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MARCELO CANDIA _.A CHICA DE BLANCO 6's cen. tee Estudio de un relato urbano Las libvelas EL AUTOR Marcelo Candia nacié en la ciudad de Allen, ubicada en el Alto Valle de Rio Negro (norte patagonico),ciudad en donde reside actualmente. Es dibujante, guionista e historietista. Dicta talleres orientados a la producci6n grafica y a la comunicacion en la ciudad de General Roca y en su ciudad natal. Ha escrito obras de titeres, de teatro y numerosos radiodramas. Edita esporadicamente una revista llamada EI Sistem@ punto com en la que da rienda suelta a su aficion por la prensa subte, la ciudad y el humor politico. Es estudiante avanzado de la carrera de Licenciatura en Comunicacién Social e integra el proyecto de investigacion El Imaginario Popular y La Comunicacién humana de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue, dirigido por Rodolfo Casamiquela y Juan Raul Rithner. La chica de blanco, un amor adolescente, es su primer libro. 239 ie oe x 2 LA CHICA DE BLANCO, un amor adolescente MARCELO CANDIA LA CHICA DE BLANCO, un amor adolescente Estudio de un relato urbano Las titwelas Serie Las Libretas Nadmero 2 Equipo Editorial Butvilofsky, Silvia (comunicacién social) Candia, Marcelo (cornunicacién social) Escudero, Haydeé (comunicacién social) Kelly, Valeria (lferatura) Menni, Ana Maria (antropologia) Paponi, Maria Susana (filosofia) Rithner, Juan Raul (comunicacién social) © Marcelo Gabriel Candia, 1999 (Proyecto de Investigacién de la Universidad Nacional del Comahue, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, 1998- 2001, “El Imaginario popular y la Comunicacién humana") Disefio e ilustraciones Marcelo Candia. ISBN 950-9859-50-8 Tirada 500 ejemplares. Hecho el depdésito que marca la Ley 11723. impreso en Patagonia argentina. Concluyé esta edicion en el mes de junio de 1999 en el Departamento de Publicaciones - Facultad de Derecho y Ciencias Sociales - Universidad Nacional del Comahue - General Roca - Rio Negro. 1. Encuentros urbanos. Introduccién 2. La chica de blanco, un amor adolescente 3. El cumpleafios de Ivanna, guidn para radioteatro 4. Cartas... a la chica 5. "Creet pata ver", anécdota de despedida Bibliografia Indice 19 67 97 109 125 1. ENCUENTROS URBANOS Introduccion ENCUENTROS URBANOS Introduccion Miremos por un momento a aquella persona que se va a Buenos Aires, 0 a Cérdoba, o a Viedma, en el colectivo de las 20,30. La maleta la tetrasa. Son las 20,20. Sale de su casa a la calle olvidandose varias cosas con el aputo, algunas importantes, otras no tanto. Mira su reloj y se da cuenta de que caminando no llega a tiempo. ‘Toma un taxi. «Rapido a la terminal, tengo que estar antes de las ocho y media». «No se pteocupe». Automaticamente, el taxista toma el camino mas corto. Llega a tiempo. -éCuanto es? - pregunta la petsona con medio cuerpo fuera del auto. -Dos pesos - contesta el chofer después de mirar el reloj sobre el espejo rettovisor. Un reloj Las tvolas 1 que no matca la hora. Matca la plata. El tiempo que tardamos en un taxi en llegar de un lugar a otto es directamente proporcional al dinero que nos costara el viaje. Quizds nada ejemplifique mejor la frase e/ Zempo es oro que el reloj del taxista, cvyos nimeros salen traducidos en plata. E} reloj del taxista convierte el tiempo en dinero. Ese es el tiempo de la ciudad. Si debe desaparecet una plaza pata que circular tarde (y cueste) menos, ahortaremos tiempo (y dinero). Los urbanistas, al ocuparse de Jas calles, rutas 0 autopistas que cruzan o todean las ciudades se ocupan del tiempo de la ciudad, o sea, se ocupan del dinero. El ahorro maximo del tiempo es la instantaneidad. El tiempo cero. No tardar nada: el asesinato del tiempo y del espacio. Esto, en algunos casos puntuales, via Internet, ya se ha logrado. ‘La preocupacién en la ciudad no es que la gente se encuenttre, sino que circule. Pareciera que cada dia se van debilitando mis las telaciones entre las personas y el intercambio de vivencias. Asi como las viejas libretas de almacén, aquellas gue eran simbolos de confianza, respetabilidad y hasta de tolerancia en una relacién entre dos 12 Las hbrotas personas, o en la mayoria de los casos, entre dos familias; aquellas que terminaban su vida util de cinco © seis meses manchadas de grasa y con enormes ortejas en las esquinas de sus hojas rayadas; asi como cllas han sido desplazadas por ideas que se alejan de un trato cordial, cotidiano y de confianza, la citculacién constante de la ciudad acecha contra el encuentro. Las autopistas nos niegan la posibilidad de entrar al pueblo, sentir su aroma, ver sus casas, pteguntarle al parroquiano por algan lugar para tomar algo fresco. Y en este afan por el ahorro del tiempo, se cruza el pueblo con diagonales, o se lo Jadea con avenidas petiféricas, y se