Professional Documents
Culture Documents
NOTA CLÍNICA
Figura 1. Caso 1: resonancia magnética de encéfalo, en secuencia T 2, que Figura 2. Caso 2: resonancia magnética de encéfalo, corte axial en se-
muestra la imagen en ojo de tigre. cuencia T 2, realizada al año de iniciados los síntomas.
Los resultados de los exámenes complementarios fueron: ceruloplasmi- se intensifica con los movimientos. Continúa orientado en el tiempo y el
na, 22,6 mg/dL (valor normal: 20-50 mg/dL); cobre urinario , 14,17 mg/ espacio y no refiere quejas de pérdida de memoria.
orina 24 horas (valor normal: 15-60 mg/24 horas) ;estudio genético para
corea de Huntington y atrofia dentadorrubropalidoluisiana, negativo; estu- Caso 2. Mujer de 13 años de edad, con antecedentes de dificultad de aprendi-
dio de porfirias, hexosaminidasa A en plasma y en leucocitos, acantocitos, zaje en la escuela; la gestación y el parto fueron normales, así como el desa-
ferritina y transferrina, normales;electroencefalograma (EEG) y EMG rrollo motor hasta los 12 años. En ese momento, se iniciaron una serie de
normales; la RM de encéfalo evidenció un área de hiperseñal en el GP movimientos involuntarios en el miembro inferior derecho, sugestivos de corea,
interno rodeada de un halo de hiposeñal, en secuencias T 2 (Fig. 1). de evolución progresiva e incapacitante. Un año después, momento en que la
Se inició un tratamiento con pimocide hasta alcanzar una dosis de mante- paciente fue ingresada en nuestro hospital, la paciente no conseguía permane-
nimiento de 20 mg, y 2 mg de clonacepam, sin evidenciarse una clara mejoría cer en pie, y se encontraba en silla de ruedas debido a los intensos movimientos
en los tics, ya que éstos mudaban en su expresión y semiología en cada involuntarios. En la exploración neurológica se observaba una distonía en los
revisión. A los 3 años de seguimiento, eran claramente evidentes los tics miembros inferiores, con inversión de ambos pies, retropulsión de tronco,
motores complejos, la inestabilidad postural y la distonía en ambos pies, que distonía en extensión de la mano izquierda y movimientos discinéticos orofa-
simulaban un cuadro de touretismo. ciales. Llamaba la atención la presencia de movimientos abruptos, rápidos e
En el último año se intensificaron los movimientos de torsión del pie intensos, sugestivos de hemibalismo, que predominaban en el brazo derecho,
derecho, especialmente durante la marcha. Con cierta frecuencia, el paciente y movimientos coreicos en los dos brazos. La paciente tenía una voz hipofó-
tiene caídas al suelo espontáneas, diarias, algunas de ellas previsibles, ya que nica, difícil de comprender. La exploración cognitiva era normal.
suceden cuando gira al caminar. En la actualidad, observamos un empeora- Los resultados de los exámenes complementarios fueron: estudio de erro-
miento de los tics motores complejos, y aparece un movimiento de autoagre- res innatos del metabolismo y enfermedades lisosómicas de depósito –inclu-
sión incontrolable e imprevisible, en el que el paciente se golpea la frente con yendo el estudio de oligosacáridos, sialidosis, gangliosidosis, arilsulfatasa A,
la mano izquierda. Los tics a veces son tan intensos que el paciente cae al betagalactosidasa, hexosaminidasa A, cromatografía de aminoácidos plas-
suelo. El propio paciente relata su incapacidad para suprimir estos movimien- máticos y urinarios–, concentración de amonio plasmático, cobre en sangre
tos. En el último mes sufrió una crisis hipertónica generalizada, con caída al y orina y ceruloplasmina, estudio de acantocitos, lipidograma, apolipoproteí-
suelo y pérdida de conciencia, de varios minutos de duración. Tiene un buen nas, anticuerpos anticardiolipina, metabolismo de calcio-fósforo, anticuer-
control de los esfínteres, se viste de modo independiente, necesita ayuda en pos nucleares, hormonas tiroideas y paratormona, así como el estudio mole-
la higiene personal, tiene dificultades para masticar los alimentos, pero no cular para corea de Huntington y la atrofia dentadorrubropalidoluisiana, todos
disfagia. Su lenguaje empeora, es explosivo y de difícil comprensión; no ellos normales o negativos. El EEG estaba dentro de la normalidad. La RM
consigue escribir. Tiene episodios frecuentes de ecolalia y presenta tics facia- de encéfalo mostraba una área de hiperseñal en GP, rodeada de un halo de
les, como arrugar la frente, guiñar los ojos o realizar movimientos súbitos de hiposeñal, en secuencias T 2 (Fig. 2).
