You are on page 1of 10
RAFAEL F. MUNOZ 20 CUENTOS DEL. REVOLUCION Prilogo ‘SALVADOR REYES NEVARES Epilogo MARCO ANTONIO CAMPOS FACTORIA, EDICIONES LA SERPIENTE EMPLUMADA, 20 Diese de colscin: Nonol Lorene ‘Sel dea colecin: José Tola ‘Vides: Salvador Pruneda Segunda ei: 2002 © Leonor Mur 8. ‘© an Jost Reyes Praneda po el prélogo ‘© Maco Antonio Campos pore plop? ‘© Factors Ediciones, § de RL Prolongacén San Anon 139 México, 01180 DF ompusrvecom ms ‘wo factritedisiones com ISBN: 968-6871-37-3 Impreso en Méco Priel n Mexico PROLOGO. puerta, Tedaviatuvo lun instante de rebelén, de —peonformiad “Lani. no nos est viendo? Nonos ve. Ahora anda poral dats, y no se far en nada. Ya veris con qué gusto come, Roque pudo disponer de tna timida mizeda al interior, efeedvamente, anita no pona tencn 2 Toque sus papés eben haciendo. ¥ la mer sus on sus mimos, seduciendo al pobre mando. Y ome hipnotado, lo hizo sali a fa bonqueta ein- cline sobre el muerto, para desprender, con sus lags dds hues yseos, el woen de queso y la ecin, de a sangre todavia aieme eae lt set a ol de a cama, con los codes apoyads sale as pleoas yas smanotcolgadas hacia dentro, gotcando, La met fre ahacerlumire Stan’ 8 mu Rayada ln corer, el queso qued6 blanco yet "co, La came hii nara Sal y pment, 7 gabe 88 mujer comieton fpidamente. Slo (Cai dj a cuca dent dl pl, si at ‘manectas alos lads ~iNo te gusta el calllo, mi hija? Si eal dll, mi hija? Siempre lo =St, mamé, sme gusta, pero ahora. sabe a smuer. Tomé ota cuchar, con los ojos cerrados, este aaorceraanen ce im ets en raga aula ls ade resne la comida, anos, hasta que se scion, ( Sinhabla. ae \._ fetta cates ste pln GNA BIOGRAFIN' ‘OS TRENES militares ocupan todas las vias lsponibles dela estacion del ferrocar, en espera de la orden del general en jefe para ‘movilizarse. Hace dos dias que bull el agua en las calderas de las locomotoras; que los soldados estén trepadios en los techos de les caros, onde han im- provisado habitaciones con ramas secas y rojo co- bertores; que las mujeres estin haciendo la comida en cocinas instaladas entre las ruedas, y que los centinelas tienen la consigna de no deja salir anin- «tin soldado del patio de la estacién, en la posibil- dad de que se reciba de un momento a otto la or- den de marcha. En un escape inmediato a la linea troncal,esté colocado un tren compuesto de varios caros dormi- torios y dos blindados, cuadriculados de blanco y negro, por cuyas apillers asoman los tubos de me- dia docena de ametralladoras, En el timo caro dormitorio, un centnelaesté de viglanca; sentado en el excalén inferior del esrbo, mete diente aun * Exe cuento no alae a perona alguna, La mayor parte ela frase sda al autor” exten en dos ograin de reco de Ta ecena play tla de ME enonaes cn dead lato de 1920. RED. 189 membrillo més grande que el puto, mientras su ar fo méuser de infanterf, que el marrazo prolonga hacia arrita en una ondulante Hamarada de plata, descansa recostado en el lanco del caro Esmedia mafana. Un rumor de avspero sale de aquel conjunto de arenes militares, en el que las jadeantes locomotoras y ls sldados rivalzan en impaciencias. Enel tren del general en jefe no se mueve nadie; de abi no tale ido, ni seve cara alguna asomar por las ven- tanilas, en las que se han cerrado los pérpados ver~ desde las corinas. ‘Aves tren, por el extremo donde el centinela engulle su almuerzo, se aproxima un individuo ves- ‘ido con una indumentaria que lastima la vista en axel campamento de tropaslistas para la marcha. ‘Contrastando con los uniformes de aki amarillo y sombreros tejanos, con las cananas cruzadas, [as ca- tellers hisutas y los rostros olvidados por las nava- jas de barbero, quel individuo viste un traje de ca simi muy claro, amplio como un costal, de saco que le leg hasta las corvasy pantalones que le hacen amps sobre los zapatos. Una melena pesada de va selina le cae hasta los hombeos, y cubre su cabeza tun sombrero negro, de anchisima falda que le hace oleae al dertedor. leva un corbatén de seda de un pPalmo de ancho, anudado en forma de mariposa ct 7 alas Ie sbepasan las slapas del costal en sie ‘a metdo, Lleva un portapapeles bajo el rao, ¥ hablar, hues el ono de la wor y con la esa rica en el are amplios ademanes que acompasan suspaabeae s ~Decidime, vigilante, ise encuentra el general en su improvisada y movil residencia? El centinelainterrumpe un mordisco, interT0@ 9m tuna mirada de soprese, y comprendiendo tat respond: 190 ~Aisté arb; se acaba de levantar rita se aso- 16 medio encuerado... métase. Sin levantarse del estribo, de paso libre al visi- tante,y sgui6 comiendo. Dentro, en un saloncito de tres metros por lado, on una mesa cubierta de pao verde, y sofés de ‘uero adosads a las paredes, estaba el general en jefe “medio encuerado". Era un hombre de alta es tatura, huesudo, de anchos hombros inclinados ha- cia adelante; tenia una cara impasibe, ala que la boca siempre abierta, daba