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PHESIDENTES DE HONON Joaguix Canmiours + - Ropnico Uris + PRESIDENTE Evento VERDE! B. Skxcitiz Caueno F, Ropnicuez Anvicas Manven Ouivencta F. Vicenr Cirotti . Fenwinorz-Novoa Mencrpes Vincrz Jusnxo F, Duque RAFAEL TLLESCAS L., SuAREZ LLANOs Jost M." DE La CUESTA J. M.* Mugoz Pranas Ancet. Roso Auugnto Bracovirs Vicenre Santos R. Jiménez DE Pana R. ALoxso Soro Epuanpo Poo Lurs F, pe La CANpana José Mania Gonna J. M. Oreno Lasrazs G. J. Jimenez SANCHEZ Ignacio Annovo José A. Gomez Scape VICENTE CUSAT DIRECTOR Aunsiio Menénpez, DIRECTOR ADJUNTO JUAN Luis Totesias SHCRETARIO ALBERTO YAQUERIZO Nom, 278 OCTUBRE-DICEMBRE ‘TEORIA CONTRACTUAL DE LA SOCIEDAD ANONIMA: UNA. ‘APROXIMACION ASUS FUNDAMENTOS "TEORICO-ECONOMICOS i JOSE MARIA GONDRA Cateditien de Dereto MereantiL Tniveridad Complatense _awrecetis 1. Lat erie de BERLE y MEANS: la refe tual yobre tl obierno corporaiva”s 2: Le ge lactones contractuces, lox ai ee enable a través de lamegociacions 4. Lax rentajas oe vorpal control: a eapciatoain de fanio= Ltda elon mercado onl cain det coun dee ee se cite de ish fientx dl conurlinternn,—1V. LAS NP EAGER cer muon HEDRtMea —V. Uns canst on 4 CIENCIA ECON Hrsruonias teowdyncas 1. La Economia: wnacien= er cenclan de ta naturalesa, on partcalar la a formalacién y de te com Dpeschcantinr: 1 Ua teria ques prensa come “peria”, paro que mers Serene” aabkmna 2, Un cori does esti sobre erpwmeien | ranan d sfoue arciin re tori sematid a na con NE apc ecienenn fle V1. La onset ronbantAl ARTES We cet ionscumas ron ta vocica rmamicionas. pet ANiLIRS ECONOMIED: ARAEALIDND DL P ebtia escurnvo ou. qve rane 1. El wilegomo sobre el quem cemaraye nial Tana mre on niin re rm el apt ae eee aainseae antatStro. 7 um JOSE MARIA Gowen, mente a teoria contractual de la sviedad anima, La menor: a sociedad andnina coma un "nese de soverccos ANCIENT {THO RECURSO: La SHLECCIOW NATURAL DIE LA CONPRTHNCH CuRANTIZA La KONHENG oe 18s ONGANZACIONES ELISTENTES: 1, Unay abvertacianes goneraior soles ol stgumenas sdaretrata te a selec natured” en la Economia yen lan clonic odales ree ral: 2, Sabre ta eficacia de lox mereadas para divciplinar «los dirstiooss tad ne ames mas efiienter de control interno -IK. Concacstin d de ba premina 1. Iyrropeccion, A mediados del siglo pasado, la construceién del Derecho de la sociedad anénima parecia firmemente asentada en el continente eurepco. Dominaba una concepeién acusadamente ordenancista, en la que se hacia patente la voluntad decidida del legislador de dar proteceién a los grupos mas directamen. te implicados en la vida de estas organizaciones (acreedores, socios minoritarios, en algunos paises los trabajadores tam. ign), que se estimaban necesitados de especial tutela, Con ol paso de los afios, el Derecho de la sociedad anénima se habia ido recargando de normas, en buena medida de earacter impe- rative, que hacian de él una estructura normativa particular mente densa y rigid: Especial atencién habian puesto todos los legisladores eurepeos en la regulacién de la estructura financiera de la sociedad, predisponiendo a tal fin un conjunto de normas imperativas destinadas a imponer uma base minima de capital » sobre todo, a impedir que ésta fuera socavada mediante manipulaciones o maniobras de los directivos, solos o en eon. nivencia con los socios y en detrimento de los acreodores. En lo que respeeta a la estructura de la organizacién corporativa, coexistian diferentes modelos, enraizados en tradiciones y sem. sibilidades sociales diferentes, pero todo ellos tenian también anclaje firme en la Ley. Al tiempo que en Europa se producia l endurecimiento del marco normative de lit sociedad anonima, al otro lade. del Atlantico, en los Estados Unidos de América, se estaba eami nando justamente en la direccidn contraria. La amplia libertad deeleccién de la legislacién aplicable habia desencadenado una 172 icibnentre:aigunos Estados ~los-mis pequetios ee iceres d favor olection de les tonctndeny Boca le cterta del Derecho mis tolerante'y bora be bona’ parts da)lanmayarcs sory orsdliant Be se da vchugo en la legilvcién dele Estados pormisives. Durante bastante tiempo esta carrera hacia la os del Derecho seria objeto de critica por parte de la pro- ‘Pia doctrina econdmica y juridica. Pero, ali por los aon 70, fe prdiajo un cambio de pinicn.Siitament se vino a des “Dibrir virtudes insospechaulas en aquel singular proceso de i ilalies La sotspstsnesn’cnire lepialanioneelaias furaba el triunfo del Derecho mis eficente. Incluse Europa, fen el deol desu proceso de meqracion econsmea iso impodirla reproduccién de aquel modelo juridico, velvia Iw postvimeran el silo pasado In mirada a com ous mas complacientes. , i lcstoscn las des clues décadas del ilo XX, lon vin: tos do la desregulacién, procedentes del otro Indo da iiiastico,‘comicnzan » coplar en Europa con intensidad crs: Gente, afectando a los propios cimientos del edificio normati- wvo de la sociedad anonima. Se empers por la estruct financiers. Primero, introduciendo unos cambios sustanciales en el modelo juridico-contable tradicional por exigencia 9 eeia~ de homologacion con los requerimientos informativo- ontables demandados por los mercados internacionales. Cambios eon los que se ventan « erosionar las bases del site ma legal de proteceién del capital, que no tardé como era Migio y previsble- en cuestionaree sbiertamente. Pronto Signieron otras reformas que directamente incicfan en la es- fiuctura financicra de la sociedad andnima. La "eficiencia devenyarle a partie de Drincipios © axiomas, Vid . en eae sentids, ROM, K., “Allgemeine Recher". Be 1994, pig. 162 y BYOLINSK, F.. “Jurisiache Methodenleher ane Reclisbegrif™. 2° od. Viena-Nueva York, 1991, pies, S441 1176 RELA ORDA seers: sor snello? Los eriticos, por su parte, suclen limitarse a for- Norios mas o menos Itigubres y a arrojar a los ojos de sips tos hechos que parecen estar en abierta contra- mein la teoria. Naturalmente, los partidarios de ésta sreplicar de inmediato con una valoracién bien distints jos hechos y con el reiterado y displicente reproche sna aetitud de una clase juridica incapaz de despojar- ‘eaquuemas intelectaales heredados y abrirse al nuevo fon el que se encuentra [a solucién a un problema Yerno de las grandes sociedades andnimas~, que Aran indtilmente ha atormentado a generaciones de ¥y que ahora se puede ver, gracias a la perspicacia de que estaba planteado sobre econémica moderna, ases equivocadas f ni mos ni otros se suclen parar a reflexionar, con algo d jento, sobre la Iégiea de fondo por la que discurre teorfa econémica, de la que se infieren tan radicales pro- Hliberalizadoras del Derecho. Obyiamente, para emitir ponderado sobre una teoria, debemos conocer algo que sus enunciados. Hemos de adentrarnos en el razona- fo con el que se justifica aquellos, Explorar su consisten- Y, en cuanto se trata de una teorfa que hace sintético-empiricas, habremos de verificar om edida la evidencia empiriea corrobora la teorfa. Bn ‘antes de emitir un juicio valorativo sobre esta teoria dela corporacidn y, por derivacién, sobre las pro~ ormativas que en elia se fundan, habremos de some- joble eserutinio que, a toda teoria que aspire a llevar de cientifiea, le impone la filosofia de la neia logica y verificabilidad. i ‘nos obliga a una incursién en el pensamiento teérico os economistas. Contamos con la ventaja, en el presente 