torsión cervical; otros tics nuevos son cruzar los brazos cuando está sentado En la actualidad se encuentra en tratamiento sintomático con 12,5 mg de
y golpearse la cabeza con la mano derecha. Tiene un truco sensorial que trihexefenidilo, 1 mg de clonacepam y 3 mg de pimocide. A los tres meses del
consiste en cruzar los brazos y colocarlos detrás de la espalda; ocasionalmen- seguimiento, los movimientos coreodistónicos predominan en el hemicuerpo
te, consigue suprimir estos tics. En la última exploración neurológica obser- derecho, con ocasionales sacudidas bálicas que afectan a ambos brazos. Estos
vamos una cierta rigidez en el miembro superior derecho, un discreto temblor movimientos bruscos tienen segundos de duración y cursan con una brusca
postural, bradicinesia para los movimientos finos de los dedos y en la prono- abducción del hombro, flexión de codo, pronación de antebrazo y flexión
supinación de las manos y distonía en ambos pies, mayor en el derecho, que cubital, y se intensifican cuando la paciente intenta comunicarse, durante la
DISCUSIÓN
La participación de Hallervorden en diversos programas de euta-
nasia durante la segunda guerra mundial en la Alemania nazi ha
generado gran controversia en cuanto al uso de su nombre en el
SHS [7], por lo que se ha postulado que esta entidad reciba el
nombre de ‘neurodegeneración cerebral por acúmulo de hierro de
tipo I’ [3,8]. El reciente descubrimiento de que muchos casos del
SHS resultan de mutaciones en un gen localizado en el cromosoma
20p12.3-p13 que codifica una enzima llamada pantotenato cinasa
2 (PANK2), clave en la biosíntesis de la coenzima A (CoA), y la
Figura 3. Caso 3: resonancia magnética de encéfalo, corte coronal en posibilidad de que esta deficiencia enzimática provocase el depó-
secuencia T 2; hiposeñal en el globo pálido bilateral sugestiva de depósito
de hierro. sito de hierro en los ganglios basales, ha llevado a algunos autores
a proponer el término alternativo ‘neurodegeneración asociada a
deficiencia de pantotenato cinasa’, y considerarla como un nuevo
alimentación y en momentos de estrés. Presenta otros movimientos estereoti- error innato del metabolismo de carácter autosómico recesivo
pados cuando se encuentra en la silla de ruedas, como colocar el tercer dedo [9,10]. Sin embargo, los hallazgos neuropatológicos, como la pre-
de la mano derecha en la boca y pasar la mano por el cabello. En los miembros
sencia de distrofia focal axonal con formación de esferoides neu-
inferiores se observan movimientos de flexión de la cadera, extensión de las
rodillas y flexión dorsal de los pies. Al año de iniciados los síntomas, la roaxonales, hace pensar en la posibilidad de un trastorno primario
paciente es dependiente en sus actividades de la vida diaria, permanece sentada axonal, en donde el acúmulo de hierro sería un epifenómeno, ya
en silla de ruedas, no tiene disfagia, pero sí una disartria grave que limita la que la reducción en la producción de CoA provocaría una altera-
comprensión de su lenguaje. Las funciones vesical e intestinal se conservan. ción en la biosíntesis de las membranas celulares [11].
El SHS, en su forma clásica, se caracteriza por un síndrome
Caso 3. Mujer de 28 años de edad, hija adoptiva, con antecedentes de retraso extrapiramidal de inicio en la primera década de la vida (corea,
en las adquisiciones motoras; consiguió permanecer sentada a los 18 meses y
distonía, rigidez), y una combinación de otros signos neurológicos
comenzó a caminar a los 2 años de edad. Nunca presentó crisis convulsivas.
Acudió por primera vez a nuestro ambulatorio a los 28 años, por presentar un asociados, como piramidalismo, demencia, disartria, disfagia, re-
parkinsonismo juvenil de carácter progresivo, que limitaba la propia deambu- tinitis pigmentaria, crisis epilépticas, acantocitosis e histiocitos
lación, asociado a un cuadro depresivo y demencia graves. En la exploración azul-marino en la biopsia de médula ósea [1,2,4,11-14]. Junto a la
neurológica se objetivaba una paciente inatenta, apática y desorientada en forma clásica, existe una variante de aparición tardía. La forma no
tiempo, espacio y persona. En el aspecto c ognitivo, la paciente no respondía clásica aparece en la segunda década de la vida, y estos pacientes
a órdenes simples, y el lenguaje espontáneo estaba ausente; únicamente fijaba presentan una sintomatología diferente, como una menor inciden-
la mirada en el observador. La familia relataba que la apatía era tan grande que
la paciente no solicitaba agua ni alimentos, ni deseaba ir al baño. Era comple-
cia de retinitis pigmentosa, un curso lento y no tan progresivo, la
tamente dependiente en las actividades de la vida diaria, tenía un deterioro aparición de tics, inestabilidad postural y corea [15].
