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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SANTO DOMINGO

Facultad de Ciencias de la Salud


Escuela de Farmacia

FARMACIA INDUSTRIAL I

RECUBRIMIENTO

DESARROLLO HISTORICO

A fines del siglo XIV ya se manufacturaban “grageas", y en Francia, en el siglo XVII,


Derenou, para compensar el sabor amargo de píldoras y pastillas, las revestía con
metales (oro, plata). Las coberturas con soluciones de azúcar y gelatina, se hicieron
comunes hacia fines del siglo pasado. A comienzos del presente aparecen los
revestimientos capaces de conferir impermeabilización y resistencia al jugo gástrico, de
mayor o menor fortuna, con una base de tolú, queratina, laca, etc.

Hasta 1950, dichos métodos, perfeccionados, tuvieron su vigencia. Son incontables las
publicaciones que relatan variantes más o menos felices, del procedimiento clásico que,
pese a ello, estaba aún rodeado de un halo de secreto y maestría. Es en ese entonces que
se describen, varias técnicas como el recubrimiento por compresión y el método
Wurster , que aplica cubiertas por aspersión de soluciones a los comprimidos en un
lecho fluidizado.

Los adelantos más recientes se refieren a la automatización de las operaciones llevadas


a cabo por los procedimientos anteriores, y a la extensión de la experiencia ganada en
recubrir partículas sólidas -sean de polvos o granulados- para lograr preparaciones de
biodisponibilidad programada.

I. OBJETIVO DEL RECUBRIMIENTO

• Mejorar el aspecto del comprimido. Algunos colores propios de los


fármacos o de algún adyuvante, no son gratos, o semejan material alterado.
Semejante aspecto se toma como expresión de una mala manufactura o de
descomposición. Para prevenir este problema se acude a un
enmascaramiento por medio de una cobertura.
• Identificar el medicamento. Aunque, como ya señalamos en otros
capítulos, formato y color no son guías seguras de identificación, varias
circunstancias de identidad aconsejan el recubrimiento en color. Por
ejemplo, toda vez que un fármaco tiene varias presentaciones
de distinta concentración, todas con el mismo nombre comercial. Idéntico
criterio priva cuando hay una presentación pediátrica y otra para adultos.

• Facilitar la administración. La superficie suave y deslizante de una gragea


permite que pase con facilidad por las gargantas rebeldes; un color atractivo
predispone a la ingestión y, de hecho, las vitaminas pediátricas del mercado entre
otras, están coloreadas cuando no multicoloreadas, por esta razón.

• Enmascarar un olor o un sabor desagradables. Las sulfonamidas, el


cloranfenicol, la quinidina, las tetraciclinas, la metionina y muchos otros fármacos,
son de sabor amargo, o bien desagradable

• Proteger los componentes. Pese a que una forma sólida compactada como es el
comprimido, donde las incompatibilidades promovidas por el ambiente se reducen
al mínimo, en ocasiones, se deberá proteger en forma adicional contra humedad,
oxigeno, dióxido de carbono, contra la luz, etc. Las sales ferrosas, muchas vitaminas
y fármacos diversos, son oxilábiles, de modo que las cubiertas del revestido son
genuinas protectoras y no meramente decorativas.

• Prevenir incompatibilidades. Es posible, en algunos de esos casos, separar los


ingredientes interreaccionantes, ubicando uno en el núcleo o comprimido, y el otro
en la cubierta (“laminados”).

• Lograr una biodisponibilidad programada. Cuando se requiere que un


fármaco se libere y absorba en el intestino, el uso de revestimientos
gastrorresistentes permite obviar la acción del jugo gástrico sobre el fármaco, que
puede ser deletérea, o bien, en otros casos protegerá la mucosa gástrica de un
medicamento agresivo. Del mismo modo, con el empleo de cubiertas, pueden
lograrse preparados duales, de liberación inmediata y de acción prolongada. El uso
de estas cubiertas en los gránulos permitirá una programación por un lapso
prolongado.

• Incrementar el rendimiento del equipo de reposición. Por la envoltura final,


lisa y con lustre, que deben exhibir los comprimidos cubiertos, se deslizan con gran
facilidad en canaletas, guías y sistemas de alimentación y recuento necesarios para
su envasado final. Cuando otras razones de más jerarquía, aconsejan el revestido,
esta ventaja adicional no es desdeñable.

II. MÉTODOS DE RECUBRIMIENTO

Los fundamentos de la aplicación de coberturas a los comprimidos no difieren de los


que rigen la tecnología de las pinturas y esmaltes que se aplican sobre metal, madera y
diversidad de otros materiales. En todos estos casos, las coberturas protectoras están
formadas de varias capas, de composición y funciones diferentes.

