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Los dibujos como modelos 45 sin variacién de tamaifio, sirve para representar la nariz y ambos ojos. Un uso econémico de formas da lugar a una sensa- cién de unidad en un dibujo infantil. Por otra parte, la economia supone una realizacién del pensamiento visual, el descubrimiento de que una misma unidad es utilizable para mds de un fin. ARNHEIM menciona un ejemplo especialmente Hamativo: un dibujo en el que una forma de corazon es utilizada, en diversos tamafios y proporciones para representar los ojos, las orejas, la boca, un broche, los brazos, es decir: cuanto se pueda hacer. En su opinion: «dicha forma» (es decir: la de corazén) «manifiesta todos los rasgos y funciones de un concepto. Sirve para hacer inteligibles cierta cantidad de objetos diferentes, que se asemejan lo su- ficientemente a ella para poder quedar comprendidos bajo la misma... Establece un poco de orden en un mundo de complejidad» *. En efecto, aquello que puede aparecer a primera vista como un limitado vocabulario de unidades, puede representar un logro conceptual, un descubrimiento de similitud. Rhoda Kellogg Para ARNHEIM, las unidades y ordenaciones se ha- llan principalmente determinadas por la necesidad de estructura, la biisqueda de orden y la presencia de conceptos visuales. Para KELLOGG, es asimismo de fun- damental importancia la busqueda de orden y equili- brio’. Opina también que las unidades y las ordena- ciones, en cualquier estadio del desarrollo, reflejan lo 3 ARNHEIM, R., Visual Thinking, pag. 251. 4 Kettoga, R., Analyzing Children’s Art. 46 El dibujo infantil que ha sucedido en estadios mds tempranos *. Consi- dera que los garabatos son el primer estadio. Estos garabatos son explorados en diversas «colocaciones» sobre una superficie y mas adelante se desarrollan ha- cia formas simples o «diagramas» basicos tales como circulos o rectangulos. Los nifios unen luego pares de diagramas en «combinaciones» (como, por ejemplo, dos circulos unidos uno a otro) o combinan tres o mas en «agregados» (un circulo, quizd, con radios formados por dos cruces enlazadas). Entre estas diversas com- binaciones, tienden a preferir y repetir tan sélo unas pocas. Son estas combinaciones preferidas las que adaptan luego para representar objetos y personas. KELLOGG opina que en cada estadio, los nifios res- ponden continuamente a la presencia de orden, en una figura. Intentan numerosos garabatos, diagramas y combinaciones, pero las unidades que recuerdan y re- piten son aquellas que poseen una buena forma visual © que estan bien equilibradas. E] «mandala» (una forma cerrada, habitualmente ovoidal, con lineas cruzadas en su interior) es uno de sus ejemplos favoritos (9d). Se- gin KELLocs, se trata de una forma que muestra un excelente equilibrio, una combinacién de unidad y de contraste. Afirma que es este equilibrio el que origina la aparicién del mandala en multitud de formas artis- ticas histéricas y del gusto con el que lo representan los nifios a cualquier edad. «Soles» o formas radiadas son una clase similar y se repiten del mismo modo (véanse figuras 9a, b y c). El «sol» combina, a la vez, el contraste en el tipo de linea, y el equilibrio en el modo en que una de las unidades es repetida (la linea) y ro- tada de un modo regular en torno al foco constante * Ver Gratrot-ALpHANDéRY, H., Tratado de psicologia del nifio. Tomo VI. Los modos de expresién. «El dibujo en el nifio», por P. A, OsTERRIETH, Madrid, Morata, 1977. (N. del T.) Los dibujos como modelos 47 representado por la otra (el circulo). KELLoGc opina que estas formas de orden visual son intrinsecamente atrac- tivas, es decir: que no tenemos que aprender que se Fic. 9.—Modelos que incorporan unidades favoritas (tales como for- mas radiales 0 mandalas) a figuras humanas. trata en ellas de «buenas» formas. E] motivo de ello puede estribar en ciertas propiedades del sistema vi- sual, o puede ser que responda a una simple tendencia al orden, por parte del hombre, en todos los aspectos 50 El dibujo infantil Las dibujadas con su cabello de punta, o bien con miembros semejantes a los radios de una rueda, pueden reflejar su evolucién a partir de una forma de «sol» o «radial» primitiva (figs. lla, b yc). Las realizadas con brazos situados en el mismo eje, horizontal o diagonal, pueden reflejar su evolucién a partir de una forma primaria de mandala (11d y e). Las figuras sin brazos pueden reflejar una preferen- cia por una forma general, como pueda ser un 6valo. «Todos los nifios las dibujan sin brazos y lo hacen asf después de haber dibujado la figura humana con bra- zos. El motivo de omitir los brazos no es Ja inmadurez o el olvido; consiste, sencillamente, en que una figura humana asi le parece al nifio que tiene mejor aspecto... una vez que ha realizado Ia cabeza y las piernas