160, de la aparente simplicidad de 1a teoria. Es, supuesta- nie, uno de sus méritos. Sin duda, el que le ba permitido su 7 ién entre piiblicos no especialmente versados en el ‘econémico. No recurre—o lo hace muy limitadamente-a Therramienta matematica, ni hace uso de dingramas. El wonamiento se puede seguir, pues, con relativa facilidad, que ha de advertirse que la simplicidad puede resultar 177 JOSE NAA coe engaiiosa. Hay, sin embargo, que tener cierto cuidado con el lenguaje en que se expresa. Las palabras, a veces las mismas que usamos en el lenguaje jurfdico, no cobran sin embargo el mismo significado en uno y otro contexto. En la Economia pro- liferan los conceptos formuladas en términos que evidencian una clara intencién persuasiva (bienestar social, eficiencia, valor razonable, ete.) Es facil, para alguien que no esté forma. do en esa cultura, ineurrir en equivocos y malentendides. Por otra parte, se hace nevesario recorrer pausadamente el razona- miento econémico. Detenerse, sobre todo, en los postulados. Con frecuencia éstos, los supuestos de partida, se dan por ase midos con demasiada precipitacién. Y los teoremas, que a partir de ellos se formulan, implican a su vez el descarte de miltiples factores y circunstancias que pueden darse -y, de hecho, se dan en la realidad-, lo que facilmente cuestiona su relevancia practica. En fin. no debe perderse de vista que la supuesta simplicidad con frecuencia no es mas que el resultado de una simplificacion de las cosas o delas ideas, que, cuanto mas forzada sea, mas difi- cil hace ver aquella en su verdadera complejidad. Lo que se gana con la simplicidad, facilitar el acceso al conocimiento, se yuelye luego contra la profundizacién en éste. Con todas estas prevenciones vamos a intentar adentrarnos en los fundamentos tedricos y metodoligiens de esta teoria econs- mica sobre la corporacién. He procurado ir al fondo dela misma, aun a riesgo de resultar excesivamente esquematico, La retoriea en la que viene envuelta -sobre todo la versicn de los juristas par- tidarios de la Law & Economies reclama una diseceién euida- dosa de la argumentacién que la soporta. Trataré, pues, de ir, de frente y por derecho, a los fundamentos dltimos de la teoria. No obstante. para la comprensién cabal de una teoria no est de mais tener presentes las coordenadas de la coyuntura histérica en la que se gesta. Por ello, creo conveniente dejar apuntadas unas eseuetas referencias al respecto. N78 AREA Siem NTA: AREADUASIN ASS FINENTR T-ErONOES LL ANTI DENTES ssis de BERLE y MEANS: la referencia de la que trae mn ol debate actual sobre el “gobierno corporativo da investigacién conjunta de Adolph BERLE y BG. MEANS (Modern Corporation and Private yy”, Nueva York, 1932) vino a constatar, en los albores ‘Gran Depresién, un fenémeno que generaria gran alar: en los cireulos econdmicos, juridicos y politicos de la socie- ericana de la época. La progresiva disociacién de dy el control en las grandes sociedades anénimas disperso habia venido » arcojar en sanos de unos grupos reducidos ~o directamente en las del ihe, en aquellas sociedades en que la atomizacin del era més intensa~ unos poderes exorbitantes, desvineu- 98 por completo de In propiedad. pat Billo suponia, a su juicio, una completa subversién del del que partian tanto el Derecho como la Economia. lado, los accionistas, es decir, los “propietarios”, no el control sobre la propiedad invertida en Ia empre- ue cabja esperar de ellos. Habia devenide una propiedad utamente “pasiva”. Del otro, aparecian unos grupos jos, detentando de hecho amplios poderes de decisién esgo apreciable de propiedad. Unos poderes, en parte, dos por abandono de sus titulares originarivs y, en usurpados a través de maniobras corporativas de los tradores o de los grupos que a éstos controlan, que la neia de un Derecho progresivamente relajado permitia de legitimidad formal. Supuesta la divergencia de intereses de los que detentan Poder (grupos de control y gerentes) y de aquellos a los ‘ese poder primariamente debiera servir (accionistas), era le temer que dicho poder se tendiera a ejercer -por la falta de itrol efeetivo de los socios, no suplida por la regulacién del ho- dando prioridad a los intereses de los primeros Jos de los segundos. Un poder, pues, que, con toda pro- 1179 JOSE Neale cose babilidad, habria de llevar, a juieio de BERLE y MEANS, « una administracién, cuando menos, ineficiente, Las uusas del fenémeno eran bastante claras. De parte, la reciente atomizacién del capital, con la guiente multiplicacién de los participes en la inversion y ¢1 limitado riesgo asumido por cada uno de ellos, condueian necesariamente a Ja inhibicién, que era aprovechada por los gestores » el grupo de control para llevar la iniciativa en la organizacién corporativa y sacar adelante todas las reformas estatutarias necesarias con el fin de fortalecer su posicién de poder en el seno de la corporacin, Todo ello con la complicidad ©, cuando menos, la tolerancia crecien- tede un Derecho, que cada vez se mostraba mas benévolo y permisivo, En particular, la legislacién de uno de los més pequefios Estados de la Unién ( Delaware), caracterizada por su creciente liberalismo, se habia convertido ya en esa época en el puerto de refugio de buena parte de las mayores sociedades norteamericanas que cotizaban en Wall Street. » final de este proceso era, segtin BERLE y : “el socio habia sido desnudado virtualmente de todo su poder dentro de la eorporacién y arrojado a una ageneia que yace fucra de la misma: el mereado public La aplicacion a la gran corporacion moderna de la légica tradicional, tanto del Derecho como de la Economia, conducia a conelusiones contradictorias y ambas cuestionables. La proteccién por el Derecho de esa propiedad “pasiva” no parecia del todo justifieada. Unos “propietarios” que renunciaban a ejercer el control sobre la inversion del capi- tal aportado no eran mereredores de la costosa proteceién dispensada en el Common Law a la propiedad dada en “trust”. Por otra parte, la légiea de la Economia, que ea la légica del beneficio como incentive de una administracién eficiente, pediria, de ser consecuentes, que a los “propieta- ries” (accionistas), autodegradados a una condieién préxi- ma_a la de meros “obligacionistas”, se les retribuyera con una remuneracién fija, una suerte de salario de capital y 1180 enon (£14 SHIDO AND, LX AREA 98 NENT ERE al management o, en su caso, al “grupo de control” se ‘uyera el beneficio residual. — Sa validad lo que pasaba, en opinién de BERLE. y MBANS, era que la lgica tradicional tanto del Derecho gome de Economia no servia para strontar nn fendmenn sonia en cuestién los conceptos y asuneiones sobre los we dquélla se asentabs, La propiedad privada, la empresa ada, la iniciativa individual, e! beneficio como m tién, la riqueza. la competencia, en fin todos los conceptos Jamentales empleados por Adam SMITH para deseri- i la Economia de st tiempo y por medio de los cuales traté de mostrar que el interés egoista del individuo, si se “fe deja jugar libremente, conduciria a la satisfaccién opti- sna de os deseo» humanon, han eesado de servir para des. ‘eribir la gran empresa bajo forma corporativa de nuestro tiempo, ee constituye el area dominante de la economia Coincidiendo con ideas que s? venian sosteniendo desde cig algin tiempo al otro lado del Atlantico (en particular, el jelo propuesto para la gran socicdad anénima por