Professional Documents
Culture Documents
ORIGINAL
32. Dexter DT, Ward RH, Wells FR, Daniel SE, Lees AJ, Peters TJ, et al. 37. Golbe LI, Farrell TM, Davis PH. Follow-up study on early-life protec-
Alpha-tocopherol levels in brain are not altered in Parkinson’s dis- tive and risk factors in Parkinson’s disease. Mov Disord 1990; 5: 66-70.
ease. Ann Neurol 1992; 32: 591-3. 38. Hellenbrand W, Boeing H, Robra BP, Seidles A, Vieregge P, Nischan P,
33. Tohgi H, Abe T, Saheki M, Hamato F, Sasaki K, Takahashi S. Reduced et al. Diet and Parkinson’s disease. II. A possible role for the past intake
and oxidized forms of glutathione and a-tocopherol in the cerebro- of specific nutrients. Results from a self-administered food-frequency
spinal fluid of parkinsonian patients: comparison between before and questionnaire in a case-control study. Neurology 1996; 47: 644-50.
after L-dopa treatment. Neurosci Lett 1995; 184: 21-4. 39. Morens DM, Grandinetti A, Waslien CI, Park CB, Ross GW, White
34.FedericoA,BattistiC,FormichiP,DottiMT.Plasmalevelsofvitamin LR. Case-control study of idiopathic Parkinson’s disease and dietary
EinParkinson’sdisease.JNeuralTransm1995;45(Suppl):267-70. vitamin E intake. Neurology 1996; 46: 1270-4.
35.AhlskogJE,UittiRJ,LowPA,TyceGM ,NickanderKK,Petersen 40. De Rijk MC, Breteler MMB, den Breeijen JH, Launer LJ, Grobbee
RC,etal.NoevidenceforsystemicoxidantstressinParkinson’sor DE, van der Meché FGA, et al. Dietary antioxidants and Parkinson
Alzheimer’sdisease.Mov Disord1995;10:566-73. disease. The Rotterdam Study. Arch Neurol 1997; 54: 762-5.
36.GolbeLI,FarrellTM ,DavisPH.Case-controlstudyofearlylifedietary 41. Vieregge P, Maravic CV, Friedrich HJ. Life-style and dietary factors
factorsinParkinson’sdisease.ArchNeurol1988;45:1350-3. early and late in Parkinson’s disease. Can J Neurol Sci 1992; 19: 170-3.
Neuropsychiatric inventory.
Propiedades psicométricas de su adaptación al español
J. Vilalta-Franch, M. Lozano-Gallego, M. Hernández-Ferrándiz, J. Llinàs-Reglà, S. López-Pousa, O.L. López a
Recibido: 27.04.99. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones: Santa Caterina. Plaça Hospital, 5. E-17002 Girona. Fax: +34 97218 2605.
02.05.99. E-mail: jvilaltaf@intersep.org
Unidad de Demencias. Hospital Santa Caterina. Institut d’ Assistència Sa- Agradecimientos: Nuestro agradecimientos al Dr. J.L. Cummings por ha-
nitària. Girona, España. a Neuropsychology Research Program. Medical bernos autorizado la adaptación al español del NPI y por orientarnos en la
Center. University of Pittsburgh. Pitssburgh, EE.UU. redacción de este artículo.
Correspondencia: Dr. Joan Vilalta Franch. Unidad de Demencias. Hospital 1999, REVISTA DE NEUROLOGÍA
Tabla III. Correlaciones entre las puntuaciones de las diferentes escalas Tabla IV. Acuerdo interexaminadores para los ítems de frecuencia y gravedad.
del NPI con similares ítems del CAMDEX.
Frecuencia a Gravedad a Frecuencia × gravedad b
CAMDEX NPI
Ideas delirantes 1 0,939 0,991
Frecuencia Gravedad Frecuencia × gravedad
Alucinaciones 1 1 1
Ideas delirantes 0,301 a 0,304 a 0,301 a
Agitación 1 1 1
Alucinaciones 0,453 b 0,460 b 0,460 b
Depresión 1 0,912 0,961
Depresión 0,252 a 0,274 a 0,303 a
Ansiedad 0,955 0,952 0,980
Ansiedad 0,219 a 0,217 a 0,150
Euforia 1 1 1
Apatía -0,047 -0,081 0,089
Apatía 1 1 1
Desinhibición 0,428 b 0,451 b 0,438 b
Desinhibición 1 1 1
Irritabilidad 0,250 a 0,269 a 0,262 a
Irritabilidad 1 1 0,634
a
: p< 0,05; b: p< 0,01.