lo transforma. Titat abajo alguna casita vieja, settuchar alvin gtan 4rbol molesto, va serruchando también la memoria de los habitantes. Comienzan a sentitse mudados a otta ciudad sin catgar ni descargar nada en el camion. A veces, debemos hacer esfuerzos sobtehumanos pata mantener en pie determinadas edificaciones derrumbadas. En la localidad de Allen, Rio Negro, cada vez cuesta mas contatle a los pibes que en la esquina de las calles Don Bosco y Juan B. Justo, en donde una reconocida cadena de supermercados levanté en pocos dias su edificio, Las ldbretas 13 antes hubo una capilla de alto valor histdtico, atquitectonico y emocional para la comunidad. Muchas veces, lo nuevo no logra recoriciliarse con lo viejo. No logta hacer de las ciudades un hermoso mapa histérico para recotrerlo por donde queramos. La ciudad se usa en funcién de la operatividad, del ahorro de tiempo, de la comunicacién eficaz y veloz de sus calles y avenidas, de la circulacién constante. : Los encuentros callejeros se remiten a infortunados accidentes. Sin embargo, y petmitanme refutarme a tnt mismo, en nuestra regién, en las ciudades patagonicas, todo esto que escribo, se ve como un hacia allé me parece que vamos. Peto nos falta. Y en el camino, pese ala capilla de Allen y a otros ejemplos que existen, todavia seguimos preguntandole a alguien dénde vive «una sefiota que cose, vicjita... Me dijeron del sauce, dos cuadras...» Y todavia (lo he visto), muchos almaceneros 1-Ver BARBERO, J. M. (1993). «Mediciones urbanas, y muevos escenarios de comunicacén» en Sociedad, revista de la Universidad de Buenos Aires. 14 Las Ubretas mantienen esa relacién cotidiana con su cliente a través de la libreta, esa relacidn de confianza diaria, de palabra dada, que nos gust6 para nombrat esta serie, que también intenta una relacién de confianza, de palabra dada... La gente en nuestra regibn, en las ciudades del Alto Valle de Rio Negro y Neuquén, y seguramente en muchas ottas regiones, aun se encuentta, se encuentra por gusto, por programa diario o semanal, por rutina de viernes... «Vamos hasta aquella esquina, a ver si estan los pibes...» La concepcién global busca achicar el mundo, interconectarlo, acercarlo, hacerlo uno solo, homogencizarlo, asesinar el espacio y el tiempo en pos de la instantaneidad, hacer desaparecer lo local pata crear un solo conjunto cultural, un solo idioma, una sola identidad. Este camino, paradojalmente, desata fuertes procesos de regionalizacion, identificacién y de pertenencia en los grupos sociales. Enfrentarse al mundo ( y no digo eajfrentarse en términos de pelea ) hace que uno intente (necesite) consolidatse primero con el vecino, con el amigo...jcon uno mismo!, y después encarar més seguro. Echar una mitada a las ciudades del Alto Valle de Rio Negro y Neuquén nos hace ver que nos Lis thoetas 15 seguimos enconttando en las calles, seguimos yendo alas plazas, nos seguimos reuniendo para jugar a las cattas, comer un asado, tomar mate, charlar y divertirnos un rato con otros. Esos espacios son la via de circulacién (también suelen ser origen, pero en muy pocas ocasiones) de historias, relatos, creencias, leyendas que atraviesan la ciudad como taxis sin reloj, sin destino final, sin prisa... eCémo se trasladan?. «Como coexisten, reptando por lo bajo, con los otros mensajes revestidos de fibra Sptica?. La paradoja de la historia oral, dice Franco Ferrarotti, es que pata ser consetvada, debe ser esctita. Sin embargo, pot mas que la escribamos, no desvirtuamos su forma de transmision. La gente seguira contando y escuchando telatos que formen parte de su patrimonio cultural. Habladurias, rumores, chismes, chistes, cuentos. El narrador y los escuchas estan cata a cata yen los dos lados hay actividad. Hay gesticulaciones, acotaciones, intercambio de roles... Escucho, recuerdo, interrumpo, aclaro, refuto, cuento lo mio, observo el efecto, las miradas, vuelvo a escuchar, ptegunto, respondo...Soy emisot y receptor a la vez. 16 Lees libretas «La historia oral no es necesariamente voz del pasado, sino que es una autoescuela de la cotidianeidad, un modo privilegiado de critica y demitificacién de la macrohistoria» *, El texto «La chica de blanco, un amor adolescente» apunta a establecer cierta verdad subjetiva sobte un relato oral especifico; uz audo, una intersecci6n que tuvo la suficiente densidad para asombrarme, seducitme y llamarme al andlisis. Las paginas que siguen abundan en teflexiones sobre aquellas notas ¢ ideas que escribimos como tegistto de momentos de accién (generalmente subrayadas o encerradas en un circulo) en nuestras libretas de campo. Mas adelante, a la vuelta de alguna pagina, seran invitados a «E] cumpleafios de Ivanna», guidn de radioteatro, géneto éste muy poco publicado, que presto a quien quiera realizarlo. Cruzando unas paginas mas alla, a mano izquierda, podran ser testigos de un intercambio 2. FERRAROTIL, F (1990). La historia y lo colidiano, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires. Las tibretas V1 epistolat entte la Chica de blanco y algunos de los 2. LA CHICA DE BLANCO, concurrentes a distintos talleres sobre Creencias un amor adolescente Populates. sa Y hacia el final, arribaran a otro texto catgado de teflexiones, pero ya no estaré solo...Carlos y Juan me ayudaran a despedirme de ustedes. 