Walter ‘AU en Alemania), BERLE y MEANS entendian que ‘macro-organizaciones economieas habian dejado de ser aciones “privadas” para convertirse en “instituciones es”, con una proycecién sobre una constelacién variada -imereses, que pedian ser tomados en consideracién en la tin de la empresa al mismo nivel que los de los aportantes ‘eapital. Esta transformacidn de empresa privada en “ins- (on social” debia encontrar reflejo on un nuevo modelo de rganizacién, en que el management estaria llamado a jugar el el de una tecnocracia neutral, eneargada de arbitrar las das de los diferentes. grupos de intereses concernidos Ja marcha de la empresa. » Sin embargo, aunque BERLE y MEANS pensaban que la ncidn en esta direceién era no s6lo deseable sino esencial Ja supervivencia del propio sistema corporativo, no con- on que fuera oportuna su implantacién por ley hasta ‘no se dispusiera de un modelo alternative claro, con un do social suficientemente ampli De momento, sélo yefan dos posibles desarrollos. Uno era mantener el modelo tradicional, segdn el cual la corporacion habria de ser administrada en el interés exclusive de las socios, haciendo extensive al “grupo de control” el estatuto juridico en Common Law del trusiee, que era desde antiguo el aplicable al management. Ciertamente, no les conveneia mucho, porque no considerahan que esa propiedad accionarial pasiva mer la costosa proteccién que el Derecho otorgaba a la prop “fidueiaria™. Pero atin menos les atraia la alternativa que, al parecer, sostenian ya entonces los abogados de las mayores sociedades dela época. Dar por legitimos, sin sujecién a limitacin alguna en cuanto 4 su ejereicio, los poderes detentados por el grupo de control 0, en su caso, el management, en cuanto adquiridos por una vie “cuasi-contractual”, El “peligro de una oligarqufa asociada a la probabilidad de una era de pillaje” debia llevar a deseartarla de plano. La idea del origen Scuasi-contractual” de este poder, que subyace a la segunda alternativa, Ia que desechaban sin dudarlo BERLE y MEANS, es la que retomaran y tratardn de fundamentar racionalmente los economistas que elaboran la moderna teoria econémica sobre la gran sociedad anénima. 2. La evolucién del Derecho y de la praxis gerencial en los Estados Unidos 2.1, Curiosamente, el Derecho y la politica gereneial de los directivos de las grandes sociedados anénimas durante bas- tante tiempo se orientaron en direcciones distintas (5). El Derecho se mantuvo fiel al modelo de democracia accio- narial (shareholder model), al tiempo que los tribunales, siguiendo la reeomendacion de BERLE y MEANS, extendian el estatuto juridico del erustee a los grupos que detentaban el control efectivo de la corporacion. (5) Para mayor detale de rate dvsarrllo id. BLA, M.ML: “Otmnerahip end Control: Rethinking Corporate Governance for the Twenty-First Century The Brookings Instiution (2999), repo» Cake ed) “cries of Corporate Governee”, 204, as. TARR. 15- 0, 1182 pn 4s NTU TEENS cn ASAD NER A RIC jadores estatales segulan enzarzados per Po jarte, los legis “ Peculiar competicion liberalizadora. El de Delaw: é ’ 6n 0 refundacién a propssito por atraerse la fundaci6n 0 refuni So ee gon fines puramente recaudatorios. Las de Hlicaban con ia misma moneda legilativa, trata Pr emigracign hacia aquel Estado de las sociedades en Sstablesidas, Fl caso es que esta competicion “hacia 1a P ffor the laxity) 0 “hacia abajo"(to the bottom), como i ji recia tener fin. veer motejada por algunos, no parecia t Hegislador federal, por su parte, hacia lo que pod! leau competcneia logislativa, para proteger a los a nau condicién de inversores, a través del dess i Gslacion reguladora del mereado de valores. No parcels iat legislativas para arropar a los accionistes dome desian BERLE y MEANS graficamente, “habi despoj cr dentro de la corporacién”, Wjados de todo su poder dent oracis ‘estaba en condiciones de poner orden en el “mercado > al que habian sido arrojadas y proteger, al menos, eses patrimoniale: se lanzaron . Los direetivor de las grandes compai ; tonto @ practicar una politica gerencial en la linea de rollo preferida por BERLE y MEANS, guiada por Ia iclea de io.ala constelacién de intereses implicados en la mai ypresa, ademas de los del capital. Las eantidades des- is por las grandes empresas a fines filantrépicos y bené- les de todo género, aparte de la promocién de los pios empleados y clientes, no eran nada despreciables. 0 almente esta politica encontraba la resistencia de que otro accionista, que no veian con bucnos ojos cl ode una parte, por pequefia que fuera, de los beneti- por Derecho debian de ir a ellos cestinados, para Jos intereses de otros grupos sociales. tribunales encontraron, sin embargo, una habil {6r iliatoria trazando una distincion, no exenta de ad, entre el rendimiento a corto y a largo plazo. Sin nar la primacia del shareholder value, como objetiva guiar siempre la gestidn, encontraron en ella un for, 1183 4056 Matta cover damento para legitimar la utilizacién de una poreién razona~ ble de los recursos de la corporacion en orden a mantener buss nas relaciones con aquellos grupos (“constituencies”), de laa que pudiera depender on una u otra medida el rendimiento sostenible de Ja misma y, de este modo, asegurar a la larga la corriente de beneficios destinados a ser distribuidos entre los socios, 3. El giro de la politica gerencial hacia el “shareholder value model” en la década de los 80 Al comicnzo de esta década se produjo, sin embargo, un viraje dela politica seguida hasta entonces par el management corporativo. La maximizacién del beneficio o, mejor, del valor de la acciéa se eonvirtié en el objetivo prioritario de aquélla. La coyuntura econémica, al parecer, fue muy determinante en ese brusco e inesperado giro. La elevacién de la competen- Gia global, la internacionalizacién de los mercados financieros y la proliferacién de lus ofertas piiblicas de adquisicién “host tes", asi como el colapso en los retornos del mercado de capi les en los aiios 70, seguido de la elevacidn en el eoste del capital en la primera parte de los 80, parece que fueron factores eco- xnémicos que influyeron decisivamente en el cambio de los objec tives de la politica gerencial. El lema “reinvertir y crecer” de la anterior década dio paso al de “desinvertir y distribuir”. El colapso del movimiento “conglomerado” en los 70 y 80 destrus y6 on gran medida el atractivo del anterior modelo de gestion. Pero, posiblemente, también tuviers bastante que ver en ese giro el nuevo clima politico-ideolégico, en conereto el nuevo ideario de un movimiento de signo liberal-conservador en materia social y econémica, que se fue expandiendo duran. tela década de los 70 y, al término de ella, Negaria al gobier- no en los Estados Unidos y, casi simulténeamente, en el Reino Unido. Ideas que encontraron en el mundo aeadémico, en par. ticular en los campos de la Sociologia y de la Economia, un fuerte respaldo teérico. El max conocido, quizis, fuera el prestado a ese movimiento por la escuela econémica de Chicago, con Milton FRIEDMAN a la cabera, 18s amorocadn AUS RRO THNEO INNES BIA SIDA NORDIN hizo és | tema que nos ecupa se ae publi en el New York Times bajo el expresivo titulo “The Social il iness Is to Increase Its Profits”, en el Hee aramente ou opocicion a lx politica tra- Mei “management”. “Los hombres de negocios Schliee FRIEDMAN en sepella veasin-s que yn marionetas