Los procedimientos utilizados en farmacotecnia para cubrir son diversos, y cada


técnico, cada industria, aplica los sistemas que su experiencia, capacitación y
posibilidades señalan como los más adecuados. Los principales son:

1. Método clásico, con azúcar. Después del barnizado o imprimación, soluciones


de jarabe con cargas y aditamentos diversos, cubren, redondean y colorean el
comprimido. El lustre final es a cera.
2. Recubrimiento por película. Método rápido en que polímeros seleccionados,
disueltos en solventes adecuados y elegidos entre los de gran poder de
adherencia, producen en pocas manos o capas una fina película que, al redondear
los perfiles y bordes del comprimido los cubren totalmente y los hacen
deslizables. Algunas formulaciones hacen superfluo el lustrado.
3. Recubrimiento por compresión. Diferente a los anteriores trabaja siempre en
seco y usa sólo la tecnología de los comprimidos (q.v.), incluyendo las prensas
para que quede al final un comprimido como núcleo dentro de otro mayor.
4. Revestimiento electroestático. Poco difundido y sin resolver aún sus
problemas básicos, se fundamenta en los mismos principios que la pintura en
seco o por electrodeposición.

2.a. Generalidades:

A. Comprimido-Núcleo

Las características geométricas del comprimido-nucleo, como forma, tamaño, densidad,


superficie y resistencia mecánica, son de importancia, y fijan además, el procedimiento
a seguir.
Las formas chatas comunes no pueden
revestirse por los métodos que emplean
soluciones y núcleo en movimiento; en
efecto, al mojarse tienen tendencia a
adherirse por tensión su-perficial por sus
caras planas, formando “pilas de
monedas” Dichos comprimidos pueden
revestirse por operaciones vía seca, es
decir, por compresión.
Para los métodos corrientes deben
utilizarse formatos curvos, que ruedan
más fácilmente y no se adhieren ente sí.
Dichos formatos toman el nombre de los
punzones que los engendran, y pueden
ser el cóncavo superficial, cóncavo tipo,
cóncavo profundo, el ovalado y el
esférico, tales son los punzones
utilizados, ya que obviamente, los
comprimidos que de ellos resultan son
convexos.

La altura del comprimido y el radio de la curvatura influyen, como puede apreciarse, en


la cantidad de material adicional a
En la figura de junto se trata de ilustrar la
importancia que tiene un borde corto, ya que el
segmento de cubierta que lo rellene, cuanto
más espeso sea, más frágil resultará, y más
dificultoso y lento el recubrimiento.

Condiciones que debe reunir el comprimido a revestir:


- biconvexo, con el máximo diámetro que permita el peso, cosa que el
borde esté reducido al mínimo;
- más duro que lo común, aunque no de mayor tiempo de
desintegración. Esto compele a una formulación del comprimido
ideada especialmente, con cantidades adicionales de desintegrante;
- libre de polvo, y lecho sin trozos, astillas o láminas;
- seco, toda pieza a recubrir, sea comprimido, cápsula, pildora,
gránulo, cristal, etc., estará seca, ya que el mayor enemigo de la
firmeza y duración de las cubiertas es la humedad interna.

2.b. Método clásico (jarabe) para preparación de grageas o formas con


cubiertas azucaradas

El método clásico es el más utilizado consta de cinco pasos que son:

• Sellado
• Engrosado y Subcapa
• Alisado
• Coloreado
• Brillado, encerado o pulido

PROCEDIMIENTO:
Primero se colocan los núcleos dentro del Bombo, se ruedan cierto tiempo, para
eliminar aquellos que se desbaraten, o aquellos que tengan protuberancias o
imperfecciones.

SELLADO:
Es el primer paso a seguir, tiene la finalidad que el principio activo
quede protegido, y los más importante es que la superficie sea continua,
a fin de ofrecer una base firme y continua (no porosa) a las cubiertas
ulteriores, para esto se va recubriendo las imperfecciones del núcleo si es
que existen, también se protege al fármaco de la humedad y la luz.

La composición de solución sellante dependerá, en parte, de la del


comprimido. Por lo común, se utilizan soluciones (en alcohol, acetona,
cloroformo, acetato de etilo, etc.) de impermeabilizantes d, tales como
goma laca, acetoftalato o butiroacetato de celulosa, zeína, acetato de
polivinilo, acrilicos tipo Eudragit ®, etc. Dichas soluciones llevan
además pequeñas cantidades de plastificante (aceite de ricino, ftalatos de
alquilo, etc.), dado que las capas que formen se someterán luego a
dilatación y a contracción térmicas durante muchas etapas del proceso, y
deben por lo tanto, mantener una elasticidad propia. La clásica solución
de goma laca al 50% con ricino y monooleato de sorbitán, disueltos en
alcohol, es aún muy utilizada, debido a que la laca tiene la singular
propiedad de secar bien en ambiente húmedo.

