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Cruz Roja - Historia
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Cruz Roja - Historia
Los componentes del movimiento, aunque conservan su independencia en los límites del
estatuto del movimiento, actúan siempre de conformidad con sus principios fundamentales y
colaboran entre sí en el desempeño de sus tareas respectivas y para realizar su misión común.
Los componentes del movimiento se reúnen con los estados partes en los Convenios de
Ginebra del 27 de julio de 1929 o del 12 de agosto de 1949 en la conferencia internacional de
la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (en adelante: la conferencia internacional). El Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR) siempre ha tenido un reconocido papel en el desarrollo y
la promoción del Derecho Internacional Humanitario (DIH). Consciente de los retos que
conlleva su pleno respeto, el CICR creó en 1996 un servicio de asesoramiento en Derecho
Internacional Humanitario a fin de fortalecer su capacidad de prestar servicios a los estados
en esa materia abarcando medidas concretas y necesarias para la implementación de los
Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales, los diversos tratados sobre armas, el
Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y otros tratados pertinentes. La Cruz Roja
también es el emblema inicial del Movimiento. La cruz roja, junto con la media luna roja y el
cristal rojo sobre fondo blanco, son emblemas humanitarios reconocidos oficialmente por casi
la totalidad de países del mundo y su uso está enmarcado en el Derecho Internacional
Humanitario, por lo que deben ser respetados en toda circunstancia, para que sea posible
desarrollar las labores humanitarias en los desastres y conflictos armados.
Fundación
El banquero suizo Henry Dunant (1828-1910), mientras estaba dedicado a sus negocios en
Argelia, viajó al norte de Italia muy cerca de Solferino (Italia), el mismo día en que allí se
enfrentaban los ejércitos austriaco, francés y piamontés. Al anochecer, sobre el escenario de
la batalla de Solferino, el 24 de junio de 1859, yacían 40 000 hombres prácticamente
abandonados a su suerte. Dunant vio cómo morían los heridos sin asistencia y, ayudado por
gente de los pueblos cercanos, se dedicó a socorrerlos: convenció a la población local para
que atendiese a los heridos, sin fijarse en qué bando del conflicto estaban, usando el lema
Tutti fratelli (Todos hermanos) acuñado por las mujeres de la cercana ciudad de Castiglione
dello Stiviere (Provincia de Mantua). Había quedado impresionado. Filántropo, formado y
emprendedor, el recuerdo le llevó a concebir formas de paliar situaciones parecidas, y tres
años después publicó sus reflexiones. En un libro llamado Un recuerdo de Solferino, Dunant
plantea la idea germinal de lo que serán las futuras sociedades de la Cruz Roja. Escribió,
textualmente «cuya finalidad será cuidar de los heridos en tiempo de guerra por medio de
voluntarios entusiastas y dedicados, perfectamente calificados para su trabajo». Desde un
primer momento, Dunant concibió las sociedades como entes neutrales, dispuestos a prestar
ayuda humanitaria a quien la necesitara, independientemente de su raza, nacionalidad o
creencias. Su idea la recogieron cuatro miembros de la Sociedad Ginebrina de Utilidad
Pública que, junto con él, impulsaron el proyecto hasta la constitución formal en 1863 del
Comité Internacional de la Cruz Roja, antecedente inmediato de lo que más adelante
conformaría el Derecho Internacional Humanitario. Un año después, el Comité Internacional
de la Cruz Roja logró, con el apoyo del Gobierno Suizo, convocar a una conferencia
diplomática en la que doce estados firmaron el Primer Convenio de Ginebra. En él se acordó:
1. Proteger a los militares heridos en campaña.
2. El carácter neutral y protección del personal sanitario y de los hospitales militares.
3. La adopción del emblema de la Cruz Roja sobre fondo blanco como símbolo
protector.
4. El establecimiento de un comité permanente que se denominó "Comité Internacional
de la Cruz Roja".
