama la atención de Draco.

—¿Es tan especial?, un vínculo—

Hades lo ve fijamente curioso, antes de sorber parte de su copa de oro con gemas preciosas,
ahora entiende porque dicen que los Malfoy son derrochadores, aunque jamás llegarían a los
pies de este idiota.

—Peligroso, una amenaza, los semidioses siempre son un dolor de manejar…pero si tu padre
es quien creo que es, probablemente estoy en presencia de un peligro mayor de lo que temía

Eso lo alerta.

—¿Sabes quién es mi padre biológico? —su padre siempre será Lucius Malfoy, pero no
puede decir que ahora no se encuentra curioso al respecto.
Hades lo ve, siempre con esa mirada curiosa en sus ojos, como si estuviera intentando ver
algo dentro de él. Pero cuando una Furia entra por la puerta, anunciando que el yelmo de
Hades había sido regresado; bueno, Draco se siente feliz.

Percy cumplió.

Rápidamente supone.

Pero ahora no tiene respuesta a su pregunta.

—Espero equivocarme en mis pensamientos, pero recuerda esto Draco Malfoy—dice Hades
levantando la copa—pude elegir asesinarte a ti…y tus amiguitos, así que supongo que la
próxima vez que yo necesite algo, recuerdes mi generosidad—musita con una sonrisa.

Todo a su alrededor parece volverse oscuro y Draco lamenta haber comido, porque cuando
todo deja de dar vueltas, Draco solamente puede girarse y vomitar.

Idiota.

Todos los Olimpo.

Idiotas.

Continuara…

Chapter End Notes

Aquí hay un ligero cambio, en el canon no fue así como sucedió la conversación con
Hades y esto demuestra como poco a poco Draco comienza hacer cambios en la historia,
pero ni que contar por los que aún faltan por delante.

Espero estén disfrutando estos capítulos.

Draco seguirá siendo mucho como su personalidad es en el original, pero hay cambios
que pasaran a partir de este capítulo. Cada poco descubre más de lo que le rodea, no vive
tanto en la burbuja que tenía en el canon de Harry Potter; entrar al inframundo hará más
en su personalidad que todo hasta ahora.

El vínculo que tiene con Percy se ira explicando mejor conforme la trama avance.
Capítulo 6: Decisiones.
Chapter Summary

Entonces el verano llega a su fin, pero eso no significa que la vida de Draco vuelva a la
normalidad.

Chapter Notes
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Capítulo 6: Decisiones.

Esta en el campamento mestizo.

O, mejor dicho.

Fuera del campamento mestizo.

Draco toma un segundo para dejar de vomitar, levantándose incrédulo de donde se encuentra,
no sabía dónde Hades lo iba a regresar, pero no pensó que fuera tan amable para que fuera
aquí. Percy cumplió parte del trato, por lo cual fue regresado a la tierra, así que ahora está
bien, a salvo. Se pregunta porque fue tan amable con él, no le dijo la identidad de su
verdadero padre, pero debe haber sido alguien que aprecia para que lo tratara así.

Hades tenía sus dudas, pero puede que prefiera ser cauteloso.

Al menos que su padre en realidad sea problemático.

—¿Draco? —la pregunta viene a su derecha, voltea sin poder controlar su emoción de ver a
Luke, está de regreso a salvo.

—Luke—dice aliviado caminando hacía él, sonríe en su caminar, hasta que se detiene.

El rostro de Luke parece pálido, conmocionado, lo cual le hace fruncir el ceño; casi parece
infeliz de verlo.

No quiere admitir que eso le lastima un poco.

Pero es ignorado por…

—¡Draco! —el llamado del pequeño Will por otro lado, es mucho más emocionado e incluso
no le dice nada cuando este se arroja para abrazarlo con fuerza.

Sus ojos siguen fijos en Luke, quien cambia su rostro a una máscara perfectamente
controlada, felicitándolo por regresar y preguntando por los demás; pero Draco lo ha visto,
algo que se supone que no debería haber visto.

Cuando llegan donde esta Quirón, Draco sigue viendo a Luke hasta que se aleja.

Su interior se retuerce.

Algo está mal.

Pero no sabe que es, o tal vez, en el futuro vería que es que no quería saber que era.

Tuvieron que esperar unos días para que Annabeth y Grover regresaran, un poco más para
volver a ver a Percy; los tres tuvieron la misma reacción al verlos, o similar. Grover lo había
abrazado con fuerza diciéndole que no hiciera nada así de nuevo, Annabeth le había dado un
puñetazo antes de abrazarlo diciendo que no fuera un idiota y que no quería perder a su
amigo nunca más. El abrazo de Percy había sido asfixiante, Draco se preguntó si el extraño
aleteo en su interior era porque compartían un vínculo o por el propio Draco, no quería
pensar en eso y solamente sonrió un poco torpe al verlos a todos lucir tan nerviosos por él.

Cuando preguntaron por Hades, Draco fue tranquilo en explicar que todo estaba bien y que
no fue tan malo.

Pero no quería volver al inframundo.

—No dejare que vuelva a pasar, primero tendrán que pasar sobre mi—dice Percy con una
sonrisa brillante y Draco no puede evitar sonreír.

Todo era igual, pero diferente.

Habían sido los primeros héroes en regresar vivos a la colina Mestiza desde Luke, así que
todo el mundo nos trataba como si al fin vieran que era un Malfoy; al fin lo trataban con el
respeto que merecía, pero no importaba tanto como esperaba antes.

Le gustaba la atención, pero tampoco era…fue extraño.

Las hijas de Afrodita sonreían al pasar, pero Draco apenas si les prestaba atención, prefería
pasar el tiempo con Percy, Annabeth o Grover, Will también era una constante cuando no
estaba con los otros. El chico había estado antes en el exterior, pero disfrutaba mucho de ver
las cosas por los ojos de Draco y como si algo entre ellos ahora no estuviera.

Will hablaba sobre Star Wars o Star Trek, cosas que antes no entendía y ahora no lo hace,
pero a diferencia de silenciarlo antes; ahora le gustaba escucharlo hablar.

Prestarle atención.

Escucharlo.
Los muggles eran raros, pero era interesante este mundo que no conocía.

El mundo que se negó aceptar cuando vino hace unas semanas.

Según la tradición del campamento, tuvieron que usar coronas de laurel en el gran festival
organizado en nuestro honor, y después dirigimos una procesión hasta la hoguera, donde
debíamos quemar los sudarios que nuestras cabañas habían confeccionado en nuestra
ausencia.

—Sin duda soy el más apuesto del campamento—bromearía Draco mostrando sus atuendos
de plata, haciendo a Annabeth bufar y Percy reír.

—Reina del drama—

—Tomare ese comentario como que reconoces que soy de la realeza Jackson, es lo único que
importa—

Y se siente libre.

Bromear, reír, incluso si no eran magos.

¿Importaba?

Hace algunas semanas, lo era, pero ahora no. Porque antes de este viaje, ningún otra persona
habría dado un paso frente a él para protegerlo de monstruos, no habrían dado su vida para
sacarlo del inframundo, no habrían enfrentado a dioses (la historia de Percy luchando contra
Ares por el Yelmo era épica y lamento perderlo si lo que contaba Grover era verdad) para
regresar a Draco del inframundo; usualmente otros lo soportaban por ser el hijo de la familia
Malfoy-Black.

Pero ellos.

Eran sus amigos, no solo socios o aliados, eran amigos de Draco.

Solo Draco.

Y ahora entendía que significaba eso.

Como Percy era hijo de Poseidón, no había nadie en su cabaña para hacer sus atuendos, así
que la de Ares se había ofrecido voluntaria para hacer la mía. A una sábana vieja le habían
pintado una cenefa con caras sonrientes con los ojos en cruz, y la palabra PRINGADO bien
grande en medio.

Percy disfruto quemarla, sintió el vínculo que usualmente se activaba por emociones fuertes,
disfrutar del incendio.

Mientras la cabaña de Apolo dirigía el coro y se pasábamos sándwiches de galleta,


malvaviscos y chocolate, se sentaron rodeado de los compañeros de la cabaña de Hermes, los
amigos de Annabeth de la cabaña de Atenea y los colegas sátiros de Grover, que estaban
admirando la recién expedida licencia de buscador que le había concedido el Consejo de los
Sabios Ungulados. El consejo había definido la actuación de Grover en la misión como:
«Valiente hasta la indigestión. Nada que hayamos visto hasta ahora le llega a la base de las
pezuñas.».

Los únicos que no tenían ganas de fiesta eran Clarisse y sus colegas de cabaña, cuyas miradas
envenenadas le indicaban que jamás le perdonarían a Percy por haber avergonzado a su
padre.

—Eres su héroe Percy—bromea Draco cuando ve a la cabaña de Ares lucir enojados de


forma que nunca pudo hacer.

Este levanta la mano, no entiende, hasta que Annabeth ríe al lado de ambos explicando lo que
significa chocar los cinco.

Cuando lo hace con Percy, este sonríe de forma brillante y las mejillas de Draco se sienten
calientes, mientras sonríe. Luego tiene que chocar los cinco con Annabeth que se ríe
deleitada de verlo así, Grover lo hace con ambas manos y aunque no lo sabe.

Ahora es parte de algo.

Y lo vale.

Vale toda esta loca experiencia y es algo que jamás pensó decir.

—Entonces es un vínculo emocional, es interesante—había dicho Quirón mientras caminaba


por el campamento, con Draco siguiéndolo, había pedido que hablaran esa mañana luego del
desayuno y Draco acepto emocionado.

Siempre era interesante hablar con Quirón, era un legendario entrenador de semidioses, había
leído historias de este de niño.

Y no despreciaba como hizo Potter.

—Percy no siente nada, solamente soy yo, también esta…mmm…una necesidad de querer
ayudarle—no sabe cómo explicar lo que paso ante Hades, pero Quirón queda en silencio un
largo rato.

Parece pensativo como Hades.

¿Hay algo que no le están diciendo?

—El brazalete en tu brazo, supongo que no lo usaste—no es una pregunta, es una afirmación
que lo deja confundido.

—No sabía cómo usarlo—expresa con molestia ya que no había pensado mucho en el
brazalete perpetuo de su brazo.
Era como, si estuviera acostumbrado a verlo ahí, pero durante el viaje hubo cosas más
importantes en las cuales pensar.

Quirón asintió, antes de darle dos palmaditas, Draco apenas reacciono por instinto cuando el
brazalete dejo de serlo, para transformarse en una lanza. Era más alta que el propio Draco,
pero se sintió cómoda entre sus manos, era la lanza más linda que había visto en su vida.

—El mango había sido fabricado con un fresno encontrado en la cima del monte Pelion; y la
punta, fabricada por Hefesto, estaba hecha de bronce sólido, aunque tiene partes de plata que
han sido reforzadas con el tiempo—Draco no era el mejor con la lanza, pero era mucho mejor
que cualquier otra arma, incluso con su tamaño le dio una vuelta en sus manos y se
sorprendió de la facilidad de esta—perteneció a Aquiles—la lanza casi cae al suelo ante las
palabras de Quirón.

Voltea a verlo incrédulo, con la lanza contra su pecho.

—¿Qué? —pregunto casi sin aire.

Quirón lo ve con una leve sonrisa.

—Fue un regalo de bodas para el padre de Aquiles, Peleo…pensé durante mucho tiempo
sobre quien podría ser su nuevo dueño, pero creo que eres el indicado; espero te ayude en tu
camino—

Hay algo que falta de decir, cosas que oculta, pero Draco las deja de lado.

La lanza de Aquiles.

Mira la lanza con admiración, porque tiene entre sus manos el arma de uno de los personajes
de las historias de su madre, algo que escucho cientos de veces cuando era niño estaba entre
sus manos. La giro un poco más con una sonrisa emocionado, esta parecía liviana entre sus
manos y cuando la coloco cerca de su brazo como aconsejo Quirón, esta volvió a ser un
brazalete en su piel.

—Yo…gracias—susurro agradecido, realmente agradecido y Quirón sonrió.

—¡DRACO APURATE! —era el grito de Percy a la distancia.

Draco se disculpó del centauro que dijo que tenía trabajo, cuando llego donde Percy este
saltaba emocionado diciendo que tenían que entrenar otra vez. Percy estaba volviéndose
bueno en la lucha, Draco estaba muy por detrás de este, pero cuando mostro la lanza, los ojos
de Percy brillaron con genuina emoción y Draco sonrió.

Parecía que no podía dejar de sonreír a su lado.

.
La madre de Percy le escribió a su hijo mucho, se sorprendió de escuchar que Sally Jackson
realmente quería conocer a Draco, pero Percy lo convenció para que antes que terminara el
verano fuera a conocerla. No estaba seguro de eso, de hecho, sus padres aún no se habían
hecho presentes sobre su situación en casa y a veces era raro pensar que se iría de aquí.
Odiaba algunas cosas del campamento mestizo, odiaba trabajar cosechando, la cabaña de
Ares era invivible, pero había otras cosas buenas.

El 4 de julio, todo el campamento se reunió junto a la playa para asistir a unos fuegos
artificiales organizados por la cabaña 9. Dado que eran los hijos de Hefesto, no se
conformarían con unas cutres explosioncitas rojas, blancas y azules.

Habían anclado una barcaza lejos de la orilla y la habían cargado con cohetes tamaño misil.
Según Annabeth, que había visto antes el espectáculo, los disparos eran tan seguidos que
parecerían fotogramas de una animación (tuvieron que explicarle eso, pero Annabeth parecía
encantada). Al final aparecería una pareja de guerreros espartanos de treinta metros de altura
que cobrarían vida encima del mar, lucharían y estallarían en mil colores.

Mientras Annabeth y Percy extendían la manta de picnic, apareció Grover para despedirse.
Vestía sus vaqueros habituales, una camiseta y zapatillas, pero en las últimas semanas tenía
aspecto de mayor, casi como si fuera un adolescente. La perilla de chivo se le había vuelto
más espesa. Había ganado peso y los cuernos le habían crecido tres centímetros, así que ahora
tenía que llevar la gorra rasta todo el tiempo para pasar por humano.

— Me voy —dijo—. Sólo ha venido para decir… Bueno, ya sabéis—

Draco sintió la lucha interna de Percy, sus emociones sobre querer alegrarse y tristeza porque
este se marchará.

Cuando este volteo a verlo, sonrió agradecido de no hacerlo público, a diferencia de cuando
salto en medio de la cena hace días para decir que Percy estaba feliz de que Annabeth le
dijera que no era tan feo.

Annabeth le dio un abrazo y le recordó que no se quitara los pies falsos.

Percy le pregunto dónde buscaría primero.

— Es… ya sabes, un secreto —le contestó—. Ojalá pudierais venir conmigo, chicos, pero los
humanos y Pan…—

— Lo entendemos —le aseguró Annabeth—. ¿Llevas suficientes latas para el camino? —

— Sí. —

— ¿Y te acuerdas de las melodías para la flauta? —

— Jo, Annabeth —protestó—. Pareces tan controladora como mamá cabra—

Agarró su cayado y se colgó una mochila del hombro, luego volteo a ver a Draco.

—Nada de sacrificarse otra vez—dijo Grover con una sonrisa, lo que fue curioso para Draco.
Era una criatura mágica, una criatura que en su primer año de Hogwarts habría criticado hasta
destruirla y decir que no tenía ningún valor para nadie.

Pero ahora.

Levanto la mano, Grover sonrió antes de chocar los cinco con él.

—Tengo mucho que preguntar todavía, así que más te vale volver pronto con ese Pan—indica
Draco con una mirada socarrona.

Grover parpadea, antes de sonreír y para su sorpresa abrazarlo.

Vaya.

Este grupo de idiotas que solo sirven para abrazar.

— Bueno —dijo—, deseadme suerte—

Decir adiós, piensa Draco al verlo partir, es doloroso.

Transcurrió julio.

Fue extraño.

De ser un chico odiado y odiar a todos, se encontraba caminando de forma mucho más libre
de la que sintió cuando estaba en Hogwarts. La mayoría de días era arrastrado por Percy o
Annabeth, paso los días concibiendo nuevas estrategias para capturar la bandera y haciendo
alianzas con las otras cabañas para mantener las zarpas de la cabaña de Ares lejos del
estandarte.

Fue obligado por Percy a subir el rocódromo sin ser quemado por la lava.

Grito todo el tiempo.

No sabe porque, pero sintió la necesidad de lanzar a Percy a la lava por eso.

Annabeth pasaba parte de sus tardes hablando con él, cualquier duda que tuviera sobre el
mundo muggle esta lo explicaría de la mejor forma; Will usualmente lo robaría en las noches
para ver alguna de estas “películas” o “series” que pasarían de forma extraña sobre el aparato
“electrónico”.

Eran imágenes con sonido.

Pero todo era falso.

Increíble.
Hablo con Silena algunas veces, la capitana de la cabaña de Afrodita era bastante linda,
aunque Draco no se siente tan tonto como otros chicos al hablar con esta. La chica parecía
divertida de verlo, diciendo sobre que seguramente su destino en el amor sería una montaña
rusa; una cosa que logro captar en referencia para orgullo y lastima de Annabeth.

La última noche del curso estival llegó demasiado rápido.

Los campistas cenaron juntos por última vez. Quemaron parte de su cena para los dioses,
Draco fue bastante claro en dejar su parte para Hestia e ignorar a los otros dioses con
términos despectivos. Junto a la hoguera, los consejeros mayores concedían las cuentas de
«fin de verano».

Draco obtuvo su propio collar de cuero, y cuando vio la cuenta de su primer verano, se sintió
extrañamente conmovido; tanto sus emociones como las de Percy.

Era completamente negra, con una lanza brillando en el centro.

—Elección de Quirón—hablo Annabeth a su lado emocionada.

Si.

Ultimo día de verano.

¿Qué pasara ahora con él?

Si su madre no aparecía mañana en la entrada del campamento o alguna carta con respecto a
ella, era probable que el resto del año la pasara aquí. Se pregunto por Hogwarts, sobre su
segundo año lectivo y sintiéndose dividido entre la idea de estar feliz por volver o no volver.

A la mañana siguiente encontró una carta formal en su mesilla de noche.

Sabía que la había escrito Dioniso, porque se empeñaba en escribir el nombre mal de todos:

Apreciado Dacon Molfay:

Si tienes intención de quedarte en el Campamento Mestizo todo el año, debes notificarlo a la


Casa Grande antes de mediodía de hoy. Si no anuncias tus intenciones, asumiremos que has
dejado libre la cabaña o has muerto víctima de un final horrible. Las arpías de la limpieza
empezarán a trabajar al atardecer. Tienen permiso para comerse a cualquier campista no
autorizado. Todos los artículos personales que olvidéis serán incinerados en el foso de lava.

¡Que tengas un buen día!

Sr. D (Dioniso)

Director del Campamento n.° 12 del Consejo Olímpico

.
¿Qué hacer?

Bueno si su madre no aparecía, la respuesta parecía obvia.

Estaba meditando, cuando algo punzo en su pecho, como si algo lo hubiera golpeado solo
sintió pánico, un pánico inmenso, luego dolor.

Percy.

Salto fuera de la cabaña, no había nadie cerca, solo una sombra a la distancia que caminaba
algo inquieta, Draco se abalanzo hacía Quirón gritando el nombre de su amigo.

Y cuando Quirón levanto la mirada, supo que estaba algo mal.

Luke era un traidor.

Percy fue atacado por él.

Draco tomo asiento al lado de la silla fuera de la cabaña, había escuchado la charla de
Quirón, Annabeth y Percy, pero había pedido un tiempo para salir. Percy no estaba en peligro,
había salido con Annabeth y Draco solo estaba sentado viendo a la nada.

Luke fue el traidor.

No se imagina que debe estar sintiendo Annabeth que lo conocía por años, Draco no podía
evitar sentir sus entrañas gruñir de la traición. Había confiado en Luke, había entrenado con
él, fue la primera persona en el campamento en que confió plenamente.

Fue poco tiempo alguien en quien confió plenamente.

Pero fue…rota la confianza.

¿Fue por eso que no hizo un vínculo con él?

¿Por qué lo hizo con Percy?

—Hey—Percy tomo asiento a su lado luciendo miserable—me acabo de despedir de


Annabeth, dijo algo sobre que charlaron antes sobre irse, pero dijo que debes escribirle—
añade este con cansancio.

Asiente.

Había hablado con Annabeth sobre la posibilidad de quedarse, por un momento pensó que no
sería tan malo si ella también se quedaba, pero sorpresa; ella no era.

—Yo no sé si quedarme, digo…madre no ha escrito nada, no sé si aún es seguro volver—


responde con amargura y Percy lo ve fijamente un momento.
Sus ojos se entrecierran.

—Ven conmigo—dice con firmeza.

La boca de Draco se abre ligeramente.

¿Eh?

No puede evitarlo, se ríe, porque por supuesto eso es una locura nivel Percy Jackson.

No puede enviarle una carta a su madre, pero no importa, si bien ella puede pensar que se
quedara en el campamento, Draco tiene una loca idea que seguir cuando le pide permiso a
Quirón con papeles. El centauro parece muy viejo cuando asiente, ya que eran parte del
olimpo bien puede ayudarle, el señor D solamente eructo en su cara cuando se despidió. No
tenía ropa muggle, pero Percy le dijo que no importaba, aunque no sabía sobre el término.
Cuando llegaron al nuevo hogar de Percy se encuentra pensando que es pequeño, la sala
principal de la mansión Malfoy es dos o tres veces más grande que este lugar.

La mujer parece haber sido alertada por Percy sobre su llegada, porque lo recibe de brazos
abiertos, con una sonrisa similar a la de su hijo.

Era la primera vez que un muggle lo abrazaba.

No se sintió mal.

Todo lo contrario.

Tiene que compartir habitación con Percy, porque el lugar era pequeño, pero a diferencia del
verano donde compartió cama con muchos chicos de la cabaña de Hermes, no le importa.

Litera, le llama Percy, Draco lo empuja para obtener el lugar de arriba y este se ríe.

No es la mansión Malfoy, no es su hogar, todo es raro, pequeño, muggle.

No es la sala común Slytherin, con camas enormes para dormir. Recuerda vagamente como
ese primer día de Hogwarts, se quejó de tener que compartir habitación con Theo, Blaise,
Vincent y Gregory; la habitación era tres o cuatro veces más grande que la de Percy.

—La cena esta lista—dijo Sally Jackson, Draco la miro confundido.

Pero Percy lo hizo caer mientras le ganaba la carrera para la cocina, gruño que era un idiota,
Sally se puso de su lado, Percy lo llamo motín.

Salsa especial de 7 chiles.

Draco nunca había comido ninguna cena más deliciosa que esa noche.
.

Su madre llega tres días después, había estado alarmada y Draco sinceramente no pensó que
su madre pudiera encontrarlo en…el mundo muggle. Había estado caminando en el parque
muggle con Percy, quien tenía como tarea (de Annabeth) una hora al día salir con él y
explicarle las cosas que no entendía, Sally estaba comprando en el super mercado, que era un
lugar asombroso y demasiado grande que Percy tuvo que sacarlo luego que se perdió…por
quinta vez. Ver a su madre le hizo recordar quien era, o lo que había sido, con su vestido
elegante, sus tacones y su aura; se sintió un poco mal a su lado.

Solo usando un pantalón de mezclilla de Percy, unas zapatillas deportivas (eran de pobres,
pero jodidamente cómodas) y una camisa que pudo rescatar de su guarda ropa para pasar por
las calles muggle.

No se veía como un mago.

Su cabello era un poco más largo que al inicio del verano, su piel ligeramente más oscura por
estar siempre expuesto al sol, no tenía muchos músculos, pero estaba creciendo.

—Madre—había dicho sorprendido al verla, ni siquiera la había sentido.

Percy parpadeo entre ambos, antes que Narcisa Malfoy se arrojara a él para abrazarlo.

En el mundo muggle.

Su madre había ido a buscarlo.

Aquí.

Su madre que, a diferencia de Draco, no había tenido una misión casi suicida para hacerle
replantear algunas de sus ideas, estaba aquí. Sus ojos se llenaron de lágrimas conmovido, que
casi suelta al ver un poco más lejos, a su padre luciendo sorprendido.

—Draco—dijo Lucius y bueno.

Draco se rompió.

Sus ojos soltaron lagrimas mientras se abrazaba a su madre, Lucius se acercó rápidamente a
ellos, mientras su madre le decía lo preocupada que estaba.

Luego Sally Jackson salió luciendo confundida con compras de comestibles.

Sus padres lo vieron incrédulos.

Si.

Había mucho que explicar.


.

Sally Jackson les dejo la sala de estar, mientras le decía a Percy que ocupaban ir a cortarle el
cabello en la equina, no tenían que hacerlo como mostro Percy, pero su madre lo arrastro de
todas formas. La presentación había sido un poco incomoda, Lucius había mostrado casi asco
al ver a Sally, hasta que Draco comento no tan casualmente que Percy era un semidios
(compañero de campamento) y Lucius tuvo que mantener su rostro de una máscara tranquila.
Su madre por otro lado fue más comprensiva cuando Sally indico que Draco era un pequeño
héroe y el mejor amigo de su hijo, por lo que parcia sincera al agradecer a Sally por sus
cuidados.

Resulta ser que cuando Narcisa fue a buscarlo al campamento mestizo o a su entrada, Quirón
había salido informando su nueva ubicación. Debido a un pequeño inconveniente en la
mansión, no habían podido venir antes de tiempo para visitarlo.

Las barreras y escudos aun no estaban listos.

—Es como si alguien las hubiera roto, barreras de milenios se tienen que hacer nuevamente
desde cero—señala su padre, sin querer tomar asiento en los sofás de la señora Jackson, su
madre por otro lado estaba a su lado, sin dejar de abrazarlo.

Draco se siente cálido.

Si bien su vida ha sido una locura tras otra, que solamente parece empeorar con la presencia
de Jackson en su vida, había extrañado a su madre más de lo que puede decir.

Antes se había avergonzado cuando su madre quiso abrazarlo cuando lo despidió el año
anterior para ir a Hogwarts, pero ahora, Draco le regresa lo mejor que puede el abrazo.

—Eso significa que no puedo volver este año… ¿Qué hay de Hogwarts? —no faltaban
muchos días para empezar el nuevo año escolar.

Percy había hecho planes locos sobre papeles (Que Quirón había creado con ayuda de…no
quiere saber de quien realmente) para que Draco fuera a un colegio muggle, lo cual
probablemente antes del verano le hubiera parecido una aberración.

Pero ahora.

¿Lo era?

Sus padres comentaban la posibilidad de no volver a la mansión Malfoy, lo cual era molesto
porque quería volver a casa, pero si no podía volver.

¿Merecía la pena volver a Hogwarts?

Si.

Su mente debería decir sí, pero su mente también decía… ¿no?


Quirón había confirmado que luego del incidente en el inframundo, no es que necesitara estar
al lado de Percy todo el tiempo por su vínculo, si no que podrían estar alejados sin temer las
repercusiones; Draco no está del todo seguro. Claramente no se murió en ese momento por
estar lejos de Jackson, este ni siquiera parecía saber el poder de su vínculo (Draco tampoco si
es sincero), pero alejarse de Percy parece mucho menos emocionante que esa primera semana
que se conocieron.

El mundo muggle tampoco parecía tan horroroso como antes.

Era.

Intrigante.

Todo era nuevo, un nuevo mundo que descubrir.

—Pensábamos en hacer un cambio hacía Ilvermorny, estar cerca de este lugar donde…
podrían ayudar, ese…Centauro—su padre parecía estar usando toda su fuerza mental para no
decir un tono despectivo, Draco lo aplaudió mentalmente por eso—indico que podrías volver
al campamento y estar seguro ahí, Hogwarts por ahora…no es el lugar más seguro para estar
—dice casi pensativo.

Draco piensa en el año pasado, en Quirrell y sin duda el pésimo ejemplo de profesor de
defensa que podrían tener, por lo cual no le hizo mucho pensamiento a la mirada de su padre.

Ilvermorny no está mal.

Bueno.

No era Hogwarts…o Durmstrang.

Pero, no era lo que quería.

—¿No podría tener un tutor mágico? —pregunta un poco tentativamente, sin querer echarse
atrás cuando ambos padres voltean a verle con incredulidad—Incluso Ilvermorny no es
totalmente seguro, además estoy vinculado con Percy, sería malo alejarme demasiado de él—
la mentira más gorda de todas, si Quirón hablo con sus padres al respecto, sabrían que miente
rápidamente.

Su madre le da una mirada calculadora, pero su padre parece horrorizado.

—¿Vinculado? —pregunta casi con dolor y Draco sonríe para sus adentros.

Si.

Si no puede volver a casa, volver a Hogwarts no tiene sentido. Sus padres piensan en enviarlo
a otro colegio, por un año o por quien sabe cuánto tiempo, si ese fuera el caso, lo mejor sería
hacer al menos lo que quiere. Así que, con un poco de manipulación, Draco dice a su padre
como puede sentir emociones de su mejor amigo (su padre parece horrorizado por la palabra
mejor y amigo unidos) y que le dolería irse demasiado lejos.
En ese caso.

La mejor opción es quedarse en la casa Jackson, Lucius voltea a ver luciendo horrorizado por
dejar a su hijo ahí, pero Draco solamente le da una mirada de perro bajo la lluvia.

—Percy es fuerte, se enfrentó al dios de la guerra—sus dos padres ahora lo ven con
curiosidad, pero Draco solo sonríe de forma “tierna”—es sin duda el mejor guarda espaldas
que podría obtener—añade con un poco de malicia cuando ve a su padre lucir pensativo.

No quiere dejarlo aquí, probablemente intentaría arrastrar a la mansión Malfoy si supiera sus
planes de educación muggle, pero por ahora, solamente está haciendo un plan conforme la
marcha va andando. Sin duda Annabeth sería muy interesante aquí, pero incluso si no es hijo
de Atenea, sabe cómo mover las piezas de ajedrez.

Su padre parece notarlo por la chispa de reconocimiento, pero cuando ante todo pronóstico
toma asiento frente a él, cruzando su pierna con ambas manos unidas sobre esta.

Listo para escuchar una propuesta, como lo ha visto miles de veces antes, Draco sonríe.

No fue una negociación particularmente difícil, pero tampoco es fácil la primera vez
obteniendo de su padre algo como igual; este fue fácil con Draco, tratándolo con cariño que
no trataría a cualquier comprador de sangre pura, pero aun así tampoco fue alguien que le
diera todo sin que Draco propusiera algo a cambio. Su seguridad dependería de Percy
Jackson y el campamento mestizo, quienes tienen mejores medios para enfrentar a las
criaturas que incluso magos no podrían tratar; son dos mundos que no se deben unir por un
motivo. Se estima que las reparaciones de la mansión Malfoy terminen antes del tercer año de
Hogwarts, por lo cual apenas cumpliera el momento del campamento mestizo en el próximo
verano, dejaran este hogar y se ira para la colina mestiza.

Eso era algo que quería, así que no tenía quejas.

Un tutor especial por otro lado, su padre parecía interesado en un mago ubicado cerca de este
lugar, lo que hizo que Draco levantara una ceja curioso, sin obtener más respuesta.

No tendría su varita.

Lo cual dolió.

Lucius comento que hablaría con Severus su padrino, para obtener todo el plan de estudio de
segundo y tercer año, así que, si quería que todo funcionara, cuando volviera a Hogwarts para
su tercer año tendría que estar adelantado a sus compañeros de clase y no dejarse ganar por
Granger. El reto era difícil, ahora que podía pensar en Granger sin tanto estigma de sangre
sucia, puede ver que ella lo superaba de forma académica por mucho y solamente podía
alcanzar el segundo lugar.

Sería muy difícil.


No imposible.

Había visto a un perro de tres cabezas ser reducido por una pequeña pelota, nada es imposible
realmente.

Lucius no parece feliz cuando Sally Jackson aparece con Percy, quien lo ve con duda, a lo
cual Draco solamente asiente porque no puede mostrar su felicidad por el trato, no puede
demostrar debilidad frente a su padre y al final, es por eso quien su madre se pone sobre sus
pies.

Fue un poco sorprendente ver como esta solicita hablar con la señora Jackson, Draco no
quiere irse, pero termina en medio de la habitación de Percy (y técnicamente suya),
soportando al menos media hora donde el chico no deja de saltar a su lado exigiéndole que le
explique que pasa.

Sorprendentemente no suelta la sopa, Percy se ve claramente enojado cuando Sally los llama
nuevamente.

—Oh Percy estaba hablando con los señores Malfoy—Sally parece un poco tensa y lo ve
fijamente a él, a Draco, como si tuviera dudas antes de sonreír—al parecer el antiguo hogar
de Draco no es seguro, así que este año se quedara con nosotros—comenta y en eso parece
feliz al menos.

Bien.

No quiere ser una intromisión, usualmente no piensa tanto en los sentimientos de otros, pero
le agrada Sally Jackson.

—Eso es genial—estalla Percy al verlo, sonriendo como si la idea lo emocionara también.

—También quieren pagar por tu mantenimiento, aunque dije que el dinero no era un
problema—ahora lo dice dándole una mirada de reojo a Lucius, quien al menos tiene la
máscara para no demostrar lo que ese comentario probablemente le molesto.

Está hablando con un muggle, pero no la trata mal, por Draco.

Se siente conmovido.

—Oh Sally no tienes que preocuparte—sus padres parecen algo incomodos por su
familiaridad con la madre de Percy—somos bastante ricos, el dinero no es problema—añade
con un encogimiento de hombros, sorprendiendo a la mujer y a Percy que voltea a verlo
incrédulo.

—Espera, todos esos chistes que hicimos sobre que eras un niño de dinero en el campamento
eran verdad—

—Vivía en una mansión, mi familia es muy poderosa en la sociedad donde vivo—

Percy parece ofendido de su tono arrogante, pero solo le da una mirada divertida que le hace
rodar los ojos, ya era hora que alguien conociera al menos su valor monetario.
¿Que?

Draco sigue siendo rico, ya era hora que alguien lo notara.

—Bueno, entonces, está bien—Sally sigue sin parecer un poco convencida.

Al final invita a sus padres a cenar, es pura cortesía de su parte, porque parece aliviada
cuando ellos niegan su ayuda. Comentan sobre charlar un poco con Draco antes de irse, que
es más que todo para comentar que todo el asunto de papeles está listo para este año y que
vendrán a visitarlo tanto como les sea posible. No comentan sobre volver a casa de los
Jackson, parece que lo llevaran de paseo pronto y Draco sonríe ante eso.

Tienen que irse.

Draco no lo quiere.

Pero mientras su padre se marcha primero, su madre comenta que quiere hablar con él a solas
fuera del edificio y Lucius parece saber porque, ya que se va sin decir mucho; aunque le da
un ligero abrazo diciéndole que lo ha hecho bien.

Se siente bien.

Muy bien.

—No puedo decir la identidad de tu padre—es lo primero que dice Narcisa y Draco sabe que
no hablan de Lucius—era un hombre poderoso, pero más que todo, era un hombre que
respondió al llamado de la familia Black; en el pasado habíamos tenido una alianza y una
especie de trato…entonces cuando le solicite ayuda para tener un heredero, apareció,
realmente no había esperado su presencia—dice con voz nostálgica, Draco escucha
atentamente, mientras las luces comienzan a encenderse a su alrededor ante el anochecer—
sabía que sería peligroso, pero queríamos tanto un niño que ignore las advertencias; magos y
dioses no deben unir su sangre—

Si.

No es que diga mucho más de lo poco que ya sabe, pero Hades parecía saber sobre su origen
divino, así que podría tal vez averiguar un poco más por ahí.

Tal vez.

Dejaría la posibilidad por aquello.

—¿Por eso siempre se contabas historias de antiguos héroes? —pregunto curioso, a lo cual
Narcisa sonrió.

Toco su nariz, Draco sin poder evitarla la contrajo un poco con una mueca, pero su madre lo
veía con cariño.

—Había una estatua de Hércules en la mansión hace tiempo, una exhibición que compro tu
padre y lo viste cuando tenías un año, te enamoraste y estoy convencida que fue tu primer
amor—Draco parece horrorizado como abochornado de las palabras de su madre, de su
posible insinuación—cuando te contaba historias de este parecías tan embelesado, así que
comencé a contar historias sobre héroes de la mitología y era lo único que te ayudaba a
dormir…hasta que te conté historias de Harry Potter, tu otro gran amor literario—

—Odio a donde va esta conversación, solo quieres avergonzarme—

Su madre soltó una risa ligera, antes de abrazarlo nuevamente, ahora parecía una despedida y
por eso Draco se aferró a esta.

—Es el deber de una madre—susurra a su oído y Draco se deja abrazar—tengo que irme su
pequeño dragón, pero pronto todo será seguro y podrás volver a casa; te enviare chocolates
todo el tiempo y cartas, lamento no haberte enviado antes…las lechuzas siempre regresaban
cuando se dirigían al campamento mestizo—añade esta con una expresión molesta y Draco se
pregunta si debería comentarle sobre el mensaje iris.

Tal vez la sorprendería la próxima vez.

—Estaré bien madre, lo prometo—asegura con voz calmada, que hace a su madre sonreír con
cariño, antes de acariciarle la mejilla.

—Te convertirás en un gran héroe Draco, justo como las historias que te contaba—

No está del todo seguro, pero no lo niega y solamente ve a esta darle un beso en la frente
antes de tener que marchar. Se queda un rato fuera del edificio, que parece demasiado tiempo
ya que Percy debe salir a buscarlo, luego lo arrastra para meterlo en un sofá y obligarlo a ver
televisión con él.

Sally cocina algo azul ese día.

No entiende la emoción de ambos por la comida azul, pero Draco solamente se encoge de
hombros, esa mujer cocinaba como el cielo.

Bueno entonces viviría en el mundo muggle por un año aproximadamente, algo que
probablemente horrorizaría a cualquier Draco del pasado, ahora parece muy interesante.

Fue su decisión.

Está completamente loco.

Escuela Preparatoria Meriwether.

Los muggles eran tan raros.

El primer día de clases Draco se sintió, un poco ridículo con el uniforme, totalmente diferente
a Hogwarts, pero Percy a su lado lo hizo un poco más…ya sabes…mejor. En Hogwarts
tendría a Vincent y Gregory a cada lado, charlaría ociosamente con Theo o Blaise, escaparía
de Pansy en la primera oportunidad, pero siempre fue una extraña forma de amistad; si es que
pudiera considerarlos amigos. Percy era otra cosa, sentado a su lado, haciendo ruidos
ridículos ante cualquier comentario que Draco no entendía. Nada parecía tener sentido, pero
para su alivio, no parecía importarle a los demás.

Sus padres le avisaron que a partir de la próxima semana su tutor aparecería en el colegio.

No sabe cómo funcionaria eso, se supone que no debería poder tener magia frente a muggles,
pero en general solo pensó que era parte del trato. Severus por otro lado probablemente
tendría dudas, pero le envió todos los libros del curriculum de segundo y tercer año, una nota
que diciendo que probablemente no perdería nada de defensa este año, significara lo que
significara; también un paquete especial para practicar pociones.

Su padrino lo amaba, no tenía dudas.

—¿Se supone que las clases son así de fáciles? —cuestiono Draco curioso, cuando luego de
una semana, no sintió el impacto que pensó que tendría luego de pasar toda una vida sin saber
cosas muggles.

—No, usualmente es difícil, este colegio tiene problemas…aunque con suerte no me


expulsen este año—parecía casi esperanzado al respecto.

Tampoco habían sido atacado por monstruos todavía, así que punto a favor.

Sus padres habían enviado una cantidad de dinero ridículamente grande, Sally le había
suplicado que hablara con sus padres al respecto, pero Draco solamente se encogió de
hombros. Debido al dinero Sally podría estudiar, no sabe que quería estudiar, pero Percy dijo
que quería estudiar y los muggles parecían estudiar aun cuando fueran grandes, así que el
dinero era bien invertido.

Draco tenía su propio dinero muggle que sus padres enviaban por aparte, el cual Percy le
estaba intentando enseñar a usar.

Aparentemente pagar un perrito caliente con un billete de 100 dólares no era bien visto.

No sabe si es de muggles, de americanos, o de Percy Jackson.

—Me gustaría que tuvieran algún club de natación, ya que tendrás esas clases “secretas” la
mayor parte de la semana, estaré aburrido—comenta mientras caminan a casa.

Es raro.

Casa.

No era la mansión Malfoy, pero era un hogar.

Además de volver a “casa” luego de clases, no era algo que acostumbraba, en Hogwarts todo
era en el mismo lugar. Hasta ahora por suerte, no había cometido ningún error, no le gustaba
hablar con muggles que no conocía, pero la mayoría de estudiantes de esa escuela parecían
interesados en él; es por ser inglés, menciono Percy pero no tenía intención de explicar que
más.

Usualmente se pegaba a Percy para alejarlos, el chico parecía tener una habilidad para
desagradar a otros rápidamente y Draco encontraba ventajas al respecto.

—Habla con Annabeth, pareces extrañarla—pico solo para molestar, disfrutando de las
mejillas rojas de Percy y como siguió negando cualquier insinuación de su parte.

Draco se rio antes de llegar al departamento de Sally Jackson, esta los esperaba con comida
ya lista, azul, para celebrar su primera semana de clases como un éxito. Luego mostro unos
tickets que tenía para ver una película en un cine, Draco había comentado anteriormente que
nunca había ido a uno y ambos Jackson pensaron que eso era sin duda una clara ofensa por
algún motivo.

—¿El señor de los anillos? —cuestiona Draco confundido al ver el nombre de la película.

Sally se ríe, Percy comenta que es aburrido.

—Mi hijo tristemente no heredo mi pasión por Tolkien, pero estoy segura que entenderás de
lo que hablo; vi que estaban volviendo a estrenarlas en un teatro cercano por conmemorar, así
que pensé que sería justo ir—explica Sally tranquilamente.

Draco no entiende.

No entiende como Percy no puede amar algo tan perfecto.

Sale de la película charlando animadamente con Sally sobre la comunidad del anillo, sobre
Gandalf, sobre Frodo, sobre teorías locas que tiene; Sally promete alquilar las otras dos
películas y Percy solamente los sigue atrás con un bostezo ya que se durmió la mayor parte
de la película hasta las batallas finales.

Sally le presta su copia del señor de los anillos.

Draco la toma con cariño.

—¿Cómo no te aburres de leer? —cuestiona Percy sorprendido de que pase gran parte del día
leyendo en la casa, cuando no ve películas o juega video juegos con Percy.

O en casos que Sally no sabe, van a la azotea del edificio para entrenar un poco, ya que no
pueden dejar que lo que aprendieron en verano se pierda.

Se quita los anteojos que le envió su madre y se los ofrece a Percy, si bien originalmente los
odio ante la idea de Potter, incluso cuando no se parecían en nada, luego de colocarlos sobre
su cabeza todo fue claro. Ya no podía hacer hechizos para mejorar su visión como su madre
le enseño, pero con estos lentes que le ha enviado, es como si su vista que no estaba diseñada
para leer algo que no fuera griego antiguo, pudiera leer las cosas normalmente.

—Hijo de puta y no me dijiste—chilla Percy enojado antes de abalanzarse para pelear con él.

Draco suelta risas mientras asegura que le pedirá a su madre que envié un par para este, tal
vez algunos, ya que los lentes terminan rompiéndose por la lucha y ambos ahora pelean de
verdad.

Sally los castiga con ayudarle a cocinar, Percy hace un buen trabajo, Draco es vetado de la
cocina de por vida.

Los Jackson jura que el panqueque que intento hacer, de alguna forma termino con vida y en
estado de descomposición.

Draco no sabe que pensar cuando su maestro de magia se presenta, no sabe cómo su padre ha
conseguido este contacto, pero nunca pondrá en duda el alcance de un Malfoy. Amos Kane
luce tan extravagante como recuerda verlo antes que todo el desastre de vacaciones de verano
y el campamento mestizo llegara a su vida, el hombre no parece afectado por estar en el
colegio muggle como otro mago probablemente haría y solamente asiente cuando su
profesora (cuyo nombre siempre olvida) los deja solos en una habitación.

Se siente un poco el ambiente tenso.

Pero cuando el hombre toma asiento, solamente lo mira fijamente, claramente sabe que algo
está mal. Se pregunta si solamente los dioses griegos sabrían lo mal que es un mestizo (como
odia que esa palabra ahora también sea suya) hijo de magos y dioses, o también los magos
sabrían algo sobre el tema; hasta donde Draco sabe, la existencia del olimpo no es de
conocimiento común entre los magos.

Aunque seguramente algún alto mando deba saber algo.

Están ahí.

Es imposible no verlos.

—Mi nombre es Amos Kane, seré tu tutor de ahora en adelante—explica este calmadamente,
pero Draco solo se mantiene firme—tus padres…—este duda, lo ve, Draco sabe que este sabe
algo—me enviaron lo que necesitas aprender, pero por su parte te enseñare algo más—ahora
eso no es lo que necesita.

Ocupa aprender magia que no tendrá en Hogwarts este año, porque no puede quedarse atrás
cuando vuelva a casa.

Cuando vuelva a Londres.


Ocupa estar preparado.

—Ocupo aprender magia, no otras cosas inútiles—y bueno, aún sigue siendo un poco mierda
con aquellos que no son sus amigos, así que no pueden culparlo.

El señor Kane no parece afectado, en realidad parece casi intrigado.

Levanta una mano, donde de ella, aparece una pequeña llama. Los ojos de Draco se abren
casi sin contenerse, porque el señor Kane no tiene una varita u algún objeto canalizador de
magia, fue una magia también no verbal y eso es solamente para magos muy preparados.

Lo ve con renovado interés.

—La Casa de la Vida, o también conocida como el Per-Anj, es una organización egipcia muy
antigua de magos. Fue fundada hace más de 5.000 años por Tot, el dios del conocimiento. En
la antigüedad la Casa se extendía por todo Egipto y en la Actualidad se extiende a nivel
mundial, controlando 360 Nomos—explica Amos con tranquilidad.

Draco se estremece, porque sabe sobre la casa de la vida, la mayoría de magos de sangre pura
deben aprender sobre estos, pero su información era limitada.

Ellos eran recelosos con dar esta información a conocer.

¿Por qué él?

—No solemos enseñar magia a extranjeros, pero no eres alguien común Draco Malfoy, así
que esto podría salir muy bien o muy mal para ambos—habla con su mano extendida, casi
similar a lo que hizo Hades con él.

Esta vez no duda.

Toma su mano, porque sabe cuándo algo es un gran negocio como su padre Lucius y no
piensa dejarlo pasar.

—Supongo que al fin encontré un maestro digno de mi presencia—bromea recordando el


primer año en Hogwarts, a lo cual Amos sonríe.

Esto será, interesante.

Tyson es…raro.

Draco no sabe si los muggles deberían tener un solo ojo, pero cuando lo menciona a Percy,
este ni siquiera le deja explicarse diciendo que no lo vea al rostro que es de mala educación.
Si Draco lo ve, está seguro que Percy también debería verlo, pero este trata a Tyson como un
niño que necesita alguien que lo ayude. No puede evitar compararlo un poco con Potter, que
siempre intenta ayudar a todos y prefiere a Weasley sobre él; pero esta vez simplemente no
comenta nada.

El chico vive en la calle, Draco piensa que tal vez eso debería ser una alerta roja que algo está
mal, pero Sally dice que hablara con alguien para que lo solucione.

¿Por qué tiene un solo ojo como un ciclope?

Es raro.

Muy raro.

Pero no dice nada porque Tyson no intenta asesinarlo, le gusta a Percy y es como su mascota,
se asegura de no decirlo en voz alta…de nuevo; Percy y Sally vieron de mal gusto su
pequeña broma.

Mientras Percy pasa parte del día intentando ayudar a Tyson, los chicos del colegio que Percy
jura son insoportables, realmente tratan bien a Draco. Es curioso, pensó que al estar en el
mundo muggle, no recibiría tanta atención como cuando era Draco Malfoy, pero todos y
especialmente las chicas parecen encantadas con él. Percy no deja de burlarse con Annabeth
sobre el tema, Draco no las encuentra agradables, no del todo, es como tener muchas Pansy
detrás de él y eso no les agradaría a otros.

—Eres tan popular que es molesto—habla Percy aburrido en medio del receso, Draco lo ve
curioso, antes que una chica de otro salón pase saludándolo a él.

Ignorando olímpicamente a Percy, quien le saca la lengua molesto, Draco no debería disfrutar
de los celos mal disimulados de su amigo.

—Tienen buen gusto—dice con una sonrisa socarrona, Percy lo ve horrorizado.

—No entiendo, eres un nerd peor que Annabeth que siempre pasa con libros, te lo digo, es el
acento inglés, las chicas están locas—

—Celoso, no te preocupes, siempre serás el primero para mi Percy, tenemos un vínculo—

—Más te vale que sepas tu lugar Malfoy—

Se ríe encantado que Percy le siga el juego, luego tienen que ir a química, que es su materia
favorita. Ojalá pudiera decirle a Severus sobre su ubicación, esto de la química son sus libros
favoritos, es como pociones, pero de forma muggle.

No hacen cosas tan mágicas, pero los compuestos químicos reaccionando entre si son
encantadores.

Menos cuando Percy hace que casi vuelen el techo.

En fin.

.
.

Draco había escuchado historias sobre magia egipcia, como la mayoría de magos importantes
no saben mucho, solo son especulaciones; una vez en una reunión del ministerio al que fue su
padre, un embajador de Egipto había aparecido y trajo rumores sobre todos. Desde magia que
controla el clima, poderes elementales, telequinesis e incluso invocación de portales que
nadie sabe dónde estaban. Draco no encontraba tan interesante la cultura egipcia como la
griega (ahora supone que es su sangre hablando), pero había mirado con curiosidad cuando su
padre hablaba del tema con su madre.

Había tenido demasiadas expectativas supone Draco.

No solo tenía que estar al día con sus clases muggles (que eran lo más fácil de su día para su
sorpresa), mantenerse al día con toda la lectura que le envió Severus y adelantándose para el
próximo año, también tenía que hacer esculturas de arcilla.

¿Por qué?

No lo sabe.

Amos Kane le había enviado hacer esculturas por días, lo peor, que cuando termino su
pequeña escultura de dragón que era bastante decente según su punto de vista, este la
destruyo.

Nada muy peligroso.

No serpientes.

No personas.

Tenía que ser un animal pequeño e inofensivo.

Draco quiso lanzar toda la arcilla sobre su rostro, su profesor al final había terminado siendo
otro loco de la casa de la vida de Egipto.

Así fue como lo encontró Sally, en medio de la sala de estar, practicando su escultura
probablemente con un desastre a su alrededor y al borde de asesinar a alguien porque la puta
escultura de arcilla no se parecía en nada al maldito conejo que pensaba hacer para que Amos
lo dejara tranquilo y pasaran a otra cosa; la estatua se parecía más a un hurón deforme y
Draco estaba por usar magia accidental.

Lo sentía en la piel.

Pero Sally solamente se rio, se acercó a él, le ayudo a limpiarse especialmente el rostro antes
de obligarlo a tomar un descanso. Ambos se encontraron una media hora después, sentados
en el sofá de la casa, con ropas limpias, una mascarilla de algo que no sabe que era para el
rostro y viendo una extraña novela con personas con rasgos orientales.

Hasta hace una hora no sabía que era una novela, pero ahora no podía dejar de verla mientras
Sally se reía de que su hijo jamás le había acompañado a su gusto culposo por novelas
coreanas.

—¿Quiero preguntar? —es la cuestión de Percy cuando entra por la puerta, parece cansado y
ver a ambos en medio del sofá, con mascarillas en su rostro mientras ven la serie que Sally le
ha recomendado, parece ser un shock para este.

Sally solamente sonríe, antes de negar y Draco decide que el televisor es el mejor invento
muggle que pueden tener.

Percy los ve un momento, antes de decidir que prefiere comer y hacer la tarea (lo cual
probablemente sea algo grave ya que Percy odia la tarea) antes de sentarse con ellos; incluso
cuando Percy es quien parece adicto al televisor entre ambos.

Unas dos horas después, luego de remover la mascarilla y que Sally este leyendo a su lado,
mientras Draco jadea de forma exagerada por el programa.

—¿Cómo no prefiere a Hyung Chul? —pregunta viendo a Sally con mirada de pesar, a lo que
está solo sonríe y Percy que pasaba con una lata de regreso lo ve incrédulo—es amable, la
quiere y es jodidamente rico; pero Jin Sun su prefiere al idiota de Kim Woo que claramente
quiere solo a esa desgraciada de Heo Young—gruñe intentando no apretar demasiado fuerte
el cojín para no destruirlo.

—Tienes que seguir viendo la serie—recomienda Sally, pero Draco hace pucheros y Percy al
verlo sufrir toma asiento entre ellos.

—¿Qué tiene ese Hun Chal? —

—Hyung Chul—dice Sally y Draco al mismo tiempo.

—Lo que sea—

—Por favor el tipo es atractivo, con dinero, agradable…prácticamente mi vida—

—Draco, lamento decirte que no—

—Chicos no peleas en el sofá—

—¡El empezó! —gritan ambos al mismo tiempo, antes de gruñirse y volver a discutir, esta
vez Sally solo le pone pausa a la serie antes de irse a otra habitación.

Continuara…

Chapter End Notes


Un poco de las historias de la vida diaria de Draco y Percy, no sé porque se da mucha
risa pensar en Draco viendo series coreanas con Sally, si alguien logra adivinar de cual
dorama se habla, sin duda esta entre su corazón. Ya que, aunque no veo muchos
doramas, ese fue el primer en toda su vida que vi y se encantó.

Draco decidido quedarse en el mundo muggle un año, así que cuando vuelva a Hogwarts
(que lo hará) va ser una locura la clase de persona que será ahora. Igualmente, aún
quedan algunas locuras en el mundo muggle con Percy que hará antes de regresar :D

Esto significa que no veremos a Potter hasta el arco 2, no se preocupen, falta poco para
eso.

Este capitulo es un regalo para mi discord, con el cual he pasado entretenida los ultimos
días :D Chicos se lo han ganado.
Capítulo 7: Vacaciones de locura.
Chapter Summary

Draco y Percy no tienen vacaciones normales.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

La vida muggle era…bueno…Draco no había pensado mucho en eso, aparte de algo como si
fuera basura antes de ir al campamento mestizo. Claro que es una locura, pero el mundo
muggle es enorme y cada día Draco termina un poco más enamorado de alguna locura de
este. Supone que es debido a Percy y Sally, el mundo muggle al lado de ellos parece
simplemente mejor en todo concepto. Para un mago debería ser imposible no usar magia por
tanto tiempo, Draco crece en un mundo mágico, rodeado de todos amándolo y mostrando la
magia como el epitome de la creación.

Alejado de los muggles.

Despreciando a los muggles.

Aun así…

Este mundo estaba lleno de algo que no es magia, pero puede compararse a esta, como si sus
personas estuvieran vivas y al mismo tiempo luchando. Claro que frente a un mago no
tendrían nada que hacer, en eso no se había equivocado sus enseñanzas, si un mago quisiera
asesinar a un muggle o dominarlo, sería tan fácil. Si quisiera crear cosas fuera de este mundo,
la magia prácticamente es todo lo necesario, solamente el limite es tu imaginación.

Pero hay algo en esa fragilidad y como a pesar de eso, son capaces de tanto, que Draco se
encuentra intrigado a más no poder.

Además, crearon batidos de manzana.

No pueden ser tan malos.

Amos sigue tratándolo como un niño, es técnicamente un niño, pero es aburrido.

Sus clases de magia no han avanzado mucho, aunque ahora ya sabe porque ocupaba hacer
figuras de arcilla.

Shabti.
Shabti tiene múltiples funciones, una de las cuales es que su amo puede usarlo para realizar
sus deberes en el más allá. Otros shabti sirven como señuelos, compañeros, soldados e
incluso bibliotecarios o informantes. La mayoría de los shabti están incompletos de alguna
manera; Si sus cuerpos son perfectos, cobrarán vida y posiblemente matarán a su amo en
venganza. Un shabti puede informar a su amo liberando la información en una bola de luz
mágica. Enviará un informe al ser destruido, pero también puede enviar un mensaje de forma
periódica y automática. También pueden usar magia.

Su primer Shabti fue una pequeña serpiente, no estaba totalmente completa, pero le puso de
nombre Steven.

Bueno.

Estaba nervioso ante la mirada de Amos y el nombre salió de su boca, como si fuera natural y
por eso su primer Shabti es una serpiente. No tiene vida, pero es como si la tuviera, es un
animal peligroso, Amos le había advertido tener cuidado y Draco simplemente siguió
adelante.

Era un Slytherin.

Tenía su orgullo.

Lejos de magia elemental o aprender los hechizos que necesitaba para su tercer año en
Hogwarts, Amos le enseñaba las magias diferentes de este mundo.

Magia egipcia. Era tan interesante.

Palabras Divinas.

Eso era tan interesante.

En la mitología egipcia, palabras divinas es otro término para los comandos mágicos
egipcios. También se les llama hechizos jeroglíficos o Palabras de poder. Se les llama
"divinos" porque permiten a los magos que usan las órdenes ejercer fuerza y poderes divinos.
Los magos las pronuncian para crear o modificar la realidad. Para utilizarlos no se necesitan
papiros ni otros equipos, como amuletos, pociones, shabti y estatuas.

Para convertirse en Lector Jefe, un mago necesita poder pronunciar una buena cantidad de
Palabras Divinas. También se pueden utilizar palabras de poder para utilizar el Camino de los
Dioses.

Aunque Amos dijo que eso estaba prohibido.

Draco sentía en la punta de la lengua comentar sobre su descendencia, pero supone que Amos
debió ver algo especial en él, para poder enseñarle cosas que usualmente no eran enseñadas a
magos fuera de la casa de la vida.

Era como hechizos, pero mucho más poderosos.


Amos le enseñaba una extraña combinación de ambos, Amos puede usar magia como los
magos que conoce, pero lo está llevando al límite al enseñarle magia sin varita.

Difícil.

Demasiado difícil.

Solo hacer un Lumos sin varita, parecía casi imposible y Draco duro al menos tres semanas
para algún proceso, lo cual era inaceptable, estaría por detrás de sus compañeros el siguiente
año y era imposible. Pero cuando la luz salió de sus manos y Amos la acepto, le suplico que
le enseñara magia de combate, magia que pudiera usar para protegerse o utilizar en medio de
alguna lucha.

Este no pregunto motivo, simplemente lo vio por un largo rato antes de asentir.

Y entonces.

La verdadera enseñanza inicio.

—Ya casi estamos en vacaciones, casi puedo saborearlas—habla Percy mientras caminan por
los pasillos en el último día antes de vacaciones de navidad y año nuevo, casi dos semanas
sin pensar en clases.

Aunque Draco supone que Amos le dejara mucho trabajo extra, esta aliviado por un poco de
tiempo libre. Las clases muggles eran fáciles, las matemáticas eran un chiste y ni que hablar
de química; Percy lo vio con celos por mucho tiempo desde que entraron a clases. Así que
usualmente leería material de Hogwarts que necesitaba para este y el siguiente año, haría
cualquier trabajo escrito que Severus enviara por lechuza; los Jackson lo habían visto raro por
el tipo de correo que recibía.

Trabajaba en sus ensayos, practicaba sus pociones, estaba en clases con Amos, practicaba
combate con Percy y tenía sus jueves de novelas coreanas con Sally.

Era una vida agitada, pero emocionante.

Cansada.

Muy cansada.

Draco usualmente no tendría que esforzarse tanto, claro que en primer año en Hogwarts había
luchado por arrebatar el primer puesto de Granger (sin éxito) esforzando claramente por
primera vez en su vida; pero esto era otro nivel completamente diferente. Su cuerpo se había
comenzado acostumbrar a un claro esfuerzo físico desde el campamento mestizo, su mente se
abría a posibilidades ahora en el mundo muggle y Amos le enseñaba como el mundo era
incluso más grande de lo que comenzaba a comprender.
No tenía un gran talento para crear Shabit o usar amuletos, pero el hombre comenzaba a
enseñarle una mezcla de palabras divinas, con magia sin varita y con complementos de magia
de combate que le gustaría mantener al tanto.

Luke había traicionado al campamento.

Quería ver la destrucción del olimpo.

Y Draco como muchos otros semidioses, estaban en medio de este desastre y las luchas
vendrían pronto. No quiere pensar en cómo en su primera misión con Percy y compañía la
mayor parte del tiempo fue un inútil, no quería volver a pasar por eso.

—Sally comento sobre ir a un parque de atracciones, estoy interesado en conocer ese lugar
muggle que suele salir en la televisión—habla Draco guardando sus cuadernos, lo cual es
otro invento asombroso muggle.

¿Por qué ellos siguen usando pergaminos?

Un cuaderno, un lápiz y un bolígrafo, gana por mucho a los magos.

Están desactualizados en esta vida.

Claro, muchos magos no usarían algo de procedencia muggle, pero esta clase de cosas podría
facilitar mucho los estudios y el trabajo. Draco no quiere pensar que es uno de los magos que
antes de estar en el mundo muggle sería los primeros en descartar dichos objetos por
considerarlos de pésima categoría sin usarlos, pero ahora que son parte de su día a día,
comienza a temer cuando vuelva a Hogwarts y no los tenga a mano.

Ha pensado seriamente sobre eso, cuando será la legitima cabeza de la casa Malfoy, invertir
en algunas empresas Muggles y trasmitir parte de la tecnología muggle al mundo mágico.

Porque…no sabía que haría cuando estuviera en casa y no pudiera ver sus series muggles.

El horror.

—No puedo creer que nunca hubieras ido a un parque de atracciones, sin duda la comunidad
donde vivías con tus padres suena bastante aburrida—señala Percy sin afectarse por la
palabra muggle, ya estaba acostumbrado y la única vez que pregunto por ella acepto su
explicación.

Personas normales lo llamo Percy.

Personas simples le dijo Draco.

Percy estaba animado de mostrarle todo el “mundo normal” a Draco, habían ido la semana
pasada a un parque acuático, donde Percy se sentía claramente en casa y arrastro a Draco por
todos lados, Sally había reído al verlos correr por todos lados y terminar totalmente mojados.

Draco tuvo un pequeño resfriado y Percy lo llamo débil.


¿Los semidioses se enferman?

Draco sí.

—Hola Draco, espero disfrutes las vacaciones—hablo una niña de un año superior, batiendo
las pestañas hacia él de forma exagerada.

Draco la ignoro y esto pareció encantarle, lo cual hizo que Percy los viera como si estuvieran
locos.

—Por favor, la última vez que Annabeth te ignoro en media llamada también suspiraste—

—No es verdad—

Pero por como sus mejillas se sonrojaban y chillaba de forma adorable, Draco supo que había
ganado esta conversación.

La idea de invitar a Tyson al parque de diversiones vino de Percy, quien claramente parecía
tener una especie de debilidad por el chico de un solo ojo, cuando comento a Sally si esta
notaba algo raro y ella parecía tranquila, se preguntó si el único que pensaba que Tyson era
raro era el propio Draco. Sally solía invitar al chico a comer como Percy, los padres de Draco
le daban una gran cantidad de dinero a Sally que esta no parecía molesta en gastar en otros,
aun cuando Draco le señalaba que podrían tener más cosas. Los trabajadores sociales no
tenían respuesta para el asunto de Tyson y tampoco los directores, así que los Jackson al igual
que cuidaban a Draco intentaban cuidar a Tyson.

El gigante de un ojo parecía feliz cuando lo invitaron, aunque su forma de hablar le recordaba
a un niño de 5 años.

O a Draco cuando ingreso al mundo muggle.

Tal vez por eso los Jackson sabían cómo ayudarle.

El problema con Tyson es que este parecía pegado a Percy y cuando Draco miraba una
montaña rusa emocionado, con intención de subirse, Tyson sujetaría a Percy y eso molesta a
Draco. Se supone que es su amigo, pero Percy miraría a Draco con ojos lastimeros, porque le
tiene puta lastima a Tyson y Draco se vería por aparte de esos dos.

El día del parque de diversiones no parecía tan emocionante como había querido.

Sally se montaría con él en las atracciones con una sonrisa aventurera y Draco no pudo más
que amar a la mujer por ser tan fabulosa.

Hasta que llegaron a un punto donde fue ridículo.


—No—se puso Draco de brazos cruzados frente a Tyson, que hizo un pequeño gemido al
verlo, al parecer el desagrado era mutuo entre ambos—te has subido toda la mañana con
Percy, es mi turno de hacerlo—señalo con un dedo y una mirada amenazadora.

Percy parecía estar dividido entre ayudar a Tyson, pero claramente quería pasar tiempo con
él, solo que el pequeño idiota no lo dijo y dejaba que Draco fuera el malo del asunto.

Como fuera.

—Pero…—suplico el gigante, pero Sally tuvo que consolarlo cuando Draco arrastro a Percy
a la montaña rusa que vio desde el inicio.

La cual Tyson tenía miedo.

—Eres bastante celoso—habla Percy como si no estuviera sonriendo por montarse con él en
la montaña rusa, Draco le da una mirada incrédula.

—Deja de sonreír cuando digas eso o le diré a Annabeth que le estas engañando conmigo,
aunque no puedo culparte, soy asombroso—dice mientras se cepilla el cabello con una mano,
ganando una mirada poco impresionada de su amigo.

Idiota.

La montaña rusa es asombrosa, tan buena como volar en una escoba y ambos terminan riendo
emocionados cuando se bajan, piensan sobre volver hacer la fila para subir, pero la falta de
Sally y Tyson rápidamente hace que Draco se ponga alerta; Percy tampoco parece mejor que
él.

¿Dónde irían?

Draco susurra a la pequeña serpiente Shabit en su bolsillo, esta se despierta con un bostezo y
aunque es una escultura de arcilla, también parece mucho a una serpiente. Es asombroso
como Percy tiene las cosas anormales como normales, ya que cuando la presento apenas si le
da una segunda mirada; tampoco cuestiona cuando le pide que busque a Sally y Tyson entre
la multitud, eso sí, guardando distancia para que algún estúpido muggle no le hiciera daño.

Comienzan a caminar en busca de Tyson.

Es enorme.

Tiene un solo ojo.

Draco no piensa que sea difícil de encontrar, pero para su horror, por segunda vez
consecutiva se encuentra a alguien que no quiere.

—¿Malfoy? —pregunta una niña de cabellera rizada y ojos claros, que había visto hace unos
meses atrás, con una gran cantidad de nervios y alivio al mismo tiempo.

Draco siente su boca hacer bilis, al tiempo que Percy ve curioso a la chica.
—Lavender Brown, que sorpresa verte por aquí…de nuevo—gruñe eso ultimo sin querer ver
a la chica, pensando que debería estar en Hogwarts.

Claro están en medio de vacaciones por navidad, así que cualquiera puede ir a visitar a sus
familias o hacer un viaje al otro lado del mundo; pero que la chica tuviera la desgracia de
toparse con él, otra vez en medio de otra situación incómoda.

Bueno.

Draco realmente no se siente optimista esta vez.

—Ocupo tu ayuda Malfoy—suplica Lavender con un grado de temor, que hace que Draco
entrecierre la mirada y esté listo para decirle que no.

Ya tienen sus propios problemas, no necesitan más, así que simplemente es mejor dejarle con
esos aurores muggles para que se encarguen del problema. Pero cuando voltea a ver a Percy,
este tiene un rostro firme y sabe antes que diga nada, que este quiere ayudar a Lavender.

Porque es idiota.

Pero tal vez Draco es un idiota más grande, porque el vínculo que tiene con este quema
cuando sabe que este quiere algo de este tipo.

Y debe ayudarlo.

Solamente lo sabe.

Joder.

En retrospectiva debió saber que todo saldría mal, porque no hay momento en la vida de
Draco Malfoy desde el verano pasado, que cuando algo va a salir mal, es probable que salga
mal. Ley de Murphy habían dicho sus profesores muggles y Draco quedo encantado con la
idea, porque parecía ser una forma viviente de este que solamente seguía empeorando
conforme su vida sigue adelante. Por ejemplo, cuando Lavender comenzó a chillar sobre un
perro enorme que le seguía y que nadie parecía verlo, debió suponer que había algo raro ahí.
Los magos tienen una mirada probablemente que supere a la niebla, pero Lavender es
demasiado joven y en sana teoría con ambos mundos separados.

No debería ver la niebla.

Pero si los magos son de alguna forma descendiente de Hécate.

Raro.

Lo raro es que se enfocaran en ella, los monstruos suelen ir tras semidioses.


—Había esta mujer y un chico gigante de un solo ojo—habla rápidamente alarmada y algo
calza en la mente de Draco.

Tyson.

Sally.

—¿Un solo ojo? —pregunta Percy, pero no tiene tiempo, le indica a Lavender que señale la
dirección, pero esta, aunque parece feliz de que alguien le crea, parece recia a ir nuevamente.

No es que necesiten hacerlo, similar a cerberos en el inframundo, un enorme perro con


apariencia casi de todo aparece al final de la calle del parque de diversiones, aunque nadie
parece verlo a su alrededor. Draco se encuentra tentado a huir, pero cuando Percy saca su
bolígrafo que se forma en una espada, Lavender suelta un chillido y solamente puede
empujarla antes que una sombra aparezca bajo ellos.

Es como una caída.

Todo es frio y antes de saberlo, están chocando nuevamente contra el concreto.

Las enseñanzas de Amos calan en su interior, toca su hombro y la lanza sale disparada listo
para la lucha, pero lejos de haber solo caído, parece que fueron transportados a un lugar
totalmente diferente. No sabe si siguen en el parque de diversiones, pero Lavender y Percy
están ahí, intentando levantarse también y no hay nadie cerca.

Pero podría haberlo.

—¿De dónde salió esa lanza? Y tú tienes una espada, se supone que no hagamos magia fuera
de Hogwarts, pero hiciste magia sin varita—chilla la niña de rizos, para su suerte Percy
parece ignorarla mientras se pone de pie con la espada señalando a cualquier lugar.

Parece un tejado, de un enorme edificio.

No sabe si siguen en Manhattan, pero sin duda han salido del parque de diversiones y Draco
hace un puchero al pensar que no pudo disfrutar de la totalidad de las atracciones como
hubiera quería; había estos perritos calientes que había estado fantaseando toda una semana,
sin duda se vengaría de alguien.

—Estamos en Manhattan, reconozco esos edificios—habla Percy con seriedad, parece bajar
la guardia al no notar enemigos, pero su rostro no deja de ver en todas direcciones.

—¿Qué clase de perro era ese? —cuestiona Draco dándole la espalda a Percy, confiando en
que este estaría ahí para protegerla.

Ve a Lavender, esta se levanta temerosa y por algún motivo sujeta su brazo como si pudiera
darle algún refugio.

—No lo sé, aparecieron, había un chico rubio con una cicatriz que se dijo que era como ellos
y que debía seguirlos, perdí a papa en el camino—musito la chica luciendo al borde del
llanto, lo cual le hizo hacer una mueca.
Su ropa ya estaba suficientemente sucia para llenarla de lágrimas de niña.

Percy por otro lado se congela y el vínculo rápidamente lanza una alerta a Draco, Percy
parece enojado incluso cuando su rostro está en blanco, un enojo y dolor que le hace recordar
el final del verano; era imposible no olvidar que pudo generar esa clase de emociones.

Algo dentro del propio Draco bulle nervioso al recordarlo.

—Luke—sisea Percy casi con odio y Draco se siente inquieto.

—Si, se presentó como Luke, era lindo, hasta que intento secuestrarme—habla Lavender y
parece tan irreal, porque alguien quería a Lavender.

Era una bruja.

No un semidios.

¿Verdad?

Antes que pueda decir algo, pudo sentir una presencia similares a las palomas, pero no emiten
el arrullo típico de estas, si no una especie de chirrido metálico, similar al sonar de un
submarino como vio en una película. Son de color blanco y gris, y tienen afilados picos y
garras de bronce. Sus pequeños y redondos ojos brillan de un modo maligno.

Había muchos.

Demasiados de repente rodeándolos desde el cielo.

Siente que ha escuchado de algo similar antes.

—Pájaros del Estínfalo—dice chasqueando los dedos, Percy y Lavender lo ven confundidos
—una de las pruebas de Hércules, claro, que casi lo asesinan si no fuera por Atenea—añade
con un pulgar en alto como aprendió que hacen los muggles cuando algo está de acuerdo.

Si.

Eso puede que no fuera el caso.

Estos chillan, es un sonido doloroso.

—¡CORRER! —grita Percy sujetando la muñeca de Draco y como Lavender seguía


aferrándose a él, es también jalada cuando se meten rápidamente por la puerta de la azotea
del edificio.

Eso debería funcionar.

¿No?

Bueno.

No.
Los pájaros logran romper la puerta y aunque están dentro de un edificio, los siguen
persiguiendo por algún motivo, con su lanza logra acabar con algunos y Percy también utiliza
la espada para cortarlos. Realmente quisiera no tener que luchar, pero ahora en medio de eso,
no puede más que impulsar a Lavender primero para que no estorbe, esta grita mientras
ambos comienzan a bajar las escaleras.

Parece que es un hotel, nadie parece venir hacía ellos.

¿Está el edificio abandonado?

Percy decide saltar las escaleras para no tener que bajar escalones, Draco quisiera hacerlo,
pero termina tropezando cuando Lavender quiere detenerse a llorar, pero ambos ruedan y un
pájaro le hace un corte en el brazo. Percy se avecina a ellos para cortar al ave y antes de
saberlo, los tres están corriendo nuevamente entre escaleras, gritos, pájaros y Draco visualiza
rápidamente algo que pueda ayudarlos.

