UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS
DEPARTAMENTO DE HISTORIA
HISTORIA ANTIGUA I (ORIENTE) CAT: B
PROF: ADJUNTA A CARGO: DRA, SUSANA MURPHY
Historicidad y deconstruccién de la historiografia biblica
Autor: Thomas L. Thompson
Tomado de: Eariy History of the Israelite People. From the Written and
Archaeological Sources, E.J.Brill, Leiden, New York, Koln, 1994, cap. 3.
‘Traduccién y notas aclaratorias: Irene Rodriguez
1. El movimiento conservador de ta arqueologia biblica
‘Como hemos visto en los dos capitulos anteriores, tanto el programa de Alt como el de
Albright representaron un giro académico decididamente conservador respecto de la
tradicién de Wellhausen y las primeras tendencias de la escuela de la “historia de las
teligiones”. Este nuevo consenso de Alt y el primer Albright, conformado con
anterioridad a la Segunda Guerra Mundial, comenz6 a resquebrajarse en los afios de
posguerra. Varios estudiosos que seguian el liderazgo de Albright en su busqueda de
evidencia extrabiblica sobre los origenes de Israel adoptaron la visién ~ desarrollada
répidamente ~ de la arqueologia biblica como un medio para confirmar la historicidad
de las tradiciones biblicas, especialmente de los patriarcas, Moisés y el éxodo, el
desplazamiento por el desierto del Pentateuco! y los relatos de conquista de! libro de
Josué. Investigadores como N. Glueck y GE. Wright, conservadores en lineas
‘generales, fueron representativos de esta tendencia. Otros estudiosos més prominentes,
tales como J. Bright yR. De Vaux, ejercieron también una poderosa influencia en esta
biisqueda de una confirmacién extrabiblica para la historiografia biblica, Con la
Publicacién de la Historia de Israel de Bright en 1957 y la. Arqueologia biblica de
‘Wright en 1958, muchos especialistas se referfan confiadamente a los resultados
seguros de la arqueologia biblica para Ia historia del antiguo Israel: un periodo
patriarcal ubicado en la historia extrabiblica de los comienzos del segundo milenio, la
autenticidad de las tradiciones de José y Moisés, fundamentadas en nuestro
conocimiento del antiguo Egipto, la confirmacién de la historiografia de Josué 1 ~ 12por las excavaciones de grandes sitios en Palestina que avalaban una visién de los
origenes de Israel en términos de una conquista unificada, y una evaluacién acerca de la
“confiabilidad histérica” de la época de los Jueces basada en nuestro creciente
conocimiento del periodo del Hierro I.
Sin embargo, Noth y von Rad experimentaron cierta dificultad con esta orientacién
académica, Sus dudas no se relacionaban tanto con la suposicién ampliamente
extendida ~ e incluso Ia conviccién ~ de que las mas antiguas tradiciones del antiguo
Testamento acerca de la prehistoria de Israel se arraigaban histéricamente en el
segundo milenio; més bien no crefan que los descubrimientos arqueolégicos no
textuales fueran capaces de confirmar las tradiciones historiogrificas de la Biblia.
Quizd de manera un tanto arbitraria y dogmética, Noth argiia que “la historia sélo
puede describirse sobre la base de la tradicién literaria que registra acontecimientos y
specifica personas y lugares”. Por este motivo, él erefa que la historia de Israel debia
encararse principalmente a través del texto del antiguo Testamento, Para Noth, la
tradicién bfblica era ta fuente principal para la historia del antiguo Israel. La
arqueologia s6lo podia desempefiar un muy limitado papel de apoyo.
En este rechazo de un papel relevante para la arqueologia biblica en la reconstruccién
de la mas antigua historia de Israel, Noth se desvié de aquella parte de la propuesta de
Alt que buscaba una confirmacién en futuros hallazgos arqueol6gicos, y al hacerlo,
socavé el consenso conservador que se reflejaba en el trabajo de Alt y Albright. Hacia
1930, en su monografia sobre la anfictionia, Noth abandoné de un modo enfitico el
intento de Alt de crear una sintesis de la historia antigua de Israel segiin las potenciales
fuentes epigrificas, arqueolbgicas y biblicas, a favor de una exploracién de la historia
de la tradicién oral subyacente en las narraciones “hist6ricas” de la Biblia.