5. La promoción internacional de sociedades de socorro.
En su homenaje cada año, el 8 de mayo, fecha de nacimiento de Henry Dunant, se celebra el
Día Mundial de la Cruz Roja. El 13 de junio de 2012 la Cruz Roja fue galardonada con el
premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
1591: San Camilo de Lellis fundó a la congregación de los Hermanos Ministros de los
Enfermos y Mártires de la Caridad y los envió a los campos de batalla. Es así que 260 años
antes del nacimiento de la Cruz Roja Internacional, la “cruz roja” de los hábitos de los hijos
de San Camilo brilló en los campos de batalla como signo de fraternidad.
1859: Antes del siglo XIX, los símbolos utilizados para identificar a los servicios médicos de
las fuerzas armadas variaban en función del país de origen. Los símbolos no eran
ampliamente conocidos, raras veces se respetaban y no tenían derecho a ninguna forma de
protección jurídica.
En la segunda mitad del siglo XIX, la rápida evolución de la tecnología de las armas de fuego
ocasionó un dramático incremento del número de muertos y de heridos en tiempo de guerra.
El 24 de junio de 1859, la guerra de la unificación de Italia se hallaba en su punto álgido.
Henry Dunant, un ciudadano suizo, realizaba un viaje privado que lo llevó a la ciudad de
Solferino. Allí, fue testigo del sufrimiento de más de 45 000 soldados muertos o heridos,
abandonados en el campo de batalla. De regreso en Ginebra, Henry Dunant comenzó a
escribir un libro, en el que propuso mejorar significativamente la asistencia que se presta a las
víctimas de guerra.
1863: El 17 de febrero de 1863, un comité formado por cinco miembros, el futuro Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR), se reunió para estudiar las propuestas de Dunant. Uno
de sus objetivos principales era adoptar un único signo distintivo, que contara con respaldo
jurídico, para indicar la obligación de respetar a los servicios médicos de las fuerzas armadas,
a los voluntarios socorristas de las sociedades que prestaban servicios de primeros auxilios y
a las víctimas de los conflictos armados. El símbolo debía ser sencillo, identificable a
distancia, conocido por todos e idéntico para amigos y adversarios. El emblema debía ser el
mismo para todos y reconocible a nivel universal. El 26 de octubre de 1863, se convocó la
primera Conferencia Internacional, que contó con la presencia de los delegados de catorce
gobiernos. Además de adoptar diez resoluciones y prever el establecimiento de sociedades de
socorro a los militares heridos (las futuras Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y, más
adelante, de la Media Luna Roja), la Conferencia Internacional también adoptó la cruz roja
sobre fondo blanco como emblema distintivo uniforme.
1876-1878: Durante la guerra entre Rusia y Turquía, el Imperio Otomano declaró que
utilizaría el símbolo de la media luna roja sobre fondo blanco, en lugar de la cruz roja. Si bien
respetaban el símbolo de la cruz roja, las autoridades otomanas consideraban que la
naturaleza misma de la cruz roja hería las susceptibilidades de los soldados musulmanes. Se
aceptó el signo de la media luna roja a título provisional, mientras durase la guerra.
1929: Tras la Primera Guerra Mundial, se convocó la Conferencia Diplomática de 1929, con
la finalidad de revisar los Convenios de Ginebra. Las delegaciones de Turquía, Persia y
Egipto solicitaron el reconocimiento de la media luna roja y del león y sol rojos. Tras
prolongados debates, la Conferencia aceptó reconocerlos como emblemas distintivos
adicionales a la cruz roja pero, a fin de evitar la proliferación de emblemas, limitó la
autorización a los tres países que ya los utilizaban. Los tres emblemas distintivos gozan de
igual estatuto en el marco de los Convenios de Ginebra.
1936-1939: Durante la Guerra civil española, la Cruz Roja Internacional es acusada por el
bando franquista de falta de neutralidad.
1949: La Conferencia Diplomática convocada en 1949 para revisar los Convenios de Ginebra
tras la Segunda Guerra Mundial analizó tres propuestas orientadas a solucionar la cuestión de
los emblemas: una propuesta neerlandesa, encaminada a adoptar un nuevo símbolo único; la
recomendación de volver al signo único de la cruz roja; una propuesta israelí con miras a
reconocer un nuevo emblema, el escudo rojo de David, que los servicios sanitarios de las
fuerzas armadas israelíes usaban como signo distintivo. Estas tres propuestas fueron
rechazadas. La Conferencia expresó su oposición a la proliferación de emblemas protectores.
