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Gauntentoe Cardenas, Porfirio Nant esa Ferenc n ers a pean ite ek eons Franz SS sinkelammert, Heinz Dieterich y otros Berane elite paca Rennie nce! PenPanrie cee ewe implicaciones y:consecuencias qué Ra eee Piscean eno tuobd ca eal “América. Viviane eae mean aay CenebeeemiC ines Weoaun See CM Koce taal Mecca gubjetividad, la democracia posible, las alternatvas eoliberales y la necesidad de la integracion {atinoamericana, son los t6picos de Glebalizac Dre ‘América Latina un libro importante para entender el presente y cl desarrollo de Latinoamérica. | | '40 408 040 ih 9 t789682170696: SP eae ae ac ect Globalizaci (Un rZetT Exclusion y Democracia : en América Latina a eer ctl Heinz Dieterich + Oe Heinz Dieterich © (ermine tc PorfirigMurioz Ledo eterno rea issc John: Revco venetian Uy) Zemelman e Carlos Lage: Franz]. Hinkelammert « Ernst BC COM UTE Cog Us sae Sergio Cabrera « Jorge. Isaac! Pyare Primera edicin: febrero de 1997 D.R. © Mundiaes de esta edicién: Heinz Districh Steffan © 1997, Editorial Joaquin Mortiz, S.A. de C.V. Grupo Editorial Planeta Insurgentes Sur 1162, Col. Del Valle Deleg. Benito Judrez, 03100, D.F. ISBN: 968-27-06963 Baei6n y eoordinacién general: Heine Dieterich Steffan ‘Coordinador de la obra: Lis Jorge Alvarez Lozano Asistentes de edicion: Gilberto Saldivar H. Graciela Iniestra Ramicez Disetio de colecciéa: ‘Andrés Ramirez y Gerardo Islas Ningans pete do explain, inside iio > is ebions, pds se reproduce, ainacenaéa trauma en manera algun por ring medio ya stu clr, quince, mine pico, de gabatén 9 de ftocopi, in permit pov del cor Introduccién misterioso, apunté Cristobal Colén en su bitécora del vigje hacia “las Indias”, cuando su carabela Santa Maria llegé finalmente al hemisferio occidental. Sentimientos semejantes a los que asaltaron al navegante y esclavista genovés caracteri- zan la relacién actual del ciudadano comin con la nueva realidad exética de la sociedad global. Desconfianza, temor y la eterna utopia de un futuro sin guerra, penurias materiales y de amplia felicidad indivi. dual se mezclan en una cosmovisién caética de lo desco: nocido, que es aprovechada cinicamente por los propugandistas de las democracias neoliberales de merca- do para manipular a las masas. La ruptura de las formas de vida y reproduccién tradi- cionales de la sociedad industrial que experimenta el cit- dadano contempordneo es, de hecho, de extrema profundidad. La revolucién técnica-cientifica que ferma la base de 1a expansion mundial del capital, es la tercera revolucién existencial en la historia del hombre, Mientras la revolucién cgraria lo sembré a la tierra y la revolucién industrial lo concentré en las ciudades, la revolucién se- midtica lo libera de las limitaciones del espacio y del tiempo. De tal manera se amplia la convencional clasifica- cién de la evolucién humane en edades de piedra, bronce y hierro, con la época de la informacién que complementa las realidades biblicas con la dimensién cibernética de la realidad virtual o paralela. En la génesis actual, las infantiles ideas filogenéticas del demiurgo plat6nico 0 del dios creador cristiano ceden su lugar al nuevo sujeto historico-mundial: las élites del gran capital internacional.(La arquitectura de la sociedad global ~Como la del hombre semistico—no es determinada por los pueblos del mundo, sino por los banqueros y empresas transnacionales y los amos politicos de las metrépolis. 7 Modenudad, globalizacién y exclusion Enrique Dussel En esta ponencia‘"’ debemos estudiar la cuestién de la Modernidad. En efecto, hay dos paradigmas de la Moder- nidad. a) El primero, desde un horizonte eurocéntrico, propone que el fenémeno de la Modernidad es exclusivamente -europeo; que se va desarrollando desde la Edad Media y se difunde posteriormente en todo el mundo”), Weber sitia el “problema de la historia mundial” con la pregunta que se enuncia asi: {Que encadenamiento de circunstancias han conduci- do a que precisarrente en el suelo de Occidente” y sdlo aqui, se produjeran fenémenos culturales que -al menos tal como nosotros solemos representérnoslo— estaban en una direccién evolutiva de significacién y validez univer- sales?” Europa habria tenido, segiin este paradigma, caracteris- ticas excepcionales internas, que le permitieron superar esencialmente por su racionalidad a todas las otras cultu- ras. Filoséficamente nadie como Hegel expone esta tesis de la Modernidad: “B] Espiritu Germénico es el Espiritu del Nuevo Mun- do, cuyo fin es la realizacién de la Verdad absoluta (der absoluten Wahrheit), como autodeterminacién (Selbstbe- stimmung) infinita de la libertad, que tiene por contenido su propia forma absoluta (ihre absolute Form selbst)” Lo que llama la atencién es que el Espiritu de Europa (germénico) es la Verdad absoluta que se determina 0 realiza por si misma sin deber nada a nadie. Bsta tesis, que lamaré el “paradigma eurocéntrico” (por oposicién al “paradigma mundial”), es la que se ha impuesto no s6lo 75 en Europa 0 Estados Unidos, sino en todo el mundo-inte- Tectual también de la periferia mundial. Como hemos di- cho, la division “pseudocientifica” de 1a historia en la Edad Antigua (como el antecedente), Medioevo (época preparatoria) y Edad Moderna (Europa) es una organiza- cidn ideolégica y deformante de la historia. La filosofia, la ética, necesita romper con ese horizonte reductivo para poder abrir la reflexi6n al ambito “mundial”, planetario; Sste es ya un problema ético de respeto a otras culturas. La cronologia tiene su geopolitica, La subjetividad mo~ ema se desarrollaria espacialmente, segim el “paradigma curocéntrico”, desde la Italia del Renacimiento a la Ale- mania de la Reforma y la Ilustrecién, hacia la Francia de la Revolucion francesa”, Se trataria de la Europa central. ») El segundo paradigma, desde un horizonte mundial, concibe la Modernidad como la cultura del centro del "sistema-mundo”®), del primer ‘sistema-mundo” ~por la incorporacion de ‘Amerindia®-, y como resultado de la goatién (management) de dicha “centralidad”’. Es decir, la Modernidad europea no es un sistema independiente auto- poiético, autoreferente, sino que es una “parte” del “sis- tema-mundo”: su centro, La