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TAS CIMLIZACIONES DEL PALBOLITIOO FRANCIE HOURS pp. 2-39 Ivrronuccon MATERIALES, METODOS Y TENDENCIAS -MATERIALES ¥ METODOs La prehisoria es la ciencia que busca conocer al hombre y su comportamiento en el medio ‘natural de épocas pasadas de las que no dispo- rnemos de documentos exrtos. Podrian conce- birse otras definiciones, pero de &ta se despren- de la seleccin de los materiales de estudio y de Jos métodos a seguir para obtener mejores re- sultados. El hombre. EI hombre es el primer objeto de ‘estudio, y una manera de abordarlo consste en ‘eatudiat directamente los restos 6siles que han egado hasta nosotros, aplicando las teenicas dela antropologia flsica. De esta manera se precisé la sucesion de las grandes poblaciones ‘humanas que, una was ota, colonizaron la Tie- los Homo sapiens sapiens, nosotros; ense- uida y anteriormente los hombres de Nean- eral, Homo sapiens neanderthalensis, y aun antes de ellos lor Homo erectus de todos los ‘ipos: Sindntrdpos, Pitecintropos, Auléntropos, etc; Finalmente, en el inicio, los Australopit- ‘hecus. Sin embargo la observacién directa en- © nrronucciow ‘cuentra limitantes en este punto. Algunas de Tas formas que datan de aquellas épocas remo- {as reciben el apelativo “Hombre”, por ejem- plo, el Homo habilis, pero otras no. Esto de- ‘muestra que 1a paleontologia “humana” no basta para aclarar quién es el hombre, EL comportamiento, Aforeunadamente, ¢s po- sible reeonocer también al hombre por sus ac- tos, ya que se comporta de manera diferente a terios los otros animales, aun los mas cercanos a nosotros. Partamos de los restos que nos lle- gan de cierta actividad para conocer la ealidad humana que és tiene: En neestra opinién es TasGnica manera adecuada de proceder,consi- erando que es imposible conear con documen- tos excrtos. Han llegado hasta nosotros abjetos perdurables de piedra y hueso, y otros ma te- Gientes de cerimmica o metal; para denominar- Tos se usa cada ver mas el término artefactos En este libro tataremos de los artefactor de Piedra y hueso. Al estudiarlos podemos apren- ddr sobre todos los aspectos de la actividad hu- ‘mana: tenico, econémico o culeural. Llevar a ‘bo su estudio requiere de métodos muy va- tlados ‘Actividades téenicas. Un objeto fabricado puede informarnos sobre el grado de desarrollo téenico alcanzado por quienes lo fabricaron 0 se sivieron de 4 En cuanto l utilleje de piedra, pudo haberse claborado partiendo de un guijarro o de una MATERIALS, METODOS Y-TENDENGIAS 11 lasca producida al golpear tn micleo de pie- dra, Podrfamos primero estudiar cmo fue ada la piedra uobtenida la lasea. En este caso, si hubo tun sido en el que se gotped al nicleo de piedra, poremos precisar ef plano de percu- ‘sn. Ta lasca muestra la huella del golpe.en su ‘extrem: es el punto de impacto, Podremos tam- bien especular sobre los detalles de la prepara ‘ién del utensilio y sobre las etapas dela tall Observando los retoques, podrlamos luego pre- cisar amo se les dio la forma a lab herramien- 1as, A veces el estudio mencionado sélo tiene ‘alidad descriptiva,y poco a poco se apoya mis fen datos numéricos, debido a que se aplican comteos y mediciones. Lo que hemos mencio- rnado pertenece a la rama de la prehistoria, nominada tecnologia: sus resultados numéri- cor pueden fundamentar andlisis facoriales computarizados. Desde hace poco, la teenolo- ‘gia desarrolla campos muy prometedores: ex Perimentalmente se han obtenido pedazos a partir de un bloque y se han tallado; tambien fc ha intentado reconstruir los ndcleos de pie dra utensilios completos a parti de vestigios hhallados en un emplazamiento. ‘Una de las primeras observaciones fue que ciertos artefactos se aemejaban a tal grado que se les podia agrupar, defini ciertos ipos, pro- ‘coder a clasiicarios. Dicha actividad se deno- ‘mina tipologta Para algunos la ipologia es formal y global porque los tipos pueden ser determinados em- ® rerRopuccion plticamente. Otres coinciden en que es formal pero analitica: consideran que los pos se fijan pot la conjuncion de varios aributos, La tipo- Togla formal se expresa por medio de recuen- tos, porcentajes, indices y divenas representa- ‘donés grilicas (métodoestadistico), que pueden también servir como base para andlisis facto- Tiales, La estadistica y la informatica son, des- de ahora, téenicas indispensables. ‘Desde hace unos quince afios, explicitamen- te, se busca definir el uso de 16s utensilios, lo ‘que ha dado lugar a una tipologia no formal, ‘sino funcional. Las investigaciones, que en