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LUIS JORGE FONTANA EL GRAN CHACO Estudio preliminar de ERNESTO J. A. MAEDER SOLAR / HACHETTE BUENOS AIRES Scanned with CamScanner ‘Esta edicién reproduce la original, cuy ‘portada aparece en pig. 26, con Ia grafia ligeramente modificada. La vificta de tapa fue tomada de la lamina X de esta misma edicién. © by Ediciones Solar S, A, Buenos Aires, 1977 Hecho el depésito que previene la ley 11.723. 4 IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA Scanned with CamScanner ESTUDIO PRELIMINAR EN EL ULtimMo TeRcio del siglo xrx e] pais experimenté una serie de cambios importantes que aceleraron su transito hacia la Argentina moderna. Uno de los rasgos mds distintivos de ese periodo fue la expansién de las fronteras internas, hacia La Pampa, la Patagonia y el Chaco. Este proceso, de antigua historia, que se remonta a los princi- pios de la época espafiola, constituyé una empresa de compleja urdimbre y de vastos alcances institucionales, demograficos, eco- némicos y de integracién nacional. La multitud de protagonistas que intervino, la diferente estatura y mérito de sus héroes, pio- neros, evangelizadores, maestros y soldados, indica la magnitud de la empresa, asi como sus consecuencias para la historia argentina, que incorporé en esos afios casi un tercio del actual territorio nacional. A esta historia se la conoce como la conquista del desierto. Aunque por distintas razones, se asocia este hecho exclusiva- mente con las campafias que tuvicron por escenario la provincia de Buenos Aires y La Pampa, y que concluyeron con la gran expedicién de 1879, que alcanzé las margenes del rio Negro, y sus complementarias de 1881 y 1882-1883, en Neuquén y los Andes del Sur. Pero simulténeamente ocurria otro proceso similar en la frontera del Chaco, cuyos confines alcanzaban desde Salta hasta Santa Fe. Esa conquista militar, Hevada a cabo en forma perma- nente y exitosa desde 1870 concluyé con Ja gran expedicién del ministro Victorica en 1884. La literatura a que dieron lugar estos hechos, fue muy vasta y cubrié diversos enfoques. La campafia del Sur logré en ese sentido una divulgacién mds amplia, al impulso de titulos que alcanzaron gran resonancia y cantidad considerable de lectores. Contribuyé al mantenimiento del interés por el tema, la persis- tencia de los conflictos de limites, que en el Chaco habian sido resueltos entre 1876-1878, mientras que con Chile perduraron hasta este siglo; el mayor numero de expedi Scanned with CamScanner 2 ERNESTO J. A. MAEDER a nacionales y extranjeras y la simultaneidad del frente terrestre y maritimo que agregé complejidad al 4mbito patagénico, Con todo, la amplia produccién bibliografica dedicada al ciclo de la conquista pampeana y patagénica en aquellos afios, de Santiago Albarracin, Alvaro Barros, Alfredo Ebclot, Francis- co P. Moreno, Carlos Maria Moyano, Manuel J. Olascoaga, Manuel Prado, Eduardo Racedo y Estanislao S$. Zeballos, tuvo un equivalente no desdefiable en el coetaneo ciclo chaquefio. Entre estos ultimos figuraron Emilio Castro Boedo, con sus Estudios sobre la navegacién del Bermejo y colonizacién del Chaco (1783); Gregorio Ardoz y su Noticia sobre la navegacion del Bermejo (1879); Juan y Manuel Solé, Breve estudio del Chaco y Bermejo (1880); Giovanni Pelleschi, Otto mesi nell Gran Chaco (1881); Juan de Cominges, Diario de la primera expedicién al Chaco (1882); Angel J. Carranza, Diario de la expedicién al Gran Chaco (1883); el gran volumen dedicado a la expedicién del ministro Victorica (1885) y otros, Algunas publicaciones periddicas favorecieron la divulgacién de estos hechos, como el Bolelin del Instituto Geografico Argentino (1879-1911) y la Revista de la Sociedad Geogrdfica Argenti- na (1881-1890) ya que atendieron con igual solicitud ambas fronteras, acogiendo en sus paginas abundante material y ade- lantos informativos 0 cartogréficos de gran valor. Ademas, no faltaron los autores que en razon de sus obligaciones profesio- nales debieron pasar de la Patagonia al Chaco, como Francisco Host, Angel J. Carranza o Ignacio H. Fotheringham, o vicever- sa, como Arturo Seelstrang, Ramén Lista o Luis Jorge Fontana. Este ultimo es, precisamente, un paradigma de este tipo de autores, ya que su vida publica estuvo absorbida totalmente por las tareas de exploracion y gobierno en los territorios naciona- les. Su libro, El Gran Chaco, publicado en 1881, constituye el fruto de sus experiencias en esta tierra, donde presté servicios desde 1875 hasta 1884, como un eficaz soldado y administrador de aquellas regiones confiadas a su mando. EL ESCENARIO. EL PRIMER TERRITORIO NACIONAL DEL CHACO (1872-1884) El Chaco constituyé, durante mucho tiempo, un grave proble- ma para la nacién. Ni Jos espafioles de los siglos xv1 y xvi, ni Scanned with CamScanner ESTUDIO PRELIMINAR 9 ‘las misiones jesuiticas a mediados del xvi lograron asentar alli sus reales de manera definitiva, ni tampoco reducir el dominio del indio. En el balance final, aquellas empresas sélo habfan preservado las defensas de Ja frontera ante las invasiones, Duran- te