48 Lis Mbvetas ATRACCION FATAL Me enteré de la existencia de la chica de blanco hace mucho tiempo. No me acuerdo dénde escuché su historia por primeta vez. Quizds bajo uno de los inmensos partales de mi vieja casa en el barrio Guarnieri de la ciudad de Allen, en Rio Negro, con los amigos de mi hermano mayor; o en la calle Saenz Pefia, con mis propios amigos, reunidos en una casa en construccién, que atin hoy sigue asi, ubicada casi en la esquina con Irigoyen. Sdlo me acuerdo de que, cuando me la contaton por primera vez, yo ya la habia escuchado antes. «Ah, si...ya sabia», dije quizas... La chica de blanco qued6 estampada en mi memoria, volvia oir de ella una y otra vez... Y unay otra vez y cada vez mas, me sorprendfa a mi mismo seducido pot ella. Extrafia atraccin. Atraccion fatal. Las trots 2 En un fog6n a orillas del Lago Hermoso, en la provincia de Neuquén; en la plaza de Allen, reunido con un grupo de adolescentes; en los pasillos de la facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue, en Gral. Roca; en todos estos lugares, y en muchos mas, me hablaton de ella. Hasta yo mismo he contado su historia varias veces, producto de todos los relatos que oi, de la memoria que tengo de los detalles que me han hecho sabet, y de los elementos putamente narrativos que todo otador agrega a lo que cuenta... «Contate una...» «Un muchacho va a bailar a una discoteque. Se ditige hacia la barra, toma un trago y al observar hacia la pista ve una hermosa chica de largos cabellos, que luce un Ilamativo vestido blanco. Se siente sumamente atraido y se le acerca. Charlan un rato, bailan, y luego la invita a tomar un café en una confiteria cercana. El muchacho le pide el namero de su teléfono para una posterior cita y ella, al darselo, toca la taza y derrama café sobre su vestido blanco. Rato mas tarde, él la acompafia hasta su casa en un oscuro barrio de los suburbios. Ella insiste en 22 Laas kbretas quedatse en una esquina y no it directamente hasta su casa. Para que su padre no le hiciera problemas debia llegar sola. Alotto dia el muchacho la llama por teléfono y atiende el padre. Este toma muy mal la llamada y le dice que no bromec, que su hija habia muetto unos dias atras. EJ muchacho insiste en que él estuvo con ella la noche anterior. El reciente fallecimiento de su hija (csa clasica sensacién de que el muerto va a volver , que vamos a dat vuelta la esquina y alli va a estat) y la insistencia del muchacho, alimentan en el padre una insdlita esperanza y juntos van al cementerio. Cerca del barrio oscuro, donde los chicos se sepataron la noche anterior. Abren el ataid. Y alli esta, la misma chica, vestida con su hermoso vestido blanco. Y alli esta también, sobre el vestido blanco, una gran mancha de café, atin hameda». Un simple cuento de aparecidos. Modificado, pulido a medida que se va relatando; peto siempre respetando sus elementos. cl joven, el baile, la bella chica y su vestido blanco, la noche, el cementerio. Una historia de amor imposible. Las bbroias 23 ¢Por qué me attajo tanto? éPor qué escribir sobre ella’. «Pas6 en Zakoga hace como diez afios...» Recuerdo que la primera vez (0 una de las primeras veces) que escuché esta historia se alojé tranquilamente en mi cabeza. ‘Tendsia 13 0 14 afios. Afios mas tarde, cuando comencé a hacerme pteguntas objetivas sobre algunos pasajes del relato, descte{ totalmente de la historia. Fue en ese momento cuando empez6 a interesatme. Como si la chica de blanco se resistiera a que yo la anule, la desaparezca, la borre de mi cabeza por el simple hecho de que su existencia sea inexplicable en el mundo que yo concebia como real. Tres fueron los factores que al principio me Hamaron la atencion: 1) Cuando dejé de creet en ella, me Iamé la atencién que muchos natradores contaran esta historia como real. Es posible que fuera porque este tipo de relatos, emergentes de reuniones nocturnas en donde se busca invocar al miedo, siempre son 24 Les bbwelas natrados en clave rea/ para asegurat su impacto. Es posible. Sin embargo, hay que estar en esas reuniones pata palpat verdaderamente hasta qué nivel de lo real se plantea especificamente el relato que nos ocupa. Sinceramente, me llam6 mucho la atencidn. En la zona (Alto Valle de Rio Negto y Neuquén), se cwenta como ocurrido en Zakoga, discoteque ubicada en la ciudad de Cipolletti, Rio Negro, (hoy cain otto nombre). Este local bailable adquitid gran popularidad a principios de la década del 80. 