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fabinete de Historia Na- al del humanista napoli- ano Ferrante Imperato. Se pi 1 grade tomado de 1 His- toria Naturale (1599), Pars, Wibliotca Nacional. Uno de eos ines on donde los bumanstas ln colecines de animales, ues y minerals de todo hero. Capitulo 4 Las camaras de las maravillas La nocién de Renacimiento que antes abareaba los siglos xv y xv1, se ha restringido mucho en los ‘lkimos tiempos. Si hay que entender por ese término el movimiento de ideas que, tras haber promo- vido el raconalismo, enconteé su meta artistica en el clasicismo, el Renacimiento ha conocido su «pri titivismon en el guattrcto y su apogeo bajo los pontificados de Julio IK y de Leén X. Es natural limitar el aleance del vocablo a las generaciones que lo han inventado, Fxtrayendo ese sentimiento de la creencia en las luces nuevas difundidas por la restauracién del pensamiento antiguo, tun hombre de 1430 tenfa verdaderamente Ia impresi6n de vivir un «renacimiento» que sucedia alas tinicblas de la Edad Media, Para un italiano de 1530, la Edad Media estaba ya demasiado lejos para que tuviese conciencia de oponerse a esos tiempos de batbarie. La abarbarie» tiene para él una significa cién geogrifica més bien que eronolégica. Como hicieron antes los griegos, los italianos tienden a atribuir ese calificativo a cuanto les es ajeno y especialmente al norte de Europa, Mas sobrevinieron acontecimientos de alcance considerable que modificaron profundamente el equilibrio del alma hu- ‘mana. El hombre del quattrocento, que vive en el recinto de la ciudad, puede experimentar el sentimiento de que es el centro del universo y de que su pensamiento domina al mundo. Pero en 1492, Cristdbal Colén descubre América; otros hombres y otras tierras surgen de lo desconocido} cl campo de la coneiencia humans se ve bruseamente ampliado por todo ello. Cuarenta afios mas tarde atra chaque, infinitamente mis grave, conmueve el simple humanismo de los primeros tiempos. Copérnico, en 1543, publica sus De Revolutionibus orbixm calestium Libri VI. No solamente el hombre deja de ser cl centro del mundo, sino que su morada terrestre, que se habia credo hasta entonces el eje del uni- verso, se ve desposcida de ese privilegio en provecho del astro solar. Ese rey eaido slo podré volver 1 encontrar su soberania tratando dle abarcar lo infinito por el pensamiento, En lo sucesivo, lo que se llama un humanist es ms bien un euniverslistay, que cifra su orgllo en poseer el mundo por medio del espiita, Su ansia de saber no tiene limites; se efta sobre todo en To que se refiere a latierra ylos cielos; pero el estado de una ciencia todavia balbuciente no permite més que muy poeas respuestas a sus ardientes interrog: ‘mundo se le presenta como un misterio, lo que expliea el retorno a las ereencias migicas, a la hechice- tia, la prosperidad de la alquimia y la fortuna de los asteSlogos. Una verdadera ofensiva de lo irracio- ral viene a batir en la brecha el bello edificio razonable del pensamiento del siglo xv, puro como una iglesia de Giuliano da Sangallo; por eso un historiador reciente ha podido hablar de eantirrenaci- mienton para caracterizar esta época. Tncluso la arquitectura levard la huella de ese gusto singular; el hombre del siglo xvt, escapando de esos severos palacios encerraclos en sf mismos de la época humanista, crea esas casas y jardines de suesio que son los palage? de! giardino, las deligie, que tienen la ambicién de sex cada uno una especie de mundus symbolicus, y de los cuales la villa de Este, en Tivoli, nos guarda un ejemplo atin bien con- servado a falta de esa villa de Pratolino erigida por Buontalenti para Francisco 1, gran duque de Tos- ceana, en la que la piedea el dtbol y la roca se sometian a todas las sutilezas intelectuales de que eran. capaces los florentinos de la época manicrista. El Apeniro de Juan de Bolonia, en el jardin inglés ins- talado en los siglos xvitt y x1x por los Lorraine, permanece hoy como tinico ejemplo de esos juegos por medio de los cuales las gentes de ese tiempo crefan aproximarse en cierta manera a la realidad de las cosas, cuyo sentido se les escapaba. Un ejemplo més notable aun es el gabinete de Francisco en. cl Palacio Viejo de Florencia, sala oscura, especie de antro, consagrado por un principe enamorado de la alquimia y de Ia astrologia para glorficar los cuatro elementos. 1s, Se siente oprimido de angustia ante tantas cosas inexplicables, y el Los Médicis, una gran familia de coleccionistas Sin embargo, el hombre no ha perdido su soberbia; una nueva curiosidad por el pasado lleva a los humanistas de ese tiempo a interrogar ala Historia, cuyo movimiento les parece producido no por los pueblos, sino por los grandes hombres. Ese sentimiento hace nacer una asombrosa coleccién, debida a un prelado de Como, Paolo Giovio (pig. $7), humanista historiador y latinista (1483-1552); hacia 1520, comienza en su palacio de Como una inmensa coleccidn de retratos; estaba dividida en ‘cuatro series, una de las cuales agrupaba las efigies de sabios y poetas muertos, otra las de sabios y a8 y Ia cuarta las de los politicos: grandes eapitanes, esta poetas vivos, una tercera las de los 1s, Paolo Giovio fue un ver dadero cazador de imagenes. En toda Europa tenia correspon- sales que le buscaban documentos; muchos grandes hombres ccontemporineos deseaban figurar en su museo, como Hernén Cortés, que le envié su retrato. Ea el conjunto de esa galeria de cuadtos habia pocos originales; esos retratos solian ser co- pias e incluso reconstituciones sacadas de medallas, frescos y ‘miniaturas. Paolo Giovio llamaba a su museo Sanctssimo fem- ‘pio del? inmortal virtu sede sacrata. Bajo cada tettato habia ins- ‘ctipciones latinas (Elegia). Este museo se hizo pronto célebres lo divulgaron diversas publicaciones ilustradas en Florencia (1551), en Paris (1552) y en Basilea (1557); la iniciativa de Paolo Giovio fue uno de los elementos que indujoa Vasari a empren- der la historia del arte italiano por el método biogritico (Le vit srecido en 1550), Principes como Cosme I de Médicis o Fer- nando de Tirol enviaron artistas para que copiaran esos cuadros. EL museum jovianm ba establecido durante mucho tiempo la iconografia de personajes célebres ylos organizadores del Museo Historico de Versalles en tiempo del rey Luis Felipe todavia recurtieron a él; los manuales de Historia de las clases de en- sefianza hasta hace treinta afios levaban siempre alguna huella del mismo, y ha sido necesario el gusto por el documento ori- ginal, que se desarrollé después de la sltima Guerra Mundial, Retrato de Paolo Giovio. Tomade de ds ediciin basilinse de do Hlogia vivorum bellica vituteillusttiam (1575-1577). Ee para acabar con tales vestigios. Prelude bumanista fordé en su palaci de Como el més antique ¥.