MARGARET MEAD
ADOLESCENCIA,
SEXO Y CULTURA
EN SAMOA
PLANETA-AGOSTINI1, INTRODUCCION
Durante los iiltimos cien afios, padres y maestros han
dejado de dar por supuestas las dificultades de la nifiez
y la adolescencis, y trataron de adecuar la educacién a
las necesidades del nifto, antes que presionarlo en un
inflexible patrén educativo. Dos fuerzas les_movieron
a esta tarea: el desarrollo de la psicologia y las dificul-
tades ¢ inadaptaciones de la juventud. La psicologia
indicé que podia lograrse mucho mediante el conoci-
miento de la forma en que los nifios se desarrollaban,
de las etapas que atravesaban, de lo que el mundo adulto
podria esperar razonablemente del nifio de dos meses 0
del de dos afios. Y las amenazas del pulpito, los agu-
dos lamentos del filésofo social conservador, los docu
mentos de los tribunales de menores, de las organiza-
ciones de ayuda social, todo sefialé que debia hacerse
algo con cl periodo que la ciencia ha denominado adoles-
cencia. El espectaculo de una generacién joven que di-
verge cada vez mas de las normas e ideales del pasado,
marchando‘a la deriva sin el amarradero de normas fa-
miliares respetadas o de valores religiosos, aterroriz6 al
cauto reaccionario, indujo al propagandista izquierdista
a realizar cruzadas misioneras entre los jévenes indefen-
508, € inquieté hasta al mas despreocupado.
Esta situacién de indecision e inestabilidad de la
juventud era més evidente en la civilizacién de Estados
Unidos que en la europea, porque mientras se daban en
aquélla multiples corrientes inmigratorias, normas de
conducta antagénicas, ésta era mas antigua y estable.
Las condiciones de vida estadounidenses indujeron al
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psicélogo, al educador, al filésofo de la sociedad, a
Ofrecer explicaciones aceptables de los problemas de
jos nifios en edad de crecimiento. Como hoy en Ia Ale-
mamia de posguerra,' donde la joven generacién ha
de considerar problemas de adaptacion mas dificiles
que los afrontados por nuestros hijos, inunda las libre:
Has wna gran corriente de teorias sobre la adolescencia,
en igual forma el psicdlogo en los Estados Unidos pro-
cure explicar el desasosiego de la juventud. El resul-
tade se expresé en obras como las de Stanley Hall,
Adolescencia, que atribuia las causas de sus conflictos
y angustias al periodo atravesado por los nifivs. La
adolescencia era caracterizada como el lapso en el cual
florecia el idealismo y se fortalecia la rebelién contra
las autoridades, periodo en que las dificultades y anta-
gonismos eran absolutamente inevitables.
El especialista en psicologia infantil, que era caute-
lose y confiaba en el experimento para apuntalar sus
conelusiones, no suscribia estas teorias. Decia: «No
tenemos datos. Sélo conocemos algo sobre los prime:
ros meses de la vida de un nifio. Estamos empezando
a imvestigar cudndo siguen una luz por primera vez los
ojos de una criatura.