2) fn ottos puntos del pais, se cuenta como ocurrido en ciudades y discoteques de esos lugares. Este fue el segundo factor que llamé mi atencién: La misma historia (en sus distintas versiones) se comtaba en distintos puntos del pais; y en cada uno de.esos lugates se aseguraba que habia sucedido alli. Eira la misma chica de blanco?.sCémo podia set la misma?. O, lo que es de igual extrafieza: scé6mo podian ser distintas?. La chica se movia cémodamente en el espacio. ¥ también en el tiempo: las personas que la conocian, al preguntarles cuando habian escuchado acerca de ella por primera vez, tespondian unas «hace cinco afios», otras «veinte» , algunas hasta «cuarenta afios». El relato cruzaba generaciones. Y seguia wvo. Las tdectes 25 3) Eltercer factor que acrecent6 mi atraccién fue el siguiente: Les pregunté a todas estas personas cudntos afios tenian cuando se enteraron de la historia de la chica de blanco. Entonces aparecié una regularidad, en la cual me inchayo: todos éramos, afios mas afios menos, adolescentes. Resumiendo: El relato se contaba como real. Conforme a esto, se lo ubicaba en un tiempo y un espacio real ( «pasd en Cipolletti, en Zakoga, a principios de los 80»). Pero en otros puntos del pais, también se lo colocaba en espacio y tiempo real. La chica de blanco se trasladaba geograficamente y también temporalmente, de generacién en generacién. Y los encatgados de la mantencion y transmision de su historia parecian ser los adolescentes. Tres ejes: Lo real, el traslado y los adolescentes. 26 Las lbrelas ACERCA DE LO REAL MITOS, INSTRUMENTOS DEL IMAGINARIO, CONSTRUCTORES DE REALIDAD La mayor patte de la vida del ser humano esta otientada a la bisqueda de la verdad. Vemos a estudiosos, cientificos, politicos, periodistas, esctitores, gremialistas, obreros, vecinos, amigos, avidos de verdad, hambrientos de verdad, desesperados por hallarla en algan lugar. Desespetados por acorralarla, acurrucatla, acaticiarla, decretarse duefios de ella y defenderla a muerte. La equivocacion reside en la certeza que pareciera predominar de que la verdad esta en algan lugar fuera de nosotros. Es decir: hay una verdad oculta y tenemos que hallarla como hallamos la yema de un huevo pelando su cascara e irrumpiendo en su clara. No existe tal verdad fuera de nosotros a la Lins tbrotas 27 espera de set descubierta. Una comparacién mis acertada es la de la cebolla: Al quitar sus capas nos damos cuenta de que todo era capas. Después de la ultima capa no hay nada. La verdad es un pacto, un consenso entte los hombtes, un acuerdo. Se decide por mayoria. Se impone por mayotia. No hay una verdad absoluta®. Es verdadero lo que el grupo considere verdadeto. Cuando la noche es avanzada y nos reunimos con un grupo de petsonas a nartar historias, el criterio de verdad es creacién propia de ese grupo. Quien ha estado alguna vez en estas reuniones noctutnas podra coincidir conmigo en que la petcepcién de la reakdad en ese momento sera distinta ala que se tendra al dia siguiente, por la mafiana. La relacion entre lo real y lo imaginario, el cruce, el nudo de esas dos lineas nos conduce a un emergente: el mito. Cuando pensamos en lo imaginario, 3, Dice Foucault en La Microfisica del Poder: (La verdad es de este mundo; esta producida aqui gracias a multiples imposiciones. ‘Tiene efectos reglamentados de poder. Cada sociedad tiene su régimen de verdad, su politica general de verdad». «a verdad -esctibe Nietzsche en Sobre Verdady Mentira en Sentida Extramoral - es un ejéxcito vivaz de metaforas, metonimias y antropomorfismos creados por el hombre en acuerdo con otro hombre». 28 Las tibvetas normaimente pensamos en una ilusién, en un simbolo, en una evasién de la dura realidad de los hechos. Esta acepcion hace que el mundo imaginario quede teservado al dominio de la literatura, de la poesia o de las artes. Podriamos decir que a lo imaginatio se opone, entonces, la realidad. ‘Tal apreciacién separé la realidad y el imaginario en dos mundos distintos hace muchos afios, bajo el signo de la Razon y del espiritu critico. En el siglo XVIII estos dos mundos dominaran uno los hechos y la materia; el otro la ilusién, lo alusivo, lo simbdlico. Asi - explica Eduatdo Colombo- «gran parte de la significacién de la realidad queda sin base de sustentaciém. Los mitos, las ideologias, las creencias, la interpretacion del mundo pasan a ser subproductos de la realidad social. Sin embargo, en los ultimos decenios se ha ido imponiendo una cierta manera de asociat lo imaginario y lo social (..); la antropologia, la sociologia y la historia se orientan insensiblemente hacia el estudio y la utilizacién conceptual de los productos del imaginario, de lo simbdlico, del rituabs.