con ciertas proporciones» (fig, L1f)*, Las hipotesis de Rhoda KELLOGG son sumamente su- gerentes y merecen que se estudien mas tarde. Hemos de sefialar, sin embargo, que existen dos posibilidades. Desde luego, una forma ulterior puede semejarse a otra mas temprana debido a que ha derivado de esta ultima, ero pueden ser también similares debido a que am- as obedecen a los mismos principios; aquéllos que de- terminan lo que es «bonito» en una clase de dibujo, pueden aplicarse igualmente a otra, sea cual fuere la que haya surgido primero. Para esclarecer los hechos hemos de suplementar el andlisis de KELLocc conside- rando las progresiones dentro de la obra de nifios ob- servados individualmente. La figura 12 ofrece algunos ejemplos: en a y b, la exploracién de circulos concén- tricos por un nifio se convierte directamente en parte de una figura humana, dibujada en la misma pagina, pero hacia el final de Ja obra. En e, los circulos ex- plorados, durante una sesién de dibujo, aparecen como 6 Ketoce, R., Analyzing Children's Art, pAg. 176. Los dibujos como modelos 51 Fic. 12—Garabatos que evolucionan hacia dibujos de figuras huma- nas: (a) y (b) fueron dibujados por dos nitios en una misma sesidn; la mayoria de las figuras humanas fueron dibujadas después. En (c), circulos dibujados en una sesidn son incluidos, a la siguiente, como rasgos faciales. rasgos de una cara, en un dia posterior. Es preciso recopilar mds datos de este tipo para comprobar los argumentos de KELLocc. Su obra, sin embargo, contri- buye a reforzar nuestro sentido de unidades compo- 52 EI dibujo infantil nentes en el dibujo y subraya, asimismo, la importan- cia de interrogarnos cdmo los nifios Ilegan a seleccionar determinadas unidades y ordenaciones de unidades. Drora Booth Tanto Rhoda KELLocc como Drora BoorH han tra- bajado en centros para nifios pequefios, se han inte- resado por los dibujos infantiles y los han admirado, observado y reunido durante considerables periodos de tiempo: Rhoda KeLoce en San Francisco y Drora Booru en Argentina y Australia. Al igual que KELLoce, BoorH opina también que una busqueda de orden constituye una caracteristica fundamental de los seres humanos, que «las artes interpretan la mente humana», pero su interés por el orden se enfoca primordialmente sobre modelos, obras cuya intencién primaria es un mero dibujo, mds que un «retrato» que representa y se asemeja visiblemente a un objeto o una persona’. Dentro de los dibujos, por asi decir, abstractos, Boortu se ha interesado por el modo en que los nifios utilizan dos unidades principales: lineas y puntos. La novedad de su enfoque estriba en considerar las orde- naciones con arreglo a la «transformaciones» que los nifios establecen en estas unidades: modificaciones de repeticién, o rotacién en torno a un punto central, como en la forma de «sol» o de estrella. Las observaciones mas detalladas de BoorH estan bsadas en nifios de cuatro o cinco afios procedentes de un jardin de infancia australiano, nifios que utilizaban pintura y pinceles y que eran invitados a pintar lo que quisieran sin ejercer sobre ellos presién para que re- presentasen objetos o personas. La mayoria de ellos 7 Boot, D.: «Pattern-painting by the young child». ‘Los dibujos como modelos 53 fueron observados durante un curso escolar y los mo- delos que produjeron se dividieron en tres categorias: garabatos, topologia (colores separados en masas o manchas sin un orden claramente definido) y modelos (con signos evidentes de orden). Durante dicho curso, observé tres hechos: primero, que la progresidn mas corriente era desde el garabato, pasando por Ia topolo- gia, hacia el modelo, pero que existian frecuentes des- viaciones, a medida que los nifios exploraban diferentes sll «=» SE tie Fic. 13.—En la mayorla de los nifios, la repeticién (en formas cre- clentemente complejas) es la manifestacién mds temprana de orden. ideas, colores y técnicas. En segundo lugar, que de los dos elementos del modelo (lineas y puntos) las lineas eran, por lo general, descubiertas antes. Y tercero, que la primera forma de orden utilizada era la repetici6n, siendo tipica la de una linea (como en la figura 13a). 