cognitivo importante, con incontinencia esfinteriana vesical e intestinal. Junto Hayflick et al han estudiado la prevalencia de mutaciones en el
al síndrome rigidoacinético con bradicinesia, existían signos de liberación gen de la PANK2 en 123 pacientes procedentes de 98 familias
piramidal. Funcionalmente, se encontraba en silla de ruedas, y era capaz de afectadas de SHS, tanto de la forma clásica como de las formas
caminar pequeñas distancias en el domicilio con ayuda de otras personas. atípicas [15]. Los síntomas clínicos se presentaban de algún modo
En la exploración neurológica se observaba una marcha en pequeños pasos, antes de los 6 años en el 88% de los casos. De las 49 familias cuyos
postura curvada hacia adelante, inestabilidad postural con tendencia a caer
hacia atrás en la prueba de retropulsión, rigidez de predominio axial, aumento
miembros tenían la forma clásica, todos ellos tenían mutación en
del tono muscular y espasticidad en los miembros inferiores, ausencia de el gen de la PANK2. Dos mutaciones missense –sustitución de un
temblor postural, presencia de temblor cineticopostural ligero con descompo- aminoácido por otro–, la G411R y la T418M, se presentaban en una
sición final del movimiento en la prueba índice-nariz, movimientos finos tercera parte de estos pacientes con la forma clásica. En cambio, de
alterados, signos piramidales con aumento de los reflejos osteotendinosos en las 49 familias cuyos miembros tenían la variante atípica de la
los cuatro miembros, clono aquíleo bilateral y reflejo cutáneo plantar en enfermedad, se encontraron mutaciones en tan sólo el 35% de los
extensión. En el examen de los pares craneales se observaba nistagmo hori- casos, lo que sugiere una heterogeneidad genética, la presencia de
zontal moderado y disfagia para los alimentos.
Los resultados de los e xámenes complementarios fueron: la electromiogra-
genes modificadores o un efecto ambiental asociado. El estudio de
fía y unos potenciales evocados visual y auditivo, fueron normales; elestudio Hayflick et al ha confirmado otro punto importante: los pacientes
de errores innatos de metabolismo, la cromatografía de aminoácidos plasmá- con SHS atípico tienen una edad de aparición de los síntomas más
ticos y en orina, las enfermedades lisosomiales de depósito –incluidas laβ tardío (media: 13,7 años), algunos de ellos tuvieron un trastorno de
aprendizaje en la infancia o retraso en el desarrollo, y la distonía y Racette et al describieron un paciente afectado de parkinso-
la rigidez era n menos graves que en las formas clásicas. Los sínto- nismo y hemibalismo con demostración histopatológica de neu-
mas de alteración del lenguaje (disartria y palilalia), la inestabilidad rodegeneración cerebral por depósito de hierro. Junto a nuestra
de la marcha y los cambios en la personalidad,como impulsividad, paciente 2, son los únicos casos descritos de SHS con clínica de
depresión, labilidad emocional y deterioro cognitivo, así como la hemibalismo [8]. Probablemente la corea y el hemibalismo pue-
ausencia de atrofia óptica o retinitis pigmentaria, fueron hallazgos den representar dos extremos de un mismo espectro clínico, ya
muy característicos de las formas tardías [15]. que se sabe que el hemibalismo vascular tras infartos talámicos,
El síndrome HARP (hipoprebetalipoproteinemia, acantoci- del fascículo lenticular y del giro precentral y poscentral, general-
tosis, retinitis pigmentosa y degeneración palidal) puede ser parte mente evoluciona a corea [23].