| «amateurismoy se convirtié en el siglo xv1 en uno de los Inusee bistrico, cosiderado come modelo darante das sis. atributos de la via principesea, indispensable alo que llamaria- ‘mos hoy un ehombre de mundo», hasta el punto de que los tratados de urbanidad dan consejos a este respecto. Pariente del gran Baldassare Castiglione, autor del famoso artesian (1528), Saba de Castiglione, noble milanés que mutié en 1554 a la edad de sesenta y nueve afos,escibié memorias (Ricordi) concebidas como lecciones de buen tono para uso de lov caballeron de bucts tania, El Ritrdy 109 tiene por titulo: Circe gli ornament delle care. La casa, segin el gusto del propietario, puede tener diversos gabinetes que agrupen: 2) instrumentos de misica;b) escultura antiguas 0, «falta de tllas, de Donatello; ) obras de Miguel Angel o de Giovanni Cristoforo Romano, 0 de otros escultores de la época; d) medallas antiguas, 0 en su defecto, modernas de oro, de plata (0 de bronce; e)retratoso pinturas de la mano de fea Filippo ppi, Mantegna, Belin, Perugino, Rafael, Vinet y Julio Ro dino de Sabbloneta (crea de Mont), Eilfcuda entre 1580 1584 para alsjar wns colecin de tutus y de bao relives antiga, (por wn segunda familia de los Gong, como ano desu reside ia de rece sta galeria ex ei- ‘feio mselgic mis antigo que ‘brie en Enropa ‘mano; £) marqueterias de fra Giovanni di Monte Oliveto o de fra Raffaello da Brescia; p) colga- dluras de Arras o tapes de Plandes, alfombras tureas o berberseasy clas pintadas;h) estampas en cobre 0 en madera de Italia, pero sobre todo de Alemania, partcularmente de Alberto Duero 0 de Leas de Leyde. Se ve que en esa colectién ideal los movlernos figuran a falta de los antiguos; si bien Miguel Angel tiene derecho a estar representado por sf mismo, Donatello no es mis que un sucedineo de Jos antiguos; lo antiguo conserva todo su prestigio fate a la naturslea; no se cesa de rebusear textimonios con pasién, se hacen falsfcaiones, paticularmente para la exportacin; se erigen galeras suntuosas para conserva las esculturas exhumadas del suclo de Italia. El edificio mis antiguo exis. fente alin que se ha construido para uso de museo es un antiguarinm se trata de un anejo del Palazzo del Giardino (Pig. 59) de esta curiosa ciudad de Sabbioneta, especie de evocacin redu- cida de los fastos de Mantua, edifcada en los alrededores de esta ciudad por un segundén de la familia de Gonzaga, Vespasiano, duque de Sabbioneta, En una larga galeria construda entre 1580 ¥ 1584, Vespasiano dspuso estatuas, bajo relieves y bustos que provenfan en su mayor parte del saquco de Roma de 1527, traldos por su padre Rodomoate. La decoraciin, acabadla en 1590, se ha- bia concebido para integer en ela las antigiedades, que se tansportaron a Mantua en 1774, bajo l dominio austraco, El efecto de perspectiva de esta galeria exté acentuado por dos trompe ei Sabba de Castiglione, nacido hacia 1485, era, cuando escribié sus memorias, un hombre algo atrasado, es decit pasado de moda. La coleccién por él preconizada sélo se componia dle obras de ate. Las coleciones que reunieron los grandes duques de Toscana en esa ciudad de Florencia, «que, frustrada por Roma en su papel de precursora en el mundo de las ates, se convierte en el gran foco del manicrismo en Italia, nos darin una idea més justa de la complejdad de los ornament della sara de ese tempo. El primer gran duque, Cosme 1, tenia mucho que hacer para recuperar y rea {grup las coleciones de sus antepasados, que habian sido vitimas de tes piles: en 1492 al ser adido por el pueblo el palacio de Lorenzo el Magnifico, en 1527 cuando se expusieron al sa «quco las colecciones reunidas por Leéa X y, en fin, en 1537, con ocasién de la devastacién de su Palacio que siguid al asesinato de Alejandro. Cosme aumenté lo que hallara mediante exeavaciones ence pals eirusco, que revelaban el deseo de los floentiaos de descubrir para ellos una antighedad propia, diferente de lade los romanos,e incluso mis antigua; en 1554, adquitié la Qnimera de Arezzo ($i. 60) y diez aos mis tarde el famoso orador Aulus Metellus, descubierto cerea del lago Teas ‘meno, Obsesionado por Ia Historia, Cosme I enviaba al pintorCristofor del? Alssimo a Como para copiar 280 retratos del muscim jaianum : Crstoforotrabajé dicisis ans (ile 1582 a 1548); ese eed el famoso Museo medieeo que, todavia antes de la sltima Guerra, adornaba la inmensa galeria aque uniael Palacio Pit al Palacio de los Oficios. En efecto, Cosme juzgé impropio de la digaidad granducal el modesto palacio burgués construido en I via Larga por Michelozzo para Cosme el Vij Se instalé en el Palazzo Veechio y, en 1559, encargé otro palacio, cerea de éste, destinad a la ada nistracién del Estado toseano y que, «causa de este destin, lleva el nombre de Palazzo degli Uff. En 1564, Vasari construyé en cinco meses, para la boda de Francisco de Medicis, la inmnensa galeria que asemejanza dela que ena ade una cl palacio de Héctor con el de Priamo, permita i a eubiero atravesando el Arno hasta el Palazzo Pitti; exe ultimo inmucble era un Palagg de gard que habla comprado su esposa Leonor de Toledo en 1549 y que Cosme hizo agrandat por Ammanst La Quimera de Arezzo. Bronce eras del siglo arqueoligica. Desde finales del siglo XV, le humanities florenines, (presintiendo gue Terana baba tnido nla Antgitded ina civilian di Tinta ata de Roma, interesaron ex buscar las obras de are crea. La ‘Quimera de Arezzo fue adguiride en 1554 por el gran dagne Corme I Florencia, masro Después de la muerte de Cosme I en 1574, el gran du ‘que Francisco I procedié a una nueva clasifieacidn de las colectiones; decidié entonces utilizar, para albergarlas, la parte superior de los Oficios, en donde Cosme habia ins: talado a sus artesa i se encargs de esta instalci6n © hizo decorar las galerias con pinturas origi rales, de las cuales una lleva la fecha de 1581, y dio el 108. Buontalet dibujo de la decoracién de mérmol de la famosa tribuna eu ya composicién nos permite conocer un javentario de 1589, redactado dos afios después de la muerte de Francisco I. Los muros aparecian cubiertos de cuadros de Piero di Co- simo, Andrea del Sarto, Pontormo, Sodoma, Cristoforo Altoti, Rafael (Retrato de Lei X, San Juan Bawtista y Virgen dela Silla). Las antigiedades estaban en las galerias. El su- ccesor de Francisco I fue, en 1587, su hermano Fernando I, que siendo eardenal en Roma habia edificado una magnifica morala, la Villa Médicis, especie de