ingenuas de las de oretuales que han estado minando la base de edad libre estas décadas pasadas” (6). content en cl qu forall por Ios aos 0, na ea dela empresa que se propuso reatir Ia tenis de I, demostrando que la disociacion de la propi : 3 conatitufa ningiin “fallo institucional” de la racks igure tuna intervencién del legislador. ECONOMICA SOBRE LA. GRAN SOCIEDAD ANONIMA “4nreRTA” (7) tac aires eee — ate eo tesefiar : ‘teabs oa a teoria ; i iaron los fundamentes de uns coneret Sind dnt ieowale ot dee np eo doe ‘shieene corporativs™ de los éltimes tempos. Los primeroe que cocina oof aan iotce Aca. hye Prado, aoe eens ein muir are RL O93) pe FB tr Ptr eh ror uni ee way hoe Sy nei oe wee Haas Sooo una tran" pp mn en jin lv rl oa seomo forma de empress, stuarn el problem del gobierno de las grandes socieds- 1185 JOSE MEARE CONIA do en el estudio del mercado, desentendiéndose de las organi zaciones, ineluida la propia organizacién de la empresa. Esta era considerada desde la perspectiva del mereado como un simple “tomo”, un agente econdmico que interactia en aquél con consumidores y oferentes de factores de produceién (capi tal, trabajo), guiado por el fin de la maximizacitn del benefi- cio. El mercado y el sistema de precios aparecian como los mecanismos exclusives de asignacién de recursos ¥ de caordi- nacidn econmiea. El interior de la empresa —cémo se relacio- nan los sujetos que cooperan en el proceso productivo, cémo ‘componen sus intereses respectivos, como se aleanza un equi- libro en el seno de esa organizacién, supuesto que todos ellos persiguen sus propios interes y tratan de maximizar su utili- dad~ era algo por lo que los economistas no mostraban interés, Uno de los pocos economistas, de predisposicién “neoclasi- ca”, que habia dirigido su mirada al interior de la empresa, fue Ronald COASE (“The Nature of the Firm”, 1937). Tra- tando de explicar la raz6n de ser de la empresa, cuando exis- tia el mereado, COASE vino a reflexionar sobre la entre una y otra forma de or; iferencias nizacién de la actividad ccon6- mica, Hegando a la conclusién de que residfan en la forma de coordinacién de las relaciones entre los agentes que en ellas intervienen. En el mercado, la coordinacién se produce a tra- vés de relaciones contractuales voluntarias, guiadas por los bicrtas” como un problema contractual, tipi de um género de evlacones las que detiominas cle “agencia”. Un problems que se planten por la separa sin, acordade entre ls inversores y low grees, eles funciones de “adesnistracion” 9 “financiacida. Los trabajos de Paws, E.. “Agency Problems and the Theary ofthe Firm; Journal of Polticat Economy, 8 (1900, pags. 228-317, extracto trad. cat. on Putternshy (ool), ples. 245-200 y de Fanta, E. Fy JENSEN, M.C., “Separation of Ownceabip and Control” Journal of La end Economics, 26 (1988), 301, rep. en Clarke (ed.) “Theories af Comporate Governance”, Glasgow, 2004, pigs. 6477 vendrin a ccmplenentar el edficin de ‘eta teoréa ccomiaien, resaltardo el papel que juepan los mereados sd x l dsiptina de "a conduct dels iereuvon, ino enla mejora dels seemas de cantrolinterso. Crea por. ‘uno dejac tambiga revehade el trabajo de EASTERBROHK, FHL. y FICHE, D.R, “The cor porate Contract", Columbia Lane Rev. 89 (1989), pags. 1.411.448, teproducide east lteralneateen “The Eeoineimio Structure of Corporate Law", tad. eats baju ol titato Lat ‘xtracturs sonsmion del Devel de lan Sociedaden de capital”, Maddy 2002, pgs. 9-54, ‘or lo que tne de efucrne de divugaciin do le eovia conor dirghdo a ha Joratars Ea ‘itl porque fits In compresein del lenge y de lea conceptor ur manejan los even: ‘ian al tempo que permite entrever, las difealtads gue encuentra ma 1 neta SOCEDAD AVENE AROMMUCLN ASLS ADVENT TED TNS in la empresa, la coordinacién viene impuesta me- cone oO instrucciones de autoridad. La empresa es el ‘de la planificacion. El mercado el reino de la libertad, sreambio libre. 70 del siglo pa rupo de Jécada de los 70 del siglo pasado, un grupo Bis que trabajaban en vna lines de investiga _ fa como “economia de los derechos de propiedad faslvon a dirigir la mirada ala empresa, pero para ofre- ta visidn de ésta, al menos parcialmente, distinta de la fida por COASE ; feripress soré viota por algunos (ALCHIAN y DEM- 7.1972) como una estructura organizativa que es el resul- 5 de tina negociacién contractual entre los sujetos que cen el proceso productivo y, a este fin, negocian ss “erechos de propiedad, entondidos cmo derechos jon sobre el uso y disposicion de los recursos que les n'y aportan al proceso de produccién. Una organi- ‘pues, que resulta de la reasignacidn 0 especificacién de os de propiedad, a través de transacciones contra e cambio, no distintas de las que se producen entre los imteractian en el mercado. Bees, caticndon estos cconomisia, reetificande al parcialmente a COASE, no serfa pues sustancialmente ¢ del mercado. Uno y otra se sustentan sobre relacio- tractuales de cambio. A diferencia del mercado, la idad de la empresa reside en que estas relaciones no © en directamente entre los diferentes grupos que parti- ‘en el proceso productive, sino que se anudan a un central”, que negocia y renegacia los contratos con vena pues a rechazar la idea de una planifieacién anto- ‘a. Las relaciones con los dueiios de los factores pro- ictivos descansa siempre sobre una hase contractual, no erente sustancialmente de las relaciones con los clientes. DY npn ntsc condi ye dia precinct dato tab {CASE Tie Pst of Socal Cont” (1960). 1187 {30% MARIA GoNRA 1.2 Lo singular en la emy ea en los problemas que pl eauipo, como el que tiene lugar en la empresa sario un “agente central” que, de un lador din Proceso. negociando y renegoci rentes duefios de los Factores pi vise y controle las actividades dadas las dificultades vidades marginale: Este papel de “agente central” es el que tradi en la empresa eapitalista, se ha atributde Propietarios del capital), lo que desde la racional mica cobra todo su sentido, por ss buide con un derecho sobre el excedente —si lo ha: los factores produetivos, que euent, fija acordada de antemano. F: Unico grupo que no tiene asc, tanto, puede incluso suftir pérdidas, mas incentivado del proceso roductivos. Y, del de los miembros otganizacién en beneficio propio y de todos los de participes en la empresa, 2. La visién contractual de la sociedad anénima: dos ideas enraizadas en la tradicién que deben desocharae Esta concepcién contractual de la empresa —generalizable {todos sus formas, también a la “corporativa"- debe lla destecrar, a juicio de los partidarios de esta wate (PAMA, tes dos ideas erréneas sobrela sociedad anénima, onraim? das en el pensamiento econémico y juridico tradicional. +rsonificaci6n en el Derecho de ‘aes una mera “ficcién pura convenieneia, para ‘on los diferentes grupos que se rela~ legal” que se apoya en razonos de facilitar la contratacién e: L138 Presa, respecto del mercado, radic lantea un proceso de produccién en . Se hace neces 2 y coordine el ‘ando los contratos con los difee que ofrece la medicisn de las producti, icionalmente, al propietario (o ad econd- I Ginico que viene retri- esidual”, es decir, el una vex pagados los duefios del resto de lan con una remuncracién: sto mismo, el hecho de que sea eb gurada una remuneracion y, por es lo que hace que sea ol Para supervisar diligentemente el desarrollo Productive y asegurar una gestidn eficiente de la demas grupos in