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Se habla muchas veces que los sistemas latinoamericanos han de tener factores en común, y es por
ello, que existe la alta probabilidad de dar origen a relaciones diplomáticas exitosas y de ello,
grandes beneficios a los estados que forman parte.
Mediante el presente trabajo, he de mostrar a uno de los países más reconocidos por su riqueza
cultural, el cual le ha dado un lugar de excelencia en el ranking mundial de turismo, dicho país es
República Dominicana; pero en esta ocasión, será desde una perspectiva política y a la vez
constitucional en comparación con el sistema político establecido en nuestra Carta Fundamental.
Con motivo del proceso de reforma constitucional próximos a vivir el día 25 de octubre, he de
realizar una analogía entre ambas naciones; con el objeto de enriquecer más nuestro saber y tener
una perspectiva de mundo con altura de mira de lo que es el proceso constitucional, en este caso,
binacional.
La República Dominicana (como es conocida) es un país situado en América Central y el Caribe, ubicado en
la zona central de las Antillas, en los dos tercios orientales de la isla La Española. Es uno de los trece
países que forman la América Insular, también conocido como Antillas o Islas del Mar Caribe y uno de los
treinta y cinco del continente americano. Su capital y ciudad más poblada es Santo Domingo. Limita al norte
con el océano Atlántico, al este con el canal de la Mona, que lo separa de Puerto Rico, al sur con el mar
Caribe, y al oeste con Haití, que es el otro país situado en La Española. Con una superficie de 48 448 km²,
tiene 11.165.553 habitantes y es el segundo país más extenso y poblado de los insulares caribeños, por detrás
de Cuba.
Habitado por taínos (habitantes precolombinos de dicha región) desde el siglo VII, el territorio del país fue
europeo permanente en América, nombrado Santo Domingo, actual capital del país y primera capital de
España en el Nuevo Mundo. Después de tres siglos de dominación española, el país alcanzó la “primera
experimentaron varias luchas, en su mayoría internas, y también un breve regreso de la dominación española
(1861-1865). La ocupación estadounidense de 1916 a 1924 y, posteriormente, los seis años en paz y
periodo de inestabilidad “post-dictadura” (1962-1964), seguido por una guerra civil en 1965, que terminó con
una intervención militar liderada por Estados Unidos, y finalmente, fue seguida por varios períodos de
una democracia representativa.
La República Dominicana tiene la novena economía más grande de América Latina y la mayor de
Centroamérica y el Caribe y ocupa la séptima posición en ingreso per cápita en Latinoamérica, superada solo
por Puerto Rico, Panamá, Chile, Uruguay, Argentina y México. El país ha disfrutado de un fuerte crecimiento
económico en las últimas décadas, con un promedio del 5,3 por ciento anual entre 2000 y 2018, una de las
tasas más rápidas de la región de América Latina y el Caribe; entre el 2014 y 2018, el ritmo se aceleró a un
promedio de 6,3 por ciento anual y de 7 por ciento en 2018, período en el cual fue la economía de más rápido
desigualdad. Según datos de la FAO, la tasa de pobreza se redujo desde casi un 50% en el año 2003 a solo un
45.5 % en el 2018. Aunque antiguamente conocida por la producción de azúcar, la economía está ahora
dominada por los servicios. El progreso económico del país se ejemplifica con su sistema avanzado de
telecomunicaciones, pero con lentitud de conexión. La migración internacional afecta en gran medida al país,
ya que recibe y envía gran flujo de migrantes, por otro lado, la inmigración irregular de haitianos y la
integración en materia legal de los descendientes de éstos es uno de los principales problemas de dicha
materia ya que la población total de origen haitiano se estima en alrededor de 750.000 personas. En los
Estados Unidos existe una gran “diáspora” dominicana, contabilizada en 1,5 millones de personas; esa
diáspora ayuda al desarrollo nacional, enviando miles de millones de dólares a sus familias, lo que representa
una décima parte del “Producto Interno Bruto”, muy similar a lo que ocurre en Venezuela, Colombia y Perú.
La República Dominicana es el destino más visitado del Caribe, puesto que durante todo el año los campos de
golf del país se encuentran entre las principales atracciones de la isla. En el país se encuentra la montaña más
alta del Caribe, el “Pico Duarte” en la Provincia San Juan, así como el Lago Enriquillo en la Provincia
Independencia, el punto más bajo en cuanto al nivel del mar se refiere y el lago más grande del Caribe.
