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OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

Magistrado ponente
STC8382-2020
Radicación nº 47001-22-13-000-2020-00193-01
(Aprobado en sesión virtual de siete de octubre de dos mil veinte)

Bogotá, D.C., nueve (9) de octubre de dos mil veinte (2020).

Se desata la impugnación del fallo proferido el 9 de septiembre de


2020 por la Sala Civil - Familia del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Santa Marta, en la salvaguarda que Aracelly Salomé Vergara
Fonseca le instauró al Juzgado Promiscuo de Familia de Fundación –
Magdalena, extensiva a Simón Gnecco López, la Alcaldía Municipal y la
Secretaría General y de Gobierno del mencionado municipio, así como a
los demás intervinientes en el radicado N° 2020-00005.

ANTECEDENTES

1. La libelista reclamó la protección de sus derechos al «debido


proceso» y «acceso a la administración de justicia» y, en consecuencia,
pidió que se declarara «nula la actuación adelantada por el Juzgado
Promiscuo de Familia de Fundación, a partir de[l] auto del 27 de abril de
2020, dictado en el incidente de desacato promovido por Simón Alejandro
Gnecco López, corolario de la acción de tutela con radicado nº 288-31-84-
001-2020-0005-00» y, en tal virtud, «se rehaga la actuación».

Adujo, en suma, que el despacho cuestionado concedió el amparo


invocado por Simón Gnecco López, dejó sin efecto la Resolución Nº
1080 del 2 de diciembre de 2019 que expidió la Secretaría General y de
Gobierno de Fundación – Magdalena en el proceso policivo de
perturbación a la posesión que la libelista le interpuso a Gnecco López y,
por consiguiente, dispuso que dicha autoridad administrativa emitiera
una nueva decisión en la que hiciera un «correcto análisis probatorio» (21
en. 2020).
Señaló que, ante el incumplimiento de tal mandato, Simón Gnecco
López promovió «incidente de desacato» en el que el juzgado querellado se
abstuvo de imponer sanción, tras estimar que el fallo fue acatado, pese a
que el trámite accidental no se ajustó a lo reglado en el artículo 52 del
Decreto 2591 de 1991, pues no atendió a una «correcta valoración
probatoria» y desconoció «su derecho a la doble instancia», toda vez que el
superior en grado jurisdiccional de consulta no pudo resolver si el
obligado a obedecer el veredicto lo hizo o no; actuaciones que, en su
sentir, estructuran un «defecto procedimental absoluto».

2. El Juzgado Promiscuo de Familia de Fundación – Magdalena


defendió la legalidad de su proceder y afirmó que «para llegar a lo
decidido en auto del 18 de mayo de 2020, que recuérdese, fue abstenerse
de sancionar a los incidentados, se tuvieron en cuenta todos los
documentos aportados sin dejar de lado lo ordenado en el fallo de tutela
que dio inicio al incidente de desacato(…)», entre ellos, «la Resolución No.
213 del 15 de mayo de 2020, en la que [la Secretaría General y de
Gobierno del Municipio de Fundación] resolvió la apelación propuesta en el
trámite administrativo originario de la acción de tutela (…)».

Simón Gnecco López manifestó que lo anhelado es «improcedente»,


puesto que las determinaciones fustigadas se encuentran ajustadas a la
ley y a una «adecuada valoración del caudal probatorio».

3. El Tribunal rehusó el auxilio porque la accionante «carece de


legitimación en la causa», en tanto «no es parte dentro del aludido proceso
incidental, tampoco se observa que durante el curso de la causa hubiere
(…) solicitado su intervención a fin de hacerse parte o hubiere realizado
manifestación alguna para promover (…) la defensa de sus intereses».

4. Recurrió la quejosa resaltando su «interés» en las resultas de la


articulación objeto de estudio, comoquiera que fue «vinculada» al ruego
superlativo que le sirvió de fundamento; en cuanto a la providencia con
la que culminó el desacato, solicitó que se «hiciera control de legalidad».