villa-museo que tiene ‘empotrados en la fachada numerosos bajo relieves antiguos; la colmé de antigiedades admirables que, en 1775, serian transportadas a Florencia: la famosa Venus, encontrada en esa cantera de antigiedades que era la Villa Adriana de Tivoli, el Arrotin, el grupo de los Nidbidos y copias en el estilo de Escopas descubiertas en 1583 en la Porta San Paolo. Ua comentario de Filippo Pigafetta sobre una canzone de G. B. Elicona, compuesta con ocasién de las boxdas de Maria de Médicis y Enrique TV, nos describe el museo de los Oficios en el afio 1600. En la deggie de levante se halla ban las antigiiedades y las estatuas del siglo xv, asi como el museo histérico que contenia los retratos de la familia Mé- Aicis, ealizados del natural o retrospectivamente por Bron- Zino, y la coleccién giomannina, formada por copias del mu Alcboes eum joven, Lx tribe ace y las medallas y monedas griegas y romanas. En otra sala se encontraban Ios «objetos pre y del arte»; el dtico encerraba armas anti hacionales y exétieas, instrumentos de matemiticas y de y de astronomia, En la leggia dei Lang cestaba situado el laboratorio del gran duque, que gustaba dle pmticar Ia alquimia y que fundé el jardin bor ba las pinturas mi osos de Ia naturaleza suas y modernas, fisica, de geomete de Flbrencia, uno de los primeros después de los de Pa Florencia. Vista de antes de 1914. Decorada por Bermardng des preva carioce cipal con concas incras: tudes, ba serie desde finales del ‘igo XVI para presenta ls pie as mis notables de la coleciin srandacal, desing que conters ‘hasta Principios del sige XX. A-esas riquezas hay que afiadir el «tesoro de los Médicis», formado por objetos de plata, oro, cristal tallado, pérfido, camafeos, pi dras grabadas antiguas, piedras duras, gemas y esmaltes, Esa coleccién fue iniciada por Lorenzo el Magnifico y la desarrollaron los primeros grandes duques; étos hicieron trabajar a los orfebres florentinos, a los cuales se sumaron numerosos extranjeros atraldos por el fasto del gran ducado. Después de verse privado de muchas de sus mejores obras, principalmente poe parte de Austria fen el curso de varios siglos, los restos de ese tesoro todavia son la admiracién de los visi. tantes del Museo degli Argenti, en el palacio Pitt La talla de piedras duras (brillantes, esmeraldas, rubies, ete.) se habia convertido en una cs Pecialidad de los florentinos; de Espafa y de Francia solicitaban artesanos virtuosos en ese atte. Francisco I impulsé a sus artistas y a sus alquimistas a descubrir nuevas téenieas, | mismo en contré en su laboratorio el medio de fundir el cristal de roca y falté poco para que, gracias a 1, la maravilla de Ia poreclana se extendiese por Europa desde finales de sigh. Conocida por importaciones de China desde ¢! siglo x1v, esa materia transparente, que combinaba las cual dades de la cerimica y del vidrio, parecia magica; desde principios del siglo xvz, y tal ver antes, los alquimistas y artesanos de Venecia se esforzaron en fabricar Ia porcellane feta. Francis 0 I impulsé a Bernardo Buontalenti a encontrar el secreto de esa pasta trarsparente, y éste lo logeé hacia 1575; a partir de esa fecha, los ceramistas explotaron el deseubrimiento, cuya receta hemos conservado, pero a la muerte del gran duque se abandoné esa fabricacién y las piezas asi producidas se han hecho rarisimas. Francisco no desdefaba el trabajar él mismo como un artesa- 19; el francés Montaigne, al visitar Florencia en 1580, eseribe que el gran duque se deletaba wen cocuparse personalmente en imitar ls piedras orientales y en labrar el cristal, pues es principe algo aficionado a la alquimia y a las artes mecinicas y sobre todo gran arquitecto». Mucho trabajo costé llevar a buen fin la empresa colosal, concebida en tiempos de Cosme I, que consistia en realizar en piedras duras toda la decoracién mural de una rotonda de 28,5 m de didmetro, 1a capella dei Principi de Sam Lorenzo, gigantesco joyero hecho de lapislézuli, mérmol, bronce, nécar y coral, en donde todo lo que es propio del objeto de adorno —el bibelo?— est llevado a escala monu- mental. Los talleres constituidos para realizar este enorme trabajo, comenzado en 1604, han dado corigen al opfici dele pictre dee, todavia en activo en Florencia, El are, la historia y la naturaleza tenfan su lugar en las colecciones de los Médicis que formaban verdaderamente el ‘earo totale, suetio de los humanistas universalistas de la época del manierismo. Se debe a Cosme I a iniiativa de Ia formacién de un gabinete de historia natural, que comprendia no solamente originales (animales, conchas,fésiles y minerales) sino aquellos vaciados que Della Robbia, y Riccio hablan comenzado a tomar del natural a principios del siglo xv1, y sobre todo dlbumes de dlibujos boténicos y zoolégicos. Cosme empleé a Bachiacea en ese oficio y a finales del siglo el més notable de los dibujantes fue el veronés Jacopo Ligozzi, que trabsjé para Fernando II; unas 70 hojas de acuarelas botinicas y zooldgicas que conserva el Gabinetto Disegai e Stampi de Florencia son las iis bellas que se hayan hecho jamés en ese género, que queria ser el espejo de la naturaleza. Los ‘grandes duques ayudaton al erudito bolofés Ulises Aldrovandi a reunir su farnoso corpus, que no comprendlia: menos de 2000 dibujos de plantas, 2000 de animals, 4500 de minerals y de gemas, obras de dibujantes medioczes y puramente ilustativas, cuya pobreza contratiaba a Aldrovandi. Sila flora y la fauna europeas tenian su lugar en esas colecciones, lo que mis atria a los sabios era naturalmente la botdnica y la zoologia de las «Indias», por otra paste presentes en los jardines princi- pescos. Aldrovandi era gran admirador de los trabajos a pluma de los mexicanos y llegé hasta a en- contrarlos «mis bellos que los trabajos de Apeles». Todas esas manifestaciones exéticas vienen a unirse, en la imaginacién de los eruditos de la época, con las fantasias de Plinio, para engendrar un gusto por lo monstruoso que en realidad no es, como ha dicho Baltrusaits, un resurgimiento de la Edad Media, sino més bien wna expresién especifiea de esta época manierista, atormentada por penetrar en los arcanos de la naturaleza y preparada por las Mitamorfsis de Ovidio para suponer a ésta una facul- tad de ereacién infnita que en los monstruos manifiesta, de forma més explicta que en las criaturas rnormales, su esencia profunda. La Italia de esos tiempos es un foco prodigioso de creacién en las direcciones mis opuestas. Des- pués de realizar el clasicismo, los humanistas de la peninsula se entregan a las especulaciones mis irracionales sobre la naturaleza. El prestigio de las obras