Con los comprimidos, secos y fríos, rodando en la paila, se aplica la


solución en chorro fino, comenzando desde el fondo y avanzando hacia
la boca de la turbina. La cantidad debe ser la justa para impregnar la
masa; ésta capta el líquido y comienza a moverse como un conglomerado
proteiforme de piezas más o menos adheridas entre sí. En ese momento,
la mano del operador ejercerá una enérgica remoción, tratando de
deshacerlo y de redistribuir la capa.

Acto seguido se añadirá un conspergénte aerófio (talco, estearatos o sus


mezclas) con ayuda de un tamiz, y en la cantidad justa para que los
comprimidos comiencen a desprenderse de la masa. Se deja rodar hasta
que se muestren de nuevo libres, y no más, pues si giran mucho, la
cubierta se desgastará en el borde. Se detiene la paila y se inyecta aire
frío para terminar de evaporar el solvente. En esta etapa, algunos hacen
“trotar” los comprimidos: detienen el giro y cada 2-3 min. dan una media
vuelta a la paila, para así exponer todas las piezas a la acción desecante
del aire. Es obvio que tanto ésta como las otras disoluciones que siguen,
pueden aplicarse a pistola (véanse más adelante métodos automáticos).
La imprimación o barnizado se reiterará en varias capas, cuyo número
estará dado por la experiencia previa. Debe tenerse presente que estas
cubiertas, y las que siguen, conspiran contra una rápida disolución, y por
tanto, existe una relación de compromiso entre una impermeabilización
absoluta y la biodisponibilidad.

Cuando alguno de los componentes del núcleo es soluble en horno o


semipolares, o en el caso que el comprimido sea muy poroso, se variará
algo la técnica. Se acude a soluciones de impermeabilizantes bien
concentradas, o con las acrílicas, a la acción de la temperatura
(comprimidos calientes, solución tibia), o si no a dos o tres capas de
solución de engrose, aplicando después el barnizado para seguir luego
con el engrose propiamente dicho.

Con esta operación, los núcleos aumentan de 1 a 3% en masa

Los polvos conspergentes, son polvos finos que se agregan al núcleo con
capa de sellado y tienen alto poder de absorción (polvos de sellado).

ENGROSADO:

La finalidad de este paso, es que el núcleo alcance las características de


tamaño y tiempo de desintegración adecuado, además de cubrir todo el
comprimido y en especial los bordes, para lo cuál se emplean jarabes de
engrosado que son soluciones concentradas de jarabe de azúcar, ayudado
con pegamento y filmógeno.

Para formarse una idea, una formulación típica incluye 50% de azúcar,
5% de gelatina y 3% de acacia o polivinilpirrolidón, en agua destilada.
Los procedimientos para preparar estas soluciones tienen importancia -en
general no reconocida- ya que, al secarse ulteriormente y formar capa, la
sacarosa tiene tendencia a cristalizar en monoclínico, dando a la cubierta
un aspecto basto, irregular y graneado visto a la lupa. Una ligera
inversión térmica rinde el plastificante adecuado. Ya se mencionó la
zona de pH de incompatibilidad entre gelatina y acacia a tener en cuenta
en caso de usar ese filmógeno y este pegamento.

Dado lo concentradas que son las soluciones de engrose, se aplicarán


tibias para disminuir su viscosidad y aumentar así su flujo laminar sobre
la superficie y borde del comprimido. La adición se hace en la misma
forma y con la misma técnica que el barnizado. Cuando se comienzan a
pegar en una masa, se añadirá al tamiz, polvo conspergente. Cuando se
termine la adición de éste, no habrá comprimidos húmedos.

• Una fórmula tipo: CaCO3 35%; caolín 16%; talco 25%; azúcar
20%; acacia 4%.