la época nacional, desde 1810 hasta mediados del siglo xix, esa situacién empeord por el desmantelamiento de los servicios de seguridad y por la falta de unidad de accién para resolver los problemas de la frontera interna, que incluso retrocedié en algunas zonas de Santa Fe. Sélo cuando la estabilidad institucional se hizo mas firme, cuando la politica del Estado previé un programa sostenido de inmigracién, de oferta de tierras ptiblicas, de colonizacién y de comunicaciones, fue posible abordar con eficacia la cuestién del Chaco. Ese proceso se Ievé a cabo entre los afios 1870 y 1884 y se apoyé en una serie de acciones que se desarrollaron simultaneamente, aunque atendieron aspectos diferentes del mis- mo problema. Asi, la conquista militar del territorio, su orga- nizacién institucional, incluyendo la definicién de sus limites externos e internos, y por fin, la colonizacién. Estos tres aspectos estan intimamente ligados, aunque conviene considerarlos por separado para lograr una mejor comprensién del proceso que condujo a la formacién del Chaco moderno. La conquista militar fue la primera en el orden cronoldgico. Después del duro paréntesis impuesto por la guerra con el Para- guay, sdlo hubo ocasién de reemprender el asedio fronterizo en 1870, en los dos frentes tradicionales: la frontera del norte santafesino y la de Salta. La primera de ellas fue encomendada al coronel Manuel Obli- gado, a quien Je cupo la inmensa tarea de sostener, mejorar y adelantar aquel frente entre 1870 y 1884. La eficaz obra de Obligado, uno de los mejores jefes de aquel tiempo, significd un avance gradual con economia de hombres y recursos, y la comprensién de los problemas del estancicro criollo, del colono gringo y del indio montaraz, casi nunca coincidente en sus inte- reses. Su labor le permitié reorganizar la desmantelada linea de fortines de 1870, ubicada a 100 km. al norte de Santa Fe; avan- zar su I{nea en 1871 a 200 km. y obtener en 1872 la autorizacién para establecer un nuevo cordén de fuertes, apoyado desde Reconquista hasta Tostado, a 300 km. de la misma ciudad de Santa Fe, Esos pasos permitieron a la nacién disponer de 600.000 hectdreas con sdlo 800 soldados de linea. Scanned with CamScanner ERNESTO J. A, MAEDER Los afios siguientes se dedicaron a consolidar el avance con campaiias de vigilancia o represién de malones aislados, limi- tado a la defensiva por falta de caballada o por conflictos pro- vinciales que requirieron su intervencién. Pese a ello, las cam- paiias de 1878, 1879 y 1883 le permitieron alcanzar las riberas del rio Tapenaga, casi a 40 km. de Santa Fe. Por su parte, la frontera saltefia, al mando del coronel Napo- leén Uriburu fue explorada con cuidado; se socorrié a los nave- gantes del Bermejo y se contuvo a los indios con el auxilio de los fuertes establecidos en el este de la provincia. A pesar de estos resultados, la premura por obtener una paci- ficacién del territorio con el sometimiento definitivo de las tribus, condujo a las autoridades nacionales a organizar una campaiia ripida y de gran envergadura, que se Ilevé a cabo en el ultimo trimestre de 1884. Ello permitié que 1.500 hombres lograran en ese plazo el trazado de una linea de fuertes a lo largo del Bermejo y la evacuaci6n de una amplia zona por parte de las tribus mds belicosas. A pesar de que la linea debié ser replanteada aiios mas tarde por razones técnicas, la segu- ridad alcanzada no Ilegé a ser completa por falta de una politica indigena que canalizara la vida aborigen en reducciones y reser- vas. Sdlo se habia logrado su expulsion hacia las tierras secas del oeste, mientras que el problema de fondo se mantenia: latente. Al tiempo que los comandantes de frontera ordenaban sus lineas de fortines y avanzaban sobre las tierras del indio, el Chaco ingresaba a la vida institucional de la nacién, Por ley 28 de 1862 el Congreso habia declarado nacionales todos los terri- torios situados fucra de los limites 0 posesién de las provincias, y habia dispuesto la reunién de elementos para fijar los limites internos de la Republica. Este procedimiento se aceleré cuando, una vez finalizada la gucrra con Paraguay, y por cuestiones de limites internacionales, el presidente Sarmiento se decidié a crear por decreto del 31 de encro de 1872 la gobernacién de los territorios del Chaco con capital en Villa Occidental. Este primer territorio nacional comprendia lo que entonces se conocia como los tres Chacos: el austral, entre e] norte santafesino y el Bermejo; el central, entre este rio y el Pilcomayo; y parte del boreal, entre el Pilco- mayo y el rio Verde, regién esta ultima que después de los tratados de paz de 1876 quedé sometida al arbitraje. En 1878 Scanned with CamScanner _ ESTUDIO PRELIMINAR il el fallo del presidente norteamericano obligé a la Argentina a desocupar el Chaco boreal y por lo tanto a las autoridades de la gobernacién a trasladar su sede a Formosa, fundada en 1879. El territorio fue gobernado sucesivamente por Julio de Ve- dia (1872-1875); Napoleén Uriburu (1875-1876); Pantaleén Gémez (1877-1878); Lucio V. Mansilla (1879-1880); Francisco Bosch (1880. 