titulo juridico originario de propiedad, sino por razo- mM A Sus NDNNTOS TRAD ONNAS yc: asec yresa. Ella oculta, sin embargo, la —— 10 es mas que un “nexo de cont Pe tay deteds dole portona juridica es eee Se uncsién ei corporacién) y los pro- entre la “ficeidn legal” (Ia corp. ny ls pros Beyer clei, apres ence vés de la negociacion cado, a través ssucede en el mer: ie endido, es el de ver . también muy ext ldo. — mo “propictarios” de la organizacién. Esta dad de nadie, porque no tiene eaidadobjetiva ee sm aslo propictarios de los recursos finan- ellos son sdlo propietat Se pare fee aportan al proceso productivo, a cable deans je Femnuneracién con el “sobrante” caso de que I Bpeces dc er rotribuidar los dactios de toe derua x despuse de sor acti junto de todos dn si de este grupo en el conju Mg ccy is cmersns tes derechos espeaes Fanon welacién oon la Fjecidn de lon objatvas ye Resinven rolacién con ivory Hg del control sobre los gostores~ no se explica, pr ales, que se desprenden del hecho de ser el tinico or retribuido con cl “residual”. La indeterminacién de la 1s de proteccién di lado, merecedores a Fescsocrue frente ol reno de fo facores que cue Ee atascacién Gija, Ia suya es indoterminada, en Te evahacios, Pero les hace, ademas, _ ce ‘a ejercer la direccién y supervisién Pp = ro, 1x los que tienen mayores incentivos pars Beis quecson tos primeros interesados en la maximi- ar la gestion eficiente de la organizacion, e peseede Jos demas grupos que en ella participan 0 a te ny de la Sociedad en su conjunto. En efecto, i. tat kaya i ‘e tereeros Bee no haya efectos negatives sobre t 1189 (“externalidades") la maximizacion del beneficio eontribuird al incremento de la riqueza social total 3. La separacién dela propiedad y el control en la gran sovie~ dad andnima “abierta”: un problema tipico de un ginero de relaciones contractuales, las de agencia, cuya solucion Sptima solo es alcanzable a través de la negociacion 3B dad andnima plantear: La estructura fragmentada del capital en la gran socie~ en cl interior del grupo accionarial un problema afiadido de “actuacion eolectiva”. En este caso, los accionistas -por su ntimero, el riesgo limitado que individual mente asumen y la falta de informacién y conocimiento- se encuentran con grandes dificultades para ejercer —en su con }in de “residual claimants” un control efectivo sobre los gestores de la corporacidn. Los accionistas se ven obligados a delegar no solo la gestién sino el propio control en un “colegio” reducido, jo de administracién, reservandose aquéllos, en asamblea, Gnicamente sn conse- para acordar las decisiones mas trascendenta- les (cuestiones de reforma estatutaria, fijacién de objetivos generales, nombramiento y cese de los miembros del conse- Jo, designacién de auditores externos y poco mis). En el consejo de administracién son, por lo general, los consejeros ejecutivos, los que provienen del management team, los que tienen mayor peso en la toma de decisiones. Poseen todo lo que les falta a los accionistas -conocimien- tos téenicos, informacién y cohesién—y a los propios con- sejeros “no ejecutivos”. De hecho, en lo que se refiere al nombramiento y el cese de los miembros del consejo, aun enando sea competencia de la junta general de accionistas, ea rare que ésta desatienda las propuestas del presidente del consejo. De este modo, todo acaba gravitando del lado del “top management”. 3.2. En realidad, este problema ~el que en su dia denun- ran BERLE y MEANS-, no es, se nos dird ahora por estos HAN ASS RRMA TRoRCO-TKROMES nL SEAL ANNONA AO rnos (JENSEN y MECKLING, 1976), un er, tac gencsies eorporationee caxen nur pap, sino que se da en un anal gener de elaso 5, las que en lat jerga de estos economistas se Pe iasiouee de agence”. Relaciones que se exta- aejou partes caractevizadas por una acusada asi informacién, en las que wna (el principal) enearga a gente), poscedora de la informacién de la que earece Ta realizaciOn de una tarea que comporta una delegacién de autoridad. Dado que ambos sujetos sross potncialmnte divergentesy. por prinsiio, ‘maximizar su satisfaccién, bay raz6n para tem ato, ante las difieultades que oftece el control de st por parte del principal, pueda desplegar su setivi- poniendo su propio interés al de éste. problemas, que surgen en todas las organizaciones y ‘eobran especial significacién por la atomizaeién de la d accionarial, no ticnen una solucién facil y, en todo ncoste. Estos, asi denominados “costes de agencia”, empresa lo que los costes de transaccidn son al mer- Himite de aquella fronte al mereado exté, preeisamen- Bee patra de agencia no supers alos de transac den eli- saber que los costes de agencia no se pued Ba sondtibn coud ca eeduciriog al minim, o, dada la necesaria autonomia que requiere I y Ia imposibilidad de concretar los objetivos de la \eién a los que deben servir los gestores, se abre un - En la medida en que todos los agentes persiguen izar su utilidad personal, no cabe excluir que la cia de imereses de los accionistas y los directivos sea en conductas que no conduzcan a una admi- én eficiente de los recursos en aras de la maximiza- del beneficio, que os el objetivo al que en principio mn servir los gerentes. Pero, por otra parte, el esta- tiento de los necesarios mecanismos de control inter- on el fin de reducir esas pérdidas, comporta por su 1191 -romreeoN acs 1086 Mania cetesin ets dN AEDIAGONA SS HOT parte una inv dadosamente. sién de reeursos, que debe sopes recursos, que debe sopesar nas formas de organizacion. Niegan, pucss de plano RLE y MEANS fuera acertado. Sabiendo de antemano que la eli Sn total del 1 error del planteamiento es el la climinaeién total de las pér= wrganizaciones dia cus proves ae tes diveceencas de teenies (0am Faiamo de Ta supervivercia de en ean actenes: 1° anzable y que los sistemas de control tienen siempre un ojo en ellas sus ahorros. No wgnostico de BEI fmero que demuestra cl coste, la cuestion radica en instaura 3 te sigue EE ee ae Ie rie ess eiicncia que ol hecho de super En tod a vertira BIS SOE Re EEO: ie tras formas de or; nizacién em- in todo caso, se advertira, debe deseartarse que haya una a Pia cslecicn ee caedo'lh compen, 2610 formula t i io autent a para todas las empresas, en todas las Beige organizacioncs “eficientex”, e decir, las qe cias y para todos los tiempos. Lo Gnieo seg - ce a : que la mejor eleccién serd la cog iucto demandado por los ‘consumidores al pre- que resulte de la negociacion con- ° tractual entre los implicados més directamente ye ich Bee rencoetes: je la empresa, en particular los aceionistas Foaeti Stu duda, There neaneae lage tas y los civeetivoll r jlisis de BERLE y MEANS estaba, Seal aE AA ntcae LE GEE ae CIEE ct ctindo por un error de diagndstico, que a st ver Debemos, Soe ead ee de relacién coste-beneficio. ole ioe arvtciea de eonsidecar a Ibe accionistar “eficiente” pudiera venir el te eee aie [coh *propietarios” de la organizacion, que dejan de ejercer ee rote geting) ee ee teen Pela inversién de au propiedad, lo que de ellos se contractual neresudlog a.travie ds’ be negeotael tng se debia esperar. > que les Hevaba a eon- fstamos ante un “fallo institucional”. Giaarents:sifos mids tardo; Ia tooriaceonieniém vent saireras aon en realidad propietarios tnicamente nriaupitad, elocHvouente AqOLL podei cacisgalco dele’ ren cuanto tales, ceden et poder de disposicién gaits og ble ee a os poder autarquico de los eapital a la sociedad, representada en la persona de Hrieestagle cia queuailecitay el tein 3 een aa ditectivos. Eaa cesién se produce de forma ne lneficlynte naeaieletraetaopaensgrn toe nae a da, en virtud de un contrato, « eambio de una Pre scans ili ndats etree ern arans ted Ete G de retribucién indeterminada con el excedente 9 resi dado o, cuando menor, exngerado. Aun reconociend ley A ose contrato se especifican los derechos de decisién y Cees, Cees geuieens de control, la in- “MMos cc reservan. Pero, al propio tiempo, 8° esta- gorhnlinirio'in:aistomamej oe ibertad de salida de la organizacién con la garantia de bilidad de las aceiones. 