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LA ESCASEZ DE AGUA COMO PROBLEMA EMERGENTE: IMPORTANCIA, RIESGOS

Y ALTERNATIVAS CIENTÍFICAS PARA SU MITIGACIÓN
Chapter · January 2014

DOI: 10.13140/2.1.2608.8003
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6 authors, including:
Alejandro Moreno-Reséndez Jose-Luis Reyes-Carrillo

Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro - UL Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN)
138 PUBLICATIONS 802 CITATIONS 81 PUBLICATIONS 352 CITATIONS
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Norma Rodríguez Dimas César Márquez-Quiroz

Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) Universidad Juárez Autónoma de Tabasco
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Red Académica de Innovación en Alimentos y Agricultura
Sustentable (RAIAAS)
Tópicos Selectos de Sustentabilidad: Un Reto Permanente
Volumen II
LA ESCASEZ DE AGUA COMO PROBLEMA
EMERGENTE: IMPORTANCIA, RIESGOS Y
ALTERNATIVAS CIENTÍFICAS PARA SU MITIGACIÓN
Alejandro Moreno Reséndez♠1‡*, José Luis Reyes Carrillo2*,

Norma Rodríguez Dimas3*, José Luis Puente Manríquez4*,
Alfredo Ogaz1 y César Márquez-Quiroz5.
Departamentos de 1Suelos, 2Biología, 3Ciencias Básicas y

Fitomejoramiento4. Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro –
UL. Periférico Raúl López Sánchez km 1.5 y Carretera a Santa Fe
s/n. Torreón, Coah., CP 27059.
*Integrantes del Cuerpo Académico de Sistemas Sustentables para
la Producción Agropecuaria (CASISUPA). Clave: UAAAN-CA-14
5
Integrante del Cuerpo Académico Producción Agropecuaria en el
Trópico Húmedo, Clave: UJAT-CA-209. Universidad Juárez
Autónoma de Tabasco. Carretera Villahermosa-Teapa km 25.
‡
Autor por correspondencia: alejamorsa@yahoo.com.mx y
alejamorsa@gmail.com
Resumen
Debido al incremento demográfico también se han acrecentado los
problemas emergentes que deben ser atendidos, dadas las
necesidades esenciales de casa, comida, sustento y servicios que

♠
Profesor Investigador “C”. Dpto. de Suelos. Programa de Posgrado en Ciencias
Agropecuarias. Colaborador del Cuerpo Académico de Biología Molecular
Agropecuaria y Bioconservación (CABIMABI). Universidad Autónoma Agraria
Antonio Narro UL. Asesor Externo del Programa de Maestría y Doctorado en
Ciencias Aplicadas al Aprovechamiento de los Recursos Naturales, CIDE –
CEJUS.
WĄŐŝŶĂϳϭĚĞϮϵϱ
Volumen II
tiene la humanidad. Por lo anterior, y debido a la importancia que
tiene el agua para el hombre y para todas las actividades a
desarrollar, se describen brevemente, tanto la importancia, los
problemas derivados por la escasez, la contaminación potencial y
algunas de las alternativas que existen o se puedan crear, con
apoyo de la actividad científica, para hacer un uso más eficiente de
este recurso.
Palabras clave: actividades antropogénicas, contaminación,

disponibilidad, escorrentía, incremento demográfico, manto freático,
recursos hídricos.
Introducción
Ante a las necesidades básicas de la humanidad, las cuales se han
incrementado significativamente y ante la disponibilidad existente de
los recursos, renovables o no, en el planeta Tierra, es evidente que,
hoy en día, han emergido una serie de graves problemas que
demandan atención inmediata e impostergable. Abordar y ahondar
ampliamente en todos estos problemas implica un esfuerzo
considerable, de hecho innumerables investigadores, de las
diferentes áreas del conocimiento, de forma individual y colectiva,
han publicado una miríada de trabajos de gran relevancia y por
demás interesantes con el propósito de realizar contribuciones que
conlleven a la solución de estos problemas emergentes. Como
ejemplo de los trabajos publicados se puede señalar que, al realizar
una búsqueda de referencias, con apoyo del administrador de
bases de datos EndNote, en la Biblioteca Nacional de Medicina de
los EE.UU, el día 11 de diciembre de 2013, utilizando como perfil de
WĄŐŝŶĂϳϮĚĞϮϵϱ
Volumen II
búsqueda los términos “emerging”, “problems”, en cualquier campo
(Any field), usando el operador booleano “And” entre ellos, se
encontró un total de 3,964 referencias que hacen alusión al tema de
los problemas emergentes. Al realizar el ejercicio anterior,
agregando el término “water” – en cualquier campo y también
usando el operador booleano “And” entre ellos, se registraron 137
referencias. Por otra parte, la búsqueda realizada a través del
Internet, usando el motor “Google Académico” y la expresión
“emerging water problems, dio como resultado un total de 2, 360,
000 vínculos con documentos inherentes a este tema. Este
pequeño ejercicio se realizó como soporte para justificar el por qué
en el presente documento se aborda el problema emergente de la
escasez de agua con el propósito de aportar un granito de arena
acerca de la trascendencia de este recurso, esencial para la
humanidad y para las actividades antropogénicas, y de las
alternativas que se busca implementar, a través de la actividad
científica, para atenuar dicha escasez.
Importancia del agua

