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EL ARTE

CENTINELAS DE LA ETERNIDAD*

UN COSMOS TANGIBLE

En un territorio que abarca más de 350 000 km? y comprende los


estados mexicanos de Campeche, Yucatán, Quintana Roo, parte
de Tabasco y de Chiapas; Guatemala, Belice y una porción de Hon-
duras y El Salvador, se establecieron los grupos mayas entre los
siglos X a.C. y xI d.C.

En esa extensa región geográfica existen marcadas diferencias


en la precipitación pluvial, en la topografía y en los recursos natu-
rales que lógicamente repercutieron en la arquitectura, tanto en la
distribución de las diversas construcciones como en las soluciones
dadas y los materiales utilizados.! Los pobladores se adecuaron y
a veces transformaron las condiciones de la naturaleza, de este modo
encontramos ciudades asentadas sobre montañas o en pequeñas
elevaciones naturales; en sabanas, en islas, a la orilla de los ríos,
de lagunas o del mar.

Así, las tierras mayas por su ubicación geográfica se dividen tra-


dicionalmente en tres zonas: la zona sur, la zona central y la zona
norte o planicies del norte (figura 1).

* En coautoría con Leticia Staines Cicero y Alfonso Arellano Hernández, En Los


mayas
del periodo Clásico, Alfonso Arellano Hernández, ef al., México, Milán, Instituto
Nacional de
Antropología e Historia, Jaca Book (Corpus Precolombino, Sección Las clvilizaciones
mesoamericanas) 1997, pp. 141-225,

! Las materias primas para realizar los monumentos arquitectónicos son diver
sas, pero por lo general se uso la piedra caliza y como recubrimiento el estuco
que es la mezcla de cal, extraída de la piedra caliza, con arena, la cual de un
color blanquecino,
2 BEATRIZ DE LA FUENTE

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Altar de Sacrificios

GUATEMALA

TIERRAS
ALTAS

1. Mapa del área maya. Dibujo: Arturo Reséndiz.

La zona sur está formada por las Tierras Altas de Guatemala y


de Chiapas, en México, y por la costa del Pacífico; se compone de
altas montañas de origen volcánico y bosques de coníferas,

La zona central (Tierras Bajas del sur) agrupa una sección de


Honduras, el departamento del Petén, parte de Chiapas y de Tabas-
co, el sur de los estados de Campeche y Quintana Koo y de Belice,
Es una región caracterizada por una densa selva tropical, lagos como

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD o

el Peten Itzá, extensos y caudalosos ríos, entre ellos el Candelaria,


Usumacinta, Grijalva, Pasión, Lacanjá y el Motagua, que además
fueron de las principales rutas de comunicación.

La zona norte o las planicies del norte (Tierras Bajas del norte)
corresponde a la sección central y norte de la península de Yuca-
tán, constituida por una placa de roca calcárea. Las colinas del Puue
corren desde el noroeste de Yucatán hasta la parte central de Cam-
peche y su altura máxima es de 100 msnm. En la superficie hay
aguadas —depósitos naturales—, y ríos que corren por abajo de
la tierra. Estas corrientes subterráneas quedan al descubierto al des-
plomarse la tierra de alguna cueva y así son visibles los llamados
cenotes O pozos naturales, que además de ser un recurso de apro-
vechamiento de agua, se consideraban sagrados por ser un vínculo
con el inframundo. También los mayas construyeron los c/ulmunes
—cisternas— para poder almacenar el agua de lluvia.

LA ARQUITECTURA

Las construcciones arquitectónicas son una de las manifestacio-


nes culturales más importantes que produce una civilización; se
trata de los espacios en los cuales se llevaron a cabo las múltiples
actividades cotidianas que daban vida a una población. Por ello, a
través de los diversos tipos de edificaciones podemos llegar a co
nocer e interpretar la forma de vida del grupo humano que la habi
tó, las condiciones políticas y económicas, la estratificación social,
los conocimientos tecnológicos e inclusive su visión del universo,

Los mayas reprodujeron sus conceptos cosmológicos y la legiti


midad del linaje a través de los monumentos arquitectónicos, De
hecho, ciertas construcciones representan la entrada a la montaña,
a la cueva, que son símbolos del inframundo, Así, también en el
interior de algunos edificios se han encontrado cámaras que alber
gan la tumba de algún gobernante,

Al referirnos a la arquitectura maya del periodo Clásico (300


900 d.C.) es importante mencionar primeramente aquellas caracte
rísticas formales, las cuales muestran que sí bien las ciudades están
distribuidas dentro de una extenso territorio, los grupos mayas
4 BEATRIZ DE LA FUENTE

compartieron patrones y elementos arquitectónicos, mismos que


señalan la existencia de un lenguaje cultural común.

Las grandes centros urbanos se formaban por patios, plazas, pla-


taformas, templos-pirámides, templos con bóveda salediza y cres-
tería, palacios? juegos de pelota, acrópolis, cuadrángulos, estruc-
turas sobre plataformas de varios niveles y múltiples cuartos en
hileras, y sacbeoob; en algunas ciudades se han hallado muros
defensivos y sistemas hidráulicos.

En cada uno de los grandes sitios mayas es notoria una precisa


planeación de los monumentos arquitectónicos y de éstos, en cier-
tos casos, es posible saber la función que desempeñaban.

La casa habitación del común del pueblo se localizaba alrededor


de la zona monumental, era de materiales perecederos pero sobre
plataformas de piedra estucada.

En lo que se refiere propiamente al templo se ha señalado que


hubo un modelo constructivo con base en tres elementos: una
base, un paramento inferior, otro superior y a veces una crestería,
dichos elementos se articularon con molduras y cornisas creando
un conjunto armónico (figura 2).

La mayoría de las construcciones fueron pintadas en el exterior


por uno o varios colores o con imágenes, asimismo tuvieron escul-
turas arquitectónicas y relieves en piedra y estuco también pintados.
El contenido iconográfico de estas expresiones generalmente alude
al cosmos y sus tres niveles —cielo, tierra e inframundo—, se per-
sonifica a los dioses, a los antepasados del linaje y a los dirigentes
y sus actividades rituales. En la integración de las artes plásticas, de
su ordenamiento y función, se demostraba el poder dinástico y
religioso; era un medio de información visual para la población.

2 Los términos “templo” y “palacio” son nombres que no tienen equivalencia


con la función que asignaban los mayas, dentro de sus actividades, a los edificios.

3 El sache y en plural sacbeoob, cuyo significado es “camino blanco”, son cal-


zadas o caminos construidos de piedra caliza con una capa de estuco, para unir
conjuntos arquitectónicos en un mismo sitio y también para comunicar ciudades,
Su altura varía entre 1 a 5 m sobre el nivel del suelo, y pueden tener hasta 5 m
de ancho, El más largo a la fecha descubierto es el que une Cobá Cen Quintana
Roo) con Yaxuná ten Yuentán), de 100 km

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 5

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Moldura media

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| inferior

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Plataforma Plataforma del edificio

Moldura de cornisa —=

2. Esquema tradicional de un templo maya. Dibujo: Gerardo Márquez,

Dentro de las características que definen y unifican a las ciuda


des mayas también hay rasgos que las diferencian. Diversas causas
dieron lugar al surgimiento de modalidades particulares dentro de
las manifestaciones artísticas. Estos aspectos locales y regionales se
distinguen en ciertos rasgos arquitectónicos, constructivos y deco
rativos que son los que dan lugar a los estilos arquitectónicos.

Por lo anterior el área maya también se divide en regiones


estilísticas: la del Petén (norte de Guatemala, Belice y el extremo
meridional de los estados mexicanos de Campeche y Quintana Roo,
en México), la del Motagua (suroeste de Honduras), la del Usuma
cinta (Tierras Altas del estado de Chiapas, México, y de Guatemala),
la de Río Bec, Chenes y Puuc (área septentrional de la peninsula de
Yucatán), y la del norte de Yucatán.*

A continuación resaltaremos brevemente y con algunos ejem


plos aquellas características más relevantes de las regiones estilisti
cas mencionadas,

' Otra región estilística es la de la costa oriental, en el mar Caribe, estado de


Quintana Roo, la cual no sera mencionada en esta ocasión por pertenecer a

construeciones del peri do Posclásico


(o) BEATRIZ DE LA FUENTE

Los primeros pasos

La choza maya tal y como la podemos ver actualmente fue bási-


camente el principio de la arquitectura; se construía sobre una
plataforma por lo común de forma rectangular, hecha de tierra api-
sonada o de piedra. El proceso de evolución continuó y las evi-
dencias más tempranas (Preclásico Medio 1000-300 a.C.) indican
que el patio fue la primera unidad de distribución, alrededor del
cual había de tres a cuatro construcciones.

En el periodo Preclásico Tardío (300 a.C.-300 d.C, es ya evi-


dente el proceso de desarrollo arquitectónico en algunos sitios en
la zona sur, entre ellos, Izapa, Abaj Takalik y El Baúl. Estos lugares
muestran características constructivas diversas; en Izapa el relleno
de las estructuras fue de tierra y se han descubierto basamentos
piramidales y plataformas alargadas dispuestas en plazas sobre un
terreno nivelado.

También en esta etapa se inicia la construcción del concepto


arquitectónico templo-pirámide, resultado de la superposición de
varias plataformas con un templo en la parte superior? mismas que
señalan una intensa actividad constructiva, aumento demográfico,
concentración del poder político y una marcada estratificación
social (figura 3). Ejemplos de ello se encuentran en las construc-
ciones monumentales de Nakbé en Guatemala, y Lamanai, Cuello
y Cerros, en Belice.

Por otra parte el sitio El Mirador muestra claramente el llamado


complejo triádico. Consiste en una larga plataforma que sostiene
templos a sus lados y otras plataformas en la parte central; en la
última y más alta se levantaron un templo al centro y dos más a
los lados, de modo tal, que éstos se miran de frente (figura 4).

Es a fines de este periodo cuando el techo de palma es sustituido


por la bóveda en saledizoS la cual parece haber sido utilizada pri-
meramente para techar las tumbas y también principia el uso de la

5 El templo de la época Preclásica era hecho de mampostería con postes de


madera que sostenian un techo de palma
* También llamada erróneamente arco falso

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 7

3. Complejo El Tigre de la Estructura 34, El Mirador, Guatemala,


Dibujo: Terry W. Rutledge, tomado de Hansen, 1990.

A, Estructura 34, El Mirador, Guatemala, Dibujo: Terry W, Rutledge,


Tomado de Hansen, 1900
8 BEATRIZ DE LA FUENTE

crestería. Esta nueva modalidad tecnológica produce un cambio


radical al aspecto de las construcciones y se constituye en definitiva
el sistema constructivo.

El Petén, el centro del universo

En el periodo Clásico, principalmente en la etapa tardía (600-


900 d.C), la región del Petén —norte de Guatemala y Belice— es
el escenario de numerosos sitios que en sus construcciones mues-
tran los rasgos de un estilo definido.

Dos ciudades notables son Uaxactún y Tikal. Ambas nos permi-


ten conocer a través de sus edificios la actividad constructiva ini-
ciada desde el periodo Preclásico Tardío.

En Uaxactún la Estructura E-VII-sub, localizada abajo de la E-VII,


es una de las más antiguas; es una pirámide con escalinatas reme-
tidas en sus cuatro lados, cada cuerpo con molduras salientes y
enormes mascarones que son característicos de este periodo.

Estas obras del Preclásico fueron cubiertas por varias super-


posiciones que corresponden al siguiente periodo. El Grupo A-V
(figura 5) es el mejor ejemplo para entender la complejidad de las
construcciones mayas. En este conjunto se observan las diferentes
etapas constructivas y de remodelación que se añadieron a partir
de la tradicional plataforma que sostenía tres templos hasta con-
vertirse en un verdadero complejo arquitectónico.

También en Uaxactún las excavaciones del Grupo E revelaron


un conjunto de edificios alineados con un sentido astronómico,
posiblemente para determinar los solsticios y equinoccios, Un caso
similar ocurre en la estructura 5C-2nd de Cerros en Belice.

Tikal es uno de los centros urbanos más importantes y monu-


mentales; más de 4000 estructuras se diseminan en un área de
16 km? y se calcula que tuvo una población de 90000 habitantes
durante el Clásico Tardío,

Formada por varios grupos arquitectónicos, destaca la Acrópolis


Central compuesta por edificios alargados con varios niveles y, en

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD

5, Secuencia reconstructiva del Grupo A-Y, Hicieron, Cuatermala


Tomado de Kubler, 1084

9
10 BEATRIZ DE LA FUENTE

cada uno, numerosas hileras de crujías o cuartos. Las altas pirámides


hacen de la ciudad un lugar majestuoso y trasmiten el sentido de
verticalidad; el Edificio TV mide 70 m de altura.

