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La mejor fuente de informacion sobre la vi- day la personalidad de san Pablo son las car- fas eseritas por él mismo. El grupo de cartas Consideradas auténticas comprende Roma- tes, 1-2 Corintios, Galatas, Filipenses, 1 Tesa- Jonicenses y Filem6n. Estos escritos se distri- ayen en un periodo que va desde los afios 50/51 al 58, Pablo desplegaba en aquel tiempo tuna intensa actividad misionera y trataba por todos los medios posibles de mantenerse en contacto con las iglesias que habia fundado. Por otra parte, esas comunidades nunca deja- ban de plantearle nuevos problemas, que re- ‘querfan Su intervencién casi siempre enérgica einmediata. ¥ ante la imposibilidad de hacer- ‘se presente por si mismo 0 por uno de sus mas Fieles colaboradores, él les hacfa llegar sus ins trucciones, reproches o exhortaciones por me- dio de cartas. Estas cartas no proporcionan datos sufi cientes para escribir una biografia del Apéstol Pablo nunea pretendié hacer el relato comple. to de sus recuerdos, ya que su misién consis- tia en evar la buena noticia de ciudad en ciu- dad, sin volver sobre el pasado mas que en la medida en que lo exigian las circunstancias. Sin embargo, las cartas paulinas son un testi- monio vivo de su personalidad excepcional En ellas se encuentran rellejados su tempera- mento apasionado y combativo, su fe ardiente, suvoluntad siempre tensa aunque sujeta a de- salientos pasajeros, su rica sensibilidad y su constante lucha con una salud al parecer bas- tante precaria. Esas cartas atestiguan asimis: mo la progresién de un pensamiento que no alcanzé de inmediato su forma definitiva, sino que se fue desarrollando gradualmente, en es- ttecha vinculacion con los problemas que de- bia afrontar dia a dia la actividad misionera de Pablo. Al mismo tiempo, ellas tienen el valor de un testimonio inmediato sobre la vida, las dificultades y el crecimiento de las comunida- des cristianas en el mundo greco-romano, Las cartas de Pablo contienen relatos auto- biogréficos. El mas importante es el de Gal Pablo y las cartas paulinas 1,13-2,21, pero hay que mencionar igualmente los relatos de viajes (2 Cor 115-16; 2.12-13; 7.5.1), las listas de los suhrimientos aposta cos (2 Cor 4,7-10; 11,23-29) y las eonfesiones personales (2 Cor 121-10). En estos relatos, Pablo se atiene estrictamente a los hechos ex: terlores, ola reflexicn autobiografica sirve de punto de partida a consideraciones sobre la Condicién humana o la existencia creyente (Gal 2,15-21; Flp 34-11). Por tanto, el «yo» aur tobiogratfico de Pablo se refiere a la personal dad publica del apéstol, o da cuenta de expe- riencias que de’ alguna manera plantean cuestiones de interés general. De ahi que las Infomaciones de ee tp, come v8 J enas insinuado, no constituyan una autobiografia nel sentido moderno dela palabra, ya que no incluyen confidencias sobre sus sentimientos ‘y sobre la evolucion de su personalidad. Las otras cartas que forman el lamado cor- pus paulinum ~Colosenses, Efesios, 1-2 Timo- {eo y Tito- fueron redactadas més tarde por discipulos de Pablo, y se pusieron bajo su nombre y autoridad porgue se relieren de al sgiin modo a su pensamiento y asus directivas Estas cartas de la wadiciOn paulina reflejan tapas distintas en el desarrollo de la Iglesia y atestiguan el surgimiento de nuevos proble- mas, alos que se traté de responder siguiendo las lineas abiertas por el Apéstol. De ah la ne- cesidad! de tener en cuca ls division, de las cartas y su diversa distribucién en el tier sobre todo cuando se trata de reconstrut el ensamiento original de Pablo y la situacién de las primeras iglesias Otra fuente de informacion indispensable para el congcimiento de Pablo es el libro de fos Hechos de los Apéstoles. Sin embargo, los dlatos que aporta el relato de Lucas no siempre coineiden con los testimonios que proceden del mismo Pablo. Lucas tenia ante sus ojos un itinerario de los viajes de Pablo, pero no eono- cia ni menciona sus cartas. Esto se deduce, por ejemplo, de un pasaje como el de 2 Cor 11,22:27. Alle Pablo enumera una larga serie a (COMENTARIOS AL NUEVO TESTAMENTO de padecimientos, fatigas y encarcelamientos {que el libro de los Hechos ios ilustra en forma mas detallada, Por otra parte, y debido al paso del tiempo, Lucas ha procurado suavizar las afistas y apenas alude al combate crucial del apéstol con respecto a la observancia de Ia Ley. De abi que esta fuente suplementaria de= ba ser sada con cautela, siempre que no esté fen conflicto con las cartas. Las declaraciones del propia Pablo son el mejor criterio para fevaluar la informaci6n proporcionada por el Iibra de los Hechos. Un judio de Tarso septa aa i de aan de rocly dein tibu de Benjamin; hebre, ho de he reod en cuanto ala Ley, farieo, por el ardor de th czio, persepuidor dela iglesia yen lo que se Fofire ala justcia que procede dela Les, de una Conducta ieprochable» (fp 3.56) “Nomismo-oy sacha, descendiente de Abra: ham tmembco dela iba de Benjaminw (Ror M3) ‘io soy judi, originario de Tarso,ciudadano de ins importante cadad de Cilcas (ich 2,39), Por estos textos se ve que Pablo nacié en seno de una familia judia, orgullosa de sti hnaje y-apegada a su fe (cE 2 Cor 11,22) Gal La): Su padre gozaba de buena posicion, ya que habia recibido el privilegio de la ciudada- hia romana, y Pablo mismo apelaré mas de tuna ver a este stulo cuando tenga que enfren- tarse com la autoridad romana (Heh 22,2528, of 1637) En sus cartas, Pablo siempre se presenta a si mismo con el nombre de Paulos (Pablo), in- Cluso cuando recuerda su ascendencia judia. Solamente Lucas nos ha conservado ex el le ‘bro de los Hechos el nombre semitico Saulos (7.58; 81.3; 9,148.11; 13.2) y no habla de auios mas que a partir del momento en que fnira en relacign con Sergio Pablo, el procon- Sul de Chipre. El uso de un doble apelativo era muy frecuente en un ambiente cosmopolita Como la cuenca del Mediterraneo oriental. El buen conocimiento que Pablo tenia del riego invita a pensar que vivié en Tarso de Ci- ficia por lo menos hasta su adolescencia. Tar- so era antiguamente sna citidad muy prospe- ra. Tenia un puerto a orilas del rio Cidno, cerca del Mediterraneo, vera célebre parla fa- bricacién del ecilicio», una tela muy resistente hecha de pelo de cabras para las tiendas de los nomadas. En el taller familiar Saulo aprendio cl oficio de tejedor, que le serviria mas tarde Como medio de vida, a fin de no ser una carga para sis comunidades (I Tes 2.9; ef. Heh 18,1- 3°20.34; 1 Cor 9,13-15) La ciudad de Tarso tenfa unos 300,000 ha- bitantes, entre los que se mezclaban, como en todos los puertos, los elementos mas variados. 