Sonido.

Ocupaban sonido.

No sabe cuál, pero algo así había sido el relato.

—¡OCUPAMOS SONIDO! —grita alarmado cuando una ola de pájaros se abalanzo por una
de las ventanas, haciendo a Lavender chillar y Percy solamente salta sobre ellos.

No los va abandonar, Draco lo haría, pero Percy no es así.

Este usa su puño para romper algo en la pared, que parece hacer que todo comience a soltar
un sonido ensordecedor que provoca a los pájaros congelarse, antes de parecer un enjambre
perdido que se abalanza fuera del edificio.

¿Cuántos pisos lograron bajar?

No lo sabe, pero esta agitado y con algunos rasguños muy similares a los de Percy o
Lavender.

—¿Están todos bien? —pregunta Percy viendo vagamente a Lavender, antes de verlo
preocupado a lo cual asiente indeciso.

Luchar no era divertido.

Hay otro sonido, como si más pájaros estuvieran por volver, que hace a Draco gruñir sin
querer volver a la lucha, pero son detenidos cuando algo pasa.

—El perro—chilla Lavender volviéndose a sujetar de su espalda, antes que pueda verlo en las
escaleras sobre ellos, siente otra vez un frio y todo a su alrededor deja de sentirse.

Como si estuviera flotando, y al siguiente instante, estuviera cayendo en el cielo.

Literalmente.
El cielo.

Abierto.

Camino hacia el suelo a una muerte segura.

Draco grita al tiempo que mientras mueve sus brazos, puede ver a Percy cayendo a su lado y
Lavender sujetándose ahora a la espalda de Percy también alarmada de la velocidad que
parecen tener al caer del cielo. Hay un cielo azul a su alrededor, esto es peor que caer con una
escoba y Draco sabe que si no hace algo pronto, van a morir cuando impacten contra el suelo.

No quiere morir.

No aún.

No de esta forma.

El cielo nunca había sido aterrador cuando volaba para el quidditch y no iba a empezar a
serlo ahora.

Saca su lanza mientras extiende su mano libre a Percy, quien entre la caída luciendo aterrado,
rápidamente estira su mano para sujetarlo. Cuando sus manos están unidas, Draco visualiza
con un agujero en su vientre, como rápidamente se acercan a la ciudad que antes parecían
haber estado, dudando sobre qué tanta fuerza tiene y no teniendo una mejor forma para
probarlo, cuando el edificio se acerca a ellos y van a caer a su costado.

Usa toda la fuerza que tiene para incrustar la lanza contra el edificio.

No sabe si funciona.

Se supone que solo puede herir las cosas mitológicas como la espada de Percy, pero algún
dios del olimpo tal vez se apiado de este porque se incrusta. Su brazo duele ante el
movimiento repentino, debe gritarle a Percy que se sujete de su cintura, porque debe utilizar
su otra mano para mantenerlos sujetos a la lanza.

Lavender chilla sobre la espalda de Percy, al menos esta con vida.

Su brazo esta dislocado o en el peor de los casos roto.

Pero no muerto.

Suspira aliviado de que al menos no están cayendo, no sabe qué piensa hacer ahora, no hay
alguna escalera cerca y solo hay un gran ventanal que parece lleno de personas que están
viéndolos alarmados. Con suerte puede soportar hasta que alguien venga ayudarles, todos
parecen gritar al otro lado del edificio por ayuda y Draco siente dolor en sus piernas.

Luego.

Siente algo deslizarse, frio en sus piernas.


Baja la mirada horrorizado, notando como Percy ahora se sujeta a sus tobillos como si su
vida dependiera de ello, pero eso es porque su pantalón se ha bajado hasta sus tobillos y
ahora cae, mientras Percy se aferra a sus tobillos desnudos.

—Lo siento tanto, me resbale—escucha decir a Percy que intenta no levantar su mirada.

Draco levanta la mirada para ver a las personas del ventanal, lucir horrorizadas mientras
algunos han bajado su mirada para ver la ropa interior de Draco; que era un regalo de Sally
con estampados del hombre araña en este.

Algunos se ríen.

Puede ver que alguien saca una cámara.

—Te voy asesinar cuando salgamos de esta—promete con frialdad y ve a Percy encogerse.

La ventana sobre ellos al fin se abre, su sorpresa es grande cuando un ojo lo recibe y Tyson,
al lado de la señora Jackson, sacan el cuerpo por la ventana para ayudarles a subir. No tiene
idea de que hacen aquí, pero cuando sujetan su mano para ayudarlo, Draco solamente se deja
llevar por ellos aliviado de no estar más en el aire.

—¿Por qué estás en ropa interior? —pregunta Tyson y le da una larga mirada a Percy, que
solamente se encoge en su lugar.

La señora Jackson explica de forma algo confundida, como un perro había aparecido y lo que
sabía luego, es que estaba en la azotea de este edificio, Tyson dice que fue como volar,
mientras todos caminan y Draco simplemente utiliza un pantalón que uno de los miembros
del edificio empresarial les presto cuando los vieron; nadie pregunto mucho que estaban
haciendo ahí, probablemente por Tyson, porque nadie podía verlo mucho antes de apartar la
mirada. Al final del día no está seguro que pensar del perro de la muerte, debe ser un
monstruo, pero no había vuelto aparecer. Habían sido sacados del parque de diversiones, lo
cual es mejor, ya que ahí había estado Luke, así que de alguna forma exceptuando por los
pájaros de la muerte.

Están bien.

Tyson y Sally no parecieron ser afectados.

—¿Por qué tiene un solo ojo? —pregunta Lavender confundida cuando bajan del edificio,
Sally comienza a hablar por teléfono buscando a Thomas Brown el papá de Lavender.

—¿Quién tiene un solo ojo? —pregunta de regreso Percy confundido, logrando que Draco lo
viera incrédulo.

Ambos, Lavender y Draco señalan a Tyson, Percy parece confundido, antes de levantar la
mirada como si fuera la primera vez que ve el rostro de Tyson. Por la expresión del chico
parece que efectivamente es la primera vez que lo ve y Draco no puede entender como eso es
posible.

Se arma el caos.

—¿Draco porque nunca lo dijiste? —

—No pensé que serias tan idiota para no verlo—

—Es un ciclope—

—¿Un ciclope? —

—Lavender Brown ahora no—

—Mamá, Tyson es un ciclope—

Si.

Todo es un caos ahora.

Al final están todos en el departamento de la señora Jackson, Tyson incluido, Lavender y su


padre incluidos. Todo parece un poco difícil de explicar, Sally toma la batuta para explicar
más sobre el mundo de los semidioses y cuando Quirón llega para ver a Lavender, parece casi
pensativo. Draco quiere pensar que Lavender es solamente una maga común y corriente,
quiere pensar que los magos pueden ver entre la niebla, pero cuando Quirón utiliza algún
instrumento mágico o celestial, que saca un poco de sangre del dedo de una llorosa Lavender;
como si no tuviera el cuerpo llena de cortadas por esos estúpidos pájaros.

Algo parece cambiar.

Quirón parece pensativo.

—Hay una posibilidad de que la señorita Lavender Brown tenga sangre de algún dios menor,
podríamos ir al campamento para comprobarlo—habla Quirón tranquilamente, pero Draco
solamente ve a Thomas Brown lucir consternado.

Asegura ser el padre de Lavender, y como bien sabe Draco, aunque no sean de una familia
bastante prominente, los Brown son sangre pura por el momento. Quirón intenta explicar que
no solamente ocurre con un padre mortal (no parece saber de la parte mágica todavía y
Thomas Brown tampoco dice nada, por suerte) y un dios del olimpo, puede ser que la sangre
de Lavender sea de semidios por alguna especie de abuelo. Esto provocaría que, por eso hasta
ahora, no fuera notada por criaturas mitológicas.

Si Luke fue por ella.


Debe saber algo.

Luego Quirón voltea a ver a Tyson, que ladea la cabeza algo lloroso por todo lo que ha
pasado y suspira ruidosamente.

Todos van al campamento mestizo ese día, Draco piensa que no es una gran forma de pasar
sus vacaciones, pero parece ser que ahora Tyson podría tener un hogar; Percy le explica a
Quirón sobre como el chico no tiene un hogar y que en el campamento podría estar más
seguro, lo cual no es una mentira.

El problema es que Tyson no quiere separarse de Percy.

Sally y Thomas no pueden entrar al campamento, pero cuando Lavender pasa tímidamente y
todo parece normal, algo de semidios debe estar ahí. Quirón explica que sería mejor para los
niños pasar el resto de las vacaciones en el campamento, solo para asegurarse que no hay
nada malo que los persiga (Luke probablemente) y el señor Thomas pide hablar con Quirón
de forma seria.

Magia.

Draco traga saliva cuando ve a los adultos quedarse fuera del campamento y dejarlos a ellos
para dar un recorrido a los dos chicos nuevos, que probablemente estén el próximo verano
con ellos; no tiene idea cuanto tiempo se quedara Tyson en realidad.

No hay muchos campistas, Draco puede ver a Clarisse por ahí y rápidamente la esquivan,
algunos de la cabaña de afrodita, de Hermes y de Hefesto; hay una niña de Deméter que
siempre olvida su nombre.

—No es tan malo, estoy seguro que el próximo verano la pasaremos genial—intenta
tranquilizar Percy a Tyson, quien parece al borde de llorar, sobre no querer quedarse solo.

Tampoco sabe cómo reaccionaran los otros campistas, con suerte Quirón cuide de Tyson
pero, aunque ama al centauro, sabe que tiene más responsabilidades que preocuparse por
ellos.

—No entiendo, ya tengo suficientes problemas en Hogwarts—chilla la chica luciendo


incomoda, pero sin decir que es maga, tal vez porque no sabe si el estatuto vale para
semidioses o solamente porque no es tan tonta como parece—primero la cámara de los
secretos y ahora esto—añade con pesar sentándose en un tronco del camino.

Percy toma asiento como Draco, Tyson cae al suelo, haciendo como un pequeño temblor, que
provoca que Draco suspire.

Luego procesa sus palabras.

¿La cámara de los secretos?

—Es imposible, mi padre hablo de eso, ha estado cerrada por años—musita Draco con una
mano en su mentón.
La última vez Hagrid el jardinero había sido acusado, su padre no sabe si eso era real o no,
había comentado que el hombre no parecía tener la capacidad de abrir una cámara que
lastimara a los hijos de muggles o mestizos, pero que realmente una máscara de idiotez
podría ser el camuflaje perfecto.

No conoce a Hagrid.

No le importa que fuera o no el que abrió la cámara, solo sabe que esto es interesante, años
después volvió a ocurrir el tema.

El príncipe de Slytherin.

¿Quién será ahora?

No puede negarlo, la idea de ver morir a hijos de muggles no es tan atractiva como pudo ser
hace algunos meses.

—Pues está abierta, todo el colegio está en pánico y todos creen que Harry Potter la abrió—
es una chismosa de primera, piensa Draco divertido, antes de arrugar el ceño confundido.

Potter.

Como Harry Potter.

El mocoso de primer año que le hizo la vida imposible, rompió las reglas y aun así todos le
aplaudieron por hacerlo, que es amigo de una hija de muggles y un traidor de sangre.

Si.

No.

No cree que, si abriera la cámara fuera él causante de cualquier daño, es un idiota, pero no un
asesino.

—Ohhh Potter—habla Percy ganando la mirada confundida de ambos magos—Draco


siempre habla de este chico Potter, primero pensé que estaba alucinando, ahora creo que
solamente está enamorado—añade con diversión, antes de ganar una patada en el tobillo que
lo hace aullar de dolor.

Lavender parece animarse al respecto.

—En primer año de Hogwarts todos pensaban que tenían algo, decían que eran enemigos, las
chicas pensábamos que era lindo y un poco gay—dice encantada de poder chismear con
alguien y Draco la ve completamente horrorizado.

—No me gusta Potter—dice casi una octava más alta por el horror de que no solamente
Lavender o Percy pensaran eso, si no que aparentemente otras niñas que no quiere saber el
nombre tuvieran la idea más equivocada de todas.

¿Qué le gusta Potter?


Por favor.

Draco odia a Potter.

No solo rechazo su amistad cuando eran niños de primer año, sino que simplemente era un
recordatorio vivo de la injusticia en Hogwarts, cuando todo simplemente funcionaba para él.
No es que importe ahora, Draco tiene mayores problemas que Potter, de hecho, no pensó que
lo mencionara tanto con Percy, ahora debe analizar mejor que palabras o que no palabras le
dice a su amigo.

El miserable traidor.

Lavender y Percy comparten miradas, que lo hacen estallar en un sonrojo.

—No me molestan los chicos, no me gustan los chicos—y la idea sobre esos pensamientos lo
sorprende más de lo que debería, porque no había pensado realmente en eso hasta este
momento—repito, no me gusta Harry Potter y nunca me va a gustar—añade de forma
contundente, lo cual hace que ambos niños lo miren curioso, antes de ver a Tyson.

Este parece dejar de llorar para verlo también curioso.

Bien aclarado ese punto, piensa que es hora de enseñarle el lago a Lavender, al menos eso
piensa antes de llegar de regreso en medio de su camino a la cabaña de Hermes, donde tendrá
que dormir los siguientes días probablemente; algo raro sucede.

Algo aparece sobre la cabeza de Lavender, lo que hace a la chica chillar intentando cuidar su
cabello como si fuera una hija de afrodita.

No lo era.

Un símbolo que es reconocido como alguien hijo de dioses, lo que parece una antorcha
aparece sobre su cabeza justo cuando Quirón estaba apareciendo con tranquilidad; el hombre
centauro se detiene confundido, antes de saludar a Lavender.

Hija y familiar de la diosa de la magia Hécate.

Draco maldice por bajo.

No debería estar enojado, pero de alguna forma lo está, no hay gran diferencia. Lavender
duerme en la cabaña de Hermes, porque no hay una cabaña para Hécate, duerme al lado de
Draco llorando porque no pudo ver a su madre estas vacaciones como quiso y Draco
solamente la ve hasta que por fin descansa. Tyson una cama al lado está roncando, Draco
solamente los ignora antes de salir de la cabaña y tomar asiento en el primer árbol que
encuentra, sujetando su rostro entre sus manos. Draco fue a una misión hace meses, vale que
no fue el mejor miembro del equipo, pero lo intento y sus amigos le aseguran que no lo hizo
tan mal, que al final demostró ser alguien que ayuda a otros.
Sus padres son geniales.

Lucius y Narcisa lo han visitado al menos 7 veces desde que vive con los Jackson.

Lo aman.

Le envían cartas, le envían golosinas, le envían dinero.

Lo aman.

No debería estar molesto porque su padre del olimpo no lo reconoce a pesar de todo lo que ha
hecho, mientras que Lavender quien no lleva ni unas horas como semidiosa, ya fue
reconocida por su madre. Aunque en la mitología griega no le dan tanto énfasis a Hécate,
para Draco y otros magos esto podría ser algo importante, la misma diosa de la magia ha
reconocido a Lavender como alguien de su sangre.

Es importante.

Al menos para Draco y otros como magos.

Que frustrado se siente.

—Supongo que no puedes dormir—comenta Percy casualmente tomando asiento a su lado,


como si no fuera media noche y no se hubiera ido de su cabaña para buscarlo.

El vínculo, piensa curioso, pero no dice nada. Hasta ahora el vínculo solo ha funcionado para
Draco, pero puede que ahora también esté funcionando en Percy, que lo hubiera despertado
por sus emociones bastante molestas que no puede dejar de sentir.

Percy parece querer transmitirle paz, pero no es algo que hubieran trabajado y no lo siente,
pero siente su intención.

—El vínculo…—no sabe que decir, pero Percy asiente.

—Es raro, nunca lo había sentido, pero desde que Lavender fue reconocida te has sentido
muy mal y me costó unas horas comprender que no era yo quien se sentía así—explica con
una mueca de preocupación, a lo cual Draco gime.

—No entiendo, no me importa quien dio el material genético, no se importa…pero cuando


Brown fue llamada tan fácilmente, lo odié tanto…Hécate es una diosa que me parece
asombrosa y pensé que…no importa…no me gusta esto—brama con un resoplido, a lo cual
Percy se ríe antes de empujar su hombro.

—No pude dormir ya que no estoy acostumbrado a dormir solo, falta su mejor amigo, así que
deberías venir conmigo—

—No tengo permitido ir a tu cabaña—

—Lo que Quirón no sepa, a Quirón no le molesta—


Es una pésima idea, pero Draco no puede evitar sonreír mientras sigue a Percy, quien no deja
de hablar sobre un nuevo sabor de helado que deberían probar cuando vuelvan a casa; la
charla de Percy no tiene sentido, pero es como una nana que le hace dormir.

Ambos comparten la cama de Percy, es algo grande para ambos, pero sentir la presencia de su
amigo es relajante.

No sabe si es el vínculo hablando, pero eso lo tranquiliza.

Clarisse claramente no deja tranquila a Lavender, así que la arroja a un cubo de basura, por lo
cual Percy le indica que debería ser un buen amigo (no parece entender que ir al mismo
colegio no significa ser buenos amigos) y cuando estúpidamente intenta hacer algo contra
Clarisse, termina nuevamente en otro cubo de basura para la risa de su amigo. Tyson al final
aparece y Clarissa lo molesta también, se burla de él y cuando Percy intenta hacer algo
termina en un tercer cubo de basura. Silenia la hija de afrodita, es quien se apiada de ellos
para alejar a Clarisse, guiñándole el ojo divertida y Draco solo toma su segunda ducha del
día.

Percy termina el resto del día intentándole enseñar a pescar a Tyson, mientras Draco pasa en
el campo de fresas con Lavender explicándole cómo hacerlo.

No es que le guste, aun prefiere a Will, pero Draco ha aprendido algunas cosas y esta
concentrado tomando una fresa.

—¿Ellos no saben sobre Hogwarts? —había susurrado Lavender preocupada, viendo a todos
lados con muchas dudas.

Así que no estaba equivocado.

Los padres de Lavender y esta, parecen dudosos sobre si hablar sobre la magia de Hogwarts o
brujos en Inglaterra atente en contra del estatuto de guardar silencio. Draco tiene la sospecha
que al menos algunos altos mandos de magos aquí en Estados Unidos deberían saber algo, es
imposible que no puedan ver a monstruos mitológicos cuando en teoría tienen sangre de
magos.

Pero solo son teorías.

—Mi madre dice que no y no deberías decirlo—

—No pensaba decirlo—

—Si no fuera por Pansy, serias la peor chismosa de Hogwarts de primer año Lavender Brown

Lavender parece afectada por sus palabras, hace un puchero y se ve visiblemente herida,
como si no fuera de conocimiento mutuo que la niña de primer (segundo) año de Hogwarts
disfrutaba del chisme con su mejor amiga Parvati Patil; si no recuerda mal la gemela Patil
termino en Ravenclaw, siendo más tímida que su extrovertida hermana. Pero, aunque no le
gustaba estar al tanto de los primer año de Hogwarts, al menos lo hizo con los sangre pura,
porque su padre siempre le recordaba lo importante de las conexiones.

Es raro hablar con alguien de Hogwarts.

Este año no iba a ir a Hogwarts, las clases ya habían empezado, pero aquí estaba chismes
Lavender y no le había preguntado nada sobre el colegio; solamente esperaba que no
comentara nada sobre él, tenía una reputación que mantener.

—Escuche rumores sobre ti—habla Lavender y Draco odia como su mirada se mueve curiosa
a ella, quien sonríe como si estuviera ganando—bueno…al principio todos pensaban que
fuiste a Durmstrang o Beauxbatons hasta que…—y luego guarda silencio pareciendo
avergonzada.

Toma un momento procesar porque se avergonzaría, pero algo cae en su cabeza,


figurativamente.

Sujeta ambas manos contra su rostro cansado.

No sorprendido.

Un poco irritado.

Pero más que todo cansado.

—Dijiste que me viste en el verano aquí—gruñe luciendo ahora molesto, a lo cual Lavender
se encoge un poco en su lugar.

—No dije mucho, dudé que alguien se creyera que vi a Draco Malfoy en medio de una calle
Muggle, con ropas muggles actuando de forma… ¿muggle? —

—Estaba en medio de una misión, créeme cuando vuelvas el próximo verano, no las quieres,
no importa que te digan los demás—

—Bueno ahora piensan que viniste a Ilvermorny, aunque fue un poco difícil de creer,
especialmente los Slytherin no estaban de acuerdo; los dos chicos que siempre iban contigo
parecen perdidos este año, aunque ahora se juntan con Zabini y Nott—realmente una buena
chismosa, pero no va a juzgar a su actual fuente de información, piensa en Gregory y
Vincent, no eran sus amigos, pero eran una constante—no es que importe tanto ahora con la
cámara de los secretos, pasaste de moda rápidamente—

—Me siento ofendido al respecto—Lavender se encoge de hombros y Draco solo bufa—


bueno señorita chismes, espero que ahora no digas nada, ni que vivo con muggles, ni la parte
de dioses o todo lo que paso este verano…dudo que alguien te crea—añade con un poco de
saña que hace a esta suspirar un poco dramáticamente, antes de tomar un poco del pasto del
suelo con molestia.

—Lo sé—
—Bien solo cierra la boca, ya abriste la boca una vez y amablemente lo estoy dejando pasar,
no cometas un error por segunda vez o no seré tan indulgente—

Espera ser suficientemente duro, pero Lavender solamente lo ve fijamente, antes de


acomodarse mejor en el suelo, sus manos sobre sus rodillas pegadas a su cuerpo y su cabeza
descansando sobre estas.

—Has cambiado—señala ella y Draco tiene un momento un pequeño pánico al pensar en eso.

Lo sabe.

No es la misma persona que llego hace algunos meses frente al campamento mestizo,
temeroso de un ataque de una furia o lo que fuera esa criatura, sin saber realmente nada del
mundo; no había pasado meses horribles o estar en medio de una misión con Percy y los
demás.

Ver el mundo.

Ver el inframundo (el cual no recomienda).

Ser destruido de alguna forma en sus ideales y construyéndose por su cuenta.

—Lo sé—es todo lo que dice mientras coloca otra fresa en el canasto.

Lavender ladea un poco la cabeza.

—Sigues siendo tú, al menos bastante molesto si no estas cerca de Percy, pero también
cambiaste. Nadie se creería que te vi en medio del suelo recogiendo fresas con los pantalones
sucios—susurra casi divertida y Draco hace un gesto dramático.

Sigue sin gustarle hacer esta clase de tareas de plebeyos, pero no esta tan mal. En casa con
los Jackson se da cuenta que Percy es bastante autosuficiente (algo que no había pensado de
este), se sabe hacer comida básica, ayuda a lavar la ropa y suele limpiar siempre para aliviar
el trabajo de su madre. Draco al inicio es un desastre y sigue sin poder acercarse a la cocina,
pero hay algo en hacerlo al estilo muggle, ayudar en la limpieza que comenzó como una
tortura, ahora es casi relajante.

No pensar tanto, hacer una acción repetitiva.

Ser un muggle no es tan malo.

Cuando ese pensamiento corre por su mente, sabe que ha cambiado muchísimo desde el año
pasado y chicas incluso como Lavender pueden notarlo.

Volver a Hogwarts el próximo año no suena tan tentador realmente.

—Percy es mi mejor amigo, saca lo mejor de mí, aunque es un idiota—sonríe sin poder
evitarlo, antes que su expresión se vuelva algo tensa—los Slytherin no son exactamente mis
amigos, eran hijos de familias que se reunían con la mía y…bueno ahora tengo verdaderos
amigos—curioso, realmente curioso.
Lavender tararea un poco una afirmación.

Ni en todos sus años, pensó que estaría aquí, en un campo de fresas, hablando con Lavender
Brown sobre amigos muggles.

La vida debe disfrutar de su estado actual.

—Este lugar no es tan malo—

—Espera en verano, probablemente algún loco intente acabar con el mundo, otra vez—

—Sabes, suenas como Harry, siempre le pasan cosas malas—

—Retira eso—

Cuando Percy llega, Lavender chilla ocultándose detrás de él, porque Draco la va asesinar al
menos que retire que se parece al idiota de Potter; Percy comenta a Lavender que Draco es
sensible con su enamoramiento.

Ahora ocupa ocultar dos cadáveres.

Lavander es la niña más insoportable que conoce, lo cual incluye a Granger…y Pansy, lo cual
es mucho decir. Se queja por todo, no sabe trabajar y lloro cuando se rompió una uña, cuando
Draco lo señala Percy lo ve con cara de que es un pobre idiota y lo llama hipócrita. Draco en
realidad no es mejor que antes en trabajos manuales del campamento, pero hay una ligera
satisfacción en ser mejor de lo que es alguien nuevo; como si por fin estuviera en un escalón
diferente de la sociedad de semidioses, como si hubiera logrado avanzar de alguna forma.

Sigue siendo un mocoso irritable diría Percy.

Draco señalo que el comentario de Percy era innecesario.

Pero fue genial por una vez ser el que esta superiormente moral, se sintió grande y poderoso,
por lo cual Clarisse no dudo en enviarlo al bote de basura haciendo reír a todos. Luego de la
humillación fueron al campo de entrenamiento, dado que sería demasiado poco tiempo una
semana para enseñarle algo a Lavender, se habían limitado a darle una daga para defensa
personal.

Dudaba que algo atacara en Hogwarts.

Bueno.

En realidad, no, pero dudaba que algún monstruo lograra atacarla y por eso una daga de
hierro de dioses podría ayudarle. Quirón aprovechando la poca afluencia de campistas pudo
entrenar un poco con ella, a lo cual Draco, Percy y Tyson se aprovecharon para sus propias
preguntas. Quirón había alabado amablemente como Draco había mejorado con la lanza, a lo
cual este se puso presuntuoso, aunque Percy parecía mucho más hábil con la espada y el
propio Tyson parecía buscar algún arma que le sirviera.

Era un poco complicado.

Se conoce a los ciclopes por sus habilidades para crear armas, no para usarlas, así que Quirón
le había dado un enorme mazo que en más de una ocasión casi los aplasta y Tyson parecía
divertirse. Dudaban de la edad de Tyson si su estatura era contradictoria a esta, pero mientras
no asesinara a nadie accidentalmente todo estaría bien.

Los pocos campistas no estaban de acuerdo con el ciclope, pero con Percy, Draco y Lavender
no estaba solo.

El ciclope parecía un poco emocionado con Lavender, que a pesar de ser un poco
insoportable, parecía noble con el gigante ya que ambos eran nuevos.

—Lo entiendo, los chicos nuevos tienen que llevarse bien entre ellos—había bromeado Percy
pasando una mano por sus hombros, haciendo que Draco también los viera con superioridad.

Lavender no pareció emocionada.

Cuando termino la semana, la niña se despidió tímidamente de Draco y los demás,


prometiendo no decir nada sobre él cuando regresara a Hogwarts. Pareció sorprendida ante la
idea de que volviera el próximo año y Draco también se encontró curioso al respecto, era un
Gryffindor, seria amigable con un Gryffindor.

Ser un semidios en realidad era una locura.

Le hizo hacer cosas que nunca pensó que haría.

Regresar a casa era genial, Draco se sorprendió de encontrar el pequeño departamento de la


familia Jackson como un hogar, aunque lo mejor fue dejar a Tyson con supervisión. No fue a
la casa de la familia Jackson, en su lugar uno de los tíos de Lavender que fue contactado por
su padre, le había ofrecido a Tyson una habitación; Draco tuvo sus dudas, pero al ser una
familia no mágica (un Squib) tenía protecciones en su casa que podrían ahuyentar cualquier
monstruo que fuera atacarlo. Sally había abrazado a ambos con cariño al llegar y comento
sobre una lechuza que parecía esperar a Draco, lo cual significaba que sus padres estarían
preocupados y no tardo para utilizar el correo iris.

Era mucho más rápido para comunicarse.

Su madre parecía un poco preocupada de escuchar que había vuelto un momento al


campamento durante una semana y no se comunicó para navidad.

Pero pudo hacer control de daños.


Significado: no se lo iban a llevar para ocultarlo a otro lado.

Milagrosamente el año nuevo pudo pasarlo en casa de los Jackson, fue la primera vez que no
lo paso con sus padres y fue un poco extraño, pero no del todo mal. Sally hizo mucha comida
(azul principalmente), su famoso plato de 7 chilis, hicieron una especie de fiesta entre los 3
integrantes y Draco se sintió feliz. No había una fiesta de fin de año en una mansión, no había
tradiciones que seguir, solamente un grupo de 3 personas jugando juegos de mesa, comiendo,
riendo y contando historias vergonzosas.

Cuando paso la media noche lo primero que hizo fue darle un beso en la mejilla tanto a Sally
como a Percy, quien la primera se rio divertida y el segundo solamente lo empujo con el
rostro rojo, a lo cual Draco se burló ganando un poco de pastel en la cara.

Vieron los fuegos artificiales en la azotea del edificio y Draco pensó que los muggles en
realidad si podían hacer magia.

Porque todo era hermoso.

Se sintió demasiado dividido, porque hace unos meses este lugar seria la peor tortura para él,
pero ahora se encuentra aquí, disfrutando de esta vida que debería ser un error.

—Apuesto que en Inglaterra no celebran tanto como aquí—había bromeado Percy en medio
de los fuegos artificiales, a lo cual Draco volteo a verlo.

Fue extraño.

Percy con una sonrisa divertida, el rostro bañado en la luz de los fuegos artificiales, hizo que
algo dentro del pecho de Draco se apretara incomodo, como algo que no debería estar ahí. No
pudo evitar pensar que en la noche se parecía mucho a Harry Potter, aunque claro, jamás se
llevaría bien con Potter y Percy era sin duda una persona mucho más agradable.

Lindo, pensó distraídamente.

Percy Jackson realmente era lindo.

Un pensamiento un poco aterrador, aunque pensó en su madre diciendo hace unos meses
sobre su enamoramiento por Hércules o Potter (su historia como niño que vivió, el verdadero
Potter era horrible), o como todos pensaban que le gustaba Harry Potter.

¿Este sentimiento es normal?

Draco no lo comprende.

Solo que todo parece nuevo, tal vez es común ver así a sus mejores amigos, había pensado
similar de Blaise cuando entraron el año pasado a Hogwarts, aunque nunca lo exteriorizo;
duda que esta vez también lo haga. Tal vez es común pensar que tu mejor amigo es atractivo,
después de todo era con quien más tiempo pasaba y era agradable.

Pensamientos y sentimientos confusos, Draco los espanto sin interés de ir más allá.
—Bueno, sin duda aquí es mucho más divertido y con mejor compañía—dice con una sonrisa
divertida, que provoca que la de Percy aumente antes de regresar a ver los fuegos artificiales.

Draco lo ve un rato más, antes de volver a ver al cielo nocturno.

Es una noche hermosa para estar vivo.

Es cuando van a dormir esa noche, que Draco piensa que un buen día no puede terminar mal,
pero Percy Jackson en realidad es experto en arruinar algunas cosas. Draco está seguro que
había estado a punto de caer dormido del cansancio, cuando el murmullo de su amigo se
escucha de alguna forma, dejándolo congelado.

—¿Qué es Hogwarts? —fue la pregunta inocente, que provoco frio en todo el cuerpo de
Draco congelándolo en su lugar—es raro, no estaba cerca de ustedes, pero a veces parecía
como si escuchara tu voz en su oreja, pero no estabas ahí; hablaron de cosas que no entendía,
si no quieres hablar de eso puedo fingir que no escuche nada—

Percy es amable.

Tal vez demasiado amable y estúpidamente leal.

Piensa fingir que esta dormido, conoce lo suficiente a Percy para saber que, si hace algo, el
día de mañana fingirá que no paso nada.

¿Escucho la charla?

No tiene forma de ser posible, siempre hablo con Lavender cuando estaba a solas, pero puede
que el vínculo significara más de lo que esperaba. Hasta ahora solo parecía afectar a Draco,
pero tal vez no era el único que podría verse afectado si lo que Percy dice es verdad.

En el futuro eso podría empeorar.

Lo mejor sería decirle la verdad ahora, o hacerle prometer no hablar del tema y dejarlo en el
vacío eterno.

Solo dudas sin respuestas.

Lo piensa durante mucho tiempo, pero Percy no dice nada más, puede sentir por medio del
vínculo un poco de resignación combinada por tristeza; como si no decirle la verdad le
hiciera sentir triste. Hasta ahora Percy había crecido con muchas cosas ocultas, al igual que
Draco, así que entiende la sensación de quedarse detrás de la sombra por lo cual toma una
decisión.

Se levanta de la cama y baja de la litera, Percy no está dormido, abre los ojos un poco cuando
Draco se mete en su cama, sentándose; su amigo rápidamente se arrodilla frente a él luciendo
algo ansioso.
—Lo que te voy a decir, debes jurar no decirle jamás a nadie o estaremos en problemas, no
Grover, no Annabeth, no tu madre…nadie—hay seriedad en su voz, sin saber si lo que está a
punto de revelar, lo cual es prohibido en el mundo mágico, pueda ser algo bueno.

O malo.

Dudaría de cualquiera, no se lo diría a nadie, pero siente la confianza y seguridad de Percy


por el vínculo como si fueran suyos.

—Lo prometo—es un juramento, lo ve en sus ojos, Percy no lo defraudaría.

Solamente, lo sabe.

Draco toma aire, antes de asentir con el ultimo gramo que le quedaba de decisión.

—Soy un mago—habla el inicio de una historia, haciendo que los ojos de Percy se abran
sorprendidos.

Es una noche muy larga todavía y hay mucho que abarcar, pero Percy para sorpresa de
ambos, logra mantenerse en silencio escuchando hasta el final.

Hasta el amanecer.

Continuara…

Chapter End Notes

Es curioso, cuando estaba pensando sobre quién del mundo mágico también tendría
descendencia de dioses en su sangre, no entiendo porque elegí a Lavender. Había leído
una historia donde esta era amiga de Draco y se pareció una interacción interesante de
ambos, así que se quedó en la mente y aquí está el nacimiento de la idea.

También siempre pensé que, aunque Draco intenta ocultar el mundo de los magos de
Percy y compañía, Percy sería el primero en saber sobre la verdadera naturaleza de
Draco, porque ambos son mejores amigos. se parece un poco encantador estos capítulos
donde se ve como Draco comienza a tener un crush por Percy, pero curiosamente
siempre que tiene esos pensamientos, confunde un poco a Percy con el propio Harry,
dato curioso para el futuro.

Me da risa las historias de sus amistades, sobre como en algún momento siempre
tuvieron una especie de crush en sus mejores amigos, algo así es como pasa con Draco.

Es encantador ver de Draco y los Jackson.


El próximo capitulo empezaremos con el segundo libro de Percy Jackson, cuando se
acabe esa historia es probable que termine el primer arco de esta historia.

En el futuro se gustaría hacer un pequeño interludio donde pongan puntos de vista de


algunos personajes, especialmente el punto de vista de Harry sin ver a Draco en el
segundo año o los padres de Draco también.
Capítulo 8: Percy sueña con Grover vestido de novia, Draco no
entiende como envidia eso.
Chapter Summary

Draco supone que ahora que es amigo de Percy no va a volver a tener otro verano
normal en su vida.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

La pesadilla de Draco empieza así:

Draco puede sentir una voz a la distancia, es un poco curioso saber que estas soñando, ser
consciente que en medio de este lugar oscuro en realidad nada malo te pasaría; o eso quiere
pensar. Todo su cuerpo se siente alerta por algún motivo, es como si no debería estar aquí.
No es que conozca a alguien que disfrute de estar en medio de un lugar totalmente negro,
donde no parece haber un final en ningún lugar.

Caminar no era exactamente una opción.

Siente que al caminar no llega a ningún lado, porque no puede ver nada aparte de su propio
cuerpo, que curiosamente tiene el mismo pijama con el que recuerda haber dormido.

—No deberías existir—

La voz parece retumbar en todos lados, Draco se estremece por algún motivo, antes de
voltear como si esperara que alguien apareciera; pero solo hay una oscuridad eterna por
todos lados.

Sus palabras son cálidas, piensa con sarcasmo, es lo que todo niño le gustaría escuchar.

—¿Quién está ahí? —es la pregunta que hace Draco, porque al no poder ver nada, no hay
muchas otras opciones para saber que está sucediendo.

Hay pasos, Draco lamenta no tener ningún arma aquí, para intentar defenderse al menos.
Entonces por un segundo puede ver una figura que parecía ser de ceniza y humo que parece
tener más de diez metros de alto. Su vestido era de un negro vacío, mezclado con los colores
de una nebulosa espacial, como si en su corpiño nacieran galaxias. Su rostro resultaba difícil
de ver, salvo los puntos de sus ojos, que brillaban como quásares. Tenía un par de alas que
cuando las batí, se extendían oleadas de oscuridad y llevaba un látigo hecho de estrellas.

Era como ver una de las galaxias que había visto en el colegio con Percy.

Fue aterrador.

Como ver a Hades.

Pero peor.

Draco se estremece.

Quiere correr, pero sus pies parecen gelatina y no puede moverse, odia no ser Percy que
probablemente tendría una respuesta asertiva a cualquier problema; Draco era bastante
miedoso comparado a su amigo.

Odiaba sentirse así.

—Eres un error Draco Malfoy, un error de este universo que altera el equilibrio, al igual que
tu padre nunca debiste existir; no puedo esperar para que vengas a mí y todos tus vínculos se
rompan, para hacerte pagar—

La voz retumba por todos lados y Draco cae sobre su espalda, como si el piso dejara de
existir, observando mientras cae el vacío, a la mujer galaxia que parece verlo con
aborrecimiento y deseando su muerte de una forma tan tenebrosa que hace que su cuerpo se
agite.

Al despertarse lo hace con un jadeo y sentándose en su cama con el rostro totalmente pálido
como sudoroso, toma un momento poder tranquilizar su respiración, antes de reconocer que
estaba en el departamento de la familia Jackson, que durante los últimos meses había sido su
hogar. Cae de regreso sobre su cama, antes de asomarse en la parte baja de la litera, notando
como Percy parecía dormir también un poco inquieto; pero totalmente muerto para el mundo.

Lo envidia por eso.

Draco toma unos minutos viendo el techo de la habitación, antes de bajar de un salto de la
litera.

Es su último día de clases.

Si bien inicialmente no pensó que duraría un año en el mundo muggle, la verdad es que
Draco lo hizo bastante bien. La próxima semana probablemente iría al campamento mestizo,
antes de volver a Londres para su tercer año en Hogwarts.
Eso no le pareció muy interesante.

Una parte de Draco no quería irse, se había acostumbrado a esta vida y no quería deshacerse
de ella; llámalo egoísta. Cada que sus padres enviaban cartas o hablaban por mensaje Iris
(algo que parecía sorprenderlos cada vez, a pesar que eran magos), hablaban emocionados de
como por fin luego de meses las runas habían logrado restaurarse y obtenido otras nuevas,
que aseguraban ninguna instrucción como hace un año; Draco tenía que fingir lo emocionado
que estaba de volver a Hogwarts.

Realmente extrañaba a sus padres, pero era difícil pensar en volver al colegio de magia.

Algo que había amado cuando era más joven, era tan aburrido ahora. Cuando tenía cinco años
la idea de ser un mago como sus padres era fascinante, pero ahora no tanto, ser un semidios y
conocer más de este mundo era su interés ahora.

Su tutor Amos le había estado enseñando durante el último año a usar magia sin varita, que
inicialmente había sido un desastre (ocasionalmente seguía siendo terrible convocando cosas
que no tenía que ser) ahora era bastante competente sobre cosas que no eran parte del
curriculum de Hogwarts. Amos le estaba enseñando magia no solamente secreta, si no que
era magia que podría utilizar en batalla y como semidios, no puede evitar estar tentado a
inclinarse a esta clase de magia.

Hogwarts no era la mejor institución, aparte de su padrino Snape, la mayoría de profesores


les enseñaban cosas aburridas.

Amos era mucho más interesante, un poco extravagante y siempre pareciendo preocupado
por su hermano que nunca estaba cerca y que Draco no conocía, pero mucho mejor maestro
que cualquiera que tuvo en su primer año en Hogwarts.

Magia sin varita.

Sin duda era la mejor magia.

Hizo sentirse a Draco libre, dado que su madre tuvo que llevarse su varita, estaba
acostumbrado ahora a hechizos simples y un poco complejos con solo sus manos; la magia
primitiva.

Aunque Amos indico que era más común utilizar varitas, incluso para los egipcios, Draco
acepto el reto de magia sin esta.

—Buenos días cariño, espero estes emocionado por el último día de clases—hablo Sally
Jackson radiante cuando llego a la cocina, Draco acepto el desayuno de esta con una sonrisa.

Percy un amante de la comida azul siempre obtenía esta comida de su madre, pero Draco se
había quejado, diciendo que prefería comida de color verde; la cual era sumamente más fácil
de conseguir que la comida azul. Sally se había reído de eso y conseguido un colorante verde
poco después, haciendo comida azul para Percy y comida verde para Draco; además siempre
le conseguía manzanas verdes porque sabe que las ama.
¿Cómo no amar a esta mujer?

—Percy sigue dormido—habla Draco luego de sentarse en el desayunador, con su plato de


panqueques verdes y disfrutando de una bebida nutritiva.

Siempre se despertó temprano a diferencia de Percy, Sally hizo una mueca susurrando sobre
su hijo dormilón y Draco solamente siguió con sus pensamientos.

Percy era…Percy.

Su mejor amigo.

Todo el último año había sido una locura, luego de año nuevo Draco le había contado todo a
Percy, cuando dice todo, significa todo. El decreto secreto significaba que Draco no debería
hablar sobre el mundo mágico con personas fuera de este, Percy Jackson a pesar de ser un
semidios, no debería saber nada de la magia; ambos mundos deberían estar separados había
dicho su madre. Pero gracias al vínculo entre ambos, Draco pensó que lo mejor sería
comunicarse con la verdad.

Percy había estado sorprendido, pero aceptando todo con relativa facilidad cuando Draco
hizo un poco de magia frente a él.

Aparentemente nada puede sorprenderte realmente luego de saber que eres hijo de un olimpo
y luchar contra un minotauro el mismo día.

Draco estuvo atrapado por ese argumento.

Fue un poco decepcionante la falta de reacción, pero Draco no pudo preocuparse mucho al
respecto.

En general nada malo había sucedido, debido a que el mundo mágico y del olimpo parece
debidamente separado, cualquier ley rota parece no haber incluido a hijos de dioses, supone
que debe ser debido a Hécate que forma parte importante de ambos mundos. Draco se siente
bien que su mejor amigo sea parte de su mundo ahora, como de forma completa, un pequeño
(gran) secreto por parte de ambos para unir mejor el vínculo.

Claro que nadie más puede saberlo.

Sería peligroso.

Su madre le había advertido sobre eso. Draco se odia por haber traicionado de alguna forma
la confianza de su madre, pero no es que pueda tener muchos secretos de Percy con el
vínculo, así que se aseguraría de no tener que contar su secreto a nadie.

No debía existir.

Esas palabras en su sueño le hicieron recordar un poco sobre Hades.

Un mago y un olimpo no podrían estar juntos, al menos que fuera Hécate, pero parece ser que
su padre del olimpo no era la diosa de la magia.
Teme que en el futuro eso podría ser un problema.

Cuando Percy apareció todos pudieron comer un poco de los gofres azules y verdes, Draco
noto que Percy parecía casi tan pensativo como él, quiso preguntarle, pero la mirada nerviosa
de Sally le hizo entrecerrar la mirada.

Algo oculta.

—¿Te encuentras bien, Percy? —la pregunta de Sally lo desequilibra un poco, antes de
masticar viendo curioso a su amigo.

—Sí… perfecto—

Sally se secó las manos y se sentó frente a ellos.

—¿Es el colegio, o es…? —alguna parte del mundo mitológico que siempre parecía detrás de
ellos, aunque escaparan.

Si.

Draco le gustaría decir que tiene una vida normal, pero sería mentira.

—Creo que Grover está metido en un aprieto —dijo, provocando que Draco escupiera parte
de su comida, antes que el chico comenzara a contar un sueño.

Bueno era un sueño anormal.

Aun así, Draco lo envidio un poco recordando su propio sueño, que, por algún motivo, no
quiso compartir.

No era el momento.

—Yo no me preocuparía, cariño —dijo Sally luciendo tensa, no solía disfrutar mucho hablar
de esta clase de cosas que podrían asesinar a alguien—. Grover ya es un sátiro mayor; si
hubiese algún problema, estoy segura de que nos habrían avisado desde el campamento… —
Draco pensó que le pareció que tensaba los hombros al pronunciar esta última palabra.

—¿Qué ocurre? —pregunto Percy.

Draco siguió masticando un poco su comida.

—Nada. ¿Sabes qué vamos a hacer? Esta tarde iremos a celebrar el fin de curso. Os llevaré a
Tyson, Draco y a ti al Rockefeller Center, a esa tienda de monopatines que os gusta tanto—

Eso sonó como música para sus oídos.

Era un lugar muy emociónate, incluso cuando Percy tuvo que ayudarle a aprender a patinar y
era muy diferente al Quidditch, Draco disfruto el lugar. Tyson que sigue viviendo con la
familia Brown, parecía en mucho mejor estado que cuando lo conocieron hace unos meses
viviendo en la calle.
—Un momento —dijo Percy—. Creía que esta tarde íbamos a preparar nuestro equipaje para
el campamento—

Ella empezó a estrujar el trapo que tenía entre las manos.

—Ay, cariño, es que… anoche recibí un mensaje de Quirón—

Eso no son buenas noticias.

Quirón era el director de actividades del Campamento Mestizo, y no se habría puesto en


contacto con ellos a menos que ocurriese algo muy grave.

—¿Qué te dijo? —

—Considera que… ir al campamento ahora mismo podría ser peligroso para ti. Quizá
tengamos que aplazarlo—

—¿Aplazarlo? ¿Pero cómo va a ser peligroso, mamá? ¡Yo soy un mestizo! Es el único lugar
del mundo seguro para alguien como yo—

—Normalmente sí, cariño. Pero con los problemas que ahora tenemos…—

—¿Qué problemas? —

—Lo siento, Percy. Lo siento mucho. Iba a contártelo esta tarde, pero ahora no puedo
explicártelo del todo. Ni siquiera estoy segura de que Quirón fuese capaz de hacerlo. Ha
ocurrido todo tan de repente…—

Draco estaba incrédulo, sus padres habían hablado con él la noche anterior sobre el
campamento, como todo estaba listo como siempre y Draco no quiso saber la regularidad que
su madre utilizaba para hablar con Quirón.

Percy los había escuchado.

Voltea a verlo.

Se encoge un poco.

—Draco va a ir—habla, no como una pregunta, si no una afirmación que no sabe cómo
contestar.

—Si—es todo lo que dice Sally, provocando que Percy se levante molesto, antes de ir hacía
la puerta molesto.

Bien.

Joder.

.
A pesar de verse claramente molesto, Percy lo espera en la salida del edificio, Draco le pasa
la mochila que dejo olvidada mientras comienzan a caminar. Tenían que tomar el tren #2, de
lo cual se siente orgulloso de saber con tan solo unos meses viviendo en el mundo muggle;
puede que a veces se equivocara un poco al respecto, pero la verdad es que ahora podría
hacerse pasar por un muggle, lo cual es encantador. Percy ocuparía estar ahí para ayudarlo la
mayor parte del tiempo, pero había entrado una vez a un taco bell y hecho su pedido, es algo
de lo cual estaba orgulloso.

Claro la comida rápida no era tan buena como la comida de su mansión.

Pero hay algo en la pizza que es adictivo.

—Seguramente todo se solucionará—intenta aplacarlo Draco, pero por la forma en que Percy
hace un puchero, supone que no será fácil.

—Solo, cállate—

Draco aprovecha un momento cuando pasan por una máquina de bebidas (siempre se siente
orgulloso de haber controlado el uso de semejantes máquinas de comida que aparentemente
no te quieren asesinar), donde consigue una coca cola de sabor cereza, que Percy acepta a
regañadientes mientras esperan el tren y Draco toma su Dr Pepper.

El día sería bastante largo, pero eliminando la parte de sueños extraños por parte de ambos,
empezó de un modo normal, o por lo menos tan normal como puede serlo en la Escuela
Preparatoria Meriwether. Ya saben, esa escuela «progresista» del centro de Manhattan, lo que
significa que tienen que sentarse en grandes pufs, no en pupitres, que no les ponen notas y
que los profesores llevan tejanos y camisetas de rock, lo cual se parece genial.

Percy disfruta bastante del género Rock, lo cual es divertido, porque Draco a veces era un
gran defensor de Taylor Swift; no es su culpa que el primer género musical que le presentaran
aparte de la música clásica fuera la hermosa chica de cabello rubio que canta como un dios.

Tiene que ser hija de Apolo.

Está seguro.

Draco padece según los mugles de THDA, Trastorno Hiperactivo por Déficit de Atención, y
además es disléxico, como la mayoría de los mestizos. Para su suerte su madre siempre suele
enviarle lentes hechizados para poder leer, lo cual hace que Percy lo moleste hasta que
también le dan unos a él; con runas especiales y hechos a la medida, así ambos pueden leer
los libros sin dificultad.

Percy sigue siendo un pésimo estudiante en su mayoría.

Pero Draco destaca mucho aun entre los muggles.

Ironico.

Lo único que Meriwether tenía de malo era que los profesores siempre se concentraban en el
lado más brillante y positivo de las cosas. Mientras que los alumnos… bueno, no siempre
resultaban tan brillantes.

Pongamos por caso la primera clase de aquel día, la de inglés. Todo el colegio había leído ese
libro titulado “El señor de las moscas”, en el que un grupo de chicos quedan atrapados en una
isla y acaban chalados. Así pues, como examen final, los profesores les enviaron al patio de
recreo y estuvieron allí una hora sin la supervisión de ningún adulto para ver qué pasaba. Y lo
que pasó fue que se armó un concurso de collejas entre los alumnos de séptimo y octavo
curso, además de dos peleas a pedradas y un partido de baloncesto con placajes de rugby. El
matón del colegio, Matt Sloan, dirigió la mayor parte de las actividades bélicas.

Sloan no era grandullón ni muy fuerte, pero actuaba como si lo fuera. Tenía ojos de perro
rabioso y un pelo oscuro y desgreñado; siempre llevaba ropa cara, aunque muy descuidada,
como si quisiera demostrar a todo el mundo que el dinero de su familia le traía sin cuidado.
Tenía mellado uno de sus incisivos desde el día que condujo sin permiso el Porsche de su
padre para dar una vuelta y chocó con una señal de «ATENCIÓN: NIÑOS — REDUZCA LA
VELOCIDAD».

Draco por mucho que lo odiara, puede ver como Sloan se parece un poco a como había sido
Draco en su primer año en Hogwarts.

Debe ser por eso que Sloan no lo odia, para incredulidad de Percy, en realidad Draco sabe
cómo manejar al matón.

—Hey Draco—saluda Sloan cuando pasa, chocando de forma notoria a Percy que se queja y
hace a Draco suspirar.

Lo ha intentado, pero aunque ha hablado con el chico, este no parece dispuesto a dejar de
molestar a Percy o peor aún, a Tyson.

—Matt reduce la velocidad—es todo lo que dice, pero el chico se ríe antes de seguir su
camino.

Percy refunfuño que no entendía como Draco podía ser popular y en su lugar se limitó a
ignorarlo para anotar algunas cosas, debido a que las clases eran tan sencillas, estaba
utilizando todo su tiempo libre para sus trabajos para el próximo año en Hogwarts.

Amos había hecho sus exámenes de practica indicando que estaba listo, pero, aun así, tendría
que irse una semana antes que iniciara el tercer año de Hogwarts para hacer los exámenes de
segundo año que le darían un indicador a los profesores de su actitud académica.

Tyson se acercó a ellos luciendo emocionado, Percy choco los cinco con él.

Draco esquivo la mirada soñadora de Jennifer, era la chica popular del salón que parecía
emocionada con salir con Draco por algún motivo. Percy diría que ser rubio, ingles y tener
ese estúpido acento era suficiente para cautivar a una niña descerebrada; Draco quiso opinar
que al menos Jennifer tenía buen gusto.

El único problema, Draco no le gustaba.


Ni siquiera era porque fuera muggle, simplemente no le atraía en absoluto.

Cuando terminó la hora, el profesor de inglés, el señor De Milo, salió a inspeccionar los
resultados de la carnicería. Sentenció que habíamos entendido El señor de las moscas a la
perfección. Estaban todos aprobados. Y nunca, dijo, nunca debíamos convertirse en personas
violentas. Matt Sloan asintió con seriedad y luego le lanzó a Percy una sonrisa burlona con su
diente mellado.

Para que dejara de sollozar, Percy tuvo que prometerle a Tyson que a la hora del almuerzo le
compraría un sandwich extra de mantequilla de cacahuete.

—¿Soy… un monstruo? —parecía convencido de eso.

Incluso en el campamento mestizo, Tyson destacaba como otros niños no lo eran.

—No —lo tranquilizo Percy, apretando los dientes—. El único monstruo que hay aquí es
Matt Sloan—

Tyson se sorbió los mocos.

Draco solo suspiro, pensando en que en este caso, Percy probablemente pensaría que el
Draco de primer año también era un monstruo.

Tal vez se llevaría bien con Potter.

Odio ese pensamiento.

Como si Percy y Potter no pudieran existir en el mismo ambiente, después de todo Potter
dejo claro que pensaba de Draco y por el otro, Percy de alguna manera era suyo.

Su mejor amigo.

Ellos nunca convivirían juntos, no hay razón o fuerza alguna que los uniera ya que ambos
panteones están separados.

¿Verdad?

Luego del examen de ciencias y sociales, donde Percy tenía una foto de Annabeth que se
ganó un poco de burlas de Draco como siempre que la sacaba o hablaba a solas con la chica
en su cuarto, Percy se dirigió a gimnasia con Tyson. Draco hace tiempo que había logrado
cambiar las aburridas clases de gimnasia por una optativa de música, lo cual no era una
sorpresa ya que había aprendido gracias a su madre a tocar el piano y violín desde niño.

Percy y Draco meditaron mucho tiempo sobre ser hijo de Apolo, pero este nunca lo reclamo
y parecía ser de los pocos dioses que reclamaba fácilmente a sus hijos.
Así que no.

El talento de Draco por ambos instrumentos era solo suyo.

Muchas gracias.

Jennifer para su desgracia, era bueno en la flauta traversa y por eso también participaba en las
clases de música en el colegio. Había una banda, de la cual Draco se había salvado de
participar por muy poco, pero en general ayudaba un poco con el violín para saltar sus clases
de gimnasia.

—Tal vez deberíamos hacer un dueto—habla Jennifer, moviendo sus largas cejas de color
castaño como el resto de su cabellera larga; tiene unos ojos casi color ámbar y en general es
la típica chica que suele molestar a Percy.

Se pregunta porque no lo molestan a él.

Al menos por resultado de su amistad con Percy.

Draco suele hablar en nombre de su amigo, pero Percy parece convencido de que puede
manejarlo solo y Draco solamente da un paso atrás para dejarlo meterse en problemas. Puede
que Percy tenga sus propias peleas, pero eso no signifique entonces que Draco debe agradarle
personas como Jennifer o Matt, quienes parecen encantados como él.

Ojalá así fuera el campamento mestizo.

Clarisse es una perra.

—No estoy interesado—habla mientras comienza a afinar el violín de la escuela, le gustaría


traer el suyo, pero está en medio de la mansión Malfoy por ahora.

Jennifer hace un puchero, no se ve ni la mitad de linda que Percy.

—No deberías juntarte siempre con ese chico Jackson y el gigantón, te he dicho todo el año
que puedes sentarte a mi lado—

—No interesado—

Jennifer se cruza de brazos cuando el profesor de música aparece, con una camiseta de alguna
banda de rock que le gustaría a Percy. Faltan algunos niños, así que Draco se limita a
practicar algunas partituras casi aburrido, mientras Jennifer sigue intentando llamar su
atención sin éxito aparente.

Hay un descanso mientras Draco comienza a sentirse inquieto.

No él.

Percy.

Su mirada se entrecierra peligrosamente.


¿Qué está pasando?

—Sabes, Samantha dijo que iniciaría un rumor—parece que Jennifer no se cansa, pero Draco
intenta averiguar qué pasaba con Percy para estar inquieto—dice que te gusta ese chico
Jackson, que en realidad te gustan los chicos—añade con mirada prepotente, como si
estuviera cansada de ser rechazada.

Deja de prestarle atención a Percy, que se vuelve cada vez más inquieto y voltea a ver a
Jennifer.

Un momento.

—¿Qué quieres decir? —cuestiona incrédulo, pero Jennifer levanta un poco el mentón dolida.

—Pensé que era ridículo, eres el chico más popular, pero siempre estas con Jackson y te
sonrojas cuando hablas a veces con él; no me volteas a ver, cuando soy la chica más popular
de nuestro año—

Ridícula y molesta.

Draco toma aire contando hasta 10.

—Tal vez sea porque no me gustas, que le gustes a todos, no significa que yo soy igual—
gruñe con molestia y Jennifer parece dolida.

—Entonces dices que no te gusta Jackson—lo está retando.

Debería decir, no, no se gusta Percy Jackson y es su mejor amigo.

Pero algo se atasca en su garganta antes que lo diga.

No es que fuera malo, tiene un pequeño crush en Percy, no hay nada malo con eso, había
tenido un crush masivo con Blaise en su primer año en Hogwarts y eso no significo nada.
Draco no hizo nada raro al respecto, simplemente admiro al chico moreno a su lado y
simplemente fueron amigos, era normal sentir un poco de cariño por tus seres cercanos que
además eran atractivos, eso no significaba que fuera algo malo.

Tampoco tenía que enamorarse de esta niña solo porque estaba resentida con él por no verla
como otros.

¿Tiene algo de malo que no le gustara alguna chica hasta ahora?

No.

Tal vez.

Estaba claro que tendría que casarse eventualmente con una chica, era el heredero Malfoy y
como heredero tiene responsabilidades. Simplemente nunca pensó en ver a otra chica, porque
sus padres terminarían eligiendo probablemente a su prometida, esto era la norma entre los de
sangre pura. De hecho, entre su primer año Slytherin todos estaban acostumbrados e incluso
algunos de años superiores ya tenían a sus prometidos seleccionados.

Tampoco es anormal que le atraigan un poco los hombres.

En la mitología griega siempre eran comunes esta clase de prácticas, Draco simplemente no
le prestó atención.

Pero al ver a Jennifer mirarlo con ojos casi llorosos, mientras intenta pensar si en algún
momento alguna chica le gusto, comienza a sentirse un poco inquieto. Tal vez es normal que
no le atraigan las chicas, es normal que los niños vean a las chicas como algo molesto,
aunque casi con 13 años puede que eso cambie.

Percy había estado interesado en Annabeth casi de inmediato.

Solo le pareció algo molesto, pero está bien.

¿Verdad?

—Yo…—no está seguro si pueda decir algo en su defensa, pero un sonido de explosión lo
hizo saltar alterado, junto con el pánico de Percy en su interior por el vínculo.

—¿Qué fue eso? —dice Jennifer confundida, pero Draco la ignora antes de salir corriendo.

Joder.

En serio Jackson.

Un día tranquilo, solo uno a final de año es todo lo que pedía.

Había gente gritando, humo, fuego que nadie parecía ver y Draco supuso que así era como
terminaría su año escolar. Tyson estaba en el suelo luciendo cansado, Percy estaba en el suelo
y Annabeth parecía haber llegado de la nada, esta volteo a verlo con una sonrisa divertida con
una mochila andrajosa sobre su hombro.

—Hola peli teñido—era una burla, una que Draco no aceptaría de alguien que no fuera su
amigo.

Annabeth lo era.

—Rubia oxigenada—es todo lo que dice, alegre de verla nuevamente.

Aunque al ver el desastre en este lugar, supuso que la alegría no sería mucha por ahora, hay
que correr.

Como siempre.

.
Hay un caos en el lugar Annabeth parece saber un poco sobre Tyson, pero no está del todo
conforme si las miradas que le lanza son de total desconfianza; incluso peores que las que
Draco recibió la primera vez que se encontraron. Percy parecía intentar convencerla de que
era una buena persona, pero Annabeth parece un perro rabioso que hace a Draco dividirse
contra ella durante el viaje; Percy parece triste al respecto.

Annabeth parecía preocupada por los sueños de Percy con Glover y sería un gran momento
para indicar sobre sus sueños, pero por algún motivo no puede.

Porque el campamento parece en peligro.

—El campamento —dijo por fin—. Hay graves problemas en el campamento—

—¡Mi madre me ha dicho lo mismo! ¿Pero qué clase de problemas? —

—No lo sé con exactitud, pero algo no va bien. Tenemos que llegar allí cuanto antes. Desde
que salí de Virginia se han perseguido monstruos intentando detenerme. ¿Tú has sufrido
muchos ataques? —

Draco y Percy comparten una mirada recordando lo sucedido en sus vacaciones de navidad.

—Solo uno—

—¿Uno? ¿Pero cómo…? —Se volvió hacia Tyson—. Ah. —

—¿Qué significa «ah»? —

No contesto, en su lugar aparentemente pensó que era mejor viajar en carro de la


condenación. Draco quiso señalar el igual del autobús noctambulo, pero no pudo hacerlo ya
que era solo para magos; y no tenía su varita.

Viajaban en lo que era un taxi, de acuerdo, pero a diferencia de cualquier otro taxi de Nueva
York no era amarillo, sino de un gris ahumado. Parecía como si estuviese formado por humo,
como si pudieras atravesarlo. Tenía unas palabras escritas en la puerta —algo como
HREMNAS SIGRS— El cristal de la ventanilla del copiloto se bajó y una vieja sacó la
cabeza. Unas greñas grisáceas le cubrían los ojos, hablaba raro, farfullando entre dientes,
como si acabara de meterse un chute de novocaína.

No querían llevar a Tyson, pero gracias a un poco de soborno y el maravilloso idioma del
dinero, fue mucho más fácil.

El interior también era de un gris ahumado, pero parecía bastante sólido; el asiento estaba
rajado y lleno de bultos, o sea que no era muy diferente de la mayoría de los taxis. No había
un panel de plexiglás que nos separase tres ancianas. Tres las que se apretujaban en el asiento
delantero, cada una con el pelo grasiento cubriéndole los ojos, con manos sarmentosas y
vestidos de arpillera gris.

—¡Long Island! —dijo la que conducía—. ¡Bono por circular fuera del área metropolitana!
¡Ja! —
Pisó el acelerador y vio como Percy golpeo la cabeza con el respaldo. Por los altavoces sonó
una voz grabada:

«Hola, soy Ganímedes, el copero de Zeus, y cuando salgo para comprarle vino al Señor de
los Cielos, ¡siempre se abrocho el cinturón!»

El viaje fue un caos.

Percy convenció a las viejas que le dijeran algo.

Tyson vomito sobre Draco.

Si.

Nunca volvería a viajar en este transporte, ya que las tres señoras simplemente lo ignoraron
como si no existiera.

Luego de escapar de una manada de toros, porque definitivamente Draco ocupaba escapar de
una patrulla con vomito en su ropa, además de planear el asesinato de Tyson; llegaron al
campamento. Ignorando que tuvieron que ayudar a Clarisse, que ahora Draco tiene un corte
en su brazo debido a la lucha de toros y que aparentemente hay un nuevo director de
actividades.

Tántalo.

Y que habían despedido a Quirón.

Joder.

Además, que el árbol del campamento mestizo, aquel que perteneció a Thalía una de las hijas
de Zeus, que ya saben, no deberían existir como Percy, estaba siendo envenenado.

Joder x2, esa frase se la enseño Percy y no pudo sentirse más adecuada en este momento.

Volver a la cabaña de Hermes no era tan malo, es un poco como volver al departamento de la
familia Jackson, es un poco como volver a casa. Después de la obvia traición de Luke ahora
hay otro líder de cabaña, no sabe si fue idea de Quirón, pero ver a los hermanos Stoll como
lideres fue un poco inquietante; es como los gemelos Weasley, pero peor. Hay algunos
campistas que no regresaron este año, así que cuando se le ha asignado una cama, Draco se
encuentra ligeramente sorprendido. El chico a su lado es Cecil Markowitz que tiene la misma
edad que Will y en varias ocasiones los había visto juntos en el verano pasado.
Este saluda.

Draco le da un asentimiento sin importancia.

Según había escuchado de Percy que fue hablar con Quirón, les enviarían las maletas en
algún momento y no es como si tristemente no hubiera utilizado antes ropa usada de este
lugar. Quiso hablar con Quirón, pero aparte de una leve despedida, fue atacado por alguien
más.

Lavender.

La chica también estaba en la cabaña de Hermes, pero más que todo debido a la falta de
cabaña de Hécate que por su falta de reclamo. Debido a que aún había algunos espacios, la
chica obtuvo una cama sobre la suya y presento emocionada a una amiga de ella que hizo
antes que llegara Draco.

Lou Ellen.

Con el cabello negro y ojos verde claro, la chica parecía divertida sobre la cama de Cecil.

—Tenemos que hablar—no le dejo casi instalarse, pero si le dejo tomar un baño debido al
vomito de Tyson.

Lavender hablo sobre el asunto de segundo año, que hablaba sobre el príncipe de Slytherin,
algo sobre un basilisco y como Ginny Weasley además de Harry Potter se vieron de alguna
forma involucrados. Probablemente lo que dijo sonaba ridículo para cualquiera, pero aquí
estaban, dos magos dentro de un campamento de semidioses y eso podría ser el mejor hecho
para creer a los demás.

Bueno Harry Potter se metió en una aventura.

No sonaba tan genial como el año pasado.

De hecho, una parte de Draco llego a compadecerlo y alegrarse de no estar en Hogwarts.

—Espero tener un verano tranquilo—fue todo lo que dijo a una confundida Lavender,
esperando que este verano fuera normal.

Aunque con la partida de Quirón y un nuevo director, no pudo esperar mucho.

Al menos estaban tratando mal a Clarisse, lo cual puede sonar como si fuera el más grande
idiota, pero luego que la chica te lance una cantidad descomunal de veces contra un basurero,
se le permite a Draco ser un poco rencoroso.

Tántalo era un idiota.


Lavender temblaba a su lado aterrada de ese imbécil.

Tyson fue reclamado por Poseidón.

Si, era un excelente primer día en el campamento mestizo.

—Me siento tan mal por esto—

—Percy, créeme si hay alguien a quien no puedes mentir es a mí, sé que estas avergonzado y
está bien—

—Claro que no, Tyson ha sido su amigo todo este año, no debería avergonzarme de él—

—Pero lo haces y mientras más rápido lo aceptes, más rápido lo superas—

Esto de ser consejero no ayuda mucho, Draco se encontraba puliendo un poco su lanza,
mientras miraba de reojo como Lavender intentaba charlar con Annabeth, que parecía algo
reticente con la hija de Hécate. Tyson parecía emocionado viendo a la nada, lo cual hizo que
Annabeth le lanzara miradas más desconfiadas a este.

Un mal preludio.

—¡No es mi hermano de verdad! —protestaba Percy en voz baja—. Es más bien un


hermanastro del lado monstruoso de la familia, como un hermanastro de segundo grado… o
algo así—parecía tan acomplejado que casi era gracioso.

No lo era del todo.

Percy le gustaba encajar, no le había hablado mucho sobre su anterior padrastro, pero
aparentemente toda la vida había simplemente no encajado con los demás y ahora que estaba
en el campamento quiso hacerlo; no solo eso, el año pasado había quedado como un héroe
por terminar una misión.

Pero ahora con Tyson…parecía volver a como era antes.

Un desadaptado.

Quisiera que Annabeth viniera y lo sacara de su miseria, parecía feliz cuando le había
comentado sobre la estúpida carrera de coches y que pudieran participar. Ambos habían
volteado a verlo, pero Draco se excusó diciendo que prefería pasar tiempo con Lavender que
una carrera mortal; su nuevo director podría chuparle la polla antes que participara.

Tampoco quería estar en el mismo grupo que Annabeth y Percy, eran un gran dúo, pero
parecía algo tenso alrededor de ellos últimamente.
—Tyson es tu hermano—Percy estaba a punto de reprochar sus palabras, pero Draco lo
empujo para que se detuviera—lo hemos conocido, no es tan malo, no dejes que te importe lo
que otros dicen—

—No quiero que sea mi hermano—sí, el puchero Jackson era lindo.

Draco quiso arrancarse esos pensamientos, recordando las palabras de Jennifer y sintiéndose
inquieto por su significado.

—No lo veas como un ciclope—

—Es un ciclope—

—Tal vez, pero tal vez solo tienes que verlo como Tyson—Percy voltea a verlo levemente
sorprendido, por lo cual Draco sonríe—no ciclope, no hijo de Poseidón, no medio hermano…
solo Tyson—

Se pregunta si el recuerda esas palabras, cuando hace varios meses lo llamo así, solo Draco,
no Draco Malfoy, no Malfoy.

Solo Draco.

Por la leve sonrisa en el rostro de su amigo, supone que si lo recuerda.

Draco está recogiendo fresas con Will y Lavender, charlando sobre las propiedades de un
buen shampoo con acondicionador en tu rutina de cuidado de cabello cuando Percy llega
furioso a su lado. No sería tan malo, si Annabeth no llegara de la misma forma, como si
ambos compitieran por algo.

Annabeth fue más rápida.

Se sintió confundido cuando Annabeth literalmente lo acaparo.

—Bien, ve a trabajar con ese monstruo, yo se quedó con Draco—chillo Annabeth antes de
arrastrarlo.

Percy los vio como si lo hubieran traicionado.

Draco se quedó sumamente confundido.

Annabeth y Percy habían discutido, algo que probablemente animaría a Draco de forma
mezquina, si no fuera porque en lugar de quedar en el equipo Percy, termino en el equipo
Annabeth. Lavender parecía encantada con Will o Lou, así que no parecía tener problemas
con no estar todo el tiempo con él; también siempre solía escabullirse a la cabaña de Afrodita.
Al parecer sus dos amigos habían discutido por Tyson, Percy había abandonado la idea de
participar al lado de Annabeth en la carrera de coches que anteriormente había sido
cancelada, solo porque tienen un nuevo director…y Dionisio es un inútil.

La rubia parecía molesta.

Draco sabiamente no dijo nada.

No era un arquitecto como Annabeth, así que solamente pudo proponer ideas y tristemente
ayudar como mano de obra pesada. Quiso utilizar magia, pero sería demasiado evidente y por
eso todo era a mano; bajo la cruel instrucción de Annabeth.

Era una tirana.

—No se deben confiar en los ciclopes—es todo lo que ella diría cuando le preguntaría porque
su odio a Tyson.

Si.

Eso sonaba mucho a tramas de la infancia creados por algún motivo.

—Tyson es agradable—

—No tú también Draco—

Bien mejor cambio de planes, un enfoque más sutil.

—¿Recuerdas cómo me odiabas al inicio? —Annabeth se puso tensa junto al coche que
estaban creando, sus manos parecían tensas y su rostro algo pensativo—era un idiota, tu una
sabelotodo, pero al final logramos llevarnos bien; no puedo asegurar nada ahora, pero sé que
si le das una oportunidad Tyson te agradara—

—Tu no lo entiendes—diría con voz triste, Draco la ve expectante sin esperar que ella no le
diga más.

Lo hace.

Susurra su historia, con Luke y Thalía, con la mirada en blanco, pero por algún motivo.

Fue como si Draco sintiera dentro de él una terrible tristeza, que claramente no era solo suya.

Se quedo pensativo, ninguno dijo mucho después de eso.

¿Acaso podría tener otro vinculo?


Draco había pensado mucho sobre el tema luego de que Annabeth le dijera aquella historia, al
igual que con Percy, fue como si algo dentro de él se sintiera y no fuera suyo, pero tampoco
de Percy. No es que se volviera a repetir durante el día, solamente había sido un vago
momento donde parecía que su amiga tenía una emoción bastante fuerte; durante el resto del
día solo había sentido la incomodidad notoria de Percy por la discusión con su amiga.

El problema de eso.

Draco estaba en el medio.

—Me siento como en medio de dos padres que están por divorciarse—gruñe Draco en medio
del mensaje Iris, al tiempo que Sally Jackson lo mira desde el otro lado, parece estar
horneando galletas y Draco casi se ve tentado a decirle que les envié un poco por mensajería.

O una lechuza.

—Ambos son un poco tercos, aunque es adorable como Percy hablaba de esa niña, me
encantaría conocerle—habla la mujer como si estuviera analizando a su futura nuera.

Draco quisiera odiarlo, pero tiene problemas mayores.

—Lo peor es que ahora que Annabeth me recluto para la carrera, ahora Percy parece
resentido porque no paso tiempo con él—gimotea con ambas manos contra su rostro.

Nunca pensó que extrañaría tanto como Annabeth y Percy siempre estaban juntos,
usualmente siempre estaban ambos con Draco, pero ahora que ambos están discutiendo,
bueno, Draco odia sentirse dividido por ambos.

Ama su tiempo a solas.

Disfruta también conocer los chismes de Lavender, quien le recuerda un poco a la propia
Pansy sobre qué clase de rumores puede tener alguien. Aunque Percy sabe sobre todo el
asunto de magos, nadie sabe que Percy sabe, incluyendo a Lavender, así que no puede hablar
sobre el asunto de Hogwarts cuando Percy pasa tiempo con él o frente a otros.

Es complicado.