El método de Ia historia-tradicion, en su rastreo de las raices primarias de la tradicién y
de sus desarrollos secundarios, resulta mucho més convincente en sus conclusiones
negativas que en cualesquiera de sus afirmaciones. Noth se hallaba muy presionado en
su estudio tanto del Pentateuco como de la denominada tradicién deuteronomista como
para establecer, segin su propia estimacién, la historicidad de cualquiera de las
tradiciones y temas que él consideraba como el micleo de Ia historiografia biblica. La
historicidad eludia a Noth, salvo en muy contadas ocasiones, y estas excepciones,
irdnicamente, se relacionaban con aquellos aspectos de la tradicién para cuyo estudio él
se habia referido a fuentes extrabiblicas: las “raices proto-arameas” de las tradiciones
patriarcales, que él habia vinculado con las referencias a grupos semitico-occidentales
en los textos de Mari; la unidad tribal intema anfictiénica que él consideraba
‘Se refierea los cinco primeros libros de la Biblia, también denominados Torah: Génesis, Exodo,confirmada sobre Ia base de una analogia socio-histérica con formas de las antiguas
anfictionias griegas, y el asentamiento pacifico de las tribus israelitas en Palestina, que,
siguiendo a Alt, findamentaba en una sintesis de antiguos documentos egipcios; Ia
evidencia a partir de excavaciones y prospecciones que revelaban la ausencia de restos
arqueol6gicos significativos en las colinas de Palestina; y Ia analogia sociolégica de los
pastores transhumantes de fines del siglo XIX y principios del XX. El hecho de que los
argumentos de Noth referidos al asentamiento pacifico de Israel en Jas colinas de
Palestina atin posean visbilidad actualmente no debe distraemos del hecho de que esta
reconstruccién positiva de los origenes de Israel no se basa en las tradiciones biblicas
como evidencia principal. Muy por el contrario, esta teorla en particular se ha
desarrollado, y resulta convincente, hasta el punto en que adhiere firmemente a la
observacién de datos extrabiblicos, especialmente textos geogrificos egipcios y restos
arqueol6gicos en Palestina y contempla las tradiciones biblicas solamente como un
punto de orientaci6n y un contexto conceptual, Cuando Noth ha dependido de una
sintesis con la tradicién biblica, ha fracasado. Al seguir el desarrollo de los principios
de Noth sobre la historia—tradicién, su detallado andlisis de los relatos del Pentateuco y
de la denominada historia deuteronomistica comenz6 un largo proceso de
deconstruccién de la historia biblica que continia en la actualidad. Como anilisis final,
se debe coincidir con la apreciacién de Bright acerca de que la historiografia biblica
s6lo puede afirmarse sobre la base de la confirmacién extrabiblica. El propio trabajo de
Noth de historis-tradiciOn, cuidadosamente ejecutado, constituye la mejor prueba de
que no puede escribirse una historia crticamente aceptable sobre la base de una
historiografia biblica antigua, Més ain, en Jos pocos casos en que Noth escribié una
historia critica confiable, lo ha hecho con la ayuda sustancial, y a veces exclusiva, de
fuentes extrabiblicas.
El trabajo de Noth desde 1930 apartd la investigacién académica de la direccién
establecida por Ally Albright. Al reafirmar el punto de vista de Alt sobre los origenes
de Israel en su Historia y en trabajos posteriores, Noth sumé en forma sustancial a la
influencia de Alt, aunque no desarrollé Ia discusién en ninguna forma perdurable.
Sostuvo con firmeza la clisica visién de la historia como una descripcién del pasado
que s6lo puede escribirse “sobre la base de la tradici6n literari, que registra sucesos y
especifica personas y lugares”. Noth jamas explica por qué esto debe ser asi
Ademés de su trabajo histérico-tradicional, Noth inaugurd un periodo de fundamental
apreciacién critica de los esfuerzos de académicos de las décadas de los ‘40 y los ‘SO
por elaborar una historia de Israel sobre Ja base de una sintesis de datos biblicos,
Levitico, Nimeros y Deuteronomio.