de arte producidas entonces por Italia hace correr el riesgo de falsear la visién de las colecciones de ese pais en Ia segunda mitad del siglo xv1s, se tiende demasiado a ver en elas museos de arte, en relacién con las colecciones alemanas, mas ricas en curiosidades de la naturaleza. De hecho, los principes italianos no se apasionaron menos ‘que los alemanes por la caza de lo raro, y llenaban habitaciones de sus palacios de todo un revol- tijo de objetos de mineralogia, botinica, zoologi, teratologia, matematicas, fisica y quimica; esas a Leda y el Cisne. /upirade on Miguel Ang, National Galery the Londres. Interpretacion deo fnadro de Miguel Angel Le Trancia por tv alumna de tse, 2 (qten 10 donara el mucsiro; fue Fendide al rey France 1. Ex 1625, Cassano del Pos aber visto en Fontaine 1 faadro sobre ste tema que atre til Rass, Segin De Piles y Fle font Le Comte, el original de Mi foul Angel ‘baba ido dexiruide por Des Noyers, superinendente 4 Contrnciones de 1038 a 1643, {4 guienDabrla erido en 2 pader. Para Merete, rfutenio ia opt in, dice que ba ito nado ue UW airibnyt a Miguel Angel y que te halla en Talaterra. De bebo, fe ecaenra on a venta desi Jo ths Reyolds el 17 de mares de 1795, om a firma de Miguel Av fel, ia Leda, que indica pr fede de las elecconer reales fram tases y del conde de Spencer. Esse tive le babiacomprade en 1792 Elcmaro foe donado aa Natinal Gallery. por el dugue de Nort Ionvberlnd on 1838. habitaciones no se denominan, como en Alemania, Whderkammer, nombre que tiene su correspon dencia exacta en Francia en el vocablo chambre des merville, cimara de las maravillas. A. pesar de su ruraleza, el italiano reservaba toda su admiracién para las obras de los hombres y este tipo de gabinete recibe sencillamente el nombre de mu historiador ha contado mis de 250 de esos museos de historia natural en la Italia del siglo xv gran interés por las cosas de la >: munieun naturale. Un Francia fue el primer pais del norte de Europa que sintié profundamente el aleance del espiritu nuevo. La atraccién de Italia representé para ella la ocasién de manifestarse por primera ver como gran potencia europea en las guerras de invasidn, y ese espejismo ultramontano, que la enfrenté con cl imperio, la perjucicé politiamente. El primer contacto se llevé a cabo con motivo de la expedi cida napo inmenso equipaje para escapar de las tropas confed 1 Francia pocas cosas de sus pillaes, pero los «especialistas» que le acompafaban le siguieron. La cuen- sana de Carlos VIII; a su regreso de Italia, ste, que tuvo que abandonar en Fornove un adas al mando de Federico de Gonzaga, llevs ta de salarios de los obreros italianos que trabajaban en Amboise en 1497 y 1498 nos informa sobre cesta tropa heterdclits, en Ia que hay pocos artistas verdaderos y abundantes artesanos y adornistas, junto con peluqueros, perfumistas, chombres habiles en hacer salir del huevo a los pollo ‘Yaa principios del siglo xvt, pasan a Francia cuadros italianos. Una Madane de la rca de Leo- nardo— actualmente perdida — comprada por el financiero Florimond Robertet provoca una gran cexcitacién en la corte de Francia, Sin embargo, Luis XII no pado realizar su deseo de tener a su ser- vicio al gran pintor mis que cuando volvié a Milin. Tal vez se lev6 a su pais obras de éste; algu- ‘os historiadores ereen que ocurrié asi con Ia Virgen de las roces del Louvre. No obstante, el impulso efnitivo al mecenazgo lo dio Francisco I, al que Luis Dimier llama el «padre de lacutiosidad en Fran- cia», lo que rebaja demasiado su papel; Francisco, como mis tarde Luis XVI, quiso ser el primero ‘en todo, tanto en la guerra como en el amor y en la protecciéa de las letras y las artes. Sin duc, es el jemplar mis perfecto de principe en el siglo xv1, como Federico Montefeltro lo fue en el siglo xv. Desde 1516, Francisco I, vencedor de Marifn, logra lo que no habia podido obtener Luis XII: atrac a Amboise a Leonardo de Vinci, que murié en el Logis de Cloux en 1519, El taller de este sltimo fue el primer niicleo del gabinete real de pinturas; sin que se pueda precisar exactamente la fecha de recepcién de esos euadros por el rey, entraron en sus colecciones la Gioronda, Santa Ana (pig. 68), y un San Juan Bautista, del cual no se sabe si es el santo de medio cuerpo o el que ser transformado ‘en Baco en el siglo xvi. De Vinci, el rey debié de tener también una Leda que fue destruida a conti- ‘nuacién por impidica; hizo comprar otra Leda de Miguel Angel en 1536 por el Rosso que no tuvo mcjor suerte y desapareeié también, victima de un puritano. Se hizo con cuadtos de Andrea del Sarto, 1 cual habia respondido a su invitacién; encargéal Ticiano su retrato sacado de una medalla y adqui 16 la Visitacin del Piombo. Su coleccién aumenté con regalos diplométicos; el papa Leén X le ofte- 6 la Gran Sagrada Familia y el San Miguel de Rafael, fechados en 1517 y 1518, por mediacién de Lo- renzo II de Médicis, duque de Urbino. Del mismo artista, el rey habia recibido en don del cardenal Bibiena el Retro de Juana de Aragén, que una limpieza reciente, realizada bajo mi diteccién, ha hecho parecer como una obra intacta, de una calidad admirable, y esto contradice la tradicién que la exeia cjecutada en colaboracién con Julio Romano. Segiin Vasari, el gran duque de Toscana, Cosme I,en- cargé 2 Bronzino la Alegoria de! Amory de! Tiempo (phg. 69), hoy en la National Gallery de Londres, extraiio cuadro que al parecer regalé al rey de Francia Pero ante todo, Francisco I necesitaba esas antceglie— pues en Francia se llamaban entonces anti- guallas —, sin las cuales no existe una verdadera coleccién. Envié a Andrea del Sarto a Roma para que hiciers acopio de elas, pero éste nunca volvié, se qued con el dinero y no envié nada. El principe fue mis afortunado con el Primaticio, egado a Fontainebleau en 1532, un aio después del Rosso. Enviado a Roma en 1540, el boloaés volvié mis tarde con ciento treinta y tres eajas que contenian ciento veinticineo estatuas, bustos, torsos y «matrices», 0 moldes sacados de las antigledades més célebres de Roma; los moldes sirvieron para realizar, con la ayuda de Vignola, entonces joven arqui- tecto, que habia acompaiado al Primaticio a Fontainebleau, fundiciones en bronce bastante toscas en el siglo xvn, los Fundidores de Luis XVI, los Keller, aleanzarin en el género una verdadera per- feecién. De esas fuentes subsisten hoy el Laoconte, la Ariadta dormids, el Hircules Commods, y el “Machacho de la espina, que se conservan en el Louvre. De los originales, no se ha podido identiicar hasta ahora més que la Diana de /a cierrs, que fue llevada al castillo de Meudon, morada de la 64 