El planeta Tierra cuenta con sustanciales recursos de agua, en
numerosas formas y calidades, en diferentes reservas y flujos
dentro del ciclo hidrológico. En términos generales, el planeta
cuenta con reservas de aproximadamente 1,400 millones de
kilómetros cúbicos de agua, de los cuales la mayor parte (casi el 97
%) es agua salada, localizada en los océanos [1]. Auge [2] señala
que, el volumen total de agua de la Tierra difícilmente ha variado en
los últimos 30 a 40 mil años, sin embargo, es más que evidente
que, este volumen ha sufrido un deterioro significativo en su la
WĄŐŝŶĂϳϯĚĞϮϵϱ
Volumen II
calidad. Este deterioro sin duda se ha debido al significativo
incremento demográfico, a las actividades antropogénicas
asociadas a dicho crecimiento poblacional y las ingentes cantidades
de residuos generados [3]. Actividades como la agricultura, la
ganadería y la pesca [4], históricamente realizadas de manera no
sustentable, han provocado, provocan y seguirán provocando
impactos ambientales negativos sobre los recursos naturales a nivel
mundial [5].
Se ha estimado que a principios del siglo XX, la población
mundial era de unos 1,600 millones de habitantes, la industria tenía
escaso desarrollo y por ende producía pocos efluentes y la
agricultura se practicaba sin emplear plaguicidas y fertilizantes
sintéticos. Al finalizar el siglo XX, la población mundial creció a más
de 6,000 millones de personas - es evidente que ésta continuará
creciendo y es muy probable que para la mitad del siglo XXI se
alcancen los 9,000 millones o más de personas [6, 7, 8] - la
industria tuvo un desarrollo espectacular y la agricultura, casi sin
excepción, ha utilizado plaguicidas y fertilizantes para mejorar los
rendimientos [9]. Traina y Laperche [10] en 1999 establecieron que
la duplicación de la producción de alimentos agrícolas, durante los
pasados 35 años, fue asociada con incrementos de 6.87 y 3.84
veces de la fertilización nitrogenada y fosforada, respectivamente,
de un incremento de 1.68 veces la cantidad de tierras agrícolas
irrigadas y de 1.1 veces las tierras de cultivo.
Derivado de lo anterior, es ampliamente conocido que, los
crecimientos demográfico e industrial y el cambio en las prácticas
agrícolas, han generado una alta carga de sustancias
contaminantes que afectaron, afectan y seguirán afectando la
WĄŐŝŶĂϳϰĚĞϮϵϱ
Volumen II
calidad del agua, del suelo, del aire y de la biota [4, 10, 11, 12], en
otras palabras han dado lugar una presión continua sobre los
recursos de la Tierra y los ecosistemas [13, 14], que en definitiva
provocan una degradación general de la calidad de vida de la
población [2]. En el caso específico del agua, la excesiva presión
sobre sus fuentes puede provocar su desaparición [15].
El agua, al igual que es esencial para la supervivencia de todo
tipo de organismos, también constituye una parte esencial de todo
ecosistema – terrestre y obviamente marino -, tanto en términos
cualitativos como cuantitativos [6, 16]. Una reducción del agua
disponible ya sea en la cantidad, en la calidad, o en ambas, provoca
graves efectos negativos sobre estos ecosistemas, menoscabando
las funciones que éstos desempeñan [9, 17]. Por ejemplo, para los
organismos que se desarrollan en el suelo o viven dentro de este
cuerpo natural es de vital importancia la disponibilidad de agua, ya
que la mayoría de ellos son, en mayor o menor grado, vulnerables a
las condiciones de sequía [18]. Respecto a la agricultura, Bruins
[19] y Beddington [20] señalan que esta actividad primaria de la
producción, es con mucho, el mayor usuario de agua a nivel
mundial dado que se estima que este uso alcanza el 70 % del
suministro total.
La escasez de los recursos hídricos