Draco extraña no estar en vacaciones.

—Y veo que no estas feliz por eso—señala la mujer dándole una mirada curiosa, a lo cual
Draco levanta el rostro incrédulo de no entender porque ella pensaría que estaría feliz por eso
—siempre te ha gustado acaparar un poco la atención de Percy—añade con un ligero
encogimiento de hombros, que provoca que Draco se ponga tenso.

Recuerda las palabras de Jennifer hace algunos días.

No.

No puede ser obvio.


No es que tenga nada porque ser obvio.

No le gusta Percy Jackson.

No de esa forma al menos.

—Percy es mi mejor amigo, solo eso—parece como si quisiera convencer a alguien, por el
rostro de Sally, no parece que fuera convincente para ella.

O para él.

—Cariño, no te preocupes por Percy y Annabeth, solo se un buen amigo para ambos, solo
ocupan un poco de tiempo; toda relación, incluso los amigos, tienen pequeñas peleas todo el
tiempo—su voz es suave y tranquilizadora, Draco quiere pensar que tiene razón—si mal no
recuerdo la semana pasada te peleaste con Percy por una barra de kit-kat—

—Era mi chocolate—

—Mi punto—

—Esto parece un poco más grave—susurra para sí mismo, pero Sally solamente sonríe
diciendo que todo estará bien, que es la intuición de una madre.

Cuando la llamada se corta, Draco se queda viendo el pequeño chorro de agua preguntándose
si había estado mal el no llamar a su verdadera madre en lugar de Sally. Narcisa estaba tan
emocionada por que pronto volvería y Draco se encontraba cada vez más inquieto con el
deseo de no regresar.

Se sintió mal.

Temía que llamara a su madre y ella se diera cuenta con solo verlo de sus pensamientos, en
cambio Sally no lo juzgaría.

—Draco—el nombre en los labios de Percy lo hizo saltar cuando su amigo llego luciendo
cansado—te estaba buscando, es hora de nuestra clase de equitación con Silenia—mientras
este lo arrastraba, pudo ver a lo lejos a Annabeth luciendo molesta con Percy.

Este le miraba como si hubiera ganado.

Draco no sabe que sentir al respecto de esta competencia, la atención de Percy sobre él no era
como había querido y la de Annabeth tampoco.

Rayos.

Silena Beauregard, una de las chicas más hermosas de la cabaña de Afrodita, les dio su
primera lección para montar un Pegaso. Les explicó que sólo había un caballo alado inmortal
llamado Pegaso, que vagaba aún en libertad por los cielos, pero que en el curso de los eones
había ido engendrando un montón de hijos. Ninguno era tan veloz ni tan heroico como él,
mas todos llevaban su nombre glorioso. Percy parecía inicialmente reticente ante la idea de ir
por los aires, a diferencia de Draco que pensaba que sería emocionante la idea de hacer algo
levemente similar al quidditch.

Ambos eran en el cielo.

Y dado que Draco dudaba que fuera hijo de Poseidón, no debería tenerle miedo al cielo.

¿Verdad?

Pensó que era injusto que Percy fuera el hijo del dios que creo a los caballos y pudiera captar
sus pensamientos.

Muy injusto.

Ignorando como Tyson no se pudo acercar a los caballos, este no parecía del todo mal con
Beckendorf el hijo de Hefesto; algo sobre ciclopes trabajando en forjas. Lo había conocido en
vacaciones de navidad y parece que el hijo de Hefesto tiene talento con el medio hermano de
Tyson.

Eso significa.

Clases libres para ellos con Pegasus.

—Este chico es asombroso—dice Draco con el mentón en alto mientras trota en el suelo con
un Pegaso totalmente de color blanco y crin de tonos ligeramente rubios.

Era el ejemplo perfecto de lo que debe ser un pegaso.

Bello.

Digno de Draco.

Percy soltó una risa.

—Es una chica—parece que el caballo se había quejado, Draco hizo un puchero—su nombre
es Aurora—el caballo levanta el mentón de forma prepotente y todo lo que Draco puede
pensar es: Perfecta.

Está enamorado.

—Aurora es el animal más hermoso que ha visto en toda su vida, estos campesinos no saben
aprovechar la belleza de tu esplendor—alaba Draco acariciando la crin del caballo.

Percy escucha un momento a esta bufar cosas, que Draco no entiende, pero por el rostro
levemente contraído de Percy, este si parece entenderle.

—Joder, ella también está encantada contigo, sin duda son tal para cual—susurra este.
Draco lo ignora cuando Silenia les da la opción de alzar el vuelo y…es perfecto. No es
Quidditch, Draco aún tiene una afinidad indudable por estar sobre una escoba en lugar de un
ser vivo, pero el pegaso Aurora era bastante increíble cuando alzaba el vuelo. Percy parecía
un poco más incómodo sobrevolando por bajo, pero Draco prácticamente dejo que Aurora
demostrara lo alto que podría llegar con facilidad.

Su control era impresionante.

Mucho más firme que la escoba, pero más impredecible.

Volar nuevamente hizo una sonrisa en el rostro de Draco, el cielo sin duda, era sorprendente.

Cada día después de eso, se aseguró de pasar por los establos para darle una manzana verde
extra a Aurora, que también eran sus favoritas como Draco.

Como no amar a semejante yegua.

No solo trabajaba en la construcción del coche de carreras, había que entrenar con los chicos
de la cabaña Apolo; Lavender parecía reticente a unirse, pero Percy y Draco lograron
arrastrarla. Draco comenzó a notar horrorizado que la chica comenzaba hacer amistades en la
cabaña de Afrodita, lo cual significaba que era cuestión de tiempo antes que obtuviera todos
los chismes del campamento. Percy era un gran espadachín, Draco había mejorado en el uso
de la lanza, pero sigue sin poder ganarle a su amigo; pero nota animado que ha comenzado a
dar una verdadera batalla a los otros campistas que hace un año siempre lo hicieron paliza.

Percy tenía talento.

El mejor en 100 años (no quiso pensar en cómo Potter era el volador más joven también en
casi un siglo para no vomitar), lo comparaban con Luke todo el tiempo y Percy siempre
pareció molesto al respecto.

En artes y oficios, Percy había empezado un busto de mármol de Poseidón, pero como cada
vez se parecía más a Sylvester Stallone, acabo dejándolo.

Draco por otro lado estaba emocionado con la idea de una estatua de dragón y Lavender hizo
una pequeña casa riéndose mientras Tyson destruía un poco la arcilla. A diferencia de Percy
que era medio hermano de Tyson, nadie parecía molestar a Draco o Lavender por reunirse
con Tyson.

Hipócritas quiso decir, pero sabe bien pelear sus batallas.

Percy lo reto a la pared de escalada.

Casi se quema el cabello.

Pero al menos ha mejorado un poco para no morir en el intento.


Dejando de lado los extraños e inquietantes sueños de Percy al respecto de Grover con un
vestido de novia, todo fue tranquilo, al menos por unos días. Draco no quiso pensar en sus
propios sueños, usualmente oscuros, donde había una gran cantidad de hilos de colores a su
alrededor, donde una voz susurraba que pronto cortaría uno por uno, destruyéndolo de forma
definitiva.

Si.

Un sueño encantador.

La mañana de la carrera hacía calor y mucha humedad. Una niebla baja se deslizaba pegada
al suelo como vapor de sauna. En los árboles se habían posado miles de pájaros que Draco
pensó que eran algo familiares: gruesas palomas blanco y gris, aunque no emitían el arrullo
típico de su especie, sino una especie de chirrido metálico que recordaba al sonar de un
submarino.

La pista de la carrera había sido trazada en un prado de hierba situado entre el campo de tiro
y los bosques. La cabaña de Hefesto había utilizado los toros de bronce, domesticados por
completo desde que les habían machacado la cabeza, para aplanar una pista oval en cuestión
de minutos. Había gradas de piedra para los espectadores: Tántalo, los sátiros, algunas ninfas
y todos los campistas que no participaban. El señor D no apareció. Nunca se levantaba antes
de las diez de la mañana.

Draco se puso al lado de Annabeth nervioso.

Tenía un mal presentimiento.

—¡Muy bien! —anunció Tántalo cuando los equipos empezaron a congregarse en la pista.
Una náyade le había traído un gran plato de pasteles de hojaldre y, mientras hablaba, su mano
derecha perseguía un palo de nata y chocolate por la mesa de los jueces—. Ya conocéis las
reglas: una pista de cuatrocientos metros, dos vueltas para ganar y dos caballos por carro.
Cada equipo consta de un conductor y un guerrero. Las armas están permitidas y es de
esperar que haya juego sucio. ¡Pero tratad de no matar a nadie! —Tántalo les sonrió como si
fuéramos unos chicos traviesos—. Cualquier muerte tendrá un severo castigo. ¡Una semana
sin malvaviscos con chocolate en la hoguera del campamento! ¡Y ahora, a los carros! —

Beckendorf, el líder del equipo de Hefesto, se dirigió a la pista. El suyo era un prototipo
hecho de hierro y bronce, incluidos los caballos, que eran autómatas mágicos como los toros
de Cólquide. No tenía la menor duda de que aquel carro albergaba toda clase de trampas
mecánicas y más prestaciones que un Maserati con todos sus complementos.

Del carro de Ares, color rojo sangre, tiraban dos horripilantes esqueletos de caballo. Clarisse
subió con jabalinas, bolas con púas, abrojos metálicos, de esos que siempre caen con la punta
hacia arriba, y un montón más de cacharros muy chungos.
El carro de Apolo, elegante y en perfecto estado, era todo de oro y lo tiraban dos hermosos
palominos de pelaje dorado, cola y crin blanca. Su guerrero estaba armado con un arco,
aunque había prometido que no dispararía flechas normales a los conductores rivales.

El carro de Hermes era verde y tenía un aire anticuado, como si no hubiese salido del garaje
en años. No parecía tener nada de especial, pero lo manejaban los hermanos Stoll y Draco
temblaba sólo de pensar en las jugarretas que debían de haber planeado.

—Quieres distraernos—gruñe Annabeth sujetándolo, mientras Percy contaba la historia de


sus sueños de Grover.

Duda que sea una distracción.

No es como si pudieran controlar sus sueños.

El propio Draco tiene sueños en la oscuridad como si alguien lo estuviera observando, pero
no los ha dicho y puede confiar en que Percy no miente; lo diría el vínculo.

Cuando Annabeth lo arrastra y Percy se va hecho una furia, intenta explicarlo.

—No creo que mienta, no se siente falso—pero Annabeth solamente se ve furiosa.

—Lo defiendes—

—Es el vínculo, lo sé, no miente—y aunque Draco no diga nada, luego de sentir una fuerte
oleada de culpa, puede casi asegurar que no solo está vinculado con Percy.

Esta culpa viene de Annabeth.

Dos vínculos.

Traga saliva queriendo no por primera vez en días, que Quirón no se hubiera marchado, tiene
la idea de que este sabe más sobre su vínculo con Percy (y ahora Annabeth) del que quiso
explicarlo. Draco solamente espera que al igual que el vínculo con Percy, todo lo que sea esto
con Annabeth no termine siendo algo demasiado complicado.

Quiso decirlo antes a Annabeth, pero tiene nervios de que significa esto.

—Ahora es la carrera, hablaremos después de Grover—dice la chica con tensión, a lo cual


Draco solo suspira.

Y pensar que hace un año, era él quien era el terco de este grupo.

Mientras los carros se alineaban, en el bosque se iban reuniendo más palomas de ojos
relucientes. Chillaban tanto que los campistas de la tribuna empezaron a mirar nerviosamente
los árboles, que temblaban bajo el peso de tantos pájaros. Tántalo no parecía preocupado,
pero tuvo que levantar la voz para hacerse oír entre aquel bullicio.

—¡Aurigas! —gritó—. ¡A sus marcas! —


Draco miro a los pájaros confundido, sintiendo que había visto a estos, pero no recordaba
donde…oh…oh no.

—Annabeth—volteo a verla, pero ella parece ver la pista con seriedad—estamos en


problemas—susurra, pero cualquier cosa que iba a decir.

Queda en su garganta.

Se sujeta con fuerza del coche, porque la carrera se ha activado y Annabeth no tiene tiempo
para perder. Los carros cobraron vida con estruendo. Los cascos retumbaron sobre la tierra y
la multitud estalló en gritos y vítores.

Casi de inmediato se oyó un estrépito muy chungo. Volteo atrás justo a tiempo de ver cómo
volcaba el carro de Apolo; el de Hermes lo había embestido; tal vez sin querer, o tal vez no.
Sus ocupantes habían saltado, pero los caballos, aterrorizados, siguieron arrastrando el carro
de oro y cruzando la pista en diagonal. Travis y Connor Stoll, los del Hermes, se regocijaron
de su buena suerte. Pero no por mucho tiempo, porque los caballos de Apolo chocaron con
los suyos y su carro volcó también, dejando en medio del polvo un montón de madera
astillada y cuatro caballos encabritados.

Dos carros fuera de combate en los primeros metros.

Draco pensó que el quidditch era un deporte seguro ahora, lo cual era mucho que decir.

Percy parecía a la distancia maravillado, lo cual le hizo pensar que estaba loco.

—Sujétate Draco, no te distraigas—demanda Annabeth con seriedad.

Eso quiso.

Pero no era posible.

Las palomas habían alzado el vuelo y descendían a toda velocidad, como un enorme tornado,
directamente hacia la pista.

—Esas palomas son peligrosas—gruñe a Annabeth, quien ve de reojo a su persona, pero


gruñe cuando el carro de Percy se acerca.

Joder.

Tyson parece ver a los pájaros con miedo.

Draco toca su hombro, su brazalete pronto cobra vida para convertirse en una lanza. Si bien
disfruta de estar sobre un Pegaso, este coche medieval que ha creado con Annabeth (y con
varias trampas que pensó su amiga) tiene una velocidad demasiado emocionante.

Que, si no fuera por los malditos pájaros que reconocer, como los mismos que los atacaron en
navidad, o al menos de la misma especie; están ahí.

Malo.
Muy malo.

Miles de palomas se lanzaban en tromba contra los espectadores de las gradas y los demás
carros. Beckendorf estaba completamente rodeado. Su guerrero intentaba ahuyentarlas a
manotazos, pero no veía nada. El carro viró, se salió de la pista y corrió por los campos de
fresas con sus caballos mecánicos echando humo.

En el carro de Ares, Clarisse dio órdenes a gritos a su guerrero, que cubrió de inmediato la
canastilla con una malla de camuflaje. Los pájaros se arremolinaron alrededor, picoteando y
arañando las manos del tipo, que trataba de mantener la malla en su sitio. Clarisse se limitó a
apretar los dientes y siguió conduciendo. Sus esqueletos de caballo parecían inmunes a la
distracción. Las palomas picoteaban inútilmente sus órbitas vacías y atravesaban volando su
caja torácica, pero los corceles continuaban galopando como si nada.

¿Thestral?

Los espectadores no tenían tanta suerte. Los pájaros acometían contra cualquier trozo de
carne que hubiese a la vista y sembraban el pánico por todas partes. Ahora que estaban más
cerca, resultaba evidente que no eran palomas normales; sus ojos pequeños y redondos
brillaban de un modo maligno, sus picos eran de bronce y, a juzgar por los gritos de los
campistas, afiladísimos.

—¡Pájaros del Estínfalo! —gritó Annabeth. Redujo la velocidad y puso su carro junto al de
Percy—. ¡Si no logramos ahuyentarlos, picotearán a todo el mundo hasta los huesos! —

Draco miro preocupado a Lavender correr con Lou, mientras estampaba un pájaro cercano
con su lanza.

Fue satisfactorio.

—¡Héroes, a las armas! —gritó Annabeth cuando cambiaron de rumbo. Pero no pensó que
nadie la oyera entre los rechinantes graznidos y el caos general.

Sintió la adrenalina propia, junto la de Percy y Annabeth al mismo tiempo.

Su cabeza comenzó a martillear.

—Mestizo—

La voz se parece a la de sus sueños, Draco se había estado sujetando del coche con fuerza,
voltea a ver a su derecha. Es extraño, es como si por un momento no estuviera en medio de
una carrera o intentando proteger al campamento; todo parece como si estuviera ahí, pero a lo
lejos en medio del bosque.

Hay unos ojos que le ven.

Esta lejos, pero es como si estuviera cerca.

La mujer que parece llena de oscuridad sonríe.


La misma de sus sueños.

De sus pesadillas.

Su mano se suelta del coche.

—¡Draco! —es el grito alarmado de Annabeth y Percy.

Pero Draco solamente pierde la conciencia en medio de la caída.

Continuara…

Chapter End Notes

Hola pequeños pastelitos, me preguntó si alguien ya habrá adivinado quien es el


personaje que se está metiendo con Draco.

Si no.

Tranquilos, aún falta mucho por saberlo. Pero, aunque no es un personaje tan recurrente
o importante del canon al inicio, aquí será alguien bastante explotado por Draco.

Me da un poco de penita Draco con sus sentimientos por Percy, siento que todos los que
han pasado por ese momento donde se dan cuenta que no son totalmente heterosexuales,
es un pequeño caos debido a la sociedad como tal.

Amo como Draco quiere a Percy y Sally como familia también.

¿El vínculo con Annabeth es algo que alguien esperaba?


Capítulo 9: Otra misión, los vínculos en realidad no funcionan
como quería.
Chapter Summary

Draco no es muy fanatico de esta mision en lo absoluto, incluso si Percy se ve adorable


como conejillo de indias.

Chapter Notes
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Draco se encuentra en un extraño lugar, es como una especie de claro, pero cuando intenta
salir de este es como si hubiera una pared invisible que le impidiera salir. La idea de tener
esta clase de sueños le hizo vomitar, Percy había dicho que esos siempre fueron recurrentes
cuando estaban en el campamento mestizo.

Pero no había sido para Draco.

Joder.

De regreso al centro del claro, rodeado por extraños arboles simples y un con un pequeño
pasto solamente había dos cosas.

Hilos.

Iban hacía el cielo y se conectaban en la tierra, pero por más que miraba hacia arriba no
había un cielo real al cual ver, porque no estaban las nubes y aunque todo era claro,
tampoco pudo ver el sol. Dejando de lado eso miro ambos hilos con curiosidad.

Uno de color azul y otro de color purpura, el primero azulado era bastante grueso y
resistente, mientras que el purpura apenas si se detectaba.

—¿Qué rayos es este lugar? —musito a nadie en realidad, sin saber si era buena idea tocar
alguno de los hilos.

Además.

¿Por qué estaba dormido?

No recordaba irse a la cama.


Justo cuando pensó eso, fue como si algo lo absorbiera desde adentro, similar a cuando
usaba un traslador y cayo hacía el vacío.

Chilla mientras cae al suelo, golpea de espalda y todo su cuerpo estalla de dolor. Will es
quien corre a él, hay muchos regaños, aunque se encuentra algo adormilado cuando es puesto
de nuevo sobre la camilla. Algo sobre la competencia de coches, pájaros, ruido, Annabeth y
Percy en caos cuando no pudieron ir por él al suelo de inmediato por el inminente ataque.
Luego algo de haber castigado a Annabeth, Percy y Tyson; si no castigaron a Draco por algo
estúpido (como si su forma de conducir en realidad hubiera molestado a esos pájaros del mal)
fue porque la caída había sido…mala.

Lo suficiente para que Will tuviera la idea de condenarlo a la enfermería por al menos una
semana.

Su cuerpo dolía.

—Estábamos preocupados—dijo Will con un rostro decaído, cuando Draco palmeo la cabeza
del chico asegurando que estaba bien y que todo era gracias a él.

Bueno.

El rostro de Will se volvió brillante, Draco sonrió a pesar del dolor.

Will era agradable, ojalá fuera su hermano.

¿Eso significa tener de padre a Apolo?

No, que asco.

Percy y Annabeth llegan después del almuerzo en su tercer día atrapado (aparentemente
Tántalo tenía prohibido su visita por algún motivo, fue rápido la forma en que Draco le llego
a desagradar al tipo cuando ni habían hablado personalmente), Draco había estado con Will y
este estiraba sus piernas preocupado; la caída había sido mala, como excesivamente mala.
Draco no recuerda nada debido a lo que sea que hubiera visto, pero el dolor de su cuerpo le
da a entender que entiende de que hablan, solo había una cantidad de ambrosia que podía
consumir y para que esta no le hubiera sanado completamente; bueno, un muggle
probablemente hubiera quedado paralitico. Will no parece feliz de ver a Percy y Annabeth,
pero tampoco había parecido feliz cuando Lavender paso esa mañana casi llorando porque
estaba herido.

Fueron lagrimas sinceras.

No pensaba que fueran amigos en realidad, pero ahora al ver a la chica llorar por él, le quedo
la duda de si en algún momento (cercano) terminaría siendo amigo de la chica.
Irónico.

En su primer año hubiera golpeado a alguien con algún hechizo (de los imperdonables si
pudiera), antes que lo convencieran que terminaría siendo amigo de Lavender Brown.

Percy y Annabeth ahora parecen haber pasado cualquier discordia entre ellos por tener un
enemigo en común.

Tántalo.

No es que sea un gran hombre, Draco recuerda las historias de su madre sobre el semidios
hijo de Zeus que había cometido canibalismo.

—¿El mar de los monstruos? —cuestiona Draco impresionado, mientras Annabeth suspira y
Percy se ve claramente molesto.

¿Cuántas cosas han pasado en tres días?

Ignorando que paso dormido totalmente los primeros dos, fue una sorpresa desagradable
cuando Will admitió su sueño y estaba seguro que su madre estaría preocupada si no se
reportaba pronto con ella; Sally también estaba acostumbrada a una llamada diaria de Draco.

Que puede decir.

Ambas madres lo aman.

Es tan difícil ser el hijo perfecto de ambas.

—Tenemos que ir por Grover—dice Percy con certeza.

— El Vellocino de Oro podría ayudar con el árbol de Thalia—dice Annabeth pareciendo


obligado a decirlo por la mirada de Percy.

Bueno eso podría ser verdad, las viejas brujas que los llevaron aquí al campamento en un taxi
de la muerte, también a él le explicaron hace tres mil años cómo encontrar el Vellocino de
Oro a Jasón y los Argonautas.

Una de sus historias favoritas.

Ahora no parece tan fascinante ante la idea de Percy y Annabeth en medio de esto.

Polifemo.

Ese sería el principal problema.

Si.

Las historias no parecen tan interesantes cuando se pueden vivir en primera mano.

—Sería peligroso, deben llevar muchas cosas—habla Draco algo preocupado por sus amigos,
no le gusta la idea que estén en peligro mortal.
Sabe que algo está mal, por la mirada confundida de Annabeth y Percy.

¿Que?

—De que hablas Draco, tu vienes con nosotros—dice Percy como si fuera la verdad absoluta
y Annabeth asiente de forma decidida.

Draco ha aprendido una expresión muggle que representa muy bien este momento: “Me cago
en la puta”.

Draco aplaude emocionado cuando esa noche (luego de suplicar a Will que le deje ir a la
fogata con todos) Clarisse es señalada por Tántalo para iniciar una búsqueda, ganando una
mala mirada de parte de Percy y Annabeth. No se dejó amedrentar por ambos, no quiere salir
con ellos de misión de nuevo.

¿Escucharon la parte de otra vez?

Si, ya tuvo una misión suicida en su vida, el verano pasado, no ocupa otra más.

Tántalo tal vez no era tan malo si le impide ir a una misión suicida, otra vez.

Al menos si de alguna forma eso significaba que este verano no tendría una búsqueda.

—No hay nada que podamos hacer chicos, es el destino—había dicho Draco con pesar,
ignorando las miradas de mala muerte de sus amigos y tomando asiento al lado de Lavender
después de eso.

La chica se sentó cerca de él, verificando que no estuviera herido nuevamente, aunque Draco
se sintió mejor luego de la magia de hijo de Apolo que tiene Will. Mientras cantaba alguna
canción al lado de la chica, que parecía divertida por ellas, se sintió normal por un momento.

Tal vez este verano no sería malo.

Los dioses del olimpo parecían menos malos esa noche.

Entonces… ¿Por qué?

¿Por qué termino así?

No debió haber escuchado a Tyson, quien se había colado en la cabaña de Hermes y lo había
sacado sin que nadie se diera cuenta en medio de la noche. Para ser un ciclope y para que la
mayoría de campistas de la cabaña de los ladrones no se dieran cuenta, casi podría jurar que
estuvieron bajo el hechizo de alguien poderoso para que no escucharan a semejante ciclope
haciendo caos hasta que lo encontró. Hablando sobre no encontrar a Percy en la cabaña,
Annabeth los atrapo porque había querido salir porque juro escuchar que alguien gritaba
sobre un ataque, luego todo fue un caos.

Era su primera noche fuera de la enfermería.

Pero antes de saberlo estaba en medio del mar, dentro de una misión, cuando claramente no
se les fue encomendada.

—¿Por qué esto me pasa a mí? —se quejaba Draco en voz alta, desde el hipocampo que
compartía con Percy; pensó que no haber 4 hipocampos sería una forma de indicarle que no
era necesario en esta misión.

Hasta que llegaron las arpías.

Si.

Draco prefirió acompañarlos, incluso cuando Percy comento sobre la intervención de Hermes
cuando estaba meditando en la playa (“¿Meditando con Coca-cola?” “Cállate Draco”),
parecía de alguna forma un poco sospechosa.

Bueno.

Ya estaba aquí.

Montar un hipocampo era incluso más fácil que montar un pegaso para Percy, al contrario de
Draco que no dejaba de sentirse con continuos mareos, notando que hasta ahora nunca había
pasado demasiado tiempo en el mar; tampoco le gustaba ver mucho a las ventanas en la sala
común Slytherin porque se sintió claustrofóbico por algún motivo. Corrían con el viento de
cara, sorteando las olas con tal suavidad que casi no era necesario agarrarse; eso dijo Percy,
Draco quiso aferrarse a su amigo con temor.

Will lo mataría cuando no llegara al día siguiente para su chequeo diario.

Lavender lo mataría cuando no fuera a clases de escultura con ella.

Silenia lo mataría por faltar a otra clase de equitación.

Aurora lo mataría por usar un hipocampo en lugar del hermoso pegaso que se había hecho su
amigo.

A medida que se acercaban al crucero que le señalo Hermes a Percy, se fue dando cuenta de
lo enorme que era. Sentía como si estuviese mirando un rascacielos de Manhattan desde
abajo; el casco, de un blanco impecable, tenía al menos diez pisos de altura y estaba rematado
con una docena de cubiertas a distintos niveles, cada una de ellas con sus miradores y sus
ojos de buey profusamente iluminados. El nombre del barco estaba pintado junto a la proa
con unas letras negras iluminadas por un foco. Les llevó unos cuantos segundos descifrarlo
sin sus gafas: Princesa Andrómeda.
Adosado a la proa, un enorme mascarón de tres pisos de alto: una figura de una mujer con la
túnica blanca de los antiguos griegos, esculpida de tal modo que parecía encadenada al barco.
Era joven y hermosa, con el pelo negro y largo, pero tenía una expresión aterrorizada. Cómo
se le podía ocurrir a nadie poner a una princesa chillando de pánico en la proa de un crucero
de vacaciones. No le cabía en la cabeza.

Recordó el mito de Andrómeda y cómo había sido encadenada a una roca por sus propios
padres para ofrecerla en sacrificio a un monstruo marino.

El caso es que el tocayo de su amigo, Perseo, la salvó justo a tiempo y volvió de piedra a
aquel monstruo marino usando la cabeza de la Medusa.

El Perseo original era uno de los pocos héroes de la mitología griega que tenía un final feliz.
Los demás morían traicionados, destrozados, mutilados, envenenados o malditos por los
dioses.

Duda que Percy tenga buena suerte como ese.

Hasta ahora su historial no era optimista.

—¿Cómo vamos a subir a bordo? —gritó Annabeth para hacerse oír entre el fragor de las
olas.

Pero no hubo de qué preocuparse. Los hipocampos parecían saber lo que queríamos; se
deslizaron hacia el lado de estribor del barco, cruzando sin dificultad su enorme estela, y se
detuvieron junto a una escala de mano suspendida de la borda.

—Es mucho pedir que esto no termine con alguno de nosotros escapando—musito Draco por
bajo, siendo ignorado por sus amigos.

Bien.

Solo tenían que entrar sin que nadie se diera cuenta, antes de encontrar lo que necesitaran del
extraño barco.

Hermes los guio ahí.

No debía ser difícil.

Durmieron poco.

El barco parece embrujado.

Percy sigue teniendo sueños raros.


Se encontraron con Luke que parecía querer asesinarlos y acepto ser quien envenado el árbol
de Thalia, lo cual aumento el odio de Draco por el adolescente que ya era bastante y poco
sano, mientras que Percy y Annabeth (particularmente adolorida porque Thalia había sido
amiga de Luke y ella) parecían pateados por un perro al re encontrarse con él.

Si.

Draco odiaba demasiado a Luke en este momento.

Tuvieron que escapar en un bote salvavidas y un poco de magia de olimpos.

Draco sabía que eso no iba a salir bien.

Quirón intento asegurar por el mensaje Iris que ayudaría.

No se puede hacer nada.

Fue un silencio incomodo.

Muy incómodo.

Durante unos minutos nadie dijo nada, probablemente debido a la emoción de salir y decir:
“Estamos vivos”, pero como ha descubierto estar con vida, tiene sus propias consecuencias.
Mira de reojo a Percy que parece estar mirando el océano pensativo, Annabeth por otro lado
parece un poco inquieta por el continuo movimiento de sus manos y Tyson…Tyson es Tyson.
El ciclope debe ser solo un bebé en años humanos, pero el chico parece que, aunque a veces
no tiene sentido de la realidad, en este momento se ha mantenido en silencio, como si supiera
que algo malo paso.

Nadie quiere hablar de eso.

Draco levanta la mirada recordando ese primer año en Hogwarts, todo había sido
ínfimamente más fácil.

¿Qué le había preocupado entonces?

Probablemente la cantidad de veces que Harry Potter lo ignoraba y como llamar su atención,
su rostro se torna molesto de amargura ante el recuerdo y las posibles implicaciones; de las
cuales no quiere pensar ahora mismo.

No en medio de una misión.

—Él tomo una elección—dice en voz alta, atrayendo la atención de los demás, Percy parece
enojado, Annabeth parece casi desconsolada—y nosotros tomamos la nuestra, la vida no es
fácil, no podemos tener siempre a quienes queremos de nuestro lado—aparta ruidosamente en
su imagen de Potter en su cabeza que se ha colado por ahí—pero es porque no podemos jugar
con las elecciones de los demás—señala con amargura.

Nadie más dice nada por un rato y Draco solamente se queda sentado ahí, viendo a la nada.

Se siente incómodo.

Muy incómodo.

De una forma muy similar a cuando estuvo en el inframundo. Como mago nunca había tenido
la necesidad de estar tanto tiempo dentro de una masa de agua por horas, en cambio, solía
visitar algunas playas con su familia cuando era más joven; pero nunca sintió un gran aprecio
al agua como otros, por ejemplo, Percy.

Se sintió inquieto.

No le gusto la sensación.

Una hora más tarde divisaron tierra: una larga extensión de playa en la que se alineaban
hoteles de muchos pisos. Las aguas empezaron a llenarse de barcos de pesca y buques
cisterna. Un guardacostas pasó por estribor y luego dio media vuelta, como para echar un
segundo vistazo. Imagino que no veían cada día un bote salvavidas sin motor, tripulado por
tres adolescentes y lanzado a más de cien nudos.

—¡Es Virginia Beach! —dijo Annabeth cuando se acercaron a la orilla—. ¡Por los dioses!
¿Cómo es posible que el Princesa Andrómeda haya llegado tan lejos en una sola noche?
Deben de ser…—

—Cinco mil treinta millas náuticas —dijo Percy para la mirada asombrada de todos.

Draco compartió una mirada curiosa con Annabeth, no acostumbrados a información útil de
parte de Percy, quien parece ofendido de sus miradas.

—¿Cómo lo sabes? —

—Pues… no estoy seguro—y era sincero, después de todo Percy era un asco mintiendo.

No tenía ni un gramo Slytherin para salvar su vida, estuvo meditando que incluso siendo tan
estúpidamente imprudente como era, era más material para Hufflepuff. Draco estuvo
horrorizado al pensar que era el mejor amigo de un posible Hufflepuff.

La vida da grandes vueltas del destino.

—Percy, ¿cuál es nuestra posición? —

—Treinta y seis grados, cuarenta y cuatro minutos norte; setenta y seis grados, dos minutos
oeste — respondió automáticamente. Luego sacudió la cabeza—. ¡Uau! ¿Cómo es que lo sé?

—Por tu padre —dedujo Annabeth—. Cuando estás en el mar, posees una orientación
perfecta. Es genial—

Draco se preguntó si su padre del olimpo tendría aberración al agua, porque en este momento
a diferencia de su amigo que parecía infundirle interés la situación, Draco se siente
totalmente horrorizado. Por la mirada de reojo de Percy, se pregunta que tanto el vínculo le
permite a este sentir sus emociones fuertes.

—Viene un bote—

Se dieron la vuelta. El guardacostas, ahora ya abiertamente, venía por nosotros. Nos hizo
señales con las luces y empezó a ganar velocidad.

—No podemos dejar que nos atrapen —dije—. Nos harían demasiadas preguntas—

—Sigue adelante hasta la bahía de Chesapeake —dijo Annabeth—. Conozco un sitio donde
escondernos—

No le preguntaron a qué se refería ni por qué conocía tan bien la región. Percy se arriesgó a
aflojar un poquito más la tapa del termo: un nuevo chorro de viento nos impulsó como un
cohete en torno al extremo norte de Virginia Beach y luego hacia la bahía de Chesapeake. El
guardacostas se iba quedando cada vez más atrás. No aminoraron la marcha hasta que las
orillas de la bahía empezaron a estrecharse.

Draco se sintió bastante mareado y Tyson termino palmeando su espalda (Tal vez demasiado
fuerte) luego que vomitara por un costado del bote.

—Allí —dijo—. Después de ese banco de arena—

Viraron hacia una zona pantanosa invadida de maleza y detuvieron el bote al pie de un ciprés
gigante.

Los árboles se cernían sobre nosotros, cubiertos de enredaderas. Los insectos zumbaban entre
la hierba; el ambiente era bochornoso, sofocante, y de la superficie del río se levantaba una
nube de vapor. En resumen, no era Manhattan y no se gustaba nada.

Draco se bajó del barco y vomito.

Joder.

Percy intento ayudarle, pero tenían prisa para escapar.

Ni tiene idea de que.

Pero escapar.

Como siempre en realidad, ya no debería preguntar sobre que escapan, solo escapar como
siempre.

.
.

Annabeth comenta sobre como conoce este lugar a Percy, Draco no quiere escuchar, pero lo
hace y sabe que forma parte de la historia que Annabeth le había contado hace tiempo; se
alegra de que Percy y ella compartan algo más que los une. Aunque fue algo doloroso, la
forma en como Percy siempre tenía toda la atención en la chica, fue un poco más incomoda
de lo que le gustaría admitir.

Lo peor era sentir los celos de Percy cuando Annabeth hablaba sobre Luke.

Era terrible y no tan terrible.

Al menos los propios celos de Percy no dejarían que sintiera los celos de Percy por estar
siempre al pendiente de Annabeth, con suerte el vínculo con Annabeth era demasiado nuevo
para que ella pudiera sentir sus emociones…aunque duda que importe.

¿No lo sospechara ya ella?

Los hijos de Atenea son así de raros.

¿Sospechar que?

El rostro de Draco se queda en blanco pensando sobre la realidad de que esta celoso, celoso
de la atención de Percy por Annabeth, pero lejos de ser celos de amigos, teme siempre el
pensar que más podría significar esos celos.

No importa.

No importa.

Draco quisiera que no importara, pero en lugar de controlar sus emociones aprendió una cosa.

Nunca confíes en una tienda de nombre: “DÓNUTS MONSTRUO” en medio de la nada.

Lo peor de todo es que fueron salvados por Clarisse, Draco casi prefiere ser comido por
monstruos.

—Estáis metidos en un lío tremendo —les dijo Clarisse.

Acababan de terminar un pequeño tour por el barco, que habían hecho sin ningunas ganas a
través de una serie de camarotes sombríos, atestados de marineros muertos (los muertos le
recordaron con algo de cariño a Hogwarts, por algún extraño motivo perturbador). Habían
visto el depósito de carbón, las calderas y máquinas, que resoplaban y crujían como si
estuvieran a punto de explotar.
Habían visto la cabina del piloto, la santabárbara y las torretas de artillería (los sitios
preferidos de Clarisse): dos cañones Dahlgren a babor y estribor, y dos cañones Brooke a
proa y popa, todos preparados para disparar bolas de bronce celestial.

Allá donde iban, los marineros confederados nos miraban fijamente, con aquellas caras
fantasmales y barbudas que relucían bajo sus cráneos. Annabeth les cayó bien en cuanto les
dijo que era de Virginia. Percy la cago cuando dijo que era de Nueva York y Tyson paso
sujeto a él con pánico.

Durante la cena hubo una extraña competencia entre Clarisse y Percy por sus padres.

Annabeth no participo.

Draco no sabe quién es su padre, pero igualmente tampoco habría participado, aunque por
dentro quería decir que su padre era rico como para obtener esta clase de mano de obra; pero
supuso que no sería de ninguna utilidad.

Tántalo los había expulsado, Draco siguió comiendo emparedados aburrido.

La mención de Luke los puso a todos tensos como parecía suceder todo el tiempo.

Al menos ahora había algo donde dormir.

Percy, Annabeth y Tyson se fueron a dormir, Draco estuvo casi tentado a seguirlos, pero al
final se había quedado sentado sobre su cama viendo a la nada. Percy estaba dormido
profundamente al igual que los otros dos, Draco lo miro más tiempo del que debería,
meditando sobre todo y nada al mismo tiempo; pensaba mucho en Luke. El recuerdo de sus
primeros días del campamento odiando a todos, pero soportando a Luke como alguien que en
realidad le había agradado, alguien que parecía confiable. No es que hubiera importado, que
un chico bien atractivo le hubiera intentado ayudar y hubiera parecido suficientemente
confiable, para que una parte de Draco le hubiera creído.

Había confiado en él.

Aunque admitir eso solo para sí mismo era doloroso.

Annabeth había confiado en este.

Percy había confiado en Luke.

Todos hasta cierto punto, lo llegaron a ver como un líder natural.

Se congelo cuando vio su mano moverse, había estado a un poco de acariciar un poco la
mejilla de su amigo, pero se detuvo antes de hacerlo; ese gesto sería demasiado íntimo.
Frustrado por su corazón que comenzó a latir rápidamente, se puso de pie saliendo del lugar
rápidamente, al salir se topo con la mirada de Annabeth que no parecía tan dormida viéndolo
fijamente y gruño antes de seguir molesto.

No sentía nada.

Ni de Percy.

Ni de Annabeth.

Solo era sus mismas emociones ahogándolo.

No.

No.

Esto no era posible.

No era importante en realidad, en el mundo mágico no era tan molesto como el mundo
muggle, lo cual había descubierto. Incluso entre los sangre pura, no era extraño los impulsos
o intereses en personas del mismo sexo; siempre y cuando hubiera descendencia. Recordaba
las múltiples veces donde se había ocultado para burlarse con Blaise y Theo sobre los
amantes de los invitados de sus fiestas, usualmente sobre los amantes jóvenes de los jefe de
familia que tenían gustos por el mismo sexo.

¿El karma?

Probablemente.

Draco siempre pensó que su vida era perfecta, que sería el hijo perfecto, con las mejores
notas, un trabajo respetable como su padre y una familia de la misma forma…bueno desde su
primer año en Hogwarts todo parecía haber ido para mal. Desde perder la puntuación perfecta
detrás de una nacida de muggles, hasta su vida soñada donde era el mejor amigo de Harry
Potter y terminar en…lo que fueran estos sentimientos.

No quería eso.

No quería que le gustara Percy Jackson.

Era su mejor amigo.

—Oh por el amor del olimpo, desde aquí puedo oler a problemas hormonales, cálmate o te
lanzo fuera del barco—gruñe Clarisse que parecía haber estado haciendo su patrulla, a pesar
de que no le agradaba en absoluto, no puede evitar pensar que parece bastante seria respecto a
la misión.

Ojalá hubiera hecho la misión sola.

Pero aquí estaban ellos.


Se acomoda mejor contra el barandal del barco, aun se siente mareado y prefiere estar en
cualquier lugar que no fuera este, pero aquí ha terminado y de aquí parece que no se ira.
Prefiere mil veces un barco con personas muertas que una lancha de mala muerte donde ha
viajado, incluso prefiere el barco mucho más que los caballitos de mar.

Aunque eso significara partirle el corazón a Percy y Tyson.

—Realmente me sorprende que no lo hubiera hecho, tu deporte favorito es encerrarme en


basureros—gruñe con amargura, pensando que la niña detrás de él, es mucho más fuerte que
él…por mucho.

Percy al menos podría hacerle competencia.

¿Draco?

Es un milagro que siguiera con vida en su presencia.

—Soy bastante buena en eso—y la maldita lo dice con orgullo—pero ahora no necesito tu
patético trasero como estorbo, esto es serio, esta misión es importante para mí—

Draco se preguntó brevemente que se sentiría eso, tener el deseo de cumplir una misión como
el resto de los niños del campamento, aquellos que buscaban de alguna forma la aprobación
de sus padres. No pensó que Clarisse estuviera en ese saco, pero al verla era tan jodidamente
obvio que ella quería eso, como todos los demás, quería que su padre le viera y le diera…
¿reconocimiento?

No sabe que se siente, ni siquiera sabe quién fue su padre biológico.

Draco le da miedo como cuando piensa en eso, puede sentir una pequeña parte de él
empatizar con Luke, con el odio hacía eso seres sentados en sus estúpidos tronos y viéndolos
bailar como monos en un circo (lo ha visto, Percy le enseño videos y una vez en el año
pasado fueron a un circo muggle para su emoción) en la espera que alguno de ellos si quiera
notara su existencia.

Lo odia.

Odia a Luke.

Odia entenderlo.

—¿Por qué? —pregunta viendo a Clarisse, quien se eriza al verlo y Draco solo regresa la
mirada al mar—¿Para la atención de un padre que nunca está presente? —

—Él me dio este barco idiota—

—Probablemente para que al final fuera reconocido él—

—No lo entenderías, tú no eres un reclamado—


Curioso como esas palabras dolían, aunque fueran verdad. Lo peor es que de alguna forma
los demás buscaban la misma aprobación, lo cual incluían dos de sus amigos cercanos. Hasta
donde sabe Lavender se encuentra bien sin saber nada de Hécate, pero ese puede que, como
Draco, tenga una familia perfectamente normal que la ama; aun cuando tiene genes de otros
progenitores en su historial o árbol genealógico.

En cambio, los demás.

Para ellos esto lo era todo.

La misión era su forma de demostrar su valía.

—Lo odio—dice, aunque sabe que Clarisse no lo entiende, aunque ve en sus ojos que no le
importa, pero es porque siente que explotara si no lo saca—a Luke, lo odio—porque tiene
razón de una forma que nadie entiende, pero al mismo tiempo, lo está haciendo todo de la
forma incorrecta.

Se sorprende de ver el rostro de Clarisse una mueca de odio, similar en la cena cuando
hablaron del tema.

No solo Percy y Annabeth, o incluso Draco, fueron los heridos ante la traición del chico.

El campamento se quedó sin líder.

Claro que Quirón hizo lo posible para ayudarles, pero ahora incluso su entrenador no estaba y
el señor D, bueno, era un ejemplo de cómo los olimpos eran inútiles; el campamento no tiene
líder, Luke traiciono a todos en el campamento.

—Es un idiota que va a sufrir cuando lo encuentre con una lanza en sus manos—sí, Clarisse
parecía casi asesina.

Fue la primera vez desde que llego al campamento, que encontró una emoción similar con
que empatizar. Percy se sentía celoso y resentido con Luke, Annabeth parecía tan dolía por la
traición, pero Draco simplemente lo odiaba.

Confié en ti.

Quiso decir cuando lo vio en el barco.

Confié en ti y me traicionaste.

Egoísta, piensa Draco con cierta fascinación, simplemente es un ser lleno de egoísmo.

Siempre ha sido así hasta cierto punto.

—No si llego primero—dice con una media sonrisa divertida, porque, aunque es un Slytherin
realista de que no tiene ningún punto de comparación en términos de habilidad con Luke.

Su deseo más grande ahora mismo, es darle un puñetazo al chico.


Clarisse lo ve de reojo con una mirada curiosa, antes de que su rostro se vuelve pétreo viendo
a la distancia, Draco voltea a ver cuándo el barco da un ligero movimiento demasiado brusco;
apenas se sujeta del barandal sintiendo un poco de ganas de vomitar.

¿Qué mierda es eso?

Clarisse parece salvaje sujetándose con el rostro brillando entre la preocupación a la


adrenalina, mientras Draco siente que podría enfermarse.

—Bienvenido al mar de los monstruos princesita—gruñe esta antes de comenzar a sonar la


alerta.

Joder.

Hay diferentes rutas para entrar al mar de los monstruos.

Caribdis.

Las Rocas Chocantes.

Obviamente eligieron la que tenía un remolino

El barco se sobre calienta, Tyson corre como un puto héroe cuando es posible que muera,
Draco está en medio de todo el lugar vomitando por el costado porque odia el mar.

Luego…todo explota.

No sabe que es lo peor de estar en un bote de remos con Annabeth, aparte del vomito que
continua y como Draco se siente enfermo, porque ha pasado demasiadas horas en el océano y
está convencido de que este le odia como él lo odia; o el hecho de que cuando Percy despierte
tendrán que decirle que es probable que Tyson este muerto. Annabeth había parecido bastante
preocupada al respecto, Draco también porque había sentido la angustia de Percy cuando
había ido a buscar a su hermano.

En términos de situación actual.

Estaban jodidos al cuadrado.

Efectivamente cuando despertó, Annabeth y él compartieron una mirada ante la rápida


pregunta de Percy por su medio hermano. Al comentarle sobre la situación, este pareció
intentar ser optimista, pero Draco sintió de primera mano el peso de la total culpa y falta de
esperanza en su interior. Las emociones nuevas y tentativas de Annabeth que eran una
preocupación demasiado honesta y sincera por Percy, fueron opacadas por la desolación de
este ante la pérdida de su medio hermano.

Casi quiso reírse, decirle que al final de todo si lo quería, pero se contuvo.

No servía de nada las palabras.

Draco se sorprendió así mismo teniendo bastante incomodidad ante la idea de Tyson muerto,
irónico cuando hace unos meses luchaba con este por la atención de Percy. Sorpresivamente
parece que Annabeth había encontrado también aprecio por el ciclope luego de que se
demostró que era diferente.

Ahora tienen menos de 24 horas para encontrar a Grover.

Sin presiones.

Hay una alerta a los dioses sobre un mestizo de los Tres Grandes: el próximo que viva hasta
los dieciséis años. Ésa es la verdadera razón de que Zeus, Poseidón y Hades hicieran un
pacto después de la Segunda Guerra Mundial y de que juraran no tener más hijos. El
siguiente hijo de los Tres Grandes que llegue a cumplir los dieciséis se convertirá en un arma
peligrosa.

Ese héroe decidirá el destino del Olimpo. Él o ella tomará una decisión y, con esa decisión, o
bien salvará la Era de los Dioses o bien la destruirá.

Draco medito las palabras en medio del suelo mientras era un Huron.

Si.

Un Huron.

Como esas cosas que parecen ratas, pero alargadas, de color albino y con extraña forma que
se escabullía por todos lados. Las personas probablemente se confundirás de como paso a un
bote con remos a ser un Huron, es curioso, tan curioso que Draco quiere asesinar a alguien
mientras Percy lo ve a su lado convertido en una especie de conejillo de indias.

Habían encontrado una isla, donde una mujer los había recibido y tal vez la primera alerta
roja debió ser como la mujer los trataba claramente diferente a Annabeth.

1. C.
Habían sido tan estúpidos.

A diferencia de Percy y Annabeth que claramente se vieron encantados al inicio, Draco había
mirado a la mujer con dudas sin entender, porque su voz dulce le sonaba tan molesta.

—Este no es el mejor momento para estar viendo a Annabeth—cuestiona Draco casi aburrido
en su jaula, mientras Percy parece escandalizado a su lado como un conejillo de indias.

—No la estaba viendo—dice con chillidos que entiende y por eso se alegra, ya que son de
especies diferentes.

Draco solo suelta un suspiro con su forma animal.

C.C o mejor dicho, Circe los había convertido en animales, la mujer parecía confundida
cuando Draco termino como un Huron, cuando claramente intentaba que ambos fueran
conejillo de indias. Debe tener algo que ver con que fuera un mago, había visto la duda de la
mujer antes de que entrara Annabeth usando algo parecido a un vestido blanco como de los
antiguos griegos.

Que hizo a Percy literalmente quedarse sin palabras.

Si.

Enamorarse de él sinceramente sería una idea estúpida que debe evitar con todos los medios,
está bien que tuviera un crush (una palabra que había aprendido de los muggles) por su
amigo, pero cualquier sentimiento después de eso era mejor asesinarlo.

Está bien que fuera un héroe bastante genial, aunque era un idiota y Draco se negaba a
enamorarse de él, cuando solamente sería una tortura porque este claramente estaba
interesado en Annabeth; lo peor es que aunque la chica parece interesada en Luke, no puede
negar que parece interesada en Percy.

Joder.

No quería estar en medio de un triángulo amoroso adolescente.

Era un puto Malfoy.

Tenía más dignidad que esto.

—Ya sabes, dicen que es mejor nunca conocer a tus héroes—habla Draco con pesar viendo a
Circe.

Percy lo ve horrorizado.

—¿Te gustaba Circe? —

—Es una hija de Hécate, soy mago, tenemos historias sobre ella; es como tú con Hércules—

—No vale Draco, también te gusta Hércules—


No puede negar lo innegable, incluso su madre sabe de la fascinación por las historias del
héroe mítico hijo de Zeus.

Deja de soñar despierto y molestar a Percy, cuando Annabeth se las encarga para engañar a
Circe para buscarlos, al menos ya parecía fuera de cualquier hechizo cautivador que tuviera
contra ellos. Draco también no pudo evitar decepcionarse al como la mujer creyó tan
fácilmente en Annabeth, como si pensara que cualquiera estaría encantado con estar a su
mando sin dudarlo.

Tenían tanto ego estos dioses menores.

Patético.

Annabeth sonríe antes de correr hacía ellos, mirando la jaula llena de otros conejillos de
indias, a los cuales Draco no se ha molestado en ver si comprende, mientras la chica parece
buscar entre ellos; no dura mucho en verlo a él.

—Yo tampoco quería ser un Huron—gruñe cuando ve la comprensión en los ojos de


Annabeth, aunque duda que ella entienda su idioma animal.

Percy se ríe, Draco se lanza sobre él sintiendo la necesidad de defender su honor.

Annabeth los sujeta a ambos rápidamente para separarlos, luego para tenerlo entre sus manos.
Luego los llevo donde había un bote con vitaminas donde se tragó una, el mismo bote que
había sido dado por Hermes a Percy y que era…jodidamente brillante. Draco se abalanzo
hacía estas, al tiempo que Percy parecía confundido, pero Draco rápidamente se metió uno en
la boca justo cuando Circe entraba.

Cuando Draco volvió a la forma humana, luego de sentir un horrible dolor en todo su cuerpo,
casi similar a cuando fue transformado en humano. Los huesos quebrandose, la piel llena de
llamas, la sensación de todo su ser sin tener control de sí mismo.

Sus ropas habían regresado, menos los zapatos.

Claramente detalles.

—¡Maldito sea Hermes y sus vitaminas! ¡No son más que una moda pasajera! ¡No te aportan
ningún beneficio! —había gruñido, justo cuando Draco utilizo su mano para activar el
brazalete en su brazo, que agradablemente se había transformado de tamaño cuando era
Huron.

Algunas veces los herreros hicieron muy bien algunas cosas.

No es que importara, las vitaminas los harían inmunes a la magia.

Como quiso venderlo en el mundo mágico.

¿Ayudaría en contra de las maldiciones imperdonables?


Annabeth le arrojo las vitaminas a la jaula, mientras Draco apenas si contuvo a la mujer con
la lanza en su cuello cuando todos volvieron a ser…bueno…humanos.

Probablemente piratas.

—¿Correr? —pregunto Draco cuando vio a Edward Teach quien era hijo de Ares.

—Correr—asintió Annabeth sujetando por la muñeca a Percy, que parecía confundido.

Ahora que Circe estaba ocupada.

Tampoco es que pudiera ganarle a una maga claramente milenaria.

Entonces.

Corrieron.

Draco detesta como esa frase se vuelve más común en su vida cada día más.

Vengador de la Reina Ana.

El buque de Barba negra, ya saben, uno de los piratas que había tenido Circe como conejillo
de indias; bueno, era un lindo Barco.

En defensa de Draco, fue idea de Percy robarlo.

Nota curiosa, Percy parece tener extraños poderes para controlar barcos, Draco solamente
volvió a vomitar por la barandilla.

Percy estaba orgulloso de encontrar algo en lo que era bueno.

Draco le hubiera encantado que fuera algo que pudiera disfrutar y no algo que lo hiciera
enfermar.

Mientras Percy estaba encantado con saber usar un barco, compartía un momento con
Annabeth sobre la historia de los ciclopes que Draco había escuchado un tiempo atrás, Draco
continúa vomitando por la baranda; aunque técnicamente no tiene nada en su vientre, las bilis
siempre son una ayuda. Se siente un poco mal sobre su anterior transformación, un Huron,
simplemente patético e indigno. Al menos sabe que Percy fue un conejillo de indias, por si
Annabeth intenta utilizarlo en su contra, no será el único humillado por esas charlas.

¿Por qué un Huron?


La magia de Circe era poderosa, probablemente siendo de las magas más poderosas de la
historia que conocía. Era toda una leyenda entre los magos, pero entre los semidioses no era
tan importante como su madre Hécate.

Esta casi seguro que el tener sangre de mago fue lo que hizo que su transformación fuera
diferente.

No quiere saber cuáles podrían ser las implicaciones al respecto.

Otra cosa que no dejaba de pensar era en la profecía que comento Annabeth.

Un mestizo hijo de los tres grandes.

¿Eso sería así?

¿Solamente puede ser un hijo directo?

Si lo ve de alguna extraña forma, incluso los hijos de Apolo, Hermes o Atenea podrían ser
parte de esa profecía, ambos eran hijos directos de Zeus, así que también eran mestizos que
tendrían algo que ver con esta de alguna forma.

Puede que solo estuviera pensando de más.

Hasta ahora solamente Thalia y Percy eran hijos de los tres grandes directamente.

¿Habría más?

Al inicio solo era Thalia, pero luego había salido Percy y eso no significaba que había algo
claramente mal entre los olimpos.

—La isla de las sirenas—hablo Draco poco impresionado cuando Annabeth explico su plan,
el cual era una pésima idea.

—Dicen que las sirenas cantan la verdad sobre lo que deseas. Te revelan cosas sobre ti mismo
de las que ni siquiera te has dado cuenta. Por eso te embelesan. Si sobrevives, te vuelves más
sabio. Yo quiero oírlas. ¿Cuándo volveré a tener una ocasión como ésta? —dice Annabeth
con confianza y Draco no puede pensar en que la chica es más estúpida, aunque quisiera.

Percy tenía razón en taparse los oídos.

Era lo mejor y más sensato, bueno, Annabeth claramente no podía ser perfecta en todo.

—Las sirenas son engañosas y pueden llevarte a la destrucción, aunque mi cuento de niños
era sobre una sirena, ellas traen mala suerte—habla Draco con los brazos cruzados, mientras
Percy lo ve de reojo.

—¿Sparky el dragón? —cuestiona divertido, causando que Draco se sonroje y lo empuje.

La historia que solamente leen los niños magos de sangre pura, sobre un dragón que se
enamoró de una sirena, es algo de cultura general. Pero Percy lo había encontrado divertido
cuando se lo enseño entre las pertenencias que su madre le envió para pasar el año, era su
libro favorito.

Idiota.

Era una mala idea.

No quería formar parte del plan.

Percy y Draco son obligados ayudarla a regañadientes.

Todo sale mal.

Draco se queda en el barco, porque es un inútil en el agua, pero aunque tiene una herida en su
mejilla de como Annabeth se logró soltar de su agarre cuando intentaba mantenerla sujeta,
Percy había ido por ella, sin dudarlo.

Salto sin ver atrás, sin pensar en que pasaría si Draco quedara en medio del barco totalmente
enfermo, solo, mientras se preocupaba solo por Annabeth. No lo culpa realmente, Draco
quiso haber sido más valiente, tener una escoba o algo para poder ir detrás de la chica; ningún
hechizo que sabe usar sin magia podría ayudarlo.

Draco debió haber ido igualmente detrás de ellos.

No lo hizo.

En su lugar vio como Percy salvaba a la chica, como un estúpido héroe de los comics que
este le enseñaba a leer.

Cuando ambos suben al barco, los ayuda a ambos sin darle una doble mirada a ambos, en
realidad está preocupado por el bien de ellos. Aunque cuando luego de unos minutos todo
está bien, cuando siguen el viaje no puede evitar sentarse en medio de un pasillo dentro del
barco, sin comprender porque siente el corazón roto por algún motivo.

Y desesperado en pensar en cualquier cosa para que nadie se dé cuenta.

Odia el vínculo.

Por ahora parece un poco unilateral, Draco recibe las emociones de otros, pero sabe que con
Percy dependiendo la emoción este puede sentir cosas; teme que Annabeth sea igual.

El defecto fatídico de Annabeth es la hibris.


Orgullo desmedido.

Percy no sabe el suyo.

Al verlos a ambos, Draco descubre fácilmente el suyo, egoísta.

Ese probablemente seria su defecto fatídico.

Porque quiere cosas solo para él sin importarle los demás, porque quiere toda la atención de
Percy sobre él en este momento, porque quiere que a pesar de eso Annabeth también siga
siendo su amiga; quiere a sus padres demasiado, quiere que lo vean a él y siente como si
fuera el único que importa.

Toma esas emociones y las deja de lado.

—Draco…—lo llama Percy cuando entra al pasillo, Draco sigue sentado en el suelo, mareado
y viendo a la pared de forma pensativa.

Se pregunta que tanto sabe sobre lo que pasa, que tanto puede sentir.

Pero nada importa.

—Hemos llegado—dice con voz algo ronca, no ha llorado, pero se siente cansado.

Siente la emoción de Percy.

Preocupación.

Preocupación por él.

Y se deleita de que por un instante su atención regrese a él.

Pero dentro de todo, a pesar que no es una emoción, es como si lo supiera con verlo, sobre
que han llegado a su destino.

Mientras Percy asiente, se encuentra horrorizado por el poder del vínculo cada vez mayor
entre ambos.

.
.

A lo lejos se divisaba otra mancha de tierra: una isla en forma de silla de montar, con colinas
boscosas, playas de arena blanca y verdes prados: tal como la había visto en sueños.

30 grados, 31 minutos norte; 75 grados, 12 minutos oeste.

La guarida del cíclope.

Si piensas en la «isla del monstruo», te imaginas un montón de rocas escarpadas y huesos


esparcidos por la playa, como en la isla de las sirenas. Pero la isla del cíclope no tenía nada
de eso. Sí, vale, había un puente de cuerdas sobre un abismo, lo cual no era buena señal.
Venía a ser lo mismo que poner una valla publicitaria que advirtiese: «Algo maligno vive
aquí.» Pero el lugar, aparte de eso, parecía una postal caribeña. Tenía prados verdes, árboles
de frutas tropicales y playas de arena blanquísima.

Annabeth inspiró profundamente aquel aire perfumado.

—El Vellocino de Oro —dijo.

—¿Se morirá la isla si nos lo llevamos? —pregunto Percy curioso.

Annabeth meneó la cabeza.

—Perderá su exuberancia, eso sí. Y volverá a su estado anterior, fuera cual fuese—

No es que importe.

Percy parecía culpable, pero Draco alejo las emociones de este para pensar en beneficio
propio (su defecto fatídico era el egoísmo, no lo pensó por nada), si querían salvar el
campamento ocupaban dicho objeto mágico y si era sincero, ocupaban mucho el campamento
como para preocuparse por lo que pasaba con esta isla.

Que era la guarida de un monstruo que probablemente intentaba…casarse…con Grover.

Su vida era una comedia.

En el prado que había al pie del barranco, se agolpaban varias docenas de ovejas. Parecían
pacíficas, aunque eran enormes, tan grandes como hipopótamos. Más allá, un camino subía
hacia las colinas. En lo alto de ese camino, cerca del borde del abismo, se levantaba el roble
descomunal. Había algo dorado que relucía en sus ramas.

—Esto es demasiado fácil —dijo Percy—. ¿Subimos allí caminando y nos los llevamos? —

Annabeth entornó los ojos.

—Se supone que hay un guardián. Un dragón o…—

Justo en ese momento surgió entre los arbustos un ciervo. Trotó por el prado, seguramente en
busca de pasto, y de repente todas las ovejas se pusieron a balar y se abalanzaron sobre él.
Ocurrió tan deprisa que el ciervo se tambaleó y desapareció en un mar de lana y pezuñas.

Hubo un revuelo de hierba y mechones de pelaje marrón.

Unos segundos más tarde, las ovejas se dispersaron y volvieron a deambular pacíficamente.
En el sitio donde había estado el ciervo sólo quedaban un montón de huesos blancos.

Los tres se miraron con diferentes grados de horror.

Fue asqueroso.

No es que Draco pudiera vomitar más, está seguro si es que esta con vida luego de tantos
vómitos, es solo porque es un semidios a estas alturas.

—Son como pirañas —dijo ella.

—Pirañas con lana. ¿Cómo vamos…? —pregunto Percy, o lo intento.

—¡Percy! —Annabeth ahogó un grito y se agarró del brazo—. Mira—

Señaló hacia la playa, justo debajo del prado, donde un bote había sido arrastrado hasta la
arena… El otro bote salvavidas del CSS Birmingham.

Claro que todos querían que fuera Tyson.

No fue Tyson.

Pero Draco se sintió un poco más tranquilo de saber que Clarisse estaba con vida, solamente
le había parecido demasiado cruel que la chica muriera. El único inconveniente es que no
llegaron a ella primero, fue el ciclope.

Polifemo.

Draco recuerda esos momentos cuando era niño y su madre le leía la Odisea o la Ilíada, todas
esas veces que había querido vivir ese tipo de aventuras.

Se odia tanto ahora mismo por haberlo querido.

—Tengo una idea—había dicho Annabeth con ojos brillantes, Draco y Percy voltean a verla,
por un momento Draco siente un pequeño revoltijo al ver la mirada de total confianza de su
amigo.

Se obliga apartar esa emoción antes de ver a Annabeth, que parece dudar un poco al ver a
Draco, pero al final solamente sonríe levemente; no es algo que quisiera, pero el mundo le ha
demostrado en el último año que las cosas están lejas de ser como él quisiera que fueran la
mayor parte del tiempo. A pesar de todo, no encuentra en su interior algo para odiar a la niña
rubia que se parece a él (aunque no sean hermanos) y que realmente intenta hacer las cosas
bien.

Aunque a veces parece moralmente dudoso.

Es su amiga.

Draco sonríe ligeramente antes de asentir, haciendo a la chica sonreír aliviada.

Han llegado hasta aquí.

Ahora.

Es momento para rescatar a su amigo, a Clarisse, salvar el campamento y tomar ese objeto de
oro.

Si.

Draco no volverá sentir celos de Potter y sus estúpidas aventuras, que comparadas a las que
está viviendo ahora, parecen un juego de niños.

Continuara…

Chapter End Notes

Había comentado anteriormente algunas personas, sobre como Draco tiene un crush por
Percy o al menos se vería un poco al respecto. No es algo que se va a desarrollar por
aquello que alguien tenga esperanzas, no olviden que esto es una historia Drarry
(¿Harco?) por lo cual la pareja principal llegarían a ser Draco x Harry en el futuro.

Pero eso no evita que tenga un crush masivo por su mejor amigo, que incluso Draco
mismo no quiere tener, porque aprecia mucho la amistad con Percy y sabe que este no
voltearía a verlo de esa forma.

Aun así, se parece adorable.

Todos (humanos normales) hemos tenido un amor no correspondido, me gustó la idea de


que los amores no correspondidos de Draco fueran Percy…y Hércules, también es
probable que si Luke no hubiera traicionado el campamento, Draco hubiera obtenido
una especie de flechazo por el chico.

El próximo capitulo es el final del primer arco.

Explicare más al respecto por aquello que alguno olvidara las anotaciones iniciales.
También me pidieron un saludo por tiktok, nunca me han pedido eso, así que no se si lo
hago bien.

*Sale la Luka colocándose unos lentes de lectura, mientras busca en su papelito antes de
hablar*

_El usuario es @la hermana de wei wuxian quien dice que le gusta mi historia y quería
un saludo_

Luka: ¿holi?

*Producción le pasa otro papelito, mientras lo lee hace un rostro confundido sin
entender bien*

Luka: producción me indica que el usuario de tiktok @isama0825, también quiere un


saludo, así que: “Holi x 2”

No entiendo mucho lo de los saludos, pero si eso hizo a alguien feliz, espero sean felices
:D
Capítulo 10: El final del verano que lo cambia todo.
Chapter Summary

Entonces el verano de Draco termina de la peor forma que pueda suceder.

Ahora estan contra el reloj y eso significa que si no actuan pronto, bueno, las cosas
podrian salir mal.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

Entonces seguimos aun contando la historia, es un poco difícil todo lo que ocurrió ese
verano antes de volver Hogwarts, lo peor es que aun falta el encuentro con su padre, pero en
general esta clase de misiones comienzan a cansarlo.

Créanle.

En su tercer año todo es incluso peor y tiene tantos vínculos ahora, que a veces tiene dolores
de cabeza al recordarlo.

¿Dónde había quedado relatando la historia?

O sí.

La isla de Polifemo, Draco se estremece al recordar esa historia y las cosas que continúan
sucediendo. Se preocupa todo lo que falta ahora que esta por irse de vacaciones de tercer
año, tiene el sentimiento que todo va a empeorar y sin duda el recuerdo de su año con Potter
es un desastre.

Además, tiene que descubrir aun sobre la mujer loca que parece atormentarlo y su padre del
olimpo es más un estorbo que una ayuda real, a pesar de haberlo salvado; Draco sigue
siendo un fiel creyente de que esta loco.

Bueno mucho pensar, hay que seguir con la historia cuando llegaron a la isla y que
entiendan que al final del día Draco es solo una pobre víctima inocente.

Que se joda Percy Jackson, lo ama como su mejor amigo, pero es un imán para problemas
incluso peor de lo que es Potter. Aunque recordando como termino el tercer año, puede
pensar que el pobre idiota solamente lo va a tener más complicado luego de lo que le ha
sucedido.

Ver a Grover vestido de novia o a Clarisse luchando con palabras de ira con Polifemo, es una
vista bastante confusa. El ciclope apestaba bastante, lo cual era bastante malo para su ya
indefenso y sensible estómago, pero por suerte no vomito; ahora que estaba en tierra firme no
parecía tener necesidad. No entendía mucho sobre la falsa escocesa y un chal cosido como
atuendo de bodas, pero parece ser que aun llegan a tiempo antes que suceda…no está seguro
que pueda suceder.

¿Una masacre cuando se entere la verdad?

Probablemente.

Habían estado viendo como todo se desarrollaba, Clarisse tristemente tiene una boca grande
que soltó la tapadera de Grover y los puso dentro de una cueva sin ninguna posibilidad de
adentrarse, menos que un pequeño agujero donde tal vez el conejillo de indias Percy podría
entrar.

No.

No va a pensar que Huron Draco podría hacerlo, tiene dignidad.

—Creo que podría hacer algo para entrar, pero no sabría cómo hacerlo hablar—dice Draco
meditando un poco sobre los Shabit, podría hacer uno de serpiente que no había querido
invocar hasta ahora porque dudaba que hubiera sobrevivido a toda esta locura.

Pero la serpiente que usualmente llamaba Steven podría ayudarle.

Aunque no tienen nada para poder llevarle algún escrito a Grover o Clarisse, para explicarles
que estaban aquí y que iban ayudarles.

—Quien diría que ser un conejillo de indias hubiera sido útil ahora—bromea Percy sobre él
mismo viéndolo de reojo.

No.

No va a incluirse en esa broma, piensa Draco con amargura.

—Bueno eso fue debido a la magia de Circe, no es que alguien vaya por ahí queriendo
convertirse en animal y lo haga…al menos que seas hijo de esta y tengas su bendición—
explica Annabeth con indiferencia.

Percy voltea a verlo, levanta una ceja, Draco lo fulmina con la mirada.
Si Percy, ve por ahí haciendo muecas para que todos entiendan que tienes magia, porque ya
sabes, eres hijo de magos que tienen totalmente prohibido unirse a cualquier dios del olimpo
que no sea Hécate; es excelente. Y aunque quisiera convertirse en un…animal diminuto que
para nada tiene que ser un hurón, tampoco es que pueda hacerlo.

Ser un animago tiene un proceso bastante complicado y no todos los magos tienen la
capacidad de convertirse en uno por simple deseo de este. Se ocupa un proceso complicado
(puede o no puede que Draco investigara antes de entrar a Hogwarts por curiosidad,
desanimándose en el proceso), pociones, hiervas en la boca por un tiempo indefinido y una
tormenta eléctrica.

No es como si Draco pensara de repente: “Quiero convertirme en hurón” y algo pasara.

El pensamiento se forma en su mente, antes que todo comience a dar vueltas, Percy y
Annabeth hacen jadeos asombrados mientras el dolor pasa rápidamente en el cuerpo de
Draco; antes que todo se vuelva jodidamente gigante.

No.

No otra vez.

No.

Por favor no.

Draco grita horrorizado, pero el sonido de un chillido provoca que tanto Annabeth como
Percy se agachen hasta su altura, mientras golpea el suelo con patas diminutas que reconoce
perfectamente; además del deseo de comer algo de carne, parece ser que los hurones son
carnívoros o al menos lo era él.

—Puede que luego del incidente con Circe tengas la posibilidad de convertirte en hurón,
¿Puedes hacerlo también Percy? —pregunta Annabeth curiosa por las posibilidades que eso
podría implicar.

Luego de una mueca con el rostro, una mirada de reojo de que Percy piensa que
probablemente es ahora un hurón por la parte mágica de él, más que la de su padre del
olimpo.

—Dudo que pueda—contesta el chico tímidamente, decepcionando a su amiga.

Draco ve sus pequeñas patas incrédulo.

¿Qué significa esto?

No ha visto un animago en persona, pero su transformación fue muy similar a como lo decía
en los libros, lo que hizo que comenzara a sudar frio; metafóricamente, ahora como hurón
parece tener muchas cosas de forma limitada. La idea de que de alguna manera Circe con su
magia no solamente lo transformara en hurón, si no que todo el proceso de convertirse en
animago fuera modificado, saltando todos los pasos para que terminara siendo…esto.
Lo lleno de incredulidad.

E ira.

La iba asesinar a esa bruja de pacotilla.

Un hurón.

Su animal animago era un hurón ahora debido a toda esta situación, Draco podría haber
vivido completamente una vida ajeno de que este sería su espíritu animal.

—¿Puedes volver a ser humano? —pregunto Annabeth luciendo preocupada.

Draco la vio fijamente, antes de notar horrorizado, que, de hecho, no, no podía volver a ser
humano, aunque intentara pensarlo como cuando se hizo hurón.

Joder.

Las primeras transformaciones para magos en animagos no suelen ser fáciles, están llenas de
problemas y es muy importante tener cuidado, tener expertos a tu alrededor para no quedar
atrapado entre lo que podría ser una especie de limbo entre humano y animal. La parte buena
de todo esto es que Draco era un animal, no era una especie de monstruo entre ambos seres,
por lo cual solamente tiene que encontrar una forma de regresar a la forma humana sin
necesidad de las vitaminas de Hermes.

Seria genial averiguarlo sin estar en medio de una misión y la isla de un ciclope de leyendas.

No buenas leyendas.

Por suerte para ellos, Grover hablaba idioma animal, así que cuando entro por la cueva en
lugar de Clarisse que estaba por asesinarlo, cuando grito horrorizado que era Draco; bueno,
estaba con vida. Aunque por la mirada de Clarisse, que a pesar de todo donde están en peligro
de morir, dice que esto será sinónimo de molestarlo de por vida en el campamento.

Su vida social inexistente ahora estaba más muerte que cuando inicio.

—¿Percy y Annabeth están aquí? —pregunto Grover prácticamente conmovido, mientras


Clarisse bufaba un poco aliviada y Draco asintió como hurón.

—Ellos entraran, pero deben tener cuidado y no ser tan imprudentes—le da una mala mirada
a Clarisse, tan mala como puede un hurón—hemos estado buscándote por días—añade
viendo a Grover con grandes ojos que hacen al sátiro lucir al borde del llanto.

No dice nada cuando este lo abraza con el cuello tan suave como puede contra él.

—¿Y eso que significa? —cuestiona Clarisse molesta.


Eso significa.

Que espera que Percy y Annabeth piensen rápido una forma de sacarlos a todos con vida.

Había pensado que sería sutil.

Claro que no es así.