4. Las ventajas qu ae Pprdeticn, los accionistas no estan, en general, inte- que comporta la disociacién de la propiedad fouejercer el control sobre la actuacidn de los geren- y el control: la especializaciéi i ‘pe in de funciones ‘es Iogico que asi sea. La mayoria no estan siquiera dos para ello. Y, dado el monto de Ia invorsién, no 4,1. JENSE! ° 9R3 . a os laacpanacten Hn ben ear incluso, a cuestio- jonsa en absolute ejercerlo. Pero, a cambio, la libre Helles da teblecdyaniocbie efees el control constituya flidad de las acciones lex permite diversificar la n esa caracteristica estruc- rsidn entre varias sociedades y, de este modo. neutrali- fando menos, reducir el riesgo. Por ello prefieren tural ven una ventaja comparativa, que explicaria, segtin ellos, por desentenderse del control y, simplemente, ofertar por qué estas organizaciones han sobrevivido en la competen- 1192 1193 Jost Sta cen su capital a cambio de una promesa indeterminada de parti- cipacién en el beneficio (y en la pérdida), teniendo sicmpre la posibilidad de variar la inyersién si la valoracion de La gestion, reflejada en los precios de las acciones, asi lo acon- seja. No hay, pues, ningiin “fallo institucional” en el hecho de os accionistas no ejerzan el control sobre los gerentes, por la simple razdn de que no hay razén alguna para esperar que hubieren de ejercerlo. Lo que se produce, de hecho, es una separacién casi com- pleta de las dos funciones que tradicionalmente van empare- jadas en la empresa capitalista tradicional: de un lado, la asuncidn del riesgo y, del otro, la gerencia, Los accionistas se especializan en la funcién de “asuncion del riesgo”, renun- ciando al control de la direccién. Los gerentes, por su parte, se especializan en la prestacién de “servicios gerenciales”. Esta especializacion de la asuncién del riesgo residual (residual riskbearing) y de la tarea gerencial (decision mana- gement) traeré consigo un abaratamiento del coste del eapital ¥ un mejor aprovechamiento de los conocimicntos técnicos expecializados. Esa especializacién de funciones incrementara la eapaci= dad de adaptacién de estas complejas macro-organizaciones a los cambios en el entorno ceonémico y es lo que les conferiré precisamente “valor de supervivencia” en la competencia con otras formas alternativas de organizacion empresarial. 5. El papel decisivo de los mercados en la disciplina de la con- ducta de los directivos y en la induccién de sistemas efi- cientes de control interno 3.1. Los partidarios de la teorfa contractual de la empresa acabaran depositando su confiansza, sobre todo, en la presién de los mereados para disciplinar la conducta de los “geren- tes”, asi como para modelar a la larga la estructura organiza- tiva interna de las grandes corporaciones econémicas. La explicacién es bien simple. La cmpresa no sélo es una suerte de mercado “interno”, sino también un “eslabén” entre 194 j externo, como interno, el mereado de servicios de vigi- serasoamno snr les. presas Loman suis recursos ~personales de los mereados en que los duefins de ofertan sus productos y jas sn otras empresas productoras Las em es, financiers piten. Y. a su a compitiende edt ; Die maije, siempre sometidas a la presion de la ta de todos esos mercados y sus directivos no po~ cia de to ajo, eue siempre tendera a redaci los sil poder discrecional de acucllos ya alinearlo alos vie ldy aecionistas, la maximizacion del “shareholder ido de productos, el mereado laboral de gerentes jeros independientes, auditores, agen Baral Grrr rasa re) sobre tae ide enpitales y ol de control en el caso de las grandes raeiones “abiertas”, juegan un papel determinante no fo un influje dimasoria directo sobre los geren- @ induciendo el desarrollo de vstemas internos de con -eficientes y, de este za a la larga modelando la obierno de aquéilas. ok ae wodteca por los partidarios dela sgctual de la emprese eh cl “control exterao” de dos es mucho mayor que en los mecanismos de Gnterno”. Fs més, de la continua preston de tos pri dde esperar la mejora en la eficiencia de los segundos: peion de sistemas de control interno ineficientes se lprecio de las acciones y con ello, aparte de hacer més vulnerables a posibles ofertas publicas de fa que les remuevan de su puesto, encontrarn difi- fen el futuro para eaptar nuevo capital en el mercado. lo se jnegan, al fin y a la postre, la supervivencia de las ones y,eon ella, le saya propia, algo que no pudo ser visto, ni siquiera imaginado, by MEANS cuando trazaron aquel sombrio cuadro neorporacién, en el que se representaba a los accio- ‘despojadox” de todo poder en el seno de la organiza rojados al mercado pablico”. Paradéjicamente, nereados “paiblicos” se habfan convertide en le fuerza cipal para disciplinar la conducta de los managers ¢indu- 1195 re ELA OCEDAD AHO INE cirles a instaurar sistemas de autocontrol que a: wen la efi ciencia de las organizaciones. E 4 Economica: SOBRE LA JUNSION EN La CreNciA Econd) ; Rect CIENTIFICA DE Las TEORIAS EcoNomicas er y; mas atin, para enjuiciar una teoria es =a 3; Contexto eientifico, es decir. en el mares tiiento tedrico-racional en el que aquélla se formula. TV, Las IMPLICACIONES NORMATIVAS DE ESTA ‘TEORIA ECONOMICA e wrsus, para ha- Con apoyo en esta teoria “contractual” de la sociedad and- igs’ es neces rE ee ee deus nima se avanzara por EASTERBROOK y FISCHEL (9) un Ae ciencia economica y 1a programa de politica juridica que se pueden condensar en dos lineas directrices hasicas. La primera de ellas es Ia que atribuye al Derecho, como misién fundamental, la de facilitar la negociacidn entre los grupos convernidos (enabling law), contribuyendo a minimi- zar los costes de transaccién, que constituyen el obsticule principal a la negociacién. En este sentido, esta llamado a cumplir una funcién andloga a la desarrollada por la “estane darizacién” de los contratos. Consecuentemente. las normas deberdn revestir caracter dispositivo, permitiendo a las partes salirse (opt out) de ellas, para acordar las reglas que estimen més convenientes para la regulacién de sus intereses. Con cardetor imperative solo seran admisibles, todo lo ma normas que impongan requerimientos de informacién. Come segunda directriz, si los costes de transaccién son clevados y no se pudieran reducir, la Ley deberd asignar los derechos a través de normas imperativas que reprodurean la solucién a la que habrian legado en una negociacién simulada unas hipotéticas partes econémicamente racionales, motiva- das por el tinico propésito de maximizar su utilidad. i i ntenta aproximarse omfa: una ciencia social que intenta aproxime i neias de la naturaleza, en particular a la Fisie mia es una ciencia social que, como tal, s¢ 0¢ is 9 de los comportamientos eons ‘ a sales ‘vida social. Desde sus inicios, hasta tiempos recien eoneentré en el estudio de un campo de relaciones 1 intercambio libre y voluntario: el mereado. bmica moderna. a que dio origen a la ciencia econémica n "i Piss fax x3 « Adam Smith, fue el del intereambio limercado. La existencia de un orden en el universo eco- loo Yque ese orden no fuers impuesto desde arriba, sino ‘de algén modo el resultado de transacciont pentre hua, cada uno de ellos persiguiendo ma- ir su propia ganancia. jonia “natural” que descubrié en ese ambito de la ial, en el que los intereses egoistas se ajustan esponta- evé ala Economia a pensar le realidad econémiea ¢”, en el que operan fuerzas causales. ; fenémenos econdmicos podian asf ser explicados, como naturaleza, por “causas (9) Easrenoox- sumiento vid. entre meso imo antonderony wma buceaa ol Dore de suciedades” en Pat-Ares (coord.