• No se añadirá polvo en exceso, ya que ello conduce a comprimidos
arrugados. Se dejan rodar durante cinco minutos y hasta entonces se
aplica aire tibio. Cuando aparentemente la superficie está seca, se
insuflará aíre caliente.
• Ahora es el momento de importancia para el éxito de la operación total:
los comprimidos deben quedar totalmente secos antes de continuar.
• Una vez seca la primera capa o mano de engrose, se suprime el aire
caliente y se reitera la adición de jarabe de engrose-conspergente en la
misma forma, hasta redondear bien la cubierta y llegar cerca del peso
estipulado. En general, se dan entre cuatro y diez manos, usando en cada
una cantidades de líquido algo menores que en la anterior, Los
comprimidos aparecen ahora blancos y bien cubiertos. De tener que
terminarse en color, es prudente comenzar la aplicación del colorante ya
diluido desde las capas de engrose.

• Durante este proceso los núcleos aumentan de un 30 a un 50% de su


masa original.

• ALISADO:

se aplica jarabe simple oficinal -el cual contiene una baja concentración de
gomas-, caliente, en pequeños volúmenes sobre los comprimidos tibios. Se deja
que rueden, después de deshacer los aglomerados. Cuando comienza la
desecación espontánea y no antes, se aplican ráfagas ocasionales de aire tibio,
terminando con caliente. Es obvio que si se termina en color, el jarabe ya llevará
el colorante.

• De tener que interrumpirse alguna operación por cualquier causa, el


material irá a estufa a 40-50ºC, sobre nylon o dacrón si se está en la etapa
de alisado, y de preferencia cubierto para protegerlo del polvo.
El secado lento y la eliminación del rodado en esta última parte, tiene por
fin dar una terminación suave. Los comprimidos, con el peso final
alcanzado (25-50% mayor que el del núcleo) están ahora listos para ser
lustrados.
• Hasta esta etapa se utiliza el mismo bombo.

• COLOREADO:

Por tradición, muchos emplean los hidrosolubles, los que a menos que se
esté muy familiarizado con el arte de las coberturas, son difíciles de dar
exitosamente. Tienen tendencia a cromatografiarse durante el secado,
manchando así o moteando el comprimido terminado. Se deben preferir
las lacas (alumínicas) insolubles actualmente disponibles. Se incorporan
al estado de suspensión (micronizada en molino coloidal o de bolas),
engendrando un color uniforme y opaco con pocas manos. La selección
de los colorantes y las lacas depende de manera primordial de las
legislaciones locales al respecto.

BRILLADO O PULIDO:

Se realiza en un bombo especial de forma cilíndrica, con boca reducida,


para sacar brillo se recubre el interior del bombo con una capa de 2 cm
de espesor de ceras fundidas con algún solvente como el tetracloruro de
carbono.
Colocando los núcleos en la paila de lustrar, secos y fríos, se hacen rodar
y se les añade solución de cera (por ejemplo carnauba 2%; de abejas 8%;
nafta sin Pb, c.s.) en pequeñas porciones. Se hacen dos o tres adiciones,
siempre rodando. No se insuflarán los comprimidos en esta etapa, ni se
tocarán ya con las manos, aun enguantadas.

Despues se colocan los nucleos en un bombo forrado interiormente con


un material resistente a fin de que los abrillante.

Con el grageado clásico se incrementa el peso de un 20 a un 50%

Ejemplo de Formulación de un grageado:

PREPARACIÓN DE CADA UNO DE LOS PASOS:


SELLADO:
Goma laca------------------------------------------------5%

Agua destilada-----------------------------------------50 ml

ENGROSADO:

Jarabe de sub-cubiertaAzúcar----------------------------------------40%

Goma arábiga-----------------------------------------------------5 %

Gelatina------------------------------------------------------------3 %

Agua destilada--------------------------------------------------50 ml

POLVOS CONSPERGENTES:

Talco-------------------------------------------------------------40 %

Kaolin-----------------------------------------------------------40 %

Carbonato de calcio-------------------------------------------10 %

Azúcar Glass---------------------------------------------------10 %

COLOREADO:
Jarabe Simple Sacarosa-----------------------------------------------------50 %

Agua destilada-----------------------------------------------100 ml

Polvos de secado (conspergentes).

BRILLADO O PULIDO:

Cera carnauba-------------------------------------------------5-10 g

Cera de abeja-------------------------------------------------5-10 g

2.C. Compresión

Ya desde fines del siglo pasado varias patentes jugaron con la idea de revestir usando la
máquina compresora para prensar la cubierta sobre el comprimido. Detalles sobre la
historia de esta técnica muestran una vez más, que no todas las ideas que parecen
revolucionarias, lo son en realidad.

El procedimiento ofrece un comprimido dentro de otro, y como se utiliza la misma


máquina (con aditamentos menores) y no se emplean soluciones, es que se le denomina
también recubrimiento “en seco - Como se verá, varias consideraciones generales hacen
atractivo el procedimiento de coberturas por presión.

