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The Anthropocene: Foregone or Premature Conclusion?

Examining the ethical implications of naming a new epoch


By Chistine J. Cuomo

El Antropoceno: Conclusión Inevitable o Prematura


Examinando las implicaciones éticas de nombrar una nueva Era
Por Christine J. Cuomo
Traducido por Leandro Montes R.
From page 11 • October 2017 • EARTH • www.earthmagazine.org

El movimiento científico para declarar una nueva era geológica llamada el Antropoceno ha
recibido bastante atención en la prensa popular. Pareciera existir la impresión que la
designación de una Era Antropocena es un fresco o una forma convincente para reconocer
que las sociedades humanas han causado en el cambio climático en marcha y reciente, así
como otro sistema de amplio impacto sobre la Tierra, incluyendo la acidificación de los
océanos, el generalizado peligro en extinción de las especies y los cambios en el paisaje. Yo
lo había escuchado y dicho alguna vez que el Antropoceno es una forma para reconocer y
comenzar a enfrentar nuestras responsabilidades personales y colectivas con respecto a esos
impactos.
Aunque algunos podrían considerar la idea de una buena manera de nombrar un grupo
de problemas muy serios y reales. aceptando el Antropoceno como una inevitable Era
Geológica engaña un malentendido de su material bastante serio e implicaciones éticas,
considerando especialmente nuestras concepciones, y las relaciones con, el mundo natural y
las otras especies.
Las interpretaciones científicas de evidencias sin precedentes de actividad
antropogénica en las capas de rocas - como se requerirían para definir geológicamente una
nueva era - tiene serias implicaciones y ramificaciones sociales, para ellos proveer las
evidencias de nuestras comunes ideas acerca de la Tierra, y nuestras relaciones ecológicas.
Hay importantes diferencias entre notar una señal geológica e interpretar y definir esa señal
como el signo de una "noticia normal" que ha suplantado totalmente la actual Era Holocena.
Necesitamos mucho más discusión acerca de las dimensiones éticas de la propuesta que la
Era Holocena ha terminado y ha sido reemplazada permanentemente por el Antropoceno, y
como tal, debemos poner sobre la mesa la pregunta sobre la existencia del Antropoceno.

¿Qué es lo que está en un nombre?