* 4, COLOMBO, E. (1989). dntroduccién» en El Imaginario Social, coed. Nordan-Tupac . Montevideo y Buenos Aires. Las tibvetas 29 Nos dice Castoriadis: «El imaginario es creacién incesante y esencialmente indeterminada (social-histética y psiquica) de figuras/formas/ imagenes, y slo a partir de éstas puede existir como algo. Lo que llamamos reakdad y racionalidad son obta de esta creaciény. El autor propone a modo de ejemplo, las ceremonias de iniciacidn que marcan el ingreso de los jovenes a la adultez: «ceremonias éstas que desempefian un papel tan importante en la vida de todas las sociedades arcaicas, y de las cuales subsisten en las sociedades modernas unas huellas nada desdefiables». El acceso de un individuo a la madurez debia ser piblicamente reconocido y certificado socialmente; pero ademas, su psiquismo le exigia una fiesta y una prueba (actualmente, pata el reconocimiento social basta el documento, pero la mayoria de los adolescentes mantiene /a fiesta y la prueba para el reconocimiento de sus pares). Alrededor de estos elementos puntuales, coexistian innumerables reglas, actos, ritos, simbolos; en una palabra: componentes llenos de alusiones miagicas e imaginarias. Los jévenes, ejemplifica el autor, debian ayunat tantos dias, comer determinados alimentos, pteparados de tal forma pot tales mujetes, someterse a determinadas pruebas, dormir en determinadas 30 Law bbrelas chozas o velar cierto numero de noches, etcétera. Al estudiar esto, se interpretaran las ceremonias reduciendo sus componentes a aspectos funcionales y no funcionales (comer determinados alimentos tiene que ver con Ja pauta alimentaria de la tribu, un aspecto funcional, referido a un elemento rea/; pero también apareceran elementos no funcionales referidos a tabues que afectan determinados alimentos, y este es un componente imaginario). Si se sigue la reduccidn hacia los componentes que componen esos componentes (por qué tal o cual alimento es tabu, etcétera); se llegara tarde o temprano al limite (la ultima capa de la cebolla). Ese limite son los simbolos, en cuya constitucién no es posible separar ni aislar lo imaginatio; justarmente porque alli ha comenzado todo” En la actualidad, el cumpleafios de quince de las sefioritas, su ingteso a una distinta clase de edad, podria ser un ejemplo evidente : la fiesta, el vestido blanco, el vals con papa, las cintas que cuelgan de la torta, sacar el anillo de ore , el brindis... Al estudiar estos elementos, hallaremos tarde o temprano (en 5. CASTORIADIS, C. (1989). La institucin imaginaria de la sociedad» en El Imaginario Social, coed. Nordan-Tupac. Montevideo y Buenos Aires. Las libretas FA este caso puntual, mas temprano que tarde), los simbolos con los que se expresa lo imaginario. Inversamente a la idea racionalista y positivista de la que hablabamos mis atrds, podemos aventurat en esta linea que los mitos, las ideologias, las creencias, la interpretacidn del mundo, no son subptoductos de la realidad social sino instrumentos del imaginario para construirla. De esta manera el imaginario usa los simbolos pata existir como algo, para ser percibido como ak yy pero antes vittualmente estaba. El imaginario no es itnagen de la realidad, reflejo de , sino que la realidad es la proyeccién del imaginatio. «Yo vi al viejo de la bolsa» «Nuestta aprehensién de la realidad -dice Colombo- no es nunca ditecta o inmediata, ella contiene siempre una parte de consttuccidn, de interptetacion, de seleccién. La mediacién esta dada por el signo significante o simbolo. El universo humano es un orden simbdlico». El mito es una forma patticular de lo simbédlico. ° 6. IDEM 4. 32 Las lbretas Seyun Pierre Ansart, «el mito no es exactamente la creencia y aan menos un acto de fe, sino que constituye la experiencia cotidiana, el imaginario vivido, el modo de relacién de los hombres consigo mismo, con el mundo y con los otros (...). La légica social se halla idealmente transcrita en la légica del mito (..). La expresion mitica toma a su catgo los descos, les da forma dramiatica y los magnifica (...) y hace de la consumacion del rito (ceremonia de transmisién) el modo supremo de realizacién del ser y sus deseos» # «La funcién primordial del mito -agrega Mitcea Eliade- es tevelat los modelos ejemplates de todas las actividades significativas», como el nacimiento, la crianza, el acceso a las distintas clases de edad, la sexualidad, el amor, la muette. . En las culturas indigenas de América, por ejemplo, encontramos muchos setes e historias cuyas funciones eran explicar el origen de las cosas, describir ideales de belleza o proteger la vida del cazador, del viajero, de las mujeres, de los nifios; incluso habia setes que protegian a los animales 7. ANSART, P.(1989). ddeolgias, conflictos y poder» en El Imaginario Social , coed. Nordan-Tupac. Montevideo y Buenos Aires. 