principio fueron ‘empiricas ¢ intuitivas, después de algin tiem- po tomaron tn caracter mas cientifico, con el [ndlisis microscdpico y ultramicroseépico de las huellas de utilizacion que subsisten en los filos de los utensilios. De manera paralela se hhan trabajado experimentalmente diversos ma- teriales con herramienta réconstruida especial- ‘mente para exte fin, lo que ha permitido identi- ficar ef origen de las huellas que se han reco- nocido sobre ciertos utensilios antiguos. ‘Si se trata de ulillaje de hueso, et procedi ‘miento es casi el mismo, Una tecnologia parti clase dedica a descrbir, medisy reconstruir las etapas y Ios procedimientos de fabricacion, ‘mientras que certa tipologia se esfuerza por clasificar los objetos, ya sea basindose en su forma o en su utlzacion. La tipologia funcio- nal es en este caso la mis pertinent ya que la MATERIALS, SETODOS Y TENDENGIAS 18 hherramienta de hueto no se remoata més allé dde 35 mil afos y aun se encuentran paral mos ficiles de esablecer, con hechos actuales Es necesario afladir que deude que se com: prendié la necesidad de colectar todos los obje- to resultantes de una excavacién y desde que clestudio de dichos objetos es mis completo, se hha vuelto cada ver més difiell abarear la cant dad enorme de material recoleetado, y se co- ‘mienza a sentir la necesidad de recurir a tkeni- ‘as. de muestreo. ‘Actividades econémicas. Como actividades de consecueién casi solamente conocemos la ce 2, y muy indirectamente, debido al escaso ni- mero de huesos, larecoleccibn. Las especies de ‘Caza mnds 0 menos preferenciales son identifica as mediante la paleontologia. ‘Estamos mejor preparados para apreciar las ‘actividades de consumo. Los objetos, aun silos ‘onsideramos en s{ mismos, nos dan una certa informacién, EI ndimero de huesos, el peso de las esquir- las, la identificacion de las partes del esqueleto Y de las especies sacrificadas y la esimacién del ‘Gimero mismo de individuos presentes en ca- da emplazamiento permiten estimar la bioma- ‘a consumida por cada grupo. La proporcién de tensilios utlizados para despedazar, las Ihuellas del descarnamiento de los huesos, so- be todo on a ein dono nena i ‘permiten distinguir por una parte las acti- vidades de burda carniceria y por otra Tas ac- “ wwrmonuccio tividades de preparacién directa de la carne para el consumo. "Ex posible ir mas lejos en el andlisis de las actividades de consumo, utilizando el método de excavacidn; ste rata de encontrar ls reas ‘més antiguas de actividad, Lo aplicaron los ‘excavadores rusos de Ucrania y A. Leroi-Gou- ‘than, de Francia, en Arcy-sur-Cure y Pincevent. ‘De este moda, se puede precisar la relacién cei utensilies, osamentas y estructuras even tuales como hogares o murosy reconocer una serie de distinias areas de trabajo 0 descans, ‘aplicando téenicas de andlisi dl espacio, deti- vvadas de la geografla, como el método de los ‘cuadrantes o dl del punto vecino ms préximo. ‘Cuando las circunstancas son favorabes, 3 posible evaluar el papel que jugé el emplaza- ‘miento en la vida econ6mica del grupo que lo ‘ocupd. Ademas de los campamentos de base, ‘done se desarrollaban actividades mltiples y variadas, se tiene conocimiento también de ‘campamentos mis espedalizados. alleres de talla, areas de descuartizamiento, sitios de pa- tada temporal de los caradores. Para conocer ¢ interpretar las huellas de dichas insalaciones. son muy valiosas las comparaciones con docu- ‘mentos etnograficos, aunque sean de manejo Aelicado. Este aspecto de la prehistoria se cono- ce con el nombre de palecetnologia. En ciertos casos particulares, y sobre todo en. lo que respecta a periodos recientes, se puede alcanzar un nivel més clevado de andlisis, y MATERIALES, METODOS ¥-TENDENGAS 18 Inovlologia, i paleontology fuego la pali- nologialograon,en un apo de 80.0 6020s, Eonstruir un modelo de marco terrae dea epoca. Exo sla que denomina- mos imantacion remanent dels deponton 1 direciém (declinaidn) del polo magico no «1 evable sino que ha sudo continane ‘ariciones: incluso en el cuts de 8s histori, Sl eampo magnético se ha imvertido al parecer Bruscamente varias veces: aunque el Se del seoide no cambars cl none magic evo taba al sur. La poe actual em que lagu 34 MAROO ECOLOGICO CRONOLGICO imantada dela brojula indica el norte, comen- 26 hace aproximadamente 730 rail afior; se la ‘considera “normal” y se la denomina Brihes fen honor de quien la identified ‘Anteriormente la aguja imantada de la bri- jjula habria indicado al sur, durante una época “‘inversa” denominada Matuyame, de acuerdo ‘con el nombre