La Tierra, con sus diversas y abundantes formas de vida, que
incluyen a más de 6,000 millones de personas, se enfrenta a inicios
del siglo XXI con una grave crisis del agua [22]. Tan grave es la
crisis o la escasez de agua a nivel global, que para el año 2005 se
estimó que casi 1,000 millones de personas no contaban con
WĄŐŝŶĂϳϱĚĞϮϵϱ
Volumen II
acceso al agua potable, segura y asequible y, quizá el doble de
personas, carecía de adecuados servicios sanitarios [9] y cinco
años después, se estimó que aproximadamente 1,200 millones de
personas ya vivían en zonas afectadas por la carencia de agua [20].
Además, de acuerdo con el Consejo Mundial del Agua (World Water
Council), para el siglo XXI se identifican seis grandes retos
relacionados con el agua: la escasez, la falta de acceso, el deterioro
de su calidad, la toma de conciencia de los tomadores de
decisiones y del público, la disminución en la asignación de
recursos financieros y la fragmentación en su manejo. Estos retos
son muy complejos, ya que la disponibilidad de agua no está
distribuida de manera homogénea en las diferentes zonas del
planeta [23].
Estas señales parecen indicar que esta crisis ha empeorando
y que continuará haciéndolo a no ser que se emprenda una acción
correctiva [22] pues tan solo con respecto a la población se estima
que ésta se incrementará en 3,000 millones de habitantes en los
próximos 50 – 75 años [9]. Se trata de una crisis de gestión de los
recursos hídricos, esencialmente causada por la utilización de
métodos inadecuados. Por lo que, en definitiva, una mejor gestión
de los recursos hídricos, a nivel mundial, permitirá hacer frente a la
creciente escasez de agua per cápita en la mayoría de los países
del planeta, tanto desarrollados como en desarrollo [22].
La gestión óptima de los recursos hídricos mundiales es ya
uno de los desafíos más importantes del siglo XXI pues como se
mencionó anteriormente, la población mundial se incrementará en
3,000 millones o más de personas y el número de ellas que vivan
en áreas urbanas se duplicará con creces. El mayor incremento de
WĄŐŝŶĂϳϲĚĞϮϵϱ
Volumen II
la población mundial se producirá en los países en desarrollo donde
el agua ya presenta una escasez crítica y la mayoría de los
habitantes son pobres [9]. De acuerdo a lo indicado por Domínguez-
Calle et al. [15], en los países en los que la disponibilidad de agua
per cápita por año sólo alcanza los 1,000 m3 se tiene una situación
de escasez de agua
Como se aprecia en los párrafos previos, hoy en día, uno de
los más grandes y graves problemas del agua a nivel mundial es su
escasez [9] condición que se remarca ampliamente en las zonas
áridas y semiáridas del planeta Tierra [24, 25], pues en estas
regiones existe un déficit crónico de agua, debido a que la
evapotranspiración es con mucho superior a la precipitación que se
registra en estas regiones [25]. En el caso de México, el problema
de la escasez de agua es de gran importancia debido a que las
zonas áridas y semiáridas ocupan cerca de 96 millones de
hectáreas: aproximadamente el 48.3 % de la superficie total del país
[26].
En la mayoría de los países del mundo, las reservas de agua
existentes son insuficientes para cubrir todas las demandas
agrícolas, ambientales, industriales y urbanas [9]. En México, el
problema de escasez de agua se ha venido agravando en las
décadas recientes, a tal grado que las demandas por el recurso
surgen a tasas crecientes y, en algunos casos, se comienzan a
manifestar de manera violenta. El crecimiento económico en México
ha ocurrido sin tener en cuenta plenamente las señales de escasez
de agua. La concentración de la población y la actividad económica
han creado zonas de alta escasez, no sólo en las regiones de baja
precipitación pluvial, sino también en zonas donde eso no se
WĄŐŝŶĂϳϳĚĞϮϵϱ
Volumen II
percibía como un problema al comenzar el crecimiento urbano o el
establecimiento de la agricultura de riego. Tan sólo para ilustrar la
escasez de agua subterránea, 101 acuíferos de un total de 600
están sobreexplotados [23].
La principal condición para determinar si una región tiene un
superávit de agua o experimenta escasez de agua está relacionada
con el hecho de que la precipitación supere al potencial de
evaporación. En aquellas regiones donde la evaporación potencial
exceda a la precipitación, exista una escorrentía mínima disponible
para ser interceptada y almacenada para su uso posterior, esta
situación conduce hacia una dependencia crítica del momento y la
cantidad de la precipitación. Las regiones de mayor preocupación,
debido a la escasez de agua son aquellas de la zona mundial de la
Sabana, la cual se extiende por gran parte de África, partes del
sudeste de Asia, y el centro de América del sur [9].
Aunando a la escasez del agua que se registra a nivel
mundial, el uso insostenible de los recursos hídricos convencionales
es un proceso peligroso que se realiza en muchas regiones del
mundo [19]. Bruins [19] destaca que más de 1,000 millones de
personas se verán afectadas por la creciente escasez de agua en el
futuro, al tiempo que disminuirá la garantía de producción de
alimentos. En complemento a esta cantidad de personas y de una
manera más específica, la UNESCO [22] ha estimado que a
mediados del siglo XXI, en el peor de los casos 7,000 millones de
personas en 60 países sufrirán de escasez de agua, cifras que en el
mejor de los casos se reducirán a la nada despreciable cantidad de
2,000 millones de personas en 48 países.
WĄŐŝŶĂϳϴĚĞϮϵϱ
Volumen II
Es evidente que la escasez de agua es un problema que
necesaria y permanentemente debe ser atendido, a nivel mundial y
preferentemente en las regiones áridas y semiáridas del planeta
Tierra [24] ya que, mientras el incremento en la explotación de los
recursos hídricos puede generar graves daños al ambiente, la
escasez de agua conduce además generalmente al deterioro de la
calidad de este invaluable recurso natural [19].
Cantidad y calidad del agua

De los casi 1,400 millones de kilómetros cúbicos de recursos
hídricos con que cuenta el planeta Tierra de acuerdo con Gordon et
al. [27] en la figura 1 se presenta esquemáticamente la distribución
de los recursos hídricos en la naturaleza, y de los cuales casi el
97% corresponde al agua salada de los océanos. A nivel mundial,
se ha estimado que las reservas de agua dulce son de
aproximadamente 35, 000,000 km3 [1]. En términos porcentuales, el
agua dulce apenas representa el 3 % de los recursos hídricos del
planeta y tan sólo el 1 % de esta última está disponible para las
actividades humanas, incluida la agricultura [28], las principales
reservas de agua sobre la Tierra se presentan en el cuadro 1.
WĄŐŝŶĂϳϵĚĞϮϵϱ
Volumen II
Figura 1. (a) Percepción mental de agua dulce como un insumo

limitado para la producción de la sociedad. Se estima que,
aproximadamente el 30% del agua de escurrimiento es accesible
para la producción de la sociedad, del 20-30% se destina para uso
de la sociedad y fuera de ésta, del 65-70% se destina a la irrigación,
del 20-25% para la industria y un 5-10% para los hogares. La
cantidad de agua dulce que se evapora se denomina uso
consuntivo del agua y es vista como una pérdida de agua
irrecuperable. Una parte del agua dulce retorna a los ríos y los
acuíferos. En las últimas décadas la naturaleza ha comenzado a ser
vista como un actor legítimo. (b) El agua dulce como la sangre
circulante de la biosfera. La percepción del agua se describe en (a)
sólo se ve el agua dulce como parte del subsistema río/acuífero. Sin
embargo, los seres humanos también cambian los procesos a gran
escala en otros sub-sistemas (por ejemplo, los ecosistemas
terrestres, la atmósfera y los ríos), los cuales alteran los flujos de
agua dulce. La sociedad humana aquí es vista como una parte
integral de la naturaleza que depende de la capacidad de los
ecosistemas para sostener con bienes y servicios a dicha sociedad
[27].
WĄŐŝŶĂϴϬĚĞϮϵϱ