750 Era ademds una ciudad universitaria, como lo oe “og bases de Tr sete at psn por la ilosoiay tienen un esprit tan enelelope Sico que su ctudad ha terminado por ecipsae a ‘Mtenat, a Alejandra todas las ours sada Sonocidas por aber dado onigen a alguna sect 0 ‘Suna flonchea.- Lo mismo gue end, Tar so tiene escuela pare tas os raat dens ates liberates. Anadase a esto la ca tan eevada desu poblaciony la notable preponderancia que dee SSbre las chdades vecint y se comprenders co tho puede reivindicar el nombre yal fango de me: tropol de Ciliciar (Gengraphia, XIV. 8.13). Entre las gloria de la regi6n figura el poe- ta Arato, del siglo Ma.C, que desde una pers- pectiva estoica escribié un poema sobre Les jenomeros del cielo, como prueba de la provi- dencia divina, En él declara que «todo esta le- no de Zeuse,y de él procedela frase citada en eh discurso del Aredpago: Si, estipe sug so- mos (Heh 17,28). También habia. nacido en Tarso el Mlésofo estoico Atenodoro, preceptor del que seria mds tarde el emperador Augusto. El pasé sus ultimos dias en su cludad natal y supo dar a sus disefpulos sabios consejos: «Cuando estés enojado, César, no digas nada ai hagas nada hasta que hayas epesido fodas as Fras del aabetor (Seca, Canara Laci, Alos pies de Gamaliel Seguin Hh 22,3, Pablo recibi6 una parte de su educacion en Jerusalén, a los pies de Ga- Ialiel, uno de los maestros mas istres de su tempo (ef, Heh 26,4) Algunos historiadores Bonen en dude a veracdad de exe informe: Sidn, porque no es un hecho demostrable a partirde las autenticas carts paulinas, Por btra parte, como es muy poco lo que se sabe sobre ls faiseos fuera de Paestig arpa podemor determinar qué tipo de formacion Fecibio Pablo en su juventad, Lo que no s¢ puede negar es que él adhini6 a la corviente Inds rigorista del judaismno, En Fip 35 se de- signa a si mismo como fariseo, y en Gal 114 se gloria de haber aventajado a muchos eom- patriotas de su edad en su celo por las trad Glones paternas. Pero si no hizo sus estudios en Jerusalén, resulta imposible saber dénde ¥ casino decid converte enn farieo co paz de perseguie a los que él consideraba co: Ino judios disidentes o heréicos (Otros autores consideran que no hay serios motives para tales dudas, va que no se conoce” en aquella epoca confratemidades de fariseos fuera de Palestina. Ademds, las conviceiones de la secta calaron tan hondamente en el esp itu de Pablo, que afloran con frecuencia en Sus eseritos, Ro como un residuo sin ningoM i lor (y por eso mismo desechable), sit Silomento agra en su ui centtaoa en el estilo de a Tog, trmada ex Su sentido mas amplio: la ley de Moisés (el Pentateuco), las tradiciones de los Padres o ley gra 1 textos profticos (muy apreciados {bs fariseos y los esenios, pero no tanto por Saduceos) y’ los seseritos», especialmente los Salmos. La tarea primordial era la lectura del texto, el conocimlento de la sletra» en la que todos estaban de acuerdo, Luego venia la'in- terpretacion (mudrash), que era el lugar de la controversia. Alli aparecian las diferencias en- fre las distinias escuelas. El estudio metodico se dividia en dos tiem- } aprendizaje del text y el esfuerzo ido para comprender sti significado, ya duc aprender un texto yentenderfo son dos co- Ss distntas. Antes que nada, el texto oral oes- trito debfa ser memorizado, v solo después podia empezar la interpretacién. Pablo y Jesiis Pablo nunca hace alusiGn a un encuentro personal con Jestis antes de su resurreccion. Nunca lo vio ni lo escuché personalmente. Es: te silencio resulta alin mis sorprendente si se tiene en cuenta que hacia el ano 30, cuando Jestis fue erucificado, Pablo hacia su aprendi zaje en Jerusalén a los pies de Gamaliel. ¢Co- mo explicar que nunca haya tenido el menor Contacto con el profeta de Nazaret, ni siquiera cuando él eargaba con la cruz en su camino hhacia el Calvario? Para explicar este pequefio enigma se han casayado varias expicaciones, Unos sostenen gue los hechos referidos a ess tenfan mucha importancia para el reducido grupo de sus. tipulos galls, pero pasaron. desapercibides para la gran masa de los dios, incluso para los {Que vivian en Jerusalén. Aunque los evartgelistas Tablan de la pasion de Jess como sila ciudad savers bit estado involucrada en el, en realidad fue un acontecimiento tan insignifican- te que en las escuelas de los rabinos ni siquiera amé la atencion, Entre la multitud alborotada gue facta matar sus conderos en el Templo fe se aprestaba para celebrar la cena pascual, proceso y la condena amuerte de feats no fe tun hecho tan notable que pudiera distraer de- masiado la atencion de los peresrinos. ‘Otros sospechan que Pablo atin no habia llegado a Jerusalén, sino que lo hizo mas tar- de, cuando ya tenia mas de veinte afios. En tal caso estaria claro que Liicas exagera en lo Te- terete ala formactn rabinica de Pablo en Je ‘La Iectura de las cartas paulinas confirma esta impresion. Pablo no dice nada de los su- ees0s narrados en los evangelios. No habla de PABLO Y LAS CARTAS PAULINAS la predicactén de Jestis sobre el reino de Dios, de'sus exorcismos y curaciones, de sus pole: micas con los fariséos y escribas, ni de su trac to con publicanos y pecadores. No refiere nin- zuna parabola de Jestis, ni cita las peticiones, del Padrensestro, Tado’ sui mensaje teolegico Se concentra en la muerte, esurreccion y exal: tacion de Jestis, ‘Accausa de esta situacién, sus adversarios lo consideraron inferior a los’ Doce, que habian Aacompariado a Jestis durante su vida terrena. Incluso en una iglesia como la de Corinto, Fine dada por el mismo Pablo, algunos cristianos Colocaban a Cefas por encima de su propio apéstol. A diferencia de Pablo, Cefas era tn testigo de la vida de Jesis, cuyas palabras hechos referia. Facilmente se comprende que los eristianos de la generacion que habia oido a Testis y a los apéstles viera con cierta des- confianza la condicion y el proceder de Pablo Frente a tan fuerte oposicion, Pablo defien- de con energia su condieion de apéstol. En es. te contexto es preciso situar la frase de 2 Cor 5,16: Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie sequin la carne; y si 20- rnocimos a Cris de esa manera, ya no lo cono- cemos mds ast. El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, wt Ser nuevo se ha hecho presente (2 Cor 5,16-17). Pablo afirma con estas palabras que las re laciones puramente humanas han caducado ante la grandiosa novedad cristiana, Poco im- porta que se haya conocido a Jesis en su vida mortal. Ya no cuenta mas ¢l conocimiento se- atin la came, es