Dominicana, como también se le llama, es un país tropical con una temperatura promedio de 27°C, la cual
El idioma oficial del país es el español y en el habla corriente se emplea su “forma antillana” ya que se
inglés, esto es debido a la presión cultural originada desde los Estados Unidos. Otra de las características con
las que cuenta el “español dominicano” es que utiliza cientos de arcaísmos, que lo hace ser un español
moderno y a la vez antiguo. Si intentáramos comparar o buscarle la raíz al acento del español dominicano el
más cercano a su forma de hablar sería el “español canario”. Los lingüistas están de acuerdo que el español
dominicano tiene sus raíces de los dialectos de Andalucía y Canarias, con fuertes influencias de las lenguas
taínas y africanas.
La población es 47.8 por ciento católica y 21.3 por ciento protestante, mientras que el 28% no se declara
y Caribeños) para el período 2016-2017.
manera muy similar con nuestro país, en las dos cámaras del Congreso Nacional, que está conformado por dos
cámaras legislativas: El Senado, que es el ente de representación territorial, cuenta con 32 escaños, uno por
cada una de las treinta y una provincias y otro en representación del Distrito Nacional; y la Cámara de
Diputados, con 178 escaños. El Poder judicial es independiente del poder ejecutivo y legislativo.
Las elecciones congresuales, municipales y presidenciales se celebran cada cuatro años, aunque, de acuerdo
con la disposición transitoria decimosegunda de la Constitución del 2010, a fines de unificar las elecciones en
un solo día (pues con anterioridad las presidenciales se encontraban separadas de las demás por un periodo de
dos años)
Bajo las reformas constitucionales establecidas luego de las elecciones de 1994, los 16 miembros de
acuerdo al artículo 178 de la Constitución. La Suprema Corte de Justicia, cuyas funciones están establecidas
en el artículo 154 de la Carta Magna, tiene jurisdicción exclusiva sobre acciones penales contra el Presidente
de la República, miembros de su Gabinete de Gobierno y sobre los legisladores, además de conocer el recurso
Al mando de cada una de las 31 provincias está, en representación del Gobierno, un gobernador provincial,
nombrado por el presidente. Síndicos elegidos por votación popular administran el Distrito Nacional y los
cada año bisiesto. El sufragio en República Dominicana es universal y secreto: todo ciudadano (con más de
18 años de edad; personas casadas sin importar la edad), excepto los miembros de las Fuerzas Armadas y la
Policía Nacional, así como quienes tengan una sentencia definitiva de un tribunal dominicano, pueden ejercer
el voto.
En República Dominicana, La Constitución establece que el Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la
República, quien será elegido cada cuatro años por voto directo. El Presidente podrá optar por un segundo y
vicepresidencia de la República.
cada provincia; son elegidos por voto popular por un período de 4 años, y la Cámara de Diputados la cual
consta de 178 Diputados en total; son elegidos por voto popular por un período de 4 años.
El Poder judicial está compuesto por la Suprema Corte de Justicia como tribunal supremo, quien nombra a los
demás jueces de la República según sean recomendados por el Consejo del Poder Judicial, quien los evalúa
dependiendo de su trayectoria y, en el mayor de los casos, de sus calificaciones dentro de la Escuela Nacional
de la Judicatura y durante sus evaluaciones periódicas dentro de la Carrera del Poder Judicial.
La Constitución
oficial no. 10561.1. Esta nueva Constitución usa una técnica legislativa más depurada que sus versiones
anteriores. Está estructurada en 15 títulos, precedidos de un preámbulo. Sus subdivisiones son los capítulos,
secciones hasta el detalle de los 277 artículos y 20 disposiciones, y cada artículo tiene su propia
denominación.
República Dominicana ha pasado por 39 Constituciones, más que cualquier otro país, desde su independencia
en 1844, hasta la última redacción de su carta magna en el año 2010, sin embargo, esta estadística es un
indicador un tanto engañoso de estabilidad política, esto es debido a la práctica dominicana de promulgar una
nueva constitución cada vez que se ratifica una enmienda. Aunque técnicamente diferentes entre sí en algunas
disposiciones particulares, la mayoría de las constituciones nuevas contenían en realidad solo modificaciones
menores de las que estaban en vigor anteriormente y las amplias innovaciones constitucionales, en realidad
El gran número de constituciones, sin embargo, refleja una falta básica de consenso sobre las reglas que
deberían regir la vida política nacional. La mayoría de los gobiernos dominicanos se sintieron obligados a
tomar posesión de su cargo para redactar nuevas constituciones que cambiaron las reglas para adaptarlas a sus
propios deseos. No solo los sucesivos gobiernos solían estar muy en desacuerdo con las políticas y los
programas de sus predecesores, sino que a menudo rechazaban por completo el marco institucional en el que
equilibrios. Más allá de eso, sin embargo, el consenso se rompió. El país en realidad había sido dominado
alternativamente a lo largo de su historia por dos tradiciones constitucionales, una relativamente democrática
y la otra autoritaria.; y rara vez hubo intentos de cerrar la brecha entre estos opuestos diametrales.