1883); e Ignacio H. Fotheringham (1883-1884), to- dos ellos militares, con nutrida foja de servicios y, en general, con experiencia directa en el consulado de Ja frontera. La exploracién del territorio, ¢l trazado de las primeras vias de comunicacién, la explotacién de los recursos naturales del monte, el cuidado de la frontera y la vigilancia del indio, asf como el apoyo a Ia colonizacién agricola, constituyeron las prin- cipales preocupaciones del gobierno territorial. La vida institu- cional de la gobernacién, la primera que tuvo el pais hasta 1879 permitié, por otra parte, que las autoridades nacionales acumularan experiencia basandose en este modelo, el cual sir- vié como antecedente de Ia futura ley de territorios nacionales. Entre tanto, se daban los primeros pasos para utilizar las tie- tras ganadas al indio. La colonizacién agricola acompaiié siem- pre el avance de la linea y fueron numerosas las colonias del norte santafesino que siguieron este proceso. En el Chaco, y dada su condicién de tierra marginal y toda- via peligrosa, la colonizacién debié iniciarse con pleno apoyo oficial. En 1874 se dispuso por ley el establecimiento de 4 can- tones en la costa del Paranda, y en 1875 se reglamenté la ejecu- cién de esas medidas a través de una comisién exploradora encargada de elegir los lugares y trazar los pueblos y colonias en Timbd, Las Toscas y San Fernando. El informe de esa comisién dejé importantes testimonios y cartografia acerca de las condiciones de aquel Chaco inicial.? Finalmente, en virtud de la ley de colonizacién se concreté en 1877 el envio de agricultores europeos a las colonias traza- das. Fue asi como se poblaron los pueblos de Avellaneda (ex Timbé) en 1879, las Toscas en 1880 y Resistencia en 1878. 1 El informe de la comisién exploradora del Chaco, fechado en Buenos Aires el $1 de mayo de 1876, estaba firmado por Arturo Scelstrang, Enrique Foster y el coronel Manuel Obligado. El jefe politico Aurelio Diaz se ex- cuséd de hacerlo por razoncs de distancia. Scanned with CamScanner 12 ERNESTO J. A. MAEDER A ellos se agregaron al cabo de pocos afios Ocampo, Las Garzas, Florencia y Aquino entre 1877-1884, La instalacién de los colo- nos, la aprobacién de Jas mensuras, la constitucién de las auto- ridades locales, la ereccién de escuelas, capillas, receptorfas de rentas y mensajerias, mostré en poco tiempo que cl poblamiento del Chaco se afirmaba y que el territorio iniciaba un nuevo periodo en su historia. El cierre de esta etapa de fundacién se produjo en 1884 con dos acontecimientos decisivos: la campajia militar de Victorica y la ley de organizacién de los territorios nacionales. Con la primera parecié consolidarse la seguridad y extenderse el domi- nio cfectivo sobre el sciorio del indio. Con Ja segunda, y por razones de buen gobierno, se dividié el antiguo territorio en dos jurisdicciones que se Hamaron Chaco y Formosa, divididas por cl rio Bermejo y con capitales en Resistencia y Formosa, respectivamente. En aquel mismo afio, Fontana dejaba el terri- torio donde habia servido 10 afios para emprender cl camino a los territorios del sur. Dejaba detrds de él una tierra que se habia grabado en su corazén y a la que habia contribuido a explorar y consolidar. EL PROTAGONISTA: JORGE LUIS FONTANA, SECRETARIO DE LA GOBERNACION DEL CHACO * (1875-1884) Fontana tuvo temprano acceso a todas estas etapas y las vivid como uno de sus principales protagonistas, Cuando Megé al Chaco tenia 29 afios y una singular experiencia que lo acredi- taba como militar y como fervoroso naturalista. Desde su nifiez se hallaba vinculado a la frontera. Habia nacido en Buenos Aires en 1846 y desde 1852 estaba radicado en Carmen de Patagones, donde ingresé a los 13 aiios como cadete en la comandancia de Rio Negro. En 1860 pidié su baja para poder estudiar en Buenos Aires, al mismo tiempo que ingresaba a la policia capitalina. Cuando Ja guerra con el Para- guay, integré los efectivos de la armada, participando en algu- nos de los combates fluviales del Parana y del Paraguay. Casado con Clemencia Cavenago Conesa, obtuyo su rctiro en 1866, radicandose otra vez en Buenos Aires, Alli comenz6 su trabajo Scanned with CamScanner ESTUDIO PRELIMINAR 18 en el Museo bajo la direccién de German Burmeister, con quien desarrollé su vocacién de investigador y de docente.