Professional Documents
Culture Documents
To cite this article: Rosario Ortega & Joaquín A. Mora-Merchán (2008) Las redes de iguales y el fenómeno
del acoso escolar: explorando el esquema dominio-sumisión, Infancia y Aprendizaje: Journal for the Study of
Education and Development, 31:4, 515-528
Taylor & Francis makes every effort to ensure the accuracy of all the information (the “Content”)
contained in the publications on our platform. However, Taylor & Francis, our agents, and our
licensors make no representations or warranties whatsoever as to the accuracy, completeness, or
suitability for any purpose of the Content. Any opinions and views expressed in this publication are
the opinions and views of the authors, and are not the views of or endorsed by Taylor & Francis.
The accuracy of the Content should not be relied upon and should be independently verified with
primary sources of information. Taylor and Francis shall not be liable for any losses, actions, claims,
proceedings, demands, costs, expenses, damages, and other liabilities whatsoever or howsoever
caused arising directly or indirectly in connection with, in relation to or arising out of the use of the
Content.
This article may be used for research, teaching, and private study purposes. Any substantial
or systematic reproduction, redistribution, reselling, loan, sub-licensing, systematic supply, or
distribution in any form to anyone is expressly forbidden. Terms & Conditions of access and use can
be found at http://www.tandfonline.com/page/terms-and-conditions
07. ORTEGA 18/9/08 11:15 Página 515
Resumen
Downloaded by [Universidad de Sevilla] at 04:30 06 February 2015
El fenómeno del acoso escolar es uno de los problemas que más afecta al clima de convivencia de las aulas de
la mayoría de los centros escolares. Actualmente es ya un tema muy investigado. Numerosos trabajos han descri-
to su incidencia y han valorado su gravedad. Sin embargo, el propio constructo “acoso escolar” requiere todavía
un análisis más profundo y explicativo. En este artículo se pretende avanzar en el conocimiento y comprensión de
este problema desde el planteamiento de una teoría cognitivo-relacional que considera las características indivi-
duales de los sujetos y la red de iguales como unidades de análisis. Para sustentar esta teoría se presenta un
estudio de naturaleza sociométrica donde se consideran los vínculos que se establecen entre los implicados en los
episodios de maltrato entre iguales, así como las percepciones y atribuciones que de esos vínculos tienen los alum-
nos. Los datos apoyan la importancia que estos factores tienen en el mantenimiento del esquema dominio-sumi-
sión al que atribuimos naturaleza de núcleo central de la dinámica del acoso.
Palabras clave: Bullying, red de iguales, sociometría, atribuciones, teoría cognitivo-relacional.
Agradecimientos: Este trabajo ha sido realizado en el marco del proyecto Violencia y Cortejo Juvenil, financiado
por el Plan Nacional I+D. (Código: SEJ-2007-60673-EDU). Igualmente queremos agradecer la ayuda recibi-
da por el segundo de los autores dentro del Programa José Castillejo (JC2007-00246).
Correspondencia con los autores: Rosario Ortega Ruiz. Departamento de Psicología. Facultad de Ciencias de la
Educación. Universidad de Córdoba. Avda. San Alberto Magno, s/n; 14004 Córdoba. Tel.: 957 21 26 01.