Jacopo Ligorzi. Rata suda imerieana. Morena. Gabinete de Dibjos y Estampas de Museo de fos Ofcior. Acnarls. Una de ls Iejes de ta coleccion de dijos de Watoria natal realizada par Li- Ugvesi para e gran dague Fertan- to Hi de Toscana Giovanni Stradano. El alqui- mista, Le enadro figira on el pibinete del Paloszo Vecchi, thiede a lor cuatro elementos, reverda les bisquedas cientfcs Fe algeora elas gues eeregaa tom asin el gran dugue Fran ses 1 de Toscan. ‘duquesa de Etampes; un pintor desconocido, contemporineo de Enrique IL, debié de inspirarse en cella para la Diana cazadora, conservada en el Louvre, que sin duda alguna es un retrato alegérico de Diana de Poitiers. Las antigiiedades fueron inmediatamente restauradas, es decit, completadas como se hacia en Ita lia desde el siglo xv. En cuanto al interés que se pudiese tencr por las eopias ejecuta se deduce de ese concepto neoplaténico de lo bello que persiste hasta el siglo x1 hhacia apreciar mis Ia idea que la ejecucidn y levaba a preferir las copias de las obras maestras a los en bronee, ‘que en una obra originales mediocres. Nacimiento del comercio de las Artes El comercio de antigiiedades se inicié a finales del siglo xv, en que los nobles franceses las busca ban, especialmente los bustos de emperadores romanos, pata adornar sus eastillos. En esta época se ‘manifesta una de las grandes leyes de la curiosidad: el éxito da origen a la falsificacin. El texto donde ‘el humanista de Lyon, Henri II Estienne, denuncia el impudor que reinaba en este terreno merece itarse por su humorismo; hace aparccer la palabra «antiguallay, traducida del italiano artical, 88 palabra que, dice Estienne, «tan a menudo hace meter Ia mano en la fatriquera». El helenista se burla del esnobismo que ha hecho surgir la busqueda de antigiedades: «Hoy el mundo esti lleno de com- pradores de antigdedades a expensas de las cuales los picaros se dan la gran vida». ¥ Estienne cuenta la aventura de un tonto, seducido por una «antigledad», y al cual el pretendido vendedor le ensefia sesu mujer a los ochenta afios de edad “Todas las obras reunides pur cl sey, entre las cuales habia tapices, piezas de orfebreria y ereacinnes de italianos contemporineos, tal como la Ninfa de bronce del florentino Benvenuto Cellini, que vivié cen la corte, se conservaban en el castillo de Fontainebleau, creacién de Francisco I en un bosque abun- dante en caza a 50 kilémetros al este de Paris, y del cual Vasari dijo més tarde que el monarca hizo la «Roma del Norte». Las antigiiedades y las estatuas de bronce eran el onato de los jardines. Los ‘cuadros mis preciosos estaban enmarcados en estucos en cinco cémaras abovedadas, situadas debajo. dl la galeria pintada y estucada por el Rosso, Frescas en verano y ficiles de calentar en invierno, esas habitaciones, que aban sido atregladas por el Primaticio entre 1541 y 1547, formaban el departa- mento de los «baiios», que desaparecié bajo Luis XV. El voluptuoso rey habia querido unir a los reereos del cuerpo los del espiritu, Era éste un lugar nada adecuado para conservar las pinturas, pero Clouet. Isabel de Valois, hija de Enrique Il. Dilwo ‘ondé, Chantilly. Un cemple de evs rerates abujados © pin ‘des con tos que, reinande Fnrigue IT y LEnrigue ILL, 0 formabon srandes coleccones. Este pertencts al gabincte de Catalina de Médii, de Vinci. Santa Ana. Detlle. Museo del Lonere, Paris Leonard [Uno de los tres cuadros mencionados en 1517 en e taller de Viel de la Ais, por ef sertaro del cardeal de Aragin, Com rey de Francia, Francine 1 sli de allen oma fcba dee acide, ye cardonal Ricelon lo compré a Casal on Plamante on 1629. el arte de la restauracién permitia ya artegla sus desperfec tos, Antes de rolverse a Roma, entre 1538 y 1540, el Pri raticio habia limpiado el Sian Miguel, una Virgen y la Santa ‘Margerta de Rafa. Si su presentacidn es «maniersta», la coleecién de Fran- cisco I es de composicién clisica, verdaderamente dentro del espiritu del Renacimiento. Los monareas que le suceden serin més eckicticos; el gusto por Italia se moderé bajo Enrique 11, porque se estima que Francia ha sabido crear dentro del orden nuevo un estilo nacional. Enrique Tl, que haa recibido como donaciéa de Roberto Strozzi en 1550 los dos Esclaves (pig, 70), previstos en un principio por Miguel Angel para la tumba de Julio II, se apresura a hacer don de ellos a su favorita, Ana de Montmorency. En esa época estin en boga las colecciones de retratos. En la corte de Francia, Jos Clouet han lanzado la moda de ehacerse sacar su retra- to», bien a los «tres lépices», bien en pintura, efigies redu- cidas a lo alto del busto y al rostro y que expresan bien esa toma de conciencia del hombre por si mismo, contempord- nea de la Reforma y el impulso de la literatura moralista creada entonces por Montaigne; esta manifestacién de la vida interior en la pintura no podia nacer més que en Francia. La moda se extiende entonces por toda Europa; las familias principescas intercambian esos retratos de los que se wtirany muchos ejemplares a lapiz o al dleo a partie del dibujo original, Se forman gabinetes de pequetas dimen- siones, cuyos muros se tapizan con esas efigies. Catalina de Médicis, que stbia wesbozar y hacer retsatos» habia reunido ‘en su hotel (mis tarde hotel de Soissons) més de cuatro cientos, sin contar las notas a lépiz hechas por ella, Estaban. distribuidos en varios gabinetes y empotrados en los reves- timientos de madee en uno de ellos hubia trciata y dus ‘ejemplares y trsinta y dos esmaltes de Limoges; en la Sala de los Espejos, ochenta y tres retratos alternaban con ciento. diecinueve espejos de Venecia. En las instalaciones que llevé a cabo en el Louvre en 1953, he intentado evocar uno de ‘esos gabinetes de retratos con sus cuadros antiguos y en alg para recordar discretamente el gabinete de los espejo. 