8. ELLADE, M. (1985). Mitoy realidad, Ed. Labor . Barcelona. Las bpotas 33 comestibles silvestres del exterminio por parte de cazadores voraces. Seres que protegian el monte y la pureza de las aguas. Dice Adolfo Colombres «estos Ultimos seres se tevelaton a la postre mas eficaces que nuesttas leyes de policia en lo que hace a ptesetvacidn del equilibrio ecoldgico, y a un costo por cierto menom.” Mas de una vez he escuchado en mi casa y en mi bartio (y he visto) utilizar seres para ejecutar funciones de proteccién, como «el satiro de las 8 de la tarde» o el siempre vigente «viejo de la bolsa», usado por numerosas madres para mantener a su nifio en casa, pata protegetlo, pata mantenerio en tertitotio manejado, controlado. Mas de una vez, y siendo nifio, he visto a estos setes. Diganme si ustedes no. Cuando yo tenia que dormir la siesta y me entusiasmaba con el camino que hacian las hormiguitas bajo el olmo de la vereda, mis padres, o en su defecto, mis hermanos mayores, me lo sefalaban: «Alla viene el viejo de la bolsa y te va a llevat...». Y venia de veras. Normalmente, dejaba a las hormiguitas para otra oportunidad. 9, COLOMBRES, A. (1986). Seres sobrenaturales de la cultura ‘popular argentina, Ed. Del Sol. Buenos Aires . 34 Las libeles Mis respuestas al relato de la chica de blanco fueron tres: primero cref en ella, luego tomé su historia como un cuento cualquiera y después me dije que el relato debia representar alguna verdad consensuada colectivamente. Algo lo disparaba desde el imaginatio a la realidad. La chica existia. Estaba alli, en algiin lugar. Un lugar que la trasladaba geografica y temporalmente. Un lugat que debia quedar cerca del espacio adolescente. Las tibwetas 35 ACERCA DEL TRASLADO LA CHICA DE BLANCO, COMODA EN EL ESPACIO Y COMODA EN EL TIEMPO «La chica de blanco» es un telato urbano que segin un trabajo de Rodolfo Florio 10" se conoce internacionalmente con el nombre de «The Vanishing Hitchhiker» (registrada en el Motiv Index como E 322.3.3.1). Circula de boca en boca y tiene apariciones esporadicas en distintos puntos del pais, en América Latina, y a juzgat por el citado trabajo, en otras partes del planeta. En este sentido puede ligarselo al fendémeno del rumor. Al reflexionat sobre la fuente de los rumortes, Jean Néel Kapferer dice que «el rumor es 10. FLORIO, R.(1989). «E/ encuentro con la joven muerta. Un estudio de leyenda urbana entre adolescentes». Yin: Revista de Investigaciones Folkléricas n°4 Seccién Folklore UBA, Buenos Aires. Las tibrolas 37 la mayoria de las veces una ptoduccién social espontanea, sin planificacién ni estrategia alguna». Si bien hay muchos ejemplos conocidos de rumores desatados con cierto interés; no es menos cierto que en muchos casos, el rumor sale disparado alli donde existe determinado grupo con el Gnico acuerdo de un estado psicolégico determinado en medio de una situacién de época similar.’? En los dos casos, sea como sea su otigen, el rumor habla mucho del grupo que rumored. «E] anilisis del rumor es una pequetia ventana al mundo cultural en donde éste se produce y circula -afirma Margarita Zires-. H] rumor es un ejetcicio, una construccion y una creacién colectiva en donde se ponen en juego y a prueba las pautas culturales».!? De esta manera lo explica Beattiz Satlo: «Cuando no hay pregunta, el rumor no prospera(...), el rumor tesponde a lo que nos interesa. Si no se conecta con algun interés de los usuatios no podria prosperar. No es posible fabricar un rumor a partir de cero», debe existir cietta demanda de ese rumor, cierto vacio que 11. KAPFERER, J. N. (1989). Rumores, Ed. Emecé. Buenos Aires. 12. ZIRES, M. (1995). La Dimension Cultural del Rumor» en revista Comunicacién y Sociedad n° 24, Guadalajara 38 Las Ubretas llenar y cietto deseo de llenarlo por parte de la sociedad. Asi como «no cualquier dicho puede convertitse en tumor, no cualquier telato puede convertirse en relato mitico».(13) El rumor no «es» rumor en su fuente, sino en su mecanismo de transmisién; son los ottos los que lo alimentan y difunden. La existencia del rumor es solamente posible gracias a muchas personas. Y es esto lo que lo hace un importante fendmeno colectivo. Segin Kapferet, en estos procesos nacen los «mitos volantes»: «rumores que han sido llamados ‘historias ejemplares’ o‘leyendas urbanas’, desprovistos de raices, que citculan de una ciudad a otra con apariciones periddicas sin tenet aparentemente relacién con hechos tangibles». A lo largo de su petegrinaje, estas historias pueden ser sometidas de tanto en tanto a una actualizacion y regionalizacion. («Si, creo que esto ocutrid hace ‘tantos’ afios en ‘tal’ lugar...») La historia vive asi una existencia de 13. SARLO, B. (1997). «La Paradoja del Rumor» en revista Pégina/ 30 n° 79, Buenos Aites. Liss lboclas 39 