E-mail: ed1orrur@uco.es
© 2008 Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0210-3702 Infancia y Aprendizaje, 2008, 31 (4), 515-528
07. ORTEGA 18/9/08 11:15 Página 516
Introducción
El abuso de poder, el hostigamiento, la intimidación y los injustos malos tra-
tos verbales, físicos o relacionales, así como la exclusión social y los rumores
dañinos, no son un comportamiento puntual ni una respuesta esporádica, sino
una secuencia de acciones repetidas entre unos protagonistas, agresor/es y vícti-
ma, cuya relación persiste en el tiempo y desarrolla una determinada y conocida
dinámica. No se trata de un ataque simple, ni de una pelea, sino de un proceso
de desigual equilibrio en el igualitario y recíproco equilibrio de relaciones inter-
personales esperables entre los que tienen, formalmente, un estatus social homó-
logo. Tampoco es el maltrato un conflicto, en el sentido de confrontación de
intereses que define a éste. El conflicto, como cierto grado de expresión de la
agresividad, es un fenómeno natural que emerge en la confluencia social de
motivos e intereses humanos. No es esto, sin embargo, lo que ocurre en la inti-
Downloaded by [Universidad de Sevilla] at 04:30 06 February 2015
Las redes de iguales y el fenómeno del acoso escolar / R. Ortega y J. A. Mora-Merchán 517
asumimos la más simple definición de violencia que la circunscribe a la agresión
física. La violencia es un fenómeno social que cursa, o puede cursar con agresión
física y directa, pero también social y moral (Ortega, Moreno y Fernández,
2003). La intimidación, el acoso, la exclusión social y en definitiva los malos tra-
tos, sean entre iguales o entre desiguales, son formas de violencia interpersonal
que, evidentemente, se materializan en conductas y actitudes agresivas. Pero, la
violencia interpersonal entre iguales, además destruye el principio de reciproci-
dad moral que articula, de forma espontánea, la vida social en los que se conside-
ran homólogos en una red social, es decir: los iguales (Ortega, 2002). El escena-
rio teórico en el que ubicamos el asunto del maltrato entre iguales es mucho más
un escenario social y moral que un escenario naturalista –sin renunciar al funda-
mento biológico que conlleva toda agresión– que nos llevaría a aceptar una cierta
predeterminación que no es admisible en un fenómeno tan socio-cultural.
Esta visión sociocultural tiene la ventaja de que separa, en su origen y en su
Downloaded by [Universidad de Sevilla] at 04:30 06 February 2015
Las redes de iguales y el fenómeno del acoso escolar / R. Ortega y J. A. Mora-Merchán 519
Hemos intentado, al modo de hipótesis heurística, abrir paso a un modelo más
completo que permita interpretar de forma plausible, además de los factores per-
sonales, los factores interpersonales y contextuales que este fenómeno tiene. Para
ello, proponemos una aproximación teórica que incluya al microsistema de rela-
ciones interpersonales, estructura de la red de iguales, caracterizado como siste-
mas de actividad compartida que penetran en la construcción de la propia iden-
tidad personal y social. Una estructura social de participación, que siendo un sis-
tema de actividad común genera convenciones y normas que afectan la
construcción del criterio moral (Ortega, 2002; Ortega et al., 2002).
alguna medida dificulta la salida airosa de la situación de los conflictos que cur-
san con violencia.
Las redes de iguales y el fenómeno del acoso escolar / R. Ortega y J. A. Mora-Merchán 521
les (Ortega y Mora-Merchán, 1996) se nos aparece como un tercer elemento
básico para comprender el fenómeno.
Desde este planteamiento, dos son las hipótesis de investigación que nos
hemos planteado. La primera busca confirmar en nuestros datos las tendencias
que ya aparecen en otros estudios (Vail, 2002) donde las víctimas aparecen como
rechazadas dentro del grupo, mientras que los agresores se sitúan en un estatus
más cercano a los espectadores. La segunda hipótesis que queremos comprobar
hace referencia a la existencia de otros condicionantes sociométricos (junto a
aceptación y rechazo) que contribuyen a mantener el estatus general de víctimas
y agresores. Ambas hipótesis se analizarán además en relación al género de los
alumnos.
Método
Downloaded by [Universidad de Sevilla] at 04:30 06 February 2015
Participantes
El estudio se realizó sobre 707 sujetos repartidos entre cuatro centros de la
provincia de Sevilla escogidos de forma aleatoria dentro de un listado de centros
de nivel sociocultural medio y medio-bajo ofrecido por la administración educa-
tiva de la provincia de Sevilla. Estos alumnos estaban escolarizados en 5º (media
= 10,5; d.t. = 0,577) y 6º (media = 11,72; d.t. = 0,640) de primaria y en 1º
(media = 13,07; d.t. = 0,889), 2º (media = 14,21; d.t. = 0,899) y 3er curso (media
= 15,19; d.t. = 0,905) de ESO. En la tabla siguiente se puede observar la distri-
bución de la muestra por cursos y género.