Conducta motriz 1 1 1
anómala
Tabla V. Consistencia interna (valores alfa de Cronbach). a
Coeficiente de correlación Kappa; b Coeficiente de concordancia de Kendall.
Todos los coeficientes fueron altamente significativos.
Preguntas exploratorias 0,59
Ideas delirantes 0,82 Tabla VI. Sensibilidad y especificidad de las preguntas claves.
Alucinaciones 0,75
Sensibilidad Especificidad
Agitación 0,47
Ideas delirantes 1 94,11
Depresión 0,56
Alucinaciones 88,88 1
Ansiedad 0,54
Agitación 1 97,77
Euforia 0,81
Depresión 95,45 90,24
Apatía 0,83
Ansiedad 1 86,95
Desinhibición 0,72
Euforia 1 95,08
Irritabilidad 0,64
Apatía 1 85,71
Conducta motriz anómala 0,65
Desinhibición 1 94,87
Global 0,85
Irritabilidad/agresividad 1 94,87
el mes previo a la entrevista. Identifica, pues, la presencia de parcial y sucinta como el GMS [46], el CAMDEX [19] y el CI [47].
síntomas actuales y mide su gravedad, por lo que se convierte en Por ello, para un estudio global de las demencias, estos instrumen-
un instrumento útil para valorar la respuesta a psicofármacos o a tos deberían complementarse con algún otro confeccionado especí-
tratamientos para las demencias. Ofrece la posibilidad de dar pun- ficamente para la valoración de los síntomas no cognitivos.
tuaciones específicas para cada uno de los síntomas, además de Tanto en la muestra utilizada para el presente trabajo como en
una puntuación global; utiliza la información procedente de un las utilizadas para valorar los rendimientos psicométricos de la
informante; tiene la capacidad de medir el distrés provocado por versión original [14] e italiana [25], la apatía ha sido el síntoma no
cada uno de los síntomas a los cuidadores [24], y se ha confeccio- cognitivo más frecuente. Existen diferencias en el orden de los
nado una versión para enfermería, el NPI-NursingHome. Tanto la restantes síntomas entre los tres trabajos que se pueden explicar
versión original como la italiana [25] y japonesa [26] han demos- por la heterogeneidad de las muestras.
trado buenos rendimientos psicométricos. Los resultados del pre- A pesar de utilizar técnicas estadísticas diferentes, nuestros
sente trabajo para la versión en español corroboran que el NPI es resultados corroboran la elevada fiabilidad interexaminadores del
un buen instrumento para el estudio de las diferencias transcultu- NPI observada tanto para la versión original [14] como la italiana
rales en la presentación de síntomas neuropsiquiátricos en pacien- [25]. La consistencia interna de 0,85 es muy similar al 0,88 de la
tes con demencia [25]. De la misma forma que la Behavioral versión original [14] y superior al 0,74 de la italiana [25]; sin
Pathology in Alzheimer’s Disease Rating Scale (BEHAVE-AD) embargo, la consistencia interna de las diferentes subescalas es
[27], el NPI es un instrumento que ayuda en el diagnóstico dife- mucho más dispersa puesto que en el presente trabajo varían entre
rencial entre la DTA y las demencias frontotemporales [28]. 0,47-0,83, por 0,87-0,88 de la versión original [14] y 0,68 a 0,74
Son numerosos los instrumentos psicométricos utilizados para de la italiana [25]. En cuanto a la validez concurrente, la versión
la valoración de los aspectos no cognitivos de las demencias [29]. original ha obtenido unos resultados mejores a los nuestros aun-
La BEHAVE-AD [30], la Behavior Rating Scale for Dementia que hay que señalar que en aquella el NPI se ha comparado con la
(BRSD) [31] y la Manchester and Oxford Universities Scale for the BEHAVE-AD, que es un instrumento confeccionado con fines
Psychopathological Assessment of Dementia (MOUSEPAD) [32] similares al NPI, mientras que en nuestro trabajo se ha comparado
miden numerosos síntomas no cognitivos. Otros instrumentos va- con ítems del CAMDEX, que es un instrumento con objetivos
loran sólo algunos de ellos, como la depresión en el caso de la muy diferentes. La fiabilidad interexaminadores de la adaptación
Cornell Scale for Depression in Dementia (CDD) [33], los sínto- al español es similar a la original.