* A principios de la década de 1870 se reincorporé al ejército y actué como practicante mayor de cirugia en la campaiia con- tra Lépez Jordan; en 1871 contra los indios del rio Negro, en Ta cuenca del Limay y Neuquén; y en 1874 contra la revolucién de Mitre, cn cuya oportunidad alcanzo el grado de capitan, Para entonces, cl Congreso habia dictado la ley 686, del 6 de octubre de 1874, que creaba una jefatura politica en el terri- torio nacional del Chaco, colocando bajo su dependencia las tierras ubicadas entre el Bermejo y el arroyo del Rey. En la misma ley se encaraba un programa de colonizacién a reali- zarse en csa nueva jurisdiccién. Un decreto del 29 de marzo de 1875 designé como jefe politico a Aurelio Diaz y a Jorge Luis Fontana, como su sccretario. Pero tres meses mas tarde, cl 8 de junio de 1875, Fontana fue designado secretario de la goberna- cidn del territorio, pasando a desempefarse en Villa Occidental, donde resid{a entonces su titular, el coronel Napoleén Uriburu3 Una de las primeras actividades que le correspondieron en cl ejercicio de ese cargo fue acompaiiar al gobernador durante un viaje de exploracién a las bocas del Pilcomayo, a bordo de la lancha de vapor Pericles, cumplido a fines de julio de 1875. De esta excursién, Fontana dejé un prolijo diario de viaje, con anotaciones sobre la flora y Ja fauna que revela su espiritu observador y una capacidad manifiesta para esas tarcas. A partir de entonces y durante casi una década la vida de Fontana se repartié entre las aventuras del explorador y los ? El 24 de mayo de 1871 Burmeister redacté su sobrio testimonio sobre el desempeiio de Fontana en el Musco: “El joven argentino Luis Jorge Fon- tana fue colocado bajo mi direccién por el Exmo. Gobierno de Buenos Aires para seguir la carrera de naturalista, donde permanecié tres. afios, desempefiando los dos iiltimos el delicado empleo de inspector interino y preparador de este Museo y habiendo observado en dicho tiempo una comportacién honorable y cjemplar en cl desemperio de sus debercs... lo considero suficientemente iniciado en los misterios de las ciencias naturales". Lorenzo Amaya, Fontana el territoriano. 2° ed., Bs. As., 1936, pig. 28. En €s0s aiios realiz6, segin su propio testimonio, cinco viajes a la costa pata- génica a fin de visitar y coleccionar restos prehistoricos. El Gran Chaco, Bs. As., 1881, pag. 125, notas. ? Uriburu fue nombrado cl 20 de febrero de 1875. Véase el decreto de designacién de Jorge Luis Fontana en Registro Nacional de 1875, Bs. AS, 1876, pigs. 300-301. Scanned with CamScanner ERNESTO J. A, MAEDER -riesgos del soldado, matizadas por las actividades sedentarias del funcionario encargado de la secretarfa del gobierno. Entre los primeros, los mas destacados fueron los que le cupo desarrollar en la exploracién del sitio de Formosa en 1879, la expedicién de 1880 para abrir cl camino desde Resistencia hasta Salta, y su participacion en Ja campajia de 1883. EI fallo arbitral del 12 de noviembre de 1878, que otorgé al Paraguay Ja regién del Chaco boreal, obligé a las autoridades argentinas a buscar un nuevo asiento para la capital del terri- torio, El gobernador Lucio V. Mansilla comisioné al efecto a Fontana, para que explorara los sitios elevados de la costa argen- tina sobre el rio Paraguay. Fontana salié de Villa Occidental el 6 de mayo de 1879, y el 24 de ese mes informéd al gobernador sobre las caracteristicas de esos lugares, concluyendo: “Al tér- mino de este primer informe redactado en el campo no temo en asegurar que las costas, los campos y los bosques de Formosa son superiores a todo otro punto del litoral perteneciente al Chaco”, Este informe iba acompafiado por un croquis.4 Como consecuencia de ello, el gobernador decidié poblar el lugar, operacién encomendada a Fontana, Este, el 8 de abril de 1879 tomé posesién oficial del lugar con 50 guardias nacionales y dispuso el trazado del pueblo. Dias més tarde, se organizé la evacuacién de Villa Occidental por parte de los argentinos y el 14 de mayo se hizo su entrega oficial a la Republica del Para. guay, acto durante el cual actué como gobernador interino del territorio.5 A fines de ese mismo aio 1879, el gobierno nacional decidid realizar la apertura del camino a Salta, desde las costas del Parana. Para realizar este proyecto destind los fondos necesarios encargé su ejecucién a Fontana, recomendando al coronel Obligado su apoyo. Los preparativos de esta expedicién se hicieron en pleno verano, y Avellaneda dio la orden de partida el 4 de febrero de 1880. El contingente, compuesto por su jefe, 7 oficiales, 30 soldados, 8 indios y 2 particulares, se concentré cerca de Resistencia a fin de completar su instruccién y preparativos. El comienzo efectivo de la marcha sélo se hizo el 30 de abril, 4 Archivo General de la Nacién (en adelante AGN) Ministerio del In- terior, 1879, leg. 2. 3 AGN, Ministerio del Interior, 1879, legs. 2 y 4. Scanned with CamScanner 4 a ESTUDIO PRELIMINAR 15 levando como tren de apoyo dos carros con herramientas y utiles y un arreo de animales para consumo y remonta. La picada se abrié desde Colonia Resistencia hasta Colonia Rivadavia, en las costas del Bermejo y se emplearon 104 dias para recorrer los 520 km. De los testimonios de esa marcha se conservan los informes del 24 de mayo y del 19 de junio, donde Fontana, guiado por las cartas de Martin de Moussy, refiere los trabajos del camino y una visién optimista de las tierras descu- biertas. “No conozco otro punto de la tierra —decia en su carta del 19— que presente tantas ventajas. Si el paraiso existid en América, como es mi opinién, aqui fue sin duda”. Y agregaba a continuacién, con mis realismo: “Pero todo esto que tanto vale me disputa cl paso y marcho con lentitud afligente, dos, una legua, sicte cuadras en un dia, no se puede mas”.