Ser un hurón era entrañablemente divertido, al menos no tenía responsabilidad por lo que
hicieran sus amigos. Podría ser una bola de estrés para Grover o lo sería si no estuviera atado
con Clarisse, pero dado que nadie podía entenderlo, rápidamente se puso en el hombro del
sátiro sujetándose con fuerza de este.

Es difícil sujetarse, aunque Percy le ofreció el hombro, Draco gruño a Grover que no tiene
sentido estar con alguien que no puede entenderlo; el chico pareció herido al respecto cuando
le hicieron la traducción. Bueno este había ido a salvarlos, soltado las cuerdas, corriendo
luego de escuchar a Annabeth gritar. No era divertido moverse sobre el hombro de alguien de
esa forma, pero ir corriendo por su cuenta los retrasaría. Era muy difícil lucir un poco digno
cuando eres un puto hurón, pero Draco no piensa mucho al respecto, porque ahora todos
están luchando por sus vidas.

Polifemo era un idiota.

Pero un idiota gigante.

Un gran gigante que puede matarte.

Los chicos sabían atacar, habían entrenado en el campamento y aunque Draco no pudo ser
parte de esto, porque era un hurón, no dudo en saltar de Grover cuando estuvieron cerca,
escabullirse entre las piernas del gigante y morderlo sin piedad en el dedo del pie.

Fue la cosa más asquerosa que había hecho Draco en su vida.

Pero funciono.

—¡¡Raaaarrr!! —rugió el gigante.

La buena noticia: soltó a Annabeth. La mala: la dejó caer de cabeza sobre unas rocas, donde
quedó inmóvil como un muñeco de trapo.

Otra mala noticia: Polifemo corrió hacia Percy, quinientos apestosos kilos de cíclope que
debía combatir con su pequeña espada.
Draco salió volando.

Joder.

Su pequeño cuerpo escupió el aire que tenía, jadeando cuando estaba sobre su espalda
pensando en que Percy tendría que arreglárselas con los demás contra el ciclope. Draco uso
su cuerpo para correr hacía Annabeth que seguía inconsciente, haciendo que gruñera mientras
con su cuerpo adolorido saltaba sobre ella intentando que reaccionara.

Grover llego contra ellos, sujetando a Annabeth y, por ende, a Draco sobre esta.

—Va a estar bien—dijo con pánico, a lo cual Draco salto sobre su hombro para ver a Percy.

Estaba luchando contra Clarisse.

Joder.

Forma humana, ocupa una forma humana.

Pero su cuerpo se negaba a responder.

Ambos comenzaron a correr colina abajo, mientras que ellos iban hacía las ovejas asesinas,
Draco le gruño a Grover que maldijo antes de seguir la dirección por que Percy y Clarisse
venían detrás de ellos. No quería ir hacía la lucha, Annabeth sigue inconsciente y sangrante.

Es inútil.

Otra vez.

Como en el verano pasado.

—Corta las cuerdas, Annabeth tiene un cuchillo—hablo saltando donde sabía que estaba el
arma.

El plan seria perfecto, Percy y Clarisse vendrían de su lado, la cuerda se cortaría antes que el
ciclope llegara hacía ellos. Hubo gritos, corrieron, pero cuando Percy logro llegar al lado de
ellos para cortar las cuerdas; el ciclope había quedado de su lado.

Si.

Un plan perfecto que fallo.

Fue el fin.

Draco se encontró temblando entre el cuerpo de Annabeth y Grover, cuando Percy


literalmente se arrojo a la lucha con un grito de guerra. Parecía como si algo se hubiera
apoderado del chico torpe, que si bien hábil en la espada, nunca había sacado esta clase de
interior guerrero; bueno si, dicen que paso algo similar con Ares, pero esto era un puto
ciclope y…a quien quiere engañar.

Alzo la espada y se lancé al ataque, olvidando que era un combate absolutamente desigual.
Le clavo la espada en la barriga, y cuando se dobló de dolor, le asesto un golpe en la nariz
con la empuñadura. Rebano, coceé y aporreé con furia, y de repente Polifemo estaba en el
suelo, aturdido y soltando gemidos, y Percy encima de él, con la punta de la espada
apuntando a su único ojo.

—¡Huy, huy, huy, huy! —gemía el monstruo.

—¡Percy! —jadeó Grover—. ¿Cómo has…?—

Era la misma pregunta de Draco si era sincero.

—¡Noooo, por favor! —suplicaba el cíclope, mirando a Percy lastimero. Le sangraba la nariz
y por el rabillo del ojo le asomaba una lágrima—. mis ovejitas se necesitan. ¡Yo sólo quiero
proteger a mis ovejitas!—Y empezó a sollozar.

Percy había vencido.

Solo ocupaba clavarle la espada.

Un golpe seco y se acabó.

—¡Mátalo! —chilló Clarisse—. ¿A qué esperas? —

—¡Es un cíclope! —me advirtió Grover—. ¡No te fíes de él! —

Draco chillo indignado, porque estos dos idiotas no sabían lo que decían, todo eran palabras
equivocadas, porque ahora puede sentir la empatía dentro de Percy. Probablemente este
pensando en Tyson y eso era sin duda algo que no ocupaban ahora.

No tiene nada en contra de ciclopes como Tyson, pero este ciclope es diferente.

Hay humanos buenos.

Humanos malos.

Hay ciclopes buenos como Tyson.

Este era un ciclope muy malo.

—Sólo queremos el Vellocino de Oro —le dijo Percy—. ¿Dejarás que nos lo llevemos? —

—¡No! —gritó Clarisse—. ¡Mátalo! —

Draco apoyaba fervientemente a Clarisse.

El monstruo se sorbió la nariz ruidosamente.


—Mi hermoso vellocino, la mejor pieza de su colección. Llévatelo, hombre cruel. Tómalo y
vete en paz—

—Voy a retroceder muy despacio —le dijo Percy al monstruo—. Un movimiento en falso
y…—

Polifemo asintió como si comprendiera.

Dio un paso atrás y, rápido como una cobra, el monstruo le lanzó al borde de la sima de un
manotazo.

—¡Estúpido mortal! —bramó mientras se incorporaba—. ¿Llevarte su vellocino? ¡Ja!


Primero ha de comerte—

Quisiera.

Draco salto del cuerpo de Annabeth rápidamente, no sabe que sintió exactamente, pero su
cuerpo simplemente fue como si se llenara de energía y todo estuviera claro por un instante.
Había olvidado el vínculo, claro que sentía las emociones fuertes de este, pero algo dentro de
él solamente se había encendido como un bombillo.

Protégelo.

Cuídalo.

Ayúdalo.

Eran palabras que se volvieron como un mantra y cuando salto al suelo era nuevamente un
humano, que no dudo en tocar el brazalete en su brazo; la lanza en sus manos se sintió
correcta. A diferencia de Percy, de la humanidad de su amigo, de lo que fuera que le hizo
tener piedad.

Draco no la tuvo.

La lanza atravesó sin piedad el muslo derecho del Polifemo quien soltó un alarido, antes que
una piedra como una pelota de baloncesto se colara por la garganta de este. El ciclope
comenzó atragantarse e intento deglutir aquella píldora inesperada.

Se tambaleo, mientras gimoteaba de dolor cuando Draco corrió para soltar la lanza de su
pierna, incrustada, ocasionando un charco bastante desagradable de sangre asquerosa de por
medio.

Intento sujetar a Percy cuando cayó del cielo, hubiera sido muy heroico y masculino.

El idiota cayó sobre su espalda.

—Joder—gruño Draco estampado contra el suelo, con el rostro contra la tierra y Percy que se
movía incrédulo sobre él.

Cuando siguió su mirada lo vio.


Hacia la mitad del camino que llevaba a la playa, completamente ileso, aunque estuviera en
medio de un rebaño de ovejas asesinas.

—¡Polifemo malo! —exclamó Tyson—. ¡No todos los cíclopes son tan buenos como
parecemos! —

Draco se encontró sin comprender cual alivio era de Percy o el suyo.

Tyson les dio una versión resumida de lo que había pasado: Rainbow el hipocampo, que por
lo visto les había seguido desde Long Island Sound con la esperanza de que Tyson jugase con
él, lo había rescatado cuando se hundía bajo la chatarra del CSS Birmingham y había logrado
ponerlo a salvo. Los dos juntos habían recorrido desde entonces el Mar de los Monstruos
tratando de localizarnos, hasta que Tyson detectó un fuerte tufo a oveja y dio con la isla.

No ocupo nada más.

Era perfecto.

Luego fueron rodeados de ovejas asesinas.

El vellocino por otro lado ayudo a Annabeth a recuperarse, no le importo la desesperación de


Percy, ya que Draco se encontró con su propio dolor al ver la cantidad de sangre; no quería
perder a su amiga, así que el vellocino había sido de gran utilidad cuando esta se despertó
casi totalmente curada.

Clarisse demostró ser más de lo que parece cuando ayudo a cargar Annabeth hacia el
Vengador de la Reina Anna.

Luego ante los ojos de un sorprendido Draco, pudo ver una lucha de hermano entre Percy y
Tyson, ambos unidos contra Polifemo; quiso ir ayudarles, pero esta vez el vínculo no lo
obligo a moverse, como si algo dentro de él dijera que todo estaba bien.

—Son asombrosos—escucho susurrar a sus propios labios.

Luego Clarisse se unió a la lucha.

Aparentemente no a gusto con que el ciclope quisiera casarse con ella.

Nadie dijo nada.

Incluso cuando eso los llevo a naufragar y ser salvado por hipocampos.

.
.

Miami.

No era lo importante, habían pasado 10 días fuera del campamento.

Lo cual significaba que el árbol de Thalia debería estar muerto para entonces.

Percy le había dado el dinero que tenían a Clarisse para que se fuera en boleto de avión, eso
había sido inesperadamente amable y Draco pensó que era un idiota; pero nadie le hizo caso
cuando Clarisse había salido corriendo porque se quedaban sin tiempo.

Fue ahí cuando apareció Luke.

—Eh, colega —dijo Luke—. Bienvenido a Estados Unidos. —hablo este como si no tuviera
una espada en el cuello de Percy.

Draco lo odio.

Recordó las palabras que compartió con Clarisse en lo que parece una eternidad, pero no
pudo moverse cuando sus matones de siempre, aquellos dos osos gemelos, se materializaron
a ambos lados. Uno sujetó a Annabeth y a Grover por el cuello de la camiseta. El otro intentó
agarrar a Tyson, pero éste lo derribó sobre un montón de maletas y le soltó un rugido a Luke.

Draco saco su lanza obligando al otro a soltar a Annabeth y Grover.

No.

Iba a luchar.

Esta vez no se paralizaría.

—Draco—la voz de este sonó como un encantador de serpientes.

Draco volteo a verle con odio, pero este no parecía en lo más mínimo sorprendido; Draco se
sintió paralizado por algún motivo.

—Percy —dijo Luke con calma—, o le dices a tu gigante que se aparte de su vista o todos
saben que no podrán ganar; ¿aun te sigues tropezando con la lanza Draco? —

Apretó la lanza con fuerza, al tiempo que Annabeth y Grover detrás de él, parecían en alerta;
intento ignorar la mirada desconsolada de Annabeth o el gruñido de furia de Percy por las
palabras de Luke.

Draco odio a Luke.


Odio ver al chico amable que le había sonreído cuando se encontró en problemas cuando
llego al campamento, todo siendo nuevo, asustado y desconfiado.

Lo odio por traicionarlo.

Y este sentimiento no era de Annabeth o Percy.

Era totalmente suyo.

—¿Qué quieres, Luke? —refunfuño Percy.

Esbozó una sonrisa que le deformaba la cicatriz de la cara.

Señaló el otro extremo del muelle y se dio cuenta de una cosa que tendría que haber saltado a
la vista desde el principio: el crucero más grande del puerto era el Princesa Andrómeda.

—Bueno —dijo Luke—, lo que quiero es ofrecerte otra vez su hospitalidad, por supuesto—

Los osos gemelos le subieron a bordo del Princesa Andrómeda y los llevaron a la cubierta de
popa, frente a aquella piscina con surtidores que rociaban agua. Una docena de matones
variados —reptiles, lestrigones, semidioses con armadura— se había reunido para brindarnos
su «hospitalidad».

Otra vez.

Esto se vuelve aburrido.

—Bueno —musitó Luke—. El vellocino. ¿Dónde está? —

Nos examinó con atención. Le pinchó la camisa a Percy con la punta de su espada. Se asomó
a los vaqueros de Grover.

—¡Eh! —protestó él—. ¡Eso es pelo de cabra natural! —

—Perdona, viejo amigo —dijo Luke con una sonrisa—. Tú dame el vellocino y yo permitiré
que reanudes la búsqueda que habías emprendido. —

—¡Ja! —dijo Grover—. Conque «viejo amigo», ¿eh? —

—Quizá no se has oído. —La voz de Luke sonaba peligrosamente tranquila—¿Dónde…


está… el vellocino? —

—Aquí no —dijo Percy—. Lo hemos enviado por delante. Esta vez la has pifiado,
«amigo»—

Luke entornó los ojos.


Draco entrecerró los ojos confundidos.

—Mientes. No puedes haber… —Se sonrojó repentinamente ante la espantosa posibilidad


que se le estaba ocurriendo—. ¿Clarisse? —

Percy asintió confiado.

Draco se horrorizo por otra cosa.

A pesar de su clara actuación, a pesar de lucir levemente sorprendido, había una especie casi
de brillo maniaco en sus ojos; Draco no entiende porque el chico parecería satisfecho cuando
claramente habían estado caminando en contra de sus planes.

¿Eso hicieron?

—¿Le has confiado…? ¿Le has dado…?—

—Así es. —

—¡Agrius! —

El oso gigante retrocedió.

—¿S-sí? —

—Baja y prepara su corcel. Súbelo a cubierta. Tengo que irme volando al aeropuerto.
¡Rápido! —

—Pero, jefe…—

—¡Deprisa! —gritó Luke—. O te echaré de comida al dragón—

El oso tragó saliva y bajó pesadamente por las escaleras. Luke deambulaba junto a la piscina,
soltaba maldiciones en griego antiguo y aferraba su espada con tal fuerza que los nudillos
parecían a punto de estallarle.

Pero no estaba enojado.

Parecía un poco preocupado.

Pero no furioso.

El resto de la pandilla tenía un aire más bien incómodo. Quizá nunca habían visto a su jefe
tan desquiciado.

—Has estado jugando con nosotros desde el principio —le recrimino Percy, pero Draco no
dejaba de ver a Luke con la preocupación creciendo en su interior—. Pretendías que te
trajéramos el vellocino y ahorrarte así el trabajo de encontrarlo tú—

—¡Por supuesto, idiota! —replicó ceñudo—. ¡Y tú has acabado estropeándolo todo! —


No.

Su rostro no era sincero.

Era como si dijera la verdad y al mismo tiempo, esto era una trampa, de alguna forma estaban
en medio de otra trampa.

—Percy—intento hablar, Luke le dio una mirada divertida de reojo, pero Percy tenía
demasiada furia.

—¡Traidor! —

Pudo ver como Percy sacaba del bolsillo su último dracma de oro y se lo arrojo. Tal como
esperaba, Luke lo esquivó fácilmente. La moneda atravesó la cortina de agua iluminada por
el arco iris.

—Nos engañaste a todos —Percy tenía sus propios planes—. ¡Incluso a Dioniso en el
Campamento Mestizo! —

Luke sonrió con desdén.

—No es momento de hacerse el héroe, Percy. Tira tu miserable espadita o haré que te maten
más pronto que tarde—

—¿Quién envenenó el árbol de Thalia, Luke? —

—Yo, por supuesto —gruñó—. Ya te lo dije. Usé veneno de pitón vieja, traído directamente
de las profundidades del tártaro—

—¿Quirón no tuvo nada que ver en el asunto? —

—¡Ja! Sabes muy bien que él nunca lo habría hecho. Ese viejo idiota no tiene agallas—

—¿Eso son agallas, según tú? ¿Traicionar a tus amigos? ¿Poner en peligro a todo el
campamento? — Luke levantó su espada.

—Tú no entiendes ni la mitad de todo este asunto. Iba a dejar que te llevases el vellocino…
una vez que yo lo hubiese utilizado—

Oh no.

Los ojos de Luke contra los de Draco, le dieron a entender que tenía sentido todo, esto estaba
mal. El vellocino, nunca debieron llevarse el vellocino.

¿Pero por qué no?

Draco sentía que lo terminarían descubriendo pronto.

—Pensabas reconstruir a Cronos —dijo Percy.


—¡Sí! Y la magia del vellocino habría acelerado diez veces su regeneración. Pero no creas
que nos has detenido, Percy. Sólo has ralentizado un poco el proceso—no, eso no suena
sincero.

—O sea que envenenaste el árbol, traicionaste a Thalia y nos tendiste una trampa… todo para
ayudar a Cronos a destruir a los dioses—

Luke apretó los dientes, lucia más aburrido que otra cosa.

—¡Ya lo sabes! ¿Por qué se sigues preguntando? —

—Porque quiero que te oiga toda la audiencia—

—¿Qué audiencia? —

Entornó los ojos, miró atrás y todos sus matones hicieron lo mismo. Dieron un grito y
retrocedieron un paso. Sobre la piscina, en medio del arco iris nublado de vapor, temblaba la
imagen de un mensaje Iris: Dioniso, Tántalo y el campamento entero en el pabellón del
comedor. Todos permanecían sentados y en silencio, mirándonos atónitos.

—Bueno —dijo Dioniso secamente—, una inesperada distracción nocturna—

—Señor D, ya lo ha oído —dijo Percy—. Todos han oído a Luke. Quirón no tuvo ninguna
culpa en el envenenamiento. —

El señor D suspiró.

—Supongo que no—

—Ese mensaje Iris podría ser una trampa —sugirió Tántalo, aunque él tenía casi toda su
atención puesta en una hamburguesa de queso, que estaba intentando acorralar con ambas
manos.

—Me temo que no —dijo el señor D, mirando con repulsión a Tántalo—. Por lo visto, tendré
que rehabilitar a Quirón como director de actividades; creo que echo de menos las partidas de
pinacle con ese viejo caballo—

Tántalo atrapó la hamburguesa, que esta vez no se le escapó volando. La levantó del plato y
la observó asombrado, como si fuese el mayor diamante del mundo.

—¡La tengo! —dijo riendo a carcajadas.

—Ya no necesitamos tus servicios, Tántalo —anunció el señor D.

Tántalo parecía estupefacto.

—¿Qué? Pero…—

—Puedes regresar al inframundo. Estás despedido. —


—¡No! Pero… ¡Nooooooooo! —

Mientras se iba disolviendo en una niebla, asió con fuerza la hamburguesa y quiso llevársela
a la boca, pero ya era demasiado tarde. Se desvaneció por completo y la hamburguesa cayó
en el plato de nuevo.

Los campistas estallaron en vítores.

Luke bramaba de rabia. Atravesó el surtidor con su espada y el mensaje Iris se disolvió. Pero
ya había cumplido su misión.

—Cronos tenía razón, Percy. Eres poco fiable. Habrá que reemplazarte—

Uno de sus hombres tocó un silbato de bronce y las puertas de la cubierta se abrieron de
golpe. Aparecieron una docena de guerreros que formaron a nuestro alrededor un círculo
erizado con las puntas de bronce de sus lanzas.

Luke se sonrió.

—No saldrás vivo de este barco—

Salieron con vida de eso.

Había sido una extraña demostración de testosterona (palabras de Annabeth) cuando Percy
logra convencer a Luke de una lucha entre ellos, que lo hizo sentirse tenso la mayor parte de
ella; no pudo ayudar, si hiciera algo provocaría que el 1 vs 1 que consiguió Percy, se
transformara con todos los otros guerreros presentes. Al final no fue necesario su
intervención cuando apareció Quirón, pero no importaba.

Cuando Luke los vio marcharse con ayuda de Quirón y sus familiares, puedo jurar que le dio
una última sonrisa divertida a él.

Draco no pudo hacer nada nuevamente.

Sus puños se apretaron con furia.

Quirón tuvo una charla con Percy, de la cual Draco no sabe nada, pero cuando llegaron de
regreso al campamento, Quirón comento que pronto tendría una charla con Draco.

¿Pronto cuando era?

Un día.
Una semana.

Un año.

No parecía importar.

Gracias a la capacidad especial de los centauros para viajar, llegaron a Long Island poco
después de que lo hiciera Clarisse. Cabalgo a lomos de un familiar de Quirón, pero no habla
mucho durante el trayecto, y menos aún de lo que había pasado. Cuando llegaron al
campamento, los centauros tenían muchas ganas de conocer a Dioniso. Le habían dicho que
organizaba unas fiestas increíbles. Pero se llevaron una decepción, el dios del vino no estaba
para fiestas precisamente cuando el campamento en pleno se reunió en lo alto de la colina
Mestiza.

Lavender había saltado apenas se bajó, abordándolo en un mortal abrazo, que demostró que
Draco tal vez había quedado herido.

Incluso lejos de las luchas.

Había sido tratado duramente cuando era un hurón y se sentía magullado, al abrazo de
Lavender se había unido un emocional Will.

Fue bueno volver, pensó Draco conmovido.

En el campamento habían pasado dos semanas muy duras. La cabaña de artes y oficios había
quedado carbonizada hasta los cimientos a causa de un ataque de Draco Aionius (que, por lo
que pude averiguar, era el nombre latino de un lagarto-enorme-que-escupe-fuego-y-lo-
destruye-todo), hubieron varios chistes por su nombre. Las habitaciones de la Casa Grande
estaban a rebosar de heridos; los chicos de la cabaña de Apolo, que eran los mejores
enfermeros, habían tenido que hacer horas extras para darles los primeros auxilios.

Todos los que se agolpaban ahora en torno al árbol de Thalia parecían agotados y hechos
polvo.

En cuanto Clarisse cubrió la rama más baja del pino con el Vellocino de Oro, la luna pareció
iluminarse y pasar del color gris al plateado. Una brisa fresca susurró entre las ramas y
empezó a agitar la hierba de la colina y de todo el valle, todo pareció adquirir más relieve: el
brillo de las luciérnagas en los bosques, el olor de los campos de fresas, el rumor de las olas
en la playa.

Poco a poco, las agujas del pino empezaron a pasar del marrón al verde.

Todo el mundo estalló en vítores. La transformación se producía despacio, pero no había


ninguna duda: la magia del Vellocino de Oro se estaba infiltrando en el árbol, lo llenaba de
nuevo vigor y expulsaba el veneno.

Quirón ordenó que se establecieran turnos de guardia las veinticuatro horas del día en la cima
de la colina, al menos hasta que encontráramos al monstruo idóneo para proteger el vellocino.
Dijo que iba a poner de inmediato un anuncio en El Olimpo Semanal.
Entretanto, los compañeros de cabaña de Clarisse la llevaron a hombros hasta el anfiteatro,
donde recibió una corona de laurel y otros muchos honores en torno a la hoguera.

Annabeth, Percy y Draco eran ignorados.

Era como si nunca hubieran salido del campamento.

Supuso que ése era su mejor modo de darles las gracias, porque si hubieran admitido que se
habían escabullido del campamento para emprender la búsqueda, se habrían visto obligados a
expulsarlos.

Esto es lo mejor, piensa Draco cuando puede desplomarse sobre una camilla de la enfermería,
donde Will sonríe contando sobre las historias que ha pasado en el campamento; Lavender se
cola esa noche diciendo que Draco tiene peor suerte que Harry Potter si lo que contaron es
verdad.

—Tengo peor suerte que Potter, ¿Quién lo creería posible? —bromea Draco divertido cuando
sus costillas fueron vendadas.

—¿Harry Potter el niño del que siempre hablas? —pregunta Will realmente curioso.

Lavender chilla emocionada antes de contar historias falsas, sobre rivalidad (esto si es
verdad) y tensión romántica (que es mentira), al niño rubio.

A la mañana siguiente, una vez que los ponis partieron para Florida, Quirón hizo un anuncio
sorprendente: las carreras de carros continuarían como estaba previsto. Tras la marcha de
Tántalo, todos creíamos que ya eran historia, pero a fin de cuentas parecía lógico volver a
celebrarlas, en especial ahora que Quirón había regresado y el campamento estaba a salvo.

A Tyson no le entusiasmaba la idea de volver a subirse a un carro, después de nuestra primera


experiencia, de modo que le pareció estupendo que Percy formara equipo con Annabeth.

Querían que Draco estuviera ahí.

Draco quería estar ahí.

—Creo que esta vez lo vere desde el suelo, el Doctor me dio órdenes de reposo—dijo Draco
de forma tensa, mientras le guiñaba un ojo a Will que se sonrojo avergonzado antes de
empujarlo.

Se rio al respecto.

Percy pareció un poco confundido y decepcionado, pero luego de ver a Annabeth parecía
totalmente encantado con la idea.
Mientras veía la estúpida carrera que parecía lista para asesinar a sus amigos, Draco pensó
con una sonrisa algo triste, que tal vez esta sería una buena forma de despedirse. No había
dejado crecer el sentimiento, probablemente pasaría mucho tiempo antes que pudiera decir
que no sentía nada, pero al ver a Percy luchar al lado de Annabeth, ambos totalmente
encantados por el otro mientras luchaban en equipo.

Pensó con tristeza como probablemente ahí iba su primer amor.

Ni siquiera le dio oportunidad de crecer.

—Eso fue un triste suspiro—dice Lavender con curiosidad al ver como la carrera era ganada
por Annabeth y Percy contra todo pronóstico.

—Fue una despedida a algo que no debe crecer—dice viendo fijamente como Percy se ve
radiante mientras agradece a Tyson.

Tyson se sonrojó hasta las orejas. La gente estalló en vítores.

Cuando Annabeth le dio un beso en la mejilla a Percy, después de lo cual el rugido de la


multitud aumentó bastante de volumen; pudo ver el rostro de Lavender como si tuviera una
revelación sobre el tema. No pregunta que sabe, porque solamente sabe que conoce algo;
parece casi triste por él.

Duele.

Pero dejara de doler algún día.

Draco sonríe ligeramente cuando Percy lo saluda entre la multitud, esperando solamente que
no sienta esto, que no sienta la tristeza o soledad.

La cabaña entera de Atenea les subió a hombros a Annabeth, a Tyson y a Percy, y los llevó
hasta la plataforma de los vencedores, donde Quirón aguardaba para entregarnos nuestras
coronas de laurel.

Duda que lo sienta.

Cuando las emociones propias son demasiado fuertes, Draco no puede sentir a los demás, así
que por ahora está bien.

Draco deja a Percy y Annabeth disfrutar de su nuevo estatus de campeones, una parte de él le
susurra que, si hubiera dicho que si, habría celebrado junto con ellos; pero al final no hubiera
servido de nada. Durante todo su primer año en Hogwarts había querido ganarle a Harry
Potter en el quidditch, pero incluso aunque hubiera estado ahí, duda que eso lo hubiera hecho
feliz. Duda que si hubiera tomado participación en la carrera hubiera ganado algo,
simplemente parece que estaría luchando por alcanzar algo que no tiene en sus manos.
Una Snitch dorada que vuela de sus dedos hacia la lejanía.

Llama a su madre que por supuesto, había estado en contacto con Sally Jackson, que era sin
duda una mala influencia; el rostro de Narcisa Malfoy indicándole que volvería a casa antes
que se terminara el verano lo hizo estremecerse.

Las guardas habían sido levantadas.

Las runas estaban listas.

Ocupaba llegar antes para prepararse para los exámenes de Hogwarts que tendría que hacer
de su segundo año, para ingresar a su tercer año; si bien había estudiado, no sería mala idea el
ponerse al día por su cuenta y no con la distracción del campamento.

Draco miro por la mensajería Iris a su madre hablar con ese tono que no permitía ninguna
duda.

Tal vez fuera lo mejor.

Estaba acostumbrado estar al lado de Percy, había querido tanto el verano pasar todo el
tiempo con su amigo, pero ahora, solo quería descansar un poco; llorar su primer amor que
claramente no tenía ningún futuro y superarlo en Hogwarts.

El próximo verano sería diferente.

Serian mejores amigos como ahora, pero Draco habría matado cualquier sentimiento
romántico que había querido nacer de su interior.

—Dos semanas más Draco, solo tienes eso y luego volverás a casa…si no es que vas a otra
aventura al fin del mundo nuevamente—habla Narcisa sujetándose el puente de la nariz.

Luego le había dicho que lo amaba, su padre saludo efusivamente, o tan efusivamente como
era; luego la llamada termino y se quedó demasiado tiempo frente al rio. Pensando
seriamente en como rayos le diría a Percy que las vacaciones de verano, se habían acortado
drásticamente.

No ocupaba ser un vidente para saber que no le gustaría.

Aunque este nunca lo volteara a ver con ojos románticos, Draco era su mejor amigo (lucharía
con Grover y Annabeth con puños y garras por eso), no estaría feliz de perderlo de vista hasta
el próximo año.

Lavender no estaría feliz que la dejara sola, aunque estaría más tranquila ya que lo vería
durante el año escolar de Hogwarts.

¿Tal vez podría verlo en algunas vacaciones?

—Draco Malfoy—habla Quirón saliendo de la nada, Draco había perdido el sentido del
tiempo y el espacio, pero sonríe cuando ve al centauro.
O lo hace.

Hasta que ve su expresión.

Mala señal.

Caminan un rato en silencio, Draco solamente sigue el paso del hombre centauro que parece
estar patrullando y viendo a todos; saludando a los demás, pero permaneciendo en una
especie de camino alejado que les daba presencia.

Pero lejanía para conversaciones privadas.

—Annabeth me comentó algo que cree, una teoría, pero quería confirmarlo contigo ya que no
se supone que algo así sucediera—a diferencia de Percy, Draco entiende rápidamente las
palabras de Quirón.

—Así que ella también lo sintió, a diferencia de Percy, no parece tan fuerte para que lo note

—Ella es bastante perceptiva, aunque no esperaba que aparte de Percy tuvieras un vínculo
con otra persona, lo cual es bastante…inusual, dado la posible naturaleza del vínculo—

—¿Naturaleza? —cuestiona curioso.

El año pasado Quirón no dijo mucho sobre el vínculo, pero ahora parecía haber replanteado
su idea, probablemente por lo que paso en el campamento o simplemente había considerado
que ahora era el momento.

—El talón de Aquiles—bien eso sin duda era algo sacado de contexto, pero Draco asiente
siguiendo la línea de pensamiento errática—todos conocen a Aquiles, pero pocos conocen a
Patroclo o al menos…algunos detalles de su vida—Draco ladea la cabeza mientras el
centauro mira a la distancia, está oscureciendo, es un lindo atardecer—Patroclo fue maldito—

Voltea a ver al centauro confundido.

—¿Disculpa? —pregunta casi confundido, Quirón parece dudar un poco más antes de
suspirar.

—No muchos la conocían, incluso el propio Patroclo no fue consciente al inicio, dijo que
había sido como un látigo en su cuerpo; cuando vio a Aquiles, cuando hablaba con este…no
pensó que fuera algo malo, hasta que fueron a la guerra—explico Quirón tranquilamente—no
era el primero en crear vínculos, estos han existido por años y aunque usualmente se hace por
magia, hay almas a fines que hacen vínculos, el propio Percy tiene un vínculo con Grover que
le permitió conectar sus sueños—

Bien, eso lo hizo un poco celoso, no lo va a negar, pero le consolaba pensar que Draco hizo
un vínculo más fuerte.

—¿Qué tiene que ver ese vínculo conmigo? —pregunta con seriedad.
—Es similar, al menos, recuerdo que es muy similar—responde Quirón—comenzó sintiendo
las emociones de Aquiles, comenzó a poder leerlo en batalla, eran un equipo casi infalible.
Patroclo muchas veces comento que sentía una extraña necesidad de ayudar a Aquiles en
todo lo posible, muchas veces incluso contra su propia lógica, siempre ocupaba ayudarlo
cuando era necesario; Patroclo amo mucho a Aquiles—la doble intención está ahí, lo sabe,
pero la ignora por su bien mental—hubo un tiempo en que Patroclo juro que podía escuchar
los pensamientos de Aquiles—

Silencio incomodo.

Un muy largo silencio incomodo.

—¿Y luego…? —pregunta casi de forma un poco alarmada, porque tal vez había cosas que
estaban muy cerca de ser familiares para su gusto.

—Murió—Draco sintió frio ante las palabras de Quirón—eso volvió loco Aquiles—Si. Esa
historia no estaba siendo agradable, piensa Draco nervioso—nadie sabe la totalidad de esa
maldición, como nació, pero se cree que la diosa de la oscuridad Nyx quería equilibrar el
mundo; Aquiles era poderoso, Patroclo su debilidad. La guerra entonces era algo oscuro, pero
hasta donde se Patroclo solo tuvo un vínculo con Aquiles—

Draco puso una mano en su mentón.

—Entonces si yo tengo un vínculo con Annabeth, podría significar otra maldición o vínculo
diferente—fue casi esperanzado al decirlo.

—O significar que la maldición es peor contigo—

Le agradaba más Quirón cuando ocultaba cosas.

Draco no sabe que es peor decirle a Percy, sobre como sus vacaciones se han acortado o
sobre su vínculo con Annabeth; el idiota parece resentido con ambas.

—Pero soy tu mejor amigo—es el reclamo a ambas conversaciones.

Bueno.

Draco al menos sabe que no es el único que siente que esto es demasiado para ambos, Percy
parece sollozar ante la idea de perder a su mejor amigo no solamente por el resto de las
vacaciones, si no también perderlo para el próximo año escolar.

—Prometo volver—hace una disculpa mental a sus padres, esperando que no planearan nada
de antemano—en vacaciones de navidad y año nuevo, sé que puedo escaparme algunos días
para venir—intenta consolarlo.
Pero Percy igualmente se queda de lado, moviendo una piedra con un zapato luciendo
deprimido.

Annabeth no está presente, pero cuando luego de la charla, Percy literalmente no se aparta de
la espalda de Draco, ni siquiera parece molesta. Curiosamente esta y Grover (quien se
quedará el resto de las vacaciones antes de partir a otra búsqueda de Pan) están siempre a su
lado con Tyson y Lavender. Draco ocupa escabullirse del grupo de personas para charlar con
Will.

Aunque eso se convierte en un reto también, cuando Percy suele saltar sobre su espalda
acusándolo de no pasar suficiente tiempo con él.

Draco definitivamente no entiende como se enamoró de un idiota.

A veces Draco piensa en Luke, en sobre como los dejo escapar a su manera, en su sonrisa, en
su plan donde Draco sabe que cayeron como si fuera una trampa.

Luke quería que tuvieran el vellocino.

¿Por qué?

A veces Draco no dormía por eso, esos pensamientos, y también porque Percy se colaba para
arrastrarlo a la cabaña de Poseidón (de contrabando) para hacer pijamadas con Tyson; Draco
se encuentra extrañando estos momentos, incluso ahora.

Quiere volver a Hogwarts.

Pero quiere quedarse aquí.

Su corazón se siente dividido.

—Sabes que debes hablar conmigo todo el tiempo, tenemos la mensajería Iris, deberías
conseguir un teléfono celular, aunque sean peligroso para los mestizos—gruñe Percy
mientras caminan luego de un entrenamiento, habían estado practicando lucha con espadas y
lanzas.

Draco aun no puede ganarle, pero Percy está decidido a convertirlo en un guerrero y parece
considerarlo como uno de los mejores compañeros de sparring hasta el momento.

—No lo permite, magia ya sabes—susurra eso último, porque ahora que lo piensa, Hogwarts
como la mayoría del mundo mágico está bastante desactualizado de la era moderna.
Es una pena.

Incluso sin entender del todo los teléfonos celulares, puede ver como Percy los encuentra tan
útiles. Algunos de ellos tenían pequeños y adictivos juegos para celulares, mientras que otros
podían escuchar música de diferentes cantantes.

Draco sabe lo que significan las costumbres entre los magos de sangre pura.

Eso no evite que piense que son aburridas y que, con un poco de tecnología, todo sería mejor;
no dirá eso frente a su padre si no quiere darle una embolia.

—El mundo mágico es aburrido—

—Dímelo a mi—

El mundo muggle tiene muchas más distracciones, nota rápidamente, probablemente por la
falta de magia que para Draco siempre será mucho más asombrosa que una vida sin magia;
eso no evita que disfrute más de la magia. La magia es algo inherente en un mago,
especialmente si naces en una familia mágica y todo desde que eres un bebé es alrededor de
esta.

Pero el mundo muggle también es fascinante.

Si tan solo se pudiera tener lo mejor de ambos mundos.

—No te agradecí correctamente—habla Percy atrayendo su atención en el camino, Draco lo


ve de reojo y solamente lo ve fijamente cuando este sonríe—cuando Polifemo iba a comerme,
justo antes que llegara Tyson, atacaste para ayudarme; Gracias Draco—añade este con
agradecimiento sincero, que provoca una multitud de emociones en su interior que Draco
gruñe apartándolas.

Ve el camino molesto.

Idiota.

—Nos salvaste el trasero más veces, deja de ser un culo sentimentalista—farfulla apurando el
paso, Percy solamente ríe caminando a su misma velocidad empujándolo.

Si.

No extrañaría a ese zoquete.

Tyson se marchó un día, Percy dijo que su padre lo había llamado, Draco solamente paso el
resto del día en la cabaña de Percy acostado sobre la cama leyendo historietas, mientras Percy
estaba acostado a su lado viéndose miserable comiendo gomitas azules.
Al menos hasta que se desato una tormenta.

Un día de tranquilidad antes de marcharse.

No es mucho pedir.

La tormenta dio un rodeo en torno al Campamento Mestizo, como siempre hacían las
tormentas. Los relámpagos rasgaban el horizonte y las olas arreciaban en la playa, pero no
cayó una sola gota de agua en todo el valle. Eso debido a que estaban otra vez protegidos,
gracias al Vellocino de Oro; aislados dentro de nuestras fronteras mágicas.

Percy no había podido dormir mucho y Draco estaba babeando en la antigua cama e Tyson,
cuando los golpes en la puerta los hicieron saltar de su lugar.

Grover.

Con rostro serio.

—¡Percy, Draco! —balbuceó—. Annabeth… en la colina…—

La expresión de sus ojos les decía que algo iba espantosamente mal. Aquella noche Annabeth
tenía turno de guardia para proteger el vellocino. Si había ocurrido algo…

Corre.

Draco salto antes que Percy, odiaba la idea de luchar y no era el mejor guerrero, pero las
experiencias comenzaban hacer que reaccionara rápidamente antes y no después. No había
practicado ninguna forma de mejorar o detener el vínculo con los chicos, aunque Annabeth
parecía más interesada que Percy, su vínculo era más débil.

Pero sintió a la chica ansiosa.

No era del todo malo, pero Draco apresuro el paso.

¿Luke?

No.

No era Luke.

Acababa de romper el alba, pero el campamento entero parecía en movimiento. Estaba


corriendo la voz; tenía que haber sucedido algo tremendo. Algunos campistas se dirigían
hacia la colina, en un desfile de sátiros, ninfas y héroes que formaban una extraña
combinación de armaduras y pijamas.

Se oyeron los ruidos de cascos y apareció Quirón al galope, con una expresión lúgubre
pintada en la cara.

—¿Es cierto? —le preguntó a Grover.


Él se limitó a asentir con aire aturdido.

Iba a preguntar qué ocurría, pero Quirón les tomó del brazo y sin esfuerzo aparente les izó del
suelo y los depositó en su lomo. Galopamos hacia la cima de la colina, donde ya se había
reunido una pequeña multitud.

Nunca pensó galopar sobre Quirón.

Sonaba ridículo incluso en su mente.

—Maldito sea el señor de los titanes —dijo Quirón—. Nos ha engañado otra vez y se ha
brindado a sí mismo otra oportunidad de controlar la profecía—

—¿Qué quieres decir? —pregunto Percy.

—El Vellocino de Oro ha funcionado demasiado bien —dijo este.

Pero Draco solamente tenía la mente a un millón de revoluciones.

La sangre se retumbaba en los oídos. No lograba pensar con coherencia.

El árbol estaba en perfectas condiciones, intacto y saludable, embebido de la esencia del


Vellocino de Oro.

—Ha curado al árbol —dijo Quirón, con la voz quebrada—. Y no sólo le ha hecho expulsar
el veneno—

Draco pudo sentir las emociones de felicidad de Annabeth antes de verla, pero también
incertidumbre, que provoco que Draco viera a la persona que estaba junto con su amiga.

En cuanto los vio, Annabeth corrió hacia Quirón.

—Es ella… de repente…—

Tenía los ojos anegados en lágrimas, mientras la otra chica estaba inconsciente. Percy el
héroe salto para correr hacía ella, pero Draco solamente busco desesperadamente el árbol que
los protegía, antes de ver que era exactamente donde estaba la chica inconsciente.

Recordó la historia de Annabeth.

La hija de Zeus que había dado su vida por ayudarles a Luke y ella.

Una hija de los tres grandes.

—Oh no—susurro al mismo tiempo que Quirón grito.

—¡Espera, Percy! —

La chica tenía el pelo corto y oscuro, y pecas por toda la nariz; era de complexión ágil y
fuerte, como una corredora de fondo, y llevaba una ropa a medio camino entre el punk y el
estilo gótico: camiseta negra, vaqueros negros andrajosos y una chaqueta de cuero con chapas
de grupos musicales de los que no había oído hablar en su vida.

—Es cierto —dijo Grover, jadeando aún por la carrera colina arriba—. No puedo creer…—

Nadie más se acercaba a la chica.

—Necesita néctar y ambrosía —dijo Percy alarmado.

No entendía por qué todo el mundo estaba tan aterrorizado.

No veía lo que los demás estaban viendo, no solamente una chica inconsciente, si no que
estaban viendo el principio de un posible final.

La peor situación posible para ellos.

—¡Venga! —grito a los demás—. ¿Qué os pasa? Vamos a llevarla a la Casa Grande—

Nadie se movía, ni siquiera Quirón. Estaban absolutamente atónitos.

Entonces la chica tomó aire con una especie de temblor. Luego tosió y abrió los ojos.

Tenía el iris de un azul asombroso: azul eléctrico.

Tiritaba y tenía una expresión enloquecida.

Draco la encontró hermosa, como aterradora y aunque sabe que no es culpa de ella, Draco
sentía la necesidad de culparla porque ahora todo seria más complicado.

—¿Quién…? —

—Me llamo Percy —dijo su amigo todavía ignorante—. Estás a salvo—

Lo era.

Al menos por ahora.

Pero ellos no estaban a salvo, piensa Draco horrorizado al notar que la joven parece mayor
que ellos, comienza a preocuparse de que edad tiene, si se encuentra cerca de los 16.

¿Cuánto tiempo les quedaría entonces?

—El sueño más extraño…—

—Todo va bien. —

—Morir—

—No —le aseguro Percy aun ignorante—. Estás bien. ¿Cómo te llamas? —

Y entonces Draco pudo sentir la realización de Percy antes que contestara.


—Me llamo Thalia —dijo—. Hija de Zeus—

Si.

Draco piensa que Luke en realidad es un jodido bastardo, que realmente logro hacer que todo
funcionara para que la profecía fuera peor si hay alguna manera para empeorarlo. Un rayo
sonó a la distancia mientras era empapado, pero no se sintió tan malo como cuando estuvo
atrapado en el océano en su anterior misión, se sintió bien físicamente.

Pero mentalmente Draco solo pensó en una cosa.

Mierda.

Todo ahora será más complicado de ahora en adelante.

Fin del primer arco.

Chapter End Notes

Hola cariños, ha sido una locura esta historia, la ha escrito lento en ocasiones y rápidas
en otras, aun se queda hacer ediciones a la historia antes de publicar este primer arco,
pero creo que todo está quedando bastante bien, al menos me gusta mucho las ideas que
se van formando para los siguientes arcos.

Esta historia está siendo escrita al mismo tiempo que el último libro de la saga de Orion
Blake, por lo cual estoy nerviosa de estar trabajando en dos grandes proyectos al mismo
tiempo.

Como todos saben ahora, estos dos primeros párrafos los escribí cuando estaba dudando
sobre si subir o no la historia, pero ya pueden darse la idea de que ya fue publicada.

El primer arco curiosamente no abarca nada de Harry Potter, bueno, nada menos las
menciones de Draco Malfoy a este. Es curioso porque la pareja dentro de la trama será
Harry x Draco, pero hasta ahora parece imposible de ver, debido a la falta de Harry y
porque muchos aman a Percy.

Por eso puse etiqueta de romance lento.

Va ir lento por aquí.

Por ahora Draco ha conocido más del mundo mestizo que del suyo propio, pero eso va a
cambiar el siguiente arco donde se centrara más en el tercer año de Hogwarts y también
sobre el tercer libro de Percy Jackson para ese segundo arco.
Por ahora probablemente tomare unos días de descanso antes de iniciar con el segundo
arco, que será publicado dentro de esta misma historia.
Capítulo 11: Regresando a Hogwarts, donde nada puede salir
mal, spoiler…todo sale mal.
Chapter Summary

Inicio del segundo Arco.

Draco piensa que podria actuar como de costumbre en su tercer año en Hogwarts, pero
de alguna manera no sale como espera.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

Segundo arco: Un mix de vida entre mago y semidios.

Capítulo 11: Regresando a Hogwarts, donde nada puede salir mal, spoiler…todo sale
mal.

Hace muchos años existió un joven, un niño inocente cuyo destino había sido poderoso, la
propia arboleda de Dodona había destinado que este joven sería un milagro entre los héroes,
con la capacidad de romper cualquier profecía que se hiciera.

Una anomalía.

Ella supo que los estúpidos dioses pensaron que podrían sobrellevarlo, pero ella lo supo
mejor, que ese hijo del día probablemente se convertiría en un problema, pero incluso sus
padres no lo vieron como alguien importante. Pero entonces una de sus hijas le enseño el
futuro de ese humano, del horror que podría ser para los primordiales.

Lo asesino.

Estaban en guerra, no fue tan difícil manipular a otros para hacer el trabajo sucio.

Patroclo no debió vivir, su existencia termino antes que pudiera hacer algo que los llevara a
la destrucción, un humano cuyo hilo fue cortado por su intervención.

Entonces…el destino decidió que alguien más tomaría su lugar…había gritado desde las
profundidades del tártaro cuando el hilo de Draco Malfoy, fue atado por el destino con el
mismo hilo que habían atado a Patroclo.

Más fuerte.
Resistente.

Intentaron alejarlo de ella.

No se inmuto.

Tendría otro semidios que asesinar.

Y haría que se acercara a su presencia para eso.

Al igual como controlo los hilos para asesinar a Patroclo, Draco Malfoy vendría a ella por
su propia voluntad, rompiendo los hilos de sus ataduras y quedando a su Mercer. Puede que
las profecías no funcionaran para este como para los demás, pero sus hijos habían predicho
que el semidios caería en sus manos si lograba destruir todos los hilos que lo unían a la
realidad.

A diferencia de Patroclo, el destino parecía preferirlo, porque no le había dado solo un


vínculo, le estaba dando dos y probablemente el numero incrementara.

Si.

Tendría que atraerlo a ella.

Y asesinarlo.

Restaurar el equilibrio de la existencia misma.

Draco Malfoy despertó con un jadeo sobre su cama, sintiendo la sensación de que había
estado soñando con algo, una presencia oscura en el fondo de su mente, que parecía hacer
que todo su cuerpo temblara horrorizado. Hay una ligera tormenta fuera de la ventana, pero
Draco la ignora para levantarse y caminar hacía el baño de su habitación.

Es muy grande.

Draco ve casi de forma pensativa sus manos luego de lavarse el rostro, cuando levanta el
rostro puede notar que todo el lugar se encuentra gigante, o tal vez siempre fue gigante, pero
no lo había visto antes.

Estaba en su hogar.

Bueno.

Estaba en la mansión Malfoy.

Este era su ultimo día dentro de este lugar, antes que partiera a Hogwarts, una semana antes
que los otros estudiantes, donde Severus y otros profesores harían sus exámenes, como lo
evaluarían en otras aptitudes para saber sobre su destino. Draco no ocupaba ser demasiado
egocéntrico para saber que superaría las dificultades, pero eso no evita que igualmente deba
sumergirse en sus estudios nuevamente.

¿De qué trataba su sueño?

Estaba seguro que había una silueta femenina, pero no estaba seguro.

Admiro su imagen en el espejo unos momentos, era muy diferente de su primer año en
Hogwarts y de la última vez que se observó dentro de estas paredes. Su cabello estaba un
poco más largo, pasando ya sus mejillas y una parte de él quería cortarlo, la otra era
demasiado perezosa y en general solía quitarle alguna liga a Sally para atar el cabello
desordenado lejos de su rostro.

Silenia y Lavender solían disfrutar con jugar con su cabello, así que las dejaba hacer lo que
quisiera.

La amargura volvió a él.

Ya no estaba en el campamento de verano.

Los extrañaba.

Muchas veces Percy usaría la mensajería Iris para hablar con él, varios de sus amigos se
colarían para hablar con él, Lavender enviaría muchas cartas con búhos y en general no era
que fuera completamente ajeno algunos rumores del lugar.

Su madre había aceptado a regañadientes dejarlo pasar parte de la navidad y año nuevo con
los Jackson.

Solo si se comportaba en clases.

No era un trato difícil.

Semana santa estaba fuera de juego por la cantidad de fiestas y bailes que organizarían los
Malfoy, pero hasta entonces, Draco piensa que podría disfrutar de salir con sus amigos en las
festividades.

—Amo Draco—saludo un elfo doméstico, Twinky, quien era de su madre y que ahora lo
ayudaba dado que Dobby era un elfo libre.

Gracias a Potter.

Draco no quiere pensar al respecto.

—Unos momentos Twinky, ya casi voy a desayunar—dice con tranquilidad, los elfos no
parecen del todo acostumbrados a su nueva actitud indiferente hacía ellos, lo que le recuerda
que en general había sido un idiota grande los últimos años.

No piensa disculparse, incluso aunque Percy lo animaría a eso, pero tampoco piensa hacerlo.
Tiene un poco de orgullo todavía sobre él.

Indiferente de si sea bueno o malo, puede que piense que algunos ciclopes como Tyson no
son malos o algunos sátiros como Grover merecen respeto; pero tampoco significa que vaya
alabando a cualquier criatura mágica por ahí solo por eso.

Twinky se marcha tranquilamente.

Ella tampoco espera eso.

Mira el reflejo de su espejo, toma aire y lo suelta lentamente.

Se siente mucho menos divertido de su primer día en el colegio muggle, el reflejo solamente
le enseña una sonrisa casi cansada y divertida; el mundo parece totalmente diferente de
nuevo.

Siente un poco las nuevas barreras cuando camina por la mansión Malfoy, no es algo que
Amos le hubiera enseñado, pero es un poco más susceptible a la magia; especialmente desde
que Circe lo convirtió en un hurón. No les había dicho a sus padres sobre esa parte del
incidente, no está seguro de sentirse orgulloso de su posible forma animaga. Antes de
marcharse de Nueva York, la familia Malfoy había visitado a Amos, quien en privado le
había confirmado efectivamente que ahora esa sería su nueva forma animal.

Un Hurón albido.

Draco quiso maldecir al padre del olimpo que no conocía por dicha ofensa.

La ropa también es inesperadamente incomoda, si bien ha crecido con ropa de seda y la mejor
del mercado, había cierta practicidad en la ropa muggle que extraña; no extraña la horrible
abominación que es la camiseta naranja del campamento, pero si las zapatillas deportivas
para correr por su vida. Sus padres no le indicaron que no podía vestir así, pero no era
necesario ante sus miradas desaprobadoras cuando lo vieron tenerlas puestas el día que se
marcharían de U.S.A.

—Buenos días corazón—su madre lo saluda apenas aparece en el comedor, Draco apenas si
responde a las efusivas muestras de cariño de su madre, simplemente se siente encantado.

Ama a Sally Jackson, confía en esa mujer como una segunda madre, pero sabe que no puede
remplazar a Narcisa Malfoy.

Quien parece mucho más amable y cariñosa desde que perdió a su hijo por más de un año, y
que le oculto la verdad de su nacimiento.

Tal vez es culpa.

Draco ama la sensación de su madre más cariñosa que lo normal, así que no se queja.
—Déjalo sentarse Narcisa, ya no es un niño—habla su padre aburrido mientras lee lo que
parece ser un periódico de magos.

Algo sobre un tal Sirius Black que se escapó de Azkaban, si bien en cualquier momento antes
de saber que era un mestizo (irónico que ahora fuera uno cuando se burló de ellos, o algunos
de ellos la mayor parte de su vida) esta noticia podría ser algo bastante sensacionalista que le
atraería totalmente y buscaría cualquier forma para obtener más información.

Bueno.

Ahora era como un lunes común.

¿Un psicópata se escapó?

Felicidades, no es que importen.

Su ranking de cosas importantes deja de tener mucha importancia, cuando en primer lugar se
encuentra un loco estúpido llamado Luke, que quiere traer de regreso a Cronos para acabar
con la era de los dioses del olimpo y probablemente acabar con el mundo de la misma forma.
Luego siguen los olimpos que claramente no les agrada, ciclopes que están por ahí queriendo
devorarlos; se alegra pensar en que Clarisse está fuera de esa lista.

Sus últimos días en el campamento no paso en ningún bote de basura.

Lo siente como un logro.

—Draco siempre será mi niño pequeño—señala Narcisa como una madre orgullosa, Draco se
recuerda bien los modales a la hora de comer.

Sabe bien, la comida es deliciosa, aunque no es azul o verde.

Se decepciona un poco al respecto.

—Sirius Black es tu pariente—habla Draco viendo a su madre cuando lee el nombre


completo del periódico de su padre, ambos se ven tensos un momento y Draco sigue
comiendo—no es que importe, solo una charla común…un preso que se escapo es por el
momento la última de mis prioridades actualmente—habla luego de masticar.

Lucius sonríe divertido, Narcisa solamente bufa antes de comentar que es un primo con el
que no tiene comunicación por mucho tiempo.

El periódico lo pinta como un seguidor de Voldemort.

Draco bosteza antes que su madre indique que es hora de salir.

.
Draco puede que sea fanfarrón cuando se presenta en Hogwarts con sus maletas, sabe que
será aceptado, así que no entiende porque hacer dos viajes. Su madre y Padre están presentes,
aunque parece ser que su padre había sido involucrado con incidentes del año pasado, por lo
cual este parece tenso al caminar fuera de las habitaciones del profesor Snape donde viajaron
por Red Flu; habilitada especialmente para él debido a su actual condición.

Percy lo llamo idiota arrogante.

Draco se burló de él recordando quien estaría ahí cuando ocupara ayuda en Matemáticas, y
Annabeth estuviera ocupada.

Había un nivel de estupidez que podrían manejar Annabeth y Draco, por lo cual solían
dividirse para ayudar a Percy.

Camino por los pasillos en la espalda de sus padres, mientras Severus caminaba hacía las
aulas donde seria su primer examen. Los pasillos estaban solitarios y faltaban dos semanas
antes que los estudiantes estuvieran aquí, por lo cual fue un poco desolador; la imagen del
campamento lleno de vida lo hizo sonreír levemente con algo de nostalgia.

No pudo sonreír mucho cuando Severus volteo a verlo y puso un rostro serio.

Imagen.

Debe dar la imagen de un Malfoy-Black.

No es que hubiera cambiado mucho.

¿Verdad?

—Sorprendente, en todos sus años, es la primera vez que veo a un estudiante mejorar sus
hechizos sin varita; hay otros colegios que fomentan esto, pero en Hogwarts no es común—
habla Flitwick pareciendo bastante interesado en su prueba de encantamientos.

Draco solamente se mira tenso cuando Severus le da una mirada bastante incriminatoria
desde el otro lado del salón y sinceramente no sabe que decirle.

Después de una semana de exámenes solo con los profesores, comenzó a sentir que tal vez no
estaba disimulando tanto como quisiera. Amos le había enseñado el poder de la magia con
palabras, con sentir la magia salir del cuerpo sin necesidad de varita; porque no había tenido
otra opción.

Hogwarts comparado a eso se siente…atrasado.

Todo se siente atrasado.

Como si se hubiera congelado en el tiempo.


Ni siquiera tenían computadoras.

Llora por la falta de YouTube y google.

Sus doramas coreanos con Sally.

—Supongo que luego de este último examen, solo queda evaluar sus resultados, pero puedo
ver que no debe haber ningún problema para que se integre al tercer año con el resto de su
generación—comento McGonagall con expresión un poco más precavida.

A diferencia de profesores como Flitwick o Sprout, la profesora líder de la casa Gryffindor


parecía tener muchas más reticencias a tratarlo de forma más neutral; aunque su trabajo en
transformaciones fue impecable. Bueno el primer año había causado un pequeño caos con sus
Gryffindor, así que no puede culparla del todo; cada profesor tiene sus favoritos.

No vio al director en ningún momento.

No es que le importara.

—¿Cuáles materias elegirás como optativas? —pregunta Severus camino a las mazmorras,
todo parecía demasiado frio ahora que no hay estudiantes.

Draco intenta por todos los medios y falla, de comparar las mazmorras con su espacio en la
cabaña de Hermes; hay mucha diferencia.

Igualmente se siente confiado aquí.

Había sido su hogar en primer año.

Tampoco es un territorio desconocido, incluso si el propio Draco, se siente a veces como un


extraño.

—Runas, aritmancia y cuidado de criaturas mágicas—habla caminando con calma, había


pensado mucho sobre cuales optativas elegir, Percy que lo había ayudado a elegir comento
que sería mejor que llevara estudios muggles.

Draco solamente lo ignoro.

Porque era un idiota.

Severus tararea con aprobación, antes de darle una última mirada cuando se adentró a su
propia habitación como jefe de casa. Draco lo miro curioso, antes de estremecerse, su madre
le había estado ayudando con su Oclumancia ya que ahora tiene demasiados secretos que
ocultar; aunque Severus no intento usar Legeremancia en él.

Sabe que oculta algo.

Slytherin tenía que ser.

¿Ahora que haría?


.

—Ocupas un pasatiempo—

—Cierra el pico, tú me contestaste, no es mi culpa que no puedas vivir sin mi—

Percy se ríe divertido mientras habla con él, en el baño con ayuda de la ducha y un dracma.
Probablemente cuando sus compañeros de habitación vuelvan, tendrá que buscar otra manera
para hablar con este, probablemente debería intentar en el lago.

Había un hechizo de privacidad que había estado practicando con Amos.

Aunque duraría mucho tiempo en el baño.

Bueno.

Ese no sería su problema.

—Por favor, ambos sabemos que mi presencia es la necesaria—declara Percy riéndose en lo


que parece ser su habitación.

Draco está sentado en el frio suelo del baño de la habitación de Slytherin, donde compartía
habitación con otras 4 personas; no importaba mucho ahora. Aunque probablemente en su
primer año esto habría sido horroroso, disfrutaba de estar sentado con un pantalón de tela y
una camiseta que había robado de Percy cuando habían vivido juntos.

Ambos eran de contextura similar, así que siempre se estaban robando ropas.

Le hizo entender al chico la importancia de la seda.

No es importante.

—Probablemente descanse este año escolar, admitámoslo eres un imán para los problemas—
asegura Draco sin molestarse en ser cuidadoso o no.

Por la mueca en el rostro de Percy no está equivocado.

Parece ser que el resto de las vacaciones de verano cuando Draco se marchó, fueron toda una
odisea con la llegara de Thalia. A diferencia de Draco, Percy no era un fanático de la
atención, pero de alguna forma parecía resentirse un poco la presencia de la hija de Zeus.

No exactamente porque parece tener la atención de los campistas.

Si no porque tiene la atención de una campista en específico.

—Annabeth sigue siendo tu amiga—

—Pero pasa demasiado tiempo con Thalia—


Percy se ve adorable con el puchero y los brazos cruzados, Draco quisiera molestarlo un poco
más, pero simplemente se mantiene en silencio.

Thalia.

La hija de Zeus.

Hay cosas más importantes que pensar además de la atención de Annabeth distraída, con una
chica que es parte de la profecía o al menos podría ser de la que se habla (estúpidas profecías
que siempre son tan complicadas) lo que causaría muchos problemas conforme se acerca la
edad de la chica.

Tiene 15 años.

Joder.

Draco se acaricia el cuello de forma tensa, realmente no es algo que le guste pensar, pero la
profecía podría ser un problema en cualquier momento.

¿Habría alguna forma de retrasarla?

—Sabes si te gusta, solo díselo—habla Draco de forma un poco hipócrita, pero disfrutando
del rojo en el rostro de Percy cuando lo niega.

—Es mi amiga solamente—

—Gallina—

Percy gruñe y Draco se ríe por la situación un poco, cuando Sally entra a la habitación luego
de llamar a Percy para comer, saluda animadamente a Draco sacando a Percy del lugar. Habla
un poco con Sally, antes que Percy grite que hay fuego accidental.

Sally y Draco ruedan los ojos.

Cuando la llamada se corta, Draco se siente un poco solo unos momentos, antes de sonreír y
llamar a Annabeth.

—Draco mi rubio teñido favorito—habla la chica con ojos brillantes y una gran sonrisa.

Si.

Puede que este un poco solo, pero en realidad, se ríe del asunto cuando habla con Annabeth.

Extraña a sus amigos.

Draco sueña, se siente todo un poco confuso, pero está seguro que había visto a un perro
negro y enorme correr por el bosque, para luego transformarse en una persona a espaldas de
él, que parece desgarbada y escuálida; cuando iba a voltear su rostro, todo desaparece. Se
incorpora confundido en su cama, sin saber bien cuando se había quedado dormido
exactamente y la extraña sensación de sueños extraños; Luke…piensa con amargura…le
había explicado que era común tener especie de sueños proféticos en los terrenos del
campamento.

Pero Draco parece ser una anomalía.

Los sueños extraños habían comenzado mayormente cuando no estaba en el campamento.

Se incorpora en la cama sudando, pasando una mano por su rostro, solo para sorprenderse de
una mirada oscura frente a él.

—Blaise—dice levemente sorprendido, antes de ponerse sobre sus pies notando que no
estaban solos en la habitación.

Theo un chico de cabellera castaña y ojos azules estaba desempacando su baúl, mientras
Gregory y Vincent también parecían hacer eso, con bolsas llenas de caramelo que no dejaban
de comer; habían crecido un montón desde primer año.

De altura y de diámetro.

La cena de bienvenida y la selección de casas, se las había perdido por quedarse dormido.

Había estado hablando con Percy en la tarde, hablando sobre la selección de casas y
explicándole al chico detalladamente cómo funcionaba el sistema de Hogwarts; técnicamente
no debería hacerlo, pero ya había roto muchos tecnicismos a estas alturas. También habían
charlado sobre casas, Draco fue bastante imparcial en decir que Slytherin era la mejor casa de
todas, el chico pareció molesto cuando confeso que no era material de Slytherin y era más un
Hufflepuff.

Se sintió orgulloso cuando este supo que era un insulto divertido y se ofendió al respecto.

—Supongo que el hijo prodigo volvió, dado que el año anterior no contestaste ninguna carta
de Pansy tenía la esperanza que estuvieras muerto—declara Blaise con mirada levemente
divertida y aunque cualquiera pensara que le estaba insultando, había calidez en sus palabras.

Tuvo culpa de no haber contestado la carta de estos chicos el año pasado, pero había estado
tan fascinado con el mundo muggle, que en realidad cualquier cosa mágica aparte de sus
padres parecía carecer de importancia.

—Como si pudiera morir tan fácil, soy demasiado perfecto para eso—determina Draco casi
en son de broma que nadie podría entender, que tan cerca de la realidad esta sus palabras.

En los últimos meses la cantidad de veces que estuvo cerca de la muerte fue ridícula.

Pero no murió.

Muchas veces protegido por Percy y compañía, pero algunas veces por él mismo y eso lo
hizo sentir bastante fanfarrón al respecto.
No podía comentar sobre eso, pero estaba ahí la sensación.

—Déjalo Blaise, el pobre idiota habla así porque no estuvo el año pasado para declararse el
príncipe de Slytherin—explica Theo mientras lee su libro, sin levantar la mirada ni una sola
vez.

Idiota.

Gregory y Vincent parecen algo confundidos al verlo, pero lo saludan tan cálidamente como
pueden o a su manera, ya saben, la manera Slytherin. Parece ser que este tiempo que Draco
no estuvo en segundo año, ambos chicos pasaban más tiempo con Blaise y Theo, por lo cual
parecían recios a saber que hacer ahora que había vuelto.

Con palabras mordaces les indica que no hay necesidad que algo cambie.

Después de todo.

Mientras menos estén sobre él, será más libre de hablar con Percy o entrenar.

Lo que le recuerda que ahora que no puede entrenar en la habitación compartida, porque
ahora no está a solas, deberá buscar otro medio para hacer su entrenamiento continuo. El día
anterior había hecho una estúpida apuesta de quien podría hacer más abdominales con Percy
y no pensaba perderlo, tampoco podría retrasarse en el entrenamiento con la lanza.

Este verano sería más fuerte, su meta personal era derribar al menos una vez a Percy.

—Escuche que estabas en Estados Unidos, la chica Brown dice que te vio, el rumor se
propago rápidamente. Siempre te burlaste de Ilvermorny—molesta Blaise regresando a su
maleta.

—No fui a Ilvermorny—no piensa usar eso como excusa, ya que puede ser destruida
rápidamente, por lo cual descarto la idea desde que la pensó.

Eso pareció llamar la atención de los presentes.

—Tuve clases privadas con un mago mientras vivía con una amistad, fue bastante productivo
—habla Draco con una media sonrisa mientras la cubre ligeramente con su mano.

Theo y Blaise se ven de reojo, antes de verlo nuevamente poco impresionados.

Cuando se cansan de preguntarle cosas, Draco ni siquiera se molesta en saber sobre el año
pasado, porque Lavender ya le había puesto al día; mañana la vería para saludarle. Se arroja
sobre su cama con las cortinas cerradas para escribirle a sus amigos y sus padres, usualmente
los contactaría con mensajería Iris, pero sabe que su lechuza Merlín que estaba en la torre,
seria feliz de extender sus alas.

Annabeth pensaría que es bastante interesante.

Percy le gruñiría por no usar un teléfono celular.


Se rio ligeramente.

El sonido de sus compañeros de cuarto, si bien bastante tranquilos en comparación de la


cabaña en el campamento mestizo, le hizo sentir un poco más cómodo en Hogwarts; se
sorprendió de lo acostumbrado que se sentía de estar rodeado de personas.

Al salir de la habitación lo primero que vio fue a Pansy, había crecido algunas pulgadas y le
dio la mirada más desagradable que pudo antes de caminar para sujetar el brazo de Daphne
que solamente saludo ligeramente con una inclinación de cabeza. Blaise que pasa a su lado le
hace una expresión de “te lo dije” que Draco ignora para seguir su camino. Los Slytherin
habían sido advertidos de su presencia, probablemente Snape o seguramente solo se corrió la
voz tan rápido como pudo, ya que nadie pareció impresionado de verlo en la sala común.

Bostezo ligeramente cuando no estuvo en la presencia de nadie y siguió su paso.

No pudo hablar con Percy, debido a la diferencia horaria solo podría usar la mensajería Iris
cuando fuera de noche, o la escuela donde se encontraba probablemente tendría muchas
preguntas; eso dependiendo que tanto la niebla ocultara la situación.

Cuando llego a los pasillos.

Fue otro asunto diferente.

Miradas, susurros, ojos sobre él.

Casi se sintió tentado a bajar la mirada, pero dudaba que viera algo raro. Tenía el uniforme
puesto de forma correcta, su cabello estaba peinado con la crema favorita de Sally que dejaba
su cabellera libre de friz, pero al mismo tiempo suave al contacto. Extrañaba usar ropa más
holgada, pero no hizo ningún ademan de voltear a ver a nadie más.

Esto es lo que se supone que debe ser.

Un Malfoy.

La atención que debió haber capturado cuando llego por primera vez al campamento mestizo,
pero en su lugar, había sido rápidamente descartado como alguien del montón. Se sintió un
poco incomodo por algún motivo, pero no lo demostró en el rostro, demasiados años
obteniendo esta clase de atención lo hicieron inmune a ella; aunque usualmente se
pavonearía, ahora simplemente les ignoro.

—Señor Malfoy, se alegra que estes presente y con vida, lo cual se supone ningún motivo
entonces por la ausencia en la noche anterior—brama Severus con rostro impasible, pero una
clara advertencia en sus ojos.

Sobre qué pasaría si vuelve hacer algo así.


Draco solo sonríe de forma divertida.

—Me sentía mal profesor, pero prometo no se repetirá—intenta ser dulce, pero Snape casi
estampa en su rostro su horario de clases.

Mientras toma asiento observa el pergamino escrito con tinta (de verdad, una impresora,
hojas o lapiceros marca Bic podrían hacer un gran cambio) de forma interesante. No tiene
muchos espacios de periodo libre, lo cual terminara mordiendo su trasero cuando le de su
TDHA, pero está dispuesto a enfrentar eso con tal de pasar el año con notas perfectas.

Había sido un requisito de su padre.

Este año le ganaría a Hermione Granger.

—Malfoy—levanta la mirada, pensó que Blaise habría llegado, pero en su lugar era Marcus
Flint.

Pensó que el chico se habría graduado el año pasado, pero parece que de alguna forma está
repitiendo su último año; se encoge de hombros mentalmente sin darle importancia. Lo que le
hace pensar es que, si Flint sigue aquí, probablemente seguirá siendo el capitán del equipo de
Quidditch, duda que Severus deje que alguien más se encargue de eso.

No hay nadie capacitado actualmente.

Bueno, Graham Montague no era tan horroroso, al menos sabía de Quidditch.

—Flint—dice luego de verlo de reojo curioso.

Este no parece interesado.

—El año pasado tu padre dono una Nimbus 2001 a cada miembro del equipo, por lo que tu
lugar como buscador quedo asegurado para este año—dice sin irse por las ramas y sin
importarle que alguien más de la mesa Slytherin escuche.

Por sus reacciones, parecen poco impresionados al respecto; le habría gustado una
advertencia de su padre. Aunque ahora que lo piensa, en alguna de las llamadas que hizo por
mensajería iris el año pasado, tiene la idea de que su padre hablo al respecto.

Pero había estado más interesado en quitarle la gomita de dinosaurio verde a Percy de la
mano antes que se la comiera.

Ni siquiera había pensado en el quidditch.

Bueno.

Le gustaba el quidditch objetivamente, pero siempre pensó que sería un poco de trampa el
participar cuando era un semidios. No solamente tenía mejor resistencia, mejores reflejos y
estaba entrenado por los últimos dos veranos a un juego de vida o muerte. Volar siempre fue
fácil para él desde que era niño, su visión era mejor y estaba listo a cualquier cosa con la
motivación adecuada.
Sería un poco injusto.

Annabeth lo desaprobaría totalmente.

¿Qué diría Percy?

Recordó al idiota de su mejor amigo comentar emocionado, sobre esperar entrar a un colegio
con un equipo de natación para participar y arrasar con la competencia.

Idiota.

Pero inteligente.

Lo estaba criando tan bien.

—No quiero entrar así—sus palabras hacen que Flint arrugue el rostro, pero Draco sonríe
divertido—hare las pruebas, tengo ganas de aplastar algunos idiotas para variar—no es una
buena idea, ya tiene demasiado tiempo ocupado en su agenda.

Pero que puede decir, le gusta estar ocupado.

Flint lo ve como si fuera un idiota, antes de comentar la fecha de las pruebas, lo cual hace a
Draco dudar un poco. El año pasado no estuvo sobre una escoba en su totalidad, pero
confiaba que sus otras actividades por el contrario lo hubieran mantenido afilado para ser el
mejor en las pruebas.

Blaise tomo asiento a su lado con Theo, mientras Gregory y Vincent tomaron asiento frente a
él.

—Pensé que te dejarían una entrada gratis al equipo luego de lo de tu padre—habla Theo con
una ceja levantada, a lo cual Draco solamente sonríe con malicia.

No tendría nada de divertido eso.

Theo bufa, Blaise toma su té de forma estúpidamente elegante, Draco mete un poco de
tostada a su boca cuando siente la mirada intensa sobre él; un poco diferente a las miradas del
día. Su mirada se levanta casi de forma automática, por un momento todo lo que ve es verde,
mastica ligeramente mientras ve a Potter verlo incrédulo y gesticular de forma poco
disimulada con su amigo pelirrojo y Granger; claramente hablando de él.

Es una mirada intensa sin duda, pero no es la que sintió.

Voltea ligeramente sobre esa mesa, para ver los ojos brillantes de Lavender Brown verlo
fijamente, sin apartar la mirada cuando la ve.

“Háblame, por favor háblame, prometiste hablarme”

Draco oculta la sonrisa lo mejor que puede, sabe que Lavender había tenido miedo que
cuando volvieran a Hogwarts le ignorara; tenía sus razones. La idea de Draco no era destacar
tanto este año, simplemente seguir la corriente de cualquier cosa que hiciera en su primer
año, sin involucrarse y darse unas merecidas vacaciones de atención luego de lo sucedido en
el mar de los monstruos.

Se lo merecía.

Un año tranquilo.

Entonces hablar cómodamente con una Gryffindor, cuando era conocido por ser un Slytherin
que no toleraba a los demás leones, bueno, claramente atraería la atención de los demás. Lo
que pasa es que no tiene intención de reunirse con otros Gryffindor, pero Lavender era
diferente.

Era familia.

La familia es importante.