Modernidad, entonces, es mundial; comienza por la constitucion simultdnea de Bs- pafia con referencia a su “periferia” (Ia primera de todas, propiamente hablando, Amerindia: el Caribe, México y el Peri), Simulténeamente, Europa (con una diacronia que tiene un antecedente pre-moderno: las ciudades italianas renacentistas y Portugal) ira constituyéndose en “centro” (Con un poder super-hegeménico que de Espafia pasa @ Holanda, a Inglaterra y Francia...) sobre una “periferia” creciente (Amerindia, Brasil y las costas africanas de es: clavos, Polonia en el siglo XVI"; afianzamiento de Lati- noamérica, Norte América, el Caribe y las costas del ‘Africa, la Europa oriental en el siglo XVII"; el Imperio otomano, Rusia, algunos reinos de la India, Sudesteasiéti- co y primera penetracién al Africa continental hasta la primera mitad del siglo XIX"), La Modernidad, enton- 16 ces, seria para este paradigma mundial un fenémeno pro- pio del “sistema” con “centro-periferia”; no es un fend- meno de una Europa como sistema independiente, sino de. una Europa “centro”. Esta simple hipétesis cambia abso- lutamente el concepto de Modernidad, su origen, desarro- Ilo y su actual crisis; y, por ello, también el contenido de la Modernidad tardia o postmodernidad. _Ademés, sostenemos una tesis condicionante de la ante- rior: la centralidad de Europa en el “sistema-mundo” no es fruto s6lo de una superioridad interna acumulada en la Edad Media europea sobre las otras culturas, sino también cl efecto del simple hecho del descubrimiento, conquista, colonizacién ¢ integracién (subsuncién) de Amerindia (fundamentalmente), que le daré a Europa la ventaja com- parativa determinante sobre el mundo otomano-musul- ‘man, la India o la China. La Modernidad es el fruto de este acontecimiento y no su causa. Posteriormente, la “gestion (management)” de la centralidad del ‘‘sistema-mundo” permitira a Europa transformarse en algo asi como la “conciencia reflexiva™ (la filosofla muderna) de la histo- ria mundial, y muchos valores, invenciones, descubri- mientos, tecnologia, instituciones politicas, ete., que se atribuye a si misma como su produccién exclusiva, son en realidad efecto del desplazamiento del antiguo centro del estadio III del sistema interregional hacia Europa (siguien- do la via diacrénica del Renacimiento al Portugal como antecedente, hacia Espafa, y después hacia Flandes, Ingla~ terra..), Adn el capitalismo es el fruto, y no la causa, de esta coyuntura de mundializacién y centralidad europea en el ‘sistema-mundo”. La experiencia humana de 4500 afios de relaciones politicas, econdmicas, tecnolégicas, cultura- les del ‘sistema interregional”, sera ahora hegemonizada por Europa ~que nunca habia sido “centro”, y que en sus mejores tiempos s6lo llegé a ser “periferia””-. El desliza- miento se efectia del Asia Central hacia el Mediterraneo oriental, y de Italia, més precisamente de Génova, hacia el Atlintied, Con el antecedente de Portugal, se inicia pro- 1 i at. piamente con Espafia, ante la imposibilidad de que la China intente siquiera llegar por el oriente (el Pacifico) a Europa, e integrar asi a Amerindia como su perifer Veamos las premisas de la argumentacién. 1. Despliegue del “sistema-mundo"’. La Espahia “moderna” del siglo XVI Consideremos el despliegue de la historia mundial a partir del quiebre, por la presencia turca-otomana, del estadio III del sistema interregional, que habia tenido en su época clésica a Bagdad por centro (del 762 al 1258 d.JC como hemos visto), y la transformacién del “sistema in- terregional” en el primer “sistema-mundo”, cuyo “cen- tro” se situard hasta hoy enel Atléntico norte. Ese'cambio de “centro” del sistema tendré su prehistoria desde el siglo XIII al XV d.JC, y ante el derrumbe del estadio III del sistema interregional, pero el nuevo estadio IV o el “sis- tema-mundo” se originard propiamente a partir de 1492. Todo lo acontecido con anterioridad en Europa era todavia un momento de otro estadio del sistema interregional. {Qué Estado originé el despliegue del “‘sistema-mundo”? Nuestra respuesta es: el que pudiera anexarse a Amerindia, y desde ella, como trampolin o “‘ventaja comparativa”’ ir acumulando una superioridad inexistente a finales del si- glo XV. a) gPor qué no la China? La razén es muy simple, y deseamos definirla desde el comienzo. A la China” le fue imposible descubrir Amerindia (imposibilidad no tecnol6- gica, es decir de factibilidad empirica, sino historica y geopolitica): no podia interesarle intentar ir por el este hacia Europa, porque el “‘centro” del sistema interregional (en su estadio III) sé encontraba en el oeste, en el Asia Central o en la India. gIr hacia una Europa completamente “periférica’"?, no podia ser un objetivo del comercio ex- terno chino. 8 En efecto, Cheng Ho, entre 1405 y 1433, efectué siete viajes exitosos al “centro” del sistema (Ileg6 a Sti Lanka, India y hasta el’ Africa oriental’), En 1479 Wang Chin intent6 hacer lo mismo, pero le fueron negados atin los archivos de su antecesor. China se encerré sobre sus limi- tes y no inten:é hacer lo que, en ese mismo momento, realizaba Portugal. Su politica interior ~quiza la rivalidad de los mandarines contra el nuevo poder de los eunucos comerciantes(' impidié su salida comercial externa, pero, de haberla realizado, debié haberse dirigido hacia el este para alcanzar el “centro” del sistema. Los chinos se dirigieron hacia el este, llegaron hasta Alaska, y parece que hasta California o atin més al sur, pero al no encontrar nada que pudicra interesar a sus comerciantes, y al alejarse cada vez del “centro” del “sistema interregional”, abandona- ron seguramente la empresa, China no fue Espafia, por razones geopoliticas. Sin embargo, debemos hacernos todavia una pregunta para refutar la “evidencia” antigua, pero que se ha refor- zado desde Weber: {Era China inferior culturalmente a Europa en el siglo XV? Segiin los que han estudiad6 la cuestién''®), no era inferior ni tecnolégica‘", ni politi- ca"), ni comercialmente, y ni siquiera por su humahis- mo", Hay un cierto espejismo en esta cuestién. Las historias de las ciencias y tecnologias Occidentales no toman estrictamente en cuenta que el “salto”, el boom tecnolégico europeo comienza a realizarse en el siglo XVI, pero s6lo en el XVII muestra sus efectos multiplicadores. Se confunde la formulacién del nuevo paradigma tedrico moderno (siglo XVII) con el origen de la Modernidad, sin dejar tiempo para la crisis del modelo medieval, No se advierte que la revolucién cientifica para hablar como Kuhn parte ya de una Modernidad inigiada, anterior, como fruto de un “‘paradigma moderno”™, Por ello, en el siglo XV (si no consideramos los inventos europeos posteriores) Europa no tiene ninguna superioridad sobre la 9 }- China.