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¿Qué es bullying?

El término bullying es el más reciente de un conjunto de nombres que se le han dado a lo largo del tiempo
al matonaje, acoso, hostigamiento, abuso o maltrato escolar. Es decir, a las diversas formas de maltrato y
persecución a las que a menudo se ven sometidos los niños y adolescentes dentro o alrededor de un
contexto escolar. La palabra bullying es un préstamo del inglés, proveniente de “bully” (abusador).

Fuente: https://concepto.de/bullying/#ixzz8AwcdJY7h

Se trata de una forma de violencia que puede pasar desapercibida para los padres y las autoridades, que
suelen naturalizarlo como “cosas de chicos” y restarle importancia. Sin embargo, este fenómeno social
puede causar enormes daños emocionales y psicológicos en la víctima, además de alentar y normalizar el
ejercicio de la violencia en el abusador.

El bullying puede ser llevado a cabo por una o más personas, quienes dedican esfuerzos sostenidos al
acoso, la burla, la intimidación física y la humillación pública de la víctima.

Usualmente crea un clima de linchamiento colectivo y de aislamiento de gran crueldad con las emociones
de la víctima. Además, pone en su contra al grupo entero, ya que muchos terceros se suman a la agresión
por miedo a convertirse en las próximas víctimas, o por sentirse protegidos y poderosos estando del lado
de los abusadores.

Este acoso puede darse en persona, a través de redes sociales o de muchas otras formas, dentro y fuera
del recinto educativo. Puede consistir en insultos y humillaciones verbales y psicológicas, o también en
agresiones físicas y violencia. No hay criterios únicos aplicables respecto a quiénes pueden o no ser
víctimas de bullying.

Fuente: https://concepto.de/bullying/#ixzz8AwciuYDK

Existen muchas formas de bullying o prácticas de acoso escolar, tales como:

Bloqueo social. Consiste en fomentar u organizar la marginación o el aislamiento social de la víctima,


prohibiéndole participar en actividades sociales o deportivas, excluyéndolo de dinámicas de grupo, o
incluso exigiendo al grupo que nadie le dirija la palabra, bajo amenaza de sufrir su misma suerte.
Hostigamiento. Bajo este nombre se incluyen diversas dinámicas de acoso, persecución e intimidación
sistemáticas, que insisten en un mensaje de desprecio, desconsideración, humillación, ridiculización e
incluso odio.
Manipulación social. Se llama así a los intentos por distorsionar la imagen pública de un compañero o
compañera, indisponiendo a terceros en su contra, inventando acusaciones, implicándolo en problemas
con otros, para fomentar una apreciación negativa del grupo que luego conduzca a mayores agresiones.
Coacción y coerción. Es decir, conductas intimidatorias que buscan forzar a la víctima a llevar acciones o a
decir cosas en contra de su propia voluntad, bajo amenaza de violencia física, de violencia social o de otra
índole. Esto le impone a la víctima un estigma de debilidad, indefensión o sumisión, para ubicar al abusivo
en una posición de poder o de autoridad.
Violencia. Este es el punto más visible de todos, que traspasa la línea de la integridad corporal y puede
hacer daños físicos pasajeros o permanentes. La agresión física puede darse en distintos niveles, yendo
del maltrato simple a las golpizas e incluso a la violencia sexual.
Ciberacoso o cyberbulling. Se llama así al acoso que se produce a través de las redes sociales, mediante la
difamación, exhibición indeseada de la vida privada, secuestro de cuentas y de material personal, etc.
Causas del bullying
Las causas del acoso escolar residen, ante todo, en el abusivo, generalmente víctima a su vez de padres
abusivos, hogares disfuncionales y probablemente una carga de violencia.

Sus razones para el abuso pueden ser de distinto tipo, desde un reclamo inconsciente de afecto, envidia
del chico del que abusa o distintas dinámicas cercanas a la psicopatía que denotan una preocupante
ausencia de empatía. Además, muchos abusivos pueden presentar distintos grados de enfermedades
mentales o de taras emocionales.