Uno de los mejores ejemplos que distinguen a Tikal y al estilo


del Petén es el Edificio 1 (figura 6). Es de cuerpos escalonados,
molduras y entrecalles, esquinas remetidas y una empinada escali-
nata, sin alfardas, que conduce a un templo. El interior de dicho
templo es angosto, los muros suelen ser muy anchos, tal vez para
poder soportar la pesada crestería sobre la cual, al igual que en el
paramento superior ligeramente inclinado, eran colocadas figuras

6, Templo 1 de Tikal, Guatemala, Fotos Archivo de Beatriz de la Muente

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 11

modeladas en estuco. Es indudable que había un mayor interés por


el aspecto exterior del edificio. Otros sitios de esta zona son Holmul,
Naranjo, Altun-Há, Exkún, Nakum y Yaxhá.

En territorio mexicano, al suroeste de Campeche, se encuentra


Calakmul dentro de la biosfera del mismo nombre, una de las reser
vas ecológicas más importantes de México. Se trata de una de las
ciudades más grandes del área maya. Su ubicación y algunos rasgos
en las edificaciones la integran a la zona central y al estilo Petén.
Su crecimiento también comienza desde el Preclásico Tardío y está
formada por palacios, grandes acrópolis y edificios alrededor de
plazas y de patios.

Asimismo cabe mencionar las influencias provenientes del Alti


plano Central mexicano durante el Clásico Temprano (300-600 d.C.)
en la arquitectura, las cuales son notorias en Tikal y en Kaminaljuyu
pues aparecen conceptos arquitectónicos como el talud y tablero
de origen teotihuacano.

Copán y el camino del agua

En un valle fértil, a la ribera del río Motagua, se localiza Copán,


una de las ciudades más espléndidas de la zona sur. El estilo de
sus monumentos arquitectónicos es en muchos sentidos distinto al
Petén, tiene rasgos propios y un singular ordenamiento de los
espacios.

En recientes excavaciones se han descubierto subestructuras, las


cuales fueron cubiertas por otras construcciones, Destaca la Estrue
tura 10-L16, conocida como Rosalila (figura 7); su buen estado de
conservación nos ofrece conocer los grandes relieves de seres
sobrenaturales que se localizan en la fachada.

Por otra parte, es de llamar la atención la Escalera Jeroglífica de


10 m de ancho y 62 escalones con glifos esculpidos en los peraltes
y esculturas de bulto que resaltan al centro de la escalinata,

El Templo 22, de los más representativos, es un edificio o palacio


de varios niveles y cuartos, de sillares bien tallados, gruesas moldu
ras y mascarones en las esquinas Cigura 6), semejantes a los que
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HA. Detalle de la fachada del Templo 4 de Copán, Honduras

EL ARTE, CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 1

componen los edificios de la región Chenes y Puuc en la Península


de Yucatán,

Otra construcción relevante es la llamada Tribuna de los Espec-


tadores y el juego de pelota; este último tiene la forma de doble T
que es una de las características del diseño constructivo de la can-
cha y marcadores en forma de guacamaya. Resulta peculiar que al
término del muro inclinado, sobre una plataforma con escalinatas
se levantan templos, con bóveda escalonada, una variante de la
bóveda maya.

Ciudades junto al río

En la sección occidental del Petén, a la orilla del río Usumacinta


y de sus afluentes, se asentaron varias ciudades mayas la cuales
por sus características definidas constituyen un estilo arquitectónico,
Se organizaron en terrenos accidentados por lo cual las construe
ciones se acondicionaron en laderas o sobre las colinas.

Piedras Negras es uno ejemplo notable; comparte con el estilo


Petén las esquinas remetidas en cada uno de los cuerpos de las
pirámides, secciones de salientes y entrantes en los muros de los tem
plos, los cuales llegan a tener hasta tres vanos; el interior es ligera
mente más amplio pues aún se utilizan muros gruesos. La crestería
es menos pesada pero al igual que en Tikal se apoya en la pane
posterior del techo.

Otra ciudad majestuosa de esta región y del estilo Usumacinta


es Yaxchilán, distribuida sobre largas explanadas y colinas, Se ha
dicho que este sitio combina algunos rasgos propios del Peten y
de Palenque, sin embargo, presenta particularidades que la hacen
distintiva tales como los edificios tipo templos que en lugar de
levantarse sobre pirámides están situados sobre laderas y eleva
ciones naturales.

La Estructura 33 es sín duda un prototipo que nos señala las


características de este lugar, Es de grandes bloques de piedra caliza,
los cuartos no son muy angostos, tienen tres vanos de acceso, La
crestería es un muro calado que se adelgaza hacia arriba y se apoya
14 BEATRIZ DE LA FUENTE

sobre la parte central, en ella permanecen restos de las figuras


modeladas en estuco que ahí se colocaron.

Palenque: residencias para los dioses

Su ubicación dentro de la zona central es en la región norocciden-


tal; ocupa un lugar estratégico al situarse en las estribaciones de la
sierra de Chiapas ya que desde ahí era visible la planicie costera
del Golfo, la cual fue una importante ruta comercial con el Altiplano
Central mexicano.

Palenque es una ciudad en donde se conjugó de manera nota-


ble la arquitectura y el fino relieve escultórico. Se encuentra dis-
tribuida sobre una sucesión de terrazas artificiales, interrumpida al
norte por una ladera que conserva restos de lo que fueron muros
de contención que a la vez tenían un carácter defensivo. El río
Otolum, pequeño afluente del Usumacinta, cruza la plaza central,
y fue cubierto por un túnel abovedado.

Sobre un basamento artificial se construyó, en varios niveles y


en distintas etapas, el Palacio (figuras 9 y 10). Se constituye por la
Torre y varios edificios (A, B, C, D, E, F, G, RD, alrededor de patios,
delimitados por largas crujías paralelas de anchos vanos y altas
bóvedas, que forman una galería casi continua y comunica todo el
conjunto; en el nivel inferior las hileras de cuartos dan lugar a los
llamados “Subterráneos”.

En las estructuras del Grupo de las Cruces (Templo del Sol,


Templo de la Cruz y Templo de la Cruz Foliada) resaltan las dife-
rencias en los sistemas constructivos con los estilos mencionados
anteriormente. Los templos superiores tienen un pórtico con tres
accesos y en el cuarto central posterior un santuario techado que
guarda los tableros que narran parte de la historia dinástica de
Palenque. Los vanos muy anchos y muros angostos hacen de los
interiores espacios amplios y claros. Se aligeran los techos, dejan-
do nichos en el intradós de las bóvedas; se usa el arco trilobado,
En el exterior, el friso es inclinado al igual que la liviana crestería
formada por dos muros calados, en los cuales se representaron
figuras de estuco modelado

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 1

9. El Palacio, Palenque, Chiapas.


Foto: Alfonso Arellano H., Proyecto La pintura mural prehispánica en México/IiE,
UNAM

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10, Plano del Palacio de Palenque, Chiapas


Dibujo Merle Greene Kobertson
Foto: Proyecto La pl tura meinal prelispánica en México/ Ii, UNAM
16 BEATRIZ DE LA FUENTE EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD

Una de las edificaciones imponentes es sin duda, el Templo de


las Inscripciones (figuras 11 y 12) en el cual fue descubierta en
1952 la tumba del gobernante Pakal o Escudo IL Su peculiaridad
reside en que el templo se construyó a partir del cuarto abovedado,
en el que fue colocado el sarcófago cubierto por una lápida de
grandes dimensiones. Una escalera conduce a la cripta y también
fue hecha con un techo abovedado.

En la subestructura del Templo XIII, al lado poniente de este


templo, durante las excavaciones realizadas en 1992-1994 se des-
cubrió otro sarcófago íntegramente pintado de rojo, color natural
del cinabrio, en el cual se encontraron los restos de una mujer
que seguramente perteneció a la familia del gobernante Pakal o
Escudo II.

Dentro de esta región occidental cabe mencionar a la ciudad de


Comalcalco (figura 13), localizada al extremo poniente del área

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I, Templo de las Inscripciones, Palenque, Chiapas


Foto: Leticia Stunes Cicero, Proyecto La pirita rmunal pre hispari 1 12, Secciones
del Ti mplo de las Inscripciones, que contiene La revrralyía cleo Pralecal E

en México/t, UNAM Palenque, Chiapas. Tomado de Miller, 1986

17
18 BEATRIZ DE LA FUENTE

13. Detalle del Palacio, Comacalco, Tabasco. Foto: Archivo Fotográfico del IE,
UNAM.

maya, en el actual estado de Tabasco. Aunque presenta caracterís-


ticas semejantes a Palenque es un modelo del tipo de arquitectura
que se desarrolló en la llanura costera durante el Clásico. Lo más
característico es el uso del ladrillo como material de construcción
y por lo tanto su aspecto es distinto a otros sitios arqueológicos.
Los edificios delimitan plazas y están erigidos sobre elevaciones
artificiales hechas con tierra mezclada con concha de ostión tritu-
rada y recubiertas de estuco.

El sureste de la península, una mirada especial

Se conoce la existencia de numerosos sitios en el sur del estado


de Quintana Roo, sin embargo la información ha aumentado de-
bido a los trabajos arqueológicos llevados a cabo entre 1992 y 1994
en sitios como Dzibanché, Kinichna y Kohunlich, Si bien en estos
lugares se exponen características de un estilo local y tambien regio
nal, comparten algunos risgos del estilo Petén

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 19

Las edificaciones están dispuestas alrededor de patios, las platafor-


mas soportan hileras de crujías, hay basamentos piramidales, juegos
de pelota, sacheoob, y grandes acrópolis.

Dentro de las diversas construcciones de Dzibanché destaca el


Templo I con sus esquinas redondeadas, molduras de “delantal” y
mascarones a los lados de la escalinata. Kohunlich, de igual manera
es relevante por los impresionantes mascarones del Edificio 1.

Las planicies del norte

En la península de Yucatán, durante el periodo Preclásico Tardío,


se desarrollaron de manera paralela a sitios de la zona central y sur,
lugares como Dzibilchaltán, Oxkintok, Yaxuná, Acanceh, en Yuca
tán; Cobá en la sección oriental y Becán al sur de Campeche, los
cuales presentan similitudes con el estilo Petén. Su desarrollo en el
siguiente periodo se nota por los cambios en algunos elementos
arquitectónicos.

Durante el Clásico Tardío en la parte septentrional de la penin


sula surgen características arquitectónicas originales que han dado
lugar al reconocimiento de tres regiones estilísticas: Río Bec, Chenes
y Puuc.

Región Río Bec: torres y cuevas

Esta región está situada al sur del estado de Campeche y Quin


tana Roo, cerca de la frontera con Guatemala, lleva el nombre de
un sitio específico, Río Bec. Otros lugares representativos son
Xpuhil (figura 14), Hormiguero y Chicanná, los cuales conservan,
como se ha dicho, algunos elementos arquitectónicos del Petén: la
construcción de edificios altos con los ángulos redondeados y el
uso de una pesada crestería,
La singularidad de este estilo se manifiesta en el uso de torres
macizas que completan los templos en la fachada; están provistas
de escaleras cuya pendiente se acerca tanto a la vertical que es
imposible subir por ellas, El pequeño templo superior con friso y
crestería tiene una entrada simulacia
20 BEATRIZ DE LA FUENTE

14. Edificio de Xpuhil, Campeche, con las típicas torres del estilo Río Bec.
Tomado de Kubler, 1984.

La decoración en la fachada de los templos es uno de los ele-


mentos de Río Bec que comparte con la región Chenes. Se trata
de la representación de un enorme mascarón cuya boca abierta
y rodeada de dientes o colmillos es el vano de acceso al interior;
es la entrada a la cueva de la montaña que conduce al inframundo.
En las esquinas, en una sucesión vertical, sobresalen otros masca-
rones y en los interiores de los edificios encontramos muros bajos
remetidos con diseños geométricos, cruces, cuadrículas y bancas
de mampostería.

Región Chenes: pozos al otro mundo

Del estilo chenes —chen, palabra en maya yucateco que signi-


fica pozo— destacan los sitios de Hochob, Dzibilnocac, Tabasqueño
y Santa Rosa Xtampak.

Las fachadas de los templos (figura 15) tienen, como se dijo en


la región Río Bee, la representación del mascarón zoomorto cuyas
fauces abiertas dan acceso al interior del recinto y los mascarones de

dimensión más reducida destacan en los muros y en las esquinas,

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 21

15. Detalle de la portada zoomorfa de Dzibilnocac, Campeche.


Tomado de Fuente, dir, 2001,

Un elemento distintivo son las piedras salientes colocadas en la


moldura media y en la crestería, cuya utilidad fue servir de soporte
a figuras humanas esculpidas,

Dzibilnocac muestra otra característica; a la Estructura A-1, tor


mada por hileras de cuartos, se le incorporaron tres templos-pirá
mides, También una peculiaridad son las escalinatas interiores como
29 BEATRIZ DE LA FUENTE

en el Palacio de Santa Rosa Xtampak, que conducen a los distin-


tos niveles.