TABLA I
Distribución de la muestra por cursos y género
Instrumentos
Se utilizaron dos pruebas. La primera fue el Cuestionario sobre intimidación y
maltrato entre iguales (Ortega, Mora-Merchán y Mora, 1995a y b) en sus dos ver-
siones de primaria y secundaria. Este instrumento, autoinforme de tipo anóni-
mo, se utilizó para identificar el rol de cada alumno dentro de los problemas de
violencia entre escolares, ya que ha demostrado en trabajos previos un alto grado
de validez en esta tarea (alcanzando un 98,1% de ajuste en el análisis discrimi-
nante confirmatorio; Ortega y Mora-Merchán, 2000). Para identificar el tipo de
implicación de los alumnos en el problema se usaron dos preguntas que nos per-
mitían reconocer el papel de los participantes como víctimas, agresores, víctimas
agresivas (tipo mixto) o espectadores: ¿Cuántas veces has participado en intimidacio-
nes a tus compañeros? y ¿Cuántas veces te han intimidado o maltratado algunos de tus
compañeros? Solo se consideraban implicados aquellos que reconocían una alta fre-
cuencia de participación.
La segunda prueba fue un instrumento de naturaleza sociométrica que incluía
cuatro cuestiones sobre elección, rechazo, percepción de elección y percepción de
rechazo. Las preguntas quedaron formuladas de la siguiente forma: ¿quiénes son
tus mejores amigos o los que te caen más simpáticos?, ¿quiénes son tus peores amigos o los
07. ORTEGA 18/9/08 11:15 Página 522
que te caen menos simpáticos?, ¿quiénes crees tú que te han votado como de sus mejores ami-
gos o de los que le caen más simpáticos? y ¿quiénes crees tú que te han votado como de sus
peores amigos o de los que le caen menos simpáticos? En cada una de las preguntas los
sujetos podían realizar el número de nominaciones que desearan (desde no nom-
brar a ningún compañero, hasta nombrarlos a todos).
Resultados
Downloaded by [Universidad de Sevilla] at 04:30 06 February 2015
El primer análisis que se realizó sobre los datos fue la agrupación de los alum-
nos en función su implicación dentro del problema de violencia entre escolares.
De esta forma se distribuyeron los sujetos dentro de cuatro tipos bien estableci-
dos en trabajos previos (Ortega y Mora-Merchán, 2000): agresores (2,6% del
total; 94,4% alumnos y 5,6% alumnas), víctimas (4,1%; 50% alumnos y 50%
alumnas), víctimas agresivas (0,6%; 100% alumnos) y espectadores (92,7%;
56,6% alumnos y 43,4% alumnas).
Una vez identificados los alumnos dentro de estos tipos, se cruzó esta infor-
mación con las respuestas dadas en la prueba sociométrica convertidas en valores
sociométricos. Los primeros valores que se han analizado hacen referencia al
número de elecciones directas recibidas, tanto positivas como negativas. Las víc-
timas resultaron ser el grupo con un menor promedio de aceptaciones recibidas y
un mayor número de rechazos recibidos. Los alumnos más elegidos en términos
positivos son los espectadores y tras ellos los agresores. En la tabla II se muestra
el promedio de elecciones que recibieron los alumnos.
Dada las diferentes características de los grupos en tamaño y su distribución
no normalizada, hemos optado por evaluar la significación o no de las diferencias
entre grupos utilizando la prueba no paramétrica Z de Kolmogorov-Smirnov
para dos muestras en todos y cada uno de los valores sociométricos que se han
considerado en este estudio.
En relación al número de elecciones positivas recibidas, las víctimas mostra-
ron de forma significativa menos que espectadores y agresores (Z = 2,217; p <
0,001 y Z = 1,458; p = 0,016 respectivamente). Cuando consideramos la canti-
dad de elecciones negativas recibidas únicamente se encuentran diferencias sig-
nificativas entre víctimas y espectadores (Z = 2,043; p < 0,001).
Para obtener una visión de conjunto del grado de aceptación de cada tipología
calculamos el índice social global de cada uno a partir de la diferencia entre posi-
tivos y negativos (Garaigordobil, 1997). Los resultados señalan al grupo de vícti-
mas como el único donde el balance global es negativo. Aparecieron diferencias
significativas entre víctimas y espectadores (Z = 2,043; p < 0,001) y entre vícti-
mas y agresores (Z = 1,576; p = 0,014).