}"Tratanda de In Sociedad Liniteda®, Madiid, 109%, pig. 159-205, lamiento de una motivacién muy poderosa y ie: ‘en los comportamientos de los hombres en sus rela- 1197 1195 ‘ecu RNMNENTEN TCD OMNIS vost: tala cose i srcrin ELA SOCEIND NDE srministas. A la Economia le es dado inferir, todo lo ety tendencia, de regularidad 0 probabilisticas ito, sin embargo, lo que singulariza a la Eeonomia se as ciencias de le naturaleza. A decir verdad, oe gsicas son perfectamente “cerradas”, También en rccuente que se especifiquen eiertas condiciones los fendmenos econémicos, a la manera de las ciencias q jel estudio de los fenémenos de la naturaleza. Desde entonces la Economia ques baj ; : s not quedé bajo la influe: o jliares”), que no entran en - jo “meednico” de la segunda habria de preval sti Mis pects abria de prevalecer sobre fe realmente distingue a la Economfa de la Fisica o lx rgdnieo” de la primera. La vision del sistema econdmicg) Mig reeurrente inclusiGn en las teorias econémicas oun nn ro tel ace eaten ts Geer a Frariga cldusula “cotoris paribus” bajo la que se diol siglo XIX, con la revolueién marginalis Enel dltimo toroid wfodas aquellas condiciones potencialmente influyen Soe basa volucién marginalista, la aproximaciém Tandlisis, que quedan {wera de éste y se presumen, sin Ie Hosanna Je Fines matemftion de epoca’ se i nade elara y precisa de las mismas. ee ee rar se y alas de la Sereininia mate- fabos sueltos", que esa cldusula “ceteris paribus” Brachial cieaerntneded ead IL acercara a la » fica o adlo especificada cualitatiyamente siempre deja, eT y aquellas que Petit eeciondo una coartada para, en el caso equal PoUeEAN Ele de la feta ortipan, tome diria ho concuerden con Is teoria, mantener no obstante tiadlb cbennitat studio de “cosas que se pueden pesary peajustando su campo de aplicacién, . Fineapacidad de las teorias econémicas para gonetar Claramente refutables les permite, de este modo, 2. Las limitaciones de la Economia on el plano ala contrastacién empiriea, que se supone ha de Sor Goh ds lecontranoctiadelan ‘3 eee Ja formula- ,validacién cientifica de una teoria empirico-sintética, Acsadavanecen pi {ina segunda fuente de dificultades para ¢l economists wane ida. er ie rofundice en ella, puede observarse, sin en la imposibilidad de emplear las téenicas de investi- argo, que la Economia presenta unas limitaciones inhe- ‘utiliza el fisico. En concreto, no le es dado exp rentes a la naturaleza de los fendmenos que estudia “es decir, reproducir el fendmeno en condiciones de laboratorio y, de este modo, someter a prue- 2.1. En el comportamiento del hombre hay si c : ombre hay siempre un iiargen' dla dissrecisnalidad, ques impida aatableocr laps Sa Bato hace que los economistas hayan de recurrir a la (10) Es estar refesionen he tamado como de i he tomado come guia le obra de Mark Biata (The cién de modelos, es decir, representaciones simplifica- Methodology f Economies", 2 e., Cambridge Univ é a Feetaremrerin rap iomgre pair taeniimeiccamentle shy realidad y operar intelectualmente sobre ellos. ‘rentes nda aeguree en la roriay metodologis erondnien de nucate tiempo, Su procedencia d que también los fisicos utilizan modelos, pues gador tiene necesidad de partir de una prefigura- le la realidad que va a investigar. Pero lo hacen para pre- ‘ensayo de laboratoric, donde someten de inmediato a tel modelo prefabricado. ‘ld ile de penaemiento pe no dine surven pst lu entices dela cenciaecomdnion “ortodoxa ‘mente ce de ewe gener se ipregauciones. = 4198 1199 namsestos RURCOECONTIIS ost mana cosine a. eu SceDAo ann: A TERRA pedido, ciertamente, que la generalidad de ‘acepten, de forma generalizada, la npirica de las generalizaciones Los economistas trabajan, sin embargo. de principio a it con modelos descriptivos en los que la reidad Tal de a am modern s concapestennts simplifieada, porque -como divia Alfred dde la contrastacion em LL- ninguna construccién teérica podria barca dentro de si “todas las condiciones de Ta vida real”, ya que em esc caso:“aeFia demasiado dificil manejar el problema” (11s 1.Ha habido, sin embargo, oH Comienzan aislando los factores 0 elementos que suponen J ee ov tase Stns di son ms inflyentes en relacin com el problema que tratan. mieat, asi como sobre las de investigar. Y. después de haber desarrollado una sim su validacién cientifiea. lacién del mundo real, manipulan el modoto modiante an proceso de deducién lgica, a partir de unos postuladosy jmeros economistas que eyes sobre.el somportamiento hanieneque se asiimedl Ja metodologia del pensamien para llegar eventualmente a formular una explicacién sis (OR, CAIRNES, John N. KE is en el contraste empirico de los ‘supuestos” 0, Como ie los “postulados”. Por lo que respecta ce contentaban con una corrobora- s dudas sobre silo jen, las “prediceiones” de las teo~ veridad del contraste exi- se ocuparon de reflexionar to econdmico (MILL, NES) ponian mayor temitica del fenémene ccondmico y, eventualmente, av zar una prediecién designificacién general, a Gn este punto, los economistas vuelven al mundo re i ke nS i al pero Spredieciones ie pepe nana com hacen los fisicos, sino sdlo teoria por heehos aislados. personae a Ie Baia crae desarrollo factico y ver sila fe respecta al nivel de rigor del contraste empiricn Dredienibn ta soportade dno por los hechos observados. Es SON (1938) lo vendria a clevar, introduciendo ate pueden contrastar la teoria con Ia evidencia @ metodolégico de “falsabilidad” de POPPER en diane oe sin me les wee posible producirla, a ei econémica, que hoy dia es aceptado, al menos jos que trabajan en el e: fe las cienci mayoria de los economistas. ucnesicuentala. a bajan en el campo de las ciencias 1e, por la gran mayoria de I tas, o sobre Metodologia de la Economia Positiva” ‘Milton FRIEDMAN, que se convertiria en el refe- a, supuso sin embar- Como es légico, a medida que | ead ico, ja que la ciencia econémica moderna pleas su anes a campos cada ver, mas alejados del origi- ra los economistas de la posguerr: y también més eomplejos -como es el caso de las institu= Migito” a favor de la contrastacion de las “predicciones” ciones y, en particular, de la empresa~, los modelos tesricas 8@ neia del realismo de los “supuestos”. Las teorias hacen més vulnerables al riesgo de incurri impli iceién”” a go de incurrir en una simplifica- le ser juzgadas por su “capacidad de prediccién”, cin de la realidad que la desvirtiie. Esta debilidad se hace may finstrumentos gencradores de predicciones fiables, sien- irrelevante el “‘realismo” de los supuestos de par- patente, preisamente, en la teria