Región Puc, el corte hecho piedra

Antes de exponer las características principales de este estilo, es


importante mencionar la ciudad de Edzná debido a que en sus edi-
ficios se combinan elementos de varios estilos a la vez que rasgos
locales. En las subestructuras de algunas edificaciones se descubren
aspectos del estilo Petén, pero el Edificio de los Cinco Pisos, un tem-
plo-palacio, tiene marcadas características del estilo Puuc (figura 16).
Resalta por sus dimensiones y su ubicación dentro del eje central
de una enorme acrópolis. En cada uno de sus cuerpos escalonados
tiene una hilera de cuartos, de tal manera que el techo sirve de
terraza al piso siguiente; debajo de los tramos de la ancha escalinata
corren pasillos abovedados.

16, Edificio de los Cinco Pisos, Edzna, Campeche


Foto: María Elena Ruiz CG, Proyecto La pintura muni prehispánica en México", UNAM

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 23

La zona norte la región Puuc, suroeste de Yucatán y norte de


Campeche, está integrada por espléndidos sitios arqueológicos como
Uxmal, Labná, Kabah y Sayil, y recibe el nombre Puzc —serranía—
por la zona de colinas que atraviesan parte de la península. El estilo
Puuc tuvo varias fases de desarrollo, pero mencionaremos bási-
camente las características generales que lo definen.

Sobre enormes plataformas se apoyan edificios alargados tipo


palacio, de varios pisos y con múltiples cuartos, como el Palacio de
Savil que tiene noventa. Por otro lado, el Cuadrángulo de las Mon-
jas en Uxmal (figuras 17 y 18) es un buen ejemplo de la distribución
de cuatro edificios alrededor de patios, con pasillos abovedados
como acceso.

Las construcciones son más ligeras y los muros están construi-


dos con sillares de corte y ajuste más cuidadoso. Hay un marcado
interés por dar mayor amplitud a los espacios interiores y un sen
tido de horizontalidad. En algunos sitios se continuó la costumbre
de incorporar en la crestería figuras modeladas en estuco o usar
soportes para esculturas como en la región Chenes.

Los templos tienen varios vanos de acceso divididos por colum


nas de mampostería, monolíticas o de tambores superpuestos con
capiteles de forma cuadrada. Los muros de las fachadas de los edi
ficios son lisos y a veces se intercalan con grupos de columnas o
de piedras cortadas en forma de diamante.

La mayoría de los elementos decorativos cubren los frisos, el enta


blamento y la cornisa; en ellos se luce la técnica del mosaico en
piedra, sin duda una de las características más sobresalientes clel
estilo Puue, La decoración tiene una gama de motivos geométricos:
grecas sencillas o escalonadas, celosías, rombos, chozas, formas ser
pentinas, columnas, bandas cruzadas, piedras dentadas remeticas
o con atadura y figuras humanas. Es común la representación cel
mascarón o dios narigudo sobre los frisos o en las esquinas y tiene
su máxima representación en la fachada del edificio Codz Pap en
Kabah, Otro rasgo distintivo en la arquitectura Puue son los arcos,
un ejemplo de ello es el de Labná cuya función es indicar el acceso
aun patio,
24

BEATRIZ DE LA FUENTE

17. Vista y planta del Cuadrángulo de las Monjas, Estmal, Yucatan

Tomado de Kubler, 1984

18. Cuadrángulo de las Monjas, Uxmal, Yucatán.


Foto: Daniel Flores, Proyecto La pintura mural prehispánica en México/11£, UNAM.

Chichén Itzá y la confluencia de estilos

En la ciudad de Chichén Itzá, la más importante en esta zona


norte durante el periodo Clásico Tardío (600-900 d.C.) y el Poscla
sico Temprano (900/1000-1250 d.C), se han distinguido dos estilos
en la arquitectura, en la escultura e inclusive en la pintura mural,

A pesar de que se encuentra afuera de la región Puue, los edifi


cios que corresponden al periodo Clásico Tardío se relacionan con
las de ese estilo, así lo demuestran edificios como el Templo de los
Tres Dinteles, las Monjas y el Anexo, la Iglesia, el Akab Dzib y la
Casa Colorada.

En otras construcciones, tal vez las más conocidas, como el Cas


tillo —emplo sobre basamento piramidal con una simetría radial—,
el Templo de los Guerreros con columnas serpentinas y el juego
de pelota se notan aquellos elementos arquitectónicos que estable
cen la influencia del Centro de México y que corresponden a da

epoca Posclásica
26 BEATRIZ DE LA FUENTE

ESCULTURA
Los mayas: entre el tiempo y el espacio

En ese amplio territorio que hemos mencionado hay gran canti-


dad de restos arqueológicos que demuestran la existencia de una
larga tradición escultórica. Rasgos peculiares, en cuanto a compo-
sición y tratamiento formal, son los que permiten definir una uni-
dad artística y cultural distintiva dentro de Mesoamérica.

Durante la época de florecimiento se desarrollaron varios estilos,


de acuerdo con criterios precisos en los aspectos temporal y espa-
cial; las numerosas obras que integran el conjunto de la escultura
maya son distintas entre sí. Es por ello que puede hablarse —por
cronología— del arte del “Clásico Temprano” o del “Clásico Tardío”,
o —por regiones — de los estilos “del Usumacinta”, “del Motagua”,
“del Petén”, “Puue” o “Chenes”. Cabe señalar que, a veces, también
puede hacerse referencia al “estilo de un artista”.

Por ejemplo, es posible identificar como “mayas” tanto a la


Estela 31 de Tikal (Clásico Temprano, estilo Petén) como a la lápida
del sarcófago del Templo de las Inscripciones de Palenque (Clásico
Tardío, estilo Palenque). Esas obras son inconfundibles entre sí,
y dan a conocer diferencias temporales y regionales.

Ahora bien, en la escultura pueden señalarse dos grandes gru-


pos a partir del tratamiento formal. Nos referimos al relieve en
cuanto tal y al relieve constituyente de la arquitectura.

El primero domina en las zonas sur (vertiente del Pacífico y Tie-


rras Altas) y central (Tierras Bajas del sur), y se caracteriza por
representar —en especial— temas de tipo “histórico”: las hazañas
de los gobernantes. La figura humana es, entonces, el tema favorito
aunque nunca exclusivo de la escultura en piedra.

Ésta refleja una concepción del mundo en que el hombre es pro-


tagonista. Es el “estilo maya por excelencia”: lo compone la suma
de diversos elementos abstractos, simbólicos, animales, vegetales,
y en particular la figura humana, en torno a la cual giran los demás,

El segundo, que permea la zona norte Crierras Bajas del norte o


península de Yucatán), se aprecia sobre todo como parte de la

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 27

arquitectura. Las formas se vuelven rígidas, geométricas, y revelan


otras preocupaciones estéticas en contraposición al grupo anterior.

Asimismo, la evolución de los diferentes grupos estilísticos cabe


en las etapas cronológicas. Así, en el periodo Preclásico Tardío
(300 a.C.-300 d.C.) la temática principal —el hombre— ya se ha
definido y da base a la época siguiente. Por lo general, el Preclá-
sico se caracteriza por la combinación de ciertos rasgos (temática,
tratamiento formal, recursos compositivos) y elementos simbólicos
que desdibujan, hasta cierto punto, al ser humano.

El Clásico (300-900 d.C.) corresponde al auge escultórico. La tra-


dición se consolida como antropocéntrica, en relación directa con
los reyes, la corte y la nobleza. A fines de este periodo se anuncia
un estilo nuevo cuya principal área de dominio es el norte, la
península de Yucatán.

El Posclásico (900/1000-1500 d.C.) conjuga, pues, diferentes con-


ceptos estéticos en torno al hombre, las plantas y los animales, y
se observa cierta influencia proveniente de diversos centros de
Mesoamérica.

En seguida veremos, con algunos ejemplos, cómo fue la evolu


ción de la escultura maya.

El Preclásico: la búsqueda de un estilo

Las recientes excavaciones en varias ciudades mayas, como


Dzibilchaltán y Oxkintok Cen Yucatán, México) o Cerros y Lama
nai (en Belice), han permitido a los estudiosos redefinir la etapa
tardía del Preclásico como el momento donde comienza a confor
marse la civilización maya y, en consecuencia, su escultura,

En los inicios del Preclásico Medio (1000-300 a.C.) la preseneia


olmeca (cuya zona central o “metropolitana” se localiza en la costa
del Golfo de México) alcanza diversas regiones de Mesoamérica,
por ejemplo las vertientes serranas del Pacífico. De hecho, las escul
turas de tipo olmeca fuera de la zona metropolitana indican con
tactos comerciales entre esas áreas, A la expansión mercantil se

unió la cultural, cuyos ejemplos proceden de sitios ubicados en las


28 BEATRIZ DE LA FUENTE

Tierras Altas de Chiapas y Guatemala: Abaj Takalik, Bilbao, El Baúl,


Izapa, Kaminaljuyú, Monte Alto y Xoc son algunos de ellos.

Por lo que respecta a la talla de enormes bloques de piedra, en


Monte Alto (Guatemala) se conservó la tradición olmeca al lado
de un estilo propio. Las esculturas representan las cabezas y bus-
tos de personajes obesos y rechonchos. Puede pensarse una espe-
cie de relación entre las monumentales cabezas olmecas y las de
este centro.

Otro sitio, Abaj Takalik (Guatemala), conserva algunos rasgos


formales olmecas en las representaciones plásticas, por ejemplo las
bocas de comisuras vueltas hacia abajo, pero ya destaca un par de
elementos que a partir de entonces caracterizan a la cultura maya.
Se trata de: 1) las estelas (monumentos que tienen forma de prisma
oblongo o rectangular) y los altares (monumentos en forma de blo-
que, de tambor o de animal), y 2) del sistema de escritura jeroglí-
fica. Lo anterior se observa en las estelas 2 (fechada en 41 d.C)
y 5 Cen 126 d.C).

Kaminaljuyú (Guatemala) se distingue, a su vez, por la calidad y


la nitidez de las imágenes labradas. Ambos factores permiten hablar
de un estilo local propio de dicha ciudad. La imagen del hombre
comienza ya a definirse con una cierta autonomía, a pesar de los
abundantes elementos simbólicos que la rodean. En tal forma, se
anuncia la importancia de las escenas dinásticas y su parafernalia
asociada. Sirvan de ejemplo las estelas 10 o “Altar Negro” y 11.

En la primera, el espacio está ocupado por restos de tres perso-


najes, uno de los cuales porta en la mano izquierda un hacha; atrás
de éste se observa el rostro fantástico y barbado (tal vez enmasca-
rado) de otro individuo; abajo de ambos se encuentra una pe-
queña figura femenina. Completan la composición algunos textos
jeroglíficos.

La segunda presenta un personaje de pie y de perfil, que lleva en


las manos sendos objetos. También usa una máscara, y encima de
Él parece flotar otra figura, posible deidad o antepasado, Esta com-

posición será recurrente en la iconografía del Clásico,


Sin embargo, el estilo dominante de la época es el de Izapa (Chia
pas, México) (figura 19), El lenguaje artístico ofrece representacio

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 29

nes convencionales de la figura humana; el bajo relieve favorece


las narraciones históricas pero de suerte que éstas se mezclan con
discursos religiosos: las formas de expresión oscilan entre el natu-
ralismo y la estilización abstracta tanto de las figuras humanas, vege-
tales y animales, como de las sobrenaturales.

Además, las escenas marcan un deseo de perspectiva ascendente,


que divide el espacio en tres niveles superpuestos: el inframundo

19. Estela 5 de Izapa, Chiipas, Preclásico Tardio


Dibujo: Arturo Reséndiz, Proyecto La pintura mira pretispanie 1 en México/ ii, LNAM
30 BEATRIZ DE LA FUENTE

abajo, el dominio terrestre enmedio, y el mundo celeste en lo alto.


La mayoría de los sucesos ocurre, pues, fuera de la realidad visible
y cotidiana: los seres y las acciones plasmados pertenecen a otro
mundo, el de la imaginación y la fantasía sagrados. De tal manera,
los temas favorecidos en Izapa se relacionan con los mitos primor-
diales del ciclo vital de la naturaleza.

Descuellan seres antropomorfos que portan máscaras grotescas


y, a veces, alas; árboles de raíces animales, figuras esqueléticas e
híbridos bicéfalos. Los hombres, de rostros impersonales, tienen
sólo un papel secundario, pero en el periodo Clásico pasan a ocu-
par un lugar protagónico. Ejemplifican lo anterior las complejas
escenas representadas en las estelas 1 y 2 y en el Altar 1, todos pro-
cedentes de Izapa.

El mosaico del periodo Clásico

El Clásico se divide en dos etapas: temprana (300-600 d.C.) y tar-


día (300-900 d.C). Dos fechas registradas en los monumentos
mayas determinan el principio y el fin: la más antigua se consigna
en la Estela 29 de Tikal, y corresponde al año 292 d.C.; la más
reciente se ha propuesto que pertenece a la Estela 6 de Itzimté e
indica el año 910 d.C. (casi un año posterior al Monumento 101 de
Toniná: 909 d.C.).

