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Rodeados de una nube de testigos Surrounded by a cloud of witnesses.
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El cristiano no está solo al creer. Su fe es un
eslabón más de una larga historia. Muchos
otros han realizado y siguen realizando una
experiencia como la suya. Saberse
acompañado tranquiliza la fe. Y la estimula.
Saber, no sólo en teoría, sino desde la
cercanía y la experiencia, que otros viven esa
misma fe, con las mismas dificultades, pero
también con parecidas alegrías, ayuda a
sostener mi fe. Me hace pensar que mi
experiencia de encuentro con el Dios que ha
resucitado a Jesús no es una ilusión vacía,
porque veo que otros también la han hecho.
Y la experiencia de otros no sólo sostiene mi
fe, sino que me ayuda a vivirla más
íntegramente, a corregir aquellos aspectos
que en realidad son «manías» o «cosas
mías». Poder contrastar con otros la fe la
purifica. En este sentido los santos son
aquellos que nos han precedido en el signo
de la fe. Ellos, que han vivido en
circunstancias parecidas a las nuestras, son
un ejemplo de vida cristiana y un estímulo
para nosotros. Cada uno tiene su santo, del
que puede aprender mejor qué comporta
vivir como cristiano. La Carta a los hebreos
se refiere a una gran nube de testigos de la fe
que nos rodea. Y cita a muchos de ellos por
su propio nombre para que también nosotros
corramos con constancia la carrera que se
nos propone (He 12,1). De hecho, el capítulo
11 de la Carta a los hebreos es una lectura
de la historia de la salvación en clave de fe.
Más que definiciones de la fe, la Escritura
nos ofrece modelos de fe. Porque la fe no se
define, se vive. A continuación, voy a
referirme a algunos modelos bíblicos de fe,
que pueden servir, por una parte, para
profundizar en la comprensión de la fe y, por
otra, de estímulo a nuestra propia vida de fe.
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The Christian is not alone in believing. His
faith is one more link in a long history. Many
others have had and continue to have an
experience like his. Knowing that one is
accompanied reassures faith. And it
stimulates it. Knowing, not only in theory, but
from proximity and experience, that others
live this same faith, with the same
difficulties, but also with similar joys, helps
to sustain my faith. It makes me think that my
experience of encountering the God who
raised Jesus from the dead is not an empty
illusion, because I see that others have had
the same experience. And the experience of
others not only sustains my faith, but helps
me to live it more integrally, to correct those
aspects that in reality are "manias" or "things
of mine". To be able to contrast faith with
others purifies it. In this sense, the saints are
those who have preceded us in the sign of
faith. They, who have lived in circumstances
similar to ours, are an example of Christian
life and an encouragement for us. Each of us
has his or her own saint, from whom we can
learn more about what it means to live as a
Christian. The Letter to the Hebrews refers to
a great cloud of witnesses to the faith that
surrounds us. And it cites many of them by
name so that we too may run with
steadfastness the race that is set before us
(Acts 12:1). In fact, chapter 11 of the Letter
to the Hebrews is a reading of salvation
history in the key of faith. More than
definitions of faith, Scripture offers us
models of faith. For faith is not defined, it is
lived. I will now refer to some biblical models
of faith, which can serve, on the one hand, to
deepen our understanding of faith and, on
the other, to stimulate our own life of faith.
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1. Abrahán, justo por haber creído
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Tanto para el Antiguo como para el Nuevo
Testamento, Abrahán aparece como un
acabado modelo de fe. Abrahán es figura del
que sabe escuchar, discernir y encontrar en
la propia historia la presencia de Dios. Pablo
llama a Abrahán «padre de todos los
creyentes» (cf. Rom 4,11-12). En efecto, con
él comienza la historia de la fe, la historia de
los que responden y obedecen a las
llamadas de Dios. El primer ser humano que
aparece en la historia de la salvación, el
Adán, es el hombre de la «no fe», el que
desobedece a la palabra de. El primer ser
humano que aparece en la historia de la
salvación, el Adán, es el hombre de la «no
fe», el que desobedece a la palabra de Dios,
el que prefiere fiarse de otra palabra que le
aparta de Dios: «dijo Yahvé», y Adán no le
creyó; «dijo la serpiente» (Gen 3,1), y Adán se
dejó engañar. El primer contrapunto a esta
historia de no fe es Abrahán: «Yahvé dijo: "Sal
de tu tierra", y Abrahán obedeció» (Gen
12,1.4). Y obedeció -nos aclara la Carta a los
hebreos (11,8)- «sin saber adónde iba». Un
desarraigo así representa para el hombre
antiguo una empresa irrealizable que sólo
podía conducir a la ruina. Pero en contra de
todo (cf. Rom 4,18) Abrahán obedeció
incondicionalmente, fundamentando en la
palabra de Dios su vida y su futuro, porque
para él la palabra de Dios era más firme y
segura que la tierra misma en la que vivía.
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Abraham, just because he believed.
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In both the Old and New Testaments,
Abraham appears as a model of faith.
Abraham is the figure of the one who knows
how to listen, discern and find in his own
history the presence of God. Paul calls
Abraham "the father of all believers" (cf. Rom
4:11-12). In fact, with him begins the history
of faith, the history of those who respond and
obey God's calls. The first human being to
appear in the history of salvation, the Adam,
is the man of "no faith", the one who
disobeys the word of God, the man of faith.