decir, el conocimiento pura: mente humano, no iluminado por la fe y por la dccion del Esprit. Aun los disetpulos gue lo hhabian conocido en su humanidad ya no lo co- nocen asi, Despiies de su muerte y su reste Frecegn no se puede conocer de vers a Cs tossino ala luz de la fe, como Sefior y Salvador. Esto no quiere deeir que Pablo eché por Ia borda todo lo relativo a la vida terena de Je stis. Cristo tuvo que hacerse hombre para ile var a cabo su obra redentora. Pero laconcen- fracién en la muerte y la resurreccién le impidieron atribuir al misterio de la encarna- ion una accion positivay eficiente en el orden de la salvacion. El hecho mismo de la encar- nacion no tiene un valor salvifico comparable al de la muerte y la resurreccién. Era necesa- to que Cristo se sometiera a las condiciones de una carne mortal para que pudiera reali- {arse en su propio cuerpo la obra de la reden- ién. Pero la funcién salvifica esencfal se halla reservada a la muerte y la resurrecei6n, El perseguidor de la Iglesia En cuatro oportunidades Pablo reconoce que persiguié a los eristianos (Gal 1,13.23; 1 Cor 15,9: Flp 3,6), y el libro de los Hechos co- (COMENTARIOS AL. NUEVO TESTAMENTO rrohora esas deslaraiones (ch 83) El ver bo griego que utiliza para caracterizarse a si rismo como perseguidor de ls Iglesia (dio Kein) sugiere Ia idea de odio, alrentas © inj ras, sn excluit la violencia la agresion Bs. cca El mismo aclara tambien que el motivo de las persecuciones habia sido su exceso de eelo por Ley: en cuanto a la Ley, farseo: en cua. to al cela, perseguidr de la Iglesia (Flp 3,56 cf Gal 114 ch 22,3). La palabra scelo» tiene en Israel una histo- ria que se remonta a los tiempos antiguos. Es ‘Leela que animé a Pinjss ya fos levitas (Nm 251-13), al profeta Elias (I Re 19,10) y al sacerdote Matatias, padve de los Macabeos (1 Mae 2.24.26). Filén de Alelandria hace el elo- gio del ardor carismético y espontneo, de la thuria divinas que impulsa af Israelite, «por ‘odio al mal y amor de Dios, a realizar accio- nes violentas contra los transgresores de la {Ley imitando el ejemplo de los antepasados Glen, De specialbus legibus, 155-87; De vita Mosis, 1301-308), ‘Una pregunta que surge esponténeamente s por que Pablo lievé su celo hasta el extremo de erseguir alos criiano, ‘Al responder @ esta pregunta, conviene eliminar tuna suposi= cin que no por extendida es menos errdnen Un judio tan estrcto como Pablo~suele decir- se~ se habria sentido impulsado a perseguir a los eristianas porque consideraba incompati ble con la fe de Israel el veconocimiento de Je- stis come Mesias. Al poner a Cristo en el cen- tte de todo, los eristianos le daban el ugar que el judaismo asignaba @ la Tora, v este despla- zamiento heria los sentimientos mas intimos de todo judio auténtico, Ta historia muestra, sin embargo, que mu- ches erupas jus tavern pr mesa no Seguids 0 excluidas, Sia los cristianos no se les hubiera reprochado otra cosa que su fe en Ja mesianidad de Jest, se los habria margin do como a miembros de una seeta judi xt Vagante y victima del err, pero no se los bls declarado herejes 0 bidslemos, y menos atin dignos de ser suprimidos. Por otra parte, Pablo daa entender clara- rmente que ef motivo real dela persecucion ha bia sido su celo por la Ley: Este celo no podia afectar a toda la comunidad cristiana de Jer: salén, ya que esta, en su gran mayoria, no se apartaba de las observencias judias. Lo que tal vez se podia reprochar 2 los seguidores de Je stis era una cierta marginalidad: pero este no era un motivo suficlente para que se desearge- ‘a contra ellos una perseoueion tan violenta ‘Muy distinto era el caso de los «helenistas», cuya figura mis representativa era Esteban’ Segin Heh 6:1, los helenistas formaban un grupo bien detinido, la predicacion de Este- Ban'en Jerusalén Jo puso en conficto con otros judios procedentes de la diaspora, que TT 72 levaron su hostiidad hasta el extremo de ha- calc compares ante el Sanedrn bala acu sacién de blasfemia conta el Lugar santo la Tord. eer De ahi se ha podido concluir que la perse- cucign estuvo drigida, no contra los cristia- hos de lengua aramea, sino contra los cists. nos helenistas que despues de la muerte de Esteban ‘tuvieron que huir de Jerusalen (ch. Heh 8:1), La persecucén debio de consistiren llevar a Tos judeoeristianos helenstas alos tr bunales rabnicos para que reibieran los cas ‘igos Feglamentarios mpuestos por la sinago- (cb Heh cf Me13 9) seas no dice por qué Pablo prosiguis en Damasco la obra que habia empezade en Je rusalen, Tampoco sabemos a clenia cesta c6 ‘mo llega constituirse Ia comunidad cristiana de Damasco. No faltan motivos para pensar Sin embargo, gue alif habia una importante Comunidad judia que el movimiento eista: zo habia ganado adeptos particularmente en: tre los judios helenistas ‘Lo que parece insostenible esque Pablo ha- ya sido investido por el sumo sacerdote de ple- hos poderes pars detener a los cristianos de Damasco y levarlos encadenactos a Jerusalen El modvo es obvio: el Sanedrin o tibunal su premo, bajo la administracin romana, nunca posey6 una juredicelon que le permitiera c- thar mds ald de las ronteras de Jadea, Por fo tanto el fariseo Pablo pido actuar tnicamen. te dentro del poder cotretivo concedido a las comunidades’ sinagogales: flageacion, destic- fro. excomunién, Como escribe en 2 Cor 11,24, €l mismo suiié mas tarde el stror cas {igo sinagogal de lor azotes: cinco veces fai ‘zotado por fs judios con los treinta } neve fobes. De perseguidor a apéstol Pablo se refiere varias veces al radical cam: bio de vida que se produjo en él a partir de su encuentro con Cristo, pero no describe su ex periencia en términos de econversidn de una religién a otea, y menos atin del mal al bien o del vicio a la virtud, Lo que en realidad acon tecié en Damasco, de acuerdo con sus propias palabras, no fue una conversién sino una vo- cacién profética. Asi lo entendis él mismo, se- gin lo manifesta en Gal 1,15-16: Dios, que me ligid desde el seno de mi rtadre y me liad por medio de su gracia, se conplacié en revelarme & su Hijo para que yo lo artunciara entre fos pa= sganes. Estas palabras evocan claramente el relato due el profeta Jeremtas hace de su propia vo- ccacidn: La palabra de Yahve legs a mt en estos términos: «Antes de formarte en el seno mate? no, yo fe conocta; antes que salieras del sen0 YO —— ————__ 3 te habta consagrad, te habla constituide profe tera las naciones» (Ot 13) {in referencia al texto de Jeremias hace ver claramente que el contesimlento de Damasso fie pura Pablo a realizacign histerica de un plant establecido por Dios