Volumen II
Cuadro 1. Principales reservas de aguas sobre el planeta
Tierra. Adaptado de Gleick y Palaniappan [1].
Presentación Área de Volumen Porcentaje Porcentaje
distribución (103 km3) del agua de agua
103 (km2) total (%) dulce (%)
Agua total 510,000 1.386 100 -
Total de agua 149,000 35,000 2.53 100
dulce
Agua en los 361,300 1.340 95.5 -
océanos
Mantos acuíferos - 13,000 1 -
salinos
Mantos acuíferos - 10,500 0.76 30
de agua dulce
Glaciares de la 13,980 21,600 1.56 61.7
Antártida
Glaciares en 1,800 2,340 0.17 6.7
Groenlandia
Islas del Ártico 226 84 0.006 0.24
Glaciares 224 40.6 0.003 0.12
Montañosos
Terreno con 21,000 300 0.022 0.86
hielo
Lagos salinos 822 85.4 0.006 -
Lagos de agua 1,240 91 0.007 0.26
dulce
Humedales 2,680 11.5 0.0008 0.03
Ríos (flujo en - 2.12 0.0002 0.006
promedio
Dentro del - 1.12 0.0001 0.0003
material
biológico
En la atmósfera - 1.29 0.0001 0.04
(en promedio)

= millones
La reducida disponibilidad se debe a que, como es

ampliamente conocido, la mayor parte del agua dulce se encuentra
en los glaciares de la Antártida y de Groenlandia, en forma de nieve
WĄŐŝŶĂϴϭĚĞϮϵϱ

Volumen II
cubriendo permanentemente las montañas a altas latitudes o como
aguas subterráneas profundas inaccesibles para los seres
humanos, por razones prácticas. Es decir, sólo pequeñas
cantidades de agua dulce están disponibles para las personas en
los caudales de los ríos, en lagos y mantos freáticos superficiales
accesibles o través de la precipitación pluvial [1].
En la figura 2 se presentan las disparidades continentales
respecto a la relación entre la disponibilidad de agua dulce y la
población mundial. De la misma figura se destaca que para el año
2000 la mayor presión ejercida sobre el agua dulce se presentó en
el continente asiático, donde se cuenta con tan sólo el 36 % de los
recursos hídricos del mundo y que éste albergaba a más de la mitad
de la población mundial [22].
Figura 2. Relación entre la disponibilidad de agua dulce y la

población a nivel mundial [22].
El agua de calidad, en la cantidad, en el tiempo y en los

lugares correctos es esencial para los ecosistemas y para las
WĄŐŝŶĂϴϮĚĞϮϵϱ
Volumen II
economías. Gran parte de la producción mundial de alimentos
depende del agua de riego. Los ecosistemas naturales están
adaptados a los patrones de los flujos de descarga, de la
precipitación y de la evaporación. Por lo tanto, los ajustes del ciclo
de agua respecto al clima, los cambios de clima y los cambios de
uso del suelo tendrán grandes y complejos efectos sobre los
sistemas económicos y ecológicos [6].
Por otro lado, la creciente competencia por los recursos
hídricos tanto por los usuarios agrícolas, industriales y domésticos
ha provocado un fuerte incremento de la presión sobre los
ecosistemas acuáticos y los humedales. Adicionalmente, el
inadecuado suministro de agua en gran parte del mundo ha sido
significativamente exacerbado por las tendencias a la baja de la
calidad de este recurso [9]. La calidad del agua y su cantidad están
intrínsecamente unidas; lo cual será cada vez más evidente a través
del cambio climático. La menor disponibilidad de agua supone que
gestionar la calidad de este recurso sea más difícil [28]. En gran
medida, la disminución en la calidad del agua, ante todo se debe a
las actividades antropogénicas que provocan la contaminación de
este líquido esencial para la humanidad [1, 9].
Deterioro de los recursos hídricos