Son numerosos los fármacos que no sólo no toleran ni trazas de agua, sino que tampoco
de solventes ni de calor discreto. Tal el caso de la aspirina, permanente dolor de cabeza
para el farmacéutico manufacturero, por su gran labilidad. En caso semejante se hallan
diversos antibióticos, vitaminas, etc. Con la cubierta por presión se resuelve el
problema, así como también sucede en los casos que siguen. En ocasiones, deben
incorporarse en un comprimido, materiales o fármacos con incompatibilidades físicas o
químicas entre sí.

Ubicando uno de ellos en el núcleo central y el otro en la capa de revestimiento se


resuelve la dificultad.

Hay dos clases fundamentales de máquinas. Una consiste en dos rotativas acopiadas, la
primera prensa el núcleo y lo transfiere a la segunda, que lo cubre de inmediato. En la
otra clase de equipo, la rotativa es una sola; los comprimidos-núcleo ya se han
elaborado previamente en una máquina corriente, rotativa o excéntrica. En la
recubridora hay tres tolvas: una para cargar los comprimidos-núcleos y dos con el
granulado de cubrimiento. Hay un solo cabezal de compresión. La máquina única es
más ventajosa, los núcleos pueden prepararse de antemano y experimentar todas las
comprobaciones requeridas con tiempo, incluso seleccionarse por peso y dimensión, en
forma mecánica y automática. En caso de rechazo, la partida puede recuperarse.
El funcionamiento se esquematiza de abajo. La matriz se llena con el granulado de la
capa externa (1) ,un dispositivo ad hoc (mecánico o por vacío), libera comprimidos de
su tolva, los que de uno en uno, son centrados en el granulado (2) el conjunto desciende
(3) desfila ante la segunda tolva de granulado cubriente (4) es comprimido (5) y
expulsado (6) ya terminado. La matriz (7) queda lista para la carga en la primera tolva
revestidora (reciclado a 1).

La variante que tienen algunos equipos es que después de la etapa 3, el punzón superior
desciende un instante y muy suavemente, hunde el núcleo dentro de la porción inferior
de revestido.

Un esquema del trabajo final resultante es el que ilustra la Fig. superior. Pueden
recubrirse comprimidos biconvexos, de un radio o de dos, y planos (simples o
biselados); este último formato sólo puede recubrirse por el procedimiento en seco.
En general, los núcleos entre 5 y 15 mm, con cubierta de 2-3 mm, son los que marchan
mejor. Esta confección tiene varios problemas, entre los que es capital el centrado
correcto del núcleo en las etapas 2 a 5, y el cual ha dado origen a varias publicaciones.
Puede producirse una ubicación descentrada sea en sentido horizontal o vertical, muy
próximo a un borde, e incluso núcleo “inclinado” dentro del lecho cobertor. Ello, unido
al tamaño grande del comprimido en relación al núcleo, y a que los problemas de toda
compresión (pegado, laminado, decapado, peso errático) están duplicados, ha
restringido la difusión de este procedimiento.

2.d. Recubrimiento por lecho fluido

Se colocan los núcleos en una cámara aislada a la cual se le inyecta


aire caliente a presión, pasando el aire a través de un lecho de
sólidos divididos, en un régimen de flujo y velocidad adecuados, se
le eleva en bloque, y en el caso de los comprimidos dentro de un
recinto, se crea la impresión que la masa “hierve” o se halla fluida;
de ahí la denominación. La operación se hace en un cilindro, en
general metálico, y el aire se insufla desde abajo. Los comprimidos
ascienden hasta cierta altura, alcanzada la cual caen por gravedad
para reiniciar el ascenso.

Los dispositivos de inyección de las soluciones cubrientes pueden


adaptarse para entrar en cualquier punto del cilindro; los sitios
preferidos son por abajo o por un costado. Espigas termosensibles
(a termistores), ubicadas a la entrada y a la salida de la corriente de
aire informan de las condiciones de la operación al programador.
Temperatura de salida alta indicará poca evaporación en la cámara,
o sea: escasa solución cubriente. Si es muy baja lo tomamos como
índice de mucha evaporación: exceso de solución de revestido.

Cuando se trabaja con soluciones filmógenas el equipo estará


dispuesto de modo de recuperar los vapores de solvente. Estará
conectada a tierra y será a prueba de explosiones,
El principal inconveniente de este procedimiento consiste en la
intensa abrasión que se produce en los comprimidos por obra de la
fluidización; el choque entre ellos desgasta las estructuras, de modo
que se requieren compactos con una dureza mucho mayor que lo
corriente.

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