Professional Documents
Culture Documents
Ya no somos ni volveremos hacer los mismos de antes, porque también muere una parte
de nosotros y es cuando cambiamos sin darnos cuenta.
nos hará mucha falta su cariño, sus besos, sus palabras de aliento, sobre todo sus
consejos.
Cuando la madre ya no está con nosotros, somos huérfanos y sin importar la edad que
tengas es muy doloroso, aunque tengas una familia creada.
La figura materna siempre está a lado de nosotros los hijos y es creada por un vínculo
tan intenso y un apego que solo se desarrolla entre una madre e hijo.
De ella... nuestra primera caricia, nuestro primer amor y sobre todo nuestro primer
ejemplo a seguir, es por eso y más que siempre la llevaremos presente.
Todas las personas, aunque seamos adultas, tenemos vivos en nuestro interior a ese
niño que quiere estar protegido todo el tiempo por su madre.
Porque ese amor, siempre nos será necesario y siempre nos hará mucha falta, ya que a
su lado nos sentimos amados, protegidos y seguros.
Siempre que te sea necesario, ve al llamado de ese amor puro e incondicional, porque
cuando se haya marchado, es ahí cuando uno se lamenta y después... no hay un
después...
Somos los que aún seguimos vivos en esta tierra los que tendremos que encontrarle un
significado al dolor, para que no nos quedemos atrapados en él, perdiendo de vista nuestra
tarea.
Es personal y único.
Será necesario que nos apoyemos en las personas que nos quieren, como si fuésemos niños
otra vez. Los necesitamos para transitar confiados este sendero desconocido, este camino
misterioso que tarde o temprano todos tenemos que atravesar.
Cuando uno atraviesa en profundidad un duelo es como si volviera a nacer. Nos parece haber
atravesado un canal de parto oscuro, resbaladizo, en que nos sentimos comprimidos,
asustados. En el que por momentos no podemos ver la luz al final del túnel.
Pero un día sacamos la cabeza, vemos al sol, otras caras nos sonríen. Nos damos cuenta de que
no estamos solos. Que no somos los únicos seres en el universo que han sufrido una pérdida.
Y, lo más importante, que nuestros seres queridos que murieron siguen viviendo en nuestro
corazón.
Y el mejor homenaje que tal vez podamos hacerles es vivir nuestra vida plenamente.
Agradecidos por el tiempo que los tuvimos junto a nosotros y confiados en que volveremos a
estar juntos otra vez...