deade siempre. Co- Ro ocuiria con los profetas (cf Ts 41.16), Bis fo eligis desde al seno de su madre por Ann Hore inictativa de st praca, Su eleesién y ‘Mivocacion formaben parte de equel plan dl Go y estaban destinadas al eumplimiento de Gna mision al servicio del Evangalo. unndo se habla de la cconversi¢ny de Pa- blo es importante no perder de vista el paral Iismo entre esos dos textos, porque con cierta frecuencia se afirma que él vivid una angus- tsa ersis de conciencla mientras persegula Gon furor alos erstianos. Missin, en e aan SCexplicar el cambio sdbico que transform al pesseguidor en apéstol, se atibuye a Pablo un Enhelo obsesivo. de perteccidn (fruto’ de su Condicion de fariseo observante), unidoalsen- timiento de angustia que le producta la inca- pacidad de ajusar Ia conducta al ideal pro- puesto por ia ley: 0 bien se lo presenta como Snes atonmestad por wenmentos de fulpa'y desamparo mora, que To levaron fBascaren Crist a seguridad que no pods hae laren si mismo Een contea de estas suposiciones cabe afir mar que Pablo munca da muestas de haberse Feprothado. amargamente su conducta ete Fired aitina (13) Aung no die nada sobre el proceso plcologica de au ccon tersione, en ss escritos no han quedado 7a8- ttos de ina angustiosa coneiencia de culpa. Al Sontrado, siempre que habla de su vida psa 4a Geobre todo al polemizar con los judsizan- tes), ecuerda no sin orgullo su exceso de celo por las radiciones paternas, se considera ir prochable en su observancia de la Ley y aBr~ fna que tenia sobrados motivos para glorarse desu propia justica (cl Gal LL ip -11, 3 Cor 11.2129) El que se encontré con el Me- Slas de israel eructheado y plorifeado no era tn hombre presa de la angustia o agobiado por eseripules de conclencia, sino un farseo Srgulloso de su pertenencia al pueblo clegido S'llens de celo por ls Tors Sihhubo un cambio radical en la vida de Pa- blo (yes indudable que lo hubo) ese cambio nose prodo al final de una criss, sino en ve tu de una Fevelacion que Pablo amibuye ala Soberanay libre aceion de Dios (ef. Gal 1,16) Esa reveacion no fe io ver tanegresoncs 0 casos que antes habia ignorado, sino qe Yo evo 2 tomar conciencia del error que com portaba su impecable observancia dela Ley. PQ "que d buscaba, en realidad. era su propia justia la que procede dela observancia de a fey~ y-no la que viene de Dios somo un don gratuito, De ah los términos com que describe él total cambio de perspectiva que produjo en as PABLO Y LAS CARTAS PAULINA 6 su encuentro con Cristo: Todo lo que hasta ahora consideraba una ganancia lo fengo por perdi a causa de Cristo asa todo eee Fave sna desventea comparade Cota irae lable conocimiento de Cristo Jesus eu Sine tr er oes as oy sg considero como desperdicio, con ta de once Cristo 9 estar wnido a él, no con mi provia ius. ficia la que procede de ia ley. sino tonne aque nace de la fe en Cristo, fa gue viene af biog $s ae le fe Fp 3-9), ‘nun momento de si vida, el fariseo Saul vi gus se demu ls itera se ie ‘gue habia constrsido su vida anictog El en Euentro con Cristo hizo que ss pasado religioso se le presentara como una va muerta pone mio & su exstencia una onientaciGa radar mente nueva. Lo que hasta entonces habis slo verdadero se le revel como foo y fo nae ae tg habia considera ako mans se ver dacero. A partir de entonces, el celo got la no fue mas para él un motivo de gota, Ya so iba presentarse como el deonsdr dl judate imo is rane ino aa sun Camino que lo pondiia en pomaneme Cathe tocon tor que ge precaben de set eke tdoniaban en la ley (ch Rom 2.19 Pablo no separsba su vocacion de la mision aue fe habia sido confiada, Dios se habia dig da real = He ara Gu i anu Gara a los paganos (Gal 116) Ea graces el apostlad que habia recibido (Rom Since, fo destinadn principalmente a esas hones aque vivian separadas del pueblo clogs pene due nunca habion estado nusemtes de kes ice thesashechas por Dios a Toreel (ef Gn 13,2) Como los profes, Pablo se sabia egido'y il mado para cumplir una misign partecion Cuando sus adversarios le negaben ie con- dicidn de apéstol, Pablo. afrmabs:entaen: mente que tambien él habia visto al Sere Ci Gor 9,15 et. 15,1-11), La palabra evers (como tambien caparecers y artvelars) pettensee al lenguaje spoesliptice, En los apevalge hay muchas revelaciones y visionee pons fay indiciosconcretos que permitan agune Cae tipo de experiencia psiccloyica cormeponde a eras cvsones Tapco blo dese lo ‘gucvio en aquel momento. Es obvia que on ea aso no ge train de una visién slog ee pereepcion que tenemos de las pesonce poke ios materi Se rata mds en de ura ex Periencia unica inaudita, que tens today las Esracterfoticas de tuna verdaders revelation, ‘Si Pablo se consideraba a st mizimo.e at smo de los apéstolesy el futo de un aber Cor 15,8), no por ssc pensabe que sus oe tan inferiores. El Sefor eouctadoss fe tebe Sparecido como a todos los que haben woe iiftados antes que el (1 Cor Sy Ise ise comunidades por él fundadas eran‘ia racer garantia de su apostolado (1 Cor 91.13;9 Coe $3) (COMENTARIOS AL. NUEVO TESTAMENTO Cuando Pablo escribe sus cartas esté en ple- na actividad misionera y ha podido conferit al contecimjento de Damasco su verdadero sig- nilcado. El ene plena conciencia dela funds- rental importancia de la experiencia que ha Vivido, pero cuando habla de ella, quince © Yeinte aos mas tarde, no describe su desarre- Io exterior ai le atrbuye ningun elemento es- pectacular Todo se reduce al encuentro con Cristo que lo destinaba a llevar el evangelio @ Jos paganos. El libro de los Hechos, en cambio, describe la conversién de Pablo con rasgos es. pectaculares: un relampago de uz repentina, tna cafda en terra, una vor venida del cielo, ef enceguecimiento yla entrada en Damascoile- vado de la mano. La idea que se tiene de la sconversgns de san Pablo ado fuerte rente influida por este relato,y la leyenda po- erie ha enriquecido con una caida del ea. parte del NT (el Hich 9419, 22,421; 26918). ‘Al margen de esta dramatizacién mas o me- nos legendaria, hay algunos elementos que puede considerarse ciertos. Aungue Pablo no dice nada al respecto, tenemos derecho a pen- sar que a la luz de las discusiones mantemdas fen Damasco con los eristianos helenistas se le hnizo subieamente claro quien era aguel Jess aps hasta entonces habia consideradg como eldestructor de la fe judia y que significaban para el mundo su miston : Sumuerte Esta x. Petiencla, suscitada por la fe y el testimonio Geos discfpulos, peso sobre ély lo trabajo dentro, hasta producir el vueleo que transt m6 su vida para siempre Pablo siguis siendo judio? Pablo nunca renuncis