Los siguientes valores sociométricos hacen referencia al numero de elecciones
emitidas, tanto positivas como negativas, por cada uno de los grupos de alum-
nos. En esta ocasión los que mayor número de compañeros eligen en términos
positivos son los agresores y los que menos las víctimas agresivas. En cuanto al
promedio de elecciones negativas emitidas, los que menos emitieron fueron los
agresores y los que mas cantidad las víctimas agresivas, justo al contrario de lo
que sucedía en el caso de las elecciones positivas emitidas. En la tabla III se pre-
sentan estos resultados.
07. ORTEGA 18/9/08 11:15 Página 523
Las redes de iguales y el fenómeno del acoso escolar / R. Ortega y J. A. Mora-Merchán 523
TABLA II
Elecciones recibidas e índice social global (valores en promedios)
Víctimas
Víctimas Espectadores Agresores agresivas
Elecciones 3,25(*)(**) 6,62(*) 6(**) 4
positivas recibidas
TABLA III
Elecciones emitidas (valores en promedios)
Víctimas
Víctimas Espectadores Agresores agresivas
Elecciones 4,89(*) 6,86(*) 7,17 3,25
positivas emitidas
TABLA IV
Autoestima sociométrica y su ajuste (valores en promedios)
Víctimas
Víctimas Espectadores Agresores agresivas
Aceptación 3,04 3,86(*) 2,28(*) 6,25
percibida
Ajuste rechazo
Downloaded by [Universidad de Sevilla] at 04:30 06 February 2015
vas o negativas por el resto. Para aumentar la comprensión de estos datos tam-
bién revisaremos, al igual que en los valores anteriores, el grado de ajuste de
dichas percepciones con la cantidad real de emisiones realizadas.
Los resultados muestran que los alumnos con mejor imagen, es decir, aquellos
que se perciben por el resto como los que más elecciones positivas realizan, son
los espectadores. Víctimas y víctimas agresivas son los que tienen, dentro del
grupo, una imagen más pobre en este sentido. En relación a la percepción del
aula sobre las elecciones de rechazo que se realizan, las víctimas son quienes, para
el resto de compañeros, más cantidad emiten.
TABLA V
Imagen sociométrica ante los compañeros y su ajuste (valores en promedios)
Víctimas
Víctimas Espectadores Agresores agresivas
Las redes de iguales y el fenómeno del acoso escolar / R. Ortega y J. A. Mora-Merchán 525
cuentan con redes afectivas positivas más amplias seguidos de los agresores. Por
su parte, víctimas y víctimas agresivas son quienes las tienen más reducidas. Al
mismo tiempo, estos últimos son quienes más vínculos negativos han estableci-
do. En relación a las relaciones socioafectivas de signo opuesto, los agresores son
quienes más manifiestan.
Tanto para las relaciones de reciprocidad como de oposición, sólo se encontra-
ron diferencias significativas entre víctimas y espectadores en las relaciones recí-
procas positivas (Z = 1,654; p = 0,004).
TABLA VI
Reciprocidad y oposición en las relaciones (valores en promedios)
Víctimas
Víctimas Espectadores Agresores agresivas
Downloaded by [Universidad de Sevilla] at 04:30 06 February 2015
Conclusiones
Los resultados de nuestra investigación confirman algunas de las principales
conclusiones de estudios previos y nos permiten avanzar sobre el modelo teórico
que está actuando, para nuestro trabajo, como planteamiento general. De acuer-
do con la primera de nuestras hipótesis, la sociometría de la red nos permite
observar que las víctimas son claramente rechazadas y aisladas por sus compañe-
ros como ya aparecía en los trabajos de Schuster (1997) y Kochenderfer-Ladd y
Wardrop (2001), mientras que los agresores mantienen prototípicamente un rol
popular como se está indicando desde los primeros estudios en este tema Olweus
(1993) y Vail (2002), y al contrario de lo que sugerían las investigaciones de
Rican (1995) o Tomada y Schneider (1997). Esta debilidad social de la víctima,
percibida por el resto de sus compañeros, podría estar alimentando el esquema
dominio-sumisión y las atribuciones de supuesta vulnerabilidad e incompeten-
cia social de la víctima. Igualmente, la rica sociabilidad y sesgo de popularidad
del agresor, coadyuvan a que se reafirme la supuesta impunidad y fortaleza social
del agresor, y por tanto se alimente la atribución de poder social del mismo. El
que las víctimas y sus agresores posean este estatus nos da información sobre la
naturaleza y consolidación de la dinámica que se establece dentro del grupo de
escolares que se involucran en fenómenos de malos tratos. Así la situación de
rechazo que padecen las víctimas, les impide, por una parte, acceder a los conte-
nidos sociales satisfactorios que circulan por el interior de la red social, lo que les
07. ORTEGA 18/9/08 11:15 Página 526
Las redes de iguales y el fenómeno del acoso escolar / R. Ortega y J. A. Mora-Merchán 527
vo sobre los distintos valores analizados. No obstante, entendemos que esta con-
clusión debe ser tomada con precaución dado el escaso número de alumnas den-
tro de algunos de los grupos. Sin duda, es necesario seguir trabajando en este
sentido para obtener respuestas concluyentes.