-El mismo Needham se deja llevar por el espejismo, al escribir: “El hecho es que en el desarrollo espontineo autéctono de la soriedad china no se produjo ningiin cambio drastico paralelo al Renacimiento y a la revolucién cientifica en Occidente”"), Ef colocar el Renacimiento y la revolucién cientific como siendo un mismo acontecimiento (uno desde el siglo XIV y el otro propiamente en el siglo XVII) muestra la distoreién de la que hemos hablado. El Renacimiento es todavia un acontecimiento europeo de una cultura perifé- rica del estadio III del sistema interregional. .a “revolu- cidn cientifica” es el fruto de la formulacién del paradigma moderno, que necesité més de un siglo de Modernidad para su eclosion. Pierre Chaunu escribe: “A finales del siglo XV, en la medida en que la literatura historica nos permite comprenderlo, el Oriente Lejano como entidad comparable al Mediterraneo [...] no resulta bajo ningiin aspecto inferior, al menos superficialmente, al Occidente lejano del continente euroasiatico”™ Repitamos: Por qué no China? Por encontrarse en el Extremo Oriente del “sistema interregional”, por mirar hacia el “centro”: hacia la India en el Occidente. b) gPor qué no el Portugal? Por la misma razén. Bs decir, por encontrarse en el Extremo Occidente del mismo “sis- tema interregional”, y por mirar también y siempre hacia el ‘‘centro”: hacia la India en el Oriente. La propuesta de Colén (el intentar ir al “‘centro” por el Occidente) al rey de Portugal era tan descabellada, como descabellada era para Colén el pretender descubrir un nuevo continente (ya que siempre y sélo intenté, y no pudo conocebir otra hipétesis, ir hacia el “centro” del estadio III del sistema interregional), Como hemos visto, las ciudades renacentistas italianas son el extremo occidental (periférico) del sistema interre- gional, que articularon nuevamente después de las Cruza- das (que fracasan en el 1291) a la Europa continental con ae | el hens Mediterraneo. Las Cruzadas deben ser consideradas oon ¥ que estaba prese {20 intentaban abrir el Mediterraneo occidental al Atlan. scehian gleBar nuevamente por el sur del Africa al el sistema. Los genoveses pusieron toda su rime i frimera nacién europea ya unificada en el siglo XI, tance rent la Reconquista” contia los musulmanes en el co. 'un proceso de expansién mereantil atléntica, Eq Ceuta afsicano-musulmana, en 1448 ELKsar-es-Seghis A + Pero todo esto es la continuacién dei sistema interregional ién son las ciudadee sem ‘gional cuya conexién son las ciudades ita- por st! siglo XII, los genovesesy los pisanos aparecen egal? Primera en Catalufta; en el sigio XIIl, cuando [L880 por primera vez a Portugal, los italianos se esfucr Fong wet 810s pueblos ibticos al comereo interna J Para 1317 la ciudad y el puerto de Li 2 le re om centro del comercio genovés? 0 fee marine rusal con contactos con el mundo islémica, con numerosos (agricultores expul a cultura extensiva) printer hy a . con una economia monetar te : izad ‘onexién” con Ttalia, abrieron nuevamente a la Aone 80 - " peiférica al sistema interregional. No dejo por ello de ser ™ perferia, ni los portagueses pudieron pretender salir de esa situacidn, ya que Portugal pudo intentay en i le tercambio comercial en e] Mar 1 coy pero nunca pretendié producir las iiescancies gel Oriente (las telas en seda, los productos tropicals, loro del sudsahariano, ete). Es decir, era una potencia interme diaria y siempre “periférica” de la India, China o el mundo musulmén. qi Con Portugal estamos en la antesala, pero todavia no en la Modernidad ni en el “sistema-mundo” (el IV estadio del sistema que se origin6, al menos, entre el Egipto y Mesopotamia). z a ; ©) Por qué Espafiainicia el“ sistema-mundo -yeon él Ja Modernidad? Por la misma razén que lo impedia en Ie China y el Portugal. Como Espafia no podia ir hacia el centro” del “sistema interregional” que se encontraba en Asia Central o la India, hacia el Oriente (ya que los portugueses se habianantcipado, y fenfan derechos de intico sur (por las costas exclusividad), por el Ad Africa occidental, hasta el Cabo de la Buena Psperanca descubierto en 1487), s6lo le quedaba a Espafe una sols oportunidad: ir hacia el “centro”, ala India, por el Occ dente, por el oeste, eruzando el Ovéano Atlantica") Por Espaiia * cn tra sin bus¢ = lo Espafia “tropieza”, “encuentra sin b : findia, y con ella entra en crisis todo el aradigma me i " “paradigma” de una cul dieval"* europeo (que es el “pa d ura periférica, el Extremo Occidental del estadio 1 Gel “is ( iz ura, lenta p - ma interregional”) e inaugura, lent Nersiblemente la primera hegemonia mundial, por ello del nico *sistema-mundo” que ha habido en la historia pla nara, que eel sistema modemo, evropeo su ee c mia. Esta 1ro”, capitalista en su economia 7 Liberacidn pretende situarse explicitamente (over ai a fetica que lo intenta “e Ja primera filosofia préctica que ' te?) enel horizonte de este sistema-mundo . ae teniendo en consideracién no sélo el “centro” (cot 82 ha hecho exclusivamente la filosofia moderna desde Des- cartes hasta Habermas, y por ello ha tenido una visin parcial, provinciana, regional del acontecer ético histéri- ¢0), sino también desde su “periferia” (y por ello se obtiene una vision planetaria del acontecet humano). iBsta cuestion histérica no es anecdética o informativa, tiene un sentido filoséfico strictw sensu! He ya tratado el tema inicialmente en otra obra®", En ella mostraba la imposibilidad existencial de Colén, un genovés renacen- tista, de convencerse de que lo que habia descubierto no era la India. Navegaba en su imaginario siempre junto a las costas de la Cuarta Peninsula asidtica (la que Heinrich Hammer