¢ A fines de julio, en un encuentro con los tobas en Cangayé, Fontana cay6 herido de lanza. Cuando alcanzé el fortin Gorriti 15 dias después, la infeccién se habia agravado y el doctor Tocci que alli lo atendié, poco pudo hacer por su brazo, el que quedé inutilizado. La expedicién alcanzé su objetivo el 18 de agosto de 1880, cuando arribé a Colonia Rivadavia. Desde alli, aquella poblacién entusiasmada, peticiond al gobierno nacional que concretara Ia salida hacia el litoral a través del camino que la expedicién habia abierto.? El heroico comportamiento de Fontana fue premiado por el Ministro de Guerra y Marina, general Roca, que por telegrama lo felicité por su empresa y lo ascendid al grado de teniente coronel. Como testimonio de esa magna tarca quedé su gran mapa del Chaco, que marca su itinerario, con el cual se mejoré sensiblemente el conocimicnto de la regién, antes supeditado a los planos de Arenales y Moussy.® * Armando de Vita y Lacerra, Contribucién para una historia grande de Formosa, 2 ed., Bs. As., Colombo, 1971, t. II, pag. 34. + Armando de Vita, ob. cit. t. 11, pig. 40. texto del telegrama de Fontana a Roca es de tono épico. “Estoy en Rivadavia Queda el Chaco reconocido. He perdido el brazo izquierdo en un combate con los indies, pero me queda el otro para firmar cl plano del Chaco que he completado en esta excursién”, La respuesta de Roca es igualmente representativa del caricter de esa época: “El misionero de 1a civilizacién y del progreso de la Reptblica Argentina marca con su sangre la huella del hombre libre a través del Gran Chaco. Su brazo mutilado sefiala ya y para sicmpre el rumbo verdadero que seguirin las generaciones en busca de territorios feraces donde reunirse para constituir grandes pueblos, Su vida est4 ya seriamente vinculada a la solucién de Scanned with CamScanner 16 FRNFSTO J. A, MAEDER En los uiltimos afios de su permanencia en el Chaco participd todavia de otras empresas arriesgadas. Entre julio y agosto de 1882 dirigié una expedicién fluvial Pilcomayo arriba, en bus- queda del explorador Jules Crevaux; durante 51 dias navegd Fontana hasta que la bajante del rio lo obligé a regresar sin haber hallado al explorador perdido. Al afio siguiente, 1883, intervino en una accién conjunta que planeé Obligado, comandante de la frontera, con el gober- nador Francisco Bosch en el sur del territorio, Esa accién, en Ja cual Fontana intcgré una comisién cientifica, tuvo por objeto el reconocimiento y la preparacién de un avance sobre el desier- to, que se concreté al aiio siguiente.® En 1884, cuando la gran expedicién de Victorica, Fontana tuvo a su cargo el comando de una de Jas columnas de la divi- sién del general Fotheringham, que expedicionéd desde Formosa al este. De su actuacidn, escribié este jefe cn sus memorias: “Fontana, en su decisin de marchar ligero no levé ni tabaco, ni yerba, ni maiz, ni nada. Indudablemente era un estorbo menos. Pero alla en el desierto, cuando tuve cl gusto de darle la mano de felicitacién, se la di Mena de tabaco y yerba, lo que hizo mis afectuoso el apretén”.1° Pero al mismo tiempo que estas actuaciones brillantes y heroi- cas, Fontana poscyé los méritos igualmente importantes de una gestidn administrativa eficaz y perseverante, Sin perder su condicién de secretario de la gobernacién, le tocé desempeiiar, en varias oportunidades, prolongados interi- natos al frente de la misma, cubriendo las vacancias registradas entre Uriburu y Pantaleon Gomez (12 de octubre de 1876 al 2 de febrero de 1877); entre Gémez y Lucio V. Mansilla (27 de agosto de 1878 al 20 de noviembre de 1878) y entre Mansilla y Francisco Bosch (1° de mayo de 1879 al 15 de noviembre de 1880).22 En esas oportunidades, como durante su gestién de secretario, uno de Ios mis grandes problemas de Ia Patria: 1a conquista y poblacién del Chaco, esa gran sombra cn el mapa luminoso de la Repitblica. Ardien- temente felicito y anuncio su ascenso.” J. A. Roca, Lorenzo Amaya, 0b. pig. 4 * Angel J. Carranza, Expedicién al Chaco Austral, Bs, As., 1883. 1° Ignacio H, Fotheringham, La vida de un soldado o reminiscencias de Jas fronteras, 2% ed., C. Militar, Bs. As., 1971, t. 1, pgs. 547-548, 38 AGN, Ministerio del Interior, 1876, leg. 6; 1878, leg. 7; 1880, leg. 12. Scanned with CamScanner eee ESTUDIO PRELIMINAR 7 sobresale su preocupacién por el bien publico. Su firma aparece en la propuesta de empleados publicos de orden administrativo, docente o militar; en su control del contrabando, en las deman- das de mejor comunicacién con ticrra firme o entre los pueblos; en el restablecimiento de Ja disciplina militar o administrativa de las colonias oficiales, en la colaboracién con las autoridades paraguayas frente a conatos revolucionarios entre otras faenas. Todo ello hizo de Fontana una figura prestigiosa que Nenaba con su celo, las necesidades que el Estado deseaba para aquellas regiones marginales. Como fruto de esos esfuerzos y de su yeterania en el servicio territorial, fue nombrado gobernador del Chubut. El 25 de diciembre de 1884, Fontana se despidié de la poblacién de For- mosa, asiento de la gobernacién, con palabras emotivas que resu- men su fervor en cl desempejio de su tarea: “Dentro de un momento me despediré, tal vez para siempre, de este hermoso pais de mi predileccién en donde cumpliendo las penosas y notables tareas del soldado tuve que surcar sus rfos, atravesar sus bosques, recorrer sus Hanos y regar su suelo con mi sangre. Me siento conmovido al abandonar la playa de este majestuoso tio, cayas aguas tantas veces han bafiado mi cuerpo y apagado mi sed. ; “Yo fundé este pueblo para el cual deseo todas las bendicio- nes del cielo..." 