un sllo de rusticidad y torpeza. Esaba sn camisa, y de los borones del pan- talén, los tirantes de resorte colgaban como en el rec legac los faldones del saco. El general en. jefe deletreaba un libro de filosftaalemana de me- dliados del siglo pasado. Buenos dias, general, le sorprendo deleiténdo- se con a buena lectura. ~iQuiubo licenciado.! Vengo a iosistir, mi general, en el proyecto aque ya tuve el honor de exponerle en otra ocasi: antes de que salga usted a esta campafa que sin dluda serd un nuevo lauro en su corona, deseo que me proporcione los datos necesaios para escribir su biografia. Comprenda usted que es necesario que el Pas, ansioso en este momento de conocer los ante- cedentes de los hombres nuevos en la ida dela pa- ta, sepa a ciencia cera, por medio de un libro ve- tidico, la. vida que ha hecho. usted. hasta el momento en que llega ser una de las figuras si lentes de nuestra causa. Ademis, comprenda usted que es necesario desvirwar algunas... bueno, ciet- tos. e8 dec “No trague camote, lcenciado, suéleea de una Quiero decir, mi general, que sus enemigos los enemigos de nuestra causa, han tratado vanamente 191 de empequefiecer @ usted propalando calumniosas ~Dicen que soy un bandido, ino? Hasta eso llega su criminal deseo de despresti- ar nuestra causa, general. Pero ses la meriticay pelada verds.. Bromea usted, general, ij, ja, ja! Nunca lo ha- ba yo visto de ean buen humor... Inssto, su bio- rain Bueno, bueno, agarre la pluma y ponga abi lo que le voy diciendo, només que como usted es le do, lodice bonito, para que la gente no crea que Soy ‘como me pintan. Lo que he hecho ha sido por el bien de mis hermanos de sangre y de raza, y=. El futuro autor de la biografia se ha sentado frente ala mesa; de su cartapacio toms papel y va- 10s ldpicestajados en punta fntsima, y se dspone a ofr el relato que va a hacer de su azarosa vida aquel ‘hombre tan importante. Mientras és, acostado en tun sofé de euro, hilvana sus recuerdos con la mita- dda entretenida en los arabescos dibujados en el te- cho, el autor escribe. Ast se desarolla coda la esce- ‘na que sigue: ° General: ~Ya sabe amigo, que yo saga bien parado ai en su lbto. ‘Autor: Escribo las presentes lineas a sabiendas de que voy a herr la modestia de mi biografiado, ‘General: La mera verdé, es que yo nunca supe «quign fue mi padre... ‘Autor: El padre de nuestro biografiado fue un hhombre bueno y honrado, que victima de sus inten- 80s esfuerzos para llevar el pan a su familia y labrar el porvenie de sus hijs, fallecié cuando el mayor de 0s, ahora nuestro jefe, contaba apenas cinco aos de edad. 192 General: -Mi madre hacta dulees,jamoncilos, caiiertos y pepitoras, ue yo sla a vender siendo un chamaco. ‘Autor: Obligado a tabsja a pesar desu decidi- da inclinacin al estudio, nuesto biograiado siguié con éxito la carera del comercio. General: -El dinero que me daban por ls dul ces lo jugaba de diversas maneras con los mucha- ches ricos, y siempre los pelaba, a la buena 0 a la mala, ‘Autor: Sus excepeionaes cualidades para el co- General: —Yo queria un burro, para trae efi Autor: Sin embargo de sus éxites, $4 espiritu ‘emprendedor buseé mas amplios horizontes.- General: -Y un dia me lo robé del rancho de Los Olivos. ‘Autor: Su perseverancia le ayud6 para lograt ‘grandes progresos. General: -Pero el duefio se quej6y los “ruda- les” me fueron a buscar ala casa de mi madre, Tuve miedo a la cércel, porque sabia que abi eran muy abusivos, y me fui a Ia sie. Tenta yo dieisis aos, pero estaba grandote como uno de venti ‘Autor: Sin embargo de su. progreso material ‘nuestro biografiado se ahoga en aquel ambiente en qu La tirana tentaasfixdndose a los esis rebel des y de elevadas miras. Cansado de ver la exclave tud de los suyos, ansioso de libertad, sediento de bienestar para sus hermanos de sangre y de $222, fuese a la montafa a prepara los planes de Mbera- «in de os oprimidos.. ‘General ~iQué vida tan infernal pasé ab Los cerros no daban nada que comer, y tuve que sali a bbuscarme alimento. Un dia devisé un ranchero que venia a caballo, cn dos quesotes en las angarilas 13 le aventé una pedrada eon tan buen tino, que lo de rado en mitad de la vreda; le quit la pistols, eleaballo, los quesos,y met carrera ‘Autor Los montafeses, desde lego, le amaron. Lelevaban comida, vestidos.. Genera: -Con aquella pistolaaprendf a tra, y fai muy “derechero" ‘Autor En la soledad, nuestro biografiado se de- cab al estudio ya hondas meitaciones. General: -Un dia detuve a un ranchero rico, ‘que por defender sus plaas se me ech encima, y1o quebré. ‘Autor Su ejemplo era eifcant. General: ~Saleron los “rudales” a perseguieme; le cave miedo al unto, ysabiendo que por ahi an- diaba una partda de ladrones de ganado, me fui a buscadlos ‘Autor: Cuando el gobierno comenaé a alarmat- se po su actividad, una mafiana tempranera lo pa- ‘aron unos hombres dea caballo, que resultaron ser

You might also like