La idea del Antropoceno fue primero presentada en la literatura científica en el 2000
por Paul J. Crutzen y Eugene F.Stoermer en el Boletín Informativo Internacional sobre el
Programa del Cambio Global de Geósfera-Biósfera. Desde entonces, el interés está creciendo
en una hipótesis de que la Tierra está en una nueva etapa, distinguidos por impactos
antropogénicos, particularmente intensos, duraderos y dañinos, y que esa nueva etapa
equivale a una nueva era geológica. Una era, por su definición geológica, denota una franja
de tiempo "durante la cual fueron formadas las rocas de la serie correspondiente". Ello implica
un registro observable en las rocas que es distintiva de la era previa. Así, aquellos quienes
proponen el Antropoceno, como unja nueva era geológica implícitamente sugiere que los
impactos directos antropogénicos son visibles en los registros de las rocas en formas
marcadas estratigráficamente sin precedentes.
El Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno (por sus siglas en inglés WGA, Working
Group on the Antropocene), un comité designado por la Unión Internacional de las Ciencias
Geológicas (por sus siglas en inglés IUGS, International Union of Geological Sciences),
describe el Antropoceno, como una edad únicamente marcada "por muchas condiciones
geológicamente significantes y procesos profundamente alterados por las actividades
humanas". La definición de la WGA resalta los cambios a la biósfera así como también "la
erosión y el transporte de sedimento asociado con una variedad de procesos antropogénicos",
incluyendo colonización, agricultura, urbanización, y calentamiento global; la composición
química de la atmósfera, océanos y suelos, con perturbaciones significantes antropogénicas,
de los ciclos de los elementos …..y condiciones ambientales generadas por esas
perturbaciones [incluyendo] calentamiento global, acidificación de los océanos y zonas de
muerte oceánica extendidas". La WGA nota que antes que el Antropogeno sea oficialmente
aceptado, la propuesta ha de ser científicamente justificada por las observaciones de los
registros estratigráficos.
La definición aportada por la WGA deja claro que, en todos los sentidos, las marcas
de la Era Antropocena han sido producido por fenómenos, -- colonización humana extendida-
-que ha ocasionado y continúa ocasionar un peligro catastrófico a humanos y no humanos por
igual. Los debates acerca de los eventos que se introdujeron en el Antropoceno también lo
están diciendo. Algunos sugieren que data de 1800 aproximadamente, alrededor del
comienzo de la revolución industrial, la cual creó incontables beneficios pero también,
últimamente, nos puso en camino hacia el catastrófico cambio climático. Alternativamente, los
miembros de la WGA, proponen que el comienzo del Antropoceno, y por lo tanto, el fin del
Holoceno, ocurrió específicamente con la explosión de la primera bomba nuclear mundial el
16 de julio de 1945, en Alamogordo, New Mexico.
Geográficamente, ese evento fue escogido porque ese produjo una marca clara e
indeleble sobre la Tierra en la forma de "consecuencia mundial fácilmente identificable en los
registros quimio-estratigráficos". Así como todos sabemos, también produjo daños claros y
duraderos.
En la identificación del producto de la guerra nuclear como una marca característica
de una nueva era para la Tierra corremos el riesgo de alentar una gran narrativa que concibe
el de la relación humana con nuestro entorno y especies del mismo tipo como inevitablemente
y en última instancia destructivo, descuidado y egoísta. En cambio, deberíamos considerar la
propuesta de la desaparición de los mamíferos amistosos, Era Holocena como una crisis al
extremo que deberíamos trabajar para evitarlo.
La hipótesis del Antropoceno implica necesariamente que la propuesta de la nueva
época ha suplantado el Holoceno, era actual de la Tierra, la cual comenzó alrededor de 10.000
años AC después de la Era Pleistocena y al final de la última gran era de hielo.
Las implicaciones éticas de aceptar la idea de que el Antropoceno ha comenzado, no
debería tomarse a la ligera. "Holoceno" pareciera ser solo un nombre, pero ello significa unos
ecosistemas particulares que han sido estudiados y definidos. Esos ecosistemas son
contextos vivientes en la cual todas las culturas humanas se han desarrollado y evolucionado,
y ellas incluyen multitudes de especies con su propio valor inherente. Desde la perspectiva de
algún sistema ético que valoriza el mundo natural, la posibilidad de la muerte del Holoceno
debería ser visualizado como una catástrofe, por el clamor de la WGA "que "el Holoceno ha
terminado" es una declaración de que los climas y ecosistemas humanos amistosos
dominantes en los últimos 12.000 años están más allá de la salvación.
El posible final del Holoceno debido a los impactos antropogénicos no es una
oportunidad interesante; eso es una tragedia absoluta pidiendo por respuestas sin
precedentes. Colectivamente, en tiempo geológico, nosotros los humanos solo hemos
recientemente comenzado a comprender los detalles de nuestros impactos. Y fue
comparaciones con estados previos particulares de la salud ecológica y humana que
permitieron a biólogos tales como Rachel Carson y Barry Commoner mostrar que ciertas
prácticas e industrias habían creado polución antropogénica sin precedentes. Esas
comparaciones ayudaron al crecimiento de la conciencia global y aportar las bases para leyes,
políticas, y prácticas diseñadas para proteger el medio ambiente.
Las condiciones del Holoceno y las especies continúan para proveer la referencia
común necesaria para determinar la salud ecológica y para motivar los movimientos
ambientalistas. Si el Holoceno se termina, lo que proporciona es un fundamento para nuestras
responsabilidades para restablecer y fortalecer las especies y los estados ecológicos
identificados con la Tierra que los seres humanos conocieron antes de los estragos de la
industrialización y la polución.