mas psicóticos en la Columbia University Scale for Psychopatho- La elevada sensibilidad y especificidad de las preguntas ex-
logy in Alzheimer’s Disease [34] y la agitación en el Cohen-Mans- ploratorias determina que la metodología adoptada en este instru-
field Agitation Inventory [35] y en la Pittsburg Agitation Scale[36]. mento con la finalidad de economizar tiempo es adecuada. Si en
Por otra parte, algunos instrumentos pretenden valorar tanto los la pregunta exploratoria se sospecha de la presencia de un síntoma
síntomas no cognitivos como otros aspectos clínicos relacionados no cognitivo, se suministra el total de la subescala y si no existe
con las demencias. Así pues, la Neurobehavior Rating Scale(NRS) esta sospecha, se pasa a valorar otro síntoma.
[37], la Gottfries-Brane-Stenn Scale [38], y la Revised Memory and El presente trabajo no aporta cifras sobre la fiabilidad test-retest.
Behavior Checklist [39] miden tanto síntomas cognitivos como no A pesar de los buenos rendimientos de la versión original obtenidos
cognitivos. El Adas-Noncog [40], además de los cambios conduc- en este apartado, la variabilidad teórica de los síntomas no cogniti-
tuales,evalúaalteracionesenelpesoytemblores.LaCaretakerObstre- vos en el transcurso del tiempo determinó no tener en consideración
perous-Behavior Rating Assessment Scale [41] valora la agresividad, este tipo de fiabilidad en la adaptación al español. Más interesante
personalidad, habilidades mecánicas y funciones vegetativas. Algu- sería conocer la sensibilidad al cambio del instrumento de cara a
nas de ellas, como la NRS son instrumentos de observación directa, medir variaciones experimentadas por cada síntoma no cognitivo y
mientras que en otras, como la BEHAVE-AD, se obtiene la informa- así poder valorar la efectividad de posibles tratamientos específicos.
ción a través de un cuidador. Para pacientes institucionalizados exis- La conclusión del presente trabajo es que la versión en español
ten instrumentos específicos para enfermería como la Nurses’ Ob- del NPI ha mostrado elevados rendimientos psicométricos que
servation Scale [42], la Ward Daily Behaviour Scale [43] y la Mul- permiten su utilización para la valoración de los síntomas no cog-
tidimensional Observation Scale for Elderly Subjects[44]. nitivos en los pacientes con demencia. Nuestros resultados no han
Las grandes entrevistas dirigidas al diagnóstico de demencia y incluido las subescalas de alimentación y sueño, ni el índice de
sus subtipos, o no poseen apartados específicos para los aspectos no carga del cuidador ante la presencia de estos síntomas, cuyos
cognitivos como es el caso del SIDAM [45], o los incluyen de forma rendimientos posponemos para un próximo trabajo.
BIBLIOGRAFÍA
1. Tery L, Wagner A. Alzheimer’s disease and depression. J Consult Clin 8. Haup MM, Kurz A, Greinsfenhagen A. Depression in Alzheimer’s
Psychiatr 1992; 60: 379-91. disease: phenomenological features and association with severity and
2. Cullen P, Abid F, Patel A, Coope B, Ballard CG. Eating disorders in progression of cognitive and functional impairment. Int J Geriatr
dementia. Int J Geriatr Psychiatry 1997; 12: 559-62. Psychiatr 1995; 10: 469-76.
3. Donaldson C, Tarrier N, Burns A. Determinants of carer stress in Alzhei- 9. Tariot PN, Blazina L. The psychopathology of dementia. In Morris JC,
mer’s disease. Int J Geriatr Psychiatry 1998; 13: 248-56. ed. Handbook of dementing illnesses. New York: Marcel Dekker; 1994.
4. Greenwald BS, Kramer-Ginsberg E, Marín DB, Laitman LB, Hermann 10. Rabins PV, Mace NL, Lucas MJ. The impact of dementia on the fami-
CK, Mohs RC, et al. Dementia with co-existent major depression. Am ly. JAMA 1982; 248: 333-5.
J Psychiatry 1989; 146: 1472-8. 11. Rockwell E, Jackson E, Vilke J, Jeste DW. A study of delusions in a
5. Rovner BW, Broadhead J, Spencer M, Carson K, Folstein MF. De- large cohort of Alzheimer’s disease patients. Am J Geriatr Psychiatr
pression and Alzheimer’s disease. Am J Psychiatry 1989; 146: 350-2. 1994; 2: 157-64.