A medida que la población mundial se incrementa en varios miles
de millones o más personas en los próximos 30 años, las fuerzas
del mercado provocarán una redistribución significativa de los
recursos de agua de los sectores agrícola y ambiental hacia el
sector urbano. Esto intensificará la tensión sobre los ecosistemas
basados en el agua y sobre la capacidad mundial de producción de
WĄŐŝŶĂϴϯĚĞϮϵϱ
Volumen II
alimentos [9]. De manera similar Bruins [19] ha señalado que, a
medida que las poblaciones urbanas continúan aumentando en el
planeta, se incrementa también la cantidad de aguas residuales que
aquéllas generan. Además, al incrementar la intensidad de uso del
agua de las corrientes superficiales se provoca un aumento en las
tasas de vertimientos de aguas negras o grises a las mismas y por
ende de los niveles de presión por contaminantes [15].
Por otro lado, la extracción de agua subterránea del planeta
se ha incrementado de manera considerable para atender la
demanda de este líquido vital a nivel agrícola, municipal e industrial.
Como resultado de dicho extracción, en diversas regiones del
mundo, las reservas de agua subterránea han ido disminuyendo
significativamente hasta el punto de que el rendimiento de los pozos
ha caído dramáticamente, las tierras han desaparecido y ha
ocurrido la salinización de los acuíferos [9, 17]. La sobreexplotación
de los mantos freáticos también es la causa de muchos graves
problemas secundarios tales como la intrusión del agua del mar y
los hundimientos de la tierra, que amenazan la integridad de los
recursos de agua subterráneos en diferentes regiones alrededor del
mundo [9].
A manera de complemento, respecto a la extracción del agua
subterránea, Bruins [19] resalta que muchos países están
permitiendo, de alguna forma, la sobreexplotación de sus recursos
hídricos convencionales y dejando los problemas a resolver para la
siguiente generación. Así pues, las aguas subterráneas han venido
siendo explotadas a un ritmo alarmante, durante las últimas dos o
tres décadas del siglo XX en China, India, Pakistán, el Oriente
Medio, el norte de África y México. Tal gestión insostenible del agua
WĄŐŝŶĂϴϰĚĞϮϵϱ
Volumen II
es tanto insensata como peligrosa, y probablemente tendrá
consecuencias muy dolorosas. Los resultados pueden ser
desastrosos, particularmente en China, India, Pakistán y México,
que tienen grandes poblaciones. Así, es previsible un colapso del
sistema agrícola cuando los niveles freáticos hayan disminuido
tanto que el riego resulte imposible.
En otro orden de ideas, pero no menos importante al deterioro
de los recursos hídricos, es ampliamente reconocido que la
agricultura es con mucho el mayor usuario de agua a nivel mundial,
estimándose que alcanza el 70 % del suministro total [20, 21, 23],
por lo que dondequiera que se realiza esta actividad, se producen
incrementos espectaculares de las concentraciones de nitratos y
pesticidas en las superficies cercanas y en el agua subterránea.
Además, en ciertos suelos, el incremento en el drenaje derivado de
las operaciones agrícolas puede lixiviar metales tóxicos desde el
subsuelo hacia las aguas superficiales y subterráneas. Así después
de numerosas décadas de eliminación de la tierra o la liberación
accidental de residuos tóxicos no tratados han generado un grave
problema de contaminación del agua del suelo en muchas regiones
y gran parte de los residuos todavía permanecen en el suelo [9].
Por estas condiciones, la humanidad enfrenta graves
problemas por el agua, incluyendo el fracaso para satisfacer las
necesidades básicas y de saneamiento para miles de millones de
personas, la creciente contaminación del agua con residuos
humanos e industriales, las consecuencias de los eventos extremos
tales como las inundaciones y las sequías, el desequilibrio
ecológico de los sistemas acuáticos, el aumento de las
preocupaciones por la escasez del agua y los crecientes riesgos del
WĄŐŝŶĂϴϱĚĞϮϵϱ
Volumen II
cambio climático que afectará la hidrología de cada región y el
manejo del agua [1].
Papel del cambio climático sobre la escasez de agua