habia trazado cartograficamente en Roma en 1489), siempre cerca del “Sinus Magnus” (Gran Golfo de los griegos, mar territorial de la China) cuando atrave- saba el Caribe. Colén murié en 1506 sin haber superado el horizonte del estadio III del “sistema interregional”), que nunca pudo sobrepasar. No pudo superar subjetiva. mente el “sistema interregional” -con una historia de 4500 afins de transformaciones, desde el Egipto y la Me~ sopotamia— y abrirse al nuevo estadio del “sistema-mun- do”. El primero que sospeché un nuevo (el ziltimo nuevo) continente fue Américo Vespucci desde 1503, y por ello fue, existencial y subjetivamente, el primer “modern”, él primero que desplegé el horizonte del ‘sistema asiati co-afro-mediterraneo” como “sistema-mundo”, que i corporaba por vez primera a Amerindia®), Esta “revolucién” de Welianschauung, del horizonte cultural, cientifico, religioso, tecnolégico, politico, ecolégico y econdmico es el origen de la Modernidad, desde un “pax radigma mundial” y no meramente eurocéntrico. En el “sistema-mundo” Ja acumulacién en el “centro” es por vez primera acumulacién a escala mundial, En el nuevo momento del sistema todo cambia cualitativa o radical- mente, también se modifica hacia adentro el propio “‘sub- sistema periférico” europeo medieval. El acontecimiento fundante fue el descubrimiento de Amerindia®® en 1492. 83 Espaiia esta preparada para llegar a ser el primer Estado moderno”); por el descubrimiento comienzaa ser el “‘cen- iro” de su primera “periferia” (Amerindia), organizando asi el inicio del lento deslizamiento del ‘‘centro” del antiguo estadio III del ‘sistema interregional” (la Bagdad del siglo XII), que habia desde la Génova periférica (pero integrante occidental del “‘sistema"") comenzado a reco- nectarse primero con Portugal, y ahora con Espafia, con Sevilla més exdctamente. De inmediato se vuelca en esta Sevilla la riqueza genovesa, italiana. La “experiencia” de! Mediterraneo oriental renacentista (y por él la del mundo musulmén, de la India y hasta la China) se articula asi con a Espafia imperial de Carlos V (que llega hasta la Europa central de los banqueros de Augsburgo, hasta la Flandes de Amberes y después Amsterdam, con la Bohemia, Hun- gria, Austria y Mildn, y en especial con el Reino de las Dos Sicilias“), del sur de Italia hasta Sicilia, Cerdefia, las Baleares y con numerosas islas del Mediterraneo). Por el fracaso econémico del proyecto politico del “Imperio- mundo” el emperador Carlos V abdica en 1537; se dejar lugar al “‘sistema-mundo” del capitalismo mercantil, in- dustrial y actualmente trasnacional. Tomemos como ejemplo un nivel de andlisis, entre los muchos que pudieran observarse -no quisieramos ser cri- ticados de economicistas, por el ejemplo adoptado-. No es casual que Veinticinco afios después del descubrimiento de las minas de plata del Potosi en el Alto Pera y de Zacatecas en México (1546) ~de donde legaran a Espafia un total de 18 mil toneladas de plata de 1503 a 1660°-, y gracias a las primeras remesas de ese metal precioso, Espaiia pudie~ ra pagar, entre otras campafias del Imperio, la gran armada que derroté a los turcos en 1571 en Lepanto, y con ello se dominaba al Mediterraneo comio conexién con el “centro” del antiguo estadio del sistema. ;Sin embargo, el Medite- rrineo habla muerto como camino del “centro” hacia la “periferia” occidental, porque el Atldntico se estaba es- tructurando como “centro” del nuevo sistema-mundo”! 84 Escribe Wallerstein: pat totoy plata eran buscados como objets preciosos, tumo en Europa y més atin para el io con Asia, pero eran también td pala Shere on Asia, u sign de la econémfa europea" a4 Pat I8expan- Hemos leido, entre muchas car , ichas cartas inéditas del At General de Indias de Sevilla, este texto del 1 de juli de $0, firmada en Bolivia por Domingo de Santo Tomés: sientitbt4 cuatro afios que, para acabar de perderse esta sierra te 4 lescubrié una boca del infierno™ por la cual Gada afio inmolan gran cantidad de gente, que la codicia los espafioles sacrifican a su dios que es el oro?) una mina de plata que se llama Potosi" nie Testo es por demas conocido. L; a colonia espafiol: Flandes reemplazaré.a Espaia como potencia epemiaiee fel Neentro” del reciente “sistema-mundo" -se libera de Espafia en 1610- Sevilla el primer puerto moderno (en relacién con Amberes), después de més de un siglo de eel em lor, dejaré lugar a Amsterdam‘ (ciudad dond. gferibind Descartes en 1636 Le Discours de la Méthode, y ivira Spinoza”), potencia naviera, a a Ly jue iene iaer Aue Ja exportacién agricola, do pantiat iis variadas ramas de la produecién; ° ; ciudad iGmina, ene oles aspectos, por quebrar a Veneciat”, més de un siglo, la Modernidad a en esta ciudad una urbe con fisonomia propia defieiecn noma propia definitiva: su puerto, los eanales que como vi i en au peertoy Ts ana fas comerciales llegaban rgueses, comerciantes ( terceros y cuartos pi a ee c pisos como despensas, de dond servia por grias directamente a los barcos); mil detalles de tas arcos); mil detalles d una urbe capitalista®), Desd ard y urbe . Desde 1689 Inglaterra di ‘erminaré por imponerse nf holandess 2 sobre la hegemonfa holand ~que sin embargo tendré siempr la oo Francia hasta al menos el 1763. oes Amerindia, mientras tant it rindia, 0, constituye la estructura fun- damental de I primera Modernidad, Del 1492 2 1500 se lonizan unos 50 mil km? (en el Caribe, Tierra Firme: de 85 Venezuela a Panamé)"), En 1515 se Iegan a 300 mil km? con unos 3 millones de amerindios dominados. Hasta 1550 mas de 2 millones de km? (que es una extensién mayor a toda la Europa “centro™), y hasta mas de 25 millones (cifra baja) de indigenas‘*, muchos de los cuales son integrados a sistemas de trabajo que producen valor (en el estricto sentido de Marx) para la Europa “central” (en la “enco- mienda”, “mita”, haciendas, etc.). Habra que agregar desde 1520 los esclavos de las plantaciones que provienen del Africa (unos 14 millones hasta la época final del esclavismo en el siglo XIX, incluyendo a Brasil, Cuba y Estados Unidos). Este enorme espacio y poblacién daré a la Europa, “centro” del “sistema mundo", la ventaja comparativa definitiva con respecto al mundo musulmén, ala India y a la