3s he puesto marcos de espejos antiguos, de plata, parte de los quinientos cincuenta y un dibujos que posela a se han conservado en Fr Catal oso rodeo, Miguel Angel. Esclavo, Miso de! Lowre, Paris. Dor ex er, prevctr en principio para ls tama de Juli 11, fueron ena ds como regalo por Rabera Strezgial re) de Francia, Exrigae 11, ual las dn ol condestale lame de Montmorens..Liegon al “Losere por incntacin rerluiouaria de la clecioner del dague de Ricbein Bronzino. Alegoria del Tiempo y del Amor. Navowsl Gallery de Londres. Ete cuadro piade ientificarte sin dda con wna obra de Bronzinn que Vasari dice haber emi al rey de Fran- rancins I..No permanecié mache tempo en lat elecones wales. Foe adgurida on 1860 en Parts por ta National Gallery de Londres. Catalina los habia legado a su nieta Cristina de Lorena, hija del gran dugue de Toscana, Fernando de Médicis. En el siglo xvm, el aficionado inglés sir Henry Howard comprd trescientos once y los conservé en Castel Howard, en donde cen 1890, el duque de Aumale los compré al conde de Car- lisle para sus colecciones de Chantilly. Muchos principes imitaron a Catalina, sin igualar su fasto, Pero la moda de las colecciones de retratos hist6ri cos se extendié entonces también en Francia; difundido por el grabado, el museo de Paolo Giovio suscita la emu- lacién; el franciseano Thevet, al que volveremos a encon. trar en seguida en otros trabajos, publica en 1584 una reco: pilacidn de planchas grabadas sobre cobre, titulada Refrator 17 vida de los hombres iluctres, festo de una documentacién ‘cuidadosamente reunida por él; eritiea a Paolo Giovio y la insuficiencia de su método histérico, Sin embargo, en Fontainebleau, en la segunda parte del siglo, las euriosteg no tardan en acumularse al lado de las obras de arte, reunidas por el rey Francisco. Esas «cu riosidades» se agrupan en un gabinete situado en la torre del homenaje, Fl hermano André Thevet, que habia hecho diversos viajes de exploracién al Levante y al Brasil, fue nombrado «guarda» por Carlos IX. Se ve alli la mezcolam: habinual en ese género de museo; junto al camafeo de Saint- Sernin, habia muchos objetos de China, de Turqui: tos exticos traidos por los exploradores y mercaderes de los diversos paises del mundo y del Brasil por el mismo ‘Thevet, como el vestido mexicano de plumas de ibis, que todavia se conserva en el Museo del Hombre de Paris. El objeto més extraordinario era sin duda un hidra con siete cabezas, que la republica de Venecia habia regalado al rey. En 1642, el padre Dan, conservador del castillo, cuando descubrié los «tesoros de las maravillas de Fontainebleau» volvié a encontrar los restos dela hidra, pero tavo que hacer constar que las ratas se le habian comido una cabeza. Esta hidra era, como es natural, una fabricacién de algin char latin, Hibiles falsificadores provelan de monstruos a una clientela inteligente, pero ficil de engafar, hasta tal punto estaba hambrienta de maravillas; el basilisco, animal con cabeza de gallo y cola de serpiente, simbolo del diablo, del que la Edad Media habia hecho gran uso en sus bes- La Gemma Augustea, Viens, Kanthstoriches Museum. Com prada por Rodolfo 12, ex wus de fat plegat mis elas de la Sebate- Aammer deste sorano. Repre seta al emprader Angasto con 4a dasa Roma cormnada por ef Orbis Romanus. Fae secuiada ‘para conmemorar la victoria. de Tiberio cob lar panoier ‘Wenzel Jamnitzer. Nautilus sobre una montura de orfe- Detia, Munich Residencia, Reo- izadaacia 1570 para ef die Alberto V de Baviera. Es Gemplo de aguellas cerosidedes de La natralege que re presmtaban ‘lence veces on gran lj. aba, asi como otros monstruos, eon picles de raya. La moda del cabinet de cariester hizo farot en la corte; los Montmoreney, los Guisa, Diana de Poitiers, los poseian; el ceramista Bernard Palissy, que hizo los primeros estucios de geologia en Fran- cia, creé un gabinete de fsiles, esmaltes y cerimicas. En el hotel de Soissons, casa de Catalina de Médicis, no lejos de los retratos, en medio de los adornos de todas clases que llenaban la mansién desde el sétano al desvin, se encontraban pieles de cocodrilo, un camaledn, nueces de la India, lacas de China y momias cuyas cenizas pulverizadas se crela que preservaban de los accidentes ‘Los humanistas imitaban a los principes en la medida de sus medios. No contento con guatdar el cabinet des raretez del rey, el hermano Thevet tenia un gabinete personal de retratos histéricos, que habia formado por medio de medalls antiguas y dibujos a lipiz a las que afadié las cutiosida- ddes de la naturaleza que recogiera en sus viajes. ios, estaba muy solicitado; en la segunda mitad del siglo, unitaliano llamado ‘Tartaglio los fabri- La entrada del término cnrinne — «cutioso» —en la lengua francesa, con la acepcién de af- cionado, se puede fechar con exactitud. Cosa extrafa, se encontrd en un diccionario latino-francés, ceditado en 1538 por Henri Estienne; traduce el término «anticuario» por «un hombre curioso de tener o saber cosas antiguas», En ese caso designa pues tanto a un erudito como a un coleccionista y concierne a las obras de arte del pasado, principalmente las de la Antigtiedad; en la segunda mitad del siglo, tendri una acepcién mucho mis amplia, englobando los productos de la naturaleza que posteriormente designari con mayor precisién. Antiguare, en los siglos xvix y xvi, designaré a un conocedor en antigiedades mis que a un coleccionista; la Sociedad de Anticuarios de Francia, la de los Anticuatios de Normandia han conservado esta significaciéa, En cuanto al amateur se le encuentra en latin bajo la locucién Murarum eultor. El gabinete era un mueble de uso, donde se en- cerraban los objetos pequefios, las joyas, las cartas y papeles intimos; sin que haya dejado de de- signar ese mucble, esta palabra, en el siglo xvr, se aplicé a las salas, generalmente pequefis, en donde se colocaban los objetos preciosos y raros; se la empleaba también, y esto hasta el reinado de Luis XIV, para nombrar los compartimientos de jardines delimitados por setos vivos. El cabinet francés corresponcle al Kammer alemin; aeabara por ir ligado a la idea de coleecidn, sentido que per dura hasta nuestros dias. Los gabinetes suscitan tal interés en los viajeros que las guias indicaban a los turistas las colecciones y galerias que se podian visitar en las ciudades que atravesaban. Se pu- blicaron en Francia desde principios del siglo xvi A finales del siglo xv1, un cierto Lacroix du Maine ya habia redactado una recopilacicn de gabinetes célebes de Ia que slo poseemos el titulo, pero éste e¢ elocuente: Ia biieueda de las bibliatcaso gabineter mde remambradae de Francia (que algomor aman cémaras de las marevillas) con la riacin detallada de libros raros, medallas, retratoe, extatuat ¢ ‘figs, edreriasu otras lindegas 0 bonitas curiosidades que seven en las cat de los principer que hacen acopio de tales maguificencias. Los viajeros cultos que atravesaban Europa se sentian atraidos por las colee- ciones, bibliotecas y galerias de todo géne-o, Estas estaban ampliamente abiertas al piblico de enton- ces, formado por artistas, aficionados, aris:dcratas y eruditos, Un cierto Gabriel Symeoni, que en 1557 visita la Villa Giulia de Roma, acabada de construir entonces, nos describe ¢ incluso nos transcribe, el reglamento que se fijaba a la entrada pasa los visitantes, Parece ineluso que algunas veces Ia entrada cera de pago. Esto es por lo menos lo que nos afirma