¢Por qué estudiar los dibujos infantiles? 31
Fic. 4—Cémo cambia la secuencia de un nifio en dos semanas.
(«Hat» = sombrero.)
nadas por parejas: pierna derecha, pierna izquierda;
brazo derecho, brazo izquierdo; ojo derecho, ojo iz-
quierdo.
El orden puede establecer una diferencia en cuanto
al olvido de algo. Asi, por ejemplo, la figura 5 muestra
tres dibujos de personas. Los dos situados a la izquier-
da (a y b) estan realizados conforme a una secuencia
de pares contrapuestos (es decir: un brazo es dibujado
inmediatamente después del otro, una pierna tras la
otra). En ambos, el dibujo va avanzando de arriba a
abajo, sin volver atrds. Todo esté ordenado y no se
olvida nada (aparte de lo que podriamos designar como
el «tronco» o el «torso» en la figura humana de la iz-
quierda). En cambio 5c utiliza un orden disperso y ha32 El dibujo infantil
sido olvidado uno de los brazos. Una secuencia orde-
nada, desde luego, no es el unico modo de asegurarse
que quedan incluidas todas las partes. Ni tampoco
resulta siempre util; dicho tipo de secuencia puede
ser debida al azar, aumentando la probabilidad de error
cuando la usual ha de ser modificada o abandonada.
Este tipo de efecto se manifiesta de modo especialmen-
te claro en los errores cometidos en formas semejantes
a letras (como veremos en el capitulo IV).
Fic, 5.—Secuencia y posible omisidn: (a) y (b) siguen una secuencia
de arriba a abajo y por parejas con términos contrapuestos, pero
la secuencia no fue seguida en (c) y el resultado es la omisidn de
un brazo.
Ademas de las ventajas y los inconvenientes de una
rutina, advertimos que la secuencia en los dibujos pre-
senta otra faceta, que tiene que ver con el modo de
determinar una parte, a otras consecutivas. Algunos de
los mas interesantes aspectos de los dibujos infantiles
se refieren tanto al condicionamiento que ejercen conéPor qué estudiar los dibujos infantiles? 33
respecto a si mismos (como, por ejemplo, el modo
como ven partes ulteriores «pegando» o ajustandose
a partes previas) y la forma en que con frecuencia
se las arreglan para rehuir a algunas de las obligadas
etapas que siguen a una primera torpemente realizada.
Cuando comenzamos a advertir (como veremos en los
capitulos III y IV) que determinantes impuestos por la
secuencia nos ayudan a comprender muchos rasgos del
dibujo —desde omisiones y figuras humanas cabeza
abajo, hasta letras invertidas e incluso figuras en «ra-
yos X» (es decir: figuras con el cuerpo visible bajo las
ropas)—, un rasgo tan aparentemente técnico y general
de los dibujos como la secuencia, asume el puesto que
justificadamente le corresponde.
Observando cémo se desarrollan los equivalentes
Gran parte de nuestro aprendizaje consiste en llegar
a saber que una cosa puede «representar» a otra o que
puede ser designada «lo mismo que» otra: las fotogra-
fias reproducen personas, las palabras designan obje-
tos, la luna es la misma a través de todas sus fases,
algunos animales pertenecen a la misma clase (anima-
les de cuatro patas pertenecientes a un grupo son de-
nominados «gatos», pero en otro grupo «perros»), Par-
te de este aprendizaje (la luna es la misma, el padre es
el mismo con o sin barba, la madre es la misma con
sin sombrero) se designa como reconocimiento de
la identidad. Parte de él (el hecho de aprender que
palabras, fotos y diversos signos sobre un papel «re-
presentan» o «corresponden» a otros objetos o acon-
tecimientos) se denomina como aprendizaje de equi-
valentes. Dichos equivalentes pueden estar relacionados
entre si; «A» y «a», por ejemplo, representan el mismo
sonido y, por lo que respecta a esto, «son lo mismo»
que el otro.36 El dibujo infantil
nuevos equivalentes, E. H. GoMBRICH presenta diversos
y deliciosos ejemplos, tomados de la historia del arte,
que ilustran cémo un nuevo equivalente (tal como el
dibujo de una nueva ciudad o de algtin animal exdtico,
como una ballena o un rinoceronte) suponia con fre-
cuencia una pequefia modificacién de un antiguo equi-
valente, aun cuando se pensaba que era «fiel a la rea-
lidad» *. Los paisajes de paises «nuevos» representa-
dos por artistas de paises «viejos» constituyen una
fuente especialmente rica en otros ejemplos. Las pri-
meras versiones del paisaje australiano, por ejemplo,
son peculiarmente inglesas: el campo es pulcramente
verde, los eucaliptos parecen sauces, los rios son apa-
cibles corrientes de agua.