6. Burns A, Jacoby R, Levy R. Psychiatric phenomena in Alzheimer’s 12. Steele C, Rovner B, Chase GA, Folstein M. Psychiatric symptoms and
disease. IV. Disorders of behavior. Br J Psychiatry 1990; 157: 86-94. nursing home placement of patients with Alzheimer’s disease. Am J
7. Zweig RM, Ross CA, Hedreen JC, Steele C, Cerdillo JE, White- Psychiatry 1990; 147: 1049-51.
house PJ, et al. The neuropathology of the aminergic nuclei in Alzhe- 13. Förstl H, Bisthorn C, Gligen-Kelish C, Sattel H, Schreiber-Gasser U.
imer’s disease. Ann Neurol 1988; 24: 233-42. Psychotic symptoms and the course of Alzheimer’s disease: relation-
ship to cognitive, electroencephalographic and computerised CT 30. Reisberg B, Borenstein J, Salob SP, et al. Behavioral symptoms in
findings. Acta Psychiatr Scand 1993; 87: 395-9. Alzheimer’s disease: phenomenology and treatment. J Clin Psychiatry
14. Cummings JL, Back C. The cholinergic hypothesis of neuropsychiatric 1987; 48 (Suppl 5): 9-15.
symptoms in Alzheimer’s disease. Am J Geriatr Psychiatry 1998; 6: S64-78. 31. Tariot PN, Mack JL, Patterson MB, et al. The CERAD Behavior Rating
15. Raskind MA, Sadowsky CH, Sigmund WR, Beitler PJ, Auster SB. Scale for Dementia (BRSD). Am J Psychiatry 1995; 152: 1349-57.
Effect of tacrine on language, praxis, and noncognitive behavioral 32. Allen NHP, Gordon S, Hope T, Burns A. Manchester and Oxford Uni-
problems in Alzheimer disease. Arch Neurol 1997; 54: 836-40. versities Scale for the Psychopathological Assessment of Dementia
16. Kaufer D, Cummings JL, Christine D. Differential neuropsychiatric (MOUSEPAD). Br J Psychiatry 1996; 169: 293-307.
symptom responses to tacrine in Alzheimer’s disease: relationship to 33. Alexopoulus GS, Abrams RC, Young RC, et al. Cornell Scale for
dementia severity. J Neuropsychiatry Clin Neurosci 1998; 10: 55-63. depression in dementia. Biol Psychiatry 1988; 23: 271-84.
17. Morris JC, Cyrus PA, Orazem J, Mas J, Bieber F, Ruzicka BB, et al. 34. Devanand DP, Miller L, Richards M, Marder K, Bell K, Mayeux R, et
Metrifonate benefits cognitive, behavioral, and global function in al. The Columbia University Scale for Psychopathology in Alzheimer’s
patients with Alzheimer’s disease. Neurology 1998; 50: 1222-30. Disease. Arch Neurol 1992; 49: 371-6.
18. Cummings JL, Mega M, Gray K, Rosenberg-Thompson S, Carusi DA, 35. Cohen-Mansfiel J, Marx MS, Rosenthal AS. A description of agita-
Gornbein J. The neuropsychiatric inventory. Comprehensive assess- tion in a nursing home. J Gerontol 1989; 44: M77-84.
ment of psychopathology in dementia. Neurology 1994; 44: 2308-14. 36. Rosen J, Burgio L, Kollar M, et al. The Pittsburgh Agitation Scale: a
19. Roth M, Tym E, Mountjoy CQ, Huppert FA, Hendrie H, Verma S. user friendly instrument for rating agitation in dementia patients. Am
CAMDEX. A standardized instrument for the diagnosis of mental dis- J Geriatr Psychiatry 1994; 2: 52-9.
orders in the elderly with special reference to the early detection of 37. Levin HS, High WM, Goethe KE, et al. The Neurobehavior Rating
dementia. Br J Psychiatry 1986; 149: 698-709. Scale: assessment of the sequelae of head injury by the clinician. J
20. López-Pousa S, Llinàs J, Amiel J, Vidal C, Vilalta J. CAMDEX. Una Neurol Neurosurg Psychiatry 1987; 50: 183-93.
nueva entrevista psicogeriátrica. Actas Luso Esp Neurol Psiquiatr Cienc 38. Gottfries CG, Brane G, Gullberg B, et al. A new rating scale for de-
Afines 1990; 18: 290-5. mentia symptoms. Arch Gerontol Geriatr 1982; 1: 311-30.