Durante el Clásico, la escultura puede reunirse bajo dos tenden-


cias a partir del relieve, del tratamiento formal y de la ubicación
física de los monumentos dentro de las ciudades.

Por un lado, las obras abarcan una amplia gama de versiones:


desde la incisión y el bajo relieve hasta el alto relieve, además de
los casos de bulto redondo. Así, se habla de estelas, altares, dinteles,
jambas, losas sepulcrales o tableros (conjunto de escenas formadas
por dos o más lápidas).

De otro, el relieve se incorpora a la arquitectura, lo que otorga


un carácter distintivo a los edificios, Aparece sobre las fachadas de
numerosas construcciones: se trata de figuras talladas en piedra o
modeladas en estuco; se representan mascarones antropo y zoomo

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD ul

fos sobre el cuerpo de los basamentos piramidales, figuras humanas


colocadas en muros, pilares (al exterior y al interior de los recintos),
frisos y cresterías.

En cuanto a la zona norte del área maya, los diseños geométri-


cos —en su mayoría compuestos por mosaicos de piedra— reem-
plazan las voluptuosas formas humanas características del área
central. Allá, las figuras angulosas sustituyen a las líneas curvas y
sinuosas, y dominan la arquitectura.

Ahora bien, las diferentes clases de piedra calcárea propias al área


maya constituyen la principal materia prima utilizada en los traba-
jos escultóricos. Sin embargo no se desdeñan otros materiales,
como las piedras finas (jadeíta), el estuco, la madera (por lo común
de zapotáceas), el vidrio (obsidiana), las conchas y la cerámica, Las
grandes imágenes puestas sobre las fachadas se realizaron con
estuco modelado, la madera se talló y labró para formar dinteles,
y con barro cocido se hicieron estatuas de diversos tamaños. Cabe
agregar que, en su época, todas las obras estaban pintadas con una
brillante policromía.

Otro de los factores que confiere a la escultura del Clásico su


identidad, es el mecenazgo de las clases dirigentes. El dominio
absoluto de una élite autoritaria y despótica favoreció el desarrollo
de las artes. Es así que los temas principales u “oficiales” son de
tipo “histórico”, inspirados en las actividades de los reyes, entre otras:
ritos de acceso al poder, escenas cortesanas, guerras y victorias,
sacrificios y autosacrificios, más el simbólico juego de pelota, Tam
poco se dejaron de lado algunas de las creencias y ceremonias aso
ciadas a la muerte y al inframundo, así como la compleja cosmo
visión, los dioses y su papel en el universo,

Los elementos mencionados hasta aquí se consolidan durante el


Clásico Temprano, pero es en Clásico Tardío que tienen su apogeo,

La afirmación del arte escultórico

Al iniciar el periodo Clásico maya, la escultura se caracteriza por


varios elementos, en especial la talla de la piedra con base en el
32 BEATRIZ DE LA FUENTE

bajo relieve. En las escenas predomina la representación de perso-


najes humanos vistos de perfil, disimulados en una multitud de
adornos y atributos simbólicos, donde las líneas curvas abundan
sobre las rectas. Los hombres se muestran como seres convencio-
nales, estereotipados, carentes de expresión personal pero cuya
identidad se expresa por medio de emblemas e inscripciones. Es
decir, la expresión plástica, formal, de los seres humanos no se
logra de una vez y para siempre: se elabora y reelabora con base
en la concepción del universo.

Asimismo, es en esta época cuando se perfila de una manera cla-


ra el poder divino y terreno de los gobernantes, quienes tienden a
manifestar su autoridad a través de una febril actividad escultórica
y constructiva. Tales realizaciones hacen evidentes los deseos de
“continuidad” y búsqueda de inmortalidad por parte de los reyes.

De hecho, el Petén ha proporcionado el mayor número de escul-


turas que revelan el canon artístico de la época, sea en la calidad
técnica, la postura de la figura humana y sus proporciones dentro
de la composición general. Las estelas se vuelven el medio más
adecuado para conmemorar el poder de los gobernantes, Un ejem-
plo significativo se aprecia en la Estela 29 de Tikal (Guatemala)
(figura 20) que, como se dijo antes, es la inscripción maya más
antigua hasta el momento.

En ella un personaje de perfil —el gobernante llamado Rizo


Señor Jaguar — sostiene en la mano izquierda la cabeza antropo-
morfa del dios Jaguar del Inframundo, posible atributo real, y con el
brazo derecho aprieta contra el cuerpo una rígida barra ceremonial
bicéfala. En la parte superior de la escena un antepasado observa
y protege al rey.

Otra costumbre que se generaliza consiste en tallar los cuatro


lados de las estelas con representaciones humanas y registros jero-
glíficos; y si bien son independientes desde un punto de vista plás-
tico, pueden leerse como una sola composición. llustra esto último
la Estela 31 —también de Tikal—, erigida en memoria del gober
nante Cielo Tormentoso en 445 d.C.

Tres de sus lados muestran sendos personajes, el central de los

cuales —en el lado mayor— es Cielo Tormentoso, vestido con gran

20. Vistas anterior y posterior de la Estela 29 de Tikal, Guatemala.


Dibujo: W. R. Coe, tomado de Miller, 1986,

riqueza y rodeado por abundantes símbolos. Además se observa


una cierta influencia teotihuacana en algunos elementos formales
que constituyen la parafernalia de los personajes, en particular
el tocado de los que están colocados a la izquierda y derecha (el
antecesor, Hocico Rizo) del gobernante,

Otro ejemplo, relieve en estuco pintado de rojo, se presenta en


Balamkú (Campeche, México), Se trata de una construcción cuyo
friso muestra una compleja escena, en la que se distinguen dos
personajes sentados (quizá fueron cuatro), de frente, sobre sendos
animales míticos de rasgos reptilineos; éstos, a su vez, están colo
cados sobre cabezas de seres monstruosos rodeados por diversos
elementos, otros animales y bandas acuáticas, A la riqueza icono
gráfica del conjunto se agrega, entonces, un profundo significado
simbólico religioso
34 BEATRIZ DE LA FUENTE

El Clásico Tardío: expansión y unidad

Esta época cuenta con una multitud de estilos regionales, locales


y, también, individuales. Se distribuyen, de noroeste a sureste, a lo
largo de la cuenca del río Usumacinta, en las selvas del Petén, y
en la cuenca del río Motagua.

Las técnicas de talla varían del bajo relieve, casi bidimensional


—como en las lápidas de Palenque—, al volumen del alto relieve,
próximo a la escultura en bulto redondo —en las estelas de Copán.

Predomina la figura humana. Representa a gobernantes y perso-


najes de la corte, plásticamente descritos en las acciones básicas de
su existencia: los momentos de entronización, de ritos de sangre,
alianzas políticas, escenas de guerra y captura de prisioneros. En
algunas ciudades se logra reproducir una imagen fiel, acorde con
la fisonomía humana; ello ocurre en Palenque, Bonampak, Copán
o Yaxchilán. En otras, como Tikal y Quiriguá, el esquema conven-
cional se mantiene. Además, conocemos hoy el nombre de nume-
rosos “artistas”, escultores y pintores, mismos que pueden apreciarse
en diversas obras, a veces con sus instrumentos de trabajo. Basten
dos ejemplos de ello.

Uno es la Estela 12 de Piedras Negras, donde algunos de los pri-


sioneros se han identificado con escultores. El otro es una losa
recientemente descubierta en Emiliano Zapata, en el cual se ve a
un escultor que sostiene en la mano un cincel, y está sentado fren-
te a una piedra labrada en forma de cabeza monstruosa.

Dirijamos ahora nuestra atención a varias esculturas que reflejan


los rasgos aquí mencionados.

Tikal y el apego a las tradiciones

El Clásico Tardío en Tikal (Guatemala) se caracteriza por varios


aspectos. Los más destacados son la carencia de una voluntad de
modelado y una búsqueda de planos que den la idea de profundi
dad: antes bien, la superficie se contenta con ser bidimensional,
impresión reforzada por la repetición de trazos y signos que otorgan

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD o]

un ritmo simétrico en el interior de un perímetro, definido por una


moldura a manera de marco,

Los temas y las formas parecen mantenerse dentro de las con


venciones del Clásico Temprano; se integran por siluetas de líneas
precisas o, en ocasiones, sutiles. Esta tradición formal y temática se
mantuvo en Tikal durante más de tres siglos.

El tratamiento de las figuras humanas casi no varía. Aparecen de


frente y de perfil, y ocupan la casi totalidad de un espacio limitado
por un marco. Éste es el modelo común en las estelas, erigidas en
las plazas y espacios abiertos de modo que la inmensidad espacial
adquiere un orden específico, En ellas se refuerza la imagen que
el gobernante da a conocer públicamente, y su presencia sagrada
ofrece el testimonio de su autoridad. Sin embargo esta situación
privilegiada podía tener fin: la imagen del rey se desacralizaba para
ser reemplazada por otra. Esto explica la destrucción de los rostros
en piedra de los dirigentes, quienes fueron mutilados, privados de
vida y poder sacros.

En las estelas también aparece el tema de la guerra y del dominio


militar, aspecto que hasta hace poco no había sido comprendido
en el arte maya: las escenas de guerra revelan, de hecho, un pue
blo muy preocupado por las situaciones bélicas.

Por otro lado, los dinteles en madera (figura 21), así como algunos
altares, son las únicas estructuras labradas que traducen una inten
ción real de expansión dinámica y de complejidad escénica, Allí
pueden apreciarse composiciones que incorporan a dos o más per
sonajes en diversas posturas y actitudes: sentados, de pie, hincados,
semihincados, de frente y de perfil, con gestos que simulan dialo
gos, y muchas veces acompañados por diferentes objetos de indole
ritual o por dioses de formas humanas y animales. Dos ejemplos que
ilustran lo aquí dicho son el Dintel 3 del Templo IV y el Altar 5,

Gigantes de piedra en Qmuiriauá

Nada más por su altura y proporciones colosales, el estilo de


Quiriguá (Guatemala) es único: la ciudad se singulariza por contar
36 BEATRIZ DE LA FUENTE

21. Dintel 3 del Templo IV de Tikal, Guatemala.


Foto: Archivo de Beatriz de la Fuente.

con las estelas más altas del mundo maya, pues alcanzan los seis
metros. Refuerza esta característica el tratamiento dado, por una
parte, al rostro estilizado del gobernante, en el interior de un nicho
situado en la cúspide del monumento; por otra, el cuerpo se talla
como un bajo relieve muy plano. Así, se crea una división com-
positiva y formal de las estelas, además de proporcionar un acu-
sado contraste entre los sectores superior e inferior,

No es por azar si la imagen del rey, ser divino y humano, ocupa


un lugar preponderante en las estelas, E] es, en efecto, el eje prin
cipal que sirve de base a la estructura política, social y cortesana
maya, El gobernante personifica, a la vez, los poderes sobrenatu-

EL ARTE, CENTINELAS DE LA ETERNIDAD an

rales y sirve de medio para que los dioses inmateriales cobren vida
mundana; simboliza la fuerza política centralizada por la cual se
ejerce la autoridad sagrada sobre la comunidad.

Durante el gobierno de Cielo Dos Brazos, quien celebró su


triunfo sobre el señor Dieciocho Conejo de Copán, tales esculturas
alcanzaron su máximo esplendor y altura,

Asimismo, otra de las más originales formas adoptadas en la talla


de los monumentos de Quiriguá radica en la representación de
animales fantásticos; toman la apariencia de felinos, de reptiles,
batracios o aves. El mejor ejemplo se tiene en el llamado Zoo-
morfo P: muestra un gigantesco batracio (tal vez sapo) con el
hocico abierto, dentro del cual un gobernante del sitio está senta-
do y con insignias de su rango en las manos; parece emerger de ese
animal mítico.

Copán y el deseo tridimensional

La realidad artística de Copán (en Honduras) es distintiva en si


misma. Los personajes surgen, de manera impresionante, de un
fondo sobrecargado de símbolos y adornos, que son principalmente
parte del atavío. De hecho, se tiene la impresión que aquéllos
se encuentran “absorbidos” dentro de la parafernalia con la cual se
rodean o visten,

Debe señalarse que en cada escultura descuella la presencia do-


minante, casi obsesiva, de una sola figura. Ésta aparece erguida, de
frente, con los pies sólidamente asentados en el piso y formando
un ángulo superior a 120% en los brazos plegados sostienen un
bastón ceremonial en forma de serpiente bicefala.

La figura humana recibió un tratamiento rígido y esquemático


hasta el reinado de Humo Lirio, en el siglo vi. En el siglo vin se suas
viza para regresar, entre los siglos vit y xx —bajo los últimos gober
nantes—, a la rigidez previa, En tal manera, a partir de 749 d.C,
(bajo el reinado de Concha Humo), las estelas pueden considerarse
retratos sin duda alguna, Si bien no se trata de heles imagenes de
acuerdo con las concepciones del arte occidental, al respetar los
38 BEATRIZ DE LA FUENTE

rasgos faciales de cada personaje y al querer perpetuar “el ideal de


belleza” maya (ojos almendrados, pómulos altos y pronunciados,
labios finos y frente huidiza) sí se efectuaron algunos de los más
destacados retratos de Mesoamérica.