semileyenda, sin referencias espaciales ni temporales. Un existencia subterranea animada de boca en boca; «un mito volante que, hilvanado en las discusiones, hunde sus raices en lo real, en un aqui y ahora». Estos relatos sdlo existen cuando son nattados aun auditorio, mientras tanto virfualmente se alojan en las oscuridades de la memoria. Al igual que ciertas criatutas alienigenas del celuloide, la chica de blanco utiliza el cerebro humano para transportarse. Nuestro pais esta ctuzado por migraciones externas e internas, por trabajadores golondtinas seguidores de cosechas, por mochileros que viajan a dedo, por camionetos y por quienes dejan atras para siempre su territorio en busca de mejor suerte. Asi se trasladan estas historias, pero no sdlo deben trasladarse, sino set bienvenidas a determinados lugates. Debe existit esa especie de parador turistico, ese espacio, ese vacto del que hablaremos mas adelante. Es posible que la chica de blanco haya nacido de algan acontecimiento o suceso periodistico, y en su andar se le hayan adosado elementos magicos. Es posible que sutja de la literatura, o de un suefio relatado a otto, o de la imaginacién de cierto narrador de fogén. También es posible que sea un 40 Laas lbwolins desprendimiento de ciertas cteencias populates, de otras entidades del imaginario popular ( podrian tratatse de La Joronao La Viuda, o wna mezcla entre cllas, con especificas resemantizaciones)'*. Sin cmbatgo, suponiendo que pudiéramos identificar su origen, atin seguiria interesandome mas sus mecanismos de transmisién y el por qué de su persistencia. éDe qué instrumentos se vale esta chica para resistitse a ser olvidada?. éDe dénde saca tantas fuerzas para sobrevivir? El relato urbano da chica de blanco» tiene otras versiones que la descripta. Las que cuentan personas adultas no nombran una discofeque, sino un baile familiar. En algunas versiones puntuales la mancha no es de café, sino de Coca Cola. El traslado de la 14. Segin Félix Coluccio (1990: Diccionario de areencias y supersticiones argentinas y americanas, Ed. Corregidor, Buenos Aires. 3° edicidn, pag.255) La lorona es una mujer de blanco, que llora en los caminos, pidiendo ayuda. Cuando alguien se acerca a socorrerla, ella aprovecha para robarles o asesinarlos. La Viuda (pag.463) es una mujer enjuta, vestida de blanco o negro segiin las versiones, que anda generalmente en zancos. Aparece en medio de la noche y desvalija al viajero. Si habla, despide llamas por la boca. Dicen que asesina a sus victimas con un fuerte abrazo mortal. Laas tbretas 4A confiteria a los suburbios de la ciudad algunos lo cuentan a pie ottos en auioy ottos en moto. Muchas veces no nombran la confiteria y cuentan que el muchacho, al salir de la discoteque, presta su campera a la chica y pide su direcci6n para recupetarla al otro dia. Alir al cementerio lacampera aparecera cubriendo la tumba o colgada en la cruz. Esta ultima, junto con la de la mancha de café, es una de las versiones mas difundidas. Otra versién es contada con el nombre de &@ quinceanera, wna joven que murid el dia de su cumpleafios (esta version explica como ninguna otta Ja razén de su vestido blanco), y que cada dia de su cumpleafios sa de su tumba pata bailar con un muchacho de su edad. ‘También se dice que la mancha de café la descubre su madre, al otro dia, en el vestido blanco que guardé celosamente después de la muerte de su hija, el dia de su cumpleafios de quince. Y hay mas... Peto todas, como decia mas atras, respetando elementos basicos. Ahora, me ptegunto: ¢Qué tipos de conductas revela el relato?. Se me ocurten éstas... -(Comenzar a) salir de noche -Estat lejos de la familia por varias horas -Atraccién hacia el sexo opuesto 42 Les lbsretas ; Encuentro con gente desconocida en territorio desconocido (ya no en el bartio o en la escuela) -Precaucién al juntarse con exttafios -Abandonat el grupo de amigos -Insegutidad 0 temor frente a Ja sexualidad. Resulta clato que estas conductas comienzan a tenet relevancia para el ser humano en la etapa de la vida que llamamos adolescencia. Las bibrelas 43 ACERCA DE LOS ADOLESCENTES EXPIAR MIEDOS E INSEGURIDADES EN LA SOBREMESA DEL ASADO ‘Ya he dicho algunas palabtas respecto a los titos de iniciacién, o de pasaje, a propésito del ejemplo deslizado por Castoriadis. En sociedades menos complejas (emenos?) estos pasajes de la nifiez a la adultez eran relativamente cortos y mas marcados que en nuestta sociedad. La adolescencia es un fendmeno de los altimos tiempos, y en ella se da hoy el paso; lento y generalmente conflictivo. Podemos nombrat algunos elementos que tienen fuerte presencia entre los adolescentes, sobre todo ante sus propios pares, y que pueden conformat estos pasajes: primera relacién amorosa, fiesta de 15 afios, primera salida a bailar, primeras borracheras, manejar