28 . EL LIBRO Uno de los mejores testimonios de su actividad qued6 plas- mada en su libro El Gran Chaco, donde anotd el resultado de sus observaciones y experiencias. Antes de su Hegada al Chaco, Fontana ya habfa escrito algu- nos articulos en revistas y no cra desconocido en los ambientes cultos de Buenos Aires. Fruto de su preocupacién por divulgar 12 Las indicaciones se refieren a distintas actuaciones de Fontana, toma- das de los legajos correspondientes del Ministerio del Interior, como las fechadas cl $0 de noviembre y 20 de diciembre de 1876, 1° de febrero de 1877, 20 y 31 de octubre de 1878; 27 de junio y 11 de agosto de 1879. Todas cllas en AGN. Ministerio del Interior, 1889, leg. G y 7; 1877, leg. 3, 1878, leg. 5 y 9 y 1879, leg. 5 y 6. 18 Lorenzo Amaya, ob. cit., pag. 48. Scanned with CamScanner 18 ERNESTO J. A. MAEDER las ciencias naturales a las que se dedicaba, publicd sus Investi- gaciones recreativas sobre la historia natural sudamericana; la nutria y el lobo de agua; El arte de embalsamar; Despoblacion de San José en la costa patagénica, y también una Ojeada botd- nica sobre el Paraguay.14 Ya en el Chaco, y como apéndice a la memoria de gobierno de Napoleén Uriburu, escribid, en 1875, su Exploracién del Pilcomayo. Diario de viaje, seguido de una detallada Fisonomia vegetal y animal, junto con un Cuadro del peso espectfico de las maderas del Chaco, En esa misma memoria, Uriburu alude al establecimiento de una imprenta en Villa Occidental, “por medio de la cual se publica dos veces por semana El Chaco, en numero suficiente de ejemplares para que circule con profusién, obtenicndo en cambio, todos los periddicos de la Republica”. No resulta dificil imaginar que en razén del cargo que investia, su temperamento y su ilustracién, Fontana haya tenido princi- pal participacién en aquella hoja periddica”.t® Con el correr del tiempo, estos materiales y las cotidianas observaciones, dieron lugar a la redaccién de un libro, La idea de Ilevarlo a cabo estuvo desde un principio en la mente de Fontana. En carta al ministro Laspiur, en ocasién de ofrecerle su manuscrito, le recuerda que “hace tres afios... el Dr. Simén de Iriondo, al entregarme el nombramiento de secretario de la gobernacién de estos territorios del Chaco me encomendé a nombre del gobierno, el estudio fisico de éste pais casi desco- nocido... Desde entonces me propuse satisfacer tan honrosa pero dificil tarea y hoy, después de una serie de viajes y de observaciones practicas, tengo el honor de elevar a VE el resul- tado de mis trabajos”.1® Estos “apuntes”, como ¢] mismo los Ham6, fueron escritos y 44 Los tres primeros trabajos vieron la hiz cn la Revista de Buenos Aires, t. VIL. pags. 27: 442-416; 612-617, de 1865; t. XXIIL pags. 605-623 de 1870 y t. XXIV, pags. 127-138 de 1871. El cuarto se publicd en la Revista det Rio de ta Plata, t. VIL, pigs. 330-336 de 1873, y el ultimo, en los Anales Cientificos Argentinos, t. Il, pags. 40-46 y III, 77-79 de 1874. 38 Memoria de la Gobernacién del Chaco, con una exploracién del Pilco- mayo y decretos del gobierno nacional, Bs. As. El Tribuno, 1875, pags. 44-17, la referencia a El Chaco, en pags. 25-26. Pese a nuestros esfuerz0s no ha sido posible localizar ningtin cjemplar de este periédico. 1 Jorge Luis Fontana, El Gran Chaco, pag. v. Scanned with CamScanner ESTUDIO PRELIMINAR 19 concluidos durante el gobierno de Pantaleén Gémez, segin consta en varias partes del libro.17 Tal vez el propdsito de Fontana al remitir su trabajo al Ministro fucra obtener su inclusién en la memoria anual, como uno de los apéndices que solian agregarse a esos volimenes, pero como en ese aiio no hubo memoria del Chaco, a raiz de la abrupta separacién de Gémcez, en conflicto con el ministro Las- piur, es posible que la oportunidad se haya perdido.1® Una dedicatoria al presidente, sin fecha, con el pedido de su juicio sobre el libro de eventual impresién, tuvo mas éxito, ya que Avellaneda redacté para él una extensa introduccién, fecha- da en noviembre de 1881, y quizd favorecié su edicién. En definitiva, el libro fue concluido en 1878 e¢ impreso en 1881. Para su preparacién, Fontana acudié, por una parte, a sus trabajos éditos, como el Diario de Viaje al Pilcomayo que transcribié integro, con pocos retoques, y su Fisonomia vegetal y animal. Esta ultima le sirvié de base para redactar sobre el mismo esquema, la IV parte del libro titulada Zoologia y botd- nica, con mayor amplitud y una nomenclatura mas precisa y detallada. También tuvo en cuenta libros y