China, Por ello, en el siglo XVI: “La periferia (Europa oriental y la América espafiola) utilizaba trabajo forzado (esclavitud y trabajo obligado [del indio} en cultivos para el mercado. [mundial}). El contro utilizaba, cada vez més, mano de obra libre" ‘A los fines de esta obra filos6fica nos interesa indicar solamente que nacieron en el “sistema-mundo” las ““for- maciones sociales periféricas”: “La forma de las formaciones periféricas dependers, finalmente,a.un tiempo de la naturaleza de las formaciones precapitalistasagredidas y dela formas de agresiGn exte- Ellas serdn, al fin del siglo XX, las formaciones perifé- ricas latinoamericanas®?, las del Africa banti. las del mundo musulman, de la India, del sudeste asiatico™® y de Ia China; a las que habria que agregar parte de In Europa oriental antes del derrumbe del socialismo real. (Ver esquema 1) 86 Bsquema 1 UNEIBVELODELA ESTRUCTURA Ro UNEIBL0 covrRo neues BV. “cmsTR 'PERIFERIA® COLONIAL (SIGLO XVIII) Bere ie PERIFEUA LATINOAMERICANA Anotacones al Eo ema: flechas@; dina reanafctrads, fe A: paanems "coals": 3 macane senpeeccen ety ae feta; D: expltcin dl tata Indigen ede estavs coma indigenas; F: comyni-iades én indigenas;F:comynitades énias que guardan wna certs exerioidad del ny exportacion de bienes 2, La Modernidad como la “‘gestié \ 10 la “gestion (mana dela “centralidad” mundial y su fle char i Llegamos asi a la tésis Jlegamos central de estos dos pri capitlos. i le Modemidad fuera, y es nuestra Hipétesis, ies ae ia gestin (management)"de la “centralidad”™ istema-mundo”, i sobre lo que ésto significa oo 'e debe tomar conciencia : : que hay al meno oxigen dos Modemidades: a) En primer lugar, la Moder. ispénica, humanista, renacentista, ligada 1 iad hispanic, ligada tod fatigue sistema intgresional de a eristandad mediterd- usulmana'“®. En ella se concebiré-la “gestion 39 i = (manager) del nuevo sistema-mundo dese cum igma del antiguo sistema interregional, Es deci a a a a Me , Espafic maneja (manage)” Ia“centralidad” como el dominio a ; como el domini tsvés dels hegemoni de una cultura integra, una lengua, tuna religion (y deal el proceso evangelizador que sutra erindia); como ocupacién militar, organizacién buro- 87 crética-politica, expropiacién econémica, presencia demo- trfica (con cientos de miles de espatioles o portugueses Gjue habitardn para siempre América Latina), transforma: ion ecologica (por la modificacién de la fauna y flora), ste, Se trata del proyecto del “Imperio-mundo”,y del cual Wallerstein indica que fracasa con Carlos vi), b) En segundo lugar, la Modernidad de la Europa anglo-germé- nica, que se inicia con la Amsterdam de Flandes, que pase freeventemente como la dinica Modernidad (que es la in terpretacion de Sombart, Weber, Habermas 0 la de los mnigmos postmodernos, 10 que produciré una “falacia re duecionista” que oculta el sentido de la Modernidad, y, por ello, el sentido de su actual crisis). Esta segunda Modernidad, para poder “gestionar (10 manage)” el enor- me “sistema-mundo” que de pronto s¢ abre a la pequefia Holanda®, que de colonia espafiola se sitiia ahora en el ‘“gentro” del sistema-mundo, debe efectuar o aumentar su ceficacia por simplificacién. Es necesario realizar una abs- traccion (favoreviendo el quantum en desmedro de laqua- Tiras), que deja fuera muchas variables vilidas (variables. culturales, antropolégica, éticas, politicas, religiosas; as pectos que son valiosos ain parael europeo del siglo XV1), gue no permitian una adecuada, “fact ble" 0 técnica vente posible “gestion (management)” del sistemacmun- dot), Esta simplificacin de la complejidad) abarca la fotalidad del “mundo de la vida (Lebenswelt)”, de la relacién con la naturaleza (nueva posicién ecolégica y tecnolégica, no teleoldgica), ante la propia subjetividad (inseva autocomprensién de la subyetividad), ante la comu- ridad (nueva relacién intersubjetiva y politica), y, como Sintesis, nueva actitud econdmica (practico-productiva). La primera Modernidad hispanica, renacentista y huma- nista, produjo una reflexién teérica o filoséfica de la mayor importancia, que ha pasado desapercibida a la llamada i fHlocofia moderna” (que s6lo es la filosofia de la “Se- gunda Modernidad”). El pensamiento tedrico filoséfice Gel siglo XVI tiene relevaneia actual porque es el primero, 88 y ltnico, que vviéy expres l experiencia orginaraen el tiempo dea consitucién el primer “sistemasmundo” : Por ello desde Ios “resursos” trios ques tnfan (a Glosofia escolistien musulmano-cristiana y renacentsta wumanista) la cuestiOn ético filoséfica central fue la si grfemte: Qué dees ee europe de supa, dominar ‘gestionar (to manage)” las cultu ’ g ras recientemente des- cubierts, militarmente conuistadas y que estén ‘endo zadas? Desde el siglo XVI, la“ col la “Segunda Moderni- dad”, n0 tuo gus cucstonare It concen (Genser) juntas que ya estaban respondi pondidas de facto: desde Amsterdam, Londres o Pars (en los silos XVI y XVI en adele) el euraeentixma” (uperideotogia a legitimidad valida sin falseacid la legitin in posibl eee del sistema-mundo) no sera ya ee bag i6n nunca mas, hasta finales del si més, el siglo XX -y esto, entre otros movimientos, porla Filosofia del Liberacion-, seu ua obra hemos tocado la cuestion™, Hoy s6lo secordaremos el asunto en general. Bartolomé dels Cases sus numerosas obras, usando t nari on . ‘raordinari aparato bibliogréfico, fundando racional y cu . jo racional y cuidad te sus argumentos, ituci ke , que la constitucién del sist como expansién europea en Amerindi sae ae ex merindina (anuncio de l expansién en Africa y Asia) no ti aes : no tiene derecho al una violencia injusta, der ética algus wn ijusta, y no puede tener Validez ética algu: ang bosmaners generale prinspaleshan niolos que >. que se Ilaman cristianos, en extirpar ; rae aI ha de ners a aqulitsmiserandss rustones, Le stas, crueles, sangrientas y tirdni n 5 s : y tirdnicas guerras. La ofr, después que han muerio todos los que podrian suspirar o pensar en libertad, 0 en sali 0 en salir de los toentos que padecen, como son los seores naturales y los hembres varones (porque cominmente no dejan en ls vida sino los mozos y mujeres) oprimé ; »priméndoles c: la mds dura y aspera servidumbe en que