un auto, Las tbrotas 45 primer desengafio amoroso... Tales elementos forman parte de un conjunto de experiencias que actuan hacia la propia intimidad grupal e individual y ninguno es lo suficientemente claro ni conciso. Pero tampoco son claros los que actaan hacia la sociedad y tienen que ver con las instituciones, como el paso a la secundaria 0 a la universidad, o con la mayoria de edad y las leyes, como las votaciones 0 el carnet de conducir. Los jévenes, entonces, intentan agruparse con sus pates y romper de alguna forma con los lazos que los atan al hogar y a la familia. Cortat con cl mundo adulto familiar para entrar al mundo adulto social. En este proceso, pasan por todo lo que nombraba anteriormente y por mas. Al necesitat agruparse con sus pates, son los que buscan con mayot entusiasmo los lugares de encuentro. Estos lugares son las discoteques o las confiterias, pero también son los asados, los partidos de truco, la esquina del barrio, la casa del otro, los campamentos, el club, la plaza, la calle, la noche misma. En estos espacios, el adolescente confronta con sus semejantes todas las incertidumbres e inseguridades que catga ante el cambio de clase de edad que se preanuncia; expetimenta nuevos miedos, 46 Las dbvetas comienzan a actuar en él nuevos deseos. Y alli forma ese vacio, hace esa pregunta de la que habla Satlo, demanda, reclama inconscientemente al imaginatio. Y el imaginario sene algo para colocar alli: «el telato mitico toma esos deseos, les da forma dramiatica y los satisface o los frustra». Estas reuniones son las mas aptas pata la transmisién de todo tipo de historias. Son la consumacién del rito por medio del cual el mito volante cixcula, repta, serpentea. Los jOvenes, al juntatse, de alguna maneta estan buscando consensuar su verdad, compartit una aptchension de la realidad mediante simbolos identificativos, expiar sus miedos compartiéndolos. «Estos relatos orales, henchidos de fantasias basadas en el mas alla -nos dicen Watson y Herrera- provocan en los jvenes miedo e incertidumbre». 4 También podemos pensar que es el miedo y la incertidumbre de los jévenes lo que ptovoca la tesemantizacion y apropiacion de estos relatos. Las reuniones juveniles son el mejor parador 15. WATSON, S. y HERRERA, N. (1995). De duendes, dnimas _) otras historias, relatos orales de adolescentes cordobeses, Ctdoba: Natvaja Editor. Las tbretas turistico para ellos. Laactualizacion y regionalizacin de estos mifos volantes estan estrechamente vinculadas con su mantencién y transmisién. Una determinada comunidad cultural exigira de estos relatos una adecuacion a sus rasgos culturales, a su lenguaje. Por ejemplo, la historia de la chica de blanco no podria contatse hoy en sectores utbanos si el elemento auto 0 moio fuera caballo 0 carro (como alguna vez lo fue). La regionalizacién también implica actualizacion. Para ubicarlo en un sector urbano se habla de discoteque, y también para actualizatlo, ya que personas mayores de 40 afios, hablan de baile. Hay versiones en que el petsonaje masculino es un taxista, un catnionero, un automovilista que recogen a la chica ala vera de algtin camino o ruta. Estas versiones son quizds, las mas cetcanas a la internacional «The Vanishing Hitchhiker... («Hichhikerm es hacer dedo). Debo decir que no son las versiones que citculan con asiduidad entre los jovenes de la zona del Alto Valle de Rio Negro y Neuquén. Watson y Herrera indican que «el encuentro con la joven muetta» es la historia mas difundida entre los adolescentes cordobeses, de 48 Las tbroteas quienes recopilaron unas 130 versiones. «sta leyenda -esctiben- , en sus versiones, varia la ubicacién espacio temporal (siempre en las horas de la noche, peto puede set en una plaza, en la ruta, en algiin baile de pueblo), asi como también Jos personajes (a veces es un camionero, un taxista, un automovilista; en la mayoria de los casos, otto joven) y el elemento probatorio de la presencia de la joven en el mundo de los vivos (campera, etcétera)», Algunos de los que me hablaron de versiones que incluyen automovilistas y rutas, nombraton a la chica como Ja rutera,o la chica de la ruta. Yo creo que esta chica no es nuestra chica de blanco. Seguramente una es desprendimiento de la otra... Peto muestra chica de blanco ama bailar, y siempre lo hace de noche, con un chico de su misma edad, en una discoteque. Dos cuentos de Maria Teresa Andruetto »Un viaje en tax» y «El guante de encaje» hablan de un encuentro con una joven muerta.!° En el primero, un taxista recoge a una chica y la lleva hasta el cementerio en donde ingresa atravesando una pated. No posee los elementos 16. ANDRUETTO, M. T. (1996). Misterio en la Patagonia, Letra Negra, Ed. Libros del Quirquincho. Buenos Aires. Las kibretas 49

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