La cruz roja, la media luna roja y el león y sol rojos siguieron siendo los únicos emblemas
reconocidos.
1980: La República Islámica de Irán anunció que renunciaba a su derecho de usar el león y
sol rojos y que emplearía en el futuro la media luna roja como signo distintivo. Sin embargo,
se reservó el derecho de volver a usar el del león y sol rojos si se reconocían nuevos
emblemas.
1992: Tras la decisión de 1949, continuó el debate acerca de los emblemas. Varios países y
sus sociedades de socorros seguían interesados en utilizar los emblemas nacionales, o la cruz
y la media luna juntas. En la década de 1990, también se plantearon preocupaciones acerca de
la neutralidad de la cruz roja o de la media luna roja, en el contexto de ciertos conflictos
complejos. En 1992, el entonces presidente del CICR hizo un llamamiento público en favor de
la creación de un nuevo emblema desprovisto de cualquier connotación nacional, política o
religiosa.
1999 :La Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja celebrada en
1999 hizo suya la propuesta de organizar un grupo de trabajo mixto sobre los emblemas,
integrado por Estados y Sociedades Nacionales, con vistas a encontrar una solución global y
duradera que fuese aceptable para todas las partes en cuanto al fondo y al procedimiento.
2000: El grupo de trabajo reconoció el profundo apego que la mayoría de los Estados y de las
Sociedades Nacionales tenía a los emblemas de la cruz roja y de la media luna roja. Por
consiguiente, la única posibilidad de lograr una solución ampliamente aceptada era reconocer
un emblema protector adicional, exento de toda connotación nacional, política o religiosa. El
diseño del nuevo emblema debía permitir que las Sociedades Nacionales que lo utilizaran
pudiesen insertar en el mismo: una cruz o una media luna, una cruz y una media luna juntas,
cualquier otro símbolo que estuviese en uso y que hubiese sido comunicado al Estado
depositario de los Convenios de Ginebra y al CICR.
2006: En junio de 2006, se celebró en Ginebra una Conferencia Internacional de la Cruz Roja
y de la Media Luna Roja con el objeto de modificar los Estatutos del Movimiento para
reflejar la creación del nuevo emblema. Desde su creación hasta el año 2006 el Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR) le negó el reconocimiento al Maguén David Adom por
rehusarse a reemplazar la estrella de David roja por la cruz roja. Las razones corresponden a
la conferencia de la Convención de Ginebra de 1929 que identificó solo tres símbolos (cruz
roja, media luna roja, y león y sol rojo) y prohibió el uso de otros en el futuro (la estrella roja
de David fue remitida al CICR en 1931). Con la aprobación de un tercer emblema en
diciembre del 2005 Maguén David Adom estuvo en condiciones de contar con la aprobación
del CICR e ingresar a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la
Media Luna Roja. El 22 de junio de 2006, MDA fue reconocido por el ICRC y admitido como
miembro pleno.
2007: El 14 de enero de 2007, entró en vigor el Protocolo adicional III a los Convenios de
Ginebra de 1949 (seis meses después de su ratificación por los dos primeros países). Esto
completa el proceso de establecimiento de un emblema adicional para uso de los Gobiernos y
el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Principios fundamentales
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja realiza su labor bajo
siete principios fundamentales que rigen las actuaciones de esta organización, creando un
vínculo de unión entre las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja,
el CICR y la FICR. Los Principios Fundamentales garantizan la continuidad del Movimiento de
la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y su labor humanitaria.
Las personas que integran la Cruz Roja no reciben dinero como sueldo, pues son voluntarios
(excepto técnicos, por ejemplo, un socorrista que trabaja todo el día en la playa). Trabajan
para evitar el sufrimiento humano, y por el bienestar de todos. Además, para evitar
incidentes, ninguna persona que sea remunerada por su acción en Cruz Roja puede acceder a
puestos políticos en la jerarquía de la institución.