Puede que no fueran familia técnicamente de sangre (aunque todos los sangre pura de una u
otra forma están relacionados), solo que todos los miembros del campamento mestizo de
alguna forma son familia por el olimpo, incluso cuando no había sido reclamado todavía,
cabe la esperanza que fueran primos de alguna forma y para Draco la familia es importante.

Lo es todo.

Percy y Annabeth son amigos, casi familia y por eso son tan queridos para él.

¿Lavender era una amiga?

Baja la mirada con pesadez, puede sentir desde su lugar la decepción de la chica, así que pasa
el resto del desayuno meditando sobre que debería hacer. Ignora que ahora hay un profesor de
apariencia desgastada en la mesa de profesores junto con el jardinero, que según escucha
comentar a Blaise es el nuevo profesor de cuidado de criaturas mágicas.

Maravilloso, piensa con sarcasmo.

Una persona sin ninguna preparación profesional y amigo del director es un profesor, solo da
chance a cualquier cosa que pueda salir mal.

—Parece que algo te preocupa, deberías controlar más tus emociones—es el comentario de
Blaise cuando Draco mueve su pie inquieto, le da una mala mirada, pero cualquier crítica
queda en el aire.

Lavender se ha levantado.

Es su momento.

¿Qué va elegir?

¿Qué haría Percy?


La imagen de su mejor amigo sonriendo animándolo hacer algo, es quien hace que se ponga
de pie ante la mirada curiosa de Theo cuando se abalanza de forma rápida hacía el pasillo
atrayendo más de una mirada. Ve el cabello rizado de la chica un poco lejos, aprieta un poco
los puños pensando que esto es una idea terrible y que tendrá consecuencias; pero supone que
eso será un problema del Draco del futuro.

Si.

Puede que sea una mala influencia para Percy en algunas cosas, pero Percy también lo ha
cambiado demasiado.

—¡Alto ahí! —dice en voz alta, deteniendo a más de una docena de estudiantes que iban por
el pasillo.

Ve el momento exacto donde Lavender se detiene, estaba caminando al lado de la gemela


Patil que también está en la casa de los leones y que sabe ha escuchado de ella, porque
Lavender nunca se calla; probablemente se va arrepentir de mantener a esa niña molesta que
no cierra el pico.

Pero.

Era su niña molesta que no cierra el pico.

Comienza a caminar hacia ella con determinación, nadie le va decir lo que puede o no puede
ser suyo, Draco es egoísta y que se joda el puto colegio si eso significa algo.

—Malfoy—gruñe Potter, no se había dado cuenta que estaba ahí, pero Draco no le da su
atención cuando pasa a este de largo para caminar hacía Lavender.

Puede jurar ver su rostro sorprendido e indignado, como si hubiera pensado que iba a hablar
con él, pero tal vez solo es su imaginación. No piensa que el chico piensa que debe ser su
atención total, en primer año le había dejado claro lo que se desagradaban y como no pudo
obtener de este la amistad que había querido.

No importa.

Porque ahora tiene amigos que valen la pena.

Cuando llega hacía Lavender la chica ya se ha volteado, con el rostro más patético de
esperanza que puede imaginar.

Idiota.

Como Percy.

Como Tyson.

Como Annabeth, puede ser hija de Atenea, pero era una idiota.

Como Will.
Le agradan los idiotas, porque esos son sus idiotas.

—Irte sin saludar, pensé que criaban mejor a las niñas hoy en día—habla Draco con una
sonrisa divertida a Lavender, quien sonríe encantada al tiempo que la gemela Patil tiene la
boca abierta—que falta de respeto señorita Brown—añade en tono bromista, que hace a
Lavender reírse.

De forma bastante ruidosa, casi como un pato sin aire.

Joder.

La había extrañado.

Era como casa, porque le recordaba al campamento mestizo y aunque quisiera evitarlo,
aunque quisiera convencerse de lo contrario.

Ese lugar era su hogar.

—Bueno, hay que hacerse rogar un poco, amo ver a un chico buscar mi atención—es coqueta
cuando quiere, aunque un poco torpe, ha pasado demasiado tiempo con la cabaña de Afrodita
para su bien.

—No suplico atención, tu tenías unos ojos que suplicaban por su atención—

—Debo estar en desacuerdo—

Draco al final solamente sonríe, ignorando que probablemente todos ahora los ven como los
dos locos que parecían ser. Un Slytherin hablando con un Gryffindor sin meterse en la piel
del otro o atacar a la yugular, debe ser un espectáculo para cualquiera a su alrededor. Pero
para quien se diera cuenta de la verdad, solamente vería a dos niños unidos de formas que no
podrían comprender.

Ofrece su brazo.

Lavender prácticamente chilla con ambas manos en su boca, antes de sujetarse de su brazo
como muchas veces hicieron en el campamento mestizo.

Cuando Percy se molestaría de ser ignorado y se subiría en Draco cual Koala.

Extraña a su koala personal.

—¿Puedo escoltarte a tu siguiente clase? —pregunta de forma cordial, como sabe que a las
niñas les encanta.

Lavender ve a Parvati (ya recordaba su nombre) y le dice que la vera en clases, antes de
arrastrarlo con una sonrisa.

—Te extrañe tanto Draco—dice en susurros mientras caminan hacía clases, a lo cual Draco
solamente se siente más tranquilo.
Si habrían consecuencias de sus acciones.

Pero al menos por ahora, solamente sonríe mientras escucha los chismes del momento del
campamento mestizo que Percy no pudo contarle, porque era un niño ciego que no veía las
cosas como Lavender. La idea de Silenia al fin dándole la atención a Charles Beckendorf,
claramente era algo que su amigo se había olvidado de comentarle.

Lo cual haría que pagara después.

Apenas deja a Lavender en su clase, debe correr para su clase de aritmancia.

—¡Una Gryffindor Draco! ¿acaso estás loco? —fueron las palabras de Pansy mientras gruñía
luego de salir de su clase de Herbología con Ravenclaw, los Gryffindor estaban en clase de
transformación si lo que dijo Lavender era real.

Ahora que habían terminado la clase de Herbología, donde se había sentado al lado del chico
Goldstein para escapar de la ira de Pansy Parkinson, no tiene muchas formas de escapar.
Estaba seguro que la niña no había elegido esa materia, pero tal vez estaba equivocado por la
forma en que caminaba a su lado luciendo como un Grover cada que alguien decía sobre el
maltrato animal o destruir naturaleza.

Tanto por un día tranquilo.

Piensa caminando hacía la cabaña del jardinero con Pansy, como el año pasado no estuvo
aquí, Theo y Blaise habían elegido Runas antiguas y aritmancia, así que estaba a solas con
Pansy, Gregory y Vincent en esta clase de criaturas mágicas.

No tiene nada en contra de Gregory y Vincent aparte de su capacidad intelectual.

Pero Pansy.

—No es que este saliendo con ella Pansy, es una amiga—mala idea a decir, lo ve cuando el
rostro de Pansy se oscurece de enojo e indignación.

Probablemente porque nunca llamo a ninguno de los Slytherin con el termino amistoso, ya
que para ellos siempre habían sido conexiones y conveniencia, aliados en el mejor de los
casos, pero la amistad era algo demasiado raro entre familias de sangre pura.

Joder.

—Es una Gryffindork—farfulla esta con odio y probablemente el Draco de primer año
hubiera aceptado eso.

Ahora solamente le parece cansado.


Decidió ignorarla, esperando que esta clase no fuera tan mala. Ignorando a Potter y su grupo
de amigos del lado contrario, a los cuales Pansy les dio una mirada de asco, la presencia de
Lavender le hizo saludarla al tiempo que esta saludaba efusivamente de regreso.

Pansy sujeto el agarre de su brazo.

—Ella fue quien corrió el rumor de ti el año pasado—gruñe por bajo a lo cual Draco suspira.

Si.

Eso había sido mala idea, pero tampoco es que pudiera culparla, además utilizaba dicha
información como chantaje emocional cada que podía. A diferencia de Lavender que, si bien
podría haber arruinado su imagen, no era nada comparado a como Percy estuvo sus últimas
semanas en el campamento mestizo, diciendo que Draco podría convertirse en un hurón
adorable.

No lo hizo con maldad, pero claramente había dañado su reputación, incluso Clarisse se
burlaba al respecto.

En fin.

La mayoría había dado por hecho de que al poder convertirse en un hurón a voluntad (aunque
no lo había probado mucho después del mar de los monstruos) debería tener algo que ver con
Hécate o algún olimpo que tuviera poderes mágicos, Draco no había sido reclamado en
ninguna parte de la aventura así que no le ha tomado mucha importancia al tema.

Mira de reojo a Pansy quien parece verlo con desagrado antes de ver furiosa a como Hagrid
el jardinero de Hogwarts (aparentemente ascendido a profesor de cuidado de criaturas
mágicas, lo que hizo un poco decepcionante la idea de tomar esta clase y lo tentaba a
desertar) comentaba sobre como en su primera clase tendrían un encuentro con hipogrifos.

Si.

Un pésimo profesor.

No malentiendan su idea, en realidad los hipogrifos parecen criaturas totalmente alucinantes,


Draco estaba totalmente enamorado del pegaso Aurora del campamento mestizo, pero eso no
significaba que era una buena idea presentar a una criatura tan peligrosa a un grupo de
estudiantes entre 13 y 14 años, que no comprenderían la importancia de semejante criatura;
era cuestión de tiempo que alguien cometiera un error.

Había más de uno o dos campistas que ocasionalmente salían volando por culpa de los
pegasos.

Pero ellos eran más resistentes y tenían néctar de los dioses.

Alguien terminara en la enfermería tarde o temprano.

—Ya lo sé—comenta en respuesta a las palabras de Pansy, quien solamente le da una mirada
de muerte antes de caminar furiosa al otro lado del lugar.
Draco se pasa una mano por su cabellera molesto.

Las cosas en Slytherin eran muy diferentes al campamento mestizo, Draco había entrado con
una gran cantidad de poder debido a su estatus de sangre pura; además de ser parte de dos de
las familias más antiguas y poderosas de la historia actual. En Slytherin todo se rige por
jerarquía, en su primer año Draco había sido el más destacado dentro de su generación y se
esperaba que como tal, durante el resto de los años se convirtiera en una especie de líder o
presencia importante.

Pansy había sido su compañera de juegos desde niña, claramente estaba interesado en su
estatus y por eso siempre estaba detrás de él.

Aunque en términos de importancia, está seguro que Daphne Greengrass es mucho más
destacable que Pansy, solamente que su actitud siempre hizo que tanto Draco como ella se
repelieran.

Habían esperado que luego de faltar a su segundo año, ahora que estaba en tercero reclamara
su estatus dentro de su casa.

—Que aburrido—musita por bajo con mirada molesta, al tiempo que el jardinero daba
palabras sobre cómo cuidar a un hipogrifo y como tienen que tener cuidado para no morir.

Quiso decirle a su padre sobre eso, no tenía el menor cariño por el jardinero, además de que
estaba haciendo la clase extremadamente más difícil de lo que unos estudiantes estúpidos de
tercer año podrían hacer. Si Percy estuviera aquí, probablemente ya habría estado dentro del
pico de uno de esos pajarracos por su torpeza; si no era un equipo, Percy no debería acercarse
a ellos.

Fácil.

Pero su amigo era un poco torpe.

Joder.

Extrañaba mucho a Percy Jackson, al idiota troglodita sesos de alga que, en los primeros días
por conocerlo, le había enseñado de las ventajas de ser solamente Draco, sin sus apellidos o
familia de por medio. En cambio, aquí ocupa mantener una imagen, ser lo que otros esperan
de él y se siente amargado de descubrir eso a tan solo un día estando aquí.

Camina hacía Lavender ignorando como Hagrid rápidamente a utilizado a Potter como
conejilla de indias cuando nadie quiso acercarse (porque no son idiotas), para luego colocarlo
sobre la espalda del hipogrifo y hacer que este gritara cuando se alzó por los aires.

Siempre el centro de atención.

No piensa ni siquiera pensar al respecto, ha estado cansado de ser el centro de atención en los
últimos veranos, y lo peor es que ni siquiera era centro de atención por él; era centro de
atención por su vínculo con Percy y era más que suficiente.
—Pansy es una perra—gruñe cuando llega al lado de Lavender, al tiempo que Neville
Longbotton al lado de esta jadea al escucharlo, pero sabiamente ignorando su mirada.

Chico listo.

Más de lo que hubiera esperado en primer año.

Lavender solo suspira.

—No es la única, todos en mi casa se han preguntado sobre si me volví loca por hablarte tan
amigablemente, incluso Ron Weasley—susurra está un poco más discreta mientras juega con
un mechón de pelo viendo al chico pelirrojo.

Que miraba horrorizado con Granger como su mejor amigo podría morir.

No es que fuera a morir.

Solo estaba dando un pequeño vuelo en el cielo, el idiota de Potter jugaba Quidditch,
mientras apretara bien las piernas no moriría; según Lavender el niño se había enfrentado a
un basilisco el año pasado, así que esto no era nada grave de lo cual preocuparse.

Tomo un segundo para preocuparse mentalmente del nivel de situaciones que pensaba eran
realmente peligrosas.

Si.

Había cambiado mucho desde su primer año.

—¿En serio? ¿Weasley? —dice con un poco de asco, a lo cual la niña voltea a verlo
sonrojada y luciendo bastante molesta.

—No te moleste por tu crush masivo por Percy—Draco le gruñe incrédulo—por favor, todos
en el campamento saben, menos Percy, porque Percy es un idiota; y sabemos que moriríamos
si alguna vez decimos algo—al menos no eran tan idiotas.

No niega o afirma esa oración, solamente voltea a ver cuándo el pájaro aparece con Potter en
su espalda, que parece emocionado del vuelo, aunque algo atemorizado; hay un segundo
donde sus miradas se encuentran, pero Draco solamente pestañea antes de voltear a ver a los
otros hipogrifos del campo.

El jardinero les indica que se dividan en pequeños grupos para acercarse a cada hipogrifo,
con mucho cuidado cuando alguien tiene que hacer una reverencia y mostrar respeto. Draco
no piensa acercarse a los pájaros sobre dotados, siente que estaría traicionando a Aurora y
simplemente le parecen demasiado pretenciosos para ser una especie de pollos voladores.

Lavender toma de su muñeca con duda, siempre temerosa y ve casi molesto cuando
Longbotton termina al lado de ellos luego que el jardinero lo anima acercarse y todos los
demás hipogrifos parecen estar rodeados de otras personas.

Longbotton no los ve a ninguno de los dos.


Lavender chilla encantada con las aves, pero igual manteniendo espacio.

Lavender y Draco miran a Longbotton ya que ninguno de ellos tiene un especial interés en
acercarse primero, que al sentir sus miradas los ve pálido, antes de suspirar casi resignado
para dar el primer paso para acercarse al hipogrifo. Draco aprovecha que no piensa acercarse
al hipogrifo y si alguien intenta obligarlo, simplemente descartara esta clase; la había tomado
emocionado, pero ahora que sabe quién es el profesor.

No.

Aritmancia y Runas antiguas son más que suficientes.

—Creo que no quiero esta clase, hablare con el profesor Snape antes de la cena—comenta a
Lavender, quien hace la cara de que le ha roto el corazón.

Rueda los ojos.

No es que le vaya abandonar en las demás clases.

Lavender abre la boca para decir algo, probablemente suplicar e intentar engatusarlo para que
no le deje sola, pero tiene todas las posibles respuestas a sus preguntas antes que ella abra la
boca; no es que importe. Lo siente en el aire, voltea rápidamente para ver a Longbotton que
parece haber hecho algo mal (probablemente por torpeza o nervios) y el hipogrifo se levanta
en sus patas traseras mientras se agita listo para atacar con sus garras.

Tal vez no de muerte.

Espera.

Longbotton es un humano promedio, bueno, un brujo promedio…un brujo mediocre.

Va a salir lastimado y con muy poca suerte, sin alguna extremidad, en fin, lastima.

Al menos eso había querido pensar, es como si su cuerpo reaccionara por memoria muscular,
porque claramente no es algo que habría querido hacer; tristemente piensa eso mientras su
cuerpo se mueve casi sin su consentimiento. Su pierna golpea con fuerza la parte trasera de la
rodilla de Longbotton, haciéndolo caer de espaldas y tener suficiente espacio para
interponerse en un instante en medio de ambos con su brazo derecho como escudo.

Es un pestañeo.

Un instante.

Hijo de perra, piensa cuando las tres garras del pollo gigante atraviesan de lado a lado su
brazo derecho; alguien suelta un chillido, puede que fuera Lavender o Pansy. No importa,
siente la sangre gotear, pero su mirada esta fija en el pollo gigante que parece impulsar su
pata contra él como si quisiera derribarlo y someterlo; pero Draco ha logrado dominar un
buen eje central y no piensa dejarse arrodillar por un pajarraco.

Aunque es pesado y fuerte.


Maldito idiota.

Puede ver movimiento a su alrededor, pero antes que alguien haga algo, Draco logra
mantener su peso contra su lado derecho para seguir sujetando al pajarraco contra su brazo,
para poder darle espacio a su pierna izquierda de levantarse rápidamente con técnica e
impactar desde debajo de su quijada. No es tan grande como un ciclope, no es tan intimidante
como el mismo Hades y ha sido perseguido por criaturas mucho más tenebrosas que un pollo
gigante; el hermoso pegaso Aurora es más aterrados cuando no le trae manzanas de postre.

El hipogrifo chillo sorprendido soltando sus garras, pero ahora parece furioso.

Felicidades, porque Draco esta más furioso.

Con su mano izquierda sin heridas, sujeta al pollo de su pico, estampándolo sin piedad contra
el suelo cual perro regañado. Puede ver en los ojos de la bestia el enojo, pero parecen
congelarse al ver la mirada probablemente llena de enojo del propio Draco; deja de intentar
levantarse, aunque Draco no disminuye la presión de su pico contra el suelo en estado
sometido.

—No estoy teniendo un buen día pajarraco, así que contrólate si no quieres que te domestique
—no es una petición, es una orden que más le vale controlar si no quiere ser empalado por el
pecho.

Esta tentado hacerlo.

Solo ocupa moverse, tocar el brazalete de su hombro y su lanza podría hacerlo.

El hipogrifo para su suerte, deja de luchar luciendo desconcertado y cuando Draco lo suelta
seguro que este no hará nada, tampoco se mueve; se queda inmóvil viéndolo desde el suelo
hasta que Draco bufa haciendo un movimiento de mentón que provocan al hipogrifo
levantarse y alejarse totalmente humillado ante los demás de su especie.

Si.

No iba a volver a esta clase nunca más.

Draco pestañea un poco ante el silencio mortal a su alrededor, levanta la mirada para ver
como todos los estudiantes y el jardinero lo miran con la boca abierta; ladea la cabeza
confundido, acaba de salvar al idiota de Longbotton, no hizo nada malo.

No quiso hacerlo, pero ahora que lo hizo, no deberían verlo así.

—Draco tu brazo—es Lavender quien dice preocupada caminando hacía él para que vea su
brazo, la túnica esta parcialmente rota, su camisa esta también rota y llena de su propia
sangre.

Ah.

Tiene razón, duele.


Draco utiliza su mano buena para cortar parte de su túnica en agiles movimientos (no ocupa
ayuda porque hay tirones por todos lados gracias al pollo), le da un extremo a Lavender,
quien lo toma confundida y con eso hace movimientos rápidos a su alrededor con la tela de la
túnica para colocarse sobre la herida de su antebrazo; con sus dientes muerde el extremo que
necesita, antes de usar su otra mano buena para presionar la herida con fuerza.

Duele, da pequeños picones de dolor, pero eso funcionara para evitar que sangre más.

Admira su trabajo antes de bostezar un poco aburrido, ocupara una pocion para dormir y
contra el dolor, tal vez en la enfermería puedan sanarlo cuando la clase termine.

Voltea a ver notando que todos siguen congelados.

—¿Qué? —pregunta algo a la defensiva, porque nadie sigue en sus actividades como de
costumbre, no es que tenga nada malo.

No siente tanto dolor, aunque su medidor de dolor ha incrementado mucho desde el primer
verano en el campamento mestizo. Además, durante el año anterior Amos tenía la costumbre
de cuando lo entrenaba en magia a no atenderlo al menos que fuera de emergencia y una vez
lo obligo a luchar contra un Shabit con el hombro dislocado. El propio Percy en medio de una
lucha de “practica” no tendría piedad y le daría una gran cantidad de cortes, antes que alguno
tomara parte de néctar para recuperarse de ser necesario; en el campamento la misma Clarisse
rompió su pierna una o dos veces en sus últimas semanas de práctica.

Claro, extraña a Will, quien rápidamente lo pondría en acción en unos minutos y con
descanso.

Pero esto no era tan grave.

—Draco tienes que ir a la enfermería—es Pansy quien parece olvidar su enojo, caminando
hacía él rápidamente seguida de Gregory y Vincent que ven horrorizados su herida.

Pestañea confundido, ve su mano, su vendaje se está volviendo rojo, pero sabe que puede
aguantar más pérdida de sangre que esta.

—Pensaba ir después de clases—musita un poco a la defensiva.

Como si pensara que fuera un idiota.

Sabe que ocupa ir a la enfermería, pero ya paso lo peor.

Pansy parece igual de horrorizada que el resto de la clase, menos Lavender que parece un
poco preocupada al tiempo que ve como Granger empuja al jardinero.

—Hagrid, ocupa ir a la enfermería—sisea la hija de muggles, probablemente no preocupado


por él, si no preocupada porque el jardinero se vea como un mal maestro.

Lo cual es.

Aunque nadie parece notarlo.


El jardinero rápidamente camina hacia él, como si quisiera levantarlo y Draco saca su varita
apuntándolo amenazadoramente, deteniéndolo de cargarlo.

—No me toques, puedo caminar y si es tan necesario, puedo ir por mis propios pies; es solo
un poco de sangre—alguien parece toser o gruñir que no es poca sangre, pero el jardinero
parece confundido y Draco solamente suspira pasando su mano herida por su cabellera.

Duele el movimiento, pero nuevamente, podría seguir en la lucha.

Todos son un montón de exagerados, piensa cuando anuncia en voz alta que ira a la
enfermería por sus propios medios y comienza a caminar con las manos en los bolsillos de
sus pantalones aburrido. Durante el camino se quita la túnica destrozada, dejando ver su
camisa ahora llena de sangre, lo que provoca jadeos en todos los que se lo topan camino a la
enfermería.

Exagerados.

Todos son un montón de niñitas tontas.

Extraña el campamento mestizo.

Continuara…

Chapter End Notes

Es curioso esta escena donde Draco salva a Neville de forma involuntaria, la había
pensado mucho antes de comenzar a escribir la historia, era una de las cuales más se
emocionaba escribir. También es divertido porque Draco ha cambiado mucho de su
primer año en Hogwarts, pero lo que se parece más entretenido es como este ha dejado
de ver las cosas peligrosas como realmente peligrosas.

Draco está acostumbrado a ciclopes, monstruos del infierno, dioses molestos y muchas
otras cosas para preocuparse de un hipogrifo.

La sangre tampoco parece importarle mucho y se sorprende de la importancia que le dan


los demás, lo cual se parece divertido, su realidad ha sido alterada; es como si fuera
Draco que es del canon, pero al mismo tiempo diferente.

Hay conceptos que ha ido cambiando, pero no todos. Llama a Hermione y Ron por sus
apellidos o sobrenombres menos ofensivos, en lugar de sangre sucia o traidor de sangre,
pero a otros como Hagrid con quien no tiene la menor interacción lo sigue tratando
como un jardinero.
Amo también un poco la escena de Draco ignorando a Harry, probablemente en algún
momento, aunque no es seguro, haga un pequeño capitulo o historia aparte de un
capítulo donde ponga un poco del POV de Harry, para ver como este se sintió cuando
fue ignorado.

A diferencia de los libros de Percy Jackson que puse gran parte de la trama textual con
la adicción de Draco, no voy hacer lo mismo con las escenas de Harry Potter y el
prisionero de Azkaban, ya que Draco en realidad no está muy metido con el trio dorado
y todo se vería desde una perspectiva ajena.
Capítulo 12: No soy adorable, tal vez un poquito, pero no soy tan
adorable.
Chapter Summary

Las clases de Draco solo parecen ir de mal a peor.

Tal vez debio quedarse en America.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

Severus estaba furioso cuando llego a la enfermería, Draco simplemente no entiende porque
están todos tan alterados cuando Pomfrey anuncio sus heridas; era solo un poco de sangre.
Todos parecían pensar que ocupaban llamar a sus padres o hacer un escándalo por un poco de
sangre, pero Draco solamente se quedó en la enfermería esa noche gruñendo por el no poder
hablar con Percy; también Neville ocupo ir un momento con Pomfrey porque aparentemente
patearlo había sido un poco fuerte, pero sin hueso roto nadie culpa mucho a Draco. Al día
siguiente las heridas ya estaban totalmente sanas, incluso la parte del hueso que había sido
atravesado se había recuperado; Pomfrey parecía preocupada de las cicatrices y Draco casi se
ríe en su cara.

Su cuerpo está lleno de cicatrices, no tantas, pero estas no harán mucha diferencia.

Nadie tiene dos veranos de aventuras, sin cicatrices por ahí que no le importen.

Mueve su mano de arriba abajo, sujeta cosas y asegura que no duele tanto, pero Pomfrey
igualmente le envía una cantidad de pociones para el dolor que acepta a regañadientes.

Paso más de una semana vomitando en barcos el verano pasado, puede soportar algo de
dolor.

Neville solamente ocupo un poco de magia y estaba bien.

Nunca se vieron en la enfermería, genial, no tenía interés en interactuar con él.

—Deberían despedirlo, es un maldito peligro para este colegio, debes hablar con tu padre—
gruñe Pansy cuando Draco llega al desayuno.

Tomo un baño rápido, tiene ropas limpias y sin sangre, intento hablar con Percy, pero parece
estar en clases y por eso no se siente bien para iniciar el día. Lo único bueno de pasar la
noche en la enfermería era no hablar con sus molestos compañeros, lo malo es que ahora en
el desayuno tienen demasiadas preguntas.

—Probablemente la escuela ya le informo al señor Malfoy—añade rápidamente Blaise al ver


que Draco no le importaba contestar nada.

El pan estaba delicioso, había visto una manzana verde con ojos codiciosos y le gruño a
Vincent cuando casi la toma, este se la entrega avergonzado.

Le palmea la cabeza cual cachorro, es divertido ver al chico iluminarse por ese acto simple.

Supone que en primer año lo trato mal, y los años anteriores a eso.

—No fue la gran cosa—habla Draco aburrido, encontrándose con la mirada incrédula de sus
compañeros cercanos y otros de la misma mesa.

El rumor ya debió exponerse como pólvora entre sus compañeros.

Genial.

Sigue su comida un poco malhumorado, moviendo su brazo derecho de forma escandalosa,


para que todos vean que está bien; Flint pasa a su lado antes que termine el desayuno,
diciéndole que no le importa si tiene que arrastrarse debe ir a las pruebas de quidditch.

Prioridades, piensa divertido.

No es como si pensara esquivar la prueba, eso lo había animado enormemente los últimos
días.

—Has cambiado—susurra Theo cuando caminan a su siguiente clase, Blaise se ha adelantado


y Pansy lo ignora, Vincent y Gregory parecen ir susurrando sobre algo porque se ríen
divertidos—en fin, al menos ahora hablan de Slytherin, parece ser que la moda de Potter
desmayándose por un dementor se ha vuelto antigua—añade este comenzando a seguir su
paso.

Dementores.

Cierto.

Draco mira por la ventana mientras caminan, notando a la distancia algunas pequeñas
manchas negras que parecen volar como si fueran mantas que se han perdido en el aire.

—Me pregunto quien creara los dementores—habla para sí mismo, pensando si es una
creación de Hades o algún otro olimpo, hay muchas criaturas mitológicas dueñas del caos que
podrían ser sus creadores.

Todos lo miran raro, antes de apartar la vista.

Theo le da una larga mirada, pero en su siguiente clase se sienta a su lado.


.

La siguiente clase con Severus este le dio una mirada de mortal decepción, pero Draco
solamente sonrió buscando sus ingredientes de forma tranquila. Lavender tomo asiento a su
lado, al igual que Theo, ambos se habían visto de forma larga un buen rato; pero ninguno se
apartó. Draco se sintió levemente incomodo unos momentos, escucho algunos Gryffindor
hablar sobre Sirius Black con Potter, pero Draco los estaba ignorando mientras se
concentraba en su pocion.

Detiene el movimiento de su mano cuando escucha algo.

“It's too late to apologize, it's too late”

Voltea su rostro confundido, pero, aunque está claro que alguien está hablando como siempre,
nadie parecía estar cantando de una forma tan desafinada como la que se escuchaba en su
oído; como si rebotara en toda su cabeza.

Esa voz desafinada.

Conoce esa voz.

Su mirada se entrecierra.

Durante unos momentos examinando a cada persona del salón, nadie parece estar cantando,
pasa su mirada por el trio dorado (que estúpido nombre) y los ojos de Potter se levantan
como si sintiera la mirada. El chico le da una mirada como si viera algo molesto, lo cual
estaba acostumbrado, pero entre toda la molestia parecía casi pensativo.

No queriendo darle ninguna emoción de su parte, porque no la merece por haberlo rechazado
en primer lugar, su mirada se posiciona detrás del chico.

Uno de los lugares donde se guardan ingredientes, tiene lo que parece una capa de cristal
protector.

El rostro de Draco pierde color.

El cristal no está reflejando el interior del estante, en su lugar, es como si pudiera ver el
cuarto de Percy Jackson de forma medio formada por la distinción extraña de su posición.
Percy estaba sobre su cama, usando una pantaloneta y una camiseta de color azulado; esta
con unos audífonos mientras está escribiendo en lo que parece un cuaderno al tiempo que
canta.

“…I loved you with a fire red, now it's turning blue

And you say sorry like the angel

Heaven let se think it was you


But I'm afraid…”

Percy ha dejado de escribir, para utilizar su lápiz como un micrófono, mientras canta de
forma desastrosa y con sentimiento una canción que parece haber estado sonando
últimamente en alguna estación; pero la boca de Draco se abre incrédula.

—¿Percy? —la pregunta sale en voz alta, por un momento la imagen en el cristal parpadea
confundida, viendo a todos lados curioso.

Entonces voltea donde esta él.

Sus ojos se conectan, los ojos de Percy se abren ligeramente, Draco puede reconocerlo, lo
está viendo.

Entonces Severus se interpone entre ambos, cortando cualquier conexión y Draco levanta la
mirada confundido.

—Joven Malfoy, esperaría un poco más de atención en su clase, dado que el año anterior no
estuvo en esta, no esperaría que su atención estuviera en Potter como de costumbre—brama
Severus bastante molesto, porque si no fuera así, no estaría exhibiéndolo de esa manera frente
a la clase.

Solo porque se había opuesto a presentar una queja sobre el jardinero.

Como si valiera la pena su tiempo.

—No era a Potter, estaba viendo a…—sus palabras quedan en el aire cuando se estira para
seguir viendo el vidrio del estante, sintiéndose decepcionado de que Percy no se viera
reflejado en este.

Joder.

Se estaba volviendo loco.

Potter y otros estudiantes voltearon a ver dónde estaba mirando, claramente sin encontrar
nada ahí que admirar.

—Espero que su estante de suministros sea interesante, ya que se quedara hoy en la noche
luego de clase ayudando a clasificarlo por su interés en este—señala Severus con tranquilidad
antes de seguir su camino, Draco hace un puchero antes de bajar la mirada.

Theo se ríe, le da una patada por bajo mientras Lavender le da una mirada que intenta
analizar su alma.

No estaba loco.

¿Verdad?

.
.

Camino rápidamente hacía el baño después de clases, escapando de la mirada de interés de


Lavender y la levemente curiosa de Theo, cerró la puerta rápidamente luego de asegurar que
nadie estaba cerca. Uso una de sus monedas especiales para la mensajería Iris, la cual tardo
solo unos momentos para mostrar la imagen de su padre, que parecía mucho menos
impresionado que la primera vez que lo hizo; lastima, había sido divertido ver la mirada de
Lucius Malfoy sorprendida.

Ambos se quedan viendo unos segundos, antes que Draco suspire.

—Podrías por favor no presentar una queja contra el jardinero, ya hablé con Severus, no
pienso seguir en esa estúpida clase—habla con voz incomoda, a lo cual Lucius solamente lo
ve incrédulo antes de rodas los ojos.

—Ya hablé con el consejo escolar, no solamente estamos buscando sustituir a ese inepto
medio gigante, también quiero que maten a ese pollo—

Draco sonrió a su pesar, ya que el nombre que le dio su padre era similar al que había
pensado y le gustaba cualquier cosa que lo hizo identificarse con Lucius; su interior había
estado aterrado cuando se dio cuenta que no era su padre biológico.

Aun así, era su padre.

—No lo quiero muerto, lo quiero lejos de mí, lo que hizo no fue la gran cosa comparado al
verano pasado—

—Sabes bien que no solo significa eso, le falto el respeto a un Malfoy—

—Y le deje claro que no soy débil, lo sometí y pude contra él, asesinarlo simplemente haría
más grande algo que no quiero que se expanda; no quiero que otros presten demasiada
atención—

—Eres un Malfoy, eres mi hijo, siempre llamaras la atención—los ojos de Draco se vuelven
cálidos sin su consentimiento por la forma tan apasionante que usa su padre para decir que es
su hijo.

Si.

No ocupa que ningún olimpo lo reconozca, es hijo de Lucius Malfoy.

—Por favor padre—dice con voz lastimera, que provoca que Lucius levante una ceja, bueno
es una técnica secreta que Percy Jackson le utilizo y siempre funciona con Sally Jackson
(quien es un hueso duro de roer)—sé que eres mi padre y usare tu nombre siempre que lo
necesite, pero también quiero demostrar a este grupo de desadaptados de nivel inferior que
puedo hacer las cosas también con mi propia fuerza; ha demostrado que soy poderoso a mi
manera y quiero ganar esta lucha—añade con sinceridad en su voz.

Tampoco quiere la muerte del pollo en su conciencia, algo le dice que, si Grover se entera de
eso, recibiría una reprimenda la próxima vez que lo viera.
Annabeth y Percy también estarían de acuerdo.

—No tienes que luchar solo, eres mi hijo—ahora su padre es quien parece herido haciendo un
pequeño berrinche, tanto como este puede demostrarlo.

Draco sonríe.

—Exacto, como tu hijo voy a dejar el nombre en alto para que todos vean que soy tan fuerte
como tú…por favor papá—sabe que es una jugada de doble filo, su padre le había enseñado a
que fuera alguien que sigue las costumbres y tradiciones.

Cuando cumplió 10 años debió dejar de llamarlo papá, era algo demasiado infantil y fuera de
la etiqueta.

Una buena arma de doble filo.

Su padre lo ve unos momentos, casi puede jurar escuchar la risa de su madre de fondo, pero
no lo señala porque no es un buen momento.

—¿Entraras al equipo de quidditch? —pregunta este cambiando el tema, pero los ojos de
Draco brillan emocionados.

—Aplastare a todos a la hora de entrar al equipo, te prometo que en el primer partido puedes
venir confiado de que ganare—espera, usualmente el primer partido es Slytherin contra
Gryffindor, sabe que Potter es usualmente un buen jugador.

Siempre tiene escobas buenas, mejor dicho, pero era algo decente.

Pero Draco es mejor.

Tiene que serlo, su orgullo lo necesita.

—El pollo vivirá—

—Eres el mejor padre del mundo—

—Deja de ser tan impertinente—pero mientras se despiden, ve una sonrisa en el rostro de su


padre.

Camina al comedor de mejor humor, aunque este decae un poco, porque ahora no solo hay
rumores de él con el pollo, si no de este castigado por Snape por estar viendo a Potter.

Estúpidos chismosos, dejarían envidiosos a la cabaña de Afrodita por lo rápido que se pasan
los chismes.

.
Dos clases con Gryffindor en un día debería ser ilegal, piensa Draco caminando detrás de la
parda de idiotas (menos su querida Lavender) y siguiendo al profesor Remus Lupin hacía
algún lugar fuera de su clase habitual; no podía ser peor que el jardinero, pero iba a mantener
sus dudas por aquello. No podía esperar por terminar esta clase, tendría un pequeño espacio
vacío antes de ir ayudar a Severus, donde está seguro de que podría hablar con Percy para ver
si todo estaba bien.

Para ver qué fue lo que paso esta mañana.

Algo paso.

No esta loco.

¿Sería su vínculo?

Blaise parecía aburrido a su lado, mientras el Profesor Lupin explicaba sobre qué cosa podría
ser un boggart, a lo cual Draco dejo de pensar en Jackson para pensar mejor en que rayos era
su mayor miedo. Mira de reojo a Lavender un poco más adelante con Parvati, ambos parecen
un poco preocupados al respecto, ya que sabe que sobre sus propios miedos hay una gran
lista problemática.

Tiene miedo a muchas cosas.

Ciclopes gigantes.

Medusa.

Arpías.

Hades era bastante intimidante.

Circe fue una perra, pero era aterradora.

Cronos que en algún lugar de este mundo está buscando la forma de regresar a la vida para
destruir a todos los olimpo y el mundo como lo conoce.

—No me gustan los Nundu o las Quimeras—habla Theo de forma pensativa y Draco lo ve de
reojo sorprendido de la cantidad de palabras que ha escuchado de este en los últimos días.

Usualmente Theo prefiere estar solo, con un libro y alejado de todos. Bueno ahora que Draco
no tiene a Gregory y Vincent detrás de él todo el tiempo, Pansy esta enojada con él la mayor
parte del tiempo y Blaise es un alma libre que solamente habla con él cuando se le antoja.

Supone que presenta una soledad inusual de la cual se siente atraído.

Se encoge de hombros.

No es una presencia particularmente molesta, un poco similar a Annabeth en conocimiento,


pero menos estúpido que Percy.
—Tengo un poco de curiosidad de cuál sería mi mayor miedo—expresa poco impresionado
cuando Neville Longbotton sale al frente y su boggart se transforma en Severus Snape.

Si.

Cuando ese rumor se propague, su padrino no va ser feliz.

Parecía ser el día de los Gryffindor y aunque Draco estaba interesado en su miedo,
simplemente se quedó de brazos cruzados admirando a los otros niños tener miedos comunes;
había un poco de celos en estar asustado por un profesor o una araña. Todos parecían
emocionados y los Slytherin simplemente estaban atrás, no le importo mucho, en la clase de
pociones usualmente era al contrario y Draco solamente se vio las uñas de las manos sin
mucha importancia.

Tampoco es que le quitaba el sueño saber su miedo.

—¡Adelante, Neville, y termina con él! —dijo Lupin cuando el boggart cayó al suelo en
forma de cucaracha.

Draco juzga bastante a Weasley, entre una araña y una cucaracha, la cucaracha según su
punto de vista era más asquerosa.

Aunque, debido a ser hija de Atenea, Annabeth odiaba las arañas por obvias razones.

Longbotton parecía un poco confiado al caminar, pero al tener que pasar a su lado, pareció
sorprendido un poco; Draco no lo entiende, le salvo el culo hace pocos días (y magullo su
rodilla, pero fue para salvar su trasero), así que no debería verse horrorizado. Claramente
Longbotton tiene la suerte de Percy Jackson, cuando tropieza a su lado y empuja a Draco de
forma bastante precipitada hacía el frente.

Mueve sus manos salvajemente para no caer de rodillas, todos hacen espacio para que no
caiga sobre ellos y cuando Draco se deja de tambalear está al frente de todos.

Todavía de pie.

Eso es una victoria.

Con la cucaracha rápidamente cambiando de forma frente a él.

Joder.

Su rostro se vuelve pálido y la ansiedad nace en su interior, la cual desaparece cuando el


boggart cambia de forma. Primero tiene temor cuando se comienza a formar una forma
humanoide rápidamente, una figura ligeramente más alta que él, delgada, masculina, el rostro
rápidamente aparece y el rostro de Draco pierde todo color cuando frente a él se encuentra
Luke.

Sus manos comienzan a temblar.


—No entiendo tu sorpresa Draco, después de todo, ambos sabemos porque estas asustado—
habla Luke con una ligera sonrisa extendiendo su mano para señalarlo—soy todo lo que
siempre has temido—añade con una sonrisa socarrona que provoca que su interior se
revuelva ante la mirada encantadora del boggart.

Su respiración tartamudea.

Algo dentro de él parece querer romperse y sus ojos no apartan la mirada del chico, al igual
que probablemente todos en la sala.

—¿Acaso no confiaste en mí?, pensabas que podría ser tu amigo, que serias importante para
mí—las palabras cortan el aire y nadie se mueve estando paralizados como el propio Draco.

Si.

Draco había confiado en Luke, esas primeras semanas en el campamento cuando odiaba a
todos, Luke se había presentado como un joven apuesto y agradable que estaba ahí para
ayudarlo o guiarlo; incluso aunque intentaba disimularlo, Draco realmente había apreciado al
chico en su momento.

Fue la primera persona que confió en el campamento, aunque no quiso admitirlo.

Lo admiro.

Era fuerte, atractivo, carismático.

—Pero ahora me tienes miedo, estas asustado de que pasara cuando cumpla mi misión,
porque sabes que lo lograre porque soy inteligente y fuerte. Ni siquiera es por Annabeth o
Percy…simplemente crees que puedes odiarme, pero no levantaste una mano cuando me
viste la última vez—ahora parece condescendiente mientras se acerca a él tranquilamente.

No le va a lastimar.

Sus palabras parecen ya cuchillos afilados a su pecho que cortan sin piedad, de formas que el
puto hipogrifo no logro hacerlo.

Esta vez sí duele.

—Draco usa el hechizo—escucha a lo lejos a Remus cuando Luke esta frente a él, bajando su
rostro hacía su oreja en su posición congelada.

—Le tienes miedo a saber que solamente te gustan los niños y que todos lo sepan—es el
susurro en su oído, que hace que los ojos de Draco brillen de furia por fin y sus dientes
muerdan con fuerza su labio inferior.

Si.

Luke representa todo lo que teme.

Es su máximo enemigo actualmente.


Pero también.

Es todo lo que odia.

Escucharlo simplemente hace que todo su cuerpo se encienda, y su mano se mueve por su
propia voluntad cuando impacta un potente puñetazo en el rostro del boggart que lanza al
chico contra su espalda. Está haciendo un espectáculo, piensa con la ira gobernando su mente
mientras se lanza como un animal contra el Luke falso que no deja de reír, mientras le reparte
puñetazos en el rostro que no hacen absolutamente nada.

Es un ser mágico.

Así que sus puños no sirven para nada como lo hicieron con el hipogrifo.

Sigue golpeando.

Incluso cuando alguien lo toma por la cadera para alejarlo, le da un codo en el vientre a quien
identifica como Vincent después, mientras Gregory y Blaise intentan sujetarlo con fuerza,
solamente se agita para intentar golpear una vez a Luke que sigue riendo en el suelo.

—Miéntete todo lo que quieras Draco, sabes que no te vas a deshacer de mí, eres débil,
patético y no eres nadie para los demás; Annabeth, Grover y Percy solo son tus amigos
porque te tienen lastima—chilla el boggart con maldad, al tiempo que un gemido adolorido
sale de la boca de Draco ante el dolor de lo que acaba de decir el falso Luke, calando en su
interior con fuerza.

Duele.

Quema.

Lastima.

Draco solamente quiere lanzarse sobre el espectro, pero Lupin se posiciona frente a él, el
boggart rápidamente se transforma en una bola de luz que parece la luna; un último hechizo
envía al boggart de regreso al armario dejando el lugar solo en silencio.

Con una respiración agitada.

La suya.

—Draco—dice suavemente el profesor de defensa arrodillándose en el suelo frente a él, luce


preocupado, pero Draco solamente ve el armario con odio.

Su cuerpo no deja de temblar, sabe que se ve patético, que tanto Gryffindor como Slytherin lo
están viendo justo en medio de lo que parece un ataque de pánico.

Las palabras de Luke resuenan en su mente.

Miente.
Está mintiendo.

Tiene que estar mintiendo.

Se quita la mano sobre su hombro de un manotazo, porque no quiere la lastima de un


estúpido profesor, se incorpora rápidamente con toda la dignidad que no tiene, antes de dar
media vuelta y caminar con el mentón en alto fuera de ese lugar. Su respiración es agitada
mientras al salir al pasillo comienza a correr, solamente quiere estar solo, lejos de todo.

Intenta correr de las palabras de Luke.

Pero no puede.

Maldito idiota, incluso sin estar presente, se las arregla para arruinar su día.

Hay una cantidad de tiempo que puede estar en la lechuceria jugando con Merlín la lechuza
de su familia, mientras juega con arcilla que siempre tiene consigo, antes de que deba
regresar. Aunque su idea era pasar desapercibido, parece haberse destruido en menos de una
semana y hacer que su dignidad este por los suelos entre sus compañeros Slytherin; y los
Gryffindor, a estas alturas de toda la escuela no tiene duda con lo rápido que se esparcen los
rumores. Quiere hablar con Percy, pero las palabras de Luke le han provocado una especie de
temor, sabe que Percy es su amigo y probablemente eso tiene que ver con el vínculo.

Nunca ha sentido lástima que procede del vínculo.

¿Pero si fuera real?

Draco juega con sus manos sintiéndose aterrado de la posibilidad.

Quiere hablar con Percy, pero tiene miedo y se odia por ser tan patético y débil.

Se congela y deja por un momento sus propias emociones de lado, cuando siente algo en su
pecho apresurarse, como si algo picara de alguna forma; su ceño se frunce cuando siente una
especie de desesperación de parte de Percy en su interior. Probablemente había estado ahí
gran parte del día, pero hasta ahora la siente tan fuerte que le incomoda, lanza un hechizo de
cerradura a la puerta de la lechuceria justo a tiempo que el mensaje Iris aparece frente a él.

Algunas lechuzas salen volando de la impresión.

—¡Draco! —chilla el rostro de Percy luciendo preocupado, Draco pestañea confundido—


¿Estas bien? —pregunta intentando evaluarlo como puede, parece que está en el baño usando
el agua de la ducha—desde hace días me siento incomodo, pero no me llamabas o usaste una
lechuza, pero desde hace como una hora se siente como si te pasara algo terrible; duele
mucho—dice preocupado con el rostro angustiado y Draco solamente se deja caer sobre su
lugar cansado.
Estaba preocupado.

El vínculo parece funcionar de ambos lados con emociones demasiado fuertes.

—Fue una mala clase, bueno, han sido malas clases—no puede negar que las heridas del
hipogrifo aparentemente eran peligrosas—hoy tuve una clase con un boggart, este toma tu
peor miedo—explica ante la confusión de Percy—me mostro a Luke—añade más que todo a
regañadientes.

Hay algo que brilla en los ojos de Percy, antes que se vuelvan oscuros de la molestia.

Lo odia.

Percy también había confiado en Luke.

Pero ahora parece un odio más personal por algún motivo, su interior arde del enojo del
propio Percy como si alguien hubiera dañado algo precioso para él; es solo un instante, pero
se sorprende de la inmensidad del sentimiento.

—Oh Draco, no te preocupes, él no puede lastimarte, no lo dejaría—agradece las palabras,


pero el problema es que ya fue lastimado.

—Dijo que eran mis amigos por lastima—Percy abre la boca incrédulo, pero no lo deja decir
nada antes de sacar todo lo que tiene dentro—que iba cumplir su misión, que confié en él y…
—duda, porque decirlo en voz alta lo hará real y tiene miedo—que tengo miedo de que otros
sepan que solo me gustan los chicos—musita con la garganta seca, provocando que el cerebro
de Percy se detenga.

Este parece abrir la boca, cerrarla, volver abrirla.

Draco siente pánico en todo momento, pero algo de lo que duele ya no puede doler tanto y
lejos de sentir asco por el vínculo.

Solo siente preocupación por parte de Percy.

Eso lo alivia.

—No cumplirá su misión y claro que no somos amigos por lastima, eres mi mejor amigo, no
importa que digan otros…o si te gustan los chicos—no parece asqueado, simplemente
inseguro de como decirlo—sigues siendo mi mejor amigo, tenemos un estúpido vinculo de
amistad…no menciones a Annabeth, se supone que solo el vínculo era nuestro, lo que
significa que ella también es tu mejor amiga—

—Lavender luchara por ese puesto—

—Por supuesto que lucharemos con este puesto, porque, aunque eres un idiota, también eres
bastante genial y queremos ser tus amigos…incluso si te gusta ese chico Potter—

—No me gusta Potter—chilla indignado, pero Percy se ríe divertido.


—Ya sabes, hablabas muy apasionado sobre Hércules y ese profesor de música de nuestro
colegio—dice Percy moviendo sus cejas divertido.

—Tú también hablabas de Hércules—

—¿Bi curiosidad? —

Entonces se rompe, suelta una carcajada que parece hacer los ojos de Percy brillar y
solamente se alegra que, si el idiota siente alguna especie de cariño gracias a su vínculo, no
piense que está enamorado de él; porque Draco quiere matar este sentimiento, aunque es
difícil cuando Percy Jackson es tan torpemente adorable. Su pecho se llena de un alivio al ver
que este no lo odia porque le gusten los niños, no está seguro si alguna vez le gustara una
niña, aunque hasta ahora todo apunta a lo contrario.

Pero este sigue aquí.

Sigue viéndolo con el amor de amistad que tienen.

Sigue aquí.

No se marchó.

Lo acepta.

Draco no entiende como pudo pasar de estar en miedo de su peor temor a sentirse que puede
dominar el sol si quisiera.

—Un hipogrifo atravesó mi brazo hace unos días—

—¿Qué clase de escuela es esa? —

Draco se alivia del horror en la voz de Percy, entonces comienza hablar por lo que parecen
horas, nadie se acercó porque todos estaban en clases y Draco solamente disfruta de ponerse
al día con su mejor amigo, que acepta que es gay sin verse horrorizado.

Es gay.

Draco Malfoy es gay.

Puede que ese fuera el miedo que le mostro su boggart, pero al mismo tiempo, mengua un
poco ahora que Percy lo ha aceptado.

La primera semana de Draco de regreso a Hogwarts no es para nada lo que espera, no solo las
primeras clases fueron horribles, si no que se ha extendido diferentes rumores de él; desde ser
un nuevo patrocinador de chicos Gryffindor (blasfemia cuando solo habla con Lavender), un
lunático lastimado por un pollo gigante (realmente dicen Hipogrifo, pero para Draco es un
puto pollo), hasta el niño raro que le tiene miedo a otro adolescente. Si alguien conociera a
Luke, en realidad le darían la razón de porque deberían tenerle miedo, cuando está
amenazando la realidad de todo el planeta tal y como la conocen.

No puede hablar de eso, por supuesto, no puede hablar de nada.

Al menos el incidente de defensa fue un poco aplacado por Longbotton teniendo de miedo a
su padrino, lo cual pareció un poco más divertido de diluir entre los estudiantes; su padrino
parecía pasar su enojo al enterarse de su accidente y luego de haberle gritado a Lupin un buen
rato. Durante las siguientes clases de defensa, el profesor parece haber querido hablar con él,
pero Draco siempre se mantuvo al final de la clase, ignorando a todos y solamente tomando
apuntes furiosamente de cualquier otra cosa.

Llegaría de último, se iría de primero.

Es algo que funciona.

—Ocupamos entrenar, me siento ansioso—gruñe Draco moviendo su pie de forma rítmica en


la biblioteca, aunque ama los libros comienza a ser más difícil concentrarse en ellos con
energía reprimida.

Estúpido cuerpo de semidios.

Es como si se hubiera acostumbrado todo el año pasado a entrenar y ahora que lleva solo una
semana sin hacerlo, se siente incómodo. Las pruebas de Quidditch serian en otra semana y
Draco no puede esperar por poder sacar energía de alguna forma.

—Yo no lo hago, ahora pásame ese estúpido libro, la dislexia siempre ha sido una mierda,
pero te juro que empeoro este año—gruñe Lavender mientras escribe en su pergamino,
solamente para utilizar el hechizo para corregir palabras luego de volver a leer.

Todo hechizo que un niño mago con dislexia aprende cuando son jóvenes.

Draco se sorprende de no haber notado la dificultad de la niña, incluso cuando le enseño los
hechizos de su madre para poder leer más fácilmente, Lavender todavía se las arregla para
escribir mal en ocasiones.

Mira de reojo el lugar.

Lavender ha pasado mucho tiempo con él, incluso su amiga Parvati había comenzado a pasar
más tiempo con una niña llamada Kellah de su dormitorio y generación; que debe ser hija de
muggles porque apenas si la recuerda. Al igual que los Slytherin habían hablado a sus
espaldas, está claro que los Gryffindor tampoco parecen feliz con el tiempo que Brown pasa
con Draco.

No es que la niña lo hubiera comentado.

Solamente, lo ignora y sigue caminando hacía él como un perrito que se encuentra con su
dueño.
—Todos los chicos del campamento lo hacen, incluso tú—

—No Draco, no todos somos iguales, así que cállate y dime que poner en este ensayo de
pociones…¿por qué tenemos un ensayo de pociones la primera semana? —

—Vamos Lavender no me hagas suplicar, entrenemos, solo una noche—

Lavender gruñe dejando el pergamino y dándole una mirada incrédula.

—Digamos que te escucho genio, ¿Donde? —

Ahora la sonrisa de Draco es similar a la de alguien que ha capturado a una presa.

Si Lavender Brown tiene una sospecha de que esta loco, probablemente ese día desaparece,
no solamente le había obligado a permanecer despierta más tarde de la cuenta un viernes y
colarse de su sala común ante la posible detención que recibirían si eran encontrados. Si no
que la obligo a caminar por los pasillos, escapar de un extrañado Flitwick en patrulla que los
confundió con la señora Norris y además salir del castillo rumbo al bosque perdido. Había
estado vigilando un poco el bosque perdido durante la semana que estuvo antes que iniciaran
las clases, claramente hay criaturas mágicas, pero en los bordes no parecen aparecer muchas
y si alguna lo hiciera.

No sería presa fácil.

Cerca había un claro bastante útil que podrían utilizar para entrenar.

—Odio mi vida—gruñe Lavender, temblando de frio mientras se aferra a la pequeña daga en


sus manos y Draco se estira un poco.

Tiene algunas prendas que solía utilizar cuando estaba en la casa Jackson para hacer
ejercicios. Estaba casi saltando sobre sus propios pies, sujetando su lanza e intentando
recordarse que no debe ser muy duro con Lavender, porque la niña apenas si está progresando
en esto; ella era mejor con la magia, cada día notaba un poco más de su brillo divertido en
magia diferente a la que ellos usaban.

Nieta de Hécate.

Si era como Circe, quien sabe cuál sería su poder.

—Adelante, recuerda tu centro, no muevas mucho tu muñeca y si, la respuesta es que


recuerdo muy bien tu último encuentro contra Annabeth; ahora, ¡Ataca! —vio a Lavender
hacer una mueca con sus labios como si quisiera imitar sus palabras en tono burlesco, pero
acepto sus indicaciones.

Se lanzo al ataque.
Lavender no era muy diestra, a diferencia de Draco que estaba obsesionado con ganarle a
Percy, Lavender solamente aprendía para sobrevivir; pero era muy rápida. Otra gran
diferencia de Draco y Lavender, era cuando Draco se lanzaba con ira casi animal contra
Percy, sin importarle uno o dos cortos en su cuerpo, algún hueso dislocado y solamente
estaba centrado en llevar a Percy al límite.

Annabeth los llamo idiotas.

Pero Quirón parecía algo complacido de la forma en como ambos se llevaban al límite,
porque aparte de Clarisse, ningún otro campista lograba llevar a ese nivel a Percy.

Movió la lanza con demasiada felicidad, luego de un año de prácticas continuas y dos
campamentos con diferentes aventuras, se vio contra Lavender los pasos gigantes que había
dado desde ese primer día hace tanto tiempo atrás. Sus pies se movieron como si fuera un
baile, mientras Lavender parecía atacar cada vez más frustrada, pero incluso con sentimientos
tan perjudícales intentaba con todas sus fuerzas el mantener sus instrucciones.

Le dio varios golpes, antes de mover la lanza tan rápida que cuando impacto contra sus
tobillos, la chica chillo cuando cayó de espaldas.

—Otra vez—repitió con mirada en blanco.

Lavender gruño, pero se puso de pie.

Cuando la golpeo en el vientre y cayo, se puso de pie.

Cuando soltó la lanza y le hizo una llave que Annabeth le enseño (utilizándolo a él como
propio ejemplo), Lavender volvió a ponerse de pie.

Cuando la desarmo con manos desnudas y la chica quedo desprotegida, se puso de pie desde
sus rodillas.

Parecía frustrada de caer y levantarse, pero cada que la arrojo al suelo, esta se siguió
levantando y fue difícil ver a la mocosa que se había acercado llorando hace algún tiempo en
un parque de diversiones. No era una guerrera analítica como Annabeth, un tanque como
Clarisse o tener ese toque de seducción de Silenia; pero le recordaba un poco a él mismo de
alguna forma.

—Estoy frustrada—hablo Lavender desde el suelo luego de su caída numero 14—todos en


Gryffindor me tratan como una extraña, incluso Parvati que es mi mejor amiga, apenas si me
habla ahora…solo porque hablo contigo—por un momento Draco solamente pensó en las
formas de hacer sufrir a cada Gryffindor a la redonda, su pecho comenzó a picar, pero se
concentró más en la idea de venganza—y tal vez también es mi culpa, sentarme y hablar con
ellos, cuando no entienden, cuando no ven lo que nosotros vemos…extraño el campamento—
susurra Lavender cerrando los ojos.

Draco se queda ahí viéndola descansar un poco más, se pone hacer abdominales esperando
gastar la energía mientras su amiga descansa.
Si.

Tal vez había dejado muy tranquilos a los Gryffindor, pero si hacen sufrir a Lavender, tal vez
deba demostrarles porque es un Slytherin.

—Necesito que trabajes para mi princesa—había dicho la mañana siguiente, de un mejor


humor mientras toma asiento al lado de Pansy.

La niña le da una mirada de reojo, había estado menos molesta desde el ataque del hipogrifo
(aunque no tanto cuando anuncio que no tomaría represalias) y un poco temerosa como los
Slytherin al verlo en la clase de defensa. Para los Slytherin mantener sus emociones fuera de
su rostro es lo principal, no mostrar debilidad o darles armas a otros, siempre hay que tener
cuidado la dignidad.

Lo vieron.

Cuando ataco al falso Luke.

Vieron su rostro de ira y alguno le había comenzado a ver de reojo con algo de temor, Percy
le dijo que estaba enfermo cuando demostró que disfrutaba eso.

El poder siempre es bueno.

—Solo se llamas así cuando quieres algo de mí, que no me va a gustar—dice de brazos
cruzados levantando la barbilla.

Si.

Lo era.

Por eso tenía que ser extremadamente cuidadoso.

—Te daré un pase libre si haces bien tu trabajo, cualquier petición puedes considerarla hecha
—ahora tenía toda su atención, los ojos de Pansy brillaron emocionados y coloco toda la
máscara de negociante, que sabía que su amiga tenía en estas situaciones—sabes que tengo
una pequeña mascota en Gryffindor, también ya saben que no pueden meterse con ella—lo
dejo muy claro la primera noche de clases cuando alguien comento sobre que Lavender era
una idiota.

Draco había amenazado al chico de cuarto año, que no lo tomo en serio, pero ahora que los
rumores de su arrebato en defensa eran públicos; fue divertido ver al chico estremecerse
cuando le daba malas miradas.

—Si la mocosa Brown, no le hemos hecho nada—y parecía sufrir al respecto.


—Al parecer algunos de los estúpidos leones no son tan inteligentes con ella y parecen…
desplazarla—medita sobre sus palabras, pero Pansy parece levemente divertida—si se dices
quienes son, si alguien hace algo malo contra ella, espero se lo digas con lujo y detalles—
susurra con mirada un poco divertida y oscura, que provoca que Pansy casi ronronea.

—Oh Draco, seguías ahí, bastardo lobo que finge usar piel de cordero—casi ronronea Pansy
mientras lo abraza de un brazo.

Draco se deja hacer.

—¿Harías eso por mí? —

—No pienso negarme a semejante trato contigo, porque ya tengo una idea en que usar tu
ayuda en el futuro—

Ambos se sonríen, porque eso es lo que lo Slytherin hacen.

—Si vas hacer algo mal, que nadie te encuentre—

—Oh Percy, ambos sabemos quién te enseño eso fui yo—

—Si, si Draco es el mejor de todos, oh hagan referencias al mestizo más poderoso de todos—

—Así me gusta mi fiel lacayo, aprende tu lugar—

—Si, lo que sea, ahora sobre matemáticas—

—Te juro que Annabeth me está dejando lo peor a mí, me quejare con ella—

Tomaría algo de tiempo, Pansy hace bien su trabajo, pero averiguar sobre los leones no será
fácil y por eso la dejara tranquila mientras tanto. El día de las pruebas Draco se despierta
animado, ha estado entrenando con Lavender 3 días a la semana, la chica dice que es
demasiado, pero por el contrario a Draco le parece demasiado poco. Espera que el día de hoy
logre drenar gran cantidad que necesita fuera de su sistema, porque está casi al borde de saltar
por la torre de astronomía si tiene que quedarse sentado por otra hora sin hacer nada.

Percy parece estar igual de frustrado, quejándose continuamente que extraña a su compañero
de práctica.

No menciona sobre el incidente en pociones, dado que no se ha repetido, supone que no debe
ser nada.
—No vamos a ser suave contigo Malfoy—gruñe Flint cuando llega al campo de quidditch,
luciendo bastante aburrido, pero con ojos flameantes al ver a los otros estudiantes que hacen
pruebas.

Draco mira de reojo a la gradería, Blaise parece estar ahí por obligación de Pansy, pero se
sorprende de ver tanto a Theo al lado de estos, como Lavender un poco más alejado
moviendo sus manos de forma ruidosa cuando se encuentra con su mirada.

Levanta la mano con torpeza y jura verla sonreír.

Si.

Aplastaría a cualquier Gryffindor que lastimara a su amiga, incluso si ella no lo pidió.

Estar sobre una escoba, era jodidamente brillante. Claro que su corazón tiene un lugar
especial para Aurora el pegaso del campamento mestizo, pero una escoba también tiene lo
suyo; ambos ganan por mucho a los hipocampos que, si fuera por Draco, jamás volvería a
montar. La Nimbus era bastante rápida, pero casi podría pensar que Aurora era un poco más
rápida, aunque si fuera por maniobras arriesgadas, la escoba era mucho más agradable.

Se sintió feliz.

Sumamente feliz.

Extrañaba a Percy, el campamento mestizo, a Annabeth e incluso a Will.

Pero aquí en el aire era feliz.

Las pruebas pasaron demasiado rápido, el otro niño de cuarto año que había querido ser
buscador no tuvo ni la menor oportunidad cuando Draco arrebato la Snitch de practica en
cada jugada. No es que fuera su culpa ser un humano normal (aunque ser un mago ya debería
ser mejor que ser un simple muggle), mientras que Draco era sin duda un semidios.

Rápido.

Listo para la lucha.

Con reflejos mejorados por un año de continuo entrenamiento.

Cuando se bajó de la escoba, ni siquiera dudo a quien elegiría Flint cuando este paso una
mano sobre su hombro atrayéndolo hacía él encantado.

—Maldita sea Malfoy, eres una bestia—dice el estudiante mayor con mirada emocionada y
Draco solamente se pavonea.

Si.

No es el campamento mestizo, pero joder, la atención sobre él no era mala y sobre todo
porque era por él.
Me miran por lo que soy.

Draco.

Sonrió encantado cuando se acercó a sus amigos, primero a los Slytherin quienes le
aplaudieron emocionados y Blaise incluso lo empujo divertido. Luego volteo su rostro para
ver a Lavender quien sonrió encantada antes de abrazarlo con fuerza.

—Hay un rumor que eres novio de Brown—dijo Theo un día cuando caminaban hacía el
comedor, Blaise solía escaparse solo y últimamente Theo era quien caminaba con él cada
mañana, Gregory y Vincent iban mucho por su propio esfuerzo temprano al comedor para
atusarse de toda la comida posible.

Draco no asintió o negó.

Tenía la leve impresión que solo le gustaban los niños, pero eso podría ser una buena
tapadera, porque nadie sabía aparte de Percy (hay una gran posibilidad de Sally y su madre
Narcisa) sobre sus inclinaciones; bueno Lavender tenía sospechas.

Theo le da una larga mirada mientras comen, pero Draco lo ignora. Este vuelve a su libro y
Draco jura que ese idiota debió haber ido a Ravenclaw, también piensa que podría ser amigo
de Annabeth, aunque eso duda que pasaría en esta vida con ambos mundos separados.

Lavender se niega a ir a entrenar una noche, aparentemente ser una niña y tener problemas de
niñas, hacen que estén más irritantes y quieran comer chocolate mientras se quejan en la
cama. Draco igualmente va a entrenar, aunque ahora este en el equipo de quidditch y tenga
practica extra a sus músculos, si no hace ejercicio correctamente se volvería loco estudiando.
Es un poco solitario entrenar solo, como si hiciera un baile en solitario en medio de un salón
vacío, tener que fingir oponentes y que hacer para esquivarlos no es tan divertido.

Suele imaginar a Percy.

Reproduce sus movimientos, una y otra vez en su mente, durante la batalla y piensa en las
mejores formas para contrarrestarlo.

Tiene mejor alcance con la lanza, pero Percy es terriblemente rápido y letal con la espada.
Tiene que mejorar sus reflejos y eso no puede ser sin un oponente, Lavender apenas si ayuda
en algo, pero nadie aquí en este colegio sería un oponente para una batalla y eso le preocupa.

Al menos Percy tampoco tiene eso.

Igualmente.
Necesita algo.

Una noche estucho un lobo, un aullido lejano de dolor y Draco casi se vio tentado a ir a
cazarlo, para entretenerse con algo; pero no lo hizo. Camino hacía el colegio de forma
aburrida, hay algo muy diferente entre un combate de entrenamiento y atacar a un animal con
vida; ese algo es Grover, quien no lo perdonaría y no dejaría de quejarse el siguiente siglo si
mataba a un ser inocente.

Camino por los pasillos, antes de maldecir cuando escucha pasos.

Era cerca de las dos de la mañana, piensa aburrido mientras con mucha concentración se
vuelve un hurón rápidamente encogiéndose en su lugar.

Maldito Fitch y como aparece siempre de manera inconveniente.

No se preocupa por el conserje, le preocupa el maldito gato que suele ir con este, así que se
apresura con diminutas patas para pasar desapercibido entre ambos; ser un hurón tiene sus
ventajas, no es que fuera admitirlo jamás en voz alta incluso bajo juramento.

La presencia del gato está cerca.

Como animal lo sabe.

Se escurre debajo de lo que parece una cortina, antes de que el gato aparezca del otro lado del
pasillo. Traga saliva pensando si tiene espacio para huir, cuando nota con horror unas manos
sobre su diminuto cuerpo. Chilla, pero antes que el gato pueda correr hacía él, algo se mete
en su boca y maldice sin saber que hacer. Convertirse en humano ahora solamente le
molestaría a quien fuera que lo tiene que es un animago, un animago ilegal, aunque fuera por
culpa de Circe, no les había dicho a muchos sobre esta forma.

—Shhh pequeño, o nos atraparan a ambos—dice una voz volteándolo y Draco solo maldice
su suerte una vez más cuando los ojos verdes de Potter lo encuentran.

Su maldita suerte debe ser legendaria.

¿No tenía un padre en el olimpo?

No debe quererlo mucho.

Se queda congelado viendo todo en cámara lenta, no solo descubre que Potter tiene una capa
de invisibilidad (lo cual le hace pensar que, si la obtuvo desde primer año, tendría mucho
sentido) cual gorra de Annabeth, si no que ahora estaba atrapado camino hacia la torre
Gryffindor; había intentado escapar, pero el chico solamente lo sujeto con fuerza diciendo
palabras tranquilizadoras. Cuando casi fueron atrapados por Fitch por segunda vez, Draco
pensó que tendría que someterse a esta tortura y alejarse lo más pronto posible; estaba en
peligro, pero el menor de los peligros por ahora era Potter.
Cuando llegan a la torre Gryffindor, todo está apagado, aunque el interior le recuerda un poco
a la cabaña de Hermes, aunque no lo admite en voz alta.

—Pero mira quien lo logro, es una locura Harry—grita Seamus con un aullido seguido por
los demás miembros de la habitación compartida de tercer año para niños.

Magnifico.

Draco se deja caer más contra las manos de Potter con desprecio, cuando ve las miradas
curiosas de los otros niños cuando toman asiento en un semicírculo. Aparentemente habían
estado jugando algo estúpido como verdad o reto, Potter había sido el designado con un reto
de ir hasta la enfermería y traer un vial de una pocion para la fiebre.

Nadie parecía saber que tenía una capa de invisibilidad.

Se pregunta el motivo, ya que la mirada que comparte Potter y Weasley, los hace tan
evidentemente obvios que duele.

—¿Y quién es este? —pregunta Seamus curioso viendo a Draco, le da una mirada de muerte
y lo muerde cuando este lo toco en la cabeza.

Todos se ríen.

Piensa en morder a Potter, pero este no lo toca y solamente lo deja sobre su regazo en medio
de las mantas, que son tan cálidas que Draco se acomoda mejor en estas.

—Lo encontré caminando, debe ser la mascota de alguien, aunque se dio pena que se
encontrara con la señora Norris—al igual que los Slytherin, los Gryffindor hicieron muecas
de desprecio a pensar en el horrible gato.

—Tal vez tenga dueño, deberían buscarlo mañana, aunque es sábado—habla Longbotton
viéndolo curioso, pero sabiamente alejado.

Ocupa escapar de ahí, en la tarde tiene practica con el equipo de quidditch y ya será
demasiado notorio cuando no lo encuentren en las recamaras de Slytherin. No era muy
extraño que se escapara en la menor oportunidad, pero siempre estaba ahí para el desayuno y
esto iba a ser una jodida locura.

Mira hacía la puerta notándola cerrada.

Si.

Esto iba ser una locura.

—Es lindo—dice Weasley intentando tocarlo, sufriendo un mordisco igual que Seamus—
maldito bicho—farfulla sujetando su mano herida contra su pecho.

Hay otra ola de risas.


Draco le da una mirada de advertencia a Potter, pero este no se atreve a tocarlo, en su lugar
parece tomar un paquete de dulces que tiene y le ofrece uno; no está seguro si por su
fisionomía debería estar comiendo alguno de esos dulces.

Mastica el panecillo dulce con rapidez.

Sus papilas gustativas son una mierda, pero tenía mucha hambre después de entrenar por
horas.

Esta relativamente menos molesto, así que no muerde a Potter cuando pasa un dedo sobre su
cabeza, es algo que ni siquiera ha dejado hacer a Percy, así que más le vale a ese idiota no
tentar su suerte; la golosina no es tan sabrosa como para no intentar mutilar al bastardo.

El juego no dura mucho más, Draco nota a la distancia, en medio de una jaula a una rata que
lo ve fijamente, antes de ignorarlo alejándose contra el costado más alejado. Adorable, no
sabía que Weasley tenía una rata mascota o simplemente lo había ignorado, aunque al ver al
niño acostarse en la cama al lado de la jaula puede darse una idea.

Por otro lado, Draco duerme en la cama de Potter.

Irónico.

El primer chico con el que comparte una cama luego de enterarse que es Gay no es Percy, si
no Harry Potter. Hay algunas cosas en su mundo que simplemente rondan lo irónico hasta
que duele, el niño sigue bostezando mientras se acuesta con la estúpida pijama que parece
demasiado grande para él; piensa en lo horrorizadas que estarían Lavender o Pansy de ver al
niño con esta clase de prendas.

—Sabes tu rostro es curioso, pareces enojado—susurra Harry a su lado, no lo ha tocado


mucho, intuyendo efectivamente que no quiere el contacto humano excesivo.

Draco le da una larga mirada de hurón, no piensa a humillarse comportándose de alguna


forma que provoque mayor interés en el niño. Espera que, en algún momento durante la
mañana, alguien salga de aquí y aprovechar el momento para escapar, también sabe que
Lavender debe estar por aquí; ella no ha visto su forma de hurón, pero no ocuparía mucho
para saberlo.

Percy fue amable en describirlo varias veces en el campamento.

Algo que odio, puede funcionar ahora.

Suspira cansado, ese sonido parece hacer sonreír a Potter y Draco lo ve fijamente un rato
pensando que el niño es un idiota, también que nunca había visto la sonrisa del niño. Intenta
recordar en su mente, pero aparte del rostro claramente enojado, molesto, incomodo y
cansado del niño hacía él; nunca le había dado una mirada positiva.

Recuerda la sonrisa de Percy, parece como si el sol brillara contra él (que se joda Apolo) y
todo lo malo del cuerpo de Draco se marchara.

Tal vez por su estúpido enamoramiento.


Tal vez era que la sonrisa de Percy estaba infundida para animar a los demás.

Tal vez era el vínculo.

La sonrisa de Harry era más cuidada, casi tímida y torpe, como si fuera prohibido de alguna
forma sonreír. Draco mueve su cuello de forma curiosa, la sonrisa no es del todo
desagradable en su rostro, pero el verlo sonreír lo diferencia incluso más de Percy de alguna
forma que no entiende. Percy es una locura, alguien carismático y torpe, que busca de alguna
forma la muerte casi inconscientemente, un héroe, alguien que será grande en cualquier
leyenda en el futuro.