Para finalizar quisiéramos señalar que para prevenir o paliar fenómenos de
intimidación, acoso, exclusión social y en definitiva los malos tratos entre escola-
res, se hace necesario, junto a otro tipo de medidas, observar, atender educativa-
mente y reorganizar, si fuera necesario la red de iguales que emerge de la convi-
vencia y la actividad conjunta que acontece en los escenarios escolares; lo que
hemos llamado (Ortega y del Rey, 2004) construir la convivencia. Con este fin se
han desarrollado iniciativas encaminadas principalmente a modificar la situación
de aislamiento y rechazo que padecen las víctimas, bien desde modelos dirigidos
a dar apoyo directo a estos alumnos, como es el caso de los sistemas de peer sup-
port (Cowie y Berdondini, 2001; Salmivalli, 1999), o dirigidos a reestructurar
Downloaded by [Universidad de Sevilla] at 04:30 06 February 2015
por completo al organización social del aula (Roland y Galloway, 2002). Ello
además de lo que parece más urgente: aumentar y fortalecer los vínculos positi-
vos de las víctimas en el interior de las redes de iguales, tratando estimular que
encuentren motivos y oportunidades de fortalecer su popularidad y competencia
social (Bukowski y Sippola, 2001; Hodges, Boivin, Vitaro y Bukowski, 1999),
como un mecanismo efectivo que les garantice el apoyo del grupo.
Referencias
AKIBA, M. (2004). Nature and correlatos of Ijime-Bullying in Japanese middle school. International Journal of Educationl Rese-
arch, 41 (3), 216-236.
BARON-COHEN, S., LESLIE, A. M. & FRITH, U. (1985). Does the autistic child have a “theory of mind”? Cognition, 21, 37-46.
BELSKY, J., ROSENBERGER, K. & CRNIC, C. (1995). The origins of attachment security: “Classical” and contextual determi-
nants. En S. Goldberg, R. Muir & J. Kerr (Eds.), John Bowlby’s Attachment Theory: Historical, Clinical and Social Significance
(pp. 153-184). Hillsdale, NJ: Analytic Press.
BOWLBY, J. (1979). The making and breaking of affectional Bonds. Londres: Routledge.
BUKOWSKI, W. M. & SIPPOLA, L. K. (2001). Groups, individuals, and victimization: A view of the peer system. En S. Gra-
ham & J. Juvonen (Eds.), Peer harassment in school (pp. 355-377). Nueva York: Guilford.
CARROLL, A., GREEN, S., HOUGHTON, S. & WOOD, R. (2003). Reputation enhancement and involvement in delinquency
among high school students. International Journal of Disability, Development and Education, 50, 253-273.
COWIE, H. & BERDONDINI, L. (2001). Children’s Reactions to Cooperative Group Work: A Strategy for Enhancing Peer
Relationships among Bullies, Victims and Bystanders. Learning and Instruction, 6, 517-530.
DEFENSOR DEL PUEBLO (2000). Informe sobre violencia escolar: el maltrato entre iguales en la Educación Secundaria Obligatoria.
Madrid: Publicaciones de la Oficina del Defensor del Pueblo.
DEFENSOR DEL PUEBLO (2007). Violencia escolar: el maltrato entre iguales en la Educación Secundaria Obligatoria 1999-2006.
Madrid: Publicaciones de la Oficina del Defensor del Pueblo.
DEL BARRIO, C., MARTÍN, E., MONTERO, I., GUTIÉRREZ, H. & FERNÁNDEZ, I. (2003). La realidad del maltrato entre iguales en
los centros de secundaria españoles. Infancia y Aprendizaje, 26 (1), 25-47.