articulos que complementa- ron su informacién. Entre ellos aparece Alcides D'Orbigny, Félix de Azara, Eduardo L. Holmberg, Socrensen, como sus principales apoyos en zoologia; y Segismundo Asperger, Carlos Darwin, Toms Perén y Domingo Parodi, que le sirvieron de guia en sus descripciones botinicas, Hay ademas citas circuns- tanciales que evidencian conocimicnto de la bibliografia del Chaco, como las referencias al P. Gabriel Patifio, al libro de José I. Arenales, al P. Pedro Lozano, a Guillermo Robertson. Algunas referencias al vocabulario del P. Alonso de Barzana sobre la lengua mocovi, cuyo texto conocié en Ia biblioteca del gencral Mitre; su amistad con Carlos Berg, o las referencias a 37 Jorge Luis Fontana, £l Gran Chaco, pig. 95, las alusiones a fechas, en la carta a Laspiur del 1? de diciembre de 1878, y en las pigs. 4 y 181, donde se refiere al “afio corricnte de 1877 1 Las memorias de la primera gobernacién del Chaco estin fechadas en los alos 1874, 1875, 1879, 1882, 1883 y 1884, El periodo 1876-1878, en que Fontana preparé su. trabajo pucde ser cubierto por 2 impresos: su libro El Gran Chaco y cl folleto del cx gobernador Gomer. titulado Engarios pérfidos y errores trascendentes. Rs. As. El Nacional, 1878, 132 pags. dedicado casi exclusivamente a reseiiar Ia crisis politica de Corrientes y su conflicto con Laspiur. Scanned with CamScanner 20 ERNESTO J. A, MAEDER Pablo G. Lorentz, Hycronimus y Siewert"de Cérdoba, revelan que se mantenia en contacto con la vida cientifica de la Argen- tina de entonces.1® En otros casos utilizé y transcribié largos informes, como la memoria de Uriburu de 1872-1873 sobre la frontera de Salta, o cartas del mismo al Ministro del Interior sobre la situacién de Jos indios del Bermejo de 1876, ¢ incluso el acta de la toma de posesién de la Isla del Cerrito. El libro esta dividido en cuatro partes. La primera se titula geognosia e hidrografia, y consiste en una descripcidn del suelo de la regién, relativamente breve. La segunda, se refiere a la metcorologia, y predominan en clla prolijas tablas de observa- ciones sobre la presién atmosférica, temperatura, Huvias, vien- tos, etc., tomados en Villa Occidental entre el 22 de diciembre de 1875 y el 31 de diciembre de 1878. La tercera parte, la mas extensa, se titula Etnologia y constituye, sin duda, uno de los temas mis interesantes de la obra. En ella se estudia el nimero y varicdad de nacioncs aborigenes y se analiza la inteligencia, enfermedades y medicinas, enterratorios, utensilios y antropo- metria de los indios, acompafiado de tres tablas dedicadas al cotejo de seis lenguas y a exponer medidas de craneos y pies. Por fin, la cuarta parte se refiere a la zoologia y la botdnica. Diez laminas completan Ja obra. Para valorar el libro es necesario atenerse a la introduccién de Avellaneda que, en general, no ha perdido actualidad. En sas paginas, Fontana es definido como soldado y explorador, no como escritor ni hombre de ciencia, “sino en cuanto se lo han consentido los ocios del campamento”. Del libro, dice que es “austero y rigido... no anota sino observaciones y sélo con- signa resultados. No habla de si por modestia sincera y no se abandona a una emocién por circunspeccién sistematica”. Los reproches de Avellaneda al estilo y la sequedad del relato son compensados, sin embargo, por una consideracién afectuosa hacia el hombre que supo trabajar en condiciones tan dificiles. “Agradezcamos al sciior Fontana sus prolongadas fatigas y tengamos en cuenta, al leer su libro, que el centro de un bosque en el Chaco no es un gabinete cémodo para el estudio”. * Las referencias son varias y estin dispersas a lo largo del libro. En el caso de Lorentz, Fontana informé el 12 de febrero de 1879 desde Villa Occidental que habia acompaiiado a este investigador en sus excursiones recogiendo 400 especies de plantas y Mevando un prolijo diario de viaje. AGN. Ministerio del Interior, 1879, L. 6. Scanned with CamScanner ESTUDIO PRELIMINAR 21 A ello debemos agregar que todo el libro pone de manifiesto las buenas condiciones del autor para la observacién y descrip- cién natural y antropoldgica. Al hablar de los indios, sobresale su buen criterio para el cilculo de poblacién y Ja clasificacion de sus lenguas, Se enternece en la evocacién del papel de la mujer indigena, se acongoja al contemplar los restos del grupo payagua en decadencia, y no deja de estampar sus observaciones severas respecto del requerimiento de chinitas para las casas de Buenos Aires. Su opinidén sobre los indios, si bien aparece tefii- da de un cierto anticlericalismo muy de época, es en general comprensiva y revela buena disposicién, manifiesta tanto cuan- do exalta la inteligencia del chaquefio, como cuando opina so- bre las reducciones y se ofrece para dirigir una. A pesar de ello no falta alguna pagina chocante, donde seguramente por exceso de celo clasificatorio, incluye a los indios en la revista de anima- les y plantas, entre los vertebrados, mamiferos, bimanos. . . Es necesario agregar que el libro est4 Ileno de observaciones practicas sobre las propiedades de