jamds hombres i bestias pudieron ser puestas. La causa porque han muer- 89 toy destruido tantas y tales y tan infinito ntimero de énimas los cristianos, ha sido solamente por tener por fin tltimo el oro y henchirse de riqueza en muy breves dias, por la insaciable codicia y ambicién que han tenido” ©"), Con posterioridad, la filosofia no plantearé mas esta problemética, que s6lo se mostré inevitable en el origen de la implantacién del sistema-mundo. Para la Etica de la Liberacion esta cuestién es todavia hoy fundamental. Enel siglo XVI, entonces, se implanta el sistema-mundo en torno a Sevilla, y la filosofia pone en cuestién, desde el antiguo paradigma filoséfico, la praxis de dominacién, pero no Ilegaa formular el nuevo paradigma. Sin embargo, no debe confundirse-origen del nuevo-paradigraa con el origen de la Modernidad. La Modernidad se origina més de un siglo antes (1492) del momento en que se formaliza el paradigma_—para expresamos.como ‘Thomas Kuhn= adecuado a su propia nueva experiencia. Si observamos las fechas de la formulacién del nuevo paradigma moderno, podremos coneluir que acontece en la primera mitad del siglo XVII‘; ¥ bien, este nuevo paradigma, acorde a las exigencias de eficacia, “*factibilidad” tecnolégica 0 go- bernabilidad dela “ gestion (management)” de un sistema mundo enorme y en expansién, es la expresién de un necesario proceso de simplificacién por “racionalizacién” del mundo de la vida, de sus subsistemas (econémico, politico, cultural, religioso, etc.). La ‘‘racionalizaci indicada por Werner Sombart®, Ernst Troeltsch 0 Max. Weber’ es efecto-y-no-causa. Por otra parte, los efectos de esa racionalizacién simplificadora para tomnar “mane- jable (manageable)” al sistema-mundo son quiz més profundos y negativos que lo que Habermas o los postmo- dernos™ se imaginan. La subjetividad corporal musulmano-medieval es sim- plificada: la subjetividad es postulada como un ego, un yo, del cual Descartes escribe: “De suerte que este yo, es decir, mi alma, por Ia que soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo y ain es mas 90 facil de conocer que el cuerpo, que si no hubiera cuerpo no dejaria de ser el alma lo que es”), : El cuerpo es una mera maquina, rey extensa del todo extrafia al alma. El mismo Kant escribe: “El alma humana deberia ser mirada como ligada en la vida presente a dos mundos (zweien Welten) a la vez: de estos mundos, en tanto que forma con el cuerpo una unidad Personal, no siente sino el mundo material (materielle); al contrario, como miembro del mundo de los espiritus (als cin Glied der Geisterwelt) [sin cuerpo] recibe y propaga las puras influencias de las naturalezas inmateriales""). Este dualismo ~que Kant aplicard a la ética, en cuanto que las “maximas" no deben tener motivos empiticos patolégicos”, se articula posteriormente a la negacién de la inteligencia prictica, reemplazada por una tazén instrumental que se ocupard del ‘manejo (management)”” \éonico, tecnolégico (Ia ética desapareceré ante una inteli gencia more geometrico) de la Critica del Juicio. Es aqui donde la tradicién conservadora (como la de Heidegger) no ha dejado de percibir la supresion simplificadora de la complejidad orgénica de la vida, reemplazada por una téenica de la “voluntad de Poder” (critica esbozada por Nietzsche 0 Foucault). Galileo, con todo el entusiasmo ingenuo de un gran descubrimiento, escribe: La filosofia esta escrita en este grandisimo libro que continuamente esté abierto ante nuestros ojos, me refiero al universo; pero no puede ser entendido si antes no se atiende a comprender la lengua y a conocer los caracteres en los cuales esté escrito. Esta escrito en lengua matema. {ica (in lingua matematica), y los caracteres son triéngu- 10s, circulos y las otras figuras geomeétricas, en las cuales s imposible entender humanamente algo. Sin esta lengua todo es un agitarse vanamente en un oscuro laberinto™™) Heidegger ya dijo que la “posicin mathematica”) ante los entes es un tenerlos por sabidos de aritemano (en los axiomas de la ciencia, por ejemplo) y abocarse s6lo a usarlos. No se “aprende” un arma, por ejemplo, sino que 91 ( se aprende a hacer “uso” de ella, porque ya se sabe lo que es: “Las mathémata son las cosas, en cuanto las introduci mos en el conocimiento, introduciéndolas en el conoci- miento como lo que de ellas ya es conocido de antemano, el cuerpo en cuanto materialided, la planta en cuanto vegetalidad, el animal en su animalidad”®, La “racionalizacién” de la vida politica (burocratiza- cién), de la empresa capitalista (administracién), de la vida cotidiana (ascetismo calvinista o puritano), la descorpora lizacién de la subjetividad (con sus efectos alienantes tanto del trabajo vivo -criticado por Marx, como en sus pulsio- nes ~analizado por Freud), la no-eticidad de toda gestion econdmica o politica (entendida solo como ingenieria téc- nica), la supresin de la razén_practico-comunicativa reemplazada por la razén instrumental, la individualidad solipsista que niega la comunidad, etc., son ejemplos de diversos momentos negados por la indicada simplifieacion aparentemente necesaria para una “gestién. (manage- ment)” de la “centralidad” del sistema-mundo que Europa se vid abocada perentoriamente a efectuar. Capitalismo, liberalismo, dualismo (sin valorar la corporalidad), instru- mentalismo (el tecnologismo de la razén instrumental), ete., son efectos del manejo (management) de esa funcién que le cupo a la Europa como “centro” del sistema-mun- do. Efectos que se constituyen en mediaciones, en sistemas que terminan por totalizarse. El capitalismo, mediacién de explotacién y acumulacién (efecto del sistema-raundo), se transforma después en un sistema independient que, des- de su propia Iogica autoreferente y autopoiética, puede destruir a Europa y a su periferia, a todo el planeta. Y esto es lo que Weber observa, pero reductivamente, Es decit, advierte parte del fenémeno pero no todo el horizonte del istema-mundo, En efecto, el procedimiento formal de simplificacién para tornar ““manejable (manageable)” el sistema-mundo produce subsistemas formales racionaliza- dos que después no tienen pautas internas de autoregula- 92 cién de sus limites en la propia Modernidad, que pudieran