a su condicién de ju- flo En el io jain se consideraban es por haber nacido de mac ‘ factor étco se ahadian la fe en el Dios de Israel Y¥ cleras practicas religiosas como la circunc- ion y la observancia del sabado. Existia ade~ mnds tn vivo debate sobre [a forma de religisi- dad judia que debia considerarse correcta. Las ‘arias formas de judaismo desde fos fariseos y Jos qumnramitas hasta los saduceos y los fléso- fos al estilo de Filon~ se presentaban como ait tentcos representantes dela religion judi, ple- pamente ces a las tradiciones de los padies “Ante esta situacion tan complela, cabe pre- guntar sobre el judatsmo de Pablo despues de Su encuentro. con Cristo, Ademés de. seguir slendo judio en un sentido émico, glo fue tam bien en un sentido més profundo? ‘Algunos no dudan en alirmar que Pablo nunca dejé de ser y de considerarse judio. El ‘ristianismo no era para él una nueva religion, sing la respuesta de Dios a la esperanza del pueblo judio en la edad mesianiea. Mis aun, Como ef Mesias Jests no se habia manifestado ——™.- —__— 754 en la plenitud de su gloria, Cristo no era para Pablo el cwnplimiento de las promesas de Dios a Israel, sino Ta confirmaciom de esas prome- Sas, que debian cumplirse en el Futuro. “En el extremo opuesto, la posicion altema- tiva sostiene que la religidn de Pablo era bist camente distinta de todo To conocido del ju daismo palestinense. Fn la nueva dispensacion de Ia gracia se cumplian las promesas hechas & Abraham, y por eso los judias que se incor. Boraban al movimiento rstano no se conver tian como tenian que hacerlo los paganos (cf. 1 Tes 1,9) Ellos no renunciaban a su Dios, ni tampoco, at menos en teoria, alla practica dela Tord. En este sentido exist una continuidad one pasa el crisianismo no adel todo luna nueva religion. Sin embargo, el evangelio Yla actividad misionera de Pablo smplicaban Jina ruptura con el judaisme, aunque él mismo no tuviera plena conciencia de ello. Por otra parte, Pablo ya no se identificaba con el pu: bio judio, aunque consideraba a Tos isaeltas hermanos suyos segtn la carne 'Es probable que la posicinjustaesté entre estos dos extremes. Aungue. hay numerosos pasajes en los que Pablo pone de relieve la no- vedad de la fe cristiana, tambien hay lazos profundos que lo mantienen unido al judas tho. El evargelio que el anuncia tiene sus rai ces en Israel, Cristo nacié bajo la ley (Gal 4,4) YY muri6y Tesucito segun las Escrituras (1 Cor 15,3). En él se cumplen las esperancas de Te. racly por la fe en Cristo tambien los paganos llegan a ser herederos e hijos de Abraham. Pablo en la Iglesia primitiva Pablo se declaraapéstol no de parte de hom bres nl por medlacidn de un horde, sino por ‘esucnito'y por Dios Padre qu lo resucié de girls rte (G11 ak ems oe tecibido el evangelic porrevelacgn de Jes cristo (Gal 1,12), yen cota revelacin se fi ddan su condiciOn y su autoridad de apéstol ‘unque el no estuvo entre los que acon pana: Fon a Jestis desde ef bautsm de Suan hasta el {in des ascension (Bich 122), ha visto al Se for resueitado (Gal 1,16; 1 Cor 91,15.) ¥€8 su servidor y embsjador (1. Cor 4.1; 2 Cor 5,20) Como los demas apdstoes, se cons! dra estigoautorizado del mensaje cristiano ¥ no se parese en nad alos paeudoapdstoles de Corinto, que se predican asi msmnos 9 ali tan el mensaje de evangelio @ Cor 2.17145) Sin embargo, Pablo tuvo siempre el max ro interes en mostrar ue su cvangelo no & taba en contradiceton con la ensenanca de los demas apéatotes: En a asamblea de Jerusléo Pedro, Santiago y luan -considerados colUm- nas de la Iglesia-Te extecharon la mano e” fal de contunign, reconoctendo de ese modo que Dios le habia encomendado la misién de 15 anunciar el evangelio a los paganos sin impo- neses la obligacion de observar la ley de Mov 35 (Gal 29) "Es verdad que Pablo no duda en afirmar que su condicion de apostol, por voluntad de SEsuerist, no es inferior ala de Pedro. Pero zo reivindica exe derecho para oponerse # 4 Aicontrari, si hace esta afrmacion es poraue feconoce la utoridad de Pedro'y ast davan tes: tmonio indirecto en favor de ella (Gal 2,7) Otro steno de unidad es la colecta organizada fn favor de los pobres de Jerusalen, a la que {Eaico tantos esticrzos en los slhimos anos de SO actividad misioners Pablo reconoce asienismo la existenciaen la Iglesia de algunas tadiciones de las que l era Uh depositario mas Dos de elles son citadas Expresamente en la primera carta a los Corin- figs una se refiere a la resurreccidn de Jess (155-7) la otra. ala celebracion de la cena del Seti, accin litirgica ligada al recuerdo his- torica de la noche en que el Sefor baa ser en- tregado (11.28.25). En ung y otto easo Pablo Sopra espontaneaimente el woeabulario teenie Soden aadicién rabinica, que el conocta por Experiencia: es he transmaido.. lo que yo mi ino reeibs (15,3) ‘Hay también ottasalusiones, como la de 1 cor 710-11, que mucstran su dependencia fespecto de uns tradicson recibida en Damas. for cuando se incorpord Is Iglesia (ef. Heh Sui7-18),o¢n Jersalen, cuando al cabo de ves aiios visté Pedro (Gal 1,18). En otros casos Pablo adopta tradiciones vigentes en is ile- Sins de Judea 9 trata de imponerlas las co- runidades griegas (ef. 1 Cor 112-16) En los eseritos patinos se encuentran igual- mente mumeroses aralelos con la literatura Inisionera judetelenistica,» hay incluso in- uencias procedentes de la flosotiaestoice, la ‘is difundida en el mundo grecorromane. P3- Fo debio de recibie ests influenctas través de los medios udeo-belensticos, pero al incor Porarlas a sus textos les impeimo el sello n- Eoakundible de su propio pensamiento, Pablo en Arabia {A partir del vuelco producido en Damasco, el perseguidor de aver se transforms de inme- diato en un predicador entusiasta: Pablo se for- talecta 9 confundia a ls judios de Damasco,de- tmostrando que Jess es el Mesias (Eich 922) Sin embargo, por un motivo que ignoramos, él decidio ire 2 Arabia (Gal 17). La palabra “Arabias designaba en aquel entonces los te- rritorios situadlos al este Gel Jordan, unos so- retidos a la autoridad romana ¥ otvos depen dientes de Aretas IV, emarca de los nabateos y aliado de los romanos (8 a.C.