Brantéme del hotel parisiense del flotentino aa Ghiaceti, llamado de Adjacet, que estaba atestado de obras de arte. Era, segin dice el autor de las Damas galanes, a casa «més bella y soberbia del siglo pasado que todos podian ver por un cuarto». Herederos del fasto de Borgoda, los Habsburgo, por Ia situacién de sus estados, se encuentran fen una posicién que les permite realizar una sintesis de Ias diferentes tendencias artisticas europeas. Desde principios de siglo, Margarita de Austria, regente de Ios Paises Bajos, habia dado ejemplo de ‘un gusto refinado al alentar la musica, la literatura y Ia pintura; pero si biea su biblioteca era ecléc- tica, su coleccidn, en la que figuraba el Arnolfni ys expasa de Van Eyck, hoy en la National Gallery de Londres, estaba formada por cuadtos de pintores de los Paises Bajos. Carlos V, coronado en 1530, fue mecenas menos por temperamento que por necesidad: la gran- deza imperial le obligaba a sostener alos artistas; le gustaba Ticiano, a quien hizo su retratista prefetido, y le dio el titulo de conde palatino, pero no se interesé en reunir coleceiones para satisfacer gustos artisticos o alimentar un afin de saber. Ante todo fue un hombre politico, preocupado por mantener tun inmenso imperio, en el que el equilibrio se hallaba continuamente comprometido por las guerras cexteriores o las luchas religiosas. Los Fugger — o Far —, banqueros burgueses de Augsburgo, fue- on mis aficionados al arte que el emperador Carlos, su deudor. El primer ntcleo de aficionados de Europa central se formé en Munich. El primero de los duques de Baviera, Guillermo TV (que reiné de 1508 a 1550), habia organizado ua gabinete de curiosidades, y encargé a los pintores cuadros humanistas como la Batalla de Alejandro de Altdorfer, una de las pin- turas mis floséficas del siglo. Su sucesor Alberto V, casado con Ana, hija de: emperador Fernando I, hermano de Carlos V (reiné de 1550 a 1579), recibié una impresién profunda en un viaje que realizd Por Italia en su juventud; era el momento en que, para formar a los principes herederos parecia indis- ppensable el contacto con la civilizacién italiana. Alberto introdujo tesueltamente en Munich el espi- ritu del ultramontanismo y se puso a coleccionar, por otra parte sin mucho gusto personal, un con- junto heteréclito de cutiosidades y objetos diversos, l catilogo de los cuales, elaborado en 1598 por Fickler, comprendia 3407 nimeros: cuadtos, dibujos, grabados, monedas, marfiles, armas y objetos de cristal. Se le debe sobre todo el haber dado un gran impulso a las artes menores, principalmente la orfebreria; compré numerosas antigiedades (falsas muchas de elas) y para conservarlas hizo construir una gran galeria que fue transformada en sala de fiestas por sus sucezores, entre 1586 y 1600, segin los proyectos de Friedrich Sustris. Ese venerable testigo de Ia arquitectura museoldgica mis antigua de Europa quedé medio destruido por los bombardeos de 1944, pero se reedifieé més tarde; las antigiledades no se presentan alli por si mismas sino que — atin més que er. Sabbioneta — se incor- poran a la decoracién manierista, incrustadas en cierto modo como camafeos ¢a un joyeto} a esta evo- cacién del mundo antiguo viene a sumarse la del universo bavaro, representado por las ciudades y los pueblos del ducado, pintados al fresco. El primer Habsburgo que parece haber estado poseido por el demonio ¢el coleccionismo fue un archiduque de Austria, Fernando del Tirol (1529-1595); hijo del emperador Fernando I, en 1563 reci- bid de éste en donacién el castillo de Ambras, cerca de Innsbrick. Lo llené de colecciones diversas ‘que, hasta 1806, época en que Ia mayor parte fueron trasladadas a Viena, constituyeron una especie de santuario intacto del manicrismo en Europa. Todos los elementos que componian un gabinete Principesco de esa época estaban alli reunidos: una Kunstkammer, o gabinete de arte, una Schatz- kammer, o tesoro de orfebteria, una Wunderkammer, o gabinete de curiosidades de la naturaleza, una B Galeria de Antighedades de la Residencia de Munich. Con ‘rai por edge Alberto V entre 1569 1571, eta galeria fu trans formate ih sal de fests y revetida con wma setwosa hcorcién a la (qe te incorporarn lat eats, ene 1586 y 1600. Rusthammer, 0 guatdarropa de armaduras de parada y, en fin, un museo de historia, El menos desarrollado era el ga bineie de arte, Uno de los elementos mis preciosos de la Schatzkammer era el salero de oro, de Benvenuto Cellini, tatlos IX habia donado comarado por Francisco Ty que ‘en 1570 a su cusiado Fernando, con ocasién de su matti- monio con Isabel de Austria; también habia una copa de ‘oro, tapices del taller de Fontainebleau, que hoy son piezas linieas, y su retrato por Francisco Clouet. Hay que felicitarse de que el famoso salero haya salido de Francia donde, en 1 curso de los atios, todas las piezas de metal precioso han terrrinado Fundidas. La donacién de Carlos IX la ha con- servido para nuestra admiracién. EL museo de historia estaba formado por copias del Museum Jovianum de Como, cuya ejecucidn eneargara Fer nando entre 1576 a 1579. La Rustkammer es una forma de coleccién, especificamente germénica, muy apreciada en el este de Europa, El musco del Kremlin tiene por origen tuna Rustkammer, y lleva ain hoy el nombre de «museo de arms», Los principes de la Europa manierista gustaban de las armaduras de lujo, cinceladas y damasquinadas, cuya cjecicién exigia muchos aos. Innsbriick era uno de los grandes centros de produecién, que rivalizaba con Milin y Nuremberg. El catilogo de la Rustkammer de Ambras fue publicado en 1601 bajo el titulo Armameritiorum beroicam seretssimi principis Ferdinand Archiduci. Comprendia un con- junto de armaduras de parada y de torneo, procedentes de la armeria personal del principe, armaduras tureas, y tam- bigs el escudo, el easco y lnespada de parada de Carlos V, Jas armaduras’ «maximilianas», otras «a la polonesa», la armaduta de parada de Alejandro Farnesio por Piccinino. (Cas: toda se encuentra hoy en Viena, pero una de las pie~ zas mis bellas se conserva en el Museo del Ejército de Paris: Ia armadura de oro de Francisco I. Esta armadura sun:uosa habia sido encargada en 1539 en el taller de Jorg, Seusenhofer, de Innsbriick, por el hermano de Carlos V, Fernando I rey de los romanos, archiduque de Austra, para ser donada al rey de Francia; pero esas armaduras de lujo «eran de ejecucisn muy leata; Carlos V volvié a guer Francisco antes de que la armadura estuviese terminada y el rey de Francia no Hegé « recibitla, Figura en un inven le orfebreria del castillo de Ambras. Fnire ‘uot objets debe sears, al fondo, wn curr