54 EL dibujo infantil Las formas ulteriores consistian en la rotacién en torno a un punto (fig. 13b) y las «reflejadas» (figs. 13c, d y e) apareciendo la «reflexién» en torno a una linea horizontal o vertical antes que alrededor de una dia- gonal. Las observaciones de BoorH son valiosas en dos aspectos. En primer lugar, suponen una via para vincu- lar el dibujo infantil con una teoria general del desarro- llo intelectual: la de Jean Pracer * y colaboradores. Uno de los temas basicos de esta teoria es la de que gran parte del conocimiento consiste en aprender acerca de transformaciones y sus efectos; aprendemos que la can- tidad (un kilo de azicar, por ejemplo) sigue siendo igual aunque varie la forma del recipiente; que el nu- mero sigue siendo el mismo, ya estén los correspon- dientes objetos esparcidos o apilados; o que la altura hasta la cima de un monte es igual a la distancia que hay desde su cima hasta la base, aunque el esfuerzo desarrollado sea diferente al subir que al descender. BooTH sefiala que descubrimientos similares se hallan en la base de la creciente comprensién de que dispone el nifio acerca de las diversas transformaciones en la obra artistica y de su uso de ellas. La capacidad para descubrir y utilizar variaciones, tanto en arte como en ciencia, puede depender efectivamente de un desarrollo intelectual basico comun. E] segundo mérito que tienen las ideas de BoorH es menos tedrico: llama nuestra atencién acerca de la importancia de modelos o dibujos «abstractos» por si mismos. Parte de nuestra herencia cultural es una in- sistencia en el realismo, con el resutlado de que, con frecuencia, transmitimos a los nifios dos mensajes: los modelos estructurales y las representaciones (pictures) * Ver Pracet, J., Psicologia del nirio (8. ed.), Madrid, Mora- ta, 1978. (N. del T.) Los dibujos como modelos. 57 ten, sobre todo, modos que puedan ser facilmente espe- cificados y que conduzcan a comprobaciones experi- mentales de una idea plausible? Supongamos que volvemos a una cuestién menciona- da en la introduccién a este libro: la relativa a las formas en que los nifios utilizan limites y separaciones entre las partes como un medio para describir mode- los de organizacién. En la figura 7}, por ejemplo, las lineas limitrofes marcan la separacién entre cada parte del cuerpo y las demas: cada miembro, cada parte del torso tiene su propia frontera. Por el contrario, en la figura 7i se emplea una linea que abarca todo, un unico limite que combina en una sola unidad a todo el cuerpo. Por otra parte, la separacién y la combinacién de areas pueden depender del modo de utilizar los nifios la superposicién de espacio. Las ruedas de trenes, poi ejemplo, se superponen a veces, como ocurre en la figura 23b. Con una frecuencia mayor, sin embargo, los nifios pequefios evitan los espacios superpuestos y pa- recen preferir una especie de tierra de nadie entre las partes. Normalmente, los nifios de corta edad parecen operar a base de dos principios generales: cada cosa con su limite propio y a cada cosa su propio espacio. ¢Podemos utilizar efectivamente las separaciones y los limites como formas de describir los modelos de unidades en los dibujos infantiles? Los dos apartados siguientes se ocupan de esta cuestién. E] primero de ellos se basa en dibujos «libres», es decir: aquéllos producidos fuera de toda peticién por parte de un adulto o ante la mera invitacién de «dibujar una per- sona». E] segundo esta basado en dibujos «obliga- dos»: aquéllos en los que enfrentabamos a los nifios con un problema de limites, pidiéndoles que comple- taran una figura que invitaba al cruce de lineas. 58 El dibujo infantil LINEAS Y LIMITES: DIBUJOS LIBRES La figura 15 muestra diversas lineas de contorno. Van desde aquellos casos en los que el contorno com- bina la cabeza y el cuello, hasta otros en los que com- prende a todo el cuerpo. Estos contornos estructuran dos o mas 4reas en una sola. Son distintos de los limi- tes comunes, en los que dos areas (tales como cabeza y torso) pueden tener algun limite comtn, pero perma- necen separadas. ¢Por qué considerar a los contornos como un aspecto importante del modelo? Por tres ra- zones. En primer lugar, marcan una diferencia en cuanto a lo que puede producirse: abren la posibili- dad de que una Fgura muestre cualidades diferentes —lJas figuras estaticas pueden convertirse en mas flui- das, mds juguetonas, mds expresivas en cuanto a mo- vimiento—. En segundo Jugar, la variacién desde las unidades separadas a lineas de contorno que abarcan el total, ha de revestir importancia, tanto intelectual como artisticamente. El nifio tiene que haber cons- truido mentalmente no una mera lista de partes, sino un cierto numero de relaciones interactuantes entre partes. En tercer término, tenemos ciertos motivos para suponer que la capacidad para utilizar lineas de contorno esté relacionada con la edad. Al copiar formas sencillas, tales como cuadrados, los nifios avanzan desde su primer uso de lineas separadas al de lfneas continuas de contorno que abarcan la totalidad; en Estados Unidos, y probablemente en culturas similares de otros pafses, los nifios, a la edad aproximada de siete afios, como maximo, utilizan lineas continuas. Y una simple inspeccién de los dibujos de figuras hu- manas confirmard facilmente que muestran también I{neas de contorno a una edad ulterior a aquella en que aparece una separacién completa entre las unidades.

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