Tal ocurre en las estelas 8 y C (de 763 y 782 d.C., respectiva-


mente), donde se aprecia el interés por la reproducción de los ras-
gos de Concha Humo y su esposa, la señora Verde Tiburón, quie-
nes parecen sumergidos en una multitud de símbolos asociados
con la realeza y los rituales.

Otros ejemplos que muestran la importancia otorgada a la ima-


gen del gobernante proceden del reinado de Nuevo Amanecer,
penúltimo rey de la ciudad. Baste mencionar el Altar Q (figura 22),
en cuyos cuatro lados se representaron los dieciséis reyes de Copán
—incluido Nuevo Amanecer—, con sus cuerpos de frente y los
rostros dirigidos a la derecha e izquierda, sentados sobre sendos
signos jeroglíficos que los identifican, al tiempo que se adornan
con tocados apenas diferentes entre sí.

Dioses y guerreros en Yaxchilán

Durante el Clásico Tardío, Yaxchilán Cen Chiapas, México) tuvo


gran importancia política y militar, conocida gracias a que los
gobernantes del sitio dejaron la huella de su poder en numerosas
esculturas. Aquí se identifican dos formas principales de trata-
miento escultórico.

La primera, una de las más antiguas, destaca por figuras que se


perfilan claramente del fondo. En contraposición, los trazos que
definen las vestiduras, los emblemas y adornos del personaje prin-
cipal tienen efecto por medio de incisiones: el detalle es, por lo ge-
neral, muy acusado. De ahí la perfección en el acabado formal de
los diseños del cabello, los textiles o las joyas. La segunda forma
de expresión escultórica corresponde a un bajo relieve “pictórico”,
que apenas se despega del fondo de la piedra,

Ambas manifestaciones se aprecian, de modo especial, en los


dinteles, Además, sirven de medio para perpetuar los varios temas

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 39

22. Detalle del Altar Q de Copán, Honduras. Foto: Archivo Fotográfico del tE, UNAM.

tratados: las escenas de sometimiento, de rituales y de alianzas po


líticas, el intercambio de insignias entre gobernantes y herederos,
Cabe agregar el importante papel de las mujeres nobles, quienes
suelen portar un bulto o envoltorio donde se contienen los emble-
mas del autosacrificio o del gobierno. También se observa la his
toria de una dinastía ávida de poder, sobre todo bajo el reinado de
dos destacados señores: Escudo Jaguar II y su hijo, Pájaro Jaguar 1V,

Todo lo anterior se aprecia en varios dinteles, algunos conser


vados en el 7he British Museum de Londres y otros en el Museo
Nacional de Antropología en la ciudad de México.

El Dintel 26 (figura 23) (fechado en 723 d.C.) muestra la efigie de


Escudo Jaguar II vestido con su “armadura” de guerra; tiene un
cuchillo en la mano derecha y con la izquierda se prepara a recibir
un emblema o tocado que simula ser una cabeza felina, que le
ofrece su esposa, la poderosa dama Tiburón,

Ella, a su vez, aparece como protagonista de una escena de auto


sacrificio en el Dintel 25 (723 d.C), Ataviada con ropas lujosas, una
23. Dintel 26 de Yaxchilán, Chiapas, Foto: Pedro Cuevas,
Archivo Fotográfico del IE, UNAM.

vez que ha ofrecido su sangre, tiene una visión plasmada a través


de una enorme serpiente semidescarnada y bicéfala, cuya cabeza
frontal abre las fauces para que de ellas surja una deidad o ante-
pasado con vestidos de guerra.

Por su parte, Pájaro Jaguar IV realizó varias incursiones bélicas


sobre los territorios vecinos, En esta forma, la extraordinaria Estela 11
(figura 24) echada en 752 d.C.) proporciona en dos de sus lados
la figura del gobernante, En uno de ellos aparece enmascarado

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 41

24. Los dos lados de la Estela 11 de Yaxchilán, Chiapas,


Tomado de Freidel, Schele y Parker, 1993,

como un dios, y está de pie ante tres prisioneros. De acuerdo con


la costumbre establecida desde el Preclásico Tardío, los antepasir-
dos (Escudo Jaguar II y la dama Viento Cráneo, madre de Pájaro
Jaguar 1V) observan desde lo alto y desde otro mundo las proezas
de su heredero, La otra cara de la estela muestra a Pájaro Jaguar 1
vestido como guerrero, enfrente de su padre, quien sostiene un
decorido bastón o cetro,
42 BEATRIZ DE LA FUENTE

También vale la pena señalar que Yaxchilán es uno de los sitios


donde se ha identificado un gran número de “escribas”. Éstos no
son sino los escultores o los “maestros de taller”, encargados de
realizar los monumentos que narran la historia de los gobernantes
de la ciudad.

Los logros a que llegaron se aprecian en los detalles de los ros-


tros y extremidades (en especial los muslos) de los personajes:
muestran a qué punto los escultores dieron cuenta de la comple-
xión humana. Por ello podemos calificar a un buen número de las
figuras como retratos de hombres y mujeres de la más alta clase
social: la realeza.

Es decir, los artistas de Yaxchilán se distinguen por ser de los


pocos —entre los de Copán y Bonampak— en expresar el gusto
por el retrato, aunado al vigor corporal.

Piedras Negras o la virtuosidad petrificada

No se conoce, hasta la fecha, una ciudad maya donde se ejerza


un dominio técnico como sucede en Piedras Negras (Guatemala).
Una verdadera preocupación por la búsqueda plástica del movi-
miento aparece en las estelas, tronos y dinteles. El relieve atestigua
una maestría en la representación bidimensional, rayana en la tridi-
mensionalidad, de escenas “cotidianas”: se combina el alto relieve
en forma sutil con el bajo relieve.

Las escenas evocan, también, el acceso al poder y las demostra-


ciones del mismo. El Dintel 2, que celebra un triunfo del gober-
nante Guacamayo Jaguar Enconchado, ilustra esas características.
Seis dignatarios hincados de perfil, uno detrás de otro, se presen-
tan como guerreros con sus lanzas ante al gobernante quien, de
pie y de frente, los observa; atrás de este último un noble de ran-
go inferior permanece de pie. El efecto de estaticidad aparente y
relativa contrasta con las diferentes posturas de los personajes; el
conjunto sugiere una cierta profundidad de campo,

Uno de los más altos exponentes del trabajo de talla en piedra


puede apreciarse en el respaldo —calado— de un trono, hoy con

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 43

servado en el Museo Amparo de la ciudad de Puebla (México).


Representa un rostro fantástico cuyos ojos están ocupados por sen-
dos personajes, que vuelven sus miradas uno al otro, y hacia la
nariz del monstruo.

Con todo, el monumento más revelador es la Estela 12 (figura 25)


(última obra fechada en Piedras Negras: 795 d.C.) que registra una
victoria militar. En la parte alta de la escena, el gobernante, flan-
queado por dos jefes principales, mira hacia abajo, donde varios pri-
sioneros se amontonan sentados sobre el suelo. Sorprendente por
la vitalidad de las expresiones faciales, corporales y gestuales de
cada individuo, y por la simultaneidad de los planos, esta escena
es una de las imágenes más realistas que se conocen de los mayas
del Clásico Tardío.
Palenque y la sensualidad humana

Palenque (Chiapas, México) no es el sitio más antiguo en traba


jar la figura humana, pero sí donde obtuvo su máxima expresión,
En efecto, aquélla ocupa un lugar primordial en el universo estético
del sitio; el trato formal dado al cuerpo humano acusa un profundo
conocimiento y manejo de las proporciones y volúmenes naturales,
de suerte que corresponden a las proporciones equivalentes a la
realidad: de seis a siete cabezas por cuerpo.

Se acudió al empleo del maleable estuco y la suave piedra caliza,


Dichos materiales permitieron trabajar en la mejor manera las
redondeces voluptuosas y naturales del cuerpo humano,

Es por ello que los retratos se encuentran en toda la arquitectura


sobre muros, pilares, frisos y cresterías en el exterior de las cons
trucciones, y en losas y tableros en los santuarios y en los intimos
espacios sepulcrales. El tema es constante y muestra las imágenes
de los grandes personajes en el poder, Se trata, de hecho, de la evo
lución del hombre a través de su historia, acciones, éxitos y alianzas,
De nueva cuenta se observa que el pr der terrestre se concentra
y recae sobre el hombre; mas también en este se manifiestan la
voluntad y las fuerzas divinas
44

BEATRIZ DE LA FUENTE EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 45

Los ejemplos son abundantes. Uno de los más tempranos es


la lápida de la tumba del Templo de las Inscripciones (684 d.C.)
(figura 26). La composición del conjunto hace evidente la conver
gencia de las líneas principales en el personaje, el rey Pakal o
Escudo IL. Éste ofrece una apariencia individualizada pero, a traves
de los atributos y símbolos que lo rodean, se deifica y establece
la comunicación entre los diversos niveles cósmicos: cielo, tierra
e inframundo. Yace a medias sobre el rostro monstruoso y des

26, Lápida del sarcófago del Templo de las Inscripciones Palenque, Chiapas

25, Estela 12 de Medras Negras, Guatemala, Tomado de Schele y Miller, 1994 Dibujo:
Merle Greene Robertaon, Foto: Archivo Fotográfico clel HE, HNAM
46 BEATRIZ DE LA FUENTE

carnado de la imagen misma del inframundo; del vientre del go-


bernante surge una cruz, símbolo de la ceiba, eje del cosmos. En
general, puede afirmarse que la lápida ofrece una visión del mundo
sabiamente organizada.

Otra obra recuerda el acceso al poder del segundo hijo de Pakal


o Escudo If: Precioso Nudo Pécari IL. Es el Tablero del Palacio
(fechado en el año 702), que nos permite admirar el rigor de la rea-
lidad histórica en estrecho vínculo con rituales políticos. Asimismo,
el Tablero de los Esclavos (730 d.C.) indica una escena de sucesión
dinástica: Murciélago Rojo recibe el poder de manos de sus proge-
nitores; la composición está muy poco cargada de elementos for-
males, sin artificios, y con respeto a las normas del bajo relieve y
la incisión.

También resulta oportuno recordar dos obras mayores que con-


ciernen a la escultura de Palenque en el siglo vt, realizadas en sen-
dos materiales: la jadeíta y el estuco.

La primera es una máscara mortuoria de cualidad “retratística”, con


la que fue cubierto el rostro del difunto Pakal o Escudo II. Está hecha
a partir de mosaicos reunidos sobre una fina capa de estuco. Tra-
duce el deseo de eternizar la fisonomía del personaje citado, como
se hace todavía con las grandes personalidades.

La segunda es el extraordinario rostro, realizado en estuco, del


primogénito de Pakal o Escudo II: Jaguar Serpiente II. Reproduce
una figura singular, donde nada se disimula: se adivinan claramente
el paso de los años, un carácter suí generis y una gran concentración
interior. Los rasgos físicos no dejan de lado elemento alguno acerca
de la personalidad plasmada.

La península de Yucatán: el canto del cisne

Dos principales rasgos escultóricos diferencian la zona norte


de la central: de una parte, la escasa presencia de representacio
nes humanas y, de otra, la profusa decoración arquitectónica a
partir de mosaicos de piedra geométricos, Dicho de otra manera,
diversas formas de escultura se presentan en asociación directa e

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 47

íntima con la arquitectura: su unión muestra una tendencia, apre


ciada por numerosos autores, a realzar los volúmenes de los edi
ficios de manera tal que éstos se constituyen en monumentales
esculturas,

Ello no quiere decir que en la región central ambas maneras de


expresión estética estuvieran escindidas, puesto que existen, por
mencionar un caso, en las cresterías del Petén. Sin embargo, como
hemos visto, fue el relieve la manifestación escultórica dominante,

Ahora bien, en la península de Yucatán el relieve acusa ideas de


tridimensionalidad y abstracción geométrica rigurosa. Son reflejo
de una singular voluntad formal propia a las Tierras Bajas del norte.

Debe indicarse aquí otra importante característica. Los desarro


llos escultórico y arquitectónico en Yucatán tienen las raíces ancla
cdas desde fines del Clásico Temprano y se proyectan hasta el Pos
clásico Tardío. Es decir, hay un continuum aunque muchos de los
ejemplos conocidos o representativos pertenecen sobre todo al
lapso comprendido entre los siglos vin y xm d.C. Paralelamente, a
lo largo del Posclásico, la llegada de estilos extranjeros a los mayas
propicia una renovación del tratamiento dado a la escultura, al
tiempo que se crean nuevos géneros.

La escultura incorpora a la arquitectura formas plásticas tanto tra


dicionales como originales, y conforma, entonces, tres grupos de
estilos ubicados en sendas regiones geográficas: Río Bec, Chenes y
Puic, ya tratadas en la sección dedicada a arquitectura.