Por otro lado, el clima de la institución educativa puede ser más o menos propicio para el bullying.
Instituciones demasiado rígidas, en las que un orden implacable impide la comunicación entre alumnos y
docentes, o por el contrario, instituciones sin ningún tipo de orden y disciplina, pueden ser favorables
para el surgimiento de este tipo de conductas

Fuente: https://concepto.de/bullying/#ixzz8AwcsEpYR

Prevención del bullying


Los especialistas afirman que únicamente a través de una intervención simultánea sobre los individuos,
sus entornos familiares y la institución educativa, es posible arrancar el bullying de raíz. Sin embargo, en
ello influyen numerosos factores socioculturales que escapan al ámbito educativo, y que a menudo hacen
difícil tan solo identificar al abusador.

Sin embargo, las escuelas tienen la obligación de fomentar la comunicación entre alumnos y docentes. Así
se evita que los casos de maltrato sean invisibles para el personal de la institución, especialmente para los
encargados de la disciplina y los encargados de la asistencia psicológica, de haberla.

La participación de los padres en ese sentido es clave, así como romper la comodidad de la indiferencia de
los compañeros de clase: el abusador debe ser identificado, denunciado y su conducta rechazada por el
grupo, de modo que la presión social recaiga sobre la conducta negativa, en lugar de sobre la víctima.

Por último, el empoderamiento de la víctima es siempre una herramienta útil, de la mano de la terapia
psicológica. La enseñanza de las artes marciales y de métodos de defensa personal pueden incidir
positivamente en su autoestima y brindarle recursos a la hora de lidiar con situaciones de abuso desde
una perspectiva más saludable

Fuente: https://concepto.de/bullying/#ixzz8Awd2EXVX

¿Qué es el ciberbullying?
Se conoce como ciberbullying (del inglés bullying, acoso o matonaje), ciberacoso o acoso virtual al uso de
las plataformas y medios de comunicación digitales con fines de ejercer violencia emocional y psicológica
sobre un individuo o un grupo de ellos, a través de ataques personales constantes, divulgación de
información privada o de información falsa, generalmente por parte de agresores amparados en el
anonimato.

Fuente: https://concepto.de/ciberbullying/#ixzz8Awd7mcBw

Dada la omnipresencia de Internet y los medios de comunicación tecnológica en la vida de inicios del siglo
XXI, este tipo de acoso causa a la víctima importantes márgenes de angustia, estrés, humillación y otras
formas más o menos graves de sufrimiento emocional, que perfectamente pueden conducirlo a dolencias
mayores. Por esta razón el ciberbullying puede constituir un delito en algunos casos y algunas
legislaciones.

Numerosas prácticas digitales pueden entenderse como ciberacoso, pero en general son llevadas a cabo
en un entorno digital, por actores anónimos (o no), en contra directamente de un individuo o grupo de
ellos, de manera periódica, insistente y malintencionada.

Además, el hecho de que acosador y víctima no tengan contacto físico directo acentúa aún más la
violencia del acto, dado que impide la aparición de cualquier vestigio de empatía o compasión de parte
del acosador, al contemplar en vivo el sufrimiento de la víctima.

Fuente: https://concepto.de/ciberbullying/#ixzz8AwdBxhLP

Tipos de ciberacoso
Existen diversos modos de ciberacoso, muchos de los cuales han recibido un neologismo como nombre,
en un intento por tipificarlos y hacerlos más reconocibles. Nos referimos a:

Acoso psicológico. Consiste en la descalificación pública, constante y malintencionada de una persona,


exponiendo y/o exagerando sus debilidades y defectos, o censurando sistemáticamente sus comentarios
e intervenciones en las plataformas de socialización en línea. El propósito de esta práctica es humillar al
otro y perjudicar su autoestima, al hacerlo sentir expuesto o injustamente agredido frente a los demás.
Ciberstalking. Se conoce así a la práctica de indagar en la información digital de la víctima, con el
propósito de hallar información antigua, confidencial o personal que sirva para agredirlo en la actualidad,
exponerlo, ridiculizarlo, etc.
Acoso pederasta o grooming. En este caso, se trata de una serie de conductas llevadas a cabo por un
adulto, con el fin de ganarse la confianza de un menor de edad, con fines de seducirlo sexualmente. Esto
puede ocurrir abiertamente, o a través de disfraces y artimañas que buscan confundir al menor y hacerle
creer que se comunica con alguien de su misma edad o cercano.
Sextorsión. Suele consistir en el chantaje, la intimidación o la extorsión de una persona a manos de uno o
varios individuos que de alguna manera se han hecho con material íntimo de su propiedad (fotografías,
videos, mensajes, etc.). A menudo suele darse a manos de antiguas parejas, que divulgan contenido
íntimo a modo de venganza, y puede ser considerado un tipo de violencia de género, dado que en la
abrumadora mayoría de casos, la víctima es una mujer.
Difamación en redes sociales. A través de instrumentos digitales y de cuentas falsas, muchos acosadores
emprender campañas de difamación, caricaturización o incitación al linchamiento en contra de una
persona, ya sea haciéndose pasar por ella, acusándola falsamente o divulgando datos confidenciales
(direcciones, números de teléfono) para que reciba llamadas o mensajes no solicitados.
Bombardeo comunicacional. Se trata en este caso de llamadas, mensajes u otro tipo de comunicaciones
que se dan de manera masiva, insistente y abrumadora en redes sociales, videojuegos o servicios de
videollamadas, mensajería y correo electrónico. Estos mensajes no tienen ningún otro fin que el de
insultar, agredir y torturar a la víctima, a menudo como una dinámica de venganza o de supuesto castigo.

Fuente: https://concepto.de/ciberbullying/#ixzz8AwdFQQYI

¿Cómo prevenir el ciberacoso?


Si bien nadie está exento de los riesgos del ciberacoso, sus riesgos suelen ser mayores en el caso de niños
y jóvenes, más dependientes de los instrumentos tecnológicos para su vida emocional y menos
preparados para afrontar los riesgos que entrañan. Así pues, la información y la educación sobre el uso
responsable de las llamadas TICs será siempre la principal estrategia para combatir el ciberacoso. Esto
implica:

En el caso de víctimas infantiles o juveniles, una estrecha comunicación entre padres e hijos permitirá que
los segundos acudan a los primeros en caso de emergencia o de duda. Es clave que los padres sepan con
quién y cómo se comunican sus hijos, tal y como lo harían en la calle.
Aprender sobre las plataformas tecnológicas usadas: sus riesgos, perfiles de privacidad y opciones, para
configurar las cuentas de la manera más segura y respetuosa de nuestra individualidad y privacidad. En
caso de un menor, esta labor debe corresponder a sus padres o guardianes.
Diseñar estrategias de seguridad para las cuentas y dispositivos tecnológicos, tal y como se diseñan para
salvaguardar la casa o los bienes personales: contraseñas seguras, programas antivirus y un criterio
informado respecto de cómo se corren riesgos en línea. Evitar el malware y las páginas perniciosas es
clave.
Acudir a las autoridades apropiadas en caso de darse el acoso virtual, y suspender de inmediato el
contacto con los abusivos: bloquear, silenciar, denunciar la mala conducta a los administradores de la web
o, en el peor de los casos, suspender temporalmente la cuenta y la participación de la víctima en el
espacio digital.
Evitar la difusión voluntaria de material delicado, confidencial o comprometedor en redes sociales. Esto
aplica para material erótico (especialmente si revela el rostro u otros rasgos identificables), números de
teléfono, direcciones de correo electrónico, direcciones postales, etcétera. Nada que no le daríamos a un
desconocido en la calle debería estar divulgado en nuestras redes sociales.

Fuente: https://concepto.de/ciberbullying/#ixzz8AwdJcCUu

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