El Poder Detrás de un Nombre


La intensidad de los impactos antropogénicos a todas las escalas clama por
esforzarse para preservar las condiciones del Holoceno, fortalecer las resiliencias y
mitigar la amenaza de los impactos antropogénicos. De hecho, avocarse a la hipótesis
del Antropoceno arguye que el estado actual de la crisis debería ser oficialmente
designada "la nueva normal" Tierra. Si el propósito de la Era Antropocena es un
conjunto de realidades distintivamente caracterizada por colonización, agricultura
química, calentamiento global, guerra nuclear, "perturbaciones antropogénicas
significativas", es difícil entender, la aparente prisa para alejarse de la era Holocena.
Algunos pueden creer que no hay un gran riesgo en declarar que el Holoceno
se terminó, pensando que los nombres y denominaciones científicas son meramente
simbólicas. Ese punto de vista me parece tanto ingenuo como inexacto. Aún en un
clima donde un escepticismo políticamente motivado y el despotricar de la anti-ciencia
parece rampante,--- en parte a través de sus clasificaciones y definiciones-- tiene el
poder para el entendimiento de un cambio común e impactar directamente al mundo.
Debido a que el poder para definir puede ser potente, eso viene con una
responsabilidad ética significativa. Por ejemplo, cuando la Agencia Internacional para
la Investigación sobre el Cáncer clasificó la exposición a la luz solar y en segundo
lugar fumar tabaco como "carcinogénico para los humanos", ellos inspiraron un amplio
cambio social, incluyendo nuevas leyes y políticas con implicaciones económicas. Más
abstractamente, los genetistas quienes identificaron bonobos como nuestros
"parientes cercanos", implícitamente proporcionó un argumento convincente para la
protección de los hábitats bonobo porque hay razones éticas y pragmáticas para velar
por la salud de nuestras estrechas relaciones. Creer en la ciencia requiere confiar en
que las nuevas definiciones y proclamas están basadas sobre evidencias decisivas,
ya que toda sociedad puede ser abandonada tratando con las políticas y normas que
siguen en el despertar de una proclamación científica de peso.
La hipótesis del Antropoceno se centra sobre un clamor acerca de cómo
etiquetar el significado de la evidencia estratigráfica de recientes impactos
antropogénicos sobre la Tierra y sistemas terrestres. Los miembros del IUGS
avocados for la hipótesis del Antropoceno argumentan que las marcas recientes de
los impactos del sistema tal como las consecuencias nucleares mundiales desde julio
de 1945, indican que el planeta ha sido impulsado dentro de una nueva fase geológica.
Pareciera igualmente exacto considerar las marcas de recientes desarrollos y
perturbaciones antropogénicas a escala global -- incluyendo el actual cambio
climático, especies en masa en peligro y polución de los océanos-- como un síndrome
peligroso que ya ha dejado cicatrices, y que urgentemente necesita ser remediado.

¿Una Conclusión Prematura?


La idea del Antropoceno amenaza permitir la intensificación de eco-destrucción
e inequidad en el futuro. En este punto, las señales antropogénicas en el registro
geológico ocasionado por la industria, guerra y políticas de causalidad deberían ser
consideradas como lecciones cruciales y señales urgentes de advertencia, más que
como pruebas concluyentes de que la Tierra Holocena ha caducado. Cambios
ambientales peligrosos y sistemas comprometidos a escala planetaria son tendencias
que necesitan ser revertidas Es arriesgado moverse directamente de la negación al
fatalismo para que entre ellos haya el espacio y quizás la mejor forma donde uno
pueda abordar un problema. Apenas hemos comenzado, pero hemos comenzado, a
comprender y responder a los impactos ambientales del siglo reciente.
En vez de declarar la muerte del Holoceno, interpretemos las últimas huellas
ambientales de la guerra, polución y perturbación como advertencias cruciales dentro
de la época actual, aupando respuestas éticas y empoderadas en vez del pesimismo,
en la ciencia y más allá. Varios siglos desde ahora, dejemos interpretar desde nuestras
respuestas determinar más exactamente el destino de las especies del Holoceno y los
medioambientes, con pruebas más exhaustivas y evaluaciones más realistas de lo
que podremos lograr en las próximas generaciones.

Christine J. Cuomo is a professor of Philosophy and


Women’s Studies at the University of Georgia
(UGA). She has conducted collaborative
research on local knowledge concerning
environmental change in
Arctic Alaska and is a member of the
UGA Initiative for Climate and Society,
and the community-based Georgia
Climate Change Coalition. The views
expressed Credit: Dot Paul are her own.

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