Las vividas cerámicas de Jaina

Juina (Campeche, México), isla separada de la tierra firme por un


estrecho canal, es un caso excepcional dentro de la escultura
maya, Resulta imposible no mencionar la característica por la que
es reconocida: las figurillas cerámicas, realizadas por medio de las
técnicas del modelado o con la ayuda de moldes, y pintadas con
variaca policromía Cigura 27),

A grandes rasgos, se trita de pequeñas estatuas destinadas a ser

ofrendas funerarias; simbolizan “la vida” acompañando a “la muer


48 BEATRIZ DE LA FUENTE

te”. Los temas no se restringen a la figura humana, si bien ésta es


abundante y su tratamiento da un valor único a cada pieza, en cuan-
to evocan diferentes tipos. Así, la riqueza de los ropajes, tocados y
joyas de hombres y mujeres, indica su pertenencia a diversas clases
sociales y sus actividades; se muestran, pues, investidos de poder
terreno. Pero también se incorporan imágenes de varias divinidades.

27, Escultura cerámica de Jaina, Campeche

Foto: Michel Zabé, Proyecto La pintura muntl prehispánica en México/ir, UNAM

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 49

Gobernantes, dignatarios, damas de la corte, guerreros, jugadores


de pelota, tejedoras; jóvenes y ancianos, animales solos, individuos
que surgen de flores o van acompañados por animales diversos;
parejas formadas por diosas jóvenes y dioses ancianos que convi
ven en forma íntima y sensual, son sólo algunos de los muchos
tipos que las cerámicas de Jaina dan a conocer.

Conjunto artístico único, a pesar de sus dimensiones reducidas,


estas piezas reflejan, a través de sus agraciadas posturas y sus for
mas cuidadosamente plasmadas, la condición humana. Expresan
un pleno amor por la vida en todos sus aspectos.

La naturaleza artificial: Hochob

Si bien no se trata de una de las máximas expresiones del estilo


Chenes, Hochob (Campeche, México) se singulariza por ser uno
de los ejemplos en que aparece la figura humana.

Las “fachadas zoomorfas” distinguen las portadas de los edificios,


Para ello acuden a la representación de enormes mascarones de
rasgos geométricos y fantásticos, formados por la yuxtaposición
de pequeñas piedras careadas. El vano de acceso a las habitaciones
se transforma, entonces, en las fauces de un monstruo, de modo tal
que jambas y dintel simulan la dentada mandíbula superior del mis
mo, a cuyos lados se aprecian los enormes ojos de pupila ganchtuca
En el piso frente al acceso suelen colocarse elementos diversos
que, en conjunto, dan la idea de la mandibula inferior del mismo ser
con sus dientes y lengua. La composición puede complementarse
con elementos tales como orejeras, adornos vegetales y pequeños
mascarones sobrepuestos entre sí y a cada lado del central.

El conjunto se ha considerado la figura magnificada del Monstruo


de la Tierra: su hocico abierto son las cuevas de las montañas que
permiten el paso al inframundo, Tal es el caso de la Estructura 2
Pero en ésta, además, la crestería presenta numerosos hombres
esquemarizach », rigriche 5 Y CON le 8 braze IS p "Ene los al [1 Uerpo

He aquí una de las características propias de la escultura de Las


planicies yucatecas durante el Clasico Turco
50 BEATRIZ DE LA FUENTE

Uxmal y la armonía del mosaico pétreo

La ciudad de Uxmal (Yucatán, México) es, por muchas razones,


destacada representante del estilo Puuc. La horizontalidad predo-
mina en los edificios, y la riqueza y abundancia de sus mosaicos
escultóricos habla de un profundo apego a la armonía geométrica,
que no cansa pese a su repetitividad. Serpientes, grecas, columnillas
o tamborcillos, celosías lisas o dentadas, chozas, personajes seden-
tes vestidos con cierto lujo, y mascarones de trompa larga y enros-
cada constituyen algunos de los elementos escultóricos adosados
a los muros. Así, el Cuadrángulo de las Monjas es uno de los más
nobles conjuntos arquitectónicos del estilo Puuc.

Cabe señalar un grupo de esculturas unidas por el tema que re-


presentan y que, a juzgar por ciertos rasgos, formaron parte de la
decoración mural del sitio. Una de ellas, la más conocida, recibe el
sobrenombre de “la Reina de Uxmal”. Se trata de un joven rostro
humano, carente de expresión y con un posible tatuaje, pues su
mejilla está decorada por una sucesión de puntos dispuestos a
manera de greca; ciñe sus cabellos con una banda formada por
discos; emerge de las fauces abiertas de un ofidio.

Este tipo de escultura no es exclusivo de Uxmal. Se encuentra


en diversas ciudades, como Chichén Itzá, Kabah, Labná, Oxkintok
y Sayil.

La tosquedad en Kabah y Oxkintok

Varios sitios del Puue comparten los rasgos mencionados para


Uxmal, pero dos de ellos incorporan nuevos elementos, como ocu
rre en Kabah y Oxkintok (ambos en Yucatán, México). A sus escul
turas conocidas, los recientes trabajos arqueológicos han agregado
otras, de suerte que hoy podemos hablar de dos rasgos caracterís
ticos: de una parte, las columnas labradas con imágenes de seres
obesos y, por otra, las estelas y jambas en bajo relieve

Las primeras se identifican por representar figuras humanas que

parecen desprenderse del elemento arquitectónico, Suelen ser de

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD ul

rasgos mofletudos, con los ojos abultados o muy esquematizados,


al igual que el cuerpo, cuya altura total varía entre cuatro y siete
cabezas. Un ejemplo lo ofrece la Columna 2 de Oxkintok (figura 28),

custodiada en el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de


México.

H Columna 2 de Oxikintok, Yueman Foto Pedro Cuevas

Archivo Fotográfico clel im AM


52 BEATRIZ DE LA FUENTE

Aunque se trata de imágenes en alto relieve, en ocasiones dan


la idea de búsqueda del bulto redondo. Éste se logra en escasos
ejemplos, como ha demostrado la liberación de la fachada posterior
del edificio llamado Codz Pop CEstera Enrollada”), de Kabah: el
friso se decora con personajes de grandes dimensiones (más altos
que el natural), todos de pie y con ricas vestimentas, si bien ape-
gados a los cánones ya dichos de simpleza y despersonalización.

A su vez, las estelas y jambas dividen de uno a tres niveles el


espacio donde se contienen sendas escenas con personajes solos
o en parejas, carentes de individualidad, quienes adoptan diversas
posturas y actitudes, El relieve define las siluetas y, a través de inci-
siones, se detallan diferentes diseños como las caras, los atavíos y
símbolos del poder político o religioso.

En la mayoría de los ejemplos con figuras solas, tanto hombres


como mujeres se observan de frente pero con el rostro volteado
hacia un lado; un brazo puede cruzar sobre el pecho y los pies se
ven con las puntas separadas 180”. En las escenas más complejas,
con dos o más divisiones, los seres humanos se aprecian de perfil,
sentados sobre posibles tronos; de pie, en aparente actitud de danza
o amenazando prisioneros de guerra. También es posible encon-
trar, en la parte superior de las esculturas, imágenes de divinidades
o antepasados que “revolotean” por encima de los mortales.

A diferencia del tratamiento formal dado al hombre en las Tie-


rras Bajas del sur, y con excepción de los personajes obesos, aquí
no se aprecia el deseo de presentar las suaves redondeces del
cuerpo. Éste siempre se observa tosco, simplificado, y la importan-
cia humana se pierde entre los atributos de estatus social, político
y sagrado.

Chichén Itzá y el dominio de la geometría

A Chichén Itzá (Yucatán, México) se le conoce ante todo por sus


obras fechadas para el periodo Posclásico, cuando se dieron mez
clas entre el arte maya y el del Altiplano mexicano,

Por otro lado, es bien sabido que el sector llamado Chichen Viejo

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD DE

pertenece a la tradición Puuc. A ella, en consecuencia, se incor


poran estilísticamente las esculturas.

Sin embargo, sobresalen las representaciones bautizadas por


Auguste Le Plongeon como chac mool (garra roja”) (figura 29),
nombre que no guarda relación alguna con el significado de estas
esculturas. Las más antiguas se han fechado entre los siglos vit
v IX d.C. Están situadas frente al acceso de los templos, por lo que
se han asociado a diversos rituales. Muestran un hombre fuerte
mente geometrizado y sin personalidad, que se caracteriza por
adoptar una postura semiyacente sobre sus espaldas, con el torso
apenas elevado gracias al apoyo sobre los codos, y con la cabeza
vuelta por encima de alguno de sus hombros; dobla las piernas de
manera que los talones se acercan a la cadera, Sobre el vientre y
ron ambas manos sostiene un disco.
No obstante se trata de esculturas de bulto redondo, el trata
miento hace evidente un sólido apego a formas esquemáticas y
peométricas, llevadas a un alto desarrollo.

0 Chac mool de Chichén Ttzá, Yuentán, Foto; Kumelia Hernández Vazquez,

Archivo Fotografico del me, EMA=


54 BEATRIZ DE LA FUENTE

¿El fin de una época?

La escultura maya, con su técnica más utilizada —el relieve— y


sus temas favoritos —en particular el ser hlimano—, se distingue
a lo largo de siglos como resultado de la búsqueda afanosa de un
pueblo por plasmar en objetos concretos una singular cosmoavi-
sión, rica en símbolos y aspectos. Los hombres de la más alta cla-
se social dominan en las obras: se representan en la cúspide de su
poder político, con los emblemas terrenales y divinos que justifi-
can y dan validez a su actuación. Se acompañan por los dioses y
los antepasados, por cortesanos o prisioneros, y en actos rituales.

Los momentos cumbre del Clásico manifiestan en la escultura un


pronunciado amor por la vida, cuyas imágenes oscilan entre las
líneas sensuales, curvas, y las líneas rígidas, abstractas. Pero en
conjunto se trata de obras de noble factura, que atestiguan una tra-
dición escultórica milenaria.

PINTURA MURAL
Ciudades de color

El exterior de las edificaciones arquitectónicas mayas actualmente


han perdido casi en su totalidad los colores que, sobre una capa
de estuco, cubrían las piedras con las que se construyeron.

Para nosotros es difícil visualizar los edificios tal como los man-
tuvieron sus habitantes; las evidencias nos indican que fueron
revestidos por uno o varios colores, o con escenas pintadas. Hoy
en día, y debido al carácter perecedero de este material, aquellas
capas cromáticas han quedado simplificadas a pequeños fragmentos
(figura 30).

El uso del color fue de tanta importancia que no sólo se pintaban


los monumentos arquitectónicos en el exterior o interior, sino tam-
bién lucieron brillantes colores las esculturas, los relieves en piedra
(estelas, dinteles, jambas), y las figuras modeladas en estuco de
grandes dimensiones como los mascarones del periodo Preclásico
Tarcio,

SJ
JN

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD

30. Estructura P-I, mural de la Casa Azul, Rancho INA, Quintana Roo. Posclásico
Tardio
Foto: Javier Hinojosa, Proyecto La pintura mural prehispánica en México/IiE, UNAM

Los grupos mayas manejaron como un sistema establecido el


lenguaje de las formas inserto en sus múltiples manifestaciones
artísticas, de igual manera el cromatismo tenía su propio significado,

Los restos pictóricos nos indican que por lo menos, ya en el


periodo Preclásico Medio (1000-300 a.C.) eran utilizados los pig
mentos; muestras de color, principalmente el rojo, se han hallaco
en plataformas y subestructuras en varios sitios del área maya,
Policromíia mural

Son diversas las construeciones así como los espacios arquitecto


nicos que usaron los mayas para representar en ellos, desde simples
franjas monocromas, como un factor delimitador de los espacios
arquitectónicos, hasta escenas con mucho colorido y de complejo
simbolismo. Estos testimonios pictóricos se encuentran en tumbas,
56 BEATRIZ DE LA FUENTE EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 57

plataformas, escaleras, jambas, dinteles, cornisas, entablamentos,


frisos y molduras en el exterior de templos o palacios y, en pisos,
muros, banquetas, en la bóveda y en las piedras tapa de bóveda,
en el interior de los cuartos. Por supuesto es, que había una rela-
ción intrínseca entre la pintura y el espacio arquitectónico en donde
se representaba.

De igual manera la iconografía pictórica es diversa pero en con-


junto tiene que ver con las actividades de la élite, con los dioses,
con los conceptos del cosmos y sus tres niveles —cielo, tierra e
inframundo—, así se representaron rituales de sacrificio y autosacri-
ficio, escenas de guerra, fechas que sitúan en el tiempo los mo-
vimientos de los astros y acontecimientos relevantes para la nobleza
y por lo tanto para la sociedad.

Las imágenes se pintaban sobre una capa de estuco, mezcla de


cal y arena, que da un color blanco (figura 31); la mayoría del
resto de los pigmentos son de naturaleza mineral. Otras tonalida-
des se conseguían al mezclar varios colores, de tal forma que se
obtuvo una variada gama cromática.