reconducirlos al servicio de la humanidad. Es en este momento cuando surgen las criticas desde dentro del “cen- tro” (y desde la periferia, como la nuestra) contra la misma Modernidad, Ahora se atribuye a la ratio toda la causdlidad culpable (como “‘entendimiento [Verstand]” objetual que fija desintegrando), desde Nietzsche a Heidegger, 0 con los postmodernos —Ia culpabilidad se anticipard hasta S6- crates (Nietzsche) o hasta Parménides (Heidegger). En efecto, las simplificaciones modernas (el dualismo de un ego-alma sin cuerpo, la razén instrumental teleolégica, el racismo de la superioridad de la propia cultura, etc.) tienen muchas semejanzas con la simplificacién que cl esclavis- ‘mo griego produjo en el sistema interregional II. La Welt— anschauung griega convenia al hombre moderno ~no va sin complicidad el resucitar a los griegos por parte de los roménticos alemanes. La superacién asuntiva (subsun- cién) de la Modernidad significard ¢l considerar critica- mente fodas estas reducciones simplificadoras producidas desde sus origenes ~y no sdlo algunas pocas como imagina Habermas-. La més importante de dichas reducciones, junto a la de la subjetividad solipsista sin comunidad, es la negacién de la corporalidad de dicha subjetividad -a la que se ligan las criticas a la Modernidad por parte de Marx, Nietzsche, Freud, Foucault, Levinas, y de la Btica de la Liberaci6n, como veremos a lo largo de esta obra-, Por todo ello, el concepto que se tenga de Modernidad determina, como es evidente, la pretensién de su realiza- cién (como la de Habermas), o el tipo de las criticas (como las de los postmodernos). En general, toda la disputa entre racionalistas y postmodemos no supera el horizonte euro- Céntrico. La crisis de la Modernidad (advertida ya, como hemos anotado frecuentemente, por Nietzsche o Heideger) se refiere a aspectos internos a Europa, El.““mundo perifé tico”” pareciera ser un pasivo espectador de una tematica que no le toca, porque es ““barbaro”, pre-moderno o sim- plemente porque debe ser “modernizado”. Es’ decir, la 93 visién eurocéntrica reflexiona en el proviema de la crisis de la Modernidad solamente los momentos europeo-nor- teamerieanos.(o atin hoy japoneses), pero minimiza los de la periferia. Romper esta “falacis. reduccionista” no es facil. Intentaremos “indicar” e] camino de una tal supera- cion. ‘ Sila Modernidad comienza al final del siglo XV, con un proceso renacentista pre-moderno, y de alli se pasa al propiamente moderno en Espafia, Amerindia forma parte de la ‘modernidad” desde el momento de la conquista y colonizacién (el mundo mestizo en América Latina es el Unico que tiene tanta edad como la Modernidad®)), ya que fue el primer “barbaro” que la Modernidad necesita en su definicién. Si la Modernidad entra en crisis al final del siglo XX, después de cinco siglos de‘desarrollo, no se trata s6lo por los momentos detectados por Weber 0 Habermas, © por Lyotard o Welsch, sino que habrd que agregar los propios de una descripcién “mundial” del fenémeno de la Modernidad. Para coneluir, si nos situamos, entonces, en el horizonte planetario se pueden distinguir las siguientes posiciones ante la problematica planteada: a) En primer lugar, la tesis “substancialista” desarrollista®” (cuasi-metafisica) que concibe la Modernidad como un fenémeno exclusivamente europeo que se habria expandido desde el siglo XVII por todas las otras culturas “atrasadas” (posicién eurocéntrica en el “centro” o modernizadora en la “periferia”); la modernidad es un fenémeno que hay que terminar de ar. Algunos de los que asumen esta primera posicion (p.c. un Habermas o Apel), defensores de la razon, lo hacen criticamente, ya que piensan que la superioridad europea no es material, sino formal: gracias a una estructura de preguntas criticas"), Por otra parte, la tesis complemen- taria de la anterior es la “nihilista” conservadara, que niega a la Modernidad cualidades positivas (de un Nietzs- che o Heidegger, p.e.), y que propone practicamente su aniquilacién sin salida. Los postmodernos asumten esta 94 Posici6n (en su ataque frontal a la “‘razén" en cuanto tal; con diferencias en el caso de Levinas), aunque, paradé- gicamente, también defienden parte de la primera posi- cién, desde un curocentrismo desarrollista®, Los filésofos post-modemnos son admiradores del arte postmo- derno, de los media, y aunque afirman teéricamente la diferencia, no reflexionan sobre los origenes de estos sistemas que son frutos de una racionalizacién propia de la “gestion” de la “centralidad” europea del sistema- mundo, ante la cual son profundamente acriticos, y, por ello, no tienen posibilidad de intentar aportar ninguna alternative (cultural, econdmica, politica, etc.) valida para las naciones periféricas, ni para los pueblos 0 las grandes mayorias dominados del centro y/o la periferia. b) En segundo lugar, defendemos otra posicién desde la periferia, y considerando el proceso de la Modernidad como la indicada “gestién” racional del sistema-mundo, Esta posicién intenta recuperar lo recuperable de la Mo. dernidad, y negar la dominacién y exclusién en el sistema- mundo, Es entonces un proyecto de liberacién de la periferia negada desde el origen de la Modernidad. El problema no es la mera superacién de la razén instrumental (como para Habermas) o de la razén terror de los postmo- dernos, sino la superacién del mismo sistema-mundo tal como se ha desurrollado hasta hoy durante 500 aftos. El problema es el agotamiento de un sistema civilizatorio que llega a su fin". La superacién de la razén cinico-gestora (administrativa mundial) del capitalismo (como sistema econdmico), del liberalismo (como sistema politico), del curocentrismo (como ideologia), del machismo (en la er6= tica), del predominio de la raza blanca (en el racismo), de la destruccién de la naturaleza (en la ecologia), etc., supo- ne la liberacién de diversos tipos de oprimidos y/o exclui- dos. Es en este sentido que la Etica de la Liberacién se defiende como trans-modera (ya que los postmodernos son todavia eurocéntricos). El final del presente estado civilizatorio se deja ver en la presente en los siguientes 95 limites absolutos del “sistema de los 5U0-aiios” como le. 1a Noam Chomsky-. aa