The first human being who appears in the
history of salvation, Adam, is the man of "no
faith", the one who disobeys the word of God,
the one who prefers to trust in another word
that separates him from God: "Yahweh said",
and Adam did not believe him; "the serpent
said" (Gen 3:1), and Adam allowed himself to
be deceived. The first counterpoint to this
story of non-belief is Abraham: "Yahweh said,
'Go forth from your land,' and Abraham
obeyed" (Gen 12:1,4). And he obeyed - the
Letter to the Hebrews (11:8) clarifies -
"without knowing where he was going". Such
an uprooting represented for ancient man an
unrealistic undertaking that could only lead
to ruin. But against all odds (cf. Rom 4:18)
Abraham obeyed unconditionally, basing his
life and his future on the word of God,
because for him the word of God was firmer
and surer than the very land on which he
lived.
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Esta fe está sujeta a duras pruebas. Primero
en referencia a la tierra que se le promete,
que ya está en posesión de unos pobladores;
después por lo que respecta a la
descendencia, que se le ha prometido en
una edad avanzada, una promesa
humanamente imposible de cumplir: ¿qué
me estás prometiendo, Señor mío?, pensaba
Abrahán (Gen 15,2). Porque el creyente no
es una persona ciega, alguien que no razona
o no piensa. El creyente tiene muchas
preguntas. La fe es un camino muchas veces
oscuro. La falta de claridad no es
impedimento para confiar, aunque sea
ocasión para preguntar. A pesar de todas las
preguntas, el creyente sigue adelante porque
para él la palabra de Yavé es una roca segura
en la que apoyarse en medio de las
tempestades. A pesar de las preguntas, a
pesar de la oscuridad, yo confío. La prueba
más grande por la que tuvo que pasar
Abrahán fue aquella en la que se ordena:
«Toma tu hijo... y ofrécelo en holocausto»
(Gen 22,2-19). La fe que se le exige a
Abrahán, y que él vive, significa el olvido del
pasado (vete de tu tierra) y el sacrificio del
futuro (toma a tu hijo).
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This faith is subject to severe tests. First
first in reference to the promised land, which
is already in the possession of settlers
in the possession of some settlers; then with
regard to the
then with regard to the offspring, which is
promised to him at an advanced age, a
promise
promised to him at an advanced age, a
promise humanly impossible to fulfill: "What
are you promising me, my Lord?
what are you promising me, my Lord, thought
Abraham (Gen 15:2).
(Gen 15:2). For the believer is not a blind
person
blind, someone who does not reason or
think. The believer has many questions. Faith
is often a dark path. The lack of clarity does
not
is not an impediment to trust, even if it is an
occasion
to ask questions. In spite of all the questions,
the
believer goes forward because for him the
word of Yahweh
of Yahweh is a sure rock on which to lean in
the midst of storms.
amidst the storms. In spite of the questions,
in spite of the darkness, I trust. The greatest
Abraham had to pass through was the one in
which it is
the one in which it is commanded: "Take your
son... and offer him as a burnt offering" (Gen
22:2-19). The faith that is
Abraham, and that he lives, means the
forgetting of the past (go from your land).
of the past (go from your land) and the
sacrifice of the future (take your son).
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La Carta a los hebreos (11,17-19) y la Carta a
los romanos (4,17-25) nos dicen algo más:
toda la experiencia de Abrahán apunta al
evento salvífico de la muerte y resurrección
de Cristo. Si Abrahán ofreció a Isaac fue
porque pensaba que Dios era poderoso para
resucitar de entre los muertos. La posible
muerte de su hijo no llevó a Abrahán a la
desconfianza, sino a dejar la explicación en
manos de Aquel en quien confiaba. El
patriarca Abrahán, nuestro padre en la fe, sin
saberlo, introduce a todos los creyentes en
el plan eterno de Dios. En esta perspectiva
se comprenden mejor unas palabras de
Jesús en una de sus polémicas con los
fariseos: «Vuestro padre Abrahán se regocijó
pensando en ver mi día; lo vio y se alegró» (Jn
8,56). El «día» de Jesús es el acontecimiento
de su muerte y resurrección; Abrahán lo vio
«desde lejos» (Heb 11,13). La fe de Abrahán
nos orienta hacia las promesas de Dios que
se cumplen definitivamente en Cristo. La
obediencia a Dios tiene consecuencias
imprevistas no sólo para uno mismo, sino
también para los demás. Si colaboramos en
los planes de Dios, los creyentes somos
portadores de una bendición para los
demás, somos la mano de Dios
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Romans (4:17-25) tell us something else: the
whole of Abraham's
Abraham's whole experience points to the
salvific event of Christ's
of Christ's death and resurrection. If
Abraham
Abraham offered Isaac was because he
thought that God was
God was able to raise him from the dead. The
possible death of his son did not lead
Abraham to mistrust, but to
Abraham to distrust, but to leave the
explanation in the hands of the One in
in the hands of the One in whom he trusted.
The patriarch Abraham,
our father in the faith, unknowingly
introduces all believers to the
all believers in God's eternal plan.
In this perspective, we can better understand
the words of Jesus in one of his
Jesus' words in one of his polemics with the
Pharisees are best
the Pharisees: "Your father Abraham rejoiced
to see my day.
he saw it and was glad" (Jn 8:56).
8,56). Jesus' "day" is the event of his death
and resurrection.
his death and resurrection; Abraham saw it
"from afar" (Heb 11:13).
from afar" (Heb 11:13). Abraham's faith
orients us
to the promises of God that are definitively
fulfilled in Christ.
Obedience to God has unforeseen
consequences not only for oneself, but also
for others.
for others. If we cooperate in God's plans
God's plans, we believers are the bearers of a
blessing for others; we are the hand of God.