CONSIDERACIONES

1. De entrada es menester aclarar que Aracelly Salomé Vergara


Fonseca se encuentra legitimada para cuestionar, por este extraordinario
sendero, lo acaecido en el referido «incidente de desacato», y pedir que se
impartan órdenes tendientes a la anulación de las decisiones allí
adoptadas, de conformidad con lo previsto en los artículos 10 y 31 del
Decreto 2591 de 1991, en atención a que ostenta un interés que legitima
su intervención, como quiera que fue vinculada a la «acción de tutela» cuya
sentencia dio origen al rito objetado y, en tal virtud, puede recibir provecho
o perjuicio de sus resultas.
2. Ahora, téngase en cuenta que la Sala en línea de principio, ha
sostenido la impertinencia de esta especial justicia para discutir lo
discurrido en un «incidente de desacato»; no obstante, excepcionalmente,

(…) ha admitido su interposición frente a una burda trasgresión del debido


proceso, como cuando se omite la citación de los inculpados o se dejan de
apreciar elementos demostrativos relevantes o su valoración es contraevidente,
bajo el entendido que toda decisión judicial debe fundarse en las pruebas
regularmente allegadas, so pena de desatender el deber de imparcialidad y
menoscabar el derecho a la igualdad de las partes litigantes» (STC 20922-
2017 reiterada en STC6817-2020).

Del mismo modo, la doctrina de la Corte Constitucional indicaba


que son “inadmisibles las tutelas que se dirigen contra decisiones
distintas a las que le ponen fin al incidente” (T-254-14), empero ahora
acepta que es viable estudiar la que se perfila contra “la providencia que
resuelve un incidente de desacato”, siempre que se reúnan los siguientes
requisitos:

i) La decisión dictada en el trámite de desacato se encuentre ejecutoriada; es


decir que la acción de tutela es improcedente si se interpone antes de finalizado
el trámite -incluido el grado jurisdiccional de consulta, si es del caso-.

ii) Se acrediten los requisitos generales de procedencia de la acción de tutela


contra providencias judiciales y se sustente, por lo menos, la configuración una
de las causales específicas (defectos).

iii) Los argumentos del promotor de la acción de tutela deben ser consistentes
con lo planteado por él en el trámite del incidente de desacato, de manera que a)
no debe traer a colación alegaciones nuevas, que dejó de expresar en el
incidente de desacato, y b) no puede solicitar nuevas pruebas que no fueron
pedidas en un principio dentro del desacato y que el juez no tenía que practicar
de oficio (CC, SU034-18).

3. Uno de los deberes que la ley impone a los juzgadores es el de


«motivar sus decisiones», ello como «garantía del debido proceso» de
quienes acuden a la administración de justicia, a fin que conozcan las
razones por las cuales se acogen o rechazan sus demandas. La manera
en la que podrán saber por qué se les concede o niega un «derecho», es
mediante su justificación, de cara a los «hechos» demostrados y las
normas aplicables al caso.

Al respecto, esta Corte ha sostenido


(…) el deber de motivar toda providencia que no tenga por única finalidad
impulsar el trámite, reclama, como presupuesto sine qua non, que la jurisdicción
haga públicas las razones que ha tenido en cuenta al adoptar la respectiva
resolución, de tal manera que tras conocérselas se tenga noticia de su contenido
para que no aparezca arbitraria, caprichosa, antojadiza, sino producto del
análisis objetivo, amén de reflexivo de los diferentes elementos de juicio
incorporados al plenario y dentro del marco trazado por el objeto y la causa del
proceso (STC7764-2018).