las madcras, las cualidades del suelo para fundar colonias, la necesidad de sucro antiofidico, el uso racional del bosque, y otros aspectos; entre ellos se destaca su certera apreciacién sobre el escaso valor comercial de la nave- gacidn del Bermejo, que el tiempo se ocupé de corroborar, Si bien no forma parte de la obra, el Plano general del Gran Chaco Argentino, cditado en Buenos Aires en 1882, completa acabadamente este trabajo y permite apreciar su visi6n de con- junto del Chaco, cuatro afios después de haber concluido la redaccién del libro. En el mismo no sdlo se aprecian las colonias fundadas cn ese periodo (Avellaneda, Ocampo, Las Toscas y Formosa) sino también la rica toponimia, el itinerario de sus viajes y el de Sola (1881), la ubicacién de tolderias, fortines y huellas, que compensan con creces Ja escasa referencia a estos temas en el plan de su libro, Para esos aiios, por otra parte, Fontana habia escrito y publicado otros trabajos que completan su panorama del Chaco. Asi, por ejemplo, su Temperatura y clima del Chaco; El Chaco, discurso pronunciado en el acto de recepcién del Dr. Mariano Felipe Paz Soldan; su Expedicidn al tio Pilcomayo; Chaco Austral (cartas relativas a la campaiia de 1884); un Breve vocabulario de las seis lenguas del Chaco, y por fin una publicacién tardia hecha en San Juan en 1911, titulada: Scanned with CamScanner 2 ERNESTO J, A. MAEDER Carta abierta, Formosa capital del Chaco Central fundada el dia 28 de marzo de 1879.20 ‘Todos estos elementos, si bien afjaden detalles y nueva infor. maci6n, no modifican sustancialmente cl panorama trazado en 1878. El Gran Chaco constituye asi una precisa descripcién de aquel territorio aspero, que la Reptiblica procuraba incorporar entonces, por medio de un esfuerzo conjunto de exploracién, poblamiento y fuerza militar. ‘A casi cien aiios de su edicién, podemos repetir hoy las mis- mas palabras de Avellaneda al concluir su prélogo, cuando se preguntaba “¢Qué quedaré de este libro? Las observaciones meteorolégicas, los capitulos sobre los indios y el mapa del Chaco...” Si las primeras han perdido valor, reemplazadas por otras mediciones mas completas y extensas, el resto guarda mé- tito indudable. Y a ello se afiade, con la bella patina del tiempo y Ja perspectiva de la historia, la evocacién de una época y el testimonio de vida de su autor, que aunque ausente del texto, ilumina con su obra Ja bella figura del soldado, del funcionario y del atento cronista de su tiempo y de su tierra. Ernesto J. A. MAEDER Resistencia - Chaco 30 de abril de 1977 *® Las tres primeras se publicaron cn el Boletin del Instituto Geogrdfico Argentino, t. II, pp. 77-79 y 90-94, 1881, t. IV, pp. 199-203, 25-40, 1883, las restantes, salvo la tiltima, en la Revista de la Sociedad Geogréfica Ar- gentina, t. 1, pp. 323-330, 1884; v. 352-356, 1887. Scanned with CamScanner Villa Occidental, diciembre 1° de 1878 Al Exmo. Senior Ministro Secretario de Estado en el Depar- tamento del Interior, Dr. D. Saturnino M. Laspiur. Exmo. Sciior: Hace tres afios que un dignisimo antecesor de V. E., el Dr. D, Simén de Iriondo, al entregarme el nombramiento de Secretario de la Gobernacién de estos territorios del Chaco, me encomends, a nombre del Gobierno, el estudio fisico de este pais casi desconocido, no obstante formar parte integrante de los dominios argentinos. Desde entonces me propuse satisfacer tan honrosa pero dificil tarea, y hoy, después de una serie de viajes y de observaciones prdcticas que he rectificado muchas veces, tengo el honor de elevar a V. E. el resultado de mis trabajos. Si en estas paginas encuentra V. E. algo que otros ya dijeron, sera la prueba evidente de que dijeron verdad y de que yo observé con exactitud, pero si algo nuevo encuentra V. E. y ello puede ser util, quedardn satisfechos mis deseos y compensadas mis fatigas. Con este motivo, tengo el honor de saludar a V. E. con mi més distinguida consideracién. Dios guarde a V. E. Luts JorcE FONTANA Scanned with CamScanner DEDICATORIA Al Exmo. Sr. Presidente de la Republica, Dr. D. Nicolds Avellaneda. Sefior Presidente: Me permito poner bajo el patrocinio de V. E. las paginas siguientes. Son un estudio, sin pretensiones, del Gran Chaco, bajo el variado aspecto de la Geognosia, Hidrografia, Meteorologia, Etnologia, Zoologia y Botanica. Pasan generalmente los pequefios, que dedican sus pobres producciones a los grandes, por aduladores, Pero yo me escudo, Senior, en mi conciencia y en Ja consideracién de un hecho que, ni la mala voluntad, ni la pasién, pueden poner en duda: es V. E. un hombre de saber y un escritor de reconocida fama. gPues qui¢n mas capaz, entonces, que V. E, mismo, para juzgar mi trabajo y hacerlo dar a la estampa, considerandolo digno de ella, siquiera por su forma? Lo repito, Sr. Presidente: quedo tranquilo y esperanzado en su fallo, al pedirle que acepte esta débil prueba del aprecio que me merecen sus talentos y sus luces. Soy de V. E., con el mayor respeto, Atento S. S. QBS. M. Luis Jorge Fontana Scanned with CamScanner

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