Su pasado es triste.

Percy a veces hablara, en la noche, sobre la soledad y tristeza antes del campamento, como
nadie quería ser su amigo, como odiaba a Gabe, como estaba solo.

Pero ahora no es así.

Tiene amigos y Percy siempre sonríe al verlo anunciándolo como su mejor amigo.

El pasado es triste, el pasado pesa en su espalda y Draco se siente muchas veces


avergonzado, porque su infancia antes de Hogwarts había sido jodidamente genial. Otros
como Annabeth también tienen un peso pesado en sus espaldas, algo que cargar, algo que
significa ser un semidios que Draco en realidad no tiene; claro que su padre olimpo lo ignora,
pero aparte de eso, su vida es genial.

Eso por otro lado lo hizo meditar.

Sobre el pasado de los demás.

No todos lo tienen fácil y aunque muchas veces había pensado que ser Harry Potter era el
igual a ser alguien famoso y grande, algo que Draco había matado antes de ir al campamento
mestizo, ahora lo tiene en duda. Luego de una aventura la etiqueta de ser un héroe pierde
mucho la emoción, luego de la aventura ser famoso tampoco es algo emocionante.

Luego de las misiones el miedo a la muerte es palpable.

Un dedo sobre su cabeza hace que regrese de sus pensamientos, Harry lo está acariciando y
parece fascinado de no perder el dedo como el resto de sus amigos. Draco piensa sobre
hacerlo, seriamente, porque estaba dentro de sus pensamientos y odia cuando es sacado de
ellos; no lo hace. La mirada del niño parece casi fascinada, pero también reconoce algo que
ha visto en Percy y Annabeth.

Desesperación por afecto.

Ladea la cabeza y Harry sonríe.

¿Por qué debería alguien como Potter querer afecto?

Abre la boca, suelta un chillido y Harry simplemente sonríe más.


—Pero si eres una cosita linda, me asustaste ahí, probablemente extrañas estar cerca de tu
dueño y estabas asustado de llegar a un lugar desconocido—susurra Harry en voz baja y
Draco solamente quisiera levantar la ceja.

En realidad, estaba acostumbrado a estar en algún lugar desconocido, con mucha más
frecuencia de lo que deseaba pensar. No tenía ninguna prueba, pero tampoco ninguna duda de
que el próximo verano, si no es que Cronos destruye el mundo, Percy lograra meterlo en
medio de otra aventura que está al borde de la muerte.

—Cuando era niño no podía tener mascotas, pero me gustaban los gatos del vecindario, sé
que eres un hurón…pareces a ellos—esta vez lo muerde, no con tanta ímpetu como con
Weasley, pero si para que Harry aparte el dedo con un puchero resentido—grosero—bufa por
bajo y Draco lo ve fijamente.

Lo que sea.

Se mueve un poco antes de saltar ágilmente sobre el pecho del chico, este pestañea
confundido cuando se hace una especie de puño sobre este, disfrutando del subir y bajar de su
pecho, el retumbar rítmico de su corazón, la calidez a su alrededor.

—Eres muy consentido—habla Harry antes que escuche como alguien lo silencia a lo
distancia, uno de sus compañeros de habitación, Harry hace otro puchero y Draco cierra los
ojos.

Sin querer admitir que se ha dormido más rápido de lo que esperaba.

Mañana seria otro día.

Continuara…

Chapter End Notes

No puedo negar que desde que Percy y Draco se convirtieron en conejillo de indias y
Huron, ya estaba fantaseando con la idea de convertir a Draco en un hurón en Hogwarts.
Amo cuando en los fanfic Draco es un animago que se convierte en dragón, pero se
pareció más épico que fuera un hurón en su historia, darle más dificultad al pobre niño.

Algunas cosas han cambiado.

Draco ha cambiado, pero sigue siendo el Slytherin que todos disfrutamos leer como un
mocoso insoportable a veces. Percy era un control de daños con Annabeth que ahora no
están aquí, así que joder lo que les espera.
Capítulo 13: Draco solo quiere gritar, porque no está ocultando
nada…bueno nada de lo que piensan.
Chapter Summary

Draco Malfoy y un año escolar normal, son frases que aparentemente nunca estaran
unidas en una oración.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

Draco se sorprende del movimiento bajo él que indica un nuevo día, primeramente, porque
está durmiendo sobre una persona, la segunda porque recuerda tarde que es un hurón y cae de
bruces al lado del humano cuando intenta ponerse sobre sus pies y dar un paso. La risa de
Potter es lo primero que recibe y Draco se siente de mal humor en la mañana al recordar que
está atrapado en este lugar de la muerte. Se estira un poco en su lugar, viendo al resto de
Gryffindor comenzar el día de forma desordenada y bastante indigna que los Slytherin no
harían en su vida.

Pero que sabe que la cabaña de Hermes o en dado caso, Percy Jackson solían hacer.

—Espérame aquí, iremos a comer algo y con suerte encontremos a tu dueño—habla Potter
como si lo entendiera.

Bueno.

Lo entiende.

Pero un hurón normal no lo haría.

Draco resopla antes de asomarse por el lugar, nadie parece listo para irse y eso provoca que
su huida o plan de escape no funcione. De hecho, Potter es quien llega primer para sujetarlo
contra su pecho, antes de esperar a Weasley para bajar las escaleras.

La sala común llena de Gryffindor.

Draco puede vomitar, en su lugar busca desesperadamente a Lavender y con horror no la nota
en ningún lado, esta tentado a saltar de los brazos de Potter y correr; aunque un colegio de día
lleno de estudiantes no sería muy seguro.

Solo ocupa llegar a una esquina solitaria y convertirse en humano de nuevo, va ser raro que
ande con ropa muggle, pero ese podría ser el menor de sus males.
—Harry, ¿Qué es eso? —gruñe Granger caminando hacía ellos apurados, con un enorme gato
gordo detrás de ella que parece verlo curioso.

Potter lo sujeta con cuidado contra su pecho, mientras inesperadamente Weasley salta frente a
él para protegerlo. Casi siente asco de ser protegido por Weasley y sabe que, si habla en voz
alta al respecto, este probablemente sentiría un asco peor por sus acciones.

—Cuidado Hermione, ese gato siempre está detrás de la pobre Scabbers, que no se acerque—
señala el chico Weasley sin ningún tacto, puede ver el rostro ofendido de Granger y Draco
solamente los ignora para ver al gato que solamente lo ve con ojos fijos y brillantes.

Bueno.

Entiende un poco a la rata, se ve peligroso si toma en cuenta su tamaño actual.

—Oye no se mires así, no quiero estar aquí, me trajeron contra su voluntad y quiero volver a
mi propia casa—farfulla Draco con duda.

Había podido hablar con Percy cuando era un conejillo de indias, pero ambos estaban
relacionados de alguna forma como animales, o eso cree, más cerca que con el gato y dudaba
que pudiera hablar con algo que no fuera un humano transformado.

Lo cual no parece ser el gato.

Para su sorpresa, el gato habla.

—Estoy un poco cansado de humanos disfrazados cerca de mi humana—las palabras


confunden un poco a Draco, pero niega con la cabeza saliendo de su sorpresa.

—¿Me entiendes? —ladea la cabeza sorprendido.

El gato parece casi ofendido.

—Soy mitad Kneazle, pero cualquier gato es suficientemente inteligente de entender a los
estúpidos humanos que se convierten en animales—sisea provocando que Weasley lo señale
y se queje más con Granger, que parece apenada mientras sujeta al enorme gato.

¿Crookshanks?

¿Qué jodido nombre es Crookshanks?

Draco simplemente mira como Potter lo protege más contra sus brazos y bufa molesto, se
escurre de sus brazos fácilmente y correr por su cuerpo fácilmente; no quiere pensar que de
alguna forma lo ha tocado, no quiere pensar en eso. Cuando cae al suelo ágilmente a una
distancia segura, salta un poco hasta estar frente al enorme gato que es sujetado por Granger.

No le hace daño.

Solamente le bufa, pero no parece una amenaza, aun cuando claramente podría ser una.
—Lo que sea, solo quiero salir de aquí, pero me tienen cautivo contra mi voluntad—chilla lo
que podría sonar para los humanos.

El gato o el mitad Kneazle.

¿Importa?

Bueno este solamente mueve su cola antes de suspirar, no parece querer ayudarle, solamente
se sienta sobre sus patas traseras al verlo.

—Los humanos siempre buscan ayuda, agotador—

—Prometo recompensarte, alguna vez en el futuro lejano, si vienes a buscarme, no vendré


aquí por su voluntad nunca más—

—¿Cuál es tu nombre humano? —

—Draco Malfoy—

El gato parece agrandar ligeramente sus ojos, Draco no quiere saber qué clase de cosas han
dicho los Gryffindor sobre él, pero por ahora busca un aliado y este gato parece ser el único
que los entiende.

De reojo nota al estúpido trio verlos sorprendidos, Weasley parece señalar, otra vez sin tacto,
la sorpresa que Crookshanks no lo esté asesinando. Potter revolotea cerca de él, como si
quisiera protegerlo, pero dudoso y Granger parece un poco fanfarrona.

Los ignora.

—Deja que los humanos te saquen de aquí, es la forma más fácil, si vuelves te ayudare a
escabullirte—

—Eso no me ayuda de ninguna forma—

—Te estoy ayudando no comiéndote—

Draco gruñe molesto, pero el gato usa una pata suavemente para empujarlo, antes de dar
media vuelta para irse. Algo de su actitud malhumorada le recuerda un poco a Annabeth, pero
no quiere señalarlo en voz alta, temeroso un poco de que pasaría si la hija de Atenea lo
descubre.

—Oh jodida cabaña de Ares—la voz hace que Draco levante la mirada emocionado, justo
cuando Potter lo levanta entre sus brazos.

—¿Lavender? —habla Weasley confundido cuando la niña rápidamente termina de bajar las
escaleras prácticamente saltando junto a ellos, viéndolo horrorizada.

—Soy yo Lavender, soy Draco—chilla, aunque duda que le entienda, aunque Circe le hizo
esto, tal vez pueda entenderlo de alguna forma con magia del olimpo.
Duda que pase.

La chica solamente abre la boca incrédula, no debe entenderlo, pero está segura que lo
reconoce y Draco podría simplemente amarla por eso.

Si fuera heterosexual claro.

Todo es simplemente platónico.

—Me encontré este hurón anoche—no rebela como, Potter tal vez no es tan tonto—estaba a
punto de pedirle ayuda a Hermione para buscar a su dueño—añade un poco confundido de la
reacción de Lavender.

La niña de rizos solamente levanta la vista, la baja para verlo preocupada, antes de tragar
saliva.

—Él es…es…la mascota de Draco—dice casi sin voz al verlo, Draco se retuerce entre el
agarre de Potter, que solamente aumenta un poco contra él cuando escucha su nombre; su
rostro se oscurece y sabe que Lavender se ha equivocado.

—Oh—si no puede ser bueno nada que sale de la voz de Potter así.

Draco y Lavender comparten una mirada que significa lo mismo.

“Mierda”

—¿Malfoy tiene un hurón mascota? —cuestiona Granger con duda al tiempo que Weasley se
ríe ligeramente, como si fuera mejor que él, a pesar que tiene una rata mascota.

—Si, es su hurón mascota, se llama Per…—Draco le da la peor mirada como hurón que
puede, porque si ella se atreve a llamarlo “Percy” jura que la asesinara apenas pueda, algo
que ella puede ver—Sparky, se llama Sparky—casi solloza atemorizada.

Hay un silencio.

Uno largo e incómodo.

Weasley se ríe descaradamente, Draco se queda viendo a Lavender con enojo, esta solamente
se sonroja abochornada, Potter mira confundido a Granger.

—Hay una historia famosa entre niños magos, se llama “Sparky el dragón”, lo escuche de
algunas niñas en primer año—explica la niña amablemente, pero Draco solo le da una mala
mirada a Lavender que parece nerviosa.

—Joder, Malfoy es patético, me burlare de eso apenas pueda—se ríe Weasley al tiempo que
Lavender le da una mala mirada, pero no dice nada más.

Granger suelta un suspiro.


—Ron ya hablamos de eso, ahora que Malfoy nos ignora es mejor alejarse de él y no buscar
peleas innecesarias—

Eso le parece curioso.

Han hablado de él.

Ve de reojo a Lavender, pero esta parece decirle que hablaran luego con la mirada.

—Probablemente trama algo, Harry siempre lo dice, es imposible que cambie de la noche a la
mañana—

—Ron, estuvo un año fuera de Hogwarts, muchas cosas pueden cambiar en un año—

—Él no Hermione, aunque incluso Lavender hable con él—le da una leve mirada de disculpa
a la niña, que simplemente lo ve estoica—todos sabemos que es cuestión de tiempo antes que
vuelva a ser el mocoso mimado por su padre como conocemos—

—Salvo a Neville—

—Lo que sea, eso no prueba nada—

Bien se cansó de humillaciones de esos dos, incluso aunque Granger parecía ligeramente de
su lado, tampoco iba a defenderlo, el silencio de Potter fue molesto porque eso significaba
que apoyaba la idea de Weasley, sobre que tramaba algo.

Salta de los brazos de Potter, quien intenta sujetarlo, pero corre hacía Lavender que lo sujeta
protectoramente entre su pecho, dándole una mala mirada a Potter cuando este se acerca;
parece que este quiere tenerlo de regreso y lo ve, pero Draco se ha cansado de esto y se
acurruca más contra Lavender.

Se siente cálido.

En los brazos de alguien que definitivamente no lo odia y piensa que es un idiota, sabe que lo
fue en su primer año, pero no ha hecho nada que merezca tal desprecio este año.

Los ha dejado tranquilos como señalo Granger y cualquier cosa que este tramando, no tiene
nada que ver con ellos.

Incluso ayudo a salvar a Longbotton, de forma poco planeada, pero eso debería contar con
que ya no es malo, o al menos un matón. Piensa en su venganza contra aquellos que hacen
sentir alejada a Lavender y sin duda no dudara en cobrarla, si van hablar mal de él bueno, que
sea por algo que hizo al menos.

—No confió en Malfoy, si le pertenece lo dejo vagar por la noche en Hogwarts, podría haber
salido herido—es extraño que Potter defienda a Draco-hurón del Draco-humano.

Lavender solamente lo ve fijamente, antes de verlo de reojo preocupada, pero Draco los
ignora sintiéndose seguro ahora.
No importa que digan de él.

Ya lo desprecian.

Siempre lo han hecho.

Potter había rechazado su amistad en primer año y sabe que eso no cambiara ahora, solo
porque Potter fuera amable con él ahora que era un animal, no significa que sienta alguna
especie de aprecio por su persona; toda amabilidad de la noche anterior y esta mañana no era
dirigida a él.

Bueno.

De una forma retorcida sí, pero no importa.

—Es el hurón de Draco, yo lo regresare—habla Lavender de forma regia, Draco levantaría


los puños para apoyarla si pudiera.

Potter es terco por otro lado.

—Tal vez debería hacerlo yo para hablar con él y decirle lo que pienso de él—

Lavender no se deja amedrentar.

—No, Draco es mi amigo y ha dejado muy claro que no los molestara este año, los ignora y
simplemente deberían dejarlo de lado; si no les agrada, al menos deberían mantenerse
alejados y llevar todo esto en paz. Si fueran al menos un poco maduros, verían la bandera de
paz que ha levantado—bueno técnicamente no levanto ninguna bandera, pero técnicamente
podría verse así.

Weasley bufa por bajo.

—No sabes ni la mitad de cosas que hizo en primer año—

Draco masculla por bajo, porque en realidad si hizo algunas cosas bastante dudosas buscando
la atención de Potter, en su defensa, era un niño idiota.

Se sorprendió de lo leal y protectora de su amiga, casi como una leona que protege a sus
cachorros.

—No, pero ustedes no saben ni la mitad de cosas que ha hecho desde ese verano, ha
cambiado, es mi amigo y es la persona más valiente que conozco—gruñe Lavender con
molestia, hay algunas miradas molestas de los Gryffindors a su dirección.

Draco se asegura de memorizarlas.

Por cierto, no es la persona más valiente que conoce, sin duda ese sería Percy (con una gran
cantidad de estupidez) o Annabeth (con inteligencia y lógica), pero supone que Lavender de
alguna forma ha logrado empatizar más con él.
Bueno.

No se molestará en corregirla, ya era hora que alguien lo admirara por todo lo que ha sufrido.

—Probablemente se esté burlando de ti a tus espaldas, eso hacen los Slytherin—se ríe alguien
a su espalda, pero Lavender se mantiene con el mentón en alto.

No duda.

Confía en él.

Oh no.

Draco lo siente, como un fuego que recorre sus venas, una ira que no es suya y emociones de
feroz protección que tampoco le pertenecen; no sabe si sentirse aliviado o preocupado cuando
Lavender sale del lugar sin ver a nadie más.

Un vínculo.

Un vínculo con Lavender Brown se ha formado.

Si.

Percy no estará feliz con eso.

—Podrías dejar de formar vínculos por alguien, por tan solo cinco minutos—se queja Percy
totalmente lleno de celos infantiles cuando puede hablar con él.

Tomo su forma humana en el pasillo y paso gran parte de la mañana agradeciéndole a


Lavender por salvarlo, además de esquivando a los Slytherin que habían notado su falta de
presencia durante la noche. La niña no parecía afectada de las palabras de otros, lo que le
hizo entender que esto probablemente pasaba de forma mucho más constante de la que le
gustaría admitir.

No lo hizo feliz.

Por otro lado, al igual que Annabeth, las emociones de Lavender eran mucho más difíciles de
captar que las de Percy; incluso a la distancia podía sentir retazos de molestia o felicidad en
días random del día.

—No se lo ha dicho todavía, pero se dará cuenta pronto—comenta Draco sabiendo que tiene
que hablar con Quirón sobre el tema.

Al centauro le gusta estar enterado de cualquier cosa nueva del vínculo, aunque aún no le ha
dicho sobre las extrañas visiones de Percy en los reflejos.
—¿Tenía que ser Lavender? —

—La veo todos los días—

—Lo cual es jodidamente injusto, soy tu mejor amigo, ya sabes, Mejores amigos por siempre

—No eres un mago—

Percy se hace para atrás, de forma dramática sujetando su pecho hablando sobre
discriminación, lo cual hace reír a Draco, lo cual hace que Percy sonría de forma brillante.

Si.

Su sonrisa es diferente a la de Potter.

Cuando piensa en la sonrisa de Potter siente amargura.

—¿Draco? —pregunta Percy preocupado, claramente ha sentido algo por el vínculo, pero
Draco lo bloquea fácilmente.

—Recordé algo desagradable, por cierto, tengo una nueva idea para un movimiento con mi
lanza, pero me cuesta un poco la idea de implementarlo sin un buen adversario—Percy
rápidamente toma el cambio de tema con la facilidad que Draco esperaba.

Draco.

Se que te dije que podrías contar con mi ayuda y no pienso retirar ese ofrecimiento, pero
tengo que admitir que el hecho de que solicitaras un Hurón albino lo más rápido posible, es
algo que es un poco…inesperado de muchas maneras.

Igualmente, te lo ha enviado, la jaula viene con magia para que no pasara frio durante el
viaje de entrega, también se adjunta un libro que se entregó en la tienda de mascotas con sus
instrucciones para su cuidado. El vendedor (criatura bastante desagradable de baja clase)
indico que era el mejor dentro de su camada y mantiene buenos cuidados, también que esta
entrenado y por lo tanto no debería causar problemas.

Tu querida madre advierte sobre que pasara si al regresar a casa lo traes contigo, en tu
próximo verano deveras llevarlo contigo.

Lucius Malfoy.

.
Querido Padre.

Eres el mejor padre del mundo.

Att: Draco.

P.D: claramente quede como buscador de Slytherin, puedes venir sin miedo al primer
partido, prometo capturar la Snitch por ti.

Draco y Lavender miran intensamente al hurón dentro de la jaula en medio de su habitación


en Slytherin, claramente sus compañeros de casa vieron horrorizados cuando un león entro en
la guarida de las serpientes; un Slytherin de quinto año intento decir algo, Draco solamente lo
barrio con una facilidad alarmante con sus pies y manos al suelo. Puede que no tenga tanto
respeto como tuvo en primer año, pero a diferencia de entonces cuanto utilizaba su apellido,
ahora usaba su propia fuerza para intimidar a otros. Los magos tenían un arsenal mucho
mayor que los mestizos del campamento, pero en términos de velocidad y fuerza física,
Draco simplemente lograba superarlos fácilmente; si pudiera usar su lanza está seguro que ya
habría dominado su casa a pura fuerza física.

—Su nombre va ser Sparky, porque alguien no pensó algo mejor—gruñe viendo a Lavender,
que tiene el placer de sonrojarse.

—Es mejor que mi primera idea—

—Lo cual sigue siendo una estupidez, llamarlo Percy sería mi muerte—

—No lo seria, todos en el campamento sabemos sobre tu crush por él—

Draco va a empujarla fuera de su cama, donde su hurón esta tranquilamente acostado frente a
ellos viéndolos con la cabeza ladeada. En ese momento claro que Theo Nott aparece, no
parece sorprendido por Lavender, pero si se fija en el hurón frente a ellos y tiene un momento
donde su rostro lo traiciona como si pensara “¿Qué mierda es esto?”, antes de recuperarse y
caminar hacía su cama como si no hubiera visto nada.

Es lo mejor.

Todos deberían saber al final del día que Draco tiene un hurón, lo cual claramente todos
deben saber cuándo lo vieron llegar con una jaula con un hurón a su sala común.

—No tengo un crush por Percy—farfulla por bajo para que Theo no lo escuche, Lavender
tiene el descaro de levantar una ceja incrédula.

Al final del día cuando Severus pasa por la sala común, claramente alertado de su nueva
mascota, solamente le da una larga mirada como si quisiera que le dijera que es mentira.
Draco solamente sigue con su nuevo hurón que es una mierda que necesita cariño todo el día,
sobre sus hombros dormitando.
Aparentemente los hurones son seres sociales.

Que ocupan interacción con otros hurones.

Lavender no dejo de reírse por minutos al decir que solo ocupaba convertirse en hurón para
que no se sienta solo, es una maldita hija de perra, pero tiene razón.

Dudoso sobre que debería hacer, la primera noche luego de encantar sus cortinas para que
nadie pudiera escucharlo, se convierte en un hurón frente a su nueva mascota. Duda sobre si
este podrá comunicarse con él como el gato de Granger, pero para su sorpresa el hurón
solamente bosteza aburrido.

—No me gusta mi nombre, soy en realidad niña, quiero un amigo hurón de verdad—habla
Sparky de forma bastante soberbia.

Draco maldice con sus manos sobre su rostro de hurón.

Obviamente obtiene el hurón más molesto que puede.

Percy casi se orina de la risa (lo ha sentido por el vínculo) cuando le explica sobre su nueva
mascota.

Camina hacía su clase de defensa de mal humor, ha dejado a su hurón en la habitación con la
promesa que no se saliera, Sparky (incluso si no le gusta, es su jodido nombre ahora) termina
aceptando a regañadientes con la promesa de comida deliciosa. Esta meditando sobre la idea
de hacer un anuncio para encontrar alguien que tenga un hurón en el castillo para conseguirle
un compañero de juegos a su hurón, Lavender a su lado camina con una gran sonrisa
divertida al respecto. Ha pasado apenas una semana desde el incidente de Potter y el hurón,
ha sentido la mirada de este sobre él, pero Draco está determinado a ignorarlo por lo que resta
de vida.

Cuando ha entrenado con Lavender, se ha regresado a su sala común como humano.

Prefiere ser atrapado por Fitch que volver a ser un hurón en las manos de Potter.

—¿Quién tiene un puto hurón de mascota en estos días? —gruñe Draco molesto con las
manos en sus bolsillos.

Lavender solo lo mira divertida.

—En realidad estuve haciendo esa tarea cariño, escuche que un chico de Ravenclaw tiene un
hurón—

Bueno eso es interesante, Draco mira a Lavender curioso, porque entre las demás casas (ha
investigado y nadie en Slytherin tiene un hurón) prefiere alguien de Ravenclaw que un
Gryffindor, aunque los Hufflepuff incluso son más tolerables ante un Gryffindor cualquiera.
Su querida Lavender es una excepción a la regla.

—Soy todo oídos—habla sentándose en la parte más alejada del salón, hace una doble toma
curiosa cuando Theo toma el otro asiento a su lado sin parecer afectado por su falta de
saludo.

A estas alturas Blaise si bien no lo ignora, tampoco lo busca activamente, Gregory solamente
está a su lado si hay comida deliciosa de lado y aunque Vincent parece curioso por su nuevo
hurón, solamente camina con él si hablan de quidditch. Pansy es una persona interesante, no
hablan mucho estos días, pero parece mucho más receptiva a él como si supiera que puede
utilizarlo a conveniencia.

Aun le debe un favor.

Tiene que estar al pendiente para cuando ella se lo solicite.

—Anthony Goldstein—habla Lavender por bajo, a lo cual Draco levanta una ceja curioso
antes de intentar meditar sobre los Ravenclaw.

Cree que es de su generación.

Probablemente lo había empujado en su primer año alguna vez por el pasillo, si no se


equivoca es un hijo de muggles…no…el apellido Goldstein en realidad es un apellido de
magos; aunque no recuerda verlo en alguna reunión de los sagrados 28, así que debe ser un
mestizo.

No es que importe ahora.

Su yo de 11 años debería estar horrorizado, pero Draco en realidad siente tranquilidad


actualmente, mientras Anthony Goldstein pueda ayudarlo con su problema, le importa muy
poco su sangre. El único inconveniente es que las personas no suelen ayudar sin nada de por
medio (es aquí donde que hubiera sido Hufflepuff hubiera ayudado) y tendría que tener algo
que ofrecerle a este Ravenclaw.

¿Un libro?

Mira a Lavender de brazos cruzados curioso, pero ella solo se encoge de hombros.

—Parvati podría hablar con su hermana Padma, no es gran amiga de Anthony, pero podría
obtener más información—

—Y por eso eres mi favorita—

Lavender le da una mirada de incredulidad, ambos saben que Percy es su favorito, pero lo
que este no sepa por ahora no lastima a nadie.

La clase da inicio, Draco mira a su profesor que parece haber dejado de intentar charlar con
él desde el incidente del boggart. No ha vuelto a participar tampoco en clases, Lupin tampoco
parece incitarlo a participar y gracias a eso las clases no se han convertido en un desastre.
Hoy estaban estudiando las maldiciones que ocuparían cuando vieran a los “Gorros rojos”,
Draco solamente bostezaba durante la clase sintiéndose un poco inquieto.

Aunque más relajado debido a las prácticas de quidditch.

Su pie no dejaba de moverse de forma permanente contra el suelo por inercia, era muy común
que los semidioses tuvieran una especie de tic, Percy jugaría con sus lapiceros en sus manos
siempre que tenían que estudiar; si Draco había visto o no de más esos dedos con curiosidad
pensando que sentiría que tocaran su rostro, era su mayor secreto. Lavender por otro lado
jugaría con sus dedos, se moverían rítmicamente contra la mesa una y otra vez.

Toca el piano.

Es una costumbre de sangre pura, aunque no sea de una familia muy famosa, los Brown le
habían instruido a tocar el piano; ella misma admite no ser muy buena en ello, pero parece
relajarla. Como si pensar en acordes mientras otros hablan la entretuviera, la hiciera lograr no
enfocarse tanto en los demás.

¿Tocaría alguna vez un dueto con él y su violín?

Regresa de sus pensamientos cuando ve a varios Gryffindor lucir encandilados por el


profesor, todos emocionados por saber más sobre las criaturas; aunque por algún motivo la
túnica del hombre parece bastante deteriorada y puede ver de reojo a Pansy burlarse de eso
con Daphne.

Draco ve fijamente a su profesor, antes de tomar el pergamino de Lavender ante una mala
mirada de ella.

“Dime loco, pero se ve algo atractivo”

Señala a Lupin, a lo cual Lavender debe colocar una mano sobre su boca para evitar reírse.

Theo los ve curiosos, pero ambos vuelven a verse serios cuando el profesor comenta algunas
cosas más.

Un gorro rojo es una criatura semejante a un enano, que vive en hoyos de antiguos campos de
batalla o en cualquier otro lugar donde se haya derramado sangre humana. Es fácil repelerlos
con encantamientos y maldiciones, pero son muy peligrosos para los muggle solitarios. Si un
gorro rojo da con un muggle en una noche oscura, tratará de golpearlo con su mazo hasta
matarlo.

Pueden ser evitados rociándolos con una poción embellecedora, ya que su apariencia
"hermosa" temporal les resultaba repulsiva. Los gorros rojos normalmente miden alrededor
de un metro, con ojos rojos y uñas largas y afiladas. Se encuentran con mayor frecuencia en
el norte de Europa.

Los gorros rojos eran menos peligrosos durante su temporada de apareamiento, ya que les
interesa más en atacarse entre sí que a cualquier invasor de su territorio.

Draco no quiere pensar en esas bestias apareándose.


—Bien ahora formen parejas, haremos un pequeño ejercicio, quiero que iniciemos a practicar
un nuevo hechizo para cuando enfrentemos la próxima semana a los gorra rojas—señala
Lupin con una sonrisa demasiado amable.

Carpe retractum.

El encantamiento tira y afloja es un encantamiento que crea una soga mágica retráctil hecha
de luz. Esta cuerda puede ser usada para tirar objetos a distancia hacia el lanzador, o para tirar
al mago hacia lo que sea que se fije este hechizo. Es generalmente usado en objetivos
inanimados, aunque puede ser usado en plantas o animales.

Todos parecen emocionados.

Draco solamente toma la mano de Lavender, quien se ríe encantada de ser elegida, como si
hubiera una jodida posibilidad de alguien más.

Se dispersan por la sala, Lavender sujeta entre sus manos una pequeña bola roja que debe
servir como blanco. Draco no ha aprendido este hechizo en particular y aunque ve de reojo
con algo de molestia que Hermione Granger es la primera en lograr el hechizo unos
momentos después de iniciar, se las arregla para crear sin mucho retraso el látigo de luz.

Luego sigue Lavender.

Draco debe arrojarse al suelo, justo antes que el látigo golpee la pared donde momentos antes
estuvo su cabeza.

—Vaya señorita Brown eso fue bastante poderoso, debe ser un núcleo mágico bastante fuerte
en tu interior y solo ocupas un poco de control para lograrlo; 5 puntos para Gryffindor—
anuncia Lupin al lado de ambos, haciendo a Lavender sonrojarse emocionada y Draco
suspirar al ver que su cabeza sigue en su lugar.

Nota al profesor viéndolo de reojo curioso, aunque Draco solamente disfruta como del otro
lado del salón Granger no está del todo feliz de no haber destacado mucho. Intenta no pensar
mucho en ella, fue una de las pocas que no lo ataco cuando era un hurón, tampoco lo
defendió, no lo creía capaz luego que le llamara sangre sucia todo el primer año.

No parecía mala persona.

Pero si era mala perdedora.

Y Draco era un pésimo perdedor que disfrutaba ver a otros sufrir un poquito, nadie quería
verlo realmente cuando ganaba una partida de “Uno” contra Percy, nadie.

—Cambio de pareja—anuncia Lupin de repente y todos parecen confundidos, antes que se


muevan en las manecillas del reloj.

Draco hace una mueca al notar que su nuevo compañero es Seamus Finnigan, pero no tanto
porque fuera un Gryffindor, sino porque no bien iniciado la práctica, este hace explotar parte
de la bola en sus manos, sin que Draco lo tocara; el niño tiene serios problemas de control de
magia.
Luego de Seamus sigue Blaise, este se ríe divertido de su suspiro poco controlado de alegría,
luego cuando le toco con Vincent no practico para en su lugar ir con este para ayudarlo con la
idea base; no ocupo mucha ayuda, pero Vincent siempre ocupaba que le explicaran las cosas
de forma diferente.

Granger aparece frente a él.

De reojo ve a Weasley hacer una mueca poco disimulada en su dirección, pero lo ignora, casi
quiere ignorar a Granger.

Ella lanza el primer hechizo, nunca en su dirección, nunca con intención de atacarlo y atrapa
la bola entre el látigo de luz que atrae hacía ella. Draco puede sentir la mirada curiosa de su
profesor frente a ellos, no solo él, varios Gryffindor ven en su dirección.

Los ignora.

Usa el encantamiento para sujetar el balón en las manos de Granger y atraerlo hacía él sin
ningún problema.

La mirada de Granger parece curiosa.

—Buen trabajo a ambos, han logrado dominar el hechizo en tan solo algunos minutos, ambos
tienen un gran talento, eso serán 5 puntos tanto para Gryffindor y Slytherin—anuncia Remus
Lupin emocionado, los demás compañeros parecen dudosos sobre que significa eso, ya que
ambas clases usualmente no son tratadas de igual forma por un profesor.

Un profesor que claramente había sido un Gryffindor en algún momento, Draco aprecia que
no parezca favorecer una casa sobre otra.

Le da otro punto de belleza.

Sin intercambiar palabras intercambia el balón con el hechizo un poco más con Granger,
buena técnica no puede evitar pensar molesto, pero en general es competente.

Sigue Parvati, quien, aunque recelosa, no dice nada en su contra.

—Tu muñeca esta torcida, el centro de tu cuerpo y una buena postura maximiza los
beneficios del hechizo—habla Draco con aburrimiento, Parvati chilla un poco sorprendida de
que le hable y solamente asiente con torpeza.

Sigue sus instrucciones, lo hace mejor.

Draco piensa que no merece venganza (tanta) por ignorar a Lavender más que antes, pero
tendrá un ojo en ella.

—Cambio—anuncia Lupin nuevamente, parece alegre de ningún accidente hasta ahora,


aparte de Finnigan explotando algunos balones.

Claro que eso va a cambiar ahora.


Draco mantiene el rostro en blanco, pero por dentro se sujeta el cabello molesto al ver a
Harry Potter frente a él. No tiene por qué salir nada mal, pudo convivir con Granger sin
dificultad, además Weasley es uno como Draco que no se mueve a la hora de cambiar de
compañero y por eso está agradecido de que nada estalle en medio de ambos.

Pero Potter no es mejor que Weasley, tampoco es silencioso como Granger.

—Vi a tu hurón solo en la noche—parece una forma de acusación, Draco lo ignora sujetando
el balón, esperando que solo usara el maldito hechizo y no hablara—casi lo atrapa la gata de
Fitch, no deberías cuidar así a tus mascotas—aunque este podría pensar que está siendo
amable, la soberanía y arrogancia con quien habla es molesta.

Draco sabe mucho sobre soberanía y arrogancia.

Los Gryffindor son iguales.

Idiotas moralistas que se creen mejor que los demás.

—No es tu problema—dice con voz plana apenas conteniendo el gruñido, sujetando el balón
con fuerza.

Potter frunce el ceño.

—Pudo haber salido herido—

—Créeme, mi hurón puede defenderse bien, ahora usa el maldito hechizo—

Potter se ve molesto, intenta usar el hechizo y no sale bien, Draco sonríe burlón y este
claramente se siente ofendido por lo que sigue hablando.

—Lo cuide esa noche—

—Nadie te pidió que lo hicieras—

—Lavender dice que cambiaste, pero sigues siendo un idiota—

—Usa el maldito hechizo Potter—

Sus manos comienzan a sentirse inquietas, sabe que no ha tenido magia accidental en mucho
tiempo, las clases con Amos en realidad han ayudado mucho al respecto y el desgaste de
energía como mestizo también ayudan bastante; lo que más ayudaba usualmente era Percy a
su lado, pero por ahora con Lavender se las arregla.

Potter no está haciendo esto más fácil.

Solo tiene que usar el hechizo, Lupin cambiaria a la siguiente pareja y con suerte nunca más
tendrían que hablar en su vida.

—Está claro que escondes algo—dice Potter acusadoramente y joder, es como volver al
maldito primer año de nuevo.
Draco solo quiere gritar que claro que guarda secretos, hay una larga lista desde ser un
semidios, hasta tener un crush masivo por su mejor amigo, que le gusten los niños, que una
vez quedo sujetándose de su lanza en un enorme edificio con los calzoncillos a la vista;
también su gusto culposo por las tardes de doramas con la señora Jackson.

Oculta que tiene una vida, una muy buena, lejos de este lugar.

No entiende porque volvió.

Aparte de Lavender, no hay nada aquí que lo retenga, debió quedarse en Long Island con
Percy y Sally, personas que lo querían y cuyas clases hicieron todo más divertido. Quedarse
cerca del campamento donde todos lo habían odiado, pero quienes sabían que era uno de
ellos. Amos debió seguir dándole clases, nadie había recibido fuera de la casa de la vida
lecciones de magia milenaria.

Incluso el señor de la tienda de la esquina del departamento de los Jackson, un estúpido


muggle de mediana edad siempre lo detenía para regalarle un confite de manzana verde;
porque una vez compro uno en su tienda y dijo que era su favorito.

Es curioso.

No quiere estar aquí.

Y lo acaba de descubrir, por lo mismo que descubrió que el primer año iba ser un infierno
cuando estuvo en ese año.

Harry Potter lo odiaba.

Rechazo su amistad.

Usualmente Draco no se rompe tan fácilmente, puede que sea una mierda para el trabajo
pesado en el campamento mestizo, pero suele mantener lo mejor que puede su dignidad; pero
Harry Potter lo rompió fácilmente con unas palabras que golpearon el ego herido que tiene
por él desde primer año.

Lo odia.

—Por supuesto que escondo algo pequeño zoquete de cara partida—dice en voz alta,
provocando que algunos volteen a ver, pero Draco solamente mira a Potter quien parece a
punto de sonreír victorioso, demasiado pronto—soy una maldita persona normal, con
estúpidos secretos normales de adolescente—ok este punto es debatible, pero no importa—lo
que no puedo meterme en la cabeza, es porque un idiota con gafas no se mete en su maldito
asunto en lugar de buscar una estúpida confrontación conmigo. Pensé que querías que los
dejara en paz y tranquilidad, no he volteado a ver en su maldita dirección ni una puta vez así
que no vengas ante su como si tuviera la moral en alto para corregirme como si fueras un
santo—añade de forma venenosa y con clara intención de asesinarlo.

Sería tan fácil.


Su lanza sería tan fácil para herir, bueno no podría, solo puede herir a monstruos y
semidioses.

¿Puede herir a magos?

Estúpido Potter.

—Eres un idiota Malfoy, ocultas algo y solo estas fingiendo con los demás—declara Potter
ligeramente sonrojado y abochornado.

Draco va a matarlo.

—¿Y eso que mierdas te importa? —prácticamente grita, ve a Lupin corregirlo por su
lenguaje, pues no le importa—no eres absolutamente nada de mi persona, no somos amigos
—quiere agregar que por culpa de Potter en el mejor de los casos—no somos nada, ni
siquiera somos enemigos mortales o cualquier cosa infantil, tu existencia no significa
absolutamente nada importante para mí, solo te quiero lo más alejado de mi vida en este
momento—Percy lo llamaría reina del drama, piensa Draco cuando los ojos de Potter se
abren incrédulos—si estas obsesionado con que maldita cosa, te lo digo desde ahora, solo
déjame malditamente tranquilo y lanza el puto hechizo de mierda que es lo único que tienes
que hacer, para poder cambiar de pareja ahora mismo pedazo de mierda con cara marcada—
dice casi al borde de la histeria, levantando el balón para que vea que solo tiene que lanzar el
maldito hechizo.

Solo eso.

Potter va decir algo.

—Señor Malfoy—Draco se encoge ante el tono de voz de Lupin, quien está al lado de ambos
y piensa que le van a quitar puntos—quiero hablar con usted después de clases—

Maldición.

Eso es peor que la pérdida de puntos.

Le da una mala mirada a Potter asesina, pero este solamente lo ve como si estuviera
indignado de alguna forma.

Lo odia.

Draco espera que Marcus Flint no se enoje por llegar tarde a la práctica de Quidditch, Lupin
no dice nada mientras toma asiento en su escritorio de su salón personal y Draco esta frente a
él luciendo claramente incomodo. Al menos su profesor no parece enojado, pero tampoco
parece que lo vaya a dejar ir gratis, así que no está seguro si eso es algo positivo o negativo.
Cuando le ofrecen té, lo toma en silencio antes de beberlo, es té de lavanda y aunque
usualmente sirve como relajante, no es uno que Draco tomaría abiertamente.
Era más fanático del té de menta.

La calma antes de la tormenta.

—¿Chocolate? —ofrece Lupin y aunque Draco quiere negarse, acepta uno con torpeza—
señor Malfoy entiendo que a veces ser joven es un poco estresante, pero agradecería que en la
próxima clase se abstuviera de usar cierto…lenguaje, con otros estudiantes—inicia Lupin de
forma pensativa, sigue con esa sonrisa amable.

Draco solamente se encoge antes de levantar el mentón.

—Lo hare, solo no se ponga a trabajar con Potter nunca más—no es una súplica tan difícil, la
mayoría de profesores en las clases que comparten, tienen esta regla no dicha sobre cómo es
mejor mantenerlos alejados.

Lupin asiente.

—Parece que ambos tienen…pasado—en el mejor de los casos—escuche que el año pasado
no estuviste en el colegio, un intercambio en otro país—bueno los profesores también son
cotillas, piensa con amargura antes de morder el chocolate—aunque la historia de ambos en
primer año es bastante, conocida—

—No pienso pelear con Potter como niños si eso piensa, solamente lo quiero lejos de mí,
ignorando su existencia y deseando que él también ignore la mía—es sincero en sus palabras,
Lupin parece verlo ahora con curiosidad.

¿Sera por Potter o por él?

Draco ha visto al hombre intentar no favorecer mucho a Potter, pero la mirada de este suele
vagar sobre Potter en ocasiones. Draco se congela ante el pensamiento, porque el haber
notado eso, significa que de alguna forma sigue prestando atención a Potter y eso es
inaceptable.

—¿No quieres ser amigos? —la pregunta lo toma por sorpresa.

—Ese tren partió hace mucho tiempo, él dejo en claro que no le interesaba su amistad y ahora
yo tengo muy claro que no me interesa la suya—toma un poco de té, los ojos de Lupin se
vuelven un poco agudos.

—Esa es una expresión, bastante muggle de decir—

La tasa se congela en sus manos, sus instintos se ponen alerta y su mirada levanta lentamente
de su taza de té para ver al hombre frente a él. Por un instante casi había podido pensar que le
importaba al hombre, como un estudiante al cual vigilar, que era alguien amable y que no
debería tener las barreras en alto ante él; había pensado lo mismo de Luke.

Puede verlo.

El momento donde Lupin se da cuenta que ha cometido un error, pero no importa.


Draco da una oportunidad.

Una.

A veces ni una.

Luke le ha enseñado eso.

Sus emociones rápidamente se sellan al vacío, toma lentamente la taza de té, Lupin no dice
nada, pero su postura ha cambiado notablemente. La próxima vez que Draco lo ve, luego de
tomar toda la bebida, puede ver al hombre estremecerse como si supiera que hace.

Lo observa.

Bien ahora.

Tiene algunas cicatrices que no se notarían mucho, pero sus ojos siempre han sido más
afilados, no sabe qué clase de trabajo ha hecho antes de ser profesor de defensa y casi se ve
tentado a enviarle una carta a su padre solo para investigarlo; no lo hace. Tampoco siente la
necesidad de destruir la carrera del hombre solo por su observación ante él, no sabe
demasiado, nadie podría saber nunca la realidad o la verdad detrás de lo que Draco oculta.

Aunque se ve tentado, solo para enseñarle a este hombre con quien se ha metido.

Un juego quizás.

Subestimarlo.

Intentar controlarlo de alguna forma, como si tuviera algo que usar en su contra. Puede que
exagere, que el hombre solamente quiera conocerlo, pero ha cometido un error fatal y Draco
no se piensa dejar llevar.

Examina sus ropas, bastante viejas, casi destruidas que demuestra una pésima condición
social. Ya que era un mago bastante decente, puede significar que no ha conseguido trabajo o
tiene una deuda de por medio, duda que fuera una deuda, no parece esa clase de idiota. La
dificultad de conseguir trabajo podría significar que tiene algo pesado en su espalda, algo que
Draco podría encontrar y amenazar en su contra.

Otra vez piensa en su padre, pero descarta la idea.

Puede averiguarlo solo si quisiera.

Coloca la taza de té sobre la mesa, Lupin lo mira expectante.

—Profesor Lupin ha sido un té bastante decente, así que solamente diré esto una vez—habla
con calma, tranquilo como siempre hace cuando va a una reunión social con magos de sangre
pura, sin emociones a la vista—manténgase alejado de mí, le aseguro que es por su propio
bien, pero no soy una persona que disfruta a otros husmear a su alrededor—añade con una
leve sonrisa practicada—también agradecería que alejara a Potter de futuros proyectos con mi
persona, si lo hace, fingiré que esta charla con té nunca existió y créame…es lo mejor para
ambos—

—Señor Malfoy…—

—No fue un placer conocerlo en estas condiciones, no se preocupe, no está en mi interés


quebrantar ninguna regla en el futuro—

Lupin no parece feliz cuando se pone de pie para salir del lugar.

Es como si una línea se formara en su mente y tachara el nombre de este, simplemente no


siente la necesidad de relacionarse con él, que desperdicio.

La siguiente clase de defensas ve al hombre intentar saludarlo, mata su optimismo cuando lo


ignora olímpicamente y toma asiento sin prestar atención al resto de la clase; incluso tiene el
descaro de dormirse en media clase. Aunque Lupin parece recio a comentarlo con su jefe de
casa debe hacerlo, lo cual tampoco funciona mucho ya que lejos de molestar a Severus, este
literalmente tiene una sonrisa ligera cuando indica que se encargara de la disciplina de su
alumno.

Si claro.

Toman una hora para jugar ajedrez mientras Severus le da una leve revisión de sus
conocimientos en pociones.

Draco había pasado la hora de su vida en ese lugar.

Draco había logrado perfeccionar el hechizo de Aguamenti con facilidad alarmante antes de
ser necesario para sus clases, eso le permitía poder hablar con Percy en cualquier lugar fuera
de la vista de otros, sin tener que pasar horas en el baño; al parecer Blaise y Theo estaban en
contra de que acaparara el baño de Slytherin de tercer año, perras sensibles. Aprovecho para
escabullirse antes del desayuno, el día de hoy era 31 de octubre y por lo tanto su primera
salida a Hogsmeade donde Lavender no había dejado de hablar emocionada (y un poco
chillona) sobre todo lo que harían ambos juntos.

La niña puede ser más energética y melosa que la misma Pansy.

Increíble que esta sea su candidata a mejor amiga.

—Sabes no es que no se interese escuchar durante los últimos veinte minutos sobre lo
asombrosa que es Annabeth, pero tengo un viaje de escuela hoy—vale puede que tenga un
poco de celos ahí en su voz, pero es divertido ver a Percy totalmente inconsciente de su obvio
enamoramiento.

El chico se sonroja violentamente.

Lindo, piensa su mente sin su permiso.

Con nostalgia y una sensación incomoda de que quisiera ser él quien pone esa expresión en
Percy, pero al mismo tiempo sin quererlo por temor a que su amistad pudiera arruinarse y
Draco era sincero en un pensamiento, ocupaba a Percy en su vida.

Tal vez solo se estaba intentando convencer que lo mejor era que fueran amigos.

Quien sabe.

—No me gusta—

—El sonrojo en tus mejillas y la fotografía de ella que siempre andas contigo puede decir otra
cosa—

—Eso no es verdad, además también tengo una fotografía tuya—

Draco ignora el latido de su corazón para verlo incrédulo, solo para que sus emociones
mueran cuando este le enseña lo que parece el recorte de un periódico; una noticia vieja. Se
puede ver a Draco sujetándose de algo (que no es su lanza) contra la pared de un edificio, con
Percy sujetando sus talones y Lavender sujetándose a este; Draco solo tiene su ropa interior a
la vista, porque Percy le había bajado los pantalones por error.

Se quedan en silencio.

Luego si alguien pasaba por ese pasillo habría escuchado gritos, luego Draco sale molesto
ignorando como corto la llamada de Percy luego de asegurarle que cuando fuera estas
vacaciones moriría lentamente.

Este se rio.

Luego se puso nervioso al ver su rostro.

Si.

Una muerte lenta y dolorosa es lo que este viviría, luego quemaría esa fotografía y no quiere
pensar que, en algún lugar de internet, es probable que está viva. Había aprendido del mundo
muggle que, si algo estaba en internet, es probable que viviera para siempre y eso no lo puede
permitir.

—Draco—chilla Lavender cuando se acerca al pasillo, parpadea confundido cuando ve a


Theo ahí esperando también.

No había quedado con él.


Solo con Lavender.

Mira de reojo a su amiga, quien se encoge de hombros, pero también parece bastante curiosa
al respecto. No es que vaya apartar a Theo, usualmente su actitud tan diferente a primer año
servía para apartar aquellos que antes estaban a su alrededor. Sigue su camino sin entender
bien que pasa, pero todo queda congelado cuando al llegar al final del pasillo justo al doblar
se encuentra cara a cara con esos ojos verdes que tanto odia.

Se congela.

Este también.

Mierda.

Ambos se ven un instante, al menos en la mente de Draco navegan las últimas palabras que le
dijo la última vez hace días en la clase de defensa; hasta ahora ambos habían cumplido bien
su papel de alejarse del otro como peste. No se veían durante el almuerzo o alguna comida,
cuando sus miradas de casualidad vagaban sobre la del otro (Draco piensa con molesto horror
que podría haber sido una especie de costumbre entre ellos) voltean la mirada y se aseguran
de no verse.

¿Su buena suerte termino?

Tiene la necesidad de voltear hacia el cielo y maldecir a cualquier olimpo si estuviera


involucrado.

—Malfoy—gruñe Weasley con claro resentimiento en su voz, Draco rueda los ojos pensando
que no entiende por qué.

En realidad.

Si entiende (su primer año había sido una mierda orgullosa de eso).

Pero se ha estado comportando bastante bien hasta ahora, aun no se ha vengado de los chicos
que alejan a Lavender, incluso cuando Pansy hizo un informe detallado el día anterior, que
quisiera colocarlo sobre su cama con orgullo. Sabe que no le interesa, pero está seguro que
Pansy podría ser de esos trabajadores de los doramas, que siempre tienen información para
ayudar al protagonista.

Hizo un excelente trabajo.

—Weasley—gruñe Lavender para su sorpresa, voltea a verle recordando como el verano


pasado había reído un poco tonta mientras hablaba del pelirrojo.

Ahora no.

Parece casi molesta.

Ve de reojo a Theo, quien parece querer ocultar su sonrisa detrás de su mano.


—No deberías juntarte con serpientes—gruñe Weasley como si estuviera rescatando a una
damisela en apuros, Lavender coloca un rostro frio.

Draco mira alarmado a Granger, pero esta solo parece ver a Weasley con molestia y
cansancio, Potter está haciendo todo lo posible por no verlo, pero tampoco parece que
estuviera dispuesto a ayudar a que la explosión no fuera causada frente a ellos.

Ojalá pudiera desaparecerse.

Como deseaba ser un hurón en este momento y salir corriendo.

—Puedo hacer lo que quiera y con quiera—Lavender levanta el mentón mientras se abraza
más a su brazo, luciendo jodidamente retadora, Draco se siente orgulloso por eso, aunque no
es el momento—sé que tu estúpido cerebro no puede procesarlo, pero si las personas
prefieren a Draco tal vez es porque es un mejor hombre que tú—gruñe ella con seguridad.

Theo ahora se está riendo libremente.

Draco le da una mirada molesta.

—Solamente es un idiota pomposo como su padre y vas a salir herida, nadie aparte de ti
quiere estar con él—farfulla Weasley totalmente humillado, sigue insistiendo en alguna
especie de proteger a Lavender, pero puede verlo en sus ojos.

Solo quiere que las personas lo odien.

Curioso.

Draco siente lo mismo en este momento.

—Bueno los celos son divertidos hasta cierto punto—habla Theo para su sorpresa, todos
voltean a verlo, Weasley frunce el ceño, pero Theo mantiene el tono neutral que un sangre
pura sabe en una discusión—poder, dinero, conexiones…vaya no había visto que alguien
quisiera arruinar la vida de alguien solo por celos, pero que se puede esperar de la clase pobre
—lo está defendiendo, de una extraña y retorcida manera.

Draco lo mira un poco, antes de ver curioso a Weasley cuyo rostro ha caído claramente
incrédulo, solo para encenderse como si estuviera furioso; quiere señalar que, con su cabello
rojo, ahora parece una especie de cangrejo o langosta totalmente roja.

No lo hace.

Duda que ayude.

Eso solamente lo hace más tentador.

—Tú—dice Weasley con odio hacía Theo, que claramente parece encantado con la creación
de un nuevo némesis y por un momento Draco esta casi tentado a preferir luchar contra un
ciclope que verse en este ridículo mundo adolescente.
—Ron ya basta, vamos a llegar tarde—gruñe Granger como si quisiera alejarlo, a lo cual
Weasley parece recio hasta que el propio Potter también lo sujeta del brazo para que no haga
alguna locura.

Punto para Potter.

Su récord con Draco ha pasado de -99 a un -98.

—Deberías hacerle caso a tu mascota sangre suc…—Draco puede ver lo que Theo esta por
decir antes que lo haga, su mano viaja con violencia hacía la parte trasera de la nuca de Theo,
para darle un golpe ligeramente fuerte que hace sonar todo el pasillo y casi tumbarlo al suelo.

El trio dorado (sigue pensando que ese nombre es estúpido) se queda paralizado, pero
Lavender no parece en nada asombrada.

Theo le dirige una mirada de muerte, que Draco responde con una indiferente.

Este tema no.

No lo va a permitir.

Sangre sucia.

No.

Piensa en Percy y como otros lo considerarían una sangre sucia (aunque es un semidios y
probablemente con sangre más poderosa que cualquiera a la redonda), no puede permitir que
alguien se refiera así a otros en su presencia; aun cuando Draco en su momento lo hizo.

Piensa en Sally Jackson, la adorable Sally Jackson que tomaría asiento con él en el suelo
hablando sobre libros y el señor de los anillos.

Las sonrisas de ambos tan iguales.

No.

Eso jamás.

No con ellos.

—Mira Theo puedes burlarte de su posición socioeconómica, de su forma de vestir, de su


forma de hablar, del estúpido pelo de la comadreja—Weasley salta ofendido hacía eso—pero
no llames a nadie de esa forma, tampoco a los mestizos, me importa si se odian, pero frente a
mi simplemente no—no es una petición de amigos o compañeros de casa.

Es una orden.

Theo lo ve con ojos chispeantes de molestia y probablemente pensando en una venganza


futura, no importa. Comienza a caminar pasando entre Granger y Potter ignorando a los
demás, Lavender rápidamente se sujeta a su brazo de forma acaramelada, sonriendo casi
divertida al ver a Theo maldecir por bajo antes de gruñirle al trio dorado.

Debe estar molesto que arruinara su diversión.

Se mantuvo a su lado el resto del viaje en silencio.

—¿Por qué? —es todo lo que pregunta durante la salida de Hogsmeade.

—Mi mejor amigo es un mestizo—aunque no técnicamente lo que piensa, no es una mentira,


los ojos de Theo solo se abren incrédulos mientras entran a las 3 escobas.

Si.

Percy Jackson es un idiota que cambio su vida.

Continuara…

Chapter End Notes

Draco queriendo tener una vida tranquila en Hogwarts.

La escritora: No eso no se va a poder.

Amo la idea de que aun siendo enemigos, Harry de alguna forma busca la atención de
Draco y este también lo tiene al pendiente, aun cuando ambos claramente se quieren
lejos del otro. Como bien dice el dicho, los que luchan se aman.

Lupin la tiene difícil con el Draco.


Capítulo 14: Un loco psicópata quiere ingresar a un colegio, dos
veces.
Chapter Summary

No siempre puedes salvar a dos personas, a veces salvas a una y fallas con la segunda.

Draco lo aprende muy facil.

Y tambien que tiene problemas con el barro en su cara, que no funciona siempre como
facial.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

Capítulo 14: Un loco psicópata quiere ingresar a un colegio, dos veces.

La salida de Hogsmeade no fue tan mala, fue bueno estirar sus pies, ver algunas tiendas,
comprar un poco de juguetes para que su estúpido Hurón dejara de morderlo en la nariz.
Mientras caminaban Lavender señala al chico llamado Goldstein y aunque Draco piensa en ir
hablarle, solamente lo deja para otro momento. Theo lo hace caer en la nieve en algún
momento del camino, pero lo deja pasar, de todas las venganzas que puede tomar, caerse
delante de un grupo de Gryffindor (los gemelos Weasley se ríen de él) puede ser una ofensa
bastante inocente.

Theo no pregunta por Percy.

Draco no quiere hablar con él de Percy.

Se siente mal tener ambos mundos tan separados, pero siempre que quiera actuar un poco
modo Fangirl, puede ir con Lavender quien ya parece acostumbrada a sus charlas continuas
de su mejor amigo; meramente platónicas.

La comida esa noche fue deliciosa.

Tenían algo con hacer que los 31 de octubre siempre fuera un gran banquete, Draco se metió
suficientes manzanas dulces a la boca, para hacer que Pansy lo empujara apuntándolo que se
parecía a Gregory; fue un insulto duro. Se despidió de Lavender quien caminaba
curiosamente al lado de Neville Longbotton, cuando vio a su amiga, esta solamente le guiño
un ojo antes de caminar con el niño que lo ignoro en todo momento. Draco prefirió seguir su
camino hablando con Blaise sobre un tema de venenos que estaban hablando todo el
banquete.

Luego cuando llegaron a su sala de casa Severus apareció.


Luciendo miserable.

10 minutos después estaban de regreso en el gran comedor, porque aparentemente alguien


intento colarse al castillo (Sirius Black probablemente) y por eso ahora todos tienen que
dormir juntos, Draco duda que sea la mejor solución, pero lo realmente indignante es cuando
le dan sacos para dormir; no porque no pueda dormir en el suelo, si no por el color.

¿Rojo?

Qué son ellos… ¿Gryffindors?

Draco gruñe mientras prepara el saco de dormir con velocidad alarmante, estaba
acostumbrado a dormir en el suelo cuando estaba en el campamento mestizo, ya que la
cabaña de Hermes no suele tener tantas camas; aunque ahora tiene una fija para él. Toma
asiento tranquilamente sobre su cama improvisada, mientras recibe miradas curiosas de sus
compañeros de casa, especialmente de Pansy.

—No te has quejado ni una vez—

—¿Por qué debería quejarme? —

—Eres una reina del drama que va a dormir en el suelo—

—Cállate Pansy—

Su amiga le arroja una almohada en la cara, que Draco esquiva y le saca el dedo del medio, lo
que hace que ella chille indignada antes de intentar ahorcarlo. Vincent se arroja sobre el saco
de dormir también luciendo tranquilo, Gregory come una galleta mientras Theo solo lo ignora
para acostarse tranquilamente; parece molesto de no poder leer el libro que compro en
Hogsmeade. Blaise por otro lado toma asiento en el saco de dormir al lado de Draco, dándole
miradas curiosidad, antes de acostarse tranquilamente sin decir mucho; Daphne se acerca a
Pansy rápidamente para hablar de cosas de chicas.

Draco mira de reojo hacía el lado Gryffindor, donde Lavender está hablando con Parvati para
dormir.

Bien.

Se arroja sobre el saco de dormir y probablemente es el cansancio, quien provoca que se


duerma apenas su cuerpo toca este, acostumbrado a guardar cualquier energía en medio de
una misión. En la mañana siguiente cuando Blaise erróneamente intenta levantarlo, los
instintos de Draco lo enviaron volando en una llave que provoco que más de un Slytherin lo
viera con renovado temor.

Vaya.

Ups.

Percy como el pésimo amigo que era, se quedó sin aire de la risa cuando le contó la historia.
Otra vez.

Draco espera una semana, antes de terminar cediendo a la presión de Lavender…y de Percy,
su maldita amiga lo incluyo sobre sus dilemas con su hurón, así que sin más termina
caminando hacía la biblioteca; porque los malditos Ravenclaw no salen de ahí nunca,
tampoco Granger que Draco ha jurado anteriormente verla en dos lugares al mismo tiempo,
probablemente volviéndose loco. En la biblioteca puede notar el grupo de Ravenclaw de su
generación, los cuales no ha tratado tan mal…este año. Maldice antes de caminar casi de
forma gruñona hacía ellos, el chico de cabellera clara es su objetivo y cuando los ojos del
chico se levantan para verlo, se congela un poco incomodo.

Hay un silencio muy incómodo cuando los otros voltean a verlos.

Si.

Draco se siente incómodo, pero agradecido que no hubiera venido Lavender, porque cuando
se siente incomoda solamente habla y habla; es difícil silenciarla.

Bueno, eso no importa ahora.

—Goldstein—dice con voz tensa, el chico levanta una ceja y aunque no lo acusa como un
Gryffindor normal (Lavander es su hermosa excepción), tampoco parece que este muy feliz
de verlo—quisiera hablar contigo en privado, para una negociación—añade un poco
incomodo, es casi peor que cuando tuvo que hablar con Hades.

En ese entonces no lo parecía, pero ahora lo hace.

Una de las chicas, que debe ser la hermana gemela de la amiga de Lavender le da una mirada
poco agradable, Goldstein le sigue viendo con duda en su mente, probablemente analizando
cualquier posibilidad. Draco levanta una ceja levemente curiosa cuando este se pone de pie
dispuesto a seguirlo a otra mesa, Boot y Corner parecen intercambiar miradas curiosas
cuando se sienta en una mesa un poco más lejos.

—Habla—frio como el hielo.

Los Ravenclaw son tan serios y aburridos.

Draco aun así piensa que son la segunda mejor casa de Hogwarts.

—Escuche que tienes un hurón—por la mirada de Goldstein parece ser que eso era lo último
que esperaba escuchar—yo tengo un hurón mascota—maldice a Potter por eso—y sé que los
hurones les gusta socializar, por lo cual quería poder saber tu precio para coordinar algunas
tardes de juego—si fuera por Draco le daría a Sparky para que este lo cuidara todo el tiempo.

Solamente era una pantalla para Draco, pero bueno, Lavender decía que eso lo hizo mal padre
y Percy lo amenazo de acusarlo con Grover si lastimaba al pobre hurón; que parecía salido
del mismo Hades por su mal humor.

Goldstein coloca una mano en su mentón.

—Parece un buen trato para mí, no solo Thorin—Draco tuvo que morderse el labio para
preguntar si ese nombre fue colocado por el enano que salía en la historia del Hobbit, porque
eso revelaría mucho más de lo que debería sobre sus conocimientos muggles—tendría un
nuevo amigo, si no que pareces dispuesto a pagarme al respecto—añade con cierto interés,
que Draco solamente sonríe de forma tensa.

Le gustaría la idea de amenazarlo hasta que acepte, pero aparentemente Percy estaba en
contra de eso.

Idiota.

—Soy rico—ante eso el Ravenclaw solamente lo mira poco impresionado—y un poco


desesperado por ese hurón, así que podría darte algo para demostrar mi generosidad—

—Humilde—

—¿Qué dijiste? —

—Nada—

Draco le da una mala mirada, pero Goldstein parece un poco pensativo como si estuviera
buscando en que sacarle provecho. Solamente tendría que pedirles a sus padres un poco de
ayuda, ellos siempre decían que utilizara su nombre para algo, así que iba a tomarle todo el
provecho que pudiera.

Ojalá pudiera hacer eso en el campamento mestizo, aunque amaba mucho la idea que ahí
solamente era Draco.

—Un libro—predecible, piensa Draco antes de asentir encontrando casi todo un poco
aburrido—ocupo "Las Guerras de Teseo"—añade provocando que Draco sea ahora quien se
ve sorprendido, levantando la mirada curioso a Goldstein.

Interesante.

"Las Guerras de Teseo", Un documento histórico que detalla las guerras y hazañas militares
de Teseo, narrando sus estrategias y batallas legendarias. Detalla las campañas militares
lideradas por Teseo, incluyendo sus estrategias y tácticas en la lucha contra amenazas
externas y la expansión de su reino. Explora las alianzas que Teseo formó con otras ciudades
y reinos, así como las traiciones que enfrentó en el camino. Destaca cómo sus relaciones
políticas influyeron en su papel como líder. Profundiza en el mito del Minotauro. Narra las
expediciones y exploraciones de Teseo en regiones desconocidas, enfrentándose a criaturas
mitológicas y descubriendo nuevos territorios para su reino.

Examina las intrigas políticas en Atenas durante el reinado de Teseo, incluyendo rivalidades
internas, desafíos a su liderazgo y las decisiones que tomó para mantener la estabilidad.
Concluye el libro destacando el legado de Teseo, cómo sus acciones moldearon la historia de
Atenas y dejaron una huella duradera en la mitología griega.

Un libro extremadamente raro, había venido con su madre y ahora que sabe porque, debe
haber estado en la familia Black por generaciones.

¿Cómo sabe Goldstein de este?

—Lo tengo en la mansión—los ojos del niño brillan emocionados—tristemente no creo poder
entregártelo, pero podría prestarlo para su estudio, siempre y cuando lo regreses en perfectas
condiciones; confió en los Ravenclaw para cuidar un libro tan antiguo—el niño asiente
demasiado animado dejando de lado el papel de Ravenclaw frio ante un niño emocionado por
un libro—te despellejare con vida si este obtiene una sola hoja arrugada—y puede hacerlo.

Por un momento el niño parece dudoso, antes de asentir un poco más lento esta vez.

Comprensivo y ahora consciente de las implicaciones.

—Prometo cuidarlo bien, hay varios hechizos para mantener bien los libros, así que juro por
mi vida cuidarlo—el niño no sabe sobre que jura.

La vida.

Esa es una promesa bastante dura.

Draco suspira.

—En realidad no es tan bueno, Teseo tiene sus historias, pero Atenea es…bueno, los libros de
Perseo son muchos más interesantes—

—¿Te gusta la mitología griega? —

Goldstein parece curioso, Draco frunce el ceño, de niño era un amante de la mitología griega
y ahora simplemente es parte de su diario vivir.

Eso es bueno o malo.

No puede decidirse.

—Algo—admite sin querer decir más.

No importa.

Goldstein logra detenerlo al menos dos horas en la biblioteca, Draco solamente se va porque
tiene que practicar para el quidditch, pero el niño parece interesado en hablar con alguien
sobre mitología griega y tiene la sensación de que se ha metido en la trampa de un oso.

Percy se vuelve a reír cuando lo cuenta esa noche.

—Solo te ríes de mis desgracias—


—Mi bebé Draco está creciendo y tiene amigos—

—Jodete, tenemos la misma edad—

—Soy mayor que tú casi un año—

Draco le saca el dedo del medio, el cumple años en junio y por casi dos meses tienen la
misma edad, hasta el cumpleaños de Percy en agosto.

El día del primer partido de Quidditch Draco se encuentra bastante tranquilo, Flint parecía
querer hacer todo lo posible por no jugar ese día, intento que utilizara su herida como excusa,
pero cuando vieron su brazo perfectamente sanado y a Draco con ganas de jugar; casi lo
sacan del equipo. El clima es una verdadera tortura para cualquiera, pero Draco por algún
motivo se siente mucho más motivado a participar; prefiere mil veces un día de tormenta en
lugar de estar en medio de un mar de monstruos. Lo único malo del día de hoy es que tendrán
que jugar en contra de Harry Potter, pero no todo puede ser perfecto.

Nadie parecía de buen humor.

Probablemente porque Severus tomo el día anterior la clase de Remus, lo que hizo que Draco
tuviera que participar en lugar de dormitar como siempre; su padrino les había dicho que
investigaran sobre hombros lobo. No estaba seguro si todo eso era para hacerlos trabajar más,
o su padrino serpiente tendría algo en mente que Draco dejaría para después del partido.

Iba a ganar.

Cuando llego al campo era difícil poder ver a las graderías, pero estaba seguro que desde la
distancia pudo ver el pelo rubio de su padre y eso lo hizo sonreír emocionado. Tanto su
equipo como el de Gryffindor parecían horrorizados por el clima, pero Draco cuando tomo su
Nimbus simplemente pareció como pez dentro del agua. Percy parecía triste de que no
pudiera ver el partido, dudaba que entendiera el quidditch, pero este había escuchado durante
horas la noche anterior que hablaba del tema, había parecido más que todo emocionado por
él.

Draco se eleva en el cielo con una leve risa infantil ahogada por la lluvia, tiene un hechizo
contra el agua en sus gafas, mientras sus compañeros de equipo y los leones parecen en
medio de una carnicería. Se topa con Potter en dos ocasiones, pero la Snitch parece
esconderse de ambos. Deja que el aire choque contra su rostro sin sentirse incomodo porque
su ropa este totalmente empapada a estas alturas.

Su visión debería dejar ver fácilmente la Snitch.

No lo hace.

Hija de puta escurridiza.


Un silbato lo hace salir de su concentración, cuando baja porque los Gryffindor han pedido el
tiempo muerto, puede ver el rostro de Flint luciendo totalmente molesto.

—Nos llevan 50 puntos, encuentra la maldita Snitch ahora Malfoy—gruñe antes de voltearse
para ladrar órdenes a los demás.

Encantador, piensa Draco con sarcasmo, levantando la vista al cielo sin entender porque el
mal clima solo parece empeorase; su ceño se frunce pensativo. Ignora como Flint señala a los
golpeadores que ataquen sin piedad a los Gryffindor y muchas cosas que moralmente no
serían muy adecuadas, cuando cuente la historia a Percy simplemente omitirá estos detalles.

Otra vez a las escobas.

Esta vez hubo rayos incluidos, Draco maldijo por bajo pensando que tal vez Zeus estaba
siendo un gran bebé o que alguien más había osado burlarse de él; los olimpos tenían formas
estúpidas de enojarse. Draco de pronto cuando otro rayo cayo, fue cuando lo vio, un diminuto
punto dorado y su cuerpo se movió instintivamente hacía este.

La Snitch.

Era suya.

Bueno estaba lejos, pero Draco solamente acelero sintiéndose emocionado. Gruñe cuando
Potter aparece a su lado, no sabe si este había visto la Snitch, si lo estaba siguiendo, pero el
idiota era molesto. Ambos aceleran y por un instante la escoba de Draco es más rápida que la
de Potter y puede sentir un poco la Snitch a punto de tocar sus dedos.

Pero algo pasa.

Frio.

Todo se siente frio.

Como cuando estaban en el inframundo.

Ahhh…dementores. Draco los ignora porque, aunque la sensación levemente entumecida, es


solamente un pequeño cosquilleo que estar frente al rey del inframundo, así que solamente se
alegra que Potter dejara de presionar para tomar la Snitch con una de sus manos.

Sonríe.

Es suya.

La Snitch es suya.

Se voltea listo para frotarle en la cara a Potter que fue más rápido que él, cuando todo queda
congelado, puede ver en cámara lenta al chico tambalearse sobre la escoba como si no
estuviera consciente; tal vez no lo está, porque se va de lado. Su cuerpo se tensa al verlo
moverse lentamente de lado, está lejos, no puede levantar la mano para estabilizarlo y va a
caer.
Al suelo.

Muchos metros de altura.

Su cabello desordenado le recuerda un momento a Percy, cuando caía de la mano del ciclope,
su cuerpo se mueve solo.

Es ver a Percy cayendo nuevamente.

Se agazapa en la escoba y acelera en dirección a la caída, no puede llegar donde está


cayendo, pero tal vez pueda interceptarlo; todo pasa en segundos. Como semidios Draco está
acostumbrado a ejercicios de batalla, capturar la bandera, enfrentarse con los campistas, ir a
todo tipo de misiones suicidas por su vínculo con Percy; su cuerpo esta entrenado para
reaccionar rápido.

Por eso había salvado a Neville.

Instinto.

Esta cerca de tocar el suelo, cuando literalmente Draco se posiciona mejor en la escoba para
saltar (más adelante vería que tal vez no era la mejor idea, pero a falta de opciones y tiempo,
no tenía muchas opciones), de forma horizontal y atajar el cuerpo de Potter en el aire, antes
que ambos se muevan violentamente por el impacto de esa forma y se estrellen contra el
suelo. Hay un momento donde ruedan y Draco intenta proteger el cuerpo del idiota contra él,
siente las piedras raspar parte de sus brazos y sus gafas salir volando por ahí.

Gime cuando se detienen.

Abraza el cuerpo de Potter contra él molesto, mientras siente su cabeza palpitar, puede jurar
que su cabeza impacto con alguna piedra en su rodaje por el suelo.

La lluvia sigue cayendo sobre ellos.

Joder.

Estúpido Zeus.

—¡Harry! —el primero en llegar es Oliver Wood, el capitán de Gryffindor y luego los
gemelos, todos parecen confundidos, preocupados y rápidamente el niño es quitado sobre él.

Genial.

Porque esta aventura le saco el aire.

Cuando su propio equipo llega, la mayoría dándole miradas incrédulas, porque salvar a
alguien a costa de casi tu propia vida no es algo muy Slytherin; Draco los silencia levantando
su mano izquierda aun con la Snitch en su mano.

¿Qué puede decir?


Tiene prioridades.

Hay un caos entre las gradas, la lluvia, Oliver hablando con Madam Hooch y Flint gritando
que ganaron limpiamente porque él tiene la Snitch.