El martes 16 de octubre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió invitar
al CICR a participar en calidad de observador en sus sesiones y tareas. Efectivamente, la
Asamblea aprobó sin votación un proyecto de resolución respaldado por 138 de los 159
Estados miembros de la ONU, otorgando al CICR el estatuto de observador. El texto de la
resolución es el siguiente:
Anexo
2. Los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 para la protección de las
víctimas de guerra, en que 166 Estados son partes, y sus dos Protocolos Adicionales de 1977
establecen explícitamente el papel del CICR como intermediario humanitario neutral e
imparcial. Así pues, los tratados de derecho internacional humanitario asignan al CICR
deberes semejantes a los de una Potencia protectora responsable de salvaguardar los intereses
de un Estado en guerra, ya que el CICR puede actuar en sustitución de la Potencia protectora
dentro del significado de los Convenios de Ginebra de 1949 y el Protocolo Adicional I de
1977. Además, el CICR tiene el mismo derecho de acceso a los prisioneros de guerra que una
Potencia protectora (Convenios de Ginebra) y a los civiles comprendidos en el Convenio de
Ginebra relativo a la protección de personas civiles en tiempo de guerra (cuarto Convenio de
Ginebra). Además de esas funciones concretas, el CICR, como institución neutral, tiene el
derecho de iniciativa dimanante de una disposición común a los cuatro Convenios de Ginebra
que lo autoriza a formular cualquier propuesta que considere de interés para las víctimas del
conflicto.
3. Los estatutos del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja,
según fueron aprobados por la Conferencia Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna
Roja, en que los Estados partes en los Convenios de Ginebra participan, exigen que el CICR
difunda el conocimiento y aumente la compresión del derecho humanitario internacional y
promueva su desarrollo. En los estatutos también se prevé que el CICR defienda y difunda los
Principios Fundamentales del Movimiento, a saber: humanidad, imparcialidad, neutralidad,
independencia, servicio voluntario, unidad y universalidad.
4. Fue por iniciativa del CICR que el Convenio de Ginebra original para aliviar la suerte de los
heridos de las fuerzas armadas en campaña fue aprobado por los gobiernos en 1864. Desde
entonces, el CICR ha procurado perfeccionar el derecho humanitario internacional para
mantenerse a la par de la evolución de los conflictos.
11. Las actividades del Organismo Central de Búsqueda del CICR se basan en la obligación de
la institución previstas en los Convenios de Ginebra, a saber, ayudar a las víctimas militares y
civiles de conflictos armados internacionales, y en su derecho de iniciativa humanitaria en
otras situaciones. La labor del Organismo y sus delegados sobre el terreno consiste en reunir,
registrar, centralizar y, cuando procede, remitir información sobre personas que tengan
derecho a recibir asistencia del CICR como prisioneros de guerra, internados civiles,
detenidos, personas desplazadas y refugiados. También incluye el restablecimiento de
contacto entre familiares separados, esencialmente por medio de mensajes de la familia
donde los medios de comunicación normales no existen o se han interrumpido debido al
conflicto, la búsqueda de personas desaparecidas o de quienes la familia no tiene noticias, la
organización de la reunificación de familias, el traslado a lugares seguros y operaciones de
repatriación.
12. Las labores del CICR y de las Naciones Unidas se complementan cada vez más y la
cooperación entre las dos instituciones es cada vez más estrecha, tanto en las actividades
sobre el terreno como en sus esfuerzos por aumentar el respeto del derecho humanitario
internacional. En los últimos años, esta relación se ha manifestado en numerosas operaciones
para dar protección y asistencia a las víctimas de conflictos en todo el mundo.
13. Asimismo, el CICR y las Naciones Unidas han cooperado estrechamente en asuntos
jurídicos, y el CICR contribuye a la labor de las Naciones Unidas en esa esfera. Esta relación
también se refleja en resoluciones del Consejo de Seguridad, y de la Asamblea General y sus
órganos subsidiarios, así como en informes del secretario general.