DEROISER, M. A., CILLESEN, A. H. N., COIE, J. D. & DODGE, K. A. (1994). Group social context and Children’s aggressive
behaviour. Child Development, 65, 1068-1079.
DUNN, J. (1993). Young Children’s Close Relationships: Beyond Attachment. Newbury Park, CA: Sage.
EISENBRAUN, K. D. (2007). Violence in schools: Prevalence, prediction, and prevention. Aggression and Violent Behavior, 12,
459-469.
EMLER, N. & REICHER, S. (2005). Delinquency: Cause or Consequence of Social Exclusion? En D. Abrams, J. Marques & M.
A. Hogg (Eds.), The Social Psychology of Inclusion and Exclusion (pp. 211-241). Philadelphia: Psychology Press.
FONAGY, P., STEELE, M., STEELE, H., HIGGITT, A. & TARGET, M. (1994). The Emmanuel Miller Memorial Lecture 1992. The
theory and practice of resilience. Journal of Child Psychology and Psychiatry and Allied Disciplines, 35, 231-257.
GARAIGORDOBIL, M. (1997). Evaluación de la creatividad en sus correlatos con conducta asertiva, conducta de ayuda, status
grupal y autoconcepto. Revista de Psicología Universitas Tarraconensis, 19, 53-69.
GINI, G. (2006). Bullying as a social process: The role of group membership in students’ perception of inter-group aggression
at school. Journal of School Psychology, 44, 51-65.
GÓMEZ CRESPO, J. C. & NÚÑEZ, M. (1998). Introducción: La mente social y la mente física: desarrollo y dominios de conoci-
miento. Infancia y Aprendizaje, 84, 5-32.
HATAKEYAMA, M. & YAMAZAKI, A. (2002). An observational study of preschooler’s aggressive behavior in free play, in rela-
tion to gender and peer group status. Japanese Journal of Developmental Psychology, 3, 252-260.
HODGES, E. V. E., BOIVIN, M., VITARO, F. & BUKOWSKI, W. M. (1999). The Power of Friendship: Protection against an
Escalating Cycle of Peer Victimization. Developmental Psychology, 1, 94-101.
KOCHENDERFER-LADD, B. & WARDROP, J. L. (2001). Chronicity and Instability of Children’s Peer Victimization Experiences
as Predictors of Loneliness and Social Satisfaction Trajectories. Child Development, 1, 134-151.
LAGERSPETZ, K. M. J., BJÖRKQVIST, K., BERTS, M. & KING, E. (1982). Group aggression among school children in three
schools. Scandinavian Journal of Psychology, 23, 45-52.
07. ORTEGA 18/9/08 11:15 Página 528
ORTEGA, R., MORA-MERCHÁN, J. A. & MORA, J. (1995a). Cuestionario sobre intimidación y maltrato entre iguales (Versión prima-
ria). Sevilla: Universidad de Sevilla.
ORTEGA, R., MORA-MERCHÁN, J. A. & MORA, J. (1995b). Cuestionario sobre intimidación y maltrato entre iguales (Versión secunda-
ria). Sevilla: Universidad de Sevilla.
ORTEGA, R., MORENO, G. & FERNÁNDEZ, C. (2003). Narrativa y Foco de Grupo: estrategias para la exploración de creencias y actitu-
des implícitas. Comunicación presentada en el XI Congreso nacional de modelos de investigación educativa: Investigación y
sociedad. Granada, 23-26 de septiembre de 2003.
ORTEGA, R., SÁNCHEZ, V. & MENESINI, E. (2002). Violencia entre iguales y desconexión moral: un análisis transcultural. Psi-
cothema, 14, 50-62.
PELLEGRINI, A. D. & BARTINI, M. (2000). A Longitudinal Study of Bullying, Victimization, and Peer Affiliation during the
Transition from Primary School to Middle School. American Educational Research Journal, 3, 699-725.
PEPLER, D. J. & CRAIG, W. M. (1995). A peek behind the fence: naturalistic observations of aggressive children with remote
audiovisual recording. Developmental Psychology, 31, 548-553.
PERRY, D. G., KUSEL, S. J. & PERRY, L. C. (1988). Victims of peer aggression. Developmental Psychology, 24, 807-814.