de quien Ta identified, Por co relacién con otros métodos de datacién (pota- sio/argén en particular), se pudo precisar la {echa en que cambié la polaridad magnética, La inversign Matuyama/Brunhes, 730 mil aos antes de nuestra era, resulta uno de los raros Duuntos fijos de la cronologla del Cuaternario. Y, Por convencién, marca el limite entre el Peis {oceno antiguo y el Pleistoceno medio. Asimis- ‘mo, el paso del periodo normal de Gauss al Period inverso de Matuyama, que ocurrié ha- ia 24500000 afios antes de nuestra era, marca por convencién el inicio del Cuaternario. ‘Curva de Milankoviteh, Entre 1930 y 1988, e1 asrénomo yugoslavo Milankovitch ‘raté de calcular las variaciones de intensidad de la a ddiacién solar sobre la superficie tereste del ‘Hemisferio Nore, considerando las diferencias de posicin de la Tierra con respecto al Sol Las variables que intervienen dirigiendo las dife- rencias de posicién son la oblicuidad del plano de Ia ecliptca, la precesién de los equinoccios laexcentricidad dela drbitaterreste. Se pudo de esta manera establecer una curva de las va- raciones de intensidad de la insolacin, data Manco KooLOGICD Y cRONOLOGICO das en afios solares, que fue comparada con la ‘aurva de las glaciaciones. El inconveniente es que a medida que nos remontamos en el tiemn- po los errores, minimos en un principio, aca- ban por volverseconsiderables. Por el momen: ‘o, la cura de Milankovitch no puede servir para eicalonar Tas varlaciones del clima a lo largo del Cuaternario. Coneauston: #2, MoDELO ACTUAL. Durante aproximadamente 50 afios, de 1920 a 1970, se colocé a la prehistoria dentro de un ‘marco cronolégico con las cuatro fechas limi- tes que proporeionaban los glaciares alpinos. ‘Mediante intentos cada ver mas numerosos por {echar de modo absoluto, y con los nuevos en- oques en la estimacién del clima, ha quedado demostrado que el cronémetro geomorfologi- ‘, indicador de la cronostratigratia glaciar, no tiene una sensibilidad suficiente porque ha re- tenido solamente ciertos fenémenos por pard- metros desconocidos. Por lo anterior, el clen- dario gladar ya no puede utilizarsedirectamen- te, Por otra parte, las fass climaticas identifi- ‘cadas mediante las mediciones de O/Ou, con base en muestras extraidas con nucleadores de depésitos marinos, ain no han sido todas fe- chadas con precsién, ni han sido bien correla- ‘ionadas con los episodios climéticos recono- cibles en la superficie de las tierras emergidas. 38 MARCO REDLGGICO ¥ ERONOLdGICO De tal manera, hoy es imposible realizar una sintesis clara y exhaustiva de los cambios cli- imaticos que nuestra especie ha vivido desde el inicio del Cuaternario (2450 000 afios). El método del carbono 14 permite fechar con seguridad a partir del inicio de la segunda mi- fad dela dltima glaciacién, lo que corresponde al periodo Warm, Weichsel, Wisconsin, segin €l pais (35 000 a.c). Hay consenso casi general respecto del inicio de est glaciacién, que abar- 2 tes fases de los andlisis de las mucstras de pperforacién marina, hacia 80-75 000 a.p. Fsta fecha marca el final de un interglaciar que de- bié comenzar hacia 130 mil, el Bemense del norte de Europa, aunque la correlacién esté ya ‘sujeta a posibles cambios. Remontando el tiempo, la primera fecha confiable que encon- tramos es la del cambio de polaridad magnéti- @ Matuyama-Brunhes, hacia 780 mil, que se situarfa al inicio del interglacar Cromerense, La correlacién de este interglaciar con las gh ciaciones alpinas no es ya del todo segura, pe- 10, @ prion, tiene relaaén con comunidades animales terrestes, 0 sea que los nombres clé- soos Giing, Mindel, e inclusive Riss, ya no sig nifican gran com y estin destinados a caer en desuso, Las grandes divisiones del Paleolitico. Las ‘grandes fases del Paleoitico se sittian con rela- Uva certeza dentro del marco mencionado, que la honestidad obliga a reconocer como vago € MARCO LooLocICD Y cKONOLOGICD = impreciso. Aparecen los primeros utensil hhace 2300 000 aflos, inaugurando el Paleolit- co arcaico. La achelense es la cvilizacién més ‘onocida del Paleolitico inferior: asi xe convi- ‘no en lamar a esta fase que comenzd en Africa hacia 1400000 a,p. El desarrollo de la herra- mienta a partir de lascas marca el inicio, por lo ‘menos en Europa y el Cercano Oriente (de Le- ante) del Paleolitico medio, hacia 90000 a.p. ‘Tras l sigue el Palealitico’ superior, que se inicia hacia 40 000-35 000 a.c. Finaliza el Pa- leolitico al etablecerse el Holoceno, entre8 300 17 5000 a.c segin las regiones.

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