-40 dC.) Las comunidades judias eran bastante au rmerosas en Transjordania, se cree que Pablo I (Go heteron meros tow dialogou) Esto tambien es verdad de las cartas de Pablo, come la dice l mismo en Gal 420: Ahora mis: ‘mo desearta estar en medio de ustedes, para po- der modular el tono de mi vor, porque no sé 06. mmo proceder com ustedes. El escrito SusiCuye tn este caso a la palabra oral, ya que la dis- tancia hace imposible la comunicaciOn cara a ara. En su comunicacién epistolar, Pablo to- ma en cuenta los problemas de sus interlocu- tores, responde alas preguntas que le plantean (Gor 7f; 8,1; 12,1; 16,112), completa las en seftanzas dadas de palabra (Tes 3,10), se de- fiende de sus criticas y acusadores (2 Cor), tra- ta de corregit las desviaciones doctrinales praction (a, expres su aecto y su preoc pacion por sus files (Fip), expone con ampli- ud y detenimiento las Tineas maestras de su evangelio (Rom), o intenta resolver un asunto particular, como en su breve misiva a Filemon, ‘Las siete eartas auténticas son todo lo que nos ba llegado de el. Pero en 1 Cor 5,9 Pablo mencions una carta anterior enviada los Inismos destinatarios y que se da por perdida. Ta misma suerte com la lamada searta de las lagrimas» (2 Cor 24), tambien dsigida ala comunidad de Corinto y que no puede identi ficarse con 1 Cor. Por otra parte, es muy pro- bable que alaunas de las carias, en su version candnica actual, sean en realidad colecciones de varios escritos originariamente distintos. En conereto, la segunda carta ‘alos Corintios parece reunir cinco misivas distintas, escritas Blas iglesias de Acaya: una carta apologetica {2,14-6,13 + 7.24), dos cartas de recomenda- cién eon motivo de las colectas (caps. 89), tuna carta polémica (caps. 10-13) y por ulumo tuna carta de reconeiliacion (1.2.13 + 7,5-16). Es importante nolan, sin embargo, que las cartas de Pablo no fueron esertas unicamente por economia de tempo y para suplir una vis- {2 personal, como si ho tuvieran otra preten- sigh que la de solucionar problemas orjgina- cosets comunidades por el fndadas este respecto es mmatico el comienzo de Conintios. que seta como destinatarios de la carta no Solo a los cristianos de Corinto, sino tambien acuantos en cualguir lugar tnvocan el hombre de Jesucrisio, Sefor nuestro, de noso- Inos y de ellos (I Cor 1,2b). Por otra parte, cabe Seflalar que las carts forman parte de una es- tatega de comonicatin apostle gue nc Jelas visitas personales del apdstol, las de sus ‘olaboradores y la comunicacion epistolar a oar 7 Cada un de extn slementos ten func. nes diferenciadas y precisas. Las visitas de Pa blo estaban destinadas ala Fundacion y edifi- cacién delas comunidades, Los colaboradores ‘Mantenian el contacto enue el apéstel y las ‘elesias, desamrollaban eventualestareas def fdas de manera precisa y eran responsables de resolver problemas partculares (ct I Tes 5112). Las discusiones findamentales ¥ las controversias teologicas de fondo, en cambio, fran expuestas principalmente por medio de cara O Cor S311 280). La razén por la que Pablo prefiee en estos casos In comunicaclon epistlar a la explica: Sones oraes se aclara en un pasaje como el de 2 Gor 4,7°5.8, que permite establecer la distin- cién entre la autoridad apostelica de Pablo y la debilidad de su propia persona, La autor! dad aposilica procede de Dios; su propia per Sona, en cambio, es como un recipiente debs Fro que se va desmoronando, pero que lleva entto des el tesoro de valor fnnpreciagie que es el evangelio. Por ota parte, la carta le per- ‘itis tomar la debida distancia y exponer sus puntos de vista con més detenimiento yam: Dlitud, No menos importante era su preccupa ign por ampliar el pumero de sus lestores y Hacer aves carts furan leas inchso por 1De cualquier maners, el epistolario paulino ces la mis preciosa herencia del Apostol i sus primeros destinatarios fueron unos pocos cen- {enares de personas, con el paso de fos siglos sus cartas han sido leidas e interpretadas por generaciones enteras. La viva presencia de Pa- Bio's traves de los siglos es, sabre todo, obra de sus cartas. Una de las cartes paulinas que merece es- pecial atencién por su brevedad y su tono per- Zonal es la dirgida a Filemon. Bl interés que dlespierta se debe a ia forma en que Pablo re- Selve un caso personal, Es posible que él ha- Ya escrito otras cattas semejantes, pero ningu- ha de elas se ha conservado hasta el presente Los destinatarios de fa misiva son Filemon y los miembros de Ja comunidad doméstica ue vivian en Colosas o en las inmediaciones de aquella ciudad. Pablo no menciona el nom- tie de Colosas: pero no parece ser un hecho caswal que en la carta alos Colosenses y en el Billet # Filemen aparezcan los mismes nom- bres de personas: Arquipo, Onésimo, Epatras, Marcos el primo de Bernabe, Aristafco, Dimas ¥ Lucas. La posesién de esclavos y de una car Za donde podian reunise los cristianos indica gue, Filemn gozaba de'una buena Posen ‘Cando escribis esta carta, el apéstol se en- contraba prisionero a causa de la predicacion del evangelio, A su lado estaba Timoteo, en st condicion de ayudante y colaborador En favor de un encarcelamiento de Pablo en Efeso no se puede adueir una prucba desta, pero alt m 1s indicios hacen suponer que él estuvo fo en aquella cludad de Asia Menor y que [esde allenvis su mensaje a Flemon. Ante to ees muy dificl que un esclavo fugitivo haya SSutado con recursos sulicientes para viajar {GEsde Colosas hasta sitios tan alejados como Cesarea‘o Roma, donde Pablo estuvo, preso thas tarde (¢f. Heh 2423.27; 28,16). Ademas, Tlapéstol pide a sus destinatarios que le pre- paren un lugar donde poder alojarse, ya que Tenia la intencién, una vez puesto en libertad, de ir a visitarlos. En su carta a los Romanos, encambio, manifiesta su deseo de llegar hasta in capital del Imperio de paso para su proyec- tado viaje a Espana (Rom 15.24.28). Un cam- bio de plan no era del todo imposible, pero su proyecto de emprender una nueva mision en Becidente hace poco probable que Pablo haya tscrito desde Roma su carta a Tilemén, El pedido expresado en la carta se refiere a COnésiimo, un esclavo que se habia Fugado de la asa de su sefor val que Pablo, estando en la Gareel, habia convertido ala fe crstiana, Para Gar més fuerza a su pedido, Pablo recuerda su Stuacién personal era un hombre viejo y ade- mas prisionero. Segin la cronologia contin, el apostol debia tener en aquel entonces entre 50 y'55 anos. $e desconoce el motivo por el que Onésimo hnuy6 de la casa de su sefior. La fuga de escla vos en la antigiledad era muy frecuente la ma- Yorfa de las veces debido al ansia de libertad o al mal rato recibido de sus duefios. Por lo ge- neral, las opciones que elesclavo tenia para lo- rar su fin eran muy escasas:o bien se una @ tina banda de ladrones,o bien trataba de pax Sar desapereibido en el submundo de algina fran ciudad del Imperio. Epieteto, el sabio es- foico que habia sido escavo, describe entre el ssombro y el sarcasmo la iste situacion del tsclavo fupitivo, siempre temeroso de ser cap- furado. En realidad, esta situacion solia ser peor que Ia misma esclavitud. ‘Aunque por su condicion de apdstol Pablo se slente con autoridad para ordenar a File- ‘én lo que debe hacer, prefiere suplicarle en hombre del amor (« 8). 