Miles Bletchley el guardián de su equipo fue quien le ofrece una mano, que Draco acepta
para ponerse de pie, su pie arde y supone que podría tener un esguince por la forma en que
duele al colocarlo sobre el suelo.

Intenta dar un paso al frente, solo para que su pierna ceda y termine de frente contra un
charco de lodo.

Humillante.

Todos son enviados a la enfermería, dejando atrás un poco el caos de los espectadores y que
Slytherin fuera declarado ganador, Draco se sienta tranquilo en la camilla; explica que no es
importante revisarlo a él, cuando fue ciertamente alguien que solamente se raspo a diferencia
de cierto idiota que se desvaneció. Flint no estaba de acuerdo y señalo la sangre de sus
brazos, su pierna, su cabeza sangrante entre otras cosas. Ignoro a los Gryffindor al otro lado,
simplemente salvar a Potter fue un reflejo, no tenía ningún interés en hablar del tema y una
parte de él se maldice por haberlo hecho.

Otra parte sabe que Percy lo alabara por sus acciones.

Se siente bien pensarlo.

—¡Draco! —chilla Lavender al llegar con Pansy y otros Slytherin, no solo el equipo de
quidditch se reúne sobre él, también sus cercanos y amigos.

Casi puede imaginarse en el campamento mestizo, con Will, Annabeth, Percy y Grover
rondándolo como siempre.

Es bueno el sentimiento.

—Salvar a un Gryffindor, has caído tan bajo—se burla Blaise.

—Parecías volar—anima Vincent un poco demasiado feliz.

—Creo que puedo traficar unos panecillos si pasas la noche—asegura Gregory con un pulgar
en alto.

—Idiota—dicen Theo y Pansy de forma coordenada.

Lavender lo abraza casi sollozando al verlo herido, ella debe saber que no es lo peor que se
ha visto, pero Pomfrey llega alejando a todos. No dura más de unos minutos de hechizos el
que su tobillo vuelva a estar sin dolor, la sangre se seca cuando las heridas son cerradas y
aunque Pomfrey parece querer dejarlo en la enfermería por su cabeza; no se siente mal.

—Vendrás mañana a primera hora, si tienes mareos o visión nublosa te trae alguien
inmediatamente; parece que tienes una cabeza dura joven Malfoy—habla primero con tono
de orden y lo último lo dice pensativa, como si realmente pensara que es una anomalía.

Lo que sea.

Draco se pone sobre sus pies examinando su equilibrio, ser un mestizo semidios provoca que
tenga un cuerpo más resistente que la de muggles o magos normales. Estira un poco su
cuerpo, no siente ningún mareo y aunque Vincent le ofrece cargarlo, Draco solamente se ríe
mientras niega.

No ve al equipo de Gryffindor cuando se marcha, no sin antes agradecerle a Pomfrey (Will le


enseño a ser amable con los médicos) quien parece complacida de sus palabras. Cuando sale
del lugar puede sentir la mirada en su espalda de un grupo de Gryffindor, que nuevamente
piensa que solamente están dementes.

—En serio… ¿Potter? —habla Pansy caminando con él por el pasillo como todos sus
cercanos.

Va a contestar, pero al doblar el pasillo, Draco ve a sus padres caminando rápidamente


seguidos de Severus; Sonríe de forma radiante, antes de que su sonrisa caiga al ver la mirada
preocupada de sus padres.

—Draco Lucius Malfoy Black, ¿en qué rayos estabas pensando? —es lo primero que dice su
madre perdiendo un poco su compostura, mientras su padre al lado de ella da un paso lejos
por su propio bienestar.

—Puedo explicarlo Madre—

—Ahora mismo—

Se encoge en su lugar, viendo a su padre en una muda suplica y este solamente desvía la
mirada como si no lo hubiera visto.

Traición.

Luego de un regaño de su madre, su padre en realidad parece complacido de que hubieran


ganado y que capturara la Snitch en este tipo de juegos con el temporal en su contra. Aunque
este parece un poco decepcionado de que salvara a Potter, cuando Draco le explica que
también se encuentra decepcionado de eso, tanto su padre como Severus parecen más
tranquilos por la honestidad de su persona.

En lugar de ir con su equipo a la sala común, se queda en la oficina de Severus hablando con
sus padres el resto de la tarde noche.

Sonriendo emocionado de verlos.


Su madre lo abraza.

Su padre lo alaba por los comentarios de sus profesores y su papel en el equipo de Slytherin.

Se siente brillante, radiante, que se olvida de Potter.

Todos hablaron de eso el fin de semana, a donde quiera que fuera, todos señalaban y
susurraban a su alrededor, como si no pudiera escucharlos. Algunos Slytherin se burlaron de
él, llamándolo el "Salvador del Salvador del mundo mágico", parecía más una forma de
desprestigiar a Potter; no los detuvo, no los alimento, solamente siguió caminando ignorando
a todos. Nadie lo señalo gracias a esa acción, como causante de ser quien pusiera, caramelos
con sabor a vomito en las comidas, polvos pica pica en su ropa y gusanos muertos en los
bolsos de ciertos Gryffindor como venganza de su amiga; fue bastante más suave porque los
malos tratos se habían detenido y Annabeth lo hizo sentir culpable. Bueno tal vez con
algunos en especifico les lanzo un hechizo que les hizo caer su cabello, pero Pomfrey lo
soluciono relativamente facil. Lavender parecía radiante, todos en Gryffindor lo odiaran o no,
hablaban que, aunque no les gustara, había sido algo muy heroico y Draco quiso vomitar ante
la idea que un puñado de idiotas pensaran eso de él.

No fue un héroe.

Fueron reflejos.

—¿Qué dijo Percy? —pregunto Lavender maliciosamente el lunes antes de clases de defensa,
la clase que tendrían juntos.

—Dijo que estaba orgulloso de mí—susurra Draco ligeramente sonrojado, haciendo que
Lavender suelte un chillido emocionada antes de tomar asiento a su lado.

Los Gryffindor lo ignoraron, solo una que otra mirada se iba hacía él, se preguntó si ellos
esperaban que pidiera algo a cambio por salvar a alguien; Draco casi se vio tentado. Ignoro
todo lo que pudo a Potter, este lo había visto, pero Draco huyo de su mirada y en cambio noto
también que Longbotton no dejaba de ver en su dirección como todo el fin de semana.

Lavender sonreía misteriosamente.

No le gusto.

Cuando Lupin llego, luciendo miserable y anunciando que no ocupaban entregar el trabajo de
hombres lobo, Draco maldice porque había pasado la noche anterior terminándolo. Lavender
a su lado se ríe al igual que Theo sonríe, porque ambos lo habían tomado con calma. Draco
quiere decirles que tuvo una clase especial de hombres lobo con algunos chicos de la casa de
Atenea el verano pasado, al cual Lavender y Percy no quisieron asistir.

Ve de reojo a Lupin curioso.


¿Hace cuanto fue la luna llena?

Aunque hay algunas criaturas que se diferencian un poco del mundo de los magos a otras en
medio de la mitología griega, Quirón señala que los romanos, egipcios (Amos acepto eso) y
Nórdicos también tienen diferencias entre especies. No hablo de todas las miles de culturas
donde hay otros dioses, porque sería demasiado largo de explicarlos todos.

Si Severus no iba a dar clases.

Eso significaba que…podría dormir.

—Tu mirada es estúpida—señala Theo sacando sus notas, Draco lo ignora y solamente se
acomoda mejor en su asiento y saca su nueva habilidad.

La capacidad de dormir en cualquier lado.

Espera no roncar.

Durante unos momentos, dentro de su sueño, es como si pudiera ver el hilo azul de su pecho
y cuando levanta la mirada (en una especie de Deja Vu), puede ver a Percy luciendo
igualmente sorprendido. Es raro verlo con Pijama, pero tampoco tan anormal, el niño abre la
boca como si quisiera decir algo, pero no hay nada en su voz.

¿Está diciendo su nombre?

—Draco—esa voz no es de Percy, suena femenina—Draco despierta—es cuando Percy hace


un puchero, que Draco es arrancado de su sueño.

Se levanta viendo sorprendido a Lavender, puede que fuera un instante, pero la clase ya
termino y Draco se levanta con un bostezo cansado. Camina ignorando como Potter debe
quedarse o la mirada de Lupin, sigue su camino con Lavender criticándolo por babear.

Fue un sueño raro.

Ravenclaw gano a Hufflepuff.

—No entiendo eso, ¿Qué es una snitch? —diría Percy ladeando la cabeza, Draco solamente
gruñe mientras utiliza una especie de figuritas de pequeño tamaño.

—Guarda silencio, estoy intentando replicar el partido para ti—

—¿Por qué vuelan? —

—Somos magos, idiota—

—No entiendo la Snitch, muchos puntos, tu trabajo es casi no hacer nada—


—Blasfemia—

Percy sigue luciendo claramente confundido, en este momento desearía poder que Annabeth
supiera también su secreto, porque ella sería una mejor oyente que Percy.

Draco recibe una carta de su madre, anunciando que se ira un poco más temprano del colegio
que sus amigos (ya hablaron con Severus y Dumbledore), así que esta última visita a
Hogsmeade antes de navidad, será la última ya que esa misma noche saldrá del colegio; al
parecer su madre parece más interesada en enviarlo a USA una semana antes, para que pase
las celebraciones con ellos. Tiene curiosidad de que rayos pudo haberle dicho a Severus, pero
si es una petición formal de sus padres, parece que el viejo Dumbledore tuvo que aceptarlo.

Lavender estaba haciendo pucheros por no poder ir con él.

Vacaciones de navidad y año nuevo los pasaría con su familia.

—Goldstein cuidara de Sparky todas las vacaciones, parece ser que el libro era bastante
especial—comenta camino hacía Hogsmeade con Lavender a su lado.

Theo se había apresurado a viajar con Blaise, Gregory y Vincent por una nueva promoción de
dulces; su amigo puede ser muy silencioso cuando quiere, pero tiene un diente dulce.
Lavender por otro lado quiere hacer compras de navidad y por eso va con Draco a ver tiendas
cada que pasan por una; aunque la nieve parece bastante espesa.

—Haciéndote amigos de Ravenclaw, insólito y escandaloso—habla Lavender con una mano


sobre su boca de forma divertida.

Draco le da una mirada divertida, antes de detenerse y levantar la mirada.

No hay nada detrás de ellos, pero por un momento pudo sentir como si algo estuviera ahí, sus
ojos se entrecierran seguro de que ha escuchado la respiración de alguien cerca. Lavender un
poco más ajena a esto, debido a que no ha entrado a tantos combates de vida o muerte, señala
rápidamente hacía la derecha y cuando Draco deja de ver a su espalda.

Seguro que hay alguien por ahí.

Su mente deja de pensar al ver a Longbotton.

—¿Longbotton? —ahora esto parece bastante, poco común, mira de reojo esperando otra
manada de Gryffindor entremetidos, pero no ve a nadie más.

Lavender lo empuja emocionada para que se acerque y Draco debió haber anotado eso como
la primera señal de alerta de que puede que hubiera algo más "coordinado" en esta pequeña
interacción no tan inofensiva. Ignora la sensación de estar siendo observados por alguien
más, hasta donde sabe, sus sentidos podrían estar alertas por Longbotton.
Se cruza de brazos sin tener nada que decir, el niño parece pálido y un poco menos regordete
que primer año, pero sigue luciendo patético.

—Y-yo…—tartamudeo, pésima primera impresión—quiero decir gracias—dice un poco más


abruptamente, antes de volverse lentamente rojo.

Draco pestañea un poco confundido, ve de reojo a Lavender.

—¿Gracias? —pregunta por bajo, a lo cual la niña rueda los ojos.

—Por salvarme del hipogrifo, gracias—ahora hace una reverencia demasiado marcada, Draco
solamente pestañea antes de levantar la mirada.

Recuerdos de los malditos pajarracos vienen a su mente, había olvidado el incidente de la


primera semana y no lo habría recordado; su cuerpo tiene varias cicatrices para pensar en las
de su brazo. Así que le toma un poco más de tiempo el meditar sobre el asunto, antes de notar
la mirada persistente de Lavender y Longbotton sobre él, como si espera que dijera algo.

Lo odio.

Odiaba cuando alguien le agradecía.

Usualmente era Percy y la relación de ambos seria con Percy agradeciendo algo, Draco
molestándolo diciendo que era demasiado genial y obligando a que agradeciera más, antes
que este se cansara y se lanzara para iniciar una pelea con él.

Obviamente no puede hacer eso.

—No quería salvarte—está seguro que escucho un jadeo a su espalda, pero al voltear no ve a
nadie, regresa su mirada a Longbotton quien parece expectativo—fue un reflejo, así que no
hay nada que agradecer, no me debes nada Longbotton—añade porque sabe que todo eso de
las deudas de vida son bastante duras en el mundo mágico.

Podría incluso tenerlo como sirviente si quisiera y jugara sus cartas.

No tiene interés en eso.

Se rasca la oreja aburrido.

—También salvaste a Harry—comenta el niño Gryffindor casi de forma pensativa, no como


si hubiera hecho algo mal, solo señalando un hecho.

Draco arruga el labio.

—Un reflejo también—

Ahora Longbotton parece pensativo, pero Draco se siente más incómodo y está seguro que ya
puede darse la vuelta e irse.
—Igualmente muchas gracias—parece más sincero ahora, menos estresado y Draco mueve su
mano quitándole importancia—también por salvar a Harry, por no aprovecharte de eso…
yo…—el niño duda, lo ve en todo su rostro—veo que Lavender tenía razón, has cambiado
mucho, para bien—luego de decir eso apresuradamente, el niño hace una inclinación más
antes de salir corriendo rápidamente.

Muy rápido, mucho para su cuerpo algo regordete, Draco lo ve por donde se fue con el rostro
pensativo; voltea a ver a Lavender enojado.

—Tu hiciste eso—la acusa, la sonrisa de la niña es suficiente para inculparla.

—Algo así, hace tiempo que quería agradecerte, aunque parecía más obligado al inicio, esta
vez sí se notaba sincero—su rostro se suaviza—me alegra que otros puedan ver que has
cambiado, sigues siendo un idiota, pero un idiota amable—

Suelta un bufido antes de empezar a caminar, pasan por un callejón donde parece haber un
perro enorme y desastroso, Lavender parece horrorizada cuando Draco deja parte del
emparedado que habían comprado en las 3 escobas; se encoge de hombros antes de decir que
es algo que haría Grover.

El perro solo les ladra antes de devorar la comida.

Severus lo lleva a la red Flu, este no parece impresionado cuando Draco muestra el regalo de
navidad de este anticipadamente que es un gorro navideño verde; Draco esta casi seguro que
terminara en medio de la chimenea apenas se marche. Volver a la mansión Malfoy es
agradable, se puede estirar, puede hablar con su madre que lo abraza con tal cariño que le
hace derretirse. Su padre decide que pasara dos días antes que se marche a Estados Unidos,
hay una especie de mensaje Iris de Percy que dice que están esperándolo para un a misión
importante; Lucius los ignora.

Pasa gran parte del día con su padre en la biblioteca, este afilándolo en cualquier cosa que
hubiera olvidado para ser heredero.

Genealogías.

Negocios familiares.

Un poco de contabilidad y una advertencia sobre mantener bien sus relaciones sociales con
futuros socios políticos. Draco comenta que aparte de Lavender nadie más es su amigo y
cuando su padre pregunta, Draco admite que la niña es semidios también y que eso los une.

—No dejes que eso guie toda tu vida, tu sangre es importante, pero eres un Malfoy—no es un
regaño, es un recordatorio y por la forma en que este palmea su hombro, es más que todo una
muestra de afecto.
—Por supuesto que eres mi padre—bufa casi con cariño, su padre no lo reprende por bajar en
decoro, siempre y cuando se comporte en las próximas fiestas.

Lucius sonríe.

Narcisa por otro lado lo obliga a tocar un poco el violín antes de irse, Sally Jackson lo va a
estar esperando cerca de donde es el ministerio de magia (no es que ella sepa, por Sally
piensa que vendrá en avión y ya está en camino). Su padre también lo escucha al mismo
tiempo que su madre, toca una canción que desafina al menos dos veces y sabe que tendrá
que practicar más.

Sus padres le permiten llevar el violín.

—Has crecido mucho—susurra su madre camino al ministerio de Londres para que use el
traslador que ya tenía preparado gracias a su padre.

Draco voltea a verlos con una sonrisa divertida.

—¿Me veo atractivo? —pregunta moviendo sus cejas a lo cual su madre sonríe.

—Tal vez, aunque eres muy joven para tener una pareja, aunque podríamos pensar en futuros
pretendientes para contratos matrimoniales—habla su madre mientras su padre llega, Draco
hace un encogimiento de hombros restándole importancia.

Cuando toma el traslador y se despide de sus padres con una gran sonrisa, que ambos imitan
con unas más ligeras, es cuando nota que su madre hablo de forma que fuera un pretendiente
masculino no uno femenino.

Entrecierra los ojos confundido.

Tal vez fueron imaginaciones suyas.

Cuando sale a la calle, es atacado por una masa potente que casi lo lanza al suelo.

—Draco—chilla Percy Jackson a su oído y Draco se ríe encantado mientras le regresa el


abrazo, Sally rápidamente se une para abrazarlos.

Ama a sus padres, son su familia y es algo que siempre guardara en su corazón.

Pero una parte de Draco piensa cuando se abraza a los Jackson, que ha regresado a su hogar,
luego de muchos meses.

Draco le gustaría decir que tendría un día para descansar, pero Percy lo apresura al coche y es
en medio de esa locura que descubren que la misión en realidad inicia ya. Percy asegura que
tienen armas letales y en realidad Draco tiene su lanza siempre como un brazalete en su
brazo. Durante el recorrido donde Sally debe llevarlos, Percy parece abochornado al respecto,
Draco prefiere eso a tener que tomar su propio medio de transporte. Hasta ahora en su primer
verano fue una locura buscando el rayo y luego en medio de un barco, prefiere mil veces a la
adorable Sally Jackson.

—¿Kim-sam soon sigue trabajando como pastelera para ese idiota de Jin-heon? —pregunta
horrorizado sobre los eventos nuevos del dorama que había dejado pausado.

Sally suspira.

—No, ella va abrir su nueva pastelería con su hermana—

—Eso es lo justo, ese idiota no la ama—

—Creo que son lindos juntos—

—Aburrido—dice Percy luego de que ambos siguieran hablando sin detenerse por varios
minutos, Draco empuja a Percy decidido a tomar el asiento de copiloto para hablar mejor con
Sally.

Es la mejor opción cuando recogieron tanto Annabeth y Thalia durante el viaje.

Desde Nueva York a Bar Harbor, en Maine, había un trayecto de ocho horas en coche. El
aguanieve caía sobre la autopista. Todos parecen nerviosos mientras Draco habla sin parar
sobre las galletas que Sally le envió y sus ideas para una novela, siente la mirada inquisidora
de Thalia en su nuca, pero Annabeth lo ha saludado con cariño.

Su interior brota de alegría al verlo y para sorpresa de Draco, puede ver que es premeditada.

—Eres mejor que Percy con el vínculo—dice viéndola sobre el hombro, la niña ríe mientras
Percy hace un puchero de brazos cruzados.

Cuando llegaron finalmente a Westover Hall estaba oscureciendo y Sally ya les había contado
las anécdotas más embarazosas del historial infantil de Percy, sin dejarse una sola. Cree que
es una buena idea luego de que el idiota tenga por ahí una fotografia de Draco en ropa
interior, lo peor, es que nada sexual de por medio, solo para humillarlo.

Thalia limpió los cristales empañados del coche y escudriñó el panorama con los ojos
entornados.

—¡Uf! Esto promete ser divertido—

Lo duda.

Westover Hall parecía un castillo maldito: todo de piedra negra, con torres y troneras y unas
puertas de madera imponentes. Se alzaba sobre un risco nevado, dominando por un lado un
gran bosque helado y, por el otro, el océano gris y rugiente.

¿Cómo esto se transformó en su vida?


Podría estar en medio de una cena con sus padres o incluso hablando animadamente con
Lavender y sus compañeros Slytherin.

Pero no.

Aquí está al borde de la muerte.

De nuevo.

Lindo.

—¿Seguro que no quieres que os espere? —preguntó Sally.

Draco iba a decir algo como: "si queremos que nos esperen", pero Percy le dio un pisotón.

—No, gracias, mamá. No sé cuánto tiempo nos va a llevar esto. Pero no te preocupes por
nosotros—

—Claro que me preocupo, Percy. ¿Y cómo pensáis volver? —

Percy se sonrojo avergonzado y Draco lo maldijo, porque ella tenía un buen punto.

—Todo irá bien, señora Jackson —terció con una sonrisa Annabeth—Nosotros nos
encargaremos de mantenerlo a salvo—

Sally pareció calmarse un poco. Annabeth es para ella la semidiosa más sensata que ha
llegado jamás a octavo curso, Draco se siente ofendido de estar metido en el mismo saco de
problemas que Percy para ojos de Sally. Está convencida de que, si no los han matado, más
de una vez ha sido gracias a Annabeth. Lo cual es cierto, pero eso no significa que le guste
reconocerlo.

—Muy bien, queridos —dijo mi madre—. ¿Tenéis todo lo que necesitáis? —

—Sí, señora Jackson —respondió Thalia—. Y gracias por el viaje. —

—¿Jerséis suficientes? ¿Mi número de móvil? —

—Mamá... —

—¿Néctar y ambrosía, Percy? ¿Un dracma de oro por si tenéis que contactar con el
campamento? —

—¡Mamá, por favor! Todo va a ir bien. Vamos—

Pareció algo dolida por su respuesta, así que Draco solamente gimoteo antes de empujarlo y
que Percy lo viera mal. Draco se despidió de la encantadora señora, antes de comenzar a
caminar detrás de Percy curioso, Annabeth y Thalia les siguieron. El viento atravesaba el
abrigo con sus dagas heladas.

—Tu madre es estupenda, Percy —dijo Thalia en cuanto el coche se perdió de vista.
—Pse, bastante pasable —reconoció, luciendo abochornado ante su mirada de muerte, Percy
sabe que ama a su madre—. ¿Qué me dices de ti? ¿Tú estás en contacto con tu madre? —

Mal tema.

El rostro de Thalia se volvió oscuro.

—Eso no es asunto tuyo, Percy... —

Draco empujo a Annabeth quien capto la indirecta rápido, era una chica muy lista.

—Será mejor que entremos ya —la interrumpió Annabeth—. Grover debe de estar
esperándonos—

Thalia echó un vistazo al castillo y se estremeció.

—Tienes razón. Me pregunto qué habrá encontrado aquí para verse obligado a pedir socorro

Draco alzo la vista hacia las negras torres de Westover Hall.

Mientras no fuera otro ciclope con quien quisiera casarse con él.

Todo bien.

¿Qué podría salir mal?

Menos de unos minutos después, luego que Thalia hiciera un exceso uso de la niebla para
hacerlos pasar por estudiantes (Draco se queja que nadie les haya enseñado aun a utilizarla),
estaban en medio de lo que parecía un extraño baile escolar. Grover estaba con vida y sin
casarse por el momento y todo habría sido estupendo, si ahora Draco no se encontrara en
medio de la pista con Thalia entre sus brazos en un muy incómodo baile. Se supone que
estaban aquí por dos mestizos de diez y doce años.

Bianca y Nico di Angelo.

El suelo del gimnasio estaba salpicado de globos negros y rojos, y los chicos se los lanzaban
a patadas, o trataban de estrangularse unos a otros con las serpentinas que colgaban de las
paredes. Las chicas se movían en corrillos, como siempre; llevaban bastante maquillaje,
blusas con tirantes finos, pantalones llamativos y zapatos que más bien parecían instrumentos
de tortura. De vez en cuando rodeaban a algún pobre infeliz como un banco de pirañas,
soltando risitas y chillidos, y cuando por fin lo dejaban en paz, el tipo tenía cintas por todo el
pelo y la cara llena de graffitis a base de pintalabios.

—No miréis a los críos —había ordenado Thalia—. Hemos de esperar una ocasión propicia
para llevárnoslos. Entretanto hemos de fingir que no tenemos ningún interés en ellos. Hay
que despistarlo—

Luego sugirió el baile.

Draco sabe que no podría bailar con Percy, ni en sus fantasías se había atrevido a tanto,
incluso siendo amigo sabe que no se le ve de esa forma. Igualmente habría querido luchar por
bailar con Annabeth y Grover antes que le tocara Thalia.

Ella era.

Bueno.

Diferente.

—Parece feliz—había dicho Thalia, luego de darle una vuelta bastante fuerte, Draco era buen
bailarín, pero ella tenía formas bastante molestas de bailar.

Demasiado rudo.

Mira de reojo y aunque por un momento puede pensar que Thalia habla de Percy, quien
parece tener ojos brillantes al escuchar a Annabeth hablar mientras bailan, supone que se
refiere más a Annabeth. Su amiga tiene ahora el cabello suelto luego de quitarse su gorra,
parece casi una señorita y su sonrisa es brillante que provoca un dolor leve en su pecho.

Lo había sospechado en su anterior verano, pero era obvio que no solamente Percy estaba
despertando sentimientos.

—Entonces fue adrede que me elegiste—habla Draco con curiosidad, sin un rastro de queja.
Thalia lo ve a los ojos, como dos hielos mortales, sin parecer afectada o sentirse culpable—
Percy es mi mejor amigo y Annabeth es bastante amiga mía, sé que no tengo oportunidad y
no pienso entrometerme—se pregunta que tanto sabe Thalia sobre él, pero todos en el
campamento deben sospechar sobre los sentimientos de Draco.

Menos Percy.

Percy era un idiota.

¿Por qué le gustaba?

—No pareces mentir—

—No tengo ningún motivo para mentir, ambos son importantes para mí, aunque admito que
Percy es más importante porque es mi mejor amigo…—mira de reojo al chico reír de algo
que dice Annabeth—soy egoísta lo admito, pero quiero verlo feliz—

Thalia solamente suspira un poco ruidoso, antes de hacerlo girar de forma violenta, esa niña
nunca obtendría una pareja de esa forma. Estaba por quejarse cuando Annabeth apareció de
golpe frente a ellos, diciendo que perdió de vista a los niños, cuando voltearon no eran los
únicos en desaparecer.
Percy no estaba.

Draco se golpeó la frente con su mano.

Ese idiota es capaz de perderse aun cuando solo hay que ir en línea recta.

El subdirector era un monstruo, había admitido Grover, pero mientras corren para buscar al
idiota de su amigo…y a los dos nuevos mestizos, parece ser que están en problemas. Draco
siente el pánico de parte del vínculo de Percy y aunque quisiera saber dónde está, no puede
encontrar alguna imagen clara en su mente; deberían haber puesto más énfasis en practicar
sobre su vínculo.

Mal momento para pensarlo.

O tal vez no mal momento.

"Grover, Draco, ocupo ayuda"

Se detuvo abruptamente, tanto que impacto con una de las mesas que parecían tener comida
de reserva para la fiesta, porque termino empapado de un líquido que parecía gaseosa y que
lo hizo sentir pegajoso. Thalia le da una mirada asquerosa, pero Grover parece haberlo
comprendido.

—Percy—dice este y Draco asiente.

Un poco irritado de hecho, se supone que hay un vínculo entre ellos, Percy siempre se queja
de sus vínculos adicionales, pero el hijo de perra (por parte de su padre, Sally era una santa)
llama a Grover primero.

Idiota.

Pero sabe dónde está, como si por un momento, algo se iluminara en su mente y sabe que es
gracias al vinculo que comienza a correr, puede sentirlo a lo lejos y solo es por Annabeth que
se detiene. Claramente la hija de Atenea tiene un plan, coloca una mano sobre sus labios y
Draco asiente.

Estúpido Percy que se mete en problemas.

La jugada de Annabeth fue genial cuando llegaron al lugar. Con su gorra de invisibilidad
puesta, embistió contra los Di Angelo y Percy al mismo tiempo, derribándonos al suelo, lo
cual pilló por sorpresa al doctor Espino y lo dejó paralizado durante una fracción de segundo.
Lo suficiente para que la primera descarga de proyectiles pasara zumbando por encima de sus
cabezas. Thalia y Grover avanzaron entonces desde atrás: Thalia empuñaba a Égida, su
escudo mágico.

—Apestas—es lo que dice el niño de diez años al verlo, como si estar cubierto de líquido
rojizo no fuera suficiente.

Le da una mala mirada a Percy, quien se ríe nervioso antes de empujar a Bianca también
contra Draco, la niña esta confundida cuando Percy parece listo para unirse a la lucha.

Tampoco es que fuera tan necesario.

Si nunca han visto a Thalia entrando en combate, no sabes lo que es pasar miedo en serio.
Para empezar, tiene una lanza enorme que se expande a partir de ese pulverizador de defensa
personal que lleva siempre en el bolsillo. Pero lo que intimida de verdad es su escudo: un
escudo trabajado como el que usa su padre Zeus (también llamado Égida), obsequio de
Atenea. En su superficie de bronce aparece en relieve la cabeza de Medusa, la Gorgona, y
aunque no llegue a petrificarte como la auténtica, resulta tan espantosa que la mayoría se deja
ganar por el pánico y echa a correr nada más verla.

Hasta el doctor Espino hizo una mueca y se puso a gruñir cuando la tuvo delante.

Thalia atacó con su lanza en ristre.

—¡Por Zeus! —

¿En serio?

Ella parece emocionada por sorprender a su padre, como cualquier semidios promedio.

Odia eso.

—Ella es asombrosa—arrulla Nico emocionado, Draco le da una mirada como el pobre idiota
que es, antes de suspirar sin querer usar su lanza.

La prepara solo como última línea de defensa.

Draco creyó que Espino estaba perdido: Thalia le había clavado la lanza en la cabeza. Pero él
soltó un rugido y la apartó de un golpe. Su mano se convirtió en una garra naranja con unas
uñas enormes que soltaban chispas a cada arañazo que le daba al escudo de Thalia. De no ser
por la Égida, habría acabado cortada en rodajitas. Gracias a su protección, consiguió rodar
hacia atrás y caer de pie.

El estrépito del helicóptero se hacía cada vez más fuerte a sus espaldas, Draco no quiere saber
que estaban pensando en hacer con ellos.

El doctor le lanzó otra descarga de proyectiles a Thalia, Draco noto algo raro. Tenía cola: una
cola curtida como la de un escorpión, con una punta erizada de pinchos. La Égida desvió la
andanada, pero la fuerza del impacto derribó a Thalia.
Grover se adelantó de un salto. Con sus flautas de junco en los labios, se puso a tocar una
tonada frenética que un pirata habría bailado con gusto. Ante la sorpresa general, empezó a
surgir hierba entre la nieve y, en unos segundos, las piernas del doctor quedaron enredadas en
una maraña de hierbajos gruesos como una soga.

Espino soltó un rugido y comenzó a transformarse. Fue aumentando de tamaño hasta adoptar
su verdadera forma, con un rostro todavía humano pero el cuerpo de un enorme león. Su cola
afilada disparaba espinas mortíferas en todas direcciones.

—¡Una mantícora! —exclamó Annabeth, ya visible. Se le había caído su gorra mágica de los
Yankees cuando nos tiró al suelo.

—¿Quiénes sois vosotros? —preguntó Bianca di Angelo y ahora lo ve a él, antes del anterior
director humano—. ¿Y qué es esa cosa? —

—Una mantícora —respondió Nico, jadeando—. ¡Tiene un poder de ataque de tres mil, y
cinco tiradas de salvación! —

Draco le lanzo una mirada incrédula a Percy, pero este solamente parecía igual de perdido
que él.

¿Qué rayos eran esos niños?

—¡Al suelo! —gritó Annabeth viéndolo a los ojos, Draco reacciono rápidamente derribando
a los Di Angelo sobre la nieve.

Percy uso su escudo.

El de Tyson.

Todo era una locura, pensar que hace menos de una semana estaba en Hogwarts era ridículo a
estas alturas, su vida era más esta locura andante al lado de Percy Jackson y sus amigos.

—¡Rendíos! —rugió el monstruo.

—¡Nunca! —le chilló Thalia desde el otro lado, y se lanzó sobre él.

Draco no pudo ver bien que pasaba con Nico y Bianca bajo él, el helicóptero emergió de la
niebla y se situó frente al acantilado. Era un aparato militar negro y lustroso, con dispositivos
laterales que parecían cohetes guiados por láser. Sin duda tenían que ser muggles quienes lo
manejaban, pero ¿qué estaba haciendo allí semejante trasto? ¿Cómo era posible que unos
mortales colaborasen con aquel monstruo? En todo caso, sus reflectores cegaron a Thalia en
el último segundo y la mantícora aprovechó para barrerla de un coletazo. El escudo se le cayó
a la nieve y la lanza voló hacia otro lado.

—¡No! —grito Percy mientras corría en su ayuda y logro desviar una espina que le iba
directa al pecho. Alzo su escudo para cubrirlos a los dos.

El doctor Espino se echó a reír.


Nico al lado de Draco, soltó una exclamación de asombro con sus ojos puestos en Percy,
mientras Draco contenía rodar los ojos.

Idiota suicida.

Debería ir ayudarlos ahora, pero al ver a Bianca temblando como un ternero recién nacido
(ese documental no debió verlo nunca con Sally) y Nico con un claro rostro de admiración
que dice: "me acabo de enamorar de un héroe" no tendría un cuidado sobre su propio
bienestar.

—¿Os dais cuenta de que es inútil? Rendíos, héroes de pacotilla—

Un sonido nítido y penetrante apareció de la nada: la llamada de un cuerno de caza que


sonaba en el bosque. La mantícora se quedó paralizada. Por un instante nadie movió una ceja.
Sólo se oía el rumor de la ventisca y el fragor del helicóptero.

—¡No! —dijo Espino—. No puede... —

Se interrumpió de golpe cuando pasó por el lado de Percy una ráfaga de luz. De su hombro
brotó en el acto una resplandeciente flecha de plata.

Espino retrocedió tambaleante, gimiendo de dolor.

Eso era inesperadamente útil para ellos.

Draco se encontraba asombrado.

—¡Malditos! —gritó. Y soltó una lluvia de espinas hacia el bosque del que había partido la
flecha.

Pero, con la misma velocidad, surgieron de allí infinidad de flechas plateadas.

Casi dio la impresión de que aquellas flechas interceptaban las espinas al vuelo y las partían
en dos, aunque probablemente mis ojos me engañaban. Nadie —ni siquiera los chicos de
Apolo del campamento— era capaz de disparar con tanta precisión.

Draco menos.

Sigue apuntando a Clarisse incluso cuando es sin culpa.

La mantícora se arrancó la flecha del hombro con un aullido. Ahora respiraba pesadamente.
Intenté asestarle un mandoble, pero no estaba tan herida como parecía. Esquivó la espada de
Percy y le dio un coletazo a su escudo que lo lanzó rodando por la nieve.

Entonces salieron del bosque los arqueros. Eran chicas: una docena, más o menos. La más
joven tendría diez años; la mayor, unos catorce, un año mayor que él piensa preocupado. Iban
vestidas con parkas plateadas y vaqueros, y cada una tenía un arco en las manos.

Avanzaron hacia la mantícora con expresión resuelta.


—¡Las cazadoras! —gritó Annabeth.

Thalia murmuró asombrada:

—¡Vaya, hombre! ¡Estupendo! —

Bianca también parecía sorprendida, al tiempo que Nico parecía apretar los puños
emocionado como si estuviera en medio de una película.

Como si su vida no dependiera de eso.

¿Cazadoras?

¿Como las cazadoras de Artemisa?

Una de las chicas mayores se aproximó con el arco tenso. Era alta y grácil, de piel cobriza. A
diferencia de las otras, llevaba una diadema en lo alto de su oscura cabellera, lo cual le daba
todo el aspecto de una princesa persa.

—¿Permiso para matar, mi señora? —

No supo con quién hablaba, porque ella no quitaba los ojos de la mantícora.

El monstruo soltó un gemido.

—¡No es justo! ¡Es una interferencia directa! Va contra las Leyes Antiguas. —

—No es cierto —terció otra chica, ésta algo más joven que Draco; tendría doce o trece años.
Llevaba el pelo castaño rojizo recogido en una cola. Sus ojos, de un amarillo plateado como
la luna, resultaban asombrosos. Tenía una cara tan hermosa que dejaba sin aliento, pero su
expresión era seria y amenazadora—. La caza de todas las bestias salvajes entra en mis
competencias. Y tú, repugnante criatura, eres una bestia salvaje. —

Miró a la chica de la diadema

—Zoë, permiso concedido—

—Si no puedo llevármelos vivos —refunfuñó la mantícora—, ¡me los llevaré muertos! —

Y se lanzó sobre Thalia y sobre Percy, probablemente sabiendo que estábamos débiles y
aturdidos.

—¡No! —chilló Annabeth, y cargó contra el monstruo.

—¡Retrocede, mestiza! —gritó la chica de la diadema—. Apártate de la línea de fuego—

Ella no hizo caso. Saltó sobre el lomo de la bestia y hundió el cuchillo entre su melena de
león. La mantícora aulló y se revolvió en círculos, agitando la cola, mientras Annabeth se
sujetaba como si en ello le fuese la vida, como probablemente así era.

—¡Fuego! —ordenó Zoë.


—¡No! —gritaron Percy y Draco quien se puso de pie ignorando a los niños nuevos, ahora
con más guerreros, no iba a dejar que algo le pasara a Annabeth.

Pero las cazadoras lanzaron sus flechas. La primera le atravesó el cuello al monstruo. Otra le
dio en el pecho. La mantícora dio un paso atrás y se tambaleó aullando.

—¡Esto no es el fin, cazadoras! ¡Lo pagaréis caro! —

Y antes de que alguien pudiese reaccionar, el monstruo —con Annabeth todavía en su lomo
— saltó por el acantilado y se hundió en la oscuridad.

—¡Annabeth! —chillo Percy.

Draco intento correr, pero esta vez fue Bianca, la niña inocente, quien se lanzó sobre él en la
espalda para taclearlo cuando las balas pasaron sobre su cuerpo, donde antes había estado de
pie. Sus enemigos no habían terminado aún. Se oía un tableteo procedente del helicóptero:
ametralladoras.

La mayoría de las cazadoras se dispersaron rápidamente mientras la nieve se iba sembrando


de pequeños orificios. Pero la chica de pelo rojizo levantó la vista con mucha calma.

—A los mortales no les está permitido presenciar mi cacería —dijo.

Abrió bruscamente la mano y el helicóptero explotó y se hizo polvo. No, polvo no: el metal
negro se disolvió y se convirtió en una bandada de cuervos que se perdieron en la noche.

Las cazadoras se les acercaron.

La que se llamaba Zoë se detuvo en seco al ver a Thalia.

—¡Tú! —exclamó con repugnancia Percy.

Draco sigue viendo el lugar donde Annabeth cayo, sigue sintiendo un poco de pánico en su
interior, quiere ir, pero siguen en problemas.

—Zoë Belladona. —A Thalia la voz le temblaba de rabia—. Siempre en el momento más


oportuno—

Zoë examinó a los demás.

—Cinco mestizos y un sátiro, mi señora—

—Sí, ya lo veo —dijo la chica más joven, la del pelo castaño rojizo—. Unos cuantos
campistas de Quirón—

—¡Annabeth! —grito Percy—. ¡Hemos de ir a salvarla! —

La chica se volvió hacia él

—Lo siento, Percy Jackson. No podemos hacer nada por ella... —


Trato de incorporarse, pero un par de cazadoras le mantenían sujeto en el suelo. Draco se safo
al fin de Bianca para correr al barranco, ignorando a las demás y sin saltar, no había nadie a
la vista y cualquier conexión con Annabeth estaba en blanco.

—... y tú no estás en condiciones de lanzarte por el acantilado—sigue la charla en su espalda.

—¡Déjame ir! —exigió Percy—. ¿Quién te has creído que eres? —

Zoë se adelantó como si fuese a abofetearme.

—No —la detuvo, cortante—. No es falta de respeto, Zoë. Sólo está muy alterado. No
comprende. —Y le miró con unos ojos más fríos y brillantes que la luna en invierno—. Yo
soy Artemisa —anunció—, diosa de la caza—

Cuando hablo, le lanzo una rápida mirada a Draco quien se quedó arrodillado junto al
acantilado, viendo al vacío, sin sentir nada.

Sus puños se apretaron.

Soltó un grito que silencio a todos, mientras golpeo el suelo con un puño.

Maldición.

Continuara…

Chapter End Notes

Es curioso, había planeado mucho sobre la línea del tiempo, encontré algunas en internet
y esta fue la que mejor lo acomodé. Cualquier pensaría que la maldición del titan pasaría
hasta el verano, pero no, fue en vacaciones de navidad y ahora todo va ser un caos.

Los Di Angelo han aparecido.

Que emoción.

También me da risa lo que paso con Draco antes de irse de viaje en Hogsmeade, notando
que alguien lo estaba viendo, me pregunto quién podría estar siguiéndolo sin ser
percatado con alguna capa de invisibilidad.

Yo digo.

Fue muy corto, pero volvemos al universo de Percy Jackson, pero apenas termina
misión, Draco deberá volver por su tercer año.

¿Volverá?
Lo descubriremos.
Capítulo 15: Dos olimpos me odian, felicidades, tomen ficha y
hagan fila.
Chapter Summary

Draco es una gran persona, no entiende como pueden odiarlo tan rapido.

Curiosamente tampoco le sorprende.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

Nuevamente todo pasa muy rápido, paso de estar disfrutando con sus padres, a estar en medio
de una misión, donde lograron perder a Annabeth rápidamente; lo cual tiene a todos de muy
mal humor. Ahora no solo estaban en presencia de un dios principal del olimpo, si no que
tenían que regresar al campamento para buscar a Annabeth; probablemente ocuparían a una
misión para eso.

Después de ver al doctor Espino convertirse en un monstruo y caer en picado por el


acantilado con Annabeth montada en su lomo, cualquiera diría que ya nada podía
impresionarle. Pero cuando aquella chica de doce años les dijo que era la diosa Artemisa,
Draco le ignoro incluso cuando le miraba intensamente.

Quiso sacarle el dedo del medio.

Pero probablemente lo asesinaría.

Odio eso de los dioses y sus poderes.

Grover era un caos, el ahogó un grito, se arrodilló en la nieve y empezó a gimotear:

—¡Gracias, señora Artemisa! Es usted tan... tan... ¡Uau! —

Draco intercambio una mirada con Percy, que sigue luciendo preocupado por Annabeth y lo
entiende, todo su interior está lleno de su propia angustia, más la de Percy.

El horror.

—¡Levanta, niño cabra! —le soltó Thalia—. Tenemos otras cosas de que preocuparnos.
¡Annabeth ha desaparecido! —

—¡So! —dijo Bianca di Angelo—. Momentito. Tiempo muerto—


Todo el mundo se la quedó mirando. Ella les fue señalando, uno a uno, como si estuviera
repasando las piezas de un rompecabezas.

—¿Quién... quiénes sois todos vosotros? —

La expresión de Artemisa se ablandó un poco.

—Quizá sería mejor, mi querida niña, saber primero quién eres tú. Veamos, ¿quiénes son tus
padres? —

Bianca miró con nerviosismo a su hermano, que seguía contemplando maravillado a


Artemisa.

Ese niño ocupaba ordenar sus prioridades.

—Nuestros padres murieron —dijo Bianca—. Somos huérfanos. Hay un fondo que se ocupa
de pagar nuestro colegio, pero... —Titubeó. Supongo que vio en nuestra expresión que no le
creíamos—. ¿Qué pasa? —preguntó—. Es la verdad—

—Tú eres una mestiza —dijo Zoë Belladona, cuyo acento era difícil de situar. Sonaba
anticuado, como si estuviera leyendo un libro viejísimo—. A fe mía que uno de vuestros
progenitores era un mortal. El otro era un olímpico—

—¿Un olímpico? ¿Un atleta, quieres decir? —

Draco dejo de preocuparse solo un segundo, para pensar que hace casi dos años, había tenido
la misma expresión de idiota que Bianca en este momento.

Qué horror.

Y asco por sí mismo.

Odio el sentimiento.

Al menos ya había pasado esa etapa donde todo era nuevo y extraño, lo cual deja mucho que
desear de su vida actual.

—No —dijo Zoë—. Uno de los dioses—

—¡Qué guay! —exclamó Nico, si, Draco pensaba que ese niño ocupaba ordenar mucho sus
prioridades.

—¡Ni hablar! —terció Bianca con voz temblorosa—. ¡No lo encuentro nada guay! —

Nico se había puesto a dar saltos.

—¿Es verdad que Zeus tiene rayos con una potencia destructiva de seiscientos? ¿Y que gana
puntos extra por...? —
—¡Cierra el pico, Nico! —Bianca se pasó las manos por la cara—. Esto no es tu estúpido
juego de Mitomagia, ¿sabes? ¡Los dioses no existen! —

Si mucha charla inútil, hay que entregarlos a Quirón y seguir adelante para buscar a
Annabeth.

—Ya sé que cuesta creerlo —le dijo Thalia—, pero los dioses siguen existiendo. Créeme,
Bianca. Son inmortales. Y cuando tienen hijos con humanos, chicos como nosotros, bueno...
la cosa se complica. Nuestras vidas peligran—

—¿Como la de la chica que se ha caído? —dijo Bianca.

Thalia se dio la vuelta. Incluso Artemisa parecía afligida.

Draco apretó los puños con molestia.

—No desesperéis —dijo la diosa—. Era una chica muy valiente. Si es posible encontrarla, yo
la encontraré—

—Entonces ¿por qué no nos dejas ir a buscarla? —pregunto Percy, a lo cual Draco asintió.

—Porque ha desaparecido. ¿Acaso no lo percibes, hijo de Poseidón? Hay un fenómeno


mágico en juego. No sé exactamente cómo o por qué, pero tu amiga se ha desvanecido—

Magia.

Draco se alarmo, Percy parecía en su furia para no notarlo, pero Draco en cambio volteo a ver
al acantilado preguntándose porque alguien quiere a Annabeth. Es una chica asombrosa y su
amiga, pero sería más común que alguien fuera por Percy como niño de los 3 grandes, o
incluso Thalia.

Alguien quería a Annabeth.

¿O fue todo mala suerte?

Eso no suena del todo correcto.

—¿Y el doctor Espino? —intervino Nico, levantando la mano—. Ha sido impresionante


cómo lo habéis acribillado. ¿Está muerto? —

—Era una mantícora —dijo Artemisa con más paciencia de la que siente Draco—. Espero
que haya quedado destruida por el momento. Pero los monstruos nunca mueren del todo. Se
vuelven a formar una y otra vez, y hay que cazarlos siempre que reaparecen—

—O ellos nos cazan a nosotros —observó Thalia.

Bianca di Angelo se estremeció.

—Lo cual explica... ¿Te acuerdas, Nico, de los tipos que intentaron atacarnos el verano
pasado en un callejón de Washington? —
—Y aquel conductor de autobús —recordó Nico—. El de los cuernos de carnero. Te lo dije.
Era real—

—Por eso os ha estado vigilando Grover —les explico Percy cansado—. Para manteneros a
salvo si resultabais ser mestizos—

—¿Grover? —Bianca se quedó mirándolo—. ¿Tú eres un semidiós? —

—Un sátiro, en realidad. —Se quitó los zapatos y le mostró sus pezuñas de cabra. Creyó que
Bianca se desmayaría allí mismo.

—Grover, ponte los zapatos —dijo Thalia—. Estás asustándola—

—¡Eh, que tengo las pezuñas limpias! —

—Bianca —tercio Percy—, hemos venido a ayudaros. Tenéis que aprender a sobrevivir. El
doctor Espino no va a ser el último monstruo con que os tropecéis. Tenéis que venir al
campamento—

—¿Qué campamento? —

—El Campamento Mestizo. El lugar donde los mestizos aprenden a sobrevivir. Podéis venir
con nosotros y quedaros todo el año, si queréis—

—¡Qué bien! ¡Vamos! —exclamó Nico.

—Espera. —Bianca meneó la cabeza—. Yo no... —

—Hay otra opción —intervino Zoë.

—No, no la hay —dijo Thalia.

Las dos se miraron furibundas, con un claro odio entre ellas. Draco se puso la mano en el
puente de su nariz bufando molesto, Artemisa le dio una mirada calculadora a la distancia
que Draco simplemente siguió ignorando.

—Ya hemos abrumado bastante a estos críos —zanjó Artemisa—. Zoë, descansaremos aquí
unas horas. Levantad las tiendas. Curad a los heridos. Recoged en la escuela las pertenencias
de nuestros invitados—

—Sí, mi señora—

—Y tú, Bianca, acompáñame. Quiero hablar contigo—

—¿Y yo? —preguntó Nico.

Artemisa lo examinó un instante.

—Tú podrías enseñarle a Grover cómo se juega a ese juego de cromos que tanto te gusta.
Grover se prestará con gusto a entretenerte un rato... como un favor especial hacia mí—
Grover estuvo a punto de trastabillar.

—¡Por supuesto! ¡Vamos, Nico! —

Los dos se alejaron hacia el bosque, hablando de energía vital, nivel de armadura y cosas así,
típicas de chiflados informáticos. Artemisa echó a caminar por el borde del acantilado con
Bianca, que parecía muy confusa. Las cazadoras empezaron a vaciar sus petates y montar el
campamento.

Zoë le lanzó una nueva mirada furibunda a Thalia y se fue a supervisarlo todo.

En cuanto se hubo alejado, Thalia pateó el suelo con rabia.

—¡Qué caraduras, estas cazadoras! Se creen que son tan... ¡Aggg! —

—Estoy contigo —asentía Percy—. No me fío... —

—¿Así que estás conmigo? —Se volvió hecha un basilisco—. ¿Y en qué estabas pensando en
el gimnasio? ¿Creías que ibas a poder tú solo con Espino? ¡Sabías muy bien que era un
monstruo! —

—Yo... —

—Si hubiéramos permanecido juntos habríamos acabado con él sin que intervinieran las
cazadoras. Y Annabeth tal vez seguiría aquí. ¿No lo has pensado? —

Percy apretó los dientes.

Draco bufa llamando la atención de ambos.

—Pelear no resuelve nada, si queremos buscar a Annabeth, debemos mantener la calma—su


voz suena firme contra ambos, que lo ven de forma molesta, pero Draco mantiene el mentón
en alto.

Imagínate.

Tiene que ser mediador, el mundo es una locura sin duda.

Ve de reojo a Artemisa a la distancia con Bianca, arruga el ceño sin entender porque se siente
incómodo al respecto.

Las cazadoras montaron el campamento en unos minutos. Siete grandes tiendas, todas de
seda plateada, dispuestas en una medialuna alrededor de la hoguera. Una de las chicas sopló
un silbato plateado. De inmediato, del bosque surgieron unos lobos blancos que empezaron a
rondar en círculo alrededor del campamento, como un equipo de perros guardianes. Las
cazadoras se movían entre ellos y les daban golosinas sin ningún miedo, pero yo decidí no
alejarme de las tiendas. Había halcones observándonos desde los árboles con los ojos
centelleantes por el resplandor de la hoguera, y Draco tenía la sensación de que también ellos
estaban de guardia. Incluso el tiempo parecía doblegarse a la voluntad de la diosa. El aire
seguía frío, pero el viento se había calmado y ya no nevaba, con lo que resultaba casi
agradable permanecer junto al fuego.

Pudo notar como Percy y Thalia en lugares opuestos, estaban con sus propias culpas.

Al cabo de un rato, Grover y Nico regresaron de su paseo. Una de las cazadoras les trajo sus
mochilas y Grover ayudó a curar el hombro de Percy.

—¡Lo tienes verde! —comentó Nico, entusiasmado.

—No te muevas —me ordenó Grover—. Toma, come un poco de ambrosía mientras te
limpio la herida—

Nico se puso a hurgar en su propia mochila, que por lo visto las cazadoras habían llenado con
todas sus cosas (aunque Draco no tenía ni idea de cómo se habrían colado sin ser vistas en
Westover Hall). Sacó un montón de figuritas y las dejó sobre la nieve. Eran réplicas en
miniatura de los dioses y los héroes griegos, entre ellos Zeus con un rayo en la mano, Ares
con su lanza, y Apolo con el carro del sol.

—Buena colección —le dijo Percy.

Nico sonrió de oreja a oreja.

—Casi los tengo todos, además de sus cromos holográficos. Sólo me faltan unos cuantos muy
raros.

—¿Llevas mucho tiempo jugando a este juego? —

—Sólo este año. Antes... —Frunció el ceño.

—¿Qué? —le pregunté.

—Lo he olvidado. Es extraño. —Parecía incómodo, pero no le duró mucho—. Oye, ¿me
enseñas esa espada que has usado antes? —

Percy saco a Contracorriente y le explico cómo pasaba de ser un bolígrafo a una espada
cuando le quitabas el capuchón.

—¡Qué pasada! ¿Nunca se le acaba la tinta? —

—Bueno, en realidad no lo utilizo para escribir—

—¿De verdad eres hijo de Poseidón? —

—Pues sí—

—Entonces sabrás hacer surf muy bien—


Percy mira a Grover, que hacía esfuerzos por contener la risa, Draco por otro lado se sujetaba
la frente comenzando a cansarse en las preguntas del mocoso. Había tenido más años cuando
fue al campamento mestizo y sabe que fue mucho más insoportable que este niño en su
momento, eso no evita que en este momento se sienta molesto.

—¡Jo, Nico! —le dijo—. Nunca lo he probado—

Él siguió haciendo preguntas. ¿Percy peleaba mucho con Thalia, dado que era hija de Zeus?
(Ésa no la respondió, aunque Draco dijo que “si” ganando una mala mirada de este.) Si la
madre de Annabeth era Atenea, la diosa de la sabiduría, ¿cómo no se le había ocurrido nada
mejor que tirarse por el acantilado? (Draco no se contuvo y golpeo la cabeza del niño que se
quejó.) ¿Annabeth era novia de Percy? (Grover no dejo de reírse cuando Draco amablemente
dijo que ellos “aún no eran novios”, aunque hizo énfasis de que algo más había ahí), Nico
parecido algo desanimado aunque no parecía darse cuenta.

—¿También eres un semidios? — pregunto Nico viéndolo de reojo de forma un poco


despectiva comparado a la admiración que tenía por Percy o Thalia—¿Tienes padre divino?
¿Por qué no luchaste? ¿Eres débil? —las preguntas hicieron a Percy sonreírle con maldad
ahora que era el centro de atención.

Draco sonrió tensamente listo para golpear al niño.

De nuevo, pero entonces se nos acercó Zoë Belladona.

—Percy Jackson y Draco Malfoy—

Zoë tenía ojos de un tono castaño oscuro y una nariz algo respingona. Con su diadema de
plata y su expresión altanera, parecía un miembro de la realeza. Ella les observó con
desagrado, como si fuese una bolsa de ropa sucia que le habían mandado recoger.

—Acompañadme —me dijo—. La señora Artemisa desea hablar con ambos—

Les guio hasta la última tienda, que no parecía diferente de las otras, y les hizo pasar. Bianca
estaba sentada junto a la chica del pelo rojizo. Era difícil pensar en ella como en la diosa
Artemisa. El interior de la tienda era cálido y confortable. El suelo estaba cubierto de
alfombras de seda y almohadones. En el centro, un brasero dorado parecía arder solo, sin
combustible ni humo. Detrás de la diosa, en un soporte de roble, reposaba su enorme arco de
plata, que estaba trabajado de tal manera que recordaba los cuernos de una gacela. De las
paredes colgaban pieles de animales como el oso negro, el tigre y otros que no supe
identificar.

Le pareció que había otra piel tendida a su lado y, de repente, advirtió que era un animal vivo:
un ciervo de pelaje reluciente y cuernos plateados, que apoyaba la cabeza confiadamente en
su regazo.
—Siéntense con nosotras, Percy Jackson y Draco Malfoy—dijo la diosa.

Draco tomo asiento con Percy en el suelo frente a ella, siente que debería decir algo, pero
realmente no quiere hablar con un olimpo. La diosa les estudió con atención, cosa que a
Draco incomodaba. Tenía una mirada viejísima para ser una chica tan joven.

Noto de forma preocupada, su atención pasando más en él.

No le agrado la idea de que un dios lo viera de esa forma, pero el propio Hades había
mostrado curiosidad por Draco.

—¿Les sorprende mi edad? —les preguntó.

—Eh... un poco—admitió Percy.

Draco se encogió de hombros sin querer aportar nada.

—Puedo aparecer como una mujer adulta, o como un fuego llameante, o como desee. Pero
esta apariencia es la que prefiero. Viene a ser la edad de mis cazadoras y de todas las jóvenes
doncellas que continúan bajo mi protección hasta que se echan a perder—

—¿Cómo...? —

—Hasta que crecen. Hasta que enloquecen por los chicos, y se vuelven tontas e inseguras y
se olvidan de sí mismas—

—Ah—sabias palabras Percy.

Draco por otro lado miro con curiosidad a su alrededor, se preguntó si Artemisa sabría que
Draco comenzaba a entrar a la edad donde también se volvía loco por niños.

Irónico.

Zoë se había sentado a su derecha y los miraba de un modo furibundo, como si ellos fuesen
los culpables de todos los males que Artemisa había descrito. Como si la mera noción de ser
un chico la hubiera inventado alguno de ellos.

Piensa en Annabeth, su rostro se frunce en preocupación.

—Has de perdonar a mis cazadoras si no se muestran muy amigables contigo—dijo Artemisa


—. Es rarísimo que entren chicos en este campamento. Normalmente les está prohibido el
menor contacto con las cazadoras. El último que pisó el campamento... —Miró a Zoë—.
¿Cuál fue? —

—Ese chico de Colorado. Lo transformasteis en un jackalope, mi señora—

—Ah, sí —asintió Artemisa, satisfecha—. Me gusta hacer jackalopes, ya sabes, ese animal de
la mitología americana, mezcla de liebre y antílope. En todo caso, te he llamado para que me
hables un poco más de la mantícora. Bianca me ha contado algunas de las cosas inquietantes
que el monstruo dijo. Pero quizá ella no las haya entendido bien. Quiero oírlas de tus labios

Percy hablo mientras Draco permanecía en silencio, todo ese tiempo Artemisa pasaba más su
mirada sobre Draco y él regreso la sonrisa bastante incomoda.

Cuando Percy termino, Artemisa puso una mano en su arco, pensativa.

—Ya me temía que tendría que usarlo—

Zoë se echó hacia delante.

—¿Lo decís por el rastro, mi señora? —

—Sí—

—¿Qué rastro? —pregunto Draco al fin curioso.

—Están apareciendo criaturas que yo no había cazado en milenios —murmuró Artemisa—.


Presas tan antiguas que casi las había olvidado. —le miró fijamente—. Vinimos aquí ayer
noche porque detectamos la presencia de la mantícora. Pero ése no era el monstruo que ando
buscando. Vuelve a repetirme lo que dijo el doctor Espino exactamente—

—Eh... «Me horrorizan los bailes de colegio.» —todos voltearon a ver a Percy indignados,
este se sonrojo abochornado.

—No, no. Después de eso—

—Dijo que alguien llamado el General me lo iba a explicar todo—

Zoë palideció. Se volvió hacia Artemisa y empezó a decirle algo, pero la diosa alzó una
mano.

—Continúa, Percy—

—Bueno, entonces se refirió al Gran Despertador... —

—Despertar —le corrigió Bianca.

—Eso. Y dijo: «Pronto tendremos al monstruo más importante de todos. El que provocará la
caída del Olimpo.» —

La diosa permanecía tan inmóvil como una estatua.

—Quizá mentía —sugirió Percy.

Artemisa meneó la cabeza, Draco tampoco pensaba que eso fuera real.

—No, no mentía. He sido demasiado lenta en percibir los signos. Tengo que cazar a ese
monstruo—
Haciendo un esfuerzo para no parecer asustada, Zoë asintió.

—Saldremos de inmediato, mi señora—

—No, Zoë. Esto he de hacerlo sola—

—Pero Artem... —

—Es una tarea demasiado peligrosa incluso para las cazadoras. Tú ya sabes dónde debo
empezar la búsqueda, y no puedes acompañarme allí—

—Como... como deseéis, mi señora—

Draco pensó que esto era ridículo y una pésima idea, los olimpos hasta ahora no han
demostrado ser útiles en hacer las cosas solas, Zeus perdió su rayo y no pudo recuperarlo por
su cuenta.

Hades perdió su casco también.

—Hallaré a esa criatura —prometió Artemisa—. Y la traeré de vuelta al Olimpo para el


solsticio de invierno. Será la prueba que necesito para convencer a la Asamblea de Dioses del
peligro que corremos—

—¿Y usted, señora, sabe de qué monstruo se trata? —pregunto Percy curioso.

Artemisa agarró su arco con fuerza.

—Recemos para que esté equivocada—

—¿Una diosa puede rezar? —dijo Draco con burla, Artemisa le vio curiosa.

La sombra de una sonrisa aleteó por sus labios, molesto, no quería hacerla sonreír.

—Antes de irme, Percy Jackson, tengo una tarea para ti—Draco no ignoro que no se le había
dicho nada a él.

—¿Incluye acabar convertido en un jackalope de ésos? —

—Lamentablemente, no. Quiero que escoltes a las cazadoras hasta el Campamento Mestizo.
Allí permanecerán a salvo hasta mi regreso—

—¿Qué? —soltó Zoë y Draco sintió empatía porque tampoco las quería ahí, aunque son
útiles—. ¡Pero Artemisa! Nosotras aborrecemos ese lugar. La última vez... —

—Ya lo sé —respondió la diosa—. Pero estoy segura de que Dioniso no nos guardará rencor
por un pequeño, eh... malentendido. Tenéis derecho a usar la cabaña número ocho siempre
que la necesitéis. Además, tengo entendido que han reconstruido las cabañas que vosotras
incendiasteis—

Zoë masculló algo sobre estúpidos campistas.


No todos eran tan estúpidos.

Usualmente.

—Y ya sólo queda una decisión que tomar. —Artemisa se volvió hacia Bianca—¿Te has
decidido ya, niña? —

Bianca vaciló.

—Aún me lo estoy pensando—

—Un momento —dijo Percy confundido—. ¿Pensarse qué? —Draco ve todo como un
partido de ping-pong, lo cual ahora sabe porque Sally le mostro uno.

Fue aburrido, aunque un buen ejercicio de cuello.

—Me han propuesto... que me una a las cazadoras—dice la niña y los ojos de Draco se abren
incrédulos.

—¿Cómo? ¡Pero no puedes hacerlo! Tienes que ir al Campamento Mestizo y ponerte en


manos de Quirón. Es el único modo de que aprendas a sobrevivir por tus propios medios—

—¡No es el único modo para una chica! —dijo Zoë.

No podía creer lo que estaba oyendo.

Pero por algo diferente.

Miro todo horrorizado.

—¡Bianca, el campamento es un sitio guay! Tiene un establo de pegasos y un ruedo para


combatir a espada... Quiero decir, ¿qué sacas uniéndote a las cazadoras? —

—Para empezar —repuso Zoë—, la inmortalidad—

—¿Está de broma, no? —Percy y Zoe estaban en medio de un concurso.

—Zoë raramente bromea —dijo Artemisa—. Mis cazadoras me siguen en mis aventuras. Son
mis servidoras, mis camaradas, mis compañeras de armas. Una vez que me han jurado
lealtad, se vuelven inmortales, sí. Salvo que caigan en el campo de batalla, cosa muy
improbable, o que falten a su juramento—

—¿Y qué han de jurar? —pregunto Draco tenso.

Su mente a mil por hora, pensando sobre lo que iba a suceder.

—Que renuncian para siempre al amor romántico —dijo Artemisa—. Que no crecerán ni
contraerán matrimonio. Que seguirán siendo doncellas eternamente—

—¿Cómo usted, señora? —


La diosa asintió viéndolo fijamente.

—O sea que usted recorre el país reclutando mestizas... —

—No sólo mestizas —le interrumpió Zoë—. La señora Artemisa no discrimina a nadie por su
nacimiento. Todas aquellas que honren a la diosa pueden unirse a nosotras. Mestizas, ninfas,
mortales... —

—¿Y tú qué eres? —pregunto Percy de forma indiscreta.

Un relámpago de cólera cruzó su mirada.

—Eso no es de vuestra incumbencia. La cuestión es que Bianca puede unirse a nosotras si lo


desea. La decisión está en sus manos—

—¡Es una locura, Bianca! —le dijo Percy—. ¿Y qué pasa con tu hermano? Nico no puede
convertirse en cazadora—

—Desde luego que no —dijo Artemisa—. El irá al campamento. Por desgracia, es lo máximo
a lo que puede aspirar un chico—

—¡Eh! —protesto Percy.

—Podrás verlo de vez en cuando —le aseguró Artemisa a Bianca—. Pero ya no tendrás
ninguna responsabilidad sobre él. Los instructores del campamento se harán cargo de su
educación. Y tú tendrás una nueva familia. Nosotras—

—Una nueva familia —repitió Bianca con aire de ensoñación—. Sin ninguna responsabilidad

—Bianca, no puedes hacerlo —insistió Percy alterado—. Es una locura—

Ella miró a Zoë.

—¿Vale la pena? —

Zoë asintió.

—Sí—

—¿Qué tengo que hacer? —parecía tan segura y desesperada, Draco se puso de pie
rápidamente indignado, atrayendo la atención de todos.

Por primera vez Artemisa no lo vio curiosa, casi parecía molesta por la interrupción, pero se
puso frente a Bianca con el rostro blanco de ira, porque ella iba hacer esto. La chista de
molestia lo inundo de alguna forma que no pudo comprender.

Pensó en sus padres.

Como su madre lo abrazaba cada que llegaba en vacaciones.


Su padre que le decía que estaba orgulloso cuando no eran unidos por sangre, pero era su
padre y él era su hijo.

Pensó en Sally Jackson quien era alguien de su familia.

En Percy cuyo vinculo lo hizo suyo de forma sobrenatural.

Annabeth y Lavender que sonreían a su alrededor.

Draco se pregunta un instante, como el niño que hace unos años vino a este campamento, que
no le importaban los demás, ahora ha cambiado tanto; como la idea de fallarle a sus seres
queridos, ahora parece una aberración.

Y que alguien más lo haga, le enferma tanto.

—Vas abandonarlo, cambiar de familia, sin pensarlo o sin intentar discutirlo con él—sus
palabras hacen que Bianca se congele, viéndolo sorprendida, una especie de culpa que intenta
apagar levantándose luciendo también desafiante—vas a dejar a un niño solo porque eres una
idiota que ni siquiera se ha sentado para pensarlo más de una hora—añade de forma frívola.

Vale cuando su madre le dijo que era un semidios no fue el mejor momento, de un día a otro
estaba en otro lado del mundo y tomo mucho el conocer parte de la historia totalmente. Esta
seguro que todo ha pasado muy rápido para Bianca y Nico, pero eso no significa que su
hermana decidiera que, a partir de ahora, simplemente va irse sin siquiera hablarlo con el
pobre niño amante de las cosas geeks.

Quien claramente cree que él es patético.

Pero no importa.

Recuerda la mirada emocionada de Nico y puede identificarse un poco a su edad, donde todo
es nuevo, donde aun se confiaban en otros.

—Tu no entiendes nada, no sabes lo que he sufrido—gruñe la niña molesta, a lo cual Draco
se siente rojo de la ira.

Esta mocosa le enferma.

Percy a su lado intenta tomar su brazo, lo empuja y aunque este parece intentar (torpemente)
darle alguna emoción tranquilizadora, las ignora.

Solo siente sus propias emociones.

—Es un niño de 10 años—había tenido doce en el campamento, y todo había sido demasiado,
había estado solo.

Van a dejar a un pobre niño solo.

Bianca se sonroja furiosa.


—Y yo tengo 12, lo he estado cuidando por años, he sido la responsable por años, porque mis
padres no están…no sabes que pase para cuidarlo—grita Bianca molesta, como si nadie la
viera a ella, como si solo vieran a la hermana mayor de Nico.

Si.

Tal vez si pensaba en Bianca, solo en Bianca podría pensar que era triste, podría intentar
pensar las responsabilidades de una niña tan joven que no debería tener; podría sentir empatía
si quisiera.

No lo hizo.

Porque Draco vio en Nico un poco de él, mismo, Lucius no tenía responsabilidad de cuidarlo
como hijo, pero lo hizo, su madre pudo haberlo tratado diferente por sus raíces, pero lo crio
con todo el amor de su vida; Sally Jackson pudo haber elegido no darle un hogar, pero en
cambio lo abrazo con cariño durante todo el tiempo que estuvo con ellos. Percy, Annabeth y
Lavender lo habían elegido a él, no lo abandonarían.

Familia.

Eran suyos.

—Es tu responsabilidad—indica con decepción, a lo cual Bianca se ve furiosa, Zoe y


Artemisa hacen muecas molestas, pero nadie dice nada.

—¡YO NO LA PEDI! —indica casi al borde del llanto la niña.

Si.

Es cruel.

Pero no puede verlo, solamente puede pensar en el niño fuera de la cabaña, cuya hermana no
ha volteado a ver ni un momento desde que se encontraron a las cazadoras, desde que alguien
más pudo cuidarlo y eso hizo que algo frio helara su pecho.

—No lo pediste, nadie pidió esto, ¿crees que alguien del campamento mestizo pidió ser un
semidios? —extiende su mano indignado—nadie pidió monstruos en sus espaldas e intentos
de muerte cada segundo del día, pero los estúpidos olimpos solamente hacen lo que quieren
—Artemisa puso su rostro de furia y Zoe parecía querer dar un paso hacía él, Draco la ignoro
—Artemisa va usarte como cualquier olimpo a la redonda, pero no te importa, solamente
quieres dejar a tu hermano pequeño al cuidado de alguien más y tomarías cualquier opción
con tal de no ser hermana de alguien—no lo sabe, solo quiere herirla y funciona.

—Draco—advierte Percy preocupado, pero lo ignora solo viendo a Bianca.

—Quieres ganar la lastima de otros pensando que has hecho mucho, sabes que, espero que
seas una cazadora inmortal y que tengas una larga vida para una única cosa—pincha el pecho
de la niña empujándola con desdén—para que cada día de tu patética existencia recuerdes
que te dieron a elegir, y que tú no dudaste en elegir a alguien más que tu familia de sangre,
que viste la oportunidad más cobarde y patética para librarte en alguien que tiene toda su
confianza puesta en ti y elegiste fallarle—sisea con todo el desprecio que puede.

Atacando a la yugular.

Si.

Percy pensaba que era una buena persona, que había cambiado y tal vez lo hizo, pero sigue
siendo un Slytherin de corazón que puede destruir solamente usando las palabras que saben
que duele.

Por el dolor en los ojos de Bianca, puede suponer que realmente le interesa Nico.

No importa.

Va a traicionarlo.

Abandonarlo.

Y Draco no es tan bueno para intentar animarla a eso.

—Malfoy—la voz atronadora de Artemisa suena como si quisiera detenerlo, una advertencia;
no le importa, Hades es más aterrador—si no tienes nada que aportar, te pido amablemente
que te marches de aquí—añade con voz que no permite ninguna otra replica.

Se ríe.

Todos parecen tensos y Draco solo sonríe con maldad hacía Bianca, antes de darle una
sonrisa perezosa a Artemisa.

—Casi me haces pensar que te importa esta niña—dice Draco con diversión a Artemisa, Zoe
gruñe—pero no olvidemos que todo este tiempo había estado en peligro y solamente ahora,
que es curiosamente una posible semidiosa apareciste a rescatarla…si claro…importante
como una nueva familia; todos los olimpos son unos arrogantes—mira de reojo a Bianca que
parece casi al borde de llorar y le encanta la sensación de poder sobre él ante eso—disfruta de
tu nueva familia, tal vez tengas razón en elegirlas, son exactamente para ti…de la peor
manera posible—añade con burla antes de salir del lugar a paso firme con el mentón en alto.

Lo primero que ve al salir son las cazadoras, a las cuales le da una mala mirada, antes de
notar a Grover que parece preocupado con Nico a su lado, que no sabe que su hermana acaba
de abandonarlo.

Este lo ve con grandes ojos curiosos.

Draco es un cobarde cuando se aleja de todos y se sienta contra un árbol viendo al cielo, toma
el tiempo libre para enviar un mensaje Iris a sus padres; parecen decepcionados de la idea de
no volver a verlo pronto cuando les explica que su amiga desapareció.

No sabe cuánto tiempo va a durar aquí.


El rostro de su padre preocupado se queda en el corazón de Draco el resto de la noche.

Se preocupan por él.

Lo aman.

Es lo que una familia debe ser.

Bianca acepta convertirse en una cazadora, Draco la odia por eso.

Se dan miradas congeladas cuando sale de la tienda de las cazadoras, esta no va hacía Nico,
la palabra “cobarde” casi se desliza de sus labios.

No es un problema suyo.

Conocer a Apolo fue…decepcionante. Conocer a los dioses del olimpo de las historias de su
madre, en realidad no eran tan fantásticos como esperaba.

Parecía tener diecisiete o dieciocho años y, por un segundo, tuvo la incómoda sensación de
que era Luke. El mismo pelo rubio rojizo; el mismo aspecto saludable y deportivo. Pero no.
Era más alto y no tenía ninguna cicatriz en la cara, como Luke. Su sonrisa resultaba más
juguetona. (Luke no hacía más que fruncir el ceño y sonreír con desdén últimamente.) El
conductor del Maserati iba con téjanos, mocasines y una camiseta sin mangas.