PIKAS, A. (1989). The Common Concern Method for the treatment of moobing. En E. Roland & E. Munthe (Eds.), Bullying:
An International Perspective (pp. 91-104). Londres: David Fulton Publishers.
PREMACK, D. & WOODRUFF, G. (1978). Does tbe chimpanzee have a theory of mind? Behavioral and Brain Sciences, 1 (4), 515-
526.
RICAN, P. (1995). Sociometric status of the school bullies and their victims. Studia Psychologica, 37 (5), 357-369.
RIGBY, K. (2000). Effects of Peer Victimization in Schools and Perceived Social Support on Adolescent Well-Being. Journal
of Adolescence, 1, 57-68.
RIVIÈRE, A. (1991). Objetos con mente. Madrid: Alianza.
ROLAND, E. & GALLOWAY, D. (2002). Classroom influences on bullying. Educational Research. 3, 299-312.
SALMIVALLI, C. (1999). Participant Role Approach to School Bullying: Implications for Interventions. Journal of Adolescence, 4,
453-459.
SALMIVALLI, C. & ISAACS, J. (2005). Prospective Relations Among Victimization, Rejection, Friendlessness, and Children’s
Self- and Peer-Perceptions. Child Development, 76 (6), 1161-1171.
SALMIVALLI, C., LAGERSPETZ, K. M. J, BJÖRQVIST, K., ÖSTERMAN, K. & KAUKIAINEN, A. (1996). Bullying as a group process:
Participant roles and their relations to social status within the group. Aggressive Behavior, 22, 1-15.
SCHUSTER, B. (1997). Ausigmaenseiter in der Schule: Praevalenz von Viktimisierung und Zusammenhang mit sozialem Sta-
tus. Zeitschrift fuer Sozialpsychologie, 4, 251-264.
SMITH, P. K. & BOULTON, A. (1991). Self-esteem, sociometric status, and peer-perceived behavioral characteristics in middle school chil-
dren in the United Kingdom. Comunicación presentada en el XIth Meeting of the ISSBD, Minneapolis.
SMITH, P. K., BOWERS, L., BINNEY, V. & COWIE, H. (1993). Relationship of children involved in bully/victim problems at
school. En S. Duck (Ed.), Understanding relationship process, Vol 2: Learning about relationships (pp. 184-212). Newbury Park,
CA: Sage Publications.
SMITH, P. K. & BRAIN, P. (2000). Bullying in schools: Lessons from two decades of research. Aggressive Behavior, 26 (1), 1-9.
SMITH, P. K., MADSEN, K. C & MOODY, J. C. (1999). What causes the age decline in reports of being bullied at school?
Towards a developmental analysis of risks of being bullied. Educational Research, 41 (3), 267-285.
SMORTI A., ORTEGA R. & ORTEGA-RIVERA, F. J. (2002). La importancia de la cultura para la teoría de la mente: la alternativa
narrativa. Cultura y Educación, 14 (2), 147-159.
SMORTI, A., ORTEGA-RIVERA, F. J. & ORTEGA, R. (2006). Discrepant Story Task (DST): Instrumento utilizado para explorar
estrategias narrativas en el maltrato entre iguales. Revista Electrónica de Investigación Psicoeducativa, 4 (2), 397-426.
SUTTON, J., SMITH, P. K. & SWETTENHAM, J. (1999). Bullying and `Theory of Mind’: A Critique of the `Social Skills Deficit’
View of Anti-Social Behaviour. Social Development, 8 (1), 117-127.
TOMADA, G. & SCHNEIDER, B. H. (1997). Relational aggression, gender, and peer acceptance: invariance across culture, stabi-
lity over time, and concordance among informants. Developmental Psychology, 4, 601-609.
VAIL, K. (2002). How Girls Hurt. American School Board Journal, 8, 14-18.
VILLANUEVA, L., CLEMENTE ESTEVAN, R. A. & GARCÍA BACETE, F. J. (2000). Theory of Mind and peer rejection at School.
Social Development, 9 (3), 1-13.
YOUNGBLADE, L. M., PARK, K. A & BELSKY, J. (1993). Measurement of Young Children’s Close Friendship: A Comparison
of Two Independent Assessment Systems and their Associations with Attachment Security. International Journal of Beha-
vioral Development, 16 (4), 563-587.