1 no pronuncia una condena explfcita de la esclavitud, ni exige a Filemén que deje en ibertad a su eselavo. Sin embargo, afade una condicién que hace mu- cho mas exigente su demanda: Onésimo debe Ser tratado, no como un esclavo, sino como unt hrermano muy querido (0. 16). De este modo, sin expresarse en conta de la esclaviuid, Par bo To confia todo a la fuerza creadora del El formulario epistolary el género de la car- ta apostdica,cuyo iniciador fue el mismo Pa bo, no fueron retomados solamente en la lite- ratura deuterpaulina (en as carts. @ los Colosenses y alos Efesios, en ? Tesalonicenses Yen las cartas pastorales), sino tambien, con algunas variaciones, en las otras cartas aposto- PABLO Y LAS CARTAS PAULINAS licas (las que levan el nombre de Pedro, el de Judas y las dos dltimas de Juan). Esto muestra ‘que la carta paulina se convirtio en el género Iiterario por excelencia de la época apostélica, ‘Aunque se suele hablar de carta de Santiago y de carta a los Hebreos, las caracteristicas del enero epistolar son menos manifiestas en es- tos dos escritos neotestamentarios, El evangelio de Pablo Histéricamente hablando, dice Giinther Bornkamm, tenemos derecho a considerar la cara alos Romangs como el testament de Pablo. No porque el apéstol haya sido cons- Clente de haber expresato en ella su Ultima vo- luntad antes de morir. De hecho, Pablo tenia proyectado emprender una gran obra misio- hera en Occidente, por més que no lograra ocultar la inquietud que le producfa su inmi- nente viaje a Jerusalén. En su carta ala comunidad de Roma, Pablo Je anunciaba la visita que tenia pensado ha- cerle, Una visita tantas veces posterzada, y que hubiera quero realizar inmediatamente si no fuera porque queria llevar personalmente a Jerusaléa Ia Coletta reunida en las iglesias de ‘Asia Menor, Macedonia y Grecia La referencia a estas circunstancias concre- tas pone bien de manifiesto que la carta a los Romanos no es un tratado teol6gico atempo- ral. Como todas las demés cartay paulinas, también ella esta ligada a una historia deter ‘minada. La historia personal de Pablo -histo- ria de su vida y de su aecién, de su predicacion y de su hicha~ ha quedado plasmada de ma- her singular en esta que es la mis grande de Pero lo que més llama Ia atencién es que el apéstol se extienda con tanto detenimiento en el tema de la justificacion por la fe, sin las obras de la ley. Ante la, inminente confronta- ign con la comunidad de Jerusalén, y 8 punto de iniciar una nueva etapa en su obra evange- lizadora, ese es el tema que considera necesa- rio exponer con todo detenimiento. De ahi se hha querido coneluir que en esa doctrina est el nucleo del evangelio de Pablo, ‘A pesar de la importancia que Pablo le con- cede, es peligroso aislar por completo la doc: trina de fa justineacion. La doctrina de la jus- tificacién por la fe no es el nicleo del evangelio de Pablo, sino una parte esencial de él. Con es- ta doctrina, Pablo realiza uno de los muchos intentos de expresar las inagotables riquezas de la gracia de Dios y del misterio de Cristo, El aque es de Cristo se ha hecho una criatura nue- va, y esa nueva ereacién tiene dos aspectos: fo antiguo ha desaparecido, un nuevo ser s¢ ha he- cho presente (2 Cor 5,17). La fe y el bautismo son fos medios puestos por Dios para aleanzar Ia salvacion. Los que han sido Bautizados en eee ‘COMENTARIOS AL NUEVO TESTAMENTO Cristo se han revestido de Cristo (G4l 3.27). La sntigua exstencia ba Degado a si fin-y una diicta vida ha comenzado. El don del Bspirit de Dios ha sido concedido y se manifiesta co- sno un poder real yefectivo. El que ha sido in- orporado a Cristo ya no es mas el que era: Ye mo vivo 90, sino que Cristo vive en mi: fa vida {jue sig vviendo en fx carmela vivo ela fe er ettavo de Dios, que me aondy se entregs por mi (Ga2.20, ‘Al comienzo de su carta alos Romanos, Pa- bio describe in sitaacion de pecado en que se nent a Rumania ener, uion pag hos todos han pecadoy estén privndas de ria de Dios (3,23). El pagano es el individuo que enace a Dis pro no f Teonoes. El lon Mente esta siempre presente y activo en la crea ‘in, seda a concer en sts obres. Desde la Sreacion del mando ha revelado su eterno po- ery sw por: y augue es invisible no es inse- cesibie, ya que esté presente en su creacion y puede ser perlbido por la inteligencia, Por eso Fon inexeueabls los que mantienen catia ala verdad y eambian la gloria del Dios incormupt- blepor la imagen de Seres corrupibles. ‘a situacion del jadio no es mas envidiable aque la del pagano. El ha sido interpelado por Dios de una manera més precisa que el paga- no, porate tiene la ley de Dies. Dios se revelo 2 istucly le dio a conocer su voluntad expre- ada en Ia ley. El error de Tos ion esta en pensar que Isley puede dar la vida. Incuso si Fisgars @proponer el ideal mas elevado, tn co- digo de leyes no podria transformar ain ser de carne en vn ser espiitual, que vive la mis ina vida de Dios. Elfin dela ey, septn san Pa blo, es revelar al hombre su condicign de pe- cador (Rom 320; 77-8). La ley no bora sl pecados pero gracias a ella, el pecado se de- SSrmatcra como una poicnla de muerte temporal y eterna, que aparta de Dios ¥ priva deiniuvamente de a vida En esta situacion de pecado, lo tinico que puede hacer el pecador es exclamar: Ay de mi! EOuién podrd Hbrarme de este cuerpo que me Iowa 12 muerte? la respuesta ex (Gracias le thoy « Dios por lesueriso nuestro Setar! (Rom 72425). ‘Nila evelacén dada por Dios los gentiles (Rom 1.1851) nila tevelacion expecial conce- dida a los judios (2,1-3,8) han podido liberar al mundo del pecado. Era necesaria la manifesta- ‘ion de la justiciasalvadora de Dios, acogida por una fe semejente a lade Abraham (125). El lugar de Pablo en la Iglesia naciente Come la informacién sobre la persona y la actividad misionera de Pablo supera conside- rablemente lo que es dado conocer acerca de los demas apostoles ~incluso acerca de Pe- dro-, se corre el riesgo de exagerar su influen- ms cia en la expansi6n del cistianismo primitivo. Si'a esto se suman el fuerte impacto que pro. ducen sus eartasy el éxito que tuvo ou doctn fa en In historia ulterior del cristinismo, la Impresion puede resultar aan mayor. Esta vision parcial varia a pensar que la primera mision crstiana se redujo a los viajes Se Pablo y que las comunidades pagano-cistia- ‘as se identlfican sin més con las iglesias paul. has. Por