21. Cummings JL. The neuropsychiatric inventory. Assessing psychopatho- 39. Tery L, Truax P, Logsdon R, et al. Assessment of behavioral problems
logy in dementia patients. Neurology 1997; 48 (Suppl 6): S10-6. in dementia: the Revised Memory and Behavior Problems Checklist.
22. Vilalta J, Llinàs J, López-Pousa S, Amiel J, Vidal C. CAMDEX. Vali- Psychol Aging 1992; 7: 627-31.
dación de la adaptación española. Neurología 1990; 5: 117-20. 40. Rosen WG, Mohs RC, Davis KL. A new rating scale for Alzheimer’s
23. Llinàs J, Vilalta J, López-Pousa S, Vidal C, Amiel J. CAMDEX. Estu- disease. Am J Psychiatry 1984; 141: 1356-64.
dio de fiabilidad interexaminadores. Neurología 1990; 5: 121-4. 41. Drachman DS, Swearer JM, O’Donnell BF, et al. The Caretaker Obstre-
24. Kaufer DI, Cummings JL, Christine D, Bray T, Castellón S, Master- perous-Behavior Rating Assessment (COBRA) Scale. J Am Geriatr
man D, et al. Assessing the impact of neuropsychiatric symptoms in Soc 1992; 40: 463-80.
Alzheimer’s disease: the Neuropsychiatric Inventory Caregiver Distress 42. Honigfeld G, Klett CJ. The Nurse’s Observation Scale for inpatient
Scale. J Am Geriatr Soc 1998b; 46: 210-5. evaluation. J Clin Psychol 1965; 21: 65-71.
25. Binetti G, Mega MS, Magni E, Padovani A, Rozzini L, Bianchetti A, 43. Blunden J, Hodgkiss A, Klemper F, et al. The Ward Daily Behavior
et al. Behavioral disorders in Alzheimer disease: a transcultural pers- Scale. Br J Psychiatry 1994; 165: 87-93.
pective. Arch Neurol 1998; 55: 539-44. 44. Helmes E, Csapo K, Short JA. Standardization and validation of the
26. Hirono N, Mori E, Ikejiri Y, Imamura T, Shimomura T, Hashimoto M, Multidimensional Observation Scale for Elderly Subjects (MOSES). J
et al. Japanese version on the neuropsychiatric inventory. A scoring Gerontol 1987; 42: 395-405.
system for neuropsychiatric disturbance in dementia patients. No To 45. Zaudig M, Mittelhammer J, Hiller W, Pauls A, Thora C, Morinigo A, et
Shinkei 1997; 49: 266-71. al. SIDAM. A structured interview for the diagnosis of dementia of the
27. Mendez MF, Perryman KM, Miller BL, Cummings JL. Behavioral dif- Alzheimer type. Multi-infarct dementia and dementias of other etiology
ferences between frontotemporal dementia and Alzheimer’s disease: a according to ICD-10 and DSM-III-R. Psychol Med 1991; 21: 225-36.
comparison on the BEHAVE-AD Rating Scale. Int Psychogeriatr 1998; 46. Copeland JRM, Kelleher MJ, Kellet JM, Gourlay AJ, Gurland BJ, Fleis
10: 155-62. JL, et al. A semi-structured clinical interview for the assessment of diag-
28. Levy ML, Miller BL, Cummings JL, Fairbanks LA, Craig A. Alzhei- nosis and mental state in the elderly. The Geriatric Mental State Schedule.
mer disease and frontotemporal dementias. Behavioral distinctions. 1. Development and reliability. Psychological Medicine 1976; 6: 439-49.
Arch Neurol 1996; 53: 687-90. 47. Social Psychiatry Research Unit, National Health and Medical Research
29. Cummings JL, Masterman DL. Assessment of treatment-associated chan- Council, Australian National University. The Canberra Interview for the
ges in behavior and cholinergic therapy of neuropsychiatric symptoms elderly: a new field instrument for the diagnosis of dementia and depres-
in Alzheimer’s disease. J Clin Psychiatry 1998; 59 (Suppl 13): 23-30. sion by ICD-10 and DSM-III-R. Acta Psychiatr Scand 1992; 85: 105-13.