4. La libelista ataca al Juzgado Promiscuo de Familia de Fundación


– Magdalena porque se abstuvo de imponer sanción por desacato a
Carlos Alberto Sierra Sánchez, Alcalde Municipal de Fundación
Magdalena, y Sol Katerine Olaya Correa, Secretaria General y de
Gobierno de dicha Alcaldía (18 May. 2020), sin efectuar una «correcta
valoración» del material probatorio y desconociendo su «derecho a la
doble instancia» por no surtirse el grado jurisdiccional de consulta.

Bajo esos lineamientos, pronto se advierte que la sentencia


impugnada será revocada, para abrir paso a la salvaguarda, debido a que
el Despacho reprochado transgredió el «derecho al debido proceso» de la
tutelante, ya que el análisis que efectuó es insuficiente, en tanto no
explicó en debida forma las razones en que apoyó su decisión de no
sancionar a los incidentados por «desacato al fallo dictado por el juez
constitucional» el 21 de enero de 2020.

Nótese cómo se limitó a indicar que dicho mandato superlativo «fue


precis[o], en la medida en que la autoridad que debía cumplirl[o] fue
individualizada en la parte resolutiva; así mismo se le concedió un término
perentorio para cumplir con lo ordenado», esto es, que «profiriera un nuevo
acto administrativo en el que se tuvieran en cuenta todas las
consideraciones de dicho fallo y, en especial el correcto análisis probatorio
que deb[ía] ejercer para proferir la nueva decisión.»

Después de ello, y sin más análisis, aseveró que «del informe


allegado el 15 de mayo del presente año por la incidentada (…), se
observa el cumplimiento de lo ordenado en el (…) aludido fallo de tutela;
pues arrimó como prueba, la Resolución No. 206 del 8 de mayo de 2020,
misma que da cuenta del cumplimiento de dicha sentencia (…)».

En ese orden, es evidente la «insuficiente motivación», en razón a que


arribó a tal desenlace sin estudiar los alcances del amparo concedido a
Simón Alejandro Gnecco López, ni determinar por qué los actos
administrativos aportados por la autoridad inculpada se ajustaban a las
pautas y derroteros establecidos en el «fallo de tutela de 21 de enero de
2020», es decir, no explicó las razones que tuvo en cuenta para predicar
que con la aludida Resolución se habían acatado los parámetros con
estribo en los cuales debía resolverse la situación del reclamante.

5. Con base en lo antelado, se revocará la providencia fustigada y,


en su lugar, se concederá el ruego a fin que el Juzgado Promiscuo de
Familia de Fundación – Magdalena dicte una nueva en la que «motive»
con suficiencia por qué la Secretaria General y de Gobierno de la Alcaldía
Municipal de Fundación – Magdalena cumplieron lo dispuesto en el «fallo
de tutela» de 21 de enero de 2020.

Eso sí, se aclara que esta «directriz» no va dirigida a orientar el


sentido de la «decisión» de ese Juzgado, es decir, que sancione por
desacato o se abstenga de ello, sino, que la emita ciñéndose al «deber»
que le impone la ley en torno a «justificar en debida forma sus
resoluciones».

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de


Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República de
Colombia y por autoridad de la Ley, resuelve REVOCAR la sentencia
emitida el 9 de septiembre de 2020 por la Sala Civil - Familia del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Santa Marta, para en su lugar,
CONCEDER la tutela al debido proceso de Aracelly Salomé Vergara
Fonseca.

Por lo tanto, se DEJA SIN VALOR el interlocutorio de 18 de mayo


de 2020 del Juzgado Promiscuo de Familia de Fundación – Magdalena en
el incidente de desacato Nº 47288-31-84-001-2020-00005-01 y, en su
lugar, se ORDENA a ese Despacho, que en el término de cuarenta y ocho
(48) horas, contado a partir del enteramiento de este fallo, expida uno
nuevo, teniendo en cuenta los parámetros aquí consignados.

Notifíquese lo resuelto por el medio más expedito a los interesados


y remítase el expediente a la Corte Constitucional para su eventual
revisión.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA
Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

FRANCISCO TERNERA BARRIOS

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