A través del tiempo, y con mayor intensidad después de la
Revolución Industrial y la Revolución Verde, todas las actividades
humanas – agropecuarias, industriales, de salud y de servicios,
sobre todo cuando se desarrollan de manera no sustentable han
provocado impactos directos e indirectos sobre el ambiente y sobre
los recursos naturales [5]. Esto, por una parte, se debe al creciente
incremento de la población [12] y por la otra a que los procesos
agrícolas, urbanos e industriales generan grandes cantidades de
residuos [3, 29] además de contaminantes atmosféricos, con los
cuales se ha incidido sobre la dinámica y la calidad ambiental de los
servicios que brindan los ecosistemas contiguos y distantes [5]. El
crecimiento demográfico, el abuso en el uso de los recursos
naturales no renovables, la negligencia de los estados y los
particulares, aunado al profundo desconocimiento y subestimación
de las consecuencias de la depredación de bosques, los acuíferos,
los suelos, la flora y la fauna, han sido factores importantes en el
deterioro del ambiente [30].
Myers [31] ha establecido que muchos de los servicios que
brinda el ecosistema están ampliamente asociados con el fenómeno
de elasticidad de éste. Por lo tanto, si la elasticidad del ecosistema
disminuye, también disminuirán los servicios que brinda éste. La
elasticidad puede ser definida como la capacidad de los
ecosistemas para resistir tensiones y choques, para absorber
perturbaciones, y para recuperarse de un cambio destructivo:
WĄŐŝŶĂϴϲĚĞϮϵϱ
Volumen II
muchas de estas perturbaciones son debidas a las actividades
humanas y especialmente a las actividades económicas. Debido a
la importancia de los servicios de los ecosistemas, la elasticidad al
cambio climático tendrá que ser una propiedad clave de los
sistemas agrícolas sostenibles en las próximas décadas,
especialmente en las regiones donde se proyecten severos cambios
ecológicos debidos al cambio climático [8].
El crecimiento de la población, el desarrollo económico y la
urbanización ejercen una presión implacable sobre los recursos
hídricos del planeta. El cambio climático en curso, inducido por el
hombre, probablemente tenga un impacto más negativo sobre el
suministro de agua a grandes sectores de la población mundial: se
prevé una disminución de las precipitaciones y un incremento de la
evaporación precisamente en aquellas áreas o regiones que ya
están sufriendo de estrés hídrico; además se prevé un incremento
de la frecuencia de los fenómenos naturales extremos (atípicos) y
por lo tanto la probabilidad de mayores inundaciones [9, 17, 32].
El cambio climático, además de incidir directamente en el ciclo
del agua a través de los cambios en la temperatura, el tiempo, la
magnitud y la variabilidad de las precipitaciones, las sequías e
inundaciones, la humedad del suelo, el escurrimiento, la magnitud y
frecuencia de los fenómenos extremos, y un gran número de
efectos secundarios [17, 20, 33] también afectará a la producción de
alimentos a través de aumentos en el nivel del mar que inundarán la
agricultura costera, la reducción de la cobertura glacial que podría
cambiar drásticamente la hidrología de los ríos críticos para la
irrigación de grandes áreas agrícolas, y posiblemente a través del
WĄŐŝŶĂϴϳĚĞϮϵϱ
Volumen II
incremento de la incidencia de plagas y enfermedades, aunque esto
último es muy difícil de predecir con exactitud [16].
Una de las consecuencias más graves de la tendencia del
calentamiento global es el impacto en los procesos de degradación
del suelo - desertificación de las zonas áridas del planeta y, a su
vez, la retroalimentación de los procesos de desertificación al
incrementar la tendencia de cambio climático. Ante esta espiral
perversa que a nivel global, preferentemente en las regiones semi
áridas y áridas, no solo puede afectar a la estabilidad y el
funcionamiento del entorno natural, sino que puede implicar
problemas de seguridad ambiental (migraciones forzadas, escasez
de agua, seguridad alimentaria, incendios forestales) e importantes
daños y consecuencias socioeconómicas al generarse la disrupción
del papel regulador y amortiguador del suelo ante los fenómenos
climáticos extremos (sequías, lluvias torrenciales, inundaciones,
deslizamientos y colapso de laderas) [16, 25].
Aunque el sistema agrícola global o mundial tendrá que
proporcionar más alimentos para una creciente y más rica población
en las décadas por venir, el aumento en la demanda de agua y los
potenciales impactos del cambio climático representan una
amenaza para los sistemas alimentarios [17]. En este sentido, hoy
en día, entre los grandes desafíos que enfrenta la humanidad en el
siglo XXI serán tanto el incremento de la oferta mundial de
alimentos para dar respuesta a un mundo con 10,000 millones de
personas o más, así como a los efectos del cambio climático [6, 8].
En relación a estos desafíos, Beddington [20] ha establecido
que el hombre debe generar 40 % más alimentos, con superficies
cultivables y agua limitadas, usando menos energía, fertilizantes y
WĄŐŝŶĂϴϴĚĞϮϵϱ
Volumen II
pesticidas - para el 2030 - al mismo tiempo reducir drásticamente
los niveles de los gases de efecto invernadero emitidos a nivel
mundial y hacer frente al impacto del cambio climático que no se
puede evitar. Para ello, se debe maximizar el uso de las tecnologías
ya desarrolladas y de generar y explotar los nuevos
descubrimientos científicos.
Trascendencias de la ciencia y la tecnología aplicadas al

problema emergente de escasez de agua
Como es ampliamente conocido y como brevemente se describió en
los apartados anteriores, de acuerdo con Gleick y Palaniappan [1],
los recursos de agua dulce son fundamentales para mantener la
salud humana, la producción agrícola, la actividad económica e
industrial así como para las funciones críticas de los ecosistemas.
Las funciones de los ecosistemas han sido significativamente
afectadas por el cambio climático, por la movilización antropogénica
de los principales constituyentes químicos, por el incremento de la
población humana, y por las especies invasoras. Todos estos
factores crecerán en importancia en el presente siglo, y su impacto
sobre los ecosistemas terrestres y acuáticos tendrá que ser el foco
de grandes y continuos esfuerzos de investigación [9]. Dada esta
importancia, una prioridad esencial para la humanidad, obviamente,
es y será incrementar significativamente el uso eficiente del agua,
tanto para la producción de alimentos como para el resto de las
actividades antropogénicas [16].
Si se considera que el planeta Tierra cuenta
aproximadamente con 1,400 millones de kilómetros cúbicos de
agua, de los cuales casi el 97% corresponden al agua salada
WĄŐŝŶĂϴϵĚĞϮϵϱ
Volumen II
contenida en el los océanos [1] es posible también considerar que
existen muchas y variadas áreas de oportunidad para que a través
de la actividad científica se generen alternativas innovadoras,
económicas, viables y ambientalmente amigables, para dar
respuesta a los innumerables problemas que representa por un lado
la escasez de agua y por otro los problemas relacionados con la
contaminación que sufre este recurso, al ser un elemento esencial
para todas las actividades que desarrolla la humanidad.
Quintanilla et al. [34] señalan que la ciencia y la tecnología
deben responder no sólo a las necesidades de la sociedad para
mejorar sistemáticamente las condiciones de vida de la mayoría de
la población que vive en situaciones de pobreza extrema, sino que,
además, los avances científico-tecnológicos deben ser
adecuadamente utilizados por los individuos, y para que esto sea
posible deben conocerlos, comprenderlos y utilizarlos
apropiadamente dentro de un contexto determinado. En este
sentido la educación científica ocupa un lugar clave para mejorar la
calidad de vida y la participación ciudadana responsable e
informada en las decisiones de la comunidad en su conjunto.
Las mejores soluciones serán las más rentables y las que
cuenten con una mayor aceptación entre los agricultores. Por lo
tanto, se deberían favorecer las medidas voluntarias, que sean lo
suficientemente flexibles y que no requieran mucha burocracia.
También darán mejor resultado aquellas medidas encaminadas a la
eficiencia del agua, que además proporcionen beneficios
adicionales, como la reducción de la necesidad de energía o
beneficios ambientales [28]. Como lo describen Rockström y
Falkenmark [35] desde una perspectiva agro – hidrológica, incluso a
WĄŐŝŶĂϵϬĚĞϮϵϱ
Volumen II
nivel de los agro ecosistemas semiáridos y las Sabanas
subhúmedas secas para lograr incrementos significativos en los
rendimientos por unidad de producción, lo cual se puede apreciar
en la figura 3.
Dentro de las alternativas encaminadas al ahorro de agua,
que ya aplican muchos agricultores para mejorar su resistencia al
cambio climático, se incluyen: la recogida de agua de lluvia, las
rotaciones de cultivos que aprovechen mejor el agua disponible, el
ajuste de las épocas de siembra en función de los patrones de
temperatura y de precipitaciones, el empleo de variedades de
cultivos mejor adaptadas a las nuevas condiciones meteorológicas
(por ejemplo, variedades de cultivos de ciclos más cortos, más
resistentes al estrés hídrico y con mayor tolerancia a los niveles de
salinidad), la adopción de prácticas de conservación del agua que
favorezcan la infiltración y el almacenamiento de agua en el suelo,
la reutilización del agua, el mejoramiento de los sistemas de riego a
través de un mejor mantenimiento, y la adaptación del calendario de
riego o la introducción de setos o arboledas, que reducen la
escorrentía y actúan como cortavientos. Más allá de la explotación,
se pueden aplicar otras medidas como la modernización de la
infraestructura de riego [9, 28]. Adicionalmente, en la figura 4 (a y b)
desde el punto de vista de las buenas prácticas agrícolas (BPA) se
presentan las alternativas para el manejo del agua [40].
WĄŐŝŶĂϵϭĚĞϮϵϱ
5HG$FDGpPLFDGH,QQRYDFLyQHQ$OLPHQWRV\$JULFXOWXUD6XVWHQWDEOH 5$,$$6
7ySLFRV6HOHFWRVGH6XVWHQWDELOLGDG8Q5HWR3HUPDQHQWH
9ROXPHQ,,
Figura 3. Análisis del balance de agua azul y verde a nivel de