del espectro clínico de la neurodegeneración asociada a la defi- Los tics vocales y motores asociados a conducta obsesivo-
ciencia de la pantotenato cinasa, ya que se ha descrito en este compulsiva, que simulan un síndrome de Gilles de la Tourette,
síndrome una mutación en el exón 5 del gen PANK2 [16]. pueden aparecer también en la corea de Huntington, la distonía
Vasconcelos et al han descrito una forma atípica de SHS en idiopática y la neuroacantocitosis [24,25]. Scarano et al describie-
un varón de 36 años, con clínica de disartria progresiva, atrofia ron un varón de 22 años de edad afectado de un SHS con clínica
lingual y hallazgos neurogénicos en el EMG sugestivos de ELA de síndrome de Gilles de la Tourette, similar al primer paciente
bulbar [17]. La presencia de la imagen de ojo de tigre en las RM que hemos presentado, con palilalia, tics complejos motores, ines-
seriadas, la evolución clínica lenta y el análisis molecular que tabilidad postural y conducta compulsiva [26]. Al igual que en
evidenciaban dos nuevas mutaciones missense en el exón 3 del nuestro paciente, no se observaba alteración de la agudeza visual
gen de la PANK2 (Cys231Ser y Tyr251Cys) confirmaron el diag- ni signos de retinitis pigmentosa. Nardocci et al también descri-
nóstico de SHS. La afectación de la neurona motora inferior en el bieron un caso de touretismo en un paciente con SHS de 11 años
SHS se ha descrito también en cuatro hermanos de una misma de edad, afectado de tics motores y vocales e hiperactividad, que
familia procedente de Estonia [13]. posteriormente desarrolló distonía de la marcha a los 16 años [27].
En los últimos años se han descrito varios casos de pacien- Por ello, concluimos que el SHS debiera incluirse en el diag-
tes de edad media y avanzada, con clínica de parkinsonismo nóstico diferencial de los trastornos que cursan con tics o hemiba-
atípico y demencia con ocasional respuesta a la levodopa, tem- lismo en la infancia y la adolescencia. El empleo de la RM en
blor de reposo, rigidez, corea y distonía, con demostraciónpost secuencias T 2 permite el diagnóstico precoz de esta entidad, ya que
mortem de gliosis y pérdida neuronal en el GP medio, depósitos se observa el clásico signo del ojo de tigre, como se puede apreciar
de hierro en el pálido y la sustancia negra, y presencia de esfe- en las resonancias de nuestros pacientes [4,6]. Otras patologías de
roides neuroaxonales granulares y eosinófilos [18-20]. Curio- origen extrapiramidal que cursan con depósito de hierro cerebral,
samente, la presencia de gliosis y esferoides neuroaxonales se como la neuroferritinopatía por mutación en el gen de la cadena
ha descrito también en la sustancia gris del neocórtex, lo que su- ligera de la ferritina [28], y la aceruloplasminemia [29], de inicio
giere que el proceso patológico en el SHS no se confina exclu- en la vida adulta, pueden diferenciarse por los hallazgos de neuro-
sivamente al GP [21,22]. imagen y, en el futuro, mediante el análisis molecular.
BIBLIOGRAFÍA
1. Hallervorden J, Spatz H. Eigenartige erkrankung im extrapyramidalen 13. Vaher U, Napa A, Nurmiste A, Piirsoo A, Silbul H, Talvik T. Four
system mit besonderer beteiligung des globus pallidus und der substan- siblings with Hallervorden-Spatz disease. Brain Dev 2001; 23: 236-9.
tia nigra. Z Gesamte Neurol Psychiatr 1922; 79: 254-302. 14. Hickman SJ, Ward NS, Surtees RAH, Stevens JM, Farmer SF. How
2. Dooling EC, Schoene WC, Richardson EP. Hallervorden-Spatz syn- broad is the phenotype of Hallervorden-Spatz disease? Acta Neurol
drome. Arch Neurol 1974; 30: 70-83. Scand 2001; 103: 201-3.
3. Swaiman KF. Hallervorden-Spatz syndrome. Pediatr Neurol 2001; 25: 103-8. 15. Hayflick SJ, Westaway SK, Levinson B, Zhou B, Johnson MA, Ching
4. Savoiardo M, Halliday WC, Nardocci N, Strada L, D’Incerti L, Angeli- KHL, et al. Genetic, clinical and radiographic delineation of Haller-
ni L, et al. Hallervorden-Spatz syndrome: MR and pathologic findings. vorden-Spatz syndrome. N Engl J Med 2003; 348: 33-40.
AJNR Am J Neuroradiol 1993; 14: 155-62. 16. Ching JHL, Westaway SK, Gitschier J, Higgins JJ, Hayflick SJ. HARP
5. Sethi KD, Adams RJ, Loting DW, El Gammal T. Hallervorden-Spatz syndrome is allelic with pantothenate kinase-associated neurodegener-
syndrome: clinical and magnetic resonance imaging correlations. Ann ation. Neurology 2002; 58: 1673-4.