Al igual que Artemisa le dio una mirada de reojo, solo para fruncir el ceño como si viera algo
asqueroso.

Solo a él.

A Draco.

A nadie más.

Perfecto ya era odiado, ni siquiera sabe porque se sorprende.

Hubo presentaciones incomoda, hubo versos japoneses, hubo mucha indiferencia de Artemisa
a su hermano y luego los señalo.

—No hay problema. —les echó un vistazo—. Veamos... Tú eres Thalia, ¿verdad? Lo sé todo
sobre ti—

Ella se ruborizó.
Niñas, piensa Draco aburrido, era atractivo no lo niega, pero era un olimpo; que asco.

—Hola, señor Apolo—

—Hija de Zeus, ¿no? Entonces somos medio hermanos. Eras un árbol, ¿cierto? Me alegra que
ya no. No soporto ver a las chicas guapas convertidas en árboles. Recuerdo una vez... —

—Hermano —lo atajó Artemisa—. Habrías de ponerte en marcha—

—Ah, sí. —Y me miró a mí, entornando los ojos—. ¿Percy Jackson? —

—Aja. Digo... sí, señor. —

Apolo le observó detenidamente, pero no dijo una palabra, luego lo vio a él, otra vez hizo una
mueca de desprecio.

Draco levanto el mentón de forma retadora mientras se cruzaba de brazos, incluso si era
probable que no tuviera ninguna oportunidad contra este; ni siquiera podría ganarle a Percy
aun en una batalla.

—Draco Malfoy si, la sorpresa del campamento—dice este con un poco de molestia
contenida, antes de ver de reojo a Artemisa de brazos cruzados viéndolo también molesta;
probablemente por lo que hizo con Bianca, que se jodieran.

—¿Sorpresa? —pregunta con descaro, a lo cual Apolo solamente frunce el ceño.

—Eres alguien anormal—eso sonaba horrible, Percy a su lado hace una mueca de lastima y
Nico se ríe algo divertido—es raro que un semidios salga de nuestro radar, incluso sin ser
reclamado por su padre divino, tu persona es anormal porque incluso mis profecías no
pueden verte—no estaba seguro de si eso era bueno o malo.

Artemisa lo interrumpió carraspeando a lo cual Apolo solo dejo de verlo y siguió sonriendo.

No volvió a verlo durante todo el viaje.

Se quedo de brazos cruzados pensativo, no todo el viaje por supuesto, Nico no dejaba de
hacer preguntas y luego Apolo tuvo la gran idea de que Thalia debería intentar conducir el
coche; el cual, a pesar de las inquietantes formas de Apolo de no quererlo pasivamente, era
bastante decente.

Thalia quemo un pueblo.

Y casi el campamento mestizo.

Regresar al campamento fue casi como regresar a la casa Jackson, fue una extraña sensación
de tranquilidad a la hora de regresar a casa. Todos tenían que ir con Quirón, Percy no dejaba
de verlo de reojo con Grover preocupados por él, pero no tenían por qué estarlo, Annabeth
era la que estaba desaparecida. Draco solamente suspira intentando que el vínculo entre
ambos funcione de alguna manera, pero todo era vacío del otro lado, tal vez la niña seguía
inconsciente donde quiera que estuviera.

No era una buena señal.

El campamento parecía casi vacío, Draco sabía que la mayoría de los mestizos se entrenaban
sólo en verano. Ahora únicamente quedaban los que pasaban allí todo el año: los que no
tenían un hogar adónde ir o los que habrían sufrido demasiados ataques de los monstruos si
hubieran abandonado el campamento. Pero incluso ese tipo de campistas parecían más bien
escasos.

Charles Beckendorf, de la cabaña de Hefesto, avivaba la forja que había junto al arsenal. Los
hermanos Stoll, Travis y Connor, de la cabaña de Hermes, estaban forzando la cerradura del
almacén. Varios chicos de la cabaña de Ares se habían enzarzado con las ninfas del bosque en
una batalla de bolas de nieve. Y nada más, prácticamente.

La Casa Grande estaba decorada con bolas de fuego rojas y amarillas que calentaban el
porche sin incendiarlo. Dentro, las llamas crepitaban en la chimenea. El aire olía a chocolate
caliente. El señor D, director del campamento, y Quirón se entretenían jugando una partida de
cartas en el salón.

Quirón llevaba la barba más desgreñada en invierno y algo más largo su pelo ensortijado.
Ahora no tenía que adoptar la pose de profesor y supongo que podía permitirse una
apariencia más informal. Llevaba un suéter lanudo con un estampado de pezuñas y se había
puesto una manta en el regazo que casi tapaba del todo su silla de ruedas.

Nada más verlos, sonrió.

—¡Percy! ¡Thalia! Y éste debe de ser... —

—Nico di Angelo —dijo Percy—. Él y su hermana son mestizos—

Quirón suspiró aliviado.

—Lo habéis logrado, entonces—

—Bueno... —

Su sonrisa se congeló.

—¿Qué ocurre? ¿Y dónde está Annabeth? —

—¡Por favor! —dijo el señor D con fastidio—. No me digáis que se ha perdido también—

Draco gruñe, sintiéndose de mal humor tanto por él como por Percy, así que sale a
trompicones del lugar, un poco mal de decepcionar a Quirón, pero queriendo un tiempo a
solas desesperadamente.
Camino tranquilamente hasta donde había la fogata del campamento, a pesar de la falta de
personas, había una niña ahí que en ocasiones había visto Draco. Parecía tener 8 años y
aunque dudaba si había luchado contra ella en las usuales luchas por la bandera, Draco cree
en sus memorias haberla visto en ocasiones en la fogata cuando pasaba por ahí.

Quería estar a solas.

Pero la niña pelirroja no parecía hablar con nadie y Draco pensó que era lo mejor estar cerca,
hasta que decidieran que harían con Annabeth.

Soltó un suspiro demasiado ruidoso viendo al cielo, casi quería solamente gritar o lanzarse al
lago de forma voluntaria; curioso porque odiaba estar en el océano.

—Ten—Draco levanta la mirada cuando la niña a su lado le pasa un trozo de chocolate, que
acepta con un poco de incredulidad.

No diría nunca que no al chocolate.

Ve a la niña, esta regresa su mirada a la hoguera.

—Gracias—dice con algo de torpeza, quitando el envoltorio del chocolate para darle una
mordida.

Casi puede jurar que nunca ha probado un chocolate más delicioso que este, y eso que su
madre suele enviarle chocolates de Paris cuando se los pide. Gimotea un poco con el
chocolate en la boca, pensando que siente un poco de paz dentro de las locuras de las últimas
24 horas.

Lleva la mitad del chocolate cuando ve la hoguera, por lo cual suspira antes de tomar un
cuarto del chocolate entre sus manos.

No va a darle nada a su padre, o no nada sin un insulto así que piensa en quien darle sus
palabras.

Artemisa y Apolo descartados.

Hades…no tan tentado.

“Hestia el único olimpo que vale la pena, no tengo pruebas, pero tampoco dudas”

Lanza el chocolate al fuego, provocando que este cambie un momento de colores, antes que
parezca que se eleva al cielo su ofrenda. Escucha una risa a su lado, volta a ver a la niña de
cabello rojo que parece reírse, aunque Draco se sonroja ligeramente, duda que la niña tenga
algún poder divino que le permita leerle la mente.

Aunque nunca se sabe, los olimpos son raros.

—Sabes, me gusta mucho el chocolate, aunque una vez casi quemo mi casa al hacerlo—dice
la niña con un suspiro y Draco le entiende un poco.
Es un pésimo cocinero.

Revisa la mochila a su lado, la cual no ha podido ir a dejar a la cabaña de Hermes, esperando


encontrar una de las galletas que Sally le había dado durante el viaje. Dado que la niña le
había dado el mejor chocolate que ha probado en el mundo, siente que puede compensarla
con algo de la misma calidad.

Esta parpadea sorprendida cuando pone algunas galletas en su mano.

—No me veas así, tu chocolate es bueno, claramente no soy tan idiota (no importa que diga
Clarisse) para no pagar la generosidad de otros—farfulla indignado de que alguien se le
ocurriera dar algún rumor de él como en su primer verano.

Pensó que ya habían caminado hacía delante de eso.

La niña sigue pareciendo sorprendida, antes de sonreír y abrazar las galletas.

—Muchas gracias Draco Malfoy, acepto ambos regalos—dice con una sonrisa infantil, a lo
cual Draco ladea la cabeza confundido.

¿Ambos regalos?

Solo le dio un par de galletas.

—¡Hey Draco! ¿Con quién hablas? —pregunta la voz de Percy, quien parece algo
malhumorado mientras salía de la gran cabaña principal.

Draco lo ve confundido, pero cuando voltea a su derecha, la niña parece haberse esfumado.

Raro, incluso para él.

Percy ignora un poco su confusión luciendo incomodo, diciendo que por ahora no buscaran a
Annabeth y tienen que jugar a la bandera, Draco se amargo tanto como su amigo.

Este lugar era una locura.

¿Buscar la bandera?

¿En serio?

No sabe que es peor si la idea de no poder salir a buscar a Annabeth, o Percy y Thalia
intentando hacer equipo como capitanes cuando jugaran a la bandera, ambos podrían ser
igual de malos. Pero lo peor resulto Nico Di Angelo como nuevo miembro de la cabaña de
Hermes, al menos los hermanos Stoll tenían alguien a quien atacar, lo malo es que el niño
estaba pegado a su lado.
A pesar que según sus palabras textuales “No era tan genial ni un héroe como Percy”, Draco
quiso lanzarlo por la ventana.

No pudo.

Travis pareció que sería divertido dejar que la cama a su lado ahora fuera de Nico, lo que
hizo al niño saltar y hablar por al menos 30 minutos seguidos sobre Mitomagia antes de la
cena. Ahora sabe más de lo que le gustara el juego, Mitomagia es un juego de cartas con
cromos y estatuillas coleccionables de la mitología griega. También hablo sobre 10 minutos
enteros sobre la carta de Ares, Cólera sangrienta: Salud infinita de 3 rondas.

Demasiadas veces.

También dijo que era asombroso y Draco rodo los labios, en persona, aunque no lo había
visto amenazo a Percy, así que tal vez no era tan genial.

Durante la cena quiso ir con Percy, pero los hermanos Stoll lo obligaron a quedarse en su
mesa, porque parecía ser una fuente de entretenimiento para Nico, quien creía que la
mitomagia era mejor que el póker, dudaba que alguno fuera mejor que el otro.

—Mira Draco, tienes que ver esta carta—puso en su frente la carta de Zeus y Draco solo se
mordió los labios para no gruñir que era el peor olimpo de todos.

Robaron su rayo y culpo a todos menos su negligencia.

¿Cómo puede ser el líder?

La única mesa donde parecían pasárselo bien era la de Artemisa. Las cazadoras bebían y
comían y no paraban de reírse como una familia feliz. Zoë ocupaba la cabecera, con aires de
mamá clueca. Ella no se reía tanto como las demás, pero sonreía de vez en cuando. Su
diadema plateada de lugarteniente relucía entre sus trenzas oscuras.

Bianca daba la impresión de divertirse muchísimo. Se había empeñado en aprender a echar


un pulso con una de las cazadoras, la que se había peleado en la pista de baloncesto con un
chico de Ares. La otra la derrotaba una y otra vez, pero a ella no parecía importarle.

Ni siquiera volteo a ver a Nico una vez.

Volteo a ver al niño, que parecía tímidamente jugando con su carta, viendo algunas veces a
Bianca con duda y eso hizo que al final su existencia fuera más molesta.

—¿Hay alguna carta de Heracles? —pregunta conteniendo su deseo de mantener el silencio,


pero no logro hacerlo, el rostro de Nico se ilumino más mientras buscaba en su enorme mazo
otra carta que luego empujo al rostro de Draco.

Se estaba ablandando, que asco.

No hay espacio personal aquí o algo así.

Suspiro.
De reojo pudo notar a Percy lucir pensativo, ambos intercambiaron una mirada que dice que
estaban pasando un mal momento. Nico salto contra él señalando otra carta y Draco tuvo que
tener que mantener su concentración en este, quien parecía algo perdido sin su hermana, pero
siendo una energía interminable a su lado.

Cuando terminaron de comer, Quirón hizo el brindis habitual dedicado a los dioses y dio la
bienvenida formal a las cazadoras de Artemisa. Los aplausos que sonaron no parecían muy
entusiastas. Luego anunció el partido de capturar-la bandera que se celebraría en su honor al
día siguiente por la noche, lo cual tuvo una acogida mucho más calurosa.

Después desfilamos hacia las cabañas.

En invierno se apagaban las luces muy temprano.

—Mira esta carta Draco—salto Nico sobre su cama, aunque ya las luces se apagaron y juro
escuchar la risa de los hermanos Stoll a lo lejos.

Draco gruño contra la almohada un momento, antes de hacerse un lado y dejar al niño
sentarse a su lado para hablar de cartas hasta que se durmió; por un momento pensó que tal
vez el niño nunca había dormido sin su hermana.

Duro solo un segundo.

Porque Draco nunca había compartido cama y cuando a media noche Nico lo empujo de una
patada dormido, Draco lo odio de todo corazón.

Al día siguiente Draco se despertó con un incómodo peso sobre sus hombros que comenzaba
a ser molesto, no sabe si es porque Nico lo golpeo fuera de la cama o siguió roncando durante
la noche intentando abrazarlo como un oso de peluche, pero fue incomodo. Movió sus
hombros una y otra vez, pero, aunque hiciera cualquier cosa, sentía como si algo estuviera
ahí, aunque no había nada.

Raro.

La pesadilla que Percy les conto el día siguiente a Draco y Grover tampoco ayudo.

—¿El techo de la cueva se desmoronó sobre ella? —pregunta Grover y Draco toca su hombro
pensativo.

—Exacto. ¿Qué narices crees que significa? —

Grover meneó la cabeza.

—No lo sé. Pero después de lo que Zoë ha soñado... —

—¿Cómo? ¿Zoë ha tenido un sueño parecido? —


—No... no lo sé con exactitud. Hacia las tres de la mañana se presentó en la Casa Grande
diciendo que quería hablar con Quirón. Parecía muerta de pánico—

—Un momento... ¿Y tú cómo lo sabes? —

Grover se sonrojó.

Percy y Draco intercambiaron miradas poco impresionadas.

—Yo había, esto... acampado cerca de la cabaña de Artemisa—

—Acosador—dijo Draco al mismo tiempo que Percy mencionaba—¿Para qué? —

—Pues... para estar cerca de ellas. —

—Eres un vulgar acosador con pezuñas— Habla Percy viéndolo con pena.

Draco suelta una ligera risa, su espalda es incómodo, pero no parece tan mal, solo algo raro;
como tener un peso extra ahí continuamente.

—¡No es cierto! Bueno, el caso es que la seguí hasta la Casa Grande, me escondí tras un
matorral y desde allí lo vi todo. Ella se enfadó muchísimo cuando Argos no la dejó pasar. Fue
bastante violento—

Argos era el jefe de seguridad del campamento: un tipo grandote y rubio, con ojos
diseminados por todo el cuerpo. Raramente se dejaba ver, a menos que sucediera algo muy
grave. No se habría atrevido a apostar en una pelea entre Argos y Zoë.

—¿Qué dijo ella? —pregunto Percy.

Grover hizo una mueca.

—Bueno, cuando se enfada se pone a hablar de esa manera anticuada y no resulta fácil
entenderla. Pero era algo así como que Artemisa estaba en un aprieto y que necesitaba a las
cazadoras. Luego le espetó a Argos que era un patán sin seso... Creo que es un insulto. Y él
llamó... —

—¡Uf!, espera. ¿Cómo va a estar Artemisa en un aprieto? —la pregunta de Percy le hace
bufar, ambos voltean a verlo y Draco levanta las manos al cielo.

—Esos idiotas a cada rato están en problemas—musita Draci y casi puede jurar escuchar un
trueno a lo lejos que hace a Grover estremecer.

No miente.

Zeus es un quejica dramático.

—Eh... Bueno, finalmente apareció Quirón en pijama y con la cola llena de rulos... —
—¿Se pone rulos en la cola? —no debería importarle la pregunta de Percy, pero en realidad
es una muy buena.

Grover se tapó la boca.

—Continúa—demanda Draco, aunque sabe que volverán a eso en el futuro, lo deja como una
nota mental en su cabeza.

—Bueno, Zoë le dijo que necesitaba su permiso para salir del campamento de inmediato.
Pero Quirón se negó. Le recordó a Zoë que las cazadoras debían quedarse hasta recibir
órdenes de Artemisa. Y ella respondió... —Grover tragó saliva—. Dijo: «¿Cómo vamos a
recibir órdenes de Artemisa si se ha perdido?» —

—¿Qué significa eso de «perdido»? ¿Que no encuentra el camino? —Percy realmente no


suele ver bien todo el panorama.

—No. Supongo que se refería a que ha desaparecido. Que se la han llevado. Que la han
raptado—

—¿Raptado? —Intento Draco asimilar la idea—. ¿Cómo van a raptar a una diosa inmortal?
¿Es eso posible? —

—Bueno, sí. Le pasó a Perséfone—

—Ya, pero ella era algo así como la diosa de las flores... —

Grover le miró ofendido.

Draco se puso una mano en su frente, antes de darle un leve zape a Percy en la nuca.

—De la primavera—

—Vale, como quieras, pero Artemisa es muchísimo más poderosa. ¿Quién sería capaz de
raptarla? ¿Y por qué? —

Grover meneó la cabeza con pesadumbre.

Ella había querido ir a buscar a algo, pensó que podría sola, pero no pudo; Draco puso una
mano en su mentón pensativo.

—No lo sé. ¿Cronos? —

—No puede ser tan poderoso aún. ¿O sí? —

La última vez que habían visto a Cronos, estaba hecho añicos. Bueno... verlo, lo que se dice
verlo, no lo habían visto exactamente. Miles de años atrás, después de la guerra entre dioses y
titanes, los dioses lo cortaron en pedacitos con su propia guadaña y diseminaron los restos
por el Tártaro, que viene a ser un cubo de reciclaje sin fondo que tienen los dioses para sus
enemigos. Hacía dos veranos, Cronos les había atraído con engaños hasta el borde de ese
abismo y poco faltó para que les empujara al vacío.
Finalmente, el verano pasado, vieron en el crucero infernal de Luke un gran ataúd dorado. En
su interior, según les dijo Luke, estaban rescatando poco a poco del abismo al señor de los
Titanes: cada vez que alguien se unía a su causa, se añadía un pedacito más a su cuerpo.
Cronos ya podía influir y engañar a la gente a través de los sueños, pero no logro imaginar
cómo iba a secuestrar a Artemisa si todavía era un montón maligno de detritus.

Era un olimpo.

Era poderosa.

¿La habrían engañado?

Piensa en Annabeth y por algún motivo su espalda se siente cansada otra vez.

—No lo sé —dijo Grover—. Creo que se sabría si Cronos estuviera recuperado por completo.
Los dioses estarían mucho más nerviosos. Pero, aun así, es raro que tú hayas tenido una
pesadilla la misma noche que Zoë. Es casi como si... —

Percy termino la frase antes que él:

—Estuvieran relacionadas. —

En medio del prado helado, un sátiro empezó a derrapar sobre sus pezuñas detrás de una
ninfa pelirroja. Ella soltó una risita, abrió los brazos y ¡plop!, se convirtió en un pino cuyo
duro tronco fue a besar el sátiro a toda velocidad.

—¡Ah, el amor! —gimió Grover con expresión soñadora.

Draco hizo una mueca de asco.

—No creo que sea el momento Grover—intento ser gentil, pero sonó decepcionado, porque
no era el momento.

Draco podría tener un crush en Percy que intentaba superar, pero incluso él sabe cuándo no
tentar su suerte y concentrarse en cosas importantes.

—Tengo que hablar con ella —dijo Percy pensativo.

—Antes de que lo hagas... —Grover sacó algo del bolsillo de su abrigo. Era un tríptico, como
un folleto de viajes—. ¿Recuerdas lo que dijiste, que era raro que las cazadoras se hubieran
presentado sin más en Westover Hall? Creo que tal vez estaban siguiéndonos—

—¿Siguiéndonos? ¿Qué quieres decir? —pregunto Percy mientras veía el folleto.

Draco se situó a su lado para ojearlo.

Era sobre las cazadoras de Artemisa. El titular de la tapa rezaba: «¡UNA SABIA DECISIÓN
PARA TU FUTURO!» En el interior se veían fotografías de jóvenes doncellas en plena
cacería, persiguiendo monstruos y disparando flechas. En los pies de foto se leían cosas
como: «¡BENEFICIOS PARA LA SALUD: LA INMORTALIDAD, CON TODAS SUS
VENTAJAS!» O bien: «¡UN FUTURO LIBRE DE PESADOS MOSCONES!».

—Lo encontré en la mochila de Annabeth —aclaró Grover.

Lo miraron fijamente.

Oh.

Tiene sentido, Annabeth es joven, buena guerrera, inteligente.

—No te entiendo—hablo Percy.

Ahora Grover y Draco compartieron mirada, Draco le quito el folleto a Percy ojeándolo por
su cuenta.

—Bueno, a mí me parece que... quizá Annabeth estaba pensando en unirse a ellas—señala


Draco con lentitud sabiendo que algo estaba mal.

El dolor e impotencia de Percy pronto golpea el pecho de Draco, como un doloroso


recordatorio de lo que Annabeth significaba para Percy, incluso si este no quisiera admitirlo
aun en voz alta.

Si.

Nada como una forma indirecta para decirle que el chico que le gusta nunca volverá a verle,
como por vez número 20.

Draco ve el folleto, pensando que si fuera niña se hubiera unido a las cazadoras solo para huir
de sus sentimientos por Percy.

¿Eso no lo hizo igual que Bianca?

Draco maldice la idea.

Es verdad.

No hizo que lo odiara menos.

Continuara…

Chapter End Notes

Solo para aclarar no tengo nada en contra de Bianca, claro que no me gusto su elección
y siento que no se profundizo más en este libro sobre Bianca y Nico, o mejor dicho
Bianca, sobre Nico veremos más de lo que significo perder a su hermana en los libros
originales.

Bianca y Draco en realidad tendrán que trabajar juntos en el futuro, así que esto va ser
una locura, pero veremos más de estos dos y su relación.

Draco odiado por dos olimpos en tiempo récord.

Me pregunto si alguien noto lo que dijo Apolo, créanme, es importante para el personaje
de Draco en el futuro.
Capítulo 16: no pienso acompañar a Percy a una misión, no me
mires así Percy, no pienso hacerlo.
Chapter Summary

El destino de Draco no puede ser visto por los dioses.

Pero igualmente Draco sabe que esta jodido.

Chapter Notes
See the end of the chapter for notes

Percy tomo mal la noticia, así que estuvo buscando como ocuparse el resto del día, ante la
mirada preocupada de Grover y Draco, bueno Draco no se pudo preocupar por mucho
tiempo, Nico lo encontró y parecía que Quirón lo designo como niñera no oficial del niño; lo
cual hizo que odiara a Bianca mucho más. Aun que el niño era molesto, Draco admite que
siente un poco de lastima por este y aunque es un sentimiento que no muchos aceptarían, era
lo que motivaba cuidar al pequeño y entusiasta semidios. Extraño tanto a Will el pequeño
niño soleado si estuviera aquí, Draco no habría dudado de abusar de su amistad y obligarlo a
que le ayudara a cuidar al niño.

Usualmente pediría ayuda a Percy.

Lo dejo solo porque sabe que ocupa un momento.

Aunque una parte de él, la lógica le dice que, si Annabeth se une a las cazadoras, podría tener
una oportunidad con Percy (ignora que es heterosexual), no se siente animado por la idea; no
le gusta ser el segundo plato de alguien, por muy egoísta que suene. Siente que Percy ha
encontrado algo con Annabeth, que no se encuentra fácilmente con otras personas. Draco que
está decidido a ser amigo de Percy y totalmente seguro que su amistad valdría más que
cualquier otra relación, prefiere mantenerlo como amigo.

Si Annabeth se transforma en cazadora, siente que Percy siempre la añoraría, aunque


estuviera con otras personas.

Y Draco es suficientemente egoísta para querer que alguien lo ame solo a él.

Puede incluso que en el futuro obtenga un matrimonió arreglado, pero es un romántico de


primera, culpa a los malditos doramas que ve con Sally Jackson.

.
.

Aquella noche, después de cenar, Percy estaba resuelto a derrotar a las cazadoras en la
captura de la bandera. Iba a ser un partido muy reducido: sólo trece cazadoras, incluyendo a
Bianca di Angelo, y más o menos el mismo número de campistas.

Zoë Belladona parecía muy contrariada. No paraba de mirar a Quirón con rencor, como si no
pudiera creer que la hubiera obligado a quedarse y participar en aquel juego. A las demás
cazadoras tampoco se las veía muy contentas. Ya no se reían ni bromeaban como la noche
anterior. Ahora se apiñaban en el pabellón y susurraban entre ellas mientras se ajustaban las
armaduras. Daba la impresión de que algunas habían estado llorando. Supongo que Zoë les
habría contado su pesadilla.

Ellos tenían en su equipo a Beckendorf y a otros dos chicos de Hefesto, a unos cuantos
integrantes de la cabaña de Ares, a los hermanos Stoll junto a Nico y Draco, de la cabaña de
Hermes, y a varios chicos y chicas de Afrodita.

Era curioso que la cabaña de Afrodita se prestase a jugar. Ellas habitualmente se mantenían al
margen, charlando y contemplando su reflejo en el río. Pero en cuanto se enteraron de que
iban a enfrentarlos con las cazadoras, se apuntaron con unas ganas enormes.

—Ya les enseñaré yo sí «el amor no vale la pena» —refunfuñaba Silena Beauregard mientras
se colocaba su armadura—. ¡Las voy a pulverizar! —

Draco se alejó de la mujer con temblor, mientras Nico parecía divertido.

—Yo me encargo del ataque —propuso Thalia—. Tú ocúpate de la defensa—

—Eh... —Titubeo Percy—. ¿No te parece que con tu escudo estarías mejor defendiendo? —

Draco soltó un suspiro viendo claramente el futuro.

Esto iba a salir mal.

Percy y Thalia como capitanes, el desastre destinado a ocurrir.

—Esto va ser una locura—susurro acercándose nuevamente al lado de Silenia, quien aún
enojada pareció suspirar también derrotada y menos alejada.

—Bueno, justamente estaba pensando que el escudo servirá para reforzar el ataque —
respondió ella—. Además, tú tienes más práctica en la defensa—

—Vale, es cierto —mintió descaradamente Percy, Draco soltó una risa, su amigo lo fulmino
con la mirada.

—Genial—
Thalia se puso a ayudar a las chicas de Afrodita, pues algunas tenían problemas para ponerse
la armadura sin estropearse las uñas. Nico di Angelo se acercó a Percy esbozando una ancha
sonrisa.

Ahora que lo pensaba todo el día a su lado, no dejaba de preguntar por Percy y solo logro
disuadirlo, porque sabía que este ocupaba un tiempo a solas.

Ya era bastante molesto sentir su enojo y tristeza de forma irregular en su interior.

—¡Esto es una pasada, Percy! —El casco de bronce, con un penacho de plumas azules en lo
alto, casi le tapaba los ojos, y su peto debía de ser unas seis tallas grandes.

Draco se preguntó si él también habría tenido un aspecto tan ridículo cuando llegó al
campamento. Seguramente sí.

Nico alzó su espada con esfuerzo.

—¿Podemos matar a los del otro equipo? —

—Eh... no—

—Pero las cazadoras son inmortales, ¿verdad? —

—Sólo si no caen en combate. Además... —

—Sería genial que resucitáramos en cuanto nos mataran y pudiéramos seguir peleando... —

Percy parecía cansado, no acostumbrado a la continua charla del niño, Draco lo vio resentido
porque eso tuvo que soportarlo todo el día.

—Nico, esto va en serio. Son espadas reales. Y pueden hacer mucho daño—

Nico le miró, un poco defraudado, y Percy pareció darse cuenta de que acababa de hablar
como su madre. Percy lo volteo a ver y señalo con el dedo, amenazándolo de no decir nada,
aunque la sonrisa burlona de Draco debió ser suficiente.

Percy le dio unas palmaditas torpes al niño.

Era adorable lo mal que se le daba.

—Ya verás, será fantástico. Tú limítate a seguir al equipo. Y mantente alejado de Zoë. Nos lo
pasaremos bomba. —

Los cascos de Quirón resonaron en el suelo del pabellón.

—¡Héroes! —llamó—. Ya conocéis las reglas. El arroyo es la línea divisoria. El equipo azul,
del Campamento Mestizo, ocupará el bosque del oeste. El equipo rojo, de las cazadoras de
Artemisa, el bosque del este. Yo ejerceré de árbitro y médico de campaña. Nada de
mutilaciones, por favor. Están permitidos todos los artilugios mágicos. ¡A vuestros puestos!

—Estupendo —susurró Nico a Percy de forma no tan silenciosa—. ¿Qué tipo de artilugios
mágicos? ¿Yo tengo alguno? —

Thalia gritó:

—¡Equipo azul! ¡Seguidme! —

Todos estallaron en vítores y la siguieron. Draco camino al lado de Percy viendo a Nico de
reojo.

—¿No es adorable? —pregunto burlón, Percy le dio una mirada de muerte.

—Cállate—

Draco sonrió, bien, podría hacer eso, liberarse de estrés un rato. Movió sus hombros tensos,
sintiendo que se sentían un poco más incomodos que en la mañana.

Ocupaba despejar su mente un rato.

Percy lo dejo como defensa con los demás, pero en lugar de quedarse se marcha como el tipo
impaciente que es.

Las cazadoras ganan.

Ni siquiera se sorprende.

Cuando el oráculo sale de su cueva, por otro lado, si se sorprende. Porque Draco nunca había
visto el oráculo, pero siente que lo ha visto antes, como si fuera en medio de un extraño
sueño.

La reunión de lideres de cabaña no lo sorprende, ve a Percy ir y puede notar que solamente


piensa en Annabeth, si no fuera su expresión, el interior de Draco se siente a cada rato
dividido por sus propias preocupaciones y por las de su amigo. Se queda en la cabaña de
Hermes mientras todos los lideres se van, sorprendido cuando Nico deja de saltar señalando
otra tarjeta y queda en silencio. El niño frunce el ceño en silencio y cuando Draco levanta la
mirada, casi podría haber llorado de emoción.

Salta de su lugar para abrazar a Will Solace, que parece confundido viendo a Nico, antes de
ver curioso a Draco.

—Will pensé que no vendrías en vacaciones—dice casi aliviado, casi con un plan en mente
para que lo ayude a ser niñero.
Will era un amor de persona.

El niño se sonroja ligeramente al verlo, antes de ver curioso a Nico y casi un poco irritado.

Pestañeo confundido por eso.

Algo parece nuevamente mal, pero no sabe qué.

—Mamá se fue de gira, cuando hable con Lee que hablo con los Stoll dijo que viniste para
navidad y pensé que podría pasar por aquí—habla el niño con una sonrisa brillante como
digno hijo de Apolo.

—¿Quién es él? —Nico parece curioso cuando se sienta en la cama de Draco, Will ve el
gesto y frunce el ceño por un momento, antes de mantener su sonrisa.

Parece incomodo con Nico, no entiende porque, Will suele ser uno de los campistas más
amigables del lugar; lo había soportado en su peor momento, Will merece un asiento en el
olimpo.

—Will Solace, hijo de Apolo—dice con voz tensa, pero sigue manteniendo la sonrisa.

Mira de reojo a Nico, quien solo asiente con precaución, notando claramente una especie de
pared entre ambos; luego salta del lugar para tomar la muñeca de Draco, lo que lo aleja un
poco de Will, quien frunce el ceño irritado.

Draco al igual que con el juego de la bandera, puede ver que algo malo se aproxima como
cuando Thalia y Percy están en el mismo equipo.

—Soy Nico, él es mi niñero glorificado, aunque es torpe—Nico no parece tenerle el más


mínimo respeto y cuando se iba a quejar por eso, Will salta ofendido.

—No es torpe, es un gran héroe, el verano pasado fue al mar de los monstruos—estaba
defendiéndolo, tan lindo.

Draco pone una mano sobre su pecho conmovido.

—Se cayo al barro en la lucha de banderas—habla Nico con un encogimiento de hombros.

Will ve de mala forma a Nico.

Si.

Tal vez la idea de tener a ambos niños juntos, no saldría bien, Draco comenzó a verlos
preocupado cuando noto que ambos prácticamente se fulminaban con la mirada. Gimotea con
las manos en su rostro cuando ambos comienzan a discutir, sintiendo sus hombros
extremadamente cansados, pero sin poder decirle nada a Will quien era su enfermero, porque
parecía en una discusión sobre quien era mejor con Nico.

¿Percy o Draco?
Los niños eran terroríficos.

La misión se creó, Percy no participo y por supuesto Draco tampoco, Quirón solamente había
suspirado al verlo sujetar con fuerza a Will y Nico para mantenerlos alejados el uno del otro.
Draco quiso pensar que su líder seria piadoso y misericordioso, aun con todo sobre sus
hombros, parecía un poco complacido señalándolo e indicándole que era hora que funcionara
como uno de los niños mayores para cuidar a los menores. Tenía solo 13 años, Will era un
poco menor que él y Nico tenía 10 años; no le importo a Quirón que lo dejo a cargo de que
nadie se matara entre ellos.

Bianca iría de misión.

Percy no lo tomo bien, como decir que lo tomo extremadamente mal, justo para pensar en
marcharse sin consentimiento de nadie cuando el grupo fue conformado; tres cazadoras,
Thalia y Grover. Grover le dio una mirada para que cuidara a Percy, como si este pudiera ser
detenido por algo o alguien.

Había estado totalmente despierto cuando Nico estaba decidido a seguir jugando mitomagia
con él, enojado de que todo el día tuvo que pasar al lado de Will, ambos niños repeliéndose
como agua y aceite. La presión sobre sus hombros había desaparecido de forma aleatoria y
con el bueno humor acepto la idea de jugar con Nico un rato.

Aunque resulto que quería espiar a las cazadoras y lo había engañado para no estar solo.

Luego llego Percy.

Siendo estúpido.

Además de algo de una vaca llamada Bessie y Draco no quiso preguntar mucho al respecto.

Luego paso la charla más extraña ante sus ojos.

—Y ahora quieres seguirlas en la búsqueda que van a emprender—

—¿Cómo lo has adivinado? —

—Porque si fuese mi hermana seguramente haría lo mismo. Pero no puedes hacerlo—

Nico miro a Percy desafiante.

—¿Porque soy demasiado joven? —

—Porque ellas no te lo permitirán. Te pillarán a la primera y te enviarán de vuelta al


campamento. Y sí, también porque eres demasiado joven. ¿Te acuerdas de la mantícora?
Habrá un montón de criaturas parecidas por el camino. Más peligrosas incluso. Y algunos
héroes morirán—
Nico hundió los hombros y desplazó su peso a la otra pierna.

Draco miro de reojo el camio que había tomado Bianca, pensando que sería una muy mala
idea tenerla, inmortal o no; Draco había sido un desastre en su primera misión y estaba vivo
de milagro luego de la segunda.

—Quizá tengas razón. Pero... tú podrías ir en mi lugar—

—¿Cómo? —

Draco gruño, esto era una mala idea, Percy ya era una fogata que no ocupaba más leña.

—Puedes volverte invisible. ¡Tú sí puedes ir! —

—A las cazadoras no les gustan los chicos —le recordó Percy inesperadamente sensato—. Si
llegasen a descubrirlo... —

—No dejes que lo descubran. Vuélvete invisible y síguelas. ¡Y no pierdas de vista a mi


hermana! Has de hacerlo. Por favor—

—Nico... —

—De todos modos, ya lo estabas pensando, ¿no? —

Chico listo.

Draco tuvo que aceptarlo.

—De acuerdo —repuse—. He de encontrar a Annabeth. He de ayudarlas, aunque ellas no


quieran—

—Yo no me chivaré. Pero tienes que prometerme que mantendrás a salvo a mi hermana—

—Eso es mucho prometer, en un viaje como éste. Además, ella ya tiene a Zoë, a Grover y
Thalia... —

—Promételo —insistió.

—Haré todo lo que pueda. Eso sí te lo prometo. —

—¡Entonces muévete! ¡Y buena suerte! —

Era una locura. Ni siquiera había hecho el equipaje. No tenía nada, salvo la gorra, la espada y
lo puesto.

Draco solamente se sujetó el puente de la nariz cansado y cuando Percy levanto la vista, pudo
ver sus pensamientos y rápidamente los aparto. Esa mañana todavía habría dicho que sí, pero
la opresión en su espalda se había marchado y tenía la sensación de que Annabeth no estaba
sufriendo ahora.

¿Por qué pensó que sufría antes?


No tiene idea.

Pero comprendió la mirada de Percy y si bien no había tenido duda que tarde o temprano ese
chico tomaría una loca decisión de irse de misión, como había pasado el verano pasado, esta
vez Draco se cruzó de brazos y levanto el mentón.

Piensa en Annabeth.

En la profecía.

Se siente mal, porque quiere ayudar, pero sabe que a veces es mejor ayudar no estorbando.

—No iré contigo—el rostro de Percy se volvió como si le hubiera dado una cachetada, pero
se mantuvo firme—sé que quieres buscar a Annabeth, sé que este mocoso quiere proteger a
su hermana—señalo a Nico que lo vio incrédulo susurrando algo como “cobarde” que ni
siquiera le inmuto—la profecía puede ser peligrosa, hay personas que mueren y si alguien
hace algo todo podría salir peor, no pienso obligarte a quedarte…pero no puedes obligarme a
ir—

—¿No te preocupa Annabeth? —sabe que esa pregunta es baja incluso para Percy, son
mejores amigos y no suelen atacarse así.

Ambos son tercos, Draco tiene mil y una formas de someterlo con palabras, pero se las
ahorra.

Renuncia a su lado Slytherin para suspirar.

Solo por Percy.

No lo quiere lastimar a él, no quiere que piense mal de él.

—Me preocupa ella, pero si mi presencia arruina la misión o la hace más difícil no pienso
tomar este método; el verano pasado fue un milagro que saliéramos con vida, no tienes que
ser siempre el foco de atención, Thalia y las cazadoras pueden hacer un buen trabajo si
confías en ellas—intento ser el ser de razón, hacerle comprender a Percy que no tenía que ser
siempre él.

Ya había sufrido dos veces.

¿Por qué seguir intentándolo una tercera?

—Las otras veces solo fuiste por el vínculo—parece que hasta ahora se da cuenta de eso,
Draco suspira sin parecer ofendido.

Aunque comienza a molestarse.

Son amigos, pero siente un poco como su primer año de nuevo, cuando este había visto
incomodo al chico al inicio de su misión.

—No todos tenemos ideas suicidas—


—Es tu amiga—

—Lo es—señala lentamente y de forma peligrosa, que incluso Percy en su estado enojado
entiende ya que se silencia—y estoy preocupado como todos en el campamento, pero no
podemos ir todos sin un oráculo, ya lo sabes, la misión ya está dada y no eres parte de ella—
sisea con violencia, a lo cual Percy se sonroja molesto antes de gruñir.

—Iré solo—

—Felicidades—

Ambos se ven de forma desafiante, claramente enojados con el otro. Percy había creído que
Draco iría con él sin dudarlo, mientras que Draco no pensó que ese mocoso tomara en cuenta
la idea de quedarse aquí como algo no sensato.

Si quería irse a poner en peligro, que lo hiciera por su cuenta, Draco estaba cansado de estas
aventuras.

La mirada decepcionada de Percy por otro lado, quema y duele por dentro.

—Parecen un viejo matrimonio—susurro Nico luciendo incomodo de ser dejado de lado,


Percy y Draco voltearon a verlo molesto.

—¡No lo somos! —dijeron al mismo tiempo, antes de verse, gruñir y Percy solo se dio
vuelta.

—Me iré solo, cumpliré mi promesa Nico—deliberadamente los ignora al irse y Draco
solamente gruñe con los brazos cruzados.

Ese idiota.

No sabe porque pensó que podría gustarle alguna vez, es solo un idiota mimado que le gusta
ser el centro de atención y no se preocupa por nadie más que él mismo.

—Debiste ir con él—susurra Nico.

—Cierra la boca—gruñe Draco de mal humor y por primera vez, eso es lo que hace Nico.

Al día siguiente sonó en el campamento una alarma porque Percy Jackson había
desaparecido, nadie pareció sorprendido por eso.

Draco estuvo amargo.

Percy se fue y todo quedó en manos de Draco, tanto explicarle a Sally que su hijo estaba en
una misión (¿Quién coño es Paul?), hacer las tareas de Percy que cayeron sobre él, soportar
ser niñero a tiempo completo de Nico y mantener a Will alejado para que no se asesinaran.
Sus padres parecieron claramente molestos cuando le comento que estaban en una crisis en el
campamento y no podría volver en la fecha destinada, su padre más que todo le hizo ver que
tendrían una larga charla cuando regresara y al menos Draco tenía seguro no volver hasta que
Annabeth regresara.

Dos personas pueden morir.

Joder.

Lavender parecía un poco preocupada cuando le marco por Iris y le conto casi todo, a pesar
de todo, era amiga de Annabeth y todo hubiera sido triste; hasta que Nico y Will aparecieron
en la llamada.

—Eso es tan cool—dijo Nico señalando el reflejo, Will solamente gruñía que se suponía que
estaría en el campo de fresas.

—¿Niñero? —pregunto Lavender divertida.

Draco gruño, Nico empujo a Will que lo empujo a él y termino en el barro por tercera vez
esta semana.

Odiaba su vida.

Intenta ir a sus clases de equitación con Silenia, Nico es enviado por el caballo a unos
arbustos, Will gruñe cuando es obligado a curarlo.

Draco no se apuntó a esto.

En el almuerzo termina con una salsa de queso sobre su cabeza en la guerra de comida de
Nico y Will, solamente toma aire antes de comentarle a Will que debería ir a la mesa de
Apolo, para que este le vea con los ojos de cachorro más ilegales del mundo.

Termina con un poco de salsa de tomate ahora por parte de Nico.

Draco se siente tenso todo el almuerzo, contando hasta 1000 para no asesinar a nadie.

Ocupa al menos una hora de tranquilidad, así que va hacía Michael el chico de la cabaña para
darle a Will como un cachorro, este se queja, pero lo ignora. Luego va hacía los hermanos
Stoll, dándole a Nico, quien también se queja de que lo deje solo; promete que vendrá en una
hora o dos y jugaran mitomagia; funciona bien. Luego corre literalmente a la cabaña 10,
donde Silenia había estado acomodando un poco su guardarropa, parecía pensativa por algún
motivo y solamente al ver a Draco cambia a una expresión amable que se vuelve una
divertida al escucharlo quejarse.

—Son dos niños, no debería ser difícil, sé que fui peor…pero estoy pensando seriamente en
tirarme a un volcán yo mismo—dice con horror luego de que cuenta toda su historia.

Gruñe cuando Silenia levanta una prenda, porque, aunque es bonita, no combina para nada
con la falda que había señalado.

La cabaña Afrodita tiene el mejor gusto por la moda, Draco casi se ve tentado a ser hijo de
Afrodita porque alguien tan atractivo como él, sin duda debería ser hijo de un olimpo de la
belleza; hasta donde sabe podría ser afrodita, algo como el género no era un problema entre
los magos y menos entre los dioses del olimpo. Aunque su madre parecía haber insinuado
varias veces el género masculino como su progenitor biológico, era una pena.

La seda de la ropa de Silenia era deliciosa.

—Te acostumbraras—dice Silencia como si lo diera por hecho y Draco hace un puchero—no
me veas así, yo tengo tiempo aquí y a veces los niños más jóvenes son problemáticos—le da
una larga mirada que incluso él entiende cuando se refiere a su persona—pero todo pasara y
con suerte encuentres a uno de ellos con buen gusto para la moda—dice sonriendo antes de
colocar sobre su cabeza un gorro de lana verde.

Se siente cálido, suave y sin duda se ve bien en él, ahora si tan solo la camiseta del
campamento no fuera de este naranja chillón.

Suspira antes de ver a Silenia quien parece de mejor humor, o al menos ambos lo eran hasta
que un Sátiro entro corriendo anunciando que Nico estaba en la casa mayor con una herida de
pierna.

Draco solamente gruñe antes de correr y Silenia haciéndole prometer que mañana seguirían
su charla.

Durante la noche se siente inquieto, probablemente porque Nico no duerme bien y habla
hasta que no pueda más, su pierna vendada lo hacen inmóvil, pero su boca sigue siendo
funcional. Ignorando que tiene una cabaña casi para él solo, Will ha llegado para hacer una
pijamada, aunque odia a Nico aparentemente no quiere alejarse de Draco; lo bueno es que
Will es un médico decente y sabe que no puede molestar a Nico estando herido. Tiene miedo
de dormir, aunque el día ha pasado bastante movido y con al menos 4 baños por las locuras
de dos niños problemáticos, dormir solamente lo deja solo con sus pensamientos.

¿Percy estará bien?


Espera que sí.

Aunque le preocupa más Annabeth.

Esta con los ojos cerrados cuando una voz llega de la nada.

—Duele, Artemisa en problemas, mi culpa…Luke me traiciono de nuevo—

Sus ojos se abren alarmados.

¿Esa fue…?

Su respiración se agita un poco, pero luego el brazo bueno de Nico le da un puñetazo


dormido, justo cuando Will se acomoda mejor entre sus abrazos como un gato.

Suspira.

Ve a la ventana donde el amanecer parece cercano, sintiéndose culpable, tal vez si debió ir
con Percy después de todo.

Una lechuza llega en la mañana, Travis le hace varios comentarios que tal vez esto sea una
señal de que es hijo de Atenea, pero cuando ven que tiene una carta todos parecen
confundidos; Draco gruñe apartando a todos, especialmente a Nico quien le ha ganado en las
4 partidas que han jugado de mitomagia, lo cual Draco aun no entiende. El año pasado sus
padres confesaron que las lechuzas no solían llegar, se pregunta que pudo haber cambiado en
el ambiente o con él, para que ya pudieran llegar. La carta resulta ser de Theo Nott, lo que
hace que levante una ceja y rápidamente se preocupe porque sabe el niño; hasta donde puede
entender siguen en Hogwarts ya que Draco ha salido una semana antes, por lo que debe ser
información interesante…o problemática.

Abre la carta curioso.

Ninguna otra lechuza había podido llegar hasta aquí.

¿Por qué la de Theo si?

Querido Draco.

He recibido información que no vas asistir a la fiesta anual en conmemoración de año nuevo
en la mansión Malfoy, como los años anteriores, es curioso porque habías asegurado que
estarías este año y me hace pensar que algo estas planeando.

Con temor (De Pansy) de aumentar tu obsesión, aunque no tan obsesión últimamente, Potter
ha estado preguntando por ti a algunos estudiantes Slytherin; que tu hayas cambiado un
poco no significa que los demás le dejemos el camino fácil a Potter.

¿Qué le hiciste?

Aparte de salvarle la vida claro está.

Feliz regalo de navidad, espero un libro de mitología egipcia de tu parte.

Theo Nott.

—¿Quién es Potter? —pregunta Nico sobre su espalda, haciendo que Draco gruña.

—¿Quién es Theo? —es la pregunta de Will sobre su otro hombro con mirada curiosa.

Draco intenta caminar buscando algo para responder, con Nico riendo en su espalda, mientras
que Will intenta ver que tanto puede cargarlos a ambos; no sabe si es peor o no que ambos
estén jugando relativamente juntos ese día.

—Deberíamos ver Star Wars, sé que puedo convencer a Quirón de prestarme el televisor—

—¿Qué es Star Wars? —Nico parce genuinamente curioso de la sugerencia de Will, lo que
hace al niño brillar, literalmente haciendo a Nico y Draco aplaudir impresionados.

Will parece avergonzado, admitiendo que es un poder que tiene como hijo de Apolo.

—Puedes hacer más que Draco, es un poco inútil—dice Nico con mortal seriedad viendo a
Draco, antes de reírse cuando ve su rostro indignado.

A diferencia de otras veces Will parece tomarlo con más amabilidad y se ríe antes de
comenzar a correr, con Nico siguiéndolo, ambos se detienen al ver que Draco no los sigue;
Draco gimotea cuando se regresan para sujetarlo del brazo antes de comenzar a correr.

Para alguien que se lesiono el día anterior, Nico tiene mucha energía.

Nico no le gustó tanto Star Wars.

Will parecía ofendido por eso.

Draco está seguro que se durmió en la mitad de la primera película, por lo que Will y Nico
saltaron sobre su espalda para despertarlo, mendigos mocosos.

.
Aunque usualmente dormía tarde, dos días desde el juego de capturar la bandera sin dormir
bien, le hicieron querer dormir 12 horas seguidas; compadecía a los padres más que nunca,
tener un hijo no era fácil si era como Nico Di Angelo. Nico por supuesto no quiso dormir,
pareciendo enojado con Quirón que no dejo que Will pasara otra noche en la cabaña de
Hermes, así que tuvo que quedarse solo mientras Draco le estampaba un libro en la cabeza
para que leyera. Durante el sueño se sintió un poco tranquilo al inicio, luego sintió la
sensación de estar montando un jabalí y luego está jurando que ve a Ares.

Es raro.

Como si no estuviera en su propio cuerpo.

Luego la vio.

Era una mujer.

Pero era extraña.

Parecía un poco masculina, no mucho, pero su cabello corto y negro alborotado le parecía
familia su piel era ligeramente bronceada y sus ojos de un verde profundo. Era la mujer más
hermosa que había visto en su vida y era curioso, porque hasta hace unos segundos estaba
seguro que no había sentido nunca atracción por una chica.

Por un momento.

Olvido su nombre. Olvido dónde se hallaba. Olvido cómo se habla con frases normales.

—Ah, estás aquí, Percy—dijo la diosa—. Soy Afrodita.

Draco regreso a la realidad.

Espera un momento.

¿Percy?

Quiso mover sus manos o su rostro, pero era como si fuera solo un espectador atrapado
dentro de un cuerpo, que se deslizo en el asiento frente a ella y repuse algo como:

—Ah... eh... uf... —

Ella sonrió.

Fue hermosa.

Espera un momento eso no importa.

¿Por qué le dicen Percy?

¿Qué clase de sueño era este?

—¡Qué monada! Aguántame esto, por favor—


Le alcanzó un brillante espejo del tamaño de un plato para que se lo sostuviera. Ella se
inclinó hacia delante y se repasó los labios, aunque los tenía perfectos.

—¿Sabes por qué estás aquí? —le preguntó.

Draco quería responder que ni siquiera sabe que está haciendo él aquí. Si fuera un sueño sería
algo extraño por no decir aberrante, pero cuando la neblina comienza a despejarse se llena de
pánico; hay un vínculo entre Percy y él, uno fuerte y comenzaba a preocuparse sobre esto.

Antes de su primer año, estaba seguro ahora, había soñado con Percy una vez antes de
conocerlo.

Puede que fuera un sueño.

¿Y si no lo era?

¿Y si esto tampoco era un sueño?

No entiende como en este momento Percy puede estar frente Afrodita en su misión, pero la
idea de que Draco por algún motivo pueda ver todo esto, es aterrador.

El alcance del vínculo de ambos.

Da un poco de miedo.

—No... no sé —acertó a decir la voz de Percy como si fuera suya, había pensado mucho,
idiota.

—Ah, querido —dijo Afrodita—. ¿Todavía negando? —

Era difícil separar sus pensamientos de los de Percy, cuando escucho a Ares reír (¿Ares
también estaba ahí?) se sintió enfurecido.

—No sé de qué me habla —respondió Percy, obviamente mintiendo.

—Entonces, ¿por qué participas en esta búsqueda? —

—¡Artemisa ha sido capturada! —

Ella puso los ojos en blanco.

Draco lo hizo mentalmente, sintió cuando Percy levanto su mano contra su pecho pensativo,
se preguntó si lo habría sentido.

—¡Artemisa!, ¡por favor! Ésa no tiene remedio. Quiero decir, si fuesen a secuestrar a una
diosa, elegirían a una de belleza hechizante, ¿no te parece? Compadezco a los pobres que
tengan que custodiar a Artemisa. ¡Qué aburrimiento! —

—Pero ella estaba persiguiendo a un monstruo —protesto—. Un monstruo realmente terrible.


¡Tenemos que encontrarlo! —
Afrodita le hizo sostener el espejo un poco más arriba. Por lo visto, se había encontrado un
defecto microscópico en el rabillo del ojo y ahora se arreglaba el rímel.

—Siempre algún monstruo... Pero, mi querido Percy, ése es el motivo de los demás para
participar en esta búsqueda. A mí me interesa más tu caso—

Se le aceleró el corazón. Percy no quería responder, pero sus ojos le arrancaron la respuesta
de los labios.

—Annabeth está metida en un aprieto—

Afrodita sonrió satisfecha.

Draco sintió su pecho arder en conciencia, era como una leve alegría, pero también sentía un
ardor incomodo de celos en su interior.

—¡Exacto! —

—Tengo que ayudarla —dijo Percy—. He tenido unos sueños... —

—¡Incluso has soñado con ella! ¡Qué monada! —

—¡No! Es decir... no me refería a eso. —

Ella chasqueó la lengua.

—Percy, yo estoy de tu lado. Soy la causante de que estés aquí, al fin y al cabo—

—¿Cómo? —

—La camiseta envenenada que le dieron los hermanos Stoll a Febe —dijo— ¿Creías que
había sido un accidente? ¿Y lo de enviarte a Blackjack? ¿Y lo de ayudarte a salir del
campamento a hurtadillas? —

—¿Ha sido usted? —

—¡Pues claro! Porque, la verdad, hay que ver lo aburridas que son estas cazadoras... Una
búsqueda de un monstruo, bla, bla, bla. ¡Para salvar a Artemisa! Dejadla donde está, qué
caramba. En cambio, una búsqueda por amor... —

—Un momento, yo no he dicho... —

—Ay, querido. No hace falta que lo digas. Sabías que Annabeth estuvo a punto de unirse a las
cazadoras, ¿no? —

Sintió el rostro rojo de Percy, lo cual hizo a Draco sonreír con amargura.

Percy no lo quería, no tenía sentimientos por él, era lo mejor; solo serian amigos para siempre
y mientras más rápido pudiera deshacerse de esas emociones, más rápido todo dejaría de
doler.
—No lo sabía seguro... —

—¡Estaba a punto de tirar su vida por la borda! Y tú, querido, puedes salvarla de ese
destino... ¡Qué romántico! —

—Eh... —

—Ya puedes bajar el espejo —ordenó—. Ya estoy bien—

—Escucha, Percy —dijo la diosa—. Las cazadoras son tus enemigas. Olvídate de ellas, de
Artemisa y del monstruo. Eso no importa. Tú concéntrate en encontrar y salvar a Annabeth—

—¿Usted sabe dónde está? —

Afrodita gesticuló con irritación.

—No, no. Los detalles te los dejo a ti. Hace una eternidad que no tenemos una buena historia
de amor trágico—

—A ver. En primer lugar, yo nunca he hablado de amor. Y segundo, ¿a qué viene lo de


«trágico»? —

—El amor lo puede todo —aseguró ella—. Mira a Helena y Paris. ¿Acaso permitieron que
algo se interpusiera entre ellos? —

—Pero ¿no provocaron la guerra de Troya y causaron la muerte de miles de personas? —

Draco entrecerró los ojos, o al menos sintió que lo hizo, la historia de la Ilíada y la Odisea era
lo que principalmente le hizo entender que los olimpos eran idiotas.

—¡Pfff! Ésa no es la cuestión. Tú sigue a tu corazón—

—Pero... si no sé adónde va. Mi corazón, quiero decir—

Ella sonrió, compasiva. Era verdaderamente hermosa. Y no sólo porque tuviera una cara
bonita o lo que fuera. Creía tantísimo en el amor que era inevitable que la cabeza te diera
vueltas cuando hablaba de ello.

Draco odio los pensamientos de Percy.

—No saberlo es parte de la diversión —dijo Afrodita—. ¿Verdad que resulta exquisitamente
doloroso cuando no sabes con seguridad a quién amas ni quién te ama a ti? ¡Ah, criaturas! Es
tan bonito que voy a echarme a llorar. —

—No, no —rogo Percy—. No lo haga—

—Y descuida —añadió—. No permitiré que te resulte fácil ni aburrido. Te reservo algunas


sorpresas maravillosas. Angustia. Dudas. Espera y verás... —

—Está bien, gracias. No se moleste—


—¡Qué mono! ¡Ya me gustaría que todas mis hijas pudieran romperle el corazón a un chico
como tú! —Los ojos se le estaban humedeciendo—. Ahora será mejor que te vayas. Y ándate
con cuidado en el territorio de mi marido, Percy. No te lleves nada. Es muy quisquilloso con
sus baratijas y su chatarra—

—¿Cómo? —pregunté—. ¿Se refiere a Hefesto? —

—Una cosa más—dijo la diosa con una sonrisa casi tímida, no era una sonrisa como Percy,
era más bien una como…cuando era hurón estaba seguro que Potter sonrió así—no te
preocupes Draco Malfoy, aunque seas un misterio para la mayoría de nosotros en el olimpo,
te aseguro que también he preparado una historia digna de amor para ti, llena de romance y
drama—sonrió por última vez la mujer.

—¡Eh/ ¿Qué?! —por un segundo tanto las voces de Percy como la suya sonaron al mismo
tiempo.

Sintió la incredulidad de Percy, antes que algo lo expulsara del sueño rápidamente.

Cayo al suelo de la cabaña de Hermes, mientras Nico se retorcía en lo que antes había sido su
cama; con el rostro en el frio piso no sabe que tanto fue un sueño lo que acaba de vivir.

Decidió dar un paseo nocturno.

Tuvo una pesadilla y quiere simplemente descansar un rato, con Nico acaparando toda su
cama, decide que es mejor dar un paseo corto. Esta tentado para ir con Quirón y explicarle el
extraño sueño, que tal vez no sea sueño y que de alguna manera está compartiendo el cuerpo
con Percy por un pequeño momento. Agradece que las arpías, aunque le dan miradas, no
intentan comerlo porque no es tan tarde todavía.

O tal vez no quieren.

Ambas suenas improbables.

Se deja caer en una silla de piedra frente a la fogata, que, aunque está vacía, parece estar
encendida por alguien imprudente que no la apago; aunque usualmente no se hace tanto, se
dice que Hestia le gustan las fogatas.

Suelta un bostezo sintiéndose de repente algo inquieto.

¿Percy?

Lo duda, hace menos de una hora que estaba con Afrodita, ¿fue hace media hora?, no está
seguro, pero duda que fuera tan pronto para que se metiera en problemas. Al menos ya no es
el peso de los hombros, que le hizo sentir incomodo algunas horas antes.
—Pareces cansado—la voz lo hace saltar alarmado, voltea nervioso y se relaja notablemente
cuando la extraña niña de cabello rojo está ahí viéndole curioso.

¿De dónde sale esta niña?

Se encoge de hombros restándole importancia.

Antes que alguien piense que eso es imprudente, realmente está cansado de muchas otras
sobrenaturales alrededor de ser un mestizo semidios y un mago; una niña de cabello rojo que
se esconde en el campamento no es algo tan raro.

Debe ser un semidios tímido.

Además, él también se escaparía del juego de la bandera si pudiera.

—Tengo un niño que no me deja dormir y todo el día habla, es el karma lo sé, pero estoy
seguro que he ayudado bastante a los dioses como para que me torturen así—habla Draco con
un suspiro algo dramático, que por suerte la niña toma con diversión.

Se ríe, abraza sus piernas contra su pecho y ladea la cabeza.

Ojalá Nico Di Angelo fuera la mitad de adorable que esa niña, y tranquila como ella,
obviamente no lo tiene fácil en su vida.

—Tal vez alguien lo envió a ti, ambos podrían tener mucho que aprender de otro—suena
demasiado madura para una niña de 8 años.

Draco frunce el ceño.

—No quiero aprender paciencia de esa forma—

La niña vuelve a soltar una risa cantarina.

Suena bien.

Agradable al oído.

—Puede que ambos estuvieran solos de una manera que el otro pueda ayudarles, o tal vez en
el futuro se puedan ayudar, hay cosas que ni siquiera los olimpos podrían ver; pero si suponer
—habla la niña ahora sonriendo casi divertida a lo cual Draco suspira.

Las palabras de Apolo aparecen en su mente, curioso sobre que se trata eso sobre las
profecías y también Afrodita había comentado antes que era un misterio.

A diferencia de sus amigos nunca había estado en el monte Olimpo.

¿Era una anomalía de alguna forma?

Eso no sonaba bien, aunque suele amar ser el centro de atención, ser el centro de atención en
estas cosas no es algo positivo, todo lo contrario.
Peligroso.

Es muy peligroso.

Sus pensamientos se evaporaron cuando la sensación de pánico y pavor comenzó a inundarlo,


no era Annabeth, tampoco era Lavender, pero la sensación golpeo su pecho con alarma;
estaba en una lucha, Percy. Gimoteo un poco y la niña parecía preocupada, se agacho al suelo
de rodillas jadeante al sentir todas las emociones de Percy de golpe, no lo había sentido
nunca tan nervioso, ni siquiera cuando Annabeth había sido capturada o la lucha contra el
ciclope.

Estaba en peligro.

Maldición.

Joder.

Estaba en real peligro, debió haber ido él a ayudarle, debió quedarse al lado de Percy.

¿Qué pasa si muere?

Dos estaban destinados a morir, si Percy muriera y lo sintiera por el vínculo, un mundo sin
Percy Jackson. Su cuerpo se volvió frio ante el pensamiento que vino a su mente, había sido
bastante egoísta al negarse a ir a la misión con Percy, cansado de tener que hacer el trabajo
por otros; especialmente los Olimpo. Estaba cansado de tener que ser el que fuera detrás de
Percy, sacándolo del peligro o siendo salvado, porque su amigo prefería hacer misiones locas
a pasar tiempo con él.

Había ido estas vacaciones para verlo, pero este lo había llevado de misión.

Ahora se arrepiente.

Sus ojos se vuelven acuosos y no le importa si tal vez desata ligeramente un poco de magia
accidental a su alrededor en forma luminosa, no suele pasar en el campamento mestizo, pero
sus propias emociones lo están ahogando.

—Oh, así que es por eso que tu padre te oculta—unas pequeñas y suaves manos levantan su
rostro, estaba entrando en pánico, pero ver los ojos cálidos de la niña de 8 años lo
tranquilizan, por muy raro que sea, por un momento—eres un misterio para todos, pero
entiendo ahora que tal vez es mejor que no sepan la verdad o será un caos como con la guerra
de Troya de nuevo—dice acariciando suavemente sus mejillas.

Draco se ahoga al sentir el pánico de Percy aumentar, pero ve a la niña con un jadeo ahogado.

—¿Quién eres? —pregunta casi sin aire.

La niña sonríe.

Entonces puede verlo, se pregunta si la niña puede ver el hilo azul marino frente a ambos, que
parece estar saliendo de su pecho, perdiéndose a la vista, como si su otro extremo o el final
de este se encontrara muy lejos.

—Voy ayudarte, no es algo que no está destinado a pasar en el futuro, solo adelanto algunas
cosas y puede que sea un poco más poderoso por la sangre en tus venas; pero sé qué harás un
buen uso cuando lo controles, por ahora, te daré una mano—su voz es casi jovial por un
momento viendo el hilo al igual que Draco, el ahogo de Percy solamente aumenta, está en
peligro y Draco se muere por estar ahí y ayudarle—sujeta el hilo Draco, este te guiara, nadie
puede verlo exactamente, pero quiero creer en un futuro brillante para ti; porque este día ye te
he elegido como mi héroe…mi campeón—dice la niña sujetando sus manos con suavidad,
guiándolas al hilo y Draco tiene mucho que preguntar.

Pero esta solo sonríe emocionada, cuando toca el hilo, siente un tirón en su interior.

Uno muy similar al que siente cuando usa el traslador o cuando se ha aparecido con su padre.

Es imposible.

No tiene tiempo para pensar, solamente ve el rostro de la niña un momento y al siguiente, no


está ahí.

Draco se estampa antes de llegar al final del hilo, es como si algo le hubiera impedido el
camino o tal vez el nerviosismo de que aparentemente se estaba apareciendo cuando no tenía
la menor idea de cómo hacerlo; puede que todo saliera mal porque es un jodido niño de
apenas 13 años en lugar de estar en su sexto año de Hogwarts cuando aprendes aparecerte
apenas. Se estampa con algo que parece ser metal, gruñe cuando cae al suelo y todo es
jodidamente caliente, como si estuviera en un horno.

—¿Qué rayos haces aquí? —grita una voz aguda que no reconoce inicialmente, pero al
levantar la vista luego de vomitar (claro que iba a vomitar por ese viaje) puede toparse con el
rostro incrédulo de Bianca Di Angelo.

Esperen.

¿Bianca?

Funciono.

Logro aparecerse justo donde estaba Percy y el equipo de misión, puede que no llegara a
Percy para ayudarle, pero no debe estar tan lejos si…

Detiene sus pensamientos al ver su alrededor, parece como si estuvieran en una habitación de
metal, como un controlador. Es como esos lugares donde se controla todo que salen en las
películas o video juegos (no los entiende, Percy tampoco es bueno, Sally se burló cuando les
gano en Mario Party robando su estrella), que no sería tan malo, si no estuviera todo dándole
luces que parecían alertar algo.
Lo que pensó que era mareo por la aparición, resulto ser que donde estaban se encontraban en
movimiento.

¿Dónde estaba?

Chilla cuando el lugar se mueve a la izquierda, luego a la derecha, algo que parece un puño
gigante atraviesa la pared cerca de ellos.

—¿Dónde maldita sea estamos? —chilla Draco incrédulo, cuando algo suena como una
explosión y todo da más vueltas.

Joder.

Van a morir.

Dos personas morirían en el viaje dijo el oráculo y por un momento, parecía que serían ellos
dos.

Bianca chilla cuando el lugar vuelve a dar otro movimiento y cae contra él, sus cabezas
chocan y le da una pequeña jaqueca, pero lo ignora cuando otra explosión suena y por un
momento parece que el techo va a caer sobre ellos. Deja de pensar un instante para recordar
que le dijo la niña (ahora sabe que debe ser alguna deidad o algo así) e intenta imaginar un
hilo azul, pero no lo encuentra; a su alrededor puede ver muchos hilos de colores, algunos
casi transparentes que parecen no tener fin.

No azul.

El techo se cae y va aplastarlos, Draco sujeta instintivamente a Bianca y toma el primer hilo
que ve, que parece casi transparente, pero con un leve tono rojizo.

Un cálido color rojo que nunca ha visto.

El vacío en su interior en su interior dice que se está apareciendo nuevamente.

Cae con violencia contra el suelo, porque nuevamente no ha tomado clases y hacer dos
apariciones debe ser un milagro por sí mismo. Es un semidios y de hecho nunca se ha sentido
realmente cansado, pero ahora se encuentra totalmente agotado y sin un gramo de magia en
su cuerpo, tiembla antes de intentar vomitar; pero luego lo que parece una ventisca lo azota
contra el suelo. Nieve, no se sorprende, están en invierno, pero todo a su alrededor es blanco.
Se congela de inmediato y solamente agradece que ninguna pared o techo vaya a caer sobre
su cuerpo ahora mismo.

Escucha un jadeo en busca de aire y al voltear, puede ver a Bianca gruñendo contra el suelo
cubierto de nieve.
Tiene una chaqueta más cálida que la camiseta naranja que Draco uso para dormir o sus
jogger, esta jodidamente solo con un par de tenis cualquiera que uso para caminar esa noche.
Se estremece porque había visto un abrigo al lado de la cama y simplemente lo ignoro,
porque pensó que sería estúpido retrasarse por algo tan banal.

No era banal ahora.

Es frio.

Muy frio.

—F-Frio—tartamudea con sus dientes castañeado, Bianca al fin logra ponerse de rodillas
algo desorientada, pero también parece temblar del frio y cuando se pone sobre sus pies
camina hacia él ofreciéndole una mano.

Si estuviera en un clima cálido, en el campamento, la despreciaría con una mueca de asco; se


sujeta a ella y la abraza, aunque esta se queja, tiene demasiado frio y su cuerpo tiembla como
una castañuela.

—¿Cómo hiciste eso? ¿Dónde estamos? —pregunta atrayéndolo más hacía ella, ambos
caminando temblorosos en lo que parece un bosque con nieve—puede que salvaras nuestra
vida, pero vamos a morir nuevamente congelados y no pienso agradecerte si es el caso—
añade ahora con pánico, frio y un poco de enojo.

Le da una mala mirada, esa mocosa malagradecida.

Antes de quejarse, algo ladra atrayendo la atención de ambos, cuando levantan la mirada un
enorme perro negro los mira a la distancia. El frio debe estar haciendo que desvaríe, porque
jura que es el mismo perro que le dio un poco de comida antes de irse a casa unos días antes.

Parece una eternidad.

Bianca sin embargo comienza a caminar hacía este, Draco le sigue tembloroso y mientras
más caminan, todo parece incluso peor.

El perro ladra cuando se quedan muy atrás, puede que fuera unos momentos, unas horas, pero
cuando al fin logran llegar a lo que parece una vieja choza, el perro ya no esta y Draco queda
congelado. Es imposible, piensa horrorizado cuando la puerta se abre, porque un enorme
hombre sale del lugar y al verlos queda totalmente congelado.

—¿Draco Malfoy? —es la pregunta que sale de los labios de Hagrid, el jardinero de
Hogwarts.

Porque eso no puede estar sucediendo.

Si eso fuera verdad, eso significa que cuando se apareció, lo hizo a lo que pueden ser unos
kilómetros de Hogwarts, un lugar al cual es imposible aparecerse y más importante aún, al
otro lado del continente. Bianca que lo estaba ayudando a caminar, ya que es una jodida niña
inmortal y tiene ropa mucho más cálida que él, parece hacer un sonido de sorpresa.
No importa.

Tiene mucho sueño.

—Espera Draco…—escucha que Bianca dijo algo más, pero su cuerpo deja de responderle y
solamente ocupa un poco de sueño.

Un poco.

Cae inconsciente con los brazos de la niña sujetándolo, mientras tiene un extraño sueño con
un perro negro, que se transforma en Annabeth en una cueva llorando y casi siente que puede
ver como Percy parece buscar algo desesperadamente en un montón de chatarra y basura
antes de empezar a llorar.

Continuara…

Chapter End Notes

Me pregunto qué pensaran de este capítulo, en lugar de ser como el primer o segundo
libro de Percy Jackson, donde Draco tiene un papel mucho más activo, el tercer libro es
prácticamente la misión a la cual Draco se ha negado a participar.

En la historia Canon, Bianca muere durante la lucha contra un titan, luego de robar una
estatua (aun cuando se les advirtió no hacerlo) para dársela a su hermano. He decidido
cambiar eso y además añadir un poco de Draco por si solo, en el campamento y
conociendo a esta niña que me pregunto si muchos ya saben quién es.

Es curioso porque la personalidad de Nico se basa mucho en haber perdido a su


hermana, me pregunto que cambiara si por algún motivo Bianca logra sobrevivir a la
misión; porque esta aun no termina.

En el canon también Nico solamente se hace amigo de Will hasta la lucha contra Gea,
pero ahora gracias a Draco ambos se han conocido antes.

Locuras locuras, todo son locuras de mi mente.


End Notes

Hola chicos, aquí Luka-sama queriendo iniciar una nueva aventura con ustedes, no sé cuándo
publicare la historia, ya que por ahora estoy publicando su otra historia “Draco Malfoy y el
misterio de Orion Blake” que es un Isekai solamente del mundo de Harry Potter. Desde hace
tiempo se había planteado esta idea de un crossover de Harry Potter y Percy Jackson, pero
quiero terminar de escribir su saga de HP primero, antes de entrar de lleno en esta.

Hice trampa, ya que apenas voy escribiendo la mitad del quinto libro de esa saga, pero ya
terminé este primer capítulo.

No me culpen.

Probablemente no comience a publicar esta historia hasta que no termine su anterior saga, o
probablemente un poco antes, pero quiero adelantarles algunos capítulos para poder hacer
actualizaciones seguidas.

Aunque no lo crean esto es un Draco x Harry, pero será de quemado lento y pasara mucho
antes que tengan interacciones entre ambos. Este arco se enfoca mucho en Draco en el mundo
de Percy Jackson, ya que Percy y Draco serán buenos amigos, así que la saga tendrá algunos
cambios y otros se mantendrán muy iguales.

La vida de Draco en su primer año en Hogwarts fue la misma que la que ya sabemos, es a
partir del segundo año que algunas cosas cambiaran para la historia de Harry Potter, pero para
eso falta un poco, ya que apenas estamos iniciando con el verano de Draco; así que falta
bastante antes que Harry y compañía entren en acción.

Veremos que tanto este verano cambiara a Draco.

A todos quienes me conocen y a los nuevos lectores, espero disfruten montarse en esta ola de
locura conmigo.

Nos vemos en el siguiente capitulo :D

Solo para comentar un poco de la historia, esta tendrá 7 arcos como lo dije en las notas
iniciales. Cada que termine uno de los arcos, iré agregando en el índice sobre la duración de
estos para su mejor comprensión.

Nota extra: Prohibida su publicación en WATTPAD.

Hay un discord por si quieren hablar de la historia :D

https://discord.com/channels/751999326477090876/1208154858830565396

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