unidad de producción de la brecha entre los actuales
rendimientos y los potenciales rendimientos de los cultivos en
términos de la disponibilidad de agua verde (porcentaje de
lluvia que se infiltra en el suelo y se transforma en flujo de
vapor verde) (eje Y) y el uso productivo del agua verde
(porcentaje de transpiración del flujo de vapor total) (eje X). Las
líneas muestran las iso-lineas de igual rendimiento (t•ha-1) y
representan las diferentes combinaciones de los flujos para el
balance de agua dentro de la unidad de producción. El cuadro
sombreado representa el intervalo hidrológico observado para
la producción de maíz de secano por unidad de producción en
regiones semiáridas del África subsahariana, generando un
rendimiento promedio de 1 t•ha-1 [33].
WĄŐŝŶĂϵϮĚĞϮϵϱ

9ROXPHQ,,
WĄŐŝŶĂϵϯĚĞϮϵϱ

9ROXPHQ,,
De la figura 3, Rockström et al. [33] han establecido que los
escasos rendimientos actuales de un agro-ecosistema tropical
semiárido son se deben a las pérdidas de agua azul a nivel de
unidad de producción, en términos tanto de: a) el escurrimiento
superficial, que limita la infiltración a la zona radicular y la
percolación hacia las aguas subterráneas (reducción en el eje Y); y
b) del flujo de vapor improductivo (reducción en el eje X).
Adicionalmente, se destaca que, a nivel general, si toda el
agua disponible en la zona radicular pudiera ser utilizada
productivamente, i. e., sin pérdidas de vapor improductivas y
deficiencia de elementos nutritivos, el rendimiento potencial en el
caso ilustrado podría alcanzar 3 t•ha-1. Si no se presenta una
percolación profunda, el rendimiento potencial podría alcanzar 5
t•ha-1. Finalmente, si toda la precipitación local pudiera ser utilizada
sin pérdidas de agua a nivel de la unidad de producción, de las
diferentes regiones en los países en desarrollo, el rendimiento
potencial podría elevarse hasta 7.5 t•ha-1. En la realidad, entre los
pequeños productores, solamente una pequeña fracción de la
precipitación pluvial se infiltra, y solamente una pequeña parte de
esta agua es utilizada por el cultivo, provocando bajos rendimientos
en las unidades de producción. Los rendimientos experimentales en
hidroclimas similares generan rendimientos del orden de las 4 t•ha-1,
y los rendimientos comerciales con frecuencia exceden las 5 t•ha-1
[33].
La modernización de los sistemas de riego ha progresado
constantemente y la productividad del agua también ha mejorado
considerablemente. Sin embargo, todavía hay potencial para
ahorrar agua, y resulta crucial evitar la salinización u otros
WĄŐŝŶĂϵϰĚĞϮϵϱ