Estructura de la Constitución:
Preámbulo
Parte dogmática:
Parte orgánica:
El título XIV de la Carta fundamental dominicana está conformada por dos capítulos y con un total de 6
artículos. El primer capítulo del título trata de las reglas o disposiciones generales, en el cual se señala que la
reforma de la Constitución sólo podrá hacerse en la forma que indica ella misma y no podrá jamás ser
suspendida ni anulada por ningún poder o autoridad, ni tampoco por aclamaciones populares, además de que
ninguna modificación a la Constitución podrá versar sobre la forma de gobierno que deberá ser siempre civil,
reforma se presenta en el Congreso Nacional con el apoyo de la tercera parte de los miembros de una u otra
En el capítulo segundo del mismo título está referido a la Asamblea Nacional Revisora del Artículo 270 el
cual trata de la Convocatoria Asamblea Nacional Revisora y señala que la necesidad de la reforma
constitucional se declarará por una ley de convocatoria, esta ley, que no podrá ser observada por el Poder
Ejecutivo, ordenará la reunión de la Asamblea Nacional Revisora, contendrá el objeto de la reforma e indicará
el o los artículos de la Constitución sobre los cuales versará, y para resolver acerca de la reforma propuesta, la
Asamblea Nacional Revisora se ha de reunir dentro de los quince días siguientes a la publicación de la ley que
declara la necesidad de la reforma, con la presencia de más de la mitad de los miembros de cada una de las
cámaras. Sus decisiones se tomarán por la mayoría de las dos terceras partes de los votos. No podrá iniciarse
la reforma constitucional en caso de vigencia de alguno de los estados de excepción previstos en dicha carta
magna (dispuesto en el art 262). Una vez votada y proclamada la reforma por la Asamblea Nacional Revisora,
la Constitución será publicada íntegramente con los textos reformados, una vez promulgado el referendo
aprobatorio, la Junta Central Electoral someterá a referendo las reformas dentro de los sesenta días siguientes
a su recepción formal, la aprobación de las reformas a la Constitución por vía de referendo, requiere de más
de la mitad de los votos de los sufragantes y que el número de éstos exceda del treinta por ciento del total de
ciudadanos y ciudadanas que integren el Registro Electoral, sumados los votantes que se expresen por “SÍ” o
por “NO”, si el resultado del referendo fuere afirmativo, la reforma será proclamada y publicada íntegramente
Teniendo en cuenta lo expuesto, explicado y visto en clases, es posible verificar las múltiples similitudes que
tienen ambas cartas fundamentales, tanto la Quinqueña como la Chilena, más aún en materia de modificación
o reforma de la constitución, muy parecidos son los quorum que se requiere para aceptar las reformas o la
iniciativa de la misma, al igual que en Chile, los dominicanos tienen una especie de “plebiscito” que en su
caso le llaman “referendo aprobatorio” expuesto anteriormente; pero una de las diferencia entre ambas es que
la Constitución Dominicana tiene un aparente carácter de “flexible”, teniendo en cuenta que por cada
modificación que se le hace se le considera como “una nueva constitución” y muchas veces el “gobierno de
turno” lo hace con el único fin de seguir prolongando su estadía en el “mandato”, mientras que la constitución
nacional tiene un carácter de “semiflexible” lo cuál permite un desarrollo más pleno de lo que se tiene por
idea de “democracia”. También existe cierto paralelismo al ver los “golpes de Estados” que sufrieron ambos
países mientras estaban a la cabeza, Juan Bosch y su coterráneo Salvador Allende en Chile, solo que el
primero fue para castrar el proceso de democratización que estuvo detenido durante 31 años en República
fue declinado por, lo que algunos comentaristas internacionales describen como “intereses anexos que el
capitalismo” tenía sobre Chile; y dicho acontecimiento produjo el pronunciamiento militar que dio lugar al
mandato de Augusto Pinochet que perduró hasta 1990. Las diferencias es que las reformas constitucionales de
la “Ley Sustantiva postdictaduras” de ambos países, han sido para regular el ejercicio político y garantizar el
Para concluir, cito al célebre Catedrático constitucionalista español Antonio Rovira: “Por eso no hay un
Estado sin Derecho aunque solo el Estado de derecho, la democracia, viene regulada y sometida a una norma
superior que nos dice quién puede ejercer el poder y en qué condiciones, cómo se hacen las leyes y cuáles son
nuestros poderes. Así es; la Constitución es un producto nuestro, demasiado nuestro: parcial, imperfecto,
caprichoso y siempre interesado, que debe cambiar porque sus palabras también envejecen y se desgastan