Sobre la superficie arquitectónica se colocaba un aplanado de


estuco el cual se alisaba hasta lograr una capa uniforme y sobre
ésta se trazaba, por lo general con una línea roja, la silueta de las
figuras que habrían de formar parte de la escena, después se relle-
naban cada una de ellas, y finalmente se pintaba, sobre el rojo, el
contorno en color negro.

La mayor parte de los fragmentos murales que a la fecha se han


conservado, pertenecen a sitios ubicados en la península de Yuca-
tán, son pocos los de las zonas central y sur; sabemos de otros gra-
cias a la referencia que hicieran en sus escritos principalmente los
viajeros e investigadores del siglo xx y principios del xx, y que aho-
ra se han perdido por completo o de ellos queda solamente una
pequeña huella.

La ubicación temporal de la pintura mural resulta ser complicada,


esto se debe a que su ejecución puede no corresponder necesa-

riamente a la construcción del edificio, cabe la posibilidad de que $1, Cuarto 2 de


la Estructura 1 0 El Palacio, Santa Rosa Xtampak, Campeche
1 he E y "émse el re : Ue 7 en el ce "1 elerre de la bóveda la tapa
el mural se haya hecho tiempo después, Entonces, para su fecha Vésse el
recubrimiento de amuco y en el caoiro Lal clema de la >0ves
de la misma con restos de pintunt Foto Pedro Cuevas,

miento es indispensable recurrir a la información de los estudios Proyecto La


pintura muril prehispánica en México/iir, UNAM
58 BEATRIZ DE LA FUENTE

arquitectónicos, cerámicos, arqueológicos, epigráficos y estilísticos.


Cuando se trata de pinturas en una subestructura la fecha puede
ser más precisa.

La función de la pintura mural en exteriores fue un medio de


expresión y comunicación. A través de un lenguaje visual inserto
en estas diversas manifestaciones culturales se exponían los con-
ceptos cosmológicos y políticos, se reafirmaba la legitimidad del
poder dinástico; eran mensajes permanentes. De las pinturas que
ocupan un espacio interior, es posible que sólo fueran vistas por la
nobleza, quizá eran un tema restringido al cual el común del pue-
blo no tuviera acceso.

Camino al inframundo

Son del periodo Preclásico Tardío y de la región del Petén los


murales que se han fechado como los más antiguos en el área
maya y corresponden a imágenes en contexto funerario.

En la Tumba 166 en Tikal, varios personajes sentados ocupan los


muros de una cámara; fueron delineados en negro y pintados en
color rojo (figura 32). Se han identificado como deidades o antepa-
sados del individuo ahí enterrado y que seguramente perteneció a
la nobleza, quizá era un gobernante; es evidente en la simbología la
presencia y comunicación con el inframundo, lugar sagrado al que
se llega después de la muerte.

Asimismo en el exterior del templo del Edificio 5D Sub 10-1,


sobre la Tumba 167, se localizaron personajes de pie y diseños a
manera de volutas que formaban una cenefa; actualmente la pin-
tura casi ha desaparecido (figura 33).

Del Clásico Temprano, otro tipo de imágenes como textos glifi-


cos aparecen en las impresionantes tumbas 1, 19, 12 y 23 de la ciu-
dad de Río Azul en el extremo noreste de Guatemala, cerca de la
fronteras con Belice y México.

Las pinturas de la Tumba 1 figura 34) en color rojo sobre blanco

a fecha en

pondiente a 417 d.C,


año del nacimiento del individuo en que fue enterrado un digna

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 509

12. Detalle de

hario de Río Azul, Otras figuras de dioses, formas serpentinas y sim


bolos de poder como pop o estera, se observan en los muros,
A traves de estos elementos glíficos se demuestra la autoridad de
pate personaje y se simboliza € », Otra fecha, la del año
197 d.C, fue pintada en el Entierro 48 de Tikal
Ol

60 BEATRIZ DE LA FUENTE EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD

34. Estructura 1, Tumba 1, Río Azul, Guatemala. Preclásico Tardío.


Dibujo: José Francisco Villaseñor,

33. Pintura mural en la Estructura 5 D Sub 10-1, Tikal, Guatemala, Preclásico


Tardío.
Proyecto La pintura mural prehispánica en México/1E, UNAM.

Dibujo: José Francisco Villaseñor, Proyecto


La pintura mural prehispánica en México/ IE, UNAM.

Nobles y guerreros en Vaxactiin


Xelbá, impresiones de un visitante
Los hechos históricos, una de las características de la iconogra-

En el sitio de Xelhá, en Quintana Roo, se encuentra la pintura q fía del arte maya,
tiene su aparición en la pintura mural en una
mural más temprana que se ha descubierto a la fecha en la penín- escena plasmada en
un muro interior del cuarto 7 del Edificio B-XIII,
sula de Yucatán y ocupa ambos lados de un muro de una subes- en Uaxactún, Guatemala
(figura 35). Se ha fechado entre 350 y
tructura. Se representó en la sección sur una escena de aves en 550 d.C. En la
época de su descubrimiento fue desprendida y algu
vuelo, enmarcadas por anchas bandas; en el lado norte, un damero nos fragmentos se
guardan en el Museo Nacional de Arqueología
y un personaje en posición frontal con características afines a la y Emología de
Guatemala.
pintura teotihuacana. Los datos arqueológicos la sitúan alrededor La distribución
de las figuras en registros horizontales será una
del año 450 d.C, Quizá esto sea un ejemplo en pintura mural de la constante
compositiva en la pintura mural y así lo denota esta esce
presencia o influencia de grupos provenientes del Altiplano mexi na; son varios
grupos de personajes dispuestos en dos registros y

cano entre 450 y 550 d.C. acompañados de inseripciones jert glificas,


62

BEATRIZ DE LA FUENTE

35. Detalle de pintura mural en el Edificio BXITI, Uaxactún, Guatemala.


Dibujo: Arturo Reséndiz, Proyecto La pintura mural prehispánica en México/1E, UNAM,

Llama la atención una construcción arquitectónica dentro de la


cual tres figuras sentadas, posiblemente de la nobleza, se distinguen
por su atuendo (figura 36). Al lado izquierdo, dos individuos, quizá
guerreros, uno con el cuerpo pintado de negro, parece expresar
un saludo a otra figura que levanta la mano sosteniendo un objeto.

Bonampak, la vanidad de un rey

En el extremo poniente de la Acropolis, la Estructura 10 Templo


de las Pinturas, conserva en sus tres cuartos los muniles más excel

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 03

ue

36. Detalle de pintura mural en el Edificio B-XIII, Uaxactán, Guatemala,


Dibujo: Arturo Reséndiz, Proyecto La pintura mural prehispánica en México/IIE, UNAM

sos y elegantes del arte pictórico maya (figuras 37-39). A 50 años de


su descubrimiento, las escenas pintadas que se conservan en buen
estado debido al trabajo de consolidación y restauración efectuado
entre 1985 y 1987, permiten ir descifrando su significado.

El fechamiento que se ha dado a la construcción del edificio, por


las fechas glíficas representadas en los murales y dinteles, es entre
790 y 792 d.C.

La totalidad de las paredes del interior de esos cuartos están


revestidas por diversas escenas magistralmente ejecutadas, En ellas
se deja constancia de distintas actividades rituales del gobernante
Chan Muan Io Cielo Harpía II y de otros miembros de la realeza
de Bonampak,

En la bóveda del Cuarto 1 un grupo de personajes vestidos con


una capa blanca dialogan entre sí, la postura y posición de las
manos así lo indican; en el extremo derecho un hombre carga a
37. Proyección isométrica del Cuarto 1, lados poniente y norte, Bonampak, Chiapas.
Foto: Ernesto Peñaloza, edición digital: Ricardo Alvarado Tapia,
montaje: María de Jesús Chávez Callejas;
Proyecto La pintura mural prehispánica en México/1E, UNAM.

38. Proyección isométrica del Cuarto 2, lados sur y poniente, Bonampak, Chiapas.
Foto: Ernesto Peñaloza, edición digital; Ricardo Alvarado Tapia,
montaje: María de Jestis Chavez Callejas:
Proyecto La pintura mural prehispánica en México/ tir, UNAM

39. Proyección isométrica del Cuarto 3, lados norte y oriente, Bonampak, Chiapas.
Foto: Ernesto Peñaloza, edición digital: Ricardo Alvarado Tapia,
montaje: María de Jesús Chávez Callejas;
Proyecto La pintura mural prehispánica en México/1E, UNAM.

un niño, y es por esta figura que se ha dicho que en este cuarto el


tema central es la presentación del heredero (figura 40),

La escena del otro lado es el momento en que Chan Muan ll o


Cielo Harpía es vestido por otras personas. Arriba de ellos, masca-
rones y parte de una banda celeste forman parte de lo que acon-
tece en los otros niveles. En los muros un grupo de músicos e indí-
viduos disfrazados de figuras fantásticas forman parte del suceso
(figura 41). Entre la bóveda y los muros se representa el texto enliti
co más largo de estos murales.

En tres de los lados del Cuarto 2 se lleva a cabo, cuerpo a cuer-


po, una guerra, actividad en la cual participaba el gobernante en su
calidad de máximo guerrero. En el lado norte la consecuencia de
esta acción bélica: los cautivos sentados o hincados para el ritual
sacrificatorio, expresan sufrimiento sobre las escalinatas de una
estructura; en la parte central Chan Muan II o Cielo Harpía acom-
pañado de miembros de la nobleza, demuestra st triunfo y su poder
(figura 42), Cerca del cierre de la boveda, dentro de medallones,
figuras asociadas con los astros observan los acontecimientos,
66 BEATRIZ DE LA FUENTE EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 67

Ál, Detalle de pintura mural en el Cuarto 1, Bonampak, Chiapas,


Foto: Ernesto Peñaloza, Proyecto La pintura mural prehispánica en México/Ii, UNAM,

40, Detalle de pintura mural en el Cuarto 1, Bonampak, Chiapas, Foto: Ernesto


Peñaloza, Proyecto La pintura mural prehispánica en México/Iiz, UNAM,
68 BEATRIZ DE LA FUENTE

42. Detalle de pintura mural en el Cuarto 2, Bonampak, Chiapas.


Foto: Ernesto Peñaloza, Proyecto La pintura mural prehispánica en México/Iiz, UNAM,

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 69

En el Cuarto 3 varios personajes danzan con un fastuoso ves-


tuario y enormes tocados. En el lado este de la bóveda, sobre una
banqueta, se lleva a cabo el ritual del autosacrificio (figura 43). Las
mujeres se atraviesan la lengua con una cuerda y la sangre, líquido
sagrado, cae en los papeles que se encuentran en un recipiente,
los cuales, después, se quemarán y el humo será el contacto con el
cielo, con los dioses. En el lado norte otro grupo de nobles de capa
blanca dialoga y en la parte superior hay otras figuras y elementos
simbólicos asociados a los dioses y astros.

Algunos individuos llevan a un lado cartuchos glíficos. Son cláu-


sulas nominales que dicen su nombre o su título con el cual se ase
gura ser miembro de la nobleza.

Los murales de Bonampak son una muestra del dominio compo


sitivo y técnico que los mayas lograron. Las escenas son de extraor
dinario naturalismo: la expresión en los rostros de los personajes,
el movimiento que se percibe en la guerra. Además, visten atuen
dos muy elaborados con un complejo simbolismo que se descubre
en los diseños pintados con mucho detalle en las faldas y capas.
Los tocados de plumas y de animales irreales engalan a cada uno
de los protagonistas. El colorido es parte fundamental de la icono
grafía y del aspecto visual.

Estas pinturas también son el único ejemplo pictórico mural casi


completo que nos permite saber cómo debieron estar pintados los
templos de otras ciudades del área maya.

También es importante mencionar que en el exterior de la


Estructura 1 se conservan fragmentos de una franja de glifos pintada,
Con esta muestra y de otras en el norte de la península de Yucatan,
como la Estructura 2 de Chicanná o el sitio de Haltunchón en Cam-
peche, sabemos que en las fachadas se pintaron importantes sucesos,

La representación de escenas en donde aparecen textos glíficos


y personajes de la nobleza efectuando actos rituales, parece que se
convirtió en una tradición temática de este periodo, Pequeños
restos de rostros y tocados muy elaborados atin se conservan en
Palenque y Yaxchilán en México, y en La Pasadita, Guatemala,

Esta tradición iconográfica y compositiva presente en el Petén es


compartida también en Cobá, a 50 km de la costa del Caribe, en
70

BEATRIZ DE LA FUENTE

43. Detalle de pintura mural en el Cuarto 3, Bonampak, Chiapas.


Ernesto Peñaloza, Proyecto La pintura mural prehispánica en México/1i, UNAM,

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD ul

Quintana Roo. Los pocos restos que quedan en la estructura El


Cuartel así lo señalan.

El hombre de guerra

En la península de Yucatán encontramos otros documentos pin


tados que redundan la importancia de la guerra, de los rituales
sacrificatorios, de los cautivos y de los dioses.