es0, es neeesario precaverse conta una generalizacion demasiado apresurada, cuyo {nico fundamento no serfa otro que el cardcter fragmentario de nuestra informacion, Obvia. mente, esa precaucién no debe disminuir en na da el papel fundamental desempenado por Pa- bio en ia expansion del crstinistno, ni Achar de reeonocer que la afirmacién de la autonomia cristina ha'sido en gran medida obra suya, Pe 10 silos otros misioneros hubieran dejado es- ‘its comparables alos de Pablo, o si existiera Acerca de ellos un testimonio tan amplio como atde los Hechos, es indudable que las cosas se Pregearan com una uz my dint El dominio propio de Pablo fue Asia Menor y Grecia, En aquellas regiones i desplege la havor parte de su actividad misionera, aun- {Que hasta en las comunidades por él fundadas Sis ideas fueron puestas muchas veces en tela de juicio, De hecho, Pablo fue desde el co- tmienzo la figura més discutida dentro de la Tglesia primitiva (ef Hch 9,21), como To mies- tran los Tumerosos textos polemivos que se encuentran en sus escrtos ‘Esta necesidad de justifcar la verdad de su evangelio se percibe sobre todo en las cartas & os galatas'y a los corintios, Seguin hemos ‘isto, fas cireunstancias que motivaron la in- tervencién del apéstol en Galacia estan sufi Cientemente expresadas en fa carta, Unos T- Sioneros andnimos pretendian corregir sus msehaneas,preicaho ctr evangelion ue fn opinién de Pablo corrompia el evangelio e Cristo (Gal 1,69). Ellos querian imponer a Jos paganos convertidos las preseripciones de la Tors, particularmente la circuneision y Ja observancia de las estas judias (Gal 4,10}; al ‘mismo tempo, desacreditaban la persona ya Autoridad apostdlica de Pablo, poniéndolo en contradiccion con los dems apdstoles. Ante estos ataques, Pablo reaccioné con inusitada Vehiemencia ¢ hizo a los gélatas esta adver™ tencia: Si ustedes se hacen circunciday, Cristo no les servird de nada (5,2), En Corinto no predominaba la tendencia judaizante, pero habia otros abusos que refle: Jaban la supervivencia de concepeiones y prde- ticas paganas, tanto en materia doctrinal co- ‘mo moral Tambien alla autoridad de Pablo Fue objeto de graves cuestionamientos,y€l tu. vo que intervenir una y otra vez pare corregit Ie Segasionesy ephimar a autora de apéstol. Como esas dudas y sospechas tarda- ron em disparse Ia autoridad de Pablo sein - a 7s so relativamente tarde. Entre los pocos que Picomprendieron no hubo muchos capaces de pemino. y por ee te sucle mabe de on see del penpernicmie paulo Gurantela se dee geaacion caste hoy en aia le autordad de Pablo es univer- salmente reconocida por los cristianos, pero el Sa su pensamento no fesula nade fel Bee asbcen prime gar 2 ia aieltadie ca gee preiena la ologia pasting, poco se acd is rugarisacioe Pero tarbien ee ed eine 1a desiee los tera mds egenciaes de esate Ieper como i tsttucion de una plese care veg a vida sun el eapity ibe dea ley Biinaro Pablo choco con eles inconvenient Sho sempre log superriosextosamente. Zona el penaneno de Fale no sem Peias eartas paulinas en el canon de las Eser teoas Faonser de exe modo el desatlo que las nunea dejan de plantarle. Cada epoca SSumlo el meneaje paulno de manera dishnta, ero ninguna pudo agotar su comprensiOn, € Frcs ls ivalizactones han side excrord avarnentefecundas, La cronologia de Pablo La cronologia del libro de los Hechos no siempre coincide con los datos que proporcio. ham los cartas de Pablo, Estas divergencias se txplican por la perspectiva histrico-teolopica GBLucas0 bien porta necesidad de componer tun relato contin y por eso mismo verosimil En consecuencia, fos Hechos deben wtiizarse on cmtela cuando se trata de reconstrui la ronologia de Pablo Los datos que proceden de las cartas paul nas se encuentran especialmente en la harrax Gn auobiogratica de Gal 113-214 y en los planes ¥ relatos de viaje contenidos en las Duras cartas. A partir de estow datos se puede sbozar a siguiente cronologi: Vocacion de Pablo a ser spéstol de los pa- ganos por ins revelacion divina de Jesucristo (Gaits6) Perinanencia de Pablo en Arabia y Damas co (Gil 117) Maj eral para conocer a edo All Pablo se queda quince diss y se encwentra con Pedro y Santiago, el hermano del Senor (Gal 1ists) Viaje misionero a Siria ya Cilicia (Gal 1,21) Asamblea de los apéstoles: despues de ca- torce afos Pablo-va con Bemabe y Tito a Jer. salen (Gal 21-10), Conflcto en Antionufa con Pedro y una gente de Santiago (Gal 2,11-21). ‘Mision en Flipos ¥ Tesalonica (1 Tes 2,2) Misién en Atenas (1 Tes 3,1). Evangelizacion de Corinto (i Tes 3,16). PABLO ¥ LAS CARTAS PADLINAS Permanencia en Efeso hasta Pentecostés (1 cor 1638). Plan de viaje a Macedonia y a Corinto. (ES- te plan reemplaza al de 2 Cor 1,15-16 por las radones exputestas en 2 Cor 1,17°2,1L) Relato de viaje: Pablo en Troade (2 Cor 242), Relato de viaje: Pablo en Macedonia (2 Cor 25-1) ‘Anuncio de una visita a Corinto (2 Cor 10,2; 1214; 13.1.0) Plan de viaje a jerusalén (Rom 15,25-28) Plan de viaje a Roma (Rom 15,24 (ei. Rom 1.10). Plan de viaje a Espana (Rom 15,24.28-29) Sise trata ahora de establecer la cronclogia absoluta a partir de la cronologia relativa que proporeionan los datos paulinos, con la ayuda Sela velacion entre Heh 18,12 y la inseripeion de Galin, y teniendo en cuenta que en las in- Gicaciones cronolégicas de la aatiguedad se ontaban el afo de la partida y el ato de le- sada, se puede proponer la hipotética recons- inuceién siguiente: 532-33; vocacidn de Pablo 35°36 viaje a eruealen asamblea de los apéstoles. Pablo en Corinto. Pablo en Efeso. viaje a Jerusalen' NOTA 1. CE Vouga, F, Los primeros pasos del eistia. nismio, Esertas, protagontstas, debates, Editorial Verbo Divino, Bstlla 2001, pp. 94s BIBLIOGRAFIA Barbaglio, G., Pablo de Tarso y los origenes cristia- ‘nos, Sigueme, Salamanca 1992, Bormkimm, G, Pablo de Tarso, Sigueme, Salamanca 1979. Comblin, J. Pablo, Apdstol de Jesueristo, San Pablo, Madrid 199 Eichhole, G, El Evanglio de Pablo. Esbozo de la Teo- Togia paula, Sigueme, Salamanca 1976 Horsley. RA, Paul and Empire, Religion and Power ‘Roman ier Society Press nteraa- tional, Harrisburg-Pennsylvania 1997 Legasse, S., Paul Apotre, CertPides, Paris-Quebec “est Meeks, W. A, Los primeros cristianos urbanos. EL ‘mundo social del apdstol Pablo, Sigueme, Sa manea 1988. Penna, R., Un cristianismo posible. Pablo de Tarso, ‘San Pablo, Madrid 1992, Sanders, EP, Paul, Oxford University Press, 1991 Vouga. E, Los primeres pasos del enstianismo. ser 15, protagonisias, debates, Editorial Verbo Divi- no, Estella 2001 Williams, DJ. 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