Neurol 1988; 24: 692-4. 17. Vasconcelos OM, Harter DH, Duffy C, McDonough B, Seidman JG,
6. Hayflick SJ, Penzien JM, Michl W, Sharif UM, Rosman NP, Wheeler Seidman CE, et al. Adult Hallervorden-Spatz syndrome simulating
PG. Cranial MRI changes may precede symptoms in Hallervorden-Spatz amyotrophic lateral sclerosis. Muscle Nerve 2003; 28: 118-22.
syndrome. Pediatr Neurol 2001; 25: 166-9. 18. Jankovic J, Kirkpatrick JB, Blomquist KA, Langlais PJ, Bird ED.
7. Shevell MI, Peiffer J. Julius Hallervorden’s wartime activities: impli- Late-onset Hallervorden-Spatz disease presenting as familial parkin-
cations for science under dictatorship. Pediatr Neurol 2001; 25: 162-5. sonism. Neurology 1985; 35: 227-34.
8. Racette BA, Perry A, D’Avossa G, Perlmutter JS. Late-onset neurode- 19. Grimes DA, Lang AE, Bergeron C. Late adult onset chorea with typi-
generation with brain iron accumulation type 1: expanding the clinical cal pathology of Hallervorden-Spatz syndrome. J Neurol Neurosurg
spectrum. Mov Disord 2001; 16: 1148-52. Psychiatry 2000; 69: 392-5.
9. Taylor TD, Litt M, Kramer P, Pandolfo M, Angelini L, Nardocci N, et 20. Alberca R, Rafel E, Chinchón I, Vadillo J, Navarro A. Late onset par-
al. Homozygosity mapping of Hallervorden-Spatz syndrome to chro- kinsonian syndrome in Hallervorden-Spatz disease. J Neurol Neuro-
mosome 20p12.3-p13. Nat Genet 1996; 14: 479-81. surg Psychiatry 1987; 50: 1665-8.
10. Zhou B, Westaway SK, Levinson B, Johnson MA, Gitschier J, Hay- 21. Koeppen AH, Dickson AC. Iron in the Hallervorden-Spatz syndrome.
flick SJ. A novel pantothenate kinase gene (PANK2) is defective in Pediatr Neurol 2001; 25: 148-55.
Hallervorden-Spatz syndrome. Nature Genet 2001; 28: 345-9. 22. Castelnau P, Zilbovicius M, Ribeiro MJ, Hertz-Pannier L, Ogier H,
11. Klepper J, Schaper J, Raca G, Coryell J, Das S, Hayflick SJ, et al. Progres- Evrard P. Striatal and pontocerebellar hypoperfusion in Hallervor-
sive dystonia in a 12-year-old boy. Eur J Paediatr Neurol 2003; 7: 85-8. den-Spatz syndrome. Pediatr Neurol 2001; 25: 170-4.
12. Angelini L, Nardocci N, Rumi V, Zorzi C, Strada L, Savoiardo M. 23. Buruma OJS, Lakke JP. Ballism. In Vinken PJ, Bruyn GW, Klawans
Hallervorden-Spatz syndrome: clinical and MRI study of 11 cases di- HL, eds. Handbook of clinical neurology: extrapiramidal disorders.
agnosed in life. J Neurol 1992; 239: 417-25. Amsterdam: Elsevier Science Publishers; 1986. p. 369-80.
24. Jankovic J. Tics in other neurological disorders. In Kurlan R, ed. Hand- 27. Nardocci N, Rumi V, Combi ML, Angelini L, Mirabile D, Bruzzone
book of Tourette’s syndrome and related tic and behavioral disorders. MG. Complex tics, stereotypes, and compulsive behavior as clinical
New York: Marcel Dekker; 1993. p. 167-82. presentation of a juvenile progressive dystonia suggestive of Haller-
25. Vargas AP, Carod-Artal FJ, Bomfim D, Vázquez-Cabrera C, Dantas- vorden-Spatz syndrome. Mov Disord 1994; 9: 369-71.
Barbosa C. Unusual early onset Huntington’s disease. J Child Neurol 2003; 28. Curtis AR, Fey C, Morris CM, Bindoff LA, Ince PG, Chinnery PF, et
18: 429-32. al. Mutation in the gene encoding ferritin light polypeptide causes dom-
26. Scarano V, Pellecchia MT, Filla A, Barone P. Hallervorden-Spatz syndro- inant adult-onset basal ganglia disease. Nat Genet 2001; 28: 350-4.
me resembling a typical Tourette syndrome. Mov Disord 2002; 17: 618-20. 29. Gitlin JD. Aceruloplasminemia. Pediatr Res 1998; 44: 271-6.