Volumen II
fenómenos que pueden darse en zonas con sobreexplotación de los
mantos freáticos [28]. En este sentido, la optimización en el uso de
los recursos y la selección de cultivos que requieren menos agua
para riego podría ser una de las estrategias para superar el
problema de la escasez de agua [36].
En relación a la optimización del recurso hídrico, se destaca
que en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro se han
obtenido resultados por demás interesantes, pues con el empleo del
vermicompost o humus de lombriz mezclado con arena de río, en
relación 1:1 (en volumen), además de cubrir la demanda nutritiva
del tomate, sin aplicar fertilizantes sintéticos se logró reducir la
demanda de agua en este cultivo, pues con tan sólo 40 L de agua
aplicados por maceta, y se obtuvo una productividad, hasta el corte
del quinto racimo, de 30.66 kg•m-3 de agua, mientras que con el
sistema de producción convencional, también hasta el quinto racimo
y aplicando un volumen de 143 L de agua por maceta la
productividad alcanzada sólo fue de 20.32 kg•m-3 [37].
Los resultados preliminares reportados en el párrafo anterior
son ampliamente halagadores en virtud de que se ha señalado que
el mejorar la productividad del agua en la agricultura será crítico
para satisfacer las futuras demandas de alimentos. Conforme se
incrementa la productividad del agua se incrementa (i.e., la
eficiencia del riego), disminuye la extracción de agua agrícola,
aunque el uso consuntivo se mantenga constante [17].
La evidente escasez de agua en muchos países con regiones
secas impone el desarrollo de fuentes alternativas de recursos.
Tanto la desalinización como el reciclaje de los efluentes urbanos
pueden ciertamente ayudar a mitigar algunos de sus efectos
WĄŐŝŶĂϵϱĚĞϮϵϱ
Volumen II
negativos. Sin embargo, además de nuevos proyectos de ingeniería
al respecto, resulta de la mayor importancia desarrollar planes de
contingencia y mecanismos urgentes de gestión para tiempos de
sequía y escasez de alimentos [19].
Por otro lado, actualmente con el apoyo de la actividad
científica - usando imágenes de satélite, en las regiones áridas y
semi áridas del mundo e. g., en Raj Samadhilyia, India, se han
logrado avances significativos relacionados con la captura, el
manejo y el uso de la reducida precipitación que se presenta en
estas regiones. Como resultado de lo anterior, los productores
agrícolas han contribuido a lograr la meta que los científicos
consideran esencial para alcanzar la seguridad alimentaria a nivel
mundial; a través de una mayor producción en los cultivos por gota
de agua [38].
Además, existe un gran número de opciones a través de las
cuales se pueden desarrollar alternativas adicionales para reutilizar
las aguas residuales, aunque deberá prestarse una amplia atención
a los riesgos potenciales para la salud [9]. En la actualidad la
irrigación de cultivos agrícolas con aguas residuales es una práctica
común, especialmente en regiones áridas como en el norte de
México, donde su uso se ha generalizado debido a la escasez de
agua de buena calidad. Sin embargo, existen requerimientos de
calidad que deben tomarse en cuenta para su aprovechamiento en
riego, para evitar contaminación a los cultivos, que pueden afectar a
los animales y al hombre. Esta situación ha promovido la
investigación para desarrollar y estudiar nuevos reactores
biológicos, de lecho fijo o de flujo continuo, para el tratamiento de
aguas residuales [39].
WĄŐŝŶĂϵϲĚĞϮϵϱ
Volumen II
También será de gran importancia, la investigación enfocada
a reducir los conflictos entre los usos agrícolas y los usos
ambientales del agua. Una medida que podría ser particularmente
útil implica el uso de los servicios de los ecosistemas para la
agricultura. Un ejemplo podría ser el uso de los humedales
naturales para el cultivo del arroz [9].
Conclusión
Considerando la problemática emergente del agua, su importancia y
la amplísima información disponible, inherentes a este recurso,
esencial para la vida en el planeta Tierra, se puede señalar que, así
como existe una reducida disponibilidad de agua dulce, también
existe una miríada de áreas de oportunidad, para que a través de la
actividad científica se generen alternativas innovadoras,
económicas, eficientes, viables y ambientalmente amigables, que
respondan a la problemática que presentan los recursos hídricos,
debido a su escasez y la contaminación que sufren por el amplio
uso que tienen estos recursos en las actividades desarrolladas por
la humanidad. Por ejemplo, debido a los trabajos realizados con el
empleo del vermicompost, mezclado con arena, como sustrato de
crecimiento bajo condiciones de invernadero, es posible
incrementar la productividad de cultivos como el tomate por
volumen de agua aplicado, lo cual es de gran relevancia para zonas
con escasa disponibilidad de recursos hídricos.
WĄŐŝŶĂϵϳĚĞϮϵϱ
Volumen II
Literatura Citada
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diciembre de 2013] Disponible en:
http://hdl.handle.net/11059/462
Integrantes de la Red Aadémica de Innovación en Alimentos y

Agricultura Sustentable (RAIAAS)
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LA ESCASEZ DE AGUA COMO PROBLEMA EMERGENTE: IMPORTANCIA, RIESGOS

Chapter · January 2014

Alejandro Moreno-Reséndez Jose-Luis Reyes-Carrillo

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Norma Rodríguez Dimas César Márquez-Quiroz

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Alejandro Moreno Reséndez♠1‡*, José Luis Reyes Carrillo2*,

Departamentos de 1Suelos, 2Biología, 3Ciencias Básicas y

Palabras clave: actividades antropogénicas, contaminación,

Importancia del agua

La escasez de los recursos hídricos

Cantidad y calidad del agua

Figura 1. (a) Percepción mental de agua dulce como un insumo

La reducida disponibilidad se debe a que, como es

Figura 2. Relación entre la disponibilidad de agua dulce y la

El agua de calidad, en la cantidad, en el tiempo y en los

Deterioro de los recursos hídricos

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