de rinceronteexcalpidej fn sepando plano, am becoar (concrcion alerea que se encuentra ene] igo de las cabras del Tibet), montado on trabajo de ofebrer. Se crea gue ol cerno de rinaceronte y el begear protean conta lot reenor les enfermedades tario de 1583 en el castillo de Ambras; Napoledn, dirigié dose a Viena a la cabeza de sus ejércitos, se fij en ella el 9 de febrero de 1806 y ordena enviatl a Paris, en donde algi dia iri a reunirsele, recuperada en Madi, la espada perdida por Francisco T en Pavia, a In que Napoleén hark rendir honores reales. En 1940, Hitler devolvié la eélebee armadura a Austria; las tropas franc cerca de Innsbriick en 1945 y ese codi Museo de los Invilidos de Paris. El conjunto mas rico del castillo de Ambras era, sin duda, la Wunderkammer: alli se encontraba en cantidades ingentes todo lo que debia constitur el ornato deese géneto de coleccién; aparatos de éptica, instrumentos de musica y esos autématas y relojes, producto de la habilidad de los artesanos alemanes, que se disputaba Europa. Habia colec ciones de juegos diversos, trajes y objetos exéticos. Asi, en 1 inventario del castillo de Ambras, en 1596, se ven desig. rnados dos india isch twcb, dos pinturas chinas de la época Ia encontraron iado trofeo volvié al Ming (un paisaje y pijaros acuéticos) que se conservan ain en el Museo de Historia Natural de Viena; entre los objetos exticos, trompas y cucharas de marfil de Benin; los objetos del reino africano de Benin, descubierto pot los portugueses, llegan a Europa desde esta época. Las matt ‘alia comprendlan entre todas las curiosidades y extravagan- cias, habituales en ese género de gabinetes, una gran canti- dad de abortos de la naturaleza, de esos monstruos — a los {que se atribuia entonces un caricter casi metafisico —, de esas desviaciones de la biologia que se consideraba per- mitirian desentrafar el secreto del universo. En aquel tiempo, se disputaban y se buscaban los fetos monstruo- sos; cuando eran humanos, se pretendia que eran producto de suenos durante la concepeion o el embarazo, creencia que ha subsistido casi hasta nuestros dias. Esto explica la cextrafia atraccién despertada en aquella época por los ena: ros y bufones, gusto que la corte de Espasia conservé hasta cl siglo xvnt; esos seres deformes eran «maravillas de la na: turaleza». Ea Ambras habia toda una seccién de retratos de cenanos, de gigantes y de seres contrahechos; de esos Wander: -menichen quedan ain algunos recu eel re tratode Friher von Minchen y de su os, especialn sistema piloso muy desatrollado, verdadetos i Pieter Brueghel el Viejo. La torre de Babel. Viens, Kaui Iistoriaher Museu, Pertonecla 4a cole de Rodolfo 11, del con. illo de Hradeany de Praga. EL arte de Bruegel corresponde xae- Yamente a la posicin flosifice del Iumanismo maniersta, de tenden- is miversalite. EL manierismo brilla con su. més vivo resplandor en visperas de extinguitse. El foco mis explendoroso fue, a finales del siglo xvi, la corte del emperador Rodolfo II. Este, que era archi- duque de Austria, rey de Hungria y rey de Bohemia, habia escogido Praga como residencia de Ia corte imperial cuando fue clegido rey de los romanos en 1576. Fue un politico lamentable; de coneesién en concesidn perdié sus dominios y acabé, en 1612, desposefdo por su hermano Matias I, que le sucedid, Este principe tacitumno se desinteresé del poder, apasionindose tan slo por los conocimientos; preocupado por Ia astrologia, protegié al astrénomo danés Tico Brahe y al gran Kepler, que fue también astrélogo, pues en esa época la observacién de los astros iba de la mano con el arte de predeci el porvenir. En tiempos de Rodolfo acudian a Praga los artistas de todos los puntos de Europa, de los Paises Bajos, de Alemania e Italia. En su castillo de Hradcany, Rodolfo acumulé colecciones fabulosas que debian correr una suerte funesta. Como verdadero Habsburgo, se interesaba pot las diversas formas del arte europeo, lo mismo por la Danaé de Ticiano, que por el ‘Martiia de lot diez mil cristinas dle utero; sus artistas predilectos fueron Durero y Brueghel, de los cuales tuvo muchas obras. Su més glorioso trofeo fue la Madima de! Rosario, que Dutero habla pintado para la iglesia de San Bartolomeo de Venecia; pagé una suma enorme por ella; a causa de la fragilidad del cuadro, se tomaron grandes precauciones para el transporte; envuelto en alfom- bras, telas y patios, xe Ievé a fuerza de brazos desde Venecia a Praga. La Schatzkammer de Rodolfo guardaba algunos de los objetos mas preciosos que hayan sido creados por la orfebreria geemé- nica y piezas antiguas admirables; l fue quien compré Ia famosa Gema augustea, Se hizo labrar una corona y wn cetro, que se conservan hoy en el tesoro de la Hofburg de Viena y que son las ultimas grandes obras producidas por los orfebres manieristas. Sus pintores preferidos nos revelan su estado de alma. Mandé llamar, en Milén, a Arcimboldo, que fue el organizador de sus fiestas, y para diversiOn de la corte pinté sus «cabezas compuestas», que 0 son un juego de ingenio, sino que significan que en la naturaleza existe una unidad pro. funda que circula a través del hombre y del mundo. Sin duda, el pintor milanés no emprendis sas figuras extravagantes por su propia iniciativa, pues sus obras, antes de dejar Italia, eran muy juiciosas, sino seguramente por instigacién del emperador o de agin erudito de la corte a quien atormentaba el problema de la esencia de las cosas. El espiritu melancélico de Rodolfo debia con- cordar intimamente con Durero. El arte de Brueghel corresponde exactamente a la posicién filo- s6fica del humanismo manierista de tendencia universlista; otros artistas de la corte de Rodolfo se inclinaban con ardor hacia las creaciones de la naturaleza para captar su esencia a través de la forma, tal como Hoefnagel, ese artista némada que tenia por lema Natura rola magicter y el murem- bergués Hoffmann que habia estudiado la realidad a través de Durero; se apropié de su técnica ‘hasta el punto de poder hacer imitaciones que fechaba y firmaba con el famoso monograma, ali ‘mentando asf el mercado en el que los Durero tenian gran demands No es de extraiar que Rodolfo Il, rodeadlo de alquimistas y de astrdlogos, tuviera en Hradeany de las mas fabulosas Wunderkammer de la época. Coleccionaba los accesorios de la magia, las ralces de mandrigora, los fetos leformes, los animales extravagantes, los monstruos y los fi. mowos bezoares, que se disputaban entonces @ precio de oro: son concteciones calcireas que se for- ‘man en el estémago de algunas eabras de las montafias de Persia (

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