contract! de la empresa como luego se vera. La contrastacién de las teorias econémicas con 1a jticio, 1a conformidad de los “supuestos” con la real ‘avidencia empitica disponi : : ridencia empriea disponible resaltard. por atta part, wera ad no constituia ningtin medio adicional de eontrastacion Pp y problemética. ie Siac eat iera para la validacion de las teorias econémicas. ocstiva afirmaci6n de que “para tencr importancia hipétesis debe ser descriptivamente falsa em sus su- 1201 (1) Manon, A., “Principles of Beovomice”, 8. i, 1920, pigs: 460-461. sonar rec sco SoC ARTA UN AFRONCIN ASS IND OSE MARIA GoNDRA seen au én d agentes econémi- puestes”, ha quedado registrada en los anales de la met Siler a tgs Len tnotivncion Ge los adentae oan dologia:ccondtaiencoma la ep tecién made vaidical det 6 Tee dunabae axpracers trumentalismo” de la ciencia, De acuerdo con este En ee ede garantiza que solo aqui una teoria podria predesir extremadamente bien Need ae ee ciy cieiinisen id Benatiad Ro proporcionase explicacién alguna del mecanismo causal ee ee sie unque éste no fuera su pr en que se basa la prediccién obtenida. Lo de Belosro ae te or azar. Por tanto, el andlisis Angulo de la validacién de las teorias, era la contrastaciéy incluso silo oe eee ‘de que el comportamien- de las “predicciones”. La de los “supuestos”, a sti enter Tee cone trotivado por el afan de maxi j diadi rresarios viene motiv a mene ace sista aie? MMided, vo quede invalidado porque se novela feel c clusiones que se infieren a acion, ya que las con Inquel supuesto hipotético son acertadas y se corro- Stra via de razonamiento, aunque el supuesto no A este respecto, se declaraba FRIEDMAN ampliamen satisfecho por el éxito con el que el programa de investiqneién de la ciencia econsmica “neoclasica”, eonstruide sobre el p radigma del homo economicus rationalis, habia superado los ra, ied de oinpRabuatWedwien numerosos tests de contrastacién empiriea a los que ha aida mento nos libera, pues, de comprobar sis da en sometido. Un repaso de las teorias fundamentales de ese dad el Pee ietas “ail hacramtienda ail grama no parece justificar, sin embargo, una valoraciéa Bi et cllneas srcells herromients ont autocomplaciente. En buena medida, su formulacion no per ae ee supnieste fuera real, mite una contrastacién empirica segura (12). Sipe seprisiadspor otra via de rasonamleniondt Por eso, en tanto los “tests” de exactitud de las “prodie Fe een amie ciones” permanezean ambiguos es decir, siempre- BLAU Ree 1 cuir de eipacstos “hiporéticns™ Mone: erce que no se deberia desdenar la verificacion de los “ne, Beara partir de supuestos “hip . lizado entre los economistas que han desa- % FRIEDMAN ha recurrido, sin embargo, a argumento que, por otra via de razonamiento I6gico, vendti 4 corroborar las predicciones del anilisis econémico neoeligi« padiaeién del individnalismo 0, aunque el postulado general bésico sobre el que éste des ee sept de Fewncincts ead aquel. cansa —que los agentes econémicos toman decisiones con se icciver las predicclonss contests: propésito de maximizar su utilidad— no se diera en la realidi a yiane neral a partir de las acciones racionales tal como sostienen algunos. Stas iedividuales a nivel particular, lax predic- Introducido este argumento por ALCHIAN (14) en apoyo BO er aioihia ue oliticntn ds un weer tipo do de la teoria nevclésica de la empresa, viene a sostener que la MUP sl scaler, un proceso de sclereién and: seleceién natural de la competencia garantiza que slo aque= Besar la competence cx ol mercado, que los empresarios que, de hecho, maximicen los beneficidsy BME Rass bhuhrer de nagosiva spue, por laa | que sean, no importa que lo hagan inconsciente- ‘siguiendo otros propésitos o por azar, actian de mo maximizadores de utilidad y penaliza alos que -argumento en el pensamiento econdmico, por lo que (2) Vid, Blatc. “Muthedatog..it pgs. (13) Bate “Methoddlogy. "i pop, 288 (4) Avcttan, A., "Uncertainty. Evulition and Eeonomie Thooty. 58, Journal of ‘al Economics (1950), pig: 2119 sign 1203 1202 sox NRO: UNC ARKOUMACEN ASUS FUNDAMEN TRICO ECONTNIS 3086 stat GoNRA ai Ia evaluacién de la evidencia mb determina que eae ne lo hagan. No se trata de una interpretacisn “bohag ee st influida con excesiva facilidad a diate aes aia ee unk os “ voce ey do que no tiene paralelo en las Se ee Jaza el centro de la aceidn racional desde el plane ind jcios valorativos asociados vidual al social, repudiando con ello el individualismo n Oe Poe otro signo, de los economistas, todolégico que cominmente se supone inerustado on zap enfoque neoclasivo de las euestion eeonémicas” (15} mia no sélo explica y predice, también aconseja: No deja de ser sorprendente que este argumento, con alidad perseguida por la teoria es docisiva para mplicaciones tedricas que tiene, haya podide ganar acept irminar su “status cientifico™ cién entre los economistas modernos, sin apenas pararse a reflexionar sobre la profunda revolucién metodolégica qu economists son objeto deun reproche ulterior atin més entraiia. Tendremos ocasiin de volver sobre é mis adelante ie ni Pi Ia implicaci6n de juicios de valor, mis o menos soterra- . 01 e: [a implicacion de juicios de 7 puesto que e¢ una de las piezas fundamentales de la teorfa eeo Seeaaee. postalan libres de ellos. némica sobre las grandes corporaciones. de ello: i 10 se suelen conten- 1. Los economistas, desde siempre, no se st n ‘ ‘cribir y explicar la realidad. También suelen qu ren ella y, con tal propésito, aconsejan y 2.2.2.3 A todo ello se afiade la difieultad que ofcece imerpretaiény valorasin dee evidenea empirea, En Ee AS nomia se hace demasiado evidente el influjo que suelen j n lo que se debe hacer los prejuicios ideolsgico-valoratives del investigador. ppropoes, sin embargo, no poseen el mismo ales Hay que tener en cuenta que, muchas veees, la evidencla gel fngulo de valoracin de la cencia, cuando la finali- empiriea de Ia que se dispone es muy limitada, Los hechos. Ja con elas sea una w otra, Es decir, cuando slo observables son solo'una pequefia inuestea, Fl inonee de og escribir, explicar o predecir la realidad y cuando parar prediccionés con resultados en las ¢i ‘en cambio, un propésito normative sebre lo que iene siempre limitado por las reglas de inferencia estadistica, er, c6mo se debe influir en ésta. De ahi que las verdades empiricas de la Eeonomia estén inva ‘i j Hibleneges sales te: por cd hae os que David HUME trazara, ecg eee Por otra parte, las predicciones de la mayorfa de los mode= a ck eet eee a caclouse pare los econémicos son mis bien cualitativas que cuantitativas, Nee ence ry paieée irmpllear otras Porque solo se cuenta con evidencia que permite apuntar la fictico-descriptivas, tan solo po a5 0 pronimn: direceién del cambio, no cuantificar su magnitud. os an gall abe ae ie ‘ale: éticos 0 prescripciones que ordenen una det En concreto, la teoria econémica sobre las grandes corpo- ‘i fivas siempre yes ast 8 siciones normativa: P raciones apenas cuenta con datos quo permilan wna Come Free ar principio, no zon f00- MaiRactpn enantiigoyan 16), ds de fundamentacidn cientifien racional. No pue- ntarse ni en la experiencia, ni en el céleulo, nien sin ni en deduccién. , los primeros que reflexionaron sobre la metodo- (15) Bug “Methodstogy. (16) JENSEN, N.C, "Orgunteation Pheory LVM.2 1985), ps, 32.482 logy” The Accounting Reve 1205 1204

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