limites absolutos son: a) En primer lugar, la des- truccién ecolégica del planeta. Desde su origen la Moder- nidad ha constituido a la naturaleza como un objeto ‘explotable”, en vista de aumentar la tasa de ganancia‘ °S-Par rime ve a mtr s cove parent en objeto para el ori en cose purainente util; cesa de \cérsele como poder para si’ ona vez constituida la tierra como un “objeto explota- ble” en favor del quantum, del capital, que puede vencer todos los limites, todas las barreras, manifestando asi * ‘the great civilising influence of capital”, toca al final su limite. insuperable, cuando él mismo sea su limite, la ae infranqueable para el progreso ético-humano, y estamos ne unlvovalltad a la que tiende sin cesar (el capital), encuentra trabas en su propia naturaleza, las que en cierta etapa del desarrollo del capital hardn que se le reconozea a él como la mayor barrera para esa tendencia y, por consiguiente, propenderén a la abolicién del capital por de si mismo” E eas Ja naturaleza para la Modernidad slo un medio de produccién, corre su destino de ser consumida, cee da, y, ademas, acumulando geométricamente sobre la tierra sus desechos, hasta poner en peligro 1a reproduccién 0 sobrevivencia de la misma vida. La vida es la condicién absoluta del capital; su destruccién destruye al capital ‘A esa situacién hemos llegado. E] “sistema de los 500 afios’ (la Modernidad 0 el capitalismo) se enfrenta al Lab limite absoluto: la muerte de la laen su totalidad, por el uso indiscriminado de una tecnologia antiecologica hae tituida progresivamente a partir del sélo criterio ie & “gestion” cudntica del sistema-mundo en la Modernit 4 el aumento de la tasa de ganancia. Pero el capital no puede 96 autolimitarse. Deviene en cuanto tal el peligro supremo para la humanidad, ) El segundo limite absoluto de la Modernidad es Ia destrucci6n de la misma humanidad. El “trabajo vivo” es la otra mediacién esencial del capital como tal; el sujeto humano es el tinico que puede “crear” nuevo valor (plus. valor, ganancia). El capital que vence todas las batreras one cada vez mas tiempo absoluto de trabajo; cuando no Puede superar este limite, entonces aumenta la productiv: dad por Ia tecnologfa; pero dicho aumento disminuye la necesidad de trabajo humano; hay asi humanidad sobrante (desempleada). El desempleado no gana salario, dinero: pero el dinero es la nica mediacién en el mercado por el que pueden adquirirse mercancias para satisfacer las nece- sidades. De todas maneras, el trabajo no empleable por el capital aumenta (aumenta a desocupacién). Aumenta asi la proporcién de sujetos necesitados no solventes(®) tanto en la periferia como en el centro~ Es la pobreza, la pobreza como limite absoluto del capital. Hoy constatamos ema ls miseria crece en todo el planeta. Se trata de la “ley de la Modernidad” “Esta ley produce una acumulacién de miseria propor- cionada a la acumulacién de capital”) El sistema-mundo moderno no puede superar esta con- tradiecién esencial. La Btica de la Liberacién reflexiona filos6ficamente desde este horizonte planetario del siste- ma-mundo; desde este doble limite que configura una ctisis terminal de un proceso civilizatorio: la destruccién ccolbgica del planeta y la extincién en la miseria y el hambre de la mayorfa de la humanidad. Ante éstos dos fenémenos coimplicantes de tales magnitudes planetarias, Pareciera ingenuo y hasta ridiculo, irresponsable y compli ce, irrelevante y cinico, el proyecto de tantas escuelas filoséficas (tanto en el centro, pero atin peor en la periferia, en América Latina, Africa y Asia) encerradas en la “torre de marfil” del academicismo estéril eurocéntrico. Ya en 97 1968 habia escrito Marcuse, refiriéndose a los paises opu- lentos del eapitalismo tardi “Cuil es el precio que hey que pays por todos ls leet zeiis. sl eio diac nada sere de los hace pagar a gente todos estos logros, que se gar = Spoli y dista muchisimo de su opulei wy lejos de la metr6poli y dista much - cia, {Trene la vovtedad opulesta comsientia ds la aus est haciendo, de eémo esta propagando el terror y la es av tud, de cémo esta luchando contra la liberacin en todos i +990) confines del globo?"™. el tercer limite de la Modernidad esla pestle! de subsumir las poblaciones, las sonoma las ae 7 é nte desde su origen, as culturas que atacé agresivamen : txeuy de eu horzontey que arvncona en la miseria. Bs tedo el tema de a exclusion de a aleridad ds Ameria Latina, el Africa y el Asia, y de su indomable volunta ae is bre el tema, pero no queria- sobrevivencia. Volveremos sobre aura mmosagu dear de indicar que el “sistema-mundo” lobe nor een aun inte donde eomienca a eteriorded de : de “resistence la Alteridad del Otro, lugar ccuya afirmacién analéctica parte el proceso de negacién negacién de la liberacién, 98 Homogeneizacion y Pérdida de la subjetividad en la globalizacion Hugo Zemeiman La amplitud de los planteamientos contenides en la Ponencia que acabamos de escuchar, desemboca en una multiplicidad de temas de reflexién, a la vez que confor man un desafio para incursionar en problemas que son imperativos en el actual momento histdrico, De ahi ln Heeesidad, en aras del tiempo disponible, de seleccionar ducci6n; asf como lo que concierne al futuro mismo ae in humanidad cuando se enfrentan estrategias de deserrolla sua nladas al servicio de las minorias, a costa de gigantes. cas marginaciones, y el papel que cumple la tecnologia, Lo que decimos compone un cuadro de e“iormes deca- ffos en el plano de la capacidad de rescatar y consolider formas de pensamiento capaces de expresar las potencin, lidades ocultas en el momento presente En efecto, la globalizacién que se impone en el nivel ffondmicoha supuesto tener que recurrir a mecanismos bésicos como son los modos de satisfacer el mundo de In; mpresidades del hombre en su vivir diario. Lo que ha Abierto las puertas a formas de manipulacién a partis del onan? sistema de sus necesidades. La manipulacién, por Tonsiguiente, comienza en ese espacio y se expresa ch la llamada homogeneizacién de los satisfactores Los satisfactores que apuntan a la satisfaccién de las necesidades, son cada vez mas semejantes entre si, Corres. 99

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