Las pinturas de Mulchic se distribuyen en tres registros horizon


tales; en el superior se pintó el texto glífico, en el central y de
mayor espacio se desarrollan diversas escenas, en el inferior se
encuentran figuras asociadas a la muerte y al inframundo.

En uno de los muros se representó un enfrentamiento bélico


entre dos grupos (figura 44); sorprende que las armas empleadas
sean piedras y que dentro del lugar donde se lleva a cabo esta
acción hay un árbol del cual está colgado un individuo. La escena
que correspondía al muro posterior, figuras humanas con el cuerpo
pintado de negro, cráneos y cuchillos, presenta a los cautivos de
la guerra ante el personaje de mayor tamaño.

En el sitio de Ichmac, también dispuestos en registros horizonta


les, varias filas de importantes personajes ocupan la bóveda y los
muros; representan diversos sucesos asociados con los tres niveles
del cosmos y las actividades rituales de los miembros de la nc obleza,

Otros murales cuyo contenido iconográfico de igual modo con


siste en personajes guerreros y en una acción bélica. Se encuentran
en Sodzil y en Chacmultún, Yucatán. En este último es notorio un
cambio en la composición, son personajes de menores dimensio
nes respecto a los murales antes mencionados,

Cuando los dioses hablan


Una modalidad aparentemente regional, tanto por la temática

como por el espacio arquitectónico que ocupan, se encuentra en


numerosos silos en Campeche y Yueatán y consiste en las piedras
72 BEATRIZ DE LA FUENTE

44. Mural 3 de la Estructura 1, Mulchic, Yucatán. Dibujo: Arturo Reséndiz, Proyecto


La
pintura mural prehispánica en México/1e, UNAM.

tapa de bóveda que en su mayoría corresponden al periodo Clásico


Tardío,

De la hilera de piedras que forma el cierre de la bóveda, por lo


común en la central, la cual forma eje con la entrada al cuarto, se
encuentran imágenes pintadas (figura 45).

Las características que definen y distinguen estas pinturas son


que la mayor parte fueron realizadas en rojo sobre el blanco del
enlucido, la imagen central está enmarcada, arriba y abajo, o por
los cuatro lados, por franjas de glifos. Por lo general miden entre
40 a 70 cm de alto por 15 a 45 cm de ancho.

La figura que ocupa el centro, generalmente es una deidad, y


es frecuente la representación del dios K o K'atwil, con un rostro
fantástico y escamas en el cuerpo que lo asocian como un reptil,
a veces en lugar de éstas uno de sus pies se vuelve la cabeza de
una serpiente, Esta divinidad está estrechamente relacionada con
los miembros del linaje en el poder, y entre sus atributos, también

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 7

15, Tapa de bóveda de la Estructura A-1, Daibilnocic, Campeche, Foto Pedro Cuevas,
Proyecto La pintura mural prehispanica en México/Ii, UNAM,
74 BEATRIZ DE LA FUENTE

se reconoce su asociación con la abundancia, el alimento; en

varios ejemplos como en Dzibilnocac y Xnucbec aparece regando


granos.

Dos estilos en Chichén Itzá

En Chichén Itzá se han descubierto varios fragmentos pictóricos


en diversos edificios como las Monjas, Templo de los Jaguares y
Templo de los Guerreros. Sin embargo, sobre la temporalidad aún
se discute si corresponden al periodo Clásico terminal o al Posclá-
sico Temprano, debido a que en ellos se conjugan dos estilos: el
maya clásico y el del Altiplano Central mexicano.

LAS VASIJAS Y SUS HISTORIAS

La información recabada a través de importantes investigaciones


sobre el surgimiento y el proceso técnico de la cerámica es muy
extensa.

Esta difícil tarea ha proporcionado datos valiosos sobre cada una


de las regiones del área maya. Es por el análisis y la clasificación de
la cerámica que se han podido determinar tipologías, que marcan
las etapas de desarrollo y, por lo tanto, establecer cronologías.

Asimismo, por medio de los materiales usados, de los cambios


en la elaboración y del reconocimiento de patrones específicos en
estos objetos, ha sido posible conocer las relaciones comerciales,
culturales y sociales entre las regiones mayas y con otros pueblos
mesoamericanos.

Los materiales para la fabricación de las vasijas fueron el barro


O la arcilla, agua y desgrasantes; con ellos modelaron una enorme
diversidad de objetos. Para desgrasarlo (que no se fracture en el
proceso de cocción y enfriamiento), usaron ceniza volcánica, con-
cha, arena, cuarzo y calcita. El tipo de desgrasante más el engobe,
el cual era hecho del mismo barro disuelto, ha servido para distin
guir las cerámicas de las distintas regiones,

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD Ue

Un ejemplo es el de los complejos cerámicos que se crean a par


tir de la tipología y se conocen con las ne omenclaturas de cada sitio
arqueológico, pero por lo general se ha utilizado la de Uaxactun,
Guatemala, con fines comparativos.

Dichos complejos se remontan hasta el periodo Preclásico;


por caso, del Preclásico Medio (1000-3500 a.C) y Tardío (300 a.C,
300 d.C) los complejos Mamon y Chicanel de Uaxactún, Eb, Tzec,
Chuen y Cauac de Tikal, y Nabanche, Komchen y Xcuhul de Dzi
bilchaltán, demuestran dominio técnico y variedad de formas, Los
decorados suelen ser geométricos, abstractos o solamente del color
del barro. Estas características se aprecian en ollas, vasijas, platos
hondos, jarras, vasos de formas complicadas, de figuras humanas
o de animales y destacan los soportes globulares; predominan los
colores crema, rojo y gris.
La evolución y los cambios que se suceden a partir de las pri
meras etapas, para el Clásico Temprano (300-600 d.C.) se detecta
principalmente por las vasijas con tapas y la aparición de escenas
en las que se representa con mayor frecuencia la figura humana en
distintas actividades y atributos. Los colores son los mismos pero
se incluyen azul, blanco, verde y negro como en los complejos
Tzakol de Uaxactún (figura 46), Cimi y Manik de Tikal, Bízac de
Copán y Blanco de Cobá.

Destacan las vasijas tetrápodes, en que las patas son de animales


y las tapas tienen cabeza también de animales o de figuras humanas
con decoración incisa y en relieve, Hay especial énfasis en represen
tación de figuras completas, humanas o animales, como incensarios,

En el Clásico Tardío uno de los complejos más conocidos es


Tepeu de Uaxactún (véase la figura 40). Época del esplendor de las
vasijas polícromas con escenas Es el caso de la cerámica ritual y fu
neraría, en la cual es evidente la perfección técnica y la calidad
artística. Se revela en aquellos objetos utilizados por las dinastías
reinantes y la nobleza para fines rituales, de tal manera que es comtn
encontrarlos dentro de los templos y asociados a estelas o altares
como ofrenda o en los entierros,

La producción artesanal debió ser interma, s bre todo si toma


mos en cuenta la cantidad de objetos sumuarios que requerían las
76

o
WILL

Tepeu

BEATRIZ DE LA FUENTE

46. Fases clásicas de la secuencia cerámica


de Uaxactún, Guatemala.
Tomado de Culbert, 1985.

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD "7

élites gobernantes. Es un hecho que los artesanos, que segura


mente formaban un grupo especializado, lograron tener una gran
creatividad e ingenio en la elaboración de los utensilios. Se ha
descubierto una enorme variedad en las formas cerámicas: ollas,
apastles, platos hondos, platos sin soporte o trípodes, cajetes, cuen
cos de paredes divergentes, jarras, vasijas Con asas, Vasos cilíndricos
de paredes altas, recipientes en forma de animales, urnas, braseros
y la pequeña escultura de bulto redondo.

La iconografía de las imágenes pintadas varía desde formas sim


bólicas (esteras, dameros, agua, franjas, entre otros), hasta aquellas
que se relacionan con hechos históricos, religiosos y cosmológicos
(figura 47.

Las escenas suelen ser naturalistas y dinámicas; se representa 4


los gobernantes en el momento de efectuar autosacrificios, sentados
sobre banquetas celebrando algún ritual o en diálogo con los ante
pasados o con las deidades; a los guerreros, personajes danzando,
animales (sobre todo los que se asocian con el inframundo, entre
ellos aves o jaguares). En algunas vasijas se incluyen inscripciones
jeroglíficas en el borde o dentro de la escena, indicando alguna
fecha y acto conmemorativo.

Cabe mencionar que los diversos recipientes fabricados para


fines prácticos y domésticos, como platos, ollas y vasijas, por lo
común tuvieron mínima decoración.

MATERIALES DIVERSOS: PRODUCTOS DE LA REALEZA

Dentro de la plástica maya sobresalen los objetos hechos de dis


tintos materiales. Estas obras por lo común se hicieron de jade,
concha, coral, sílex, hueso, obsidiana, pirita y de estuco, se han
hallado diferentes objetos en formas de animales, figuras humanas
y esculturas de bulto, Para este trabajo los artesanos debieron uti
lizar piedras duras, madera y pulidores también de jade,

Aquellas piezas que formaban parte del ritual y del vestuario y


ornamento de los dirigentes o de la nobleza, eran de tal impor
tancia iconográfica o simbólica que se encuentran en NUMErosos
78

BEATRIZ DE LA FUENTE

Ne á7. Plato pintado con la figura de un colibrí, Altun Ha, Belice.


Dibujo: Albino Luna, Proyecto La pintura mural prehispánica en México/1e, UNAM.

entierros y también se manifiestan en el atuendo de personajes


representados en los relieves en piedra o estuco, en la pintura
mural y en la cerámica polícroma.

El jade fue una de las piedras más duras utilizada por los mayas,
sus colores son tonos de verde, negro, azul y blanco, lo labraban
y lo usaban en mosaico o de una sola pieza, o para las joyas Core-
jeras, collares, pulseras, ajorcas y otros ornamentos). Con los mismos
fines se empleaba la concha, obsidiana, coral y hueso y a veces se
incluían varios de ellas en la elaboración de estas piezas. La pirita
por lo común era para los espejos.

En muchos de estos objetos se grabaron diseños, por ejemplo


en algunos pectorales se representa a los dioses o al individuo que
lo portaba o su jerarquía en un acto ritual.

En el caso de la concha y del caracol no sólo se usó como ma-


teria prima para dar lugar a una pieza particular (figuras humanas
y animales o inscripciones jeroglíficas), sino también se respetó la
forma original ala cual, a veces, se le añadieron diseños espraiacos,

EL ARTE. CENTINELAS DE LA ETERNIDAD 79

De igual modo sobresale el grabado en hueso, es común encon


trar simples diseños, figuras humanas, deidades o inscripciones
jeroglíficas.

Otros objetos son los llamados excéntricos, hechos de obsidiana


y sílex; entre las variadas formas que se les dieron están las de diver
sas deidades.

Por otra parte cabe decir que el arte plumario debe haber sido
otra expresión artística relevante como se aprecia en la pintura
mural de Bonampak, en numerosos relieves y en las vasijas pintadas,

Sin duda este peregrinar tan sólo dará una muy breve idea de
qué es el arte clásico maya. Acaso despierte el interés por conocer
uno de los grandes pueblos creadores de todos los tiempos, pues
desde su muda antigiiedad esas magníficas obras aún conservan
secretos por revelar.

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LA ESCULTURA MAYA CLÁSICA*

En la enorme superficie que abarcó la cultura maya en Mesoamé-


rica, se distinguen varios estilos artísticos regionales y locales, deter-
minados en buena medida por las diferencias topográficas y climá-
ticas. Por una parte, están las Tierras Altas al sur —en Chiapas,
México, y en Guatemala—, y por otra, las Tierras Bajas —el Petén
en Guatemala y la península de Yucatán en México—. Esos estilos
— diferentes, pero emparentados— pueden advertirse en todas las
manifestaciones artísticas de los mayas, sea en la arquitectura, la
escultura, la cerámica o la pintura.

En la escultura —nuestro tema—, más allá de sus particularidades,


se perciben, de modo sobresaliente, dos grandes regiones artísticas:
la de la parte central de la zona, donde el relieve en distintas mo-
dalidades es la forma predominante de expresión, y cuyos temas
se ordenan en torno a las acciones históricas de personajes desti-
cados, y la del norte, donde la creación se manifiesta por medio del
relieve arquitectónico, y en él abundan vibrantes formas geométricas,

Esta diferencia entre ambas regiones artísticas se reconoce con


claridad en los tiempos de plena integración cultural, durante el
periodo Clásico (entre 250 y 900 d.C), pero está ya prefigurada
desde el Preclásico Tardío Centre 300 a.C. y 100 d.C.) y el Proto-
clásico (100 a 250 d.C), pues los estilos del Clásico se anuncian
desde entonces en varios aspectos formales y temáticos,

Por otra parte, un estilo nuevo se presenta en la península de


Yucatán durante el periodo Posclásico Centre 900 y 1500 d.C.) al
juntarse dos voluntades artísticas, la maya y la tolteca, Predominan

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