Aparte de estos antecedentes histéricos, ¢qué pro-
vecho puede obtenerse de contemplar en los dibujos
las invenciones infantiles de equivalentes? Por una par-
te, la historia no se refiere gran cosa a los nifios: los
cambios verificados en adultos de una época a otra no
corresponden en absoluto, de modo exacto, con los
producidos en los nifios durante su desarrollo. Por otra
parte, los nifios nos ofrecen la posibilidad de explorar,
tal como queremos, la invencién de equivalentes. Po-
demos observar algunos determinados y ver directa-
mente cémo se resuelven ciertos problemas.
Para obtener el maximo provecho a partir de estos
documentos vivos de que disponemos, ¢qué es lo que
hemos de buscar en ellos? En el capitulo V estudiamos
equivalentes que ofrecen dificultades y que exigen, asi,
o bien inventiva o bien una nueva seleccién de propie-
dades a incluir. Solicitar al nifio que dibuje «una per-
sona» es pedirle, desde luego, un equivalente, pero es
algo que la mayoria de los nifios han practicado hasta
% Gomsricu, E. H., Art and Illusion (London: Phaidon,
1960).ePor qué estudiar los dibujos infantiles? 37
el punto de convertirlo en una formula rutinaria. Invi-
tar al nifio a que dibuje un mapa introduce un aspecto
mas nuevo y le obliga, asimismo, a buscar algo que
no indique simplemente la presencia de objetos, sino
las relaciones entre ellos, es decir: sus posiciones rela-
tivas. Pedir un equivalente de algo que en si no es
visible (como un sonido) sirve a un propésito similar.
Asi sucede también si solicitamos al nifio que repre-
sente algo que habitualmente no esta incluido en los
dibujos de nifios de una determinada edad (como pue-
de ser pedir a nifios de 5 a 10 afios que dibujen el mo-
vimiento de una persona que corre o que se inclina
hacia atras).
Si observamos estos dibujos especialmente solicita-
dos y los dibujos espontaneos, sentiremos ante todo
admiracion por la capacidad de inventiva de los nijfios.
Consideremos, por ejemplo, el dibujo espontaneo re-
presentado en la figura 6, realizado por un nifio de
5 afios cuya hermana habia contestado con mas entu-
siasmo del que él esperaba a su ofrecimiento, «por cum-
plir», de unas patatas fritas. El deletreo constituye en
si una invencién, una extensién de ciertas reglas foné-
ticas, pero el dibujo es también una tentativa de in-
ventar un dificil equivalente de movimiento. Lo que
este nifio habia hecho, ademas, es algo que observamos
siempre en el desarrollo de nuevos equivalentes: modi-
ficd fa antigua version, sobre todo, cambiando tan sdlo
una parte. En este caso, solamente los brazos suponen
una variacién con respecto a la figura habitual.
Observamos también frecuentemente dificultad de
hallar equivalentes con respecto a relaciones entre ob-
jetos o acontecimientos. Podemos ver representadas
dos personas o dos edificios uno junto a otro, o una
especie de lista de todas las personas u objetos presen-
tes en una escena. Pero no asi mostrarles en contacto
mutuo o relacionados entre si.38 EI dibujo infantil
TAB Dewitt Gow verte
Ewrkwe EN iy F bewm
NIN BSS
Fic. 6.—Inventando nuevos equivalentes en el deletreo y el dibujo.
Traduccion: «Don't give Mei-Mei ever ever any french fries. None»
(«No te des nunca, nunca a Mei-Mei una patata frita, Ni una»).
Diremos, por ultimo, que la consideracién de los
equivalentes nos produce asombro al ver la cantidad
de aprendizaje que requieren los nifios, tanto para ser
capaces de interpretar la variedad de equivalentes vi-
suales que utiliza una cultura, como para aprender a
producir los equivalentes considerados como «buenos»
o «aceptables», Poco de este aprendizaje parece ser
dirigido explicitamente por los adultos, pero los nifios
invierten al parecer un grado considerable de tiempo
y de esfuerzo para observar el mundo que les rodea
y para deducir conclusiones al respecto.
éNos conducen de nuevo todos estos puntos que
hemos tratado a una comprensién general acerca de
Ja naturaleza del pensamiento y del aprendizaje? La
respuesta es afirmativa. Los resultados subrayan la
importancia de considerar en general a los nifios como
activamente ocupados en aprender, en abstraer y am-éPor qué estudiar los dibujos infantiles? 39
pliar reglas y principios. Los resultados plantean, asi-
mismo, una pregunta que resulta aplicable a todos los
sectores que implican cambio: ¢dénde esta la fuente
de resistencia? ¢Qué partes del antiguo comportamien-
to son las primeras y cuales las ultimas en ser modi-
ficadas? Y también estos resultados destacan, lo cual
no es en modo alguno menos importante, el grado en
que el desarrollo es un proceso de dar y de recibir, de
una interaccién en doble sentido: las invenciones del
nifio, por una parte, y la respuesta de las personas
que le rodean, por otra, combinadas en una busqueda
le significados sobre los cuales tanto unas, como otra,
se ponen de acuerdo.CAPITULO II
LOS DIBUJOS COMO MODELOS
Evidentemente, los dibujos infantiles estan forma-
dos por unidades combinadas de diversas formas, va-
riedad que se pone de manifiesto en la figura 7. Las
unidades pueden variar en cuanto a tipo: asi, por ejem-
plo, puede tratarse de lineas rectas, lineas garabatea-
das, circulos, cuadrados, triangulos o cruces latinas.
Las unidades pueden variar también en cuanto a nt-
mero: uno o mas évalos, por ejemplo, dos o mas lineas
rectas. Y pueden cambiar en cuanto al modo de estar
unidas entre si: apiladas unas sobre otras o unidas
mediante un contorno comin que las rodea.
¢Cémo eligen los nifios sus unidades? ;De qué mo-
dos las combinan? ¢Y cudles son las consecuencias
de escoger determinadas unidades o ciertas combina-
ciones?
Algunos conceptos utiles
La forma en que se conjuntan las unidades es intere-
sante desde dos puntos de vista bastante distintos,
cada uno de los cuales cuenta con su propio grupo de
investigadores. Uno se interesa primordialmente por
las producciones infantiles y, sobre todo, por su pro-Los dibujos como modelos 4B
En cambio, los aspectos horizontales son menos esen-
ciales y pueden facilmente ser omitidos.
Nuestro equivalentes, de acuerdo con ARNHEIM, son
desarrollados dentro de los limites del medio: es decir,
ante todo, dentro de los limites del medio grdfico. La
pintura aplicada directamente con los dedos, las espon-
jas, los pinceles, las brochas gruesas y finas, todo ello
da lugar a diferentes efectos. También hace que pro-
duzcamos distintas unidades con mds o menos dificul-
tad. Con un l4piz, por ejemplo, las lineas surgen facil-
mente de la mano. Con pintura espesa y una brocha
gruesa, es mas facil que se produzcan grumos o masas.
Pero el vocablo «medio» puede tener también otro sen-
tido, mds sutil: no refiriéndose al instrumento, sino
al conjunto de conceptos de que se dispone, al vocabu-
lario visual a disposicién de uno. A fines comparativos,
pensemos lo que sucede cuando se utiliza por primera
vez un lenguaje extranjero. Las conversaciones han de
mantenerse en sectores dentro de los cuales podamos
discutir. Las preguntas deben exponerse de tal modo
que las respuestas sean comprensibles. Un sujeto que
todavia no domina una lengua extranjera comienza
preguntando, por ejemplo: «¢Dénde esta la estacién
del ferrocarril?», pronto aprende a decir: «Por favor,
ese va por aqui a la estacién?», lo cual dara lugar, es-
peremos, a un si o un no. Con frecuencia cada vez ma-
yor, se llega también a usar algunas frases sencillas,
acompaiiadas de ligeros cambios en cuanto a tono de
voz y afiadiendo eventualmente una palabra suplemen-
taria, para ajustarlas a diversas circunstancias.
La busqueda de la estructura y los limites del voca-
bulario grafico pueden fundamentar un aspecto aislado
de los dibujos infantiles. Consideremos, por ejemplo, el
modo como los nifios hacen con frecuencia repetido
uso de Ia misma unidad grdafica, en especial con res-
pecto a los brazos y las piernas. En las figuras 8a y b,44 El dibujo infantil
las unidades utilizadas para los brazos y las piernas
son idénticas, tanto respecto a la forma como a la
orientacién. En los demas ejemplos, piernas y brazos
difieren en cuanto a orientacién, pero conservan su
semejanza en lo que se refiere a forma y tamajfio. El
dibujo 8h ilustra una forma diferente, pero comun, de
economia: la misma unidad, repetida como linea recta
Fic. 8—Economia: la misma unidad es utilizada para representar
tanto los brazos, como las piernas, para la nariz y los ojos, o bien
para las orejas, las manos y los pies.